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Lo irreductible social y lo irreductible


psíquico

Resumen
C o n bas
basee en la recon strucció n de las
las polaridades explicativas
explicativas -lo irreduc tible social y lo irreduc tible
psíquico
psíq uico-- qu e atraviesan a las ciencias sociales este texto prop on e tr
trascender
ascender los mod elos antagó nicos

y excluyentes.
excluyentes. El objetivo eess instaurar en el centro d e la reflexión
reflexión la
la idea de la dia lkti ca existenci
existencial
al qu e
restituye
restituye al suje to tan to el con tex to socio-histórico
socio-histórico en el cual está localizado
localizado com o el deseo y la la singula-
ridadd qu e lo const
rida constituyen
ituyen en prod uctor de la afir
afirmación
mación de su individualidad y su historicidad.
historicidad.

Abstract
Based on th e recons;ruction of the explanatory polarities -social
-social irreductible a nd psychological irreductible -
present
prese nt throu gho ut social sciences
sciences this text puts fonvard g oing beyond conflicting and excl excluding
uding models.
T h e aim is to establish
establish as core of the disc
discussi
ussion
on the idea of the existent
existential
ial dialecti
dialectics
cs that gives
gives the subject
back both his ssocio-
ocio-hist
historic
orical
al con text an d the desire and singu larity that make h im p roduce the asser
assertio
tionn
of his individuality and his historicity.

alabras clave singularidad sujeto herencia


herencia deseo auto nom ía irreductible psíquico
psíquico irreductible so-
cial dialkctica.
ey worús singularit
singularityy sub ject h eritage desire au tonom y psychological irreduc tible social irreduc tible
dialectics.

L s relaciones entre la psicología y la sociología son difíciles y sin embargo


tables. Difíciles
Difíciles porque sus enfoques de los fenómenos huma
h umanos
nos y sociales
embarg o nevi-
sociales se contr ad
adi-
i-
cen en la manera en que ambas disciplinas constuyen su obj
objeto
eto y plantean Suproble-
Supr oble-

Universidad de París VIL Profe


Profesor
sor de So ciolog ía Director del Laboratorio
Laboratorio de Ca mbio S ocial; Presidente del
Researc
Research
h Comm ittee o f Clinical Sociology Asociación Internacion
Internacional
al de Sociología.
 

mática; inevitables
inevitables porque están confrontadas a los mismos fenómenos, de tal manera
quee para sus análisis necesitan
qu necesita n articularse, pues ni la
l a una ni la otra puede
pueden n preciarse de
poseer el conju
con junt
nto
o de las
las clav
claves
es explicativas de los hechos sociales. Los
Los enfoque
enf oquess socio-
lógicos y psicológicos
psicológicos son por un lado mutuam
mut uamententee excluyentes porque se enfrentan
enfrenta n a
la irreductibilidad
irreduc tibilidad de lo social por un lado y del psiquismo
psiquism o por el otro.
otr o. Pero esta excl
exclu-
u-
sividad no puede por tanto conducir a una exclusión o a una indiferencia de la in-
teracción constante entre estos dos registros.
S

l irreductible soci
social
al

Para un sociólogo
sociólogo,, la significación
significación de las conductas humanas es inseparable del sist siste-
e-
ma de relación social en el cual éstas ssee inscriben.
inscrib en. Para é no existe
existe entonces la natu-
raleza
rale za humana . Es decir qu quee rechaza
rechaza integrar com como o factor explicativo lo que sería del
] orden
ord en de la esencia hum
humana
ana.. Inde
I ndepend
pendien ientem
tement
entee de la
lass relaciones sociales
sociales en las
las que
se inserta
insertann los comportamientos
comport amientos humanos,
humanos , éstos no tienentien en sentido.
sentido . No es entonces en
el hom
hombrebre que
q ue ssee puede eencon
ncontratrarr la
la ccla
lave
ve explicativa, la ve verd
rdad
ad de su experiencia,
cuando se la busca incluso en su inconsciente. El sociólogo rechaza entonces todo
recurso a la idea de un invariante natural como fundamento del ser del hombre. Las
actitudes, las conductas, los comportamientos no pueden nunca ser explicados inde-
pendientemente de las condiciones sociales que los hacen posibles. Se trata pues de
investigar el
el sentido de esos
esos actos no a través
través de la concie
conciencia
ncia del actor ssino
ino en el aná-
lisis del conjunto de las determinaciones que actúan sobre sus conductas.
Cuando
Cua ndo Durkheim
Durkh eim plantea como regla regla metodoló
metodológicagica considerar lo loss fenómenos so-
ciales
cia les como cosa
cosass (Durkheim
(D urkheim,, 1941947),
7), propon
proponee aprehenderlos de desde
sde fuera , eess decir
considerar
consider ar la aprehens
aprehensiónión no como
com o un factor
fa ctor expli
explicativo
cativo sino como un fenómeno
fenóm eno por
explicar. Durkheim construye el pensamiento sociológico contra los antropólogos y
los psicólogos de la época, que partían del postulado de que se necesita buscar en la
naturaleza fisiológi
fisiológica
ca del hombr
hombree la
lass fuentes de su comportamien
compor tamiento to social.
social. Piensa
Piensa que
la constitución biológica hereditaria
heredita ria no especific
especificaa lo
lo propio del hombre sino que con-
viene investigar la clave
clave explicativa
explicativa de sus comportamie
comp ortamientosntos en las relaciones con su
medio sociocultural. No son pues los instintos y los reflejos los que unen a los hom-
bres entre sí sino su pertenencia
pertenenci a a la sociedad:
sociedad: sisin
n duda
du da sería exagerado decir que la
vida psíquica
psíquic a no comienza
c omienza sino con la lass sociedades; pero es cierto que ésta no se extien-
extien-
de salvo cuando las sociedades se desarrollan Así la gran diferencia que separa al
hombre del animal, a saber el más grande desarrollo de su vida psíquica, se remite a
ésta: su mayor sociabilidad (Durkheim, 1902, pp. 337-338).
 

S i n e m b a r g o D u r k h e i m n o o p o n e p o r e s o l a s o ccii ooll oogg ííaa a l a ps


p s iicc o lo
lo g ía
ía . E n s u o b r a
p u b l i c a d a e n 1909 Sociol
Sociologieogie rel
religieus
igieusee et thkorie de la connaissance
c onnaissance escribe:

porque nos hemos apliaplicado


cado a distinguir a l individ uo d e la sociedad, en ocasiones se nos
reprocha querer hacer una sociología que, indiferente a tod o lo qu e concie concierne
rne al hom -
bre, se limitaría a ser un a historia exterio r de las
las institucione s [ ] Ese reproche es injus-

tificado [ ]deDesuuna
satisfecho manera
tarea cuando general
él no estimamos
esti
ha mamos quelas
explorado el sociólogo
sociólogo no est
profundidades está
á comp
de letamente
los individuos
con el fin de vincular lalass instituciones d e las
las cuales
cuales da cue nta a sus condiciones psicoló-
gicas.
gic as. decir
decir verda
verdad,
d, el homb re es para nosotros menos un p un to de parti partida
da que un
pun to de lle
llegada
gada [ ] M uy lej lejos
os entonces de que la sociología, así entendida, sea ajena ajena a
la psicología, ésta condu ce a una psicología, pero m uch o m ás completa y complej
psicología, ésta complejaa que
es
esaa que hacen los puros p sicólogos.

Y e n s u c é l e b re
re o b r a s o b r e l aass re
r e g la
la s d e l m é t o d o s o c i o llóó g i co
co , D u r k h e i m d e f i e n d e e l
p u n t o d e vvii s ttaa d e q u e l a s o c iioo l o g ía
ía n o s e d e f i n e c o n t r a l a p s iicc o lo
lo g ía
ía , s i n o q u e é s t a eess
p o r e l c o n t r a r i o s u c o m p l e m e n t o i n d iiss p e n sa
s a b l ee::

Sorp renden teme nte se engañaría


engañaría qu ien d e lo que antecede (el rechazo
rechazo de la psicología
individual para explicar los
los hechos sociales)
sociales) quisiera ssacar
acar la conclusión de que, en nues-
tra opinión, la sociología debe o incluso puede hacer abstracción del hombre y de sus
facultades. Por
Por el con trario, es evidente qu e los caracteres
caracteres generales de la naturaleza h u-
man a participan en el trabajo de elaboración del qu e resulta la vida social. Solamente
qu e n o son éstos quie
quienes
nes la suscitan ni quienes le dan su forma espec
especial
ial:: éstos no hacen
sino volverla posible. Las representaciones, las emociones, las tendencias colectivas no
tienen com o causas generadoras
generadoras ciertos estados de conciencia de particulares,
particulares, sino lalass
condiciones en que se encuentra el cuerpo social en su conjunto (Durkheim, 1947,
p. 105 .

La apertura a la psicología se inscribe en un proyecto que pone en evidencia el


c o m p o n e n t e ssoo c ia
i a l d e l s e r d e l h o m b r e . L o e ssee n c iiaa l p a r a D u r k h e i m e s e x p li
li c ar
ar l o s h e -
c h o s s oc
o c iiaa llee s d e u n a m a n e r a s o c iioo l ó gi
g i c a s i n l o c u a l s e a rrrr iiee s g ar
ar ííaa a a s i g n a r c o m o c o n d i -
c i ó n d e t e r m i n a n t e a l o s f e n ó m e n o s s o c ia
ia l eess a l g u n o s e s ttaa d o s p s íq
íq u i c o s , r e l a t i v a m e n t e
d e f i n i d o s y e s pe
p e ccii aall eess , p e r o q u e , d e h e c h o , s o n s u c o n s e c u e n c i a
sí s e h a n c o n s iid
d e r ad
ad o c o m o i n n a t o s al h o m b r e c i eerr ttoo s s e n t i m i e n t o s d e r e llii ggii o si
si -
d a d , u n p o c o d e c eell o se
s e x uuaa ll,, d e a m o r f il
il iiaa ll,, d e a m o r p a t e rn
rn a ll,, e ttcc ..,, y d e hí s e h a n q u e -
rid o explicar llaa religi
religión,
ón, el m atri m on io , la fam ilia.
ilia. Pero la histori a ,m u estra q u e eesa
sass
i n c l in
in a c i o n e s , l e jo
jo s d e s ere r i n h e r e n t e s a l a n a tu t u r a l e za
za h u m a n a , o b i e n s o n t o t a l m e n t e
i n e x i s te
te n t e s en
en c i e rrtt a s c ir
ir c u n s t an
a n c i a s s o c ia
ia llee ss,, o , d e u n a s o c i e d a d a o t r a , p r e s e n t a n t a -
l e s v a ri
r i a ccii o n es
es , q u e e l r eess i d u o q u e s e o b t i e n e e l i m i n a n d o t o d a s e s aass d i f e r en
en c i a s , y q u e
 

sólo puede
pue de ser considerado comcomoo de origen psicológico, se reduce a algo vago y esque-
mático que
q ue deja a una dist
distancia
ancia infinita los hechos que
qu e sese trata
tratann de expl
explica
icar.
r. Por ello,
esos sentimientos son producto de la organización colectiva, lejos de ser su origen
(Durkheim, 1947, p. 106).
Desde esta perspectiva,
perspectiva, no se pueden comprender la lass necesidade
necesidadess de un individuo
sin referirse a la situación concret
concretaa en la cual éste se encuentra, situación que produce
el tipo de necesidades que se reconocen como tales, así como los medios propuestos y
reivindicadoss para satisface
reivindicado satisfacerlas.
rlas. Igualmente no pueden considerarse las las aspiraciones
aspiraciones
de un indivi
in dividuo
duo en sí sí , sin comprender por q qué
ué est
estáá él aspirado. E
Ess el
el sentido de lo
loss
trabajos ded e Pierre Bourdieu sobre la lass aspiraciones de las
las generaciones
genera ciones sucesiv
sucesivasas que se
constituyen en relación con los estados diferentes de la la estructura de la distribución de
los bienes y de la lass oportun
oportunidad
idades es para acceder a ééstos
stos (Bourdieu, 19 198 81, p. 151).
151). Es
conveniente describir y comprender la estructura social y el lugar que el individuo
ocupaa en ella para analizar la
ocup lass condicio
condicionesnes de producción de las aspiraciones
aspiraciones y de su
modo
mod o de realización.
realización. Así pues, en la relación con la estructura y no en e n la naturalez
naturalezaa del
individu
indi viduo o la sociología investiga aspiraciones y de
investiga el sentido de las necesidades, de las aspiraciones

las motivaciones de los individuos. Para Bourdieu, el individuo, al que él llama el


cuerpo socializado, no se opone a la sociedad en la medida en que él es una de sus for-
mas de exi
existen
stencia.
cia. Lo
Lo q
que
ue lo conduce a criticar eell cconj
onjunto
unto de aproximaci
aproximaciones
ones que
tienden a separar al individuo y a la,sociedad:

la evidencia de la individualización biológica imp ide ver qu e la sociedad existe bajo do s


formas inseparables: por un lado las instituciones que pueden asumir la forma de las
cosass físi
cosa cas,, mo num ento s, libros, instrum entos, etc., y por otra las disposiciones ad-
físicas
quiridas, las maneras perdurables de ser o de hacer que se encarnan en los cuerpos [lo
que él llama os habittls Bourdieu, 98 1 p. 29).

No se trata d dee constr


construir
uir una psicología
psicología independientemente del estudio de eso esoss
procesos de incorporación que hacen de lo que los psicólogos llaman la persona u
cuerpo socializado. LosLos comportami
compor tamient
entos,
os, las
las actit
actitudes,
udes, las cualidades, los sentimien-
tos son disposiciones que explican la manera en que lo colectivo está depositado en
cada individuo.
Esta situación conduce a criticar el carácter a menudo empírico y substancialistade
muchos enfoques psicológicos que intentan explicar al hombre por el hombre y en
particular la
lass teorías que
qu e ven
ven el deseo como si constituye
constituyera ra parte sustancial
s ustancial del se
serr del
hombre:

el psicólogo
psicólogo empírico, definiendo al hom bre p or sus de
dese
seos
os [...] ve el deseo com o exis-
exis-
tente en el hom bre a m anera de contenido de su conci enciaa y cree que el sentido del
concienci
 

deseo es inherente al deseo mismo. [ ] Pero si deseo una casa, un vavaso


so de agua,
agua, un
cuerpo de mujer, jcómo pueden ese cuerpo, ese vaso, ese inmueble residir en mi deseo
y cómo mi deseo puede ser otra
otra cosa
cosa que la conciencia de esos objetos
objetos como deseables?
(Sartre, 1979 p. 616). .
.

Decididam
Decid idamente
ente lo soci
social
al dirige la
la conciencia respecto a lo que
qu e es desea
deseable
ble y lo qu
quee
no lo es. Es
Es nece
necesario
sario que el
el individuo
indiv iduo haya tenido
teni do conocim
con ocimient
ientoo de esos
esos objetos, qu
quee
en un
u n m om
oment
ento
o u en ot
otro
ro le son dados como
com o accesi
accesible
bless y designados como dese
deseables,
ables,
para que puedan
pueda n residir en su
su deseo.
deseo. Para
Para Sartre, los deseos
deseos no so
sonn pequeñas entida-
enti da-
des psíquicas
psíquicas que habitan
habit an la conciencia , sino lo que conecta la pulsión
pulsión al objeto. No
se puede
puedenn considerar en-sí independi
indep endientem
entemente
ente de los objetos sobre los cuales
cuales se envisten
y que pueden procurar la satisfacción. Si el fin de la pulsión es inmu
inmutabl
table,
e, en el senti-
do en q
que
ue impulsa
impuls a sin cesar hacia la satisfacción, el objeto
objet o que procura
pro cura esta satisfac
satisfac--
ción es variable,
variable, es decir que
qu e puede fácilmente
fácilmen te ser
ser reemplazado por otro.
ot ro. Sin embargo
n o se
se ~ u e d esir la pulsión sino a través de los objetos. El mund
mu ndo
o del deseo no es com-
prensible sino a partir del mu ndo
nd o de
d e los obj
objetos
etos y del sistema
sistema de producción y de dis-
tribución
tribució n que lo constituyen (Baudrillard, 1968).

l irreducti
irreducti le psíquico

Si el
el iindividu
ndividuoo no puede concebirse
concebirse fuera de los babitus que lo constituyen como
co mo tal y
que determinan sus prácticas sociales, no podemos sin embargo reducirlo a esta di-
mensión de s u identidad.
id entidad. Aunque
A unque incluso consideramos
consideramos sus
sus aspiracione
aspiraciones,
s, sus motiva-
ciones, sus creencias,
creencias, sus gustos y sus formas de
d e pensar como disposiciones programa-
das y socialmente condicionadas, no podemos sino constatar que el individuo no se
reduce nunca
nun ca al conju
con junt
ntoo de
d e la
lass determinaciones
determinacion es sociales y de los proceso
procesoss de sociali-
zación que lo constituyen. Si la sociedad vista por los sociólogos
sociólogos parec
parece
e una especie
de come
comedia dell rte en la cual los actores improvisan sobre los
dia los temas impuestos (Ray-
(Ray-
mond
mo nd,, Aron),
Aron) , conviene interrogarse sobre lla
a naturaleza de esta facultad de improvisa-
ción que
q ue puede
pue de crear situaciones nuevas e inéditas que
q ue a vece
vecess trastorn
tras tornan
an el arreglo de
los temas y llevan al actor a salir del marco impuesto
impu esto al inicio. Se trata pues de com-
prender lo que interviene más allá de las regularidades objetivas que determinan las
conductass probables de tal o cual individuo,
conducta individuo, cómo éste puede ser otra cosa que lo que
debería de ser según esos análisis.
¿Cóm
¿C ómo
o podemos comprender la
lass diferencias de trayectorias entre individuos que

tienen la misma historia,


histor ia, la misma posición social,
social, condiciones de existencia
existencia similare
similaress
 

si no integram
integramos
os en la explicación la existencia
existencia de factores psíquicos?Sartre
psíquicos? Sartre plantea
plan tea es
es--
ta cuestión a propósito de la ambición literaria de Flaubert:

ni la herencia, ni la condición burguesa, ni la educación pueden dar cuenta de ella; mu-


cho menos aún las consideraciones psicológicassobre
psicológicassobre el temper mento nervioso
nervioso que han

estado de moda algún tiempo: el nervio no es significante [...] En ci cierto


erto sentido
sentido la
la am-
bición de Flaubert es un hecho
hecho co
conn toda
toda su cont
continge
ingenci
nciaa - e s cie
cierto
rto que es imposible
imposible
remontarse
remon tarse más
más allá del hecho-
hecho- pero
pero en
en otro sentid o, ésta se re liz y nuestra satisfac-
sen tido,
ción es una garan tía de que más allá de la ambición podríamos captar algo más, algo asl
garantía
como una decisión radical que,
que , sin dejar de ser radical,
radical, fuera lo verdadero [Jean P Paul
aul
psíquico] (Sartre, 1979, p. 619 .
Sartre: irreductible psíquico]

Nos hemos confr


confrontado
ontado aquí
a quí al aspecto de la singularidad que hace
hace que el indivi-
d u o no ~ u e d aeducirse sino a su dimensión de actor social determinado por sus
condiciones concretas de existencia,
existencia, pero que es igualmente un
u n sujeto actuante, cuan-
do incluso lo
loss móviles
móviles que lo impulsan son en parte inconscientes. Necesitamos
Necesitamos en-
tonces intent
int entar
ar delimitar
delimi tar ese
ese núcleo duro
du ro del ser del hombre
hom bre que no se deja sociolog
sociologi-
i-
zar Ser de deseo en busca del deseo de ser,
ser, el individu
individuoo no
n o puede reducirse a una larva
mamífera programada socialmente.
En esta búsqueda del irreductible psíqu
psíquico
ico , Jean-Paul Sartre critica el error
error que
consiste en considerar
conside rar la investigación
investigación psicológica como terminada
te rminada tan pront
p ronto
o como
com o
se ha alcanzado el
el conju
co nju nto concreto de los deseo
deseoss empíricos. sí un hombre
hom bre se defi-
niría por el conjunto de tendencias que la observación
observación empírica habrá
habrá podido estable-
estable-
cer (ibid., p. 617). Es lo que él nombra
nom bra la ilusión
ilusió n empírica
empíric a que consiste en explicar
el deseo de pescar
pescar por amor
amo r a la pesca,
pesca, la visita a las
las galerías
galerías de pintura
pint ura por el amor a
la pintura
pint ura,, las eleccion
elecciones vocación y la
es profesionales por la vocación lass elecciones
elec ciones afectivas
afectivas por el

amor. El empirista
em pirista observa, clasif
clasifica,
ica, describe
describ e pero no
n o interpret
i nterpreta,
a, es decir que él no se
remonta a las causas, no aprehende lo que está en el fundamento de las conductas, de
las creencias y de los sentimientos. Ahora bien, no comprendemos nada en tanto
ta nto que
describimos
describ imos una sucesión de deseos
deseos sin asir
asir su origen. Ahí donde
don de el psicólogo
psicólogo se
se de-
tiene, el hecho considerado
cons iderado se
se da como primero , lo que conduce a Sartre a investigar
investigar
el verdadero irreduct ible psíquico [...] cuya irreductibilidad
verdader o irreductible irreductibi lidad sería evidente para
para noso-
tros, no se presentaría como el postulado del psicólogo y el resultado de su rechazo
rechazo o
de su incapacidad
incapac idad a ir más
más lejos
lejos (ibid., p. 62
620)
0).. Esa
Esass críticas de la psicología empírica
empíric a
conducen a Sartre a definir un
u n proyecto de investigac
investigación
ión que consiste en compren-
der cómo
cóm o los
los dese
deseos
os en llos
os cual
cuales
es el sujeto se historializa en un momen
mo mento
to dado
dad o signi-
signi-
fican la relación
relación global con el mu nd
ndoo por la cual el sujeto se constituye
consti tuye como un sí-
mismo (ibid., p. 623).
 

Más allá de los deseos y de sus manifestaciones concretas, conviene investigar el ser
mismo del sujeto considerado:
considerado:

el proyecto original de un para-sí no apunta mas que a su ser [ ] El hombre es funda-


mental
men talmen
mente
te d
deseo
eseo de ser y la existencia de ese
ese deseo no debe es
establecerse
tablecerse por una

inducción empírica;
to que el deseo ésta esyel
es carencia el resultado
para-sí es de unaque
eell ser descripción delp
apriorisu
es para sí mismo ser ia
prop
ropiapara-sí,
carencpues-
carencia
ia de
ser ibid., p. 624 .

D e la misma manera
man era que no se puede accede
accederr a la pulsión desde fuera
fuera de los objetos
objetos
de los cuales ésta se inviste
inviste,, el deseo de
d e ser no es nada fuera ddee la expresión simbólica
quee encuentr
qu encu entraa en des
deseos
eos concreto
concretos.s.
2
I

No hay primero un deseo de ser y después numerosos sentimientos particulares, sino


que el deseo de ser s61o existe y se manifiesta en y por los celos, la avaricia, el amor al ar-
te, la cobard
co bardía,
ía, el
el valo
valor,
r, las mil expresiones
expresiones conti
contingen
ngentes
tes y empíricas que hacen que la
realidad humana no se nos aparezca nunca sino al se
serr puesta de manifiesto por un hom-
bre determinado, por una persona singular ibid., p. 625 .

En otras palabras,
palabras, el deseo
deseo de ser no se rrea eali
liza
za sino como un deseo
deseo ded e maneras de
ser,, y ese deseo
ser deseo d e maneras de ser se exp expresa
resa a su ve vezz a través de miles de deseo
deseoss con-
con -
cretos que constituyen la trama de nuestra existencia.
D e ahí el inter
interés
és de estudiar llas
as buena
buenass y las malasmalas maneras, es decir la forma en
quee el deseo de ser va a socializarse
qu socializarse,, a insc
inscribir
ribirse
se en la coti
cotidiani
dianidad
dad de las rela
relacione
cioness so-
ciales. Se tratrata
ta de
d e analizar
analizar có
cómomo ese deseo de maneras de ser se historializa , es decir
se actualiza
actualiza en las prácticas de los objetos, de las personaspersonas y de las aventuras que q ue cons-
tituyen una historia de d e vida.
vida. Ese trabajo
trabajo ddee objetivación
objetivación es para Sartre el medio para
alcanzar
alcan zar elel proyecto de se serr , es decir el proyecto original a travétravéss del cual una perso-
int enta constituirse. Así él define la realidad huma
na intenta hu mana na co
como
mo deseo de ser ser en-sí , y
plantea la existencia
existencia com o una dialécti
dialéctica
ca entre el ser y la nada. En ttant ant o que 'aniqui-
lación' de lo en-sí y evasión perpetua de la contingencia y de facticidad el ser quiere
se
serr su propio fundamento. Ser Ser su propio fundamento
fundament o es tomar u una
na pos
posició
ición
n de
d e su-
jeto
jeto que se inscrib
inscribee dentro
dent ro de ununaa búsqueda
búsqueda constante
const ante de libertad: el único ser que
puedee llamarse
pued llamarse libre es eell que aniqui
aniquila
la su ser . En es esee sentido la historia de u unn indivi-
duo , su destino, se inscrib
inscribee en la elelecc
ección
ión que ha hecho d e sí mismo (ser (ser esto
esto no es ser
ser
aquello) como lo hace todo hombre originalmente y a cada instante, en situaciones
extremas defindefinidas
idas históricamente (Léris(Léris citado
citad o por
po r Sartre, 1980 p. 11 ). Es lo que él

llama el
el p
psicoa
sicoanálisi
nálisiss existencial
existencial,, métod
mé todo
o destinado
destin ado a esclar
esclarecer
ecer en una fo
forma
rma riguro-
 

samente objetiva, la elección subjetiva por la cual cada persona se hace persona, es
decir se
se manifiesta
manifiesta a sí misma lo que es es (i bi d, p. 14 .
Dent
De ntro
ro de esta perspectiva Sartre analiza su propio
prop io destino en las palabras , el el de
FlaUbe
FlaUbertrt o el de Baudelair
Baudelairee o incluso eell de ~ e a n enet,
e net, a fin de
d e reencontrar la elecci
elección
ón
original que cada quien hace de sí mismo y por la cual decide lo que qu e será y lo que es.
Así a propósito
propósit o de Baudelaire
Baudelaire,, internado
internad o en una pensión después de la muerte de su
padre y el segundo
segundo matrimonio
mat rimonio de su madre, que tanto adoraba, Sartre escribe: escribe:

esta brusc
esta bruscaa ruptura
ruptu ra y la trist
tristeza
eza que conl
conlleva
leva lo
lo ha arrojado
arrojado sin transición
transición en la existencia
personal [ ] descubre en la vergüenza que es uno, que su existencia le es dada por nada
[ ] Comprobó que era otro por el brusco descubrimiento de su existencia individual,
pero a l mismo tiempo reafirmó y asumió esta alteridad en l humillación, el rencor y el
orgullo. A partir de ese momento se vol volvió
vió otro: otro diferente a su madre con quien era
uno y quien lo rechazó, otro diferente a sus compañeros indiferentes y groseros; él se
siente y quiere sentirse único hasta el extremo del goce solitario, único hasta el terror
(Sartre, 1980, pp. 20 y 21).

Y den
dentro
tro d e esa
esa confrontación con la mera conciencia de sí mismo comienza a con-
vertirse para nosotros en Charles Baudelaire, que ocurre como sujeto. Pero, agrega
Sartre, esta
esta intuic
int uición
ión fulgurante
fulgura nte está perfectam
perfectamente
ente vací
vacía:
a: El niiío acaba de conven-
cerse de que no es cualquier persona, o bien se convierte precisamente en cualquier
persona al adquirir esta convicci
convicciónón . Esta toma
tom a de
d e conciencia abre el camino de la li-li-
renunciam iento al narcisismo
bertad e igualmente el de la soledad, de la angustia, del renunciamiento
primario y al idealismo. Aque Aquell que algún día sese dio cuenta de esta verdad, que no hay
otro fin en esta vida
vida que el que uno se ha dad dado
o deliberadamente, ya no tiene tantas
ganass de busca
gana rse (i bi d, p. 36). La aniquilación del ser introduce al mundo de la
buscarse
existencia: es posible que uno no sea para sí mismo a la manera de una cosa. Puede
ser incluso que no sea en lo absoluto, siempre en entredicho, siempre en prórroga,
quizás
quiz ás uno
un o deba constituirse perpetuamente.
perpetuamente.
El interés y el límite del enfoque
e nfoque de
d e Jean-Paul
Jean-Pa ul Sartre surgen de la necesidad de pos-
tular un deseo de ser como motor del destino individual individual sin poder demostrar su
fundame
fund amento
nto desde fuera de de un proceso
proceso fenomenológico. Él hace hace una demostración a
contrario que postula un irreductible
ir reductible psíquico,
psíquico , hasta que
qu e se
se prueba lo contrario.
con trario. A l no
poderlo observar experimentalmente y por ende demostrar científicamente su exis-
tencia, muestra que es imposible no postular su existencia cuando se busca compren-
der la dinámica de construcción del individuo que participa en su propia producción.
¿Cóm
¿C ómoo delimitar ese deseo de ser en el el fundamento
fund amento de la constitución de sí como
sujeto?,, jcómo dejar atrás la psicologí
sujeto? psicologíaa empirista sino yendo
yen do al corazón del funciona-
 

miento psíquico en sus fundamentos más inconscientes? Destruir lo que se es para


poder
pod er hacerse
hacerse es una dialéctica qu
quee vuelve a encontrars
encon trarsee en el méto do psicoana
psicoanalítico.
lítico.

a dialéctica del sujeto del deseo y del objeto

Para el psicoaná
psicoanálisis,
lisis, la existencia
existencia del sujeto
s ujeto capaz de pensarse
pensarse co
comomo tal está ligada a la
existe
existenci
nciaa del otro. En la experiencia
experiencia primaria de d e la existe
existenci
nciaa del prój
prójimo
imo el sujeto
puedee to mar conciencia de su propia existenc
pued existencia.
ia. El niño com o sujeto de dedeseo
seo es
es indi-
sociab
soc iable
le del niiío objeto
obje to de deseo del otro. La problemática del deseo se articula en
unaa dialéctica de la relaci
un relación
ón sujeto-objeto:
sujeto-obj eto:

al parecer
parecer een
n un mis
mismo
mo movimiento se constituye
constit uye la díada sujeto-objeto.
sujeto-objet o. El
El ob
objeto
jeto en-
tendi
ten dido
do como
co mo aquel a travks
travks del cual la necesidad llega
llega a satisfac
satisfacerse;
erse; el sujeto en
enten
tendi
dido
do
como aquel que conoce
conoce el
el deseo y se
se siente
siente existir één
n ttant
antoo que lugar de deseo (Viderman
(Viderman,,
1968 p. 736 .

N o puede haber sujeto sin objeto. La expresión


expresión última de d e esta
esta situación, cuando
cua ndo el
sujeto se tom a a sí mismo com o objeto de su deseo,
deseo, es eell narcisism
narcisismo o que
qu e lleva
lleva a Nar-
Nar-
ciso a ahogarse en la representación de su imagen.

La contradi
cont radicció
cciónn primera
prime ra del sujeto
sujeto es que el narcisismo solo es imposible: desde que
accede a una existencia psíquica, desde que hay un esbozo de un yo, el objeto es puesto
en la mira y su negación misma
misma,, llamada narci
narcisista,
sista, no hace
hace sin
sinoo subrayar mucho más
más el
rol esencial. Por
Por lo tanto
ta nto el sujeto, definitivamente,
defini tivamente, sese encontrará ligado a un mundo
mund o de
objetos fuera del cual su existencia no es concebible (loc. cit.).

La génesis
génesis del sujet
sujetoo y del objeto, por t ant o del dese
deseo,
o, es resulta
resultado
do de u n apuntala-
miento
mien to recíproco
recíproco quequ e inserta de entrada
entrad a al
al individuo, por la vía del nar
narcisism
cisismo,
o, en el
mu nd o exteri
exterior.
or. En
E n ta
tanto
nto que
qu e investidura
investidura del sujeto en sí-mismo,
sí-mismo, el narcisismo
narcisismo eestá
stá
en el fund ament o de su ex exis
iste
tencia y de su capacidad de
ncia d e establec
establecer
er una
u na relación co
conn el
mu nd o exterio
exterior:
r: es nece
necesar
sario
io amarse
amarse a sí mismo para po poder
der am
amarar a los otros y encon-
trarse amable para esperesperarar que los otros lo amen. E n tanto
t anto que ilusión de la concien-
cia, el
el narcis
narcisismo
ismo está en la base del ideal -es sie siempr
mpree un a ima
imagen
gen idealizada la qu e es
nada- y por consiguiente de todos los tropismos de la idealidad. Esta ilusión no
es menos real
real e n ta nt
ntoo qu e existe
existe,, pero se confronta
confro nta a otr a realidad
realidad en la re
relac
lación
ión nece-
nece-
saria con el mu nd o exterior
exterior..

Percibimos
Percibimos aquí el doble
dobl e aspecto del objeto:
 

-Co mo realidad perteneciente


-Como pertene ciente al mumund ndo
o de la
lass cos
cosas
as exteriores, la
lass que se tom
toman
an
como objeto de investidura: el seno, el cuerpo, el otro, pero tambi6.n las perso-
nas, las
las creencias, las instituc
inst itucion
iones,
es, las coleccione ... El objeto es entonces
enton ces una
necesidad vital
vital sin el
el cual no solamente
solam ente el
el sujeto, sino también el indivi
individuo
duo con-
creto (bio-psico-social) no puede sobrevivir.

-Como realidad interior,


interio r, proyectada o introyectada
introy ectada por eell sujeto, que le permite
constituirse en sí-mismo de otro modo
mod o que
qu e con una sumisión radicradical
al y comple-
comple-
ja hacia el mu
munn d o excerior
excerior..

Pensar que u
Pensar uno
no puede prescindir del mund mu ndo o de
d e los objetos o a la inversa,
inversa, que éstos
son todo,
tod o, son dos
do s ilusion
ilusiones
es que encubren la circulari
circularidad
dad dialéctica que vava del enfo-
que en el
el sujeto a la
la omnipotencia
omnipoten cia del narci
narcisism
sismo o -donde su tentativa
tentativa de escapar
escapar a la
la
muerte
mue rte surge de ssíí mismo, está mediatiz
mediatizadaada por sí mismo
mismo-- y siempre frente a la om om--
nipotencia proyectada del objeto (ibid., p. 739).
Esta circularidad muestra en qué q ué medida la lass oposiciones entre lo interno
intern o y lo exter-
no, lo indiv
individual
idual y lo lo colectivo, el yo y los otros,
otros , construyen
constru yen rupturas
rupt uras formales que no
pueden dar cuenta
cu enta de los llazazos
os entre lo social
social y el psiquismo y que no lleganllegan nunca
nu nca'a
'a
captar lo que es del orden del deseo.
El deseo es
es inmutable
inm utable e irracional.

nmutable en tanto que empuja hacia la satisfacción. Si el objeto que puede


procurar la satisfacción es variable, en la medida en que puede ser reemplaza-
do por otro,
otr o, el deseo
deseo nunc
nuncaa está definit
definitivament
ivamentee satisfecho:
satisfecho: la frust
frustración
ración es in-
manent
man entee al deseo
deseo mismo. El deseo no conoce límites en la la búsqueda
búsqu eda de una sa-
tisfacción que nunca se cumple.
rracional
rracio nal pues, como lo sefial
sefialaa S. Viderm
Viderman,
an, lo que hace que el ho hombr
mbree se
seaa
hombre
hom bre es que no persigue sino objetivos que se desvanecen, espejismos para la
razón. Está en su naturaleza constituirse en el deseo: un deseo cumplido hace
reaparecer el deseo dirigido
dirigi do hacia ot otro
ro objeto que
q ue jamá
jamáss estará ccerca
erca (ibid.,
p. 45 .

La irracionalidad
irracionalid ad del deseo human
hu mano o su
sustrae,
strae, al
al menos en parte
parte,, la existenci
existenciaa hum
huma-
a-
na de las leyes de la biología y la sociología. El hombre no se somete pura y simple-
mente
men te ni la lógica de la racion
racionalidad
alidad de las
las necesidades
necesidades que
qu e lo llevarían a satisfacerse
satisfacerse
sólo en lo que le es estrictamente útil, ni a la lógica de la racionalidad social que lo
conduciría
condu ciría a adapta
adaptarse
rse a la posición q
que
ue le es
es asignada den
dentro
tro de las relaciones sociale
socialess
para asegurar la reproducción social.
 

Es claro que el erotismo no es reductible a las necesidades de la procreación. De


igual manera, la ambición es un movimiento hacia su objetivo está siempre por al-
...

canzarse.
canzarse. Dentro
Dent ro de su naturaleza está no aceptar límites. La muerte aparece como el
único desenelace
desenelace de un deseo que no
n o puede
pue de encont
en contrar
rar fin en su satisfacción.
satis facción. Si el ero
ero--
tismo, y la ambición, se inscriben dentro de lo social, que los canaliza hacia formas

útiles
du
duoo queo aceptables socialmente,
tiende a constituirse
constitui éstos son
rse en sujeto en principio
en una búsquedauna
búsqueda producción
nunca terminada de de
dun
e laindivi-
satis
satis--
facción de su deseo. Pero son igualmente producciones sociales. Si el deseo es caren-
cia, ésta
ésta no puede ser satisfecha
satisfecha sino por lo que se reconoc
reconocee como deseable.
deseable. No puedo
desear sino lo que
qu e no tengo, y es porque no lo tengo que q ue es deseable,
deseable, pero para saber
que yo
yo no lo tengo es necesario
necesario que pueda verver a otro
otr o que lo pose
posea.
a. El objeto del deseo
deseo
sólo es
es deseado porque
porqu e es el
el objeto del deseo del otro decía Hegel. El El objeto no se co-
dicia en sí mismo,
mism o, por su valor
valor de uso.
uso. El deseo del otro
otr o le da este valo
valor.
r. El objeto no
puede convertirse
conve rtirse en la meta de un
u n deseo sino a travé
travéss de la mediación
mediaci ón del deseo del
otro.

l sujeto frente
fren te al deseo del otro

Para que un niiío exista, es necesario


Para necesario que un deseo de niiío haya existido. Desde luego
que en el moment
mom ento o de la concepción el deseo
deseo del niiío non o está forzosamente presente.
Lo esencial se juega en el deseo de un u n homb
h ombrere por una mujer y, y, en el mejor de los ca-
sos,, en el deseo
sos deseo recípro
recíproco.
co. Para hacer un
u n niño,
niño , es necesario
necesario entonces un deseo de hacer hacer
el amor, posteriormente un deseo de embarazo para que la mujer lleve lleve ese
ese niiío poten-
cial hasta su término, después un deseo de niño para que ésta lo traiga al mundo. La
ausencia de deseo no excluye el desarrollo del proceso biológico que comienza con
la fecundación de un óvulo por un espermatozoide,
esperm atozoide, la constitución de un feto y su ex- ex-
pulsión del útero alrededor del noveno mes, pero esta ausencia amenaza con volver
ese
ese movimiento más problemático.
El nacimiento de un niño es el signo de un deseo de niño, expresión del deseo de
otro.. Pero para que el
otro el niño exista, es necesar
necesarioio matar este
este niño que
qu e está
está en ééll que no
es Él, puesto q queue él es
es una imagen de niiío forjada por otros, frecuentemente por los
padres, imagen ideal terrorífica que funda el el narcisismo primario en el el cual cada
quien corre
c orre el
el riesgo
riesgo de perderse. Así,
Así, el suje
sujeto
to está sujetado
suje tado al deseo del otro
otr o y marca-
do en su serser por su posición de sujetado Uacque Uacquess Lacan).
El sujeto tiene la necesidad de sentir que ha sido s ido deseado para existir,
existir, pues
pues la ausen-
cia de deseo
deseo lo reif
reifica
ica a la imagen de los
los niños autistas
au tistas que Bruno Bettelheim describe

en aforteresse vide (Bettelheim, 1977 . Por otra parte, para nacer a sí-mismo en el
 

mund
mu ndo
o del deseo,
des eo, para decir
deci r Yo ve) , para vivir,
vivir, el sujeto debe
de be matar
mata r ese niño que
q ue es el
el
niño del deseo de otro y que inten
in tenta
ta ocupar
ocup ar el lugar
lugar en sí mismo. La
La vida se funda en-
tonces
tonces en una fuerza
fuerza de muerte,

la que consiste
consiste en matar al niño maravilloso o terro
terrorifico
rifico)) que, de generación
generación en gene-
ración
rac ión,, da
da te
testi
stimon
monio
io de los
los sueños y los de
deseos
seos de los padres; no puede vivi sino a costa
vivirr sino
del asesinato
asesinato de l imagen primera,
primera, extraña
extraña,, en lla
a cual se inscri
inscribe
be el nacimiento
nacimiento de cada
quien (Leclaire, 1975, p. 10).

Asesinato irrealizable pero necesario, pues no hay vida posible, vida de deseo y de
creación,, si se deja de matar al niño
creación niñ o maravil
maravilloso
loso que siempre renace.
renace.
Este niño nos precede. Está ahí, antes de que el sujeto se exprese. La investidura
imaginaria
imaginar ia de los padres
padres construye
const ruye un ideal de niño antes de que éste nazca
nazca en el mun-
mu n-
do. La herenci
herenciaa precede al heredero.
hereder o. Estamos habitados po
porr la historia
histor ia de nuestros
nuestr os pa-
pa-
dres antes de haber nacido.
nacid o. El
El ni
niño
ño imaginario
i maginario se
se inscribe en un registro socio-mental
socio-m ental
que es la expresión de una historia familiar y social. El deseo está encarnado
encarna do en la

d e las generaciones y en el tiempo pasado.


cadena de
Niño clave de los sueños, niño salido de los cuentos de hadas, niño perdido, re-
encontrado y perdido otra vez, las historias de infancia que nos encantan y nos dan
miedo son la expresión de esos fantasmas originarios que marcan para siempre las
historiass de vida
historia vida.. Necesitamos constante
co nstantemente
mente reescribir la
la historia de ese
ese niño para
escribir su propia historia,
histo ria, en el renunciamiento
renunciamien to y el reconocimi ento. Y renunciar es
el reconocimiento.
morir, ya no tener razones
razones para vivir
vivir,, pero fingir manteners
mantenersee firme, es
es estar condenado
a no vivir (Leclaire,
(Leclaire, 1975; p. 12).
niñ o l que el sujeto busca conformarse
Este ideal de niño conformars e es el
el fundarnénto
fundarnén to del narcisis-
narcisis-
mo y d
del d el Yo Moi):
el ideal del

El ni
niño
ño maravilloso es una representación inconscie
inconsciente,
nte, primordial dónde se anudan,
con mayor hie hi ena
na,, los deseos, nostalgia y espe
esperanza quien. En la realidad trans-
ranza de cada quien.
parente
parent e del niño, hace ver casi sin velos lo rea
niño, la representación hace reall de todos
todos nuestro
nuestross deseos
deseos
(loc.
(loc. cit.).
cit.).

Pero en el mismo movimiento,


mov imiento, es preciso
preciso renuncia
renunciarr a esta imagen de niño,
niñ o, pues és-
ta confronta riesgo de perderse en la ilusión. Al querer ajustarse a este niño
confro nta al sujeto al riesgo
ideal
ideal se
se arrie
arriesga
sga a ~e rd er se , trapado en el deseo del otro. Para acceder
acceder a-su existencia

En francés eexisten
xisten dos pronombres para referir
referirse
se al Yo,
Yo, elJE YO)
YO) que en este artículo se refiere al sujeto gramatical
y el pronombre id 1 YO) qu e se refiere al Y
Yoo com o e ntid ad psíquica N . d e T.).
psíquica
 

propia, el sujeto tiene necesidad


necesidad de elaborar el duelo de la representación de plenitud
y de goce que representa este
este niño ideal.
ideal. Aquí sin dud
dudaa es necesario
necesario comprender el
fundamento
fundam ento de las religio
religiones
nes y de la
lass creencias.
creencias. ¿Quién
¿Quié n representa
representa mejor la p
plenitu
lenitud
dy
el goce inmóvil de Dios? Co n mayor motivo cuando se trata de un dios hecho ho
hom-
m-
bre, que se encarna en u
unn niño-rey
niño-rey,, presentado como
com o un modelo d
dee perfección a cada
uno de nosotros.
Esta dialéctica remarcablemente expuesta por Leclaire (1975) en O n tue un enf
enfant
ant
es el fun
funda
dame
ment
nto
o de la existencia del sujeto, antes
a ntes que
qu e el complejo de
d e Edipo. E1 Edipo
Edi po
despues de todo
t odo puede acabarse
acabarse con el asesinato
asesinato simbólico del padre y un alarde de
conquista sexual
sexual y afec
afectiva
tiva de la madre. No ocurre lo mismo el asesinato imposi-
ble y sin embargo neces
necesario
ario:: no basta
basta con matar a los
los padr
padres
es ni muchos
mucho s menos, aún
es necesario matar la representación tiránica del niño-rey: YO JE) comien
comienza
za en es
ese
e
momento .
En este fantasma originario del asesinato del niño es preciso reconocer, en un tra-
bajo sobre la historia y la identidad, la aparición casi automática del niño muerto,
hermanos o hermanas cuyo nombre lleva, abortos espontáneos, nifios pequeños des-
aparecidos. Así cada uno de
d e nosotros reemplaza a los muertos de la familia, en particu-
lar a aquellos cuyos padres no hicieron el duelo:

incluso si no hay d entr o de llaa hist


historia
oria familiar
familiar un herm ano peque ño m uer to, en el des
deseo
eo
d e llos
os padres hay siempre al algunos
gunos duelos
duelos no elaborados -aunque sea de sus propios
sueiíos de nii
niiíos
íos-- y s u progenie será siempre y ante todo el soporte privilegiado de
ellos han d ebido renunciar Leclaire, 1975, p. 24).
aquello a lo que ellos

Un trabajo sobre los nombres propios confirma esta hipótesis. Los nombres son la
marca significante de que
q ue el niño
ni ño ll
llev
eva
a en sí el
el deseo de los padres, de que
q ue 4 sustituye
a tal o cual desaparecido. El niñ o es investido de una
un a misión de reemplazo, y está en-
cargado de realizar todos los sueiíos que los padres habrían querido cumplir:

I será un gran hombre, un hCroe en lugar del padre; ella se casará con un príncipe,
compensación tardí
tardíaa para la madre. El p un to más escabroso del sist
sistema
ema narcisista,
narcisista, el de
la inmortalidad del yo que la realidad critica severamente, ha vuelto a encontrar un
lugar seguro refugiándose
refugiándose en el niñ o loc. cit.).

Es el proceso que Freud había puesto de manifiesto a propósito del narcisismo


cua ndo escribía: el amor de los padres, tan conmovedor y en el fondo
cuando fon do tan infantil, no
no
es otra cos
cosa
a sino su narcisismo que acaba de renacer
renacer (Freud, 196
1969,
9, p. 96).
9 6).
- La investidura
investi dura del
del niño por los padres es
es al mismo tiempo alienante
alienan te y estructurante.
estructurante .
Le es necesaria
necesaria para ubicarse como
com o sujeto en la confrontación
conf rontación entre
ent re su deseo y el
el deseo
 

del otro.
otr o. Afron
Af rontan
tando
do las contradicciones
contradic ciones de esos.juegosde deseos aprenderá
aprende rá a vivir
vivir y a
amar.

ontrad icción,, para los padres


ontradicción padres,, entre el dese
deseo
o de que el hijo encarne su propio
narcisismo y su deseo
deseo de matar es esaa representación en tanto que representa su
propia alineación.
ontradi
ont radicci
cción,
ón, para el niño, entre
ent re el deseo
deseo de real
realizar
izar llos
os votos de sus padres
padres y
la toma de conciencia de su incapacidad y de su dependencia radical.radical. Para
Paradóji
dóji--
camente, la singularidad se apoya en el renunciamiento a creerse y a quererse
único.

Esas contradicciones que aparecen sucesivamente están en definitiva totalmente


conectadas en el adulto. Son dos estadios que coexisten en la medida en que el niño
imaginario
imagina rio subsiste en al adult
ad ulto
o y se reactualiza
reactualiza cuand
cuando o éste se vuel
vuelve
ve padre. La bús-
queda
que da existencial consiste-en
consiste- en querer ser amado por sí-mismo y no a causacausa de ese
ese niño
ideal que está en sí. Convertirse en sujeto es renunciar
renuncia r a someterse a eese
se niñ
niñoo ideal que
qu e
marca para siempre lo que somos, puesto que es sobre el ideal que se apoya nuestro
propio
pro pio deseo. Matar al ni
niño
ño que
qu e tiene necesidad
necesidad de vivir
vivir para que Yo (Je) exista, es
exponerse
expon erse a una doble confrontación. Confrontación
Confron tación con el deseo
deseo de niño para per-
petuar esta búsqueda, reparar todo lo quequ e fracasó
fracasó,, cumplir
cumplir to
todo
do lo que habría podido
ser y no ha sido. Confronta
Confrontación
ción con la muerte,
muerte, muerte del niño pero también de to-
dos los seres
seres presentes en el yo (moi)
(moi ) que ya no existen, hasta su propia muerte
mue rte q
que
ue re-
solverá
solverá definitivamente el asunto. sí dese
deseoo de niño
niñ o y muerte de niñ
niño
o coexisten
coexisten incons-
cientemente en el narcisismo primario apoyándose el uno en la otra deniro de una
problemática contradictoria.

Realid
Realidad
ad psíqu
psíquica
ica realidad social
social

La investig
investigación
ación sobre el irreductibl
irreductiblee psíquico nos ha conduc
con ducido
ido,, a ttravé
ravéss del eexi
xis-
s-
tencialismo
tencial ismo y el
el psicoanálisis, a considerar
consider ar el
el deseo como presente en el fundament
fundam ento o
de la dialéctica eexist
xistenci
encial.
al. Sartre postula
postula uun
n deseo
deseo de ser para dar
da r cuenta del carácter
irreductible del factor psíquico en la construcción de la identidad. Pero ese deseo de
ser no es acces
accesible
ible sino a través
través de los
los deseos
deseos de maneras de ser , que nos re remiten
miten a la
noción de h bitus y de esta manera inscriben
in scriben al sujeto en la historia
historia.. Con
Co n Serge Vider-
man, vimos que no se podía separar al sujeto del objeto en tanto que éstos están
constituidos el uno del otro
o tro dentro
d entro de una circularidad que funda el narcisis
narcisismo mo pri-
mario, la relación con el
el mu
mund
ndo
o exterior la problemát
problemática
ica del deseo.
deseo. El deseo no
 

puede concebirse
concebirs e fuera del deseo del otro, lo que
q ue Serge
Serge Lecla
Leclaire
ire desarrolla a partir del
fantasma originario
origina rio del asesinato
asesin ato del niño.
niño . La existencia
existencia del sujeto se funda en un de- de -
seo de niño, niño
niñ o que
qu e está en-sí pero que
q ue no es sí, y esto lo
lo sitúa de eentrada
ntrada en una re re--
lación
lac ión de su
sujeci
jeción
ón al deseo del otr
otro.
o. Fue necesario quequ e Se me deseara
desea ra para que
q ue Yo (Je)
(Je)
naciera en el munm undo
do del deseo.
deseo. El sujeto
sujet o lleva
lleva la marca indeleble
inde leble de ese
ese deseo al cual
está sujetado.
Si el individuo no puede constituirse sino en el deseo, el deseo no puede realizarse
sino en lo social. El deseo no existe en sí como un surgimiento original y ontológico
que sería elel motor
mot or de la historia humana.
huma na. Éste nos precede, nos atraviesa
atraviesa para inscri-
birse nuevamente en quienes
qui enes serán su objeto, los niños en particular.
part icular. El deseo llev
llevaa la
marca de nuestra prehistoria e intenta realizarse en el mundo de los objetos para ser
tomado y retomado en el deseo deseo del otro den
dentro
tro de una circularidad dialéctica. A tra-

véss de los habitus, los objetos, los otros, siempre hay algo exterior al sujeto que qu e funda
fund a
su deseo.
Paraa C
Par Cornéliu
ornéliuss Castoriadis, el inconsciente

es po r u na p arte decisivo, el depós ito de la


lass miradas, d e los deseos, de las investiduras, de
las exigencias, de las esperas, de lalass significaciones de lalass cuales el individ uo ha sido o b-
jeto, desde su concep ción, e iincluso
ncluso desde antes, por parte de quienes lo han engendra-
d o y criado Castoriadis, 1975, p. 140).

El inconsciente
inconscient e es
es historia. La autonomí
auton omíaa se adquiere en la capacida
capacidad d del sujeto pa-
ra tomar distancia
distanci a frente a esas
esas significacio
significaciones
nes que han sido
s ido depositadas
depositada s en él:él: mi dis-
curso debe tomar el lugar
lugar del discurso del otro, de un discurso extraño que está en mí mí
y me domina,
domina , habla
habla por mí . Este Otro designa la pareja
pareja paternal, pero también
tambi én to-
do lo que transmite la familia
familia y la sociedad.
socieda d. El discurso es un lenguaje que transmite
transmi te
palabras
pala bras pero también imágenes,
imágenes, símbolos, historias, habitus
habitus,, concepciones del m mun-
un-
do, normas,
normas , es
es decir el co
conj
njun
unto
to de los elementos
element os constitutivos
constitu tivos de lo soci social
al en cada
individuo.
Se plantea enton
entonces
ces el problema de asir una realidad psíquica aut autón
ónomomaa con respec-
respec-
to a lo social.
social. Freud se plantea el problema a propósito de la clav clavee de los sueños . En
efecto, al final de su obra sobre la interpretación de d e los sueños y para resumir
res umir su tesis
-el sueño no es una fa nt a~ rn a~ or ía ino un texto por descifr
descifrar-
ar- introdu
int roducece la noción
de realidad psíquica:

¿es precis
precisoo reconocer en los des
deseos
eos inconsci
inconscientes
entes un a reali
realidad?
dad? No sabría decir
decirlo.
lo. Na tu-
ralmen te hay que negár
negársel
selaa a todos los pensamientos de transici ón y de enlace. En su
transición
expresión última y más cierta, resulta
resulta mu y forzado decir qu e la realidad psí
psíquica
quica es una
 

form a de existencia particula


forma parti cularr que no podría
podrí a ser
ser conf
confiindi
iindida
da con
con la realid
realidad
ad material
ma terial
(citado por Laplanche
Laplanche y Pontal
Pontalis,is, 1964, p
p.. 1837)
1837)..

;Pero qué es esta realidad psíquica?


Laplanche y Pontalis,
Pontalis, en
e n su artíc
artículo
ulo sobre el el origen del fantasma, muestran
mues tran la com-
plejidad del problema. Identificando la realidad psíquica con el fantasma, en tanto
que producción imaginaria
imaginaria de unu n sujeto que pone en juego juego su deseo,
deseo, Freud ssee enfre
enfren-
n-
ta al asunto del carácter universal de ciertos fantasmas: si cada vez se crean los mis-
mos fantasmas, con
co n el mismo con
conten
tenido
ido,, si
si se pueden reencontrar, en e n la diversidad de
las fantasías individuales, algunos fantasmas típicos, es cierto que la historia de los
acontecimien
aconte cimientos
tos del sujeto no es el
elpr
prim
imum
um mo movevens
ns,, que debe suponerse
suponerse u unn esquema
anterior cap& de operar comcomo o or
organi
ganizador
zador (Laplanche
(Laplanche y Pon Pontalis
talis,, 1964, p. 185
1851).
1).
Es necesario entonces fundar la estructura del fantasma en otra cosa diferente al
acontecimien
aconte cimiento.
to. Para dar cuent
cu entaa de este antecedente, Freud recurre a una explic explicació
aciónn
filogenética.

Es posible que todos los fantasmas que se nos mencionan hoy en día en el análisis hayan
sido antiguamente, en los tiempos originarios de la familia humana, realidades (lo que
fue realidad de hecho se habría convertido en realidad psíquica) y que creando fantas-
mas el niño satisfaga, sólo con la ayuda de la verdad prehistórica, las lagunas de la verdad
individual (Freud, G.W., t. N . 386).
Es otra vez
vez un real que postula
postula del lado de las elabo
elaboracio
raciones
nes fanta
fantasmátic
smáticas,
as, pero un
~ e a lel
l el que Freud no deja de señalar el estatus estructural y l autonomía en relación
con los sujetos que le son absolutamente dependientes [ ] Uno está tentado tenta do a recono-
recono-
cer en ese real que alimaliment
entaa el juego imagi
imaginario
nario y le imp
impone
one su le
ley,
y, la prefi
prefigurac
guración
ión de
' el
el orde
orden n simbólico , tal como lo lo han defini
definido
do Lévi-Straus
Lévi-Strausss y LLaca
acann (Laplanche y
Pontalis,
Pontali s, 1964,
19 64, p. 1
1851).
851).

Freud atribuye
atr ibuye u n papel a la preh
prehistoria
istoria del niiío y plantea la existe
existencia
ncia de uuna
na pre-
estructura anterior al sujeto. Laplanche y Pontalis (1964) esbozan las hipótesis desa-
rrolladas por los estructuralistas:
estructuralistas: no hay realidad
realidad psíquica
psíquica que
q ue n
noo esté fun
fundad
dadaa en el
orden
ord en de llo
o simbólico. El pasaj
pasajee de
d e la exist
existenci
enciaa biológica
biológica a la exist
existenci
enciaa huma
h umanana se
operaa bajo la Le
oper Ley,
y, es decir, para re
retom
tomarar la expresión deAlthusser, la Ley de Cultu Culturara
(Althuss
(Alt husser,
er, 136411965, p. 161).161 ). Esta ley es la eexpre
xpresión
sión,, en u n m
momomen
ento
to dado
dado,, de la
historia de las relacion
relaciones
es sociales
sociales dent
de ntro
ro d e la
lass cuál
cuáles
es el niño se encontrará
encontrar á ubicado.
La Ley
Ley de Cu
Cultura
ltura , cuya forma
for ma y prime
primerr acceso es el len lenguaje,
guaje, no se ago
agota
ta en éste,
sino
sin o que contien
contienee las estructuras del parecido rea reall y de las formaciones id ideoló
eológica
gicass de-
terminadas
termin adas en las ccuale
ualess los p&sona
p&sonajesjes inscritos en estas estructuras viven su función
fun ción
;bid, p. 101).
 

El orden simbólico es
es un conj
conjunto
unto de normas, de leye
leyes,
s, de costumbres, de institu-
ciones que pre-existen en el sujeto t iene acceso. Así el psiquismo in-
suje to y a las que éste no tiene
dividual está en su propia constitución, la expresió
expresión
n de este orden que le impondrá
impon drá su
ley marcando su identidad. En consecuencia, no se puede c
concebir
oncebir la realidad
realidad psíqui-
ca independientemente de lo social en donde
do nde ésta se
se imprime. Marcel Mauss, desde

1924 , había definido lla


1924, a vida
vida social
social como un mun
m undo
do de
d e relacione
relacioness simbólicas
simbólicas , con-
siderando que la formulación psicológica
psicológica no es sino una traducci
traducciónón sobre el
el plano
del psiquismo individual de una estructura
es tructura propiamente
p ropiamente sociol
sociológi
ógica'
ca''' (Lévi-Strau
(Lévi-Strauss,
ss,
1968, p. m .
Hay pues una complementariedad de
d e lo psíquico y de lo social a través
través de la media-
ción del orden simbólico. Pero
Pero complementariedad no quiere decir equiv
equivalenci
alencia
a en la
medida
medid a en que la sociedad se
se expresa
expresa simbólicament
simbólic amente
e en sus costumbres,
costum bres, sus leyes
leyes,, sus
instituciones, de tal suerte que las conductas individuales no son nunca simbólicas
por ellas
ellas mismas. Como
Co mo llo
o señala Lév
Lévi-St
i-Strauss,
rauss, éstas
éstas son los elementos
elemen tos a partir de los
cuales
cuales un sistema simbólico, que no puede ser sino colectivo,
colectivo, se
se construye. H
Hay
ay de
d e he-
cho una subordinación de lo psíquico a lo social. Por ejemplo, Lévi-Strauss critica los
enfoques psiquiátricos de la
la enfermedad mental en
e n la medida en que ésta no puede
pued e ser
explicada en sí a partir de la psicología de quien la padece, sin reubicarla en su con-
texto:

es impruden te utilizar
imprudente utilizar una terminología psiqui
psiquiátric
átricaa para caracterizar los
los fenómenos
sociales cuando
cuando lala relación verdadera se establece
establecería
ría en el otro sentido [ ] Son solamen-
te l s conductas anormales las que, desocializadas
desocializadas y de alguna
alguna manera abandonadas a sí
mismas, reali
realizan
zan en el plano individual la ilusión de unun simbolismo
simbolismo aut
autón
ónomo
omo.. En otras
palabras, las conductas individuales anormales, en u n grupo social dado, alcanzan lo
simbólico pero a u n nivel inferior
inferior y,
y, si pued
puedee decirse,
decirse, en u n orden de magnitud diferen-
te y realmente inconmensu
inconmensurablrable
e en relación con
con aquel en el que se expresa el grupo [ ]
as cond
conducta
uctass psicopatológicas individuales ofrecen a cada sociedad una especie de equi-
equi-
valente doblemente disminuido (en tanto tanto que individual y patológico) de simbolismos
simbolismos
diferentes del suyo, al tiempo que son vagamente evocadores de formas normales reali-
zadas en l escala colectiva (loc. cit
cit.).
.).

No se pueden comprender esas conductas por sí mismas, pues la psique no puede


asirse
asirse sino con referencia a lo que
qu e la sostiene,
sost iene, ya sea
sea en la diacroní
dia cronía
a (la historia)
historia ) o en
e n la
sincronía (el contexto social).
Lo anterior puede resumirse
resumirse en cuatro puntos:

a realidad psíquica de un individuo no puede concebirse sino apoyada sobre


ot
otro
ro rea
reall que la precede.
 

 
-
se real
real es,
es, al menos por
l psiquismo
po r una parte,
psiqu ismo es una de las
parte , el sistema simbóli
simb ólico
co que
qu e rige la
la vida social.
social.
las formas de expresión a partir de la cual se construye
y se reproduce el sistema simbólico.
l deseo, expresión última de la realidad psíquica no existe en sí como creación
originaria del sujeto sino en la relación
relación del sujeto con la historia y con el mundo
mun do

exterior.

Este análisis conduce a criticar el psicologismo, es decir las aproximaciones que


buscan definir la naturaleza humana como el común denominador de todas las for-
mas de lo social o que
q ue ti
tienden
enden a reducir lo social
social a las
las representaciones que éste toma
en el psiquismo
psiqui smo individual.
indiv idual. ¿Pero, por el contrario, esta crítica del psicologismo
psicologismo no
conduce a , u n sociologismo?
sociologism o?¿N o somos lle
llevad
vados
os a reducir lo mental
ment al a su aspecto de
producto cuitural, a no estudiar al individuo sino dentro de lo que expresa de su po-
sición social, a considerar la subjetividad únicamente como la expresión
expresión de la ideolo-
gía del actor, a negar la existencia de corrientes libres en el psiquismo, a no ver al
sujeto como producto de la determinación social?
Estas dos trampas son cómplice
cómplicess en la medida en que tienden
ti enden a pensar en el ser
ser del
hombre
homb re contra
cont ra el ser de la sociedad. Esta
Esta escis
escisión
ión ha sido a menud
me nudo
o criticada, en par-
ticular por Edgar Morin cuando escribe:

la explicación
explicación de los fenómenos hum anos no podría pasar por alto ni a su autor ni a su
ecosistema,
ecosist ema, cuan do se elimina
elimina ya sea
sea un o u el otro, o bien amb os a la vez
vez,, a favor de u n
determ inismo a nó nim o o de un a li
libertad
bertad inefable. Tan pr on to com o se
se aaís
ísla
la el fenóme-
no estudiado se pone en contacto a lo sumo con su medio , se hace de ese ese fenóm eno eell
mero producto de los determinismos exteriores [ ] No podría haber una descripción,
ni un a explicaci
explicación
ón de lo
loss fenóm enos fuera de la doble inscripci
inscripción
ón y d e la doble implica-
ción, en el seno de un a dialógica compleja, que asocia
asocia de manera complem entaria,
entaria, con-
currente y antagon ista, por una p arte las lógicas
lógicas autó nom as e internas prop ias de llosos fe-
fe-
nómenos y, por otra parte, las ecologías de esos ambientes (Morin, 1980, pp. 86-87).

No tenemos q
que
ue ver
ver dos
d os realida
realidades
des distintas sino una misma realidad que se expre-
expre-
sa en formas diferentes. Lo social y lo psíquico se confunden. Si nos apegamos al es-
tudio de lo concreto, nos daremos cuenta
cuenta de que
q ue ambos elementos son por una parte
irreductibles
irreductibles el
el uno
un o del otro,
otro , y por otra
otr a no pueden ignorar
ignorarse
se el
el uno al otro. Com
C omo
o lo
señala Lévi-Strauss
Lévi-Strauss (en su introducción a la obra de Marcel Mauss)
Mauss) conviene apre-
hender los hechos sociales en su totalidad, es decir desde afuera como una cosa, pero
como cosa de la cual forma parte integrante la aprehensión subjetiva
subjeti va (consciente e 'in-
'in-
cons
consci
cien
ente
te)) . No se
se ~ u e d eener acceso
acceso a la realidad, cualquiera que ésta sea,
sea, fuera de
la experiencia concreta
concr eta de un indiv
i ndividuo
iduo concreto
concr eto que sólo puede
pued e asirla solo. La sub-
 

je
jeti
tivi
vidad
dad,, tan criticada por el cientificismo que no ve más
más que el obst
obstáculo
áculo que ésta
ésta
representa para acceder a lo objetividad, fo forma
rma parte de la realidad. L
Laa subjetividad no
es una pantalla de lo real sino la condición necesaria para acceder a éste. En esta pers-
pectiva,, lo psíquico eess a la vez simple elemento de significa
pectiva significación
ción para un simbolismo
que lo desborda, y único medio de verificación
verificación de una realidad cuyos
cuyos aspectos
aspectos múlti-
múlt i-
pless no pueden ser aprehendidos bajo fforma
ple orma de síntesis fuera de éi (Lévi-Strauss, op
cit. p. m .
Existe pues una complementariedad
complementar iedad necesaria y dinámica entreentr e lo psíquico y lo
lo so-
cial.
cia l. Todo fenómeno psicológico
psicológico es
es un fenómeno
fenó meno sociológico en la medida en que no
se puede concebir un sujeto sin objeto, sin ideología, sin el orden simbólico a través
del cual éste se reafirma como tal. El mundo psíquico es una realidad que tiene sus
propias leleye
yess .de funcionamie
funcion amiento,
nto, accesi
accesible
ble solamente a trav
través
és de
d e prácticas soc
social
iales
es y
de significaciones. La prueba de los social no puede ser sino mental: no es posible asir
el sentido y la función de un u n hecho social sino a través
través de una
un a experiencia
e xperiencia vivida,
vivida, su
incidenciaa sobre una concienc
incidenci concienciaia individual y en
e n úl
último
timo lugar
lugar la palabra que
qu e permite

darPor
cueconsiguiente,
cuenta
nta de este hecho.
lo que se llama la realidad no puede ser aprehendi
apreh endido
do sin tener en
cuenta lo vivido
vivido , es decir la experiencia concreta, singular,
singular , individual y cole
colectiva
ctiva de
la historia. Lo vivido no puede ser aprehendido sino en la palabra de un sujeto que da
acceso al pr ój im ~. ~Easaje
l por la subjetividad es necesario para acceder a la objetivi-
dad; ésta última no es, después de todo, sino un medio de delimitar lo irreductible
psíquico, es decir, el lugar que queda al sujeto para constituirse como ser deseante.

a dial
dialéctic
éctica
a exis
existenc
tencial
ial

El conjunt
con juntoo de estos elementos
elementos nos permite comprender
comprende r y analizar la exi
existen
stencia
cia indi-
vidual como un fenómeno dialécticodialéctico entre el individu
individuo o producido
producido -producto de
las relaciones sociales, producto del deseo del otro, producto de la historia- y el
individuo
individu o productor -productor de su futuro, de una identidad que le se seaa propia,
trabajo de un sujeto que intenta acceder a la autonomía. El individuo es actuado por
un cierto número de determinismo
determinismoss y al mismo tiempo actuante actu ante en la medida en que
su deseo de ser lo impulsa a explorar otras posibilidades
posibilidades,, a encontra
encon trarr el
el goc
gocee y la
la
completud dentro
dent ro de la
lass formas de realización de sí que lo impulsan a crear y a afirmar
su singularidad. Ese
Ese trabajo dialéctico
dialé ctico puede ser delimitado en una doble perspectiva,
perspectiva,
diacrónica y sincrónica.
n la diacronía: se trata d dee analizar
analizar el
el pe
peso
so de la historia. Estoy envenenado por
mi pasado escribe Fritz Zo Zornrn 1980), con lo que expresa su deseo de escapar de lo que
 

lo ha constitui
con stituidodo en su educación, pero también su deseo de descubrir en qué qu é medida
 i ese pasado está actuando en él a fin de liberarse. Analizar la huella de la historia es
z
compre
com prende
nderr el trabajo de incorporación
incorpo ración de la herencia ligada a los
los orígenes sociales
sociales y
familiares
famil iares,, la influencia en ununoo mismo del deseo del conjunto de sus educadores, en
particular del proyecto paterno. Es también estudiar en qué medida la historia colec-
tiva condiciona cada uno de los los destinos individuales. La historia de un individuo no no
es de hecho sino una cierta especific
especificació
ación
n de la historia colectiva
colectiva de su grupo o de su
clase.
clase. L
Laa especificidad de lala historia individual,
individu al, su singularidad,
singula ridad, no puede
pue de escribirse o
aprehenderse en sí, sino con referencia a lo que la ha producido. El individuo es el
producto
produc to de una
u na historia que él reproduce a su vevez,
z, sabiendo que no hay nunca
n unca repro-
ducción absoluta puesto que la historia es movimiento.
-
V

No hay nunca repetición pura y simple, ni creación x nihilo Si la historia nos


construye, conviene igualmente
igualmente comprender lo que la ha con construi
struido
do y lo que el indi-
viduo ha hecho de ésta. Él se se construye a partir de la historia y luego en cierta medida
8 contra ella. Está ubicado en la historia y a partir de esta posición su propia historia

puede desarrollarse. Si la historia lo construye, ésta le da igualmente los medios para


construirse a sí mismo, ya que él encuentra ahí su capacidad para afirmar su indivi-
dualidad, para plantearse como sujeto a fin de escapar de la repetición, que es una
forma de no existencia. En ese ese sentido el individuo
individu o es produc
pro ducto to de
d e una historia
hist oria en cu-
yo sujeto busca llegar a convertirse. En la lucha entr e ntree llaa individualidad
individual idad y la historia el
Yo (Je
(Je)) puede
pue de ocurrir.
ocu rrir. Resta saber qué es es lo que conduce
condu ce a la historia;
historia ; ésta no puede
pued e
estar delimitada sino por los modos de actualización que la concretan en un u n momento
momen to
dado y determinan no sólo lo que es probable sino también lo que es posible. Si la
historiaa es el análisis de la
histori lass condiciones
condicion es de producc
producción
ión de lo que existe en un momen- mom en-
to dado,
dado , esto que existe
existe condiciona lo que puede ocurrir. L Laa historia no puede eentonton-
n-
ces comprenderse fuera de la historicidad, es decir, de los procesos por los cuáles los
individuos
individu os contribuyen
cont ribuyen a producir la sociedad en la que viven. viven. La diacronía es en ese ese
sentido
sentid o indisociable de la sincronía.
n la sincronía se trata de concebir al individuo en un momento dado, como
product
pro ducto o de sus condiciones concretas de existencia.
existencia. En la medida en q que
ue el deseo de
ser se traduce en los deseos de maneras de ser, éstos últimos son la expresión de un
cierto tipo de ento
e ntorno
rno cultural
cultura l y social.
social. Así,
Así, no se puede disociar el análisis de las ma-
neras de ser del concepto de habitus de Durkheim, retomado por Pierre Bourdieu, es
decir ese
ese sistema de disposiciones durables
durables y transportables que, al integrar todas las
experienc
expe riencias
ias pasada
pasadas,
s, funciona
funcionan n a cada momento comd una matriz de percepción, de
apreciación y de acción, que q ue vuelv
vuelvee posible
posible el cumplimiento
cumplim iento de d e tareas infinitamente

diferenciadasn Bourdieu, 1972, p. 175 . La


Lass prácticas sociales
sociales que conret
con retan
an las
las mane-
ras de ser de los individuos son producto de la relación dialéctica entre una situación
 

y un habitus. La
La posición social explica
explica la interiorización ded e un sistema de disposicio-
nes comunes al conjun
conj unto
to de los individuos que
qu e están en la misma situación social. La
identid
iden tidad
ad de las condiciones de existencia tiende a produci
pro ducirr sistemas
sistemas de disposiciones
disposicion es
similar
similares
es y una homogeneidad de habitus (i (ib
b id , p. 180).
Ahora bien, esta homogeneida
homogeneidad d de los comportam
compor tamient ientos
os y de las
las actitudes es vivida
por los individuos como si si fuera algo normal y como evidente. Cuando Cuan do planteamos
planteamos
al individuo comocom o producto de sus condiciones
condiciones concretas de existencia, queremos dar
a entender
ente nder quequ e él está
está pred
predispuesto
ispuesto a funcionar de una u na cierta manera,
manera, que
qu e las
las posibili-
dades objetivas
objetiva s de realización que se traducen en su trayectoria social, así como en su
expresión
expresi ón subjetiva
subjeti va de los ideales, las
las creencias,
creencias, la
lass aspiraciones,
aspirac iones, son el producto
prod ucto de sus
condiciones sociales existentes
existentes..
Olvidar estos datos de partida, como com o lo hace con demasiada
de masiada frecuencia la la psicolo-
psicolo-
gía social,
social, es impedirse analizar a profundid
profu ndidad ad el devenir individual
individua l y caer,
caer, como
com o jus-
jus-
tamente
tame nte lo sefiala
sefiala Pierre Bourdieu, en L Laa Ilusión ocasionalista:
ocasionalista: hablar de habitus de
clas
clasee es recordar que las las relacion
relacioneses interpersonal
interpersonales es nunc
nuncaa son masmas qu
quee en apariencia
relacion
rela cioneses de individuo
in dividuo a individuo y que la verdadverdad de la interacción no n o reside
reside com-
pletamente en la interacción Es la posición presente y pasada en la la estructu
estr ucturara social
que los individuos, entendidos como personas físicas, transportan consigo mismos,
en todo
to do tiempo
tiem po y en ttodo
odo lugar, bajo la forma de habitus, que llevan llevan como vestidos y
que, como
com o el hábito hace
h ace al monje, es decir la persona social, con todas sus disposicio-
ne
ness que son otras tantas marc marcasas de la posición soci
socialal ( ib id , p. 184).
Si no puede haber personapersona independ
inde pendient
ienteme
ementente de la persona social, ésta no pue-
de por tant
t antoo ser considerada
considerada como un factor que determina la totalidad de la persona.
Las elecciones,
elecciones, llas
as rupturas, los cambios que marcan ma rcan las trayectorias
trayectoria s individuales no
pueden ser comprendidos sino sin o en relación con la posición social de los individuos in- i n-
volucrados, pero el destino individual no puede por tanto reducirse a lo que lo pro-

grama. No se puede excluir la parte del deseo que interviene en la elección subjetiva
por la
la cual cada homb
ho mbrere se construye a sí mismo (Sartre, 1979).
1979 ). El deseo
deseo de ser no
se traduce solamente en el deseo de maneras de ser y en los habitus. Éste se expresa
también en los fantasmas, los pasajes
pasajes al acto, las
las locuras que
qu e hacen que el
el individuo
no sea
sea solamente lo que
qu e debería ser,
ser, en tanto
ta nto que
qu e persona social.
social. Esto nos lleva
lleva en
ento
ton-
n-
ces
ces a postular la existencia
existencia de un irreductible psíquico
psíquico que intervine en la historia
individual. Si la individualidad no puede ser disociada de su inscripción social, lo
social se apoya también
tam bién en
e n la individualidad. El individuo, interpelado comocom o sujeto,
responde a esta interpelación en su tentativa de constituirse como ser deseante y de
existir como u un
n sí mismo.
Si Sartre investi
investigaba
gaba lo
loss caminos de lala libe
li bert
rtad
ad preocupándose
preocupándose principalmente
principalmente de de
la elección original que expresa el deseo de ser, nosotros nos interesamos más bien en
 

sus múltiples elecciones


elecciones que muestran cómo la manera de ser est estáá condicionada so-
cialmente.
cialment e. Más qque
ue la elección subjeti
subjetiva
va a tra
través
vés de la cual cada perso
personana ssee construye
constru ye
a sí misma, estudiamos la traducción socializada de las elecciones individuales, en
tnato que significan una posición social y una relación del individuo con esta posi-
ción. No
N o buscamos
buscamos lo irreductible psíquico o lo irreductible socisocial
al sino la manera en
que
socialéstos
socia l de lainteractúan
persona y suensingularidad
los destinosradical
huma
humanos.
nos.
que sAnaliza
Analizar
e arraigar en
la dial
dialécti
éctica
el deseocadelentre
otr olappara
otro parte
ara sí,
quee se concreta en una herencia afe
qu afectiva
ctiva y social, que no es sino la perpetuación de
una historia qqueue la atraviesa.
atraviesa. No hay elecc
elección
ión original que no se plantee a partir de la
herencia que hace del individuo lo que es y que constituye el fundamento
fundam ento de su iden-
tidad.
Si la
la búsqueda exisr
exisrenci
encial
al puede definirse por la tentativa del individuo de consti-
tuirse como un sujeto, es es en primer lugar porque éste es produ
productocto de una
u na historia. Sar-
tre proponí
prop oníaa como objeti
objetivo
vo del psicoanálisis existencial descub
descubrir
rir la persona
perso na en el
proyecto inicial que la constituye . Nuestro proyecto es más bien desarrollar un
socioanálisis existencial, es ddecir
ecir actualizar
actua lizar los elemento
elementoss constituti
constitutivos
vos de
d e ese
ese proyecto
proye cto
inicial y analizar cómo éste ssee actualiza
actualiza permanentemente en la historia del ind individuo.
ividuo.
Se trata
trata entonces de descubrir lo social en lo qque ue constituye a la persona, de mostrar
de qué
qu é manera la búsqueda del sujeto de constituirse como un sí-mismo se apoya en
una historia qqueue éste intenta reproducir tratan
tratandodo a la ve
vez de escapar de ellella.
a.

recibido junio de 2
n 2
aceptado en septiembre de 2 2

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