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Resumen
C o n bas
basee en la recon strucció n de las
las polaridades explicativas
explicativas -lo irreduc tible social y lo irreduc tible
psíquico
psíq uico-- qu e atraviesan a las ciencias sociales este texto prop on e tr
trascender
ascender los mod elos antagó nicos
y excluyentes.
excluyentes. El objetivo eess instaurar en el centro d e la reflexión
reflexión la
la idea de la dia lkti ca existenci
existencial
al qu e
restituye
restituye al suje to tan to el con tex to socio-histórico
socio-histórico en el cual está localizado
localizado com o el deseo y la la singula-
ridadd qu e lo const
rida constituyen
ituyen en prod uctor de la afir
afirmación
mación de su individualidad y su historicidad.
historicidad.
Abstract
Based on th e recons;ruction of the explanatory polarities -social
-social irreductible a nd psychological irreductible -
present
prese nt throu gho ut social sciences
sciences this text puts fonvard g oing beyond conflicting and excl excluding
uding models.
T h e aim is to establish
establish as core of the disc
discussi
ussion
on the idea of the existent
existential
ial dialecti
dialectics
cs that gives
gives the subject
back both his ssocio-
ocio-hist
historic
orical
al con text an d the desire and singu larity that make h im p roduce the asser
assertio
tionn
of his individuality and his historicity.
mática; inevitables
inevitables porque están confrontadas a los mismos fenómenos, de tal manera
quee para sus análisis necesitan
qu necesita n articularse, pues ni la
l a una ni la otra puede
pueden n preciarse de
poseer el conju
con junt
nto
o de las
las clav
claves
es explicativas de los hechos sociales. Los
Los enfoque
enf oquess socio-
lógicos y psicológicos
psicológicos son por un lado mutuam
mut uamententee excluyentes porque se enfrentan
enfrenta n a
la irreductibilidad
irreduc tibilidad de lo social por un lado y del psiquismo
psiquism o por el otro.
otr o. Pero esta excl
exclu-
u-
sividad no puede por tanto conducir a una exclusión o a una indiferencia de la in-
teracción constante entre estos dos registros.
S
l irreductible soci
social
al
Para un sociólogo
sociólogo,, la significación
significación de las conductas humanas es inseparable del sist siste-
e-
ma de relación social en el cual éstas ssee inscriben.
inscrib en. Para é no existe
existe entonces la natu-
raleza
rale za humana . Es decir qu quee rechaza
rechaza integrar com como o factor explicativo lo que sería del
] orden
ord en de la esencia hum
humana
ana.. Inde
I ndepend
pendien ientem
tement
entee de la
lass relaciones sociales
sociales en las
las que
se inserta
insertann los comportamientos
comport amientos humanos,
humanos , éstos no tienentien en sentido.
sentido . No es entonces en
el hom
hombrebre que
q ue ssee puede eencon
ncontratrarr la
la ccla
lave
ve explicativa, la ve verd
rdad
ad de su experiencia,
cuando se la busca incluso en su inconsciente. El sociólogo rechaza entonces todo
recurso a la idea de un invariante natural como fundamento del ser del hombre. Las
actitudes, las conductas, los comportamientos no pueden nunca ser explicados inde-
pendientemente de las condiciones sociales que los hacen posibles. Se trata pues de
investigar el
el sentido de esos
esos actos no a través
través de la concie
conciencia
ncia del actor ssino
ino en el aná-
lisis del conjunto de las determinaciones que actúan sobre sus conductas.
Cuando
Cua ndo Durkheim
Durkh eim plantea como regla regla metodoló
metodológicagica considerar lo loss fenómenos so-
ciales
cia les como cosa
cosass (Durkheim
(D urkheim,, 1941947),
7), propon
proponee aprehenderlos de desde
sde fuera , eess decir
considerar
consider ar la aprehens
aprehensiónión no como
com o un factor
fa ctor expli
explicativo
cativo sino como un fenómeno
fenóm eno por
explicar. Durkheim construye el pensamiento sociológico contra los antropólogos y
los psicólogos de la época, que partían del postulado de que se necesita buscar en la
naturaleza fisiológi
fisiológica
ca del hombr
hombree la
lass fuentes de su comportamien
compor tamiento to social.
social. Piensa
Piensa que
la constitución biológica hereditaria
heredita ria no especific
especificaa lo
lo propio del hombre sino que con-
viene investigar la clave
clave explicativa
explicativa de sus comportamie
comp ortamientosntos en las relaciones con su
medio sociocultural. No son pues los instintos y los reflejos los que unen a los hom-
bres entre sí sino su pertenencia
pertenenci a a la sociedad:
sociedad: sisin
n duda
du da sería exagerado decir que la
vida psíquica
psíquic a no comienza
c omienza sino con la lass sociedades; pero es cierto que ésta no se extien-
extien-
de salvo cuando las sociedades se desarrollan Así la gran diferencia que separa al
hombre del animal, a saber el más grande desarrollo de su vida psíquica, se remite a
ésta: su mayor sociabilidad (Durkheim, 1902, pp. 337-338).
tificado [ ]deDesuuna
satisfecho manera
tarea cuando general
él no estimamos
esti
ha mamos quelas
explorado el sociólogo
sociólogo no est
profundidades está
á comp
de letamente
los individuos
con el fin de vincular lalass instituciones d e las
las cuales
cuales da cue nta a sus condiciones psicoló-
gicas.
gic as. decir
decir verda
verdad,
d, el homb re es para nosotros menos un p un to de parti partida
da que un
pun to de lle
llegada
gada [ ] M uy lej lejos
os entonces de que la sociología, así entendida, sea ajena ajena a
la psicología, ésta condu ce a una psicología, pero m uch o m ás completa y complej
psicología, ésta complejaa que
es
esaa que hacen los puros p sicólogos.
Y e n s u c é l e b re
re o b r a s o b r e l aass re
r e g la
la s d e l m é t o d o s o c i o llóó g i co
co , D u r k h e i m d e f i e n d e e l
p u n t o d e vvii s ttaa d e q u e l a s o c iioo l o g ía
ía n o s e d e f i n e c o n t r a l a p s iicc o lo
lo g ía
ía , s i n o q u e é s t a eess
p o r e l c o n t r a r i o s u c o m p l e m e n t o i n d iiss p e n sa
s a b l ee::
sólo puede
pue de ser considerado comcomoo de origen psicológico, se reduce a algo vago y esque-
mático que
q ue deja a una dist
distancia
ancia infinita los hechos que
qu e sese trata
tratann de expl
explica
icar.
r. Por ello,
esos sentimientos son producto de la organización colectiva, lejos de ser su origen
(Durkheim, 1947, p. 106).
Desde esta perspectiva,
perspectiva, no se pueden comprender la lass necesidade
necesidadess de un individuo
sin referirse a la situación concret
concretaa en la cual éste se encuentra, situación que produce
el tipo de necesidades que se reconocen como tales, así como los medios propuestos y
reivindicadoss para satisface
reivindicado satisfacerlas.
rlas. Igualmente no pueden considerarse las las aspiraciones
aspiraciones
de un indivi
in dividuo
duo en sí sí , sin comprender por q qué
ué est
estáá él aspirado. E
Ess el
el sentido de lo
loss
trabajos ded e Pierre Bourdieu sobre la lass aspiraciones de las
las generaciones
genera ciones sucesiv
sucesivasas que se
constituyen en relación con los estados diferentes de la la estructura de la distribución de
los bienes y de la lass oportun
oportunidad
idades es para acceder a ééstos
stos (Bourdieu, 19 198 81, p. 151).
151). Es
conveniente describir y comprender la estructura social y el lugar que el individuo
ocupaa en ella para analizar la
ocup lass condicio
condicionesnes de producción de las aspiraciones
aspiraciones y de su
modo
mod o de realización.
realización. Así pues, en la relación con la estructura y no en e n la naturalez
naturalezaa del
individu
indi viduo o la sociología investiga aspiraciones y de
investiga el sentido de las necesidades, de las aspiraciones
el psicólogo
psicólogo empírico, definiendo al hom bre p or sus de
dese
seos
os [...] ve el deseo com o exis-
exis-
tente en el hom bre a m anera de contenido de su conci enciaa y cree que el sentido del
concienci
Decididam
Decid idamente
ente lo soci
social
al dirige la
la conciencia respecto a lo que
qu e es desea
deseable
ble y lo qu
quee
no lo es. Es
Es nece
necesario
sario que el
el individuo
indiv iduo haya tenido
teni do conocim
con ocimient
ientoo de esos
esos objetos, qu
quee
en un
u n m om
oment
ento
o u en ot
otro
ro le son dados como
com o accesi
accesible
bless y designados como dese
deseables,
ables,
para que puedan
pueda n residir en su
su deseo.
deseo. Para
Para Sartre, los deseos
deseos no so
sonn pequeñas entida-
enti da-
des psíquicas
psíquicas que habitan
habit an la conciencia , sino lo que conecta la pulsión
pulsión al objeto. No
se puede
puedenn considerar en-sí independi
indep endientem
entemente
ente de los objetos sobre los cuales
cuales se envisten
y que pueden procurar la satisfacción. Si el fin de la pulsión es inmu
inmutabl
table,
e, en el senti-
do en q
que
ue impulsa
impuls a sin cesar hacia la satisfacción, el objeto
objet o que procura
pro cura esta satisfac
satisfac--
ción es variable,
variable, es decir que
qu e puede fácilmente
fácilmen te ser
ser reemplazado por otro.
ot ro. Sin embargo
n o se
se ~ u e d esir la pulsión sino a través de los objetos. El mund
mu ndo
o del deseo no es com-
prensible sino a partir del mu ndo
nd o de
d e los obj
objetos
etos y del sistema
sistema de producción y de dis-
tribución
tribució n que lo constituyen (Baudrillard, 1968).
l irreducti
irreducti le psíquico
Si el
el iindividu
ndividuoo no puede concebirse
concebirse fuera de los babitus que lo constituyen como
co mo tal y
que determinan sus prácticas sociales, no podemos sin embargo reducirlo a esta di-
mensión de s u identidad.
id entidad. Aunque
A unque incluso consideramos
consideramos sus
sus aspiracione
aspiraciones,
s, sus motiva-
ciones, sus creencias,
creencias, sus gustos y sus formas de
d e pensar como disposiciones programa-
das y socialmente condicionadas, no podemos sino constatar que el individuo no se
reduce nunca
nun ca al conju
con junt
ntoo de
d e la
lass determinaciones
determinacion es sociales y de los proceso
procesoss de sociali-
zación que lo constituyen. Si la sociedad vista por los sociólogos
sociólogos parec
parece
e una especie
de come
comedia dell rte en la cual los actores improvisan sobre los
dia los temas impuestos (Ray-
(Ray-
mond
mo nd,, Aron),
Aron) , conviene interrogarse sobre lla
a naturaleza de esta facultad de improvisa-
ción que
q ue puede
pue de crear situaciones nuevas e inéditas que
q ue a vece
vecess trastorn
tras tornan
an el arreglo de
los temas y llevan al actor a salir del marco impuesto
impu esto al inicio. Se trata pues de com-
prender lo que interviene más allá de las regularidades objetivas que determinan las
conductass probables de tal o cual individuo,
conducta individuo, cómo éste puede ser otra cosa que lo que
debería de ser según esos análisis.
¿Cóm
¿C ómo
o podemos comprender la
lass diferencias de trayectorias entre individuos que
si no integram
integramos
os en la explicación la existencia
existencia de factores psíquicos?Sartre
psíquicos? Sartre plantea
plan tea es
es--
ta cuestión a propósito de la ambición literaria de Flaubert:
amor. El empirista
em pirista observa, clasif
clasifica,
ica, describe
describ e pero no
n o interpret
i nterpreta,
a, es decir que él no se
remonta a las causas, no aprehende lo que está en el fundamento de las conductas, de
las creencias y de los sentimientos. Ahora bien, no comprendemos nada en tanto
ta nto que
describimos
describ imos una sucesión de deseos
deseos sin asir
asir su origen. Ahí donde
don de el psicólogo
psicólogo se
se de-
tiene, el hecho considerado
cons iderado se
se da como primero , lo que conduce a Sartre a investigar
investigar
el verdadero irreduct ible psíquico [...] cuya irreductibilidad
verdader o irreductible irreductibi lidad sería evidente para
para noso-
tros, no se presentaría como el postulado del psicólogo y el resultado de su rechazo
rechazo o
de su incapacidad
incapac idad a ir más
más lejos
lejos (ibid., p. 62
620)
0).. Esa
Esass críticas de la psicología empírica
empíric a
conducen a Sartre a definir un
u n proyecto de investigac
investigación
ión que consiste en compren-
der cómo
cóm o los
los dese
deseos
os en llos
os cual
cuales
es el sujeto se historializa en un momen
mo mento
to dado
dad o signi-
signi-
fican la relación
relación global con el mu nd
ndoo por la cual el sujeto se constituye
consti tuye como un sí-
mismo (ibid., p. 623).
Más allá de los deseos y de sus manifestaciones concretas, conviene investigar el ser
mismo del sujeto considerado:
considerado:
inducción empírica;
to que el deseo ésta esyel
es carencia el resultado
para-sí es de unaque
eell ser descripción delp
apriorisu
es para sí mismo ser ia
prop
ropiapara-sí,
carencpues-
carencia
ia de
ser ibid., p. 624 .
D e la misma manera
man era que no se puede accede
accederr a la pulsión desde fuera
fuera de los objetos
objetos
de los cuales ésta se inviste
inviste,, el deseo de
d e ser no es nada fuera ddee la expresión simbólica
quee encuentr
qu encu entraa en des
deseos
eos concreto
concretos.s.
2
I
En otras palabras,
palabras, el deseo
deseo de ser no se rrea eali
liza
za sino como un deseo
deseo ded e maneras de
ser,, y ese deseo
ser deseo d e maneras de ser se exp expresa
resa a su ve vezz a través de miles de deseo
deseoss con-
con -
cretos que constituyen la trama de nuestra existencia.
D e ahí el inter
interés
és de estudiar llas
as buena
buenass y las malasmalas maneras, es decir la forma en
quee el deseo de ser va a socializarse
qu socializarse,, a insc
inscribir
ribirse
se en la coti
cotidiani
dianidad
dad de las rela
relacione
cioness so-
ciales. Se tratrata
ta de
d e analizar
analizar có
cómomo ese deseo de maneras de ser se historializa , es decir
se actualiza
actualiza en las prácticas de los objetos, de las personaspersonas y de las aventuras que q ue cons-
tituyen una historia de d e vida.
vida. Ese trabajo
trabajo ddee objetivación
objetivación es para Sartre el medio para
alcanzar
alcan zar elel proyecto de se serr , es decir el proyecto original a travétravéss del cual una perso-
int enta constituirse. Así él define la realidad huma
na intenta hu mana na co
como
mo deseo de ser ser en-sí , y
plantea la existencia
existencia com o una dialécti
dialéctica
ca entre el ser y la nada. En ttant ant o que 'aniqui-
lación' de lo en-sí y evasión perpetua de la contingencia y de facticidad el ser quiere
se
serr su propio fundamento. Ser Ser su propio fundamento
fundament o es tomar u una
na pos
posició
ición
n de
d e su-
jeto
jeto que se inscrib
inscribee dentro
dent ro de ununaa búsqueda
búsqueda constante
const ante de libertad: el único ser que
puedee llamarse
pued llamarse libre es eell que aniqui
aniquila
la su ser . En es esee sentido la historia de u unn indivi-
duo , su destino, se inscrib
inscribee en la elelecc
ección
ión que ha hecho d e sí mismo (ser (ser esto
esto no es ser
ser
aquello) como lo hace todo hombre originalmente y a cada instante, en situaciones
extremas defindefinidas
idas históricamente (Léris(Léris citado
citad o por
po r Sartre, 1980 p. 11 ). Es lo que él
llama el
el p
psicoa
sicoanálisi
nálisiss existencial
existencial,, métod
mé todo
o destinado
destin ado a esclar
esclarecer
ecer en una fo
forma
rma riguro-
samente objetiva, la elección subjetiva por la cual cada persona se hace persona, es
decir se
se manifiesta
manifiesta a sí misma lo que es es (i bi d, p. 14 .
Dent
De ntro
ro de esta perspectiva Sartre analiza su propio
prop io destino en las palabras , el el de
FlaUbe
FlaUbertrt o el de Baudelair
Baudelairee o incluso eell de ~ e a n enet,
e net, a fin de
d e reencontrar la elecci
elección
ón
original que cada quien hace de sí mismo y por la cual decide lo que qu e será y lo que es.
Así a propósito
propósit o de Baudelaire
Baudelaire,, internado
internad o en una pensión después de la muerte de su
padre y el segundo
segundo matrimonio
mat rimonio de su madre, que tanto adoraba, Sartre escribe: escribe:
esta brusc
esta bruscaa ruptura
ruptu ra y la trist
tristeza
eza que conl
conlleva
leva lo
lo ha arrojado
arrojado sin transición
transición en la existencia
personal [ ] descubre en la vergüenza que es uno, que su existencia le es dada por nada
[ ] Comprobó que era otro por el brusco descubrimiento de su existencia individual,
pero a l mismo tiempo reafirmó y asumió esta alteridad en l humillación, el rencor y el
orgullo. A partir de ese momento se vol volvió
vió otro: otro diferente a su madre con quien era
uno y quien lo rechazó, otro diferente a sus compañeros indiferentes y groseros; él se
siente y quiere sentirse único hasta el extremo del goce solitario, único hasta el terror
(Sartre, 1980, pp. 20 y 21).
Y den
dentro
tro d e esa
esa confrontación con la mera conciencia de sí mismo comienza a con-
vertirse para nosotros en Charles Baudelaire, que ocurre como sujeto. Pero, agrega
Sartre, esta
esta intuic
int uición
ión fulgurante
fulgura nte está perfectam
perfectamente
ente vací
vacía:
a: El niiío acaba de conven-
cerse de que no es cualquier persona, o bien se convierte precisamente en cualquier
persona al adquirir esta convicci
convicciónón . Esta toma
tom a de
d e conciencia abre el camino de la li-li-
renunciam iento al narcisismo
bertad e igualmente el de la soledad, de la angustia, del renunciamiento
primario y al idealismo. Aque Aquell que algún día sese dio cuenta de esta verdad, que no hay
otro fin en esta vida
vida que el que uno se ha dad dado
o deliberadamente, ya no tiene tantas
ganass de busca
gana rse (i bi d, p. 36). La aniquilación del ser introduce al mundo de la
buscarse
existencia: es posible que uno no sea para sí mismo a la manera de una cosa. Puede
ser incluso que no sea en lo absoluto, siempre en entredicho, siempre en prórroga,
quizás
quiz ás uno
un o deba constituirse perpetuamente.
perpetuamente.
El interés y el límite del enfoque
e nfoque de
d e Jean-Paul
Jean-Pa ul Sartre surgen de la necesidad de pos-
tular un deseo de ser como motor del destino individual individual sin poder demostrar su
fundame
fund amento
nto desde fuera de de un proceso
proceso fenomenológico. Él hace hace una demostración a
contrario que postula un irreductible
ir reductible psíquico,
psíquico , hasta que
qu e se
se prueba lo contrario.
con trario. A l no
poderlo observar experimentalmente y por ende demostrar científicamente su exis-
tencia, muestra que es imposible no postular su existencia cuando se busca compren-
der la dinámica de construcción del individuo que participa en su propia producción.
¿Cóm
¿C ómoo delimitar ese deseo de ser en el el fundamento
fund amento de la constitución de sí como
sujeto?,, jcómo dejar atrás la psicologí
sujeto? psicologíaa empirista sino yendo
yen do al corazón del funciona-
Para el psicoaná
psicoanálisis,
lisis, la existencia
existencia del sujeto
s ujeto capaz de pensarse
pensarse co
comomo tal está ligada a la
existe
existenci
nciaa del otro. En la experiencia
experiencia primaria de d e la existe
existenci
nciaa del prój
prójimo
imo el sujeto
puedee to mar conciencia de su propia existenc
pued existencia.
ia. El niño com o sujeto de dedeseo
seo es
es indi-
sociab
soc iable
le del niiío objeto
obje to de deseo del otro. La problemática del deseo se articula en
unaa dialéctica de la relaci
un relación
ón sujeto-objeto:
sujeto-obj eto:
al parecer
parecer een
n un mis
mismo
mo movimiento se constituye
constit uye la díada sujeto-objeto.
sujeto-objet o. El
El ob
objeto
jeto en-
tendi
ten dido
do como
co mo aquel a travks
travks del cual la necesidad llega
llega a satisfac
satisfacerse;
erse; el sujeto en
enten
tendi
dido
do
como aquel que conoce
conoce el
el deseo y se
se siente
siente existir één
n ttant
antoo que lugar de deseo (Viderman
(Viderman,,
1968 p. 736 .
La contradi
cont radicció
cciónn primera
prime ra del sujeto
sujeto es que el narcisismo solo es imposible: desde que
accede a una existencia psíquica, desde que hay un esbozo de un yo, el objeto es puesto
en la mira y su negación misma
misma,, llamada narci
narcisista,
sista, no hace
hace sin
sinoo subrayar mucho más
más el
rol esencial. Por
Por lo tanto
ta nto el sujeto, definitivamente,
defini tivamente, sese encontrará ligado a un mundo
mund o de
objetos fuera del cual su existencia no es concebible (loc. cit.).
La génesis
génesis del sujet
sujetoo y del objeto, por t ant o del dese
deseo,
o, es resulta
resultado
do de u n apuntala-
miento
mien to recíproco
recíproco quequ e inserta de entrada
entrad a al
al individuo, por la vía del nar
narcisism
cisismo,
o, en el
mu nd o exteri
exterior.
or. En
E n ta
tanto
nto que
qu e investidura
investidura del sujeto en sí-mismo,
sí-mismo, el narcisismo
narcisismo eestá
stá
en el fund ament o de su ex exis
iste
tencia y de su capacidad de
ncia d e establec
establecer
er una
u na relación co
conn el
mu nd o exterio
exterior:
r: es nece
necesar
sario
io amarse
amarse a sí mismo para po poder
der am
amarar a los otros y encon-
trarse amable para esperesperarar que los otros lo amen. E n tanto
t anto que ilusión de la concien-
cia, el
el narcis
narcisismo
ismo está en la base del ideal -es sie siempr
mpree un a ima
imagen
gen idealizada la qu e es
nada- y por consiguiente de todos los tropismos de la idealidad. Esta ilusión no
es menos real
real e n ta nt
ntoo qu e existe
existe,, pero se confronta
confro nta a otr a realidad
realidad en la re
relac
lación
ión nece-
nece-
saria con el mu nd o exterior
exterior..
Percibimos
Percibimos aquí el doble
dobl e aspecto del objeto:
Pensar que u
Pensar uno
no puede prescindir del mund mu ndo o de
d e los objetos o a la inversa,
inversa, que éstos
son todo,
tod o, son dos
do s ilusion
ilusiones
es que encubren la circulari
circularidad
dad dialéctica que vava del enfo-
que en el
el sujeto a la
la omnipotencia
omnipoten cia del narci
narcisism
sismo o -donde su tentativa
tentativa de escapar
escapar a la
la
muerte
mue rte surge de ssíí mismo, está mediatiz
mediatizadaada por sí mismo
mismo-- y siempre frente a la om om--
nipotencia proyectada del objeto (ibid., p. 739).
Esta circularidad muestra en qué q ué medida la lass oposiciones entre lo interno
intern o y lo exter-
no, lo indiv
individual
idual y lo lo colectivo, el yo y los otros,
otros , construyen
constru yen rupturas
rupt uras formales que no
pueden dar cuenta
cu enta de los llazazos
os entre lo social
social y el psiquismo y que no lleganllegan nunca
nu nca'a
'a
captar lo que es del orden del deseo.
El deseo es
es inmutable
inm utable e irracional.
La irracionalidad
irracionalid ad del deseo human
hu mano o su
sustrae,
strae, al
al menos en parte
parte,, la existenci
existenciaa hum
huma-
a-
na de las leyes de la biología y la sociología. El hombre no se somete pura y simple-
mente
men te ni la lógica de la racion
racionalidad
alidad de las
las necesidades
necesidades que
qu e lo llevarían a satisfacerse
satisfacerse
sólo en lo que le es estrictamente útil, ni a la lógica de la racionalidad social que lo
conduciría
condu ciría a adapta
adaptarse
rse a la posición q
que
ue le es
es asignada den
dentro
tro de las relaciones sociale
socialess
para asegurar la reproducción social.
canzarse.
canzarse. Dentro
Dent ro de su naturaleza está no aceptar límites. La muerte aparece como el
único desenelace
desenelace de un deseo que no
n o puede
pue de encont
en contrar
rar fin en su satisfacción.
satis facción. Si el ero
ero--
tismo, y la ambición, se inscriben dentro de lo social, que los canaliza hacia formas
útiles
du
duoo queo aceptables socialmente,
tiende a constituirse
constitui éstos son
rse en sujeto en principio
en una búsquedauna
búsqueda producción
nunca terminada de de
dun
e laindivi-
satis
satis--
facción de su deseo. Pero son igualmente producciones sociales. Si el deseo es caren-
cia, ésta
ésta no puede ser satisfecha
satisfecha sino por lo que se reconoc
reconocee como deseable.
deseable. No puedo
desear sino lo que
qu e no tengo, y es porque no lo tengo que q ue es deseable,
deseable, pero para saber
que yo
yo no lo tengo es necesario
necesario que pueda verver a otro
otr o que lo pose
posea.
a. El objeto del deseo
deseo
sólo es
es deseado porque
porqu e es el
el objeto del deseo del otro decía Hegel. El El objeto no se co-
dicia en sí mismo,
mism o, por su valor
valor de uso.
uso. El deseo del otro
otr o le da este valo
valor.
r. El objeto no
puede convertirse
conve rtirse en la meta de un
u n deseo sino a travé
travéss de la mediación
mediaci ón del deseo del
otro.
l sujeto frente
fren te al deseo del otro
en aforteresse vide (Bettelheim, 1977 . Por otra parte, para nacer a sí-mismo en el
mund
mu ndo
o del deseo,
des eo, para decir
deci r Yo ve) , para vivir,
vivir, el sujeto debe
de be matar
mata r ese niño que
q ue es el
el
niño del deseo de otro y que inten
in tenta
ta ocupar
ocup ar el lugar
lugar en sí mismo. La
La vida se funda en-
tonces
tonces en una fuerza
fuerza de muerte,
la que consiste
consiste en matar al niño maravilloso o terro
terrorifico
rifico)) que, de generación
generación en gene-
ración
rac ión,, da
da te
testi
stimon
monio
io de los
los sueños y los de
deseos
seos de los padres; no puede vivi sino a costa
vivirr sino
del asesinato
asesinato de l imagen primera,
primera, extraña
extraña,, en lla
a cual se inscri
inscribe
be el nacimiento
nacimiento de cada
quien (Leclaire, 1975, p. 10).
Asesinato irrealizable pero necesario, pues no hay vida posible, vida de deseo y de
creación,, si se deja de matar al niño
creación niñ o maravil
maravilloso
loso que siempre renace.
renace.
Este niño nos precede. Está ahí, antes de que el sujeto se exprese. La investidura
imaginaria
imaginar ia de los padres
padres construye
const ruye un ideal de niño antes de que éste nazca
nazca en el mun-
mu n-
do. La herenci
herenciaa precede al heredero.
hereder o. Estamos habitados po
porr la historia
histor ia de nuestros
nuestr os pa-
pa-
dres antes de haber nacido.
nacid o. El
El ni
niño
ño imaginario
i maginario se
se inscribe en un registro socio-mental
socio-m ental
que es la expresión de una historia familiar y social. El deseo está encarnado
encarna do en la
El ni
niño
ño maravilloso es una representación inconscie
inconsciente,
nte, primordial dónde se anudan,
con mayor hie hi ena
na,, los deseos, nostalgia y espe
esperanza quien. En la realidad trans-
ranza de cada quien.
parente
parent e del niño, hace ver casi sin velos lo rea
niño, la representación hace reall de todos
todos nuestro
nuestross deseos
deseos
(loc.
(loc. cit.).
cit.).
En francés eexisten
xisten dos pronombres para referir
referirse
se al Yo,
Yo, elJE YO)
YO) que en este artículo se refiere al sujeto gramatical
y el pronombre id 1 YO) qu e se refiere al Y
Yoo com o e ntid ad psíquica N . d e T.).
psíquica
Un trabajo sobre los nombres propios confirma esta hipótesis. Los nombres son la
marca significante de que
q ue el niño
ni ño ll
llev
eva
a en sí el
el deseo de los padres, de que
q ue 4 sustituye
a tal o cual desaparecido. El niñ o es investido de una
un a misión de reemplazo, y está en-
cargado de realizar todos los sueiíos que los padres habrían querido cumplir:
I será un gran hombre, un hCroe en lugar del padre; ella se casará con un príncipe,
compensación tardí
tardíaa para la madre. El p un to más escabroso del sist
sistema
ema narcisista,
narcisista, el de
la inmortalidad del yo que la realidad critica severamente, ha vuelto a encontrar un
lugar seguro refugiándose
refugiándose en el niñ o loc. cit.).
del otro.
otr o. Afron
Af rontan
tando
do las contradicciones
contradic ciones de esos.juegosde deseos aprenderá
aprende rá a vivir
vivir y a
amar.
Realid
Realidad
ad psíqu
psíquica
ica realidad social
social
La investig
investigación
ación sobre el irreductibl
irreductiblee psíquico nos ha conduc
con ducido
ido,, a ttravé
ravéss del eexi
xis-
s-
tencialismo
tencial ismo y el
el psicoanálisis, a considerar
consider ar el
el deseo como presente en el fundament
fundam ento o
de la dialéctica eexist
xistenci
encial.
al. Sartre postula
postula uun
n deseo
deseo de ser para dar
da r cuenta del carácter
irreductible del factor psíquico en la construcción de la identidad. Pero ese deseo de
ser no es acces
accesible
ible sino a través
través de los
los deseos
deseos de maneras de ser , que nos re remiten
miten a la
noción de h bitus y de esta manera inscriben
in scriben al sujeto en la historia
historia.. Con
Co n Serge Vider-
man, vimos que no se podía separar al sujeto del objeto en tanto que éstos están
constituidos el uno del otro
o tro dentro
d entro de una circularidad que funda el narcisis
narcisismo mo pri-
mario, la relación con el
el mu
mund
ndo
o exterior la problemát
problemática
ica del deseo.
deseo. El deseo no
puede concebirse
concebirs e fuera del deseo del otro, lo que
q ue Serge
Serge Lecla
Leclaire
ire desarrolla a partir del
fantasma originario
origina rio del asesinato
asesin ato del niño.
niño . La existencia
existencia del sujeto se funda en un de- de -
seo de niño, niño
niñ o que
qu e está en-sí pero que
q ue no es sí, y esto lo
lo sitúa de eentrada
ntrada en una re re--
lación
lac ión de su
sujeci
jeción
ón al deseo del otr
otro.
o. Fue necesario quequ e Se me deseara
desea ra para que
q ue Yo (Je)
(Je)
naciera en el munm undo
do del deseo.
deseo. El sujeto
sujet o lleva
lleva la marca indeleble
inde leble de ese
ese deseo al cual
está sujetado.
Si el individuo no puede constituirse sino en el deseo, el deseo no puede realizarse
sino en lo social. El deseo no existe en sí como un surgimiento original y ontológico
que sería elel motor
mot or de la historia humana.
huma na. Éste nos precede, nos atraviesa
atraviesa para inscri-
birse nuevamente en quienes
qui enes serán su objeto, los niños en particular.
part icular. El deseo llev
llevaa la
marca de nuestra prehistoria e intenta realizarse en el mundo de los objetos para ser
tomado y retomado en el deseo deseo del otro den
dentro
tro de una circularidad dialéctica. A tra-
vé
véss de los habitus, los objetos, los otros, siempre hay algo exterior al sujeto que qu e funda
fund a
su deseo.
Paraa C
Par Cornéliu
ornéliuss Castoriadis, el inconsciente
El inconsciente
inconscient e es
es historia. La autonomí
auton omíaa se adquiere en la capacida
capacidad d del sujeto pa-
ra tomar distancia
distanci a frente a esas
esas significacio
significaciones
nes que han sido
s ido depositadas
depositada s en él:él: mi dis-
curso debe tomar el lugar
lugar del discurso del otro, de un discurso extraño que está en mí mí
y me domina,
domina , habla
habla por mí . Este Otro designa la pareja
pareja paternal, pero también
tambi én to-
do lo que transmite la familia
familia y la sociedad.
socieda d. El discurso es un lenguaje que transmite
transmi te
palabras
pala bras pero también imágenes,
imágenes, símbolos, historias, habitus
habitus,, concepciones del m mun-
un-
do, normas,
normas , es
es decir el co
conj
njun
unto
to de los elementos
element os constitutivos
constitu tivos de lo soci social
al en cada
individuo.
Se plantea enton
entonces
ces el problema de asir una realidad psíquica aut autón
ónomomaa con respec-
respec-
to a lo social.
social. Freud se plantea el problema a propósito de la clav clavee de los sueños . En
efecto, al final de su obra sobre la interpretación de d e los sueños y para resumir
res umir su tesis
-el sueño no es una fa nt a~ rn a~ or ía ino un texto por descifr
descifrar-
ar- introdu
int roducece la noción
de realidad psíquica:
¿es precis
precisoo reconocer en los des
deseos
eos inconsci
inconscientes
entes un a reali
realidad?
dad? No sabría decir
decirlo.
lo. Na tu-
ralmen te hay que negár
negársel
selaa a todos los pensamientos de transici ón y de enlace. En su
transición
expresión última y más cierta, resulta
resulta mu y forzado decir qu e la realidad psí
psíquica
quica es una
Es posible que todos los fantasmas que se nos mencionan hoy en día en el análisis hayan
sido antiguamente, en los tiempos originarios de la familia humana, realidades (lo que
fue realidad de hecho se habría convertido en realidad psíquica) y que creando fantas-
mas el niño satisfaga, sólo con la ayuda de la verdad prehistórica, las lagunas de la verdad
individual (Freud, G.W., t. N . 386).
Es otra vez
vez un real que postula
postula del lado de las elabo
elaboracio
raciones
nes fanta
fantasmátic
smáticas,
as, pero un
~ e a lel
l el que Freud no deja de señalar el estatus estructural y l autonomía en relación
con los sujetos que le son absolutamente dependientes [ ] Uno está tentado tenta do a recono-
recono-
cer en ese real que alimaliment
entaa el juego imagi
imaginario
nario y le imp
impone
one su le
ley,
y, la prefi
prefigurac
guración
ión de
' el
el orde
orden n simbólico , tal como lo lo han defini
definido
do Lévi-Straus
Lévi-Strausss y LLaca
acann (Laplanche y
Pontalis,
Pontali s, 1964,
19 64, p. 1
1851).
851).
Freud atribuye
atr ibuye u n papel a la preh
prehistoria
istoria del niiío y plantea la existe
existencia
ncia de uuna
na pre-
estructura anterior al sujeto. Laplanche y Pontalis (1964) esbozan las hipótesis desa-
rrolladas por los estructuralistas:
estructuralistas: no hay realidad
realidad psíquica
psíquica que
q ue n
noo esté fun
fundad
dadaa en el
orden
ord en de llo
o simbólico. El pasaj
pasajee de
d e la exist
existenci
enciaa biológica
biológica a la exist
existenci
enciaa huma
h umanana se
operaa bajo la Le
oper Ley,
y, es decir, para re
retom
tomarar la expresión deAlthusser, la Ley de Cultu Culturara
(Althuss
(Alt husser,
er, 136411965, p. 161).161 ). Esta ley es la eexpre
xpresión
sión,, en u n m
momomen
ento
to dado
dado,, de la
historia de las relacion
relaciones
es sociales
sociales dent
de ntro
ro d e la
lass cuál
cuáles
es el niño se encontrará
encontrar á ubicado.
La Ley
Ley de Cu
Cultura
ltura , cuya forma
for ma y prime
primerr acceso es el len lenguaje,
guaje, no se ago
agota
ta en éste,
sino
sin o que contien
contienee las estructuras del parecido rea reall y de las formaciones id ideoló
eológica
gicass de-
terminadas
termin adas en las ccuale
ualess los p&sona
p&sonajesjes inscritos en estas estructuras viven su función
fun ción
;bid, p. 101).
El orden simbólico es
es un conj
conjunto
unto de normas, de leye
leyes,
s, de costumbres, de institu-
ciones que pre-existen en el sujeto t iene acceso. Así el psiquismo in-
suje to y a las que éste no tiene
dividual está en su propia constitución, la expresió
expresión
n de este orden que le impondrá
impon drá su
ley marcando su identidad. En consecuencia, no se puede c
concebir
oncebir la realidad
realidad psíqui-
ca independientemente de lo social en donde
do nde ésta se
se imprime. Marcel Mauss, desde
es impruden te utilizar
imprudente utilizar una terminología psiqui
psiquiátric
átricaa para caracterizar los
los fenómenos
sociales cuando
cuando lala relación verdadera se establece
establecería
ría en el otro sentido [ ] Son solamen-
te l s conductas anormales las que, desocializadas
desocializadas y de alguna
alguna manera abandonadas a sí
mismas, reali
realizan
zan en el plano individual la ilusión de unun simbolismo
simbolismo aut
autón
ónomo
omo.. En otras
palabras, las conductas individuales anormales, en u n grupo social dado, alcanzan lo
simbólico pero a u n nivel inferior
inferior y,
y, si pued
puedee decirse,
decirse, en u n orden de magnitud diferen-
te y realmente inconmensu
inconmensurablrable
e en relación con
con aquel en el que se expresa el grupo [ ]
as cond
conducta
uctass psicopatológicas individuales ofrecen a cada sociedad una especie de equi-
equi-
valente doblemente disminuido (en tanto tanto que individual y patológico) de simbolismos
simbolismos
diferentes del suyo, al tiempo que son vagamente evocadores de formas normales reali-
zadas en l escala colectiva (loc. cit
cit.).
.).
-
se real
real es,
es, al menos por
l psiquismo
po r una parte,
psiqu ismo es una de las
parte , el sistema simbóli
simb ólico
co que
qu e rige la
la vida social.
social.
las formas de expresión a partir de la cual se construye
y se reproduce el sistema simbólico.
l deseo, expresión última de la realidad psíquica no existe en sí como creación
originaria del sujeto sino en la relación
relación del sujeto con la historia y con el mundo
mun do
exterior.
la explicación
explicación de los fenómenos hum anos no podría pasar por alto ni a su autor ni a su
ecosistema,
ecosist ema, cuan do se elimina
elimina ya sea
sea un o u el otro, o bien amb os a la vez
vez,, a favor de u n
determ inismo a nó nim o o de un a li
libertad
bertad inefable. Tan pr on to com o se
se aaís
ísla
la el fenóme-
no estudiado se pone en contacto a lo sumo con su medio , se hace de ese ese fenóm eno eell
mero producto de los determinismos exteriores [ ] No podría haber una descripción,
ni un a explicaci
explicación
ón de lo
loss fenóm enos fuera de la doble inscripci
inscripción
ón y d e la doble implica-
ción, en el seno de un a dialógica compleja, que asocia
asocia de manera complem entaria,
entaria, con-
currente y antagon ista, por una p arte las lógicas
lógicas autó nom as e internas prop ias de llosos fe-
fe-
nómenos y, por otra parte, las ecologías de esos ambientes (Morin, 1980, pp. 86-87).
No tenemos q
que
ue ver
ver dos
d os realida
realidades
des distintas sino una misma realidad que se expre-
expre-
sa en formas diferentes. Lo social y lo psíquico se confunden. Si nos apegamos al es-
tudio de lo concreto, nos daremos cuenta
cuenta de que
q ue ambos elementos son por una parte
irreductibles
irreductibles el
el uno
un o del otro,
otro , y por otra
otr a no pueden ignorar
ignorarse
se el
el uno al otro. Com
C omo
o lo
señala Lévi-Strauss
Lévi-Strauss (en su introducción a la obra de Marcel Mauss)
Mauss) conviene apre-
hender los hechos sociales en su totalidad, es decir desde afuera como una cosa, pero
como cosa de la cual forma parte integrante la aprehensión subjetiva
subjeti va (consciente e 'in-
'in-
cons
consci
cien
ente
te)) . No se
se ~ u e d eener acceso
acceso a la realidad, cualquiera que ésta sea,
sea, fuera de
la experiencia concreta
concr eta de un indiv
i ndividuo
iduo concreto
concr eto que sólo puede
pued e asirla solo. La sub-
je
jeti
tivi
vidad
dad,, tan criticada por el cientificismo que no ve más
más que el obst
obstáculo
áculo que ésta
ésta
representa para acceder a lo objetividad, fo forma
rma parte de la realidad. L
Laa subjetividad no
es una pantalla de lo real sino la condición necesaria para acceder a éste. En esta pers-
pectiva,, lo psíquico eess a la vez simple elemento de significa
pectiva significación
ción para un simbolismo
que lo desborda, y único medio de verificación
verificación de una realidad cuyos
cuyos aspectos
aspectos múlti-
múlt i-
pless no pueden ser aprehendidos bajo fforma
ple orma de síntesis fuera de éi (Lévi-Strauss, op
cit. p. m .
Existe pues una complementariedad
complementar iedad necesaria y dinámica entreentr e lo psíquico y lo
lo so-
cial.
cia l. Todo fenómeno psicológico
psicológico es
es un fenómeno
fenó meno sociológico en la medida en que no
se puede concebir un sujeto sin objeto, sin ideología, sin el orden simbólico a través
del cual éste se reafirma como tal. El mundo psíquico es una realidad que tiene sus
propias leleye
yess .de funcionamie
funcion amiento,
nto, accesi
accesible
ble solamente a trav
través
és de
d e prácticas soc
social
iales
es y
de significaciones. La prueba de los social no puede ser sino mental: no es posible asir
el sentido y la función de un u n hecho social sino a través
través de una
un a experiencia
e xperiencia vivida,
vivida, su
incidenciaa sobre una concienc
incidenci concienciaia individual y en
e n úl
último
timo lugar
lugar la palabra que
qu e permite
darPor
cueconsiguiente,
cuenta
nta de este hecho.
lo que se llama la realidad no puede ser aprehendi
apreh endido
do sin tener en
cuenta lo vivido
vivido , es decir la experiencia concreta, singular,
singular , individual y cole
colectiva
ctiva de
la historia. Lo vivido no puede ser aprehendido sino en la palabra de un sujeto que da
acceso al pr ój im ~. ~Easaje
l por la subjetividad es necesario para acceder a la objetivi-
dad; ésta última no es, después de todo, sino un medio de delimitar lo irreductible
psíquico, es decir, el lugar que queda al sujeto para constituirse como ser deseante.
a dial
dialéctic
éctica
a exis
existenc
tencial
ial
El conjunt
con juntoo de estos elementos
elementos nos permite comprender
comprende r y analizar la exi
existen
stencia
cia indi-
vidual como un fenómeno dialécticodialéctico entre el individu
individuo o producido
producido -producto de
las relaciones sociales, producto del deseo del otro, producto de la historia- y el
individuo
individu o productor -productor de su futuro, de una identidad que le se seaa propia,
trabajo de un sujeto que intenta acceder a la autonomía. El individuo es actuado por
un cierto número de determinismo
determinismoss y al mismo tiempo actuante actu ante en la medida en que
su deseo de ser lo impulsa a explorar otras posibilidades
posibilidades,, a encontra
encon trarr el
el goc
gocee y la
la
completud dentro
dent ro de la
lass formas de realización de sí que lo impulsan a crear y a afirmar
su singularidad. Ese
Ese trabajo dialéctico
dialé ctico puede ser delimitado en una doble perspectiva,
perspectiva,
diacrónica y sincrónica.
n la diacronía: se trata d dee analizar
analizar el
el pe
peso
so de la historia. Estoy envenenado por
mi pasado escribe Fritz Zo Zornrn 1980), con lo que expresa su deseo de escapar de lo que
lo ha constitui
con stituidodo en su educación, pero también su deseo de descubrir en qué qu é medida
i ese pasado está actuando en él a fin de liberarse. Analizar la huella de la historia es
z
compre
com prende
nderr el trabajo de incorporación
incorpo ración de la herencia ligada a los
los orígenes sociales
sociales y
familiares
famil iares,, la influencia en ununoo mismo del deseo del conjunto de sus educadores, en
particular del proyecto paterno. Es también estudiar en qué medida la historia colec-
tiva condiciona cada uno de los los destinos individuales. La historia de un individuo no no
es de hecho sino una cierta especific
especificació
ación
n de la historia colectiva
colectiva de su grupo o de su
clase.
clase. L
Laa especificidad de lala historia individual,
individu al, su singularidad,
singula ridad, no puede
pue de escribirse o
aprehenderse en sí, sino con referencia a lo que la ha producido. El individuo es el
producto
produc to de una
u na historia que él reproduce a su vevez,
z, sabiendo que no hay nunca
n unca repro-
ducción absoluta puesto que la historia es movimiento.
-
V
y un habitus. La
La posición social explica
explica la interiorización ded e un sistema de disposicio-
nes comunes al conjun
conj unto
to de los individuos que
qu e están en la misma situación social. La
identid
iden tidad
ad de las condiciones de existencia tiende a produci
pro ducirr sistemas
sistemas de disposiciones
disposicion es
similar
similares
es y una homogeneidad de habitus (i (ib
b id , p. 180).
Ahora bien, esta homogeneida
homogeneidad d de los comportam
compor tamient ientos
os y de las
las actitudes es vivida
por los individuos como si si fuera algo normal y como evidente. Cuando Cuan do planteamos
planteamos
al individuo comocom o producto de sus condiciones
condiciones concretas de existencia, queremos dar
a entender
ente nder quequ e él está
está pred
predispuesto
ispuesto a funcionar de una u na cierta manera,
manera, que
qu e las
las posibili-
dades objetivas
objetiva s de realización que se traducen en su trayectoria social, así como en su
expresión
expresi ón subjetiva
subjeti va de los ideales, las
las creencias,
creencias, la
lass aspiraciones,
aspirac iones, son el producto
prod ucto de sus
condiciones sociales existentes
existentes..
Olvidar estos datos de partida, como com o lo hace con demasiada
de masiada frecuencia la la psicolo-
psicolo-
gía social,
social, es impedirse analizar a profundid
profu ndidad ad el devenir individual
individua l y caer,
caer, como
com o jus-
jus-
tamente
tame nte lo sefiala
sefiala Pierre Bourdieu, en L Laa Ilusión ocasionalista:
ocasionalista: hablar de habitus de
clas
clasee es recordar que las las relacion
relacioneses interpersonal
interpersonales es nunc
nuncaa son masmas qu
quee en apariencia
relacion
rela cioneses de individuo
in dividuo a individuo y que la verdadverdad de la interacción no n o reside
reside com-
pletamente en la interacción Es la posición presente y pasada en la la estructu
estr ucturara social
que los individuos, entendidos como personas físicas, transportan consigo mismos,
en todo
to do tiempo
tiem po y en ttodo
odo lugar, bajo la forma de habitus, que llevan llevan como vestidos y
que, como
com o el hábito hace
h ace al monje, es decir la persona social, con todas sus disposicio-
ne
ness que son otras tantas marc marcasas de la posición soci
socialal ( ib id , p. 184).
Si no puede haber personapersona independ
inde pendient
ienteme
ementente de la persona social, ésta no pue-
de por tant
t antoo ser considerada
considerada como un factor que determina la totalidad de la persona.
Las elecciones,
elecciones, llas
as rupturas, los cambios que marcan ma rcan las trayectorias
trayectoria s individuales no
pueden ser comprendidos sino sin o en relación con la posición social de los individuos in- i n-
volucrados, pero el destino individual no puede por tanto reducirse a lo que lo pro-
grama. No se puede excluir la parte del deseo que interviene en la elección subjetiva
por la
la cual cada homb
ho mbrere se construye a sí mismo (Sartre, 1979).
1979 ). El deseo
deseo de ser no
se traduce solamente en el deseo de maneras de ser y en los habitus. Éste se expresa
también en los fantasmas, los pasajes
pasajes al acto, las
las locuras que
qu e hacen que el
el individuo
no sea
sea solamente lo que
qu e debería ser,
ser, en tanto
ta nto que
qu e persona social.
social. Esto nos lleva
lleva en
ento
ton-
n-
ces
ces a postular la existencia
existencia de un irreductible psíquico
psíquico que intervine en la historia
individual. Si la individualidad no puede ser disociada de su inscripción social, lo
social se apoya también
tam bién en
e n la individualidad. El individuo, interpelado comocom o sujeto,
responde a esta interpelación en su tentativa de constituirse como ser deseante y de
existir como u un
n sí mismo.
Si Sartre investi
investigaba
gaba lo
loss caminos de lala libe
li bert
rtad
ad preocupándose
preocupándose principalmente
principalmente de de
la elección original que expresa el deseo de ser, nosotros nos interesamos más bien en
recibido junio de 2
n 2
aceptado en septiembre de 2 2
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