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ISSN 1988-6047 DEP.

LEGAL: GR 2922/2007 Nº 15 – FEBRERO DE 2009

“INTRODUCCIÓN AL BANDOLERISMO”
AUTORÍA
PEDRO JACINTO JAÉN GONZÁLEZ
TEMÁTICA
HISTORIA
ETAPA
BACHILLERATO

Resumen
El presente artículo pretende introducirnos en el fenómeno del bandolerismo, más allá de la época
romántica, teniendo en cuenta su historia, variantes del fenómeno y personajes protagonistas de la
historia de este fenómeno.

Palabras clave
- Bandolerismo. El concepto.
- Clases de bandoleros y tipos de bandolerismo.
- Medios de difusión del bandolerismo.
- El fenómeno a lo largo de la historia.

Los objetivos que se pretenden lograr:

- Conocer el fenómeno del bandolerismo en las distintas etapas de la historia.


- Incitar al alumno a conocer las distintas poblaciones relacionadas con los bandoleros más
importantes.
- Posibilitar al alumno el conocimiento de aspectos y lugares de la geografía andaluza, relacionados con
el fenómeno en sí.
- Posibilitar la utilización de fuentes históricas, así como la opción de manejar los recursos que nos
ofrece internet.

1. INTRODUCCIÓN.

Al hablar de bandolerismo, se nos viene a la cabeza personajes como Diego Corrientes, José María “El
Tempranillo”, el Barberillo, los Siete Niños de Ecija, etc. Casi todo el mundo centra sus pensamientos
en la edad de oro del bandolerismo: el bandolerismo romántico de inicios del siglo XIX. Pero si

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hablamos de Viriato o Pasos Largos, nadie lo encuadra con este movimiento, aunque en realidad se le
sitúa dentro de los bandoleros con unas características parecidas.

2. BANDOLERISMO. EL CONCEPTO.

Siempre que hemos hablado de bandolerismo inconscientemente lo situamos en el siglo XIX. Pero el
bandolerismo, existe desde toda la vida. Este fenómeno se da en aquellos lugares que presentan una
serie de características favorables para su desarrollo. A lo largo de los siglos el fenómeno ha sido
documentado y se ha ido manifestando con unas características distintas.

Son muchos los términos que se han utilizado para definir al bandolero, aunque hay que tener en
cuenta que la mayoría de los nombres utilizados, tienen distinto significado y se utilizan para definir al
mismo fenómeno, siendo el caso de voces tan conocidas como salteadores, bandidos, forajidos,
acotados, encartados, relegados, etc.

El bandolero era un hombre dedicado al robo y pillaje, normalmente acompañado por una cuadrilla. Sus
acciones se realizaban principalmente en lugares desiertos y esperando al paso de diligencias o
viajeros solitarios. Raramente se dedicaban al contrabando y secuestro de sus víctimas.

En Roma, el término bandido viene del latín bannitus (desterrado), que hacía referencia a aquellos
que forzosamente abandonaban la ciudad en la que vivían, apartándose de la sociedad, echándose al
monte o descampados para llevar a cabo sus fechorías. En la Edad Media en España el bandido era
aquel, que es perseguido por la justicia por haber sido puesto en busca y captura a través de un bando.

Otro término es el de grassatores, conocidos como ambulantes, se refugiaban en bosques y se


dedicaban al saqueo de viajantes, en las zonas de paso de estos.

El término sicario, viene de la palabra sicca, que era una espada de hoja ancha que utilizaban estos
tipos para asesinar a sus víctimas, después de despojarlos de sus pertenencias. Por ello, eran los más
peligrosos y los más temibles.

Otro término utilizado fue el de forajido, acotado, relegado o encartados, para definir a aquellos
malhechores que se encontraban huidos o expulsados de la ciudad.

Por último, el término salteador, viene del latín saltus (bosque), siendo denominado así este tipo de
malhechor, porque sus actividades las llevaban a cabo en el bosque.

Varios nombres recibieron estos hombres a lo largo de la historia, hasta llegar al bandolero en su época
de oro. Pero entre estos tipos de malhechores o bandidos, ha habido siempre un contexto que ha
determinado la realización de este tipo de actividades. El fenómeno, surge en aquellas zonas en las que
se da pobreza del terreno para cultivo, miseria, acompañado de injusticias. Pero normalmente el

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bandolerismo se da en periodos en los que la sociedad se encuentra en crisis, ya sean guerras,
epidemias, conflictos sociales, etc. En muchos casos la figura del bandolero, parte de un hombre
perteneciente a las clases más bajas, rodeadas de las circunstancias antes descritas para que se
pudiera dar el bandolerismo. Se viene describiendo a este bandido como un Robin Hood, pero en
versión española, que se dedicaba a robar al rico para repartirlo a los pobres. Pero también tenemos
que añadir, que hubo algunos, que pertenecían a clases acaudaladas.

2.1. Clases de bandoleros y tipos de bandolerismo.

Cristobal Ramírez de Arellano en Historia de los bandidos más celebres de Francia, Inglaterra, etc,
traducida del francés, adicionada con la de los más famosos bandoleros españoles. (Córdoba.
Imprenta Noguer y Manté. 1841), hace una distinción de tipos de bandoleros, diferenciando entre tres
tipos:

- Bandoleros guapos o valentones, que hacen alarde de un carácter temerario, no respetando, como
se dice ni Rey ni Roque, creando sus propios valores fuera de la ley y buscando aventuras y propios
peligros; son por lo general caballeros que venían a ser públicos asesinos, y son los recogidos en los
romances de guapos. Como ejemplos sirvan, Pedro Salinas, natural de Jaén, Miguel Rámirez de
Lucena, entre otros.

- Contrabandistas. Se abstenían de matar sino eran impelidos, como Francisco Esteban, natural de
Lucena, Pedro Zambomba, natural de Encinas Reales, o Curro López, zapatero, natural de Jerez de la
Frontera.

- Ladrones famosos. Aquí se citan bandidos que han matado y robado durante un periodo de veinte
años. Podemos citar a Jaime “el Barbudo”, Melchor “el Extremeño”, el Rubio de Espera, José María “el
Tempranillo”, Antonio “el Renegado”, el Chato Pedrosa de Benamejí y los Siete Niños de Ecija.

También podemos distinguir por el tipo de actividad en el bandidaje a las diversas formas en las que se
da el bandolerismo durante la historia:

- Bandolerismo de carácter religioso. Los moriscos que fueron expulsados de España, se dedicaron
a realizar desde el Norte de África, piratería marítima y a asaltar las costas españolas de Málaga y
Granada, haciendo incursiones en tierra, para tomar ganado y prisioneros de botín. Por éstos últimos
exigían un rescate. Estas actuaciones de los moriscos, van a hacer que los cristianos refuercen la línea
costera, mediante la construcción de torres de vigilancia, zonas amuralladas, etc, con el fin de acabar
con la actividad de este tipo de bandidos.

- Contrabando y cuatreros. Son las formas más primitivas de actividad del bandolerismo. El
contrabando consistía en comerciar género prohibido por ley a productores y comerciantes particulares.
Se trata de introducir de manera fraudulenta productos prohibidos. El contrabandista se encargaba de
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evitar el paso de los productos a través de las aduanas, mediante el soborno de los aduaneros o
burlando la vigilancia. Se estima que la mercancía prohibida entraba en España a través de tres vías:
Gibraltar, el Mediterráneo y la raya de Portugal. Entre este tipo de bandoleros encontramos nombres
célebres de este fenómeno como Bartolomé Gutiérrez, Francisco Correa, Francisco Esteban y Diego
Corrientes como el más conocido de este tipo, siendo ajusticiado sin haber cometido delito de sangre
alguno.

- Bandolero – Guerrillero. Se sabe que la actividad bandolera y guerrillera se realizaron


conjuntamente durante la Guerra de la Independencia. El bandolero adoptó la actividad del guerrillero y
viceversa. Entre estos bandoleros – guerrilleros destacamos a Pedro Peña “el Sotana”, Juan Campo y
Pedro Alcalde.

- Salteador de caminos y diligencias. Este tipo de bandoleros es el que describen los viajeros de la
época de bandolero romántico. Se dedicaban al asalto de diligencias y viajeros, en grupos de entre
cuatro y ocho hombres. Es cierto que muchas veces estos viajeros llenaban de ficción sus relatos
porque consideraban que en Andalucía es donde mejor se representaba la figura del bandolero.

- Bandolerismo de Chantaje y anónimos. La actuación de los bandoleros cambió con la creación de


la Guardia Civil por el Duque de Ahumada. La creación de este cuerpo supuso un varapalo para estos
bandidos. Así que la cuadrilla de bandoleros en la segunda mitad del siglo XIX va a actuar,
presentándose ante la víctima y pidiendo dinero. Si el plan no funcionaba, el siguiente paso era el del
secuestro. Así fueron las actuaciones de cuadrillas de bandoleros como la de Montellano, Pernales,
Malaspatas o el Cuco, que secuestraron a Orellana, el niño Crispín o incluso extorsionaron a poetas
como Hinojosa y Villalón.

- Bandolerismo político en la segunda mitad del siglo XIX. Manuel Moreno Alonso en “Los
olvidados de la historia. Rebeldes” habla de las distintas ideologías políticas en las que se
encontraban sumergidos los bandoleros. Así tenemos bandoleros de extrema derecha, extrema
izquierda, isabelinos, alfonsinos, carlistas, anticlericales, etc. Por otro lado, establece Nadal que la
perduración del fenómeno del bandolerismo en España se debe principalmente al apoyo recibido por
las clases dominantes políticas. Sin embargo Antonio Merino y M. Bernal consideran que llegaron a
servir los bandoleros como caciques, como forma de medida contra los movimientos obreros que
estaban surgiendo en esos momentos y agentes electorales.

2.2. Medios de difusión de las hazañas bandoleras.

Son muchos los autores que han hecho mención a las hazañas de bandoleros o han escrito novelas de
este tipo de género. Así tenemos autores como Tirso de Molina, que escribe “El Bandolero” o “La
condesa bandolera”, Céspedes y Meneses “El español Gerardo”, Castillo de Sorlozano “El premio
de la virtud”, Francisco de Rojas “El bandolero Salposto”, Cubillo “El bandolero de Flandes”, Lope

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de Vega “Antonio Roca” o Cervantes, hacen referencia a este fenómeno en “Don Quijote” o en las
“Novelas ejemplares” del mismo autor.

Otro medio de difusión sería a través de la conocida literatura de cordel. Este tipo de literatura es la
propiciada por los ciegos. La transmisión de dicha literatura es de forma oral y hablan de este tipo de
hazañas, realizadas por los bandoleros. Los ciegos se dedicaban a cantar en la calle, mencionando las
hazañas de estos hombres a cambio de una pequeña limosna. Las actividades de estos ciegos han
sido comparadas con las realizadas por los ciegos en ciudades norteafricanas en las que iban recitando
cuentos a cambio de un donativo. Los ciegos cantaban las hazañas de estos hombres, incluso después
de la Guerra Civil, reuniendo en corrillos a la gente que se mostraba expectante. El que mejor ilustra
esta descripción sobre los invidentes es Goya, en su cuadro “el ciego de la guitarra”.

Los arrieros también daban ilustración a las hazañas de los bandoleros, mediante coplillas, que
cantaban por el camino, ya que en muchos casos habían sido víctimas de estos bandidos en sus
travesías, mientras portaban sus productos.

Otras personas que nos han permitido conocer más sobre el fenómeno del bandolerismo han sido
autores como Washinton Irwing, que los cita en sus “Cuentos de la Alhambra”, a través de viajeros
como el Barón Davillier, Cook, que escribe “Sketchs in Spain”, Dozy en “Historia de los
musulmanes españoles” o Richard Ford, que escribe “Gatherings from Spain”, Merimée escribe
“Carmen” y llegó a describir a José María “El Tempranillo”, en su época de esplendor del
bandolerismo.

Hoy en día, no es solo la literatura la que nos ha transmitido las hazañas de los bandoleros, sino que
también los medios audiovisuales nos han trasmitido la vida de estos hombres, siendo la televisión, el
cine e internet, donde podemos encontrar grandes referencias. TVE emitió una serie en 1976, llamada
“Curro Jiménez”, donde se narraban las aventuras de Curro, el Algarrobo y el Estudiante, en el
contexto de la Guerra de la Independencia. El cine nos dejó una película “Pasos Largos”, un film que
narraba la historia del último bandolero de España. Internet, sin embargo, nos ofrece hoy un gran
número de entradas con la palabra bandolero y son muchas las páginas webs dedicadas a este
fenómeno social y que citaremos en nuestra webgrafía al terminar el presente artículo.

3. EL FENÓMENO A LO LARGO DE LA HISTORIA.

Durante la Edad Antigua se irán dando los primeros testimonios sobre el bandolerismo. Juan José
Sayas Abengochea en su artículo “El bandolerismo lusitano y la falta de tierras” afirma como origen
del bandolerismo lusitano a la posesión de tierras y la distribución de éstas. Considera al bandolerismo
como un problema de carácter agrario. Hace referencia C. Bernardo de Quirós y Luis Ardila en “El
bandolerismo andaluz” a la aparición de Viriato como uno de los primeros bandoleros de la historia.
En el caso de Viriato, se sabe por textos antiguos de Estrabón (III, 3, 5) y Varron (De agr. I, 16, 2) de la
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riqueza que proporcionaba para el cultivo la zona geográfica en la que se asentaban los lusitanos, pero
que se aconsejaba no invertir en ellas, por lo que la actuación de estos pueblos se dedicaba
principalmente a utilizar la guerra, los saqueos y rafias como instrumento para tomar provisiones en
forma de comida y ganado de las poblaciones vecinas. Los mismos autores de esta obra “El
bandolerismo andaluz”, mencionan a Coracotta y Materno, dos bandoleros del primer siglo de la Era
Cristiana. Hasta tal punto fue tan grave los abusos de estos dos hombres, que Augusto puso precio a la
cabeza de Coracotta, otorgando recompensa a aquel que le hiciera entrega del malhechor vivo o
muerto.

Cicerón (Epist., X, 31, 1), hace mención también sobre lo conflictiva que era la zona de Sierra Morena,
la que cita Ramírez de las Casas Deza, como Cordillera Marianica “Corografía de la provincia de
Córdoba”. Córdoba. 1841. Tito Livio también hace referencia de los asaltos, que sufrían los viajeros de
la Bética (XXVIII, 22). Servio, afirmaba que “Casi todo los españoles son temibles cuatreros”. Esto
último viene confirmado por un rescripto de Adriano, en el que menciona el delito de abigeato del que
surgirían los abigeos. Este término viene de la voz latina abigere y consiste en sacar el ganado de las
cuadras y dirigirlos a otro destino. Más claramente, sería lo que hoy conocemos como cuatreros.

Ya en la Edad Media, el fenómeno del bandolerismo se basará en otro tipo de personajes, conocidos
como golfines. Los golfines son salteadores de ganado o personas, lo que les llevó a considerarlos
como lobos u Homo hominis Lupus. Esta última expresión latina sería más que todo un aforismo. La
palabra golfín deriva de la voz alemana wolf, que significaría lobo. Estos hombres son continuadores
del abigeato y de los salteadores de la época visigótica. Nuestra Real Academia considera en la
posibilidad de que una inversión parcial de la palabra “golfín” por “folguín”, signifique holgazán. Pero
hay que tener en cuenta la diferencia de los términos “golfín” y “golfo”. Mientras que el primero es un
malhechor violento y sanguinario, el segundo es un personaje vicioso, que tiende más a la picardía y al
engaño durante el periodo del siglo XIX. Para poder combatir a estos golfines en Talavera y Toledo, se
creará la Hermandad Vieja, que será el germen de la Institución de seguridad y la Santa Hermandad,
que será nuestra primera Guardia Civil. Éstas patrullan formando cuadrillas armadas de ballestas y ropa
de campaña. Cuando un caso de robo, salteamiento, forzamiento de alguna mujer no pública, llegaba a
oídos de la Santa Hermandad, se avisaba mediante pregón, se tocaba arrebato y salían las cuadrillas,
relvándose cada cinco leguas. Serán muchas las leyes que se promulguen con el fin de poder acabar
con este mal, en este periodo.

Ibd Abdum daba consejos sobre cómo combatir el bandolerismo en los alrededores de Sevilla. En la
Edad Media se establecen las Siete Partidas, en las cuales se publican una serie de leyes para poder
combatir a estos bandoleros y proteger a los mercaderes contra la actuación de estos malhechores.
Enrique II va a crear unas disposiciones en 1369, que pretenden fortalecer estas leyes, y que será
ratificada en 1471, con las que se pretendían sancionar a los encubridores de estos bandidos. Los
reyes Juan I y Juan II, se llegan a enfrentar a estos encubridores. Hay que destacar que en este
periodo, destaca la figura femenina del bandolero, llamada serrana.

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Durante el fin de la Reconquista, aparecerán otros personajes del bandolerismo llamados monfíes. La
voz “monfí”, equivale en castellano a “desterrado”. Nuestro Diccionario de la Lengua define al
“monfí” como el moro o morisco que formaba parte de las cuadrillas de salteadores después de la
Reconquista. Las actividades de los monfíes responden más a una situación de guerra que de
delincuencia en sí. Existe una novela de Manuel Fernández y González titulada “Los monfíes de las
Alpujarras”, en la que nos hace una descripción muy detallada de ellos. Aquí describe hechos de
carácter político como la capitulación de Granada a los Reyes Católicos, el motín del Albaicín, de 1499;
la sublevación de La Alpujarra y de la Serranía de Ronda (1499-1500), y por último el desastre de
Sierra Bermeja (16 de marzo de 1501).

En el siglo XVI va a destacar, en Andalucía, las expediciones realizadas a La Sauceda de Ronda en


1590, por el Alférez Mayor y Veinticuatro de Sevilla don Gonzalo Argote de Molina. Es conocida esta
Sauceda de Ronda, situada en la Sierra de Libar, en las afueras de la Serranía de Ronda. Aquí en ella
se encuentran la Cueva del Gato y Cueva del Hundidero. Posee esta tierra un desfiladero de los más
grandes existentes, incluso más grande que el de Despeñaperros y el Chorro de Málaga: el desfiladero
del Guadiaro.

En este siglo va a destacar también el bandolerismo catalán y aragonés. En 1515 lanza una expedición
contra los bandoleros aragoneses, citando como ejemplos a los hermanos Lope y a Gonzalo Xeniz. En
Cataluña, se hicieron famosos en este siglo Antonio Roca y Perot Rocaguinarda.

En la misma región en el siglo XVII, destacó en ese periodo Juan Sala “Serrallonga”. En este mismo
siglo, en la Mancha, fue conocido Perandrés, un valenciano que contaba con una cuadrilla numerosa.

En el siglo XVIII, en la Mancha destacó también la banda de los “Juanillones”; en Ronda actuaban los
vaqueros; en Plasencia destacó una mujer, llamada la Serrana de Vera y por último, destacaríamos a
Cristobal Salmerón, que actuaba la zona de Medina Sidonia, llegando a asesinar a veintidós hombres.

Pero sin duda el fenómeno del bandolerismo, cuando destacará más, principalmente por la propaganda
que le hacían los viajeros, las novelas de literatura, la literatura de cordel, etc. fue en Andalucía,
Cataluña y la Mancha, durante los siglos XVIII y XIX. Pero importantemente en Andalucía es donde
será más significativo, siendo la época del bandolerismo romántico la época de oro del bandolerismo
español.

Fueron numerosos los medios para acabar con el bandolerismo en la época. Se aplicaron leyes como la
ley de fugas, la ley contra secuestros, al mismo tiempo que se aplicaron indultos, como hizo Fernando
VII con José María Hinojosa “El tempranillo”.

También hubo bandolerismo en Extremadura, en Murcia, a parte de la Mancha, Cataluña, Aragón y


Andalucía. Incluso fuera de España se dio este fenómeno. Entre los personajes más famosos de este
fenómeno que podemos citar van desde el mismísimo Viriato a Pasos Largos. Podemos citar a Viriato,
Coracotta y Matterno, Perandrés, los hermanos Lope, Gonzalo Xeniz, los hermanos Juanillones,
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Cristobal Salmerón, Diego Corrientes, la cuadrilla de “Tenazas”, la cuadrilla de “los Berracos”, José
María “El Tempranillo”, los Siete Niños de Ecija, la cuadrilla de Montellano, Tragabuches, el Bizco del
Borge, el “Vizcaya”, “el Barberillo”, Francisco Esteban “El guapo”, Juan Palomo, Lucas “el Ciervo”,
“Pernales”, Joaquín Camargo Gómez “el Vivillo”, los Niños de Guadix, Flores Arocha, “el Garibaldino”,
José Rojas Rojas “Malacarne” y Juan Mingolla Gallardo “Pasos Largos”, entre los que han hecho de
interés histórico a este fenómeno en España.

Fuera de España se dieron los casos de los malhechores de Ajaccio (Spada, Bartoli y Bornea) o
Salvatore Giuliano, Nardo Antonio, Marco Sciarra, Rodio Pronio y Fra Divolo en Italia del Sur. En
Escocia e Inglaterra fueron conocidos Dick Turpin y John Nevison. En Francia Louis Dominique
Bourguignon, “Cartouche” o Claude Duval. Incluso en el mundo musulmán, podemos citar a personajes
como Ibn Handum o Alí al Tanují.

4. APLICACIÓN DIDÁCTICA DEL FENÓMENO DEL BANDOLERISMO.

Aprovechando que el fenómeno del bandolerismo se ha explicado desde la época antigua en España
hasta el siglo XIX, podemos aplicarlo a las unidades didácticas que se van a dar durante el curso
escolar, en las que el fenómeno fue importante.

Se puede programar como actividad extraescolar, una visita a los lugares de los que hace mención
Bernardo de Quirós y Luis Ardila en “El bandolerismo Andaluz”, a los museos del bandolero en
Ronda o a Jauja, por citar algunos lugares conocidos.

Se puede recomendar la lectura de algún libro de historia, que toque el tema de lleno o novela literaria
de este género. También se puede proyectar algún episodio de la serie Curro Jímenez, donde resalte
profundamente el fenómeno del bandolerismo o el film Pasos Largos.

Realizar fichas biográficas sobre los bandoleros que se citan en el artículo, realizar un eje cronológico
sobre el tema o incluso un mapa señalando los lugares donde se da este fenómeno y observando
donde se produce más incidencia del bandolerismo.

También se pueden realizar visitas a distintas páginas webs relacionadas con el bandolerismo. Tales
son www.alyamiah.com, www.cervantesvirtual.com, www.ub.es,www.mundosmodernos.org,
www.museodelbandolero.es o www.larutadeltempranillo.es entre otras direcciones.

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Bibliografía.

Crespín Cuesta, F. “Historia de la Villa de Fernán – Núñez”. Colección de estudios cordobeses nº 160.
ISBN: 84-8154-956-8.

Bernaldo de Quirós, C. y Ardila, L. (1988). “El bandolerismo andaluz”. Madrid: Ed. Turner.

Moreno Alonso. M; 2004; Los bandoleros. En García Cárcel. R. Los olvidados de la Historia. Rebeldes
(221- 308). Barcelona: Ed. Círculo de lectores.

Reglá, J. (1966). “El bandolerisme catalá del Barroc”. Barcelona: Edicions 62.

Santos, J. (1992). “El bandolerismo en Andalucía”, Sevilla: Muñoz Moya y Montraveta.

Sau, V. (1973). El catalán. Un bandolerismo español. Barcelona: Aura.

Sayas Abengochea, Juan José, “El bandolerismo lusitano y la falta de tierras” UNED. Revista de la
Facultad de Geografía e Historia, núm. 4, 1989, págs. 701-714

Vv.aa. “Textos y documentos de historia antigua, media y moderna hasta el siglo XVII”. Editorial Labor.
S. A.

Webgrafía

www.ronda.ws/cultura/bandolerismo.
www.regmurcia.com
www.alyamiah.com
www.cervantesvirtual.com
www.ub.es
www.mundosmodernos.org
www.museodelbandolero.es
www.rutadeltempranillo.es
http://es.wikipedia.org/wiki/bandolerismo
http://e-spacio.uned.es
www.ffil.uam.es/antigua/piberica/viriato

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 Centro, localidad, provincia: Córdoba
 E-mail: hervecino@hotmail.com

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