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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS ESCUELA PROFESIONAL


DE DERECHO

DOCENTE:

ARRIBASPLATA QUEVEDO JORGE E.

CICLO:

III

TEMA:

LAS PENAS EN LA LEGISLACIÓN PENAL PERUANA

INTEGRANTES:

✓ GIRÓN NEYRA ANGIE


✓ CARRILLO ATOCHE GABRIELA
✓ NOLE MORALES LUZ MARIA
✓ MECHATO LEYTON FATIMA
✓ URBINA CARRASCO ESTEFANY
✓ ANCAJIMA PEÑA VICTOR
✓ RIVERA CALDERON JOSHIRA
DEDICATORIA. -
El presente trabajo de investigación que hemos
realizado los alumnos del III Ciclo de Derecho está
dedicado a Dios que nos brinda y nos otorga el don
de la sabiduría e inteligencia para poder culminar con
éxitos nuestros estudios.
INTRODUCCIÓN

La pena “es un castigo consistente en la privación de un bien jurídico por la autoridad


legalmente determinada a quien tras un debido proceso, aparece como responsable de una
infracción del Derecho y a causa de dicha infracción”. Bramont-Arias, dice: “…las penas
buscan la prevención del delito respecto del autor que cometió el ilícito penal, es decir la
prevención de la pena consiste en hacer que el sujeto no vuelva a delinquir.

La pena es el recurso que utiliza el Estado para reaccionar frente al delito, expresándose
como la "restricción de derechos del responsable". Por ello, el Derecho que regula los
delitos se denomina habitualmente Derecho penal. La pena también se define como
una sanción que produce la pérdida o restricción de derechos personales de un sujeto
hallado responsable de la comisión de una conducta punible. La pena está contemplada
en la ley y es impuesta por el órgano jurisdiccional, mediante un proceso.

El término pena deriva del término en latín poena y posee una connotación
de dolor causado por un castigo.

El Derecho Penal moderno aboga por la proporcionalidad entre el delito y la pena. En


muchos países se busca también que la pena sirva para la rehabilitación del criminal (lo
cual excluye la aplicación de penas como la pena de muerte o la cadena perpetua).

El estado es un ente normativo y carácter institucional, que permite regir de manera


coaccionada y limítrofe, por lo tanto es el único ente encargado de suplir o aplicar una
pena, ya sea de cualquier tipo.

Cabe destacar que la pena cumple un rol importante de suma utilidad el cual es la de
prevención, ya que el Estado reacciona frente al delito expresándolo así como una
sanción, imponiendo de esa manera la pena. Por otro lado la ley no puede considerarse
como una norma puesto que la norma tiene características muy diferentes, es así que se
puede hacer notorio que la norma está estructurado por un suceso, nexo causal y
consecuencia jurídica.

La pena está relacionada con conductas socialmente desvaloradas de personas, siendo,


por consiguiente, una consecuencia jurídica asignada a cualquier individuo que haya
realizado un hecho punible contrario a la norma
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 3

CONCEPTO ..................................................................................................................... 5

Teoría de la retribución.- .................................................................................................. 5

CADENA PERPETUA.- .................................................................................................. 7

MEDIDAS DE SEGURIDAD.- ....................................................................................... 8

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD, LOS INTERESE PÚBLICOS

PREDOMINANTES Y LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD.- ........................................ 9

LAS CLASES DE MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL CÓDIGO PENAL.- ............ 11

1. MEDIDAS DE SEGURIDAD DE INTERNACIÓN .......................................... 11

2. MEDIDAS DE SEGURIDAD DE TRATAMIENTO AMBULATORIO .......... 13

LAS PENAS LIMITATIVAS DE DERECHO.-............................................................ 14

PENA DE MULTA.- ...................................................................................................... 20

DIFERENCIA ENTRE UNA PENA DE MULTA Y LA REPARACIÓN CIVIL.- ..... 23

PENAS RESTRICTIVAS DE LIBERTAD.- ................................................................. 24

PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD.- .......................................................................... 24

LA PENA DE PRESTACIÓN DE SERVICIO A LA COMUNIDAD.- ....................... 28

CONCLUSIONES .......................................................................................................... 30

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 32

ANEXOS ........................................................................................................................ 33
LAS PENAS EN LA LEGISLACIÓN PENAL

PERUANA

CONCEPTO

Para nadie es una novedad que actualmente la pena es utilizada por los legisladores para

solucionar o tratara de apaciguar todos o casi todos los problemas que la delincuencia-

convencional o no convencional- acarrea, es decir, que dentro de la estructura de la

tipicidad que conocemos, el legislador Peruano normalmente se alinea dentro de las

consecuencias jurídicas del delito (por ejemplo: la pena, pero aquella que tiene que ver

con la privación de la libertad personal y no con la privación de otros derechos

subjetivos).

Teoría de la retribución.-

Interesa recompensar la idea y sentido de justicia y del Derecho que el Estado ha

impuesto, sin finalidad. En la retribución, la pena obedece a una finalidad “Vacía”, sin

importar la situación ulterior del victimario, la víctima o la comunidad. Sus defensores

sostienen la pena no tiene una finalidad específica, sino que es impuesta como retribución

o expiación del mal causado que la pena sea una coacción psicológica para la sociedad.
Se habla de una Teoría “Absoluta” en el sentido que la pena es independiente de su efecto

social, se “suelta de él” (del latín, absolutus = soltado). Si bien detrás de toda teoría de la

retribución se encuentra el antiguo principio histórico del talionismo material ojo por ojo,

diente por diente, también es que la retribución no tiene nada que ver con la venganza,

con oscuros sentimientos de odio o con reprimidos instintos agresivos de la sociedad; la

retribución es un principio de proporcionalidad que podría denominarse talionismo

formal.

La teoría retributiva justifica la pena como el mal que se impone a quien cometió un mal:

“ojo por ojo, diente por diente”. Partiendo de la idea de dar a cada uno lo que se merece,

la pena es un castigo que se impone a quien comete in delito, por el hecho de haberlo

cometido y con independencia de consideraciones tales como la personalidad,

peligrosidad, propensión a la resocialización del autor o de la repercusión social que la

sanción pueda tener.

La pena tiene que ser absolutamente determinada y debe existir una proporcionalidad

cualitativa y cuantitativa entre ella y el mal causado. Conforme a ello, la pena sirve a la

realización de la justicia, en la medida de compensar la culpabilidad del autor. Estas ideas

dominaban el sistema sancionador del Derecho Alemán hasta 1962. Desde Aristóteles ya
se conocía una teoría de la responsabilidad moral mediante el análisis de los actos

forzados y voluntarios, en el mismo sentido que la pena deber ser proporcional al delito

y engloba en la misma justicia correctiva o rectificadora.

CADENA PERPETUA.-

En el ordenamiento jurídico- Penal la pena de libertad más grave que se puede imponer a

una persona es la de cadena perpetua, la imposición de la misma se encuentra supeditada

solamente a los delitos más graves, entre los cuales está, a manera de ejemplo, el delito

de terrorismo. Sin embargo, y por diversos motivos se ha puesto en duda la

constitucionalidad de dicha pena, discusión que fue superada por el Tribunal

Constitucional en la Sentencia de 2003. En efecto, dicha sentencia estableció que el

“encierro de por vida” sería compatible con el modelo de Estado Social y Democrático

de Derecho siempre y cuando se establezca cierto parámetros y criterios que impliquen

la revisión de la misma al transcurrir un determinado periodo de tiempo de modo que

exista la posibilidad legalmente tasada de reinserción del condenado en la vida social.

Como consecuencia a ello, el Poder Legislativo, a fin de dar cumplimiento a lo indicado

por el Tribunal Constitucional, delegó facultades legislativas al Poder Ejecutivo, hecho

que trajo como resultado la propuesta de vigor del Decreto Legislativo N° 921, en donde
se estableció, entre otras reglas, que la cadena perpetua será revisada cuando el condenado

haya cumplido 35 años de privación de la libertad, para lo cual se estableció además un

procedimiento en el Capítulo V del Código Ejecutivo Penal, el mimos que será analizado

en el apartado III del presente comentario.

La denominada “cadena perpetua”, en su regulación legal actual, es intemporal; es decir

no está sujeta a límites en el tiempo, pues si tiene un comienzo, sin embargo carece de

un final y, en esa medida, niega la posibilidad de que el penado en algún momento pueda

reincorporarse a la sociedad.

MEDIDAS DE SEGURIDAD.-

La medida se refiere así, no a un delito, sino a un estado peligroso y no se basa en la

culpabilidad, sino en la peligrosidad que el agente demuestra como consecuencia de la

enfermedad o situación de inimputabilidad. Por ello, se señala con frecuencia que la

diferencia fundamental con aquella radica en que mientras que la pena atiende sobre todo

al acto cometido y su base es la culpabilidad o responsabilidad del sujeto, en las medidas

de seguridad se atiende a la peligrosidad.

En el caso peruano, podemos mencionar que la aplicación judicial de las medidas de

seguridad ha brillado por su ausencia, ya que en muy pocos casos se han aplicado tal
medida, e incluso en aquellos Distritos Judiciales donde no se viene aplicando el Nuevo

Código Procesal Penal de 2004 (porque en la mayoría de Distritos Judiciales se aplica el

“nuevo” proceso penal de seguridad), que son ya muy pocos, no existen reglas de

aplicación jurídico- procesal a favor de aquellas personas presuntamente inimputables, y

que lamentablemente se les tiene que internar en Centro Penitenciario hasta el final del

proceso penal, en el cual se le tendrá que dictar, si fuera el caso, recién una Medida de

Seguridad, es decir, recién podrían salir de la cárcel.

Como es sabido, las “medidas de seguridad” fue introducida, por primera vez en el Perú,

a través del abrogado Código penal de 1924, siguiendo el modelo de los Proyectos de

Código Penal Suizo, y en la Legislación peruana la terminología tradicional es de

“Medidas de Seguridad”, y quizás una de las causas de su reprochable inaplicabilidad

desde aquel Código quizás la más importante se debe a las razones de inversión

económica que en su momento no ha apoyado el país.

PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD, LOS INTERESE PÚBLICOS


PREDOMINANTES Y LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD.-

El artículo 73° del Código penal peruano que señala la aplicación del principio de

proporcionalidad a las medidas de seguridad, bajo los siguientes términos: “Las medidas
de seguridad deben ser proporcionales con la peligrosidad delictual del agente, la

gravedad del hecho cometido y los que probablemente cometiera si no fuese tratado”.

Estos presupuestos constituyen también criterios limitadores de la gravedad y duración

de las medidas. Estas no podrán ser más gravosas que la pena correspondiente al delito

previo realizado, ni exceder del límite necesario para prevenir la peligrosidad del autor.

Lo que queda claro es que el fundamento de las medidas de seguridad es la peligrosidad

del sujeto, y en esa lógica es que el principio de proporcionalidad aquí cumple una

finalidad particular, pues se trata de una peligrosidad condicionada no solo por los hechos

futuros, sino y sobre todo, por un hecho delictuoso pasado (por ejemplo se tiene que

observar la gravedad del hecho cometido), por supuesto fundado también en criterios de

un pronóstico de peligrosidad del agente (por ejemplo se tiene que observar la

peligrosidad delictual del agente).

Ahora bien, el artículo VIII del Título Preliminar del Código penal prescribe el principio

rector de la proporcionalidad de las sanciones, en los siguientes términos:

“la pena no puede sobrepasar la responsabilidad por el hecho. Esta norma no rige en caso

de reincidencia ni de habitualidad del agente al delito. Las medidas de seguridad solo


pueden ser ordenadas por intereses públicos predominantes”. De la citada norma se puede

extraer la siguiente conclusión: que la sanción penal descansa bajo el principio de

culpabilidad o de imputación subjetiva; en cambio, la aplicación de una medida de

seguridad descansa bajo el criterio de “intereses públicos predominantes”. Al respecto

debemos mencionar que cuando una persona realiza una conducta antijurídica, puede

suscitarse además del peligro cierto de que lo vuelva realizar, lo que genera el interés

público de evitar que ello suceda. No obstante, el interés público de eliminar o reducir el

riesgo de nuevos hechos antijurídicos, no siempre autoriza la imposición de medidas de

seguridad, sino que lo importante sea que el interés debe ser lo suficientemente relevante

como para predominar sobre los derechos individuales (como el derecho a la libertad) que

se afectarían con la imposición de la medida de seguridad.

LAS CLASES DE MEDIDAS DE SEGURIDAD EN EL CÓDIGO PENAL.-

Las clases de medidas de seguridad está contenida en el artículo 71° del código penal: 1.

Internación; y 2. Tratamiento ambulatorio.

1. MEDIDAS DE SEGURIDAD DE INTERNACIÓN

1.1 Concepto:
La internación se encuentra regulada en el artículo 74° del Código penal, bajo los

siguientes términos: “la internación consiste en el ingresos y tratamiento del inimputable

en un centro hospitalario especializado u otro establecimiento adecuado, con fines

terapéuticos o de custodia. Solo podrá disponer de la internación cuando concurra el

peligro de que el agente cometa delitos considerablemente graves.

La medida de seguridad de internación su naturaleza es la privación de la libertad del

condenado (inimputable), ya que se trata que él mismo “ingrese” a un centro hospitalario

especializado u otro establecimiento adecuado designado por el Poder Judicial.

Asimismo, existe un filtro fundamental para el dictado judicial de la medida de

internación, y es que solo podrá disponerse cuando “…concurra el peligro de que el

agente cometa delitos considerablemente graves”, es decir, aquí debe analizarse dos

puntos de vista: en primer lugar, el peligro a futuro de que el agente condenado vuelva a

cometer delitos y no faltas; y en segundo lugar, que los delitos que pudiera cometer en el

futuro sean considerados graves, y cuando la norma habla de gravedad delictiva, en todo

caso, lo que estaría señalando son aquellos delitos que genera grave sensibilidad en la

sociedad: “violación sexual de menores”, “tráfico ilícito de drogas”, “asesinatos”,

“feminicidios”, etc.
2. MEDIDAS DE SEGURIDAD DE TRATAMIENTO AMBULATORIO

2.1 Concepto:

El tratamiento ambulatorio se encuentra regulado en el artículo 76° del Código penal,

bajo los siguientes términos: “El tratamiento ambulatorio será establecido y se aplicará

conjuntamente con la pena al imputable relativo que lo requiera con fines terapéuticos p

de rehabilitación”.

El Código penal recoge como medidas de seguridad el llamado “tratamiento ambulatorio”

cuya naturaleza es no privativa de libertad; por lo tanto, por lo tanto el tratamiento

ambulatorio constituye, en algunos casos, una alternativa menos rígida a la medida de

internación en los casos de defecto de internalización de la norma y que, en cuanto medida

accesoria de la pena, dependerá de la aplicación y duración de esta.

La aplicación de este tipo de medidas de seguridad y rehabilitación social es propia para

los sujetos semi imputables o imputables disminuidos los cuales tienen una capacidad de

culpabilidad restringida por lo cual no le es atribuible una total responsabilidad penal. En

mérito a ello y reconociendo una necesidad de tratamiento complementario a una sola

respuesta punitiva del Estado (pena), se establece que, a fin de lograr una resocialización
del penado, deben ser sometidos a tratamiento terapéutico y rehabilitación propio de las

medidas de seguridad, en tanto fin preventivo especial de cara al futuro.

LAS PENAS LIMITATIVAS DE DERECHO.-

Todas las penas son limitativas o restrictivas de derecho. Tanto la pena privativa de

libertad como la pena multa limitan el ejercicio de los derechos de libertad ambulatoria y

de disposición de los ingresos o renta del condenado.

Por consiguiente denominar a una clase de penas limitativas de derechos puede ser en

principio tautológico. No obstante, cuando la legislación penal nacional utiliza tal

denominación, alude precisamente a un tipo de penas que no afectan tales derechos, sino

aquellos vinculados al ejercicio de funciones, atribuciones o capacidades especiales del

condenado, así como también su disposición del tiempo libre.

Como enfatiza García Cavero: “Las penas limitativas de derecho constituyen una

restricción a otros derechos constitucionalmente reconocidos”. En este sentido, una

modalidad común y tradicional de estas sanciones es la pena de inhabilitación.

En el presente, el espacio formal y cualitativo de las penas limitativas de derechos se ha

ampliado con la inclusión de otras formas de sanción diferentes de la inhabilitación.


Particularmente, la reforma penal Brasileña de mediados de los años ochenta introdujo

importantes cambios sistemáticos y funcionales en tales sanciones. Efectivamente, tanto

el Proyecto de 1983 en su artículo 43 como el Código Penal de 1984 en su numeral 32,

incorporaron dentro de las penas restrictivas de derecho, junto a la inhabilitación, las

penas de prestacao de servicios á comunidade y de limitacao de fin de semana. El

Legislador peruano desde el Proyecto de 1985 recepcionó estas nuevas opciones punitivas

en su artículo 56 y las mantuvo luego en los proyectos de 1986 (artículo 55) y de 1989

(artículo 35). Finalmente, el Código de 1991 las registró formalmente al lado de la pena

de inhabilitación en su artículo 31, donde adquirieron la nomenclatura específica de

prestación de servicios a la comunidad y de limitación de días libres.

La utilidad principalmente reconocida a estas penas era su capacidad de reemplazo de

penas privativas de libertad de corta duración, así como el poder ser empleadas en la

sanción de delitos de mínima gravedad. Estas características fueron determinantes para

su asimilación en el Derecho Penal Brasileño y nacional, lo cual, además, ha sido

destacado como positivo para la doctrina especializada en ambos países.


Las penas limitativas de derechos constituyen una restricción a otros derechos

constitucionales reconocidos. Por ejemplo, el derecho a la libertad de trabajo, la libertad

personal, los derechos políticos, etc.

Las penas de prestación de servicios a la comunidad y de limitación de días libres tienen

como rasgo común el constituir restricciones de derechos durante los fines de semana y

días feriados, sea obligando a trabajos gratuitos en entidades asistenciales, hospitalarias,

escuelas, orfanatos u otras instituciones similares, o en obras públicas (prestación de

servicios a la comunidad), sea permaneciendo en un establecimiento organizado con fines

educativos (limitación de días libres).

Estas penas están contempladas, por lo general, por delitos de mediana gravedad, sea de

forma exclusiva o como pena alternativa a otra clase de penas (privativa de libertad,

limitativa de derechos o multa). Pero aun cuando no estén contempladas expresamente

por el tipo penal de la parte especial, estas penas pueden imponerse en sustitución de

penas privativas de libertad de hasta cuatro años, la finalidad de evitar el internamiento

del condenado en prisión con los efectos desocializadores que todos conocemos.

La pena de inhabilitación tiene ciertos rasgos particulares que merecen un tratamiento

diferenciado. En primer lugar, cabe señalar que el nuevo Código penal ha suprimido el
carácter perpetuo que tenía la pena de inhabilitación en el Código Penal anterior,

convirtiéndola ahora en temporal.

En el caso que la inhabilitación sea la pena principal, su tiempo de duración se extenderá

de seis meses a cinco años, mientras que si se impone como pena accesoria, la

inhabilitación se extenderá por igual tiempo que la pena principal.

El uso de esta pena limitativa de derechos se ha hecho muy frecuente en los delitos

cometidos por funcionarios o servidores públicos, pero debería extenderse a otros sectores

de la criminalidad, como los delitos económicos o los delitos de peligro común, donde

esta pena podría impedir al condenado realizar determinadas actividades en las que ha

demostrado su incapacidad para un recto desempeño.

Penas alternativas a las privativas de libertad de poca duración. Villa Stein nos dice que

la construcción de este sistema es una respuesta imaginativa al encierro para el supuesto

de que el caso concreto, dependiendo de la naturaleza de la infracción lo mismo que de

la culpabilidad del sentenciado, resulte a criterio del juez, más adecuado a la sociedad, a

la víctima y al propio sentenciado cumplir con estas penas alternativas, antes que de

padecer un encierro de corta duración.


Las penas limitativas de los derechos son según el artículo 31 del Código Penal:

✓ Prestación de servicios a la comunidad (art. 34, del C.P.)

Consiste en la prestación de determinadas horas de trabajo no remunerado y útil a la

comunidad, prestado durante tiempo libre y días feriados a fin de no alterar los patrones

laborales del sentenciado. No se trata de trabajo forzado, se concreta en instituciones

educativas y municipales asistenciales o en obras públicas, en los que se debe tomar en

cuenta las aptitudes y hasta preferencias del sentenciado. La jornada de trabajo es de 10

horas a la semana, y en ningún caso deberá afectar la salud física o mental del obligado

ni su dignidad personal, la duración mínima de esta pena es de diez y la máxima de ciento

cincuenta y seis jornadas.

✓ Limitación de días libres (art. 35, del C.P)

No afecta a la familia ni al trabajo del condenado pues la limitación de días libres,

normalmente afectara los fines de semana. El periodo fluctúa entre un mínimo de diez y

un máximo de dieciséis horas por fin de semana, el lugar se estructura con propósitos

resocializadores y educativos sin la características de un centro penitenciario.

✓ Inhabilitación (art.36, del C.P.)


Esta pena consiste en la supresión de algunos derechos ciudadanos (políticos, sociales,

económicos, familiares).

Villa Stein nos dice que se admite modernamente que se trata de una pena infamante lo

que puede imprimirle anticonstitucionalidad conforme al art.36 del C.P.

La inhabilitación puede acarrear:

1. Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque

convenga de elección popular.

2. Incapacidad para obtener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter público.

3. Suspensión de los derechos políticos que señale la sentencia.

4. Incapacidad para ejercer por cuenta propia o por intermedio de tercero, profesión,

comercio, arte o industria que deban especificarse en la sentencia.

5. Incapacidad para ejercer la patria potestad, tutela o curatela.

6. Suspensión o cancelación de la autorización para optar o hacer uso de armas de

fuego.

7. Suspensión o cancelación de la autorización para conducir cualquier tipo de vehículo.


8. Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u otras distinciones que

correspondan al cargo, profesión y oficio que se hubiese servido el agente para comerte

delito.

La pena de inhabilitación puede ser impuesta como principal o accesoria según el

art.37 del C.P.

Como principal opera como limitativa de derechos y con ello de lo que se trata es de una

pena alternativa a la privación de liberta. Accesoria, se impone cuando el hecho punible

ha sido una de abuso de autoridad, de cargo, de profesión, oficio, poder o violación de un

deber inherente a la función pública, comercio, industria, patria potestad, tutela, curatela

y su duración será igual a la pena principal según el art. 39 del C.P

PENA DE MULTA.-

La pena de multa implica la privación de una parte del patrimonio del autor de un delito.

En sentido estricto, no apreciamos una razón de fondo que diferencie esta pena de las

incluidas bajo el rubro genérico de penas limitativas de derechos. Sin embargo, el

legislador penal ha considerado conveniente tratarla de manera diferenciada.


La determinación de la cuantía de la multa sigue en la actualidad el sistema de los días

multa. Por otro lado, se establece un factor de referencia de la multa, el llamado día multa,

en el que se tiene en consideración el ingreso promedio diario del condenado. Por otro

lado, el monto de la multa se obtiene en función de los días multa previstos por cada tipo

penal de la parte especial, lo cual depende de la gravedad del delito.

De esta manera, la pena de multa tiene en consideración no solo la gravedad del hecho

delictivo, sino también la capacidad económica del delincuente. La pena de multa puede

imponerse de manera exclusiva o conjunta, así como también convertirse en otra pena en

función de las razones de su incumplimiento. Mecanismos como la reserva del fallo

condenatorio y la exención de pena proceden igualmente en el caso de la multa.

La multa es el medio a través del cual se pretende imponer un mal idóneo para intervenir

sobre la voluntad del sujeto infractor, del mismo modo que la libertad personal también

es el medio en las penas privativas de libertad, por lo que podemos afirmar que el pago

de la cantidad de dinero en que consiste la multa no es más que el medio a través del cual

se pretende irrogar el mal, un sufrimiento al delincuente, por lo que no debe confundirse

la multa penal con la muta civil. La multa afecta principalmente el patrimonio del

condenado, es decir, el conjunto de bienes y derechos de contenido económico,


comprende una pluridad de derechos reales y de crédito. La pena de multa incide sobre el

patrimonio, por lo que también es denominada “pena patrimonial”.

En el Código Penal de 1991 solo existe una pena de naturaleza patrimonial: la pena multa.

En el artículo 28° se incluye a esta pena junto a las privativas de libertad, las restrictivas

de libertad y limitativas de derechos. Sin embargo, la figura del comiso, aunque no está

señalada en la parte general, está incluida en la parte especial. Así como por ejemplo, en

los supuestos de enriquecimiento ilícito, aquellos donativos, dádivas o presentes dados al

funcionario público podrán ser decomisados (artículo 401°-A) y ser adjudicados al Estado

(artículo 401°-B).

Finalmente, la multa en el Perú es la pena usada con mayor frecuencia después de la pena

privativa de libertad. Generalmente es impuesta de manera junta con la pena privativa de

la libertad. La imposición conjunta solo está prevista, excepcionalmente y de modo

facultativo, cuando el agente se ha enriquecido o ha intentado enriquecerse con la

comisión del delito.

La multa es una pena patrimonial que consiste en el pago de una cantidad de dinero. De

esta forma, el menoscabo patrimonial es el medio a través del cual pretende imponer un

mal idóneo al penado, como instrumento de prevención del delito. En otras palabras,
constituye una restricción de la libertad del condenado en la medida de que se limita su

capacidad económica. Con este objeto, se propugna la imposición progresiva de la multa

para que tenga como efecto la disminución del nivel de vida durante un lapso

determinado. Efecto ya logrado, en cierta medida, con la ejecución de la multa a través

del pago de cuotas mensuales.

DIFERENCIA ENTRE UNA PENA DE MULTA Y LA REPARACIÓN CIVIL.-

Es importante no confundir la pena multa con la reparación civil. Si bien ambas pueden

implicar el pago de una suma de dinero, se distinguen nítidamente:

• La pena de multa se impone a consecuencia de un delito (es una sanción penal);

la reparación civil a consecuencia de un daño (es una sanción civil).

• La pena de multa se paga a favor del tesoro público; la reparación civil a favor del

agraviado del daño.

• La pena de multa se fija tomando como referencia los ingresos del condenado; la

reparación civil se cuantifica con la base en los daños económicos y/o personales

derivados del hecho.


PENAS RESTRICTIVAS DE LIBERTAD.-

Las penas restrictivas de libertad constituyen una limitación a la libertad de tránsito. Son

de dos tipos: la pena de expatriación para el caso de nacionalidades y la pena de expulsión

del país para el caso de extranjeros. En la medida que estas penas no implican una

limitación grave a la libertad de movimiento, no se les considera una pena autónoma,

sino, más bien, una pena complementaria a la pena privativa de libertad.

En este sentido, las penas restrictivas de libertad se aplican después de cumplida la pena

privativa de libertad impuesta. Esta clase de pena se prevé para delitos especialmente

graves (tráfico ilícito de drogas, por ejemplo) o para delitos contra el Estado y la defensa

nacional.

PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD.-

La pena privativa de libertad consiste en la limitación coactiva de la libertad de

movimiento mediante el internamiento en un establecimiento penitenciario. Como lo

reconoce expresamente la exposición de motivos del actual Código Penal, este texto

punitivo ha unificado la pena privativa de libertad, no diferenciando diversas modalidades

de esta, como lo hizo, por ejemplo, el Código Penal de 1924, en el que se diferenciaban

el internamiento, la penitenciaría, la relegación y la prisión.


En el actual Código Penal, la diferencia se encuentra solamente en la ejecución de la pena

privativa de libertad, donde se prevén tres regímenes distintos: el régimen privado, el

régimen semiabierto y el régimen abierto (artículo 97 del Código de Ejecución Penal).

En las sociedades modernas, construidas sobre la base de la libertad individual, no cabe

duda de que la pena privativa de libertad es la sanción penal más grave, por lo que tendría

que reservarse solo para los hechos más intolerables. En este sentido, resulta

inconveniente que el legislador prevea penas privativas de libertad cortas (por ejemplo:

la pena privativa de la libertad no mayor de un año para el delito de contabilidad paralela

del artículo 199 del CP), pues el tiempo de la privación de la libertad no aconsejaría hacer

efectiva la pena prevista, siendo más recomendable, desde el punto de vista de la

resocialización, recurrir a los diversos mecanismos de alternatividad a la pena de prisión

(suspensión de la ejecución de la pena, reserva del fallo condenatorio, exención de pena,

sustitución o conversión de penas).

En conclusión se cuestiona, sin embargo, en el caso de los delitos económicos, en donde

para evitar un manejo económico de las posibilidades reales de terminar en prisión, se ha

propuesto hacer efectivas las penas privativas de libertad cortas para estos delitos.
Por la pena privativa de libertad el sujeto del delito es recluido e internado físicamente en

un local especial, que para estos efectos edifica el Estado por tiempo determinado y

durante el cual someterse a un tratamiento específico para su posterior readaptación y

reincorporación al seno de la comunidad. Por ello, existen determinados principios en el

campo del Derecho Penal que son catalogados como constitucionales, como son los

principios de humanidad y personalidad de las penas, el principio de resocialización, y

todos ellos deben tener con objetivos primarios que cumplen a través de la pena privativa

de libertad. La pena de privación de la libertad es de las más adecuadas para cumplir con

el principio de proporcionalidad de las penas (que es una exigencia constitucional de un

Estado social y democrático de derecho), pues su duración temporal permite ajustarse a

la gravedad del delito y a la culpabilidad del autor. La pena privativa de la libertad tiene

un origen humanista, en la medida en que su aplicación tuvo por objeto suprimir y

erradicar las penas corporales. En este sentido humanitario estuvo acompañado del interés

del Estado por regular, en beneficio del mercado de trabajo, la mano de obra marginal y

desocupada.

La pena privativa de la libertad consiste en la privación de la libertad ambulatoria de la

persona condenada por la comisión de un delito; resulta ser la pena más grave del

ordenamiento jurídico; su duración puede ser temporal o de cadena perpetua, a los treinta

y cinco es posible su revisión. En el orden normativo, en la aplicación de la pena privativa

de la libertad en la que existen implicancias limitaciones a la libertad, no pueden


suprimirse los demás derechos individuales; como se colige del artículo V del Título

preliminar del Código de Ejecución Penal, debe preverse al penado, todos los mecanismos

indispensables, para reintegrarse a los valores comunitarios.

Por otro lado, la pena privativa de libertad es la que mejor cumple con la necesidad de

prevención general, porque es la que más intimida a los ciudadanos empresarios, más aún

si estos ocupan una buena posición social y económica. La amenaza de una pena de

prisión es muy eficaz para luchar contra este tipo de delincuencia por el especial temor al

desprestigio social que implica el ingreso en prisión, con la consiguiente pérdida de

confianza del mercado. En este sentido, no resulta recomendable excluir a los delitos

económicos de las penas privativas de libertad, así como tampoco propugnar un sistema

diferenciado de aplicación de las alternativas a la pena de prisión, sino que deben

mantenerse penas privativas de libertad para los delitos económicos, siendo necesario

únicamente que tenga la suficiente gravedad como para admitir como reacción

proporcional la pena privativa de libertad.

La pena privativa de libertad impone al condenado la obligación de permanecer encerrado

en un establecimiento, la mas de las veces carcelario. El penado pierde su libertad

ambulatoria por un tiempo de duración variable que va de la mínima de dos días hasta la

cadena perpetua (art.29 del C.P.).


La pena privativa de libertad, por estar orientadas a evitar la comisión del delito, opera

como garantía institucional de libertades y la convivencia armónica a favor del bienestar

general.

Es necesario que durante la ejecución de la pena el condenado desarrolle un plan de

reinserción social. Pues la prevención especial asigna a la pena la función reeducadora,

resocializadora e integradora del delincuente a la comunidad. Ubica al hombre no como

un mero instrumento, sino como una finalidad más en búsqueda de su corrección o

curación. Por tanto se debe dar vital importancia al tratamiento penitenciario durante el

encierro del condenado. Con respecto a la cadena perpetua, regulada en el art 140 de la

Constitución, desde la perspectiva de la prevención especial negativa va a tener como

función alejar al delincuente de las personas, y así mantener a la sociedad libre de peligro,

en otras palabras tendrá como objetivo principal el alejamiento del condenado para evitar

la producción de delitos.

LA PENA DE PRESTACIÓN DE SERVICIO A LA COMUNIDAD.-

Esta pena limitativa de derechos resulta ser, por su naturaleza y modalidad ejecutiva, el

exponente más caracterizado de un nuevo Derecho Penal que se construye

ideológicamente alterno al tradicional significado represivo y vertical de las penas

privativas de la libertad.

En este contexto, la función de la pena de prestación de servicios a la comunidad expresa

una tendencia proactiva y de autorresocialización del condenado.


La pena de prestación de servicios a la comunidad es aquel por el cual el sentenciado

tiene que prestar servicios comunitarios, como por ejemplo, limpiar calles, jardines,

registrar datos de archiveros, etc. Todos servicios públicos que no requieren mayor

especialización, y que cualquier individuo puede ejecutar. La pena de prestación de

servicios a la comunidad es, en este entendido, una sanción que puede perfectamente

adaptarse o utilizarse como un sistema de gestión empresarial, es decir, de producción

directa de generación de riqueza, productividad, rentabilidad, etc. Porque el servicio, por

ejemplo, limpiar las calles de la ciudad, o los jardines públicos tiene un costo que asumen

las instituciones públicas, y por ende, nosotros con nuestros tributos; por lo tanto, que un

infractor de la ley penal, sea sancionado con la pena de prestación de servicios a la

comunidad, nos genera inmediatamente una mano de obra no sólo barata, sino gratis, por

decirlo de alguna forma. Además no genera ninguna compensación, y puede prestarse

como se prestan los contratos de locación de servicios. Son estas las razones por las cuales

se insertó un plan, o programa para la aplicación efectiva de este tipo de sanción penal,

puesto que no sólo trataría de regenerar al infractor a través de la conciencia social, sino

que generaría rentabilidad.


CONCLUSIONES

✓ La pena de prestación de servicios a la comunidad es aquel por el cual el

sentenciado tiene que prestar servicios comunitarios, como por ejemplo, limpiar

calles, jardines, registrar datos de archiveros, etc. Todos servicios públicos que no

requieren mayor especialización, y que cualquier individuo puede ejecutar.

✓ La pena privativa de la libertad consiste en la privación de la libertad ambulatoria

de la persona condenada por la comisión de un delito; resulta ser la pena más grave

del ordenamiento jurídico; su duración puede ser temporal o de cadena perpetua,

a los treinta y cinco es posible su revisión.

✓ La multa afecta principalmente el patrimonio del condenado, es decir, el conjunto

de bienes y derechos de contenido económico, comprende una pluridad de

derechos reales y de crédito.

✓ Las penas limitativas de derechos constituyen una restricción a otros derechos

constitucionales reconocidos. Por ejemplo, el derecho a la libertad de trabajo, la

libertad personal, los derechos políticos, etc.


✓ Es imprescindible que a la reforma penitenciaria en profundidad, tal y como se lleva a

cabo en el Proyecto de Ley correspondiente, acompafie y aún anteceda la reforma del

Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, sin que ello suponga desconocer la

urgencia de ambas modificaciones ni aminorar el reconocimiento y satisfacción por el

intento responsable y serio de cambiar de manera inmediata el sistema penitenciario.

✓ El Código Penal constituye ciertamente uno de los instrumentos más poderosos de

defensa de la sociedad, situado detrás de las medidas de prevención del delito

(educativas, laborales, sanitarias y otras), que forman la primera zona de protección y

detrás también del llamado derecho penal administrativo, que constituye la segunda, y

en el cual debieran incluirse la mayor parte de las infracciones que se contienen hoy en

el Libro III del Código Penal.

✓ En cuanto a la Ley ele Enjuiciamiento Criminal aún reconociéndose, en general, la

vigencia de los principios que la informaron, se consideran necesarias algunas reformas

urgentes, entre las que cabe citar prioritariamente una nueva regulación de la prisión

provisional en la que se fijen las limitaciones que se consideren adecuadas.


BIBLIOGRAFÍA

Gaceta. (2009). Penal y Procesal Penal N° 1. El Búho E.I.R.L.-Lima Perú

Gaceta. (2009). Penal y Procesal Penal N°2. El Búho E.I.R.L.-Lima Perú

Sánchez, J. R. (2014). Manual de derecho Penal (Primera ed., Vol. II). Instituto Pacífico S.A.C -

2014. -Lima -Perú

Sánchez, J. R. (2019). Código Penal (primera edición ed., Vol. I). Ediciones Legales E.I.R.L.- Lima-

Perú

Gaceta. (2009). Penal y Procesal Penal N°4. El Búho E.I.R.L. - Lima Perú

Actualidad Penal N° 6. (2019). ACTUALIDAD PENAL. Sullana: Pacifico Ediciones S.A.C.

Actualidad Penal N° 11. (2019). ACTUALIDAD PENAL. Sullana: Pacifico Ediciones S.A.C.
ANEXOS

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