Está en la página 1de 2

El maestro zen Dogen sobre hacer el

cuerpo como el universo


Budismo
Hacer el cuerpo como el universo y reconocer la totalidad en la íntima vacuidad que es
como una montaña y como el cielo.
Autor: Cadena Áurea
agosto 09, 2016

En las tradiciones orientales, la montaña es símbolo del mérito espiritual y así el hombre
que ha reconocido su naturaleza verdadera es como la montaña solitaria que se alza
hacia el cielo.

Como el mítico Monte Meru (o Sumeru) en el que revuelven los diferentes mundos, en
el cuerpo humano yace en su totalidad el universo. Esto es así ya que el cuerpo es sólo
una expresión momentánea de la vacuidad que contiene en potencia todos los
fenómenos que se manifiestan. Siendo vacuidad, todas las formas existen en él. 

A colación un pasaje del maestro zen Eihei Dogen, nacido en Kioto en 1200,


responsable de revivficar esta corriente del budismo mahayana en Japón:

Ahora bien, las montañas, los ríos, la tierra, el sol, la luna y las estrellas son mente. ¿En
este justo momento que es lo que aparece directamente frente  a tus ojos? Cuando
decimos “montañas, ríos, y tierra” no sólo nos referimos a las montañas, ríos y tierra en
las que estás parado. Hay varios tipos de montañas, como el Gran Sumeru y el Pequeño
Sumeru, algunas montañas se extienden de manera más ancha, otras son más
empinadas. Miles de millones de mundos y tierras innumerables pueden hallarse en una
montaña. Hay las montañas suspendidas en forma y hay las montañas suspendidas en
vacuidad. 

Es parte de la naturaleza de la mente pura que en todas partes ve la esencia de Buda.


“Montañas y aguas son en este preciso momento la actualización del antiguo sendero de
los budas. Cada uno residiendo en su expresión fenoménica, alcanza la completud”. 

El mundo entero con sus diez direcciones no es más que el verdadero cuerpo humano…
Porque no está en el reino de los mensurable, el verdadero cuerpo humano no es ni
angosto ni ancho. La totalidad del mundo de las diez direcciones es los ochenta y cuatro
mil* skhandas [agregados ] que explican el dharma, los ochenta y cuatro mil samadhis
y los ocho mil dharanis [versos mágicos]. Debido a que los ochenta y cuatro mil
skandhas que explican el dharma están haciendo girar la rueda del dharma, el momento
en el que la rueda del dharma gira, el verdadero cuerpo humano cubre todo el universo y
se extiende a lo largo del tiempo.

[…] El verdadero cuerpo humano es los huesos y la médula del reino más allá de la
conciencia y la inconciencia.
*Ochenta y cuatro mil en el budismo es usado para expresar una cantidad enorme o
innumerable.

Citas de Moon in a dewdrop, edición de Kazuaki Tanashi

Cuando la rueda del dharma gira se destruyen las impurezas e imperfecciones y a la luz
de la verdad vemos el cuerpo del hombre, depurado, como en realidad es: el universo
entero, resplandeciente dharma. Hacer el cuerpo como el universo es una forma
alternativa de la metáfora central utilizada en todas las filosofías orientales de “hacer la
mente como el cielo” (o como el espacio). Lo cual es otra forma de decir que la
naturaleza esencial de la mente es la vacuidad, la unión del espacio y la luz, de la misma
manera que el cielo azul es la unión de la luz del sol con el espacio.

El maestro Pai Chang, quien fuera maestro del maestro zen Huang-Po, dijo que si haces
tu mente como el espacio tu práctica será exitosa. Esta es realmente la única práctica, el
único yoga –haz tu mente como el espacio. El espacio lo contiene todo. Todo los
llamados objetos aparecen en el espacio, sin embargo no dejan marcas en el espacio.
Estamos hablando aquí del espacio absoluto, no del espacio de la física moderna. Es
justamente esa clara no-cosa en la que todo aparece, como la superficie de un espejo en
la que aparecen todo los reflejos, y al ver el espejo nunca ves la superficie, sólo las
imágenes. ¿Y cómo es que las cosas son diferentes que este espacio, y cómo es que la
superficie del espejo es otra que las imágenes que ve ves en ella? Es sólo Eso.
¿Descubrir esto es el final del yoga? Puede que sea el final del yoga, pero es el principio
del arte de vivir. (Tomado de Diamond Sutra Zen)

También podría gustarte