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Alfred North Whitehead no suele figurar entre los filósofos más mencionados del siglo
XX, no entrando del todo en las dos categorías dominantes, aquella de la filosofía
analítica lingüística y aquella otra que se mueve hacia el existencialismo y el
posmodernismo. Whitehead se diferencia de estas filosofías que pretenden que no se
pueden responder a las grandes preguntas de la filosofía y se tornan hacia la
subjetividad, desconfiando de todo lo que huele a teología y metafísica y sistemas
absolutos.
La teoría del organismo provee una solución al problema de la relación entre mente y
materia. Pensamos comúnmente que la mente y la materia son dos hechos distintos de la
experiencia que se afectan entre sí de alguna forma. ¿Pero como pueden ser posibles
estas interferencias mutuas si están separadas entre sí? El problema puede ser resuelto
sólo si la mente y la materia interactúan por una relación de proceso. La naturaleza fluye
a la mente y fluye luego fuera transformada en los objetos de la percepción. Aquí
ninguna de las dos es más real que la otra. El sujeto que percibe y el objeto que es
percibido forman un único proceso continuo. No existen sujetos y objetos diferenciados
el uno del otro. El universo percibido es una visión de sí mismo desde la perspectiva
de sus partes las cuales son modificadas por la actividad de la totalidad de su
ser. Hay una continuidad entre mente y materia. Por ello a Whitehead comúnmente se le
etiqueta como panpsíquico, aunque los filósofos de proceso modernos utilizan el
término panexperiencialismo para clarificar su pensamiento, ya que el mismo
Whitehead señala que la experiencia antecede a la conciencia y no al revés. Esto
significa de una manera muy real que todo el universo está en un estado de interacción
consciente consigo mismo, un objeto no es más que un proceso continuo de ocasiones
actuales como las experimentamos en sus condición exteriorizada. No hay en ningún
lado un objeto fijo. Un evento es una serie de ocasiones actuales reveladas en la
percepción como se demuestra en una molécula por unos pocos momentos. Los objetos
son formulaciones más complejas de dichos eventos, son la conformación de Entidades
Actuales en sociedades.
Asimismo, parece relevante cotejar esto con la traducción de rig-pa del filósofo y
traductor de textos tibetanos, Herbert Guenther. Rig-pa es el término clave del budismo
dzogchen y es usualmente traducido como una conciencia primordial no-dual (el
término en inglés awareness es más preciso que conciencia). Guenther sin embargo
considera que una mejor traducción es “intensidad extática”, siendo que rig-pa es
equivalente al espacio mismo o al terreno del ser que permea toda la existencia y el cual
es la naturaleza de todos los fenómenos. Esto sugiere que las entidades no son tal sino
que son intensidades que emergen de rig-pa y que manifiestan el éxtasis de
experimentarse; a fin de cuentas no son más que rig-pa por lo cual la conciencia
individual es una ilusión o sólo una manifestación de esta intensidad para la cual toda la
existencia es una forma de éxtasis; experimenta toda la diversidades de intensidades
pero ella misma es siempre indiferenciada. Esta intensidad no es una persona y sólo se
personifica dentro del mirífico potencial que tiene de ser, siendo todas las cosas y
ninguna en realidad. Si pensamos desde la ontología podríamos decir que entidades son
solamente diferentes intensidades del Ser.