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Batido del océano de leche

El batido del océano de leche es uno de los mitos fundamentales del hinduismo. En sánscrito se llama
samudra manthana (batido del océano).

Al principio de los tiempos


los deva (Dioses) y los asura
(Demonios) eran todos
mortales, y luchaban entre
ellos por el dominio del
mundo. Los deva, debilitados
y vencidos, solicitaron la
ayuda de Visnú, quien les
propuso que unieran sus
fuerzas a las de los asura con
el objeto de extraer la amrita
(el néctar de la inmortalidad)
del océano de leche
(kshirodadhi), que es uno de
los siete exóticos océanos
lejanos, dentro de este mismo
planeta.

Para lograr esto tenían que El batido del océano de leche. El avatara Kurma de Visnú, sumergido
coger las hierbas mágicas del sosteniendo la montaña Mandara, durante el Samudra manthana, la serpiente
océano, cortar el monte Vasuki está enroscada y es tirada por los dioses (orilla izquierda) y por los
Mandara de forma que se demonios (orilla derecha) en: 1870, Uttar Pradesh (India).
pudiera colocar su cima sobre
el caparazón de la tortuga
Kurma (un avatara del mismo
Visnú), y utilizar la serpiente
Vāsuki, el rey de los Naga, para
poner la montaña en rotación de
manera que batiera el océano.

Índice
Subproductos del océano
de leche
La lucha por el néctar de
la inmortalidad
La creación del planeta
Raju
Cuatro ciudades Shivá saliendo de un pez. A la izquierda están los demonios y a la derecha
inmortales los dioses. Relieve en Haridwar, templo de Sri Krisná Pranami.
Subproductos del océano de leche
Tras miles de años de esfuerzos, el batido produjo, entonces, un variado número de objetos extraordinarios y
unos seres maravillosos:

Kālakūta o jala-jala, un veneno virulento que Shivá bebió antes de que se esparciera y
destruyera el mundo. Le quedó una marca azul en la garganta. No obstante, algunas gotas se
derramaron y fueron bebidas por las serpientes y los escorpiones dando origen a su veneno.
Surabhí, la vaca de la abundancia, fuente perpetua de leche y mantequilla, proveedora de
todas las necesidades
Vārunī, la diosa del vino, que hace rodar los ojos
Pariyata, el árbol del paraíso de Indra, que perfumaba el mundo con la fragancia de sus flores
(más tarde robado por el dios Krisná para su esposa Satiabhama)
Chandra, la luna, con la que Shivá engalanaba su cabellera.
Uchaisravas, el caballo blanco, ancestro de todos los caballos, cuyas siete bocas simbolizan
los colores del arco iris.
Airavata, el elefante blanco sobre el que montaba el dios Indra.
las apsaras, o ninfas celestes
Alaksmí, la diosa del infortunio y la fealdad
Sri (Laksmí), la diosa de la belleza y de la fortuna, sentada sobre un loto
Kaustubha, la joya que adorna el pecho de Visnú y el de Krisná
DhanuanTari, el médico de los dioses —considerado como un avatara menor de Visnú y futuro
rey de Kāshi— sosteniendo en sus manos una copa de kumbha llena de amrita, el néctar de
la inmortalidad.
Kalpavriskha, un árbol que cumpliría cualquier deseo

La lucha por el néctar de la inmortalidad


En cuanto los asura vieron la copa con néctar se precipitaron sobre él y le robaron la copa antes de que los
deva pudieran intervenir. Visnú se transformó rápidamente en Mojiní, la mujer más bella del mundo; los
asura quedaron extasiados y paralizados, momento que aprovechó Visnú para quitarles la copa y dársela a
los deva.

La creación del planeta Raju


En el Bhagavata-purana (siglo X d. C.), esta historia se cuenta de manera ligeramente diferente. Mojiní, la
forma femenina del dios Visnú hizo formar en fila a todos los dioses y todos los demonios. Primero les
entregaría un trago a cada semidiós y luego repartiría el resto entre los demonios.

El demonio Raju entonces adoptó forma de semidiós para participar de la primera dosificación de néctar.
Cuando le tocó su turno y levantó la copa para tomar una gota de néctar, Soma (dios de la Luna) se dio
cuenta de la impostación y le avisó a Visnú, quien le cortó la cabeza al demonio con su disco chakrá. Como
Raju ya tenía la gota de néctar en la boca, su cabeza se volvió inmortal, quedó colgada de la bóveda celeste
y cada tanto se come a la Luna en venganza.

Esta es la manera en que los hindúes trataron de explicar los eclipses de luna. Cuando sucede un eclipse,
incluso en la actualidad muchos hindúes se ocultan temerosos en sus casas, ya que lo consideran un
acontecimiento "inauspicioso" (a-shubha).
Cuatro ciudades inmortales
Los devas, convertidos ahora en inmortales, no podían ser vencidos y arrojaron a los asura a los infiernos.
Sin embargo, durante la lucha unas gotas de amrita cayeron sobre cuatro lugares de la India:

Nasik, sobre el río Godavari


Shipra (en Uyyain)
Jariduar (sobre el río Ganges) y
Praiag (Prayagraj).

Estas cuatro ciudades, bendecidas por el néctar se convirtieron en los cuatro lugares de peregrinación donde
se celebran las concentraciones denominadas Kumbhamela.

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