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NÚMERO 002 1999

Revista Internacional de Psicoanálisis Aperturas

Temporalidad, determinación, azar. Lo reversible y lo irreversible


Autor: Bernardi, Ricardo - Bagnato, Jorge - Bleichmar, Silvia - Ford, Aníbal - Hornstein, L. -
Kornblihtt, A. - Naishat, F. - Najmanovich, D. - Piscitelli, A. - Ulloa, F.
Palabras clave

A., Azar y necesidad, Bernardi, Bleichmar, Caos, D., Determinismo psiquico, F., Ford, Hornstein, J.,
Kornblihtt, L., Naishtat, Najmanovich, Nuevos sistemas, Pensamiento no lineal, Piscitelli, Puget, R.,
S., Ulloa.

Libro: Temporalidad, determinación, azar. Lo reversible y lo irreversible. Silvia Bleichmar


(compiladora), Ricardo Bernardi, Aníbal Ford, Luis Hornstein, Alberto Kornblihtt, Francisco
Naishtat, Denise Najmanovich, Alejandro Piscitelli, Janine Puget, Fernando Ulloa.PAIDOS Psicología
Profunda. Bs. Aires, Argentina, 1994 (315 págs.)
Hace imprescindible la lectura de este libro la interesante compilación que logra Silvia
Bleichmar. Consigue que un encuentro de profesionales, no todos psicoanalistas, se pronuncien a
través de nuevos interrogantes enriqueciendo a la teoría psicoanalítica, sin transitar por los
caminos infinitamente trillados, que debilitan y provocan un panorama de profunda desertización
intelectual.

Al trabajar en la reseña del libro, más de una vez me preguntaba ¿tiene sentido reseñar un
libro? Indudablemente, no sería el de reemplazar su lectura, por el contrario, se trata que a partir
de la reseña el lector se vea obligado en primer lugar a leer el libro y luego a ampliar su lectura con
la bibliografía.

¿Es posible después de los desarrollos de la física actual, especialmente a partir de la llamada
física cuántica, la teoría del caos, el teorema de incompletud de Kurt Gödel, los atractores
extraños y las matemáticas fractales, seguir recurriendo a una tematización sin adecuar el marco
teórico y metodológico de nuestra propia disciplina?

El modelo de Freud, si bien goza de actualidad, se sostiene fundamentalmente por su


genialidad. A veces de manera casi intuitiva, llevó sus formulaciones teóricas a un campo
insospechado para su época.
Se recoge en este libro la influencia de Prigogine quien desde joven se dedica a estudiar
ciencias, sin abandonar jamás su interés por las humanidades y, como él mismo comenta: "para mí
fue muy natural interesarme en la cuestión del tiempo". Llamará su atención el fenómeno del caos
y revolucionará la idea de sistema. Para él, los sistemas alejados del equilibrio no se desintegran
sino que, por el contrario, hacen que emerjan sistemas nuevos.

Pero, ¿cuál es nuestra idea de sistema actualmente? ¿La misma que utilizaba Freud? ¿No es
que al variar la idea de sistema de la física, de la química, o de la biología, nos obliga a reformularla
a nosotros también? ¿Cómo podríamos hacer clínica utilizando los conceptos que nos provee la
teoría y sin embargo, no poder explicar de dónde proviene? A esto está abocado este trabajo.

No se trata de abstracciones teóricas. El esfuerzo de estos profesionales muestra un camino


ético a seguir, transformando la clínica en una escucha diferente que permita intervenciones más
específicas redundando en beneficio de todos.
1.- Sobre el determinismo psíquico
por Ricardo Bernardi

Bernardi parte de la posibilidad del psicoanálisis para ensayar el uso de diferentes modelos,
tanto de tipos deterministas como indeterministas, intentando hallar los más idóneos, los que
mejor se adecuen a la naturaleza de los fenómenos que estudia.

Acerca del posicionamiento determinista de la teoría freudiana, sugiere que dicha creencia le
permite desarrollar a Freud un programa aplicable al campo de los síntomas, sueños, actos
fallidos, extendiéndolo a la vida psíquica en general. Sin embargo, muy pronto Freud percibirá que
las series causales eran múltiples, no permitían una solución única, lo que le lleva a sostener la
existencia del fenómeno de la sobredeterminación, lo que es lo mismo que decir "la superposición
de diferentes cadenas causales en torno a un mismo efecto".

Se apoya Bernardi en dos enunciados epistemológicos, por un lado, Klimovsky (1992) que
dice: "que si todas estas cadenas son concurrentes y cada una hubiera producido por sí el efecto,
tanto mejor" porque hay entonces más explicación que nunca. Y por otro lado, para Issaharoff
(1992), no sería tan sencillo debido a que: "si la serie determinística se expande hasta el infinito,
pierde la capacidad de determinar un hecho singular por una serie particular, pasando entonces a
una determinación de todo por todo".

Así como la teoría psicoanalítica francesa va a sostener que sin metapsicología el psicoanálisis
se alejaría del descubrimiento del inconsciente, otros, en cambio, enfatizan el papel de la clínica
para la construcción de la teoría clínica unitaria, apoyada en conceptos próximos a la experiencia,
buscando de esta forma una validez consensual. Los autores que se deciden por acercar el
psicoanálisis a la hermenéutica, señalan a Freud como víctima de un malentendido cientificista,
que confunde las metas inconscientes con las causas materiales.

Ante la enunciación de Einstein (Dios no juega a los dados), para otros autores el
indeterminismo pertenece a la realidad misma, es decir, es de carácter ontológico. Con Prigogine
(1990) el determinismo deja paso a una dialéctica compleja entre azar y necesidad, rechaza el
universo estático, propone un mundo abierto en el cual la actividad crea la novedad, la evolución
es innovación, creación y destrucción, nacimiento y muerte. "El interés teórico se desplaza así a los
fenómenos del caos, los atractores extraños, las matemáticas fractales, los caminos que conducen
a lo improbable, lo complejo, lo diverso, lo asimétrico, la autoorganización, lo nuevo".

Se comienza a hablar de una postura probabilista, de dinámicas estadísticas, de estructuras


cualitativas flexibles y del desarrollo de un pensamiento no lineal.

Ante una respuesta clásica a la causalidad de los trastornos psicopatológicos, basada en las
series complementarias de Freud, y en el modo de concebir la sucesión temporal de los
fenómenos psíquicos, permiten señalar cuatro formas de entender la relación temporal: una
primera donde un hecho psíquico es capaz de permanecer inalterado a través del tiempo
produciendo efectos a distancia. Un segundo modelo, el del nachträglich o a posteriori, en este
caso el hecho psíquico no permanece inalterado, es reformulado sobre la base del nuevo
contexto. En tercer lugar, el fantaseo retrospectivo, desde lo actual se sexualiza la infancia. Y por
último, la de Lacan, privilegiando el tiempo lógico ante la historia natural del desarrollo.
Estos modelos de temporalidad producen una polémica con respecto a la interpretación, ésta
crea o descubre el pasado del que habla. Basándose en el concepto de una semiosis infinita
tomada de Pierce, la interpretación se vuelve inagotable y el número de interpretaciones
indeterminado.

"El analista no asiste simplemente a un proceso de semiosis. Ni siquiera el “insight” puede


considerarse como esencialmente verbal; su naturaleza es primariamente ostensiva: señala un
proceso psíquico del cual el paciente tiene una experiencia directa, y que luego será traducido en
palabras (Ahumada, 1991).

Es Laplanche quien, con su teoría de la seducción generalizada, añade un elemento de


incertidumbre en los procesos en donde intervienen el deseo y la represión. Con la noción de
"enigma", aparece una ruptura del determinismo, realizando una critica a las fórmulas lacanianas
del tipo del inconsciente como el discurso del Otro, o el niño como síntoma de los padres, que no
tienen en cuenta esta ruptura.

Bernardi también rescata la crítica al psicoanálisis de Grünbaum, pero se diferencia en un


aspecto de esta critica, diciendo que "... aun cuando sus conceptos se prueben erróneos o
contraproducentes constituyen el soporte de ulteriores avances".

Tomar al analista y a su ecuación personal como parte del hecho psicoanalítico, permite que
la determinación sea multifactorial, y complejiza a las interrelaciones.

Para terminar, se podría agregar que los factores de incertidumbre hacen que la semiosis sea
ilimitada, que existan puntos de bifurcación a nivel de significantes enigmáticos, y que lo aleatorio
de las traducciones verbales, de fenómenos no verbales, hace que se plantee la necesidad de
nuevos marcos conceptuales.

2.- Repetición y temporalidad: una historia bifronte


por Silvia Bleichmar

Silvia Bleichmar recuerda que la misma tentación de valerse de un nuevo paradigma no


significa olvidar que los paradigmas son internos al procesamiento singular de cada ciencia.

Importar conceptos hace que, desde el momento que comienzan a circular en un campo
específico, no tienen porque caer con las transformaciones que sufren en sus regiones científicas
de origen. No subordinar un campo a otro, puede resultar de carácter estimulante evocativo para
que ciertas problemáticas comunes sean propuestas.

A continuación aborda tres grandes cuestiones: la primera, la Fundación del Inconsciente; en


segundo lugar, la Teoría de la Libido; y por último, la Teoría Psicogenética de las Neurosis.

Si comenzamos con el primero, encontraremos el origen del inconsciente, como articulador


de inscripciones (Hm), y la represión originaria otorgándole su estatuto. Y una concepción del
inconsciente originario, habitado por fantasías filogenéticamente constituidas.

Segundo, la teoría de la libido: la posición genético evolutiva que apoya la sexualidad en lo


somático. Y también, una concepción acerca de la contingencia del objeto, donde aparece lo
indeterminado, azar que no es puro, se encuentra sin ordenar, y los objetos contingentes guardan
relación de necesariedad.

Tercero, la teoría psicogenética de las neurosis: a) Una "Teoría traumática de las neurosis", lo
acontencial vivido es privilegiado como causación de la patología mental; b) Una causación
psicogenética determinada por "fijación" y "regresión". A esto, Freud agrega el concepto de
"pluricausalidad" separándolo de una explicación monocausal.

Propone Silvia Bleichmar, desde este punto tomar posición, adentrarse en la obra de Freud, y
establecer paradigmas desde el efecto del propio trabajo. Habría que concebir el aparato psíquico
funcionando como abierto, la realidad en la cual está inmerso le proveerá de nuevas
representaciones. Realidad que no seria toda ella, sino realidad atravesada por líneas de fuerzas
marcadas libidinalmente. No sólo por el análisis hay posibilidad de transformación, ésta también
se da por procesos históricos vivenciales.

En el análisis tampoco se podría reconducir a un punto de partida, se ha perdido su carácter


referencial de origen. Los mensajes enigmáticos fueron enviados como mensajes designificados.
"Los destinos de la pulsión son los destinos del sujeto psíquico". La pulsión deviene necesaria por
contingente, se debe buscar en la relación con el otro.

Respecto a la teoría de las neurosis, pensar la génesis de la neurosis es pensar en una


temporalidad de la retroacción. Génesis real en su pluricausalidad, pero accesible por après-coup.

Las dos legalidades, o los dos modos del funcionamiento del aparato psíquico, una vez
instalada la represión, deben ser tenidos en cuenta siempre y cuando no existan funcionamientos
psíquicos regidos por otras características, por ejemplo: niños muy pequeños o psicóticos, donde
se ha producido un derrumbe de la represión originaria y en los que, por tanto, estas leyes dejan
de operar.

Es factible hacer coincidir lo que la física llamará punto de bifurcación con nuestra idea acerca
del síntoma en psicoanálisis, como la recomposición espontánea de la ruptura de un sistema de
equilibrio. Un relato clínico va a servir para precisar un tanto más las ideas aquí desarrolladas.

Prigogine reintroduce al sujeto, para él la muerte es irreversible y la existencia también lo es.


Cada vida marcha hacia un punto de no retorno, pero el aparato psíquico no se reduce al sujeto, el
inconsciente es lo que se sustrae al sujeto, de modo que del lado del inconsciente la temporalidad
no existe como tal. La muerte como representación de la ausencia no se inscribe como tal en el
inconsciente reprimido pulsional. Sólo puede ser pensado en relación a lo secundariamente
reprimido. Del lado del inconsciente lo que se inscribe es efecto de una historia acontencial. Del
lado del sujeto esta historia sólo es recuperable por après-coup.

3.- "Mientras hablo huye el tiempo". Temporalidad: dispositivos cognitivos e historia


por Aníbal Ford

Aníbal Ford, nos presenta dos tiempos: uno, objetivo, medible, lineal, secuencial, en pleno
corazón de la modernidad; y otro, de memoria, sueños, recuerdos y en lo periférico de la
modernidad.
Realiza un amplio recorrido por la mitología griega, a través de de Cronos y otros dioses del
Parnaso helénico. Sostiene que el hombre necesita transformar el tiempo, lo inaprensible, en
objetos medibles.

"... hay un plano en que la propia naturaleza humana, desde su interior, destruye la noción
establecida del tiempo. No sólo los sueños, sino también un olor, un sonido, un sabor, como en
Proust, pueden provocar traslados, discronías".

4.- Determinismo, temporalidad y devenir


por Luis Hornstein

Las confrontaciones del psicoanálisis con otras formas de pensamiento, no sólo son legítimas
sino imprescindibles, para ir hacia unos modelos nuevos, que aporten metáforas fértiles para
nuestro propio campo, así comienza Hornstein esta ponencia acerca del determinismo, la
temporalidad, y el devenir.

Recordemos que Freud fue el primero en valerse de metáforas. Partiendo de inquietudes y de


un recorrido por otras disciplinas, provocó el surgimiento de problemas y dudas que más tarde se
convirtieron en preguntas.

La metáfora de las estructuras disipativas traslada lo inerte a lo viviente y lo social a lo


psíquico. En la psique, se da una alianza entre lo permanente y el cambio. Y en la medida que el
psiquismo se encuentra condenado a investir a otros sujetos, y también a otras realidades,
obviamente esto significará transformaciones inevitables.

Comprender una historia es abarcar a la vez lo que permanece y lo que cambia. Freud
postulaba las series complementarias. El azar reina, salvo en los momentos críticos que se alternan
con etapas mesetarias donde prevalecen las leyes deterministas.

Hornstein sostiene que la Nachträglichkeit de Freud es una anticipación de las teorizaciones


contemporáneas acerca del caos determinista.

En el trabajo psicoanalítico no rechazamos lo impredictible, lo azaroso, el desorden, sino que


dialogamos con ello. Ni psiquismo totalmente abandonado al azar, que fuera sólo desorden,
porque no constituiría organización y no accedería a la historicidad, ni tampoco al otro polo,
donde todo estaría determinado, y lo nuevo no existiría en absoluto; teoría que negaría la
temporalidad de la vida psíquica.

Las estructuras disipativas brindan mejores herramientas conceptuales que la termodinámica


clásica. Otra pregunta que surge es si se puede extender esta lógica que proviene,
fundamentalmente de la física, al funcionamiento psíquico y, en tal caso, qué lugar otorgarle a los
traumas, los duelos, los encuentros, y el vivenciar actual.

"Si ante perturbaciones aleatorias el sistema, en lugar de quedar destruido o desorganizado,


reacciona con un aumento de complejidad, es definido como autoorganizador". "La represión
originaria, el pasaje del yo de placer al yo de realidad, el sepultamiento del complejo de Edipo, la
metamorfosis de la pubertad y todo duelo que produce una recomposición identificatoria, ¿no son
acaso procesos de autoorganización?"
¿Es posible ver la identificación como autoorganización? Las representaciones que el yo
construye de sí mismo tienen como referencia su propia imagen, pero también la que le brindan
los otros. La vida es el equilibrio inestable entre el riesgo de la destrucción por el desorden, y el de
la rigidez por el exceso de redundancia.

5. Biología molecular: consecuencias evolutivas del azar y de los procesos reversibles e


irreversibles
por Alberto R. Kornblihtt

La información genética permite evaluar el rol del azar en la generación de variabilidad, y de


la determinación del genotipo sobre el fenotipo, también, la reversibilidad e irreversibilidad en los
procesos moleculares, teniendo en cuenta la información genética y la información contenida en
el DNA, lo que permite producir un fenotipo dado, es decir, el aspecto, la estructura, y la función
de cada célula; y por extensión de los tejidos y órganos de todos los seres vivos.

Dado que la información es unidireccional, el fenotipo es el resultado unidireccional del


genotipo, y cambios en el fenotipo, no pueden ser transmitidos al genotipo.

Uno de los problemas más cruciales es poder definir qué es natura y qué es nurtura en el
fenotipo observado. La complejidad del ser humano hace difícil establecer límites precisos entre lo
heredado y lo adquirido. La cultura, el lenguaje, los gestos, la forma de caminar, la postura y la
estructura psíquica se heredan, según el autor, pero luego agrega que, no a través de los genes,
sino a través de la crianza, la tradición oral y escrita, y la educación, proponiendo llamar a esto
herencia cultural. La evolución biológica no es lamarckiana, sino azarosa-selectiva y, sin embargo,
la evolución cultural sí es lamarckiana, en tanto que en su dinámica hay herencia cultural de los
caracteres adquiridos culturalmente.

6.- Racionalidad, determinismo y tiempo en la decisión humana


por Francisco Naishtat

Con el propósito de presentar una reflexión epistemológica acerca de la decisión, Naishtat


intenta, a partir de su red conceptual con las categorías de racionalidad, determinismo y tiempo,
no elaborar una teoría de la decisión, sino más bien debatir desde el horizonte del mundo de la
vida.

La mala acción no es tanto la acción de alguien que elige y se decide por el mal (como en la
doctrina cristina del pecado), sino la acción de un sujeto que deseando el bien, ha incurrido en
fallas, como: a) ha deliberado mal; o b) ha deliberado bien y no pudo vencer sus inclinaciones. A
partir de esto, el autor desemboca en la TER (la Teoría de la Elección Racional) estipulando
condiciones necesarias para que un individuo (persona física o social) pueda ser considerado un
agente racional.

7.- De "el tiempo" a las temporalidades


por Denise Najmanovich

Este fin de siglo postmoderno nos mostrará nuevas formas de temporalidad, que expresan la
transformación de nuestras ideas de lo histórico del desarrollo de la evolución, del progreso, y la
tradición, del devenir y el ser, de la transformación y la estabilidad, del orden y el desorden, del
azar y la necesidad, en fin, todas las relaciones del sujeto y su mundo.

La autora propone, a partir de la caída del "mito de la objetividad", una revolución


epistemológica que permita acuerdos consensuales, dentro de las diversas prácticas profesionales.
Una epistemología que sustituya la objetividad por la objetivación nos abre las puertas de la
diversidad. Las teorías serán concebidas como en un proceso de imaginarización. Un proceso
complejo de fertilización cruzada, entre el imaginario social, y el subjetivo.

8.- El tiempo se acaba. Del péndulo a la máquina virtual


por Alejandro Piscitelli

El tiempo se acelera incesantemente. Se habla del nanosegundo. Se genera un mundo virtual,


que empieza a sustituir a un mundo real. El hombre no es el único ser parlante, las video
grabadoras, los ordenadores, etc., nos hablan y se hablan y, una vez más, el endeble narcisismo
humano sufre las consecuencias.

Sin embargo, los rasgos más típicos de la condición humana: el miedo a la muerte, el odio al
cuerpo, la ambición de ser moral y estar libre de error, son tal vez los motivos básicos que nos han
llevado a crear máquinas superinteligentes. Los híbridos humanos-máquinas abren un mundo
insospechado (superinteligencias), más que humanos, acabarán con nuestro concepto de tiempo,
espacio, identidad y muchas otras cosas.

Incrementando la velocidad de la simulación, podremos, quizás en un siglo, hacer que ocurran


cosas que hubiesen necesitado millones de años para suceder, y se podría estar a punto de cruzar
una "compuerta evolutiva" que dividirá a la historia en dos, antes y después de ese momento.

9.- ¿De qué infancia se trata?


por Janine Puget

Puget desarrolla el tiempo reversible y el determinismo ontológico por un lado, y la


irreversibilidad temporal junto al determinismo metodológico por otro. Una vez más, se revisa la
teorización psicoanalítica teniendo en cuenta la diferencia entre estructura cerrada y estructura
disipativa, ya que en Freud se pueden hallar ambas estructuras.

El autoengendramiento sería la posibilidad de introducir elementos innovadores, los cuales


pueden ser anulados como intrusos, o generar una nueva sintaxis.

Puget comenta que, desde el punto de vista de la teoría evolutiva, Freud propone que no
deben concebirse saltos bruscos entre la patología y la normalidad, ni entre la infancia y la
madurez, y que un proceso actual es un proceso del pasado, una concepción de determinismo
ontológico. Pero si, en cambio, incluimos la teoría de la significación destacando el contexto como
generador de significados, dentro del cual surgen los significantes, dejan de tener importancia los
datos iniciales. Este tipo de determinismo metodológico debería incluir lo aleatorio con derecho
propio.

El analista como dador de sentidos interpretante actúa como factor de aceleración de cambio.
Una interpretación, al dar un sentido, un otro sentido al material del paciente, propone una nueva
correlación dentro de una secuencia. El objetivo es promover o reencontrar la función primaria de
autoengendramiento en el paciente

10.- Del Tiempo, sus Contratiempos Teóricos y sus Saltos Conjeturales


por Fernando Ulloa

Para el autor, el tiempo y el inconsciente han sido promotores de curiosidad y promotores de


la especulación, una forma de desarrollo de la inteligencia.

Comenta que el psicoanálisis puede ubicarse entre la filosofía y la epistemología. Sugerente


en su estilo, Ulloa vuelve a la carga diciéndonos que en ocasiones no se encuentra lo que se busca,
y que en otras puede suceder que se lo ande encontrando y no se lo pueda buscar.

Ya en Freud, nos recuerda el autor una vez más algo que no por muy dicho resulta más
comprendido: el concepto de identidad de percepción, donde todo se identifica
alucionatoriamente como propio, desconociendo lo extraño. Es la distancia del suministro sobre
todo el alimento, el abrigo, lo que obliga un reconocimiento que establece una forma de distancia.
La separación supone ausencia, y en el lugar de la ausencia, empieza a estructurarse el vocablo, lo
que llegará a ser el manejo simbólico de lo real, un vocablo en lugar del objeto. La envidia como
los celos, pueden categorizarse como de angustias señales. Reconocer los atributos del otro, Ulloa
lo llama un "reconocimiento de la propiedad privada". A los celos los ubica como señal que
demarca la territorialidad del otro, en su fracaso precipitan la masividad angustiosa de la
exclusión.

Compara luego la abstinencia freudiana y los aceleradores lentos, y dice: "si los aceleradores
lentos materializan en finita esa energía, la abstinencia psicoanalítica opera como un lentificador
que transforma el imposible deseo rechazado (como un goce sin fin) en deseo finito y eficaz.

Lo que acabo de saber lo volveré a olvidar, esa ignorancia que en cierta forma es sabida,
huellas némicas reprimidas, inscriptas en la intemporalidad, desreprimidas, entran a envejecer y
se tornan en temporalidad consciente.

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