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Quisiera partir de una aclaración. Desde hace varios años decidí no ser quien presente
a las organizaciones con quienes trabajo, salvo excepciones y a través de sus propios
dichos, ya que ellos asumen su propia representación. Brevemente tomaré sus
palabras para contextualizar mis reflexiones sobre nuestra vinculación.
Desde los inicios, definieron los objetivos fundamentales que expresan también esas
características señaladas:
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Los datos de familias integradas a los movimientos los tomamos de los proporcionados por
esas organizaciones. Se trata, por cierto, de números que pueden variar según la fuente.
2
Nos referimos a "La lucha por la tierra en el Brasil", que tiene la forma de un texto para
difusión.
2
1. Ocupar tierra para producir con el propósito de resolver el problema económico y
de supervivencia de las familias de agricultores, familias que sin poder hacerlo de-
sean seguir trabajando en el campo.
3. una sociedad más justa, ya que esa Reforma Agraria amplia sólo será factible
"con un cambio en el actual poder político, con importantes cambios sociales." (ibi-
dem:22)
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Unos años después, ya en mi país, encaré el trabajo de investigación con el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero, perteneciente también a la Vía
Campesina. Una de las organizaciones de mayor envergadura de la Argentina en
cuanto a la proporción de sus integrantes con respecto al universo de campesinos que
representan, por la legitimidad que fueron logrando sus luchas y por los resultados
obtenidos en sus 28 años de existencia. En su primer congreso en 1999 se presentaron
de la siguiente forma:
Con respecto a los tres procesos de investigación de los que participé con MOCASE
VC, quisiera detenerme en algunas reflexiones y tensiones que los acompañaron y
acompañan.
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Desde hace varios años estamos desarrollando en forma conjunta con el área de
formación del MoCaSE VC un proceso de investigación sobre conocimientos y
aprendizajes de los campesinos. El equipo lo integramos académicos docentes y
estudiantes e integrantes del área de formación del movimiento (universitarios y
campesinos). La experiencia es muy rica en cuento a resultados y desafíos, pero
requieren, sin embargo, seguir ahondando en algunas cuestiones: a) los tiempos de
una organización en lucha y los tiempos académicos; b) las formas de encarar el
proceso de conocer y c) el sentido y destino de los resultados. A continuación,
desarrollaremos algunas reflexiones surgidas de estos procesos de indagación y muy
especialmente de este último de investigación conjunta
Reiteramos, esa ciencia está gestándose a partir de los conocimientos que forman
parte de la vida de las organizaciones y los movimientos populares. Se generan
también a partir de dispositivos asociados a intenciones pedagógicas, a partir de la
praxis organizativa y, en forma incipiente aún, de procesos sistemáticos de
recuperación, producción y recreación de saberes populares realizados por esos
colectivos en forma autónoma. En la vida de la organización hay apropiación,
recuperación y recreación de conocimientos provenientes de diversas fuentes y
también de los gestados en la misma praxis del colectivo, que se van consolidando en
formas diversas y singulares.
Entre las tensiones más evidentes en esta relación está el grado de organicidad que
tienen los procesos de investigación en procura de ser más coherentes con los
principios sustentados y contribuir a la consolidación de los movimientos. En nuestra
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experiencia como equipo, sostenemos, como decíamos, la relación de proyecto
orgánico, es decir, asumido como perteneciente y bajo control del movimiento popular,
aunque tengamos que responder a algunas exigencias de la vida en la universidad.
Esta opción no nos libera de las tensiones señaladas, en especial, en lo referido a los
tiempos institucionales.
La efectiva constitución de los movimientos como sujetos de la investigación, estrecha
la vinculación de los académicos con la praxis y también ahonda el desafío de revisar
las matrices de pensamiento y los abordajes metodológicos que portamos. Esta
enorme empresa de creación y recreación de una ciencia popular impone la necesidad
de revisar las racionalidades o matrices de pensamiento que se ponen en juego. Es
preciso entonces interrogarse sobre las posibles formas de colonialidad (Quijano, op
cit.; Lander, op cit.; Walsh, 2007, Freire, 1970) que pueden estar presentes en las
experiencias de trabajo compartido. Estas reflexiones no nos llevan a negarnos ni
negar nuestro conocimiento entendido siempre como fragmentario y provisional. Nos
convoca también a participar de la edificación de esa ciencia popular que implique
avanzar más allá de los límites de lo inmediato y urgente. Sumarnos a la praxis de los
movimientos populares reconociendo y aceptando que, si bien académicos y
organizaciones somos distintos, es preciso que redoblemos la vigilancia sobre
nuestras matrices de vinculación, entre personas y con los saberes, que tienden a
reproducir las desigualdades de poder de la sociedad.
Dentro de nuestras universidades y del sistema científico, por su parte, sigue estando
pendiente de resolver la legitimación de estas formas de conocer compartido con los
movimientos. Entendemos que este problema está asociado a dos cuestiones.
Por un lado, a las exigencias en relación con la autoría, así como con los tiempos y
modalidades de publicación de avances de investigación. Como sabemos se exige
que los autores sean los académicos, en forma individual o asociados entre muy
pocos, y que con estos trabajos avancen o permanezcan en sus carreras ya
prefijadas.
Por otro, el desafío aún vigente para quienes llevamos adelante proyectos de
investigación compartida, de presentación de resultados con modalidades más
rigurosas que integren fructíferamente los hallazgos de esa investigación con las
consideraciones sobre la metodología desarrollada.
Para no cerrar
Muchos de nosotros nos vemos en los bordes de nuestras instituciones, más
comprometidos con el destino de las luchas populares que con el del mundo
académico. Y nos sentimos comprometidos con la producción de otro saber, con otra
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forma de producción de esos otros saberes, formas que respeten los sentidos, los
valores, los afectos populares. Hay mucho camino por recorrer pero no estamos
solos.
Bibliografía
Fals Borda, Orlando. (1985) Conocimiento y Saber Popular. Bogotá, Siglo XXI.
Freire, Paulo (1971) Pedagogía del Oprimido. Montevideo, Siglo XXI Editores.
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Latinoamericanas. Edgardo Lander (comp.) CLACSO, Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales, Buenos Aires.
Seoane, José; Taddei, Emilio; Algranati, Clara (2010) “Principios y efectos de los usos
recientes del término “movimiento social”. Apropósito de las “novedades” de la
conflictividad social en América Latina”, ponencia presentada en las II Jornadas de
Problemas Latinoamericanos. Movimientos Sociales, Procesos Políticos y Conflicto
Social: Escenarios de disputa. Universidad Nacional de Córdoba, 18 al 20 de noviembre
de 2010
Stedile, Joao Pedro y Frei Sergio (s.f.). La lucha por la tierra en el Brasil, (s.l.), MST.
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