Está en la página 1de 70

74 Enfermedades del riñón

y del tracto urinario en niños


Sevcan A. Bakkaloglu  |  Franz Schaefer

ÍNDICE DEL CAPÍTULO

ESPECTRO DE LOS TRASTORNOS DEL RIÑÓN Diabetes insípida nefrogénica,  2338


Y DEL TRACTO URINARIO EN NIÑOS,  2308 Cistinosis,  2339
EVALUACIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL UROLITIASIS Y NEFROCALCINOSIS
EN NIÑOS,  2309 EN NIÑOS,  2340
Valoración de la tasa de filtración Factores de riesgo para la formación
glomerular,  2309 de cálculos,  2340
Valoración de la proteinuria,  2310 Presentación clínica y tratamiento
ANOMALÍAS CONGÉNITAS DEL RIÑÓN de la nefrolitiasis,  2342
Y DEL TRACTO URINARIO,  2311 Nefrolitiasis y alteraciones genéticas,  2344
Definiciones,  2311 AFECTACIÓN RENAL EN LAS ENFERMEDADES
Epidemiología,  2311 SISTÉMICAS,  2348
Fenotipos,  2311 Vasculitis en la infancia con afectación
Síndromes de anomalías congénitas renal,  2348
del riñón y del tracto urinario,  2316 Síndrome hemolítico urémico,  2352
Ciliopatías,  2319 ALGUNAS CONSIDERACIONES
GLOMERULOPATÍAS,  2322 DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Síndrome nefrótico,  2323 EN PEDIATRÍA,  2357
Síndrome nefrítico,  2331 Crecimiento, nutrición y desarrollo,  2357
TUBULOPATÍAS,  2333 Comorbilidad cardiovascular en la
enfermedad renal crónica en pediatría,  2359
Síndrome de Bartter y enfermedades
afines,  2333 Progresión de la enfermedad renal crónica
en niños,  2361
Acidosis tubular renal,  2335

la enfermedad renal poliquística, la oxalosis, la cistinosis, el


ESPECTRO DE LOS TRASTORNOS síndrome de Alport y un gran número de casos infantiles de
DEL RIÑÓN Y DEL TRACTO URINARIO glomeruloesclerosis focal y segmentaria y de síndrome hemo-
EN NIÑOS lítico urémico atípico se producen por alteraciones genéticas
actualmente identificables. Otras causas suceden después del
El espectro de las enfermedades renales crónicas en pediatría daño renal por isquemia (entre las más importantes, la asfixia
difiere enormemente de la distribución en el adulto (fig. 74.1). perinatal y la septicemia). En contraste, incluso los grandes
Aproximadamente el 70% de los pacientes pediátricos tienen registros de pacientes pediátricos no informan acerca de un
alteraciones congénitas de los riñones y/o del tracto urinario. En número significativo de niños con nefropatía diabética o por
ellos, la insuficiencia renal se desarrolla si existe una hipoplasia hipertensión, que son las dos causas más frecuentes de ERC en la
o displasia renal significativa. Las uropatías obstructivas (p. ej., población adulta. Las glomerulopatías adquiridas que llevan a la
valvas de uretra posterior, estenosis ureteropélvica o en uréter ERC se limitan a casos excepcionales de nefropatía por depósito
distal) se detectan a menudo en el período prenatal o neona- de inmunoglobulina A (IgA) o nefritis de Schönlein-Henoch y
tal y suelen tratarse quirúrgicamente si son funcionalmente vasculitis sistémicas del tipo lupus eritematoso y granulomatosis
relevantes. La enfermedad renal crónica (ERC) puede todavía de Wegener.
desarrollarse si la obstrucción ha producido una displasia renal La prevalencia de enfermedad renal crónica terminal (ERCT)
intraútero considerable. Las enfermedades renales monogénicas en los niños menores de 15 años en Europa es actualmente de
constituyen otra causa principal de ERC pediátrica, contando 34 por millón de habitantes en relación con la edad (pmhre) o
acumulativamente otro 15-20% de los casos. La nefronoptisis, de 5,4 por millón de habitantes (pmh)1. La incidencia anual es

2308 © 2018. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2309

en su tasa de filtración glomerular (TFG) y para el desarrollo de


programas de intervención, incluyendo los programas de educa-
ción individualizada (IEP, individualized education programs) para
optimizar el desarrollo y los resultados educativos en estos niños.

EVALUACIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL


EN NIÑOS

VALORACIÓN DE LA TASA DE FILTRACIÓN


GLOMERULAR
Hay que considerar varios aspectos cuando se valora e inter-
preta la función renal en niños. La niñez es el período final del
crecimiento y maduración extrauterinos. Durante este tiempo,
las necesidades metabólicas del organismo, por una parte, y la
Figura 74.1  Espectro diagnóstico de nefropatías en 1.367 niños capacidad funcional de los riñones, por otra, sufren cambios
con enfermedad renal terminal. (Del Registro Internacional de Diálisis profundos y sincronizados. Desde el nacimiento hasta la edad
Peritoneal Pediátrica.) adulta el peso aumenta 20 veces, la longitud de tres a cuatro,
y el área de superficie corporal (ASC), que se correlaciona de
forma muy estrecha con la tasa metabólica basal, ocho veces.
6,5 pmhre o 1,0 pmh. Cuando la población pediátrica se contem­ Por convención, la TFG se normaliza a la ASC de un adulto de
pla hasta los 19 años de edad, la prevalencia de ERCT en niños tamaño medio; es decir, 1,73 m2.
y adolescentes es de 80 a 90 pmh y la incidencia anual de 15 pmh. Aunque la formación de la nefrona se completa en la semana
Esto representa solamente el 10% de la incidencia en adultos 30 de gestación, continúa su crecimiento en tamaño y capacidad
jóvenes y menos del 2% de la observada en la población más funcional después del nacimiento. En la vida postnatal temprana,
mayor. Debido al predominio de determinadas anomalías del su tamaño y capacidad aumenta no solo en términos absolutos,
tracto urinario en hombres (p. ej., valvas uretrales), la terapia sino también en relativos al ASC, lo que resulta en una ganancia
renal sustitutiva es casi un 50% más frecuente en hombres que fisiológica significativa en la función renal global normalizada.
en mujeres. La incidencia de ERCT es mayor en la adolescencia La TFG media en el neonato es de 20 a 30 ml/min/1,73 m2 y
(8 pmhre), menor en la infancia media (4,6 pmhre) e intermedia aumenta rápidamente en los primeros meses de vida. Desde los
en niños por debajo de los 5 años de edad (6,7 pmhre). 18 meses de edad, su incremento absoluto coincide exactamente
Se desconocen los datos estadísticos de niños con ERC leve a con el crecimiento de la superficie corporal, lo que da como
moderada, pero es posible que sean similares a la población adul­ resultado un rango normal constante de la tasa ajustada a la ASC
ta. En países con una alta prevalencia de matrimonios consan- durante la infancia y la adolescencia. A partir de los dos años,
guíneos, se estima que la prevalencia de ERC pediátrica es varias puede utilizarse el sistema convencional de estadiaje de la ERC,
veces mayor que en los países occidentales. que asigna el grado de función renal basado en la TFG estimada
Debido al origen predominantemente genético de las nefro- (TFGe) en múltiplos de 15 y 30 ml/min/1,73 m2.
patías en pediatría, la ERC en este subgrupo poblacional se aso- Las valoraciones de forma regular de la TFG son cruciales para
cia frecuentemente con anomalías extrarrenales. La prevalencia clasificar y monitorizar la función renal en niños con ERC. La
de comorbilidad severa parece haberse incrementado porque un medición directa es una tarea difícil en esta población. Aunque
número creciente de niños con enfermedad sindrómica grave el aclaramiento de inulina está todavía considerado el patrón
son aceptados dentro de los programas de tratamiento de la ERC de referencia, no está disponible en determinados países, y los
y de la ERCT. En el Registro Internacional de Diálisis Peritoneal estudios reglados para alcanzar el estado de equilibrio estacio-
Pediátrica, el 13% de los niños con ERC que iniciaron diálisis nario del aclaramiento de inulina son difíciles de llevar a cabo
tuvieron un síndrome definido con una o varias manifestaciones en el entorno pediátrico debido a problemas técnicos y consi-
extrarrenales. El desarrollo neurocognitivo deficitario se observó deraciones éticas. Los estudios de dilución con inyección única
en el 16% de los pacientes, anomalías cardíacas en un 15%, de radioisótopos (p. ej., empleando ácido dietilenaminotetraa-
alteraciones oculares en el 13% y auditivas en el 5%. cético marcado con el isótopo radiactivo cromo 51 [EDTA-Cr51]
El deterioro del desarrollo neurológico y las disfunciones o ácido dietilentriaminopentaacético marcado con tecnecio 99
sensoriales se encuentran entre las discapacidades generales más [DTPA-Tc99]) han sido en gran medida abandonados debido a
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

graves que interfieren con el ajuste psicosocial y la integración de la exposición significativa a radiación. Un protocolo simplificado
niños con ERC. Entre el 20-25% de los recién nacidos sometidos de aclaramiento con inyección única del agente radiológico
a pruebas específicas para valorar el desarrollo neurológico iohexol ha sido validado en estos pacientes y puede llegar a
tienen retrasos moderados o graves, que por lo general permane- ser el método estándar, al menos para fines de investigación.
cen sin cambios después de un trasplante de riñón exitoso. Nor- Sin embargo, incluso el iohexol tiene un riesgo pequeño pero
malmente las pruebas del cociente intelectual (CI) de niños con definido de toxicidad, y los protocolos de inyección y extracción
ERC en edad escolar revelan una distribución de la puntuación sanguínea programados son complicados a la hora de establecer
que se desplaza inferiormente con respecto al total de CI verbal y y llevar a cabo regularmente en los programas clínicos activos.
de rendimiento en comparación con niños sanos. Aunque dichas Por lo tanto, el uso de estos protocolos dependerá de la dis-
pruebas pueden estar sesgadas en una proporción considerable ponibilidad de alternativas válidas no invasivas.
de pacientes debido a que se asocian trastornos sensoriales, como La medición de TFG directa más comúnmente utilizada en
por ejemplo la pérdida de la audición o la discapacidad visual, niños es el aclaramiento endógeno de creatinina, medido y
estos factores confusores muestran claramente la necesidad de normalizado a la ASC de 1,73 m2. Requiere que el menor sea
una evaluación regular de la función del desarrollo neurológico capaz de controlar la micción. Existe el protocolo acortado de
y/o neurocognitivo en todos los niños con deterioro significativo recoger ambulatoriamente y con cuidado la orina de 3 a 6 horas;

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2310 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

es una alternativa válida a la recogida de orina de 24 horas. de la cistatina C como método de estimación de la TFG pue-
El aclaramiento de creatinina refleja con precisión la TFG en de ser especialmente favorable en niños porque su veloci­
pacientes con función renal normal o levemente deteriorada. dad de producción, después de ser corregida según el ASC, se ve
A medida que la TFG disminuye, aumenta la secreción tubular mucho menos influenciada por la edad que la concentración de
de creatinina, cuyo resultado es una sobrestimación de la ver- la creatinina sérica, y sus niveles en suero son independientes
dadera TFG. En ERC avanzada (TFG <20 ml/min/1,73 m2), del sexo y de la masa muscular. Después de disminuir en torno
la media del aclaramiento de urea y creatinina es una buena a un 50% en el primer año de vida, los niveles de cistatina C
estimación de la TFG real y está bien establecida. se mantienen estables hasta aproximadamente los 50 años de
La necesidad de una evaluación simple y rápida de la TFG edad. Este marcador parece ser más sensible y fiable que el
en la práctica clínica ha llevado al desarrollo de ecuaciones de nivel sérico de creatinina, con un aumento más precoz de su
predicción que permiten estimarla a través de los niveles de deter­ concentración en suero en pacientes en etapas iniciales de la
minados marcadores séricos. Los más ampliamente utiliza­ ERC. Filler y Lepage4 han obtenido una ecuación para predecir
dos son la creatinina, derivado del metabolismo muscular, y la TFG a partir de los niveles séricos de cistatina C en un estudio
la cistatina C, una proteína sérica de bajo peso molecular de validación pediátrica utilizando DTPA- Tc99, empleando una
(13 kDa). sola inyección como método estándar. La sensibilidad para
La generación de creatinina, y secundariamente los niveles detectar ERC en estadio 2 en niños fue del 74% para el nivel
séricos de esta en un estado de equilibrio, dependen clara- sérico de cistatina C comparado con el 46% para creatinina.
mente de la masa muscular relativa, que a su vez guarda una Los intervalos de confianza fueron sistemáticamente menores
estrecha relación con la edad y el sexo. Los niveles séricos para la TFGe basada en la cistatina C frente a la de creatinina.
medios se incrementan gradualmente de 0,3 a 0,4 mg/dl (26 a En niños con ERC estadio 3 a 5, el coeficiente de variación
35  µmol/l) en la primera infancia a 1,0 mg/dl en niñas y de los valores de cistatina C en el mismo paciente es signi-
a 1,3 mg/dl en adolescentes hombres (88 y 115 µmol/l, res- ficativamente más bajo que los de los valores de creatinina
pectivamente). Por lo tanto, Schwartz diseñó una fórmula para sérica, lo que sugiere que la cistatina C puede ser una mejor
estimar la TFG a partir de los niveles séricos de creatinina que herramienta para la monitorización longitudinal de pacientes
representaban los cambios en el desarrollo de su producción. con ERC avanzada5.
La TFGe es la relación de la altura con la concentración de Schwartz y cols. obtuvieron un mejor ajuste de la ecuación de
creatinina sérica multiplicada por una constante, K2. En la predicción la TFG basado en la altura, el sexo y los niveles de
ecuación original de Schwartz, K era específica para la edad y el creatinina sérica (Crs), cistatina C y nitrógeno ureico en sangre
sexo. Aunque esta fórmula, debido a su simplicidad y disponi­ (BUN)3. Validada frente al aclaramiento de iohexol en niños
bilidad inmediata, ha tenido una amplia aceptación en el cam- norteamericanos mayores de 12 meses, esta fórmula depurada
po de la pediatría, los estudios de validación han demostrado promete una precisión y exactitud mejoradas de la estimación
una predicción y exactitud escasas de la ecuación original. de la TFG:
El valor real de la TFG tiende a ser sobrestimado en un 10%
a un 15%, y la media de los intervalos de confianza del 95% TFG estimada = 39,1[altura/Crs ]0,516
normalmente varía de −40% a +50%. Dado que la relación de × [1,8/cistatina C]0,294 × [39/BUN]0,169
la concentración de creatinina sérica con la TFG es exponen- × [1,099]hombre × [altura/1,4]0,188
cial, con muy pocos cambios en el nivel de creatinina hasta una
TFG de 50 a 60 ml/min/1,73 m2, las ecuaciones de predicción Esta fórmula resulta útil en rangos de TFG de 15 a 75 ml/
basadas en ella son especialmente insensibles a la hora de min/1,73 m2.
detectar cambios en la TFG para la ERC en estadio 2. Otro
problema surge de los cambios de metodología en los labora- VALORACIÓN DE LA PROTEINURIA
torios. Los valores originales de K se validaron utilizando el
método de Jaffé de medición de creatinina. La mayor parte de La proteinuria en niños es un hallazgo frecuente en el labora-
los laboratorios utilizan en la actualidad análisis enzimáticos y, torio. Puede realizarse una valoración rápida semicuantitativa
más recientemente, se introdujo un método de espectrometría utilizando la prueba de la tira reactiva de orina. La cuantificación
de masas de dilución isotópica para el que se está calibrando más precisa se obtiene midiendo la muestra de la excreción de
la determinación de creatinina. Los métodos de análisis enzi- proteínas en 12 o 24 horas con el método de azul de Coomassie.
mático y dilución de isótopo, ensayos calibrados por espec- Sin embargo, las recogidas de orina por lo general son difíciles
trometría de masas, sistemáticamente producen menos niveles de llevar a cabo en recién nacidos y niños pequeños. Si no es posi-
de creatinina, lo que se traduce en una sobrestimación de ble recoger muestras programadas de micción, la determinación
la TFG de un 5-10% cuando se utilizan los valores originales del cociente proteína/creatinina en una muestra aleatoria de
de K. En un estudio más reciente, Schwartz y cols. validaron orina es también una alternativa válida. La mayoría de los niños
una nueva ecuación adaptada para su uso con mediciones sanos excretan pequeñas cantidades de proteínas. La proteinuria
enzimáticas de creatinina3. Esta nueva fórmula utiliza un valor fisiológica varía con la edad y el tamaño del menor. Cuando
constante de K para ambos sexos y está validada para niños de se corrige a su ASC, el límite superior normal de excreción es
1 a 16 años de edad: 300 mg/m2/día en niños de 1 mes de edad nacidos a término,
TFG estimada = altura(cm) 250 mg al año, 200 mg a los 10 años y 150 mg en la adolescencia
× 0,413/creatinina sérica(mg/dl) tardía. Si supera 1,0 g/m2/día es claramente indicativa de enfer-
medad renal intrínseca.
La cistatina C se ha promovido como un marcador sérico de El límite superior normal del cociente proteína/creatinina
la TGF. Es producida por todas las células que tienen núcleo y en orina (o gramo de proteína/gramo de creatinina) es 0,5 de
a una velocidad relativamente constante. Se excreta principal- los 6 meses a los 2 años de edad y 0,2 en niños más mayores y
mente a través del riñón. Se filtra libremente por el glomérulo adolescentes6. Una ratio por encima de 3,0 es indicativa de pro-
y posteriormente es metabolizada después de ser reabsorbida teinuria en rango nefrótico, reflejo de enfermedad glomerular,
en el túbulo proximal. Debido a ello, sus niveles aumentan de y a menudo se asocia con manifestaciones sistémicas, como
una forma predecible a medida que la TFG desciende. El uso retención hidrosalina y edema7.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2311

Puede aparecer proteinuria asintomática aislada como fenó- 1,9 veces más probabilidades de estar afectados en comparación
meno transitorio (p. ej., por fiebre, ejercicio intenso, frío extre- con las niñas13.
mo o exposición al calor, administración de epinefrina, estrés
emocional, insuficiencia cardíaca congestiva, cirugía abdominal,
convulsiones) o persistente. También puede representar una FENOTIPOS
afección benigna (p. ej., proteinuria ortostática) o ser la manifes-
ECTOPIA RENAL
tación de una ERC grave.
Las estimaciones de la prevalencia de proteinuria asintomática Durante la embriogénesis, los riñones que se están desarro-
aislada en niños oscilan entre el 0,6% y el 6%. La proteinuria llando migran desde la pelvis hasta la fosa renal retroperitoneal
ortostática representa hasta el 60% de todos los casos de protei- y rotan desde una posición horizontal a vertical. La falta de
nuria asintomática detectada y publicada en niños, incluso con ascenso provoca un fenotipo renal pélvico. Con menos fre-
una incidencia mayor en adolescentes. Normalmente en estos cuencia, el riñón se localiza en el lado contralateral (ectopia
casos la excreción es menor de 1 g de proteínas/día (cociente cruzada sin fusión). Por lo general los riñones ectópicos se
proteína/creatinina <1,0). Aunque tiene un pronóstico exce- asocian con otras anomalías del tracto urinario. El RVU está
lente, este se desconoce a largo plazo en el caso de niños con presente en el 30% de la ectopia renal simple y en el 20% de la
proteinuria aislada y mantenida7. cruzada. Otras alteraciones urogenitales asociadas son displasia
del riñón contralateral, criptorquidia e hipospadias en niños
y malformaciones del útero y vagina en niñas 13-16. También
ANOMALÍAS CONGÉNITAS DEL RIÑÓN pueden aparecer anomalías adrenales, cardíacas y esqueléticas
Y DEL TRACTO URINARIO junto con la ectopia. Por lo general los riñones ectópicos suelen
ser clínicamente asintomáticos y se diagnostican durante la
realización rutinaria de una ecografía pre o posnatal, pero
DEFINICIONES en determinadas ocasiones se manifiestan con síntomas de
Las malformaciones renales se clasifican en relación a los hallaz- infección del tracto urinario (ITU), hematuria, incontinencia,
gos anatómicos macro- y microscópicos, que por lo general se insuficiencia renal y/o hipertensión.
determinan en la práctica clínica habitual mediante ultrasoni-
dos. La fusión y la localización ectópica renales son anomalías ANOMALÍAS EN LA FUSIÓN RENAL
generales del desarrollo de este órgano. La ausencia congénita Se cree que las anomalías de fusión surgen entre la cuarta
del riñón y el uréter se denomina agenesia renal. El término y la novena semanas de gestación, antes de que los riñones
hipoplasia define un riñón pequeño con el número de nefronas asciendan desde la pelvis a la zona dorsolumbar. La forma más
reducido, pero manteniendo una arquitectura normal. La dis- frecuente es el riñón en herradura, en el que la fusión sucede
plasia se caracteriza por una alteración en la diferenciación de por lo general a nivel de los polos inferiores de cada órgano.
los tejidos mesenquimal y epitelial, un descenso en el número El riñón fusionado puede estar simétricamente alrededor de
de nefronas, ausencia de diferenciación corticomedular y la la línea media o en una posición lateral asimétrica. La variante
presencia de elementos displásicos, incluyendo cartílago y hue- máxima de la fusión ectópica es el riñón ectópico cruzado,
so. Los riñones displásicos son variables en cuanto a tamaño y que ha rebasado por completo la línea media para unirse con
pueden contener o no quistes. Si son riñones pequeños dis- el contralateral. La fusión temprana se relaciona con una fal-
plásicos sin quistes generalmente se denominan hipodisplásicos. ta de ascensión y rotación de estos órganos en formación y
La displasia renal multiquística es una forma extrema de dis- frecuentemente se acompaña también de ectopia de los vasos
plasia. La poliquistosis renal de tipo dominante o recesivo y la renales, que a menudo se unen a los vasos ilíacos en lugar de a
nefronoptisis son entidades adicionales específicas de riñones la aorta y vena cava. Con frecuencia los uréteres se comprimen
displásicos. al atravesar el istmo de la herradura, con la superficie anterior
Entre las anomalías más comunes del tracto urinario inferior del riñón fusionado y/o por las arterias aberrantes. Mientras
se encuentran el reflujo vesicoureteral (RVU) y la obstrucción que la mayoría de los pacientes se encuentran clínicamente
a nivel de la unión ureteropélvica, unión ureterovesical o uretra asintomáticos, en algunas ocasiones la obstrucción del uréter
debido a valvas de uretra posterior. La hipoplasia y displasia provoca dolor en el flanco, hematuria y ectasia en relación con
renales y las malformaciones del tracto urinario se asocian de ITU o nefrolitiasis15. Se han descrito anomalías urogenitales
una forma variable, constituyendo un espectro de fenotipos asociadas, como la duplicación y terminación ectópica de los
agrupados bajo la denominación de anomalías congénitas del riñón uréteres, hipospadias, criptorquidia y malformaciones del útero,
y del tracto urinario (CAKUT, Congenital Anomalies of the Kidney and además de otras alteraciones extrarrenales con afectación del
Urinary Tract). tracto gastrointestinal (p. ej., atresia anal, divertículo de Mec-
kel), tubo neural y esqueleto.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

EPIDEMIOLOGÍA AGENESIA E HIPOPLASIA RENALES


La incidencia de las CAKUT es de 0,3 a 1,6/1.000 nacimientos8. Aunque la mayoría de las alteraciones de la formación renal
Las anomalías del tracto urinario inferior están presentes en por lo general se diagnostican mediante el examen prena­
aproximadamente el 50% de los niños con malformaciones tal por ecografía, algunos tipos casi imperceptibles de hipoplasia
renales. Las uropatías obstructivas y por reflujo se observan con pueden detectarse incidentalmente cuando se realiza una eco-
la misma frecuencia9. grafía abdominal por otro motivo. La agenesia renal bilateral
Las alteraciones en la fusión renal suceden en aproximada- produce anhidramnios y la típica apariencia de Potter con
mente 1 de cada 600 niños10. La incidencia de ectopia renal es de rasgos dismórficos faciales, descenso del movimiento del feto,
1 de cada 1.000 autopsias11. La agenesia bilateral ocurre en 1 de contracturas articulares y luxaciones e hipoplasia pulmonar,
entre 3.000 y 10.000 nacimientos, y la prevalencia de la unilateral lo cual suele producir la muerte a las pocas horas de nacer. La
es de 1 de cada 1.000 autopsias. La incidencia de displasia es 1 de agenesia unilateral induce una hipertrofia compensatoria del
cada 3.000 a 5.000 nacimientos en el caso de afectación unilateral riñón contralateral, y la ausencia de ello sugiere una anomalía
y 1 de cada 10.000 si es bilateral12. Los hombres tienen de 1,3 a en el desarrollo del riñón existente. En aproximadamente un

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2312 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.2  Las anomalías en diferentes estados del desarrollo renal pueden producir agenesia renal, aplasia, hipoplasia o displasia.
(De Kerecuk L, Schreuder MF, Woolf AS: Renal tract malformations: perspectives for nephrologists. Nat Clin Pract Nephrol 4:312-325, 2008.)

tercio de los casos de agenesia unilateral, las anomalías del tracto DISPLASIA RENAL MULTIQUÍSTICA
urinario aparecen en el lado contralateral, por lo que se requie­ La displasia renal multiquística (DRMQ) es un fenotipo llevado al
re una evaluación diagnóstica cuidadosa. Mientras que la agenesia límite de displasia renal que se presenta a la palpación como una
unilateral o hipoplasia son por lo general asintomáticas, la hipo- masa unilateral en el flanco y por ecografía como una gran masa
plasia bilateral es la causa única más frecuente de enfermedad quística sin conservar la estructura renal habitual (fig. 74.2). El
renal crónica en la infancia. uréter está ausente o atrésico, lo que da como resultado un riñón
La oligomeganefronia, que se caracteriza por una insuficien- no funcionante. Las anomalías del tracto urinario contralateral
cia renal proteinúrica progresiva, es una variante grave de hipo- se observan en el 25% de los casos. Algunos ejemplos son la
plasia bilateral en la que los riñones representan del 15% al 50% obstrucción de la unión ureteropélvica (5-10% de los casos),
del peso normal17. El número de nefronas se encuentra reducido RVU, hipoplasia renal y alteraciones en la posición o rotación12.
en un 80% y están notablemente hipertrofiadas. El diámetro Aunque después del nacimiento puede que aumente de
glomerular está aumentado hasta 12 veces y la longitud tubular tamaño temporalmente, la DRMQ se va reduciendo de forma
hasta cuatro18. gradual. Se ha publicado una involución completa del 3-4% de
los pacientes al nacimiento y del 20-25% a los 2 años de edad.
DISPLASIA RENAL Por lo tanto, algunos individuos diagnosticados de agenesia
Los riñones displásicos por lo general se diagnostican por renal unilateral en la infancia tardía o en la vida adulta pueden
determinadas características ecográficas como son el aumento originariamente haber tenido una DRMQ. El riñón contralateral
de la ecogenicidad, la pérdida de la diferenciación corticome- sufre hipertrofia compensadora. La hipertensión y los tumores
dular y quistes corticales. Se asocian de forma considerable a malignos surgen muy raramente en el seno de esta entidad y
anomalías del tracto urinario obstructivas o por reflujo19. En no suelen ser más frecuentes que en la población normal20. Por
consecuencia, debe realizarse una prueba de imagen del tracto consiguiente, el tratamiento ha pasado de la nefrectomía de
urinario inferior para determinar si aparecen estas alteraciones. rutina a la observación y terapia médica. Debido al riesgo de
El riñón displásico es típicamente de pequeño tamaño, pero anomalías asociadas en el riñón contralateral, debería evaluarse
también puede estar aumentado si aparecen quistes. Por lo la posibilidad de RVU y medir la presión arterial. Si el riñón
general se descubre incidentalmente con la ecografía. Los casos contralateral es normal, el resultado funcional renal a largo
de enfermedad bilateral grave pueden causar oligohidramnios, plazo es excelente. Se recomienda monitorización regular con
hipoplasia pulmonar e insuficiencia renal progresiva poco des- ecografía para constatar la involución de la masa y la hipertrofia
pués del nacimiento. compensatoria del riñón contralateral.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2313

DUPLICIDAD DEL TRACTO URINARIO SUPERIOR caracteriza por una alta aparición familiar, con una preva-
La anomalía más frecuente del tracto urinario superior es lencia de alrededor del 30% en los hermanos y del 50-60%
la duplicidad del uréter, con una incidencia publicada del en los hijos de los pacientes afectados. Estos hallazgos son
0,8%21. Un riñón doble ipsilateral es aquel que tiene dos sis- compatibles con una herencia dominante con penetrancia
temas pélvicos-caliciales separados. Si se originan dos brotes variable, aunque también se han descrito genealogías suges-
uteréricos separados del conducto mesonéfrico, se desarrolla- tivas de transmisión recesiva27. Recientemente se ha publicado
rán dos interacciones de forma independiente entre el uréter una mutación deletérea heterocigota en TNXB (que codifica
y el blastema metanéfrico, formándose un sistema duplicado. a la tenascina XB) en una familia con RVU hereditario 28.
Este sistema incluye dos unidades renales separadas y su sis- TNXB se expresa en el revestimiento uroepitelial de la unión
tema colector, uréteres y orificios ureterales. Pueden formarse ureterovesical y puede ser importante para generar fuerzas
pelvis o uréteres bífidos, o dobles uréteres, dependiendo del de tracción que cierren la unión ureterovesical durante la
nivel al que se unan los uréteres. Las anomalías de la dupli- micción.
cidad por lo general suelen ser asintomáticas; por lo tanto, a
menudo no se detectan. Sin embargo, existe un porcentaje Diagnóstico
de riñones duplicados que se asocian con RVU o uropatía La ecografía es una prueba inicial útil para evaluar el tama-
obstructiva. Las dilataciones del tracto urinario en el feto ño renal, presencia de hidroureteronefrosis, el espesor de la
están relacionadas con duplicidad renal complicada en el pared vesical y la capacidad del vaciado de la vejiga. Por ello se
4,7% de los casos22. recomienda realizarla para valorar los riñones y el tracto urina-
La posición final de los orificios ureterales en la vejiga sigue la rio de todos los niños con ITU y fiebre29. La cistouretrografía
regla de Weigert-Meyer, algo contraintuitiva: el orificio inferior miccional (CUM) está todavía indicada como procedimiento
pertenece al orificio del polo superior y el orificio superior al diagnóstico primario por imagen en niños con RVU, en los
polo inferior. Para conseguir estas posiciones, los dos uréteres que también se necesita excluir una obstrucción por debajo de
y orificios rotan 180 grados en sentido de las agujas del reloj la vejiga por una valva de uretra posterior30. En el caso de las
en sus ejes longitudinales23. El orificio que drena la porción niñas, la CUM solamente debería llevarse a cabo después de un
inferior es comúnmente de reflujo, mientras que el uréter que segundo episodio de síndrome febril por ITU o si se aprecia
drena en la parte superior puede finalizar en un ureterocele con la ecografía anomalías como hidronefrosis o cicatrices 29.
obstructivo que se inserta en la vejiga en una posición más La ecografía con contraste ha sido una alternativa cada vez más
distal de lo normal. La inserción ectópica –por ejemplo, en la popular para el diagnóstico y monitorización del RVU 31. Los
uretra– también se ve de vez en cuando y puede ser causa de sistemas de clasificación que permiten cuantificar la gravedad
enuresis primaria24. La parte superior renal es con frecuencia del reflujo (grados I a V) se han definido por ambos métodos
displásica y por lo general contribuye solo en una pequeña parte de imagen (fig. 74.3).
a la función global del riñón.
Las pruebas diagnósticas de rutina posnatales de imágenes Pronóstico
radiológicas para riñones dúplex anormales están basadas en la Determinar el grado de RVU tiene una importancia pronóstica
ecografía y la cistouretrografía miccional. Esta última se lleva a elevada. La resolución espontánea se observa durante la primera
cabo para detectar RVU y evaluar el ureterocele. Se necesitan década de la vida en el 100% de los casos con reflujo unilateral,
estudios con isótopos para determinar la función de la porción en el 50% si es bilateral grado III y en el 40% del bilateral gra­
renal dilatada. do IV. La probabilidad de resolución espontánea se ve afectada de
La presencia de ectopia ureteral compromete la capacidad forma negativa a mayor edad al diagnóstico, en hombres, si existe
del RVU para disminuir espontáneamente24. Comparado con el un volumen vesical bajo y disfunción vesical y por la presencia
reflujo simple, el RVU por duplicidad del sistema tiende a ser de de otras características de las CAKUT, como la duplicidad del
un grado más alto, con una incidencia elevada de displasia del tracto urinario y la hipodisplasia renal32.
polo inferior22. Aunque se puede intentar la inyección endos- Por lo general se diagnostica en niños que acuden para tratar
cópica de colágeno25, muchos pacientes con duplicidad del una ITU. Está presente en el 30% de los niños con ITU y fie-
sistema colector requieren tratamiento quirúrgico del RVU si bre. La incidencia de daño renal después de una pielonefritis
aparecen infecciones ascendentes recurrentes24. A pesar de que aguda en esta población con RVU se ha estimado hasta en un
la cirugía está claramente indicada para los uréteres ectópicos, 6%, especialmente en niñas, y parece estar relacionada con
la necesidad de corrección quirúrgica de los ureteroceles va a la gravedad del reflujo26. Sin embargo, el riesgo de desarrollo
depender del grado de obstrucción funcional. de cicatrices parenquimatosas post-pielonefritis (nefropatía
por reflujo) puede haber sido sobrestimado en el pasado. Las
REFLUJO VESICOURETERAL cicatrices, cuyo diagnóstico se basa en los defectos de perfusión
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

El RVU se define como aquel flujo retrógrado de orina desde la en los escáneres de isótopos con ácido dimercaptosuccínico
vejiga hasta el uréter y a la pelvis renal26. Si se produce dentro (DMSA), pueden visualizarse en ocasiones incluso en neonatos
del parénquima renal se denomina reflujo intrarrenal. Puede ser con RVU, lo que sugiere que pueden reflejar zonas displásicas
primario o secundario a obstrucción o por disfunción vesical. en el desarrollo del parénquima renal18.
Está provocado por una alteración en la posición proximal-
lateral del orificio ureteral, consecuencia del brote uretérico Tratamiento
ectópico del conducto de Wolff durante la embriogénesis. Esta El objetivo principal del tratamiento debería ser la prevención
localización anómala produce un túnel submucoso acortado, de la morbilidad a largo plazo debido a ITU recurrentes y
con una función insuficiente del mecanismo valvular muscular nefropatía por reflujo 26. Las opciones de tratamiento dis-
intramural. ponibles incluyen una vigilancia estrecha y tratamiento pre-
coz de las ITU, profilaxis antibiótica continua y corrección
Epidemiología quirúrgica, que puede ser llevada a cabo mediante la reim-
El RVU primario es la entidad más frecuente dentro del com- plantación abierta de los uréteres o con corrección del RVU
plejo CAKUT, con una prevalencia estimada del 1-6%. Se por endoscopia.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2314 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.3  Esquema de los grados del reflujo vesicoureteral (de I a V). (De Schaefer F: Pädiatrische Nephrologie. En Mayatepek E, editor:
Pädiatrie, Munich, 2007, Elsevier/Urban & Fischer, pp 683-733.)

La profilaxis antibiótica continua (trimetoprima, de 1 a directa ha demostrado una eficacia similar de la intervención
2 mg/kg, nitrofurantoína de 1 a 2 mg/kg o cefaclor a dosis endoscópica y la profilaxis antibiótica en cuanto a reducir las
de 10 mg/kg administrados en dosis única nocturna) se tasas de ITU36.
recomendó tradicionalmente para la práctica totalidad de los Las guías del tratamiento del RVU se han centrado cada
pacientes con RVU, pero ha sido revisada y examinada a la luz vez más en el papel de la disfunción vesical e intestinal (DVI)
de los resultados de determinados ensayos aleatorizados y con- como un factor de riesgo para el RVU y las ITU recurrentes42,46.
trolados (EAC) y metaanálisis que demuestran un bajo riesgo Casi el 50% de los bebés con reflujo y dilatación de la vía uri-
general en cuanto a desarrollar un segundo episodio de ITU naria tienen una alteración en la micción caracterizada por
con fiebre (20%), un discreto efecto protector de la profilaxis una hiperactividad de la vejiga e incontinencia de urgencia,
antibiótica (reducción del riesgo del 50%) y, más importante retardo en la micción y/o una función vesical insuficiente, con
aún, la ausencia de beneficio de la profilaxis en la formación de o sin anomalías intestinales, como estreñimiento e incontinen-
nuevas cicatrices después de la ITU33-39. Además, ha aumentado cia fecal47. La DVI disminuye la probabilidad de resolución
la preocupación por la aparición de microorganismos resis- espontánea del RVU y el porcentaje de éxito del tratamiento
tentes secundaria a la profilaxis antibiótica prolongada 38-41. con inyección endoscópica. Incluso después de la corrección
Actualmente, la guía de la Sociedad Americana de Urología quirúrgica, la DVI se asocia con una tasa alta de fiebre por ITU,
continúa recomendando profilaxis para niños mayores de independientemente del éxito quirúrgico42,48-50. Por lo tanto,
1 año con antecedentes de ITU y/o RVU grado III a V. Para el tratamiento médico debe preceder al quirúrgico. Están dis-
los mayores de un año, se recomienda profilaxis solamente ponibles la biorretroalimentación o biofeedback, el tratamiento
para aquellos con disfunción vesicointestinal documentada médico y la terapia conductual.
o antecedentes de ITU con fiebre42. La duración óptima no
está establecida; en la mayoría de los ensayos prospectivos, el OBSTRUCCIÓN DE LA UNIÓN URETEROPÉLVICA
tratamiento se limita de 1 a 2 años. La hidronefrosis fetal es la anomalía más frecuente detectada en
Aunque la corrección quirúrgica mediante cirugía abier- el control ecográfico prenatal, afectando del 1% al 5% de los
ta tiene una tasa de éxito técnico del 95% y disminuye la embarazos51. Se cree que representa el 35-50% de estas uropatías.
incidencia de recurrencia de fiebre por ITU, no supera a la Es dos veces más común en los niños que en las niñas y el uréter
profilaxis antibiótica en cuanto a la formación de cicatrices, izquierdo se ve afecto el doble de veces respecto al contralate-
crecimiento renal y preservación de la función 32,43,44. Por lo ral52. El estrechamiento de la porción ureteropélvica puede ser
tanto, la intervención quirúrgica es una alternativa para indi- intrínseco (p. ej., provocado por fibrosis peri- e intrafascicular
viduos con ITU sintomáticas y frecuentes, especialmente aque- segmentaria, hipertrofia de las células del músculo liso o una
llos que tienen dificultad para la adhesión a un tratamiento anomalía en la inervación) o extrínseco (p. ej., relacionado con
antibiótico profiláctico continuo. Las técnicas endoscópicas el cruce aberrante de vasos polares renales o fibrosis de tejido
en la actualidad han ganado una amplia aceptación como adyacente)53. La obstrucción al flujo urinario durante la vida
alternativa a la profilaxis antibiótica en el tratamiento del intraútero provoca dilatación de la pelvis renal. El espectro de
reflujo 26,32. Una revisión sistemática ha mostrado una tasa los fenotipos varía desde una ligera dilatación pélvica con flujo
global de éxito del 77% por uréter después de 3 meses con urinario normal hasta una obstrucción casi completa con daño
la inyección de dextranómero suspendido en ácido hialu- parenquimatoso renal y atrofia53. Es importante mencionar
rónico 45. La probabilidad de éxito con tratamiento endos- que, en la abrumadora mayoría de los casos, la obstrucción de
cópico para la corrección del RVU está inversamente rela- la unión ureteropélvica es una condición transitoria. Mientras
cionada con el grado45. Un estudio reciente de comparación que la prevalencia poblacional de dilatación pélvica determinada

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2315

por ecografía pre- y neonatal es de aproximadamente 2,5%, a


los 2 años es del 0,07 a 0,1%54-56.

Etiología
Se conoce muy poco acerca de la causa de la obstrucción de la
unión ureteropélvica. Aunque la mayoría de los casos son ais-
lados, puede asociarse con otros hallazgos de CAKUT o formar
parte de un síndrome complejo. Se ha postulado que puede ser
debida a una herencia poligénica, además de intervenir en su
patogenia mecanismos no genéticos57.

Fenotipo clínico
Esta entidad por lo general suele ser asintomática y en la mayoría
de los casos se detecta con la ecografía prenatal. En ocasiones los
niños más mayores se quejan de episodios de dolor tipo cólico,
típicamente después de la ingestión rápida de gran cantidad
de líquidos. También pueden aparecer concreciones o litiasis
en la pelvis renal como consecuencia de la ectasia urinaria.
Hasta en un 10% de los casos, se asocia con RVU ipsilateral. Las
infecciones son poco frecuentes, pero si aparecen requieren una
intervención urgente y drenaje.

Diagnóstico
Figura 74.4  Urografía por resonancia magnética de una obstruc-
Los métodos diagnósticos más importantes son la ecografía
ción bilateral de la unión ureteropélvica. La dilatación pélvica leve,
y la exploración de la vía urinaria con isótopos. Con la pri-
funcionalmente insignificante en el lado izquierdo contrasta con la obs-
mera se realiza una medición longitudinal y se determina trucción subtotal del sistema colector derecho, con dilatación de la
el diámetro de la pelvis intra- y extrarrenal con respecto a pelvis y cálices. (De Schaefer F: Pädiatrische Nephrologie. En Mayatepek E,
los valores de referencia establecidos 56,58,59 . El grosor del editor: Pädiatrie, Munich, 2007, Elsevier/Urban & Fischer, pp 683-733.)
parénquima renal ofrece información del daño inducido
por presión en el tejido renal. La importancia funcional
definitiva puede obtenerse mediante un escáner con el
isótopo mercaptoacetiltriglicina (MAG3) antes y después las complicaciones postoperatorias y unos resultados excelentes
de la inducción de diuresis forzada con una cantidad pre- a corto plazo60.
determinada de furosemida endovenosa. Esta exploración
puede llevarse a cabo una vez que la función excretora ha MEGAURÉTER PRIMARIO
madurado, alrededor de la sexta semana de vida. Permite El megauréter primario se define como una anchura ureteral
visualizar tanto el efecto urodinámico de la estenosis como la de más 7 mm provocada por una anomalía anatómica o fun-
función parcial del riñón afectado. Una alternativa diagnós- cional que implica a la unión ureterovesical61. Se clasifica en
tica en la que se emplea más tiempo, pero libre de radiación, cuatro subtipos, basados en la presencia de reflujo, obstruc-
es la urografía dinámica por resonancia magnética, que per- ción o ambos. El término megauréter secundario se reserva para
mite la evaluación simultánea de la morfología renal y su las dilataciones que se producen a partir de otras anomalías,
función parcial, además de ofrecer la dinámica excretora como vejiga neurógena, ureteroceles u obstrucción infravesical
(fig. 74.4)58. (p. ej., valvas de uretra posterior, atresia uretral, disgenesia
cloacal)62. El megauréter primario es la segunda causa más
Tratamiento frecuente de hidronefrosis en el recién nacido, representando
Los pacientes con obstrucción a nivel de la unión uretero- aproximadamente el 20% de los casos, con una incidencia
pélvica por lo general se consideran en riesgo de daño renal estimada de 0,36/1.000 recién nacidos vivos63. Los niños se
inducido por presión. Sin embargo, si es congénita se resuelve ven afectados con mayor frecuencia, y el uréter izquierdo más
espontáneamente en la mayoría de los casos, aunque existen que el contralateral.
publicaciones de algunos individuos con deterioro tardío de la
Patogenia
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

función renal59. Dado que no existen estudios con resultados


prospectivos válidos en poblaciones grandes, la predicción del Se desconoce la patogenia del megauréter primario. Parece ser
riesgo individual resulta difícil de determinar. Actualmente se más frecuentemente debido a un retraso o un menor desarrollo
consideran indicadores de un bajo riesgo de daño renal una del músculo liso en el uréter distal alrededor de la semana 20 de
dilatación pélvica leve en la ecografía (<15 mm), más del 40% gestación64. Esto da lugar a la formación de un segmento aperis-
de función parcial y, lo más importante, más del 50% de los táltico, que conduce a una obstrucción funcional. El megauréter
isótopos excretados por orina en la renografía. La mayoría por reflujo también tiene un túnel transvesical anormal, que per-
de los niños se monitorizan utilizando estudios ecográficos y mite a la orina refluir por el uréter. En pacientes con megauréter
escáner con isótopos en el caso de deterioro según criterios obstructivo y con reflujo, la orina refluida no regresa a través de
ecográficos a intervalos de 3 a 6 meses. Normalmente la pielo- la unión ureterovesical.
plastia resulta exitosa en cuanto a restaurar el drenaje de la vía
urinaria, aunque pueden ocurrir fugas y estenosis recurrente. Diagnóstico
La pieloplastia laparoscópica es una modalidad terapéutica El diagnóstico de megauréter primario se realiza con ecografía
reciente preferida, mínimamente invasiva, segura y efectiva que pre o neonatal. La presentación posnatal puede suceder a cual-
se asocia con una menor estancia hospitalaria, disminución de quier edad, con síntomas de ITU, hematuria, dolor abdominal

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2316 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

y/o masa y en determinadas ocasiones uremia. La gammagrafía un delgado defecto lineal durante la fase de micción (fig. 74.5).
miccional establece la presencia de obstrucción y la cistouretro- El diagnóstico se confirma por cistoscopia.
grafía miccional identifica el RVU. La urografía por resonancia
magnética proporciona un detalle anatómico excelente, y a menu- Tratamiento
do permite identificar el lugar de la obstrucción65. Se ha estudiado la cirugía prenatal (p. ej., derivación vesico­
amniótica, ablación de las valvas, marsupialización de la ve­
Pronóstico jiga) para mejorar la uropatía obstructiva. Sin embargo, las
El pronóstico del megauréter primario por lo general es bueno. intervenciones en el feto se asocian con un alto porcentaje
En la mayoría de los casos se resuelve espontáneamente dentro de morbilidad y no existe evidencia suficiente de que tales
de los 3 primeros años de vida. En niños con hidronefrosis de procedimientos mejoren los resultados y reduzcan el riesgo
alto grado o con un diámetro ureteral retrovesical de más de de ERC72,73. En el período posnatal el tratamiento inicial de
1 cm, puede persistir y requerir reinserción quirúrgica del uré- sospecha o confirmación incluye el drenaje de la vía urinaria.
ter66. Los peores resultados obtenidos parecen estar relacionados En los neonatos esto se realiza tradicionalmente mediante
con la hipodisplasia renal congénita concomitante más que con cateterización suprapúbica seguida de ablación de las valvas
el megauréter per se, excepto en el contexto de una obstrucción por cistoscopia a los 3 meses de edad. Alternativamente, la
de alto grado y empeoramiento67. ablación primaria en neonatos también es posible, incluso en
prematuros74,75. En un tercio de los niños con RVU secunda-
Tratamiento rio, este se resuelve después de la ablación valvular. Si esta no
En pacientes sintomáticos con cualquier tipo de megauréter, puede llevarse a cabo durante los primeros meses de vida, el
se recomienda la intervención quirúrgica para paliar la obs- siguiente procedimiento preferido es la vesicostomía. La dis-
trucción. En pacientes asintomáticos que no tienen reflujo, con función vesical a menudo persiste, requiriendo cateterización
megauréteres no obstruidos, es aconsejable una monitorización intermitente y fármacos anticolinérgicos71.
ecográfica regular y antibióticos profilácticos durante el primer
año de vida. Pronóstico
Entre el 15% y el 40% de los niños con valvas de uretra posterior
VALVAS DE URETRA POSTERIOR experimentan problemas persistentes de incontinencia. Debi-
Las valvas de uretra posterior (repliegues de tejido mucoso do a la displasia renal y la posibilidad adicional de daño renal
que impiden la micción normal a nivel distal desde la uretra adquirido debido a infecciones y disfunción vesical, un tercio
prostática hasta el esfínter urinario externo) son la causa más de los pacientes desarrollan ERC significativa y del 15% al 20%
frecuente de obstrucción del tracto urinario inferior en el finalmente progresan a la ERCT74,76. La mayoría de los individuos
período neonatal en hombres, y suceden en 1 de cada 5.000 afectados requieren ampliación de la capacidad vesical previa al
a 8.000 embarazos68. Aunque no se conoce del todo su etio- trasplante renal.
logía69, parece que el desarrollo embriológico normal de la
uretra masculina se interrumpe entre las semanas 9 y 14 de SÍNDROMES DE ANOMALÍAS CONGÉNITAS
gestación, lo que da lugar a la persistencia de la membrana
urogenital. Las valvas de uretra posterior actúan como unas
DEL RIÑÓN Y DEL TRACTO URINARIO
bandas o membranas rígidas y se introducen a modo de globo Los apartados siguientes describen determinados síndromes
en la luz uretral con el flujo de orina, produciendo obstrucción seleccionados de CAKUT que son de alta relevancia clínica
y dilatación proximal (uretra posterior dilatada, signo de ojo debido a su prevalencia, importancia pronóstica y/o fenotipo
de cerradura). leve extrarrenal. Para ver los listados completos de CAKUT,
consultar el capítulo 7327,77.
Fenotipo
La mayoría de los casos se detectan antes del nacimiento SÍNDROME DE QUISTES RENALES Y DIABETES
mediante ecografía. El aumento de la resistencia uretral El factor nuclear hepatocitario 1β (HNF-1β), codificado por
provoca hipertrofia del músculo detrusor, distensión vesical el gen TCF2, es un factor transcripcional relacionado con el
y trabeculación, la pared vesical adquiere forma de saco y se desarrollo del páncreas, los riñones, el hígado y el intestino.
forman seudodivertículos, secundarios a RVU uni o bilateral, Las alteraciones en TCF2 pueden causar una amplia varia-
hidronefrosis y displasia renal (típicamente microquística). El bilidad de anomalías en el desarrollo renal, siendo lo más
grado de displasia renal determinará la evolución del curso en frecuente la aparición de quistes corticales pequeños de origen
el período posnatal. El oligohidramnios y la hipoplasia pulmo- glomerular78,79. Las anomalías en TCF2/HNF-1β son la causa
nar asociada son frecuentes70. Los neonatos y lactantes pueden más frecuentemente conocidas de displasia renal quística.
tener distrés respiratorio, distensión abdominal, sepsis uroló- Representan el 22-31% de los casos de quistes identificados al
gica y falta de desarrollo, mientras que los niños más mayores nacer mediante ultrasonidos o hiperecogenicidad79,80. También
normalmente padecen enuresis primaria y otros signos de dis- se han encontrado variaciones en el gen TCF2 en individuos
función vesical, como alteración en la frecuencia de la micción, con hipoplasia renal no quística y displasia, displasia multiquís-
esfuerzo para el vaciado, un flujo urinario deficiente, un gran tica, agenesia renal, riñones en herradura y obstrucción de
volumen urinario con cada vaciado vesical71, ITU recurrentes la unión ureteropélvica, aunque estas entidades parecen ser
y con el tiempo, ERC. menos frecuentes81-83.
Las mutaciones en el gen TCF2 se encontraron inicialmente
Diagnóstico en pacientes con diabetes del adulto de instauración en la
En los países desarrollados, la gran mayoría de los casos de juventud (MODY, maturity-onset diabetes of the young) tipo 584,85.
válvulas uretrales posteriores se identifican por ecografía pre- La diabetes mellitus se desarrolla en aproximadamente el 60%
natal. Después del nacimiento, el diagnóstico de presunción se de los portadores de la mutación, por lo general en la tercera
hace por cistouretrografía miccional, que muestra los hallazgos década de la vida86-88. También se han descrito deficiencias sub-
característicos de una uretra posterior dilatada y alargada, con clínicas de la función exocrina pancreática. Las alteraciones

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2317

Figura 74.5  Cistouretrograma miccional de valva de uretra posterior. Se aprecian un estrechamiento filiforme de la uretra posterior con
dilatación preestenótica de la uretra prostática, vejiga de paredes trabeculadas y en forma sacular y reflujo vesicoureteral bilateral secundario.
(De Schaefer F: Pädiatrische Nephrologie. En Mayatepek E, editor: Pädiatrie, Munich, 2007, Elsevier/Urban & Fischer, pp 683-733.)

metabólicas tempranas en el síndrome de quistes renales y examinar las anomalías de TCF2 en todos los niños con quistes
diabetes (RCAD, renal cyst and diabetes syndrome) son intoleran- renales, independientemente de la historia familiar. En aque-
cia a la glucosa, hiperuricemia debido a una fracción excretora llos con otros fenotipos CAKUT, la detección de TCF2 parece
reducida de ácido úrico, hiperlipemia y leve aumento de las estar indicada en los casos en los que se asocien alteraciones
enzimas hepáticas. metabólicas, malformaciones genitales o historia familiar de
Además de las anomalías del desarrollo renal, en el 10-15% de diabetes de inicio temprano.
los pacientes con alteraciones del gen TCF2 aparecen malforma-
ciones del tracto urogenital. Entre ellas se encuentran la aplasia SÍNDROME RENAL COLOBOMA
o anomalías de duplicación de la vagina y útero en mujeres e El síndrome renal coloboma (RCS, renal coloboma syndrome) es
hipospadias, quistes de epidídimo y agenesia de los conductos una anomalía congénita autosómica dominante normalmente
deferentes en hombres86. producida por mutaciones en PAX2, un gen que codifica el factor
Se han publicado más de 50 mutaciones del gen TCF2, la
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

de transcripción con funciones clave en el desarrollo renal.


mayoría se localiza en el dominio de unión al ADN. En más de un PAX2 se expresa en el meso- y metanefros en las primeras etapas
tercio de los casos existe deleción completa del gen78,87. Debido de la nefrogénesis (v. cap. 73 para más detalle). Las mutaciones
a que dichas deleciones se pierden generalmente en el cribado aparecen en el 50% de los casos de RCS y se han descrito más
habitual de mutaciones, se requieren métodos de screening de de 30, la mayoría se localiza en los exones 2 y 3 que codifican el
deleción específicos en el estudio genético molecular de TCF2. dominio de unión al ADN.
En particular, más del 50% de las alteraciones genéticas aparecen El RCS clásicamente se caracteriza por la asociación de hipo-
de novo. No existe una correlación genotipo-fenotipo, y hay una plasia renal, RVU y coloboma del nervio óptico89. Sin embar-
amplia variabilidad fenotípica, incluso dentro de familias con go, el rango de anomalías renales descritas en este síndrome
la misma mutación. Pueden aparecer quistes renales aislados, incluye también la displasia renal multiquística y no quística82 y
diabetes o anomalías urogenitales en miembros individuales la obstrucción de la unión ureteropélvica90-92. El fenotipo ocu-
de la familia. lar es también variable, desde una displasia imperceptible del
La alta prevalencia de alteraciones en TCF2 y el riesgo aso- nervio óptico y una configuración alterada de los vasos, a un
ciado de desarrollar alteraciones metabólicas en la edad adulta leve deterioro visual limitado a la ampliación del punto ciego93,
temprana, entre ellas la diabetes mellitus, hacen razonable a colobomas grandes del nervio óptico o de la coriorretina,

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2318 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

provocando un daño visual grave94. Aparte del metanefros y la pulgares trifalángicos, defectos del oído externo, pérdida neuro­
hendidura óptica, PAX2 también se expresa en el desarrollo sensorial de la audición y, menos frecuentemente, anomalías
de la región posterior del cerebro. En consecuencia, pueden renales, urogenitales y cardíacas106,107. Su presentación es muy
aparecer pérdida neurosensorial de la audición, convulsiones y variable dentro y entre las familias afectadas. El gen mutado
malformación de Arnold-Chiari95,96. en humanos es SALL1, un miembro de la familia Spalt que se
El fenotipo del RCS es muy variable, incluso en pacientes requiere para el desarrollo normal de miembros, sistema ner-
que albergan la misma mutación, lo que sugiere la participa- vioso, riñón y corazón108.
ción de genes modificadores. Se encontraron mutaciones en Las características de este síndrome se solapan parcialmen-
PAX2 en 7 de cada 100 individuos con hipodisplasia renal e te con las observadas en la asociación VATER (malformacio-
insuficiencia renal leve a moderada (el fenotipo ocular fue nes vertebrales, atresia anal, fístula traqueo-esofágica con
tan sutil que había escapado a la detección clínica en cinco de atresia esofágica y malformaciones renales y radiales), pero
los siete niños). Dada la alta prevalencia de estas mutaciones no incluyen la fístula traqueoesofágica o los defectos verte-
en la hipodisplasia renal y los fenotipos habituales oculares y brales. Las anomalías del pabellón auditivo y la sordera no
óticos mínimamente asociados, se recomienda realizar una son típicas de VATER. La asociación VATER es normalmente
investigación oftalmológica y audiométrica completa para esporádica, y no hay anomalía cromosómica o teratogénica
cualquier niño con hipodisplasia renal recién diagnosticada, reconocida.
seguida de un estudio de PAX2 en caso de alteraciones. Y a la La asociación VACTERL con hidrocéfalo, que es una enferme-
inversa, cualquier paciente con coloboma debe realizarse una dad ligada al cromosoma X o autosómica recesiva, puede incluir
ecografía renal. anomalías renales, cardíacas y radiales y atresia renal, junto
con otras características de VATER. Alguno de estos individuos
SÍNDROME BRANQUIO-OTO-RENAL también tiene anemia de Fanconi.
La asociación de anomalías a nivel de los arcos branquiales,
oídos y riñones define al síndrome BOR, que es una enfermedad SÍNDROME DE KALLMANN
autosómica dominante con penetrancia y expresión incompleta El síndrome de Kallmann se define por la presencia de hipo-
y una incidencia de alrededor de 1 de cada 40.000 nacimien- gonadismo hipogonadotrópico y déficit del sentido del olfato
tos97. La pérdida de la audición neurosensorial o conductiva (anosmia o hiposmia)109,110. Este se relaciona con la ausencia o
está presente en el 93-98% de los casos, en el 49-69% existen hipoplasia de los conductos y bulbos olfatorios. El hipogonadis-
defectos en los arcos branquiales, aparecen hoyuelos o fositas mo se debe a un déficit de la hormona liberadora de gonadotro­
preauriculares en el 82-84% de los pacientes y anomalías renales pina (GnRH). Las neuronas que sintetizan esta GnRH migran
en el 38-67%98,99. Entre estas últimas se incluyen la agenesia renal durante el desarrollo del epitelio olfatorio al cerebro anterior a
bilateral, la hipodisplasia y la malformación del tracto urinario través de la vía del nervio olfatorio111.
inferior, como RVU, obstrucción ureteropélvica y duplicidad Alrededor de un tercio de los individuos afectados por el
ureteral. Pueden aparecer diferentes fenotipos dentro de una síndrome de Kallmann tiene agenesia renal unilateral. Tam-
misma familia, incluyendo individuos con riñones normales bién se han descrito otras malformaciones del tracto urinario
(síndrome branquio-oto). como sistemas colectores duplicados, hidronefrosis y RVU.
Normalmente la discapacidad auditiva se debe a hipoplasia Otras características incluyen un labio y/o paladar hendido,
coclear y malformación de los conductos auditivos internos98. agenesia selectiva dentaria, sincinesia bimanual y déficit de
Otras anomalías menos frecuentes son la aplasia de los conductos audición112. Es un síndrome genéticamente heterogéneo. En
lagrimales, cataratas congénitas y alteraciones del segmento los individuos afectados se han identificado cuatro genes con
anterior del globo ocular100,101. El síndrome BOR está producido mutaciones: KAL1, que es un gen que codifica el cromosoma X
por alteraciones en el gen EYA1102, o, menos frecuentemente, en que hace que aumente la anosmina 1; FGFR1 (receptor 1 del
el gen SIX1. EYA1 es un cofactor de transcripción que actúa sin factor del crecimiento fibroblástico), que aparece mutado en
unirse al ADN, y SIX1 es un factor transcripcional que interactúa las formas autosómicas dominantes113; PROK2 (procinectina 2);
con EYA1103. EYA1 y SIX1 controlan la expresión de PAX2 y y PROK2R (receptor de procinectina 2) 114. Las anomalías
GDNF (factor neurotrófico derivado de las células gliales) en renales parecen estar limitadas a pacientes con mutaciones
el mesénquima metanéfrico104. Se han identificado más de 50 mu­ en KAL1115.
taciones diferentes en EYA1. Además, las grandes deleciones,
duplicaciones y reordenamientos cromosómicos representan
SÍNDROME DE PRUNE-BELLY
del 20% al 25% de las anomalías en EYA1105, lo que obliga a
detectar las variaciones del número de copias de ADN si los El síndrome de prune-belly (Eagle-Barret o síndrome del abdomen
resultados de secuenciación directa son negativos. Las mutacio- en ciruela pasa) es una alteración congénita definida por la tría-
nes heterocigotas de SIX1 son mucho menos frecuentes que las da clínica característica de ausencia de músculos abdominales,
anomalías de EYA1103. malformación del tracto urinario con dilatación sin obstrucción,
El diagnóstico de aproximación del síndrome BOR es com- displasia renal y criptorquidia bilateral. La incidencia estimada
plicado por su amplio espectro fenotípico99. Los familiares de es 1 de cada 30.000 nacidos vivos116. Los niños varones son los
primer grado deben ser examinados en busca de enfermedad principalmente afectados, aunque también se han descrito casos
renal, discapacidad auditiva, hoyuelos o fositas preauriculares excepcionales en niñas.
y quistes o fístulas a nivel de los arcos branquiales. El estudio
molecular debe realizarse en pacientes con síndrome BOR com- Etiología
pleto y en aquellos con un fenotipo parcial, pero con una historia Se cree que el síndrome de prune-belly es debido a una ano­
familiar que lo sugiera. malía local en el desarrollo mesenquimal que ocurre en la
cuarta a duodécima semana de gestación. Un defecto primario
SÍNDROME TOWNES-BROCKS en el mesodermo de la placa intermedia y lateral afectaría a la
Y ASOCIACIONES VACTERL/VATER embriogénesis de la musculatura de la pared abdominal, a los
El síndrome de Townes-Brocks, de herencia autosómica domi- conductos meso- y paramesonéfricos y a los órganos de la vía
nante, se caracteriza por atresia anal, polidactilia preaxial y/o urinaria117.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2319

Fenotipo ADPKD también pueden heredarse como un rasgo recesivo129.


Las características arrugas abdominales de la piel al nacer Los efectos patogénicos de las mutaciones en las cistoproteínas
tienden a alisarse a medida que el niño crece. Alrededor han sido objeto de una intensa investigación y se describen con
del 50% de los niños desarrollan ERCT debido a displasia detalle en el capítulo 46.
renal grave118. En los peores casos, el oligohidramnios provoca Aunque la ADPKD, que ocurre en 1 de cada 400 nacidos vivos,
hipoplasia pulmonar y una alta mortalidad neonatal119. Los es aproximadamente 50 veces más frecuente que la ARPKD,
uréteres son muy alargados, dilatados y tortuosos. Normalmen- los nefrólogos pediátricos ven las dos entidades a una frecuencia
te, la vejiga se agranda y aparecen anomalías urodinámicas. comparable porque la ARPKD generalmente se diagnostica
La uretra posterior está dilatada debido a la hipoplasia de la intraútero o al nacimiento y es sintomática en la edad pediátrica,
próstata. Por lo tanto, la malformación del tracto urinario mientras que solo el 2% de los pacientes afectados por la ADPKD
se parece al patrón de las valvas de uretra posterior, pero no manifiestan síntomas en la infancia.
hay obstrucción infravesical. Otros hallazgos clínicos son mal- Hallazgos clínicos
rrotación del intestino medio o malformaciones anorrectales,
anomalías esqueléticas (p. ej., pie zambo) y, muy raramente, La ARPKD se caracteriza por riñones hiperecogénicos aumen-
cardíacas. tados de tamaño con múltiples microquistes, sin diferenciación
corticomedular. Los neonatos presentan riñones palpables
Tratamiento masivamente agrandados, oligohidramnios e hipoplasia pul-
El tratamiento del síndrome de prune-belly depende de la monar. Alrededor del 25-30% de los individuos mueren debido
gravedad de los hallazgos clínicos. En casos excepcionales, se a insuficiencia respiratoria130. Algunos niños con crecimiento
ha intervenido en el período prenatal para reducir el riesgo renal rápido requieren nefrectomía uni- o bilateral para paliar
y la gravedad de la hipoplasia pulmonar. La intervención los síntomas de compresión abdominal y/o de hipertensión
quirúrgica posnatal puede ser necesaria para proporcionar maligna (fig. 74.6). Aquellos que sobreviven al período neona-
un adecuado drenaje de la vía urinaria y evitar las ITU en tal a menudo experimentan un tiempo prolongado de tama-
determinados pacientes 120. La terapia renal sustitutiva para ño y función renal estabilizados. Sin embargo, es importante
los individuos con ERCT incluye diálisis y trasplante121,122. tener en cuenta la poliuria y las pérdidas de electrolitos debidas
Otras intervenciones son los procedimientos adicionales a disfunción tubular, y la hipertensión y proteinuria anuncian
genitourinarios para mejorar el control y capacidad vesica- el desarrollo de insuficiencia renal 128. Aproximadamente el
les, orquidopexia, reconstrucción de la pared abdominal y, 50% de los afectados por ARPKD progresan a ERCT dentro de
en casos rarísimos, cirugía ortopédica de las deformidades los primeros 10 a 15 años de vida130. No obstante, solamente
esqueléticas. algunos son diagnosticados en la edad adulta, con una función
renal que va desde la normalidad a ERCT 131. Además de los
síntomas renales, es frecuente la participación del hígado;
CILIOPATÍAS por lo general se caracteriza por displasia de los conductos
biliares y ectasia y fibrosis hepática progresivas, produciendo
La identificación del complejo primario cilio-centrosoma de la gradualmente hipertensión portal. En muchos casos, las com-
célula epitelial tubular como organela esencialmente implicada plicaciones hepáticas son más notorias que las manifestaciones
en la patogenia de las nefropatías quísticas ha marcado un antes de la enfermedad renal.
y un después en la comprensión molecular de este peculiar tipo Normalmente, la ADPKD permanece clínicamente silente
de malformación renal. En los siguientes apartados se describen durante la infancia, aunque un pequeño subgrupo de pacientes
las displasias relacionadas con los cilios, con especial referencia tiene un inicio temprano de la enfermedad, con episodios de
a aspectos relevantes pronósticos, diagnósticos y terapéuticos de hematuria e infección de quistes y síntomas similares a los obser-
la enfermedad para el nefrólogo pediátrico. vados en la ARPKD132. El crecimiento progresivo macroquístico
comienza por lo general en la adolescencia y se asocia frecuen-
POLIQUISTOSIS RENAL temente con hipertensión arterial133. Las alteraciones cardiovas-
La denominación enfermedad poliquística renal (PKD, polycystic culares subclínicas como hipertensión nocturna, aumento de
kidney disease) se reserva por acuerdo para dos entidades gené- la rigidez arterial e hipertrofia ventricular izquierda pueden
ticamente diferentes, la PKD autosómica recesiva (ARPKD) y la desarrollarse mucho antes de que el crecimiento progresivo
PKD autosómica dominante (ADPKD). de los quistes y la insuficiencia renal crónica se manifiesten
La ARPKD está producida por mutaciones en el gen del riñón clínicamente134,135.
poliquístico y la enfermedad hepática 1, PKDH1, localizado en
el cromosoma 6p21, que codifica para fibrocistina (también Diagnóstico
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

denominada poliductina), una proteína que se localiza en el El diagnóstico de PKD normalmente está basado en la historia
cilio primario de las células epiteliales que revisten los túbulos familiar, los hallazgos clínicos y de imagen y, si se requiere, en
colectores, rama ascendente gruesa del asa de Henle y conduc- el análisis genético molecular. Las formas autosómica y recesiva
tos hepáticos biliares123,125. La incidencia publicada es de 1 por pueden por lo general diferenciarse de forma fiable por el aspec-
cada 20.000 nacidos vivos. La ADPKD se debe a mutaciones to ecográfico. Los avances recientes en pruebas de diagnóstico
en el gen PKD1 (85% de los pacientes) o en el gen PKD2, que genético se han logrado mediante las secuenciaciones de nueva
codifican para policistina 1 y 2, respectivamente126-128. Estas generación; esto ha hecho posible investigar todos los genes
proteínas se localizan en el cilio primario de las células epite- asociados con la enfermedad renal quística y poliquística y con
liales renales, y sus mutaciones provocan múltiples quistes en otras ciliopatías simultáneamente, facilitando en gran medida
cualquier zona de la nefrona. El fenotipo de la ARPKD puede la determinación diagnóstica y el asesoramiento genético en
ser imitado por mutaciones en TCF2/HNF-1β y otros genes. casos dudosos136. En la ARPKD, el conocimiento de la mutación
Alrededor del 2% de los pacientes con una mutación en PKD1 causal permite la detección rápida en las etapas iniciales del
o PKD2 (a menudo de novo, con una historia familiar común embarazo137.
y corriente) muestran un fenotipo temprano y grave indis- En la ARPKD se observa una correlación moderada genotipo-
tinguible de ARPKD. Además, las mutaciones en los genes fenotipo. Los casos de fenotipos más graves, como muerte del

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2320 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.6  Nefromegalia grave en un recién nacido de 3 meses con enfermedad renal poliquística autosómica recesiva, con rayos-X.
(De Schaefer F: Pädiatrische Nephrologie. En Mayatepek E, editor: Pädiatrie, Munich, 2007, Elsevier/Urban & Fischer, pp 683-733.)

neonato, son más frecuentes en portadores de una mutación de terapia renal sustitutiva en aquellos pacientes que progresan a
PKHD1 que produce una proteína truncada, y la presencia de dos ERCT. Puede ser necesario realizar nefrectomía uni- o bilateral,
mutaciones de este tipo siempre provoca mortalidad perinatal. especialmente en individuos sometidos a diálisis peritoneal y
Por el contrario, las sustituciones de aminoácidos se asocian trasplante renal.
normalmente con una presentación no letal, y se requiere al Hasta hace poco, el tratamiento de la ADPKD estaba limitado
menos la presencia de la sustitución de un aminoácido para al control de la presión arterial y descenso de los niveles de lípi-
los individuos afectados para poder sobrevivir en el período dos. La inhibición de la enzima convertidora de la angiotensina
posnatal. Sin embargo, la apariencia fenotípica varía, incluso (ECA) puede ayudar a estabilizar la TFG en pacientes jóvenes
dentro de las familias afectadas por la misma mutación, lo que con ADPKD139. Un estudio en curso en adultos con ADPKD ha
invita a especular sobre el papel de los genes modificadores estado evaluando los beneficios potenciales del control riguroso
de la enfermedad, factores epigenéticos, efectos hormonales e de la presión arterial y una inhibición intensificada del sistema
influencias medioambientales131,138. renina-angiotensina-aldosterona (REANAL) en la progresión
de la enfermedad renal140. En un ensayo clínico doble ciego,
Tratamiento controlado con placebo en pacientes pediátricos con ADPKD,
El tratamiento de la ARPKD se limita a la terapia de soporte, la administración de pravastatina en combinación con terapia
incluyendo tratamiento del distrés respiratorio en los neonatos inhibidora de la ECA atenuó significativamente el aumento
afectados, reposición de volumen y electrolitos, control estricto del volumen total renal dentro de un período de tratamien­
de la presión arterial, prevención de las secuelas de la ERC y to de 3 años141.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2321

En los últimos años, se ha descifrado la base molecular de la con manifestaciones extrarrenales adicionales, incluyendo el
cistogénesis, lo que ha producido interesantes e innovadores síndrome de Senior-Loken (SLS), síndrome de Joubert (JS),
enfoques farmacológicos para aminorar la progresión del quiste síndrome de Jeune (JS) y síndrome de Meckel-Gruber (MKS).
y la expansión del volumen renal. Varias terapias novedosas con Más de 80 genes codifican proteínas que participan en la es­
eficacia demostrada en estudios preclínicos han sido o están tructura de los cilios y su función se ha asociado con las di­
siendo exploradas en los ensayos clínicos con pacientes con ferentes formas de NPHP-RC153. Mientras que las mutaciones
ADPKD. Los ensayos con mTOR (receptor diana de rapamicina en algunos genes producen diferentes fenotipos, otras ponen
en mamíferos, mammalian target of rapamycin) han ofrecido en de manifiesto una apariencia fenotípica variable, con carac-
su mayor parte resultados negativos142. Dos ensayos clínicos terísticas clínicas que se solapan. Hasta la fecha, los subtipos
controlados con placebo en los que se investiga el efecto del moleculares de las NPHP están constituidos por anomalías
análogo de la somatostatina octreotida han encontrado efectos en 16 genes –JBTS en 22, MKS en 11, JS en 11 y síndrome de
límite en el volumen renal total143,144. Otro EAC con placebo Bardet-Biedl en 17 genes. Nueve de estos genes se asocian con
en el que se evaluó el antagonista del receptor de vasopresina más de una NPHP-RC (tabla 74.1)153.
tipo 2 tolvaptán demostró una reducción significativa del cre-
cimiento de los quistes y una preservación de la TFG superior NEFRONOPTISIS
durante los 2 años del período de tratamiento145. Sin embargo, La nefronoptisis, una enfermedad autosómica recesiva, es la
los eventos adversos en relación con la acuaresis y la función causa genética más frecuente de ERCT en niños. En la etapa
hepática llevaron a suspender el tratamiento en un número inicial de la enfermedad, la capacidad deficiente de concen-
significativo de sujetos. trar la orina provoca poliuria y polidipsia. Posteriormente
Otros ensayos que están actualmente en marcha son los se desarrolla ERC progresiva, lo que produce una anemia
que evalúan los inhibidores específicos de la tirosina-cinasa grave y retraso en el crecimiento. La ERCT sucede dentro de
del receptor del factor de crecimiento epidérmico y tripto- las 2 primeras décadas de la vida154,155. Esta entidad se carac-
lida, una molécula natural proapoptósica 146. Una vez que se teriza histopatológicamente por la presencia de microquistes
demuestre la seguridad y la eficacia anticistogénica de algunos en la zona corticomedular, engrosamiento de la membrana
de estos fármacos, se requerirán más ensayos que comiencen basal tubular y una llamativa fibrosis túbulo-intersticial. Se
en una etapa temprana de la formación de quistes, esto es, distinguen las variantes de la enfermedad infantil, juvenil
durante la adolescencia y la edad adulta temprana con el fin y del adolescente, alcanzando la ERCT a la media de 1,13 y
de demostrar su potencial papel nefroprotector a largo plazo. 19 años, respectivamente, en los tres grupos154. También pue-
Otro interés particular en pediatría es evaluar la eficacia de de aparecer asociada a otras manifestaciones extrarrenales
fármacos novedosos antiquísticos en otras ciliopatías diferen- características.
tes a la ADPKD. Estas variantes fenotípicas reflejan mutaciones en distintos
genes que codifican para las nefrocistinas, que son una fami-
Pronóstico lia de proteínas que participan en la función ciliar primaria.
El resultado de la ARPKD depende del grado de participación Las nefrocistinas interactúan unas con otras y también con
renal y hepática, que por lo general se refleja en la edad de otras proteínas (p. ej., tensina, filaminas, tubulinas) y están
presentación147. El riesgo de mortalidad es mayor en pacien- implicadas en la señalización célula-célula y célula-matriz. Las
tes con insuficiencia renal neonatal. El fallo hepático tardío mutaciones en los genes NPHP alteran la función de los cilios a
sucede en una proporción considerable de niños con ARPKD, través de defectos en las vías de señalización intracelular, cuyo
lo que requiere una estrategia integral para trasplante renal resultado es la incapacidad de los sensores mecánicos ciliares
o hepático secuencial o combinado. El trasplante combina- para sentir las velocidades del flujo urinario, disregulación del
do hígado-riñón es una opción viable para individuos con crecimiento tisular y la formación quística correcta154,156. Los 16 ge­
enfermedad renal avanzada o ERCT y colangitis recurrente nes asociados con la NPHP (v. tabla 74.1)153explican menos de
o complicaciones de hipertensión portal 148. El simultáneo la mitad de todos los casos.
de hígado-riñón procedente del mismo donante proporcio- NPHP1 (producto génico, nefrocistina 1) es el gen más
na una ventaja inmunológica, con un riesgo disminuido de comúnmente involucrado. Las deleciones o mutaciones causan
rechazo del injerto renal y un menor requerimiento inmu- la variante juvenil de la enfermedad con una incidencia de 1 de
nosupresor148-150. cada 5.000, representando el 25% de todos los casos de nefro-
Los niños diagnosticados con ADPKD es probable que hayan noptisis154,156. La forma juvenil puede también estar producida
preservado la función renal durante décadas. Sin embargo, por mutaciones en NPHP3 a NPHP13 y AHI1. Las mutaciones
aquellos que han permanecido sintomáticos durante la infancia en NPHP2 (que codifica inversina o nefrocistina 2) causan la
están en riesgo de progresión hacia la ERCT. En estos niños y variante infantil y las mutaciones en NPHP3, la nefronoptisis
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

adolescentes, el trasplante de riñón procedente de donantes del adolescente.


vivos emparentados requiere excluir la enfermedad mediante La retinitis pigmentaria es el hallazgo más frecuente extra-
diagnóstico molecular151. rrenal y aparece en aproximadamente el 20% de los pacientes.
La combinación de nefronoptisis y retinitis pigmentaria se deno-
CILIOPATÍAS RELACIONADAS CON NEFRONOPTISIS mina síndrome de Senior-Loken157. La base común fisiopatológica
El descubrimiento del papel crucial del cilio primario llevó de los dos trastornos se explica por la equivalencia estructural
al término general de ciliopatía, que incluye las enferme- del cilio primario de las células del epitelio renal y el cilio de
dades renales poliquísticas, quística medular y las ciliopa- conexión de las células fotorreceptoras de la retina157. Este sín-
tías relacionadas con la nefronoptisis (NPHP-RC, nephro­ drome está producido por mutaciones en NPHP5 y NPHP6,
nophthisis-related ciliopathies) 152. Esta última denominación aunque las mutaciones en la mayoría de los genes NPHP se han
hace referencia a un grupo de enfermedades renales quísticas encontrado con este síndrome.
autosómicas recesivas poco frecuentes que normalmente se Las deleciones o mutaciones en NPHP1 también se han des-
caracterizan por la progresión de la enfermedad renal a ERCT crito asociadas con el síndrome de Cogan (nefronoptisis asociada
durante la infancia. Dentro de las NPHP-RC se encuentran con apraxia óculo-motora), el MKS (v. más adelante), y en un
la nefronoptisis aislada (NPHP) y determinados síndromes subgrupo de individuos con JS153,158,159. Este espectro fenotípico

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2322 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Tabla 74.1 Patrones de herencia y proteínas defectuosas en las ciliopatías

Enfermedad Transmisión Proteínas afectadas*

Poliquistosis renal autosómica Ambas autosómicas dominantes PKD1, PKD2


dominante (tipos 1 y 2)
Poliquistosis renal autosómica recesiva Autosómica recesiva PKHD1
Enfermedad renal quística medular Autosómica dominante UMOD; REN; MUC1
y nefropatía hiperuricémica familiar
juvenil
Nefronoptisis tipos 1 a 16 Autosómica recesiva NPHP1, INVS, NPHP3, NPHP4, IQCB1, CEP290, GLIS2,
RPGRIP1L, NEK8, SDCCAG8, TMEM67, TTC21B,
WDR19, ZNF423, CEP164, ANKS6
Síndrome de Joubert (subtipos con Todas autosómicas recesivas INPP5E, TMEM216, AHI1, NPHP1, CEP290, TMEM67,
fenotipo renal 1-7, 9-11, 14-16, 18-22) excepto el tipo 9 (herencia RPGRIP1L, CC2D2A, OFD1, TTC21B, TMEM237, CEP41,
ligada al cromosoma X) TMEM138, TCTN3, ZNF423, TMEM231, CSPP1, PDE6
Síndrome Meckel-Gruber (tipo 1-11) Autosómica recesiva KS1, TMEM216, TMEM67, CEP290, RPGRIP1L, CC2D2A,
NPHP3, TCTN2, B9D1, B9D2, TMEM231
Síndrome costilla pequeña - polidactilia Autosómica recesiva Desconocida, IFT80, DYNC2H1, TTC21B, WDR19, NEK1,
(síndrome de Jeune; tipos 1-11) WDR35, WDR60, IFT140, IFT172, WDR34
Síndrome Bardet-Biedl (tipos 1-15,17) Autosómica recesiva BBS1, BBS2, ARL6, BBS4, BBS5, MKKS, BBS7, TTC8,
PTHB1, BBS10, TRIM32, BBS12, MKS1, CEP290, FRITZ
(WDPCP; C2orf86), LZTFL1
Síndrome de Alström Autosómica recesiva ALMS1
Displasia craneoectodérmica (tipos 1-4) Autosómica recesiva IFT122, WDR35, IFT43, WDR19
Síndrome oro-facio-digital (tipo 1) Herencia ligada al cromosoma X OFD1
Displasia renal-hepática-pancreática Autosómica recesiva NPHP3 (nefrocistina 3); NEK8 (nefrocistina 9)

*Símbolo del Comité de Nomenclatura de genes de HUGO.


Adaptada de Devuyst O, Knoers NV, Remuzzi G, Schaefer F; Board of the Working Group for Inherited Kidney Diseases of the European
Renal Association and European Dialysis and Transplant Association: Rare inherited kidney diseases: challenges, opportunities,
and perspectives. Lancet 383:1844-1859, 2014.

superpuesto, con las anomalías en un solo gen, señala el papel de renales están presentes hasta en el 90% de los pacientes y
los modificadores genéticos en el complejo de la nefronoptisis. la insuficiencia renal ocurre en alrededor del 60%, por lo
general en la edad adulta. La polidactilia puede ser el úni-
SÍNDROME DE JOUBERT co hallazgo evidente en el período prenatal. El síndrome
En el JS, la nefronoptisis se combina con malformación del es altamente heterogéneo, con 17 genes asociados a BBS
cerebro medio y posterior, e hipoplasia o aplasia del vermis cere- identificados hasta la fecha. Las interacciones genéticas com-
beloso, descriptivamente designado como un signo de diente plejas entre los alelos causales y modificadores de los genes
molar en una imagen de resonancia magnética craneal (IRM). que codifican para los cilios parece que contribuyen a la
Esta anomalía da como resultado varias anomalías neurológicas, variabilidad fenotípica153,162.
incluyendo retraso en el desarrollo, discapacidad intelectual,
hipotonía muscular, ataxia, apraxia oculomotora, nistagmo y
distrés respiratorio. Las mutaciones de AHI1, que codifica la jou- GLOMERULOPATÍAS
berina, son las más frecuentes entre más de 20 genes asociados
con el JS153. La jouberina es una proteína del centrosoma que Las glomerulopatías en los niños están producidas por una
interacciona con la nefrocistina 1. amplia variedad de enfermedades renales primarias y pueden
ser también secundarias a patologías sistémicas como enferme-
SÍNDROME MECKEL-GRUBER dades autoinmunes, infecciosas o vasculitis. Muchas de estas
El MKS es una enfermedad autosómica recesiva, por lo gene- condiciones varían en su presentación, desde ausencia de sínto-
ral letal en el período perinatal, que se caracteriza por mal- mas o leves, hasta enfermedad renal grave con complicaciones
formación del sistema nervioso central (p. ej., encefalocele que amenazan la vida. En la infancia pueden clasificarse prin-
occipital), displasia quística renal bilateral, paladar hendido, cipalmente de acuerdo a su presentación clínica en fenotipos
polidactilia postaxial y proliferación ductal en el área portal nefrítico y nefrótico.
del hígado160,161. Esta entidad está causada por anomalías en En el análisis histológico de las muestras de biopsias, el patrón
determinados genes (actualmente 11) que codifican proteínas nefrítico está asociado con inflamación y aparece un sedimento
ciliares153. urinario activo con hematíes dismórficos, leucocitos, cilindros
granulares y hemáticos, y un grado variable de proteinuria. El
SÍNDROME BARDET-BIEDL síndrome nefrítico agudo destaca por inicio súbito de hematuria
El síndrome Bardet-Bield es una ciliopatía autosómica rece- macroscópica que se acompaña de hipertensión, oliguria, edema
siva caracterizada por polidactilia extremadamente variable, e insuficiencia renal. La mayoría de los casos suceden después de
obesidad, retraso leve en el desarrollo mental, hipogonadismo una infección; la más común es la infección por el estreptococo
y una retinitis pigmentaria atípica. Las variadas anomalías betahemolítico del grupo A.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2323

En contraste, el patrón nefrótico presenta una marcada pro- al que se asocia con una enfermedad sistémica identificable
teinuria y un sedimento urinario poco activo con pocas células o infección, que a menudo se acompaña de un componen-
o cilindros, caracterizado histopatológicamente por la ausencia te nefrítico. El congénito se ha definido como aquel que
de inflamación. Los niños con síndrome nefrótico por lo general ocurre dentro de los 3 primeros meses de vida. Aunque esta
muestran edema generalizado, incluyendo anasarca, ascitis y clasificación resulta útil para fines clínicos, en este capítulo
derrame pleural, pero tienen preservada la TFG. el SN se ha estratificado primariamente por la presencia o
Algunos pacientes con enfermedad renal grave en su pre- ausencia de causa genética.
sentación tienen características tanto nefríticas como nefró-
ticas. Por el contrario, hay también pacientes con sospecha SÍNDROME NEFRÓTICO HEREDITARIO
de enfermedad glomerular que no encajan en ninguna de las Los defectos estructurales heredados de la barrera de filtra-
categorías, ya que es probable que tengan un curso leve de una ción glomerular representan una gran proporción de casos de
glomerulonefritis. Por ejemplo, los niños con nefropatía IgA SNCR pediátricos, destacando el papel crucial del desarrollo
leve pueden tener hematuria macroscópica recurrente después y la arquitectura estructural de los podocitos en la patogenia
de una infección respiratoria de vías altas sin un sedimento de las glomerulopatías169,172,173. Las anomalías en los genes que
activo o proteinuria. codifican proteínas específicas de podocitos pueden llevar a
Los siguientes apartados se centran en las glomerulopatías la pérdida de los procesos podocitarios y de la integridad de la
más comunes observadas en la infancia. membrana de filtración, disrupción de la señalización de cé­
lula a célula en la hendidura diafragmática174, defectos en la
SÍNDROME NEFRÓTICO interacción MBG-procesos podocitarios175, motilidad podocitaria
alterada y disfunción mitocondrial, cuyo resultado es una fuga
La definición pediátrica del síndrome nefrótico (SN) es pro- de proteínas glomerulares y SN176-179.
teinuria superior a 40 mg/m2/h (50 mg/kg/día) o cociente Hasta la fecha, han sido implicadas mutaciones en más de
proteína/creatinina en orina de más de 2,0 mg/mg, hipoal- una docena de genes en el SNCR no sindrómico (NPHS1,
buminemia de menos de 2,5 g/dl y la presencia de edema e NPHS2, NPHS3 [PLCE1], ACTN4, CD2AP, TRPC6, INF2,
hiperlipemia163,164. PTPRO, ITGA3, MYO1E, ARHGDIA, COQ2, COQ6, ADCK4)
La patogenia del SN ha sido investigada durante mucho tiem- (tabla 74.2)169,172-175,178-183. La nefrina, la podocina y la proteína
po, haciendo hincapié en los mecanismos de daño glomerular y asociada a CD2, codificadas por NPHS1, NPHS2 y CD2AP, res-
proteinuria. Se ha sugerido que el SN idiopático corticosensible pectivamente, son los principales elementos estructurales del
(SNCS), además de un subgrupo de síndrome nefrótico cortico- diafragma de filtración169,172,173,180. La nefrina es una proteína
rresistente (SNCR), está causado por una alteración inmunoló- transmembrana y contribuye a la estructura del poro del dia-
gica en la que posiblemente está implicada la producción de fragma de filtración, formando poros de aproximadamente
un factor circulante proteinúrico secundario a la disfunción de 40 nm. Estos son responsables en parte de la selectividad de
las células T165. Está demostrado que el suero de los pacientes tamaño de la hendidura diafragmática y de la barrera de fil-
con glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GFS) aumenta tración. También parece que la nefrina participa en las vías de
la permeabilidad a la albúmina cuando se incuba in vitro con señalización intracelular manteniendo la integridad funcional
glomérulos de rata166. Este mecanismo parece afectar tanto a del podocito. Se han identificado un número de proteínas
adultos como a niños, excepto para mutaciones en la proteína dentro esta plataforma de señalización para interactuar con la
2 de la membrana epitelial (EMP2), que causa el SNCS de inicio nefrina, entre ellas la podocina, la proteína asociada a CD2, la
en la infancia167. Existen 24 mutaciones en genes específicos de fosfolipasa Cε1 y el receptor transitorio de potencial de canal
podocitos que regulan la estructura del proceso podocitario y la de cationes subfamilia C, miembro 6 (TRPC6). El PTPRO
función, y se han identificado en las formas heredadas de SNCR, (receptor de la proteína tirosina-fosfatasa tipo O) es una tirosi-
con aparición durante los primeros meses de vida, en la etapa na-fosfatasa unida a la membrana implicada en la señalización
infantil y la adolescente167-169. intercelular en la hendidura de la membrana podocitaria174. La
Además de las alteraciones primarias de los procesos podo- ITGA3 (integrina α3) es una proteína clave en la interacción
citarios y de la hendidura diafragmática o de filtración o slit de la MBG con los procesos podocitarios175. Además, determi-
diaphragm, es posible que también la membrana basal glomerular nadas proteínas reguladoras del citoesqueleto se expresan de
(MBG) desempeñe un papel en la patogenia de la proteinuria. forma selectiva en los podocitos (p. ej., ACTN4, que codifica a
Esta MBG contribuye a la única selectividad de carga y tamaño α-actinina 4; INF2, un miembro de la familia de formina de las
de la barrera de filtración que impide el paso de macromo- proteínas reguladoras de actina; y la miosina tipo I 1E no mus-
léculas tales como la albúmina a través de la pared capilar cular [MYO1E]) 169,173,178. La ARHGDIA, un regulador de Rho
glomerular 170. Los niños con glomerulopatía por cambios GTPasas, controla de forma indirecta las funciones celulares
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

mínimos (GCM) muestran unas cargas aniónicas disminuidas dependientes del citoesqueleto de la actina179. COQ2, COQ6
en la MBG170,171 sin ningún daño estructural o cambios en uni- y ADCK4 son componentes importantes de la biosíntesis de
dad de filtración glomerular visto al microscopio óptico. En CoQ10 en la mitocondria (fig. 74.7)181-183.
otras enfermedades glomerulares diferentes a la GCM, el daño Además, las formas sindrómicas del SNCR pueden ser debidas
estructural, con la pérdida de podocitos y la denudación de a mutaciones en genes que codifican lo siguiente: factores de
la MBG, permite el paso –que normalmente se encuentra res- transcripción (WT1, LMX1B); componentes de la MBG (LAMB2,
tringido– de proteínas de varios tamaños a través de la barrera ITGB4); proteínas lisosomales (SCARB2); un mediador reestruc-
de filtración. tural del nucleosoma de ADN (SMARCAL1)169,172,173,184 y proteínas
El SN en niños tradicionalmente se clasifica en tres catego- mitocondriales (COQ6)181 (v. tabla 74.2).
rías: primario (también denominado síndrome nefrótico idiopá- Todos los síndromes hereditarios con proteinuria comparten
tico), secundario y congénito. El primero a su vez se subdivide un fenotipo común al microscopio electrónico, que muestra de
en relación a los hallazgos histopatológicos, incluyendo princi- manera uniforme un aplanamiento de los procesos podocitarios
palmente GCM, GFS, glomerulonefritis membranoproliferativa y la pérdida de la hendidura diafragmática. Sin embargo, el
(GNMP), nefropatía membranosa y proliferación mesangial fenotipo clínico puede variar. La presentación en una etapa
difusa. La denominación síndrome nefrótico secundario se refiere precoz con evolución grave se ve en individuos con mutaciones

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2324 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Tabla 74.2 Genes implicados y patrones histológicos del síndrome nefrótico según el momento de inicio
de la enfermedad

Herencia/ Hallazgos
Etiología Locus Gen/Proteína histológicos

Congénito (0-3 meses)
Aislado Síndrome nefrótico congénito AR NPHS1/nefrina Dilatación radial
de tipo finlandés (CNF) del túbulo
proximal
SNCR recesivo, tipo 2 AR NPHS2/podocina GFS/GCM
SNCR recesivo, tipo 3 AR NPHS3/PLCE1 EMD
EMD aislada AR WT1 EMD
SNCR recesivo AR COQ2 GFS, colapsante
SNCR recesivo + sordera AR COQ6 GFS
SNCR dominante + sordera AD/11q24 Desconocido GFS
EMD + afectación neurológica AR ARHGDIA/Rho Inhibidor alfa EMD
de la disociación de GDP (GDI)
SN + enfermedad pulmonar y cutánea AR ITGA3/integrina α3 EMD
Síndrome nefrótico corticosensible AR/2p12-13.2 Desconocido GCM/GFS
Sindrómico Síndrome Denys-Drash AD WT1 EMD
Síndrome de Pierson AR LAMB2/laminina β2 GFS
Síndrome uña-rótula AD LMX1B/LIM factor de transcripción
homeobox -1β
Síndrome de Frasier AD WT1 GFS
Displasia inmunoósea de Schimke AR SMARCAL1 GFS
Epidermólisis bullosa + GFS AR ITGB4/integrina β4 GFS
Síndrome Galloway-Mowat AR Desconocido GCM a GFS

Infancia-niñez
Genética SNCS recesivo AR EMP2/proteína de membrana epitelial 2
SNCR recesivo AR NPHS2/podocina GFS/GCM
SNCR recesivo AR NPHS1/nefrina GFS/GCM
SNCR recesivo AR NPHS3/PLCE1 EMD
EMD aislada AD WT1 EMD
SNCR recesivo + sordera AR ARHGDIA EMD
o discapacidad intelectual
SNCR AR MYOE1/miosina E no muscular clase I GFS
SNCR AR PTPRO/GLEPP1 receptor de la proteína GFS
tirosina fosfatasa tipo O/proteína
epitelial glomerular 1

Juventud-adultez
Genética SNCR AR o NPHS2 (p.R229Q) GFS
esporádico
SNCR Familiar AD INF2/familia formina de proteínas GFS
reguladoras de actina
GFS, tipo 1 AD/19q13 ACTN4/α-actinina-4 GFS
GFS, tipo 2 AD/11q21-22 TRPC6/ Receptor transitorio de potencial GFS
decanal de cationes subfamilia C,
miembro 6
GFS, tipo 3 AR-AD/6p12 CD2AP/proteína asociada a CD2 GFS
SNCR AR PTPRO/GLEPP1 receptor de la proteína GFS
tirosina fosfatasa tipo O/proteína
epitelial glomerular 1
SNCR AR ADCK4/ dominio aarF que contiene GFS
cinasa 4
SNCR (ausencia de síntomas AD o LMX1B codifica el factor de transcripción GFS
extrarrenales) esporádico que contiene el homeodominio

AD, autosómica dominante; AR, autosómica recesiva; EMD, esclerosis mesangial difusa; GCM, glomerulonefritis por cambios mínimos;
GFS, glomeruloesclerosis focal y segmentaria; SN, síndrome nefrótico; SNCR, síndrome nefrótico corticorresistente; SNCS, síndrome
nefrótico corticosensible.
Adaptada de las referencias 169, 172-175, 178-183.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2325

Figura 74.7  Proteínas que participan en el mantenimiento de la estructura y función de los procesos podocitarios y el diafragma de fil-
tración. (Modificado y reproducido con la autorización de Weber S: Hereditary nephrotic syndrome. En Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive
pediatric nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, pp 219-228.)

en la nefrina y la podocina, mientras que en familias con muta- hendidura diafragmática, como la podocina (v. más adelante),
ciones en INF2 o ACTN4, la enfermedad se manifiesta en la etapa puede también causar SN de inicio precoz. En un estudio, las
temprana de la adolescencia o ya de adulto, típicamente con mutaciones en NPHS2 fueron las responsables en hasta un 40%
proteinuria moderada que progresa lentamente, y a menudo de todos los casos de SN que ocurrieron en los primeros 3 meses
conduce a la ERCT en la etapa adulta164,169,172,173,180,185. Estas dife- de vida168. Estos pacientes mostraron hallazgos histológicos simi-
rentes formas hereditarias de SN se describen en los siguientes lares a los observados en CNF. Por otra parte, se han descrito
apartados. las mutaciones NPHS1 de forma individual en pacientes con
inicio de la enfermedad en la infancia más tardía, y han sido
Inicio precoz anecdóticos incluso los casos publicados de SNCR de inicio en
El subtipo más frecuente de SN congénito es el de tipo finlandés la edad adulta189,190.
(CNF), una enfermedad autosómica recesiva que es muy habitual Otros genes que producen SN de inicio precoz son el tipo 1
en Finlandia (incidencia 1 de cada 8.200 nacidos vivos). Por lo del tumor de Wilms (WT1), la fosfolipasa Cε1 (PLCE1), el gen de
general los pacientes tienen proteinuria masiva en el momento la laminina β2 (LAMB2), ARHGDIA e ITGA3168,171,172,175,179. Estos
de nacer, una gran placenta, edema muy acusado, aumento del trastornos tienen un rango de edad más extenso de aparición y
tamaño renal y la dilatación radial característica de los túbulos mayor espectro de manifestaciones clínicas. Las mutaciones en
proximales. El glomérulo muestra un ligero aumento de la matriz PLCE1, como enzima citoplasmático requerido para la madura-
e hipercelularidad mesangiales. Los cambios degenerativos como ción del podocito, se han asociado hasta en el 28% de los casos
retracción de penacho glomerular, engrosamiento fibrótico de la de SN congénito debido a esclerosis mesangial difusa aislada. Las
cápsula de Bowman y esclerosis glomerular llegan a ser evidentes mutaciones en el gen WT1 que regula el desarrollo se asocian
con el paso del tiempo185. La microscopia electrónica muestra con formas de SN congénito causadas por esclerosis mesangial
unos procesos podocitarios desdibujados, irregularidad en la difusa con inversión del sexo masculino a femenino y tumor de
MBG y algún grado de edematización de las células endoteliales Wilms (síndrome Denys-Drash) o gonadoblastoma (síndrome de
y rarefacción de la capilaridad túbulo-intersticial186,187. El CNF es Fraiser)191. El síndrome de uña-rótula, una entidad caracteriza­
resistente a esteroides; las opciones de tratamiento son infusión da por displasia de uñas y esqueleto además de SN, está producido
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

de albúmina, intervenciones farmacológicas con inhibidores de por mutaciones en el gen LMX1B, que regula la expresión del
la ECA e indometacina y, por último, nefrectomía uni- o bilateral. colágeno tipo IV y las proteínas podocitarias nefrina, podocina y
El CNF progresa por lo general a ERCT dentro de la primera proteína asociada a CD2152. Las mutaciones de LMX1B también
década de la vida, aunque están descritos casos de pacientes con pueden causar SNCR aislado192.
formas más leves de la enfermedad173,185,188. El síndrome de Pierson, caracterizado por microcoria, anoma-
El gen implicado en el CNF, NPHS1, se asignó en 1994 a la lía del cristalino, cataratas, ceguera, déficits neurológicos graves,
banda cromosómica 19q13.1. Hasta la fecha, se han identificado SN congénito e insuficiencia renal progresiva, está producido
más de 140 mutaciones diferentes en NPHS1185. Dos de ellas, por mutaciones en LAMB2, que codifica para la laminina β2,
Fin-mayor (p.L41fsX91) y Fin-menor (p.R1109X), representan un componente de la MBG, retina, lente ocular y de la sinapsis
el 78 y el 16% de los alelos mutados, respectivamente, entre neuromuscular173.
los pacientes finlandeses. En los individuos no finlandeses con Hasta el 85% de los casos que ocurren durante los primeros
fenotipo CNF, la tasa de detección de la mutación NPHS1 se 3 meses de vida pueden explicarse por mutaciones en uno de
aproxima al 66%185. los cuatro genes candidatos: NPHS1, NPHS2, WT1 y LAMB2168.
El SN congénito no es sinónimo de CNF, porque las mutacio- El estudio genético en pacientes que no presentan el síndrome
nes que aparecen en otros genes que codifican proteínas de la con SN congénito debería comenzarse con NPHS1, seguido de

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2326 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.8  Estrategia de detección genética molecular para pacientes con síndrome nefrótico resistente a esteroides. (Modificado de
Podonet Registry. Disponible en: http://www.podonet.org/opencms/opencms/podonet/podonet_en/Algorithms/screen/diagnostics.html. Reproducido
con autorización.)

NPHS2 si el resultado es negativo. Los pacientes con manifes- similar se han encontrado en determinados casos de SNCR con
tación algo más tardía en la infancia probablemente deberían inicio en la infancia y niñez mutaciones en PLCE1, gen que
ser evaluados inicialmente para estudio de mutación en NPHS2, codifica la fosfolipasa Cε1, con características histológicas de
seguido de NPHS1. Si la biopsia renal revela esclerosis mesangial esclerosis mesangial difusa, siendo la primera manifestación de
difusa, el estudio genético deberá iniciarse con WT1 y PLCE1, y la enfermedad la que ocurre hasta los 4 años de edad 198-200.
seguir con ARHGDIA e ITGA3 (fig. 74.8)172,175,179. Todos los pacientes identificados hasta la fecha tuvieron mu­
Finalmente, el SN que se manifiesta en los primeros 3 meses taciones truncadas.
de vida puede también ser el resultado de infecciones congénitas Además de estas causas genéticas relativamente comunes de
como sífilis o infección por citomegalovirus (v. tabla 74.2). SNCR, está siendo identificado un número rápidamente cre­
ciente de genes que se expresan específica o preferentemente
Inicio en la infancia y niñez en el podocito; las mutaciones en estos genes producen formas
La denominación de síndrome nefrótico infantil se ha propuesto recesivas muy poco frecuentes de SNCR. Las mutaciones en los
para el SN que se desarrolla entre los 4 a 12 meses de edad, sitios de corte y empalme (también denominadas mutaciones
mientras que el de inicio en la niñez por lo general se refiere a splice-site) y las truncadas en PTPRO (receptor de la proteína tiro-
un rango de edad entre el primer y los 10 años. Las anomalías sina-fosfatasa tipo O), una proteína de membrana tipo receptor
genéticas más comunes en estos grupos de edad son mutaciones tirosina-fosfatasa que se expresa en la membrana apical de los
recesivas en el gen NPHS2, que codifica la proteína de la mem- procesos podocitarios, produjo SNCR de inicio en la niñez en
brana del podocito llamada podocina169,173,184. En la raza caucá- dos familias turcas174. Las mutaciones en MYO1E, que codifica
sica, las mutaciones en este gen representan alrededor del 40% una miosina de clase I no muscular, asociada a la membrana, se
de los casos familiares y aproximadamente del 6% al 17% de ha relacionado con SNCR de inicio en la infancia y en la niñez
casos esporádicos de SNCR168,193,194. Los pacientes típicamente con histopatología de GFS178.
progresan hacia la ERCT antes del final de la primera década Finalmente, se han identificado en niños con SNCR muta-
de vida168,193-195. Los hallazgos histológicos muestran GCM (si ciones en determinadas enzimas mitocondriales que partici-
la biopsia se realiza en etapas tempranas) o GFS. La podocina pan en la biosíntesis de CoQ10. Entre ellas se incluyen COQ2,
forma parte de un complejo proteico de membrana que une PDSS2, ADCK4 y COQ6. Las mutaciones en PDSS2 y COQ2 se
la hendidura diafragmática al citoesqueleto podocitario. Hasta caracterizan normalmente por un inicio temprano y manifes-
la fecha, se han identificado 126 mutaciones patogénicas en taciones extrarrenales variadas, entre ellas encefalopatía, acidosis
NPHS2 y 43 variantes de significado incierto169,196. Las mutacio- láctica, epilepsia mioclónica y cardiomiopatía hipertrófica. COQ6
nes con cambio en el marco de lectura (mutaciones frameshift), (monooxigenasa 6 de la biosíntesis CoQ10) ha sido identificada
sin sentido (nonsense), y las homocigotas p.R138Q de sentido como una de las causas de SNCR de inicio temprano con sordera
erróneo o alterado (mutaciones missense) están asociadas con neurosensorial. Los individuos con mutaciones en ADCK4 tienen
la manifestación temprana de la enfermedad 148,166. R138Q, un fenotipo menos grave, con SNCR aislado y enfermedad de
que es la mutación más frecuente, produce un plegamiento inicio típicamente en la adolescencia 181-183. La identificación
defectuoso de la proteína que queda retenida en el retículo precoz de enfermedades genéticas mitocondriales puede ser
endoplásmático196. enorme relevancia clínica ya que los resultados preliminares
Las mutaciones en WT1 pueden representar alrededor del sugieren que los trastornos pudieran ser susceptibles de trata-
9% de los casos de SNCR aislados no familiares197, y se han miento oral con CoQ10181.
identificado en pacientes con esclerosis mesangial difusa ais- Las nuevas mutaciones identificadas de ARHGDIA e ITGA3
lada, con clínica de inicio que varía desde los pocos días de provocan SN congénito con patrón histológico de esclerosis
vida hasta los 2 años de edad, además de en pacientes con mesangial difusa (EMD) y otras manifestaciones extrarre-
GFS aislada que ocurre de 1 a 14 años de edad191. De forma nales175,179.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2327

El estudio genético en el SNCR de inicio en infancia y niñez Aunque la definición de corticorresistencia varía en la litera-
con hallazgos histológicos de GCM o GFS debería comen­ tura, los individuos que no entran en la remisión después de 8 se­
zar con NPHS2, seguido de NPHS1 y WT1. En los pacientes con manas de tratamiento con glucocorticoides se clasifican gene-
biopsia renal en la que aparece esclerosis mesangial difusa ralmente como SNCR163,164,213. Algunos inicialmente muestran
deben descartarse mutaciones en WT1 seguidas de PLCE1 una respuesta al tratamiento esteroideo, pero experimen­
(v. fig. 74.8). tan una recidiva, o dos consecutivas durante la terapia o dentro de
Las mutaciones en los genes ARHGDIA, ACTN4 y TRPC6 los 14 días posteriores al cese del tratamiento. Se considera que
(v. más adelante) han sido solamente publicadas como casos tienen un SN dependiente de esteroides o corticodependien-
anecdóticos en recién nacidos y niños. Estas publicaciones no te (SNCD). Los pacientes que responden a esteroides, pero
justifican la detección sistemática mutacional de estos genes para desarrollan recaídas después de abandonar el tratamiento se
pacientes en este grupo de edad, a menos que haya una historia denominan en inglés relapsers. Una recaída dentro de los 6 me­
familiar autosómica dominante de GFS172,179. ses de respuesta inicial o de una a tres redicivas en cualquier
período de 12 meses se denomina recaída infrecuente; dos o más
Inicio tardío recaídas dentro de los 6 meses de respuesta inicial o cuatro o
El SN que se manifiesta primero en la adolescencia es común- más recidivas en cualquier período de 12 meses se denominan
mente resistente a los esteroides. Aunque en la mayoría de los recaídas frecuentes (RF)214.
casos continuamos sin saber la etiología, se han podido identi- El SNI con GCM puede diferenciarse clínicamente de otras
ficar algunas causas genéticas. causas de SN209. Los hallazgos más importantes son edad menor
Las mutaciones heterocigotas para la podocina que impli- de 6 años, ausencia de hipertensión, de hematuria, niveles nor-
can a un alelo que lleva la variante p.R229Q probablemente males de complemento y función renal normal209.
constituyan la causa más frecuente de SNCR esporádico de Patogenia
inicio tardío201,202. R229Q es un polimorfismo no neutro cuyo
resultado es una deficiente interacción podocina-nefrina. Está Se cree que el SNI tiene una base patogénica inmunitaria que
presente en aproximadamente el 6% de la población europea. aún no se ha esclarecido y puede no ser uniforme en todos los
En combinación con otro alelo mutado, produce una podoci- fenotipos. Se sugiere el papel de una regulación anómala de un
topatía de inicio relativamente tardío y un curso lentamente subgrupo de linfocitos T, además de la expresión de un factor
progresivo. de permeabilidad glomerular circulante165,166,215. La evidencia de
Se han identificado INF2, ACTN4 y TRPC6 como causantes de esta naturaleza mediada por el sistema inmunitario se demuestra
las formas familiares autosómicas dominantes del SNCR manifes- por el hecho de que agentes inmunosupresores pueden inducir
tándose primero en la adolescencia o edad adulta, por lo general una remisión completa de la enfermedad. También se sabe que
con proteinuria moderada y una lenta progresión de la ERCT el SN remite durante la infección con el virus del sarampión,
durante décadas172,180,203. Se ha demostrado que las mutaciones que suprime la inmunidad celular. La mejoría de la proteinuria
en INF2 representan el 17%, las de TRPC6 el 6% y las de ACTN4 después del trasplante mediante la realización de plasmaféresis
el 4% de los casos autosómicos dominantes de SNCR174-176. Las presta apoyo adicional a la presencia de uno o varios factores
mutaciones de novo en INF2, TRPC6 y ACTN4 son muy poco circulantes164,215.
frecuentes203-206. Entre los 227 pacientes con SNCR esporádico y La asociación de respuestas alérgicas con el SN también ilustra
familiar no sindrómico con inicio de la enfermedad en la adoles- la labor del sistema inmunitario en el SNI. Se han publicado
cencia, las mutaciones en NPHS2 explicaron el 7% y en WT1 el casos de SN después de varias reacciones alérgicas. La alergia
4% de los casos, mientras que INF2 se encontró exclusivamente alimentaria puede desempeñar un papel en las recaídas del SNI.
en los casos familiares. De este modo, el estudio de NPHS2 y Se ha implicado a varias citocinas y factores de crecimiento, de
de los exones 8 y 9 de WTI debería ser el enfoque de cribado los que la interleucina 13 parece ser la más consistentemente
más racional y rentable en los casos esporádicos, juveniles y asociada con episodios agudos de la enfermedad164,216,217.
SN resistentes a esteroides, mientras que chequeo de los genes Se desconoce el mecanismo exacto de la proteinuria en el
INF2, ACTN4 y TRPC6 debe restringirse a formas dominantes SN por GNCM218,219. Se ha sugerido recientemente que la GCM
familiares de la enfermedad207. es el resultado de una respuesta inmunitaria podocitaria de
dos impactos. En el primer paso, la molécula de membrana co­
estimuladora CD80, una parte del sistema inmunitario innato,
SÍNDROME NEFRÓTICO IDIOPÁTICO
se induce en los podocitos a través de citocinas circulantes,
Epidemiología y definiciones elementos microbianos o alérgenos. En el caso de disfunción
El síndrome nefrótico idiopático (SNI) es la forma más frecuente de las células T reguladoras y/o funciones podocitarias auto-
de SN en la niñez. La incidencia anual en niños en los Estados rreguladoras dañadas, la expresión aumentada de CD80 llega a
ser persistente e induce proteinuria220,221.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Unidos y Europa es de 1 a 3/100.000 niños, con una prevalencia


acumulada de 16/100.000 niños208. Más del 90% de estos casos Recientemente, se ha publicado que el receptor soluble de
se manifiestan entre el primer y los 10 años de edad209. la urocinasa (suPAR), la forma soluble del receptor del activa-
La pérdida de los procesos podocitarios en la microscopia dor del tipo plasminógeno de la urocinasa, está aumentado en
electrónica se corresponde con GCM, GFS o proliferación dos tercios de los pacientes con GFS primaria pero no en otras
mesangial en la microscopia óptica. La gran mayoría de los formas de enfermedades glomerulares primarias. Experimen-
niños preadolescentes con SIN (77%) muestran GCM en la talmente, la unión de suPAR y la activación de la integrina β3
biopsia renal209,210. en podocitos produce alteraciones en la morfología (pérdida
De los niños con GCM, el 90% responden al tratamiento de procesos podocitarios) y función de estos podocitos, lo que
esteroideo y tienen un pronóstico favorable a largo plazo164,210, provoca proteinuria e inicio del GFS 222. En dos cohortes de
pero el 10% restante tienen riesgo de desarrollar ERCT, que ensayos clínicos, se encontraron niveles aumentados de suPAR
sucede en un 30-40% de los niños con SNCR después de un en el 55% de pacientes pediátricos y en el 84% de los adultos con
seguimiento a 10 años211,212. Basado en estas observaciones, los GFS223. Sin embargo, estudios posteriores tanto en adultos como
pacientes con SIN se clasifican además según su respuesta a la en niños con GFS no confirmaron esta elevación específica de los
terapia empírica con esteroides. niveles de suPAR, mientras que en individuos con insuficiencia

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2328 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

renal las concentraciones parecían acumularse de forma no está fuera del alcance de este capítulo. Brevemente, los hallazgos
específica224. más comunes son los siguientes.
La denominación «GCM» indica que la morfología glo-
Hallazgos clínicos merular al examen por microscopia óptica es muy poco dife-
El edema es el síntoma que está presente en aproximadamente rente a la normalidad. Puede aparecer una mínima hiperce-
el 95% de los niños con SNI. Por lo general aparece primero lularidad mesangial. Los depósitos inmunes están ausentes.
en zonas de resistencia tisular baja (p. ej., en regiones perior- Ocasionalmente, puede verse algún depósito mesangial de
bitarias, escrotales y labiales) y progresa durante el curso de IgM. Algunos autores consideran que la presencia de IgM
la enfermedad. Por último, se generaliza y puede ser masivo representa una entidad separada (nefropatía IgM), mientras
(anasarca). Una infección respiratoria de vías altas, una reacción que otros afirman que se trata de una variante de la GCM. La
alérgica u otro factor (p. ej., fármacos, vacunas) pueden preceder presencia de IgM puede indicar un curso más complicado del
inmediatamente al desarrollo o recidiva de la enfermedad. En SN. La microscopia electrónica muestra una anomalía de los
aproximadamente el 30% de los niños existe una historia previa podocitos distribuida uniformemente, con una deficiencia
de alergia225. marcada de los procesos podocitarios sobre al menos el 50%
La hematuria microscópica puede verse en hasta un 23% de la superficie del capilar glomerular. El citoplasma de las
de pacientes con GCM y en un porcentaje mayor de pacientes células puede estar aumentado, con vacuolas claras y promi-
con otras variantes histológicas209. La hematuria macroscópi- nencia de organelas. Esto se acompaña de la transformación
ca aparece en el 3-4% de los casos de GCM. Dado el riesgo de los microvilli a lo largo de la superficie urinaria de los
aumentado de trombosis venosa en el SN, debe tenerse en podocitos226.
cuenta la trombosis de la vena renal en pacientes con hematu- La glomerulonefritis mesangioproliferativa se caracteriza
ria significativa y en los casos de lesión renal aguda debido a por una hiperplasia celular mesangial difusa que afecta a más
depleción del volumen intravascular. Otros eventos trombóticos del 80% del glomérulo. Está aumentado el número de núcleos
se pueden manifestar de diferentes formas, como taquipnea y de las células mesangiales dentro de la matriz mesangial, que es
distrés respiratorio (trombosis o embolia pulmonar) y, en casos normal o está solo levemente aumentada. Algunos casos mues-
excepcionales, convulsiones (p. ej., trombosis del seno venoso). tran IgM mesangial granular positiva con o sin C3 y, muy esporá-
Síntomas de infección como fiebre, letargia, irritabilidad o dicamente, pequeñas cantidades de C1q o IgG, aunque algunos
dolor abdominal debido a sepsis o peritonitis no deberían casos tienen inmunofluorescencia negativa. En la microscopia
pasarse por alto. La hipotensión y los signos de shock pueden electrónica aparece hiperplasia de las células mesangiales con
aparecer en niños con sepsis. Son frecuentes la anorexia, irri- pérdida de los procesos podocitarios de la célula epitelial y
tabilidad, cansancio, malestar abdominal y diarrea. El distrés transformación de los microvilli de las células epiteliales. Los
gastrointestinal puede estar provocado por ascitis, edema de pacientes con proliferación mesangial difusa tienen un aumento
pared intestinal o ambos. El distrés respiratorio puede aparecer en la incidencia de resistencia a esteroides226.
debido a ascitis masiva, edema pulmonar franco o derrame La GFS es el hallazgo más frecuente en el SNCR. Describe una
pleural 225. La hipertensión se ha descrito hasta en un 21% lesión en la que, como se en ve microscopia óptica, aparecen
de los niños de 6 años de edad y menores con GCM y biopsia diferentes zonas del penacho glomerular esclerosadas (segmen-
confirmatoria y puede aparecer hasta en un 50% de los niños con taria); algunos glomérulos están afectados y otros no (focal).
otros tipos histológicos209. Se observa adhesión del penacho glomerular a la cápsula de
Bowman (sinequia). Es frecuente la hipertrofia glomerular. La
Clasificación, indicación de biopsia renal fibrosis intersticial y la atrofia tubular a menudo están presentes
y patrones histológicos y se correlacionan con la gravedad de la enfermedad. IgM y C3
La alta correlación de la respuesta a la terapia empírica con están atrapados en áreas esclerosadas. Como sucede en la GCM,
glucocorticoides con los pronósticos a corto y largo plazos hace la microscopia electrónica revela la pérdida de los procesos
que la respuesta de los esteroides sea el primer criterio de clasifi- podocitarios y obliteración de las luces capilares por depósitos
cación en el SNI juvenil. Una biopsia renal no está indicada para finos granulares y lipídicos. Se han definido cinco variantes en
la primera presentación típica de SNI en niños a la edad de 1 a los pacientes adultos –colapsante, celular, lesión «tip», perihiliar
8 años, a menos que la historia, la exploración física y/o los resul- y clásica o «no especificada en los otros subtipos». La forma
tados de laboratorio indiquen la posibilidad de SN secundario o colapsante se asocia con el mayor porcentaje de progresión a
SNI diferente a GCM. Así, aquellos pacientes en el rango típico ERCT, seguida por el tipo histológico lesión «tip»226. Un solo
de edad –e incluso niños más mayores con función renal normal, estudio pediátrico buscó marcadores clínicos e histológicos para
sin hematuria macroscópica, sin síntomas de enfermedad sis- predecir el resultado de la GFS; 66 pacientes fueron seguidos
témica (fiebre, erupción, artralgias, pérdida de peso), niveles al menos 10 años. La expansión mesangial y las lesiones «tip»
normales de complemento, resultados negativos en pruebas de fueron predictoras independientes de una respuesta favorable
detección de virus (p. ej., virus de la inmunodeficiencia humana, a la terapia citotóxica, mientras que la presencia de daño renal
virus de hepatitis B y C) y sin historia familiar de nefropatía– y esclerosis extensa focal y segmentaria predijo una respuesta
por lo general serán tratados primero con glucocorticoides; la desfavorable227.
biopsia renal se reserva para casos complicados y resistentes a La GNMP se caracteriza por proliferación mesangial y
esteroides225,226. engrosamiento de la MBG periférica. Normalmente, el engro-
El SNI en el niño puede clasificarse en función del subtipo samiento se debe a interposición celular mesangial, con doble
histológico. La GCM es la forma más frecuente y se asocia con contorno de la MBG. La inmunofluorescencia revela un carac-
una sensibilidad a esteroides en el 90% de los casos. La GFS es terístico depósito capilar de C3. Pueden distinguirse tres tipos
la entidad histopatológica más frecuente correlacionada con por microscopia electrónica en función de la localización de
resistencia a los esteroides con un riesgo de progresión a ERCT. los depósitos inmunes. El tipo I, la forma clásica de GNMP,
La glomerulonefritis proliferativa mesangial tiene un pronóstico se caracteriza por depósitos subendoteliales. La presencia
intermedio. La GNMP, nefropatía membranosa, nefropatía IgM y adicional de numerosos depósitos electrodensos en la zona
C1q son formas poco frecuentes de SNI226. La discusión detallada subepitelial de la MBG define al tipo III228. La presencia de
de los diferentes tipos de SNI y sus características histológicas depósitos intramembranosos densos en forma de cinta dife-

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2329

rencia la enfermedad del depósito denso, antes conocida como bién ayudar a reducir la proteinuria, pero deberían utilizarse
MPGN tipo II. Recientemente, el grupo de entidades con depó- con precaución en presencia de función renal comprometida o
sito glomerular de C3 pero no de inmunoglobulinas se ha depleción de volumen. Los bloqueantes de los canales de calcio
denominado glomerulopatías C3, que incluyen la enfermedad y β-bloqueantes también pueden emplearse como fármacos de
por depósito denso y glomerulonefritis C3229. Ambas están primera línea226.
causadas por disregulación de la fase líquida o fluida de la cas-
cada del complemento. Se definen por su patrón compartido Terapia de segunda línea en el síndrome nefrótico sensible
de inmunofluorescencia y se distinguen por microscopia elec- a esteroides.  Alrededor del 80-90% de los niños con SN
trónica por el carácter y ubicación de los depósitos del com- sensible a esteroides o corticosensible (SNCS) recidivan.
plemento en los glomérulos230,231. Se encuentran anomalías Las recaídas son frecuentes, en torno a un 50%, y tienen
genéticas en los genes que regulan la vía alterna del comple- riesgo de efectos adversos con la terapia esteroidea. Se han
mento en el 20-25% de estos pacientes. utilizado con éxito otros agentes alternativos inmunosu-
La nefropatía membranosa es una causa muy poco frecuente presores durante períodos prolongados de remisión en estos
de SNI durante la niñez, solamente identificada en aproxima- niños. Sin embargo, estos fármacos tienen efectos adversos
damente el 1% de las muestras de biopsia, en contraste con la potenciales significativos.
prevalencia del 25-40% observada en adultos con SNI. Véanse Actualmente no existe consenso acerca de cuál es el trata-
los capítulos 32 y 33 para más detalles. miento de segunda línea más apropiado para estos pacientes236.
Los cursos de ocho semanas de ciclofosfamida o clorambucilo
Tratamiento del síndrome nefrótico idiopático además de mantenimiento con ciclosporina y levamisol reducen
Terapia de primera línea.  Los glucocorticoides son la primera el riesgo de recaídas en niños con SNCS recurrente comparado
línea de tratamiento para niños con SNI. Alrededor del 90% con esteroides solos. Más recientemente, se han empleado con
de los individuos que experimentan un primer episodio de SN éxito micofenolato de mofetilo y rituximab236.
alcanzan la remisión con estos fármacos. De los que muestran Los agentes alquilantes ofrecen el beneficio de la remisión
una respuesta, cerca del 95% lo hacen después de 4 semanas de sostenida, aunque con un riesgo sustancial de efectos adversos.
tratamiento diario y el 98% después de 8 semanas209. La ciclofosfamida y el clorambucilo son igualmente eficaces236.
El tratamiento estándar recomendado para un primer epi- La dosis recomendada de ciclofosfamida es 2 mg/kg/día vía oral du­
sodio de SN es prednisolona oral, 60 mg/m2/día (máximo rante 8 a 12 semanas (máxima dosis acumulativa, 168 mg/kg),
60 mg) dividida en tres dosis durante 4 a 6 semanas, después y para el clorambucilo es 0,1 a 0,2 mg/kg/día durante 8 se­
40 mg/m2/día (máximo 40 mg) en dosis única durante 4 a 6 se­ manas (limitado a una dosis total de 11,2 mg/kg) 214 . La
manas, con o sin reducción progresiva de 2 a 5 meses214,232,233. ciclofosfamida indujo remisión durante al menos 2 años en
Una revisión Cochrane sistemática ha concluido que la con- el 70% de niños con SN con recaídas frecuentes (SNRF); sin
tinuidad de la terapia de esteroides a días alternos durante embargo, indujo remisión en menos del 30% de los niños con
6 meses reduce la tasa de recaída posterior en un 33% en síndrome nefrótico corticodependiente (SNCD). Por lo tan-
comparación con los regímenes de tratamiento más cortos y to, los agentes alquilantes solamente se recomiendan para el
a días alternos234. Sin embargo, un reciente EAC con place- SNRF214. Los pacientes han monitorizarse por posible apari-
bo ha demostrado que la ampliación de la exposición a los ción de leucopenia. Después de conseguir la remisión, han de
esteroides de 3 a 6 meses a la misma dosis acumulativa no dis- mantener una adecuada hidratación y tomar la ciclofosfamida
minuye el riesgo de recaída, cuestionando la utilidad de una por la mañana para reducir el riesgo de cistitis hemorrágica214.
reducción235. Sin embargo, las principales limitaciones a largo plazo son la
El tratamiento de la recidiva es más corto que el inicial. Para toxicidad gonadal y riesgo de carcinogénesis237. Se ha publica-
recidivas poco frecuentes (una dentro de los 6 meses de respues- do que la azoospermia irreversible ocurre con alta incidencia
ta inicial o de una a tres en un período de 12 meses), debería cuando la dosis acumulativa de ciclofosfamida supera los 200
administrarse prednisona a 60 mg/m2/día hasta que el niño esté a 250 mg/kg. Además, estudios de seguimiento a largo plazo
en remisión completa durante al menos 3 días, después 40 mg/ sugieren un incremento potencial del riesgo de malignidad en
m2/día a días alternos durante 4 semanas. En este punto los este- los individuos expuestos a estos fármacos durante la niñez237.
roides pueden suspenderse o ser gradualmente reducidos214,233. Por lo tanto, no se recomiendan segundos cursos de tratamiento
En las recaídas frecuentes, se recomienda prednisona oral hasta con agentes alquilantes; las alternativas a estos fármacos se
que se consiga remisión durante 3 días, después continuar a días utilizan cada vez más como tratamiento de segunda línea del
alternos a la dosis más baja para mantener remisión durante SN recidivante sensible a esteroides.
al menos 3 meses. En los episodios de infección, se aconseja Los fármacos inhibidores de la calcineurina (ICN), la ciclos-
administrar prednisona diaria profiláctica en el caso de niños porina A (CsA) y el tacrolimús están en la actualidad común-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

propensos a recaídas214. mente considerados como agentes de primera elección para


Los diuréticos intravenosos (p. ej., furosemida de 3 a 6 mg/ ahorrar esteroides en los niños. La remisión completa se consi-
kg/día), si es necesario combinados con tiazidas para maximizar gue con estos fármacos en la gran mayoría de los pacientes con
natriuresis, son por lo general altamente eficaces en eliminar enfermedad corticosensible214,226,236. Sin embargo, se necesita
el edema y derrame. En individuos con anasarca y signos de terapia de mantenimiento puesto que el SN tiende a recurrir
depleción del volumen intravascular, puede infundirse albúmina cuando se suspende el tratamiento. Las recaídas pueden suce-
al 20% de 1 a 2 g/kg/día. Sin embargo, un uso es controver- der también durante el tratamiento ampliado. Los esteroides
tido debido a que la albúmina tiene una vida media corta en pueden retirarse en muchos, pero no en todos los pacientes214.
el plasma, pero una potente acción oncótica transitoria, que La biopsia renal debe ser llevada a cabo en niños con TFG
pone al niño en riesgo de edema pulmonar si se administra descendida que toman inhibidores de la calcineurina para des-
rápidamente164. cartar nefrotoxicidad214.
Se debe añadir tratamiento antihipertensivo a niños que Normalmente la dosis inicial de ciclosporina es 4 a 5 mg/­
tienen hipertensión persistente. En determinados pacientes kg/día, se recomienda mantener unos niveles de 50 a 100 ng/ml
será suficiente con diuréticos. Los inhibidores de la ECA o los o, preferiblemente, niveles de C2 de 300 a 400 ng/ml238. Dosis
antagonistas de los receptores de angiotensina II pueden tam- ajustadas en función de los niveles sanguíneos son más efectivas

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2330 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

en mantener la remisión que la dosis fija239. Por lo general tacro- Un nuevo EAC de 48 pacientes con SNRF o SNCD ha obte-
limús se administra de 0,1 a 0,2 mg/kg/día, con niveles valle de nido una remisión significativamente mayor con rituximab fren­
3 a 8 ng/ml240. te a placebo a un año de seguimiento (267 frente a 101 días).
Los efectos adversos son significativos, del 4% al 13% de los Los efectos adversos fueron leves por lo general, y la frecuencia
niños tratados con ciclosporina desarrollan hipertensión, del de eventos graves no difirió entre los grupos260. Se ha objetiva-
6% al 10% experimentan función renal reducida, del 28% al do un excelente perfil de seguridad a largo plazo con rituxi-
33% muestran hipertrofia gingival y del 35% al 70% desarrollan mab en miles de pacientes adultos tratados por enfermedades
hipertricosis214,226,233,236. Puesto que los efectos estéticos ocurren reumatológicas en la pasada década 261. Aunque el fármaco
mucho menos frecuentemente con tacrolimús y la eficacia tera- tiene poco o ningún efecto en las tasas globales de infección,
péutica es al menos equivalente241, el uso de este fármaco está el aumento potencial a la susceptibilidad de infecciones por
incrementándose sobre el de ciclosporina en el tratamiento del Pneumocystis obliga a realizar profilaxis con cotrimoxazol 262.
SNCD y el SNRF214. También puede reactivarse la hepatitis B, y se han observado
El micofenolato de mofetilo (MMF), un inhibidor de la vía algunos casos de leucoencefalopatía multifocal progresiva,
de novo de las purinas con capacidad inhibitoria de la pro­ que es una enfermedad letal inducida por el virus John Cun-
liferación de los linfocitos T y B, se utiliza cada vez más como ningham (VJC), principalmente en pacientes que recibieron
agente ahorrador de esteroides en niños con SNRF o SNCD. rituximab como parte de quimioterapia, trasplante de células
Los tres estudios prospectivos en el que participaron 76 niños madre o protocolos de inmunosupresores combinados 263.
que fueron tratados de 6 a 12 meses mostraron un porcen­ Actualmente se recomienda considerar el tratamiento con
taje de reducción de recaídas durante el tratamiento del rituximab en niños que sufren recaídas a pesar de una terapia
50-75%. La dosis de prednisona pudo reducirse en muchos ahorradora de esteroides convencional y para aquellos con
pacientes y el fármaco se suspendió en aproximadamente nefrotoxicidad con el uso de inhibidores de la calcineurina214.
el 50% de los casos 242-244. Se recomienda tratamiento a una Se necesitan más estudios para explorar el cociente riesgo/
dosis de 1.200 mg/m 2/día durante al menos 12 meses, ya beneficio del rituximab en relación con las terapias ahorrado-
que la mayoría de los niños recaerán cuando se suspende el ras de esteroides en el SNCS260.
fármaco214. Los niveles valle de ácido micofenólico por debajo
de 2,5 µg/ml se asociaron con un mayor riesgo de recaídas 244. Tratamiento del síndrome nefrótico resistente a esteroides.  En
Un ensayo aleatorizado cruzado reciente comparó períodos niños que no responden a los glucocorticoides orales y bolos de
de tratamiento de 1 año con MMF o CsA en 60 niños con metilprednisolona, las principales opciones terapéuticas son los
SNCS con recaídas frecuentes y demostró que el MMF es inhibidores de la calcineurina, el MMF y los inhibidores de la
menos eficaz que la ciclosporina en el mantenimiento de la ECA, administrados solos o en combinación. La ciclosporina no
remisión245. El estudio confirmó que el riesgo de recaídas se es eficaz en el SNCR y por lo tanto no debería emplearse cuando
correlaciona inversamente con los niveles sanguíneos de mico- se ha diagnosticado resistencia a esteroides213,264-266.
fenolato, lo que indica que la monitorización terapéutica del Inhibidores de la calcineurina.  En una serie de casos de 65 ni­
fármaco puede mejorar la eficacia de la terapia en el SNCS. ños sin respuesta primaria a esteroides publicado por la Socie-
Además, la TFG se mantuvo con el MMF mientras que se dad Francesa de Nefrología Pediátrica en 1994, se consiguió
redujo durante la terapia con ICN. Otro ensayo comparativo remisión completa de la proteinuria con ciclosporina A en
mostró que el MMF fue menos eficaz que la ciclosporina en el 46% de niños con GCM y en el 30% con GFS 267. EAC pos-
mantener remisión después del tratamiento con rituximab teriores confirmaron que la ciclosporina fue significativamente
en niños con SNCD246. superior a placebo, a la abstención de tratar o a la ciclofosfamida
Los principales efectos adversos del MMF, gastrointestinales y intravenosa en inducir remisión212,265,266,268,269. La mayoría de los
alteraciones hematológicas, no han limitado hasta ahora su uso trabajos previos no tuvieron en cuenta la información de que
en niños con SN sensible a esteroides. los pacientes con SNCR que tienen un origen genético de su
El levamisol es un agente antihelmíntico reutilizado con poca enfermedad son poco proclives a responder a cualquier terapia
actividad inmunosupresora. Administrado a dosis de 2,5 mg/kg inmunosupresora270. En un análisis retrospectivo de niños con
a días alternos durante al menos 12 meses, es una alternativa GFS de etiología no genética observaron una remisión com-
barata, que reduce el empleo de esteroides y virtualmente des- pleta en el 84% de los casos que fueron tratados con metil-
provista de efectos secundarios214. En un ensayo clínico alea- prednisolona intravenosa, ciclosporina y prednisona oral y en
torizado reciente redujo el riesgo de recaída en un 57%247. El el 64% de los niños tratados con ciclosporina y prednisona oral
levamisol y el MMF se han comparado hace poco tiempo en sola270. Por el contrario, ninguno de los 20 niños con formas
niños con frecuentes recaídas o SNCD. Mientras que ambos genéticas de SNCR experimentó remisión con los protocolos
fármacos disminuyeron de forma eficaz el porcentaje de recaí- inmunosupresores.
das, el levamisol fue menos eficaz que el MMF, con 16% frente El tacrolimús parece al menos ser igual de eficaz que la ciclos-
a 38% de niños en remisión persistente después de 12 meses de porina en inducir remisión en el SNCR, con un 86% de remisión
tratamiento248. completa o parcial con tacrolimús frente a 80% con ciclosporina
El rituximab, un anticuerpo quimérico anti-CD20, es alta- como se ha publicado en un EAC271. En los pacientes que expe-
mente eficaz en inducción y mantenimiento de remisión en rimentaron recaídas mientras recibían tratamiento, estas fueron
el SN corticosensible249-254. El fármaco provoca depleción com- corticosensibles en una fracción significativamente más alta en
pleta de linfocitos B circulantes y puede por lo tanto modular los pacientes tratados con tacrolimús.
la actividad reguladora de los linfocitos T255. Se ha especula- Las guías actuales recomiendan el empleo de un ICN como
do que el fármaco puede actuar también directamente en terapia de primera línea para niños con SNCR213. Se sugiere un
los podocitos estabilizando el citoesqueleto y previniendo mínimo de 6 meses de tratamiento combinado con bajas dosis
apoptosis256. de glucocorticoides para determinar la eficacia. Si en 6 meses se
Se infunde a dosis de 375 mg/m2. Los porcentajes de remisión consigue remisión parcial o completa, se recomienda continuar
tienden a ser mayores con dos o cuatro dosis semanales (40-60% tratamiento durante al menos 6 meses213.
a los 11 a 29 meses) que con dosis única (25-40% a los 12 a 17 me­ Micofenolato de mofetilo.  La experiencia con MMF en niños
ses)252,257-259. con SNCR es limitada. Estudios observacionales en los que

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2331

participaban un total de 42 niños con SNCR que se trataron con hematíes, a menudo compuesto de hematíes y otros
durante un mínimo de 6 meses con este fármaco, tuvieron cilindros celulares, y un grado variable de proteinuria. La
remisión completa en el 23-62% de los casos, parcial el presentación clínica en la infancia incluye fundamentalmente
25-37% y ausencia de remisión el 8-40%272,273. Un EAC de 138 síndrome nefrítico agudo, en determinadas ocasiones con
jóvenes con SNCR primario y GFS obtuvo remisión parcial un curso rápidamente progresivo, hematuria macroscópica
o completa en un 46% de los pacientes que recibían ciclos- recurrente y glomerulonefritis crónica, aunque existe un
porina y en un 33% de los que se trataron con combinación número considerable de casos subclínicos 291. La identifica-
de dexametasona a dosis alta y MMF 274. Por lo tanto, el papel ción de la enfermedad subyacente se obtiene a través de la
del MMF en monoterapia o añadido al SNCR actualmente presentación clínica, historia familiar, presencia de síntomas
es incierto. extrarrenales, resultado de estudio inmunológico y análisis
Antagonistas del sistema renina-angiotensina-aldosterona.  Los histológico renal. La glomerulonefritis puede estar limitada
inhibidores de la ECA y los antagonistas del receptor de al riñón (síndrome nefrítico primario) o ser parte de una
angiotensina II reducen la excreción urinaria de proteínas enfermedad sistémica (síndrome nefrítico secundario). La
alrededor de un 50% en niños con nefropatías proteinúri- causa más común en el niño es la glomerulonefritis aguda
cas 275-277. En los que tienen proteinuria moderada relacio- postinfecciosa.
nada fundamentalmente con la obesidad, Chandar y cols.
han demostrado que el tratamiento a largo plazo con los GLOMERULONEFRITIS AGUDA POSTINFECCIOSA
antagonistas del receptor de la angiotensina II disminuye efi- La glomerulonefritis producida por una respuesta inmunoló-
cazmente la proteinuria, incluso cuando se administra como gica del riñón que sucede después de una infección no renal,
único tratamiento278. La inhibición de la angiotensina podría por lo general por estreptococos del grupo A y muy raramen­
producir un efecto nefroprotector a largo plazo en SNCR279, te por otras cepas de estreptococo (grupos C y G), estafilococos,
aunque se carece de evidencia para tal efecto en ensayos bacilos gramnegativo, micobacterias, parásitos, hongos y virus291,
controlados. Pequeños estudios pediátricos han apoyado un llevó a la introducción del término glomerulonefritis postinfecciosa.
beneficio adicional del doble bloqueo del sistema REANAL Generalmente se utiliza indistintamente con glomerulonefritis post­
en la disminución de la proteinuria, con pocos efectos adver- estreptocócica. Debido a que la glomerulonefritis aguda postestrep­
sos278,280,281. Sin embargo, se necesitan mayores estudios del tocócica (GNPE), prototipo de las glomerulonefritis postinfec­
doble bloqueo antes de ser recomendado en niños, especial- ciosas, sigue siendo la causa más frecuente de síndrome nefrítico
mente en vistas al efecto negativo de la terapia combinada en en niños en los países en desarrollo, donde representa el 50-90%
el resultado renal, como se destacó en el estudio en adultos de los casos, este capítulo se centra particularmente en la
ONTARGET (Renal Outcomes with Telmisartan, Ramipril, or GNPE292.
Both, in People at High Vascular Risk)282.
Rituximab.  Los datos son limitados y con resultados variables Epidemiología
en relación a la eficacia de la terapia con rituximab en niños con
SNCR difíciles de tratar251. Un EAC reciente que evaluó la efica- Aunque la incidencia de GNPE ha descendido considera-
cia y seguridad del fármaco añadido a 31 niños con SN resistente blemente en Europa, América y Asia, continúa siendo global-
a ICN y a esteroides no demostró un claro beneficio283. Por el mente la causa más frecuente de nefritis aguda293,294. La carga
contrario, las cuatro series de casos más grandes que estudiaron mundial anual estimada es de 472.000 casos; aproximadamente
la eficacia del rituximab, incluyendo a un total de 7 pacientes 404.000 de estos ocurren en niños, la mayoría en países en vías
con SN resistente a ICN y esteroides, reveló una proporción de de desarrollo. En los niños que viven en países menos desarro-
remisión global del 46%, confirmando las publicaciones previas llados, y en poblaciones minoritarias, la incidencia media de la
en cuanto a su eficacia, al menos en una fracción de pacientes enfermedad se estimó en 24,3 casos/100.000 años-persona295.
con enfermedad resistente a múltiples fármacos que estaban en Sin embargo, la verdadera incidencia es difícil de determi-
alto riesgo de progresión rápida a ERCT263,284. La remisión por nar debido a que la enfermedad subclínica se piensa que es
lo general se alcanzó dentro de las 4 a 6 semanas de completar de 1,5 a 19 veces más frecuente que la sintomática291,296. Son
tratamiento y se mantuvo de 6 a 24 meses. En los individuos pocos los estudios que han examinado la mortalidad debida
que la consiguieron, el tratamiento inmunosupresor podía ser a esta entidad, y publicaron tasas de mortalidad bajas (media,
reducido o suspendido250,253,285,286. 0,028/100.000 en países en desarrollo)293.
El recambio plasmático es una terapia establecida y eficaz Por lo general en las zonas tropicales la GNPE es una complica-
para la mayoría de los casos de recurrencia de la enfermedad ción del pioderma, mientras que en los países con climas mode-
en el período postrasplante287-289. Dado que su eficacia es ob­ rados y fríos, normalmente sucede en el contexto de amígdalo-­
via en el tratamiento de la recurrencia de la proteinuria postras- faringitis durante el invierno. Con el paso del tiempo, la
prevalencia asociada a pioderma se ha reducido de forma
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

plante289, conviene destacar que pocas veces se intenta llevar a


cabo en pacientes con GFS multirresistente que están progre- notoria296. Determinados serotipos se relacionan con glomeru-
sando hacia la ERCT. Los pocos casos publicados y las pequeñas lonefritis postinfecciosa después de un episodio de pioderma
series disponibles hasta la fecha sugieren algo de eficacia del y otros con glomerulonefritis postinfecciosa tras faringitis. La
intercambio plasmático o inmunoadsorción en el tratamiento proporción hombre/mujer es de hasta 2:1291,297. Es más frecuente
de GFS primaria y el SNCR290, lo que apoya su utilización como en niños con edades comprendidas entre los 3 y 12 años, aunque
terapia de mantenimiento en casos seleccionados de enfermedad también está descrita en recién nacidos298.
resistente a fármacos.
Patogenia

SÍNDROME NEFRÍTICO Se han propuesto varios mecanismos para el daño inmunológico


glomerular inducido por la infección por el estreptococo del
El síndrome nefrítico es una condición clínica definida por grupo A299, como depósitos de complejos inmunes circulantes
la asociación de hematuria, proteinuria y a menudo hiper- con componentes antigénicos estreptocócicos; formación de
tensión e insuficiencia renal. En el examen de las muestras complejos inmunes in situ dentro de la MBG; formación de com-
de la biopsia hay inflamación y un sedimento urinario activo plejos inmunes in situ glomerulares que reaccionan de forma

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2332 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

cruzada con componentes glomerulares (mimetismo molecu- serológico (p. ej., título de antiestreptolisina A o el test
lar); y alteración de un antígeno normal renal que provoca de la estreptozima, que mide cinco anticuerpos diferentes
reactividad autoinmune. La evidencia disponible sugiere que el estreptocócicos). Los resultados serológicos positivos son más
principal mecanismo patogénico es la formación in situ de com- sensibles en apoyar el diagnóstico (94,6%) que una historia
plejos inmunes debido al depósito de antígenos estreptocócicos de infección reciente (75,7%) o que los cultivos positivos
nefritogénicos dentro del glomérulo299. (24,3%)305.
Se han propuesto como presuntos antígenos la gliceralde- En el 90% de los pacientes se encuentra la combinación de
hído fosfato deshidrogenasa estreptocócica (receptor de plas- un nivel bajo de C3 y C4 normal o levemente descendido, lo
mina asociado a nefritis) y la proteinasa catiónica exotoxina B que indica activación de la vía alternativa del complemento.
estreptocócica (proteína asociada a la cepa de nefritis)298,300. Los Por el contrario, la nefritis lúpica se asocia a la activación de
anticuerpos frente a estos antígenos se encuentran de manera la vía clásica, con disminución de C3 y C4. Los niveles de C3
específica en pacientes con GNPE y persisten durante al menos vuelven a la normalidad en 4 a 8 semanas tras la presentación
10 años y 1 año, respectivamente, después del ataque agudo, lo de la enfermedad307.
que indica una inmunidad duradera301. También se ha encon-
trado en los glomérulos de estos pacientes proteinasa catiónica Patología.  La biopsia renal no se realiza de forma sistemática
exotoxina B estreptocócica, colocalizada con el depósito de para confirmar el diagnóstico puesto que, por lo general, la his-
complemento y dentro de los depósitos electrodensos sub­ toria clínica es altamente sugestiva y la resolución del cuadro
epiteliales302,303. típicamente comienza en el intervalo de 1 semana desde la
Ambos antígenos activan la vía alterna del complemento, presentación. Las indicaciones para realizarla son hipocomple-
produciendo un descenso de los niveles plasmáticos de C3298,300. mentemia que persiste más de 6 semanas, episodios recurrentes
Cuando se depositan en el glomérulo, pueden interactuar con de hematuria y un aumento progresivo de la concentración de
la plasmina o el plasminógeno, lo que conlleva la activación de creatinina sérica.
colagenasas y metaloproteinasas latentes, con la consiguiente El examen de las muestras de biopsia al microscopio óptico
degradación enzimática de la MBG y la pérdida de su carga nega- muestra glomerulonefritis proliferativa difusa, con proliferación
tiva298. De este modo, los complejos inmunes pueden entonces endocapilar prominente y numerosos neutrófilos. En la tin­
pasar a través de la MBG dañada y se acumulan como jorobas ción con tricrómico pueden aparecer pequeños depósitos subepi­
o humps en el espacio subepitelial298,300. Este daño a la mem- teliales con forma de joroba. Es poco frecuente la formación de
brana también provoca pérdida de los procesos podocitarios y semilunas y se asocia a un mal pronóstico308,309.
proteinuria. Por lo general el análisis de inmunofluorescencia revela
Se ha demostrado la activación local del complemento y la depósitos granulares de complemento C3, a menudo con IgG
plasmina por estos antígenos nefritogénicos, aunque existen e IgM ocasional; los depósitos de IgA son excepcionales. Así
dudas acerca de su papel patogénico. Ambos antígenos también que denominada inmunotinción en full house (tinción positiva
pueden aparecer en las cepas del estreptococo del grupo A que de IgG, IgA, IgM, C3, C4 y C1q) que se asemeja al cuadro de
muy raramente causa glomerulonefritis304. Por lo tanto, la sus- nefritis lúpica, es frecuentemente citada en los trabajos. Se
ceptibilidad individual, posiblemente determinada por la predis- han descrito también determinados patrones histológicos de
posición genética del anfitrión, podría ejercer una influencia inmunofluorescencia, incluyendo mesangial, pared capilar
importante en la patogenia del organismo que lo provoca303. (en guirnalda) y difuso (en cielo estrellado). El patrón en
guirnalda es el que se asocia con más frecuencia a proteinuria
Hallazgos clínicos y mal pronóstico310. El del cielo estrellado se ve en las formas
La presentación clínica varía desde hematuria microscópica asin- con semilunas311,312.
tomática a un síndrome nefrítico agudo en fase avanzada291,297. Los depósitos electrodensos subepiteliales en forma de cúpula
Por lo general existe antecedentes de infección orofaríngea o o humps son lesiones características de microscopia electrónica.
cutánea por estreptococo del grupo A297,305 y edema después de Se corresponden con depósitos de IgG y C3 encontrados en los
un período de latencia de la infección, continuando con diuresis estudios de inmunofluorescencia313,314.
turbia y escasa y aumento de la presión arterial. Algunas veces
aparecen anuria y proteinuria en rango nefrótico. El edema Diagnóstico diferencial
generalizado, producido por la retención de agua y sal, está En general, aunque el diagnóstico de glomerulonefritis aguda
presente en alrededor de dos tercios de los pacientes. La sobre- resulta claro y sencillo, la identificación de la causa a menudo
carga grave de volumen puede desencadenar un edema agudo es un desafío. Si existe enfermedad que progresa más allá de
de pulmón. La hematuria franca está presente en el 30-50% de 2 semanas, hematuria o hipertensión que se mantiene más
los casos. Y la hipertensión en el 50-90% y es primariamente de 4 a 6 semanas y ausencia documentada de una infección
causada por retención hidrosalina306,307. por estreptococo del grupo A, es necesario considerar GNMP,
La GNPE se asocia con un descenso variable de la TFG nefropatía IgA, glomerulonefritis y vasculitis secundarias como
detectado por un aumento en la concentración de creatinina lupus eritematoso sistémico y púrpura de Schönlein-Henoch.
sérica. La gravedad de la insuficiencia renal es proporcional al Los títulos aumentados de antiestreptolisina en suero pue-
grado de proliferación y formación de semilunas308,309. Aunque den provenir de infecciones previas no relacionadas con la
es poco frecuente, puede aparecer lesión renal aguda rápida- enfermedad actual. El diagnóstico diferencial de unos niveles
mente progresiva u oligoanúrica que requieren tratamiento séricos disminuidos de C3 incluye lupus eritematoso sistémico
urgente. y GNMP.

Diagnóstico Tratamiento
Por lo general, la GNPE se diagnostica en base a los hallazgos No existe tratamiento específico para la GNPE. La terapia es
clínicos de nefritis aguda y la demostración de una infección de soporte y se centra en tratar las manifestaciones clínicas
reciente por estreptococo del grupo A. Esta última incluye de la enfermedad, especialmente las complicaciones debidas
resultados positivos de muestras cutáneas o faríngeas (visto a la sobrecarga de volumen. Entre ellas están la hipertensión
solo en el 25% de los pacientes) o positividad del análisis y, menos frecuentemente, el edema pulmonar. Las medidas

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2333

generales son restricción de agua y sal y administración de diu-


réticos de asa. La furosemida intravenosa se administra a una TUBULOPATÍAS
dosis inicial de 1 a 4 mg/kg/día. El control de la hipertensión
es fundamental para reducir la morbilidad y puede ser necesario Véase también el capítulo 45.
el empleo de bloqueantes de los canales de calcio además de
diuréticos de asa307,313. Aunque una revisión sistemática recien- SÍNDROME DE BARTTER Y ENFERMEDADES
te ha demostrado que el mejor control de la presión arterial AFINES
se obtiene con inhibidores de la ECA, deben utilizarse con
precaución los antagonistas del sistema REANAL en la GNPE Durante muchos años, la denominación de síndrome de Bart-
debido a los riesgos de lesión aguda (AKI, acute kidney injury) ter se aplicó de forma ilógica a determinadas tubulopatías
e hiperpotasemia315. La resina de intercambio de potasio y el pierde-sal. Más recientemente, el esclarecimiento de las
poliestireno sulfonato sódico se pueden utilizar para tratar la causas moleculares y los mecanismos de las tubulopatías
hiperpotasemia. Normalmente la diuresis espontánea comienza individuales ha permitido la clasificación inequívoca del
en el plazo de 1 semana y los niveles de creatinina sérica se síndrome de Bartter y enfermedades afines de acuerdo al
normalizan en el plazo de 3 a 4 semanas. De vez en cuando, la defecto genético subyacente y la sustitución de la tipología
insuficiencia renal aguda, la sobrecarga de volumen grave sin histórica por una clasificación farmacológica consistente en
respuesta a diuréticos y la hiperpotasemia con falta de respuesta tres subgrupos principales de tubulopatías pierde-sal here-
al tratamiento farmacológico necesitan hemodiálisis o hemofil- ditarias (tabla 74.3)321:
tración venovenosa continua. Es excepcional, en el momento
de la presentación, que los pacientes tengan encefalopatía 1. Trastornos del túbulo distal simulando a tiazidas, DC1, DC2
hipertensiva debido a hipertensión grave, que requiere trata- y DC3 (tradicionalmente referido como síndrome de Gitel-
miento urgente307,313. También se ha observado en individuos man) y síndrome de Bartter clásico (o tipo III), producido
con GNPE la aparición de síndrome de leucoencefalopatía por mutaciones en el cotransportador de cloro y sodio, canal
posterior reversible, caracterizado por señales hiperintensas en de cloro en la membrana basolateral (ClC-Kb, codificado por
las regiones parietooccipitales en secuencias potenciadas en T2 el gen CLCNKB) o Kir 4.1.
en RMN; estos individuos pueden tener descenso de la agudeza 2. Trastornos más graves poliúricos y simulando a diuréticos
visual, signos de focalidad neurológica y confusión316. de asa, tipos L1 y L2 (tradicionalmente referidos como sín-
Las anomalías urinarias desaparecen en diferentes etapas. drome de Bartter prenatal/SHP [síndrome de hiperpros-
La hematuria suele resolverse en 3 a 6 meses. La proteinuria taglandina E] o síndromes de Bartter tipos I y II) causados
también desciende durante el período de recuperación, pero a por mutación en el cotransportador tipo sodio-potasio
una velocidad mucho menor. Un leve aumento en la excreción 2 cloro (NKCC2, codificado por el gen SLC12A1), o el canal
de proteínas todavía se mantiene en el 15% de los pacientes a de potasio en la médula renal externa (ROMK, codificado
los 3 años y en el 2% de los 7 a 10 años317. por el gen KCNJ1).
Los individuos con evidencia persistente de infección estrep- 3. Combinación de ambas tubulopatías, tipos L-DC1 y L-DC2
tocócica del grupo A deberían recibir un ciclo de tratamiento (tradicionalmente referido como síndrome de Bartter
antibiótico. Aunque no existe evidencia procedente de estudios prenatal/SHP con sordera neurosensorial [SBSNS], o sín-
aleatorizados de que la inmunosupresión agresiva tenga efectos drome de Bartter tipo IV) que son las entidades más graves,
beneficiosos a corto y largo plazos en los casos de enfermedad producidas por mutaciones en los canales de cloro ClC-Ka y
rápidamente progresiva con semilunas315,318, con frecuencia ClC-Kb o su subunidad β o bartrina (codificado por el gen
se trata a los pacientes con más del 30% de semilunas en las BSND)321.
muestras de biopsia renal con bolos de metilprednisolona y/o
plasmaféresis309,310. Los síndromes de Bartter y Gitelman son enfermedades auto-
sómicas recesivas caracterizadas por hipopotasemia, alcalosis
Pronóstico metabólica hipoclorémica, hiperreninemia, hiperplasia del
La GNPE por lo general tiene un curso benigno, con recupera- aparato yuxtaglomerular, hiperaldosteronismo y, en algunos
ción completa de la función renal y un buen pronóstico a largo pacientes, hipomagnesemia322,323. La prevalencia estimada es
plazo301,312,313,317, incluso en pacientes con lesión renal aguda aproximadamente 1 de cada 40.000 para el síndrome de Gitel-
en el momento de la presentación y glomerulonefritis con man y 1 ppm para el síndrome de Bartter324.
semilunas en la muestra inicial de tejido renal biopsiado296,318. El síndrome de Bartter generalmente se presenta en la etapa
En una revisión de tres series de casos de 229 niños con GNPE temprana de la vida y a menudo, pero no siempre, asociado
se encontró que en aproximadamente el 20% apareció un resul- con retraso leve en el desarrollo mental y en el crecimiento.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

tado del urinoanálisis alterado (proteinuria y/o hematuria), También son frecuentes la poliuria, la polidipsia y una capacidad
pero casi todos (92-99%) tuvieron una función renal normal disminuida para concentrar la orina323,325. La presión arterial es
o solo levemente reducida a los 5 a 18 años después de la pre- más baja que en población general debido a la pérdida de sal
sentación294. El SN o un aumento de la concentración de la y al aumento de liberación renal de prostaglandina E 2 y pros-
creatinina en el momento de la presentación, glomerulonefritis taciclina326. La excreción urinaria de calcio por lo general está
con semilunas, glomeruloesclerosis y un patrón de inmuno- aumentada, y el nivel plasmático de magnesio es normal o leve-
fluorescencia en forma de guirnalda se asocian con pronóstico mente disminuido325.
menos favorable308,309,319. Los defectos genéticos subyacentes al fenotipo del síndrome
Un estudio reciente en australianos aborígenes ha mostrado de Bartter implican a varios canales transportadores de iones en
que la glomerulonefritis postestreptocócica debido a infecciones la rama ascendente gruesa del asa de Henle y túbulo contornea-
cutáneas por estreptococo del grupo A (a menudo relacionadas do distal. El proceso de trasporte activo de cloruro sódico está
con sarna o escabiosis) durante la infancia es un factor de ries- mediado por el cotransportador NKCC sensible a los diuréticos
go para desarrollar albuminuria y ERC en edad adulta en este de asa, lo que provoca que el cloruro sódico entre a las células
tipo de población, que representa un alto riesgo general para tubulares y a través de los canales de potasio (ROMK), que per-
la ERC320. miten que el potasio reabsorbido vuelva hacia la luz tubular para

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2334 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Tabla 74.3 Nueva terminología y clasificación farmacológica de las tubulopatías pierde-sal (enfermedades afines
al síndrome de Bartter)

Tipo de trastorno
(producto genético Segmento Principales características
afectado) tubular afectado Tipo farmacológico Polihidramnios de la presentación clínica

Trastornos del asa (Loop)


Tipo L1 (NKCC2) RAGAH Tipo furosemida +++ Poliuria, hipercalciuria, NC
Tipo L2 (ROMK) RAGAH/TCCb Tipo furosemida-amilorida +++ Poliuria, hipercalciuria, NC,
hiperpotasemia transitoria

Trastornos TCD (DC)


Tipo DC1 (NCCT) TCD Tipo tiazida – Hipomagnesemia, hipocalciuria, retraso
del crecimiento
Tipo DC2 (ClC-Kb) TCD/ RAGAHb Tipo furosemida-tiazida + Hipocloremia, hipomagnesemia leve, FTT
en la infancia
Tipo DC3 (Kir 4.1) TCD Tipo tiazida – Hipomagnesemia, hipocalciuria,
síndrome EAST

Trastornos combinados
Tipo L-DC1 (ClC-Ka + b) RAGAH + TCD Tipo furosemida-tiazida +++ Poliuria, hipocloremia, hipomagnesemia
leve, SNS, ERC
Tipo L-DC2 (bartrina) RAGAH + TCD Tipo furosemida-tiazida +++ Poliuria, hipocloremia, hipomagnesemia
leve, SNS, ERC

ERC, enfermedad renal crónica; NC, nefrocalcinosis; RAGAH, rama ascendente gruesa del asa de Henle; SNS, sordera neurosensorial;
TCC, túbulo colector cortical; TCD, túbulo contorneado distal.
De Seyberth HW, Schlingmann KP: Bartter- and Gitelman-like syndromes: salt-losing tubulopathies with loop or DCT defects. Pediatr
Nephrol 26:1789-1802, 2011.

el cotransporte continuado sodio cloro potasio. Los canales de hidratación, vómitos recurrentes, falta de desarrollo y retraso
cloro permiten que el cloro que ha entrado en la célula salga y del crecimiento estatural. La hipercalciuria y la nefrocalcinosis
sea devuelto a la circulación sistémica327. son frecuentes, y la función renal por lo general es normal,
aunque puede aparecer ERCT. Este fenotipo es producido por
SUBTIPOS DE SÍNDROME DE BARTTER defectos en el cotransportador Na-K-2Cl o en el canal luminal
La aplicación de análisis genético combinado con el fenotipa- de potasio. Esta forma de síndrome de Bartter prenatal puede
do clínico nos permite en la actualidad caracterizar seis subti- confundirse con la hipomagnesemia familiar con nefrocalci-
pos de síndrome de Bartter. La presencia de hiperpotasemia nosis327,329.
transitoria temprana sugiere mutaciones en KCNJ1, mientras
que la sordera se asocia en la mayor parte de los casos con Síndrome de Bartter clásico (tipo III)
mutaciones en BSND. Sin embargo, estos signos pueden estar El fenotipo del síndrome de Bartter clásico se manifiesta
ausentes en el momento del diagnóstico, y la clasificación primero en la infancia o la niñez temprana, con una varie-
genética no se corresponde perfectamente con la clasifica­ dad de hallazgos clínicos, que van desde leve debilidad mus-
ción clínica. Las alteraciones en individuos con mutaciones en cular y calambres, cansancio crónico, estreñimiento y vómitos
el gen SLC12A1 pueden manifestarse más allá del período recurrentes, hasta poliuria grave y depleción de volumen. La
neonatal. La mayoría de las mutaciones en el gen CLCNKB nefrocalcinosis no es un hallazgo constante. Este subtipo está
(tipo III) son las responsables del síndrome de Bartter clásico, causado por mutaciones en el canal de cloro de la membrana
pero también pueden conducir a un fenotipo neonatal o pre- basolateral327,329. En el registro de tubulopatías www.renaltube.
natal, además de a un fenotipo Gitelman. Los criterios clínicos com, el síndrome de Bartter clásico (19%) es la segunda causa
y bioquímicos guiarán el diagnóstico genético –la sordera más frecuente de tubulopatía después de la acidosis tubular
indica BSND, una historia neonatal de hiperpotasemia señala renal (23%)330.
al gen KCNJ1 y una alcalosis hipocalémica grave es indicio de
mutación en CLCNKB. En casos ambiguos, el estudio genéti­ Síndrome de Bartter prenatal con sordera
co seguirá la frecuencia de la mutación: KCNJ1 > SLC12A1 > (tipos IV y VI)
CLCNKB > BSND328. Este subtipo es muy poco frecuente e invalidante. El producto
del gen afectado, la bartrina, regula los canales ClC-Ka y ClC-Kg;
Síndromes de Bartter prenatal y neonatal ambos se encuentran también en el oído interno, lo que ex­
y síndrome de hiperprostaglandina E (tipos I y II) plica la asociación con sordera331. El síndrome de Bartter tipo VI
Estas son las formas más graves de síndrome de Bartter y se es clínicamente similar al tipo IV, pero está producido por una
asocian con polihidramnios maternal, prematuridad, poliuria mutación digénica que afecta a los genes para los canales
intrauterina y posnatal complicada con episodios graves de des- ClC-Ka y ClC-Kb329.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2335

Síndrome de Bartter con hipocalcemia (tipo V) vación secundaria del sistema REANAL329. La rehidratación
Es una forma muy poco frecuente que se asocia de manera y/o el uso de indometacina mejoran el crecimiento estatural
específica con hipoparatiroidismo. Es debido a mutaciones (fig. 74.9) 328. Estudios a largo plazo en niños tratados con
de ganancia de función en los receptores sensibles al calcio indometacina y suplementos de potasio han demostrado un
(RSCa) localizados en la glándula paratiroidea y en la mem- adecuado balance electrolítico y metabólico y recuperación
brana basolateral tubular renal332. Los hallazgos clínicos son de la velocidad del crecimiento. A largo plazo, se desarrolla
hipocalcemia, hipercalciuria, alcalosis metabólica hipocalémica una insuficiencia renal leve en aproximadamente el 25% de
e hipomagnesemia333. pacientes. Finalmente, un gran subgrupo de individuos desa-
rrolla litiasis biliar336.
En general, el pronóstico a largo plazo del síndrome de Gitel-
SÍNDROME DE GITELMAN man es excelente. La mayoría de los individuos asintomáticos no
El síndrome de Gitelman (hipopotasemia-hipomagnesemia se tratan. Se recomiendan suplementos de magnesio (óxido de
familiar)334 es una enfermedad más benigna que el síndrome magnesio y sulfato de magnesio) y dieta rica en sodio y potasio.
de Bartter que a menudo no se diagnostica hasta la niñez Debido a que la excreción de prostaglandinas es normal 337,
tardía o incluso la edad adulta325. Las mutaciones en la familia los inhibidores de la síntesis de estos fármacos resultan poco
de genes trasportadores de soluto 12, miembro 3 (SLC12A3), beneficiosos en estos casos325.
que codifica el contransportador NaCl sensible a tiazidas
(NCC), se encuentra en la mayoría de los pacientes con sín- ACIDOSIS TUBULAR RENAL
drome de Gitelman. Un defecto en este transportador puede
explicar la pérdida de magnesio y a menudo el marcado des- La acidosis tubular (ATR) es un estado de enfermedad caracte-
censo en la excreción de calcio, que es lo opuesto a la hiper- rizado por acidosis metabólica con anión gap normal. Existen
calciuria vista en el síndrome de Bartter clásico325. formas adquiridas y hereditarias (tabla 74.4). Las tres formas
Son típicos los períodos transitorios de debilidad muscular principales son ATR proximal (tipo 2), distal (tipo 1) e hiper-
y tetania, cansancio en grado variable y dolor abdominal oca- calémica (tipo 4). Las lesiones mixtas (aquellas que comparten
sional, vómitos y fiebre. Las parestesias, especialmente en la elementos de las tipos 1 y 2) son designadas por algunos autores
cara, también suceden con frecuencia. Sorprendentemente, como ATR tipo 3338.
algunos pacientes se encuentran asintomáticos excepto por la La ATR distal se debe a una alteración en la secreción distal
aparición de condrocalcinosis en la edad adulta que provoca de ácidos por las células intercaladas α, lo que provoca una
tumefacción, calor local y dolor en las articulaciones afectadas. incapacidad para excretar la carga ácida diaria. Los pacientes
La poliuria es leve o puede estar ausente. La presión arterial con esta anomalía no pueden acidificar la orina y por eso su pH
es significativamente más baja que en la población general. El urinario es de más de 5,5 a pesar de tener acidosis metabólica.
crecimiento suele ser normal, pero puede retrasarse en pacientes Esta acidosis se puede provocar administrando cloruro de amo-
con síndrome de Gitelman con hipopotasemia grave e hipomagne- nio (100 mg/kg) o furosemida (40 mg) con fludrocortisona
semia335. Se ha descrito paro cardíaco súbito de manera ocasional (1 mg) y monitorizar el pH urinario durante 8 o 4 horas, res-
debido a depleción de magnesio y potasio, provocando arritmias pectivamente. En la ATR distal, el pH de la orina no debería
ventriculares. descender a menos de 5,3339.
El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y las altera- Los pacientes con ATR distal pueden desarrollar hipopo-
ciones bioquímicas (hipopotasemia, alcalosis metabólica, hipo- tasemia, hipercalciuria, hipocitraturia, nefrolitiasis y nefro-
magnesemia, hipocalciuria), pero puede confirmarse mediante calcinosis. La falta de crecimiento causada por la acidosis
estudio genético. metabólica crónica es la afección más frecuente. Son también
comunes la desmineralización ósea y el raquitismo. Las muta-
ciones que codifican el intercambiador bicarbonato-cloruro
TRATAMIENTO DE SÍNDROME DE BARTTER AE1 (gen SLC4A1) o las subunidades de la bomba adenosina
Y ENFERMEDADES AFINES trifosfato-H+ (genes ATP6V1B1 y ATP6V0A4) causan formas
Los defectos tubulares en los síndromes de Bartter o Gitelman dominantes y recesivas de ATR distal340. Las manifestaciones
no se pueden corregir. El tratamiento, que debe ser para toda clínicas varían dependiendo de la causa subyacente. La for-
la vida, se limita a reposición de electrolitos y minimizar los ma autosómica dominante es relativamente leve, y muchos
efectos de los aumentos secundarios en la producción de pros- pacientes no muestran manifestaciones de la enfermedad
taglandinas y aldosterona. hasta la edad adulta. Normalmente los individuos tienen una
La mayor parte de los individuos necesitan potasio por vía oral acidosis leve o está ausente, leve a moderada hipopotasemia, y,
(1 a 3 mmol/kg/día) y suplementos de magnesio. Sin embargo, excepcionalmente, enfermedad ósea o escaso crecimiento341.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

a menudo resulta difícil conseguir restaurar el balance normal La ATR distal autosómica recesiva es más grave, se presenta
de magnesio y potasio debido a los efectos gastrointestinales de en la infancia, y a menudo se asocia con sordera 342. La dis-
los suplementos de electrolitos orales (náuseas, vómitos, diarrea, tal adquirida puede ocurrir a cualquier edad debido a daño
estreñimiento). tubular renal (v. tabla 74.4).
La combinación de fármacos antiinflamatorios no esteroi- La ATR proximal está causada por una disminución en la
deos (AINE; indometacina, 2 a 4 mg/kg/día) en el caso de capacidad reabsortiva proximal de bicarbonato, lo que produce
una excreción elevada de prostaglandinas con un diurético un descenso en los niveles plasmáticos de bicarbonato. Es muy
ahorrador de potasio (p. ej., espironolactona o amilorida, raro que se presente aisladamente. En la mayoría de los pacien-
generalmente son necesarias dosis diaria más altas que las habi- tes es parte del síndrome de Fanconi, que es una disfunción
tuales de 10 a 15 mg/kg y de 0,1 a 0,3 mg/kg, respectivamente, generalizada del túbulo proximal. Esto provoca glucosuria,
para maximizar el bloqueo de la secreción distal de potasio) aminoaciduria y pérdidas excesivas por orina de fosfato y ácido
puede aumentar la concentración de potasio plasmático hacia úrico. La hipouricemia, glucosuria y aminoaciduria son útiles
un valor normal, revertir en gran parte la alcalosis metabólica como sugerencias a la hora de establecer el diagnóstico. Los
y corregir parcialmente la hipomagnesemia. Los inhibidores hallazgos clínicos incluyen falta de crecimiento, hipovolemia,
de la ECA también pueden emplearse para bloquear la acti- anomalías óseas, estreñimiento y debilidad muscular debido

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2336 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.9  Duración y aumento de peso durante el tratamiento (reposición hidroelectrolítica, indometacina) según el gen implicado
en el síndrome de Bartter prenatal-neonatal. El eje x representa el tiempo de seguimiento en meses bajo tratamiento con indometacina; el eje
y hace referencia al peso o altura expresados como un valor z normalizado por edad (rango normal, −2 a 2). (De Brochard K, Boyer O, Blanchard
A, et al: Phenotype-genotype correlation in antenatal and neonatal variants of Bartter syndrome. Nephrol Dial Transplant 24:1455-1464, 2009.)

a la hipopotasemia. La acidosis sistémica es menos grave que se mide por la excreción fraccionada de bicarbonato, que
el caso de la distal. Son menos frecuentes las litiasis renales y superará el 15%344.
nefrocalcinosis, en parte debido a un aumento de excreción La ATR mixta (tipo 3) es una afección autosómica recesiva
de citrato por orina, excepto en la ATR proximal debida a sín- muy poco frecuente que comparte rasgos de las ATR tipos 1 y 2.
drome de Fanconi, en la aparecen raquitismo y osteomalacia de­ Se debe a una deficiencia hereditaria de la anhidrasa carbóni­
bidos a fosfaturia y déficit de vitamina D343. La capacidad de ca II, que traduce un síndrome con múltiples hallazgos clínicos,
acidificar la orina se encuentra intacta; por lo tanto, los incluyendo ATR mixta, osteopetrosis, calcificaciones cerebrales y
pacientes sin tratar tienen un pH urinario de menos de 5,5. Sin discapacidad mental. Otras manifestaciones son fracturas óseas
embargo, el tratamiento con bicarbonato aumenta las pérdidas (debido a un aumento de fragilidad ósea) y problemas de creci-
de este por la orina y el pH urinario aumenta. En pacientes miento. El excesivo crecimiento óseo facial provoca dismorfia,
con ATR proximal, la carga de bicarbonato para normalizar además de pérdida de audición conductiva y ceguera debido a
su concentración en suero da lugar a una fuga de renal que la compresión del nervio340,345,346.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.


Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

Tabla 74.4 Hallazgos bioquímicos y etiología de la acidosis tubular renal (ATR)

Parámetro ATR tipo 1 (distal) ATR tipo 2 (proximal) ATR tipo 4 (hipercalémica)

Defecto primario Defecto en la acidificación distal Reabsorción proximal de bicarbonato Efecto o secreción de aldosterona disminuidos
disminuida
Bicarbonato plasmático Variable, puede ser <10 mEq/l Generalmente de 12 a 20 mEq/l > 17 mEq/l
pH de la orina > 5,3 Variable; >5,3 si el nivel de bicarbonato Normalmente <5,3
está por encima de su umbral de
reabsorción

CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños


Potasio en plasma Generalmente disminuido, pero existen formas Disminuido; hipopotasemia agravada por Aumentado
hiperpotasémicas; la hipopotasemia se corrige la bicarbonaturia inducida por terapia
con terapia alcalina alcalina
Respuesta a una carga ácida No Sí
Etiología Primaria Idiopática, esporádica Primaria Idiopática, esporádica Primaria Insuficiencia adrenal primaria
Genética ATRd AR con sordera, ATP6V1B1 Genética ATRp AR Genética Hiperplasia adrenal congénita (déficit
ATRd AR sin sordera temprana, Cistinosis de 21-hidroxilasa)
ATP6V0A4 Tirosinemia Deficiencia aislada de aldosterona
ATRd AD, SLC4A1 (AE1) Intolerancia a la fructosa sintetasa
Galactosemia Hipoaldosteronismo hiporreninémico
Secundaria Hipercalciuria, nefrocalcinosis Enfermedad de Wilson Seudohipoaldosteronismo tipos 1 y 2
(p. ej., espongiosis medular renal) Síndrome de Lowe
Reumatológica (artritis reumatoide, Enfermedad de Dent
síndrome de Sjögren, lupus Secundaria Fármacos (ifosfamida, Secundaria Fármacos (heparina, inhibidores
eritematoso sistémico) tenofovir, inhibidores de la enzima convertidora de la
Fármacos (ifosfamida, amfotericina B, de la anhidrasa carbónica) angiotensina, antiinflamatorios
litio) Metales pesados no esteroideos, ciclosporina A,
Trasplante renal Déficit de vitamina D trimetoprima, pentamidina, amilorida,
Uropatía obstructiva Trasplante renal espironolactona, triamtereno)
Cirrosis Amiloidosis Renal (nefropatía diabética, uropatía
Anemia de células falciformes obstructiva, nefritis tubulointersticial,
glomerulonefritis aguda vía expansión
de volumen)
Infección por el virus de la
inmunodeficiencia humana
Resistencia a aldosterona

2337
2338 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

En la ATR tipo 4 (hipercalémica), se ven afectadas la La DIN congénita normalmente se presenta con poliuria, des-
excreción renal de ácido y potasio. Esta forma se debe a la de­ hidratación hipernatrémica, fiebre, irritabilidad, estreñimiento
ficiencia de aldosterona o a una incapacidad del riñón para y falta de desarrollo. No aparece polihidramnios debido a que
responder a la hormona. Por lo general se caracteriza por el aclaramiento de solutos se realiza a través de la placenta. Los
hiperpotasemia y acidosis leve (niveles de bicarbonato niños alimentados con leche materna tienen mejores resultados
sérico >17 mEq/l). Las manifestaciones van a depender que los alimentados con fórmula, posiblemente debido a la
de la severidad de la deficiencia de aldosterona o de su fal- carga osmolar de la leche materna. Por lo general, los síntomas
ta de sensibilidad con el receptor. Además de los defectos mejoran a medida que transcurren los años. El acceso libre al
heredados (p. ej., seudohipoaldosteronismo), la causa más agua ayuda a la autorregulación de la osmolalidad plasmática. En
frecuente de ATR tipo 4 es la administración de fármacos que pacientes no tratados pueden verse poliuria, enuresis nocturna
perjudican la liberación de aldosterona o su función (p. ej., y discapacidad mental347,352,353. A los 5 años, el 20-30% de los
heparina, AINE, inhibidores de la ECA o antagonistas de los niños con DIN ligada al cromosoma X muestran un retraso grave
receptores de angiotensina II, ICN y diuréticos ahorradores de crecimiento354.
de potasio)344.
El tratamiento de la ATR es empírico y principalmente DIAGNÓSTICO
implica a los suplementos alcalinos por vía oral, que se adminis- Puede utilizarse una prueba con desmopresina (DDAVP) para
tran en forma de citrato potásico o bicarbonato, especialmente discernir si se trata de diabetes insípida central o nefrogénica.
cuando la hipopotasemia está presente. En la ATR distal, con Se puede administrar DDAVP vía intranasal (10-20 µg), oral
1 a 2 mmol/kg/día de álcali oral es normalmente suficiente (200 µg/kg), intramuscular (0,4 µg si es <10 kg; 2 µg si es
para mantener en plasma una concentración de bicarbonato >10 kg), o intravenosa (0,3 µg/kg). Las administraciones
por encima de 20 mmol/l. Cantidades mucho más elevadas son oral e intravenosa requieren de 2 a 4 horas de observación;
necesarias para la ATR proximal (hasta 10 mmol/kg/día). La por otras vías, de 4 a 6 horas. La osmolalidad urinaria debe-
corrección de la hipopotasemia es importante para prevenir ría aumentar a más de 800 mOsm/kg (>500 mOsm/kg en
debilidad muscular. Se necesita una alta ingesta de líquidos niños pequeños). Una osmolalidad persistentemente baja
para pacientes con ATR distal que son propensos a la forma- de menos de 200 mOsm/kg es diagnóstica de DIN, mien-
ción de cálculos. Los diuréticos tiazídicos pueden emplearse tras que valores intermedios pueden ser indicativos de DIN
en casos de ATR proximal para aumentar indirectamente la adquirida parcial. Si se utiliza DDAVP intravenosa, puede
reabsorción de bicarbonato paracelular344. El tratamiento del aparecer vasodilatación sistémica que provoca hipotensión
tipo V depende de la causa subyacente. La acidosis inducida leve y taquicardia. Esta respuesta es útil para diferenciar los
por fármacos suele ser fácilmente reversible con la interrup- defectos del receptor V2 ligados al cromosoma X de los defec-
ción del agente causal. Si la retirada del fármaco no es una tos de acuaporinas autosómicos recesivos353 debido a que los
opción, la administración oral de mineralocorticoides puede receptores V2 median la respuesta antidiurética además de
ser útil344. la vasodilatación periférica 355. También están disponibles
estudios de genética molecular350.
DIABETES INSÍPIDA NEFROGÉNICA TRATAMIENTO
La diabetes insípida nefrogénica (DIN) hace referencia a un No existe un tratamiento específico para la DIN. Un trata-
descenso en la capacidad de concentrar la orina debido a la miento sintomático adecuado y precoz es importante para
resistencia a la acción de la hormona antidiurética (arginina- prevenir las complicaciones hipernatrémicas. Se necesita una
vasopresina [AVP]). En los túbulos colectores, la AVP se une a alta ingesta de líquidos (150 ml/kg/día) para excretar la carga
su receptor V2, que desencadena la inserción de canales de agua de soluto. Los diuréticos tiazídicos (hidroclorotiazida, 2 mg/
(acuaporina 2 [AQP2]) en la membrana apical de las células kg/día o bendroflumetiazida, 50 a 100 µg/kg/día) inhiben la
principales del túbulo colector, lo que las hace ser permeables reabsorción de cloro y sodio en el túbulo contorneado distal
al agua347. Los canales de AQP2 están almacenados en el citosol. y aumentan la reabsorción tubular proximal de sodio. Como
Bajo la influencia de la hormona antidiurética son fosforilados y resultado, al túbulo colector le llega menos flujo y disminuye
redistribuidos hacia la membrana apical (luminal); esto permite el volumen de orina. También puede utilizarse amilorida (0,1
que el agua sea reabsorbida a través de un gradiente de tonicidad a 0,3 mg/kg/día). Los inhibidores de la síntesis de prostaglan-
entre el líquido tubular y el intersticio medular hipertónico, que dinas (indometacina de 1 a 3 mg/kg/día) pueden ayudar a
da lugar a una orina concentrada348,349. En la DIN, las mutaciones descender en volumen de orina. La combinación de tiazida e
en AQP2 y en su receptor provocan una menor respuesta a la indometacina, con o sin amilorida, resulta útil en los primeros
acción de la AVP. años de vida353.
Existen formas congénitas o adquiridas de DIN. Las congé- En un futuro próximo podría llegar a disponerse de varias tera-
nitas se presentan en las primeras semanas o meses de vida. Pue­ pias moleculares para la DIN. Las proteínas mutadas del recep-
den ser recesivas ligadas al cromosoma X debidas a mutaciones tor V2 con frecuencia presentan un plegamiento incorrecto,
en V2 (90%) o autosómicas recesivas por mutaciones en AQP2 lo que conduce a su atrapamiento en el retículo endoplas-
(10%)350. En una familia, la forma autosómica dominante de mático e incapacidad para alcanzar la membrana plasmática.
DIN fue mediada por una fosforilación deficiente del canal Los antagonistas de los receptores de vasopresina (vaptanes;
de agua AQP2 351. Las formas adquiridas principalmente se ej., tolvaptán) pueden actuar como chaperonas, induciendo
deben a causas renales (p. ej., uropatía obstructiva, lesión el plegamiento correcto y el transporte de la proteína a la
renal aguda, nefritis tubulointersticial, displasia renal, nefro- membrana plasmática. Estudios piloto han mostrado un des-
noptisis, enfermedad renal quística), empleo de determinados censo significativo en el volumen de orina con el uso de estos
fármacos (p. ej., litio, cidofodir, foscarnet, amfotericina B, antagonistas356. También han sido identificados otros agonistas
ifosfamida) y alteraciones electrolíticas (p. ej., hipopotasemia, no peptídicos que pueden activar a los receptores V2 mutados
hipercalcemia). En esta forma los síntomas aparecen mucho en sus localizaciones intracelulares357. Otro concepto experi-
más tarde y se caracterizan por poliuria y aumento de la fre- mental es derivar la señalización del receptor defectuoso de la
cuencia miccional352,353. vasopresina y promover el tráfico de AQP2 hacia la membrana

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2339

a través de otras vías de señalización intracelulares, como es La forma intermedia de cistinosis generalmente se presenta
la activación de las vías de la adenosina-monofosfato cíclico alrededor de los 8 años de edad, con manifestaciones debidas
(AMPc) o guanosina-monofosfato cíclico (GMPc) a través de a disfunción tubular renal. Estos pacientes también tienen un de­
los inhibidores de la fosfodiesterasa (p. ej., sindenafilo, roli- terioro progresivo de la TFG, que conduce a ERCT a los 15 años
pram), agonistas del receptor prostanoide (p. ej., butaprost) de edad. La cistinosis en el adulto es la forma más benigna.
o calcitonina. Otra aproximación terapéutica implica el uso Los pacientes por lo general están asintomáticos excepto que
de estatinas, que incrementan la expresión de las AQP2 en la presenten fotofobia o molestias oculares debido al depósito de
membrana apical358. cristales en la córnea359,360.
El diagnóstico de confirmación se realiza midiendo la concen-
tración de cistina en los leucocitos, que es más de 2 nmol de
CISTINOSIS
cistina/mg de proteína en cistinosis no tratada (el nivel normal
La cistinosis es una enfermedad metabólica caracterizada por un es <0,2 nmol). La presencia de cristales en la córnea es también
acúmulo de cistina en diferentes órganos y tejidos, lo que puede patognomónica. Además, se dispone también de estudios gené-
llegar a producir una disfunción grave del órgano. En el riñón, ticos moleculares365.
la enfermedad causa una tubulopatía global grave (síndrome
de Fanconi), que progresa a una nefropatía tubulointersticial TRATAMIENTO
fibrosante y finalmente ERCT. Se clasifica en tres formas en El tratamiento consiste en medidas generales y terapia espe-
función de la edad de presentación y gravedad de los síntomas: cífica con cisteamina para reducir la cistina. Se recomiendan
infantil (nefropática), intermedia (juvenil, de inicio tardío), y una alta ingesta de líquidos, suplementos de potasio y fosfato,
adulta (benigna, con afectación ocular)359,360. corrección de la acidosis con bicarbonato sódico o soluciones
de citrato potásico y sódico, aporte de vitamina D y hormona del
ETIOLOGÍA crecimiento (GH, growth hormone)365,366. Cuando aparece poliuria
La cistinosis nefropática es una enfermedad autosómica rece- importante, puede realizarse un ensayo con indometacina a
siva producida por mutaciones en el gen CTNS (17p13.3), que dosis de 1 a 2 mg/kg/día. En ocasiones es suficiente administrar
codifica la cistinosina, un transportador lisosomal de cistina. indometacina en una sola dosis de 1 a 2 mg/kg/día para reducir
Esta entidad se caracteriza por niveles elevados de cistina den­ poliuria y polidipsia.
tro de las células. La incidencia se estima en 1 de cada 100.000 a La introducción de cisteamina oral marcó la ventaja de la
200.000 nacidos vivos 359. Aunque la acumulación de cistina terapia farmacológica específica para cistinosis. Este fármaco
debido a su transporte alterado a través de la membrana es la reacciona con la cistina intralisosomal para formar cisteína y
primera lesión patogénica, numerosas funciones lisosomales disulfuro mixto de cistina-cisteamina, y ambos quedar libres
adicionales parecen verse afectadas. Se han encontrado acúmulos en el lisosoma. El tratamiento con cisteamina puede reducir el
de autofagosomas en células y aumento de la actividad plas- contenido de cistina intracelular en un 95%. En niños mayores
mática citotrioxidasa, indicando el estrés lisosomal en niños de 12 años o que pesen menos de 50 kg, la dosis de manteni-
con cistinosis. La exploración de las vías celulares más allá de la miento recomendada es de 1,3 g/m2/día dividida en cuatro
acumulación de cistina es un desafío importante para la inves- dosis iguales. Para pacientes más mayores, la dosis máxima
tigación de esta entidad361. recomendada es 2 g/día365. Debe comenzarse tratamiento tan
pronto como sea posible después de diagnosticar la enferme-
HALLAZGOS CLÍNICOS dad. En recién nacidos, por lo general se administra vía son-
La cistinosis infantil es el fenotipo más frecuente y más grave. da nasogástrica. Han de medirse con regularidad los niveles
Los pacientes generalmente están asintomáticos al nacimiento leucocitarios de cistina para monitorizar la eficacia del trata-
y se desarrollan normalmente durante los primeros meses de miento, con un objetivo de menos de 1 nmol de cistina/mg de
vida. Típicamente alrededor de los 6 meses de edad, suelen proteína365.
mostrar falta de desarrollo, vómitos, estreñimiento, poliuria, Desde hace poco tiempo se dispone de una formulación de
sed excesiva, deshidratación y algunas veces raquitismo360. liberación retardada de cisteamina, con cubierta entérica, para
Estos síntomas son debidos al síndrome de Fanconi, que se la administrarla dos veces al día (Procisbi). Es tan eficaz en
caracteriza por una pérdida inapropiada urinaria de agua, la reducción del nivel de cistina en los leucocitos como la cis-
aminoácidos, fosfato, bicarbonato, glucosa, sodio, potasio, teamina de liberación inmediata367,368.
proteínas de bajo peso molecular y otros solutos como con- El trasplante renal restaura la función renal exitosamente.
secuencia de una reabsorción deficitaria tubular renal proxi- Aunque la enfermedad no afecta al injerto, aparte de depósitos
mal359-361. Los pacientes que no reciben tratamiento desarrollan esporádicos de cristales de cistina en el intersticio, las compli-
ERC durante la infancia temprana, y progresan a ERCT en la caciones del defecto metabólico progresan en todos los otros
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

primera década de la vida. Además, el curso espontáneo de tejidos afectados360.


la cistinosis destaca por numerosas complicaciones extrarre-
nales, como retraso grave en el crecimiento, hipotiroidismo, PRONÓSTICO
hipogonadismo con retardo en la pubertad, intolerancia a la Los niños que no reciben tratamiento tienen deshidratación y
glucosa, diabetes mellitus, disfagia, miopatía distal, depósitos desequilibrio electrolítico que ponen en riesgo la vida. A los 10
progresivos de cristales a nivel de córnea y opacidad, anemia años de edad aparece la ERCT362, tienen un retraso grave en el
relacionada con fibrosis de médula ósea y calcificaciones vas- crecimiento y desarrollan excesivas manifestaciones extrarrenales
culares 362,363. La peculiar y grave falta de crecimiento en la durante la segunda a tercera década de la vida, que suele limitar
cistinosis infantil es multifactorial. No es solamente debida la expectativa de vida a menos de 30 años. Este pronóstico funesto
a una menor función renal, sino también probablemente ha cambiado totalmente con la llegada de la cisteamina, que ha pro­
por el depósito directo de cristales de cistina en las placas bado su eficacia en cuanto a retrasar el deterioro glomerular,
de crecimiento. Esto además se agrava por malnutrición y aumentar el crecimiento, prevenir el hipotiroidismo y reducir
alteración en el balance electrolítico que provoca raquitismo el contenido de cistina muscular363,369,370. El inicio precoz de
y acidosis metabólica, hipotiroidismo y tratamiento esteroideo la terapia es el predictor más importante de preservación de la
después del trasplante363,364. función renal y del crecimiento normal o casi normal en niños

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2340 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

con cistinosis363,370 (fig. 74.10). La sorprendente eficacia clínica factores de riesgo ambientales, como cambios en la dieta y
del tratamiento con este fármaco oral hace que el diagnós- obesidad, en comparación con la constante predisposición
tico precoz y el tratamiento de la cistinosis nefropática sean genética380.
imperativos. Cada esfuerzo debe ser realizado para poder
identificar a individuos con esta enfermedad en sus primeros ANOMALÍAS METABÓLICAS URINARIAS
años de vida. Para un adecuado crecimiento y desarrollo son Hipercalciuria
también requisitos fundamentales una prevención cuidadosa
y la corrección de los déficits nutricionales y metabólicos junto La hipercalciuria, que puede ser diagnosticada midiendo la
con el tratamiento del hipotiroidismo364. Si la terapia con cis- excreción de calcio en orina de 24 horas o el cociente calcio/
teamina, una nutrición adecuada y suplementación electrolítica creatinina en una muestra simple de orina, es la anomalía
no previenen el retraso del crecimiento, debería comenzarse metabólica más frecuente asociada con litiasis en niños381. El
a administrar GH durante el curso de la enfermedad, porque índice de excreción de calcio en orina está aumentado en los
está demostrado que es eficaz y segura en niños con cistinosis formadores recurrentes de litiasis, especialmente cuando se
nefropática366. hace referencia al citrato382. El riesgo de urolitiasis en los niños
con hipercalciuria idiopática varía entre el 0% y el 16%383.
Es digno de mención que los cocientes electrolito/soluto en
una muestra de orina varían inversamente con la edad en este
UROLITIASIS Y NEFROCALCINOSIS grupo de población, mientras que las tasas de excreción en 24 ho­
ras normalizadas a la superficie corporal son constantes en el
EN NIÑOS
rango de edad pediátrica (tabla 74.6)384-386. La hipercalciuria
puede ser absortiva, renal o resortiva. La anomalía primaria
Los factores ambientales, los tipos de dieta o un defecto meta-
en la absortiva se debe a un aumento de absorción intestinal
bólico subyacente pueden alterar los mecanismos fisiológicos
de calcio. La denominación hipercalciuria renal se refiere a la
que impiden la formación de cristales, su agregación y retención
alteración en la reabsorción tubular renal de calcio. La resortiva
en orina, y la consecuencia es una tendencia a formar cálculos
aparece en individuos con hiperparatiroidismo primario383.
renales371.
En la figura 74.11 se muestra el algoritmo diagnóstico para
Aunque la enfermedad renal por cálculos (uro- o nefrolitiasis)
niños con hipercalciuria387.
afecta aproximadamente del 3 al 5% de la población general372,
solamente el 2-3% de los individuos que forman cálculos son Hiperoxaluria
niños373. Las litiasis en el tracto urinario representan 1 de cada
1.000 a 7.600 hospitalizaciones de niños en Estados Unidos. La hiperoxaluria aparece en el 10-20% de niños con nefrolitia-
Los porcentajes de hospitalización están aumentando, posi- sis378. Los valores de corte que definen a esta entidad aparecen
blemente debido a mejores técnicas radiográficas, aumento de en la tabla 74.6 384,385. La hiperoxaluria idiopática es la causa
la supervivencia de neonatos prematuros que toman fármacos más frecuente de cálculos de oxalato en niños. El aumento en
que producen nefrocalcinosis, cambios en los hábitos dietéticos la excreción urinaria es debido a un aumento en su producción
(p. ej., aumento de la ingesta de sodio y proteínas) y una mayor o una absorción gastrointestinal incrementada.
prevalencia de obesidad374-376. Las formas primarias se describen con más detalle posterior-
La nefrocalcinosis, que puede afectar a la médula, la corteza mente (v. «Hiperoxaluria primaria»). La hiperoxaluria secun-
o ambas, se caracteriza por depósitos de sales de calcio en los daria es más frecuente y puede ser causada por un aumento
túbulos, epitelio tubular o tejido intersticial. Las causas más en la ingesta de oxalato o sus precursores, como vitamina C,
frecuentes son la administración de furosemida, ATR distal, deficiencia de piridoxina e ingestión de metilenglicol o metoxi-
hiperparatiroidismo, espongiosis medular renal, raquitismo fluorano, que se metabolizan a oxalato384. La hiperoxaluria
hipofosfatémico, sarcoidosis, necrosis cortical, hiperoxaluria, entérica se da en situaciones como la enfermedad inflamatoria
inmovilización prolongada, síndrome de Cushing e hiperuri- intestinal, resección amplia intestinal, insuficiencia pancreática
cosuria. y enfermedad biliar, en la que hay mala absorción gastrointes-
En niños, los cálculos del tracto urinario superior están tinal de ácidos grasos. El exceso de estos últimos se une al calcio
compuestos de oxalato cálcico en el 40-60% de los casos, en de la luz intestinal, con lo que aumenta la fracción de oxalato
un 15-25% son de fosfato cálcico, mixtos de oxalato cálcico libre disponible para la absorción entérica. Es recomendable
y fosfato en el 10-25%, los de fosfato amónico magnésico para estos casos, si es posible, intensificar el tratamiento de
aparecen en el 17-30%, de cistina un 6-10% y de ácido úri­ la enfermedad subyacente, reducir el oxalato y las grasas de la
co del 2-10%377. dieta, utilizar suplementos de calcio y aumentar la ingesta de
líquidos384.

Hipocitraturia
FACTORES DE RIESGO PARA LA FORMACIÓN
El citrato inhibe la precipitación formando complejos con calcio,
DE CÁLCULOS
aumentando la solubilidad de este en la orina e inhibiendo la
En el 75-85% de los niños con nefrolitiasis se identifica un factor agregación de los cristales de fosfato y oxalato cálcicos. Acon-
de riesgo subyacente, como anomalías metabólicas urinarias tece en el 10% de los niños con litiasis renal388 y puede ser más
(p. ej., hipercalciuria, hiperfosfaturia, hiperoxaluria, hipoci- importante que la hipercalciuria en la formación de cálculos en
traturia, hiperuricosuria, cistinuria, bajo volumen de diuresis, determinadas regiones del mundo (p. ej., Turquía)389. Las causas
defectos en la acidificación de la orina), ITU y/o alteraciones propuestas son la ingestión de una dieta rica en proteínas y los
estructurales del tracto urinario y renales377-379. factores poligénicos.
Las causas de alteraciones metabólicas y cálculos renales son
múltiples y dependen de la interacción de factores ambientales, Hiperuricosuria
anatómicos y genéticos. Los principales factores de riesgo para Se detecta hiperuricosuria en el 2 al 8% de niños con nefroli-
la formación de litiasis se resumen en la tabla 74.5 380. Se ha tiasis. La excreción de ácido úrico es más alta en recién nacidos
sugerido que existe un papel cada vez más importante de los y permanece elevada en la niñez y hasta la adolescencia. En

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2341
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 74.10  A y D. Evolución de la concentración de la creatinina sérica en niños con cistinosis tratados con cisteamina antes o después de los
2,5 años de edad. Las líneas discontinuas indican los percentiles 3, 50 y 97 de la población de referencia. B, C, E y F, Diagramas de crecimiento
para los mismos pacientes. (De Greco M, Brugnara M, Zaffanello M, et al: Long-term outcome of nephropathic cystinosis: a 20-year single-center
experience. Pediatr Nephrol 25:2459-2467, 2010.)

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2342 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Tabla 74.5 Principales factores de riesgo para la formación de litiasis en niños

Parámetro Tipo de cálculo

1. Componentes urinarios, absorción Litiasis cálcicas


Exceso de solutos (calcio, oxalato, ácido úrico, cistina) Hipercalciuria Riñón en herradura
Disregulación del pH urinario Hiperparatiroidismo Hiperoxaluria (oxalato cálcico)
Deshidratación Acidosis tubular renal distal, Hiperoxaluria primaria
Bajo volumen de orina tipo 1 (fosfato cálcico) tipos 1 y 2
Disminución de los inhibidores de la formación de cálculos Sarcoidosis Hiperoxaluria secundaria
(p. ej., citrato, magnesio, pirofosfato, proteína de Administración de furosemida (aumento de la ingesta
Tamm-Horsfall, nefrocalcina, osteopontina/uropontina, Exceso de vitamina D o incremento de la absorción
bikunina, factor del trébol urinario 1, fragmento Inmovilización de oxalato)
protrombínico 1) Administración de corticosteroides Hiperoxaluria entérica
Disregulación del pH urinario Enfermedad de Cushing Malabsorción de grasas
Espongiosis medular renal Enfermedad intestinal crónica
Poliquistosis renal autosómica Fibrosis quística
dominante Resección intestinal
Hiperuricosuria
Hipocitraturia
2. Dieta, producción de solutos Litiasis de ácido úrico
Dieta rica en proteínas de origen animal Hiperuricosuria
Dieta con alto contenido en fructosa Síndrome Lesch-Nyhan
Aumento de la producción de ácido úrico Trastornos mieloproliferativos
Post-quimioterapia
Hemólisis
Enfermedades por depósito de glucógeno
3. Consideraciones anatómicas Litiasis de estruvita (fosfato amónico magnésico)
Anomalías del tracto urinario que producen infecciones Infección del tracto urinario (microorganismos que desdoblan la urea)
urinarias Ectasia urinaria (p. ej., vejiga neurógena, ileostomías, megauréter,
distensión vesical)
4. Alteraciones enzimáticas Cálculos de cistina: cistinuria
Cálculos de oxalato: hiperoxaluria primaria

Adaptada de Sayer JA: Renal stone disease. Nephron Physiol 118:35-44, 2011.

recién nacidos, la excreción urinaria normal es tan alta que los procedimiento del conducto ileal384,390. Las uropatías obstructivas
cristales pueden precipitar en los pañales y ser identificados también provocan ectasia local de la orina (p. ej., obstrucción
erróneamente como sangre. La tabla 74.6 muestra los valores de grave de la unión ureteropélvica), pudiendo predisponer a la
referencia específicos para cada edad. El aumento de excreción formación de cálculos.
urinaria de ácido úrico es debido a una mayor excreción renal
o un aumento en su producción.
En la niñez, los cálculos de ácido úrico puro por lo general PRESENTACIÓN CLÍNICA Y TRATAMIENTO
son debidos a una sobreproducción en el contexto de un sín- DE LA NEFROLITIASIS
drome de lisis tumoral, enfermedades linfoproliferativas o
trastornos genéticos muy poco frecuentes (p. ej., síndrome HALLAZGOS CLÍNICOS
de Lesch-Nyhan, enfermedades por depósito de glucógeno). Normalmente los niños más pequeños tienen hematuria o ITU
También se han asociado una dieta rica en purinas y la hemó- en el momento de su presentación. Es más probable que los
lisis384,390. adolescentes desarrollen litiasis ureterales y normalmente tienen
crisis renoureterales391 si el cálculo está en la pelvis renal, el cáliz
FACTORES DE RIESGO ANATÓMICOS E INFECCIOSOS o el uréter, provocando una obstrucción aguda. Si se localiza
En el 20-25% de los niños las ITU se asocian a nefrolitiasis. La en el uréter distal, el niño puede presentar síntomas irritativos
infección por organismos que desdoblan la urea (más a menudo de disuria, urgencia miccional y polaquiuria. Los cálculos en la
Proteus spp.) producen alcalinización de la orina y una excesiva vejiga pueden ser asintomáticos. Y los que se hallan en la uretra,
producción de amonio, lo que puede conducir a la precipitación pueden provocar disuria y dificultad para la micción.
de fosfato amónico magnésico (estruvita) y fosfato cálcico. A
menudo, los cálculos tienen un aspecto coraliforme y ocupan DIAGNÓSTICO
los cálices. Se suelen ver en niños con disfunción vesical neuro- La presencia de cristales de cistina hexagonales incoloros en
pática, especialmente aquellos que han sido sometidos a algún la orina es diagnóstico de cistinuria. Cristales abundantes de

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2343

Tabla 74.6 Valores normales de la tasa de excreción de solutos en pediatría

Soluto Cociente soluto/Cr Cociente soluto/Cr Excreción en orina de 24 horas

Calcio mol/mol g/g 0,1 mmol/kg (4 mg/kg)


<1 año <2,2 <0,8
1-3 años <2,5 <0,5
3-5 años <1,1 <0,4
5-7 años <0,8 <0,3
>7 años <0,6 <0,2
Oxalato µmol/mmol µg/mg <0,5 mmol/1,73 m2 (<45 mg/1,73 m2)
<1 año 15-260 12-207
1-5 años 11-120 9-96
5-12 años 60-150 47-119
>12 años 2-80 1,6-64
Glicolato µmol/mmol µg/mg < 0,5 mmol/1,73 m2 (<45 mg/1,73 m2)
<1 año 8-70 5-47
1-5 años 6-91 4-61
5-12 años 6-46 4-31
>12 años 4-40 3-27
Glicerato µmol/mmol µg/mg
0-5 años 13-190 12-177
>5 años 22-123 19-115
Cistina mmol/mol mg/g < 10 años: <55 µmol/1,73 m2
<1 mes <85 <180 >10 años: <200 µmol/1,73 m2
1-6 meses <53 <112 Adultos: <250 µmol/1,73 m2
>6 meses <18 <38
Ácido úrico mol/mol g/g Desde el 1er año de edad:
<1 año <1,5 <2,2 <815 mg/1,73 m2/24 h
1-3 años <1,3 <1,9
3-5 años <1,0 <1,5
5-10 años <0,6 <0,9
>10 años <0,4 <0,6
Citrato mol/mol g/g > 0,8 mmol/1,73 m2 (>0,14 g/1,73 m2)
0-5 años >0,12-0,25 0,20-0,42
>5 años >0,08-0,15 0,14-0,25

Adaptada de las referencias 384-386.

oxalato cálcico, con forma de sobre, sugieren hiperoxaluria. y composición (si se conoce) y de la presencia de obstrucción,
Deben medirse niveles séricos de calcio, fósforo, fosfatasa alcali- infección o ambas. La mayor parte de litiasis menores de 5 mm
na, creatinina, ácido úrico y electrolitos, además de anión gap, y pasarán espontáneamente, incluso en niños pequeños. La
se recomienda realizar estudio de hipercalciuria, hiperoxaluria, hidratación aumenta el flujo urinario y facilita el avance del
hiperuricosuria y cistinuria. cálculo.
Para visualizar los cálculos se emplean ecografía, radiogra- La administración de bloqueantes α-adrenérgicos disminuye
fía simple y tomografía computarizada (TC) helicoidal sin la presión ureteral y desciende la frecuencia de contracciones
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

contraste. En niños más pequeños, la ecografía debe ser la peristálticas del uréter obstruido. La experiencia en pacientes
primera opción debido a la preocupación por la exposición adultos sugiere también que los bloqueantes de los canales de
a radiación392. Sin embargo, los cálculos menores de 5 mm, calcio, con o sin esteroides, facilitan el avance del cálculo396.
concreciones papilares o caliciales y litiasis ureterales pueden Aunque el empleo de estos fármacos en niños se ha descrito
escaparse a la detección por ultrasonidos393. La TC helicoidal anecdóticamente, su seguridad y eficacia no están demos-
sin contraste es la modalidad más sensible para detectar peque- tradas397.
ñas litiasis renales o ureterales radiolúcidas en niños 375,394 y La eliminación de litiasis por métodos intervencionistas está
proporcionar información adicional sobre una obstrucción o indicada para casos con dolor debilitante grave y refractario a
anomalía estructural395. terapia analgésica parenteral, obstrucción urinaria significati-
va (que requiere eliminación urgente del cálculo), litiasis de
TRATAMIENTO estruvita e ITU asociadas y en niños que no han conseguido
Los episodios de dolor cólico deben tratarse con fármacos que avance el cálculo a las 2 semanas. Las opciones de trata-
analgésicos. En un niño con un cálculo renal o ureteral la deci- miento intervencionista incluyen litotricia extracorpórea por
sión de extraer la litiasis depende de su localización, tamaño ondas de choque, nefrolitotomía percutánea y ureteroscopia.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2344 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.11  Algoritmo diagnóstico de los trastornos monogénicos de litiasis hipercalciúricas. (De Stechman MJ, Loh NY, Thakker RV:
Genetic causes of hypercalciuric nephrolithiasis, Pediatr Nephrol 24:2321-2332, 2009.)

La litotricia se ha empleado con éxito en niños con cálculos monogénicas tan poco frecuentes, también se analizarán la cis-
renales y ureterales menores de 2 cm, con un porcentaje de tinuria y la hiperoxaluria primaria, que son las enfermedades
éxito de más del 75%398. Si son superiores a 2 cm de diámetro, normocalciúricas más frecuentes que favorecen la formación
se recomienda ureteroscopia con litotricia399. En determinadas de cálculos387.
situaciones, la colocación de un stent ureteral proporciona
un alivio del dolor y dilata el uréter lo suficientemente para NEFROLITIASIS HIPERCALCIÚRICAS
permitir el paso del cálculo. Síndrome de Bartter
La alcalinización de la orina y el mantenimiento de un alto El síndrome de Bartter es un grupo heterogéneo de enfer-
volumen urinario son métodos efectivos para además prevenir medades que afecta al equilibrio electrolítico caracterizado
la formación de cálculos. por alcalosis metabólica hipocalémica, pérdida renal de sal,
En niños con hipercalciuria es necesario reducir en parte la hiperaldosteronismo hiperreninémico, aumento en la excre-
ingesta de sodio y calcio de la dieta. Los diuréticos tiazídicos ción urinaria de prostaglandinas e hipercalciuria con nefro-
también disminuyen la excreción renal de calcio. Además es calcinosis402. Está asociado con mutaciones en determinados
beneficioso el citrato potásico, inhibidor de litiasis cálcicas, a transportadores de iones y canales, y en la actualidad están
una dosis de 1 a 2 mEq/kg/24 horas. En individuos con litiasis reconocidos seis tipos 402 (v. más adelante «Enfermedades
por ácido úrico, el alopurinol es eficaz400. afines a síndrome de Bartter» y, para un análisis más detallado,
el cap. 45).
NEFROLITIASIS Y ALTERACIONES GENÉTICAS Enfermedad de Dent
La hipercalciuria se encuentra en aproximadamente en el 40% La enfermedad de Dent es una afectación tubular renal ligada
de los pacientes pediátricos con litiasis381. Hasta el 65% de los al cromosoma X, recesiva, caracterizada por nefrocalcino-
individuos con cálculos por hipercalciuria tienen una historia sis hipercalciúrica, nefrolitiasis, proteinuria de bajo peso
familiar positiva de nefrolitiasis401, con herencia como un rasgo molecular y finalmente insuficiencia renal 403. Puede asociarse
cuantitativo monogénico o, más comúnmente, poligénico. Los también con síndrome de Fanconi. Con la excepción del
estudios en humanos de estas formas monogénicas han ayudado raquitismo, que aparece en una minoría de pacientes, no
a identificar un número de transportadores, canales y recepto- parece haber manifestaciones extrarrenales403. El gen causante
res que participan en la regulación de la reabsorción tubular de la enfermedad es CLCN5, que codifica el intercambiador
renal de calcio. Además de estas entidades hipercalciúricas cloro-protón ClC 5404, que se expresa fundamentalmente en

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2345

el riñón, y, en particular, en el túbulo proximal, rama ascen- estrechas celulares renales denominada paracelina (claudina
dente gruesa del asa de Henle y en las células intercaladas α 16). A menudo el diagnóstico pasa desapercibido a menos que
del túbulo colector. Los defectos en ClC 5 producen una se determinen los niveles de magnesio en suero y orina. En la
endocitosis defectuosa dentro del túbulo renal, que conduce actualidad no existe tratamiento eficaz. El riesgo de progresión a
a hipercalciuria e hiperfosfaturia, con la formación de litiasis ERCT es alto412. El tratamiento consiste principalmente en hidro-
cálcica384,405. clorotiazida y suplementos orales de magnesio; sin embargo,
esto no parece prevenir precozmente la ERCT413. La HFHN es
Síndrome oculocerebrorrenal (síndrome de Lowe) genéticamente heterogénea debido a que las mutaciones en otro
El síndrome oculocerebrorrenal (síndrome de Lowe) es una gen que codifica la proteína de las uniones estrechas claudina 19
enfermedad recesiva ligada al cromosoma X caracterizada por producen un fenotipo renal y esquelético similares414. Además
cataratas congénitas, deficiencia mental, hipotonía muscular, de HFHN, los defectos en CLDN19 provocan miopía grave, nis-
raquitismo, y defecto tubular proximal en la reabsorción de tagmo o coloboma macular, que han llevado a denominar la
bicarbonato, fosfato y aminoácidos. La hipercalciuria, la nefro- enfermedad relacionada con CLDN19 como HFHN con afecta-
calcinosis y la litiasis están bien descritas 406. La enfermedad ción ocular grave.
manifiesta casi siempre se limita a los niños, que desarrollan
disfunción renal en el primer año de vida y tienen retraso en la NEFROLITIASIS NO HIPERCALCIÚRICAS
edad ósea y una estatura reducida. A medida que van pasando los Cistinuria
años es típica la insuficiencia renal progresiva407. Las mujeres por-
tadoras, que tienen una función renal y neurológica normales, La cistinuria es una causa poco frecuente de litiasis renal autosó-
pueden ser identificadas en el 80% de los casos por opacidades mica recesiva que se caracteriza por una reabsorción deficiente
puntiformes en la corteza del cristalino. de cistina y otros aminoácidos (p. ej., ornitina, arginina, lisina)
La deficiencia de OCRL1 (proteína 1 del síndrome oculocere- a nivel del borde en cepillo de las células del túbulo proximal
brorrenal), que es el resultado del gen del síndrome de Lowe, renal. La mayoría de los casos de cistinuria clásica (tipo A) se
provoca disrupciones en el tráfico lisosomal y en la clasificación deben a mutaciones en el gen SLC3A1. Los individuos hetero-
de los endosomas. El fosfatidilinositol 4,5 bifosfato, que es el cigotos tienen una excreción normal de aminoácidos dibásicos.
sustrato preferido de la OCRL1, se acumula en las células del Las mutaciones en SLC7A9 son las responsables de los tipos II
túbulo renal proximal de los pacientes con síndrome de Lowe408. y III (tipo B)384,415. La herencia digénica (un alelo mutado cada
uno en SCL3A1 y SLC7A9) no es suficiente para inducir la for-
mación de cálculos416. La diferenciación genética ofrece poca
Hipocalcemia autosómica dominante con hipercalciuria.  La
ventaja clínica debido a que los diferentes subtipos no parecen
hipocalcemia autosómica dominante con hipercalciuria (HADH)
correlacionarse con la gravedad de la enfermedad o con la res-
es una enfermedad por cálculos asociada con mutaciones que
puesta al tratamiento416,417.
activan al receptor sensible al calcio (RSCa). Estos pacientes
La media de edad de inicio de la nefrolitiasis es de 12 años,
por lo general tienen una leve hipocalcemia que suele ser asin-
pero los cálculos pueden incluso aparecen en la infancia418.
tomática, pero algunos de ellos sufren espasmos carpopedales
Normalmente el diagnóstico está basado en la historia familiar,
y convulsiones. Los niveles de fosfato sérico están elevados o en
análisis del cálculo y en la identificación en el análisis de orina
el límite superior de la normalidad, los de magnesio son bajos
de cristales de cistina hexagonales patognomónicos. En los
o bajo-normales y los de la parathormona bajo-normales. Se ha
sujetos que forman cálculos por primera vez, la orina debe
descrito que el tratamiento con metabolitos activos de la vitami­
ser examinada para cistina utilizando el test de cianuro-nitro-
na D para corregir la hipocalcemia produce hipercalciuria marca-
prusiato (fig. 74.12). Un resultado positivo es indicativo de
da, nefrocalcinosis, nefrolitiasis y alteración renal, que fueron
una concentración de cistina mayor de 75 mg/dl419, y después
parcialmente revertidos después del cese del tratamiento con
debe llevarse a cabo un test cuantitativo para cistina (HPLC,
vitamina D. Por lo tanto, es importante identificar a pacientes
high-performance liquid chromatography, cromatografía líquida
con HADH y a sus familiares, en los que la hipocalcemia se
colorimétrica o de alta resolución)420. Recientemente se ha
debe a una mutación de ganancia de función en la mutación
propuesto un método para estimar el potencial de formación
RSCa y no a hipoparatiroidismo, y para restringir el uso de vita­
de cálculos como herramienta para monitorización (capaci­
mina D387,384,409.
dad de cistina)416.
El límite superior de la excreción diaria de cistina aumen-
Raquitismo hereditario hipofosfatémico asociado a hipercal- ta de 13 mg/1,73 m 2 en los niños más pequeños hasta
ciuria.  El raquitismo hereditario hipofosfatémico asociado 60 mg/1,73 m2 en adultos (v. tabla 74.6). A modo de compara-
a hipercalciuria se debe a mutaciones en el cotransportador ción, los pacientes con cistinuria generalmente excretan más
sodio-fosfato tipo 2C y se presenta con raquitismo, baja esta-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

de 400 mg/día384,421. Los individuos heterocigotos y pacientes


tura, un aumento del aclaramiento renal de fosfato, hiper- con síndrome de Fanconi eliminan menos de 250 mg/día y
calciuria con niveles séricos normales de calcio, aumento de normalmente no forman cálculos debido a que las concen-
la absorción gastrointestinal de calcio y fosfato debido a un traciones urinarias de cistina permanecen dentro del rango
aumento de los niveles séricos de 1,25-hidroxivitamina D, de solubilidad.
función paratiroidea anulada y una excreción urinaria normal Medidas generales, como ingesta de líquidos, alcalinización
de AMPc384,410. de la orina con citrato potásico o solución de Shohl422 y reducir
la ingesta de sodio en la dieta puede ser útil para prevenir la
Hipomagnesemia familiar con hipercalciuria recurrencia de estos cálculos.
y nefrocalcinosis En los casos refractarios, la α-mercaptopropionilglicina, que
El síndrome de hipercalciuria familiar e hipomagnesemia con forma un dímero soluble con cistina, administrado oralmente
pérdida renal de magnesio (HFHN, hipomagnesemia familiar a dosis de 10 a 15 mg/kg/día, puede reducir la formación de
con hipercalciuria y nefrocalcinosis) provoca nefrocalcinosis nuevas litiasis e incluso disolver las existentes423. Otro fármaco
progresiva con insuficiencia renal411. Está causado por una muta- importante es D-penicilamina, un quelante que se une a la cis-
ción del gen CLDN16 que codifica la proteína de las uniones teína u homocisteína, aumentando la solubilidad del producto.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2346 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.12  Cistinuria. A, Litiasis múltiples en la placa de rayos-X. B, Prueba de nitroprusiato positiva. Hiperoxaluria primaria tipo 1.
C, Riñones severamente ecogénicos debido a oxalosis. D, Angulación de la tibia y el peroné que produce un defecto de arqueamiento y
mineralización de los huesos metatarsianos. E, Cristales de oxalato diseminados en las luces de los túbulos de un aloinjerto renal. F, Cristales
de oxalato bajo luz polarizada.

Dado que ambos compuestos pueden producir toxicidad en los que se caracterizan por un aumento de producción y excreción
podocitos, debe monitorizarse la proteinuria. La N-acetilcisteína urinaria de oxalato. Existen tres tipos: HP tipos 1, 2 y 3. El tipo 1
parece tener menor toxicidad y puede ser eficaz, pero no existe es la forma más devastadora y el tipo 3 el menos grave. Sin embar-
aún experiencia a largo plazo. El captopril también forma díme- go, algunas veces los tipos 1 y 2 no pueden distinguirse en rela-
ros solubles con cistina384. La bucilamina, un compuesto ditiol, ción a la edad de inicio y, en determinados casos, el tipo 2 se
es otra alternativa prometedora424. Debido a que estos fármacos asume como si fuera tipo 1. Las dos formas pueden diferenciarse
tienen efecto antipiridoxina, deben aportarse suplementos de bioquímicamente valorando la excreción urinaria de glicolato y
vitamina B6. ácido L-glicérico, respectivamente385,425.
La HP tipo 1 se debe a mutaciones en el gen AGXT, que
Hiperoxaluria primaria codifica para la enzima hepática perilisosomal alanina glioxilato
Las hiperoxalurias primarias (HP) son enfermedades metabó- aminotransferasa (AGT)426,427. La AGT metaboliza el precursor
licas muy poco frecuentes con herencia autosómica recesiva del oxalato glioxilato a glicina, que posteriormente se meta-

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2347

boliza a serina. Un déficit en la actividad de la AGT provoca durante el tiempo que la TFG esté preservada) para inhibir la
un fallo en la detoxificación de glioxalato, que es oxidado a precipitación de oxalato cálcico. Altas dosis de piridoxina (de 5
oxalato o reducido a glicolato. La presencia de actividad AGT a 20 mg/kg/día) resultan útiles para anticipar la respuesta a la
en muestras de biopsia hepática no descarta el diagnóstico de piridoxina; los genotipos Gly170Arg, Phe152Ile e Ile244Thr se
hiperoxaluria primaria tipo 1 porque las enzimas que están asocian con una reducción sostenida de niveles de oxalato en
mutadas pueden ser mal dirigidas a las mitocondrias en lugar orina con la administración de piridoxina, lo que conduce a un
de a los peroxisomas. mejor pronóstico global385.
Estas medidas terapéuticas son más eficaces si se comienzan a
Hiperoxaluria primaria tipo 1.  Normalmente los pacientes con una edad temprana, antes de que la función renal se vea signifi-
HP tipo 1 desarrollan nefrolitiasis grave y nefrocalcinosis, con in­ cativamente dañada. En un estudio multicéntrico retrospectivo,
suficiencia renal progresiva. Sin embargo, existe una enorme 20 de 22 niños con HP (edad media de diagnóstico 2,4 años)
variabilidad fenotípica, que va desde nefrocalcinosis neonatal que fueron tratados con tratamiento médico no requirieron
a litiasis renales aisladas que se inician en la edad adulta428. terapia renal sustitutiva durante una media de seguimiento de
Los primeros síntomas de esta entidad ocurren antes del año 8,7 años437.
de edad en el 15% de los pacientes y antes de los 5 años en El aclaramiento dialítico de oxalato conseguido con la hemo-
el 50%429. Es la responsable de aproximadamente el 1% de diálisis estándar o la diálisis peritoneal no es suficiente para
casos de ERCT en niños429. La velocidad de progresión varía. compensar el aumento de síntesis de oxalato en pacientes con
Determinadas mutaciones en AGXT permiten una actividad HP tipo 1 debido a que durante el mantenimiento de la terapia
enzimática residual430, y en algunos casos, dicha actividad enzi- sustitutiva renal hay oxalosis progresiva tisular. Los protocolos
mática residual puede estimularse con el cofactor piridoxina, basados en diálisis de alta intensidad con más de 40 horas de
que promueve la conversión de glioxilato a glicina más que a hemodiálisis/semana y/o hemodiálisis combinada y diálisis peri-
oxalato. La HP tipo 1 causada por esta mutación se caracteri- toneal se han utilizado en pacientes individualmente, pero en el
za por tener un curso clínico menos grave. La forma infantil mejor de los casos pueden ralentizar la progresión de oxalosis
más maligna aparece como oxalosis masiva parenquimatosa sistémica, debido a que la movilización de la gran reserva de
y nefrocalcinosis y progresión acelerada a la ERCT en pocos oxalato tisular conduce a un rápido depósito de cristales en el
meses, normalmente sin formación de cálculos431. Los niños trasplante (v. fig. 74.12) y la pérdida de la función del injerto.
más mayores presentan cálculos de oxalato cálcico bilaterales Ello puede ser una opción para pacientes muy seleccionados
y radiopacos. En algunos pacientes, la enfermedad no se iden- con actividad enzimática residual que responden a piridoxina
tifica hasta la edad adulta, cuando el individuo acude ya para y con mínimo depósito tisular de oxalato438 y para aquellos indivi-
tratamiento de la ERCT384,432,433. duos adultos con formas de inicio tardío de la enfermedad. El
La oxalosis sistémica ocurre cuando los niveles de oxalato trasplante hepático cura la HP porque los enzimas defectuosos
en suero aumentan a medida que la función renal se va dete- se expresan exclusivamente en este órgano. Se recomienda
riorando y se compromete su aclaramiento renal. En la fase trasplante hepático aislado si el diagnóstico se realiza antes de
de oxalosis sistémica, los depósitos de cristales se localizan en que haya ocurrido un daño significativo en la función renal
diversos tejidos, incluidos esqueleto, corazón, vasos sanguíneos, (p. ej., TFG >40 a 50 ml/min/1,73 m2). En niños con ERC
articulaciones, retina y piel384, con consecuencias funcionales estadio 3 o 4, se puede considerar la estrategia de un trasplante
devastadoras. secuencial, con vigilancia de la evolución de la función renal
Para el diagnóstico de HP tipo 1 es fundamental una excreción después del trasplante hepático439. En pacientes con ERC esta­
considerable de oxalato en orina (>0,7 mmol [90 mg]/1,73 m2/ dio 4, el tratamiento de elección es el trasplante combinado
día). A modo de comparación, la excreción normal es menor hígado-riñón439,440.
de 0,5 mmol/l (45 mg)/1,73 m2/día 384,385,434. La excreción de La terapia probiótica con Oxalobacter formigenes, una bacteria
glicolato se encuentra elevada en dos tercios de pacientes con intestinal que degrada el oxalato, se ha probado recientemente
HP tipo 1 pero también puede verse incrementada en la HP en un EAC con placebo por su potencial para promover la excre-
tipo 3. Las determinaciones de niveles de oxalato en plasma ción intestinal de oxalato, pero con resultados decepcionantes441.
deber reservarse para pacientes con enfermedad renal crónica
estadio 3b, debido a que los niveles permanecen relativamente Hiperoxaluria primaria tipo 2.  La HP tipo 2 está producida por
normales hasta que la función renal se encuentra significativa- mutaciones en el gen GRHPR, que codifica la glioxilato reduc-
mente dañada385. tasa/hidroxipiruvato reductasa (GRHPR) 442. Por lo general
Es frecuente el retraso en su diagnóstico (40% de los tiene un curso más benigno que la HP tipo 1. Normalmente,
pacientes), con un promedio de tiempo de 3,4 años después primero se manifiesta con litiasis recurrentes de oxalato durante
de la aparición de los síntomas432. El diagnóstico debe sospe­ la adolescencia. La ERC progresiva sucede en aproximadamen­
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

charse en paciente con litiasis recurrentes de calcio, nefro­ te el 10% de los pacientes. Bioquímicamente se acompaña de una
calcinosis, excreción urinaria normal de calcio y de ácido excreción aumentada de l-glicerato. El diagnóstico se confir-
úrico, cristales de oxalato cálcico en el sedimento de orina, ma por detección genética de GRHPR o por demostración de
cálculos puros de oxalato cálcico monohidratado e hiperoxa­ la actividad enzimática deficitaria en las muestras de biopsia
luria llamativa384,434. hepática442. Los pacientes con HP tipo 2 no se benefician del
La determinación de la actividad enzimática de la AGT en una tratamiento con piridoxina. Debido a que el trasplante hepá-
muestra de tejido hepático se utilizó como prueba de referencia tico no ha demostrado corregir el defecto metabólico en estos
para el diagnóstico de la HP tipo 1435,436, pero ha sido ampliamen- individuos, y porque estos pacientes pueden manejarse con
te reemplazado por la detección mutacional de AGXT. Hasta la trasplante renal solamente, resulta especialmente importante
fecha se han descrito más de 180 mutaciones385. distinguir HP tipo 1 de la 2 cuando se trata de casos de HP que
El tratamiento médico incluye lo siguiente: aumentar la inges- tienen insuficiencia renal.
ta de líquidos (3 a 4 l/día, con el objetivo de mantener una con-
centración de oxalato <0,5 mmol [45 mg]/l); evitar comidas que Hiperoxaluria primaria tipo 3.  La HP tipo 3 se debe a muta-
contengan oxalato como té, chocolate, espinacas y ruibarbo; y la ciones en el gen que codifica 4-hidroxi-2-oxoglutarato aldolasa
administración de citrato potásico (de 0,3 a 0,5 mmol/kg/día, (gen HOGA1)443-445. La enzima mitocondrial se expresa en el

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2348 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

hígado y el riñón y cataliza el metabolismo hidroxiprolina des- en el mismo paciente y se han diagnosticado en gemelos
de 4-hidroxi-2-oxoglutarato a glioxalato y piruvato. El fenotipo idénticos455. Las características clínicas, genéticas e inmuno-
clínico de la HP3 es leve y limitado a la formación recurrente lógicas de estas entidades están tan estrechamente vinculadas
de cálculos, que pueden incluso mejorar espontáneamente con que se podría considerar a la nefritis PSH como la forma
el paso del tiempo, a pesar de la hiperoxaluria persistente. La sistémica de la nefropatía por IgA456. Ambas condiciones se
nefrocalcinosis o el desarrollo de enfermedad renal crónica es caracterizan por la presencia en la circulación de una IgA1
poco frecuente. deficiente en galactosa y su depósito en el mesangio glo-
merular456,457. Un estudio reciente ha mostrado que no solo
los pacientes pediátricos con nefritis PHS y nefropatía IgA,
sino también una fracción significativa de sus parientes de
AFECTACIÓN RENAL primer grado, muestran niveles séricos aumentados de IgA1
EN LAS ENFERMEDADES SISTÉMICAS hipoglucosilada, lo que apoya una base genética común y una
unión patogénica entre ambas entidades457. Sin embargo, los
VASCULITIS EN LA INFANCIA CON AFECTACIÓN factores que producen la activación sistémica de los com-
RENAL plejos inmunes formados por IgA en la VIgA y la activación
selectiva de los inmunocomplejos en la nefropatía IgA no
Las vasculitis en la infancia pueden ocurrir como un proceso pri- han sido identificados455.
mario o secundario a una enfermedad subyacente. Los síntomas
varían ampliamente, dependiendo del tipo y localización de los Manifestaciones renales de la vasculitis
vasos afectados y la extensión de la inflamación. Los criterios de asociada a inmunoglobulina A
clasificación más actuales propuestos por la European League La enfermedad renal puede desarrollarse en cualquier momento
Against Rheumatism, la Paediatric Rheumatology International durante un período de varios días a semanas, por lo general
Trials Organisation y la Paediatric Rheumatology European dentro del mes de presentación, y no está previsiblemente rela-
Society están basados en el tamaño de las arterias predominan- cionada con la gravedad de la afectación extrarrenal458. Algún
temente involucradas446. Este apartado se centra en la nefritis de grado de afectación renal se observa en el 20-50% de los niños en
Schönlein-Henoch, la poliarteritis nodosa infantil, la poliangeítis el momento de su presentación453, desde hematuria asintomática
microscópica, la granulomatosis de Wegener y la arteritis de y en ocasiones proteinuria, a SN, hipertensión y lesión renal
Takayasu. aguda453,459. En una revisión sistemática en la que se valoraba
el curso de la nefritis PSH en 1.133 niños, se encontró afecta-
PÚRPURA DE SCHÖNLEIN-HENOCH ción renal en el 34%; de los cuales el 80% tenían hematuria
(VASCULITIS ASOCIADA A INMUNOGLOBULINA A) aislada y/o proteinuria y el 20% nefritis aguda o SN458. Hay una
La púrpura de Schönlein-Henoch (PSH) es la causa más frecuen- correlación general entre la gravedad de las manifestaciones
te de vasculitis sistémica de pequeño vaso en la infancia, con una renales, los hallazgos de la biopsia renal y el pronóstico de la
incidencia anual estimada en niños menores de 17 años de 10 a enfermedad459-461.
20/100.000447-449. La enfermedad se manifiesta predominante-
mente en otoño, invierno y primavera. Aproximadamente el 10% Características histopatológicas.  Los hallazgos de micros-
de los casos suceden en adultos (incidencia 0,8 a 1,8/100.000)450. copia óptica varían desde proliferación mesangial aislada o
El patrón estacional no se observa en adultos. proliferación focal y segmentaria a glomerulonefritis grave con
La PSH, recientemente rebautizada como vasculitis asociada semilunas. El hallazgo diagnóstico en los ensayos de inmuno-
a la inmunoglobulina A (VIgA)451, es una vasculitis leucocito- fluorescencia es el depósito dominante o codominante de
clástica de vaso pequeño mediada por IgA que predominan- IgA en el mesangio (v. fig. 74.13). Además, la inmunofluores-
temente afecta a la piel, articulaciones, tracto gastrointestinal cencia puede revelar IgG, IgM, fibrinógeno, C3 y properdina
y riñones y ocasionalmente a otros órganos. El diagnóstico de en el glomérulo. Al microscopio electrónico, normalmente
VIgA requiere la presencia de púrpura o petequias (mandato- los depósitos densos se encuentran en zonas del mesangio.
rio) con predominancia en miembros inferiores (fig. 74.13), La clasificación histológica de nefritis PSH diferencia lesiones
más al menos uno de los siguientes cuatro signos o síntomas: glomerulares mínimas o moderadas y ausencia de semilu-
1) dolor abdominal; 2) hallazgos histopatológicos que muestren nas (clase I o II), proliferación extracapilar celular de grado
vasculitis leucocitoclástica o glomerulonefritis proliferativa variable (<50% del glomérulo, clase III; del 50-75%, clase IV;
con depósitos inmunes fundamentalmente a expensas de IgA >75%, clase V) y glomerulonefritis seudomembranoprolife-
(v. fig. 74.13); 3) artritis o artralgias, y 4) afectación renal rativa (clase VI)462.
(p. ej., hematuria, cilindros hemáticos, proteinuria)446,452. En
una revisión de 254 pacientes, la frecuencia de manifestaciones Tratamiento.  La gran mayoría de los casos de VIgA requie-
cutáneas, articulares, gastrointestinales y renales fue de 100%, ren solamente tratamiento sintomático. Existen datos que
66%, 56% y 30%, respectivamente453. Afecta con menos fre- sugieren que el tratamiento con esteroides acorta el tiempo
cuencia a los testículos, los ojos, los pulmones y los sistemas de resolución del dolor abdominal. Sin embargo, la evidencia
nerviosos central y periférico. Generalmente el diagnóstico resulta contradictoria en cuanto a la reducción en la inciden-
se basa en las manifestaciones clínicas de la enfermedad. cia de nefritis con administración temprana de esteroides
Ninguna prueba de laboratorio es diagnóstica de VIgA. Las orales en la PSH 463-467. Un metaanálisis ha sugerido que el
muestras de biopsias cutáneas muestran inflamación de tratamiento precoz con esteroides disminuye el riesgo de
los vasos sanguíneos pequeños (vasculitis leucocitoclástica). desarrollar insuficiencia renal persistente462,464. Sin embargo,
La confirmación definitiva viene dada por la demostración de dos ensayos clínicos aleatorizados y una revisión Cochrane han
depósitos IgA en la piel o el riñón446. concluido que los esteroides no previenen la afectación renal
Se ha especulado durante mucho tiempo que la nefritis en la PSH465,466,468.
PSH y la nefropatía IgA comparten los mismos mecanismos Un metaanálisis del tratamiento de la ERC grave estableci-
patogénicos y pueden representar dos extremos de un espec- da468 y una revisión sistemática de varios casos de tratamiento
tro454, debido a que ambas pueden suceder consecutivamente con prednisolona, metilprednisolona, ciclofosfamida, azatio-

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2349
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Figura 74.13  A, B, Vasculitis IgA. A, Púrpura palpable típica. B, Depósito patente mesangial de IgA en la inmunofluorescencia al microscopio.
C, D, Poliarteritis nodosa. C, Lesiones cutáneas necróticas. D, Poliarteritis con la túnica muscularis disgregada a nivel de la pared de una arteria
arcuata, inflamación perivascular y necrosis fibrinoide. E-H, Vasculitis asociadas a ANCA. E-G, Granulomatosis con poliangeítis. E, Destrucción
ósea de los senos paranasales. F, Lesiones cavitadas pulmonares múltiples. G, Glomérulo que muestra una gran semiluna, con focos irregulares de
necrosis fibrinoide. H, Vasculitis MPO-ANCA positiva –infiltración difusa debido a capilaritis pulmonar. I, Arteritis de Takayasu –estrechamiento
de la aorta abdominal a nivel de la bifurcación de la arteria iliaca (RMN).

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2350 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

prina, ciclosporina, dipidiramol, warfarina y recambio plas- Patogenia


mático han mostrado que la evidencia es insuficiente para Las infecciones están implicadas como mecanismo desencade-
guiar las mejores prácticas en el manejo de la nefritis PSH469. nante en un huésped predispuesto. Un número determinado
Otra revisión en centro único retrospectiva de la terapia de de casos ha señalado el papel de la infección estreptocócica en
PSH grave (> clase III) y nefropatía IgA sugiere que las dife- la poliarteritis nodosa infantil478. Se ha propuesto un aumento
rentes combinaciones de esteroides, ciclofosfamida y antago- de su frecuencia en individuos con fiebre mediterránea familiar;
nistas del sistema REANAL se asocian con buenos resultados esta asociación puede estar relacionada con el ambiente inflama-
en el 54% de los niños con cambios histológicos graves en torio en estos pacientes479,480. Sin embargo, hasta la fecha no se
las muestras iniciales de biopsia renal 470. En individuos con han elucidado los mecanismos precisos de unión entre agentes
enfermedad con semilunas, hay un bajo grado de evidencia en infecciosos específicos y/o estados inflamatorios en general con
los ensayos no controlados acerca del beneficio de la terapia la poliarteritis nodosa.
inmunosupresora intensa (pulsos de metilprednisolona, de
250 a 1.000 mg/día durante 3 días) seguidos de prednisona Hallazgos clínicos
oral (1 mg/kg/día) y, en estos pacientes, a menudo se inicia Típicamente la poliarteritis nodosa infantil se presenta con
terapia combinada inmunosupresora y esteroidea471,472. Sin síntomas sistémicos (p. ej., fiebre, malestar, pérdida de peso) y
embargo, también puede observarse la recuperación espon- signos de afectación multisistémica, incluyendo rash cutáneo,
tánea, incluso en pacientes con formación de semilunas. mialgias, dolor abdominal y artropatía, participación renal con
Así, las terapias intensivas especialmente las combinadas, se hematuria, proteinuria, hipertensión y lesión renal aguda, y
recomiendan para las nefritis PSH clínica e histológicamente neurológica con defectos focales, hemiplejia, pérdida visual
graves (clases I a III y niveles de albúmina >2,5 g/dl)473. El y mononeuritis múltiple478,481-483.
recambio plasmático y las inmunoglobulinas intravenosas
han demostrado al menos una eficacia a corto plazo en casos Hallazgos de laboratorio
individuales460,474. Los inhibidores de la ECA son eficaces en
Normalmente en niños con poliarteritis nodosa aparecen
reducir la proteinuria; sin embargo, se desconoce su beneficio
anemia, leucocitosis, trombocitosis, aumento de la velocidad
a largo plazo458,473.
de sedimentación globular y un incremento de los niveles de
proteína C reactiva481. Si existe afectación renal, está indicado
Pronóstico.  La gran mayoría de los niños con VIgA experimen-
realizar una angiografía renal o, excepcionalmente, biopsia.
tan una recuperación completa. La afectación renal persistente
El hallazgo clásico angiográfico son aneurismas en arterias
se produce en el 1,8% de todos los niños, en el 1,6% de los
renales, tronco celíaco y coronarias 476. Sin embargo, en la
casos con hematuria aislada y/o proteinuria y en el 19,5% de
angiografía renal se detectan con más frecuencia los cambios
los pacientes con síndrome nefrítico y/o SN durante la fase
no aneurismáticos. Los signos más fiables de arteriopatía no
inicial de la enfermedad458. Los resultados a largo plazo son más
aneurismática son defectos de perfusión, presencia de arterias
pobres en casos que inicialmente tienen una presentación mixta
colaterales, ausencia de cruce de las arterias renales periféricas
nefrótica-nefrítica459, hasta un 33% de ellos desarrollan ERC.
y retraso en la eliminación del contraste en las arterias renales
La nefritis PSH es un diagnóstico subyacente en el 1-3% de los
de pequeño tamaño 480,484. Las muestras de la biopsia renal
niños con insuficiencia renal crónica terminal459,467. En individuos
muestran arteritis necrotizante caracterizada por necrosis fibri-
con nefritis PSH que progresan a ERCT y sometidos a trasplante,
noide e inflamación perivascular (v. fig. 74.13). Los anticuerpos
aparece recurrencia leve de la enfermedad en aproximadamente
citoplasmáticos antineutrófilo pueden estar presentes en casos
el 35% de los casos a los 5 años postrasplante. Aproximada­
excepcionales.
mente el 10% de ellos experimentan pérdida del injerto debido
a la recurrencia de la enfermedad. Esta recaída es más probable Tratamiento
en individuos con enfermedad inicial agresiva que progresaron
No existen ensayos clínicos aleatorizados en pediatría para
hacia la ERCT en menos de 3 años475.
guiar el tratamiento de la poliarteritis nodosa en los niños. La
POLIARTERITIS NODOSA EN LA INFANCIA inducción de la remisión por lo general se consigue con dosis al­
tas de esteroides y ciclofosfamida, en combinación con dosis
La poliarteritis nodosa en la infancia (también denomina-
antiagregantes de aspirina. La terapia de mantenimiento con
da poliarteritis macroscópica o poliarteritis nodosa clásica) es una
prednisolona a dosis bajas diaria o alternas y azatioprina oral
vasculitis necrotizante sistémica que afecta a las arterias de
normalmente se mantiene hasta los 18 meses. Otros fármacos
pequeño y/o mediano tamaño predominantemente en piel,
inmunosupresores utilizados en la fase de mantenimiento son
vísceras abdominales, riñones, sistema nervioso central y mús-
el metotrexato, el MMF y la ciclosporina458,476,485. El recambio
culos458,476,477. El pico de inicio de edad de la enfermedad en la
plasmático adicional puede emplearse en situaciones graves
etapa infantil es de los 7 a los 11 años, y no existen diferencias
que ponen en riesgo la vida474. También está descrito el éxito
en cuanto al sexo478.
del tratamiento con agentes biológicos como el infliximab o el
Diagnóstico rituximab en casos refractarios474,481,486.
El diagnóstico de poliarteritis nodosa en la infancia requiere
la presencia de una enfermedad inflamatoria sistémica con VASCULITIS ASOCIADAS A ANTICUERPOS
evidencia de vasculitis necrotizante o anomalías en la angio- ANTICITOPLASMA DE NEUTRÓFILO
grafía de las arterias pequeñas y de mediano calibre (criterio Las vasculitis asociadas a anticuerpos anticitoplasma de neutró-
obligatorio) más uno de los siguientes: 1) afectación cutánea filo (ANCA) en niños son menos frecuentes que la poliarteritis
(lívedo reticularis, nódulos subcutáneos blandos, infartos nodosa487. Las vasculitis asociadas a ANCA incluyen polian-
cutáneos profundos o superficiales; v. fig. 74.13); 2) mialgias y geítis microscópica, granulomatosis con poliangeítis (GPA),
debilidad muscular; 3) hipertensión ; 4) neuropatía periférica, anteriormente denominada granulomatosis de Wegener y la
y 5) afectación renal (p. ej., proteinuria, hematuria, cilindros granulomatosis eosinofílica con poliangeítis (GEPA), conocida
hemáticos o TFG <50% del valor normal para la edad del con anterioridad como vasculitis Churg-Strauss. Todas estas
paciente)446,452. entidades afectan a las arterias de pequeño calibre. El mode-

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2351

lo patogénico más aceptado propone que los ANCA activan proteinuria, cilindros hemáticos o glomerulonefritis necro-
los neutrófilos ricos en citocinas, lo que provoca un daño tizante pauciinmune).
en las células endoteliales que son meras espectadoras y un Los signos y síntomas de vías respiratorias superiores son
incremento de la inflamación, con reclutamiento de células epistaxis, otalgia y pérdida de la audición. La afectación del
mononucleares. De los dos tipos principales de ANCA que septo nasal con destrucción del cartílago da lugar a la deformi-
existen, ANCA citoplasmático (C-ANCA) y ANCA perinuclear dad característica de nariz en silla de montar. También puede
o antimieloperoxidasa (P-ANCA, MPO-ANCA), este último es aparecer sinusitis crónica. Las manifestaciones de la afección
el que posee un papel patogénico más evidente en la vasculitis de las vías respiratorias bajas incluyen los nódulos pulmonares
renal. Se ha descrito un tercer tipo dirigido contra la proteína 2 granulomatosos o hemorragia alveolar. La lesión renal típi-
de la membrana lisosomal humana como un marcador espe- ca es una glomerulonefritis necrotizante segmentaria y fo­
cífico y potencialmente sensible de vasculitis renal asociada a cal, con cambios glomerulares con semilunas pauciinmunes
ANCA488. Sin embargo, otros factores concomitantes exógenos (v. fig. 74.13). La participación de otros órganos con síntomas
y la susceptibilidad genética también parecen ser necesarios principales atípicos no es infrecuente485. Estos pueden ser
para la expresión de la enfermedad485. visión borrosa, dolor ocular, conjuntivitis, epiescleritis, otitis
media persistente, parálisis del nervio craneal, convulsiones
Tipos de vasculitis asociadas a anticuerpos y neuropatías. Las lesiones cutáneas son máculas purpúricas,
anticitoplasma de neutrófilo nódulos, úlceras y gangrena.
Poliangeítis microscópica.  La poliarteritis microscópica o polian-
geítis es una vasculitis de pequeño vaso pauciinmune, multisis- Granulomatosis eosinofílica con poliangeítis.  La GEPA se define
témica, necrotizante y no granulomatosa sin afectación de las como una inflamación granulomatosa rica en eosinófilos en la
vías respiratorias altas que a menudo se asocia con un título que se ve afectado el tracto respiratorio y vasculitis necrotizante
elevado de MPO-ANCA o tinción positiva para P-ANCA446,452. en los vasos de pequeño-mediano calibre. Existe una asociación
Difiere de la poliarteritis nodosa clásica en que está presente con el asma y la eosinofilia451. En una revisión de 33 casos de
una extensa afectación glomerular y en que también se ven niños con GEPA, todos los pacientes presentaban eosinofilia y
afectados los capilares pulmonares (v. fig. 74.13)451. Las manifes- asma significativas487. La positividad de ANCA se encontró en
taciones clínicas típicas son una glomerulonefritis rápidamente solo el 25% de los niños con GEPA. Comparado con los adultos,
progresiva y hemorragia alveolar, que puede ser difícil de dis- la mortalidad es considerable en los casos pediátricos, siendo
tinguir de la GPA489. predominante la afectación pulmonar y cardíaca, y la implica-
ción de nervios periféricos es excepcional487.
Granulomatosis con poliangeítis.  La GPA es una vasculitis
sistémica con inflamación granulomatosa de las arterias de Tratamiento
pequeño y mediano calibre, que normalmente afecta a las vías El tratamiento de las vasculitis pediátricas asociadas a ANCA
respiratorias altas y bajas y a los riñones (v. fig. 74.13). Su etiolo- (VAA) incluyen una fase de inducción con bolos de corticoides
gía se desconoce, pero se han postulado las infecciones estafilo- intravenosos, ciclofosfamida, recambio plasmático (especialmen-
cócicas como un posible desencadenante. Ser portador nasal de te en pacientes dependientes de diálisis y en presencia de hemo-
Staphylococcus aureus es un fuerte factor de riesgo para recaídas y rragia alveolar difusa)289, y aspirina a dosis de antiagregación
puede tener un papel causal en la patogenia de la enfermedad. plaquetaria. Se prefiere ciclofosfamida intravenosa frente a la
El tratamiento profiláctico con cotrimoxazol consiguió una oral debido a menos efectos adversos a dosis con igual eficacia.
reducción del 60% de recaídas. El papel de portador de S. aureus En casos más leves y como alternativa a la ciclofosfamida por
puede explicarse por diferentes mecanismos. Ser portador pue­ su menor toxicidad se puede intentar inducir la remisión con
de inducir una infección de bajo grado de las vías aéreas supe- metotrexato. También el MMF puede ser igual de eficaz que la
riores, lo que provoca una activación de los neutrófilos, y estos ciclofosfamida en inducir la remisión. Durante la siguiente fase
pueden ser además activados por ANCA antiproteinasa 3 (PR3), de mantenimiento, las opciones terapéuticas son esteroides a
que finalmente conduce a la vasculitis. Alternativamente, los dosis bajas y azatioprina476,477,481,482,485.
superantígenos de S. aureus pueden activar de manera inespe­ En los casos graves de adultos con VAA, un único ciclo del
cífica una respuesta autoinmune y la formación de complejos anticuerpo rituximab, que produce depleción de células B,
inmunes en los riñones. El individuo portador de S. aureus es tan efectivo como la terapia inmunosupresora convencio-
también puede inducir anticuerpos frente a PR3 que, a su vez, nal continua (ciclofosfamida seguida de azatioprina) para la
mediante interacciones idiotipo-antiidiotipo, favorecen el desa- inducción y mantenimiento de remisión a lo largo de 18 me­
rrollo de ANCA-PR3490. ses492. El rituximab también se ha empleado con éxito para
La GPA es una enfermedad poco común en la infancia. El úni- alcanzar la remisión en niños con VAA 481,485,486, pero aún no
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

co estudio de incidencia en este grupo de población, en el que se han llevado a cabo ensayos comparativos aleatorizados.
se examinó un período de 15 años en el sur de Alberta, Canadá, También debe considerarse para casos que no responden a la
mostró una incidencia anual global promedio de 2,75 casos/ terapia de inducción convencional con esteroides y ciclofos-
pmh (intervalo de confianza del 95% [IC]; 1,93 a 3,70), con famida, y también para pacientes en los cuales recidiva la
un aumento significativo de 0,9 casos pmh de 1994 a 2003 a enfermedad, en los que particularmente hay una preocupación
6,4 casos/pmh de 2004 a 2008491. por la toxicidad acumulada de glucocorticoides y/o ciclofos-
El diagnóstico requiere la presencia de al menos tres de famida493.
los siguientes indicadores446,452: 1) evidencia histopatológica El cotrimoxazol se añade de rutina, y sirve como profilaxis
de inflamación granulomatosa; 2) afectación de vías respira- frente a infecciones oportunistas y como agente modulador de
torias altas (secreción nasal crónica o recurrente, purulenta la enfermedad.
o sanguinolenta o epistaxis recurrentes o lesiones costro-
sas); 3) estenosis laringo-traqueo-bronquial; 4) afectación Pronóstico
pulmonar (presencia de nódulos, cavidades o infiltrados La vasculitis asociada a ANCA conlleva una morbilidad y morta-
que no se movilizan en la radiografía de tórax o en la TC); lidad considerables, principalmente debidas a ERC progresiva
5) positividad de ANCA, y 6) afectación renal (hematuria, o afectación pulmonar grave. Los brotes de GPA ocurren hasta

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2352 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

en un 75% de los pacientes durante la retirada del tratamiento, SÍNDROME HEMOLÍTICO URÉMICO ASOCIADO
y en el 17-40% aparece insuficiencia renal a largo plazo494,495. A TOXINA SHIGA
Además, las infecciones importantes relacionadas con el trata- El SHU toxina Shiga-positivo (txS) normalmente sucede dentro
miento se han observado en el 20-40% de los pacientes494. La 5 a 7 días después de un episodio prodrómico de diarrea que con
mortalidad fue del 12% en una serie pediátrica496. En los niños, la frecuencia es sanguinolenta. Está producido por la infección de
afectación renal grave es más frecuente con poliangeítis micros- Escherichia coli productora de txS (ECTS) o Shigella509, con varia-
cópica o poliarteritis microscópica que con GPA. Un marcado ciones considerables en la prevalencia según la cepa. En Argen-
descenso en la TFG, oliguria, proteinuria en rango nefrótico y tina, donde el SHU es endémico, 1 de cada 25 niños con diarrea
lesiones crónicas glomerulares en el momento de presentación están infectados por ECTS510. Este organismo es el responsable
son predictores de un resultado pobre497. Un trabajo publicó de al menos el 70% de los casos de SHU-D+ en los Estados Unidos
una mortalidad del 18% en niños con GEPA, siendo todos los y el 80% de ellos están producidos por el serotipo O157:H7511.
fallecimientos atribuidos a la propia enfermedad más que al En Europa y otras regiones del mundo, las cepas no-O157:H7
tratamiento487. están emergiendo como importantes patógenos. El serotipo
O111 provocó un gran brote de colitis hemorrágica y SHU en
ARTERITIS DE TAKAYASU Australia y es también una causa frecuente de enfermedad
La arteritis de Takayasu es una vasculitis crónica inflamatoria en los niños europeos. El SHU asociado a Shigella dysenteriae tipo 1
de etiología desconocida que afecta a grandes vasos, funda- aparece en el sur de África512.
mentalmente a la aorta y sus ramas principales (v. fig. 74.13).
La enfermedad es más frecuente en Asia. Al inicio, solo el 7% Epidemiología
de los pacientes son menores de 10 años, pero el 19% tienen El SHU principalmente afecta a niños menores de 5 años.
de 10 a 20 años498. Solamente del 5% al 10% de los individuos infectados con
El diagnóstico en la infancia requiere la demostración de las E. coli productora de txS progresan a SHU510,513. La incidencia de
típicas anomalías angiográficas de la aorta o sus ramas princi- SHU-D+ en Alemania y Australia es entre 0,7 y 1/100.000 en
pales y las arterias pulmonares (p. ej., dilatación o aneurisma, niños mayores de 15 años y de 1,5 a 1,9/100.000 en los mayores
estrechamiento, oclusión, engrosamiento de la pared arterial de 5 años. De forma similar, un estudio de vigilancia cana-
no debidos a displasia fibromuscular) además de la presencia diense encontró una incidencia anual de 1,1 casos/100.000
de uno de los siguientes: 1) pulso deficitario (ausente, disminui- niños menores de 16 años 513. En Argentina se ha publicado
do o pulsos arteriales periféricos diferentes) o claudicación; una incidencia anual de 10,4 a 12,2/100.000 niños mayores
2) discrepancia de la presión arterial en cualquier miembro; de 5 años514.
3) soplos o thrills en la aorta y/o en sus ramas principales; Las causas principales de la infección son el consumo de
4) hipertensión, y 5) aumento de los niveles de los reactantes leche sin pasteurizar y de carne poco hecha o cocinada 515.
de fase aguda446,452. También es posible la contaminación de persona a persona 516.
En una serie de 19 niños, las afecciones más frecuentes en Aunque destacan las epidemias, la mayoría de los casos de
el momento de presentación de la enfermedad fueron cefalea SHU debidos a infección por ECTS son esporádicos. El mayor
(84%), dolor abdominal (37%), claudicación de las extremida- brote de ECTS conocido hasta la fecha ocurrió en Alemania
des (32%), fiebre (26%) y pérdida de peso (10%)499. La hiper- en 2011, fue provocado por la contaminación de coles con
tensión estuvo presente en el 89%, ausencia de pulsos en el 58% una cepa de E. coli (O104:H4) que mostraba las características
y soplos arteriales en el 42% de los pacientes499. de ECTS y de E. coli enteroagregativa. El 22% de los 3.816 in­
dividuos infectados desarrollaron SHU; de estos, solamente
Tratamiento
el 12% fueron niños, probablemente debido a la peculiar
El tratamiento de la arteritis de Takayasu en niños es en gran cadena de distribución de los alimentos contaminados a los
medida empírico, siendo los esteroides el pilar de la terapia. restaurantes517,518.
Además, se han utilizado también metotrexato, azatioprina,
MMF y ciclofosfamida, esta última en casos refractarios500. La Patogenia
inducción con ciclofosfamida y esteroides seguida de meto- E. coli O157 produce dos toxinas Shiga diferentes. La txS1 es muy
trexato es eficaz y segura para este grupo de población501. La similar a la toxina tipo 1 de S. dysenteriae. La expresión de txS2 se
terapia con el antagonista del factor de necrosis tumoral es una correlaciona fuertemente con la aparición de diarrea y SHU. La
opción de tratamiento prometedora502. bacteria productora de txS ingerida por vía oral ataca a la mucosa
Además de la terapia farmacológica, con frecuencia se requie- intestinal y provoca zonas de destrucción en el enterocito519. La
re intervención quirúrgica para mitigar la isquemia del órgano txS se transfiere a través de la barrera intestinal y probablemente
diana y la hipertensión que resulta de la estenosis vascular503. viaja en la circulación unida a leucocitos.
Las muestras de biopsia renal muestran una microangio-
patía glomerular rica en fibrina, con apoptosis de células
SÍNDROME HEMOLÍTICO URÉMICO
tubulares y glomerulares519. El evento específico en la pato-
El síndrome hemolítico urémico (SHU) se define por la apari- genia de este síndrome es el daño celular endotelial. La
ción simultánea de anemia hemolítica microangiopática, trom- txS se une al glucoesfingolípido globotriaosilceramida, un
bocitopenia y lesión renal aguda504. La forma clásica, anterior- receptor de superficie celular que se encuentra en las células
mente conocida como SHU diarrea-positivo (D+), está causada endoteliales glomerulares, podocitos y células epiteliales
por agentes infecciosos. Constituye el 90% de todos los casos y tubulares. Las toxinas se internalizan e inhiben la síntesis
es una causa frecuente de lesión renal aguda en niños jóvenes. de proteínas actuando sobre el ARN ribosómico eucarióti-
El SHU atípico (SHUa) es una entidad muy poco frecuente que co 28S, que produce la liberación de citocinas y la muerte
ocurre sin diarrea previa y que se caracteriza por un curso recu- celular apoptósica 519. El daño endotelial genera trombina
rrente y progresión frecuente hacia la ERCT504,505. En la mayoría y se deposita fibrina en la microvasculatura. Aumentan las
de los pacientes con SHUa se encuentran defectos genéticos o concentraciones del inhibidor del activador del plasminó-
adquiridos en la vía alternativa del complemento506-508. geno. Este bloquea el proceso de fibrinólisis, que además

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2353

acelera el acúmulo de fibrina en vasos y exacerba el daño se recupera sustancialmente si la duración de aquella supera las
trombótico509. 4 semanas527,528.
Además, la txS aumenta la expresión en las células endoteliales Las lesiones microangiopáticas pueden aparecer también en
del receptor de quimiocina CXCR4 y su ligando el factor 1 deri- órganos diferentes a los riñones. Se observan síntomas del sis-
vado de células del estroma (SDF-1, stromal cell-derived factor 1). tema nervioso central (convulsiones, alteración en la agudeza
En ratones el bloqueo específico de este sistema receptor-ligando visual, hemiparesia) en hasta un 25% de los pacientes y por lo
enlentece el SHU por ECTS520. Los niveles plasmáticos de SDF-1 general son transitorios, aunque existen algunos casos publica-
son casi cuatro veces mayores en niños con enteritis por ECTS dos con evolución grave e incluso letal529.
que progresan a SHU que en aquellos que no lo desarrollan520,
con lo que aumenta la esperanza de que el SFD-1 podría llegar a Tratamiento
ser un biomarcador útil para predecir los pacientes propensos Ninguna terapia específica ha demostrado afectar al curso
a desarrollar SHU. de la enfermedad en el caso de niños. El tratamiento de
Finalmente, la activación del complemento tiene un papel soporte durante el período de diarrea y colitis (p. ej., aporte
en la patogenia del SHU-ECTS521-523. Los marcadores seroló- de los déficits de agua y electrolitos) es el más importante
gicos de la activación de la vía alternativa del complemento para prevenir un componente adicional prerrenal durante la
se encuentran incrementados durante los episodios de SHU- lesión renal aguda. El empleo de antibióticos y fármacos
ECTS521. Experimentalmente, la txS induce activación y unión modificadores de la motilidad intestinal en este grupo de
de C3 a las células endoteliales, promoviendo la formación de población con infección confirmada o sospechada por
trombos en dichas células522. Se ha comprobado que la defi- E. coli O157:H7 durante la fase de diarrea sanguinolenta es
ciencia de factor B y el tratamiento con antagonistas de C3a cuestionable debido al riesgo potencialmente incrementa-
son parcialmente protectores en un modelo murino de SHU522. do de desarrollo posterior de SHU. Sin embargo, un meta­
Finalmente, la activación de la vía alternativa del complemento análisis ha demostrado un mayor riesgo de SHU asociado
inducida por txS y la generación de C3a promueve la señali- con la administración de antibióticos530. Aproximadamente
zación de cinasa unida a integrina, conduciendo a disfunción el 50% de los individuos necesitan diálisis durante el curso
y pérdida podocitaria en el SHU-txS523. Se ha descrito una de la enfermedad 531. La diálisis peritoneal, la hemodiálisis
mutación en el gen regulador del complemento MCP en los y la terapia renal sustitutiva continua y lenta parecen ser
casos graves524. igualmente efectivas532.
Se cree que la anemia hemolítica es consecuencia del daño No hay datos publicados que demuestren que el intercambio
mecánico de los hematíes cuando pasan a través de los vasos plasmático afecta positivamente al resultado del SHU mediado
sanguíneos alterados. La trombocitopenia está causada por adhe- por txS. Un metaanálisis de siete ensayos clínicos aleatorizados
sión o daño plaquetario microvascular difuso e intrarrenal515. con un total de 476 niños concluyó que la terapia de soporte,
incluyendo la diálisis, sigue siendo el tratamiento más eficaz
Diagnóstico para los pacientes con SHU posdiarreico533,534. Las interven-
El diagnóstico de SHU asociado a txS en niños se basa en la ciones que se estudiaron incluyeron heparina y heparina con
presencia de anemia hemolítica microangiopática, tromboci- urocinasa o dipiridamol, plasma fresco congelado, glucocorti-
topenia y lesión renal aguda después de un episodio de diarrea coides y terapia experimental con un análogo de receptor de
(tabla 74.7). Alrededor de 3 días después de la ingestión del globotriaosilceramida de unión a txS (Synsorb Pk). Ninguna de
microorganismo, el paciente desarrolla diarrea, dolor abdomi- ellas fue superior a la terapia de soporte cuando se valoraron
nal, fiebre y vómitos. En el 80-90% de los casos, la diarrea se la mortalidad por todas las causas y la aparición de eventos
vuelve sanguinolenta en el plazo de 1 a 3 días509. Para el diag- neurológicos y/u otros extrarrenales, cambios en las muestras
nóstico de infección por ECTS deben cumplirse tres criterios: de la biopsia renal, proteinuria o hipertensión en la última visita de
aislamientos de las cepas ECTS, detección de txS libre en heces seguimiento.
y de anticuerpos circulantes frente a txS514. Del 5% al 15% de El tratamiento con el anticuerpo monoclonal frente a C5,
los casos de enteritis por ECTS progresan a SHU. La diarrea eculizumab, se asoció con una mejoría clínica rápida en tres
sanguinolenta y la leucocitosis con aumento de neutrófilos recién nacidos con SHU-ECTS fulminante con manifestaciones
pueden ser indicativas de pacientes con riesgo aumentado de extrarrenales535. Este fármaco se utilizó posteriormente de forma
desarrollar SHU510. no selectiva sin determinar el estado del complemento en más
En el caso de la presentación típica, el examen del frotis en de 200 pacientes adultos durante el brote alemán de 2011, pero
sangre periférica revela células en forma de casco o yelmo y con no se pudo demostrar un claro beneficio a corto plazo frente a
espículas y hematíes fragmentados (esquistocitos). Los niveles muy buenos globales536,537.
de hemoglobina plasmática están elevados, mientras que los de Las terapias prometedoras que están en desarrollo son los
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

haptoglobina llegan a ser indetectables. Los valores sorprenden- ligandos de toxina (p. ej., anticuerpos monoclonales neutra-
temente altos de lactato-deshidrogenasa reflejan cuantitativa- lizadores, análogos de receptor, inhibidores del receptor de
mente la hemólisis intravascular que se está produciendo. El test sintasa), inhibidores de la interacción CXCR4/SDF-1 (plerixafor
de Coombs es negativo. Es frecuente una leucocitosis significativa [Mozobil]), y tratamientos de segunda línea dirigidos a eventos
y la trombocitopenia aparece en más del 90% de los pacientes. moleculares posteriores (p. ej., inhibidores de caspasa, proteína
El grado de anemia y trombopenia no predicen la gravedad cinasa activada por mitógenos, señalización de la interacción
de la enfermedad525,526. Por definición, todos los pacientes con trombina-plaqueta)532,538,539.
SHU-ECTS manifiestan algún grado de insuficiencia renal. La
afectación de este órgano varía desde hematuria y proteinuria Pronóstico
hasta la lesión renal aguda oligoanúrica. También es común la La resolución espontánea normalmente comienza de 1 a 3 sema-
hipertensión acentuada, y el 30-40% de los casos requerirán tra- nas después del inicio de la enfermedad. Con el tratamiento ade-
tamiento con diálisis; el pronóstico en relación a la recuperación cuado, la mayoría de los pacientes muestran una recuperación
de la función renal por lo general es favorable. Sin embargo, la favorable. Las manifestaciones hematológicas del SHU por txS
terapia con diálisis durante más de 7 días se asocia con peores por lo general se resuelven dentro de 1 a 2 semanas y la TFG se
resultados renales a largo plazo, y la función renal pocas veces recupera a su valor normal.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2354 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Tabla 74.7 Características de los síndromes hemolíticos urémicos típico y atípico (SHU)

Parámetro SHU típico diarrea-positivo SHU atípico diarrea-negativo

Etiología Escherichia coli productora de toxina Shiga Genética (disregulación de la vía del complemento
o Shigella debida a mutaciones o autoanticuerpos)
Infecciosa (Streptococcus pneumoniae)
Metabólica (deficiencia de cobalamina C sintasa)
Coagulación (deficiencia de la proteasa de escisión
del factor von Willebrand, DGKE)
Fármacos (quinina, posiblemente inhibidores de la
calcineurina, ganciclovir, anticonceptivos orales, etc.)
Asociaciones muy poco frecuentes pero publicadas
son lupus eritematoso sistémico, esclerosis sistémica,
trasplante de médula ósea, leucemia
Edad Principalmente <5 años, pero es probable Preferiblemente lactantes y niños pequeños,
a cualquier edad pero es probable a cualquier edad
Predilección estacional Verano Ninguna
Comienzo Repentino, principalmente diarrea prodrómica Más insidioso, no diarrea, algunas veces pródromos
como fiebre, vómitos
Brote Sí, generalmente esporádico No
Hallazgos clínicos Palidez, hematuria (microscópica) y proteinuria Curso clínico más grave (especialmente insuficiencia renal
a insuficiencia renal graves y oligoanuria, e hipertensión)
edema, hipertensión arterial, coma y
convulsiones
Datos de laboratorio Anemia hemolítica, hemoglobina <10 g/dl Datos de laboratorio del SHU típico más:
Eritrocitos fragmentados C3 bajo, aumento de C3d
Trombocitopenia <150.000/mm3 Descenso de CH50, de factores H, D, I, B
Aumento de creatinina sérica Mutaciones en genes de los factores del complemento
Disminución de haptoglobina sérica H, I, B, C3, proteína cofactora de la membrana,
Aumento de lactato-hidrogenasa trombomodulina
Autoanticuerpos anti-factor H asociados con deleciones
de los genes CFHI/III
Baja actividad de la proteasa de escisión del factor
von Willebrand/mutaciones ADAMTS13
Hiperhomocisteinemia
Tratamiento En su mayor parte sintomático (reposición Intercambio plasmático
enérgica de líquidos y electrolitos, diálisis Eculizumab
cuando sea necesaria; excepcionalmente,
intercambio plasmático en casos de curso
clínico grave con sospecha de trastornos
del sistema del complemento)
Recurrencia Poco frecuente Frecuente
Pronóstico Normalmente favorable Tradicionalmente pobre; determinadas formas actualmente
mejoran con terapia anti-C5

La mortalidad global del SHU-D+ es alrededor del 4 al 9%, la de la primera diálisis, está fuertemente asociada con un peor
mayor parte de los fallecimientos suceden en la fase aguda de la en­ pronóstico a largo plazo528. La recuperación renal no es completa
fermedad, principalmente debido a causas no renales528,540. En cuando es necesaria la diálisis más allá de 4 semanas. Además,
una revisión de 17 niños que murieron por SHU, la afectación la oligoanuria prolongada (>5 días de anuria y >10 días de
del sistema nervioso central fue la causa principal de muerte. oliguria) y un recuento leucocitario de más de 20.000/mm3 en
Otras fueron hiperpotasemia, insuficiencia cardíaca y hemo- el momento de presentación de la enfermedad, son factores de
rragia pulmonar. Los pacientes con letargia, oligoanuria, des- riesgo para la disfunción renal permanente541.
hidratación, recuento leucocitario superior a 20.000/mm 3 y Al contrario, individuos con una TFGe de más de 80 ml/
hematocrito menor del 23% en el momento de presentación min/1,73 mm3, están libres de proteinuria y son normotensos
tuvieron un riesgo aumentado de muerte540. 1 año después de tener SHU-D+ y tienen un excelente pronóstico
El pronóstico renal a largo plazo de SHU-D+ se analizó en un a largo plazo528. Por lo tanto, el seguimiento adicional proba-
metaanálisis de 49 estudios en el que participaban 3.476 pacien- blemente se puede limitar a niños con proteinuria, hiperten­
tes, con una media de seguimiento de 4,4 años. El promedio sión, anomalías morfológicas en la ecografía y/o TFG dañada a
de mortalidad fue 9%, la incidencia de ERCT 3% y la de daño 1 año542.
renal residual 25%. Esta última incluyó 15% de pacientes con
proteinuria, 10% con hipertensión y 8%, 6% y 1,8% con TFG SÍNDROME HEMOLÍTICO URÉMICO ATÍPICO
de 50 a 80, 30 a 59 y 5 a 29 ml/min/1,73 m2, respectivamente528. El SHU atípico es una enfermedad excepcional, con una pre-
La gravedad de la enfermedad aguda, especialmente la pre- valencia estimada en Europa de 7 millones de niños 543. Sin
sencia de síntomas del sistema nervioso central y la necesidad embargo, en el pasado puede haber estado infradiagnosticada,

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2355

y los porcentajes diagnósticos parecen estar aumentando desde


hace poco tiempo debido a una mayor conciencia y mejor
comprensión de su patogenia y base genética. Se han identi-
ficado una amplia variedad de desencadenantes, incluyendo
infecciones bacterianas no entéricas, virus, fármacos y ano-
malías metabólicas, inmunológicas y genéticas (v. tabla 74.7).
El SHU atípico sucede esporádicamente y también existen
casos familiares. Las deficiencias genéticas y adquiridas de
regulación de la vía alternativa del complemento desempeñan
claramente un papel fundamental en la patogenia del tras-
torno507,526,544.

Síndrome hemolítico urémico asociado a infección


por Streptococcus pneumoniae
Alrededor del 14-30% de los casos de SHUa suceden después de
una infección por Streptococcus pneumoniae545,546. El cuadro clínico
es único y por lo general grave, con distrés respiratorio, anuria,
afectación neurológica y coma. Los niños con SHU asociado a
S. pneumoniae normalmente son más jóvenes, tienen más proba-
bilidad de necesitar diálisis y mayor tasa de mortalidad525,547. El
daño celular está relacionado con la neuraminidasa bacteriana
circulante, que expone al antígeno T de Thomsen-Friedenreich,
normalmente oculto sobre las plaquetas y las superficies de las
células endoteliales, a anticuerpos IgM circulantes preformados,
lo que provoca agregación plaquetaria y daño endotelial548. El
resultado depende en gran medida de la efectividad del trata-
miento antibiótico. La terapia con plasma está contraindicada
porque proporciona nuevos anticuerpos contra el antígeno de Figura 74.14  Vía alternativa del complemento y sistemas regula-
Thomsen-Friedenreich, que puede acelerar la poliaglutinación dores. Se muestran inhibidores del sistema del complemento activado
y sus lugares de acción en la cascada del complemento. Se indica el
y la hemólisis548.
sitio de inhibición del anticuerpo anti-C5 eculizumab, primer inhibidor
Síndrome hemolítico urémico asociado del complemento disponible en la práctica clínica. (De Scheiring J,
a alteraciones en el complemento Rosales A, Zimmerhackl LB: Clinical practice: today’s understanding of
the haemolytic uraemic syndrome. Eur J Pediatr 169:7-13, 2010.)
Las anomalías que afectan a los componentes del sistema
regulador del complemento son los factores causales más
frecuentes526 en el SHUa no relacionado con infección por
S. pneumoniae (fig. 74.14)515. Estas alteraciones por lo general de esta proteína reguladora. Generalmente el SHUa asociado
están producidas por mutaciones en los genes del sistema del al factor H se presenta durante la infancia o adolescencia tem-
complemento (componentes de C3 convertasa [C3 y factor B] prana, aunque se han visto algunos casos cuya primera manifes-
o sus reguladores [factor H, factor I, proteína cofactor de tación ha sido en la edad adulta552-554. La sustitución de factor H
membrana y trombomodulina]), pero también pueden parti- normal con recambio plasmático es eficaz para interrumpir el
cipar mecanismos autoinmunes (anticuerpos anti-factor H)549. proceso de la enfermedad, pero debido a su vida media corta (de
El número de mutaciones del complemento identificadas 2 a 3 días), se requiere un tratamiento intenso, y las recaídas son
se ha incrementado desde 109 en el año 2008 a 604 en 2013550. frecuentes. Más del 80% de estos pacientes progresan a ERCT, y
Todas juntas explican hasta un 70% de los casos de SHUa. el riesgo de recurrencia después del trasplante es muy alto (del
Aunque la penetrancia de la mutación es incompleta, y los 30-100%)526,544,554. Los trasplantes de donante vivo deben evitarse
portadores sanos se encuentran frecuentemente dentro de debido al alto riesgo de recurrencia en el receptor y el riesgo
las familias, las investigaciones genéticas son clínicamente potencial de desencadenar la enfermedad en el donante, que
útiles porque permiten evaluar el riesgo de recidiva de la puede ser portador de un factor de susceptibilidad genético no
enfermedad postrasplante, la elegibilidad para el trasplante de reconocido506.
hígado y, posiblemente, la seguridad de retirar el tratamiento Los anticuerpos neutralizantes contra el factor H son un
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

con eculizumab551. mecanismo importante alternativo de inactivación de este factor.


La inactivación defectuosa del complemento provoca daño Los autoanticuerpos anti-factor H parecen surgir en pacientes
persistente endotelial después de la resolución del factor acti- con deleciones en los genes que codifican la proteína I o III
vador, que generalmente es una infección bacteriana o vírica, y relacionada con el factor H del complemento526,555. En una
explica la naturaleza recurrente del SHUa. Los niveles séricos cohorte multicéntrica de 138 niños hindúes con SHU asocia-
persistentemente bajos de C3 y más sensiblemente los niveles do a anticuerpos anti-factor H (56% de pacientes con SHU),
aumentados de C3d indicando la activación de la vía alternativa la combinación de recambios plasmáticos y la inducción con
son una prueba importante para el diagnóstico de este tipo de inmunosupresión compuesta de metilprednisolona, con o sin
SHUa549. ciclofosfamida intravenosa o rituximab, dio lugar a una mejora
El tipo de anomalía en el complemento determina la presen- significativa en la supervivencia renal y a un descenso en el título
tación clínica, la respuesta a la terapia plasmática y el riesgo de de anticuerpos. Los factores de riesgo independientes significa-
recurrencia antes y después del trasplante renal526. El factor H del tivos para resultados adversos fueron un título de anticuerpos
complemento normalmente se ve afectado, por lo general por superior a 8.000 unidades arbitrarias (UA)/ml, nivel de C3
mutaciones heterocigotas que producen una síntesis alterada o, bajo y retraso en iniciar el recambio plasmático554. La deleción
más a menudo, una función deficiente de la inactivación de C3 hetero y homocigota de CFHR1 y CFHR3 a través de eventos de

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2356 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

recombinación homóloga no alélica derivadas de CFH se asocia DGKE aparece en el endotelio, plaquetas y podocitos y atenúa
con un riesgo aumentado de SHUa556. la señalización de la proteína cinasa C (PKC) mediante la
Las mutaciones en el factor I del complemento, el cofactor inactivación de los diacilgliceroles que contienen ácido ara-
circulante para la proteína cofactora de membrana y el factor H, quidónico. La pérdida de función de DGKE da lugar a un
por lo general causan una deficiencia de proteína detectable estado protrombótico. Los individuos afectados tienen SHUa
por bajos niveles circulantes de factor I. El efecto clínico y la antes del año de edad. Los episodios suelen ser autolimitados,
respuesta a la terapia con plasma son similares a la enfermedad pero los pacientes desarrollan hipertensión, hematuria, pro-
mediada por factor H557. teinuria (algunas veces en rango nefrótico) y ERC progresiva.
La proteína cofactora de membrana se expresa en la superficie La ERCT normalmente ocurre en la segunda década de la
de las células endoteliales. Forma parte del complejo de inacti- vida565.
vación C3. Las mutaciones en el gen de esta proteína producen
una pérdida de su expresión en las superficies de todas las células Tratamiento y pronóstico
endoteliales. Aunque el tratamiento con plasma resulta ineficaz, Históricamente, el tratamiento con plasma ha sido la prime­
a menudo la enfermedad es autolimitada. En aquellos casos que ra línea de tratamiento empírico en pacientes con SHUa567.
progresan a ERCT, la enfermedad no recurre en los riñones El intercambio plasmático e incluso a veces las infusiones
trasplantados, que tienen una expresión normal de la proteína de plasma repetidas parecen tener algún efecto beneficioso
cofactora de membrana557. en aquellos pacientes con mutaciones en los factores H, I, B
El SHUa también puede estar provocado por mutaciones en o C3 526,557,567. Sin embargo, debido a la vida media corta de
el factor del complemento C3. Puesto que estas mutaciones los factores del complemento, el tratamiento con plasma
afectan por lo general al dominio de unión del factor H558, el necesita llevarse a cabo al menos dos o tres veces por semana
curso de la enfermedad es similar al que ocurre en los casos de para conseguir y mantener concentraciones suficientemente
mutación del factor H, con un curso progresivo y recurrente y altas567. Por el contrario, el uso de plasma no corrige el defec-
un alto riesgo recurrencia postrasplante549. to patogénico subyacente en los pacientes con mutaciones
en la proteína cofactora de la membrana endotelial (MCP)
Síndrome hemolítico urémico debido a deficiencia y no se ha visto que afecte a los resultados clínicos en estos
de proteasa de escisión del factor Willebrand individuos567.
El SHUa también puede estar causado por una actividad defici- Durante los últimos 5 años, se ha conseguido una mejoría
taria de la proteasa de escisión del factor von Willebrand (FvW), espectacular en el tratamiento de pacientes con SHUa gracias a
ADAMTS13, que es una metaloproteinasa y desintegrina con la introducción en la práctica clínica de fármacos eficaces que
fracción de trombospondina tipo 1, miembro 13 (disintegrin-like inhiben al complemento, el anticuerpo monoclonal eculizu-
metalloprotease with thrombospondin type 1 repeat motifs 13)544,559. mab551. El eculizumab bloquea la actividad del complemento al
Esta proteasa normalmente degrada grandes multímeros del fragmentar la proteína C5 y previene la generación de péptido
FvW. El acúmulo de estos multímeros conduce a la activación inflamatorio C5a y el complejo de ataque a la membrana citotó-
sistémica plaquetaria y trombosis525. La deficiencia autosómica xico (CAM) (v. fig. 74.14)515.
recesiva de esta proteasa es causa muy poco frecuente de SHU En la era pre-eculizumab, los pacientes con mutaciones en
atípico560. En adolescentes y adultos, los autoanticuerpos frente a los genes reguladores del complemento que no respondían
dicha proteasa de escisión pueden ser causa de microangiopatía al tratamiento con plasma y/o padecían un curso recurren-
trombótica561. te de la enfermedad era probable que evolucionaran hacia
la ERCT 557. Tradicionalmente, un tercio de los individuos
Síndrome hemolítico urémico asociado fallecían o progresaban a ERCT después de la manifestación
a deficiencia de cobalamina C sintasa inicial de la enfermedad, y dos tercios lo hacían dentro de los
Otra causa importante, probablemente infradiagnosticada 12 meses posteriores a su aparición. El empleo de eculizumab
y tratable del SHU atípico en niños es la deficiencia de ha mejorado radicalmente el pronóstico de los episodios de
cobalamina C sintasa 562,563. Esta anomalía metabólica está SHUa y globalmente de la enfermedad 508,551,568-571. Se ha obje-
provocada por mutaciones en el gen MMACHC (methyl malo- tivado una notable mejora tardía en la función renal, incluso
nic aciduria and homocystinuria type C protein, aciduria metil- en pacientes con ERC que habían sido sometidos a tratamiento
malónica con homocistinuria tipo C) que produce unos crónico con plasma572. Por consiguiente, el eculizumab es en
niveles plasmáticos excesivamente altos de homocisteína la actualidad el tratamiento de primera línea recomendado
plasmática endotelio-tóxica. Suplementar con vitamina B 12 para niños con SHUa mientras esperan los resultados de las
y ácido fólico disminuye rápidamente los niveles plasmáticos pruebas de diagnóstico. Además de ser más eficaz que la terapia
de homocisteína a casi la normalidad y revierte los síntomas plasmática, las infusiones de este fármaco evitan los riesgos
del SHUa. Mientras que los primeros casos publicados des- y complicaciones del recambio plasmático y de los catéteres
cribían la aparición del síndrome en el período neonatal, venosos centrales551.
las formas más leves aparentemente pueden manifestarse Si se detectan autoanticuerpos dirigidos frente al factor H o
en la infancia más tardía 564 . En vista de las importantes la ADAMTS13, se debe cambiar el eculizumab por plasmaféresis
implicaciones terapéuticas del diagnóstico del trastorno, utilizando albúmina como líquido de sustitución289 e iniciar
la detección de homocisteína plasmática debe ser parte del terapia inmunosupresora para prevenir la formación de anti-
diagnóstico del SHUa infantil. cuerpos526.
La duración apropiada de la costosa terapia con eculizumab
Síndrome hemolítico urémico asociado en los SHUa relacionados con trastornos hereditarios del com-
a mutaciones de diacilglicerol cinasa ε plemento es actualmente un tema a debatir. En individuos con
Recientemente se han identificado mutaciones recesivas en mutaciones asociadas con pobres resultados (CFH, C3, CFB) el
DGKE (que codifica a diacilglicerol cinasa épsilon) que se cose- tratamiento con el anticuerpo durante toda la vida puede ser
gregaron con SHUa en nueve familias no relacionadas565. Las apropiado. Por el contrario, puede ser razonablemente retirado
variantes de DGKE también se han descrito como causa de una en el subgrupo de niños con una mutación aislada de MCP que
microangiopatía glomerular tipo membranoproliferativa 566. se han recuperado completamente551.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2357

Los pacientes con SHU atípico sometidos a trasplante renal en niños con una altura reducida absoluta que parecen estar
tienen un alto riesgo de recurrencia y pérdida del injerto549. En creciendo normalmente a lo largo de un percentil de altura
una serie de 57 pacientes con SHUa (dos tercios confirmados determinado, el trasplante renal con éxito puede dar lugar a un
eran portadores de mutación del complemento) que recibieron crecimiento de recuperación en el rango normal a medida que
71 aloinjertos renales, la supervivencia de riñón trasplantado se recuperan las condiciones óptimas de crecimiento, lo que su­
a 5 años cuando se censuró la pérdida por fallecimiento del giere la supresión persistente del potencial de crecimiento en
paciente fue del 51%573. Para el caso de determinadas ano- el estado urémico.
malías genéticas, el riesgo de recurrencia es probablemente El inicio de los signos clínicos de la pubertad, así como el
cercano al 100%. En consecuencia, los pacientes con ERCT comienzo del «estirón» en esta etapa, ocurre con un retraso de
debida a SHUa fueron tradicionalmente no considerados a ser hasta 2 años, dependiendo del grado de disfunción renal577. La
candidatos a trasplante. La llegada del eculizumab ha cambiado ganancia de altura en la pubertad se reduce en un 50% (de 30 a
totalmente las perspectivas para esta población508,569,570. No es 15 cm) en adolescentes con ERCT. Las tallas finales de los adultos
solamente eficaz en revertir la recurrencia del SHU después por debajo del rango normal se alcanzan entre el 30% y el 50%
del trasplante572, sino que también es probable que impida la de los niños con ERC, aunque se ha observado una tenden­
recurrencia de la enfermedad postrasplante si se administra cia de mejora de las alturas finales durante la última década. La
profilácticamente en individuos de alto riesgo508,569,570. Alternati- duración de la ERC, la presencia de nefropatía congénita y
vamente, ya que la mayor parte de los factores de complemento el género masculino se encuentran entre los predictores más
circulantes se sintetizan en el hígado, el trasplante hepático importantes de una estatura final reducida575.
(o combinado hígado-riñón si la ERCT está ya establecida)
puede considerarse como una opción de tratamiento curativo CAUSAS DE RETRASO DEL CRECIMIENTO
en pacientes con anomalías genéticas del complemento con- Y DESARROLLO EN LA ENFERMEDAD
firmadas549. RENAL CRÓNICA
En individuos con déficit de cobalamina C puede ser nece- Durante la infancia, el crecimiento depende en su mayor
saria la sustitución para toda la vida de la vitamina B12. No parte de factores nutricionales y metabólicos. La falta de
existe tratamiento específico para niños con nefropatía DGKE. crecimiento en niños con ERC se debe normalmente a una
Debido a que esta entidad no se asocia a una activación anormal inadecuada ingesta espontánea de nutrientes debida a ano-
del complemento, los episodios de enfermedad son resistentes rexia y vómitos frecuentes. La ingesta espontánea energética
al eculizumab y la enfermedad no recurre después del tras- reducida que es consecuencia de la anorexia urémica comien-
plante574. za a afectar a la velocidad de crecimiento cuando se reduce
Otras modalidades terapéuticas aplicadas previamente, como por debajo del 70-80% de la cantidad diaria recomendada.
agentes antiplaquetarios, heparina, fibrinolíticos, esteroides e La casi inevitable anorexia y pérdida de peso en estos niños
inmunoglobulinas intravenosas, no son eficaces en el SHUa526. puede o no estar relacionada con un estado subclínico de
microinflamación, como se observa en los pacientes adultos578.
Algunos factores adicionales que contribuyen a los vómitos y
la anorexia son el acúmulo de factores que participan en la
ALGUNAS CONSIDERACIONES regulación de la saciedad y el frecuente retraso general del
DE LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA desarrollo psicomotor en la uremia. El vaciamiento gástrico
EN PEDIATRÍA está anormalmente enlentecido. Las pérdidas de líquidos y
electrolitos debidas a disfunción tubular en las enfermedades
CRECIMIENTO, NUTRICIÓN Y DESARROLLO que cursan con riñones displásicos y los episodios catabólicos
relacionados con infecciones intercurrentes pueden también
La falta de crecimiento estatural y del desarrollo sexual se encuen- tener un papel en el empeoramiento del retraso del creci-
tran entre las complicaciones más evidentes e importantes de la miento infantil.
ERC en la infancia. El retraso del crecimiento y el desarrollo La acidosis metabólica, que normalmente ocurre cuando
pueden interferir notablemente con el ajuste psicosocial y son la TFG está por debajo del 50% de la normalidad, contribuye
mencionados de manera más consistente por los adultos jóvenes también al retraso en el crecimiento asociado a la ERC a través
que han sobrevivido a la ERC de inicio infantil como factores de varios mecanismos, incluyendo un aumento de la degrada-
importantes que comprometen su integración social y calidad ción proteica, la secreción suprimida de la GH y del factor de
de vida subjetiva. crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1, insulin-like growth
factor-1), así como el deterioro de la expresión del receptor de
PATRONES DE RETRASO DEL CRECIMIENTO GH e IGF-1 en los tejidos diana. Por tanto, la acidosis metabólica
EN LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

en la ERC induce un estado de insuficiencia y falta de sensibi-


El impacto de la uremia y sus secuelas en el crecimiento estatu- lidad a la GH575.
ral depende de la edad de la primera manifestación de la ERC. Independientemente de la acidosis, los sistemas endocrinos
Un tercio del total del crecimiento posnatal ocurre durante muestran una disregulación compleja en el estado urémico.
los 2 primeros años de vida. Por lo tanto, cualquier circuns- Los niveles circulantes de GH son normales o están aumenta­
tancia que afecte a su ritmo durante la infancia producirá dos debido a un defecto en el aclaramiento metabólico, pero su
un rápido y grave retraso. Durante el primer año de vida, se velocidad actual de secreción por la pituitaria está disminuida579.
puede perder hasta 1 desviación estándar (DE) de la altura La síntesis de IGF-1 inducida por la GH se ve afectada debido a
relativa en 2 meses de uremia no tratada575. Entre el segundo una activación dañada de la vía de señalización de JAK2/STAT5
año de vida y el inicio de la pubertad, la falta de crecimiento dependiente de la GH (Janus cinasa 2/transductor de señal
es más imperceptible. Los patrones de crecimiento típicamen- y activador de transcripción 5, Janus kinase 2/signal transducer
te permanecen estables a lo largo de los percentiles norma- and activator of transcription-5)580 (fig. 74.16). Este defecto de
les mientras la TFG se mantenga por encima de los 25 ml/ señalización posreceptor puede estar producido por una regula-
min/1,73 m2 pero gradualmente se desvían del rango normal ción positiva de supresores inhibitorios de la señalización STAT
en las etapas 4 y 5 de la ERC (fig. 74.15)576. Sin embargo, incluso (proteínas SOCS [supresión de la señalización de citocina]) que

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2358 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.15  Patrón de crecimiento dependiente de la tasa de filtración glomerular (TFG) en niños con insuficiencia renal crónica
debida a trastornos renales hipodisplásicos. Aproximadamente fueron evaluados 100 niños por intervalo de edad. Se muestra la media ± 1
desviación estándar (DE) de la altura en niños con una TFG promedio mayor o menor de 25 ml/min/1,73 m2. (Adaptado de Schaefer F, Wingen AM,
Hennicke M, et al: Growth charts for prepubertal children with chronic renal failure due to congenital renal disorders. European Study Group for Nutritional
Treatment of Chronic Renal Failure in Childhood. Pediatr Nephrol 10:288-293, 1996.)

son inducidas por las citocinas inflamatorias en los estados uré-


micos. Además, la acumulación de proteínas de unión a IGF-1 da
como resultado un exceso molar de proteínas de unión a IGF en
relación con IGF circulantes, lo que provoca una bioactividad
reducida de IGF. Finalmente, la secreción normal o reducida de
GH en presencia de una bioactividad marcadamente disminuida
de IFG-1 es compatible con una activación insuficiente por retro-
alimentación o feedback del eje de la hormona somatotrópica en
el hipotálamo y de los niveles de la hipófisis. En resumen, estos
hallazgos indican el fracaso homeostático a múltiples niveles del
sistema GH-IGF-1, que puede estar en parte relacionado con la
inflamación crónica.
El eje de la hormona gonadotrópica está sujeto a una activa-
ción dañada similar en la ERC579. Los pacientes en el período
peripuberal con enfermedad renal avanzada o ERCT tienen
niveles normales o bajos de esteroides sexuales o gonadales
en presencia de unos valores elevados de gonadotropinas
circulantes. Esta elevación de gonadotropinas es debida a que
está dañado el aclaramiento metabólico hormonal, mientras
que las tasas de secreción hipofisaria son bajas, posiblemen-
te debidas a la alteración de la secreción del hipotálamo de
GnRH relacionada con el aumento del tono inhibidor neuro-
transmisor. Además de la activación nerviosa central deficita-
ria, hay acumulación de factores circulantes que inhiben la
liberación de GnRH desde el hipotálamo y de testosterona
desde las células de Leydig. Finalmente, la comunicación
cruzada entre hormonas gonadotrópicas y somatotrópicas
durante la pubertad parece estar alterada, como lo demuestra
un aumento abrupto de la secreción de GH en respuesta al
aumento de los niveles de esteroides sexuales. Así, la uremia Figura 74.16  Señalización de la hormona del crecimiento pos-
parece producir en estado de resistencia endocrina múltiple, receptor dañada en ratas con uremia experimental. Parte superior,
acumulación nuclear deficitaria de tirosina fosforilada STAT5 (trans-
inhibiendo efectivamente el crecimiento longitudinal y el
ductor de señal y activador de transcripción 5) y de la proteína STAT3
desarrollo sexual.
en la estimulación de la hormona de crecimiento en hígados de ratas
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL RETRASO con enfermedad renal crónica (ERC) comparado con controles some-
tidos a la misma alimentación («pair-fed»). Parte inferior, fosforilación
DE CRECIMIENTO EN LA ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
hepática reducida de JAK2 (Janus cinasa 2), STAT5, STAT3 y STAT1 en
En niños con ERC, las medidas más importantes para evitar ratas urémicas. (De Schaefer F, Chen Y, Tsao T, et al: Impaired JAK-STAT
retraso del crecimiento en la uremia son aportar una ingesta signal transduction contributes to growth hormone resistance in chronic
energética adecuada, corregir la acidosis metabólica y mantener uremia. J Clin Invest 108:467-475, 2001.)

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2359

Figura 74.17  Efectos favorables de la terapia a largo plazo con la hormona de crecimiento recombinante humana (rGH) en la altura
final del adulto en niños con enfermedad renal crónica (ERC). Se muestran curvas de crecimiento medias sincronizadas para 38 niños
(32 niños y 6 niñas) con ERC que fueron tratados con rGH y para 50 niños control con ERC que no recibieron rGH. Los valores normales están
indicados en los percentiles 3,50 y 97. Los círculos hacen referencia al momento de la primera monitorización (el inicio de tratamiento con rGH
en los niños tratados) y el final del estirón puberal. (Haffner D, Schaefer F, Nissel R, et al: Effect of growth hormone treatment on the adult height of
children with chronic renal failure. German Study Group for Growth Hormone Treatment in Chronic Renal Failure. N Engl J Med 343:923-930, 2000.)

el equilibrio hidroelectrolítico581. Con frecuencia se requiere local de IGF-1, con solo un ligero efecto sobre las proteínas
alimentación suplementaria por sonda nasogástrica o gastros- de unión al IGF. Restaura la bioactividad normal del IGF-1 y
tomía para conseguir estos objetivos. estimula el crecimiento longitudinal. En niños con ERC en la
La ingesta calórica debe ir dirigida a proporcionar del 80 al etapa prediálisis, la velocidad de la altura normalmente se dobla
100% de la cantidad diaria recomendada para un niño sano. El en el primer año de tratamiento, y se observa un crecimiento es­
aumento por encima del 100% no induce un mayor crecimiento, table, aunque menos marcado durante los siguientes años de
sino que produce obesidad, con un posible impacto adverso en la terapia. Los estudios a largo plazo han demostrado aumentos
salud cardiovascular a largo plazo. La ingesta de proteínas debe estandarizados promedio de la estatura de −2,6 a −0,7 DE en
de ser al menos del 100% de la ingesta dietética de referencia, niños norteamericanos, −3,4 a −1,9 DE en niños alemanes y
pero no debe exceder el 140% de esta en pacientes con ERC −3,0 a −0,5 DE en niños holandeses después de 5 a 6 años de
en estadio 2 o 3 y de 120% en niños con ERC en estadio 4 o 5. tratamiento575.
Para limitar el fósforo y la carga ácida debe evitarse una ingesta La respuesta terapéutica a la rGH en pacientes con ERC es
excesiva de proteínas en la ERC que está progresando. Una superior a la observada en niños sometidos a diálisis o a tras-
ingesta moderada resulta segura para preservar el crecimiento plante renal, probablemente debido a una resistencia urémica
y el estado nutricional582. a la GH más marcada en la ERCT y al efecto supresor del creci-
La acidosis metabólica debe ser rigurosamente tratada con miento de los glucocorticoides en los receptores de aloinjertos
suplementos alcalinos. Además, el aporte de agua y electrolitos renales. En individuos que recibieron rGH estudiados alrededor
es esencial para niños que tienen poliuria y/o nefropatías pierde- de los 9 a 10 años de edad y seguidos hasta la pubertad hasta
sal. Las pérdidas hidroelectrolíticas son muy frecuentes y por alcanzar la altura final, el crecimiento alcanzado se limitó en
lo general se infraestiman en niños con anomalías renales dis- gran medida al período prepuberal584 (fig. 74.17). La altura final
plásicas e hipoplásicas. mejoró notablemente en comparación con un grupo de control
La provisión temprana y constante de nutrientes suplemen- no tratado, con un beneficio global atribuido al tratamiento
tarios, líquidos y electrolitos, con un aporte garantizado por rGH de 10 a 15 cm. La ganancia total en altura se correlacionó
alimentación enteral vía sonda nasogástrica o gastrostomía positivamente con la duración del tratamiento y se vio afectada
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

percutánea siempre que sea necesario, ha mejorado notable- de forma negativa por el tiempo transcurrido en diálisis. Estas
mente el crecimiento y desarrollo de los niños pequeños con experiencias permiten concluir que el tratamiento con rGH
ERC575,583. En la etapa postinfantil, la nutrición, los líquidos y el debe iniciarse tan pronto como sea posible en el período prediá-
balance electrolítico continúan siendo factores que posibilitan lisis de la ERC, preferiblemente antes de que ocurra un retraso
un crecimiento longitudinal adecuado, pero el crecimiento grave del crecimiento.
que se alcanza no suele proporcionarse únicamente median-
te medidas dietéticas y complementarias. Si el retardo en el COMORBILIDAD CARDIOVASCULAR
crecimiento resulta inminente y/o ya ha ocurrido, a pesar de EN LA ENFERMEDAD RENAL
una provisión de nutrientes, sales y líquidos, entonces el trata-
CRÓNICA EN PEDIATRÍA
miento con hormona de crecimiento recombinante (rGH) es
una opción posible. La eficacia y seguridad de esta hormona Un supuesto común en la medicina cardiovascular es que la pre­
en estos casos ha sido demostrada en numerosos ensayos a sión arterial alta y otros factores de riesgo identificados en la po­
corto y largo plazo. Su administración a dosis farmacológicas blación adulta afectan solo a los adultos mayores. Sin embargo,
(0,05 mg/kg/día subcutáneo) supera la resistencia endógena la enfermedad cardiovascular asociada a la ERC ya está presente
a la GH y aumenta notablemente la producción sistémica y en la infancia y se manifiesta de forma relativamente precoz en

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2360 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

de la presión sanguínea en la población general que coincide


con la edad, el género y la estatura. La definición de hiperten-
sión es la presión sanguínea sistólica y/o diastólica que por lo
menos en tres ocasiones es mayor o igual que el percentil 95
correspondiente a la edad, el género y la talla. Valores de más de
5 mmHg por encima del percentil 99 definen la hipertensión
en estadio 2. Los valores entre el percentil 90 y el percentil 95
con cualquier nivel de presión sanguínea igual o superior a
120/80 mmHg se denominan prehipertensión588. Es importan-
te tener en cuenta que los niños pueden ser hipertensos con
valores absolutos de presión sanguínea que pueden no parecer
altos para los adultos. Por ejemplo, una presión arterial de
120/75 mmHg representa hipertensión grave estadio 2 en un
niño de 2 años de edad, hipertensión estadio 1 en uno de 7 años
y prehipertensión en niño de 11 años de altura media. Los
patrones circadianos alterados de la presión sanguínea, como
se describen en adultos con ERC, pueden detectarse monitori-
Figura 74.18  Supervivencia a largo plazo de 283 pacientes con zando la presión de forma ambulatoria589. Aproximadamente el
ERCT de inicio en la infancia. Línea punteada verde, tasa de super- 10% de este grupo poblacional con ERC tienen la denominada
vivencia considerando todas las causas de muerte. Línea roja, tasa hipertensión enmascarada –es decir, presión sanguínea elevada
de supervivencia teniendo en cuenta solamente las causas de muerte con supervisión de 24 horas a pesar de las lecturas normales
cardio y cerebrovasculares. Línea azul, tasa de supervivencia en la de la consulta–, una condición asociada con un aumento de
población general. Recuadro, cortes de TC de un paciente varón la prevalencia de la hipertrofia ventricular izquierda (HVI)590.
de 27 años de edad en hemodiálisis con calcificación extensa en Existen varias calculadoras online disponibles para comparar la
las tres arterias coronarias y en aorta. (De Oh J, Wunsch R, Turzer M, presión sanguínea de un niño de un determinado sexo, edad y
et al: Advanced coronary and carotid arteriopathy in young adults with altura con la de la población normal (p. ej., www.pediatriconcall.
childhood-onset chronic renal failure. Circulation 106:100-105, 2002.) com/fordoctor/pedcalc/bp.aspx).
Las pautas actuales de tratamiento recomiendan el con-
trol regular de la presión arterial para todos los niños con
ERC591. Además de las mediciones en consulta hospitalaria,
también debe llevarse a cabo una monitorización ambulatoria,
el curso de la afectación renal585, conduciendo a la morbilidad al menos una vez al año y dentro de 1 a 2 meses de la modifica-
y mortalidad significativas de causas cardiovasculares cuando la ción de la terapia en pacientes que están recibiendo fármacos
ERCT se ha desarrollado, incluso durante la niñez (fig. 74.18)586. antihipertensivos. Ha de considerarse que los niños con ERC
Entre los individuos menores de 19 años de edad con ERCT, la tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares,
enfermedad cardíaca es la responsable de 22 muertes/1.000 pa­ y las intervenciones terapéuticas deben iniciarse cuando la
cientes-año, que representan el 16% de todas las muertes en cau­ presión arterial exceda el percentil 90 para la edad y altura.
cásicos y el 26% en los afroamericanos. Esto se traduce en un El objetivo es lograr una presión arterial durante las 24 horas
aumento de hasta 1.000 veces el riesgo en comparación con el de muy por debajo del percentil 75591. También se recomiendan
la población general. los cambios en el estilo de vida; por ejemplo, realizar una
mayor actividad física, evitar alimentos salados y reducir peso
HIPERTENSIÓN en niños obesos con ERC, pero muy pocas veces son eficaces
La ERC es la causa más frecuente de hipertensión arterial en la como medidas únicas587. Los inhibidores de la ECA y los anta-
infancia. Su prevalencia es de alrededor del 40-50% en niños gonistas de los receptores de la angiotensina deberían ser
con ERC estadios 2 a 4 y se acerca al 90% en el momento en los fármacos antihipertensivos de primera elección (v. más
que la ERCT se ha desarrollado. La presión arterial elevada se adelante «Progresión de la enfermedad renal crónica niños»)
asocia con lesión de órgano diana durante la infancia y está y administrados a las dosis adecuadas (p. ej., ramipril 6 mg/
estrechamente relacionada con la velocidad de progresión de m2/día592 o candesartán 0,2 a 0,4 mg/kg/día593), normalizarán
la insuficiencia renal. las cifras de presión en la mayoría de los pacientes. Si ello
La hipertensión asociada a ERC se desarrolla debido a resulta insuficiente, debe añadirse un diurético de asa (p. ej.,
determinados mecanismos fisiopatológicos587. La sobrecarga furosemida, de 2 a 4 mg/kg/día), seguido de los bloqueantes
de volumen y la activación del sistema REANAL son defi- de los canales de calcio (p. ej., amlodipino, 0,2 mg/kg/día).
nitivamente cruciales en este proceso, y la hiperactivación El momento de la dosificación del fármaco debe adaptarse
simpática, la disfunción endotelial y el hiperparatiroidismo para lograr un control óptimo de la presión arterial durante
crónico son probables factores que contribuyen a las nefro- 24 horas, tal como se verifica mediante la monitorización
patías pediátricas como lo hacen en las enfermedades renales ambulatoria de la presión arterial.
del adulto.
La definición de hipertensión arterial en la población pediá- PARÁMETROS CARDIOVASCULARES INTERMEDIOS
trica es un desafío. La presión sanguínea aumenta de manera EN NIÑOS CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
fisiológica en aproximadamente 30 mmHg a lo largo de la infan- La HVI y el aumento del grosor íntima-media carotídeo apare-
cia. Además, a cualquier edad, depende del tamaño corporal cen no solamente en niños hipertensos con ERC avanzada, en
relativo. Debido a la baja mortalidad y al largo tiempo de retraso los que las alteraciones del metabolismo mineral y la sobrecarga
de las complicaciones cardiovasculares, no están disponibles de volumen son importantes factores de riesgo sobreimpuestos,
criterios potentes de resultado clínico para definir los valores sino también en niños con hipertensión esencial de inicio tem-
críticos de presión arterial de corte en los niños. Por lo tanto, prano e incluso en los que tienen hipertensión enmascarada. La
en este grupo poblacional se define en base a la distribución HVI es la alteración cardíaca identificable más frecuente en la

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2361

Figura 74.19  Cambio en el grosor íntima-media carotídeo (GIMc) determinado mediante ecografía en niños con enfermedad renal
crónica, en los sometidos a diálisis y en trasplantados renales. El intervalo de tiempo medio entre la primera y segunda monitorización (mon)
fue de 12 meses. El GIM se expresa como la puntuación de la desviación estándar (DE) normalizada para la edad y sexo. El área sombreada
denota el rango normal, con DE de −1,64; 0 y +1,64 que se corresponden con los percentiles 5, 50 y 95. DE del GIMc, cambio en la puntuación
de la desviación estándar del grosor íntima-media. (De Litwin M, Wühl E, Jourdan C, et al: Evolution of large-vessel arteriopathy in pediatric patients
with chronic kidney disease. Nephrol Dial Transplant 23:2552-2557, 2008.)

ERC y el indicador más importante de riesgo cardiovascular en media y la rigidez de la arteria carótida se correlacionan con
el adulto y en el paciente pediátrico con ERCT594-597. Se piensa el grado de hiperparatiroidismo, producto calcio-fósforo
que contribuye al mayor riesgo de muerte súbita cardíaca en en suero y dosis acumulativas de quelantes del fósforo con
niños con ERC debido a las arritmias letales provocadas por contenido cálcico.
la fibrosis miocárdica y la hipertrofia celular. Está presente
en aproximadamente el 15-30% de niños con ERC estadio 2
a 4598,599, en el 50-75% de los niños sometidos a diálisis600,601 y en PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD RENAL
el 50-67% de los receptores de injerto renal602,603. Se observan CRÓNICA EN NIÑOS
cambios concéntricos y excéntricos de la geometría ventricu-
lar izquierda, lo que sugiere que los mecanismos patogénicos EVOLUCIÓN DE LA FUNCIÓN RENAL
en relación con la presión y volumen están operativos604. Un EN NIÑOS CON ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
aumento temprano en el volumen circulatorio en la ERC podría La evolución de la función renal en la ERC pediátrica está
ser provocado por la hiperactivación de los sistemas REANAL y principalmente determinada por la edad y el grado de insu-
nervioso simpático. Más aun, hay evidencia que indica que exis- ficiencia renal en el momento de la primera manifestación
ten mecanismos no hemodinámicos que afectan al crecimiento y de la enfermedad. Dos tercios de los niños con CAKUT pro-
función ventricular izquierdos, incluyendo el hiperparatiroidis- gresan a ERCT durante las dos primeras décadas de la vida608.
mo, citocinas inflamatorias y otras vías autocrinas y paracrinas. El aumento fisiológico temprano de la TFG suele extenderse
Además de estos cambios morfológicos, alrededor del 25% de hasta los primeros 3 a 4 años de vida, que potencialmente refleja
los niños con ERC leve a moderada tienen un daño subclínico una hipertrofia adaptativa del número reducido de las nefronas
de la función sistólica ventricular izquierda 605. La disfunción funcionantes609. En aproximadamente el 50% de los individuos,
sistólica es más frecuente en pacientes con HVI y se asocia con a esta fase temprana incremental le sigue un período estable
una baja TFG y anemia. o muy lento de deterioro de función, que normalmente dura
Por otra parte el aumento de la evidencia tanto en niños de 5 a 8 años. Alrededor del inicio de la pubertad, la pérdida
como en adultos ha sugerido que el trastorno mineral óseo aso- de la TFG tiende a acelerarse, conduciendo normalmente
ciado a la ERC y su tratamiento no solo afectan al metabolismo a la ERCT en la adolescencia tardía o en la edad adulta tem-
óseo y mineral, sino que también contribuyen al desarrollo de
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

prana (fig. 74.20). Las razones para esta progresión no lineal


la vasculopatía urémica calcificante. Esto es la consecuencia se desconocen y pueden ser debidas, entre otras, a una capaci-
de una redistribución de las sales minerales desde el esque- dad insuficiente de las nefronas para adaptarse a las crecientes
leto hacia las grandes arterias y los compartimentos de los necesidades metabólicas durante el período de crecimiento
tejidos blandos. Las arterias coronarias aparecen calcificadas puberal, a efectos adversos renales de los incrementos en la pro-
en pacientes adolescentes individuales sometidos a diálisis 606 ducción de esteroides sexuales en esta etapa y/o a una esclerosis
y en más del 90% de adultos jóvenes con ERC de inicio en la degenerativa acelerada de un número decreciente de nefronas
infancia586 (v. fig. 74.18). Se pueden detectar signos precoces remanentes que hiperfiltraban. En niños con hipoplasia renal
de vasculopatía, como aumento del grosor íntima-media grave, el aumento de la TFG puede verse atenuado, y en su lugar
y rigidez de la arteria carótida en la segunda década de la aparecer una progresión temprana a ERCT. Alrededor del 20%
vida607. Ambas alteraciones funcionales y morfológicas pro- de los individuos con hipoplasia mantienen una TFG estable,
gresan con el paso del tiempo y son más acusadas en adoles- incluso después de la pubertad. Los estudios de seguimiento
centes en diálisis, pero también se pueden apreciar en niños han mostrado que, en pacientes con hipoplasia bilateral leve,
con ERC moderada y parecen mejorar parcialmente después el deterioro progresivo de la TFG se produce con frecuencia
de un trasplante renal exitoso (fig. 74.19). El grosor íntima- en la tercera década de la vida.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2362 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

Figura 74.20  Cambio espontáneo medio en la tasa de filtración glomerular (TFG) en 385 niños con enfermedad renal crónica (ERC)
asignados aleatoriamente a las condiciones de tratamiento en el ensayo ESCAPE (medido durante el período de preinclusión). La velocidad
de la progresión de la insuficiencia renal en niños depende de la enfermedad renal subyacente, edad y estadio de la ERC.

más rápida de la TFG582. El ensayo aleatorizado y prospectivo


ESCAPE (Effect of Strict Blood Pressure Control and ACE
Inhibition on the Progression of CRF in Pediatric Patients)
demostró que en niños con ERC debida a varias causas, el tra-
tamiento antihipertensivo intensificado para conseguir una pre­
sión sanguínea dentro del rango normal-bajo (< al percentil 50
para su edad) se asoció con una mejora en la supervivencia a
largo plazo610 (fig. 74.21). La proteinuria es predictora de la
progresión de la ERC en niños, como sucede en poblaciones
adultas. Predice la progresión de la enfermedad renal en niños
con hipodisplasia e, incluso en niños con función renal normal,
la proteinuria persistente en rango nefrótico es un factor de
riesgo para el daño progresivo renal. En el ensayo ESCAPE, para
los niños que recibieron inhibidores de la ECA a dosis fija, la
proteinuria residual demostró ser predictora de la progresión
de la ERC, a pesar del tratamiento. Estos hallazgos proporcionan
una justificación potente para el empleo congruente y temprano
de los protocolos de tratamiento con antagonistas del sistema
REANAL610.
Tanto los inhibidores de la ECA como los antagonistas del
Figura 74.21  Efecto del control intensificado de la presión receptor de la angiotensina han demostrado ser seguros y
sanguínea en la supervivencia renal en niños con enfermedad eficaces en niños con ERC. El ramipril, administrado a una
renal crónica (ERC). En un plazo de 5 años, el 30% de los pacientes dosis de 6 mg/m2/día, normalizó la presión arterial y redujo la
asignados aleatoriamente a un control intensivo de 24 horas con un proteinuria en aproximadamente un 50% en los pacientes del
objetivo de presión arterial normal-bajo alcanzó el end point o punto ensayo ESCAPE592. Resultados similares se han obtenido con
final de la pérdida de la tasa de filtración glomerular (TFG) del 50% o los antagonistas del receptor de la angiotensina losartán277,611,
enfermedad renal crónica terminal (ERCT), comparado con el 42% de valsartán612 y candesartán593. Cabe señalar, sin embargo, que la
los pacientes asignados al control estándar con un objetivo de presión superioridad de los antagonistas del sistema REANAL sobre otros
arterial convencional. (Datos de Wühl E, Trivelli A, Matteucci MC, et al: fármacos antihipertensivos no ha sido formalmente demostrada
Strict blood pressure control and progression of renal failure in children. en la ERC pediátrica. Los datos del registro ItalKid no mostraron
N Engl J Med 361:1639-1650, 2009.) una modificación significativa de la progresión de la ERC con el
tratamiento con inhibidores de la ECA en niños con enfermedad
renal hipodisplásica comparados con los sujetos igualados no
tratados613. Sin embargo, no se disponía de información sobre
el tipo y la dosificación de los fármacos utilizados y el grado
FACTORES DE RIESGO ASOCIADOS predominante de proteinuria, y la tasa de progresión basal era
A LA PROGRESIÓN DE LA INSUFICIENCIA RENAL muy lenta.
Y NEFROPROTECCIÓN FARMACOLÓGICA Otra observación importante del ensayo ESCAPE fue la regre-
Entre los numerosos factores que predicen la insuficiencia renal sión progresiva de la proteinuria, a pesar del tratamiento con
progresiva en poblaciones adultas y en modelos animales, la inhibidores de la ECA. Este efecto no fue asociado con un con-
hipertensión y la proteinuria también se han identificado como trol de la presión arterial persistentemente excelente y podría
factores de riesgo consistentes y modificables en niños. En el limitar la eficacia renoprotectora a largo plazo de la monoterapia
European Study for Nutritional Treatment of Chronic Renal con inhibidores de la ECA en la ERC pediátrica610.
Failure in Childhood, una presión arterial sistólica mayor de
120 mmHg se asoció con una disminución significativamente La bibliografía completa está disponible en ExpertConsult.com.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2363

BIBLIOGRAFÍA SELECCIONADA 231. Pickering MC, D’Agati VD, Nester CM, et al: C3 glomerulopathy:
consensus report, Kidney Int 84:1079-1089, 2013.
3. Schwartz GJ, Muñoz A, Schneider MF, et al: New equations to 236. Pravitsitthikul N, Willis NS, Hodson EM, et al: Non-corticosteroid
estimate GFR in children with CKD, J Am Soc Nephrol 20:629-637, immunosuppressive medications for steroid sensitive nephrotic
2009. syndrome in children, Cochrane Database Syst Rev(10):CD002290,
8. Wiesel A, Queisser-Luft A, Clementi M, et al: EUROSCAN Study 2013.
Group: prenatal detection of congenital renal malformations by 251. Sinha A, Bagga A: Rituximab therapy in nephrotic syndrome:
fetal ultrasonographic examination: an analysis of 709,030 births implications for patients’ management, Nat Rev Nephrol 9:154-169,
in 12 European countries, Eur J Med Genet 48:131-144, 2005. 2013.
18. Kerecuk L, Schreuder MF, Woolf AS: Renal tract malformations: 260. Iijima K, Sako M, Nozu K, et al: Rituximab for Childhood-onset
perspectives for nephrologists, Nat Clin Pract Nephrol 4:312-325, Refractory Nephrotic Syndrome (RCRNS) Study Group: Rituximab
2008. for childhood-onset, complicated, frequently relapsing nephrotic
26. Wadie GM, Moriarty KP: The impact of vesicoureteral reflux treat- syndrome or steroid-dependent nephrotic syndrome: a multicen-
ment on the incidence of urinary tract infection, Pediatr Nephrol tre, double-blind, randomised, placebo-controlled trial, Lancet
27:529-538, 2012. 384:1273-1281, 2014.
38. Williams G, Craig JC: Long-term antibiotics for preventing recu- 289. Schwartz J, Winters JL, Padmanabhan A, et al: Guidelines on the
rrent urinary tract infection in children, Cochrane Database Syst use of therapeutic apheresis in clinical practice-evidence-based
Rev(3):CD001534, 2011. approach from the Writing Committee of the American Society
39. RIVUR Trial Investigators; Hoberman A, Greenfield SP, et al. Anti- for Apheresis: the sixth special issue, J Clin Apher 28:145-284,
microbial prophylaxis for children with vesicoureteral reflux. N 2013.
Engl J Med 370:2367-2376, 2014. 330. Mejia N, Santos F, Claverie-Martin F, et al: Renal Tube group: Renal
46. Tekgül S, Riedmiller H, Hoebeke P, et al: European Association of Tube: a network tool for clinical and genetic diagnosis of primary
Urology: EAU guidelines on vesicoureteral reflux in children, Eur tubulopathies, Eur J Pediatr 172:775-780, 2013.
Urol 62:534-542, 2012. 358. Moeller HB, Rittig S, Fenton RA: Nephrogenic diabetes insipidus:
47. Elder JS, Diaz M: Vesicoureteral reflux—the role of bladder and essential insights into the molecular background and potential
bowel dysfunction, Nat Rev Urol 10:640-648, 2013. therapies for treatment, Endocr Rev 34:278-301, 2013.
60. Mei H, Pu J, Yang C, et al: Laparoscopic versus open pyeloplasty for 367. Langman CB, Greenbaum LA, Sarwal M, et al: A randomized con-
ureteropelvic junction obstruction in children: a systematic review trolled crossover trial with delayed-release cysteamine bitartrate in
and meta-analysis, J Endourol 25:727-736, 2011. nephropathic cystinosis: effectiveness on white blood cell cystine
133. Cadnapaphornchai MA, Masoumi A, Strain JD, et al: Magnetic levels and comparison of safety, Clin J Am Soc Nephrol 7:1112-1120,
resonance imaging of kidney and cyst volume in children with 2012.
ADPKD, Clin J Am Soc Nephrol 6:369-376, 2011. 387. Stechman MJ, Loh NY, Thakker RV: Genetic causes of hypercalciu-
141. Cadnapaphornchai MA, George DM, McFann K, et al: Effect of ric nephrolithiasis, Pediatr Nephrol 24:2321-2332, 2009.
pravastatin on total kidney volume, left ventricular mass index, 441. Hoppe B, Groothoff JW, Hulton SA, et al: Efficacy and safety of
and microalbuminuria in pediatric autosomal dominant polycystic Oxalobacter formigenes to reduce urinary oxalate in primary
kidney disease, Clin J Am Soc Nephrol 9:889-896, 2014. hyperoxaluria, Nephrol Dial Transplant 26:3609-3615, 2011.
153. Devuyst O, Knoers NV, Remuzzi G, et al: Board of the Working 446. Ozen S, Pistorio A, Iusan SM, et al: Paediatric Rheumatology Inter-
Group for Inherited Kidney Diseases of the European Renal Asso- national Trials Organisation (PRINTO): EULAR/PRINTO/PRES
ciation and European Dialysis and Transplant Association: Rare criteria for Henoch-Schönlein purpura, childhood polyarteritis
inherited kidney diseases: challenges, opportunities, and pers- nodosa, childhood Wegener granulomatosis and childhood Taka-
pectives, Lancet 383:1844-1859, 2014. yasu arteritis: Ankara 2008. Part II: Final classification criteria, Ann
167. Gee HY, Ashraf S, Wan X, et al: Mutations in EMP2 cause childhood- Rheum Dis 69:798-806, 2010.
onset nephrotic syndrome, Am J Hum Genet 94:884-890, 2014. 451. Jennette JC, Falk RJ, Bacon PA, et al: 2012 revised International
172. Benoit G, Machuca E, Antignac C: Hereditary nephrotic syndrome: Chapel Hill Consensus Conference Nomenclature of Vasculitides,
a systematic approach for genetic testing and a review of associated Arthritis Rheum 65:1-11, 2013.
podocyte gene mutations, Pediatr Nephrol 25:1621-1632, 2010. 492. Specks U, Merkel PA, Seo P, et al: RAVE-ITN Research Group:
173. Caridi G, Trivelli A, Sanna-Cherchi S, et al: Familial forms of neph- efficacy of remission-induction regimens for ANCA-associated vas-
rotic syndrome, Pediatr Nephrol 25:241-252, 2010. culitis, N Engl J Med 369:417-427, 2013.
175. Has C, Spartà G, Kiritsi D, et al: Integrin alpha3 mutations with 493. Guerry MJ, Brogan P, Bruce IN, et al: Recommendations for the
kidney, lung, and skin disease, N Engl J Med 366:1508-1514, 2012. use of rituximab in anti-neutrophil cytoplasm antibody-associated
177. Lal MA, Tryggvason K: Knocking out podocyte rho GTPases: and vasculitis, Rheumatology (Oxford) 51:634-643, 2012.
the winner is, J Am Soc Nephrol 23:1128-1129, 2012. 510. López EL, Contrini MM, Glatstein E, et al: An epidemiologic survei-
178. Mele C, Iatropoulos P, Donadelli R, et al: PodoNet Consortium: llance of Shiga-like toxin-producing Escherichia coli infection in
MYO1E mutations and childhood familial focal segmental glome- Argentinean children: risk factors and serum Shiga-like toxin 2
rulosclerosis, N Engl J Med 365:295-306, 2011. values, Pediatr Infect Dis J 31:20-24, 2012.
179. Gee HY, Saisawat P, Ashraf S, et al: ARHGDIA mutations cause 517. Frank C, Werber D, Cramer JP, et al: HUS Investigation Team: Epi-
nephrotic syndrome via defective RHO GTPase signaling, J Clin demic profile of Shiga-toxin-producing Escherichia coli O104:H4
Invest 123:3243-3253, 2013. outbreak in Germany, N Engl J Med 365:1771-1780, 2011.
181. Heeringa SF, Chernin G, Chaki M, et al: COQ6 mutations in human 523. Locatelli M, Buelli S, Pezzotta A, et al: Shiga toxin promotes podocy-
patients produce nephrotic syndrome with sensorineural deafness, te injury in experimental hemolytic uremic syndrome via activation
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

J Clin Invest 121:2013-2024, 2011. of the alternative pathway of complement, J Am Soc Nephrol 25:1786-
183. Ashraf S, Gee HY, Woerner S, et al: ADCK4 mutations promote 1798, 2014.
steroid-resistant nephrotic syndrome through CoQ10 biosynthesis 526. Noris M, Remuzzi G: Atypical hemolytic-uremic syndrome, N Engl
disruption, J Clin Invest 123:5179-5189, 2013. J Med 361:1676-1687, 2009.
196. Bouchireb K, Boyer O, Gribouval O, et al: NPHS2 mutations in 536. Menne J, Nitschke M, Stingele R, et al: EHEC-HUS consortium: Vali-
steroid-resistant nephrotic syndrome: a mutation update and the dation of treatment strategies for enterohaemorrhagic Escherichia
associated phenotypic spectrum, Hum Mutat 35:178-186, 2014. coli O104:H4 induced haemolytic uraemic syndrome: case-control
207. Lipska BS, Iatropoulos P, Maranta R, et al: PodoNet Consortium: study, BMJ 345:e4565, 2012.
Genetic screening in adolescents with steroid-resistant nephrotic 539. Petruzziello-Pellegrini TN, Marsden PA: Shiga toxin-associated
syndrome, Kidney Int 84:206-213, 2013. hemolytic uremic syndrome: advances in pathogenesis and thera-
213. Lombel RM, Hodson E, Gipson DS: Kidney disease: improving peutics, Curr Opin Nephrol Hypertens 21:433-440, 2012.
global outcomes: treatment of steroid-resistant nephrotic syndrome 551. Zuber J, Fakhouri F, Roumenina LT, et al: French Study Group for
in children: new guidelines from KDIGO, Pediatr Nephrol 28:409-414, aHUS/C3G: Use of eculizumab for atypical haemolytic uraemic
2013. syndrome and C3 glomerulopathies, Nat Rev Nephrol 8:643-657,
214. Lombel RM, Gipson DS, Hodson E: Kidney disease: improving glo- 2012.
bal outcomes: treatment of steroid-sensitive nephrotic syndrome: 554. Sinha A, Gulati A, Saini S, et al: Indian HUS Registry: Prompt
new guidelines from KDIGO, Pediatr Nephrol 28:415-426, 2013. plasma exchanges and immunosuppressive treatment improves

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

the outcomes of anti-factor H autoantibody-associated hemolytic plant recipients with atypical hemolytic and uremic syndrome, Am
uremic syndrome in children, Kidney Int 85:1151-1160, 2014. J Transplant 13:663-675, 2013.
572. Legendre CM, Licht C, Muus P, et al: Terminal complement inhi- 601. Bakkaloglu SA, Borzych D, Soo Ha I, et al: International Pedia-
bitor eculizumab in atypical hemolytic-uremic syndrome, N Engl J tric Peritoneal Dialysis Network: Cardiac geometry in children
Med 368:2169-2181, 2013. receiving chronic PD: Findings from the International Pediatric
573. Le Quintrec M, Zuber J, Moulin B, et al: Complement genes Peritoneal Dialysis Network, Clin J Am Soc Nephrol 6:1934-1943,
strongly predict recurrence and graft outcome in adult renal trans- 2011.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e1

BIBLIOGRAFÍA 25. Dean GE, Doumanian LR: The extended use of deflux (dextrano-
mer/hyaluronic acid) in pediatric urology, Curr Urol Rep 7:143-148,
1. Van Stralen KJ, Tizard EJ, Verrina E, et al: European Society for 2006.
Paediatric Nephrology/European Renal Association-European 26. Wadie GM, Moriarty KP: The impact of vesicoureteral reflux treat-
Dialysis and Transplant Association (ESPN/ERA-EDTA) Registry ment on the incidence of urinary tract infection, Pediatr Nephrol
Study Group: Demographics of paediatric renal replacement 27:529-538, 2012.
therapy in Europe: 2007 Annual report of the ESPN/ERA-EDTA 27. Toka HR, Toka O, Hariri A, et al: Congenital anomalies of kidney
Registry, Pediatr Nephrol 25:1379-1382, 2010. and urinary tract, Semin Nephrol 30:374-386, 2010.
2. Schwartz GJ, Brion LP, Spitzer A: The use of plasma creatinine 28. Gbadegesin RA, Brophy PD, Adeyemo A, et al: TNXB mutations
concentration for estimating glomerular filtration rate in infants, can cause vesicoureteral reflux, J Am Soc Nephrol 24:1313-1322, 2013.
children, and adolescents, Pediatr Clin North Am 34:571-590, 1987. 29. Subcommittee on Urinary Tract Infection, Steering Committee on
3. Schwartz GJ, Muñoz A, Schneider MF, et al: New equations to Quality Improvement and Management: Urinary tract infection:
estimate GFR in children with CKD, J Am Soc Nephrol 20:629-637, clinical practice guideline for the diagnosis and management of
2009. the initial UTI in febrile infants and children 2 to 24 months.
4. Filler G, Lepage N: Should the Schwartz formula for estimation of Paediatrics 128:595-610, 2011.
GFR be replaced by cystatin C formula? Pediatr Nephrol 18:981-985, 30. Feather S: Vesicoureteral reflux and reflux nephropathy. In Barratt
2003. J, Harris K, Topham P, editors: Oxford desk reference: nephrology,
5. Filler G, Priem F, Vollmer I, et al: Diagnostic sensitivity of serum Oxford, England, 2009, Oxford University Press, pp 648-651.
cystatin for impaired glomerular filtration rate, Pediatr Nephrol 31. Kis E, Nyitrai A, Várkonyi I, et al: Voiding urosonography with
13:501-505, 1999. second-generation contrast agent versus voiding cystourethro-
6. Hogg RJ, Furth S, Lemley KV, et al: National Kidney Foundation’s graphy, Pediatr Nephrol 25:2289-2293, 2010.
Kidney Disease Outcomes Quality Initiative: Clinical practice gui- 32. Austin JC, Cooper CS: Vesicoureteral reflux: who benefits from
delines for chronic kidney disease in children and adolescents: correction? Urol Clin North Am 37:243-252, 2010.
evaluation, classification, and stratification, Pediatrics 111:1416-1421, 33. Montini G, Rigon L, Zucchetta P, et al: IRIS Group: Prophylaxis
2003. after first febrile urinary tract infection in children? A multicenter,
7. Longham-Adham M: Evaluating proteinuria in children, Am Fam randomized, controlled noninferiority trial, Pediatrics 122:1064-
Physician 58:1145-1152, 1999. 1071, 2008.
8. Wiesel A, Queisser-Luft A, Clementi M, et al: EUROSCAN Study 34. Roussey-Kesler G, Gadjos V, Idres N, et al: Antibiotic prophylaxis
Group: Prenatal detection of congenital renal malformations by for the prevention of recurrent urinary tract infection in children
fetal ultrasonographic examination: an analysis of 709,030 births with low grade vesicoureteral reflux: results from a prospective
in 12 European countries, Eur J Med Genet 48:131-144, 2005. randomized study, J Urol 179:674-679, 2008.
9. Piscione TD, Rosenblum ND: The malformed kidney: disruption of 35. Craig JC, Simpson JM, Williams GJ, et al: Prevention of Recurrent
glomerular and tubular development, Clin Genet 56:343-358, 1999. Urinary Tract Infection in Children with Vesicoureteric Reflux and
10. Weizer AZ, Silverstein AD, Auge BK, et al: Determining the inci- Normal Renal Tracts (PRIVENT) Investigators: Antibiotic prophy-
dence of horseshoe kidney from radiographic data at a single ins- laxis and recurrent urinary tract infection in children, N Eng J Med
titution, J Urol 170:1722-1726, 2003. 361:1748-1759, 2009.
11. Guarino N, Tadini B, Camardi P, et al: The incidence of associa- 36. Brandström P, Esbjörner E, Herthelius M, et al: The Swedish reflux
ted urological abnormalities in children with renal ectopia, J Urol trial in children: III. Urinary tract infection pattern, J Urol 184:286-
172:1757-1759, 2004. 291, 2010.
12. Winyard P, Chitty L: Dysplastic and polycystic kidneys: diagnosis, 37. Brandström P, Nevéus T, Sixt R, et al: The Swedish reflux trial in
associations and management, Prenat Diagn 21:924-935, 2001. children: IV. Renal damage, J Urol 184:292-297, 2010.
13. Harris J, Robert E, Kallen B: Epidemiologic characteristics of kidney 38. Williams G, Craig JC: Long-term antibiotics for preventing recu-
malformations, Eur J Epidemiol 16:985-992, 2000. rrent urinary tract infection in children, Cochrane Database Syst
14. D’Alberton A, Reschini E, Ferrari N, et al: Prevalence of urinary Rev(3):CD001534, 2011.
tract abnormalities in a large series of patients with uterovaginal 39. RIVUR Trial Investigators; Hoberman A, Greenfield SP, et al.
atresia, J Urol 126:623-624, 1981. Antimicrobial prophylaxis for children with vesicoureteral reflux.
15. Raj GV, Auge BK, Assimos D, et al: Metabolic abnormalities associa- N Engl J Med 370:2367-2376, 2014.
ted with renal calculi in patients with horseshoe kidneys, J Endourol 40. Conway PH, Cnaan A, Zaoutis T, et al: Recurrent urinary tract
18:157-161, 2004. infections in children: risk factors and association with prophylactic
16. Oda T, Elkahloun AG, Pike BL, et al: Mutations in the human antimicrobials, JAMA 98:179-186, 2007.
Jagged1 gene are responsible for Alagille syndrome, Nat Genet 41. Garin EH, Olavarria F, Garcia Nieto V, et al: Clinical significance
16:235-242, 1997. of primary vesicoureteral reflux and urinary antibiotic prophylaxis
17. Habib R, Courtecuisse V, Mathieu H, et al: A peculiar anatomo- after acute pyelonephritis: a multicenter, randomized, controlled
clinical type of chronic renal insufficiency in the child: bilateral study, Pediatrics 117:626-632, 2006.
congenital oligonephronic hypoplasia, J Urol Nephrol (Paris) 68:139- 42. Peters CA, Skoog SJ, Arant BS Jr, et al: Summary of the AUA guide-
143, 1962. line on management of primary vesicoureteral reflux in children,
18. Kerecuk L, Schreuder MF, Woolf AS: Renal tract malformations: J Urol 184:1134-1144, 2010.
perspectives for nephrologists, Nat Clin Pract Nephrol 4:312-325, 43. Jodal U, Smellie JM, Lax H, et al: Ten-year results of randomi-
2008. zed treatment of children with severe vesicoureteral reflux. Final
19. Shibata S, Nagata M: Pathogenesis of human renal dysplasia: an report of the International Reflux Study in Children, Pediatr Nephrol
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

alternative scenario to the major theories, Pediatr Int 45:605-609, 21:785-792, 2006.
2003. 44. Hodson EM, Wheeler DM, Vimalchandra D, et al: Interven-
20. Aslam M, Watson AR: Trent & Anglia MCDK Study Group: Unilate- tions for primary vesicoureteric reflux, Cochrane Database Syst
ral multicystic dysplastic kidney: long term outcomes, Arch Dis Child Rev(3):CD001532, 2007.
91:820-823, 2006. 45. Routh JC, Inman BA, Reinberg Y: Dextranomer/hyaluronic acid
21. Privett JT, Jeans WD, Roylance J: The incidence and importance of for pediatric vesicoureteral reflux: systematic review, Pediatrics
renal duplication, Clin Radiol 27:521-530, 1976. 125:1010-1019, 2010.
22. Ismaili K, Avrni FE, Hall M: Antenatal assessment of kidney morp- 46. Tekgül S, Riedmiller H, Hoebeke P, et al: European Association of
hology. In Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric Urology: EAU guidelines on vesicoureteral reflux in children, Eur
nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, pp 63-78. Urol 62:534-542, 2012.
23. Schlussel RN, Retik AB: Ectopic ureter, ureterocele, and other 47. Elder JS, Diaz M: Vesicoureteral reflux-the role of bladder and
anomalies of the ureter. In Wein AJ, Kavoussi LR, Novick AC, et al, bowel dysfunction, Nat Rev Urol 10:640-648, 2013.
editors: Campbell-Walsh urology, Philadelphia, 2007, WB Saunders, 48. Hunziker M, Mohanan N, D’Asta F, et al: Incidence of febrile
pp 3383-3422. urinary tract infections in children after successful endoscopic
24. Mathews R, Mattoo TK: Vesicoureteral reflux. In Geary DF, Schaefer treatment of vesicoureteral reflux: a long-term follow-up, J Pediatr
F, editors: Comprehensive pediatric nephrology, Philadelphia, 2008, 160:1015-1020, 2012.
Mosby, pp 549-560.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e2 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

49. Traxel E, DeFoor W, Reddy P, et al: Risk factors for urinary tract 75. Soliman SM: Primary ablation of posterior urethral valves in low
infection after dextranomer/hyaluronic acid endoscopic injection, birth weight neonates by a visually guided Fogarty embolectomy
J Urol 182(Suppl 4):1709-1712, 2009. catheter, J Urol 181:2284-2289, 2009.
50. Dwyer ME, Husmann DA, Rathbun SR, et al: Febrile urinary tract 76. DeFoor W, Clark C, Jackson E, et al: Risk factors for end-stage renal
infections after ureteroneocystostomy and subureteral injection of disease in children with posterior urethral valves, J Urol 180:1705-
dextranomer/hyaluronic acid for vesicoureteral reflux—do choice 1708, 2008.
of procedure and success matter? J Urol 189:275-282, 2013. 77. Hahn H: Genetics of kidney development: pathogenesis of renal
51. Lee RS, Cendron M, Kinnamon DD, et al: Antenatal hydroneph- anomalies, Korean J Pediatr 53:729-734, 2010.
rosis as a predictor of postnatal outcome: a meta-analysis, Pediatrics 78. Ulinski T, Lescure S, Beaufils S, et al: Renal phenotypes related
118:586-593, 2006. to hepatocyte nuclear factor-1β (TCF2) mutations in a pediatric
52. Johnston JH, Evans JP, Glassberg KI, et al: Pelvic hydronephrosis in cohort, J Am Soc Nephrol 17:497-503, 2006.
children: a review of 219 personal cases, J Urol 117:97-101, 1977. 79. Rizzoni G, Loirat C, Levy M, et al: Familial hypoplastic glomeru-
53. Rosen S, Peters CA, Chevalier RL, et al: The kidney in congenital locystic kidney. A new entity? Clin Nephrol 18:263-268, 1982.
ureteropelvic junction obstruction: a spectrum from normal to 80. Decramer S, Parant O, Beaufils S, et al: Anomalies of the TCF2
nephrectomy, J Urol 179:1257-1263, 2008. gene are the main cause of fetal bilateral hyperechogenic kidneys,
54. Lee RS, Cendron M, Kinnamon DD, et al: Antenatal hydroneph- J Am Soc Nephrol 18:923-933, 2007.
rosis as a predictor of postnatal outcome: a meta-analysis, Pediatrics 81. Lindner TH, Njolstad PR, Horikawa Y, et al: A novel syndrome
118:586-593, 2006. of diabetes mellitus, renal dysfunction and genital malformation
55. Chevalier RL, Thornhill BA, Forbes MS, et al: Mechanisms of renal associated with a partial deletion of the pseudo-POU domain of
injury and progression of renal disease in congenital obstructive hepatocyte nuclear factor-1β, Hum Mol Genet 8:2001-2008, 1999.
nephropathy, Pediatr Nephrol 25:687-697, 2010. 82. Bingham C, Bulman MP, Ellard S, et al: Mutations in the hepatocyte
56. Mamì C, Palmara A, Paolata A, et al: Outcome and management of nuclear factor-1β gene are associated with familial hypoplastic
isolated severe renal pelvis dilation detected at postnatal screening, glomerulocystic kidney disease, Am J Hum Genet 68:219-224, 2001.
Pediatr Nephrol 25:2093-2097, 2010. 83. Bingham C, Ellard S, Cole TR, et al: Solitary functioning kidney
57. Chevalier RL, Peters CA: Congenital urinary tract obstruction: and diverse genital tract malformations associated with hepatocyte
Proceedings of the State-of-the-Art Strategic Planning Workshop— nuclear factor-1β mutations, Kidney Int 61:1243-1251, 2002.
National Institutes of Health, Bethesda, Maryland, USA, 11-12 84. Coffinier C, Thepot D, Babinet C, et al: Essential role for the
March 2002, Pediatr Nephrol 18:576-606, 2003. homeoprotein vHNF1/HNF1β in visceral endoderm differentia-
58. Traubici J, Lim R: Imaging the pediatric urinary tract. In Geary DF, tion, Development 126:4785-4794, 1999.
Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric nephrology, Philadelphia, 85. Kolatsi-Joannou M, Bingham C, Ellard S, et al: Hepatocyte nuclear
2008, Mosby, pp 1-38. factor-1β: a new kindred with renal cysts and diabetes and gene
59. Chertin B, Pollack A, Koulikov D, et al: Conservative treatment expression in normal human development, J Am Soc Nephrol
of uretero-pelvic junction obstruction in children with antenatal 12:2175-2180, 2001.
diagnosis of hydronephrosis: lessons learned after 16 years of follow- 86. Bellanné-Chantelot C, Chauveau D, Gautier JF, et al: Clinical spec-
up, Eur Urol 49:734-738, 2006. trum associated with hepatocyte nuclear factor-1β mutations, Ann
60. Mei H, Pu J, Yang C, et al: Laparoscopic versus open pyeloplasty for Intern Med 140:510-517, 2004.
ureteropelvic junction obstruction in children: a systematic review 87. Bellanné-Chantelot C, Clauin S, Chauveau D, et al: Large genomic
and meta-analysis, J Endourol 25:727-736, 2011. rearrangements in the hepatocyte nuclear factor-1β (TCF2) gene
61. Cussen LJ: Dimensions of the normal ureter in infancy and child- are the most frequent cause of maturity-onset diabetes of the young
hood, Invest Urol 5:164-178, 1967. type 5, Diabetes 54:3126-3132, 2005.
62. Mouriquand PD, Troisfontaines E, Wilcox DT: Antenatal and peri- 88. Edghill EL, Bingham C, Ellard S, et al: Mutations in hepatocyte
natal uro-nephrology: current questions and dilemmas, Pediatr nuclear factor-1β and their related phenotypes, J Med Genet 43:84-
Nephrol 13:938-944, 1999. 90, 2006.
63. Stoll C, Alembik Y, Roth MP, et al: Risk factors in internal urinary 89. Weaver RG, Cashwell LF, Lorentz W, et al: Optic nerve coloboma
system malformations, Pediatr Nephrol 4:319-323, 1990. associated with renal disease, Am J Med Genet 29:597-605, 1988.
64. Nicotina PA, Romeo C, Arena F, et al: Segmental up-regulation 90. Fletcher J, Hu M, Berman Y, et al: Multicystic dysplastic kidney and
of transforming growth factor-β in the pathogenesis of primary variable phenotype in a family with a novel deletion mutation of
megaureter. An immunocytochemical study, Br J Urol 80:946-949, PAX2, J Am Soc Nephrol 16:2754-2761, 2005.
1997. 91. Weber S, Moriniere V, Knüppel T, et al: Prevalence of mutations
65. Wille S, von Knobloch R, Klose KJ, et al: Magnetic resonance uro- in renal developmental genes in children with renal hypodys-
graphy in pediatric urology, Scand J Urol Nephrol 37:16-21, 2003. plasia: results of the ESCAPE study, J Am Soc Nephrol 17:2864-2870,
66. McLellan DL, Retik AB, Bauer SB, et al: Rate and predictors of 2006.
spontaneous resolution of prenatally diagnosed nonrefluxing 92. Salomon R, Tellier AL, Attie-Bitach T, et al: PAX2 mutations in
megaureter, J Urol 168:2177-2180, 2002. oligomeganephronia, Kidney Int 59:457-462, 2001.
67. Gimpel C, Masioniene L, Djakovic N, et al: Complications and long- 93. Dureau P, Attie-Bitach T, Salomon R, et al: Renal coloboma syndro-
term outcome of primary obstructive megaureter in childhood, me, Ophthalmology 108:1912-1916, 2001.
Pediatr Nephrol 25:1679-1686, 2010. 94. Parsa CF, Silva ED, Sundin OH, et al: Redefining papillorenal
68. Brown T, Mandell J, Lebowitz RL: Neonatal hydronephrosis in the syndrome: an underdiagnosed cause of ocular and renal morbidity,
era of sonography, AJR Am J Roentgenol 148:959-963, 1987. Ophthalmology 108:738-749, 2001.
69. Krishnan A, de Souza A, Konijeti R, et al: The anatomy and embryo- 95. Schimmenti LA, Cunliffe HE, McNoe LA, et al: Further delineation
logy of posterior urethral valves, J Urol 175:1214-1220, 2006. of renal-coloboma syndrome in patients with extreme variability of
70. Hiraoka M: Medical management of congenital anomalies of the phenotype and identical PAX2 mutations, Am J Hum Genet 60:869-
kidney and urinary tract, Pediar Int 45:624-633, 2003. 878, 1997.
71. Ghanem MA, Wolffenbuttel KP, De Vylder A, et al: Long-term 96. Eccles MR, Schimmenti LA: Renal-coloboma syndrome: a multi-
bladder dysfunction and renal function in boys with posterior system developmental disorder caused by PAX2 mutations, Clin
urethral valves based on urodynamic findings, J Urol 171:2409-2412, Genet 56:1-9, 1999.
2004. 97. Fraser FC, Sproule JR, Halal F: Frequency of the branchio-oto-renal
72. Holmes N, Harrison MR, Baskin LS: Fetal surgery for posterior (BOR) syndrome in children with profound hearing loss, Am J Med
urethral valves: long-term postnatal outcomes, Pediatrics 108, 2001, Genet 7:341-349, 1980.
E7. 98. Chen A, Francis M, Ni L, et al: Phenotypic manifestations of bran-
73. Biard JM, Johnson MP, Carr MC, et al: Long-term outcomes in chil- chio-oto-renal syndrome, Am J Med Genet 58:365-370, 1995.
dren treated by prenatal vesicoamniotic shunting for lower urinary 99. Chang EH, Menezes M, Meyer NC, et al: Branchio-oto-renal
tract obstruction, Obstet Gynecol 106:503-508, 2005. syndrome: the mutation spectrum in EYA1 and its phenotypic
74. Sarhan O, Zaccaria I, Macher MA, et al: Long-term outcome of consequences, Hum Mutat 23:582-589, 2004.
prenatally detected posterior urethral valves: single-center study 100. Fraser FC, Ling D, Clogg D, et al: Genetic aspects of the BOR
of 65 cases managed by primary valve ablation, J Urol 179:307-312, syndrome—branchial fistulas, ear pits, hearing loss, and renal
2008. anomalies, Am J Med Genet 2:241-252, 1978.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e3

101. Melnick M, Bixler D, Silk K, et al: Autosomal dominant branchioo- 127. Gabow PA: Autosomal dominant polycystic kidney disease, N Engl
torenal dysplasia, Birth Defects Orig Artic Ser 11:121-128, 1975. J Med 329:332-342, 1993.
102. Abdelhak S, Kalatzis V, Heilig R, et al: A human homologue of the 128. Sweeney WE Jr, Avner ED: Diagnosis and management of childhood
Drosophila eyes absent gene underlies branchio-oto-renal (BOR) polycystic kidney disease, Pediatr Nephrol 26:675-692, 2011.
syndrome and identifies a novel gene family, Nat Genet 15:157-164, 129. Bergmann C, Senderek J, Sedlacek B, et al: Spectrum of muta-
1997. tions in the gene for autosomal recessive polycystic kidney disease
103. Ruf RG, Xu PX, Silvius D, et al: SIX1 mutations cause branchio- (ARPKD/PKHD1), J Am Soc Nephrol 14:76-89, 2003.
oto-renal syndrome by disruption of EYA1-SIX1-DNA complexes, 130. Roy S, Dillon MJ, Trompeter RS, et al: Autosomal recessive polycys-
Proc Natl Acad Sci U S A 101:8090-8095, 2004. tic kidney disease: long-term outcome of neonatal survivors, Pediatr
104. Sajithlal G, Zou D, Silvius D, et al: Eya1 acts as a critical regulator Nephrol 11:302-306, 1997.
for specifying the metanephric mesenchyme, Dev Biol 284:323-336, 131. Büscher R, Büscher AK, Weber S, et al: Clinical manifestations of
2005. autosomal recessive polycystic kidney disease (ARPKD): kidney-
105. Vervoort VS, Smith RJ, O’Brien J, et al: Genomic rearrangements of related and non-kidney-related phenotypes, Pediatr Nephrol 29:1915-
EYA1 account for a large fraction of families with BOR syndrome, 1925, 2014.
Eur J Hum Genet 10:757-766, 2002. 132. Brun M, Maugey-Laulom B, Eurin D, et al: Prenatal sonographic
106. Townes PL, Brocks ER: Hereditary syndrome of imperforate anus patterns in autosomal dominant polycystic kidney disease: a multi-
with hand, foot, and ear anomalies, J Pediatr 81:321-326, 1972. center study, Ultrasound Obstet Gynecol 24:55-61, 2004.
107. O’Callaghan M, Young ID: The Townes-Brocks syndrome, J Med 133. Cadnapaphornchai MA, Masoumi A, Strain JD, et al: Magnetic
Genet 27:457-461, 1990. resonance imaging of kidney and cyst volume in children with
108. Kohlhase J, Wischermann A, Reichenbach H, et al: Mutations in ADPKD, Clin J Am Soc Nephrol 6:369-376, 2011.
the SALL1 putative transcription factor gene cause Townes-Brocks 134. Seeman T, Dusek J, Vondrichová H, et al: Ambulatory blood pres-
syndrome, Nat Genet 18:81-83, 1998. sure correlates with renal volume and number of renal cysts in
109. Kallmann FJ, Schonfeld WA, Barrera SE: The genetic aspects of children with autosomal dominant polycystic kidney disease, Blood
primary eunuchoidism, Am J Ment Defic 48:203-236, 1944. Press Monit 8:107-110, 2003.
110. De Morsier G: Median craioencephalic dysraphias and olfactoge- 135. Borresen ML, Wang D, Strandgaard S: Pulse wave reflection is
nital dysplasia, World Neurol 3:485-506, 1962. amplified in normotensive patients with autosomal-dominant
111. Schwanzel-Fukuda M, Bick D, Pfaff DW: Luteinizing hormone-relea- polycystic kidney disease and normal renal function, Am J Nephrol
sing hormone (LHRH)-expressing cells do not migrate normally 27:240-246, 2007.
in an inherited hypogonadal (Kallmann) syndrome, Brain Res Mol 136. Bergmann C: Autosomal-recessive polycystic kidney disease gets
Brain Res 6:311-326, 1989. more complex, Gastroenterology 144:1155-1156, 2013.
112. Tsai PS, Gill JC: Mechanisms of disease: insights into X-linked and 137. Zerres K, Senderek J, Rudnik-Schoneborn S, et al: New options for
autosomal-dominant Kallmann syndrome, Nat Clin Pract Endocrinol prenatal diagnosis in autosomal recessive polycystic kidney disease
Metab 2:160-171, 2006. by mutation analysis of the PKHD1 gene, Clin Genet 66:53-57, 2004.
113. Dodé C, Levilliers J, Dupont JM, et al: Loss-of-function mutations in 138. Gunay-Aygun M, Font-Montgomery E, Lukose L, et al: Characte-
FGFR1 cause autosomal dominant Kallmann syndrome, Nat Genet ristics of congenital hepatic fibrosis in a large cohort of patients
33:463-465, 2003. with autosomal recessive polycystic kidney disease, Gastroenterology
114. Dodé C, Teixeira L, Levilliers J, et al: Kallmann syndrome: mutations 144:112-121, 2013.
in the genes encoding prokineticin-2 and prokineticin receptor-2, 139. Cadnapaphornchai MA, McFann K, Strain JD, et al: Prospective
PLoS Genet 2:e175, 2006, 1648-1652. change in renal volume and function in children with ADPKD,
115. Dodé C, Fouveaut C, Mortier G, et al: Novel FGFR1 sequence Clin J Am Soc Nephrol 4:820-829, 2009.
variants in Kallmann syndrome, and genetic evidence that the 140. Chapman AB, Torres VE, Perrone RD, et al: The HALT polycystic
FGFR1c isoform is required in olfactory bulb and palate morpho- kidney disease trials: design and implementation, Clin J Am Soc
genesis, Hum Mutat 28:97-98, 2007. Nephrol 5:102-109, 2010.
116. Routh JC, Huang L, Retik AB, et al: Contemporary epidemiology 141. Cadnapaphornchai MA, George DM, McFann K, et al: Effect of
and characterization of newborn males with prune belly syndrome, pravastatin on total kidney volume, left ventricular mass index,
Urology 76:44-48, 2010. and microalbuminuria in pediatric autosomal dominant polycystic
117. Stephens FD, Gupta D: Pathogenesis of the prune belly syndrome, kidney disease, Clin J Am Soc Nephrol 9:889-896, 2014.
J Urol 152:2328-2331, 1994. 142. Xue C, Dai B, Mei C: Long-term treatment with mammalian target
118. Noh PH, Cooper CS, Winkler AC, et al: Prognostic factors for long- of rapamycin inhibitor does not benefit patients with autosomal
term renal function in boys with the prune-belly syndrome, J Urol dominant polycystic kidney disease: a meta-analysis, Nephron Clin
162:1399-1401, 1999. Pract 124:10-16, 2013.
119. Leeners B, Sauer I, Schefels J, et al: Prune-belly syndrome: thera- 143. Hogan MC, Masyuk TV, Page LJ, et al: Randomized clinical trial of
peutic options including in utero placement of a vesicoamniotic long-acting somatostatin for autosomal dominant polycystic kidney
shunt, J Clin Ultrasound 28:500-507, 2000. and liver disease, J Am Soc Nephrol 21:1052-1061, 2010.
120. Woodard JR, Zucker I: Current management of the dilated uri- 144. Caroli A, Perico N, Perna A, et al: ALADIN study group: Effect
nary tract in prune belly syndrome, Urol Clin North Am 17:407-418, of long-acting somatostatin analogue on kidney and cyst growth
1990. in autosomal dominant polycystic kidney disease (ALADIN): a
121. Wisanuyotin S, Dell KM, Vogt BA, et al: Complications of peritoneal randomised, placebo-controlled, multicentre trial, Lancet 382:1485-
dialysis in children with Eagle-Barrett syndrome, Pediatr Nephrol 1495, 2013.
18:159-163, 2003. 145. Torres VE, Chapman AB, Devuyst O, et al: TEMPO 3:4 Trial Inves-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

122. Kamel MH, Thomas AA, Al-Mufarrej FM, et al: Deceased-donor tigators: tolvaptan in patients with autosomal dominant polycystic
kidney transplantation in prune belly syndrome, Urology 69:666-669, kidney disease, N Engl J Med 367:2407-2418, 2012.
2007. 146. Rizk D, Chapman A: Treatment of autosomal dominant polycys-
123. Guay-Woodford LM, Muecher G, Hopkins SD, et al: The severe peri- tic kidney disease (ADPKD): the new horizon for children with
natal form of autosomal recessive polycystic kidney disease maps to ADPKD, Pediatr Nephrol 23:1029-1036, 2008.
chromosome 6p21.1-p12: implications for genetic counseling, Am 147. Adeva M, El-Youssef M, Rossetti S, et al: Clinical and molecular cha-
J Hum Genet 56:1101-1107, 1995. racterization defines a broadened spectrum of autosomal recessive
124. Onuchic LF, Furu L, Nagasawa Y, et al: PKHD1, the polycystic polycystic kidney disease (ARPKD), Medicine (Baltimore) 85:1-21, 2006.
kidney and hepatic disease 1 gene, encodes a novel large protein 148. Telega G, Cronin D, Avner ED: New approaches to the autosomal
containing multiple immunoglobulin-like plexin-transcription- recessive polycystic kidney disease patient with dual kidney-liver
factor domains and parallel beta-helix 1 repeats, Am J Hum Genet complications, Pediatr Transplant 17:328-335, 2013.
70:1305-1317, 2002. 149. Baan CC, Weimar W: How does auxiliary liver transplantation
125. Ward CJ, Hogan MC, Rossetti S, et al: The gene mutated in autoso- regulate alloreactivity in sensitized kidney transplant patients?
mal recessive polycystic kidney disease encodes a large, receptor-like Transplantation 91:823-824, 2011.
protein, Nat Genet 30:259-269, 2002. 150. Chava SP, Singh B, Stangou A, et al: Simultaneous combined liver
126. Ong AC, Harris PC: Molecular pathogenesis of ADPKD: the polycys- and kidney transplantation: A single center experience, Clin Transpl
tin complex gets complex, Kidney Int 67:1234-1247, 2005. 24:E62-E68, 2010.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e4 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

151. Niaudet P: Living donor kidney transplantation in patients with 178. Mele C, Iatropoulos P, Donadelli R, et al: PodoNet Consortium:
hereditary nephropathies, Nat Rev Nephrol 6:736-743, 2010. MYO1E mutations and childhood familial focal segmental glome-
152. Hildebrandt F, Benzing T, Katsanis N: Ciliopathies, N Engl J Med rulosclerosis, N Engl J Med 365:295-306, 2011.
364:1533-1543, 2011. 179. Gee HY, Saisawat P, Ashraf S, et al: ARHGDIA mutations cause
153. Devuyst O, Knoers NV, Remuzzi G, et al: Board of the Working nephrotic syndrome via defective RHO GTPase signaling, J Clin
Group for Inherited Kidney Diseases of the European Renal Asso- Invest 123:3243-3253, 2013.
ciation and European Dialysis and Transplant Association: Rare 180. Brown EJ, Schlondorff JS, Becker DJ, et al: Mutations in the formin
inherited kidney diseases: challenges, opportunities, and pers- gene INF2 cause focal segmental glomerulosclerosis, Nat Genet
pectives, Lancet 383:1844-1859, 2014. 42:72-76, 2010.
154. Hildebrandt F, Attanasio M, Otto E: Nephronophthisis: disease 181. Heeringa SF, Chernin G, Chaki M, et al: COQ6 mutations in human
mechanisms of a ciliopathy, J Am Soc Nephrol 20:23-35, 2009. patients produce nephrotic syndrome with sensorineural deafness,
155. Saleem MA: Nephronophthisis. In Barratt J, Harris K, Topham J Clin Invest 121:2013-2024, 2011.
P, editors: Oxford desk reference: nephrology, Oxford, England, 2009, 182. McCarthy HJ, Bierzynska A, Wherlock M, et al: RADAR the UK
Oxford University Press, pp 602-605. SRNS Study Group: Simultaneous sequencing of 24 genes associa-
156. Fliegauf M, Benzing T, Omran H: When cilia go bad: cilia defects ted with steroid-resistant nephrotic syndrome, Clin J Am Soc Nephrol
and ciliopathies, Nat Rev Mol Cell Biol 8:880-893, 2007. 8:637-648, 2013.
157. Otto EA, Loeys B, Khanna H, et al: Nephrocystin-5, a ciliary IQ 183. Ashraf S, Gee HY, Woerner S, et al: ADCK4 mutations promote
domain protein, is mutated in Senior-Loken syndrome and inte- steroid-resistant nephrotic syndrome through CoQ10 biosynthesis
racts with RPGR and calmodulin, Nat Genet 37:282-288, 2005. disruption, J Clin Invest 123:5179-5189, 2013.
158. Dixon-Salazar T, Silhavy JL, Marsh SE, et al: Mutations in the AHI1 184. Machuca E, Esquivel EL: Idiopathic nephrotic syndrome: genetic
gene, encoding jouberin, cause Joubert syndrome with cortical aspects. In Avner ED, Harmon WE, Niaudet P, et al, editors: Pediatric
polymicrogyria, Am J Hum Genet 75:979-987, 2004. nephrology, Berlin, 2009, Springer Verlag, pp 643-666.
159. Tory K, Lacoste T, Burglen L, et al: High NPHP1 and NPHP6 muta- 185. Jalanko H, Holmberg C: Congenital nephrotic syndrome. In Avner
tion rate in patients with Joubert syndrome and nephronophthisis: ED, Harmon WE, Niaudet P, et al, editors: Pediatric nephrology, Ber-
potential epistatic effect of NPHP6 and AHI1 mutations in patients lin, 2009, Springer Verlag, pp 601-619.
with NPHP1 mutations, J Am Soc Nephrol 18:1566-1575, 2007. 186. Kaukinen A, Kuusniemi AM, Lautenschlager I, et al: Glomerular
160. Delous M, Baala L, Salomon R, et al: The ciliary gene RPGRIP1L endothelium in kidneys with congenital nephrotic syndrome of the
is mutated in cerebello-oculo-renal syndrome (Joubert syndrome Finnish type (NPHS1), Nephrol Dial Transplant 23:1224-1232, 2008.
type B) and Meckel syndrome, Nat Genet 39:875-881, 2007. 187. Kaukinen A, Lautenschlager I, Helin H, et al: Peritubular capillaries
161. Baala L, Romano S, Khaddour R, et al: The Meckel-Gruber syndro- are rarefied in congenital nephrotic syndrome of the Finnish type,
me gene, MKS3, is mutated in Joubert syndrome, Am J Hum Genet Kidney Int 75:1099-1108, 2009.
80:186-194, 2007. 188. Kovacevic L, Reid CJ, Rigden SP: Management of congenital neph-
162. Putoux A, Attie-Bitach T, Martinovic J, et al: Phenotypic variability rotic syndrome, Pediatr Nephrol 18:426-430, 2003.
of Bardet-Biedl syndrome: focusing on the kidney, Pediatr Nephrol 189. Philippe A, Nevo F, Esquivel EL, et al: Nephrin mutations can cause
27:7-15, 2012. childhood-onset steroid-resistant nephrotic syndrome, J Am Soc
163. The primary nephrotic syndrome in children: Identification of Nephrol 19:1871-1878, 2008.
patients with minimal change nephrotic syndrome from initial res- 190. Santin S, Garcia-Maset R, Ruiz P, et al: FSGS Spanish Study Group:
ponse to prednisone. A report of the International Study of Kidney Nephrin mutations cause childhood- and adult-onset focal segmen-
Disease in Children. J Pediatr 98:561-564, 1981. tal glomerulosclerosis, Kidney Int 76:1268-1276, 2009.
164. Gbadegesin R, Smoyer WE: Nephrotic syndrome. In Geary DF, 191. Boyer O, Woerner S, Yang F, et al: LMX1B mutations cause heredi-
Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric nephrology, Philadelphia, tary FSGS without extrarenal involvement, J Am Soc Nephrol 24:1216-
2008, Mosby, pp 204-218. 1222, 2013.
165. Bruneau S, Dantal J: New insights into the pathophysiology of 192. Lipska BS, Ranchin B, Iatropoulos P, et al: PodoNet Consortium:
idiopathic nephrotic syndrome, Clin Immunol 133:13-21, 2009. Genotype-phenotype associations in WT1 glomerulopathy, Kidney
166. Savin VJ, Sharma R, Sharma M, et al: Circulating factor associated Int 85:1169-1178, 2014.
with increased glomerular permeability to albumin in recurrent 193. Ruf RG, Lichtenberger A, Karle SM, et al: Arbeitsgemeinschaft Für
focal segmental glomerulosclerosis, N Engl J Med 334:878-883, 1996. Pädiatrische Nephrologie Study Group: Patients with mutations in
167. Gee HY, Ashraf S, Wan X, et al: Mutations in EMP2 cause childhood- NPHS2 (podocin) do not respond to standard steroid treatment
onset nephrotic syndrome, Am J Hum Genet 94:884-890, 2014. of nephrotic syndrome, J Am Soc Nephrol 15:722-732, 2004.
168. Hinkes BG, Mucha B, Vlangos CN, et al: Arbeitsgemeinschaft für 194. Weber S, Gribouval O, Esquivel EL, et al: NPHS2 mutation analysis
Paediatrische Nephrologie Study Group: Nephrotic syndrome shows genetic heterogeneity of steroid-resistant nephrotic syndro-
in the first year of life: two thirds of cases are caused by muta- me and low post-transplant recurrence, Kidney Int 66:571-579, 2004.
tions in 4 genes (NPHS1, NPHS2, WT1, and LAMB2), Pediatrics 195. Berdeli A, Mir S, Yavascan O, et al: NPHS2 (podocin) mutations
119:e907-e919, 2007. in Turkish children with idiopathic nephrotic syndrome, Pediatr
169. Weber S: Hereditary nephrotic syndrome. In Geary DF, Schaefer F, Nephrol 22:2031-2040, 2007.
editors: Comprehensive pediatric nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, 196. Bouchireb K, Boyer O, Gribouval O, et al: NPHS2 mutations in
pp 219-228. steroid-resistant nephrotic syndrome: a mutation update and the
170. Haraldsson B, Sorensson J: Why do we not all have proteinuria? associated phenotypic spectrum, Hum Mutat 35:178-186, 2014.
An update of our current understanding of the glomerular barrier, 197. Mucha B, Ozaltin F, Hinkes BG, et al: Members of the APN Study
News Physiol Sci 19:7-10, 2004. Group: Mutations in the Wilms’ tumor 1 gene cause isolated steroid
171. Tryggvason K, Patrakka J, Wartiovaara J: Hereditary proteinuria resistant nephrotic syndrome and occur in exons 8 and 9, Pediatr
syndromes and mechanisms of proteinuria, N Engl J Med 354:1387- Res 59:325-331, 2006.
1401, 2006. 198. Hinkes B, Wiggins RC, Gbadegesin R, et al: Positional cloning
172. Benoit G, Machuca E, Antignac C: Hereditary nephrotic syndrome: uncovers mutations in PLCE1 responsible for a nephrotic syndrome
a systematic approach for genetic testing and a review of associated variant that may be reversible, Nat Genet 38:1397-1405, 2006.
podocyte gene mutations, Pediatr Nephrol 25:1621-1632, 2010. 199. Gbadegesin R, Hinkes BG, Hoskins BE, et al: Mutations in PLCE1
173. Caridi G, Trivelli A, Sanna-Cherchi S, et al: Familial forms of neph- are a major cause of isolated diffuse mesangial sclerosis (IDMS),
rotic syndrome, Pediatr Nephrol 25:241-252, 2010. Nephrol Dial Transplant 23:1291-1297, 2008.
174. Ozaltin F, Ibsirlioglu T, Taskiran EZ, et al: PodoNet Consortium: 200. Ismaili K, Pawtowski A, Boyer O, et al: Genetic forms of nephrotic
Disruption of PTPRO causes childhood-onset nephrotic syndrome, syndrome: a single-center experience in Brussels, Pediatr Nephrol
Am J Hum Genet 89:139-147, 2011. 24:287-294, 2009.
175. Has C, Spartà G, Kiritsi D, et al: Integrin alpha3 mutations with 201. Machuca E, Hummel A, Nevo F, et al: Clinical and epidemiological
kidney, lung, and skin disease, N Engl J Med 366:1508-1514, 2012. assessment of steroid-resistant nephrotic syndrome associated with
176. Kistler AD, Altintas MM, Reiser J: Podocyte GTPases regulate kidney the NPHS2 R229Q variant, Kidney Int 75:727-735, 2009.
filter dynamics, Kidney Int 81:1053-1055, 2012. 202. Tsukaguchi H, Sudhakar A, Le TC, et al: NPHS2 mutations in late-
177. Lal MA, Tryggvason K: Knocking out podocyte rho GTPases: and onset focal segmental glomerulosclerosis: R229Q is a common
the winner is, J Am Soc Nephrol 23:1128-1129, 2012. disease-associated allele, J Clin Invest 110:1659-1666, 2002.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e5

203. Boyer O, Benoit G, Gribouval O, et al: Mutations in INF2 are a 228. Licht C, Mengel M: Membranoproliferative glomerulonephritis.
major cause of autosomal dominant focal segmental glomerulos- In Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric nephrology,
clerosis, J Am Soc Nephrol 22:239-245, 2011. Philadelphia, 2008, Mosby, pp 268-289.
204. Weins A, Kenlan P, Herbert S, et al: Mutational and biological 229. Fakhouri F, Frémeaux-Bacchi V, Noël LH, et al: C3 glomerulopathy:
analysis of α-actinin-4 in focal segmental glomerulosclerosis, J Am a new classification, Nat Rev Nephrol 6:494-499, 2010.
Soc Nephrol 16:3694-3701, 2005. 230. Nester CM, Smith RJ: Diagnosis and treatment of C3 glomerulo-
205. Santin S, Ars E, Rossetti S, et al: RPC6 mutational analysis in a large pathy, Clin Nephrol 80:395-403, 2013.
cohort of patients with focal segmental glomerulosclerosis, Nephrol 231. Pickering MC, D’Agati VD, Nester CM, et al: C3 glomerulopathy:
Dial Transplant 24:3089-3096, 2009. consensus report, Kidney Int 84:1079-1089, 2013.
206. Heeringa SF, Moller CC, Du J, et al: A novel TRPC6 mutation that 232. Ehrich JH, Brodehl J: Long versus standard prednisone therapy
causes childhood FSGS, PLoS ONE 4:e7771, 2009. for initial treatment of idiopathic nephrotic syndrome in children.
207. Lipska BS, Iatropoulos P, Maranta R, et al: PodoNet Consortium: Arbeitsgemeinschaft für Pädiatrische Nephrologie, Eur J Pediatr
Genetic screening in adolescents with steroid-resistant nephrotic 152:357-361, 1993.
syndrome, Kidney Int 84:206-213, 2013. 233. Gipson DS, Massengill SF, Yao L, et al: Management of childhood
208. McKinney PA, Feltbower RG, Brocklebank JT, et al: Time trends onset nephrotic syndrome, Pediatrics 124:747-757, 2009.
and ethnic patterns of childhood nephrotic syndrome in Yorkshire, 234. Hodson EM, Willis NS, Craig JC: Corticosteroid therapy for nephrotic
UK, Pediatr Nephrol 16:1040-1044, 2001. syndrome in children, Cochrane Database Syst Rev(4):CD001533, 2007.
209. Nephrotic syndrome in children. Prediction of histopathology from 235. Teeninga N, Kist-van Holthe JE, van Rijswijk N, et al: Extending
clinical and laboratory characteristics at time of diagnosis. A report prednisolone treatment does not reduce relapses in childhood
of the International Study on Kidney Disease in Children. Kidney nephrotic syndrome, J Am Soc Nephrol 24:149-159, 2013.
Int 13:159-165, 1978. 236. Pravitsitthikul N, Willis NS, Hodson EM, et al: Non-corticosteroid
210. Primary nephrotic syndrome in children. Clinical significance of immunosuppressive medications for steroid sensitive nephrotic
histopathologic variants of minimal change and of diffuse mesan- syndrome in children, Cochrane Database Syst Rev(10):CD002290,
gial hypercellularity. A Report of the International Study of Kidney 2013.
Disease in Children. Kidney Int 20:765-771, 1981. 237. Latta K, von Schnakenburg C, Ehrich JH: A meta-analysis of cyto-
211. Cattran DC, Rao P: Long-term outcome in children and adults with toxic treatment for frequently relapsing nephrotic syndrome in
classic focal segmental glomerulosclerosis, Am J Kidney Dis 32:72-79, children, Pediatr Nephrol 16:271-282, 2001.
1998. 238. Fujinaga S, Kaneko K, Takada M, et al: Preprandial C2 monitoring
212. Mendoza SA, Reznik VM, Griswold WR, et al: Treatment of steroid- of cyclosporine treatment in children with nephrotic syndrome,
resistant focal segmental glomerulosclerosis with pulse methyl- Pediatr Nephrol 20:1359-1360, 2005.
prednisolone and alkylating agents, Pediatr Nephrol 4:303-307, 1990. 239. Ishikura K, Ikeda M, Hattori S, et al: Effective and safe treatment
213. Lombel RM, Hodson E, Gipson DS: Kidney disease: improving with cyclosporine in nephrotic children: a prospective, randomized
global outcomes: treatment of steroid-resistant nephrotic syndrome multicenter trial, Kidney Int 73:1167-1173, 2008.
in children: new guidelines from KDIGO, Pediatr Nephrol 28:409-414, 240. Sinha MD, MacLeod R, Rigby E, et al: Treatment of severe steroid-
2013. dependent nephrotic syndrome (SDNS) in children with tacroli-
214. Lombel RM, Gipson DS, Hodson E: Kidney disease: improving glo- mus, Nephrol Dial Transplant 21:1848-1854, 2006.
bal outcomes: treatment of steroid-sensitive nephrotic syndrome: 241. Wang W, Xia Y, Mao J, et al: Treatment of tacrolimus or cyclosporine
new guidelines from KDIGO, Pediatr Nephrol 28:415-426, 2013. A in children with idiopathic nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol
215. McCarthy ET, Sharma M, Savin VJ: Circulating permeability factors 27:2073-2079, 2012.
in idiopathic nephrotic syndrome and focal segmental glomerulos- 242. Bagga A, Hari P, Moudgil A, et al: Mycophenolate mofetil and
clerosis, Clin J Am Soc Nephrol 5:2115-2121, 2010. prednisolone therapy in children with steroid-dependent nephrotic
216. van den Berg JG, Weening JJ: Role of the immune system in the syndrome, Am J Kidney Dis 42:1114-1120, 2003.
pathogenesis of idiopathic nephrotic syndrome, Clin Sci (Lond) 243. Hogg RJ, Fitzgibbons L, Bruick J, et al: Mycophenolate mofetil in
107:125-136, 2004. children with frequently relapsing nephrotic syndrome: a report
217. Yap HK, Cheung W, Murugasu B, et al: Th1 and Th2 cytokine from the Southwest Pediatric Nephrology Study Group, Clin J Am
mRNA profiles in childhood nephrotic syndrome: evidence for Soc Nephrol 1:1173-1178, 2006.
increased IL-13 mRNA expression in relapse, J Am Soc Nephrol 244. Mendizabal S, Zamora I, Berbel O, et al: Mycophenolate mofetil
10:529-537, 1999. in steroid/cyclosporine-dependent/resistant nephrotic syndrome,
218. Garin EH, Diaz LN, Mu W, et al: Urinary CD80 excretion increases Pediatr Nephrol 20:914-919, 2005.
in idiopathic minimal-change disease, J Am Soc Nephrol 20:260-266, 245. Gellermann J, Weber L, Pape L, et al: Gesellschaft für Pädiatrische
2009. Nephrologie (GPN): Mycophenolate mofetil versus cyclosporin A
219. Abdel-Hafez M, Shimada M, Lee PY, et al: Idiopathic nephrotic in children with frequently relapsing nephrotic syndrome, J Am Soc
syndrome and atopy: is there a common link? Am J Kidney Dis Nephrol 24:1689-1697, 2013.
54:945-953, 2009. 246. Fujinaga S, Someya T, Watanabe T, et al: Cyclosporine versus
220. Reiser J, Mundel P: Danger signaling by glomerular podocytes mycophenolate mofetil for maintenance of remission of steroid-
defines a novel function of inducible B7-1 in the pathogenesis of dependent nephrotic syndrome after a single infusion of rituximab,
nephrotic syndrome, J Am Soc Nephrol 15:2246-2248, 2004. Eur J Pediatr 172:513-518, 2013.
221. Shimada M, Araya C, Rivard C, et al: Minimal change disease: a 247. Weiss R: Randomized double-blind placebo controlled, multi-center
“two-hit” podocyte immune disorder? Pediatr Nephrol 26:645-649, trial of levamisole for children with frequently relapsing/steroid-
2011. dependent nephrotic syndrome, J Am Soc Nephrol 4:289, 1993.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

222. Wei C, El Hindi S, Li J, et al: Circulating urokinase receptor as a 248. Basu B, Pandey R, Mondal N, et al: Efficacy and safety of mycophe-
cause of focal segmental glomerulosclerosis, Nat Med 17:952-960, nolate mofetil vs. levamisole in children with idiopathic nephritic
2011. syndrome: results of a randomized clinical trial, Nephrol Dial Trans-
223. Wei C, Trachtman H, Li J, et al: PodoNet and FSGS CT Study plant 29(Suppl 3), 2014, iii7–iii8.
Consortia: Circulating suPAR in two cohorts of primary FSGS, J Am 249. Ravani P, Ponticelli A, Siciliano C, et al: Rituximab is a safe and
Soc Nephrol 23:2051-2059, 2012. effective long-term treatment for children with steroid and calci-
224. Maas RJ, Deegens JK, Wetzels JF: Serum suPAR in patients with neurin inhibitor-dependent idiopathic nephrotic syndrome, Kidney
FSGS: trash or treasure? Pediatr Nephrol 28:1041-1048, 2013. Int 84:1025-1033, 2013.
225. Niaudet P, Boyer O: Idiopathic nephrotic syndrome in children: 250. Ito S, Kamei K, Ogura M, et al: Survey of rituximab treatment for
clinical aspects. In Avner ED, Harmon WE, Niaudet P, et al, editors: childhood-onset refractory nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol
Pediatric nephrology, Berlin, 2009, Springer Verlag, pp 667-702. 28:257-264, 2013.
226. Hodson EM, Alexander SI, Graf N: Steroid sensitive nephrotic 251. Sinha A, Bagga A: Rituximab therapy in nephrotic syndrome:
syndrome. In Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric implications for patients’ management, Nat Rev Nephrol 9:154-169,
nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, pp 238-256. 2013.
227. Abeyagunawardena AS, Sebire NJ, Risdon RA, et al: Predictors of 252. Kamei K, Ito S, Nozu K, et al: Single dose of rituximab for refractory
long-term outcome of children with idiopathic focal segmental steroid-dependent nephrotic syndrome in children, Pediatr Nephrol
glomerulosclerosis, Pediatr Nephrol 22:215-221, 2007. 24:1321-1328, 2009.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e6 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

253. Prytula A, Iijima K, Kamei K, et al: Rituximab in refractory neph- 276. Yi Z, Li Z, Wu XC, et al: Effect of fosinopril in children with steroid-
rotic syndrome, Pediatr Nephrol 25:461-468, 2010. resistant idiopathic nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol 21:967-972,
254. Kemper MJ, Lehnhardt A, Zawischa A, et al: Is rituximab is effective 2006.
in childhood nephrotic syndrome? Yes and no, Pediatr Nephrol 277. Webb NJ, Lam C, Loeys T, et al: Randomized, double-blind, con-
29:1305-1311, 2014. trolled study of losartan in children with proteinuria, Clin J Am Soc
255. Sfikakis PP, Souliotis VL, Fragiadaki KG, et al: Increased expression Nephrol 5:417-424, 2010.
of the FoxP3 functional marker of regulatory T cells following B 278. Chandar J, Abitbol C, Montané B, et al: Angiotensin blockade as
cell depletion with rituximab in patients with lupus nephritis, Clin sole treatment for proteinuric kidney disease in children, Nephrol
Immunol 123:66-73, 2007. Dial Transplant 22:1332-1337, 2007.
256. Fornoni A, Sageshima J, Wei C, et al: Rituximab targets podocytes 279. Griffin KA, Bidani AK: Progression of renal disease: renoprotecti-
in recurrent focal segmental glomerulosclerosis, Sci Transl Med 3, ve specificity of renin-angiotensin system blockade, Clin J Am Soc
2011, 85ra46. Nephrol 1:1054-1065, 2006.
257. Sellier-Leclerc AL, Macher MA, Loirat C, et al: Rituximab efficiency 280. Lubrano R, Soscia F, Elli M, et al: Renal and cardiovascular effects
in children with steroid-dependent nephrotic syndrome, Pediatr of angiotensin-converting enzyme inhibitor plus angiotensin II
Nephrol 25:1109-1115, 2010. receptor antagonist therapy in children with proteinuria, Pediatrics
258. Kemper MJ, Gellermann J, Habbig S, et al: Long-term follow- 118:e833-e838, 2006.
up after rituximab for steroid dependent idiopathic nephrotic 281. Seeman T, Pohl M, Misselwitz J, et al: Angiotensin receptor blocker
syndrome, Nephrol Dial Transplant 27:1910-1915, 2012. reduces proteinuria independently of blood pressure in children
259. Fujinaga S, Hirano D, Nishizaki N, et al: Single infusion of rituxi- already treated with angiotensin-converting enzyme inhibitors,
mab for persistent steroid-dependent minimal-change nephrotic Kidney Blood Press Res 32:440-444, 2009.
syndrome after long-term cyclosporine, Pediatr Nephrol 25:539-544, 282. Mann JF, Schmieder RE, McQueen M, et al: ONTARGET inves-
2010. tigators: Renal outcomes with telmisartan, ramipril, or both, in
260. Iijima K, Sako M, Nozu K, et al: Rituximab for Childhood-onset people at high vascular risk (the ONTARGET study): a multicentre,
Refractory Nephrotic Syndrome (RCRNS) Study Group: Rituximab randomised, double-blind, controlled trial, Lancet 372:547-553,
for childhood-onset, complicated, frequently relapsing nephrotic 2008.
syndrome or steroid-dependent nephrotic syndrome: a multicen- 283. Magnasco A, Ravani P, Edefonti A, et al: Rituximab in children with
tre, double-blind, randomised, placebo-controlled trial, Lancet resistant idiopathic nephrotic syndrome, J Am Soc Nephrol 23:1117-
384:1273-1281, 2014. 1124, 2012.
261. Van Vollenhoven RF, Emery P, Bingham CO 3rd, et al: Long-term 284. Bagga A, Sinha A, Moudgil A: Rituximab in patients with the steroid-
safety of rituximab in rheumatoid arthritis: 9.5-year follow-up of resistant nephrotic syndrome, N Engl J Med 356:2751-2752, 2007.
the global clinical trial programmewith a focus on adverse events 285. Gulati A, Sinha A, Jordan SC, et al: Efficacy and safety of treatment
of interest in RA patients, Ann Rheum Dis 72:1496-1502, 2013. with rituximab for difficult steroid-resistant and -dependent neph-
262. Boyer O, Niaudet P: Nephrotic syndrome: rituximab in childhood rotic syndrome: multicentric report, Clin J Am Soc Nephrol 5:2207-
steroid-dependent nephrotic syndrome, Nat Rev Nephrol 9:562-563, 2212, 2010.
2013. 286. Fernandez-Fresnedo G, Segarra A, González E, et al: Trabajo de
263. Haffner D, Fischer DC: Nephrotic syndrome and rituximab: facts Enfermedades Glomerulares de la Sociedad Española de Nefrolo-
and perspectives, Pediatr Nephrol 24:1433-1438, 2009. gía (GLOSEN): Rituximab treatment of adult patients with steroid-
264. Tarhish P, Tobin JN, Bernstein J, et al: Cyclophosphamide does not resistant focal segmental glomerulosclerosis, Clin J Am Soc Nephrol
benefit patients with focal segmental glomerulosclerosis. A report 4:1317-1323, 2009.
of International Study of Kidney Disease in Children, Pediatr Nephrol 287. Fuentes GM, Meseguer CG, Carrion AP, et al: Long-term outcome
10:590-593, 1996. of focal segmental glomerulosclerosis after pediatric renal trans-
265. Plank C, Kalb V, Hinkes B, et al: Arbeitsgemeinschaft für Pädiatris- plantation, Pediatr Nephrol 25:529-534, 2010.
che Nephrologie: Cyclosporin A is superior to cyclophosphamide in 288. Paglialonga F, Schmitt CP, Shroff R, et al: Indications, technique,
children with steroid-resistant nephrotic syndrome—a randomized and outcome of therapeutic apheresis in European pediatric neph-
controlled multicentre trial by the Arbeitsgemeinschaft für Pädia- rology units, Pediatr Nephrol 30(1):103-111, 2015 [Epub Aug 20,
trische Nephrologie, Pediatr Nephrol 23:1483-1493, 2008. 2014].
266. Hodson EM, Willis NS, Craig JC: Interventions for idiopathic ste- 289. Schwartz J, Winters JL, Padmanabhan A, et al: Guidelines on the
roid-resistant nephrotic syndrome in children, Cochrane Database use of therapeutic apheresis in clinical practice-evidence-based
Syst Rev(11):CD00359, 2010. approach from the Writing Committee of the American Society
267. Niaudet P: Treatment of childhood steroid-resistant idiopathic for Apheresis: the sixth special issue, J Clin Apher 28:145-284, 2013.
nephrosis with a combination of cyclosporine and prednisone. 290. Kveder R: Therapy-resistant focal and segmental glomerulosclerosis,
French Society of Pediatric Nephrology, J Pediatr 125:981-986, 1994. Nephrol Dial Transplant 18:v34-v37, 2003.
268. Ponticelli C, Rizzoni G, Edefonti A, et al: A randomized trial of 291. Kanjanabuch T, Kittikowit W, Eiam-Ong S: An update on acute
cyclosporine in steroid-resistant idiopathic nephrotic syndrome, postinfectious glomerulonephritis worldwide, Nat Rev Nephrol 5:259-
Kidney Int 43:1377-1384, 1993. 269, 2009.
269. Lieberman KV, Tejani A: A randomized double-blind placebo-con- 292. Srivastava RN: Acute glomerulonephritis, Indian J Pediatr 66:199-
trolled trial of cyclosporine in steroid-resistant idiopathic focal 205, 1999.
segmental glomerulosclerosis in children, J Am Soc Nephrol 7:56-63, 293. Jackson SJ, Steer AC, Campbell H: Systematic review: estimation
1996. of global burden of non-suppurative sequelae of upper respiratory
270. Ehrich JHH, Geerlings C, Zivicnjak M, et al: Steroid-resistant idio- tract infection: rheumatic fever and post-streptococcal glomerulo-
pathic childhood nephrosis: overdiagnosed and undertreated, nephritis, Trop Med Int Health 16:2-11, 2011.
Nephrol Dial Transplant 22:2183-2193, 2007. 294. Rodriguez-Iturbe B, Musser JM: The current state of poststrepto-
271. Choudhry S, Bagga A, Hari P, et al: Efficacy and safety of tacrolimus coccal glomerulonephritis, J Am Soc Nephrol 19:1855-1864, 2008.
versus cyclosporine in children with steroid-resistant nephrotic 295. Carapetis JR, Steer AC, Mulholland EK, et al: The global burden
syndrome: a randomized controlled trial, Am J Kidney Dis 53:760- of group A streptococcal diseases, Lancet Infect Dis 5:685-694, 2005.
769, 2009. 296. Eison TM, Ault BH, Jones DP, et al: Post-streptococcal acute glo-
272. de Mello VR, Rodrigues MT, Mastrocinque TH, et al: Mycopheno- merulonephritis in children: clinical features and pathogenesis,
late mofetil in children with steroid/cyclophosphamide-resistant Pediatr Nephrol 26:165-180, 2011.
nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol 25:453-460, 2010. 297. Ahn SY, Ingulli E: Acute poststreptococcal glomerulonephritis: an
273. Li Z, Duan C, He J, et al: Mycophenolate mofetil therapy for chil- update, Curr Opin Pediatr 20:157-162, 2008.
dren with steroid-resistant nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol 298. Yoshizawa N: Acute glomerulonephritis, Intern Med 39:687-694,
25:883-888, 2010. 2000.
274. Gipson DS, Trachtman H, Kaskel FJ, et al: Clinical trial of focal 299. Rodriguez-Iturbe B, Batsford S: Pathogenesis of poststreptococcal
segmental glomerulosclerosis in children and young adults, Kidney glomerulonephritis a century after Clemens von Pirquet, Kidney Int
Int 80:868-878, 2011. 71:1094-1104, 2007.
275. Bagga A, Mudigoudar BD, Hari P, et al: Enalapril dosage in steroid- 300. Yoshizawa N, Yamakami K, Fujino M, et al: Nephritis-associated
resistant nephrotic syndrome, Pediatr Nephrol 19:45-50, 2004. plasmin receptor and acute poststreptococcal glomerulonephritis:

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e7

characterization of the antigen and associated immune response, J 327. Unwin RJ, Capasso G: Bartter’s and Gitelman’s syndromes: their
Am Soc Nephrol 15:1785-1793, 2004. relationship to the actions of loop and thiazide diuretics, Curr Opin
301. Rodriguez-Iturbe B: Nephritis-associated streptococcal antigens: Pharmacol 6:208-213, 2006.
where are we now? J Am Soc Nephrol 15:1961-1962, 2004. 328. Brochard K, Boyer O, Blanchard A, et al: Phenotype-genotype
302. Cu GA, Mezzano S, Bannan JD, et al: Immunohistochemical and correlation in antenatal and neonatal variants of Bartter syndrome,
serological evidence for the role of streptococcal proteinase in Nephrol Dial Transplant 24:1455-1464, 2009.
acute poststreptococcal glomerulonephritis, Kidney Int 54:819-826, 329. White S, Capasso G, Unwin R: Hypokalemic tubular disorders.
1998. In Barratt J, Harris K, Topham P, editors: Oxford Desk Reference:
303. Batsford SR, Mezzano S, Mihatsch M, et al: Is the nephritogenic Nephrology, Oxford, 2009, Oxford University Press, pp 214-219.
antigen in post-streptococcal glomerulonephritis pyrogenic exoto- 330. Mejia N, Santos F, Claverie-Martin F, et al: RenalTube group: Renal
xin B (SPE B) or GAPDH? Kidney Int 68:1120-1129, 2005. Tube: a network tool for clinical and genetic diagnosis of primary
304. Cunningham MW: Pathogenesis of group A streptococcal infec- tubulopathies, Eur J Pediatr 172:775-780, 2013.
tions, Clin Microbiol Rev 13:470-511, 2000. 331. Birkenhager R, Otto E, Schurmann MJ, et al: Mutation of BSND
305. Blyth CC, Robertson PW, Rosenberg AR: Post-streptococcal glome- causes Bartter syndrome with sensorineural deafness and kidney
rulonephritis in Sydney: a 16-year retrospective review, J Paediatr failure, Nat Genet 29:310-314, 2001.
Child Health 43:446-450, 2007. 332. Yamamoto M, Akatsu T, Nagase T, et al: Comparison of hypocalce-
306. Becquet O, Pasche J, Gatti H, et al: Acute post-streptococcal glome- mic hypercalciuria between patients with idiopathic hypoparathy-
rulonephritis in children of French Polynesia: a 3-year retrospective roidism and those with gain-of-function mutations in the calcium-
study, Pediatr Nephrol 25:275-280, 2010. sensing receptor: is it possible to differentiate the two disorders?
307. Tasic V: Postinfectious glomerulonephritis. In Geary DF, Schaefer F, J Clin Endocrinol Metab 85:4583-4591, 2000.
editors: Comprehensive pediatric nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, 333. Waldegger S: Bartter, Gitelman, and related syndromes. In Geary
pp 309-317. DF, Schaefer F, editors: Comprehensive Pediatric Nephrology, Philadelp-
308. El-Husseini AA, Sheashaa HA, Sabry AA, et al: Acute postinfectious hia, 2008, Mosby, pp 450-459.
crescentic glomerulonephritis: clinicopathologic presentation and 334. Gitelman HJ, Graham JB, Welt LG: A new familial disorder cha-
risk factors, Int Urol Nephrol 37:603-609, 2005. racterized by hypokalemia and hypomagnesemia, Trans Assoc Am
309. Raff A, Hebert T, Pullman J, et al: Crescentic post-streptococcal Physicians 79:221-235, 1966.
glomerulonephritis with nephrotic syndrome in the adult: is aggres- 335. Riveira-Munoz E, Chang Q, Godefroid N, et al: Belgian Network
sive therapy warranted? Clin Nephrol 63:375-380, 2005. for Study of Gitelman Syndrome: Belgian network for study of
310. Suyama K, Kawasaki Y, Suzuki H: Girl with garland-pattern pos- Gitelman syndrome. Transcriptional and functional analyses of
tstreptococcal acute glomerulonephritis presenting with renal SLC12A3 mutations: new clues for the pathogenesis of Gitelman
failure and nephrotic syndrome, Pediatr Int 49:115-117, 2007. syndrome, J Am Soc Nephrol 1:1271-1283, 2007.
311. Srivastava RN, Moudgil A, Bagga A, et al: Crescentic glomeruloneph- 336. Puricelli E, Bettinelli A, Borsa N, et al: Italian Collaborative Group
ritis in children: a review of 43 cases, Am J Nephrol 12:155-161, 1992. for Bartter Syndrome: Long-term follow-up of patients with Bartter
312. Wong W, Morris MC, Zwi J: Outcome of severe acute post-strepto- syndrome type I and II, Nephrol Dial Transplant 25:2976-2981, 2010.
coccal glomerulonephritis in New Zealand children, Pediatr Nephrol 337. Luthy C, Bettinelli A, Iselin S, et al: Normal prostaglandinuria
24:1021-1026, 2009. E2 in Gitelman’s syndrome, the hypocalciuric variant of Bartter’s
313. Tejani A, Ingulli E: Poststreptococcal glomerulonephritis. Current syndrome, Am J Kidney Dis 25:824-828, 1995.
clinical and pathologic concepts, Nephron 55:1-5, 1990. 338. Rodriguez Soriano J: Renal tubular acidosis: The clinical entity,
314. Haas M: Incidental healed postinfectious glomerulonephritis: a J Am Soc Nephrol 13:2160-2170, 2002.
study of 1012 renal biopsy specimens examined by electron micros- 339. Walsh SB, Shirley DG, Wrong OM, et al: Urinary acidification asses-
copy, Hum Pathol 34:3-10, 2003. sed by simultaneous furosemide and fludrocortisone treatment: an
315. Zaffanello M, Cataldi L, Franchini M, et al: Evidence-based treat- alternative to ammonium chloride, Kidney Int 71:1310-1316, 2007.
ment limitations prevent any therapeutic recommendation for 340. Pereira PC, Miranda DM, Oliveira EA, et al: Molecular pathophy-
acute poststreptococcal glomerulonephritis in children, Med Sci siology of renal tubular acidosis, Curr Genomics 10:51-59, 2009.
Monit 16, 2010, RA79–RA84. 341. Bruce LJ, Cope DL, Jones GK, et al: Familial distal renal tubular
316. Fux CA, Bianchetti MG, Jakob SM, et al: Reversible encephalopathy acidosis is associated with mutations in the red cell anion exchanger
complicating poststreptococcal glomerulonephritis, Pediatr Infect (Band 3, AE1) gene, J Clin Invest 100:1693-1707, 1997.
Dis J 25:85-87, 2006. 342. Batlle D, Ghanekar H, Jain S, et al: Hereditary distal renal tubular
317. Potter EV, Lipschultz SA, Abidh S, et al: Twelve- to seventeen-year acidosis: new understandings, Annu Rev Med 52:471-484, 2001.
follow-up of patients with poststreptococcal acute glomeruloneph- 343. Laing CM, Unwin RJ: Renal tubular acidosis, J Nephrol 19(Suppl
ritis in Trinidad, N Engl J Med 307:725-729, 1982. 9):S46-S52, 2006.
318. Roy S 3rd, Murphy WM, Arant BS Jr: Poststreptococcal crescenteric 344. Walsh S, Unwin R: Renal tubulary acidosis. In Barratt J, Harris K,
glomerulonephritis in children: comparison of quintuple therapy Topham P, editors: Oxford desk reference: nephrology, Oxford, England,
versus supportive care, J Pediatr 98:403-410, 1981. 2009, Oxford University Press, pp 208-213.
319. Richmond DE, Doak PB: The prognosis of acute post infectious 345. Sly WS, Hewett-Emmett D, Whyte MP, et al: Carbonic anhydrase
glomerulonephritis in adults: a long-term prospective study, Aust II deficiency identified as the primary defect in the autosomal
N Z J Med 20:215-219, 1990. recessive syndrome of osteopetrosis with renal tubular acidosis
320. Hoy WE, White AV, Dowling A, et al: Post-streptococcal glomerulo- and cerebral calcification, Proc Natl Acad Sci U S A 80:2752-2756,
nephritis is a strong risk factor for chronic kidney disease in later 1983.
life, Kidney Int 81:1026-1032, 2012. 346. Laing CM, Toye AM, Capasso G, et al: Renal tubular acidosis: deve-
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

321. Seyberth HW, Schlingmann KP: Bartter- and Gitelman-like syndro- lopments in our understanding of the molecular basis, Int J Biochem
mes: salt-losing tubulopathies with loop or DCT defects, Pediatr Cell Biol 37:1151-1161, 2005.
Nephrol 26:1789-1802, 2011. 347. Morello JP, Bichet DG: Nephrogenic diabetes insipidus, Annu Rev
322. Kurtz I: Molecular pathogenesis of Bartter’s and Gitelman’s syndro- Physiol 63:607-630, 2001.
mes, Kidney Int 54:1396-1410, 1998. 348. Fenton RA, Moeller HB, Hoffert JD, et al: Acute regulation of
323. Stein JH: The pathogenetic spectrum of Bartter’s syndrome, Kidney aquaporin-2 phosphorylation at Ser-264 by vasopressin, Proc Natl
Int 28:85-93, 1985. Acad Sci U S A 105:3134-3139, 2008.
324. Ji W, Foo JN, O’Roak BJ, et al: Rare independent mutations in 349. Nielsen S, Kwon TH, Christensen BM, et al: Physiology and pat-
renal salt-handling genes contribute to blood pressure variation, hophysiology of renal aquaporins, J Am Soc Nephrol 10:647-663, 1999.
Nat Genet 40:592-599, 2008. 350. Sasaki S: Nephrogenic diabetes insipidus: update of genetic and
325. Bettinelli A, Bianchetti MG, Girardin E, et al: Use of calcium clinical aspects, Nephrol Dial Transplant 19:1351-1353, 2004.
excretion values to distinguish two forms of primary renal tubular 351. de Mattia F, Savelkoul PJ, Kamsteeg EJ, et al: Lack of arginine
hypokalemic alkalosis: Bartter and Gitelman syndromes, J Pediatr vasopressin-induced phosphorylation of aquaporin-2 mutant AQP2-
120:38-43, 1992. R254L explains dominant nephrogenic diabetes insipidus, J Am Soc
326. Fujita T, Ando K, Sato Y, et al: Independent roles of prostaglandins Nephrol 16:2872-2880, 2005.
and the renin-angiotensin system in abnormal vascular reactivity in 352. Sands JM, Bichet DG: Nephrogenic diabetes insipidus, Ann Intern
Bartter’s syndrome, Am J Med 73:71-76, 1982. Med 144:186-194, 2006.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e8 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

353. Bockenhaver D, Bichel D, Unwin R: Nephrogenic diabetes insipi- 381. Spivacow FR, Negri AL, del Valle EE, et al: Metabolic risk factors
dus. In Barratt J, Harris K, Topham P, editors: Oxford desk reference: in children with kidney stone disease, Pediatr Nephrol 23:1129-1133,
nephrology, Oxford, England, 2009, Oxford University Press, pp 2008.
220-224. 382. DeFoor W, Minevich E, Jackson E, et al: Urinary metabolic eva-
354. Hong CR, Kang HG, Choi HJ, et al: X-linked recessive nephrogenic luations in solitary and recurrent stone-forming children, J Urol
diabetes insipidus: a clinico-genetic study, J Pediatr Endocrinol Metab 179:2369-2372, 2008.
27:93-99, 2014. 383. Srivastava T, Alon US: Pathophysiology of hypercalciuria in chil-
355. Bichet DG, Razi M, Lonergan M, et al: Hemodynamic and coa- dren, Pediatr Nephrol 22:1659-1673, 2007.
gulation responses to 1-desamino [8-D-arginine] vasopressin in 384. Hoppe B, Leumann E, Milliner DS: Urolithiasis and nephrocalci-
patients with congenital nephrogenic diabetes insipidus, N Engl J nosis in childhood. In Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive
Med 318:881-887, 1988. pediatric nephrology, Philadelphia, 2008, Mosby, pp 499-525.
356. Bernier V, Morello JP, Zarruk A, et al: Pharmacologic chaperones as 385. Cochat P, Rumsby G: Primary hyperoxaluria, N Engl J Med 369:649-
a potential treatment for X-linked nephrogenic diabetes insipidus, 658, 2013.
J Am Soc Nephrol 17:232-243, 2006. 386. Sáez-Torres C, Rodrigo D, Grases F, et al: Urinary excretion of
357. Robben JH, Kortenoeven ML, Sze M, et al: Intracellular activation calcium, magnesium, phosphate, citrate, oxalate, and uric acid by
of vasopressin V2 receptor mutants in nephrogenic diabetes insi- healthy schoolchildren using a 12-h collection protocol, Pediatr
pidus by nonpeptide agonists, Proc Natl Acad Sci U S A 106:12195- Nephrol 29:1201-1208, 2014.
12200, 2009. 387. Stechman MJ, Loh NY, Thakker RV: Genetic causes of hypercalciu-
358. Moeller HB, Rittig S, Fenton RA: Nephrogenic diabetes insipidus: ric nephrolithiasis, Pediatr Nephrol 24:2321-2332, 2009.
essential insights into the molecular background and potential 388. Miller LA, Stapleton FB: Urinary citrate excretion in children with
therapies for treatment, Endocr Rev 34:278-301, 2013. hypercalciuria, J Pediatr 107:263-266, 1985.
359. Gahl WA, Thoene JG, Schneider JA: Cystinosis, N Engl J Med 389. Tekin A, Tekgul S, Atsu N, et al: A study of the etiology of idiopathic
347:111-121, 2002. calcium urolithiasis in children: hypocitruria is the most important
360. Middleton R, Bradbury M, Webb N, et al: Cystinosis. A clinicopat- risk factor, J Urol 164:162-165, 2000.
hological conference. “From toddlers to twenties and beyond” 390. Milliner DS, Murphy ME: Urolithiasis in pediatric patients, Mayo
Adult-Paediatric Nephrology Interface Meeting, Manchester 2001, Clin Proc 68:241-248, 1993.
Nephrol Dial Transplant 18:2492-2495, 2003. 391. Cameron MA, Sakhaee K, Moe OW: Nephrolithiasis in children,
361. Wilmer MJ, Emma F, Levtchenko EN: The pathogenesis of cystino- Pediatr Nephrol 20:1587-1592, 2005.
sis: mechanisms beyond cystine accumulation, Am J Physiol Renal 392. Brenner D, Elliston C, Hall E, et al: Estimated risks of radiation-indu-
Physiol 299:F905-F916, 2010. ced fatal cancer from pediatric CT, Am J Roentgenol 176:289-296, 2001.
362. Nesterova G, Gahl W: Nephropathic cystinosis: late complications 393. Passerotti C, Chow JS, Silva A, et al: Ultrasound versus computerized
of a multisystemic disease, Pediatr Nephrol 23:863-878, 2008. tomography for evaluating urolithiasis, J Urol 182:1829-1834, 2009.
363. Greco M, Brugnara M, Zaffanello M, et al: Long-term outcome of 394. Palmer JS, Donaher ER, O’Riordan MA, et al: Diagnosis of pediatric
nephropathic cystinosis: a 20-year single-center experience, Pediatr urolithiasis: role of ultrasound and computerized tomography,
Nephrol 25:2459-2467, 2010. J Urol 174:1413-1416, 2005.
364. Besouw M, Levtchenko E: Growth retardation in children with 395. Smergel E, Greenberg SB, Crisci KL, et al: CT urograms in pediatric
cystinosis, Minerva Pediatr 62:307-314, 2010. patients with ureteral calculi: do adult criteria work? Pediatr Radiol
365. Van’t Hoff W: Cystinosis. In Barratt J, Harris K, Topham P, editors: 31:720-723, 2001.
Oxford desk reference: nephrology, Oxford, England, 2009, Oxford 396. Hollingsworth JM, Rogers MA, Kaufman SR, et al: Medical therapy
University Press, pp 628-631. to facilitate urinary stone passage: a meta-analysis, Lancet 368:1171-
366. Wühl E, Haffner D, Offner G, et al: European Study Group on 1179, 2006.
Growth Hormone Treatment in Children with Nephropathic Cysti- 397. Aydogdu O, Burgu B, Gucuk A, et al: Effectiveness of doxazosin in
nosis: Long-term treatment with growth hormone in short children treatment of distal ureteral stones in children, J Urol 182:2880-2884,
with nephropathic cystinosis, J Pediatr 138:880-887, 2001. 2009.
367. Langman CB, Greenbaum LA, Sarwal M, et al: A randomized con- 398. Tan MO, Kirac M, Onaran M, et al: Factors affecting the success
trolled crossover trial with delayed-release cysteamine bitartrate in rate of extracorporeal shock wave lithotripsy for renal calculi in
nephropathic cystinosis: effectiveness on white blood cell cystine levels children, Urol Res 34:215-221, 2006.
and comparison of safety, Clin J Am Soc Nephrol 7:1112-1120, 2012. 399. Tan MO, Karaoglan U, Sozen S, et al: Minimally invasive treatment
368. Goldenberg MM: Pharmaceutical approval update, P T 38:323-324, of ureteral calculi in children, Urol Res 34:381-387, 2006.
2013. 400. Elder JS: Urinary lithiasis. In Kliegman RM, Behrman RE, Jenson
369. Gahl WA: Early oral cysteamine therapy for nephropathic cystinosis, HB, et al, editors: Nelson textbook of pediatrics, Philadelphia, 2007,
Eur J Pediatr 162:S38-S41, 2003. WB Saunders, pp 2267-2271.
370. Markello TC, Bernardini M, Gahl WA: Improved renal function 401. Polito C, La Manna A, Nappi B, et al: Idiopathic hypercalciuria
in children with cystinosis treated with cysteamine, N Engl J Med and hyperuricosuria: family prevalence of nephrolithiasis, Pediatr
28:1157-1162, 1993. Nephrol 14:1102-1104, 2000.
371. Sayer JA: Renal stone disease, Nephron Physiol 118:35-44, 2011. 402. Hebert SC: Bartter syndrome, Curr Opin Nephrol Hypertens 12:527-
372. Stamatelou KK, Francis ME, Jones CA, et al: Time trends in reported 532, 2003.
prevalence of kidney stones in the United States: 1976-1994, Kidney 403. Wrong OM, Norden AG, Feest TG: Dent’s disease: a familial proxi-
Int 63:1817-1823, 2003. mal renal tubular syndrome with low-molecular-weight proteinuria,
373. Schwarz RD, Dwyer NT: Pediatric kidney stones: long-term outco- hypercalciuria, nephrocalcinosis, metabolic bone disease, progres-
mes, Urology 67:812-816, 2006. sive renal failure and a marked male predominance, QJM 87:473-
374. Walther PC, Lamm D, Kaplan GW: Pediatric urolithiasis: a 10-year 493, 1994.
review, Pediatrics 65:1068-1072, 1980. 404. Lloyd SE, Pearce SH, Fisher SE, et al: A common molecular basis
375. Nimkin K, Lebowitz RL, Share JC, et al: Urolithiasis in a children’s for three inherited kidney stone diseases, Nature 379:445-449, 1996.
hospital: 1985-1990, Urol Radiol 14:139-143, 1992. 405. Sayer JA, Simmons NL: Urinary stone formation: Dent’s disease
376. Routh JC, Graham DA, Nelson CP: Epidemiological trends in pedia- moves understanding forward, Exp Nephrol 10:176-181, 2002.
tric urolithiasis at United States freestanding pediatric hospitals, 406. Sliman GA, Winters WD, Shaw DW, et al: Hypercalciuria and neph-
J Urol 184:1100-1104, 2010. rocalcinosis in the oculocerebrorenal syndrome, J Urol 153:1244-
377. Milliner DS: Urolithiasis. In Avner ED, Harmon WE, Niaudet P, 1246, 1995.
et al, editors: Pediatric nephrology, Berlin, 2009, Springer Verlag, pp 407. Charnas LR, Bernardini I, Rader D, et al: Clinical and laboratory
1405-1430. findings in the oculocerebrorenal syndrome of Lowe, with special
378. Coward RJ, Peters CJ, Duffy PG, et al: Epidemiology of paediatric reference to growth and renal function, N Engl J Med 324:1318-1325,
renal stone disease in the UK, Arch Dis Child 88:962-965, 2003. 1991.
379. Perrone HC, dos Santos DR, Santos MV, et al: Urolithiasis in child- 408. Zhang X, Hartz PA, Philip E, et al: Cell lines from kidney proximal
hood: metabolic evaluation, Pediatr Nephrol 6:54-56, 1992. tubules of a patient with Lowe syndrome lack OCRL inositol polyp-
380. Sayer JA: The genetics of nephrolithiasis, Nephron Exp Nephrol hosphate 5-phosphatase and accumulate phosphatidylinositol
110:e37-e43, 2008. 4,5-bisphosphate, J Biol Chem 273:1574-1582, 1998.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e9

409. Pearce SH, Williamson C, Kifor O, et al: A familial syndrome of 435. Marangella M: Transplantation strategies in type 1 primary hypero-
hypocalcemia with hypercalciuria due to mutations in the calcium- xaluria: the issue of pyridoxine responsiveness, Nephrol Dial Trans-
sensing receptor, N Engl J Med 335:1115-1122, 1996. plant 14:301-303, 1999.
410. Bergwitz C, Roslin NM, Tieder M, et al: SLC34A3 mutations in 436. van Woerden CS, Groothoff JW, Wijburg FA, et al: Clinical implica-
patients with hereditary hypophosphatemic rickets with hypercal- tions of mutation analysis in primary hyperoxaluria type 1, Kidney
ciuria predict a key role for the sodium-phosphate cotransporter Int 66:746-752, 2004.
NaPi-IIc in maintaining phosphate homeostasis, Am J Hum Genet 437. Fargue S, Harambat J, Gagnadoux MF, et al: Effect of conservative
78:179-192, 2006. treatment on the renal outcome of children with primary hypero-
411. Weber S, Schneider L, Peters M, et al: Novel paracellin-1 mutations xaluria type 1, Kidney Int 76:767-773, 2009.
in 25 families with familial hypomagnesemia with hypercalciuria 438. Knoll G, Cockfield S, Blydt-Hansen T, et al: Kidney Transplant Wor-
and nephrocalcinosis, J Am Soc Nephrol 12:1872-1881, 2001. king Group of the Canadian Society of Transplantation: Canadian
412. Claverie-Martin F, Garcia-Nieto V, Loris C, et al: Renal Tube Group: Society of Transplantation consensus guidelines on eligibility for
Claudin 19 mutations and clinical phenotype in Spanish patients kidney transplantation, CMAJ 173:1181-1184, 2005.
with familial hypomagnesemia with hypercalciuria and nephrocal- 439. Brinkert F, Ganschow R, Helmke K, et al: Transplantation proce-
cinosis, PLoS ONE 8:e53151, 2013. dures in children with primary hyperoxaluria type 1: outcome and
413. Zimmermann B, Plank C, Konrad M, et al: Hydrochlorothiazide in longitudinal growth, Transplantation 87:1415-1421, 2009.
CLDN16 mutation, Nephrol Dial Transplant 21:2127-2132, 2006. 440. Millan MT, Berquist WE, So SK, et al: One hundred percent patient
414. Konrad M, Schaller A, Seelow D, et al: Mutations in the tight- and kidney allograft survival with simultaneous liver and kidney
junction gene claudin 19 (CLDN19) are associated with renal transplantation in infants with primary hyperoxaluria: a single-
magnesium wasting, renal failure, and severe ocular involvement, center experience, Transplantation 76:1458-1462, 2003.
Am J Hum Genet 79:949-957, 2006. 441. Hoppe B, Groothoff JW, Hulton SA, et al: Efficacy and safety of
415. Feliubadaló L, Font M, Purroy J, et al: International Cystinuria Oxalobacter formigenes to reduce urinary oxalate in primary
Consortium: Non-type I cystinuria caused by mutations in SLC7A9, hyperoxaluria, Nephrol Dial Transplant 26:3609-3615, 2011.
encoding a subunit (bo, + AT) of rBAT, Nat Genet 23:52-57, 1999. 442. Cramer SD, Ferree PM, Lin K, et al: The gene encoding hydroxypy-
416. Sumorok N, Goldfarb DS: Update on cystinuria, Curr Opin Nephrol ruvate reductase (GRHPR) is mutated in patients with primary
Hypertens 22:427-431, 2013. hyperoxaluria type II, Hum Mol Genet 8:2063-2069, 1999.
417. Font-Llitjós M, Jiménez-Vidal M, Bisceglia L, et al: New insights into 443. Belostotsky R, Seboun E, Idelson GH, et al: Mutations in DHDPSL
cystinuria: 40 new mutations, genotype-phenotype correlation, and are responsible for primary hyperoxaluria type III, Am J Hum Genet
digenic inheritance causing partial phenotype, J Med Genet 42:58-68, 87:392-399, 2010.
2005. 444. Williams EL, Bockenhauer D, van’t Hoff WG, et al: The enzyme
418. Dello Strologo L, Pras E, Pontesilli C, et al: Comparison between 4-hydroxy-2-oxoglutarate aldolase is deficient in primary hypero-
SLC3A1 and SLC7A9 cystinuria patients and carriers: a need for a xaluria type 3, Nephrol Dial Transplant 27:3191-3195, 2012.
new classification, J Am Soc Nephrol 13:2547-2553, 2002. 445. Monico CG, Rossetti S, Belostotsky R, et al: Primary hyperoxaluria
419. Finocchiaro R, D’Eufemia P, Celli M, et al: Usefulness of cyanide- type III gene HOGA1 (formerly DHDPSL) as a possible risk factor
nitroprusside test in detecting incomplete recessive heterozygotes for idiopathic calcium oxalate urolithiasis, Clin J Am Soc Nephrol
for cystinuria: a standardized dilution procedure, Urol Res 26:401- 6:2289-2295, 2011.
405, 1998. 446. Ozen S, Pistorio A, Iusan SM, et al: Paediatric Rheumatology Inter-
420. Nakagawa Y, Asplin JR, Goldfarb DS, et al: Clinical use of cystine national Trials Organisation (PRINTO): EULAR/PRINTO/PRES
supersaturation measurements, J Urol 164:1481-1485, 2000. criteria for Henoch-Schönlein purpura, childhood polyarteritis
421. Botzenhart E, Vester U, Schmidt C, et al: Arbeitsgemeinschaft nodosa, childhood Wegener granulomatosis and childhood Taka-
für Pädiatrische Nephrologie (APN): Cystinuria in children: dis- yasu arteritis: Ankara 2008. Part II: Final classification criteria, Ann
tribution and frequencies of mutations in the SLC3A1 and SLC7A9 Rheum Dis 69:798-806, 2010.
genes, Kidney Int 62:1136-1142, 2002. 447. Ozen S, Bakkaloglu A, Dusunsel R, et al: Turkish Pediatric Vasculitis
422. Izol V, Aridogan IA, Karsli O, et al: The effect of prophylactic Study Group: Turkish Pediatric Vasculitis Study Group: Childhood
treatment with Shohl’s solution in children with cystinuria, J Pediatr vasculitides in Turkey: a nationwide survey, Clin Rheumatol 26:196-
Urol 9:1218-1222, 2013. 200, 2007.
423. Joly D, Rieu P, Méjean A, et al: Treatment of cystinuria, Pediatr 448. Yang YH, Hung CF, Hsu CR, et al: A nationwide survey on epide-
Nephrol 13:945-950, 1999. miological characteristics of childhood Henoch-Schönlein purpura
424. Sakhaee K: Pathogenesis and medical management of cystinuria, in Taiwan, Rheumatology (Oxford) 44:618-622, 2005.
Semin Nephrol 16:435-437, 1996. 449. Gardner-Medwin JM, Dolezalova P, Cummins C, et al: Incidence of
425. Hoppe B, Kemper MJ, Bökenkamp A, et al: Plasma calcium-oxalate Henoch-Schönlein purpura, Kawasaki disease, and rare vasculitides
saturation in children with renal insufficiency and in children with in children of different ethnic origins, Lancet 360:1197-1202, 2002.
primary hyperoxaluria, Kidney Int 54:921-925, 1998. 450. Piram M, Mahr A: Epidemiology of immunoglobulin A vasculitis
426. Takada Y, Kaneko N, Esumi H, et al: Human peroxisomal l-alanine: (Henoch-Schönlein): current state of knowledge, Curr Opin Rheu-
glyoxylate aminotransferase. Evolutionary loss of a mitochondrial matol 25:171-178, 2013.
targeting signal by point mutation of the initiation codon, Biochem 451. Jennette JC, Falk RJ, Bacon PA, et al: 2012 revised International
J 268:517-520, 1990. Chapel Hill Consensus Conference Nomenclature of Vasculitides,
427. Purdue PE, Lumb MJ, Fox M, et al: Characterization and chromoso- Arthritis Rheum 65:1-11, 2013.
mal mapping of a genomic clone encoding human alanine:glyoxy- 452. Ozen S, Ruperto N, Dillon MJ, et al: EULAR/PReS endorsed con-
late aminotransferase, Genomics 10:34-42, 1991. sensus criteria for the classification of childhood vasculitides, Ann
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

428. Bockenhauer D: Primary hyperoxalurias. In Barratt J, Harris K, Rheum Dis 65:936-941, 2006.
Topham P, editors: Oxford desk reference: nephrology, Oxford, England, 453. Peru H, Soylemezoglu O, Bakkaloglu SA, et al: Henoch Schönlein
2009, Oxford University Press, pp 632-634. purpura in childhood: clinical analysis of 254 cases over a 3-year
429. Latta K, Brodehl J: Primary hyperoxaluria type I, Eur J Pediatr period, Clin Rheumatol 27:1087-1092, 2008.
149:518-522, 1990. 454. Lau KK, Suzuki H, Novak J, et al: Pathogenesis of Henoch-Schönlein
430. Amoroso A, Pirulli D, Florian F, et al: AGXT gene mutations and purpura nephritis, Pediatr Nephrol 25:19-26, 2010.
their influence on clinical heterogeneity of type 1 primary, J Am 455. Donadio JV, Grande JP: IgA nephropathy, N Engl J Med 347:738-748,
Soc Nephrol 12:2072-2079, 2001. 2002.
431. Langman CB: The optimal approach to the patient with oxalosis, 456. Sanders JT, Wyatt RJ: IgA nephropathy and Henoch-Schönlein
Adv Ren Replace Ther 8:214-222, 2001. purpura nephritis, Curr Opin Pediatr 20:163-170, 2008.
432. Hoppe B, Langman CB: A United States survey on diagnosis, 457. Kiryluk K, Moldoveanu Z, Sanders JT, et al: Aberrant glycosylation
treatment, and outcome of primary hyperoxaluria, Pediatr Nephrol of IgA1 is inherited in both pediatric IgA nephropathy and Henoch-
18:986-991, 2003. Schönlein purpura nephritis, Kidney Int 80:79-87, 2011.
433. Hoppe B, Latta K, von Schnakenburg C, et al: Primary hyperoxa- 458. Narchi H: Risk of long-term renal impairment and duration of
luria—the German experience, Am J Nephrol 25:276-281, 2005. follow-up recommended for Henoch-Schönlein purpura with
434. Danpure CJ: Molecular and clinical heterogeneity in primary hype- normal or minimal urinary findings: a systematic review, Arch Dis
roxaluria type 1, Am J Kidney Dis 17:366-369, 1991. Child 90:916-920, 2005.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e10 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

459. Soylemezoglu O, Ozkaya O, Ozen S, et al: Turkish Pediatric Vas- 487. Zwerina J, Eger G, Englbrecht M, et al: Churg-Strauss syndrome in
culitis Study Group: Turkish Pediatric Vasculitis Study Group: childhood: a systematic literature review and clinical comparison
Henoch-Schönlein nephritis: a nationwide study, Nephron Clin with adult patients, Semin Arthritis Rheum 39:108-115, 2009.
Pract 112:c199-c204, 2009. 488. Chen M, Kallenberg CG: New advances in the pathogenesis
460. Schärer K, Krmar R, Querfeld U, et al: Clinical outcome of Schön- of ANCA-associated vasculitides, Clin Exp Rheumatol 27(Suppl
lein-Henoch purpura nephritis in children, Pediatr Nephrol 13:816- 52):S108-S114, 2009.
823, 1999. 489. Jardim HM, Leake J, Risdon RA, et al: Crescentic glomeruloneph-
461. Wakaki H, Ishikura K, Hataya H, et al: Henoch-Schönlein purpura ritis in children, Pediatr Nephrol 6:231-235, 1992.
nephritis with nephrotic state in children: predictors of poor out- 490. Kallenberg CGM: Pathogenesis of PR3-ANCA associated vasculitis,
comes, Pediatr Nephrol 26:921-925, 2011. J Autoimmunity 30:29-36, 2008.
462. Coppo R, Amore A: Henoch-Schönlein purpura. In Avner ED, 491. Grisaru S, Yuen GW, Miettunen PM, et al: Incidence of Wegener’s
Harmon WE, Niaudet P, et al, editors: Pediatric nephrology, Berlin, granulomatosis in children, J Rheumatol 37:440-442, 2010.
2009, Springer Verlag, pp 1111-1126. 492. Specks U, Merkel PA, Seo P, et al: RAVE-ITN Research Group:
463. Weiss PF, Feinstein JA, Luan X, et al: Effects of corticosteroid on Efficacy of remission-induction regimens for ANCA-associated
Henoch-Schönlein purpura: a systematic review, Pediatrics 120:1079- vasculitis, N Engl J Med 369:417-427, 2013.
1087, 2007. 493. Guerry MJ, Brogan P, Bruce IN, et al: Recommendations for the
464. Chartapisak W, Opastiraku S, Willis NS, et al: Prevention and treat- use of rituximab in anti-neutrophil cytoplasm antibody-associated
ment of renal disease in Henoch-Schönlein purpura: a systematic vasculitis, Rheumatology (Oxford) 51:634-643, 2012.
review, Arch Dis Child 94:132-137, 2009. 494. Akikusa JD, Schneider R, Harvey EA, et al: Clinical features and
465. Ronkainen J, Koskimies O, Ala-Houhala M, et al: Early prednisone outcome of pediatric Wegener’s granulomatosis, Arthritis Rheum
therapy in Henoch-Schönlein purpura: a randomized, double- 57:837-844, 2007.
blind, placebo-controlled trial, J Pediatr 149:241-247, 2006. 495. Peco-Antic A, Bonaci-Nikolic B, Basta-Jovanovic G, et al: Childhood
466. Huber AM, King J, McLaine P, et al: A randomized, placebo-con- microscopic polyangiitis associated with MPO-ANCA, Pediatr Nephrol
trolled trial of prednisone in early Henoch-Schönlein purpura, 21:46-53, 2006.
BMC Med 2:7, 2004. 496. Belostotsky VM, Shah V, Dillon MJ: Clinical features in 17 paediatric
467. Dillon MJ: Henoch-Schönlein purpura: recent advances, Clin Exp patients with Wegener granulomatosis, Pediatr Nephrol 17:754-761,
Rheumatol 25:S66-S68, 2007. 2002.
468. Chartapisak W, Opastirakul S, Hodson EM, et al: Interventions 497. Siomou E, Tramma D, Bowen C, et al: ANCA-associated glome-
for preventing and treating kidney disease in Henoch-Schönlein rulonephritis/systemic vasculitis in childhood: clinical features-
Purpura (HSP), Cochrane Database Syst Rev(3):CD005128, 2009. outcome, Pediatr Nephrol 27:1911-1920, 2012.
469. Zaffanello M, Fanos V: Treatment-based literature of Henoch- 498. Park MC, Lee SW, Park YB, et al: Clinical characteristics and out-
Schönlein purpura nephritis in childhood, Pediatr Nephrol 24:1901- comes of Takayasu’s arteritis: analysis of 108 patients using standar-
1911, 2009. dized criteria for diagnosis, activity assessment, and angiographic
470. Edström Halling S, Söderberg MP, Berg UB: Treatment of severe classification, Scand J Rheumatol 34:284-292, 2005.
Henoch-Schönlein and immunoglobulin A nephritis. A single- 499. Cakar N, Yalcinkaya F, Duzova A, et al: Takayasu arteritis in children,
center experience, Pediatr Nephrol 24:91-97, 2009. J Rheumatol 35:913-919, 2008.
471. Oner A, Tinaztepe K, Erdogan O: The effect of triple therapy on 500. Liang P, Hoffman GS: Advances in the medical and surgical treat-
rapidly progressive type of Henoch-Schönlein nephritis, Pediatr ment of Takayasu arteritis, Curr Opin Rheumatol 17:16-24, 2005.
Nephrol 9:6-10, 1995. 501. Ozen S, Duzova A, Bakkaloglu A, et al: Takayasu arteritis in chil-
472. McCarthy HJ, Tizard EJ: Clinical practice: diagnosis and mana- dren: preliminary experience with cyclophosphamide induction
gement of Henoch-Schönlein purpura, Eur J Pediatr 169:643-650, and corticosteroids followed by methotrexate, J Pediatr 150:72-76,
2010. 2007.
473. Ninchoji T, Kaito H, Nozu K, et al: Treatment strategies for Henoch- 502. Hoffman GS, Merkel PA, Brasington RD, et al: Anti-tumor necrosis
Schönlein purpura nephritis by histological and clinical severity, factor therapy in patients with difficult to treat Takayasu arteritis,
Pediatr Nephrol 26:563-569, 2011. Arthritis Rheum 50:2296-2304, 2004.
474. Wright E, Dillon MJ, Tullus K: Childhood vasculitis and plasma 503. Liang P, Tan-Ong M, Hoffman GS: Takayasu’s arteritis: vascular
exchange, Eur J Pediatr 166:145-151, 2007. interventions and outcomes, J Rheumatol 31:102-106, 2004.
475. Meulders Q, Pirson Y, Cosyns JP, et al: Course of Henoch-Schönlein 504. Noris M, Remuzzi G: Hemolytic uremic syndrome, J Am Soc Nephrol
nephritis after renal transplantation. Report on ten patients and 16:1035-1050, 2005.
review of the literature, Transplantation 58:1179-1186, 1994. 505. Siegler RL, Pavia AT, Hansen FL, et al: Atypical hemolytic-ure-
476. Cassidy JT, Petty RE: Polyarteritis nodosa and related vasculitides. mic syndrome: a comparison with postdiarrheal disease, J Pediatr
In Cassidy JT, Petty RE, editors: Textbook of pediatric rheumatology, 128:505-511, 1996.
Philadelphia, 2005, WB Saunders, pp 512-520. 506. Loirat C, Noris M, Fremeaux-Bacchi V: Complement and the
477. Dedeoglu F, Sundel RP: Vasculitis in children, Rheum Dis Clin North atypical hemolytic uremic syndrome in children, Pediatr Nephrol
Am 33:555-583, 2007. 23:1957-1972, 2008.
478. Ozen S, Anton J, Arisoy N, et al: Juvenile polyarteritis: results of a 507. Skerka C, Jozsi M, Zipfel PF, et al: Autoantibodies in haemolytic
multicenter survey of 110 children, J Pediatr 145:517-522, 2004. uraemic syndrome (HUS), Thromb Haemost 101:227-232, 2009.
479. Ozen S, Bakkaloglu A, Yilmaz E, et al: Mutations in the gene for 508. Nürnberger J, Philipp T, Witzke O, et al: Eculizumab for atypical
familial Mediterranean fever: do they predispose to inflammation? hemolytic uremic syndrome, N Engl J Med 360:542-544, 2009.
J Rheumatol 30:2014-2018, 2003. 509. Tarr PI, Gordon CA, Chandler WL: Shiga-toxin-producing Escheri-
480. Bakkaloglu SA, Muzaç S, Akpek S, et al: Polyarteritis nodosa in a case chia coli and haemolytic uraemic syndrome, Lancet 365:1073-1086,
of familial Mediterranean fever, Pediatr Nephrol 19:536-538, 2004. 2005.
481. Dillon MJ, Eleftheriou D, Brogan PA: Medium-size-vessel vasculitis, 510. López EL, Contrini MM, Glatstein E, et al: An epidemiologic survei-
Pediatr Nephrol 25:1641-1652, 2010. llance of Shiga-like toxin-producing Escherichia coli infection in
482. Besbas N, Ozen S, Saatci U, et al: Renal involvement in polyarteritis Argentinean children: risk factors and serum Shiga-like toxin 2
nodosa: evaluation of 26 Turkish children, Pediatr Nephrol 14:325- values, Pediatr Infect Dis J 31:20-24, 2012.
327, 2000. 511. Banatvala N, Griffin PM, Greene KD, et al: Hemolytic Uremic
483. Bakkaloglu SA, Ekim M, Tümer N, et al: Severe renal impairment Syndrome Study Collaborators: The United States National Pros-
in the case of classic polyarteritis nodosa, Pediatr Nephrol 16:148-150, pective Hemolytic Uremic Syndrome Study: microbiologic, serolo-
2001. gic, clinical, and epidemiologic findings, J Infect Dis 183:1063-1070,
484. Brogan PA, Davies R, Gordon I, et al: Renal angiography in children 2001.
with polyarteritis nodosa, Pediatr Nephrol 17:277-283, 2002. 512. Bhimma R, Rollins NC, Coovadia HM, et al: Post-dysenteric hemoly-
485. Brogan P, Eleftheriou D, Dillon M: Small vessel vasculitis, Pediatr tic uremic syndrome in children during an epidemic of Shigella
Nephrol 25:1025-1035, 2010. dysentery in Kwazulu/Natal, Pediatr Nephrol 11:560-564, 1997.
486. Eleftheriou D, Melo M, Marks SD, et al: Biologic therapy in primary 513. Andreoli SP, Zimmerhackl LB: Hemolytic uremic syndrome. In
systemic vasculitis of the young, Rheumatology (Oxford) 48:978-986, Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric nephrology,
2009. Philadelphia, 2008, Mosby, pp 359-384.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e11

514. Rivas M, Miliwebsky E, Chinen I, et al: Case-Control Study Group: coli O104:H4 induced haemolytic uraemic syndrome: case-control
Characterization and epidemiologic subtyping of Shiga toxin- study, BMJ 345:e4565, 2012.
producing Escherichia coli strains isolated from hemolytic uremic 537. Kielstein JT, Beutel G, Fleig S, et al: Collaborators of the DGfN
syndrome and diarrhea cases in Argentina, Foodborne Pathog Dis STEC-HUS Registry: Best supportive care and therapeutic plasma
3:88-96, 2006. exchange with or without eculizumab in Shiga-toxin-producing E.
515. Scheiring J, Rosales A, Zimmerhackl LB: Clinical practice. Today’s coli O104:H4 induced haemolytic-uraemic syndrome: an analysis
understanding of the haemolytic uraemic syndrome, Eur J Pediatr of the German STEC-HUS registry, Nephrol Dial Transplant 27:3807-
169:7-13, 2010. 3815, 2012.
516. Vaillant V, Espié E, de Valk H, et al: Undercooked ground beef 538. Silberstein C, Lucero MS, Zotta E, et al: A glucosylceramide synthase
and person-to-person transmission as major risk factors for spora- inhibitor protects rats against the cytotoxic effects of Shiga toxin-2,
dic hemolytic uremic syndrome related to Shiga-toxin producing Pediatr Res 69(Pt 1):390-394, 2011.
Escherichia coli infections in children in France, Pediatr Infect Dis 539. Petruzziello-Pellegrini TN, Marsden PA: Shiga toxin-associated
J 28:650-653, 2009. hemolytic uremic syndrome: advances in pathogenesis and thera-
517. Frank C, Werber D, Cramer JP, et al: HUS Investigation Team: Epi- peutics, Curr Opin Nephrol Hypertens 21:433-440, 2012.
demic profile of Shiga-toxin-producing Escherichia coli O104:H4 540. Oakes RS, Siegler RL, McReynolds MA, et al: Predictors of fatality
outbreak in Germany, N Engl J Med 365:1771-1780, 2011. in postdiarrheal hemolytic uremic syndrome, Pediatrics 117:1656-
518. Rasko DA, Webster DR, Sahl JW, et al: Origins of the E. coli strain 1662, 2006.
causing an outbreak of hemolytic-uremic syndrome in Germany, 541. Oakes RS, Kirkham JK, Kirkhamm JK, et al: Duration of oliguria
N Engl J Med 365:709-717, 2011. and anuria as predictors of chronic renal-related sequelae in post-
519. Pennington H: Escherichia coli O157, Lancet 376:1428-1435, 2010. diarrheal hemolytic uremic syndrome, Pediatr Nephrol 23:1303-1308,
520. Petruzziello-Pellegrini TN, Yuen DA, Page AV, et al: The CXCR4/ 2008.
CXCR7/SDF-1 pathway contributes to the pathogenesis of Shiga 542. Verweyen HM, Karch H, Brandis M, et al: Enterohemorrhagic
toxin-associated hemolytic uremic syndrome in humans and mice, Escherichia coli infection: following transmission routes, Pediatr
J Clin Invest 122:759-776, 2012. Nephrol 14:73-83, 2000.
521. Thurman JM, Marians R, Emlen W, et al: Alternative pathway of 543. Taylor CM, Machin S, Wigmore SJ, et al: working party from
complement in children with diarrhea-associated hemolytic uremic the Renal Association, the British Committee for Standards in
syndrome, Clin J Am Soc Nephrol 4:1920-1924, 2009. Haematology and the British Transplantation Society: Clinical
522. Morigi M, Galbusera M, Gastoldi S, et al: Alternative pathway practice guidelines for the management of atypical haemolytic
activation of complement by Shiga toxin promotes exuberant uraemic syndrome in the United Kingdom, Br J Haematol 148:37-
C3a formation that triggers microvascular thrombosis, J Immunol 47, 2010.
187:172-180, 2011. 544. Veyradier A, Obert B, Haddad E, et al: Severe deficiency of the
523. Locatelli M, Buelli S, Pezzotta A, et al: Shiga toxin promotes podocy- specific von Willebrand factor-cleaving protease (ADAMTS 13)
te injury in experimental hemolytic uremic syndrome via activation activity in a subgroup of children with atypical hemolytic uremic
of the alternative pathway of complement, J Am Soc Nephrol 25:1786- syndrome, J Pediatr 142:310-317, 2003.
1798, 2014. 545. Constantinescu AR, Bitzan M, Weiss LS, et al: Non-enteropathic
524. Fang CJ, Fremeaux-Bacchi V, Liszewski MK, et al: Membrane hemolytic uremic syndrome: causes and short-term course, Am J
cofactor protein mutations in atypical hemolytic uremic syndrome Kidney Dis 43:976-982, 2004.
(aHUS), fatal Stx-HUS, C3 glomerulonephritis, and the HELLP 546. Waters AM, Kerecuk L, Luk D, et al: Hemolytic uremic syndro-
syndrome, Blood 111:624-632, 2008. me associated with invasive pneumococcal disease: the United
525. Zimmerhackl LB, Besbas N, Jungraithmayr T, et al: European Study Kingdom experience, J Pediatr 151:140-144, 2007.
Group for Haemolytic Uraemic Syndromes and Related Disorders: 547. Brandt J, Wong C, Mihm S, et al: Invasive pneumococcal disease
Epidemiology, clinical presentation, and pathophysiology of atypi- and hemolytic uremic syndrome, Pediatrics 110:371-376, 2002.
cal and recurrent hemolytic uremic syndrome, Semin Thromb Hemost 548. Cochran JB, Panzarino VM, Maes LY, et al: Pneumococcus-induced
32:113-120, 2006. T-antigen activation in hemolytic uremic syndrome, Pediatr Nephrol
526. Noris M, Remuzzi G: Atypical hemolytic-uremic syndrome, N Engl 19:317-321, 2004.
J Med 361:1676-1687, 2009. 549. Roumenina LT, Loirat C, Dragon-Durey MA, et al: Alternative
527. Spinale JM, Ruebner RL, Copelovitch L, et al: Long-term outcomes complement pathway assessment in patients with atypical HUS,
of Shiga toxin hemolytic uremic syndrome, Pediatr Nephrol 28:2097- J Immunol Methods 365:8-26, 2011.
2105, 2013. 550. Legendre CM, Licht C, Loirat C: Eculizumab in atypical hemolytic-
528. Garg AX, Suri RS, Barrowman N, et al: Long-term renal prognosis uremic syndrome, N Engl J Med 369:1379-1380, 2013.
of diarrhea-associated hemolytic uremic syn- drome: A systematic 551. Zuber J, Fakhouri F, Roumenina LT, et al: French Study Group for
review, meta-analysis, and meta-regression, JAMA 290:1360-1370, aHUS/C3G: Use of eculizumab for atypical haemolytic uraemic
2003. syndrome and C3 glomerulopathies, Nat Rev Nephrol 8:643-657,
529. Nathanson S, Kwon T, Elmaleh M, et al: Acute neurological invol- 2012.
vement in diarrhea-associated hemolytic uremic syndrome, Clin J 552. Caprioli J, Bettinaglio P, Zipfel PF, et al: Italian Registry of Familial
Am Soc Nephrol 5:1218-1228, 2010. and Recurrent HUS/TTP: The molecular basis of familial hemoly-
530. Safdar N, Said A, Gangnon RE, et al: Risk of hemolytic uremic tic uremic syndrome: mutation analysis of factor H gene reveals a
syndrome after antibiotic treatment of Escherichia coli O157:H7 hot spot in short consensus repeat 20, J Am Soc Nephrol 12:297-307,
enteritis: a meta-analysis, JAMA 288:996-1001, 2002. 2001.
531. Gerber A, Kirchhoff-Moradpour AH, Obieglo S, et al: Successful (?) 553. Vaziri-Sani F, Holmberg L, Sjöholm AG, et al: Phenotypic expression
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

therapy of hemolytic uremic syndrome with factor H abnormality, of factor H mutations in patients with atypical hemolytic uremic
Pediatr Nephrol 18:952-955, 2003. syndrome, Kidney Int 69:981-988, 2006.
532. Bitzan M, Schaefer F, Reymond D: Treatment of typical (enteropat- 554. Sinha A, Gulati A, Saini S, et al: Indian HUS Registry: Prompt
hic) hemolytic uremic syndrome, Semin Thromb Hemost 36:594-610, plasma exchanges and immunosuppressive treatment improves
2010. the outcomes of anti-factor H autoantibody-associated hemolytic
533. Michael M, Elliott EJ, Craig JC, et al: Interventions for hemolytic uremic syndrome in children, Kidney Int 85:1151-1160, 2014.
uremic syndrome and thrombotic thrombocytopenic purpura: a 555. Ståhl AL, Vaziri-Sani F, Heinen S, et al: Factor H dysfunction in
systematic review of randomized controlled trials, Am J Kidney Dis patients with atypical hemolytic uremic syndrome contributes to
53:259-272, 2009. complement deposition on platelets and their activation, Blood
534. Michael M, Elliott EJ, Ridley GF, et al: Interventions for haemolytic 111:5307-5315, 2008.
uraemic syndrome and thrombotic thrombocytopenic purpura, 556. Zipfel PF, Edey M, Heinen S, et al: Deletion of complement factor
Cochrane Database Syst Rev(1):CD003595, 2009. H-related genes CFHR1 and CFHR3 is associated with atypical
535. Lapeyraque AL, Malina M, Fremeaux-Bacchi V, et al: Eculizumab hemolytic uremic syndrome, PLoS Genet 3:387-392, 2007, e41.
in severe Shiga-toxin-associated HUS, N Engl J Med 364:2561-2563, 557. Caprioli J, Noris M, Brioschi S, et al: International Registry of
2011. Recurrent and Familial HUS/TTP: Genetics of HUS: the impact
536. Menne J, Nitschke M, Stingele R, et al: EHEC-HUS consortium: Vali- of MCP, CFH, and IF mutations on clinical presentation, response
dation of treatment strategies for enterohaemorrhagic Escherichia to treatment, and outcome, Blood 108:1267-1279, 2006.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
2364.e12 SECCIÓN XII — NEFROLOGÍA PEDIÁTRICA

558. Frémeaux-Bacchi V, Miller EC, Liszewski MK, et al: Mutations in renal failure in children. European Study Group of Nutritional
complement C3 predispose to development of atypical hemolytic Treatment of Chronic Renal Failure in Childhood, Lancet 349:1117-
uremic syndrome, Blood 112:4948-4952, 2008. 1123, 1997.
559. Remuzzi G, Galbusera M, Noris M, et al: Italian Registry of Recu- 583. Parekh RS, Flynn JT, Smoyer WE, et al: Improved growth in young
rrent and Familial HUS/TTP: Von Willebrand factor cleaving children with severe chronic renal insufficiency who use specified
protease (ADAMTS13) is deficient in recurrent and familial throm- nutritional therapy, J Am Soc Nephrol 12:2418-2426, 2001.
botic thrombocytopenic purpura and hemolytic uremic syndrome, 584. Haffner D, Schaefer F, Nissel R, et al: Effect of growth hormone
Blood 100:778-785, 2002. treatment on the adult height of children with chronic renal failure.
560. te Loo DM, Levtchenko E, Furlan M, et al: Autosomal recessive German Study Group for Growth Hormone Treatment in Chronic
inheritance of von Willebrand factor-cleaving protease deficiency, Renal Failure, N Engl J Med 343:923-930, 2000.
Pediatr Nephrol 14:762-765, 2000. 585. Hadtstein C, Schaefer F: What adult nephrologists should know about
561. Tsai HM, Lian EC: Antibodies to von Willebrand factor-cleaving childhood pressure, Nephrol Dial Transplant 22:2119-2123, 2007.
protease in acute thrombotic thrombocytopenic purpura, N Engl J 586. Oh J, Wunsch R, Turzer M, et al: Advanced coronary and carotid
Med 339:1585-1594, 1998. arteriopathy in young adults with childhood-onset chronic renal
562. Sharma AP, Greenberg CR, Prasad AN, et al: Hemolytic uremic failure, Circulation 106:100-105, 2002.
syndrome (HUS) secondary to cobalamin C (cblC) disorder, Pediatr 587. Hadtstein C, Schaefer F: Hypertension in children with chronic
Nephrol 22:2097-2103, 2007. kidney disease: pathophysiology and management, Pediatr Nephrol
563. Menni F, Testa S, Guez S, et al: Neonatal atypical hemolytic uremic 23:363-371, 2008.
syndrome due to methylmalonic aciduria and homocystinuria, 588. National High Blood Pressure Education Program Working Group
Pediatr Nephrol 27:1401-1405, 2012. on High Blood Pressure in Children and Adolescents: The fourth
564. Cornec-Le Gall E, Delmas Y, De Parscau L, et al: Adult-onset report on the diagnosis, evaluation and treatment of high blood
eculizumab-resistant hemolytic uremic syndrome associated with pressure in children and adolescents. Pediatrics 114:555-576, 2004.
cobalamin C deficiency, Am J Kidney Dis 63:119-123, 2014. 589. Wühl E, Hadtstein C, Mehls O, et al: ESCAPE Trial Group: Ultra-
565. Lemaire M, Frémeaux-Bacchi V, Schaefer F, et al: Recessive muta- dian but not circadian blood pressure rhythms correlate with renal
tions in DGKE cause atypical hemolytic-uremic syndrome, From Nat dysfunction in children with chronic renal failure, J Am Soc Nephrol
Genet 45:531-536, 2013. 16:746-754, 2005.
566. Ozaltin F, Li B, Rauhauser A, et al: DGKE variants cause a glomeru- 590. Lurbe E, Torro I, Alvarez V, et al: Prevalence, persistence and
lar microangiopathy that mimics membranoproliferative GN, J Am clinical significance of masked hypertension in youth, Hypertension
Soc Nephrol 24:377-384, 2013. 45:493-498, 2005.
567. Loirat C, Garnier A, Sellier-Leclerc AL, et al: Plasmatherapy in 591. Lurbe E, Cifkova R, Cruickshank JK, et al: European Society of
atypical hemolytic uremic syndrome, Semin Thromb Haemost 36:673- Hypertension: Management of high blood pressure in children
681, 2010. and adolescents: recommendations of the European Society of
568. Gruppo RA, Rother RP: Eculizumab for congenital atypical hemoly- Hypertension, J Hypertens 27:1719-1742, 2009.
tic-uremic syndrome, N Engl J Med 360:544-546, 2009. 592. Wühl E, Mehls O, Schaefer F: ESCAPE Trial Group: Antihypertensi-
569. Davin JC, Gracchi V, Bouts A, et al: Maintenance of kidney function ve and antiproteinuric efficacy of ramipril in children with chronic
following treatment with eculizumab and discontinuation of plasma renal failure, Kidney Int 66:768-776, 2004.
exchange after a third kidney transplant for atypical hemolytic 593. Schaefer F, Van de Walle J, Zurowska A, et al: Candesartan in Chil-
uremic syndrome associated with a CFH mutation, Am J Kidney Dis dren with Hypertension Investigators: Efficacy, safety and pharma-
55:708-711, 2010. cokinetics of candesartan cilexetil in hypertensive children from 1
570. Zimmerhackl LB, Hofer J, Cortina G, et al: Prophylactic eculizumab to less than 6 years of age, J Hypertens 28:1083-1090, 2010.
after renal transplantation in atypical hemolytic-uremic syndrome, 594. Groothoff JW, Gruppen MP, Offringa M, et al: Mortality and causes
N Engl J Med 362:1746-1748, 2010. of death of end-stage renal disease in children: a Dutch cohort
571. Fakhouri F, Frémeaux-Bacchi V, Loirat C: Atypical hemolytic uremic study, Kidney Int 61:621-629, 2002.
syndrome: from the rediscovery of complement to targeted therapy, 595. McDonald SP, Craig JC: Long-term survival of children with end-
Eur J Intern Med 24:492-495, 2013. stage renal disease, N Engl J Med 350:2654-2662, 2004.
572. Legendre CM, Licht C, Muus P, et al: Terminal complement inhi- 596. Parekh RS, Carroll CE, Wolfe RA, et al: Cardiovascular mortality in
bitor eculizumab in atypical hemolytic-uremic syndrome, N Engl J children and young adults with end-stage kidney disease, J Pediatr
Med 368:2169-2181, 2013. 41:191-197, 2002.
573. Le Quintrec M, Zuber J, Moulin B, et al: Complement genes 597. Silberberg JS, Barre PE, Prichard SS, et al: Impact of left ventricu-
strongly predict recurrence and graft outcome in adult renal trans- lar hypertrophy on survival in end-stage renal disease, Kidney Int
plant recipients with atypical hemolytic and uremic syndrome, Am 36:286-290, 1989.
J Transplant 13:663-675, 2013. 598. Matteucci MC, Wühl E, Picca S, et al: ESCAPE Trial Group: Left
574. Quaggin SE: DGKE and atypical HUS, Nat Genet 45:475-476, 2013. ventricular geometry in children with mild to moderate chronic
575. Haffner D, Nissel R: Growth and puberty in chronic kidney disease. renal insufficiency, J Am Soc Nephrol 17:218-225, 2006.
In Geary DF, Schaefer F, editors: Comprehensive pediatric nephrology, 599. Mitsnefes M, Flynn J, Cohn S, et al: CKiD Study Group: Masked
Philadelphia, 2008, Mosby, pp 709-726. hypertension associates with left ventricular hypertrophy in chil-
576. Schaefer F, Wingen AM, Hennicke M, et al: Growth charts for dren with CKD, J Am Soc Nephrol 21:137-144, 2010.
prepubertal children with chronic renal failure due to congenital 600. Bakkaloglu SA, Saygili A, Sever L, et al: Assessment of cardiovascular
renal disorders. European Study Group for Nutritional Treatment risk in paediatric peritoneal dialysis patients: a Turkish Pediatric
of Chronic Renal Failure in Childhood, Pediatr Nephrol 10:288-293, Peritoneal Dialysis Study Group (TUPEPD) report, Nephrol Dial
1996. Transplant 24:3525-3532, 2009.
577. Schaefer F, Seidel C, Binding A, et al: Pubertal growth in chronic 601. Bakkaloglu SA, Borzych D, Soo Ha I, et al: International Pediatric
renal failure, Pediatr Res 28:5-10, 1990. Peritoneal Dialysis Network: Cardiac geometry in children receiving
578. Bamgbola FO, Kaskel FJ: Uremic malnutrition-inflammation chronic PD: findings from the International Pediatric Peritoneal
syndrome in chronic renal disease: a pathobiologic entity, J Ren Dialysis Network, Clin J Am Soc Nephrol 6:1934-1943, 2011.
Nutr 13:250-258, 2003. 602. Sorof JM, Sullivan EK, Tejani A, et al: Antihypertensive medication
579. Schaefer F: Endocrine and growth disorders in chronic renal fai- and renal allograft failure: a North American Pediatric Renal Trans-
lure. In Avner ED, Harmon WE, Niaudet P, et al, editors: Pediatric plant Cooperative Study report, J Am Soc Nephrol 10:1324-1330, 1999.
nephrology, Berlin, 2009, Springer Verlag, pp 1714-1753. 603. Kramer AM, van Stralen KJ, Jager KJ, et al: Blood pressure and
580. Schaefer F, Chen Y, Tsao T, et al: Impaired JAK-STAT signal trans- hypertension in children on renal replacement therapy in Europe,
duction contributes to growth hormone resistance in chronic Kidney Int 80:1092-1098, 2011.
uremia, J Clin Invest 108:467-475, 2001. 604. Schaefer F: Cardiac disease in children with mild-to-moderate
581. National Kidney Foundation: KDOQI clinical practice guidelines chronic kidney disease, Curr Opin Nephrol Hypertens 17:292-297,
for nutrition in children with CKD: 2008 update. Am J Kidney Dis 2008.
53:S11-S104, 2009. 605. Chinali M, de Simone G, Matteucci MC, et al: ESCAPE Trial Group:
582. Wingen AM, Fabian-Bach C, Schaefer F, et al: Randomised multi- Reduced systolic myocardial function in children with chronic renal
centre study of a low-protein diet on the progression of chronic insufficiency, J Am Soc Nephrol 18:593-598, 2007.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
CAPÍTULO 74 — Enfermedades del riñón y del tracto urinario en niños 2364.e13

606. Civilibal M, Caliskan S, Adaletli I, et al: Coronary artery calcifi- 611. Ellis D, Moritz ML, Vats A, et al: Antihypertensive and reno-
cations in children with end-stage renal disease, Pediatr Nephrol protective efficacy and safety of losartan. A long-term study
21:1426-1433, 2006. in children with renal disorders, Am J Hypertension 17:928-935,
607. Litwin M, Wühl E, Jourdan C, et al: Altered morphologic properties 2004.
of large arteries in children with chronic renal failure and after 612. Flynn JT, Meyers KE, Neto JP, et al: Pediatric Valsartan Study Group:
renal transplantation, J Am Soc Nephrol 16:1494-1500, 2005. Efficacy and safety of the angiotensin receptor blocking agent val-
608. Ardissino G, Daccò V, Testa S, et al: ItalKidProject: Epidemiology sartan in children with hypertension aged 1 to 5 years, Hypertension
of chronic renal failure in children: data from the ItalKid Project, 52:222-228, 2008.
Pediatrics 111:e382-e387, 2003. 613. Ardissino G, Vigano S, Testa S, et al: ItalKid Project: No clear
609. Celedon CG, Bitsor M, Tullus K: Progression of chronic renal failure evidence of ACEi efficacy on the progression of chronic kidney
in children with dysplastic kidneys, Pediatr Nephrol 22:1014-1020, 2007. disease in children with hypodysplastic nephropathy—report from
610. Wühl E, Trivelli A, ESCAPE Trial Group: et al: Strict blood pressure the ItalKid Project database, Nephrol Dial Transplant 22:2525-2530,
control and progression of renal failure in children, N Engl J Med 2007.
361:1639-1650, 2009.
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Descargado para Grecia Roldán López (groldanl1@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 08, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

También podría gustarte