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Covid 19 ¿Enfermedad ocupacional?

De acuerdo al Observatorio de la OIT–segunda edición: el covid-19 y el mundo del


trabajo. Estimaciones actualizadas y análisis, publicado en la página de la OIT el 7 de
abril de 2020, en este momento hay cerca de 136 millones de trabajadores de los
sectores salud y asistencial que estarían expuestos al virus y a las enfermedades
relacionadas. Desafiando a la estadística y de forma empírica, en promedio, 6,2% de los
que contraigan el virus, podrían morir por neumonía relacionada con el covid-19. A este
colectivo de trabajadores hay que sumar los trabajadores del transporte de pasajeros
(aéreo, marítimo y terrestre), policías, fuerzas militares y de gendarmería y en general
de aquellas actividades que no son susceptibles de interrupción. Puede deducirse que
estamos frente a un gravísimo problema de salud pública laboral.

Las definiciones de enfermedad ocupacional recogidas tanto en el Protocolo de 2002


relativo al Convenio sobre seguridad y salud de los trabajadores, 1981 (Convenio 121,
ratificado por Venezuela en 1982) y en el manual de la OIT sobre Registro y
notificación de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales de 1996; coinciden
con lo establecido en nuestro artículo 70 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo:

“Artículo 70.- Definición de Enfermedad Ocupacional.- Se entiende por enfermedad


ocupacional, los estados patológicos contraídos o agravados con ocasión del trabajo o
exposición al medio en el que el trabajador o la trabajadora se encuentra obligado a
trabajar, tales como los imputables a la acción de agentes físicos y mecánicos,
condiciones disergonómicas, meteorológicas, agentes químicos, biológicos, factores
psicosociales y emocionales, que se manifiesten por una lesión orgánica, trastornos
enzimáticos o bioquímicos, trastornos funcionales o desequilibrio mental, temporales o
permanentes.

Se presumirá el carácter ocupacional de aquellos estados patológicos incluidos en la


lista de enfermedades ocupacionales establecidas en las normas técnicas de la presente
Ley, y las que en lo sucesivo se añadieren en revisiones periódicas realizadas por el
Ministerio con competencia en materia de seguridad y salud en el trabajo conjuntamente
con el Ministerio con competencia en materia de salud.”

Nuestra LOPCYMAT es una norma de salud y seguridad ocupacional que consideramos


de avanzada; de hecho, es una norma holística que considera la mayor cantidad de
situaciones, factores y condiciones que pueden provocar en un laborante un estado
patológico profesional.

La interpretación hermenéutica de la norma nos obliga a considerar que en fechas 13 de


marzo de 2020 y 12 de abril de 2020, el Ejecutivo nacional decretó y luego ratificó el
Estado de Excepción de Alarma, suspendiendo la mayor parte de las actividades
económicas en el país, pero exceptuando aquellas operaciones necesarias para el
sostenimiento de la paz social y en preservación de la salud y la vida de los
venezolanos.
Así las cosas, hay que considerar que el 2019-nCoV o mejor conocido como covid-19
es un virus altamente infeccioso que puede llegar a ser fatal (Zhou, 2020) y que a pesar
de las medidas de contención física y de distanciamiento social, el hecho de que pueda
permanecer activo hasta por 24 horas sobre acero inoxidable, 48 horas sobre madera y 4
horas en el aire, lo convierte en un riesgo biológico de importancia.

Para los trabajadores que están en riesgo por su actividad el contagio del covid-19,
durante el tiempo obligatorio de exposición por causa del trabajo, sí puede considerarse
una enfermedad ocupacional, siendo responsables el Estado y el patrono conjuntamente,
quedando en manos de los tribunales la determinación de la responsabilidad subjetiva
del patrono (daño moral) que se determinará de acuerdo al nivel de cumplimiento de las
normas de salud y seguridad ocupacional.

Asimismo, y dado que el legislador ampara al trabajador desde que sale de su casa hasta
que llega al trabajo y viceversa, debe entenderse que el medio ambiente laboral se
extiende a la vía, es decir a los transportes que esté obligado a tomar para cumplir con
su trabajo.

De acuerdo a la naturaleza del covid-19, parece que solo puede producir tres
consecuencias probables, siempre que el trabajador pruebe en juicio que la infección se
produjo por incumplimiento patronal de las normas de salud y seguridad en el trabajo: i)
Una discapacidad temporal, que genera una indemnización equivalente al pago doble de
los salarios por días de reposo dejados de percibir. ii) Muerte del trabajador, que genera
una indemnización de hasta ocho años de salario, pero que requiere que los familiares
prueben que no existían causas concomitantes, tales como edad, o afecciones
respiratorias preexistentes, junto con un incumplimiento capaz de favorecer el contagio.
iii) Muy excepcionalmente, una discapacidad parcial permanente dado que en muy
pocos individuos el covid-19 deja secuelas respiratorias. Insistimos debe el trabajador o
sus deudos probar que todo se debió a incumplimientos del patrono capaces de generar
el contagio y que el trabajador estaba obligado a trabajar. Conductas personales del
trabajador, tales como, la violación voluntaria de la cuarentena para ir a trabajar sin que
esté obligado a hacerlo y desobedeciendo al empleador, pudieran generar una
enfermedad asistencial, por lo tanto, no laboral.

Para el resto de los trabajadores será muy difícil relacionar el contagio con el trabajo,
pasando a ser parte de la estadística mundial de una epidemia y adquiriendo una
enfermedad no laboral.

En tal sentido y a pesar de la obligación compartida del Estado y los empleadores de


asegurar la salud y seguridad en el trabajo; será la existencia de un nexo causal entre el
medio al que está expuesto obligatoriamente el trabajador o el trabajo desempeñado y
un incumplimiento normativo capaz, como puede ser no asegurar las condiciones de
higiene, no proveer guantes y tapabocas, no informar sobre los principios de prevención
y en general no cumplir con las normas de salud y seguridad laboral; el elemento
determinante para asegurar que una patología y en este caso el covid-19, tiene carácter
ocupacional.

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