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Extraños en la noche en un sitio desolado y frío, como campo de exterminio Tres indigentes: un

ruso, un polaco y una latina en un parque de Nueva York, y como su contrapunto un policía El
policía es, con su poder represivo, el primer contacto del ciudadano con el Estado, y es el
primer vocero de las fuerzas gobernantes y de la sociedad

Antígona en Nueva York, de Janusz Glowacki, escritor polaco que emigró a Estados Unidos, es
una obra aparentemente cínica, pero profundamente dolorosa, donde Margules se propone, a
partir del estudio de la condición trágica del hombre, explorar el comportamiento humano
En un acto de dignidad, Anita, una moderna Antígona, puertorriqueña en el original pero
mexicana, según esta versión, se propone rescatar del anonimato de la fosa común el cuerpo
del ser amado En esta obra tan cercana a nosotros, por nuestros indigentes, por nuestros
ilegales y por las consecuencias de un capitalismo inhumano y feroz, “el entierro es lo más
importante en la vida de un muerto”

la soledad y el abandono, el dolor y el fracaso

Nueva York es la epítome del desarrollo urbano: allí coexisten millonarios que viven en lujosos
rascacielos y hermosas casas con indigentes que mueren en las calles víctimas del crudo
invierno. Ese contraste conflictuó al dramaturgo Janusz Glowacki, quien en 1981 migró a esa
ciudad para huir del riguroso régimen comunista que asolaba su natal Polonia.

"Por muchos años viví cerca del Tompkins Square Park. Era un lugar lleno de personas sin
hogar, un cruel, decepcionante y horrible microcosmos en el que había calles solo para los
puertorriqueños, polacos, ucranianos, etc. Durante las noches, especialmente las de invierno,
las personas que no tenían casa prendían fuego dentro de un tacho de basura y se acercaban
a calentarse. De vez en cuando, uno de ellos se prendía y el resto lo empujaba al suelo.
Parecía una pintura de El Bosco, quien es considerado uno de los padres del surrealismo,
tendencia que en la actualidad es sinónimo de naturalismo", recordó Glowacki en una
entrevista.

"En la historia que narró Sófocles, Antígona tiene que elegir entre los derechos humanos
[enterrar a su hermano] o cumplir una orden divina que lo prohíbe. En la mía el cielo tiene
tantas nubes que no se puede ver si dios está allí"

convierte a Antígona en Anita, una joven de Puerto Rico que vive en la indigencia y que lucha
para darle a su pareja un entierro digno alejado de las fosas comunes para homeless. En esta
aventura la acompañan otros dos exiliados que buscaron en Manhattan su sueño y que
acabaron mendigando en un parque neoyorquino.

La pieza es un drama que presenta a tres inmigrantes: una puertorriqueña, "un ruso" y "un
polaco", que llegan a Manhattan en búsqueda del sueño americano; pero el sistema los ha
dejado varados en un basural de la ciudad, donde siguiendo la línea argumentativa de la
Antígona de Sófocles, tratan de dar entierro a uno de sus compañeros para que no vaya a la
fosa común.

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