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Diccionarios y Fraseología
A Coruña 2006
Servizo de Publicacións
Universidade da Coruña
4
Diccionarios y Fraseología
Alonso Ramos, Margarita (ed.)
A Coruña, 2006
Universidade da Coruña, Servizo de Publicacións
260 páxinas.
17 x 24 cm.
Índice: páxinas 5-6
ISBN: 84-9749-221-8
Depósito legal: C 2805-2006
Edición:
Universidade da Coruña
http://www.udc.es/publicaciones
http://www.udc.es/snl
©Universidade da Coruña
Distribución:
Reservados todos os dereitos. Nin a totalidade nin parte deste libro pode reproducirse
ou transmitirse por ningún procedemento electrónico ou mecánico, incluíndo fotocopia,
gravación magnética ou calquera almacenamento de información e sistema de recupe-
ración, sen o permiso previo e por escrito das persoas titulares do copyright.
5
Índice
Presentación ............................................................................................................. 7
PARTE I
TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS COLOCACIONES
IGOR MEL’ UK
«Colocaciones en el diccionario» ....................................................................... 11
JOSEP ALBA-SALAS
«Las colocaciones con nombre predicativo: consideraciones prácticas y meto-
dológicas para su tratamiento lexicográfico» .................................................... 45
VERÓNICA FERRANDO
«Estructuración semántica de la fraseología de las lenguas de especialidad y su
aplicación lexicográfica» .................................................................................... 111
BENEDIKT MODEL
«Unidades fraseológicas en los diccionarios bilingües: un problema de coloca-
ción» ................................................................................................................... 133
LEO WANNER
«¿El Corpus como un Diccionario de Colocaciones?» ...................................... 161
PARTE II
TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE REFRANES Y OTRAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS
Presentación
7
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9
PARTE I
TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO
DE LAS COLOCACIONES
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11
Colocaciones en el diccionario*
IGOR MEL’„ UK
Observatorio de Lingüística Sentido-Texto
Universidad de Montreal
11
12 IGOR MEL’„ UK
1. OBSERVACIONES GENERALES
1
La producción del texto por parte del hablante a partir de un sentido dado es una actividad
mucho más lingüística que la comprensión, por parte del destinatario, del sentido a partir de un texto dado.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 13
2. COLOCACIONES
2
En lo sucesivo, utilizamos los resultados presentados en diversas ocasiones en las publicaciones
de los años 1967-1998; vid. sobre todo Mel’…uk (1995, 1996 y 1998).
3
Esta notación recuerda el símbolo «+» de adición aritmética, pero al mismo tiempo indica que la
unión lingüística no es una simple adición o concatenación. Al reunir los signos de L, la operación r
toma en cuenta todos los cambios concomitantes necesarios, tanto sintácticos como morfológicos.
14 IGOR MEL’„ UK
4
El símbolo # indica una expresión gramaticalmente correcta y semánticamente apropiada, pero
que no puede usarse en una situación dada; indica, pues, una deficiencia pragmática.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 15
En una sola página (30 líneas) de un texto de lingüística tomado al azar, encon-
tramos los frasemas siguientes:
En los textos literarios, la prensa y la lengua hablada, los frasemas son igual-
mente frecuentes (cf. los ejemplos franceses ofrecidos en el encabezamiento). De
hecho, son la frecuencia y la calidad de su uso los que determinan la diferencia entre
un hablante nativo y un extranjero que haya aprendido bien la lengua: UN NATIVO HA-
BLA EN FRASEMAS. Si se acepta este postulado crucial, la descripción sistemática de
todos los frasemas resulta indispensable; de ello se desprende la importancia de
inventariar los frasemas en los diccionarios (monolingües y bilingües) de manera
sistemática.
Empezaremos por una tipología de los frasemas, lo que nos permitirá situar
mejor las colocaciones, una subclase muy importante de frasemas.
Si el hablante construye textos en dos etapas, C ] ‘S’ y ‘S’] /T/ (vid. arriba),
la libertad de un sintagma puede infringirse en dos momentos: sea durante la cons-
trucción del sentido ‘S’ y del texto /T/ para un contenido informativo dado C, sea
durante la construcción del texto /T/ para un sentido dado ‘S’.
• Si un sintagma no es libre por la primera razón, se trata de un frasema prag-
mático, o pragmatema. Un pragmatema está rígidamente vinculado a un contenido
informativo, o grosso modo, a una situación particular. Como hemos visto, cuando
uno coge el teléfono y le preguntan por un miembro de la familia o por su colega, en
español hay que decir Es para ti y en ruso Èto tebja. Otra expresión, aunque tenga el
mismo sentido y sea sintácticamente correcta, no funciona. Los pragmatemas están
en todas partes; veamos algunos ejemplos.
5
Por lo que sabemos, la distinción entre pragmatemas y frasemas semánticos fue explícitamente
establecida por Morgan (1978).
6
El sentido ‘A’ es el núcleo semántico (ing. semantic pivot) del sentido ‘S’ si, y sólo si, sustrayen-
do de ‘S’ el sentido ‘A’ lo que queda es un predicado ‘B’ que se aplica a ‘A’; es decir ‘S’ = ‘B’(‘A’). Por
ejemplo, en el sentido de la locución inglesa private eye ‘detective privado’, ‘A’ es ‘detective’ y el resto,
es decir ‘B’, es ‘privado’, que se predica de ‘detective’. Es importante distinguir entre el concepto de
núcleo semántico de un sentido complejo y el concepto de nudo comunicativamente dominante de un
sentido. Así, por ejemplo, en las colocaciones del tipo conducir un coche, el sentido ‘coche’ constituye
el núcleo semántico de la colocación, mientras que el nudo comunicativamente dominante es ‘conducir’
–porque el sentido entero de la colocación se reduce a ‘conducir’ sin alterar la información, aunque sí
con pérdida de esta.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 17
debe ser representada por su propio artículo de diccionario. En inglés, a los frasemas
completos se los llama idioms; en francés, se utiliza el término locution (figée).
• Semi-frasema o colocación AB ‘S’, en donde
‘S’ e ‘A’ y ‘S’ e ‘B’, pero ni ‘A’ ni ‘B’ es el núcleo semántico de ‘S’.
7
Para un panorama de los frasemas en francés, vid. Danlos (1988) y G. Gross (1996).
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 19
Ahora bien, la división neta entre las tres subclases de frasemas no quita el
carácter gradual de su opacidad semántica. El grado de opacidad de un frasema viene
dado por la importancia de los componentes comunes entre el sentido ‘S’ del frasema
y los sentidos ‘A’ y ‘B’ de sus constituyentes. En efecto, las subclases (frasemas com-
pletos vs. semi-frasemas vs. cuasi-frasemas) se definen por inclusión «absoluta» (in-
cluido/no incluido), mientras que el grado de opacidad depende de la intersección
«relativa» (la parte común puede ser más o menos importante).
3) Grado de fijación
El grado de fijación es una propiedad lógicamente independiente del carácter
fraseológico y debe considerarse aparte. Así, las dos expresiones inglesas [to] pay
attention [to N] ‘prestar atención [a N]’ y [to] turn one’s attention [to N] lit. ‘volver su
atención [hacia N]’ son colocaciones, pero la primera es, con mucho, más fija que la
segunda: en pay attention, el nombre no admite determinante (*He payed his attention
to... vs. He turned his attention to...), tampoco admite modificadores, etc. En una
descripción lexicográfica, todos los frasemas deben acompañarse de datos sobre su
fijación, es decir, de una mención que explicite la o las restricciones particulares que
sólo son válidas para el frasema en cuestión (del tipo «sin pasiva», «sin artículo», «sin
modificador», «sin cambio de orden de las palabras», etc.).
3. EL DICCIONARIO
al. 1982, 1984, 1992, 1999), no lo caracterizaremos en detalle, sino que nos limitare-
mos a presentar aquí las seis particularidades de este diccionario pertinentes para la
discusión que sigue.
• Un DEC es un léxico teórico, lo que implica, al menos, dos cuestiones
importantes:
– Se elabora sin tener en cuenta consideraciones económicas ni materiales (fac-
tores necesariamente predominantes en la planificación de los diccionarios
comerciales orientados al gran público). Sólo se admiten consideraciones de
verdad, de lógica y de coherencia.
– Se elabora en el marco de una teoría lingüística bien desarrollada, la teoría
Sentido-Texto, de la que se toman los conceptos de representación semánti-
ca, actante semántico y actante sintáctico profundo, régimen, etc., que se uti-
lizan de manera clave en el DEC. Esta teoría hace hincapié en el léxico de la
lengua; es, pues, particularmente apta para la elaboración de un diccionario.
• Un DEC es un léxico activo: está completamente orientado hacia la produc-
ción de textos. Es, pues, un diccionario de síntesis (más que de análisis). El usuario
busca en el DEC medios para expresar lo que quiere expresar y no interpretaciones de
las expresiones que ha encontrado.
• Un DEC es un léxico semántico: todas las entidades lingüísticas que se regis-
tran en un DEC van siempre provistas de descripciones semánticas elaboradas según
normas rígidas, lo cual es natural en el enfoque «sentido Y texto»: siempre debe
partirse de un sentido dado bien descrito.
• Un DEC es un léxico combinatorio: debe presentar la coocurrencia léxica
restringida de toda unidad léxica-lema L, es decir, sus colocaciones: bajo cada L, se
encuentran, en teoría, todos sus colocativos.
• Un DEC pretende ser un léxico formal, y ello, respecto a los dos aspectos
siguientes:
– Se organiza según los principios de presentación formal en el sentido mate-
mático del término; de hecho, es una base de datos léxicos formalizada que
utiliza una metalengua lexicográfica rigurosa e impone, tanto al lexicógrafo
como al usuario, el respeto de la lógica por encima de todo.
– Observa el principio de coherencia lógica en el tratamiento de las unidades
léxicas de una lengua. Todas las unidades léxicas reciben el mismo trata-
miento; todos los lexemas y todos los frasemas completos/los cuasi-frasemas
–es decir, las (cuasi-)locuciones– de la lengua descrita L aparecen como
lemas, con sus artículos uniformizados.8
8
Por el momento, se excluyen de esta afirmación las unidades léxicas únicas (que aparecen sólo
en una combinación con otra unidad léxica) que son lexemas o frasemas que presentan otros lexemas/
frasemas en el mismo vocablo. Así, solo ‘sin producto lácteo’ [sólo con café] y como la palma de su
22 IGOR MEL’„ UK
• Un DEC debe ser un léxico exhaustivo, pero, contrariamente a los otros dic-
cionarios, lo es solamente en cada entrada. Su nomenclatura puede estar incompleta,
ya que no es esa la primera preocupación de un lexicógrafo Sentido-Texto. En cam-
bio, debe indicarse, explícitamente, todo lo que es pertinente para los empleos de
cada una de las unidades léxicas inventariadas.
En resumen, un DEC es un diccionario teórico, activo, semántico, combinatorio,
formal y exhaustivo (respecto a cada artículo). El soporte informático es el más in-
dicado para un DEC. Debería poder servir de base para la construcción de dicciona-
rios comerciales de todo tipo. Si se dispusiese de un DEC lo suficientemente com-
pleto, resultaría fácil extraer automáticamente cualquier tipo de diccionario orientado
al gran público, adaptándolo, al mismo tiempo, para la tarea particular que le fuese
asignada.
4. FUNCIONES LÉXICAS
mano ‘muy bien, con todo detalle’ [sólo con conocer] no tienen un artículo aparte en el DEC: estas
expresiones están descritas en los artículos de CAFÉ y CONOCER. Por supuesto, esta política no tiene
valor científico y puede cambiar tan pronto como exista una buena razón para ello.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 23
L’1 L’2
____ . _____
L1 L2
L’1 L’2
____ … _____
L1 L2
3. Al menos en algunos casos, f(L1) … f(L2), mientras f(L1) y f(L2) no pueden ser
especificados sin mencionar las unidades léxicas individuales L1 y L2.
B. O bien f sólo es aplicable a una sola L (o, tal vez, a dos o tres L semánticamente
emparentadas).
Las FFLL del tipo A se denominan normales; las del tipo B, degeneradas. Para
las FFLL normales, la condición A1 caracteriza una correspondencia léxica como una
FL potencial; no hace referencia a los datos específicos de una lengua particular L. En
cambio, la condición A3 caracteriza una correspondencia léxica como una FL actual;
hace referencia a datos de L: significa que en L, los elementos del valor de f están
fraseológicamente vinculados por su argumento. La condición A2 garantiza que
una FL f «abarque» todos los pares de unidades léxicas que pueden describirse
mediante f.
Tomemos como ejemplo la FL f que expresa (aproximadamente) el sentido
‘muy’ . ‘intenso’ . ‘intensamente’, es decir, un intensificador. Ilustremos, en primer
lugar, la condición A. Sea L1 = LLORAR y L2 = LLUVIA; entonces:
24 IGOR MEL’„ UK
Todo elemento del primer conjunto (por ejemplo, como una Magdalena) está,
respecto a LLORAR, en una relación semántica y sintáctica que es idéntica a la rela-
ción que mantiene con LLOVER todo elemento del segundo conjunto (por ejemplo, a
cántaros):
caro caro
= = ...
COCHE VIAJE
9
No entramos en los detalles de la precisión semántica; es decir, del sentido exacto de este «aproxi-
madamente». Sin embargo, más adelante, veremos cómo pueden expresarse las diferencias semánticas
más sutiles mediante funciones léxicas no estándar.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 25
10
Por lo demás, thé nature significa algo más que té sin leche: se trata de té sin ningún añadido
«visible» (por ejemplo, sin limón, sin mermelada, etc.; no obstante, puede llevar azúcar).
26 IGOR MEL’„ UK
todo respecto a CAFÉ: ‘café con leche’ se dice en francés café au lait, pero ‘café con
crema de leche’, se dice café crème <*café lait, *café à la crème> (cf. las construc-
ciones similares en italiano: caffelatte o caffè latte vs. caffè macchiatto); en francés
‘café con alcohol’ se dice café arrosé y ‘café con whisky’, café irlandais. Del mismo
modo, el whisky sin soda, agua, hielo, etc. se llama whisky sec <*whisky nature>. Las
expresiones de estos sentidos están léxicamente distribuidas: NOIR con CAFÉ,
NATURE con THÉ, SEC con bebidas alcohólicas. Así pues, los sentidos . ‘sin añadi-
do de producto que modifique el gusto’ satisfacen las condiciones A1 y A2 de la
Definición 3: corresponden a FFLL. Pero incumplen la condición 1 de la Definición
4: estos sentidos son demasiado específicos, sólo son aplicables a los nombres de
bebidas, y además, cada uno a «su» bebida (también incumplen la condición 2 de la
Definición 4). Se trata de las FFLL no estándar.
El papel de la condición 2 puede ilustrarse con un ejemplo en ruso: el sentido
‘de color marrón’. Este sentido tiene cinco expresiones distintas en función de lo que
caracteriza: si se aplica a un objeto distinto de los ojos o cabellos humanos y de la piel
de los caballos, ‘marrón’ es KORI„NEVYJ. Ahora bien, para decir ‘marrón’ hablan-
do de los ojos, tenemos KARIJ: ‘ojos marrones’ = karie glaza <*kori…nevye glaza> ;
para los cabellos, se dice TËMNORUSYJ o KAŠTANOVYJ (según el matiz): ‘cabe-
llos castaños’ = tëmnorusye o kaštanovye volosy <*kori…nevye volosy>; finalmente,
para los caballos, se usa GNEDOJ: ‘un caballo zaino’ = gnedoj kon´/gnedaja lošad´
<*kori…nevyj kon´, *kori…nevaja lošad´> (para ser más precisos, GNEDOJ se aplica
si el caballo tiene las crines y la cola negras). En consecuencia, el sentido ‘de color
marrón’ da lugar en ruso a una correspondencia léxica que satisface las condiciones
A1 y A2 de la Definición 3: es una FL. Además, contrariamente al sentido del tipo ‘sin
añadido de un producto que modifique el gusto’, el sentido ‘de color marrón’ cumple
también la condición 1 de la Definición 4: el número de cosas que pueden ser marro-
nes es muy elevado. Sin embargo, este sentido no cumple la condición 2: tiene sola-
mente cinco expresiones distintas, cuatro de las cuales (KARIJ, TËMNORUSYJ,
KAŠTANOVYJ, y GNEDOJ) se utilizan con muy pocos argumentos, es decir, de
manera restringida. Este sentido corresponde también a una función léxica no estándar.
Las FFLL no estándar no se prestan bien a una organización sistemática. Son
numerosas (probablemente decenas de miles para cada lengua), pero caprichosas e
imprevisibles, de modo que el lexicógrafo se ve obligado a buscarlas empíricamente
para poder consignarlas en las entradas léxicas correspondientes: vino tinto11 <blan-
co, rosado>; café solo <con leche, cortado, irlandés,…>; noche en blanco; cinturón
de seguridad; pagar al contado <a tocateja>, marea alta/baja... El único consuelo
11
Por ejemplo, en francés, vino tinto se dice vin rouge ‘rojo’, mientras que, en georgiano, en serbio
y en catalán, se dice šavi gvino, crno vino, vi negre, lit. ‘vino negro’.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 27
para el lexicógrafo es que, normalmente, las FFLL no estándar son muy especializa-
das, presentan sentidos muy precisos y cada una de ellas sólo afecta a un ámbito
léxico muy particular.
Antes de continuar, nos gustaría subrayar que las FFLL, presentadas hasta aquí
sobre todo como un medio de descripción de colocaciones, son al mismo tiempo una
herramienta muy eficaz para la descripción de lo que podría llamarse, con un ligero
abuso de lenguaje, las «derivaciones semánticas» de la palabra llave L: los sinónimos
y los cuasi-sinónimos de L, sus antónimos y cuasi-antónimos, sus conversivos y cua-
si-conversivos, sus derivados puramente sintácticos, así como los derivados actanciales
y circunstanciales (nomen actionis o qualitatis, nomen agentis y patientis, nomen
loci, nomen instrumenti/modi, adjetivalización, adverbialización...). Las FFLL de este
último tipo son FL paradigmáticas, y las FFLL del tipo anterior, sintagmáticas; las
abordaremos brevemente en la sección siguiente.
Entre las FFLL estándar, tanto paradigmáticas como sintagmáticas, hemos es-
tablecido empíricamente un subconjunto de, aproximadamente, sesenta FFLL que ha
resultado ser particularmente cómodo para la descripción de la derivación semántica,
de la coocurrencia léxica restringida y de la paráfrasis. Cada FL se identifica median-
te un nombre convencional y se trata como unidad última, es decir, indivisible. Estas
FFLL constituyen el núcleo del sistema de las FFLL y se denominan FFLL estándar
simples.
Todas las otras FFLL estándar entran en la subclase de las estándar complejas.
Se construyen a partir de las FFLL estándar simples, según algunas reglas generales.
Nos concentraremos en las FFLL estándar simples, limitándonos a algunas ilustracio-
nes de las FFLL complejas.
Presentamos abajo tres ejemplos de FFLL estándar simples, escritas con la
forma adoptada para la presentación de las FFLL en la teoría Sentido-Texto.
• La FL S1 especifica la designación general del actante SintP I de la palabra
llave (. nombre de agente):
• La FL Magn (los nombres de las FFLL vienen siempre del latín; en este caso,
de magnus ‘grande’) es un intensificador:
28 IGOR MEL’„ UK
12
Lamentablemente, no podemos formular aquí el concepto crucial de actante SintP: ello exigiría
una presentación del componente sintáctico del modelo Sentido-Texto, así como del modelo en sí. Una
vez más, debemos remitir al lector a las referencias bibliográficas, sobre todo, Mel’…uk (2004a, b).
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 29
La expresión entre corchetes que sigue al valor de Oper1 (así como al de cual-
quier FL presentada más adelante) constituye el Régimen del elemento en cuestión.
La tilde « ~» reemplaza a la palabra llave y el símbolo ART significa que debe utili-
zarse un determinante (un artículo, un adjetivo posesivo o demostrativo, etc.) según
las reglas de la gramática de la lengua en cuestión.
Oper1 representa una familia de verbos que fueron descritos, para el inglés, por
Jespersen (1909-1949, vol. 6: 117), que los bautizó light verbs. Recibieron el nombre
de verbes supports en los trabajos de Gross y de su equipo (vid. Giry-Schneider 1978b,
1987, Gross 1981, Danlos 1988 y G. Gross 1990, donde pueden encontrarse otras
referencias); los verbos soporte o verbos de apoyo reciben un tratamiento formal sis-
temático en términos de FFLL del tipo Operi/Funci/Laborij.
Las FFLL desempeñan un doble papel en la descripción lingüística:
• Por una parte, las FFLL sirven para describir las relaciones léxicas en el
léxico de una lengua: las relaciones paradigmáticas y las relaciones sintagmáticas
entre las unidades léxicas.
• Por otra parte, las FFLL sirven para describir la sinonimia entre frases basada
en las relaciones semánticas entre unidades léxicas, es decir, las paráfrasis léxicas
(vid. Mel’…uk 1988b y 1992).
El primer papel concierne directamente al diccionario, ya que supone, ante
todo, un problema lexicográfico. El segundo afecta a la semántica y a la sintaxis
profunda, y no será objeto aquí de un desarrollo particular. No obstante, cabe destacar
que las reglas de paráfrasis (las ecuaciones semánticas entre FL) son de una importan-
cia capital para la buena comprensión de las FFLL.
Una propiedad importante de las FFLL estándar simples reside en su carácter
universal: son válidas para todas las lenguas y son suficientes para la descripción de
la derivación, de la coocurrencia léxica restringida y de la paráfrasis en la gran mayo-
ría de los casos.
Sin entrar en la enumeración sistemática de las FFLL, cabría hacer dos obser-
vaciones generales sobre las mismas.13
1. Nuestra definición de colocación admite expresiones muy poco fraseológicas
–por así decir, fraseológicas como efecto secundario. Por ejemplo, si bien el adverbio
MUY se combina con la mayoría de los adjetivos y adverbios (muy rojo, muy inteli-
gente, muy lejos, muy cerca, muy concentrado...), no es posible con algunos de ellos:
HERIDO (*muy herido en el sentido físico, pero muy herido por tus palabras ofensi-
vas), ARMADO, INEDUCADO y muchos otros. Con nombres calificativos se dice el
13
La lista sistemática de FL puede consultarse, entre otros, en Mel’…uk (1982), Mel’…uk et al.
(1984: 6-13, 1992: 127-131, 1995 y 1996) y con una adaptación de los ejemplos al español en Mel’…uk
(2001).
30 IGOR MEL’„ UK
14
Esta regularidad puede infringirse, lo cual se indica sistemáticamente en las entradas léxicas
correspondientes; nos referimos a los denominados elementos fusionados del valor de la FL, que se
señalan con dos barras inclinadas //. Si bien se trata de un tema importante, no podemos extendernos más
sobre este punto.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 31
– Una FL compleja se escribe como una cadena de símbolos de las FFLL sim-
ples que la forman: IncepOper2, AntiReal3, IncepPredPlus, etc., es decir, como
fgh(L).
Es importante destacar que una FL compleja no es, de ningún modo, una com-
posición de FFLL:
fg(L) … f(g(L))
[Bon + Magn](alegría) = paradisíaca: «una intensa [Magn] alegría que es muy agra-
dable [Bon]»
Las FFLL estándar tal como las hemos presentado, incluso añadiendo las FFLL
complejas y las configuraciones, no recubren el inmenso conjunto de colocaciones.
Existe, en efecto, un número imprevisible de colocaciones que, por una parte, son
estrictamente del mismo tipo que las expresiones «léxico-funcionales», pero que, por
otra parte, no pueden describirse mediante FL estándar, ya que su sentido es demasia-
do específico y, por lo tanto, no generalizable. Necesitamos FL no estándar. Anterior-
mente, hemos presentado las FFLL no estándar, en la subsección 4.1, de modo que
aquí podemos contentarnos con algunas observaciones adicionales.
32 IGOR MEL’„ UK
Para el lexicólogo, las FFLL no estándar representan una seria molestia. Como,
por su propia naturaleza, son muy específicas y no sistemáticas, las FFLL no estándar
no son previsibles y no pueden extraerse e inventariarse de manera metódica; sin
embargo, están muy extendidas y son muy importantes. La única manera de inventa-
riarlas es encontrarlas en textos. Además, por las mismas razones, no pueden descri-
birse mediante un formalismo predeterminado, sino que hay que formular el sentido
de cada una de ellas en el DEC, una por una, en una lengua «tratada», del mismo
modo que se hace con las definiciones lexicográficas. De hecho, cada descripción de
una FL no estándar es una mini-definición. El siguiente ejemplo lo muestra con clari-
dad. Sea el artículo de diccionario para el nombre francés STEAK; encontramos,
entre otras, las FFLL no estándar siguientes:
Sin embargo, todos los elementos en el valor de esta Magn no son sinónimos.
Todos pueden utilizarse para intensificar el sentido de OPPOSED, pero considerando
distintos aspectos. Estos adverbios tienen sus propias entradas en el DEC del inglés,
de modo que, para elegir aquel que se necesite en un caso concreto, se podría consul-
tar su definición. Ahora bien, para simplificar la labor del usuario, también pueden
utilizarse distintivos semánticos, sea junto a los elementos del valor, sea distinguien-
do varias FFLL mixtas:
OPPOSED
firmemente, Magn : adamantly, bitterly
de manera coherente, Magn : consistently
con convencimiento, Magn : deeply, resolutely
de manera constante, Magn : steadfastly
de manera emotiva, Magn : strongly, vehemently, vigorously
(5)
1
34 IGOR MEL’„ UK
(5’)
15
Aunque en este artículo presentamos el DEC como un diccionario de síntesis, nada impide
utilizarlo para el análisis. En efecto, en este tipo de diccionario, todas las correspondencias se establecen
de manera simétrica: si se dice que LiquOper1(costumbre) = apartar, este dato puede utilizarse para
seleccionar la expresión correcta para LiquOper1(costumbre), es decir, en una perspectiva de síntesis, o
bien establecer que apartar (a N de una costumbre) es un elemento con el valor LiquOper1 –en una
perspectiva de análisis.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 35
men, etc.). Las FFLL constituyen, pues, una interlingua cómoda para la transferencia
de las colocaciones.
Para hacer más claro al lector el procedimiento de transferencia de las coloca-
ciones, citaremos una serie de correspondencias inglés-español que resulta fácil ex-
presar mediante FL:
IncepOper1 [to] acquire, develop, form [ART ~], contraer, coger [ART ~]
get [into ART ~], take [to ART ~]
Liqu1Oper1 [to] break off, kick, shake off, abandonar [ART ~], romper
throw off [ART ~] [con ART ] deshacerse
[de ART ~], renunciar [a ART ~]
16
Existe un único caso en que las FFLL (incluyendo las FFLL no estándar) no son aplicables para
la descripción de las colocaciones: se trata de las colocaciones (bastante raras, según parece) descritas
por medio del régimen del lema. Por ejemplo, consideremos la expresión seguro de enfermedad; es una
36 IGOR MEL’„ UK
sea, puede captarse mediante las FFLL, recurriendo, por ejemplo, a distintivos no
estándar. Así, devorar con la mirada … desafiar con la mirada … seguir con la mira-
da; estas colocaciones tienen que describirse mediante FFLL mixtas distintas:
Una descripción de este tipo es del todo suficiente para garantizar la selec-
ción de los equivalentes de traducción rusos en el artículo del nombre VZGLJAD ]
MIRADA:
• Para devorar con la mirada, hay una correspondencia perfecta:
Así pues, hay que vincular sintácticamente el adjetivo vyzyvajuš…ij –que corresponde
a (manifestando desafío de X a Y)– a VZGLJAD, y el resultado será satisfactorio:
brosit´ Y-u vyzyvajuš…ij vzgljad, lit. ‘lanzar a Y una mirada desafiante’.
• Para seguir con la mirada, tampoco existe una correspondencia directa, pero
VZGLJAD presenta un Labor12 mixto que tiene una intersección semántica con la FL
correspondiente en español:
colocación, porque el término enfermedad está seleccionado de manera restringida: no podemos decir
*seguro de salud (en inglés, se dice exactamente eso: health insurance). Casos similares serían: peligro
de muerte vs. alemán Lebensgefahr, lit. peligro para la vida; condenado a muerte, fr. condamné à vie;
baja por enfermedad, fr. congé maladie, ingl. sick leave; etc. Así, ENFERMEDAD es un actante SintP
de SEGURO, como MUERTE lo es de PELIGRO; las indicaciones correspondientes tienen que darse,
por tanto, en el régimen de las unidades léxicas SEGURO y PELIGRO.
La relación entre FFLL y colocaciones puede formularse del siguiente modo: por una parte, hay
FFLL que no describen colocaciones: son las FFLL paradigmáticas. Por otra parte, hay colocaciones que
no pueden describirse mediante FFLL: son las colocaciones de L controladas por el régimen de L. El
conjunto de las expresiones definidas por las FFLL y el conjunto de colocaciones se hallan, pues, en
relación de intersección. No obstante, dicha intersección es muy importante.
COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO 37
(lit. ‘acompañar’; lo que quiere decir ‘seguir Y con la mirada hasta que Y se vaya’). Si
en el texto español se trata de un Y que se desplaza sin irse, este equivalente no es
adecuado. En tal caso, la selección léxica se hace a través del sentido (la estructura
semántica): ne spuskat´ <ne svodit´> s Y-a glaz, lit. ‘no separar los ojos de Y’ o,
sencillamente, sledit´ za Y-om, lit. ‘observar, seguir a Y’.
De una manera u otra, siempre que la traducción mediante una colocación sea,
en principio, posible, las FFLL (más el sistema de paráfrasis) garantiza una buena
selección léxica, con distinciones semánticas tan precisas como se desee.
Oper1 have [ART ~], tener, padecer [ART ~], haben [ART ~acc], stradat´ [~instr],
suffer [from ART ~] sufrir [de ART ~] leiden [an ART ~acc] bolet´ [~instr]
IncepOper1 contract [ART ~], contraer, coger [ART ~], erkranken [an ART ~acc] zabolet´ [~instr],
fall ill [with ART ~] //enfermar coll. podcepit´
[ART ~acc]
FinOper1 recover [from ART ~] reponerse [de ART ~] Generen [von ART ~dat] vyzdorovet´,
popravit´sja
[ot ~gén]
LiquFunc1 cure, heal [ART ~] curar [ART ~] heilen [ART ~acc] vyleèit´ [~acc]
(6’)
(6’’) a. Para RUEDA: Ego kolesovali, lit. ‘Lo han rodado’ = ‘Lo han puesto en la
rueda’.
b. Para PALO: Ego posadili na kol, lit. ‘Lo han sentado sobre un palo’.
Las reglas de paráfrasis conocidas nos permiten efectuar las transformaciones siguien-
tes:
¡ ¡
(A) X I—Oper2(S0(V))—IIS0(V)—IIIZ ] X II—V—IIIZ
¡ ¡
(B) X II—V—IIIZ ] X II—Labreal12(Z)—IIIZ | Z es Sinstr(V)
17
Como ilustración del enfoque divisionista, en Iordanskaja y Mel’…uk (1997), puede consultarse
un artículo de diccionario ruso de un DEC bilingüe francés-ruso para francófonos en donde se presentan
las colocaciones del nombre ruso NOS ‘nariz’ descritas en francés.
42 IGOR MEL’„ UK
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JOSEP ALBA-SALAS
College of the Holy Cross (Massachusetts, EEUU)
1. INTRODUCCIÓN
Este trabajo se centra en las colocaciones con nombre predicativo (en adelante,
CNP).1 Siguiendo a Alonso Ramos (2004), entiendo las colocaciones como casos de
coocurrencia léxica restringida (cf. Mel’…uk 1995, Corpas Pastor 1996, Bosque 2001b,
Iriarte 2001, Koike 2001, Castillo Carballo 2003). Específicamente, concibo las CNP
como sintagmas formados por unidades léxicas autónomas, una de las cuales (la base)
es un sustantivo predicativo que selecciona léxicamente el verbo con el que aparece
(el verbo colocativo). Los ejemplos (1) y (2) ilustran el concepto de una CNP. A
diferencia de casos como (3), cuyo núcleo semántico es el verbo, en (1) y (2) quien
determina los participantes del evento es un sustantivo que designa una acción (visi-
ta) o un estado o condición (miedo). Así, por ejemplo, en (1) es visita, y no hacer, el
que introduce los argumentos semánticos de la oración: Eva (la visitante) y Lola (la
visitada). La naturaleza predicativa de visita se demuestra por el hecho de que este
sustantivo puede encabezar un sintagma nominal con los mismos actantes que en (1),
pero sin hacer (la visita de Eva a Lola).
1
Quisiera expresar mi agradecimiento a Margarita Alonso y Alberto Bustos por sus comentarios
y sugerencias respecto al contenido del trabajo. Obviamente, cualquier error que haya quedado es sólo mío.
45
46 JOSEP ALBA-SALAS
Como es bien sabido, en una CNP el significado del nombre predicativo no nos
permite predecir con exactitud con qué verbo colocativo aparece (p. ej. La Fauci 1980,
Abeillé 1988, De Angelis 1989, Danlos 1992, M. Gross 1996, Cicalese 1999, Štichauer
LAS COLOCACIONES CON NOMBRE PREDICATIVO 47
2000, Alba-Salas 2002, Alonso Ramos 2004). Esto lo demuestran varios hechos. En
primer lugar, las CNP varían de lengua a lengua. Un ejemplo citado comúnmente es
que mientras que en español el NP paseo se combina con dar, su equivalente italiano
(passeggiata) aparece con fare ‘hacer’, y su equivalente inglés (walk) se combina con
take ‘tomar’. En segundo lugar, dentro de una misma lengua dos NP con sentido
cercano pueden combinarse con verbos diferentes. Por ejemplo, en español decimos
hacer una advertencia, pero dar un aviso (cf. *hacer un aviso), y prestar obediencia,
pero mostrar sumisión (cf. *prestar sumisión) (ejemplos de Alonso Ramos 2004). En
tercer lugar, desde una perspectiva diacrónica, un NP puede ser compatible con un
verbo determinado en un cierto período histórico, pero no en otro (Dubský 1965,
Chaurand 1983, Alba-Salas en preparación). Por ejemplo, sustantivos como miedo o
envidia, que ahora aparecen obligatoriamente con dar, parecían combinarse preferen-
temente con hacer en el siglo XVII, como se ilustra en (5), tomado de Alba-Salas (en
preparación).
maneras: con artículos colocativos para el verbo que incluyan información sobre sus
propiedades generales (por ejemplo, el tener de apoyo que aparece con nombres de
enfermedades), y con lexemas genéricos para los NP hiperónimos de un campo
semántico relevante para la selección del verbo colocativo –una ‘parte pública’ compar-
tida por todos los miembros de ese campo semántico. Así, por ejemplo, la parte públi-
ca de enfermedad, compartida por todos los sustantivos que designan algún tipo de
enfermedad, indicaría que estos nombres se combinan con tener, coger y contraer,
entre otros verbos. Sin embargo, conviene recordar que esta parte pública sólo refle-
jaría tendencias generales que suelen tener excepciones. Por ejemplo, como señala
Alonso Ramos (2004), catarro no acepta contraer –una restricción que deberíamos
especificar en la entrada de este NP.
Como es bien sabido, los argumentos semánticos de una CNP varían en fun-
ción del NP. Por ejemplo, dar un suspiro tiene sólo un participante (quien suspira)
porque suspiro sólo tiene un actante, mientras que hacer una visita tiene dos (el vi-
sitante y el visitado) porque visita es biactancial. Así, pues, la estructura argumental
de una CNP no puede caracterizarse independientemente de la estructura actancial
del NP.
Los nombres predicativos tienen dependientes sintácticos, actantes semánticos
y un régimen preposicional propios (p. ej. Grimshaw 1990, Pustejovsky 1995, Mendívil
1999, Alba-Salas 2002, Alonso Ramos 2004). La entrada del NP debería indicar qué
actantes semánticos introduce y cómo se realizan sintácticamente, ya que dicha infor-
mación suele ser idiosincrásica y se resiste a la equivalencia funcional entre definido
y definidor. Tal y como propone Alonso Ramos (1997, 2003, 2004), podemos lograr
este objetivo usando variables actanciales en el definido enlazadas con las variables
usadas en el definiens (cf. Porto Dapena 2002, Medina 2003). Por ejemplo, como se
ilustra en (6), la entrada de llamada nos indicaría explícitamente que este sustantivo
tiene dos actantes: x (quien llama, introducido por la preposición de), e y (a quien se
llama, introducido por a). Como también vemos en (6), a diferencia de llamada, los
dos actantes de conversación (el núcleo del definidor) están introducidos por con y
entre (por razones de espacio, ignoro la posibilidad de una conversación entre x e y).
Si no indicásemos la diferencia de régimen preposicional entre definido y definidor,
el usuario del diccionario podría concluir, erróneamente, que podemos hablar de *una
llamada de una persona con otra.
2
Por razones de espacio, dejo de lado el denominado double analyse de las CVA, en que el
complemento preposicional de un NP puede analizarse bien como dependiente sintáctico del sustantivo,
bien como dependiente directo del verbo (vid. M. Gross 1976, Giry-Schneider 1978a, 1978b, 1987, La
Fauci 1980, Mirto 1986, Abeillé 1988, Mendívil Giró 1999, Alba-Salas 2004, Alonso Ramos 2004;
véase también Alba-Salas 2002 para una discusión pormenorizada del fenómeno, así como una crítica de
los diagnósticos empleados en la bibliografía).
3
Todos los ejemplos de este párrafo son de Alonso Ramos (1998).
52 JOSEP ALBA-SALAS
Como señalan varios autores, la distinción entre las CNP y otras construccio-
nes, sobre todo las expresiones idiomáticas, resulta confusa debido a la falta de crite-
rios y etiquetas uniformes. Tradicionalmente, la lingüística teórica ha caracterizado
las expresiones idiomáticas como expresiones sin composicionalidad semántica ni
libertad sintáctica. El problema es que estos dos criterios son graduales, y no categó-
ricos (Nunberg, Sag y Wasow 1994, Jackendoff 1997, O’Grady 1998, Horn 2003).
Así, mientras que algunas expresiones idiomáticas parecen completamente opacas en
cuanto a su sentido (tomar el pelo), otras son susceptibles de un análisis semi-
composicional metafórico (por ejemplo, un hablante puede, hasta cierto punto, esta-
blecer un vínculo conceptual entre la imagen evocada por estirar la pata y su signifi-
cado de ‘morir’). Por otra parte, las expresiones idiomáticas, de forma similar a las
CNP, también muestran diferentes grados de libertad sintáctica. Mientras algunas son
completamente fijas, otras permiten ciertos procesos (por ejemplo, tomar el pelo per-
mite pronominalizar pelo, como en yo le tomo el pelo a Eva y ella me lo toma a mí).
Discutir la enorme variedad de propuestas planteadas en la bibliografía para
contrastar las CNP con otras construcciones supera ampliamente el objetivo de este
trabajo. Por ello, aquí me limitaré simplemente a esbozar una tipología parcial de
construcciones con verbo + sustantivo que distinga las CNP de las expresiones
idiomáticas y otras construcciones, basándome en algunos criterios elementales dis-
cutidos con más detalle en Alba-Salas (2002) (cf., entre otros, Mel’…uk 1995, Corpas
Pastor1996, Mendívil 1999, Iriarte 2001, Castillo Carballo 2003, Alonso Ramos 2004,
Bustos Plaza 2005). Las etiquetas no son importantes, pero sí la distinción conceptual
que establecen.
Mi propuesta distingue tres tipos básicos de construcciones. En primer lugar,
tenemos los sintagmas libres, secuencias con significado composicional formadas
por unidades léxicas autónomas (p. ej. escribir un libro). Aquí el verbo selecciona
semánticamente al sustantivo en posición de objeto directo (por eso podemos escribir
un libro, pero no #escribir una piedra). Conviene señalar que los sintagmas libres
también pueden incluir un NP, como en (4), Pedro criticó la visita de Eva a Lola.
Como vimos anteriormente, casos como (4) se distinguen de las CNP en dos aspectos
clave: el NP no selecciona léxicamente el verbo, y ninguno de los actantes del NP es
un dependiente sintáctico directo del verbo.
En segundo lugar, tenemos las colocaciones, sintagmas semánticamente trans-
parentes formados por unidades léxicas autónomas, una de las cuales (la base) selec-
ciona léxicamente a otra (el colocativo). Las colocaciones donde la base es un sustan-
tivo pueden ser de dos tipos: nuestras colocaciones con nombre predicativo, y las
colocaciones semi-idiomáticas. En las CNP el nombre predicativo funciona como
predicado independiente que introduce al menos uno de los participantes de la ora-
LAS COLOCACIONES CON NOMBRE PREDICATIVO 53
ción (realizado usualmente como sujeto gramatical del verbo colocativo). El criterio
esencial para distinguirlas de las colocaciones semi-idiomáticas y las expresiones
idiomáticas es la capacidad del NP de encabezar un sintagma nominal con al menos
uno de los actantes que encontramos en la colocación, pero sin el verbo (Alba-Salas
2002, cf. Labelle 1983, Danlos 1992). Según este criterio, por ejemplo, los labrado-
res hacen un buen uso de la tierra es una CNP porque tenemos la nominalización el
buen uso de la tierra por parte de los labradores. Otros ejemplos de CNP con hacer
incluyen hacer uso, hacer ruido, hacer daño, hacer campaña, hacer alusión, hacer
ademán y hacerse ilusiones.4
Las colocaciones semi-idiomáticas (como prender fuego) no tienen un signifi-
cado estrictamente composicional, pero su sentido se puede deducir del significado
del sustantivo. Lo esencial es que aquí el sustantivo mantiene su significado léxico
básico (por ejemplo, fuego todavía conserva su sentido básico de combustión), pero,
a diferencia de una CNP, no introduce ninguno de los participantes de la colocación.
Esto lo demuestra el hecho de que colocaciones como Pacó le prendió fuego al perió-
dico no tienen nominalizaciones como *el fuego (de Paco) al periódico. En otras
palabras, Paco y el periódico no son actantes de fuego, sino de toda la expresión
prender fuego. Al igual que las CNP, estas colocaciones semi-idiomáticas deberían
aparecer en un apartado especial de la entrada del NP que indique qué argumentos
sintácticos tiene y cómo se realizan, como se ilustra en (7). Otros ejemplos de coloca-
ciones semi-idiomáticas con hacer incluyen hacer frente, hacer juego, hacerse eco y
hacer mella.
(7) fuego: [...] COL. SEMI-IDIOM.:x (le) prende ~ a y: x causa que y entre en
combustión (Paco le prendió fuego al periódico).
Nota: fuego es invariable y no se puede modificar.
4
Mi propuesta excluye otro criterio utilizado frecuentemente para distinguir las CNP de las ex-
presiones idiomáticas (cf. Subirats 2001): la posibilidad de relativizar el NP, como en el buen uso de la
tierra que hacen los labradores. La relativización no constituye un diagnóstico tan fiable como la
nominalización, ya que está sometida a restricciones semánticas y sintácticas independientes de la natu-
raleza predicativa del NP (véase Alba-Salas 2002).
54 JOSEP ALBA-SALAS
(8) novillo: [...] EXP. IDIOM. (col.): x hace novillos: x no asiste a una clase a la que
debería ir (Pedro hizo novillos).
Nota: novillos siempre va en plural y no se puede modificar.
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This page intentionally left blank
59
1. INTRODUCCIÓN
* Quisiera aprovechar la oportunidad para agradecer a Leo Wanner y a Begoña Sanromán la lec-
tura de las diferentes versiones de este texto. Mi agradecimiento también se dirige a Igor Mel’…uk por
recordarme que todo se ha dicho ya hace cincuenta años. Este trabajo se enmarca en el proyecto de
investigación HUM2005-08052-C02-02, financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia.
1
El término colocación no es interpretado del mismo modo por los distintos investigadores. Sim-
plificando, hay dos interpretaciones: una como combinación frecuente de palabras, en el sentido estadís-
tico (Sinclair 1991) y otra como una combinación en la que una palabra exige la presencia de otra para
expresar un sentido dado, en el sentido más lexicográfico (Hausmann 1979). Aquí nos limitaremos a la
segunda interpretación.
59
60 MARGARITA ALONSO RAMOS
1997, entre otros). En este marco teórico se dispone de una herramienta que permite
codificar las relaciones colocacionales: las funciones léxicas (vid. Mel’…uk 1996, en-
tre otros). Una función léxica (FL) modeliza la relación existente entre dos unidades
léxicas en donde una de ellas, llamada base de la colocación, controla la elección
léxica de la otra, llamada colocativo. Así, por ejemplo, la FL Magn codifica la rela-
ción existente entre los siguientes pares de nombres y adjetivos: honda pena, terrible
vergüenza, ganas locas y ferviente admiración. En estas colocaciones, el colocativo
expresa la intensificación de la base.
En el DiCE, así como en todos los diccionarios enmarcados en la LEC,2 codi-
ficamos las colocaciones de cada uno de los lemas por medio de las FFLL. Con ello
describimos tanto semántica como sintácticamente la colocación dado que una FL
codifica simultáneamente información semántica e información sintáctica. A diferen-
cia de otros diccionarios de colocaciones publicados como el BBI (Benson et al. 1986),
el LTP (Hill y Lewis 1997) y el OCD (Crowther et al. 2002) en donde las colocacio-
nes son simplemente agrupadas semánticamente por la proximidad del significado de
los colocativos y clasificadas por la clase de palabras del colocativo, en el DiCE las
colocaciones son objeto de una descripción más detallada, tanto desde un punto de
vista semántico como sintáctico.
Ahora bien, si el lenguaje formal constituido por las FFLL aporta sistematicidad
y rigor a la descripción de la colocación, también eleva el grado de dificultad para el
manejo del diccionario a los usuarios no familiarizados con este formalismo. Esta es
una de las razones por las que en el DiCE proponemos también una codificación en
metalengua natural que glose o parafrasee el sentido de la FL, siguiendo la práctica
iniciada en el proyecto en curso Lexique actif du français (LAF, Polguère 2000). Así,
por ejemplo, la glosa intenso acompañará a la FL Magn en las entradas correspon-
dientes; o la glosa empezar a sentir será la paráfrasis en metalengua natural de
la FL IncepOper1 de todo nombre de sentimiento.3 La glosa no es más que una
somera indicación del significado del colocativo. Así, bajo la glosa intenso agru-
pamos diferentes adjetivos como cerval, atroz, visceral, fuerte, etc. que, en combina-
ción con MIEDO, cumplen aproximadamente el mismo papel, lo que no quiere decir
que tengan estrictamente el mismo significado. Como veremos, existen varias inter-
2
Vid. para el ruso Mel’…uk y Zholkovsky (1984) y para el francés, los cuatro volúmenes del
Dictionnaire explicatif et combinatoire du français contemporain (DEC, Mel’…uk et al. 1984-1999), así
como el proyecto Lexique actif du français.
3
A lo largo del trabajo irán apareciendo diferentes combinaciones de FFLL, sin más explicación
que la glosa a su lado, ambas con la fuente Courier New. Puesto que ese trabajo se concentra más en
las glosas que en las FFLL, creemos que el lector puede seguir el hilo de la argumentación sin entrar en
el detalle del formalismo. El lector interesado en una presentación de las FFLL en español puede consul-
tar Alonso Ramos (1993).
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 61
Podemos señalar tres características que hacen del DiCE un producto específico:
corpus de colocaciones, corpus que puede ser separado del resto de la información
incluida en el diccionario.
3) El DiCE lleva asociado un módulo didáctico que permite explotar las facili-
dades de un recurso electrónico y el gran conjunto de ejemplos (vid. Alonso Ramos
2005 y 2006).
Existe una «demo» o prototipo de lo que puede ser un diccionario de coloca-
ciones del español desde 2004.4 Así, en las siguientes direcciones electrónicas, <http:/
/www.dicesp.com> o <http://dicesp.cesga.es>, se pueden consultar diez nombres de
sentimiento, con sus diferentes sentidos: admiración, alegría, amistad, cariño, celos,
dolor, enemistad, gana, orgullo y sospecha. Aunque la nomenclatura del DiCE se
limita, por el momento, al campo semántico de los nombres de sentimiento, inclui-
mos todas las acepciones del lema o palabra polisémica. Nuestra unidad lexicográfica
es la unidad léxica (UL), es decir, una palabra tomada en una sola acepción determi-
nada y provista de todas las informaciones que especifican su comportamiento cuan-
do se utiliza en esa acepción. Así, al nombre pena le corresponderán diferentes entra-
das en donde se encontrarán las colocaciones relacionadas con la UL que refiere al
‘sentimiento’, así como las vinculadas a la UL con el sentido ‘sanción’.
En el DiCE, se accede inicialmente a la información por la base de la coloca-
ción.5 Como en cualquier otro diccionario en línea o en CD, a la izquierda aparece la
lista de lemas. Una vez que se selecciona uno de ellos con el ratón, se despliega la
lista de UL asociadas a ese lema. Para cada una de las UL se recoge la siguiente
información (vid. fig. 1):
4
Los inicios del DiCE se remontan a 1999. Desde entonces, ha recibido financiación de diferen-
tes proyectos de investigación: BFF2002-04226-C03-01 (Ministerio de Ciencia y Tecnología y Feder),
PGDIT02PXIB30501PR y PGIDITPXIC101401PN (Xunta de Galicia). Actualmente, trabajamos en el
marco del proyecto HUM2005-08052-C02-02 (Ministerio de Educación y Ciencia).
5
Aunque también es posible acceder por el colocativo, la información está introducida con una
orientación de producción o codificación.
6
Sobre la noción de etiqueta semántica, vid. Miliƒeviƒ (1997) y Polguère (2003b).
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 63
FIGURA 1.
Vista de la zona semántica del DiCE
1) Atributos de los participantes: bajo esta rúbrica se agrupan los atributos que
refieren a los participantes de la UL en cuestión. Algunos de los atributos se combinan
con la UL, pero otros no. Así, por ejemplo, en la entrada para ADMIRACIÓN encon-
traremos aquí tanto digno de admiración como admirable ya que son dos modos de
referirnos a uno de los participantes de la situación ‘admiración’, aquello que nos
despierta admiración.
64 MARGARITA ALONSO RAMOS
De este modo, el usuario puede acceder a las colocaciones de cada UL, selec-
cionándolas en primer lugar por la clase de palabra del colocativo. Una vez que el
usuario ha elegido una de estas combinaciones, se desplegará una lista de glosas aso-
ciadas a las FFLL de la entrada en cuestión. Así, por ejemplo, si el usuario quiere
escoger un adjetivo que se combina con la UL alegría 1a, seleccionará
ALEGRÍA+Adjetivo. Ahí aparece una lista de adjetivos, cada uno de los cuales apa-
rece precedido de una glosa que apunta a describir someramente su significado; por
ejemplo, intensa (que le llevará a desbordante, enorme, gran, impagable, indeci-
ble, inmensa, etc.), más intensa de lo conveniente (descontrolada, des-
mesurada), compartida por muchos (generalizada), que no se inte-
rrumpe (constante), que no dura (breve, efímera, pasajera), causada por
un buen motivo (sana), causada por un mal ajeno (alevosa, maligna)
y así un largo etcétera.
El modo interactivo permite a los usuarios que conozcan la herramienta de las
FFLL consultar cuál es la FL que describe cada colocación. Así, en el caso de la
colocación incondicional admiración, la información completa se ofrece de la si-
guiente manera:
intensa FL MAGN
incondicional Orson Welles siempre profesó una incondicional admiración hacia
John Ford.
indica que el lema debe llevar un artículo u otro determinante equivalente en la colo-
cación; o se indica cuál es la preposición que introduce un actante dado en compañía
de un verbo colocativo. Así en el caso de le quitaron las ganas a Juan, el verbo quitar
aparece seguido de este régimen: [ART ~ a X].
El DiCE es un diccionario concebido especialmente para la producción o codi-
ficación. El modo de acceder a la información contenida en él refleja la estrategia de
la producción: si un usuario quiere saber qué otro verbo puede utilizar para decir que
tiene esperanzas, lo encontrará a partir del nombre ESPERANZA y seleccionando
Verbo+ESPERANZA, podrá escoger, por ejemplo, abrigar. Ahora bien, es posible
también hacer una consulta inversa y encontrar a partir de abrigar con qué otros
nombres se combina este verbo y cuál es su glosa. Si se pulsa sobre este verbo, se
lanza la consulta inversa y encontraremos las colocaciones formadas por los siguien-
tes nombres: confianza, desconfianza, deseo, hostilidad, ilusión, inquietud, miedo,
odio, recelo, rencor, resquemor, sospecha y temor.
Como vemos, en el DiCE no se concede a las FFLL mucha visibilidad, a pesar
del papel crucial que desempeñan en el desarrollo de cada uno de los artículos
lexicográficos. A continuación nos centraremos en la noción de FL intentando
desvincularlas de su notación formal. Como ha señalado Polguère (2003a), la no-
ción de FL debe ser considerada independientemente de su formalización actual,
pues esta última no es apropiada como soporte para el aprendizaje de la noción y para
su utilización.
7
Las primeras presentaciones se remontan a los años 60. Vid. ðolkovskij y Mel’…uk (1965, 1967).
Mel’…uk (1982), Mel’…uk et al. (1995: 125-152), Mel’…uk (1996), Wanner (1996), así como Mel’…uk (en
este volumen).
66 MARGARITA ALONSO RAMOS
palabras, una FL corresponde a un significado general y abstracto que puede ser ex-
presado léxicamente en una gran variedad de modos, según la UL con la que este signi-
ficado es expresado. En términos de FFLL, una colocación formada por L1 (= base) y
L2 (= colocativo) se presenta como f(L1) = {L2}, en donde L1 es la palabra llave de la
correspondiente FL y L2, su valor que es también una UL o un conjunto de UL cuasi-
sinónimas. Así, por ejemplo, la FL Magn asocia la UL GANA(S) con un conjunto de
adjetivos como terribles, enormes, locas, etc. que expresan el sentido ‘intenso’. La
misma FL aplicada al nombre CARIÑO nos devuelve otro conjunto de adjetivos:
grande, intenso, profundo.
Creemos que las FFLL tienen ya una larga historia y que han demostrado ser la
herramienta que modeliza la relación colocacional entre una base y un colocativo.
Obsérvese que la característica principal de una colocación es la dependencia funcio-
nal del colocativo en relación con la base; es decir, a distintas bases, distintos colocativos
para expresar aproximadamente el mismo sentido. Parece evidente entonces que para
modelizar este tipo de relación, la noción de función se presente como la más adecuada.
Sin querer ser exhaustivos, podemos especificar tres razones por las que las
FFLL nos parecen la herramienta más adecuada para representar las colocaciones o,
más en general, las elecciones controladas léxicamente. En primer lugar, la herra-
mienta de las FFLL permite poner de manifiesto el vínculo conceptual que existe
entre las relaciones como la sinonimia, la antonimia, etc., que funcionan en el nivel
paradigmático y las colocaciones, que funcionan en el nivel sintagmático. Como
Mel’…uk (1996: 38) ha subrayado, ambos tipos de relaciones son de una misma natu-
raleza lógica y pueden ser representadas por medio del mismo lenguaje. Tomemos un
ejemplo. Si un hablante quiere hablar de ‘causar alegría’, puede optar por una UL que
está en relación sintagmática con alegría como dar, o por un derivado como alegrar.
La paráfrasis entre dar alegría y alegrar es una muestra de que ambas relaciones
pueden ser codificadas por medio del mismo aparato conceptual (en términos de FFLL,
CausFunc1):
(1) a. Pocas cosas me daban más alegría que las colaboraciones de Borges.
b. Pocas cosas me alegraban más que las colaboraciones de Borges.
palabra llave, qué FFLL debería tener. Así, por ejemplo, al redactar la entrada de un
nombre predicativo, el lexicógrafo sabe que debe buscar un posible verbo de apoyo
(codificado por la FL Oper; p. ej. dar un paseo, soltar un estornudo); si se trata de un
nombre que designe un artefacto, debe proporcionar el colocativo verbal que designe
su utilización (codificado por Real; p.ej. conducir un coche); si el significado del
lema incluye algún componente semántico graduable, habrá que consignar los
colocativos que expresan la intensificación (codificados por Magn; p.ej. ganas locas,
profundo cariño). De esta manera, cuando el lexicógrafo acude al corpus en busca de
colocaciones de una UL dada, tiene en mente ya una serie de FFLL, que le facilitarán
la búsqueda.8
En tercer lugar, una FL posibilita la descripción completa de una colocación
puesto que codifica simultáneamente información semántica e información sintáctica.
Las FFLL permiten describir que, por ejemplo, tener respeto [por alguien] y tener el
respeto [de alguien] son dos colocaciones verbales, próximas semánticamente pero
en absoluto sinónimas: la primera equivale semánticamente al verbo asociado
morfológicamente respetar, mientras que la segunda es próxima a la versión pasiva
ser respetado. Las diátesis de estas dos colocaciones son distintas: en la primera, la
expresión del experimentador de ‘respeto’ desempeña el papel de sujeto del verbo
tener, mientras que en la segunda, el sujeto gramatical expresa el objeto del respeto.
Igualmente, las FFLL facilitan la distinción entre dos colocaciones verbales como
me dan ganas y me da vergüenza, desde el punto de vista semántico y desde el
punto de vista sintáctico: para la primera, la FL codifica el contenido semántico
‘empezar en alguien’ y la relación sintáctica «palabra llave-sujeto del colocativo
verbal»; en cambio, para la segunda, el contenido semántico codificado por la FL es
‘causar en alguien’ y la relación sintáctica «palabra llave-complemento del colocativo
verbal».
Acabamos de mostrar algunas razones que justifican la elección de las FFLL
como herramienta de descripción de las colocaciones. Ahora bien, las FFLL, o mejor,
el lenguaje de notación de las FFLL presenta varios problemas. Desde un punto de
vista formal, las FFLL son demasiado vagas y poco explícitas para ser tratadas
computacionalmente. La combinación de las FFLL simples en FFLL complejas y
configuraciones de FFLL, de un lado, y los distintos ámbitos de los índices actanciales,
de otro, dificultan en gran medida la inteligibilidad de las FFLL (vid. Alonso Ramos
8
Es necesario señalar que con frecuencia se encuentran en el corpus colocaciones para las que no
hay FFLL estándar, es decir que no se aplican a muchas palabras llave ni tienen muchos valores como es
el caso de las FFLL estándar. Se trata de casos como compartir la alegría: no hay una FL estándar que
sirva para codificar el sentido ‘tener un sentimiento por simpatía con otro que también lo tiene’. Sin
embargo, el colocativo compartir debe ser también registrado en el diccionario.
68 MARGARITA ALONSO RAMOS
2003a para los distintos problemas que presenta la codificación tradicional). En Alonso
Ramos (1993), trazamos los primeros rasgos que deben tenerse en cuenta en la elabo-
ración de la gramática de las FFLL. Posteriormente, Kahane y Polguère (2001) han
desarrollado lo que llaman la codificación explícita, en donde representan separada-
mente la información semántica y la información sintáctica codificadas en la FL,
haciendo más explícita esta información y más tratable computacionalmente. Desde
el punto de vista del usuario, las FFLL son demasiado formales y oscuras para un
usuario que prefiere, sin duda, una codificación en lengua natural, camino por el que
hemos optado en el LAF (Polguère 2000) y en el DiCE con la formulación de las
glosas. Con todo, nos gustaría subrayar aquí que independientemente del mayor o
menor acierto con el lenguaje de notación con el que se codifiquen las FFLL, la no-
ción de FL es inherentemente válida y corresponde a un hecho lingüístico universal,
como veremos a continuación.
9
Por ejemplo, Polguère (2003a: 125) utiliza en el mismo texto la palabra application y la nota-
ción f(L) en dos sentidos. En primer lugar, con el sentido de ‘hecho de aplicar una función’: «[...] une FL
f est une entité en soi. C’est une information codée dans la mémoire du locuteur et qui lui sert à accéder
à un petit ensemble de lexies données, retourné par l’application f(L)». En segundo lugar, con el sentido
de ‘resultado de la aplicación’: «[...] accès à des ensembles spécifiques de lexies ou expressions
linguistiques (les applications f(L))».
70 MARGARITA ALONSO RAMOS
10
En la TST se distinguen dos niveles sintácticos, uno profundo y otro superficial. En el nivel de
representación sintáctica profunda, más orientado hacia la semántica, los nodos están ocupados por UL
plenas o por FFLL. Así, la colocación odio mortal estará representada en ese nivel por el siguiente
subárbol: ODIO—ATTR¡Magn. En cambio, en el nivel de representación sintáctica superficial, ya
aparece como nodo el colocativo específico, que es un elemento del valor Magn(odio): ODIO—
modif¡MORTAL.
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 71
4. NOCIÓN DE GLOSA
11
Si no buscamos precisión semántica y no siempre tenemos que buscarla, la mejor forma de
codificar el contenido semántico de la FL es por medio de su propio símbolo. Esta es la opción por la que
han optado Kahane y Polguère (2001) en donde el nombre de la FL seguida de su estructura argumental
entre corchetes es la codificación del contenido semántico. Así, Magn[#] representa el contenido semántico
de la FL Magn que toma # como palabra llave. La traducción en metalengua natural de Magn[#] necesa-
riamente nos obliga a optar entre sentidos específicos como ‘# es intenso’ o ‘# en alto grado’ o ‘muy #’.
12
La FL puede ser enriquecida con subíndices para indicar cuál es el componente semántico de la
palabra llave afectado por la intensificación. Así, vehemente sería codificado por Magn[‘creencia’], mientras
que grave sería codificado como Magn[‘malo’].
72 MARGARITA ALONSO RAMOS
13
Al ofrecer grave como paráfrasis de Magn(‘enfermedad’), Popoviƒ está optando por la glosa
como valor por defecto de la FL, lo que en sí es válido pero el valor por defecto tiene que ser poco
marcado idiomáticamente para poder tener alguna utilidad como glosa de la FL.
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 73
Las colocaciones pueden recibir tres tipos distintos de glosa, dependiendo del
grado de abstracción que podamos o que queramos atribuir a la glosa. Hay colocativos
que admiten una glosa que puede ser interpretada como la traducción en metalengua
natural del nombre de la FL. Así, por ejemplo, el colocativo de honda pena puede ser
glosado por en alto grado, que sería una traducción de la FL Magn en metalengua
natural. En cambio, sospecha vehemente, que sería codificada por la misma FL ya no
admite fácilmente esa glosa, sino algo como en la que X está muy seguro
de que Y es cierto, en donde se describe el sentido de la relación del colocativo
con la base. Entre ambos extremos, podemos encontrar también colocativos que pue-
den ser glosados por el valor por defecto de la FL. Por ejemplo, el colocativo desva-
necerse codificado por la FL compleja IncepPredMinus(miedo) puede glosarse
por disminuir. Tenemos entonces glosas para la FL en tanto que UL generalizada,
glosas para el valor de la FL y glosas para la relación del colocativo con la base, es
decir, para la colocación al completo. Los tres tipos de glosas están jerarquizados en
grados de abstracción. Así, las glosas más abstractas, vinculadas a la FL en tanto que
UL generalizada pueden ser siempre reformuladas como la glosa más concreta de la
colocación. Por ejemplo, es posible glosar el colocativo de honda pena como que
hace sufrir mucho a X. La dirección contraria, de lo específico a lo general,
no parece satisfacer siempre el grado de inteligibilidad: ¿hasta qué punto es compren-
sible sospecha en alto grado? Podríamos representar las glosas gráficamen-
te por círculos concéntricos en donde el círculo central representa las glosas más
específicas o idiosincrásicas y el último, a las glosas más genéricas.
FIGURA 2.
Tres tipos de glosas
74 MARGARITA ALONSO RAMOS
Comenzaremos por estipular los requisitos que debe cumplir una glosa. A con-
tinuación, propondremos una lista de factores que determinan la formulación de la
glosa. Las dos últimas subsecciones se centrarán en el aspecto práctico: primero,
ejemplificando la elección de un tipo de glosa según los distintos factores para colo-
caciones en concreto y segundo, validando diferentes glosas por medio de tests apli-
cados a profesionales y a hablantes nativos cualificados.
5.1. Requisitos
Estipulamos los siguientes requisitos que deben cumplir las glosas.
pueden ejecutar acciones, no cualquier acción puede ser ejecutada: *ejecutar un gol-
pe no respeta las normas del español y no puede ser propuesto como glosa.
paciente’ es más complejo semánticamente que ‘utilizar los servicios’: es decir ‘pa-
ciente’ incluye semánticamente ‘utilizar los servicios’, pero no a la inversa.14 Si opta-
mos por la glosa más simple semánticamente, podemos ganar una generalización y
ofrecer la glosa utilizar los servicios tanto para clínica como para restau-
rante o cualquier otro establecimiento, dado que en definitiva, un establecimiento es
siempre un lugar que ofrece servicios a personas que los utilizan.
14
Glosar sortir au restaurant como ‘être client dans un restaurant’ es como glosar conducir un
coche por ‘ser conductor de un coche’.
78 MARGARITA ALONSO RAMOS
como dar un paseo para los que la glosa hacer produciría una violación de las
normas del español, a pesar de que ‘paseo’ designa una acción. Por lo tanto, hay que
bloquear la herencia por defecto: se trata de evitar que Oper1(paseo) se glose como
hacer, bloqueando la herencia a través de la etiqueta semántica de la palabra llave,
y ofrecer como glosa, en este caso, el valor de la FL.
Otras FFLL no tienen asociada una glosa dependiente de la etiqueta semánti-
ca de la palabra llave. Por ejemplo, el contenido semántico de Real no es fácil-
mente traducible a metalengua natural. En las descripciones teóricas de esta FL se
le suele asociar la siguiente paráfrasis: ‘hacer con lo designado por la palabra llave
aquello para lo que está destinado o lo que se supone que se debe hacer’. Ahora
bien, no es siempre fácil determinar qué es aquello para lo que está destinado lo
designado por la palabra llave, como ocurre en el caso de los nombres de sentimiento.
Hay nombres como deseo cuyo objetivo es claro: la realización o el cumplimiento de
ese deseo. Las colocaciones saciar, satisfacer, cumplir o realizar un deseo son fá-
cilmente codificadas por la FL Real. Sin embargo, otros nombres como cariño o
cólera designan un sentimiento que se realiza cuando su manifestación se vuelca so-
bre el referente del segundo actante (actante que funciona como Objeto, no como
Causa). Así, por ejemplo, la colocación dar cariño debe ser codificada como Real1
ya que dar cariño no es lo mismo que sentir cariño (Oper1). Desde este punto de
vista, un sentimiento como el cariño está destinado a ser demostrado con gestos o con
palabras dirigidas hacia el objeto de cariño. Asimismo, el destino de un sentimiento
como la cólera es manifestarla contra el objeto de cólera, de tal manera que al hacerlo,
uno se libera del sentimiento. Por ese motivo, las colocaciones descargar o desaho-
gar serán el valor de Real1(cólera). En ambos casos, la glosa de esta FL podría ser
demostrar ~ hacia/contra Y, pero en este caso la glosa de Real se confun-
de con la de otra FL Caus1Manif.15
15
En el LAF han optado por una formulación mixta Real1-manifestation para colocaciones
como manifester la haine y tratan solo como Real1 la colocación déchaîner la haine, cuya glosa adap-
tada al español encajaría perfectamente para la colocación española: actuar en relación con Y
bajo la influencia del odio.
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 79
Así, dependiendo del papel semántico del actante que interviene en una colocación, la
misma FL con el mismo índice actancial puede recibir diferentes glosas (Kahane y
Polguère 2001). Por ejemplo, entre los nombres de sentimiento, los hay que tienen
tres actantes, como rencor de X hacia Y por Z, y los hay de dos, como miedo de X por
Y. Obsérvese que el segundo actante de rencor designa el blanco, la víctima que sufre
el rencor de alguien. Sin embargo, el segundo actante de miedo designa más bien la
causa que motiva el miedo. Por lo tanto, la glosa de Oper2 aplicada al nombre rencor
no será la misma que aplicada a miedo, ya que el papel desempeñado por el segundo
actante de los nombres no es igual: en el primer caso, será el objeto, la víctima del
sentimiento, mientras que en el segundo, se trata de la causa del miedo.
16
Como ya vimos en la nota 12, para indicar la diferencia, se añaden subíndices a la FL. La
notación sería: Magn[‘reposar’] y Magn[‘tiempo’].
80 MARGARITA ALONSO RAMOS
que ha durado mucho, podríamos decir que ha dormido como un lirón, pero no que ha
dormido a pierna suelta porque se supone que no habrá descansado. Así, en este caso,
la glosa sería con completa despreocupación, mientras que como un lirón
sería glosado como muchas horas.
1) ¿Tiene asignada la FL una glosa bien estándar (como Bon), bien depen-
diente de la etiqueta semántica (como Magn)?
2) ¿El colocativo es un buen representante de la FL en el sentido de que
incide sobre el componente genérico de la palabra llave y no aporta un
añadido semántico específico (sana alegría)?
3) ¿El colocativo es una UL autónoma semánticamente como UL (obede-
cer con orden)?
4) ¿Buscamos la precisión semántica o buscamos la generalización?
Según sean las distintas respuestas a estas cuatro preguntas, optaremos por la
glosa estándar de la FL o por una glosa del colocativo como valor por defecto o por la
glosa de la relación del colocativo con la base. Pongamos en práctica estos criterios:
Si se trata de glosar la colocación sana alegría, puesto que la FL Bon tiene
asignada una glosa estándar y el colocativo es un buen representante de Bon, optare-
mos por la glosa de la FL: buena. En el caso de honda pena, puesto que la FL Magn
tiene asignada una glosa dependiente de la etiqueta semántica y el colocativo es un
buen representante de Magn, optaremos por la glosa del colocativo como valor por
defecto: intensa.
Para glosar la colocación sencilla alegría, la FL Bon tiene asignada una glosa
estándar, pero el colocativo no es un buen representante ya que tiene un añadido
semántico específico. Si buscamos la precisión semántica, optaremos por la glosa de
la colocación: X no estando excitado, buena. Si pretendemos la generali-
zación, elegiremos como en el caso anterior la glosa de la FL: buena.
17
En algunos diccionarios actuales del español, muchos de los colocativos no aparecen descritos
semánticamente ni en la entrada de la base ni en la entrada de la colocación. Así, por ejemplo, en el
Lema, el verbo dominar, muy frecuente con los nombres de sentimiento, no recibe ninguna descripción.
No ocurre lo mismo en el DUE en donde se define como «ser tenido por alguien cierto estado de ánimo,
sentimiento, pasión o vicio en tal medida que no puede sustraerse a ellos».
82 MARGARITA ALONSO RAMOS
18
El ejemplo que figura en el DiCE es el siguiente: «Una alegría desconocida te dominaba, la
juventud volvía a correr por tus venas, todo era aún posible».
GLOSAS PARA LAS COLOCACIONES EN EL DICCIONARIO DE COLOCACIONES DEL ESPAÑOL 83
FIGURA 3.
Modelización de la elección del tipo de glosa
‘causar que el enfado sea menor’, cuando el colocativo previsto como correcto era
aplacar. En otro nivel de lengua, en cambio, un hablante nativo, evidentemente, no
dudará entre hacer y dar al señalar el colocativo seleccionados por paseo.
No hay duda de que para la buena formulación de glosas en un diccionario, hay
que tener en cuenta si el diccionario está destinado a hablantes nativos o a aprendices
de español. Aunque todavía hace falta idear tests más complejos y pasárselos a más
personas, creemos que es posible ya afirmar que un hablante nativo prefiere la glosa
que hemos llamado valor por defecto. Por ejemplo, preferirá encontrar como des-
cripción semántica de la colocación paliar el desasosiego la glosa disminuir
que la paráfrasis de la fórmula FL causar que el desasosiego sea
menor. Sin embargo, esa preferencia no tiene por qué coincidir con la de un apren-
diz de español. Es probable que un aprendiz desconozca el valor por defecto, pero
pueda entender la paráfrasis dado que se trata de un metalenguaje muy simple
semánticamente.19
6. CONCLUSIONES
19
En mi experiencia al consultar el LAF, puedo decir que en ocasiones, la glosa de la FL, entendi-
da como valor por defecto, me suscita más dificultad que el propio valor de la FL. Este es el caso de la
glosa ‘concrétiser’ para la FL Real1(hostilité) = faire preuve de, manifester, montrer [ART ~].
86 MARGARITA ALONSO RAMOS
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Theory, Moscú, Slavic Culture Language Publishing House, pp. 518-528.
1. INTRODUCCIÓN
1
La investigación se ha financiado en parte con fondos asignados al proyecto BFF2002-04575-
C02-01 del Ministerio de Ciencia y Tecnología (Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e
Innovación Tecnológica). Les doy las gracias a Margarita Alonso Ramos y Josep Alba-Salas por sus
comentarios, que han contribuido no poco a mejorar el texto. La responsabilidad por las posibles caren-
cias, naturalmente, me corresponde en exclusiva.
2
Respecto del concepto de verbo atributivo y de verbo pseudocopulativo pueden consultarse,
entre otros, Ramos (2002), Fernández Leborans (1999), Gutiérrez Ordóñez (1986), Alcina y Blecua
(1975). Utilizaré aquí el término atributivo por ser más abarcador que pseudocopulativo. Por el mismo
motivo, preferiré complemento predicativo a atributo.
89
90 ALBERTO BUSTOS PLAZA
3
No obstante, dentro de la germanística, el concepto de estructura con verbo funcional no deja de
ser problemático. Recientemente van Pottelberge (2001) ha puesto incluso en cuestión su validez.
4
En Bustos Plaza (2005), se muestra, fundamentalmente, que algunas de las características que se
pueden traer a colación para considerar las combinaciones del tipo poner en movimiento construcciones
con verbo funcional también las aproximan a las construcciones atributivas: el verbo ha perdido su
significado originario espacial; es imposible sustituir el verbo por sinónimos del verbo pleno homófono;
el verbo aporta un contenido de aspecto léxico o Aktionsart; el contenido semántico principal no reside
en el verbo, sino en el sustantivo, por lo que no pueden aparecer el uno sin el otro; tanto el verbo como
el sintagma preposicional forman series por conmutación. Por otra parte, todos los verbos de este grupo
pueden combinarse con adjetivos en construcciones atributivas; asimismo, adjetivos y sintagmas
preposicionales pueden aparecer coordinados como complementos predicativos de estos verbos.
COMBINACIONES ATRIBUTIVAS DEL TIPO PONER EN MOVIMIENTO Y DICCIONARIO 91
Cada uno de los verbos de este grupo realiza una aportación adicional en compara-
ción con estar. Así, por ejemplo, continuar y seguir expresan valor continuativo, mien-
tras que ponerse y quedarse expresan un evento de cambio (cf. Morimoto y Pavón
2004, 2005a, 2005b).
El complemento predicativo es obligatorio, como podemos comprobar si eli-
minamos el de los ejemplos (1)-(4):
5
Respecto del concepto de colocación, pueden consultarse, entre otros, Alonso Ramos (1994-
1995) y Koike (2001).
COMBINACIONES ATRIBUTIVAS DEL TIPO PONER EN MOVIMIENTO Y DICCIONARIO 93
que han alcanzado un grado de fijación suficiente como para ser incluidos también en
el diccionario,6 podría ser una estrategia aconsejable, sobre todo para un diccionario
electrónico, en el que las consideraciones de ahorro de espacio no desempeñan un
papel tan importante, el proporcionar en el artículo correspondiente al verbo informa-
ción sobre los sintagmas preposicionales con que se combina.7
3. EL SINTAGMA PREPOSICIONAL
(13) Su camisa rosa […] dejaba al descubierto sus morenos muslos (Marsé, Teresa).
(14) Durante unas horas, doña Eulalia quedó en entredicho (Torrente Ballester,
Filomeno).
(15) Entre el alba y la anochecida continuaba de merodeo por no se sabía qué
rumbo (Caballero Bonald, Ágata).
(16) Yo que usted andaría con cuidado (Torrente Ballester, Filomeno).
(17) […] mi piedad no quedó sin premio (Ayala, Vaso).
6
Margarita Alonso Ramos (c. p.) me indica que un posible análisis, al menos para una parte de las
construcciones que estudiamos, sería el de una colocación (la combinación en su conjunto) que incluye
otra colocación (el sintagma preposicional).
7
Esta es solo la primera parte de la propuesta. Como expondré a continuación, esta información
se tiene que complementar con la proporcionada en el artículo correspondiente al sustantivo.
8
La peculiaridad de sintagmas preposicionales como los que vamos a examinar la han señalado,
entre otros, Zuluaga (1980: 155-160), Masullo (1996: 179 ss.), Pavón (1999: 9.3.3) y Ruiz Gurillo (1998:
23-31, 2001: 50-52, 54, 55 ss.). Sería necesario emprender un estudio más amplio para dar cuenta de
tales sintagmas con todos los pormenores.
9
También podemos encontrar sintagmas preposicionales con diferentes grados de fijación en
otros contextos, donde desempeñan otras funciones: como modificadores de sustantivos («¿Pero tú qué
te crees que te cuestan los trajes a la medida en Madrid?» Ferlosio, Jarama), como modificadores de
adjetivos («Una aventura con ella, tan apetecible en apariencia, puede acabar en quebraderos de cabeza
[…]» Vallejo Nájera, Rey) y como complementos predicativos de verbos diferentes de los indicados
arriba («[…] lo mismo que decir que ha venido a disgusto» Ferlosio, Jarama). Sin embargo, haremos
abstracción de todos estos casos y nos centraremos únicamente en aquellos sintagmas que funcionan
como complemento predicativo obligatorio de los verbos indicados.
94 ALBERTO BUSTOS PLAZA
10
El par formado por en busca y a la búsqueda resulta interesante para ilustrar la fijación de estos
sintagmas, pues, por lo general, cada forma del sustantivo se combina con una preposición diferente.
Además, el sustantivo busca no se registra normalmente fuera de este sintagma preposicional.
COMBINACIONES ATRIBUTIVAS DEL TIPO PONER EN MOVIMIENTO Y DICCIONARIO 95
(21) a. Pues que Isabel y Jovita también estén en contacto con ella hasta pasado
mañana (García Hortelano, Amistades).
b. Se está en perpetuo contacto con lo infinito […] (Delibes, Ciprés).
(22) a. Un niño […] está en cuclillas […] (Cela, Alcarria).
b. *Un niño está en incómodas cuclillas.
(23) a. Pascualón, Elena, estáis en pecado mortal (Delibes, Camino).
b. *Pascualón, Elena, estáis en pecado {grave/ capital}.
posibilidad de una construcción como *La casa estaba en una rápida construcción,
lo que bloquea la relativización:
(27) […] el evidente desacuerdo en que os halláis el Júpiter y tú […] implica sin
embargo ciertas coincidencias fundamentales (Torrente Ballester, Yo no soy yo).
(28) *La construcción en que estaba la casa.
Como vemos, los sintagmas formados con la preposición en presentan una considera-
ble heterogeneidad en relación con las características examinadas. ¿Qué nos indica
esto? Probablemente, nos encontramos ante un abanico que va desde las formaciones
ocasionales hasta los sintagmas lexicalizados, pasando por un grupo intermedio de
colocaciones. Aquellos sintagmas que han entrado en el proceso de fijación deberían
listarse en el diccionario por el sustantivo. Sería útil, como mencioné arriba, que el
artículo incluyera información adicional sobre los verbos con que se combina.
(29) a. […] tenemos los datos de los colegios pero andamos a falta de direcciones
(Delibes, Señor Cayo).
b. *Andamos a la falta de direcciones.
(30) a. Pero yo […] andaba a la deriva […] (Torrente Ballester, Filomeno).
b. *Andaba a deriva.
c. *Andaba a una deriva fortísima.
Los sintagmas con a, al igual que los adjetivos, admiten intensificadores (cf. Danlos
1980 para el francés):
(34) Pues hay que estar más al corriente, Mely (Ferlosio, Jarama).
(35) […] los jardincitos estaban muy a la vista […] (Ferlosio, Jarama).
(36) a. Yo me enteré […] de que los dejaba a cargo del pazo […] (Torrente Ballester,
Filomeno).
b. *Los dejaba a (los) cargos del pazo.
(37) a. […] un apagón dejó la casa a oscuras […] (Marsé, Muchacha).
b. *Un apagón dejó la casa a oscura.
(38) a. […] aquel complejo residencial, cuyos chalets […] todavía estaban a la
venta (Mendoza, Diluvio).
b. *La venta a la que estaban los chalets.
11
El DRAE registra el sustantivo trasmano como «segundo en orden en ciertos juegos», pero una
búsqueda en CREA para el periodo 1954-2004 arroja 41 ejemplos, de los que ninguno corresponde a esta
acepción, lo que concuerda con la intuición de que ha caído en desuso.
98 ALBERTO BUSTOS PLAZA
que en el caso de los sintagmas formados con en, sería conveniente informar sobre los
verbos con que se pueden combinar.
4. CONCLUSIONES
Como hemos visto, al menos en un grupo de las combinaciones del tipo poner
en movimiento, se detectan fenómenos de fijación en dos niveles: a) la combinación
en su conjunto, y b) el sintagma preposicional. Por ello, como paso previo al trata-
miento lexicográfico, se deberían identificar secuencias que presenten algún grado de
fijación, a saber: a) combinaciones de verbo atributivo y sintagma preposicional, y b)
sintagmas preposicionales. El artículo correspondiente al verbo debería informar so-
bre los sintagmas preposicionales con que se combina este. Los sintagmas
preposicionales se deberían recoger en el artículo correspondiente al sustantivo, indi-
cando con qué verbos aparecen.
APÉNDICE:
SINTAGMAS PREPOSICIONALES REGISTRADOS EN EL CORPUS
en:
a:
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101
1. INTRODUCCIÓN
1
Dichas concepciones se encuentran recogidas en Aguilar-Amat (1993), Alonso Ramos (1993 y
2002), Corpas Pastor (1996 y 2001), Írsula (1992 y 1994), Koike (2001) y Wotjak (1992, 1996 y 1998),
principalmente.
2
Cabe destacar el enfoque lexicográfico de la Teoría Sentido-Texto (cf. Alonso Ramos 1993 y
2002), además de las observaciones contenidas en Castillo Carballo (2002) y Corpas Pastor (1996).
101
102 SUSANA CAMIÑA SALGADO y EVA-MARÍA MUÑIZ ÁLVAREZ
3
La existencia de lagunas colocacionales como *guardar una conversación pone de manifiesto
la naturaleza léxica de las colocaciones. Esta constatación lleva a Alonso Ramos (2002: 69) a afirmar
que la combinación gran dolor es una colocación porque las expresiones *gran fiebre o *gran hambre
son imposibles. A nuestro modo de ver, aunque un colocativo se combine con todas las bases
semánticamente próximas, no deja de estar seleccionado léxicamente por cada una de las bases; por
consiguiente, el hecho de que un presunto colocativo se combine o no con todas las bases colocacionales
semánticamente próximas es una cuestión ajena a la determinación de si existe o no colocación en cada
combinación particular. Dicho de otro modo, la existencia de lagunas léxicas es una prueba de la natura-
leza léxica del vínculo colocacional, pero no es condición imprescindible para poder etiquetar como
colocación una combinación léxica determinada.
104 SUSANA CAMIÑA SALGADO y EVA-MARÍA MUÑIZ ÁLVAREZ
4
Írsula (1992) fue el primero en hablar de la tipicidad en el contexto de los estudios colocacionales,
adaptando la teoría de Rosch (1975). Posteriormente, Írsula (1994) identifica las colocaciones con los
virtuemas de Pottier (1975) en tanto que combinaciones típicas. En una línea próxima, Wotjak (1992:
121) recupera la noción de halo de Pottier (1975) e indica que el halo de «predicaciones admisibles para
un determinado sustantivo se ve determinado por nuestro conocimiento procesual predicador y se nutre
del conocimiento enciclopédico adquirido».
SOBRE LA NECESIDAD DE MARCAR LAS COLOCACIONES EN LOS DICCIONARIOS DE USO 105
5
Acerca de las colocaciones de argot profesional, conviene no confundir el tema de la combina-
ción con la variedad a la que ésta pertenece. Así, por ejemplo, Castillo Carballo (2001) aporta como
ejemplos propios del lenguaje deportivo meter un gol o, como particular del argot informático, bajar un
programa o abrir un archivo. A nuestro modo de ver, estas colocaciones se encuentran lo suficientemen-
te extendidas como para ser consideradas parte del lenguaje común, no marcado, a pesar de que se
refieran a un área determinada del saber.
106 SUSANA CAMIÑA SALGADO y EVA-MARÍA MUÑIZ ÁLVAREZ
vía, informar una prueba o librar una guardia: se trata de combinaciones que desig-
nan realidades desconocidas para el hablante común, pero típicas para un especialis-
ta. Además, si bien los lenguajes profesionales suelen asociarse al registro formal,
existen también variantes coloquiales como pinchar una analítica o hacer fiebre.
De modo general, debe tenerse en cuenta que toda combinación pertenece a
una lengua funcional y puede estar marcada en relación con más de un parámetro.
Así, puesto que las variables se entrecruzan en el discurso, la identificación de la
variedad a la que pertenece la colocación puede llegar a ser bastante compleja, como
es el caso de brindar ayuda, coloquial en el español de América y formal en el espa-
ñol peninsular.
Es opinión general entre los estudiosos que las colocaciones deben figurar en
el artículo de la base, puesto que es el componente que se localiza antes (Hausmann
1998, Koike 2001 y Alonso Ramos 2002, entre otros). En efecto, frente a la práctica
general de la lexicografía hispánica, el enfoque codificador que corresponde a la na-
turaleza de las colocaciones lleva a incluirlas en el artículo de la base y no en el del
colocativo.
Parece claro que la necesidad lexicográfica más imperiosa es la inclusión siste-
mática y ordenada de las colocaciones. Sin embargo, el registro de las colocaciones y
su marcación no son asuntos que puedan afrontarse aisladamente: de nada serviría
que incluyéramos todas las colocaciones del español en los diccionarios de uso, si no
proporcionamos la información suficiente para que los usuarios sean capaces de se-
leccionar el colocativo adecuado a la variedad lingüística que está utilizando. Por
ejemplo, el significado ‘dar’, referido a argumento, puede verbalizarse como aducir,
esgrimir, proporcionar, dar, ofrecer, largar... pero la elección entre uno y otro
colocativo se encuentra condicionada por el registro lingüístico que esté utilizando el
hablante y, en última instancia, determinada por el contexto situacional comunicativo
(cf. Koike 2001: 195 y ss.). Dicho de otro modo, la competencia lingüística codificadora
implica no sólo la selección de una unidad léxica que responda al significado que se
desea expresar en presencia de una base determinada, sino el discernimiento de la
variedad lingüística a la que pertenece cada colocación.
Sin embargo, el carácter marcado de la colocación admite distinto tratamiento
lexicográfico según su origen. Así, si retomamos los bloques de colocaciones marca-
das que describimos en el apartado anterior, podemos establecer lo siguiente:
a) Puesto que las colocaciones figuran (o deben figurar) en la entrada de la base,
no es necesario incluir ninguna indicación especial para las colocaciones con base
marcada, puesto que la colocación hereda sistemáticamente el carácter marcado de la
base: basta con la marca que encabeza el artículo o la acepción correspondiente. De
hecho, en casos como dar el tetero, la marca de la colocación resultaría redundante.
b) Las colocaciones de colocativo marcado necesitan una indicación expresa
de la variedad a la que pertenecen, como es el caso de aducir un argumento.
c) En coherencia con los dos postulados anteriores, las colocaciones con base y
colocativo marcados no precisan indicación si la variedad del colocativo es idéntica a
la de la base, como en expulsar una ventosidad, en la que la selección léxica de la
base atrae o prefiere un colocativo del mismo registro. Sin embargo, la marcación
lexicográfica es necesaria cuando el colocativo y la base se encuentren marcados
respecto a parámetros distintos, como en las combinaciones cascar el menisco o plan-
tar un ósculo.
d) Por último, las colocaciones marcadas propiamente dichas deben ir acompa-
ñadas de una indicación específica, puesto que la preferencia de texto o de registro no
se deduce de la restante información contenida en el artículo.
SOBRE LA NECESIDAD DE MARCAR LAS COLOCACIONES EN LOS DICCIONARIOS DE USO 109
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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41-56.
6
A propósito de la variación diatópica, Koike (2001: 202) diferencia entre variación léxica (si la
colocación tiene una base marcada) y variación colocacional (si cada variedad selecciona colocativos
distintos, independientemente de si estos se encuentran marcados aisladamente o no). A nuestro modo de
ver, el planteamiento de Koike resulta extremadamente reducido, al aplicarse sólo a la variación diatópica
y oscurece las diferencias lexicológicas entre unas y otras colocaciones.
110 SUSANA CAMIÑA SALGADO y EVA-MARÍA MUÑIZ ÁLVAREZ
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Estructuración semántica
de la fraseología de las lenguas de especialidad
y su aplicación lexicográfica
VERÓNICA FERRANDO
Universitat de Rovira i Virgili
1. INTRODUCCIÓN
A partir del análisis de una serie de obras lexicográficas que dan cuenta de las
colocaciones de las lenguas de especialidad, esta comunicación pretende pasar revista
al tratamiento de la información colocacional que ofrece la terminografía, y más con-
cretamente, los diccionarios dedicados al fenómeno combinatorio en las lenguas de
especialidad. Una vez analizada esta cuestión, se tratará de establecer qué tipo de
estructuración resulta más adecuada para la representación lexicográfica de la fraseo-
logía de una lengua de especialidad determinada, concretamente la de los seguros,
terminología sobre la que llevo algunos años investigando.1 Se trata de ahondar en las
relaciones semánticas que se establecen entre las combinaciones léxicas de un mismo
campo nocional en un intento de aplicar algún tipo de organización en forma de clases
semánticas que facilite su representación lexicográfica.
1
El presente estudio complementa el trabajo presentado en el I Simposio Internacional de Lexico-
grafía, celebrado en Barcelona en mayo de 2002, que llevaba por título «Propuesta de un diccionario de
colocaciones de la terminología aseguradora».
111
112 VERÓNICA FERRANDO
ciones léxicas de carácter más o menos fijo. Así, existen colocaciones que tienen
preferencia por determinados tipos de texto o registro.2 Por ejemplo, expresiones como
satisfacer una prima o producirse un siniestro son colocaciones propias de la termi-
nología aseguradora del español.
Este tipo de colocaciones son muy importantes tanto para el traductor como
para el redactor o corrector de textos especializados. Su dominio es indispensable
para poder expresarse con claridad y precisión en el discurso especializado. Como
han apuntado Bergenholtz y Tarp (1995), un conocimiento lingüístico insuficiente
impide saber qué combinaciones son las correctas en un determinado campo del sa-
ber. Por ejemplo, dentro de la terminología aseguradora ¿cuál es la expresión típica
para indicar la finalización de un seguro?: ¿acabar un seguro, cesar un seguro o
expirar un seguro? Una persona no especialista en seguros podría tener cierta dificul-
tad para determinar que la combinación más usual es expirar un seguro. Este tipo de
problemas pone de relieve que los traductores y autores de textos técnicos deberían
disponer de amplios repertorios colocacionales para los distintos sublenguajes.
En respuesta a esta necesidad, cabe señalar que en los últimos tiempos han
aparecido una serie de diccionarios combinatorios terminológicos, la mayoría de ellos
para la lengua francesa.
2
Ahora bien, cabe señalar que las colocaciones de las lenguas de especialidad presentan ciertas
diferencias con respecto a las colocaciones de la lengua general. De hecho, L’Homme (2000: 105-106)
ha optado por denominar a las colocaciones terminológicas specialized lexical combinations o SLC y
emplear el término colocación sólo para las combinaciones del discurso general. Las colocaciones de la
lengua general presentan un mayor grado de arbitrariedad, están determinadas idiosincráticamente, son
la manifestación de una coocurrencia léxica restringida. En cambio, en el caso de las SLC, la descripción
debe hacerse desde la coocurrencia léxica libre, porque 1) la ausencia de composicionalidad no parece
ser un criterio relevante para identificarlas y 2) frecuentemente lexemas con rasgos semánticos comunes
comparten colocativos; esto es, los colocativos de una SLC se combinan con determinados grupos de
términos y estos términos se pueden agrupar en clases semánticas.
ESTRUCTURACIÓN SEMÁNTICA DE LA FRASEOLOGÍA DE LAS LENGUAS 113
3
Mel’…uk y sus colaboradores han ideado las FFLL para dar cuenta de las colocaciones. Las
FFLL definen las relaciones semánticas que existen entre los dos componentes de una colocación. Una
función léxica o FL es una especie de fórmula matemática que presenta la forma: F(x) = y, donde F es la
FL (designada mediante una abreviatura latina), x es la palabra llave (lexema) de la FL e y su valor. En
una FL, la palabra llave se corresponde con el lexema A de una colocación y el valor con el lexema B.
Por ejemplo, la colocación fe ciega, sería descrita del modo siguiente: Magn (fe) = ciega. En esta formu-
lación, Magn (‘intenso’, ‘grande’) es la FL, fe es la palabra llave y ciega, el valor de la FL. Nótese que
la palabra llave y el valor de una FL equivalen, respectivamente, a los conceptos de Hausmann (1979 y
1989) de base y colocativo.
4
Según L’Homme (2004: 24), es posible establecer una clara correspondencia entre las catego-
rías semánticas que emplea Cohen y las FFLL de Mel’…uk. Por ejemplo, en el caso de la unidad léxica
capital, las FFLL serían las siguientes: Magn(capital) = apreciable, considérable, élevé, gros;
IncepPredPlus(capital) = s’accroître, augmenter, croître; AntiMagn(capital) = petit;
IncepPredMinus(capital) = baisser, diminuir; Oper1(capital) = avoir, posséder.
114 VERÓNICA FERRANDO
5
Cabe señalar que los autores toman el término colocación en sentido amplio, así incluyen en
esta categoría tanto combinaciones idiosincrásicas del tipo monter un commerce como otras de naturale-
za composicional tales como commerce indépendant o tribunal de commerce. De hecho, sobre estos dos
últimos tipos de combinaciones cabe señalar que no existe unanimidad en la bibliografía: algunos estu-
diosos las consideran términos compuestos y otros colocaciones terminológicas. Lo cierto es que la
diferencia entre colocaciones y compuestos sintagmáticos reside fundamentalmente en el grado de fija-
ción y en el modo de significar. En nuestra opinión, la fraseología debe ser observada como un continuum,
que iría desde las colocaciones a los enunciados fraseológicos (paremias y fórmulas rutinarias) pasando
por los compuestos sintagmáticos y las locuciones o expresiones idiomáticas, no siendo posible en ocasio-
nes establecer límites rígidos entre unas combinaciones y otras. Para más detalle véase Ferrando (2002).
ESTRUCTURACIÓN SEMÁNTICA DE LA FRASEOLOGÍA DE LAS LENGUAS 115
tos términos y 4) datos extralingüísticos sobre el mundo de los negocios (su funciona-
miento, organización, etc.).
Cada una de estas informaciones ocupa un lugar determinado dentro del
DICOFE. En cuanto a la información colocacional, que es la que aquí nos ocupa, ésta
se presenta en las páginas impares del diccionario, concretamente en los subapartados
caracterizados como «1.1.» y siguientes. En algunos casos las colocaciones aparecen
acompañadas de una breve definición o explicación.
Las entradas están organizadas de forma onomasiológica, pues las distintas
colocaciones se presentan según una progresión lógica que responde a la organiza-
ción de la realidad económica. Por lo que respecta a los distintos subapartados, las
colocaciones aparecen agrupadas según una doble clasificación: 1) en función de la
categoría gramatical de los componentes: las colocaciones verbales6 y las nominales7
figuran en subapartados distintos;8 y 2) en función del significado: las colocaciones
semánticamente relacionadas aparecen bajo un mismo subapartado. Cabe advertir que
se trata de una organización semántica «exocéntrica», en el sentido de que no tiene en
cuenta las relaciones de significado que se establecen entre los términos de la coloca-
ción sino únicamente las que se dan entre las distintas colocaciones.
Las relaciones semánticas que se establecen entre los componentes de la colo-
cación (la base y el colocativo) sí están en cambio explicitadas en el DAFA, que en
este sentido supone un paso adelante con respecto al DICOFE.
En el DAFA las colocaciones se registran bajo los lemas correspondientes a las
bases y aparecen clasificadas no sólo en función de la forma sino también en función
del significado.
Desde el punto de vista formal, se diferencian cuatro tipos de colocaciones: 1)
sustantivo + adjetivo (ej.: un prix abordable que aparece bajo prix); 2) sustantivo +
(preposición) + sustantivo (ej.: le prix au kilo que aparece bajo prix); 3) adjetivo +
adverbio (ej.: hautement compétitif que aparece bajo compétitif); y 4) verbo + sustan-
tivo (ej.: déterminer un prix que aparece bajo prix).
Por lo que respecta a la clasificación semántica, cabe señalar que las colocacio-
nes nominales y las verbales reciben tratamientos diferenciados. Las colocaciones de
adjetivo + sustantivo y sustantivo + (preposición) + sustantivo aparecen clasificadas
bajo cinco etiquetas semánticas (o repères sémantiques): 1) Type (tipo): combinacio-
6
Son colocaciones verbales aquéllas que presentan la estructura verbo + sustantivo (objeto) y
sustantivo (sujeto) + verbo.
7
Son colocaciones nominales aquéllas que presentan la estructura sustantivo + adjetivo y sustan-
tivo + (preposición) + sustantivo.
8
Dado que la microestructura está organizada de forma onomasiológica, el orden en que apare-
cen los distintos tipos de colocaciones puede variar. Así, hay casos en que las colocaciones nominales
preceden a las verbales. Otra posibilidad es que aparezcan intercaladas.
116 VERÓNICA FERRANDO
nes que hacen referencia a conceptos técnicos y tienen un valor clasificativo, tal es el
caso de prix nominal y le prix de vente. No pueden ser modificadas por un adverbio,
así no es posible decir *un prix très nominal; 2) Caracterisation (caracterización):
combinaciones con valor calificativo, en las que el colocativo está calificando a la
base, como ocurre en un prix concurrentiel y le prix en vigueur. Pueden ser modifica-
das por un adverbio: un prix très concurrentiel; 3) Niveau (nivel): combinaciones que
indican cantidad, importancia (rasgos cuantitativos), por ejemplo un prix élevé y le
niveau des prix; 4) Localisation (localización): combinaciones que remiten a un lugar
(real o ficticio) donde tiene lugar el concepto, tal es el caso de les prix intérieurs y les
prix mondiaux; 5) Mesure (medida): combinaciones que remiten a una medida o di-
mensión (el tiempo, el volumen...), por ejemplo le prix unitaire y le prix au kilo.
Además de estas cinco categorías semánticas, algunas entradas presentan una
sexta categoría denominada autre (otro), donde se incluyen aquellas combinaciones
que no tienen cabida en ninguna de las categorías precedentes.
Las colocaciones verbales, en cambio, se presentan mediante tablas organizadas
en función de los actantes (X, Y, Z)9 como respuesta a la pregunta «¿quién hace qué?».
Las relaciones de significado que se dan entre el verbo y el sustantivo aparecen
explicitadas mediante símbolos. Son fundamentalmente significados que hacen re-
ferencia a las distintas etapas de un proceso (el inicio, las fluctuaciones intermedias
y el final).
9
Los actantes aparecen especificados en la definición de los distintos lemas.
10
Para más detalles véase J. Binon y otros (2001: 56-55).
ESTRUCTURACIÓN SEMÁNTICA DE LA FRASEOLOGÍA DE LAS LENGUAS 117
Lo cierto es que las FFLL constituyen una especie de interlengua que puede
resultar esotérica para un público no especializado. De hecho, son varios los trabajos
encaminados a popularizar las FFLL. Tal es el caso del proyecto LAF (Lexique active
du français), dirigido por I. Mel’…uk y A. Polguère. El objetivo de dicho proyecto es
elaborar un diccionario de colocaciones y derivados semánticos que sea accesible
para un público no especializado. Así en el LAF, las distintas FFLL son sustituidas por
paráfrasis formuladas en una especie de «meta-francés» (vid. el DICOUÈBE en lí-
nea). Otro ejemplo de popularización de las FFLL lo encontramos en el DiCE (Dic-
cionario de colocaciones del español), proyecto dirigido por Margarita Alonso Ra-
mos en la Universidad de A Coruña. En esta obra, las colocaciones están descritas no
sólo por medio de FFLL sino también mediante glosas semánticas para facilitar el uso
del diccionario a un público no familiarizado con la noción de FL.
Si bien, como se ha dicho, existen ejemplos felices de popularización de las
FFLL para describir las combinaciones de la lengua general (no hay que olvidar que
las FFLL fueron diseñadas para la lengua general), en el caso de las lenguas de es-
pecialidad la cuestión no está tan clara. Algunos autores como Cohen (1986), Frawley
(1988) y Laporte y L’Homme (1997), las han aplicado con éxito al campo de la econo-
mía, de la ciencia o de la medicina respectivamente. Sin embargo, tal como advierte
L’Homme (2004: 38), es necesario llevar a cabo ciertas adaptaciones, en especial por lo
que respecta a la descripción de las relaciones taxonómicas y meronímicas tan abundan-
tes en las lenguas de especialidad. En este sentido, las etiquetas semánticas usadas en
el DAFA y en el DAFLES podrían resultar muy útiles, si bien no agotan el problema.
Hasta aquí llega el análisis de las obras lexicográficas que dan cuenta de las
colocaciones de las lenguas de especialidad. Tal como he indicado al principio de este
trabajo, el objetivo último es proponer una clasificación semántica de las colocacio-
nes de la terminología aseguradora del español que resulte útil en la redacción de un
diccionario combinatorio de dicha lengua de especialidad. Se trata de una terminolo-
gía con un grado de especialización bastante bajo, pues su uso está bastante generali-
zado. Por lo que respecta a la combinatoria léxica, cabe señalar que en la lengua de los
seguros, al igual que en la mayoría de lenguas de especialidad del español, priman
tres tipos de colocaciones:
5. CONCLUSIÓN
combinatoria de las lenguas de especialidad. Sin embargo, queda aún un largo camino
por recorrer por lo que respecta al estudio de las relaciones semánticas que se estable-
cen entre los términos de una colocación terminológica, pues dichas relaciones po-
drán ser más o menos variadas dependiendo de las características de cada lengua de
especialidad.11
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
OBRAS DE REFERENCIA
BINON, Jean, Serge VERLINDE y Thierry SELVA (2001): «Lexicographie pédagogique et enseignement/
apprentissage du vocabulaire en français langue étrangère ou seconde. Un mariage parfait»,
Cahiers de Lexicologie, 78, 1, pp. 41-63.
HAUSMANN, Franz Josef (1979): «Un dictionnaire des collocations est-il possible?», Travaux de
Linguistique et Littérature de l´Université de Strasbourg, 17, 1, pp. 187-195.
11
Por lo que respecta a la estructuración semántica de la fraseología de la terminología asegurado-
ra del español, confío en poder presentar un modelo detallado en mi tesis doctoral Las colocaciones en
las lenguas de especialidad: propuesta de un diccionario de colocaciones de la terminología asegura-
dora, que en este momento se encuentra en fase avanzada de redacción.
120 VERÓNICA FERRANDO
LAPORTE, Isabelle y Marie Claude L’HOMME (1997): «Recensement et consignation des combinaisons
lexicales en langue de spécialité: Exemple d’application dans le domaine de la pharmacologie
cardiovasculaire», Terminologies nouvelles, 16, pp. 95-101.
OBRAS LEXICOGRÁFICAS
BBI: BENSON, M., E. BENSON y R. ILSON (1986): The BBI Combinatory Dictionary of English: A
Guide to Word Combinations, Amsterdam-Philadelphia, John Benjamins.
DAFA: BINON, J. Y OTROS (2000): Dictionnaire d’apprentissage du français des affaires, Paris, Didier.
DICE: ALONSO RAMOS, M. (2004): Diccionario de colocaciones del español, Universidade de Co-
ruña, versión en línea <http://dicesp.cesga.es>.
LTP: HILL, J. y M. LEWIS (1997): LTP Dictionary of Selected Collocations, Hove, Language Teaching
Publications.
OCD: DEUTER, M. Y OTROS (2003): Oxford Collocations Dictionary, Oxford, Oxford University
Press.
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123
1. INTRODUCCIÓN
123
124 LUIS LUQUE TORO
ción. En este estudio proponemos posibles muestras a través de unas reglas de inter-
pretación que contribuyan a hacer más relevante su frecuencia y que al mismo tiempo
sin necesidad de hablar de diccionarios específicos de carácter combinatorio, presen-
ten aquellas agrupaciones que constituyan de forma clara y precisa el núcleo central
de cada unidad, es decir, el conjunto de agrupaciones que más se acerca semánticamente
al significado básico de la base de la colocación. Aportaremos de este modo un instru-
mento más en el campo de la traducción al ser éste uno de los que mayor interés
presenta principalmente por la equivalencia o contraste entre sus constituyentes.1
2. EL CONCEPTO DE COLOCACIÓN
1
Hemos escogido este término y no el de actante o colocativo por ser éste el que se adapta más a
nuestra lengua.
2
El uso de este término aplicado a la palabra núcleo implicará no sólo que ésta sea el eje sobre el
que se forman las colocaciones, sino al mismo tiempo que se mantenga su significado de forma constante.
EL CONCEPTO DE COLOCACIÓN Y SU PRESENCIA EN LOS DICCIONARIOS 125
se una tempestad, ejercer una profesión la relación semántica entre la palabra núcleo,
el sustantivo y los constituyentes, adjetivo o verbo, queda establecida fácilmente por
la proximidad significativa de uno y otro elemento; serían éstas pues colocaciones
que pertenecen al núcleo de las unidades léxicas seleccionadas. En un análisis de las
colocaciones periféricas podríamos obtener entre otros los siguientes resultados: lu-
cha desigual, hambre loca, régimen corrupto, insulto gratuito, o bien romper una
relación, amainar una tempestad o tener una profesión. Sería ésta, la periférica, la
que delimitaría el paso del concepto de colocación al de locución, ya que mientras en
la colocación el constituyente núcleo mantiene su autonomía de significado, en la
locución hablaremos de un significado no por unidades, sino en su conjunto y donde
el núcleo se ve desprovisto de autonomía significativa; así con el término atención
serían colocaciones nucleares las formadas con los verbos: absorber, acaparar, atraer,
captar, despertar, polarizar, prestar, reclamar. De este modo la combinación llamar
la atención que da la idea de ‘reprender, advertir o hacer que se repare algo’ sería una
locución verbal y no una colocación al haber perdido la entrada su significado base.
En efecto, en la frase El profesor llamó la atención a Juan por sus continuas faltas
podemos sustituir la locución por un equivalente como reprender sin que se produzca
ningún tipo de cambio.
Si definimos la palabra duda como ‘inseguridad, vacilación o indeterminación
ante opciones distintas o acerca de un hecho o de una información’, un conjunto de
combinaciones daría lugar a una amplia tipología de formaciones con las siguientes
soluciones:
Colocación verbo-sustantivo:
Abrigar, aclarar, acrecentar, admitir, ahuyentar, albergar, alimentar, alojar,
apagar, arrojar, concebir, confirmar, conservar, constatar, crear, dejar, desatar, des-
pejar, disipar, encontrarse con, esclarecer, expresar, hacer desaparecer, hacer na-
cer, formular, fortalecer, guardar, inspirar, levantar, ofrecer, plantear, presentar,
quitar, reavivar, resolver, responder a, satisfacer, sembrar, sopesar, suscitar, tener.
Colocación sustantivo-verbo:
Aparecer, asaltar, deslizarse, desvanecerse, entrar, inquietar, invadir, persis-
tir, planear, surgir.
126 LUIS LUQUE TORO
Colocación sustantivo-preposición-sustantivo:
Un mar de dudas, un montón de dudas.
Locuciones:
No caber (haber) duda, no caberle a alguien la menor duda, poner algo en
duda, salir de dudas, sin duda alguna, sin sombra de duda.
Frasemas:
¡La duda ofende!
Los dos diccionarios que han servido de base de este análisis han sido: Gran
diccionario de uso del español actual (2001) bajo la dirección de Aquilino Sánchez y
Diccionario de uso del español actual Clave (2003) dirigido por Concepción
Maldonado González.
Partiendo de la premisa de que no hablamos de conjuntos de combinaciones
para cuyo estudio deben existir diccionarios específicos y sí de colocación como com-
binación nuclear, tenemos que decir que el término colocación no figura con marca
alguna en uno y otro diccionario. En el diccionario de Aquilino Sánchez aparecen los
conceptos de locución o voces de dos o más términos que sirven sólo para comple-
mentar el uso explicitado en las acepciones pero sin especificar de qué combinaciones
se trata. En este tipo de distribución, por otra parte compleja, echamos en falta una
128 LUIS LUQUE TORO
3
Sigue siendo el DUE de María Moliner el diccionario que ofrece una presencia más significativa
de las colocaciones principalmente con la combinación verbo-sustantivo.
130 LUIS LUQUE TORO
5. CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
BENSON, Morton, Evelyn BENSON y Robert ILSON (1986): The BBI Combinatory Dictionary of English:
A Guide to Word Combinations, Amsterdam, John Benjamins.
MALDONADO, Concepción (1996): Diccionario de uso del español actual Clave, Madrid, SM.
GREIMAS, Argidas (1960): «Idiotismes, proverbes, dictons», Cahiers de lexicologie, II, pp. 41-61.
HAUSMANN, Franz Josef (1979): «Un dictionnaire des collocations est-il possible?», Travaux de
Linguistique et Littérature, 17, 1, pp. 187-195.
MOLINER, María (1966-1967): Diccionario de uso del español, Madrid, Gredos [= DUE ].
MEL’„UK, Igor (1988): Dependency Syntax: Theory and Practice, New York, SUNY Press.
ORTEGA Y GASSET, José (1970): «Miseria y esplendor de la traducción», Obras Completas, Madrid,
Revista de Occidente.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (199221): Diccionario de la Real Academia Española, Madrid, Espasa-
Calpe [= DRAE]
SÁNCHEZ, Aquilino (2001): Gran diccionario de uso del español actual, Madrid, SGEL.
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133
BENEDIKT A. MODEL
Universidad de Salamanca
1. INTRODUCCIÓN
133
134 BENEDIKT MODEL
1
Vid. también Alonso Ramos (2001: 14).
2
Para una mayor claridad y para marcar las equivalencias que no figuran en ambos focos están
subrayados los lemas que encabezan los artículos.
UNIDADES FRASEOLÓGICAS EN LOS DICCIONARIOS BILINGÜES 137
auf, tra(n)scurrir un mes – ein Monat verstreicht (tipo 1); convocar elecciones –
Wahlen ausschreiben, infringir una norma – gegen ein Gesetz verstoßen (tipo 2);
cadena alimentaria – Nahrungskette (tipo 3); rueda de prensa – Pressekonferenz (tipo
4); completamente imposible – vollkommen unmöglich (tipo 6).
Únicamente bajo las bases están puestas las colocaciones siguientes: poner en
un aprieto – in Verlegenheit bringen, dar cobijo – Unterschlupf gewähren, hacer
esquina – an der Ecke liegen, tender una trampa – eine Falle stellen (tipo 2); compa-
ñero sentimental – Lebensgefährte (tipo 3); bomba de relojería - Zeitbombe (tipo 4);
pasar inadvertido – unbemerkt bleiben (tipo 5).3
Los dos grupos de inclusión por un solo lado contienen colocaciones de los
tipos dos, tres y cuatro. La tipología de las colocaciones no influye probablemente en
el modo de incluirlas. Como se trata de artículos exclusivamente correspondientes a
bases o a colocativos se puede suponer que tampoco las funciones de los colocados
han sido un criterio para el lugar de la inclusión. Por eso parece recomendable pre-
guntarse cuáles son los rasgos por los que estos signos se prefieren como cabeceras.
Dicho de otro modo, ya que su función como base o colocativo dentro de la coloca-
ción no parece ser el aspecto decisivo para darles el estatus de la cabecera, deben de
tener otras caracertísticas que les proporcionan esta función.
Excepto la colocación transcurrir un mes, cuya integración bajo el colocativo
tiene una razón auténticamente colocacional (véase 2.2), se pueden nombrar para
estos ejemplos razones semánticas, sintácticas, combinatorias y de la conciencia lin-
güística. El artículo del diccionario bilingüe debe estar organizado según la estructura
de equivalencia que se le otorga al signo lemático (Baunebjerg Hansen 1990: 97).
Esto explica que se incluyan escapar una exclamación, surgir un problema, convocar
elecciones bajo sus respectivos verbos. Dependiendo de la colocación, exigen otro
equivalente. La mención de infringir una norma tendrá una razón sintáctica. Mientras
infringir es un verbo transitivo, su equivalente verstoßen necesita una preposición.
Esta preposición carecería de sentido indicándola bajo el sustantivo norma, ley, etc.,
pues se trata de una preposición que va junto con el equivalente del verbo. Un argu-
mento muy fecundo para la omisión del concepto base/colocativo lo constituye el
criterio combinatorio. La restricción de ciertos lexemas a un lado y el amplio radio
3
Según las categorías verbales, todas estas colocaciones pertenecen a los tipos indicados. En
cuanto al reparto de las funciones base/colocativo algunas no cumplen con la afirmación de que en los
tipos 1-3 constituyen los sustantivos la base, y en los tipos 5 y 6 es siempre el adverbio el colocativo
(Bahns 1996: 24 y Corpas Pastor 1996: 68, 71, 74). Algo menos estricto lo considera Blasco Mateo
(2002: 44), mientras el colocativo del tipo 4 suele ser el primer sustantivo. También tenemos con inad-
vertido un adverbio colocacional que no termina –contrariamente a lo normal (García-Page 2001-2002:
104)– en -mente. Para una crítica de esta determinación en cuanto a la posición dentro de la colocación
véase Penadés Martínez (2001: 71-74).
138 BENEDIKT MODEL
4
Este criterio se aplica también para UF de otras esferas. El refrán el mundo es un pañuelo p. ej.
se encuentra bajo pañuelo en HDA, LS DMA, PONS GW, PONS SW, PONS X, OP y SLGR.
UNIDADES FRASEOLÓGICAS EN LOS DICCIONARIOS BILINGÜES 139
Por ‘infralema’ debe entenderse el conjunto de signos que constituyen una unidad
de la lengua de partida del diccionario, no caracterizada como la cabecera de artí-
culo […] y que se presenta jerárquicamente subordinada a un lema cabecera de
artículo o a otro infralema (Fuentes Morán 1997: 64).
5
En alemán Kotext. Vid. Werner (1991: 2735-2737).
UNIDADES FRASEOLÓGICAS EN LOS DICCIONARIOS BILINGÜES 141
(bajo escapar con los cotextos hiperonímicos «Wort» y «Name»; bajo transcurrir y
verstreichen con «tiempo» y «Zeit»; bajo surgir con «dificultad» y «problema»;
bajo infringir y verstoßen con «ley» y «Gesetz»). Como PONS X y espóradica pero
no constantemente VM son los únicos diccionarios que distinguen las bases sujeto de
las bases objeto, los tipos 1 y 2 coinciden lexicográficamente formando una unidad
verbo + sustantivo. Incluso una distinción entre cotexto y glosa es muy rara, una
distinción entre cotexto concreto y cotexto hiperonímino no existe en ninguno de los
diccionarios examinados. Esto indica ya que los diccionarios no le conceden mucho
valor al cotexto.
El cotexto se usa casi exclusivamente para las colocaciones del tipo 1 y 2. Sin
embargo, no todas las colocaciones de estos tipos están representadas por este forma-
to. Aquí se puede observar una diferenciación lexicográfica más detallada de las colo-
caciones que la tipología fraseológica. Las colocaciones poner en un aprieto, infrin-
gir una ley y dar miedo pertenecen fraseológicamente al mismo tipo: verbo (+
preposición) + sustantivo (objeto). A pesar de cumplir con este modelo muestran dife-
rencias que debe tener en cuenta el diccionario y que no puede expresar mediante un
cotexto,6 sobre todo en cuanto al equivalente, que puede tener una estructura no para-
lela. Una exposición contrastiva de las dos colocaciones las necesita enteras. Por eso
queda el infralema como el método más compacto para nombrar todo el conjunto de
la unidad.
En los otros tipos donde la equivalencia formal lo permitiría casi nunca se
aplica. En vez de «llano (pueblo) gemein» se prefiere el infralema con la traducción
entera. Esto suscitará otra vez la similitud con muchas locuciones y la conciencia de
que se trata de un solo signo. Además, estos tipos de infralemas (sean colocaciones o
locuciones) son fácilmente ordenables alfabéticamente dentro del artículo porque la
posición del segundo elemento (sustantivo o adjetivo) no cambia en una frase actua-
lizada. Las locuciones lexicográficas, es decir los infralemas que están marcados como
locuciones, responden más a la metodología del diccionario que a las colocaciones en
cuestión. Los diccionarios que tienen provistos apartados fraseológicos tienden a aña-
dir las colocaciones ahí. Un gran tamaño favorece desde luego tal procedimiento por-
que cuanto más largo sea un artículo tanto más tienen que utilizarse los recursos de
estructuración.
Los ejemplos auténticos son muy raros en los diccionarios bilingües. Los ejem-
plos que contienen colocaciones casi nunca buscan la ejemplificación de una coloca-
ción antes mencionada. La colocación la tiene que aislar el usuario (p. ej. en OP: «dar
6
Nada impide que el cotexto contenga también las preposiciones (p. ej. «verstoßen […] (gegen
Gesetz) infringir» en PONS SW), pero estos ejemplos son muy raros y tienen el gran inconveniente de
que no muestren si el equivalente exige o no una preposición o un determinante. Además el cotexto
citado es problemático ya que omite el determinante obligatorio «gegen ein/das Gesetz verstoßen».
142 BENEDIKT MODEL
[…] 3 machen, verursachen (causar): eso me da mucho miedo = das macht mir große
Angst.»). Aunque no suele causar grandes problemas, a veces no queda claro cómo
hay que entender una unidad, sobre todo si no está marcada expresamente, como por
ejemplo en PONS SW «esquina […] casa que hace ~ Eckhaus nt». Contrariamente a
farmacias, escuelas, supermercados ... que hacen esquina no existen en alemán
*Eckapotheken, *Eckschulen, *Ecksupermärkte, ...
3. CONCLUSIÓN
7
En los instrucciones de uso HDA (p. 10 y 369) designa las ULP formalmente representadas
como infralemas entre otros como palabras compuestas, colocaciones y expresiones idiomáticas. Otras
expresiones idiómaticas (p. 7 y 393) van precedidas de ‚, sin que las colocaciones y locuciones estén
separadas por estos dos formatos.
UNIDADES FRASEOLÓGICAS EN LOS DICCIONARIOS BILINGÜES 143
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
DICCIONARIOS
PONS GW = ALIAGA LÓPEZ, Sonia (20022): PONS Großwörterbuch für Experten und Universität
Spanisch, Stuttgart, Klett.
PONS X = MARTINI, Ursula (2004): PONS eXpress Wörterbuch Spanisch Deutsch / Deutsch Spanisch,
Stuttgart, Klett.
SLGR 1 = SLABÝ, Rudolf J., Rudolf GROSSMANN, Carlos ILLIG (20015): Wörterbuch der spanischen
und der deutschen Sprache, Band I Spanisch-Deutsch, Wiesbaden, Brandstetter [19321].
SLGR 2 = SLABÝ, Rudolf J., Rudolf GROSSMANN, Carlos ILLIG (19995): Wörterbuch der spanischen
und der deutschen Sprache, Band II Deutsch-Spanisch, Wiesbaden, Brandstetter [19321].
VM = MORAGAS, Elvira de, Veronika SCHNORR (2001): Via mundo - Universalwörterbuch Spanisch,
Gütersloh y Múnich, Bertelsmann/Larousse.
144 BENEDIKT MODEL
OBRAS CITADAS
ALONSO RAMOS, Magarita (2001): «Construction d’une base de données des collocations bilingue
français-espagnol», Langages, 143, pp. 5-27.
BLASCO MATEO, Esther (2002): «La lexicalización y las colocaciones», Lingüística Española Ac-
tual, 24, 1, pp. 35-61.
FUENTES MORÁN, María Teresa (1997): Gramática en la lexicografía bilingüe, Tubinga, Niemeyer.
HAUSMANN, Franz Josef (1985): «Kollokationen im deutschen Wörterbuch: ein Beitrag zur Theorie
des lexikographischen Beispiels», en H. Bergenholtz y J. Mugdan, coord., Lexikographie
und Grammatik, Tubinga, Niemeyer, pp. 118-129.
WERNER, Reinhold (1997): «Algunos elementos de una teoría del diccionario bilingüe», en Mª T.
Cabré i Castellví, coord., Lèxic, corpus i diccionaris - Cicle de conferències 95-96, Barce-
lona, Universitat Pompeu Fabra, pp. 113-131.
145
1. INTRODUCCIÓN
* Quisiera agradecer a Jarna Piippo y a Tom Lindahl la valiosa ayuda que me han prestado con la
lengua finesa. Ni que decir tiene que todos los errores que puedan encontrarse en el trabajo son de mi
entera responsabilidad. Este trabajo se inscribe dentro del marco del proyecto de investigación financia-
do por el Ministerio de Educación y Ciencia: HUM2005-08052-C02-02.
145
146 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
de las principales dificultades que presentan las colocaciones es que no pueden ser
traducidas literalmente de una lengua a otra. Así, por ejemplo, mientras en español
hacemos una pregunta, en inglés la pedimos (to ask a question), en francés la coloca-
mos (poser une question) y en finés la presentamos (esittää kysymys).1
En el análisis de los datos emplearemos el marco teórico y metodológico pro-
porcionado por la Lexicología explicativa y combinatoria (LEC, Mel’…uk et al. 1995),
que se inscribe a su vez dentro de la teoría lingüística conocida como Teoría Sentido-
Texto (Mel’…uk 1997, entre otros).
Los principales objetivos de este estudio pueden agruparse en dos puntos. El
primero de ellos consistirá en presentar un inventario de los errores más frecuentes de
nuestros estudiantes en materia de colocaciones. Añadiremos a este punto unas re-
flexiones acerca de algunas posibilidades de la lengua que no pueden ser fácilmente
explotadas por hablantes no nativos, precisamente debido a la escasez de material
didáctico especializado. Como segundo objetivo, trataremos de ofrecer una propuesta
didáctica para mejorar la competencia colocacional de nuestros aprendices de español
en cuanto a la producción y comprensión de colocaciones. Con vistas a cumplir este
segundo objetivo, presentaremos brevemente el proyecto lexicográfico del Dicciona-
rio de Colocaciones del Español (DiCE, Alonso Ramos 2002a, 2003 y en este volu-
men) y mostraremos algunas de sus posibles aplicaciones a la enseñanza del español.
La estructura del trabajo consta de los siguientes apartados. Tras esta introduc-
ción, analizaremos el uso de las colocaciones en nuestros aprendices finlandeses de
español (apartado 2). A continuación, presentaremos una propuesta para el aprendiza-
je y la enseñanza de las colocaciones basada en la necesidad de elaborar material
didáctico específico (apartado 3): en particular, un diccionario especializado, el DiCE,
que presentaremos en el apartado 4, y un módulo de ejercicios que pueda extraerse
del mismo (apartado 5). Finalizaremos nuestra exposición con unos comentarios a
modo de conclusiones.
1
En finés también es posible usar el colocativo hacer (tehdä) en combinación con el nombre
pregunta (kysymys).
2
Debemos precisar que se trata de estudiantes de Filología española que han superado una prueba
de acceso a la Universidad en donde se valoran sus conocimientos de español. Todos los estudiantes
están habituados a leer, escribir y recibir clases en español. En la mayoría de los casos, ya han realizado
una estancia en algún país de habla hispana.
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 147
la producción de colocaciones (Sanromán Vilas, 2006). Nuestro interés por este fenó-
meno léxico nos ha llevado a tratar de comprobar qué tipo de errores son los que se
repiten con mayor frecuencia. Con este propósito, distribuimos un test a catorce estu-
diantes en el que, a partir de treinta verbos (ej.: atender, gritar, firmar) contextualizados
dentro de una oración, les pedimos que formasen una colocación del tipo verbo +
nombre (ej.: prestar atención, dar un grito, echar/ poner una firma). Para facilitar la
elaboración del test, incluimos los nombres deverbales al final de cada oración entre
paréntesis (atención, grito, firma) de manera que el estudiante sólo tuviese que cen-
trarse en la búsqueda del verbo colocativo (prestar, dar, echar/ poner). En ocasiones,
se requerían pequeñas modificaciones en la oración como consecuencia del nuevo
régimen verbal. Así por ejemplo, una oración como La admiro profundamente podía
transformarse en Siento una admiración profunda por ella o Le tengo una profunda
admiración.
Desde el punto de vista cuantitativo, las 420 posibles respuestas quedaron re-
ducidas a 319. En algunas ocasiones, los estudiantes no escribieron ninguna coloca-
ción; en otras, transformaron la oración evitando el uso de un verbo colocativo, por
ejemplo, en la oración La policía lo arrestó justo después de robar en una farmacia,
en lugar de realizar el cambio de robar por cometer un robo, un estudiante escribió
(...) después del robo de una farmacia.
Del total de respuestas obtenidas, 167 están escritas con absoluta corrección y
152 presentan algún tipo de error. Los errores más frecuentes (el 72% del total) son
debidos a la elección de un verbo colocativo inadecuado. En particular, en la transfor-
mación de los verbos fotografiar, dudar, admirar, responder, enfatizar, robar y gol-
pear a sus correspondientes colocaciones no hemos registrado ningún error. Cabe
señalar que algunas de estas colocaciones en español pueden considerarse una traduc-
ción literal del finés, por ejemplo tomar una foto (ottaa valokuva) o algunas formadas
con el colocativo dar (antaa): dar un golpe (antaa isku), dar énfasis (antaa pontta) o
dar una respuesta (antaa vastaus). Entre las colocaciones que presentan mayor nú-
mero de errores debidos al verbo colocativo, podemos citar las siguientes: para susti-
tuir al verbo castigar no se ofreció ninguna colocación válida –como lo serían poner/
imponer un castigo– siendo la respuesta más frecuente *dar (un) castigo; en lugar de
sacar una conclusión o llegar a una conclusión, la mayoría de los informantes escri-
bió *hacer una conclusión, calco de la forma finlandesa tehdä johtopäätos. Otros
colocativos incorrectos registrados son: *hacer (una) nota/ *dar nota (tomar nota),
*dar caricias (hacer caricias), *hacer/ *dar revista (pasar revista), *darse un dis-
gusto (llevarse un disgusto), *dar/ *hacer freno (poner freno), *hacer/ *tener un
suspiro (dar un suspiro), etc.
El segundo error más frecuente (el 43%) está relacionado con el uso del artícu-
lo –artículo indeterminado en vez de determinado, o viceversa, y ausencia total de
artículo–. Hemos de tener en cuenta que el uso del artículo en el interior de una colo-
148 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
cación no siempre se rige por las normas gramaticales (vid. Alonso Ramos 2004:197-
203). A este hecho hay que añadir que la lengua nativa de nuestros informantes, el
finés, carece de artículo (Karlsson 1990: 82-83), de ahí la dificultad que se les presen-
ta al tener que emplearlo en otras lenguas. En relación con el uso del artículo, debe-
mos mencionar que a partir de soñar, los informantes han formado tanto la colocación
tener un sueño3 (sueño con el sentido de ‘imagen que aparece cuando la persona
duerme’), equivalente válido para dicho verbo, como *tener sueño (sueño ‘ganas de
dormir’), colocación correcta pero inadecuada como paráfrasis del verbo soñar. Una
proporción menor de errores está en relación con el uso de ciertas preposiciones (lle-
gar *en la conclusión, poner *en castigo)4 y con el género de algunos nombres (*un
foto, *un tos).
Es indudable que a partir de un test como el que acabamos de presentar, el
número de errores diferentes que se puede detectar es bastante limitado (vid. Nesselhauf
2003). Así pues, para complementar los resultados obtenidos, hemos reunido y anali-
zado las composiciones escritas de unos 25 estudiantes. Debido a que las composicio-
nes versan sobre temas diferentes, no haremos un análisis cuantitativo. En su lugar,
nos referiremos brevemente a algunos tipos de errores que no surgieron en el test, por
ejemplo, la creación de una colocación inexistente en español como *sacar diversión
de él para expresar el sentido de los verbos divertirse a costa de él o burlarse de él. El
fenómeno opuesto, la formación de un verbo inexistente en español, también lo he-
mos registrado, así el hipotético verbo *pausar aparecía en una composición en lugar
de la colocación hacer una pausa. Otro tipo de error es el que se presenta en la ora-
ción *Él ha entrado en duda. En efecto, la combinación del verbo colocativo entrar
con la base nominal duda es posible en español, pero, al contrario de lo que ocurre en
el ejemplo recogido, en donde duda funciona como objeto verbal y el experimentador
de la duda como sujeto gramatical, con el verbo entrar el nombre duda debería des-
empeñar la función de sujeto gramatical y el experimentador de la duda, la de objeto
verbal ((A él) le han entrado dudas). Hemos registrado también *entrar en luto y
*ponerse en negro como variantes de la colocación ponerse de luto.
Aparte de los casos mencionados, en las composiciones se han repetido los
mismos tipos de errores que se presentaban en el test, por ejemplo, los debidos al uso
de un colocativo inadecuado: *dar comentarios (hacer comentarios), *hacerse enfer-
mo (caer/ ponerse enfermo), *llevar o *tirar la conclusión (llegar a la conclusión) o
el caso de *saltar obstáculos en lugar de salvar/ vencer obstáculos (del finés ylittää
3
En las composiciones libres de nuestros estudiantes, la colocación tener un sueño aparece ex-
presada en ocasiones como *ver un sueño, calco directo del finés nähdä unta.
4
Un informante formó la colocación correr *en peligro a partir de correr peligro y estar en
peligro. Esta última tiene un equivalente literal en finés (olla vaarassa).
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 149
vaikeudet lit. ‘saltar dificultades’). Al lado de estos errores, también hemos encontra-
do varios casos de régimen preposicional incorrecto: dejar *en sombra (lit. del finés
varjossa ‘en sombra’) en lugar de dejar a la sombra, llegar *de acuerdo en vez de
llegar a un acuerdo, etc.
5
Todo ello sin contar con los trabajos ya clásicos en materia de colocaciones como son Hausmann
(1979) o Mel’…uk (1998), entre otros, o la reciente monografía de Grossman y Tutin (2003).
150 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
colocación en sus clases y qué tipo de actividades utilizan para mejorar la competen-
cia colocacional de sus estudiantes.6
El español, por el momento, sólo dispone de un diccionario combinatorio, el
REDES (Bosque 2004). Este diccionario da acceso a la información a través del
colocativo y ofrece una organización de las bases de las colocaciones en clases léxicas.
No obstante, todavía no disponemos en el mercado de un diccionario de colocaciones
orientado hacia la producción. Siguiendo a Alonso Ramos (2005, 2006), en este tra-
bajo presentaremos como propuesta para mejorar la producción y comprensión de
colocaciones en los aprendices de español la combinación de un diccionario de colo-
caciones del español y un módulo de ejercicios extraído del mismo, propuesta que
desarrollaremos en los apartados que siguen.
Debemos precisar que la idea de combinar diccionario y ejercicios no es origi-
nal, el OCD contiene ya una propuesta de actividades en su interior. Con todo, el
diccionario que presentamos se diferencia de este en que incluye no sólo relaciones
léxicas sintagmáticas sino también paradigmáticas. Además, cada colocativo que se
lista en el diccionario va acompañado de una glosa o paráfrasis7 que ayuda al usuario
a discernir cuál es el colocativo adecuado, y de su régimen específico (preposiciones,
presencia o ausencia del artículo, etc.).
6
Existen también varias publicaciones que analizan el uso de colocaciones por parte de aprendi-
ces de inglés, véanse, por ejemplo: Dechert y Lennon (1989), Hussein (1990), Biskup (1992), Bahns
(1993), Bahns y Eldaw (1993), Granger (1998) y Nesselhauf (2003a y 2003b).
7
Al igual que ocurre en el Lexique actif du français (LAF, Polguère 2000).
8
Para una presentación más detallada del DiCE, véase Alonso Ramos (en este volumen).
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 151
dar un consejo y recibir un consejo se codifican por medio de las FFLL Oper1 y
Oper2. Oper hace referencia a un verbo vacío9 de significado10 –el colocativo– que
toma la UL –base de la colocación– como su objeto directo. Los subíndices indican
cuál es el sujeto gramatical de la colocación: el subíndice 1 se refiere al primer actante
del nombre (X en el consejo de X a Y) y el subíndice 2, al segundo actante (Y en el
consejo de X a Y). Las FFLL han sido usadas en los cuatro volúmenes del Dictionnaire
explicatif et combinatoire (Mel’…uk et al. 1984-1999), y en el Lexique actif du français
(LAF, Polguère 2000). Como veremos a continuación, el DiCE también contiene FFLL.
No obstante, conscientes de la dificultad que esta herramienta lexicográfica supone
para el manejo del diccionario, y siguiendo el LAF, hemos incluido una glosa o expli-
cación11 con la finalidad de ayudar al usuario a seleccionar el colocativo adecuado.
En este apartado describiremos brevemente el DiCE tomando como punto de
referencia la demostración que se ofrece en Internet en las siguientes direcciones:
<http://www.dicesp.com> y <http://dicesp.cesga.es>. En estas páginas se pueden en-
contrar diez nombres que denotan ‘sentimiento’ –admiración, alegría, amistad, cari-
ño, celos, dolor, enemistad y gana–, el campo semántico que hemos seleccionado
para comenzar la elaboración del DiCE.
En el DiCE el acceso a la información se da principalmente a través de la base
de la colocación, que es el lema. Por esta razón, decimos que el DiCE es un dicciona-
rio orientado hacia la codificación. Si el usuario quiere saber qué verbos se combinan
con admiración para expresar el sentido completo ‘admirar’, encontrará los siguien-
tes colocativos: sentir, tener, rendir, deber, dispensar, tributar o profesar. No obstan-
te, también es posible acceder a la información por medio de los colocativos. El usua-
rio puede escoger uno de los verbos anteriores, por ejemplo, rendir, y comprobar qué
otras bases, además de admiración, se combinan este verbo. La búsqueda nos dará
como resultado los nombres adoración, consideración y veneración.12
La unidad lexicográfica es la UL, es decir, una palabra tomada en una sola
acepción. Si el lema es una palabra polisémica, se incluyen todas sus acepciones. Así,
por ejemplo, para el nombre CARIÑO, el DiCE contiene cuatro entradas: cariño 1a,
sinónimo de apego (Le tengo mucho cariño a este reloj), cariño 1b, sinónimo de
carantoña (No paraba de hacerle cariños a su nieto), cariño 2, sinónimo de cuidado
(Trátame con cariño estos libros) y cariño 3, sinónimo de cielo (Cariño, no llores,
que aquí está mamá).
9
El término «vacío» es usado aquí en un sentido amplio. El lector interesado podrá encontrar una
descripción más detallada acerca de estos verbos en Alonso Ramos (2004: 85-96).
10
También llamados verbos soporte, verbos de apoyo o light verbs.
11
La noción de glosa está ampliamente discutida en Alonso Ramos (en este volumen).
12
Como hemos mencionado en el apartado 3, este es el tipo de orientación descodificadora que se
le ofrece al usuario en el REDES (Bosque 2004).
152 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
UL: SOSPECHA 1
VERBO + SOSPECHA
TENER ~ Oper1 abrigar [ART ~] ¿Mintió usted a la policía cuando afirmó que no abri-
gaba sospecha alguna?
SER OBJETO DE ~ Oper2 estar [bajo ~] Los deportistas españoles están bajo sospecha
desde el positivo del esquiador... (web).
EMPEZAR A TENER ~ IncepOper1 caer [en ~] El marido, sin caer en sospecha, aun cuando
era celoso y no se apartaba de su mujer un solo instante, accedió a la súplica.
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 153
13
La demostración del DiCE en Internet (véase el apartado 4) incluye también dos módulos de
ejercicios: uno de ellos orientado hacia la producción; el otro, hacia la comprensión. El programa corrige
los ejercicios y al final ofrece el porcentaje de respuestas acertadas. En Sanromán Vilas y Alonso Ramos
(en prensa), se encontrarán más modelos de ejercicios que pueden extraerse del DiCE.
154 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
(1) Rodea la respuesta que mejor se corresponda con la glosa ‘que da motivo de
sospecha’:
a. a cubierto de sospecha;
b. bajo sospecha;
c. al abrigo de sospecha;
d. por encima de toda sospecha.
(2) Relaciona los nombres que aparecen en la columna de la izquierda con los
adjetivos (o equivalentes) que aparecen a la derecha para formar colocaciones
en las que el adjetivo aporta el sentido ‘intenso’:
ODIO absoluto
MIEDO visceral
AFECTO de muerte
ENTUSIASMO cerval
RESPETO desbordante
SUSTO profundo
Para la resolución de (2) el estudiante deberá comprobar, bajo la entrada de cada uno
de los nombres propuestos, qué adjetivos se glosan con la fórmula ‘intenso’. Además,
deberá tener en cuenta que algunos de los adjetivos dados se combinan con varios
nombres, por ejemplo, profundo puede ser un colocativo de odio, afecto y respecto.
No obstante, como sólo visceral puede combinarse con odio, y absoluto sólo admite
como base respeto, la respuesta correcta será afecto profundo. Las restantes coloca-
ciones son: miedo cerval, entusiasmo desbordante y susto de muerte.
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 155
En (3) nos centramos en una las acepciones del nombre GANA y damos las
glosas de diferentes tipos de colocativos verbales (a la izquierda) para que el estu-
diante proponga al menos un ejemplo de cada tipo. Ofrecemos una de las posibles
respuestas en letra cursiva (a la derecha):
(3) Teniendo en cuenta las glosas que se te ofrecen, completa el siguiente cuadro
con un verbo que se combine con ganas:
Para la resolución de este ejercicio, el aprendiz de español tendrá que relacionar los
derivados admirable (4a), alegrarse (4b), cariñoso (4c), asombrar (4d) y respetuo-
samente (4e) con los nombres correspondientes –admiración, alegría, cariño, asom-
bro y respeto–. A continuación, deberá consultar cada una de las entradas nomina-
les en el DiCE y averiguar cómo se glosan cada uno de los derivados nominales.
Como resultado obtendrá que admirable se parafrasea como ‘que merece admira-
ción’, alegrarse como ‘sentir alegría’, cariñoso como ‘que denota cariño’, asom-
brar como ‘causar asombro’ y respetuosamente, ‘manifestando respeto’. Una vez
realizadas estas tareas, el usuario del DiCE tendrá que buscar un colocativo que se
glose del mismo modo que el derivado y proceder a la sustitución en cada una de las
oraciones. Finalmente, una posible solución al ejercicio será: (4a) La edición de la
obra ha resultado una labor digna de admiración, (4b) Estaba triste pero se ha
llevado una alegría con la noticia, (4c) Le escribía cartas rebosantes de cariño,
156 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
La solución al ejercicio (6) es E, es decir, (6a) y (6d) son las dos respuestas correctas.
Por último, proponemos la actividad (7), en la que el estudiante tiene que res-
ponder verdadero (V) o falso (F) tratando de identificar el significado de términos
OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 157
6. CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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158 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
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Español».
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OBSERVACIONES SOBRE EL USO DE COLOCACIONES EN APRENDICES FINLANDESES 159
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pp. 1037-1044.
160 BEGOÑA SANROMÁN VILAS
— y Margarita ALONSO RAMOS (en prensa): «Using the Diccionario de colocaciones del español in
the Elaboration of Pedagogic Material for SFL», Comunicación presentada en Collocations
and idioms 1: The First Nordic Conference on Syntactic Freezes (Joensuu, 19-20 de mayo
de 2006).
WANNER, Leo, ed., (1996): Lexical Functions in Lexicography and Natural Language Processing,
Amsterdam-Philadelphia, John Benjamins.
161
LEO WANNER
ICREA y Universitat Pompeu Fabra
1. INTRODUCCIÓN
* Agradezco a Margarita Alonso Ramos sus valiosos comentarios que han ayudado a mejorar
considerablemente este artículo, así como su traducción del inglés al español. Por supuesto, cualquier
error que haya podido quedar es sólo mío.
161
162 LEO WANNER
verbo + nombre para la unidad léxica enforcement –aunque una búsqueda en Internet
con Google muestra la combinación con el verbo to carry out: «to carry out enforcement
of the legislation and regulations». Dada la naturaleza idiosincrásica de las colocacio-
nes, la ilustración de su uso es absolutamente indispensable (especialmente si el dic-
cionario no indica explícitamente el significado de la colocación, como es el caso de
casi todos los principales diccionarios de colocaciones hasta la fecha).1 Idealmente
sería aconsejable para un aprendiz que CADA colocación fuese ilustrada con ejem-
plos de uso.
El medio electrónico, por el contrario, no tiene ninguna de estas limitaciones
–siempre y cuando sea usado adecuadamente.2 Así, los diccionarios electrónicos ofre-
cen virtualmente capacidad ilimitada de almacenamiento y acceso selectivo rápido a
cualquier información particular desde cualquier punto de vista. Más en particular, el
soporte electrónico permite al lexicógrafo listar el número de ejemplos oracionales
que considere adecuado. Dado que un corpus bien equilibrado es el punto de partida
de toda empresa lexicográfica seria, la mayoría de los ejemplos pueden ser extraídos
del corpus. Este es el enfoque seguido por los autores del Diccionario de colocacio-
nes del español (DiCE) (Alonso Ramos 2003). Sin embargo, en lugar de extraer ejem-
plos del corpus, se puede idear otra posibilidad de desarrollar un «diccionario» de
colocaciones (en lo que sigue, hablaremos de «recurso colocacional»):
Kilgarriff (2005) llama a este enfoque PDIC («Put the dictionary into the cor-
pus»), mientras que el enfoque adoptado por la Lexicografía de corpus sería PCID
(«Put the corpus into the dictionary»). En este artículo defendemos que el enfoque
PDIC tiene la ventaja de que (a) ilustra el uso de las colocaciones in vivo, es decir en
un contexto textual que se puede extender en tantas oraciones como el usuario desee;
(b) ofrece un recurso que puede ser enriquecido por otros tipos de información lin-
güística (especialmente, información semántica y sintáctica), conduciendo a un re-
curso «universal» que pueda ser usado tanto en lexicografía como en procesamiento
automático de lengua natural (PLN).
1
Con la excepción de los diccionarios desarrollados en el marco de la Lexicología explicativa y
combinatoria, como veremos en la sección 2.2.
2
Por ejemplo, las versiones en línea de los diccionarios en papel no usan el medio electrónico
adecuadamente ya que reflejan la misma estructura y la misma información que los originales en papel
(vid. Alonso Ramos 2006).
¿EL CORPUS COMO UN DICCIONARIO DE COLOCACIONES? 163
1) Una interfaz que permita al usuario especificar sus consultas sobre in-
formación colocacional y que presente los resultados de estas consultas
de un modo similar a las interfaces que usamos en los diccionarios en
línea.
2) Un índice que constituye una estructura de referencia externa a la infor-
mación en el corpus, con el propósito de tener un acceso más rápido y
eficiente.
3) Un programa que facilite el acceso al corpus por medio de la interfaz y
del índice.
3
Obsérvese que la notación ‘L1 + L2’ no refleja el orden gramatical de L1 y L2.
164 LEO WANNER
‘intenso’, que es expresado por empedernido. Esta interpretación del término coloca-
ción está enraizada en la tradición lexicológica tal y como propugnan, por ejemplo,
Hausmann (1984), Cowie (1994) y Mel’…uk (1995). Sin embargo, no coincide con la
definición de Firth y de Halliday:
Como vemos, en términos de Firth y Halliday, una colocación es una noción estadís-
tica más que lexico-semántica. Dado que no implica información lingüística, esta
interpretación es muy popular en la lingüística computacional orientada estadística-
mente. El diccionario Collins Cobuild English Collocations (CCEC) sigue estricta-
mente esta interpretación.4 Otros diccionarios de colocaciones convencionales tales
como, por ejemplo, The BBI Dictionary of English Word Combinations, BBI (Benson
et al. 1986) y el Oxford Collocations Dictionary (OCD), aunque no siguen estricta-
mente la interpretación de Firth y Halliday, tienden a incluir información que, siendo
estrictos, no es colocacional. Por ejemplo, en algunos casos (aunque no regularmen-
te), el OCD incluye unidades multipalabra –especialmente formadas por adjetivo y
nombre:
4
Vid. también Kilgarriff (2006) sobre la argumentación a favor de esta interpretación en lexico-
grafía.
5
El número indica la clase de colocación en cuestión.
¿EL CORPUS COMO UN DICCIONARIO DE COLOCACIONES? 165
enforcement, noun
•ADJ. effective, proper | rigorous, strict, stringent,
tighter, tougher, vigorous MPs called for tougher
enforcement of the existing laws on drugs | law | legal, police
•ENFORCEMENT + NOUN agent, officer | authority, body
law enforcement bodies | machinery, mechanism, powers, system
The court is ineffective because it lacks the necessary enforcement
machinery. | measures, methods, practices, procedures, proceedings
Así, consideran que effective y proper tienen en combinación con enforcement aproxi-
madamente el mismo significado –que es diferente del de rigorous, strict stringent,
etc., que forman a su vez un grupo semántico. Sin embargo, en contraste a esta presu-
posición implícita, los elementos que pertenecen al mismo grupo no pueden siempre
ser sustituidos en un contexto; cf. unos pocos ejemplos extraídos de Internet para
demostrar el uso de machinery, powers y system, los tres pertenecientes al mismo
grupo:
166 LEO WANNER
1. Research by Braver and others has undermined most justifications for the multi-
billion dollar criminal enforcement machinery / *powers.
2. Use of the enforcement powers / *machinery under the Food Safety Authority
of Ireland Act, 1999.
Estos ejemplos muestran que machinery, powers y system no son sustituibles. Por lo
tanto, una clasificación que asigna el mismo significado a machinery y a powers es
demasiado aproximada: no asegura el uso correcto de las combinaciones. Se asegura
un uso correcto sólo cuando (a) la distinción de sus significados es suficientemente
detallada, y (b), su significado es explícito.
Un medio teórico probado para codificar la semántica (y la sintaxis) de las
colocaciones son las funciones léxicas (FFLL), tal y como son introducidas en la
Lexicología explicativa y combinatoria, LEC (Mel’…uk et al. 1995, Mel’…uk 1996).
Las FFLL son usadas en diccionarios de francés (Mel’…uk et al. 1984-1999, Polguère
2000), ruso (Mel’…uk y Zolkovsky 1984), y español (Alonso Ramos y Sanromán 2000,
Alonso Ramos 2003). En la sección siguente, esbozaremos el tipo de información que
consideramos esencial para incluir en un recurso de colocaciones e introduciremos la
noción de FL que proponemos utilizar para codificar la información colocacional en
el corpus.
6
Limitaremos al mínimo la introducción de las FFLL necesaria para la comprensión del conteni-
do del artículo. Para una presentación general, vid. Mel’…uk (1995 y 1996).
¿EL CORPUS COMO UN DICCIONARIO DE COLOCACIONES? 167
colocación take + [a] walk con el significado ‘realizar + paseo’. Obviamente, solo en
combinación con walk podemos decir que su significado es ‘realizar’.
Cada significado abstracto expresado por un colocativo en relación con una
base es denotado por una FL sintagmática distinta.7 Más precisamente, una FL
sintagmática es una relación estándar, abstracta (dirigida) que se sostiene entre la
base L1 y el colocativo L2 de la colocación L1 + L2 que significa ‘C’ en la composición
‘L1 + C’. Por estándar, queremos decir que esta relación se aplica a un gran número de
colocaciones. Por ejemplo, la relación entre step y take en Mary takes a step es la
misma que la que existe entre speech y deliver, suicide y commit, accident y have, etc.
Es la misma en el sentido de que cada colocativo proporciona los mismos rasgos
semánticos y sintácticos a su base (vid. Kahane y Polguère 2001). Por abstracta, nos
referimos a que el significado de esta relación es suficientemente general y por lo
tanto, puede ser explotada con fines de clasificación.
Los nombres de las FFLL indican la relación sintáctica entre la base y el
colocativo. Por ejemplo, la FL Oper representa colocaciones formadas por un verbo
(el colocativo) y su complemento directo (la base), mientras que la FL Func codifica
la relación entre el verbo (el colocativo) y su sujeto gramatical (la base). Asimismo, la
información sintáctica se complementa con los índices actanciales de algunas FFLL,
lo que permite distinguir entre la estructura actancial de give an advice (Oper1(advice))
y receive an advice (Oper3(advice)): en Oper1, el primer actante de advice (‘el conse-
jero’) funciona como sujeto gramatical del verbo colocativo give, mientras que en
Oper3 , es el tercer actante (‘el aconsejado’) el que funciona como sujeto de receive.
7
Vid. Mel’…uk (1996) y en este volumen, para una definición más detallada de la noción de FL y
una panorámica de todos los tipos de FFLL, incluyendo las FFLL paradigmática que tratan los derivados
semánticos de las unidades léxicas.
168 LEO WANNER
nosotros sepamos, el único corpus es un fragmento del corpus español CLEF 2002
(Peters 2002) que ha sido anotado con funciones léxicas por el equipo del DiCE en el
marco de un proyecto de investigación vinculado a la recuperación de la información
(Wanner y Alonso 2006).8
La sintaxis de la anotación de un corpus con FFLL es muy simple e intuitiva.
Sigue las convenciones estándar XML. Los elementos de la colocación son encerra-
dos entre corchetes angulados (< >) con un número; elementos de la misma FL llevan
el mismo número. La base es etiquetada con una etiqueta que abre, y el colocativo con
una que cierra (el número es precedido por una barra «\»). La etiqueta de colocativo
contiene el nombre de la FL en cuestión.
Obsérvese que una unidad léxica puede servir como base de varios colocativos
y, además, una unidad léxica puede funcionar simultáneamente en diferentes coloca-
ciones como base y como colocativo. El siguiente ejemplo muestra un fragmento del
corpus anotado, mencionado anteriormente:
Los casos de corrupción Roldán y Rubio <\1 CausFunc0 provocaron>, a primeros de mayo
de 1994, una de las peores <1<2 crisis>> políticas que ha tenido que <\2 Real1 afrontar> el
<\1 Cap jefe> del <1 Gobierno>, Felipe González, en sus doce años de gestión, y la poste-
rior derrota del PSOE, el 12 de junio, en las elecciones europeas. En el <1 año> que ahora
<\1 FinFunc0 concluye>, la estabilidad política y parlamentaria vino marcada por la colabo-
ración entre Gobierno y PSOE con Convergencia i Unió y las reuniones de Felipe González
y su aliado, el <1 Cap presidente> de la <1 Generalitat> catalana, Jordi Pujol, para asegu-
rar la gobernabilidad. La relaciones de Felipe González con sus rivales políticos fueron
distantes con José María Aznar e inexistentes con Julio Anguita. Con el <1 Cap presiden-
te> del <1 PP>, José María Aznar, se reunió dos veces, una pública en julio, que no se
caracterizó por sus <\1 Bon buenos> <1 resultados>, y otra privada, en diciembre, que, a
juzgar por las declaraciones de ambos, fue más positiva. Para el Gobierno y su presidente,
el año 1994 empezó con una <1 huelga> general, el 27 de enero, que fue <\2 Magn amplia-
mente> <2<\1 Real1 seguida>>, aunque sin llegar al nivel histórico del 14 de diciembre de
1988. Tras superar en marzo el listón del Congreso del PSOE con un acuerdo entre reno-
vadores y guerristas, Felipe González no pudo, en primavera, <1 Real2 sortear> las <2
Magn graves> <3<2<1 irregularidades>>> <\3 Oper1 cometidas> por el ex <1 Cap director
general> de la <1 Guardia Civil> Luis Roldán, por un lado, y por el ex <1 Cap gobernador>
del <1 Banco de España> Mariano Rubio, por otro.
8
El proyecto de investigación del que fui colaborador «Optimización de la indexación semántica
por medio de información colocacional» recibió la subvención de la Xunta de Galicia del 2002 al 2004
(PGIDIT02PXIB30501PR).
170 LEO WANNER
Es bastante común considerar que las etiquetas de las FFLL son opacas y no fáciles de
comprender ni por el lexicógrafo ni por un aprendiz o un usuario ocasional del diccio-
nario. Para hacer el significado de las FFLL individuales más explícito, Alonso Ra-
mos (este volumen) y Polguère (2000) sugieren el uso de glosas semánticas. Dado
que la relación de una FL con su glosa semántica es una relación biunívoca que puede
ser tratada por una simple tabla, la sustitución de una etiqueta FL por su glosa en la
interfaz del usuario puede ser directa9. De este modo, el usuario no necesita tener en
cuenta la codificación formal de las colocaciones en términos de FFLL. Obsérvese
que las glosas codifican la información semántica sobre las colocaciones cuya inclu-
sión en un recurso colocacional era reclamada en la sección 1.
Para facilitar el acceso directo de un usuario a la información colocacional en
un corpus, hemos construido un índice. Este índice codifica la posición lineal de cada
colocación en el corpus (en otras palabras, especifica el número ordinal de los ele-
mentos de cada colocación en el corpus, junto con su etiqueta FL). Por medio de tal
índice no sólo se puede acceder a los contextos de cada colocación en el corpus, sino
también todas las ocurrencias de una FL específica, todos los colocativos de una base
dada, todas las bases de un colocativo dado, etc.
9
Esta es la solución adoptada por el DiCE cuya interfaz gráfica puede consultarse en la siguiente
dirección: http://dicesp.cesga.es.
10
El lector interesado puede consultar Wanner (2004) y Wanner et al. (2005 y 2006).
¿EL CORPUS COMO UN DICCIONARIO DE COLOCACIONES? 171
nos candidatos; (ii) la fase de aprendizaje en que el programa aprende «qué significa
para una combinación binaria de términos ser una instanciación de una FL dada»; y
(iii) la fase de clasificación en la que los bigramas extraídos del corpus (y no usados
en el material de entrenamiento) son clasificados según la tipología de FFLL o recha-
zados como una instanciación de FL. Situamos la fase de procesamiento antes de las
otras dos porque es aconsejable recopilar el material de entrenamiento para la fase de
aprendizaje de la lista de bigramas extraídos del corpus, en vez de usar el material de
entrenamiento de otra fuente. Este procedimiento asegura que el aprendizaje es «sin-
tonizado» con el dominio.
La extracción de bigramas candidatos se hace analizando (parcialmente) el
corpus. Dado que cada FL tiene una estructura sintáctica estable, basta comparar los
rasgos de sólo aquellas FFLL cuya estructura sintáctica coincida con la estructura
sintáctica del bigrama candidato obtenido durante el análisis automático (parsing).
En otras palabras, el análisis sirve como un tipo de «preselección» de FFLL que son
posibles etiquetas de clase para un bigrama candidato dado.
La calidad de las técnicas de aprendizaje automático que reflejan esta metodo-
logía ha demostrado que son suficientes para una primera anotación de un corpus con
FFLL. Para alcanzar la calidad de un diccionario, los lexicógrafos entrenados en Lexi-
cología explicativa y combinatoria deben revisar la anotación en una fase de postedición
manual. Sólo entonces se asegura que el corpus resultante pueda servir como una
fuente fiable de información colocacional para todo usuario.
6. CONCLUSIONES
En este artículo hemos defendido que un corpus anotado con FFLL y provisto
de una interfaz con el usuario es más adecuado como un almacén de información
colocacional que un diccionario convencional. Tal corpus tiene varias ventajas. En
primer lugar, si ha sido compilado adecuadamente, tiene el potencial de contener un
inventario de colocaciones siempre actualizado. En segundo lugar, proporciona la
ilustración de uso de cada colocación en contexto, sin las rígidas restricciones de
espacio de los diccionarios convencionales. En tercer lugar, permite la realización de
un acceso flexible y dirigido a toda información deseada por el usuario.
Aunque no disponemos de tal corpus todavía, los avances en el reconocimien-
to semántico y en la clasificación de colocaciones en un corpus en términos de FFLL
hacen que nuestro objetivo sea verosímil en un futuro no muy lejano.
172 LEO WANNER
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175
PARTE II
TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE REFRANES
Y OTRAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS
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177
1. INTRODUCCIÓN
177
178 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
2. LAS VULGATAS
1
Véase por ejemplo sobre el tema Zuluaga (1980).
2
Véase por ejemplo Littré, Dictionnaire, s. v. proverbe: «[…] le proverbe est une sentence, maxime
exprimée en peu de mots, et devenue commune et vulgaire […]». Y la melancólica constatación de
Kleiser: «...Los refranes no gozan de la consideración que merecen. Para unos, son mercadería intelec-
tual de baratillo; para otros, pasatiempo banal; según estos, erudición plebeya; a los ojos de aquellos,
guisote literario de figón; muchos sólo conocen, de oídas y de lejos, media docena de frases folklóricas,
cuñas inevitables de la conversación corriente; y los más mantienen desterrado su empleo allende las
fronteras del lenguaje culto...huelen a romero y tomillo, cuando no a los ajos y cebollas del plebeyo
condumio; les falta empaque y distinción...» (1993: XIII).
REFRANES, VULGATAS Y FOLCLORE 179
(1) Por Santa Lucía, mengua la noche y crece el día (13/21 de diciembre).
En cuanto a las tres siguientes paremias, no tienen ninguna base lógica, y expresan
creencias más bien que verdades:
3
Ya en Correas, La experiencia, madre es de la ciencia.
4
Véase sobre el tema Pérez Martínez (1993).
180 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
(16) El coche se había ido a la cuneta: (las + las cuatro + tres + *las tres) ruedas
estaban reventadas.
No todos los coches tienen cuatro ruedas, pero (16) muestra que la lengua castellana
ve el coche prototípico como provisto de cuatro ruedas, o sea acorde con (11).
Lo interesante del caso es que buena parte de estas frases genéricas son falsas.
Por ejemplo (13): los tomates no son verduras, son fruta. Pasa lo mismo con (14): las
REFRANES, VULGATAS Y FOLCLORE 181
palmeras no son árboles, sino hierbas. En cuanto a (15), si no es falsa del todo, refleja
una visión astronómica muy poco adecuada. Por otra parte, una subclase importante
de frases genéricas admite excepciones,5 sin dejar de expresar una verdad «general».
Así, el siguiente discurso es totalmente válido:
(17) Los simios comen plátanos, menos el mío, que come zanahorias.
Dejaré aquí el problema del rasgo metafórico como característico del refrán.
Parece ser que los refranes de tipo meteorológico, agrícola, jurídico, no suelen ser
metafóricos. Cuando un refrán comprende una metáfora, deja normalmente de ser
meteorológico, agrícola, jurídico, como se puede ver en los ejemplos:
5
Sobre el particular, véase Anscombre (1995-1996).
182 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
(28) Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, echa las tuyas a remojar.
(29) No es sabio el que más sabe, sino el que mejor sabe.
(30) Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
(31) Cada uno cuenta de la feria como le va en ella.
(32) Marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y fermoso.
(33) Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
6
Genio y figura, hasta la sepultura.
7
La naturaleza siempre acaba llevándose la ventaja.
184 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
o el asíndeton:
ni tampoco que el sentimiento popular sea capaz de modificar un texto para conseguir
por ejemplo el bimembrismo y el isosilabismo, como se ilustra en:
(50) Perro ladrador, nunca buen mordedor (Correas, 6+7, -dor/-dor) → Perro la-
drador, poco mordedor (común, 6+6, -dor/-dor).
(51) A caballo regalado no le mires el diente (Academia, 8+7, -ado/-iente) → A
caballo regalado, no le mires el dentado (zona este, 8+8, -ado/-ado).
(52) Quien hurta a un ladrón, gana cien años de perdón (Academia, 7+9, -ón/-
ón)→ Quien roba a un ladrón, cien años de perdón (común, 7+7, -ón/-ón).
(53) Le coeur a ses raisons que la raison ne connaît point (Pascal, 6+8, -õ/-« ) →
Le cœur a ses raisons que la raison ignore (común, 6+6, -õ/-o).
(54) «...Santiago lo planteó claro: ella tendría voz y voto en lo del dinero. Ata más
pelo de coño que cuerda de esparto, fue el diagnóstico del abogado cuando
pudo cambiar impresiones con él a solas...» (Arturo Pérez-Reverte, La reina
del Sur, Barcelona, Alfaguara, 2002, p. 172).
(55) «...¡Hará linda pareja con nuestra infanta! ... Lástima que ese boquirrubio sea
hereje. Pero eso lo arregla un buen confesor, y un bautismo a tiempo... ¡Pue-
den más dos mamellas que dos centellas!» (Arturo y Carlota Pérez-Reverte,
El Capitán Alatriste, Barcelona, Alfaguara, 1998, p. 123).
6. REFRANES Y FIJACIÓN
tico de estas formas sapienciales. A favor de esta tesis pueden aducirse los siguientes
argumentos:
a) Los refranes no se transmiten tan fielmente como lo pretende la Vulgata; en
realidad, cuando encierran palabras que dejan de ser comprendidas, por el motivo que
sea, se producen modificaciones. Lo mismo pasa con las estructuras sintácticas: sue-
len ser modificadas para estar acordes con la sintaxis vigente. He aquí unos cuantos
ejemplos:
(56) Quien hurta al ladrón, ha cien años de perdón → Quien roba a un ladrón,
cien años de perdón.
(57) En casa del herrero, badil de madero → En casa del herrero, cuchillo de palo.
(58) En consejas, las paredes han orejas → Las paredes oyen.
(59) La experiencia, madre es de la ciencia → La experiencia es la madre de la
ciencia.
(60) Tout vient à point qui sait attendre → Tout vient à point à qui sait attendre8.
Así pues, los refranes difieren de las expresiones fijas, ya que muchas veces
figuran en estas palabras que hoy en día son incomprensibles, o estructuras arcaizantes:
(61) prometer montes y morenas, tener la mosca en la oreja, no hay tu tía, ser la
madre del cordero, estar en el ajo, no ser moco de pavo, tomar el portante,
tener mala pata, pagar con las setenas, etc.
pero:
Incluso pueden existir variantes para un mismo locutor; véanse los anteriores
ejemplos (54) y (55) y el caso de la coexistencia en la zona este de:
8
Quien esperar puede, alcanza lo que quiere.
186 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
(67) «…Rien que pour elle, il devait tenter de réaliser son idée. En faisant de Sylvia
son alliée involontaire. Le principe qui le guidait était dans la Bible: «Qui
frappe par l’épée, périra par l’épée» (G. de Villiers, Objectif Reagan, París,
Ed. Plon, 1993, p. 216).
(68) «…Que nous devons agir avec la même brutalité qu’eux, dit Malko. Le
Seigneur a dit que «celui qui se sert de l’épée périra par l’épée». Qu’ils
meurent. Mes ennemis et les vôtres …» (G. de Villiers, Vengeance romaine,
París, Ed. Plon, Col. SAS, 1998, p. 182).
(69) «… Les comptes étaient réglés. Celui qui frappe par l’épée périra par l’épée,
disent les Saintes Ecritures …» (G. de Villiers, Arnaque à Brunei, París, Ed.
G. de Villiers, 1989, p. 245).
Algunos estudiosos de las paremias han intentado explicar este fenómeno me-
diante el concepto de «juego con la lengua». Los autores están perfectamente al tanto
de la lección «normal» de una paremia, pero la modifican, la deforman, para alcanzar
‘efectos especiales’. Estas propuestas, sin embargo, son poco satisfactorias. Un pri-
mer punto es que el concepto de juego con la lengua supone un razonamiento circular
con respecto a la fijación; en efecto, presupone una forma central, normal, siendo las
variantes el resultado de manipulaciones conscientes de parte de su autor: ello viene a
decir que las paremias son fijas porque sus variantes proceden de la transformación
de una forma fija. Una segunda crítica es que en los textos aquí mencionados no
parece haber ningún rastro de tal manipulación lúdica; ello nos lleva a otra crítica: la
total ausencia de criterios adecuados para reconocer cuándo se juega o no con la
lengua. Por otra parte, habría que admitir, del mismo modo, que las variantes ora-
les, que son muy numerosas, también forman parte de este juego. Finalmente, esta
tesis fracasa en explicar cómo puede ser que los autores, si tanto saben de jugar con
la lengua, no jueguen también con las expresiones fijas no frásticas de la misma
manera9.
9
Para un auténtico juego con la lengua en un autor conocido, véase Navarro Domínguez (2000).
Por otra parte, los publicistas hacen amplio uso de paremias manipuladas, así como En abril, telepizzas
a mil.
REFRANES, VULGATAS Y FOLCLORE 187
Para finalizar, recordaré que, en el caso de los refranes, los criterios usuales de
fijación no funcionan, como ya he argumentado en Anscombre (2000); así, por ejem-
plo, las referencias anafóricas, si bien son limitadas, no dejan de ser posibles:
(70) Más tira mozai que soga, sobre todo si esi bonita.
(71) Más vale mal concierto que buen pleitoi, por muy bueno que sea el abogadoi .
(72) A quieni madruga, poco lei dura, y se lei va la olla, en mi opinión.
(73) «…Cette question de gain est un peu vulgaire, mais elle a son importance.
L’argenti ne fait pas le bonheur. Mais on est tout de même bien content d’eni
avoir …» (Marcel Pagnol, Topaze, Acte II, scène 6).
10
En casa del herrero, cuchillo de palo.
11
«…y de hecho innumerables refranes castellanos no son otra cosa que dos versos que, general-
mente desiguales, forman un pareado...» (1950: 20).
188 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
o plurimembre:
estructuras que algunos, como Sevilla (1988), consideran como bimembres mediante
una elipsis:
o una ampliación:
12
Vid. en el DUE (s.v. refrán).
REFRANES, VULGATAS Y FOLCLORE 189
Así mismo, el muy conocido refrán francés On n’est jamais si bien servi que par soi-
même (‘Si quieres ser bien servido, sírvete a tí mismo’) no es un pareado con la
discutible estructura métrica On n’est jamais si bien servi/que par soi-même (8 + 4,
-i/- ε), sino una tercerilla On n’est jamais/si bien servi/que par soi-même (4 + 4 + 4,
-ε /-i/-ε).
Vemos así que los patrones métricos que se encuentran en el campo
paremiológico son muy similares a los de la poesía culta,13 y que no tienen nada que
ver con la memorización. La tesis que defiendo –todo refrán es una estrofa de dos o
más de dos versos– incluso permite explicar un curioso fenómeno, a saber, la sustitu-
ción en la zona este de España de la paremia A caballo regalado no le mires el diente
por la variante A caballo regalado no le mires el dentado. En efecto, la palabra denta-
do, si bien existe en castellano, remite al conjunto de dientes de un objeto, y nunca a
la dentadura de un ser vivo; se trata, en este caso concreto, de una influencia del
catalán dentat ‘dentadura’, pero el fenómeno sobrepasa los límites de un simple calco
lingüístico, sobre todo cuando se considera la posición dominante del castellano fren-
te al catalán. Si se tratara de un simple préstamo léxico, coexistirían las dos formas
como variantes, cuando no es el caso; la variante con dentado ha conseguido eliminar
la variante con diente porque su métrica corresponde a un conocido patrón métrico, y
la otra no. Veamos: A caballo regalado no le mires el diente se puede interpretar como
una estrofa de dos versos A caballo regalado/no le mires el diente (8 + 7, -ado/-ente),
o de cuatro A caballo/ regalado/no le mires/ el diente (4 + 4 + 4 + 3, -ado/-ado/-ir/
-en). En ambos casos se trata de una estructura que difícilmente se puede considerar
13
Mi opinión al respecto es que la poesía ‘culta’ tiene sus raíces en las estructuras métricas propias
de una lengua, las cuales se manifiestan a través de las creaciones populares espontáneas.
190 JEAN CLAUDE ANSCOMBRE
Todo lo que acabamos de ver, sin embargo, por muy convincente que sea, deja
sin respuesta por el momento una cuestión central: si tan evidente es que las usuales
vulgatas son erróneas, ¿cómo es entonces que predominen tan fácilmente en el campo
paremiológico?
Partiremos de la observación de que cada uno levanta sus construcciones teóri-
cas sobre anteriores cimientos. Ello significa, en nuestro caso, que antes de que exis-
tieran lingüistas «modernos», e incluso mucho antes, había ya lingüistas. Se llamaban
(o los llamamos) gramáticos y les debemos un importante número de diccionarios,
gramáticas y estudios gramaticales, cierto es, con valiosas observaciones, pero tam-
bién con puntos de vista teóricos a menudo discutibles. Y esta tradición gramatical es
la que, nos guste o no, estructura nuestras propias observaciones. Intentemos, pues,
deslindar las principales características de nuestro legado gramatical.
Según una tradición muy antigua que se remonta a Platón, la oración mínima
combina un verbo y un sustantivo, de donde la idea de que las categorías «nobles» en
una oración son la nominal y la verbal. Por lo tanto, una oración «normal» encierra un
verbo: «...la oración [es una] forma sintáctica que expresa la relación entre sujeto y
predicado...» (Real Academia 1973: 73); «...Considérée dans ses éléments essentiels,
14
Nótese, no obstante, el acento melódico en la tercera sílaba y la asonancia en C.
REFRANES, VULGATAS Y FOLCLORE 191
poco menos,15 ilógicos, y con cierto parecido con las interjecciones y onomatopeyas,
forman parte de una memoria colectiva confusa, al igual que las cantinelas.16 No es
entonces de extrañar que las vulgatas hayan conducido a clasificar los refranes con
los fenómenos folclóricos, con las panderetas y la gaita.
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15
Recuérdese que el refranero del Marqués de Santillana se titula Refranes que dicen las viejas
tras el fuego.
16
Con las cuales comparten varias características, empezando por las estructuras métricas.
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197
1. INTRODUCCIÓN
197
198 MARÍA JESÚS BARSANTI VIGO
bicas es la típica de los refranes como se aprecia en A Dios rogando y con el mazo
dando. El problema reside en que hay refranes que son aparentemente unimembres
dada su tendencia a la elipsis y sin embargo están acordes con la métrica adecuada,
como es el caso de Bien se está San Pedro en Roma. Por tanto el problema residiría
quizá en la definición de unimembre.
Hay que decir que estas estructuras también pueden ser plurimembres. Cuan-
tos más miembros componen el refrán más difícil es que se confunda con otras fórmu-
las paremiológicas como, por ejemplo, la frase proverbial.
Según Casares (1992: 194), el refrán lleva siempre visibles huellas de una ela-
boración estudiada y artificiosa, que aprovecha recursos tan variados como el metro,
la rima, la aliteración, el paralelismo, la similicadencia, el dialogismo o wellerismo,
el hipérbaton, la metáfora, la comparación, el retruécano, la anáfora, la reduplicación,
la dilogía, la paronomasia, el calambur, la aliteración, la onomatopeya, los juegos de
palabras y toda clase de figuras de dicción y licencias, sin excluir la deformación
intencional de las palabras, ni la dislocación de la sintaxis.
En muchos refranes, se atiende más a la rima que al metro. En aquellos en que
la rima, la distribución acentual y el metro se dan a la vez, las combinaciones más
frecuentes son las de tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho sílabas como por ejemplo
en No se ganó Zamora en una hora, Del dicho al hecho hay gran trecho o El abad de
donde canta yanta.
En lo que se refiere a las características fónicas las más sobresalientes son la
rima, la métrica, la aliteración, la asonancia o consonancia y el ripio. Hay que tener en
cuenta la importancia del material fónico en la formación de paremias, ya que muchos
fenómenos de orden léxico y sintáctico están subordinados a él de una u otra manera,
sobre todo la importancia de la rima. Como apunta García-Page (1997: 275): «el
refrán se erige no pocas veces en una hábil propuesta, por parte del autor, de fórmula
mnemotécnica, fácil de captar y recordar, para garantizar que llega al receptor la mo-
raleja o enseñanza didáctica».
La deformación de vocablos para intentar encontrar una correspondencia rít-
mica aboca muchas veces a la formación de palabras extrañas e incluso inexistentes.
Otras veces se utilizan lemas preexistentes pero se les dota de un nuevo significado;
en algunas ocasiones se puede deducir etimológicamente el origen y significado del
término, y en otras es absolutamente imposible.
El uso de la rima trae consigo la aparición de ripios y muletillas tan detestados
en otros géneros literarios.
Cuando existen variantes de un mismo refrán, generalmente lo que se suele
conservar como paradigma del mismo es la rima, que se repite como un esquema fijo
consiguiendo así una similitud semántica, o incluso la formación de refranes antónimos.
200 MARÍA JESÚS BARSANTI VIGO
Otras características del refrán son las siguientes: desde el punto de vista
morfosintáctico, el refrán es una frase independiente con una estructura más o menos
fija y más o menos cerrada. Suelen predominar los bimembres, aunque existen tam-
bién los unimembres y plurimembres y constan, adhiriéndonos a la terminología de
Alan Dundes (1975: 970), de un tópico –persona o cosa acerca de la cual se dice algo–
y un comentario –lo que se dice acerca de esa persona o cosa.
En cuanto a las características semánticas, «los refranes pertenecen a un sistema
cerrado de significación, son como significantes de un significado global que corres-
ponde a las normas de conducta de una sociedad determinada» (Colombí 1989: 21).
Desde un punto de vista semántico, los refranes no pueden ser analizados a
partir de sus componentes léxico-semánticos porque «los lexemas no están conteni-
dos como tales ya que el sentido de las expresiones no es deducible de los significa-
dos de sus elementos» (Coseriu 1977: 114), es decir, ya que su significado global en
el uso interno difiere del externo, en cuanto al uso libre de asociación de palabras.
Las unidades que componen un refrán no pueden ser analizadas de forma indi-
vidual ya que su significado viene dado por el conjunto y no por la suma de sus partes.
Como ya hemos dicho anteriormente, no se trata de una creación individual del
hablante sino de un código que se aprende y se transmite, es decir, se trata de un
«sistema aprendido de convenciones supraindividuales» (Hendricks 1976: 103). Los
refranes se heredan, pues, como tales, pero es indudable que históricamente son actos
de habla situacionales motivados en relación con una intención comunicativa.
Incluso, para demostrar que los refranes son exponentes de cultura, sus anóni-
mos autores hacen gala de perspicaces conocimientos de prosodia, ortografía, gramá-
tica, léxico, aritmética, física, ciencias naturales, historia y hasta de latín.
A pesar de que los refranes se encuadran, siguiendo la terminología de Coseriu,
dentro del discurso repetido –«las unidades del discurso repetido son, como las citas
explícitas, trozos de discurso ya hecho introducidos como tales en nuevos discursos»
(Coseriu 1977: 113)– es preciso admitir que existe un cierto grado de variabilidad en
lo que a los componentes léxicos se refiere, si bien restringida a la conmutación de un
lexema o de uno de los grupos predicativos por otro semánticamente equivalente.
Una de las características común a los refranes, aceptada por la mayoría de los
autores, es la de la artificiosidad llevada a cabo a través de una serie inagotable de
recursos de los que dispone la gramática y sobre todo la retórica; pero quizá, los
fenómenos lingüísticos más predominantes sean los fónicos dentro de los cuales re-
salta de manera clara la rima, que es la que le imprime ese carácter lúdico presente en
el Refranero.
202 MARÍA JESÚS BARSANTI VIGO
Más adelante añade: «la frase proverbial es una entidad léxica autónoma que
no se sometería sin violencia a servir de elemento sintáctico en el esquema de la
oración; y ésta es otra característica que distingue a estas frases de las locuciones
significantes, incluidas las adverbiales que tienen forma de oración subordinada» (Ca-
sares 1992: 190).
PROBLEMÁTICA EN TORNO AL REFRÁN Y OTRAS CATEGORÍAS PAREMIALES 203
Por eso es desde el punto de vista formal donde tenemos que agudizar la aten-
ción en aquellos casos en que el refrán presenta estructura de una oración simple,
porque en eso coincide con la frase proverbial.
Consideramos que la frase proverbial tiene el carácter de un dicho que arranca
de un paso único y concreto, real o fingido, y que se sitúa en el pasado. El proceso
lingüístico creador quedó cerrado una vez forjada la frase, y su aplicación tendrá
siempre el valor de una cita. Ahora bien, el que inventa un refrán aspira a formular, en
forma abstracta, es decir, no referida a un caso particular –frase proverbial–, una
«verdad» valedera para toda la humanidad, sin distinción de tiempos ni lugares –se
exceptúan, naturalmente, por lo que a los lugares se refiere, los refranes cuya aplica-
ción se restringe a un territorio determinado. Poco importa que lo que se nos da como
«verdad» sea una máxima moral, un consejo inmoral, una facecia maliciosa, un epi-
grama, una observación meteorológica o un precepto de higiene. El refrán, en gene-
ral, como fruto de experiencias acumuladas, tiene su fundamento en el pasado, pero
nace de cara al porvenir; es una enseñanza que se da en forma mnemotécnica para que
se tenga en reserva hasta que llegue la ocasión de aplicarla. La frase proverbial, por el
contrario, no adquiere el carácter de tal por voluntad del que la inventó, ni se destina
a la posteridad; es ésta la que a fuerza de repetir y aplicar la frase acaba por darle el
carácter proverbial.
4. CONCLUSIONES
Habida cuenta que han sido numerosos los esfuerzos de los paremiólogos por
lograr una descripción acertada y lo más completa posible de las peculiaridades que
presentan los refranes y que hace que se diferencie de otras categorías paremiológicas,
vamos a recapitular algunas de las características generales de los refranes.
En cuanto a su configuración externa, el refrán tiene en principio una forma
literal que no se puede tocar. Sin embargo, ya hemos observado que sí se pueden
llevar a cabo una serie de transformaciones fundamentalmente desde el punto de vista
semántico, pero también desde el punto de vista morfológico. Precisamente, en este
grado de variabilidad estaría la clave para poder diferenciar el refrán de la frase pro-
verbial que son las dos formas de paremia donde la línea de separación resulta más
borrosa, ya que la frase proverbial presenta una estructura fija, inamovible, que hace
que ninguno de sus elementos pueda ser alterado, sin que esto traiga consigo la des-
trucción de la estructura paremial y por lo tanto, se genere una construcción carente
de sentido lingüístico.
En cuanto a su contenido, el refrán es un ejemplo, un modelo en el sentido más
amplio, pretendemos extraer de él una lección, una enseñanza o un principio moral a
seguir. Pero no es sólo eso, sino que también puede convertirse en un modelo grama-
204 MARÍA JESÚS BARSANTI VIGO
tical, es decir, puede ser un modelo para enseñar las reglas gramaticales como ya
hiciera en su momento, por ejemplo, Juan de Valdés en su Diálogo de la Lengua.
Asimismo tiene un alto grado de poeticidad, con un ritmo propio y una serie de
construcciones sintácticas y lingüísticas que personalizan al refrán y permiten reco-
nocer si un enunciado es o no es refrán.
Por último, el refrán es popular, entendiendo popular como contrario de sabio
y de creación individual; enuncia una generalidad intemporal y no sirve para una
enunciación de un evento o de acontecimiento concreto.
Esta característica del sentido popular del refrán, es decir, el hecho de que su
origen se deba al pueblo sin importar su naturaleza, fuente, procedencia o autor, es
otra de las propiedades inherentes al refrán, fundamental para diferenciarlo de la frase
proverbial, ya que en el nacimiento de ésta subyace un acontecimiento que se hizo
famoso o un personaje al que se le atribuye.
De toda la variedad de términos utilizados por los diferentes autores, de forma
más o menos acertada, como sinónimos de refrán, nosotros sólo aceptamos como
tales los vocablos proverbio y paremia como posibles sustitutos, a pesar de que inclu-
so al lema proverbio se le puede dotar de poseer un carácter menos vulgar que el
refrán –lo que a veces es difícil de apreciar– y a la voz paremia se le puede atribuir
una naturaleza genérica, es decir, la función de archilexema que engloba a todos los
miembros de la familia proverbial.
En ningún caso consideramos, a pesar de la creencia y la confusión generaliza-
da existente no sólo entre los usuarios habituales de una lengua –probablemente debi-
do a la apariencia sinónima de los lemas–, sino incluso entre los paremiólogos, que se
deba confundir el proverbio con la frase proverbial, ya que el primero de ellos, como
sinónimo de refrán, responde a las mismas características morfosemánticas que éste
y, por lo tanto, son las que lo diferencian sustancialmente de la frase proverbial.
Finalmente, nos arriesgamos a dar nuestra propia definición de refrán al que
consideramos un enunciado autónomo, generalmente breve, genérico, sentencioso,
de carácter popular, que presenta en sentido directo o alegórico un pensamiento que
puede recoger diferentes connotaciones –consejos, experiencias, admoniciones, ex-
hortaciones–, tendente al bimembrismo y a la rima y susceptible de cambios
morfológicos, semánticos y léxicos.
Porque en el fondo, la auténtica verdad que subyace es que el refrán, la expre-
sión paremial vaya de boca en boca sin que se preocupe el pueblo de su autor, ni de su
origen, sino de transmitirla de siglo en siglo hasta hacerla tradicional y conseguir que
pertenezca efectivamente a un colectivo cultural.
PROBLEMÁTICA EN TORNO AL REFRÁN Y OTRAS CATEGORÍAS PAREMIALES 205
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
COLOMBÍ, María Cecilia (1989): Los refranes del «Quijote»: texto y contexto, Maryland, The Catholic
University of America Potomac.
DUNDES, Alan (1975): «On the Structure of the Proverb», Proverbium, 25, pp. 961-973.
GARCIA-PAGE, Mario (1997): «Propiedades lingüísticas del refrán (II): el léxico», Paremia, 6, pp.
275-280.
HERNANDO CUADRADO, Luis Alberto (1997): «Estilística del refrán», Paremia, 6, pp. 327-332.
Usos fraseológicos en el
Diccionario de Terreros y Pando
1. INTRODUCCIÓN
Muchos han sido los estudios que en los últimos años se han interesado por
esta obra lexicográfica del siglo XVIII, con aportaciones generales y parciales que han
subrayado la ingente labor del jesuita,1 representante señero de la lexicografía no
académica. La determinación explícita de formar un diccionario de las artes y de las
ciencias, con valor universal, no oculta la realidad del proyecto lexicográfico, inserto
en el contexto lingüístico del siglo XVIII, que ofrece un diccionario general de lengua
al que se le han sumado términos técnicos y científicos.2 A pesar del propósito de
excluir del repertorio los varios idiomas de los que se compone nuestra lengua («culti-
latino», «picaresca», «jerigonza o jerga jitanesca», «lengua bárbara», «provincial»,
«poético», y el que «usaron nuestros mayores»), para centrarse en el «castellano»,
Terreros da entrada a expresiones latinas, a voces germanescas, a gitanismos, térmi-
nos dialectales peninsulares y americanos, a palabras con sentidos metafóricos y poé-
ticos y a otras anticuadas.3
1
Véanse Alvar Ezquerra (1987 y 1993) y Álvarez de Miranda (1992).
2
Alvar Ezquerra (1987: XII-XV) ofrece una apreciación general acerca de las disciplinas presentes
en esta supuesta enciclopedia científica y de sus términos específicos.
3
Estas entradas han sido justificadas en el prólogo por su inclusión en otras obras lexicográficas
de reconocida difusión y prestigio, incluyendo la labor de la Academia como fuente esencial. Las citas que
siguen corroboran tales incorporaciones: «La tercera especie que se puede considerar en nuestro idioma es
el lenguaje á que llaman jerigonza ó jerga jitanesca, particular de esta jente perdida, y que tiene no poca
conexión con el precedente; pero que con todo eso ha merecido el desvelo de algunos sabios que nos
enriquecen con la explicación de sus términos» (Pról., III); «No es menester pasar á las Indias, en las cuales,
omitidos sus innumerables idiomas nativos en que casi se diferencian por lugares ó por mui pequeños
distritos, dan en casi en cada Reino y Provincia diverso nombre á un mismo objeto» (Pról., IV).
207
208 MARIANO FRANCO FIGUEROA
4
Las advertencias no sólo aparecen en el prólogo, sino que se repiten en algunos de los artículos,
como en el refrán al hijo de tu vecino, métele en casa, y dale vestido, en el que se dice «Sejourn. y otros
Diccionarios Franceses, etc., traducen estos adajios, y los demás del Castellano, comúnmente como
suenan; pero se debe atender al sentido y no a la corteza de las voces, que suele ser mui diversa, y en
nuestro idioma está admitido, y determinado, lo cual no se halla en las voces que sustituyen los estranjeros;
y así se ven en muchas traducciones, que han hecho, notables desvaríos».
5
Ridiculiza la traducción francesa del pasaje cervantino en el que se recoge la frase tomó las de
villadiego, que «en nuestro modo de hablar quiere decir que solo que huyó, se ausentó ó escapó, el
Traductor Francés puso que tomó el camino de Santiago de Galicia, versión tan ridícula y fuera del caso
que no es dable desvarío ni descamino mayor» (Pról., X), y aconseja, en tales casos, hacer una traducción
ajustada al sentido de la frase.
6
Reconocido el valor de norma y emulación con que cita al diccionario de la Academia en el
prólogo, sigue el criterio de introducir los adagios, «que son pequeños Evangelios por la verdad ó mora-
lidad que encierran, ó que se han de reverenciar como á los Ancianos por ser por lo común de un lenguaje
mui antiguo, pasados de padres á hijos, y aprobados con la experiencia», pero justifica, a mismo tiempo,
la ausencia de muchos: «se han omitido otros, ó por ser mui fáciles de entender [...] ó por ser fríos y ridí
culos, ó tan obvios que cualquiera de mediano entendimiento los podrá entender» (Pról., XXXII).
7
Por razón de espacio, sólo se ofrecen algunos ejemplos, aunque se han revisado los tres tomos
correspondientes a la parte castellana, con cerca de mil refranes y casi el doble de locuciones, además de
cientos de esquemas oracionales con posibles rasgos de selección léxica.
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 209
8
Seguimos la clasificación general expuesta en Corpas Pastor (1996), en la que los enunciados
fraseológicos engloban a los refranes, las citas, los enunciados específicos y las fórmulas rutinarias.
9
Véanse: la mujer y la sardina, de rostro en el fuego/los rostros en la ceniza; derramador/
desperdiciador de la harina y recojedor de la ceniza; pelitos a la mar/ echar pelillos a la mar; harrieros
ó harrieritos somos, y nos encontraremos; en para cada puerco hai su san Martín/ á cada puerco le llega
su san Martín, en quien bien tiene, y mal escoje, por mal que le venga, no se enoje/ quien bien tiene, y
mal desea, en la galea vaya, y vuelva, o en vieja escarmentada, rezagada pasa el agua/ vieja escarmen-
tada, pasó el vado arrezagada.
10
El jesuita se ampara en cita de autores para evitar sentidos ofensivos para las mujeres cuando en
el primer caso dice textualmente «Juan bautista Porta trahe este refrán, dando malas señas de la mujeres
que tienen barbas; pero no va mui fundado», en tanto que para el segundo mantiene la información de
‘refrán que enseña que á las mujeres que faltan á la condición de su naturaleza y sexo se las trate con
reserva’.
210 MARIANO FRANCO FIGUEROA
11
Autoridades registra díxole el cazo a la sartén, quítate allá, no me tiznes, y dixo la sartén a la
caldera, tirte allá cal negra, Covarrubias, dixo la sartén a la caldera: quítate allá, negra, y Terreros,
díjole la sartén á la caldera, tirte allá acri-negra y díjole la sartén al cazo, quítate allá, que me tiznas.
12
A veces se constata el repertorio académico en el artículo, como en la ocasión hace al ladrón,
que se explica con el refrán en el arca o casa abierta, el justo peca, que registra Autoridades, pero que no
recoge Terreros como lema.
13
Por ejemplificar, el buei cuando se cansa, firme sienta la pata, si quieres que te siga el can, dale
pan, no aparecen en Terreros.
14
Iribarren (1996: 164) ofrece información acerca de la variante cantillo ‘esquina’, ‘pueblo’ o
Campillo ‘población’.
15
Terreros registra la variante gato maullador, poco cazador.
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 211
gran rato; el can/perro con rabia, á su amo traba/muerde, etc.16 También se observan
adiciones: á esotra puerta, que esta no se abre/á essotra puerta.
Prefiere el término refrán para la definición metalingüística, aunque usa tam-
bién sus sinónimos: adajio en amor ciega razón; frase castellana en a mal dar, tomar
tabaco; frase familiar en a secas, y sin llover; frase común para todo el mundo es
país; como modo de hablar se cataloga de aquí a cien años, todos seremos calvos;
locución o frase caracteriza al refrán ládreme el perro, y no me muerda; especie de
proverbio define a si quieres paz, haz guerra, etc.17 Sin embargo, la definición de
frase, modo de hablar o expresión suele emplearse para las unidades incluidas en las
fórmulas rutinarias o de interacción social: ahí, que la juega un zurdo; a Dios te la
depare buena; ajo, taita; allá se las campaneen; ande la moza; bueno va el óleo;
ciertos son los toros; el se dará a conocer; toma, si purga; una, y no más; una, y
buena; vaya usted a escaparrar; vaya, vaya de hai.
En muchos casos repite un refrán como explicación de otro: el ojo del amo
engorda el caballo, en una de las dos entradas remite a sol puesto, obrero suelto, y en
esta indica ‘coincide con el otro el ojo del amo engorda el caballo’; topó el bretón con
su compañón, ‘coincide con el que dice dio con la horma de su zapato, ó con el otro
para en uno son entrambos’; quien quiere peces, el rabo se remoja ‘no se cojen tru-
chas á bragas enjutas’.18 Otras veces, el refrán se recoge sólo dentro del artículo: a
gran priesa, gran vagar ‘vísteme despacio que estoi de priesa’.19
16
Véanse: al/ á asno muerto, la cebada/ cevada al rabo; á perro viejo, no hai/ nunca tus tus,
aunque, s. v. viejo, Covarrubias registra también cuz cuz; á do/ donde pensáis que hai/ ai tocinos, no hai/
ai estacas; donde/ á do no está su dueño, está su duelo; el juego de la corredera/ corregüela, cátala
dentro, y cátala fuera; lo que ojos no ven, corazón no quiebra/ ojos que no ven, corazón no quebrantan;
á mi padre llaman hogaza, y yo me muero de hambre/ y yo muero de hambre.
17
A veces, no ofrece caracterización alguna: llover sobre mojado; de cuero ajeno, correas largas.
18
Véanse: encontrar ó dar Sancho con su rocín ‘encontrar la horma de su zapato’; poner cuero y
correas, ‘ó ser como el sastre del Campillo, que ponía aguja, y ovillo’, ser como el sastre del Campillo,
‘poner cuero y correas’; el perro flaco todo es pulga ‘á navío roto, etc.’; á buen bocado, buen grito ‘lo
que mucho vale, mucho cuesta’; cállate y callemos, que sendas nos tenemos ‘coincide con el otro, de que
el que tiene tejado de vidrio, no tira piedras al del vecino, y con el que dice: no hai en el mundo quien no
tenga lunar, y defectos que le callen, y hagan callar’; parir los montes y nacer un ridículo ratón ‘mucho
ruido y pocas nueces’; a Dios, que esquilan, ‘á Dios, que inflan, y nos obligan á marchar’; la suerte está
echada ‘el dado está tirado’, el dado está tirado ‘la suerte está echada’; no deis por Dios al que tiene
más que vos ‘ríese el diablo cuando el hambriento da al harto’.
19
Aparecen en la misma entrada de los enemigos los menos, para enemigo cualquiera basta;
hombre prevenido, medio combatido, hombre prevenido vale por dos; la ocasión hace al ladrón ‘en el
arca o casa abierta, el justo peca’; di tu secreto á tu amigo, y serás siempre su cautivo ‘mi secreto para
mí; ó que coincide con otro dicho, que propagar un secreto, deja deudor al que estaba libre, y sin
débito’; dio Dios habas á quien no tiene quijadas, ‘Dios da mocos á quien no tiene pañuelo’; s. v.
destajar, se dice ‘de esta significación se toma el adajio, quien destaja, no baraja’; salir un río de madre
‘cuando la cólera sale de madre, no tiene la ira padre’.
212 MARIANO FRANCO FIGUEROA
20
No siempre son deducibles las explicaciones históricas: al enemigo que huye, la puente de pla-
ta; vísteme despacio que estoi de priesa; manos blancas no ofenden, pero duelen. Iribarren ofrece una
referencia histórica de los personajes involucrados en estas citas, el Gran Capitán, Fernando VII, anóni-
mo, respectivamente (1996: 304, 243 y 238).
21
Marta la piadosa, que mascaba el vino a los dolientes; acertádole ha Pedro a la cogujada, que
el rabo lleva tuerto; todo es menester, cuanto Marta hila y Pedro devana; caldo a los de Orgaz; el
herrero de Arganda, el se lo fuella y él se lo macha; casó Pedro, casó mal y con tres tierras de mestal,
que Autoridades, s. v. mestal, explica «Tenía tres tierras y estas eran de mestal, que dice el Comendador
ser como valle, donde no nace otra cosa sino retama y escobas»; el ruin de Roma, al nombrarle, luego
asoma; encontrar/dar Sancho con su rocín; horro Mahoma, y diez años por servir; jabón de palo, o de
Palencia; la galga de Lucas, que se durmió al seguir la liebre; llueva ó no llueva, pan hai en Orihuela;
los canes/perros de Zorita, pocos y mal avenidos; no se ganó Zamora en una hora; quien fue á Sevilla,
perdió su silla; quien ruin en su villa, ruin será en Sevilla; ni rei ni Roque; no lo dijera Pateta, no lo
hiciera Pateta; no lo entenderá Galván; ó César ó nada; ó todo á Flandes, o todo a fondo; ojo al Cristo,
que es de plata; a cada puerco le llega su san Martín; preguntadlo a Muñoz, que miente más que yo;
quien bien quiere a Beltrán, bien quiere a su can; san Juan es venido, mal haya quien quien bien nos
hizo; si bien, Ibáñez; si no, pero, como antes;
vaya usted a Jetulia.
22
Véase el juego de homófonos: al mal huso, quebrarle la huaca ‘refrán que, además de lo literal
de deshacerse de un huso malo; no obstante el diverso modo de escribir huso, instrumento, y uso, moda,
ó costumbre, puede tener el equívoco de romper con un uso, ó costumbre mala’, con otras dos entradas:
al mal uso, quebrarle la pierna/huaca.
23
Basta ver el uso del futuro de subjuntivo, hoy obsoleto: a la mujer y a la picaza, lo que oyeres en
la plaza; de la mujer y el queso, aquel será más sabio que tomare menos; donde quiera que fueres, haz
como vieres; dure lo que durare como cuchara de pan; cuando la barba de tu vecino vieres pelar, echa
la tuya a remojar; cuando te dieren la vaquilla, acude con la soguilla. O el mantenimiento del infinitivo
asimilado: a mujer brava, dalle soga larga.
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 213
ro analítico en muéstrame tu mujer, decirte he qué marido tien; el uso léxico de galduda
(sardina que el gato lleba, galdudava), de forado (con ajena mano, saca la culebra
del forado), de galea (quien bien tiene, y mal desea, en la galea vaya, y vuelva).24 En
muchos casos estas reproducciones tienen voces latinas y préstamos de otras lenguas:
día y victo; olla cave tizones, ha menester covertera, y la moza, do hai garzones, la
madre sobre ella; morto jaz, que no rabeja, completamente en portugués. No faltan
tampoco regionalismos: el herrero de Arganda, que él se lo fuella, y él se lo macha/
mazca.25
Terreros es consciente del uso y anota, en muchos casos, variantes y diferen-
cias de registros: de aquellos ó de estos polvos vienen estos lodos; encontrar ó dar
Sancho con su rocín; ni sábado sin sol, ni moza sin amor, ‘y otros ni vieja sin arre-
bol’; en casa del herrero, cuchillo mangorrero, ‘o según otros peor apero, ó común-
mente cuchillo de palo’; díjole la sartén al cazo, quítate allá, que me tiznas ‘algunos
ponen al contrario, dijo el cazo a la sartén [...] pero lo regular es que la sartén esté
más negra, y así viene mejor el adajio, y así se oye también comúnmente’; á río
revuelto, ganancia de pescadores ‘otros dicen á río vuelto’; á falta ó mengua de pan,
buenas son tortas; al cabo de los años mil, vuelven las aguas a su cubil, ‘ó como
dicen otros, vuelven por donde solían ir’; más vale miz que zape ‘modo vulgar que
denota que es mejor el halago que el desprecio’; cuca de aquí ‘frase vulgar’; con
hombre interesal, no pongas tu caudal ‘refrán antiguo’; hueso que te queda en parte,
róelo con sotil arte ‘refrán antiguo’, casó Pedro, y casó mal y con tres tierras de
mestal, ‘refrán antiguo’, a secas y sin llover ‘frase familiar que vale lo mismo que sin
preparación’; a gran seca, gran mojada ‘refrán que usan los labradores’.
24
Denotan unos usos anticuados: hoy venido, y cras garrido, con el antiguo latinismo; vaste feria,
y yo sin capa; haz mal, y guarte; no deis por Dios al que tiene más que vos; yo a vos por honrar, y vos a
mí por encornudar.
25
Autoridades refiere el uso de machar ‘machacar’ a Galicia, y la presencia de follar ‘soplar’
indica también adscripción norteña.
214 MARIANO FRANCO FIGUEROA
tabla ‘además de [...] salir de un peligro del mar, [...] se dice por salir de ellas como
por milagro’, a la que Autoridades añade salvarse en una tabla, que origina tabla de
salvación. También se observan reducciones y adiciones en las entradas diferentes:
quedarse para tía por hacerse de rogar, y quedarse para tía; o en tomar las calzas de
Villadiego y tomar las de Villadiego.
Se encuentran representadas las diferentes clases de locuciones. Así, nomina-
les, lágrimas de crocodilo, dar el santo y contraseña, que tendría cierto grado de
restricción sintáctica, tira y afloja, verbales, meter las cabras en el corral ó meterle a
alguno las cabras en el corral, cortar faldas, poner como un trapo, andarse á picos
pardos, armar á alguno de punta en blanco, que da lugar a la adjetiva armado de
punta en blanco, adverbiales, a ojo de buen cubero, poco á poco, poquito á poquito,
adjetivas, como oro en paño, como un trapo detrás y otro delante, fino como un
coral, etc.
Las locuciones, como antes los refranes, se explican profusamente con otras:
erre que erre ‘quedarse en sus trece’; faz a faz ‘cara á cara’; facha á facha ‘cara á
cara’; más acá ‘más hacia acá’; esto es del tiempo del harpa ‘del tiempo de
Maricastaña, del rey Wamba, del rey que rabió’, con reducción del tiempo del arpa;
de cuerpo presente ‘lo mismo que difunto expuesto’; á trompa talega, ó á trompa y
talega; á pie enjuto/á pie quedo; estar ó ser de recibo; estar ó andar en piernas.
También se acogen variantes léxicas y gramaticales: mamarse ó chuparse el dedo; no
nombrar ó mentar la soga en casa del ahorcado; más antiguo ó viejo que la sarna; no
quedar títere con cara ó con cabeza; el popular dar gato por liebre aparece con ven-
der (Autoridades), vender ó dar gato por libre; pasar, ‘y antiguamente’, sofrir cochu-
ra por hermosura; como perro con vejiga, con cencerro, ó con maza; ras con ras, ó
ras en ras; por señas, por más señas; la locución dares y tomares se explica con
andar en dares y tomares, tener dares y tomares; á empellones/empujones; á prima
faz/facie; hacer el mondieu. El sentido arcaico actual de a salga lo que saliere, se
aprecia en a pocas, ‘anticuado’, contino, de contino ‘voces jocosas y anticuadas’.
Observamos asimismo los registros: en pinganitos ‘palabra vulgar, lo mismo que en
elevación’; ensanchar el cuajo ‘frase vulgar, se dice cuando los niños lloran mu-
cho’; de gratis ‘vulgarmente lo mismo que de valde’; hablar a tontas y a locas ‘en
castellano y en francés es voz familiar y baja’; ahí, ahí esta el punto ‘es locución,
que está en uso’. El lenguaje específico se señala en a plomo ‘Arquitectura’, tomar
tierra, andar a corso, ir a todo trapo, con la especificación ‘Marina’; año y vez ‘frase
de labradores’.
Alusivos a citas y anécdotas, como explica Iribarren (1996: 116 y 96), son
andar el diablo en Cantillana, ó suelto, y tomar las de Villadiego. También se regis-
tran antropónimos: hacer la gata ensogada, ó la gata de Mari Ramos, ó de Juan
Ramos; estar en los espinos de Santa Lucía; tomar lías y Juan danzante; viñas y
viñas, y Juan danzante; andar de Herodes á Pilatos; más conocido que la Ruda.
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 215
26
Véanse: llevar a alguno por la barba; echar a alguno el gato a las barbas; cuadrarle a uno bien
un vestido; no decir esta boca es mía, que el DEA señala con el uso frecuente de la negación.
27
El grado de motivación léxica justifica las denominaciones de combinaciones probables, usua-
les, restringidas, y provoca la disparidad de criterios definidores, porque, «a pesar de las distinciones
señaladas, no siempre resulta fácil determinar si una construcción es una colocación o un sintagma de
los llamados ‘libres’» (García-Page 2001: 92 y 94). No todos aceptan este concepto como parte de la
fraseología. Así, Bosque (2001), apoyado en los criterios de selección léxica o el de solidaridad, en
sentido coseriano, aboga por la defensa de una interpretación como casos particulares de predicados (ya
verbales, adjetivales, adverbiales o preposicionales) que seleccionan a sus argumentos. Las unidades
seleccionadas no son piezas léxicas aisladas, sino clases léxicas de mayor o menor intensión. Es decir, la
colocación no se apoya tanto en la compatibilidad cuanto en la frecuencia y la preferencia, aunque
recuerda que «la ‘frecuencia elevada’ de una construcción puede responder a factores tan diferentes
(lingüísticos o no lingüísticos) que en sí misma no constituye un criterio definidor fiable. En cuanto a la
preferencia, es muy posible –como vemos– que constituya el reflejo de tendencias, elecciones o hábitos
cuya manifestación dista mucho de ser un rasgo exclusivamente lingüístico» (2001: 31).
28
Aunque los lexicógrafos difieren acerca del lugar en que se deben presentar las colocaciones, en
el contorno de la base o en el del colocativo, muchos diccionarios, entre ellos el académico, eligen la
entrada de la base y remiten a ella en la información dada en el colocativo (véase la expresión café solo,
por ejemplo).
216 MARIANO FRANCO FIGUEROA
lección léxica cuando, s. v. contante, informa del contorno lexicográfico, ‘dícese del
dinero efectivo’ (el mismo que cita Autoridades, dinero contante, ú de contado, y el
DEA), y añade la entrada siguiente pagar en dinero contante, que constituye una
colocación compleja o modismo restringido (Koike 2001: 55). No se recogen, sin
embargo, las locuciones echar en saco roto, el pro y el contra, con sus posibles bases
consejo, sopesar, con lo que la elección restrictiva se presupone no frecuente, como
revela el esquema oracional de una de estas: echar una cosa en saco roto. En la
entrada a quema ropa se anota ‘se dice cuando se dispara alguna arma de fuego inme-
diata á aquel á quien se tira’, y se registran también tirar á quema ropa ‘con una arma
de fuego’, tirar un pistoletazo á quema-ropa. Cuando cita hambre canina, comenta
«del mismo modo se dice rabia canina, furia canina». La frase estar templada la
guitarra muestra asimismo la selección, además de la locución que forma para refe-
rirse ‘al que está alegre’.
La restricción léxica se percibe en multitud de casos29 y se constata en la
combinatoria de algunos verbos con un sustantivo cuando se indica, por ejemplo, al
terminar las entradas referidas al verbo andar, andar a vulto, a tientas, a ciegas, des-
caminado: ‘V. En sus lugares, como también otras voces con que se junta el verbo
andar, y que determinan su significación’. La información del artículo precisa la res-
tricción combinatoria: aullar ‘dar aullidos [...] como los perros, lechuzas, lobos [...]’,
balar ‘dar balidos como lo hacen las ovejas’, bramar ‘voz del ganado vacuno’, caca-
rear ‘voz ó ruido que meten las gallinas’, croar ‘cantar la rana’, maullar o mayar ‘dar
su voz el gato’, ladrar ‘dar su voz el perro’, relinchar ‘dar relinchos el caballo’,
mujido ‘voz del buei, toro’, rebuzno ‘la voz del borrico’, palpitar ‘moverse el pulso
ajitado por el movimiento del corazón’, zarpar ‘en la marina, es lo mismo que levar,
ó levantar el ancla con que está dado fondo el navío’, enjambre ‘muchedumbre de
abejas’, ovillo ‘pelota ó globo de hilo’, pastillas ‘hai asimismo pastillas de rosa, de
naranja, de grosella, de canela, de violeta, de limón, de chocolate’, afilar ‘sacar el filo
a un cuchillo’, etc. Esta misma posibilidad combinatoria30 se observa en la colocación
compleja31 poner de vuelta y media, que remite a los verbos ‘tratar, maltratar, castigar,
improperar’ y en la locución de par en par, que se refiere a sus posibilidades
29
Así, s. v. bruñido, indica que ‘el término de bruñir, etc., es casi común en todas las artes de
encuadernar, labrar metales, y oras materias: como plata, oro, hierro, marfil, azabache, mármol, y toda
piedra precisosa: el oro se bruñe con diente de pedernal [...]’; s. v. soplar, comenta: «se dice de la
ajitación natural del ayre que se mueve», y s. v. apagar, comenta ‘dícese en orden á la luz, ó fuego que
se extingue, ó ahoga’. Aunque no registra la expresión tostar el sol, sí recoge, s. v. tostar, la especificidad
‘se dice también del calor del sol, ú otro excesivo’.
30
No ocurre igual, sin embargo, cuando registra la expresión de cal y canto ‘mortero’, sin fijación
idiomática alguna, o las locuciones a raja tabla, a toca teja, de sobra.
31
Son más abundantes con locuciones nominales y verbales (Corpas Pastor 1996: 118).
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 217
combinatorias ‘se dice del corazón, o de una ventana, o puerta, etc. del todo abierta’.
Las locuciones de puntillas y de carretilla, aparecen con estas entradas, y en las colo-
caciones complejas andar ó venir etc. de puntillas y saber de carretilla, que el DEA
refiere al uso con ‘decir, recitar o saber’. Las colocaciones son manifiestas en las
entradas llover a cántaros, llover chuzos, á chuzos (que revelan la doble construc-
ción, simple y compleja, y que se registran en la entrada del sustantivo),32 caminar
con pies de plomo, andar a paso de tortuga, defender á capa y espada (con la repeti-
ción del verbo en su definición, s. v. espada, ‘frase que equivale á defender de todos
modos, con todas las fuerzas’), trabajar a destajo, poner en limpio, sacar en limpio.33
En la entrada dormir a pierna suelta, tendida, aparece la colocación compleja
y se explicita la relación entre el verbo y el sustantivo base de la locución como un
lirón, cuando se dice ‘a sueño suelto, como una piedra, como un lirón, etc. dormir sin
cuidado, profundamente, mucho’. También se comprueba el carácter intensificador
en dormir como un cepejón ‘dormir mucho’. Determinadas colocaciones se regirán
por el tipo de contexto, como las militares, pasar a cuchillo, arriar la bandera, arraizar
la artillería, las marineras, levantar velas, abonanzar el tiempo, arrizar el ancla,
botar un navío al agua, administrativas, protestar una letra de cambio (el DEA indica
hacer el protesto ‘de una letra de cambio’), etc. A veces, como hemos visto en las
paremias, se citan dentro del artículo y no aparecen en ninguna entrada: despuntar el
día ‘empezar a rayar el alba’.
En esta obra encontramos ejemplos de los distintos tipos estructurales acepta-
dos y confirman el uso de determinados verbos más propensos a colocabilidad,34 como
poner, con 112 entradas, tomar, con 108, dar, con 107, etc. De sustantivo sujeto +
verbo: cortarse la leche; desbocarse un caballo; romper el día; rayar el día; despun-
tar el día; encapotarse el cielo. Verbo + sustantivo objeto: tomar el pulso, con dos
significados ‘pulsar’, que denota la colocación, y ‘tantear’, que presume el sentido
idiomático; correr peligro, s. v. correr, ‘amenazar algún riesgo’, junto con correr
fortuna ‘peligrar’; dar fe; darse priesa; trabar amistad; descabezar el sueño; derra-
32
La primera es recogida por Autoridades, como ‘frase vulgar con que se pondera y explica que
llueve con mucha fuerza y abundancia’.
33
El DEA indica la relación con paso, con defender y con sacar, respectivamente.
34
Son muchos los ejemplos de verbos con múltiples entradas, la mayoría en construcciones
fraseológicas, que demuestran el conocimiento acerca del uso de la palabra y de su combinatoria, como
en la voz dejar, de la que se recogen 32 artículos y en el último se indica que «se junta con otros muchos
nombres, y verbos, tomando su significación, v. g. dejar en paz, en guerra, dejarse llevar, dejarse amar,
etc., así equivale a permitir, cooperar, etc.». Muchas de las entradas, sobre todo locuciones verbales,
pueden considerarse colocaciones (vid. Penadés Martínez 2001), a tenor de la información lexicológica:
quebrantar ‘violar una lei, tratado, fuero’, darse buena vida, dejar con la miel en los labios, dejar en el
tintero, dejar con la palabra en la boca, dejar con un palmo de narices, etc.
218 MARIANO FRANCO FIGUEROA
5. CONCLUSIONES
De esta somera revisión, por razones lógicas de espacio, podemos deducir que
los registros fraseológicos reflejan el interés de Terreros por mostrar el uso general de
la expresión, con la introducción de las modificaciones que considera precisas para su
entendimiento. La pretensión universalista de su obra justifica las reiteradas lematiza-
ciones de las frases y las adiciones y omisiones con respecto a la base fundamental
académica. Asimismo, las continuas entradas de esquemas oracionales confirman el
objetivo de facilitar el aprendizaje de la construcción en el discurso, y es este método
lexicográfico el que nos ha mostrado la estrecha relación entre las locuciones verba-
les y las colocaciones, con construcciones complejas de evidente restricción léxica.
USOS FRASEOLÓGICOS EN EL DICCIONARIO DE TERREROS Y PANDO 219
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221
1. INTRODUCCIÓN
221
222 MARÍA ISABEL GONZÁLEZ AGUIAR
ver alguien las estrellas. 1. (Por la especie de lucecillas que parecen verse cuando
se recibe un gran golpe). fr. coloq. Sentir un dolor muy fuerte y vivo.
DRAE: a eso voy, o vamos.1. exprs. U. por aquel a quien recuerdan algo de que
debía hablar en la conversación o discurso, y de la cual parecía haberse olvida-
do o distraído.
DUE: A ESO VOY [VAMOS, etc.]. Expresión con que alguien muestra la intención de
*hablar de una cosa que otro le insinúa suponiendo que la ha olvidado.
1
En la presentación de la última edición la Academia afirma que ha trabajado «sin poner en tela
de juicio el contenido de las definiciones», a pesar de la sospecha de que muchas «no se corresponden
con la realidad actual».
224 MARÍA ISABEL GONZÁLEZ AGUIAR
estrella de mar.1. f. Animal marino del filo de los Equinodermos, con el cuerpo
deprimido en forma de estrella, generalmente de cinco puntas o brazos. Posee un
dermatoesqueleto formado por placas calcáreas y se alimenta de invertebrados.
a las ollas de Miguel.1. loc. sust. Juego que los muchachos hacen formando una
rueda, y dadas las manos, dicen una coplilla que empieza: A las ollas de Miguel,
que están cargadas de miel; y acabada, va volviendo uno de ellos la espalda hacia
dentro de la rueda, y en acabándose de volver todos, repiten la copla, dándose unos
a otros con las nalgas, sin soltarse las manos.
2
Ante la frecuencia de estas críticas, la propia Academia encargó una revisión a partir de la
edición de 1992 a personal colaborador, con el fin de proponer a los académicos soluciones para evitar
cualquier indicio de subjetividad y cualquier posible huella de tendencias ideológicas (distinciones sexistas,
actitudes racistas, discriminación religiosa, etc.). Las encargadas de este trabajo fueron M.ª Ángeles
Calero, Esther Forgas y Eulalia Lledó.
LA DEFINICIÓN LEXICOGRÁFICA DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 225
De acuerdo con lo que se expresa en las Advertencias del DRAE, «entre los
muchos tipos de texto definitorio» destacan tres modelos:
1. La definición perifrástica.
2. La definición sinonímica.
3. La definición impropia o explicativa.3
Tal y como se matiza en las Advertencias de esta obra (p. XLIX), es frecuente que
la unidad descrita no pueda ser analizada perifrástica ni sinonímicamente, situación en
la que es ineludible acudir a la definición impropia. En estos casos afirma que «más que
definir, contiene una explicación de la acepción de que se trata, en la que puede indi-
carse, entre otros aspectos, qué es, cómo se trata, para qué sirve y cómo se utiliza».
La clasificación que sigue la técnica académica es similar a la taxonomía que
adoptó Seco (1978) y Bosque (1982), autores que parten de la distinción establecida
entre definiciones impropias y definiciones propias (instituida por primera vez por
Rey-Debove 1967). La ordenación de modelos es la siguiente:
pata de gallo. [...] 4. f. Arruga con surcos divergentes que con los años se forma en
el ángulo externo de cada ojo.
corto de medios.1. loc. adj. Escaso de caudal.
3
El DRAE ha intentado en la última edición minimizar al máximo los casos de definición impro-
pia, intentando separar tipográficamente los dos enunciados.
226 MARÍA ISABEL GONZÁLEZ AGUIAR
de guante blanco.1. loc. adj. Que actúa de modo elegante y sin emplear la violencia.
de poca monta.1. loc. adj. De poca importancia.
En el caso de las definiciones impropias, éstas se utilizan cuando hay que defi-
nir unidades que, por su propia naturaleza semántica, no pueden ser analizadas a
través de los modelos presentados. Se trata de palabras, como las gramaticales, que
no pueden ser definidas sino explicadas, y en el caso de la fraseología es la fórmula
que se destina para describir las locuciones preposicionales, conjuntivas, interjectivas
y, además, para los enunciados:
En la tabla de la figura 2 (vid. más abajo), al igual que hicimos con las coloca-
ciones, hemos contrastado cómo son descritas lexicográficamente (en el diccionario
académico) las locuciones que Casares cita como ejemplos de su clasificación.
Según la técnica lexicográfica, y en beneficio de la prueba de la sustituibilidad,
las locuciones nominales, adjetivas, adverbiales y verbales pueden ser descritas me-
diante definiciones propias, mientras que el resto (pronominales, interjectivas,
prepositivas y conjuntivas) a través de definiciones impropias. Si se toman como
ejemplos los que proporciona Casares al elaborar su clasificación, se comprueba que
lo que he formulado no se cumple metódicamente:
1. Es un hecho bastante frecuente que en las locuciones adverbiales y en las
adjetivas se haga uso de la definición impropia para verbalizar el contenido de la
entrada en cuestión. En varios casos es posible elaborar definiciones propias, sobre
todo cuando se comparan cómo son descritas otras entradas que tienen entre sí una
relación de proximidad referencial. Si se contrastan los siguientes ejemplos, se com-
prueba que b) y c) pueden ser definidas a través de definiciones propias, modificando
previamente su lematización, a semejanza de a):
Adverbiales santiamén.(De las palabras lats. Spiritus Sancti, Amen, con que
en un santiamén suelen terminar algunas oraciones de la Iglesia). en un santiamén.1.
loc. adv. coloq. En un instante.
Participiales hecho un brazo de mar.1. loc. adj. coloq. Dicho de una persona:
hecho un brazo Ataviada con mucho lujo y lucimiento. Viene, está hecha un brazo
de mar de mar.
Pronominales cada quisque, o cada quisqui.1. locs. pronoms. coloqs. cada cual.
cada quisque
Interjectivas o ancha, o ancha es, Castilla.1. exprs. coloqs. U. para alentarse al-
exclamativas guien a sí mismo o para animar a otras personas para obrar libre y
¡Ancha es Castilla! desembarazadamente.
Conjuntivas con tal de que, o con tal que.1. locs. conjunts. condics. En el caso
con tal que de que, con la precisa condición de que. Procuraré complacerte,
con tal que no me pidas cosas imposibles.
DRAE: no habérsele perdido nada a alguien en algún lugar.1. fr. U. para justificar
su ausencia o reprocharle su presencia.
LA DEFINICIÓN LEXICOGRÁFICA DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 229
De hecho, algunas locuciones verbales que son descritas con definiciones pro-
pias parecen demandar una explicación y no una definición, puesto que su significado
es referencial, es decir, la expresión lematizada se utiliza siempre que se esté ante una
situación concreta, como el caso de la siguiente entrada del DRAE:
DRAE: caérsele a alguien la baba.1. fr. coloq. U. para dar a entender, o que es
bobo, o que experimenta gran complacencia viendo u oyendo cosa que le sea
grata.
DUE: CAÉRSELE LA BABA A ALGUIEN (inf.). Quedarse embelesado, sentir mucha *ad-
miración o *cariño por alguien o algo: ‘Se le cae la baba viendo a su niño hacer
monerías’. ⇒*Babear.
DRAE: zumbar los oídos a alguien.1. fr. coloq. Ser objeto de crítica o de comenta-
rios sin estar presente.
DUE: ZUMBARLE a alguien LOS OÍDOS. Se dice con referencia a alguien a quien se
está *criticando: ¡Cómo deben de estarle zumbando los oídos! • Silbar los
OÍDOS.
DRAE: otro gallo me, te, le, etc., cantara.1. expr. coloq. Mejor sería mi, tu, su,
etc., suerte.
DUE: OTRO GALLO ME [TE, etc.] CANTARA. Frase con que se expresa que las cosas
hubieran ocurrido mejor para la persona de que se trata de haberse realizado
algo que se dice: ‘ Si me hubieras hecho caso, otro gallo te cantara’.
⇒*Desacertar.
En la última tabla (vid. más abajo fig. 3), al igual que en las anteriores, se
adjunta una columna en la que se muestra el tratamiento que el DRAE proporciona a
los enunciados que Corpas nombra como ejemplos en su clasificación.
En los enunciados predomina la definición impropia, pues el significado de las
fórmulas rutinarias no es referencial sino social o discursivo. No tienen autonomía
textual por lo que vienen determinadas por situaciones y circunstancias concretas
(existe una dependencia situacional). Son fórmulas de interacción social estereotipadas
(esto es lo que ocurre también con algunas locuciones, que tienen un significado
referencial).
5. CONCLUSIONES
tú dirás
Asertivas NO APARECE
por mis muertos
Rituales ¿qué es de tu, su, etc., vida? 1.
¿qué es de tu vida? exprs. coloqs. U. como fórmula
de salutación con una persona a
la que hace algún tiempo que no
se ve.
Miscelánea pelillos a la mar.1. expr. U. por
pelillos a la mar los muchachos para afirmar que
no faltarán a lo que han tratado
y convenido, lo cual hacen arran-
cándose cada uno un pelo de la
cabeza, y soplándolos dicen: Pe-
lillos a la mar.2. expr. Olvido de
agravios y restablecimiento del
trato amistoso
232 MARÍA ISABEL GONZÁLEZ AGUIAR
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235
1. INTRODUCCIÓN
1
Por ello, Iriarte Sanromán (2002: 328) defiende que, para evitar el peligro de usar los ejemplos
indiscriminadamente, sería importante establecer lo que denomina teoría del ejemplo lexicográfico, «de-
limitando (para o lexicógrafo) e explicando (ao utilizador) o seu uso e funções perante os outros elemen-
tos da microestructura».
235
236 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
Como suele ocurrir con otros aspectos lexicográficos, la mayoría de las consi-
deraciones que se han hecho respecto a los ejemplos se ha centrado en las unidades
léxicas simples (ULS). Sin embargo, muchas de estas consideraciones tienen validez
para las UF. Una reflexión sobre este asunto nos conduce a dos puntos:
1) La tendencia a incluir UF en los diccionarios en calidad de ejemplos.
2) La práctica de incluir ejemplos en el tratamiento lexicográfico de estas
unidades.
En este trabajo, reflexionaremos, pues, sobre estas dos cuestiones: por una
parte, intentaremos averiguar por qué se suelen tratar las UF como ejemplos
lexicográficos y, por otro lado, examinaremos el papel que los ejemplos pueden des-
empeñar en la descripción lexicográfica de estas unidades.
2
Un buen ejemplo de ello puede encontrarse en el análisis y comparación de los diccionarios.
Así, mientras que las unidades un abrazo o hasta las narices son tratadas como UF en el Diccionario del
español actual (DEA), en las entradas abrazo y nariz (respectivamente) en el CLAVE no lo son y figu-
ran en un apartado dedicado a las ‘notas’, es decir, a las informaciones complementarias, las cuales, en
alguna ocasión, han sido confundidas como un tipo de ejemplificación: abrazo […] USO La expresión un
abrazo se usa mucho como fórmula de despedida: Terminó diciendo: ‘Hasta mañana, un abrazo’; y
nariz […] USO Narices se usa como palabra comodín para formar locuciones eufemísticas: estar hasta
las narices significa ‘estar muy harto’ (CLAVE).
LOS EJEMPLOS EN EL TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 237
Roberts (1996: 187), no obstante, considera que, en algunas obras publicadas a partir
de los años 80, se observa una cierta evolución respecto al tratamiento dado a las UF:
si algunos diccionarios todavía las presentan como ejemplos dentro de un lema dado,
otros ya las separan claramente de los ejemplos propiamente dichos y las ubican en
una subdivisión independiente, identificada por una abreviatura, un signo gráfico o
por un nombre. Para Roberts, el hecho de presentar una UF en una frase-ejemplo con-
tribuye a ocultar su estatus, por lo que es mejor tratarla como una subentrada.3
Para Jacobsen et al. (1989) la solución a toda esta problemática pasa por la
diferenciación entre los ejemplos y las UF en términos formales: los primeros se con-
siderarían, así, categorías lexicográficas, mientras que los segundos serían categorías
lexicológicas.4 Advertimos, no obstante, que no basta con reconocer las UF como una
categoría lexicológica, para que tengan un tratamiento lexicográfico adecuado. Claro
está que es necesario reconocer su estatus, como unidades léxicas (UL) que son, y
discriminar sus diversos tipos, pero es fundamental que en la práctica lexicográfica,
tanto en la lexicografía bilingüe como monolingüe, se lleve a cabo de modo sistemá-
tico lo que se establezca desde la teoría.
Varios autores han hecho referencia a la práctica de tratar las UF como ejemplos
y a los problemas que se derivan de ella. Quizás sean las colocaciones el tipo de UF
que más suele figurar como ejemplos en los diccionarios.5 Aunque otros tipos de
unidades, como las locuciones, las fórmulas y las paremias también suelen aparecer
en los ejemplos (Corpas Pastor 1996: 172), parece haber, en el caso de las colocacio-
nes, una asociación directa entre éstas y el ejemplo lexicográfico. Así, Drysdale (1987:
215 apud Castillo Carballo 2001: 402) incluye entre las funciones del ejemplo la de
informar, aunque indirectamente, de las colocaciones típicas. De igual forma, Fox
(1987: 146) opina que los ejemplos de textos reales sirven para suministrar colocacio-
nes precisas. Svensén (1993: 100-102) va más allá y llega a afirmar que las colocacio-
nes léxicas, puesto que se relacionan con el aspecto expresivo, deben incluirse en
forma de ejemplos. Afirma, por otro lado, que las colocaciones semánticas se relacio-
nan con el aspecto del contenido y, por tanto, no deberían registrarse como ejemplos.
3
Opina, no obstante, que su uso merece ser ilustrado con un ejemplo, sobre todo cuando la unidad
puede sufrir algún tipo de variación.
4
Afirman, así, que «our use of example is based on the internal requirements of the entry: it is a
lexicographical category. (We use lexicographical of the formal categories – the slots on the dictionary
page for the insertion of information – in contrast to lexicological categories used to distinguish between
e.g. idioms, collocations, and free syntagms)» (Jacobsen et al. 1989: 2784).
5
Sobre ello, ha comentado Castillo Carballo (2001: 401): «Y es que, en el caso de las colocacio-
nes, hay que acudir a un seguimiento casi detectivesco para confirmar que, a pesar de la «ignorancia»
que manifiestan los propios creadores de diccionarios, estas están presentes en la microestructura, ya
que se pueden detectar, especialmente, en los ejemplos».
238 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
cerviz f 1 Parte posterior del cuello o del pescuezo (…) b) (lit) A veces se usa para
simbolizar el orgullo o la independencia, en constrs como BAJAR, o DOBLAR, LA ~,
LEVANTAR LA ~, SER DE DURA ~. (DEA).
De acuerdo con lo que se explica en el prólogo del DEA, lo que aparece escrito arriba
en cursiva y en letra versalita no puede entenderse como ejemplos, por cuanto en esta
obra éstos se introducen mediante una barra vertical (|) y son, en su gran mayoría,
citas breves, extraídas de los corpora consultados.7 Puede entenderse, en cambio,
como una explicación complementaria a la definición, un tipo de indicación sintáctica,
o sintáctico-semántica: «colocación o construcción preferente» (DEA: XXII), aunque
no queda claro el estatus de los elementos que figuran en versalita.
La problemática del tratamiento de las UF como ejemplos lexicográficos alcan-
za una gran trascendencia si consideramos la estrecha relación que tiene esta cuestión
con la importancia didáctica que se concede a los ejemplos. En efecto, tomando en
consideración todas las funciones que éstos pueden desempeñar, se hace evidente su
aplicación didáctica.8 Según Fox (1987: 137), el uso de ejemplos forma parte integral
del aprendizaje de una palabra: el aprendiz necesita tanto una explicación sobre su
significado como uno o más ejemplos de la palabra en uso. En esta línea, Calderón
Campos (1994: 111) y Castillo Carballo (2001: 402) opinan que, para que un diccio-
nario cumpla una función codificadora, es necesario que todas las acepciones se acom-
pañen de ejemplos. Así, considerando tanto el potencial didáctico de los ejemplos
6
Así, aunque en el prólogo del Diccionario Salamanca de la lengua española (DSLE) se exprese
que «muchos ejemplos que aclaran las definiciones muestran muchas colocaciones habituales y sirven
de modelo de construcción sintáctica» (DSLE: VI), que «se tienen en cuenta tanto las posibilidades o
nivel de uso, como las colocaciones o contextos» (DSLE: XI), o que «en muchos casos el ejemplo no es
una frase completa, sino una construcción que indica las colocaciones más frecuentes» (DSLE: XI), no se
aclara, en ningún momento, qué es una colocación.
7
Los que no fueron sacados de los corpora figuran precedidos por un asterisco (DEA: XXIII).
8
En este sentido, se habla de una función didáctica, que ha sido, incluso, asociada a la definitoria
(Orduña López 1999: 99), pero que, desde nuestro punto de vista, se intercala, asimismo, entre las demás
funciones.
LOS EJEMPLOS EN EL TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 239
Los ejemplos, por las funciones que pueden cumplir, son muy importantes en
el tratamiento lexicográfico de las UF en cualquier tipo de diccionario y, principal-
mente, en las obras dirigidas al aprendizaje. Aunque mucho se ha hablado de sus
beneficios en el tratamiento de las ULS, apenas se ha tenido en consideración el papel
que éstos pueden desempeñar en la descripción lexicográfica de los elementos
fraseológicos. No obstante, si se consideran los diversos tipos de función que se han
atribuido a los ejemplos, se puede percibir la medida de esta importancia. Examinare-
mos, a continuación, algunas de estas funciones,9 relacionándolas con el tratamiento
de las UF:
a) La función definitoria. La capacidad definitoria de los ejemplos parece estar
asociada a la propia concepción de ejemplo, por cuanto figura en gran parte de las
definiciones o caracterizaciones que se han hecho sobre él10 y, además, aparece citada
en el prólogo de muchas obras lexicográficas.11 Se suelen asociar los conceptos de
ejemplo, contexto y definición lexicográfica. Orduña López (1989: 105), por ejem-
plo, opina que la capacidad del ejemplo para transmitir el significado de la entrada
reside en el hecho de que la presenta en su contexto de uso.12 Esta asociación adquiere
un matiz especial, si se considera la dificultad de definir determinadas UF, como las
fórmulas:
ya ves (ve, etc). b) Fórmula con que se llama la atención sobre una pers o cosa que
se menciona inmediatamente. | (…) No son malos chicos… Ya ves Natalia, una
niña y trabajando ya en una oficina (DEA).
9
Se atribuyen varias funciones a los ejemplos, según se ve en las definiciones que cada autor
ofrece de éstos y en las propuestas en las que se presentan, de forma sistemática, estas funciones. Hemos
intentado reunir aquí algunas de ellas, basándonos, principalmente, en las aportaciones de Martin (1989),
Orduña López (1999) y Gutiérrez Cuadrado (1999).
10
Véase, por ejemplo, Haensch (1982: 509), Kpifer (1984: 69), Fox (1989: 137), Martin (1989:
601), Pérez Lagos (1998: 178), Gutiérrez Cuadrado (1999: 81) y Castillo Carballo (2001: 401).
11
Como en el CLAVE, el Diccionario de locuciones verbales para la enseñanza del español
(DICLOCVER), el Diccionario para la enseñanza del español (DIPELE) o el Gran diccionario de la
lengua española (GDLE).
12
Ésta es también la idea que está presente en Seco (1987: 233) cuando dice que, al presentar la
palabra en contexto, «se restituye a la voz la realidad palpable de su significación, que en la definición
escueta aparece descarnada y abstracta; y de esta manera definición y texto se ilustran mutuamente».
240 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
tirar la piedra y esconder la mano, fam. obrar mal y ocultarlo: ese chico es de los
que nunca dan la cara, tira la piedra y esconde la mano (DIPELE).
echar alguien de, o por, aquella boca. 1. frs. coloqs. Decir contra alguien con
imprudencia y enojo palabras injuriosas y ofensivas. Echaba por aquella boca sa-
pos y culebras (Diccionario de la lengua española (DRAE).
aguantar mecha COLOQUIAL. Soportar <una persona> con paciencia una contrarie-
dad o adversidad: Si te toman el pelo, pues aguanta mecha (DSLE),
con la boca abierta, o con tanta boca abierta. 1. locs. advs. coloqs. Suspenso o
admirado de algo que se ve o se oye. Estar, quedarse con la boca abierta. U. t. c.
locs. adjs. (DRAE).
13
Recordemos, asimismo, toda la complejidad involucrada en la definición de las UF con valor
irónico (Penadés Martínez 1999).
LOS EJEMPLOS EN EL TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 241
mano a mano; referido a la forma de hacer algo, entre dos personas que compiten
o colaboran estrechamente (…) SINT. Mano a mano se usa también como sustanti-
vo: Esta corrida es un mano a mano entre los dos mejores toreros de la temporada
(CLAVE).
faltar tiempo v. (a) [a alguien, para algo] Darse mucha prisa en hacer una cosa:
Cuando le comunicaron que había sido seleccionado para ese trabajo, le faltó
tiempo para decírnoslo. / El complemento [para algo] es un verbo en infinitivo: Le
ha faltado tiempo para enseñarnos su nueva casa (DICLOCVER).
14
Esta misma información puede suministrarse a través de otros procedimientos como la coloca-
ción de las variantes en la microestructura, observaciones metalingüísticas en la microestructura, apén-
dice gramatical, etc. (Alvar Ezquerra 1993: 130).
15
Jacobsen et al. (1989: 2783) identifican esta categoría como: «gloses, meaning discrimination,
sytatic/stylistic/cultural/encyclopaedic information».
242 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
faltarle tiempo a alguien para [hacer] algo (inf.). Apresurarse en hacer algo:
«Es un hombre muy chismoso y, tan pronto como se enteró de la noticia, le faltó
tiempo para ir a contársela a todo el mundo» (Diccionario fraseológico del español
moderno (DFEM).
Parece ser que la sola presentación del ejemplo exige del usuario una gran percepción
lingüística para deducir las informaciones gramaticales pertinentes. Queda claro, por
tanto, que los ejemplos funcionan como un apoyo en la comprensión, en este caso, de
un dato gramatical pertinente al funcionamiento del lema. Es decir, ilustran ciertos
puntos específicos, los cuales, no obstante, muy probablemente no serían deducidos
por el usuario sin la ayuda de las notas gramaticales.16
16
En este sentido, cabe destacar un procedimiento adoptado en el DSLE, el cual, en cierto modo,
sirve para ilustrar esta limitación de los ejemplos: en este diccionario, como no hay un sistema de nota-
ción gramatical, se destacan las preposiciones que forman el régimen de verbos, adjetivos y sustantivos,
subrayándolas, en los ejemplos, con letra negrita, como en hacer (…) 24 Tener <una persona o una
cosa> [una función o una profesión]: Hace de maestro en un colegio (DSLE). Este procedimiento se
aplica únicamente a las ULS y sirve para indicar el régimen preposicional.
LOS EJEMPLOS EN EL TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 243
puesto que los ejemplos podrían aportar una serie de matices que aclararían el empleo
de la UF. Por otra parte, en las entradas que presentamos a continuación, el contexto
proporcionado por el ejemplo sirve para ratificar, en cierta forma, los rasgos caracte-
rísticos de la UF que se encuentran expresados en la definición y en la marcación:
echar u. p. las puertas abajo (inf.). Llamar a la puerta muy fuerte o violentamen-
te: «La próxima vez que llegues tan tarde procura no echar las puertas abajo, que
hay gente durmiendo» (DFEM).
enviar a hacer puñetas v. (II) vulg. [alguien, algo/a alguien] Despedir {a una
persona}, rechazar con enojo {a una persona o una cosa}: Él la insultó y ella lo
envió a hacer puñetas (DICLOCVER).
17
Como recuerda Fox (1989: 139-140), es muy difícil determinar, en lingüística, qué es natural,
pero, en todo caso, la noción de aceptabilidad debe usarse como una guía a la hora de elaborar o selec-
cionar ejemplos que expresen el uso de la unidad en cuestión.
244 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
a partir de. Desde. | […] Si se computa el valor, se deberán los intereses legales
del mismo a partir de aquel momento. b) a partir de [algo]. Tomándo[lo] como
base. | […] Estos experimentos indican la existencia de un reloj interno localizado
en el hipocampo (lóbulo temporal), donde neuronas específicas se disparan
rítmicamente y responden a los impulsos sensoriales. A partir de ahí se ha estable-
cido radiocomunicación entre computadores y el cerebro de primates en libertad
(DEA).
Pero, los ejemplos también pueden tener una función práctica para los lexicógrafos,
puesto que les permiten elucidar pequeñas alteraciones semánticas o cambios de cate-
goría gramatical sufridos por una UF, eximiéndoles de presentar una nueva acepción o
subacepción:
loc adv 9 como está mandado, o como Dios manda. (col) Como debe ser. Tb adj.
(…) En la taberna hay un grupo de carlistas que beben vino como Dios manda. (…)
Una valenciana como está mandado, o sea, tetuda y opulenta (DEA).
mano a mano b) Encuentro en que participan solo dos perss. compitiendo o discu-
tiendo entre sí. Tb fig. (…) Hoy, tercer y último mano a mano televisado entre Ford
y Carter. (…) Un mano a mano sinfónico de Bernaola y Bruckner (DEA).
En estos casos, como bien ha señalado Landau (1989:167), los ejemplos, más que dar
soporte a la definición, indican también cuándo el lema se usa en sentido metafórico
o literal.18
Por otra parte, como hemos visto en la función definitoria, es común que se
reúnan varias acepciones en un enunciado como si de una única definición se tratara.
En estos casos, casi siempre se ofrece sólo un ejemplo que corresponde a una de estas
acepciones, como en
Así, este procedimiento contraría no sólo la función definitoria de los ejemplos, como
hemos señalado, sino también su función práctica. Otra cuestión que puede estorbar
18
En este sentido, podemos decir que los ejemplos cumplen, asimismo, una función retórica, como
señala Martin (1989: 602). Para este autor, ciertos usos, principalmente los figurados, se prestan mal a la
definición, de modo que los ejemplos pueden servir para ilustrar las tendencias de la derivación analógica
y metonímica de las palabras.
LOS EJEMPLOS EN EL TRATAMIENTO LEXICOGRÁFICO DE LAS UNIDADES FRASEOLÓGICAS 245
sacarse [algo] de la mano [a alguien]. Inventárse[lo], o hacer que surja como por
arte de magia o por sorpresa. (…) Cuando todo está perdido se sacan de la manga
un Decreto. (…) Le he recordado una gracia que teníamos que pagar de Hacienda.
Una historia atrasada que se sacan ahora de la manga (DEA).
velar las/sus armas (…) Pasar la noche {el hombre que va a ser nombrado caba-
llero} vigilando las armas: Don Quijote también veló las armas; Has pasado la
noche en cubierta como un caballero velando sus armas (DICLOCVER).
19
De todos modos, como ya se ha afirmado: «Todo diccionario cumple a sabiendas o a ciegas (lo
cual es muchísimo peor) un papel prescriptivo» (Gutiérrez Cuadrado 1999: 84), y esto se aplica especial-
mente a la ejemplificación.
20
Para Alvar Ezquerra (1993: 137), los ejemplos enciclopédicos, o falsamente enciclopédicos, son
los que mayor información cultural e ideológica demuestran. Así, los refranes usados como ejemplos en
el Diccionario de uso del español, de María Moliner, pese a «lo comprometidos que son como modelos
sintácticos y semánticos de la lengua actual», son una buena muestra de ejemplos que manifiestan ele-
mentos ideológicos y reflejan una situación socio-cultural.
246 MARÍA EUGÊNIA OLÍMPIO DE O. SILVA
cortarse la coleta 1 TAUROM Abandonar <el torero> su oficio: El número uno anun-
cia que se cortará la coleta después de la feria de San Isidro de Madrid (DSLE).
Esta práctica parece estar determinada, por lo menos en el caso de las UF, por el
tipo de ejemplo, citado o inventado. En el primer caso, se registran más datos enciclo-
pédicos y culturales, mientras que los ejemplos ad hoc tienden a ser más bien neutros,
en lo que a la introducción de informaciones enciclopédicas se refiere.
4. CONSIDERACIONES FINALES
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1. INTRODUCCIÓN
1
Esta comunicación se enmarca en el proyecto de I+D «Diccionario de locuciones para la enseñanza
del español» (BFF2003-05486), financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.
2
Véase Porto Dapena (2002: 137, 150-151, 155, 163).
3
Así lo cree también Ruiz Gurillo (2000: 264-265).
4
Ya lo señala Bargalló Escrivá (1999: 16) para las unidades léxicas simples correspondientes a
palabras.
249
250 INMACULADA PENADÉS MARTÍNEZ
5
Entre otros, vid. Ruiz Gurillo (2000: 265), Castillo Carballo (2000: 362-363), Déniz Hernández
(2000: 384), Castillo Carballo (2001: 406-410), González Orejón (2002) y Martínez Montoro (2002b:
80-183).
6
De acuerdo con los datos aportados por Castillo Carballo (2001: 409), las locuciones sustantivas
marcadas como tales en la 21ª edición del Diccionario de la Academia son sólo tres: el más allá, luz
verde y el no va más, mientras que, según González Orejón, en esa misma edición sólo se registran 11
locuciones marcadas como verbales, en concreto armarla, cortarse solo, hacerla, liarlas, pagarla o
pagarlas, pasarlo, pelárselas, picárselas, pintarla, pirárselas y vuelve por otra. Hay que precisar que,
tanto en este caso como en el anterior, los datos se refieren a la edición en CD-ROM de la 21ª edición,
que es del año 1995. Con todo, la consulta de la edición en papel (Real Academia Española 1992)
muestra ya la presencia de las marcas loc. sustantiva y loc. verbal para todas esas unidades. No ocurre lo
mismo, inexplicablemente, en la última edición, pues en la editada en papel (Real Academia 2001) las
que antes eran locuciones verbales pasan a ser frases, a excepción de vuelve por otra, que es marcada
ahora como «loc. interj.». Por su parte, luz verde presenta como única marca gramatical «f.», aunque el
hecho de que aparezca en el primer bloque del artículo dedicado a las formas complejas hace pensar que
para la Academia es ahora una combinación estable del lema con otro elemento y no una locución (Real
Academia Española 2001: XLVII). Finalmente, es difícil deducir la clasificación de el más allá, que sólo
tiene la marca «m.»; ahora bien, al estar situada entre una expresión y una locución adverbial, es decir,
en el segundo bloque de las formas complejas, el dedicado a las locuciones, expresiones, frases e
interjecciones, podría deducirse que es considerada una locución nominal.
LA INFORMACIÓN GRAMATICAL SOBRE LA CLASIFICACIÓN DE LAS LOCUCIONES 251
7
El vaciado de las locuciones marcadas como nominales, pronominales, adjetivas, verbales y
adverbiales en el DEA ha sido llevado a cabo por Agathe Rakotojoelimaria, en su período de doctoranda
del programa de Lingüística Aplicada de la Universidad de Alcalá y en calidad de becaria de apoyo a la
investigación, asignada al proyecto de I+D «Diccionario de locuciones para la enseñanza del español»
(BFF2003-05486), actualmente en fase de realización bajo mi dirección en la Universidad de Alcalá.
252 INMACULADA PENADÉS MARTÍNEZ
todo el diccionario se usan en tan reducido número de ocasiones e incluso una sola
vez, tanto más cuanto que el valor adversativo o condicional de la locución puede
venir señalado en la propia definición.8 Finalmente, con las abreviaturas del tipo locs.
adjs. y locs. advs., en plural, se marcan locuciones como al alcance, que presenta las
variantes a mi/tu/su alcance, si bien el uso de la abreviatura en plural puede dar la
falsa idea de que se trata de varias locuciones y no de distintas variantes de una misma
locución. En resumen, el tratamiento de las locuciones, en cuanto a su marcación
gramatical, no parece haber mejorado de manera sustancial en la última versión del
diccionario de la Academia, especialmente en lo que se refiere a la clasificación de las
verbales. Puede que esto esté en relación con su naturaleza verbal, frente a las otras
clases, y con el hecho de haber modificado la Academia la definición de locución, que
ya no corresponde a la que dio Casares (1969: 170), introducida en el DRAE en la
edición 19ª de 1970. La parte de la definición relativa a lo que conocemos como
significado idiomático ha sido suprimida de la acepción 4 de locución y aparece en
una nueva acepción de frase, la 7, marcada como propia de la Lingüística,9 cuando
actualmente en fraseología se tiende a no utilizar términos como frase para referirse a
las unidades fraseológicas.10
La asignación de una clase a las locuciones no puede verse como una cuestión
baladí, relacionada, sin más, con la reivindicación, desde la fraseología y la fraseografía,
de un tratamiento idéntico para las unidades léxicas simples y para las locuciones. La
razón estriba en el hecho de que considerar una locución como perteneciente a una u
otra clase trae aparejado el establecimiento de lemas distintos y la redacción de
8
Examínese la definición de si acaso, marcada como «loc. conjunt. cond.»: «U. para expresar la
posibilidad o contingencia de lo manifestado por el verbo».
9
Compárense las definiciones de locución en las dos últimas ediciones del diccionario académico
(Real Academia 1992: 1268 y 2001: 1395) y véase la nueva acepción de frase (Real Academia 2001:
1086):
«3. Gram. Combinación estable de dos o más palabras, que funciona como oración o como
elemento oracional, y cuyo sentido unitario no siempre se justifica, como suma del significado normal
de los componentes».
«4. Gram. Combinación fija de varios vocablos que funciona como una determinada clase de
palabras».
«7. Ling. Expresión acuñada constituida generalmente por dos o más palabras cuyo significado
conjunto no se deduce de los elementos que la componen».
10
De este modo, no se puede afirmar que exista la cercanía que Martínez Montoro (2002b: 183-
184) señala entre la concepción de Casares y la de la Academia.
LA INFORMACIÓN GRAMATICAL SOBRE LA CLASIFICACIÓN DE LAS LOCUCIONES 253
definiciones diferentes para la que tal vez podría ser la misma locución. Dicho de otro
modo, esta cuestión afecta al significante y al significado de una locución, o sea, a la
propia esencia de una unidad. Y, justamente, en este sentido, lo que nos encontramos
al revisar los diccionarios no es la mejor de las situaciones. Por ejemplo, cerca de 290
locuciones verbales, a tenor del lema y la definición que de ellas ofrece el Diccionario
SALAMANCA, son adverbiales, según los datos ofrecidos por el DEA.11 Asimismo,
unas 90 locuciones, verbales en función del lema y de la definición del primero de
estos diccionarios, son nominales de acuerdo con su tratamiento en el segundo.12 Y a
estos datos, significativos por su importancia numérica, se añaden otros, menos
relevantes cuantitativamente, pero no menos interesantes desde un punto de vista
cualitativo. Así, por ejemplo, la locución (como) cosa de debe considerarse adverbial
por su paráfrasis definitoria en el SALAMANCA, mientras que en el DEA se clasifica
como preposicional bajo el lema cosa de.
Para subsanar estos desajustes entre las distintas obras lexicográficas españolas
es necesario establecer criterios y fijar procedimientos que, de manera objetiva, ayuden,
a la hora de confeccionar un diccionario, en la tarea de informar sobre la clasificación
de las locuciones. Los criterios, como no puede ser menos, deberán corresponder al
comportamiento lingüístico de las unidades que hayan de ser clasificadas, mientras
que los procedimientos pueden consistir en la consulta de corpus donde se registren
las locuciones, con el fin de atestiguar su comportamiento lingüístico, pues éste es el
que debe determinar su posterior clasificación como unidades estudiadas por la
fraseología y como unidades tratadas por la lexicografía.
11
González Aguiar (2002-2003: 40) también se hace eco de esta situación, al comparar el DRAE,
el DUE y el Diccionario fraseológico de Varela y Kubarth.
12
Los datos obtenidos son el resultado de comparar cada una de las locuciones verbales incluidas
en el Diccionario Salamanca con la locución posiblemente equivalente registrada en el DEA, a fin de
obtener la nomenclatura del Diccionario de locuciones verbales para la enseñanza del español (Penadés
2002). El vaciado de las locuciones verbales del Diccionario Salamanca fue hecho por Mª Eugênia
Olímpio de Oliveira Silva, en su período de doctoranda del programa de Lingüística Aplicada de la
Universidad de Alcalá.
254 INMACULADA PENADÉS MARTÍNEZ
Así pues, de la consulta del CREA en todos los medios, en España, se obtienen
los siguientes resultados:
1) No existen casos que ilustren el uso de (ser) el chocolate del moro,13 (ser) la
biblia en pasta, (ser) la reoca, (ser) la repanocha y (ser) un cacho de pan, por lo que
nada se puede decir, a partir de la consulta del CREA, sobre la naturaleza verbal o
nominal de esas locuciones.14 Asimismo, queda por ahora fuera del examen (ser) la
leche, pues el gran número de casos obtenidos en la consulta de la secuencia la leche,
1285 en 440 documentos, no permite examinar los ejemplos.
2) Hay locuciones de las que el CREA sólo presenta un comportamiento que
corresponde a su forma verbal: (ser) ave de paso, (ser el) garbanzo negro, (ser) el
rigor de las desdichas, (ser) la caraba, (ser) la flor de la maravilla, (ser) la monda1,
(ser) la monda2, (ser) la pera y (ser) un pedazo de pan. Ahora bien, dado que los
ejemplos ofrecidos por el DEA para (ser el) garbanzo negro y (ser) el rigor de las
desdichas muestran que pueden funcionar como lo hacen los sustantivos en función
de objeto directo y de complemento del nombre, hay que aceptar la posibilidad de que
sean, tal como las marcan Seco, Andrés y Ramos, locuciones nominales. De manera
análoga, aunque de (ser) la caraba el CREA sólo incluya ejemplos que avalarían la
forma verbal de la locución, el DEA ilustra su uso con un ejemplo en que la locución
se construye con un verbo distinto de ser, por lo que puede ser marcada como nomi-
nal. Contrario es el caso de (ser) ave de paso, (ser) la monda1, (ser) la monda2 y (ser)
la pera. Los ejemplos del CREA testimonian un comportamiento lingüístico de estas
unidades que justificaría su clasificación como verbal (Un marino es un ave de paso
... rumbo a cualquier parte del mundo, La familia Trapisonda, un grupito que es la
monda, Todavía te preocupa tu imagen, ¿eh? Sois la monda, Estos niños de divorcia-
dos son la pera), al igual que los propios ejemplos del DEA, por lo que en este caso la
marcación del SALAMANCA sería la acertada. En lo que se refiere a (ser) la flor de la
maravilla, los ejemplos del DEA van precedidos de un asterisco (*), que en este dic-
cionario (Seco, Andrés y Ramos 1999: XXVII) indica que el texto que sigue es un
ejemplo de procedencia no localizada; de hecho, *Tu madre es la flor de la maravilla
y *Este tiesto es la flor de la maravilla parecen, más bien, ejemplos inventados por
los autores del Diccionario del español actual. Pero la solución no estriba en afirmar
que, si el CREA registra un caso con ser, la locución es verbal, tal como la marca el
13
Van entre paréntesis los elementos cuya aparición determina la forma verbal de la locución (la
que registra el SALAMANCA) y cuya exclusión proporciona la forma nominal (la propia de la locución
según el DEA).
14
No es el caso de las variantes (ser) la biblia en verso y (ser) un pedazo de pan, de manera que sí
son analizadas a continuación. En cuanto a la variante ser un trozo de pan, incluida en el SALAMANCA,
no se examina por no registrar el DEA una posible forma nominal equivalente.
LA INFORMACIÓN GRAMATICAL SOBRE LA CLASIFICACIÓN DE LAS LOCUCIONES 255
(1) el fin del mundo (el aplazamiento del euro que, en su opinión, no
significaría el fin del mundo);
(2) moco de pavo (Corneille no se consideraba moco de pavo);
(3) plato de gusto (el apoyo de CIU al Gobierno [...] no constituye un plato
de gusto);
(4) trigo limpio (a ella no le parecía trigo limpio);
(5) agua pasada (Los desbordamientos de ríos [...] se han convertido en agua
pasada gracias al esfuerzo por encauzar los ríos);
(6) el colmo (pero hacer el discurso antiaparato me parece el colmo de la
falta de sentido político);
(7) el espíritu de la golosina (para lo que tú comes da igual, que te estás
quedando como el espíritu de la golosina);
(8) el pan (nuestro) de cada día (su mandato [...] hizo de la purga constante
e indiscriminada el pan nuestro de cada día);
(9) pan comido (al flamenco [...], no le temo a ningún género, pero tampoco
lo considero pan comido);
(10) un cero a la izquierda (Goikoetxea se sintió como un cero a la izquierda);
15
El ejemplo del CREA es: Diríase que, con toreo así, Las Ventas sería un alboroto de entusiasmo,
el Olimpo del arte, la flor de la maravilla.
16
El SALAMANCA (1996: 731) define ser la flor de la maravilla como ‘Cambiar < una persona >
bruscamente’, mientras que para el DEA (1999: 2193) flor de la maravilla es ‘Pers. o cosa que cambia
bruscamente de estado y que tan pronto está bien como mal’.
256 INMACULADA PENADÉS MARTÍNEZ
(11) el año de la polca (un chándal de Deportes Cóndor que estuvo de oferta
en el año de la polca);
(12) el ojo (u ojito) derecho (Aparte, claro está, de los servicios informativos,
el ojo derecho del Régimen):
(13) flor de un día (se tratara [...] de ese contacto bello como la flor de un
día);
(14) la biblia en verso (estaba fenomenal de todo: glóbulos rojos, glóbulos
blancos, plaquetas, hematocritos, la biblia en verso);
(15) un barril de pólvora (la economía mundial está sentada sobre un barril
de pólvora);
(16) pobre diablo (Esa es la diferencia entre un gran artista y un pobre diablo);
(17) pera (o perita) en dulce (los promotores le buscaron una perita en dulce,
[...], que como era su obligación cayó fulminado por K.O.);
(18) verdad de Pero Grullo (o de Perogrullo) (Y este comentario que parecía
dictado por la tenue hilaridad de una verdad de Perogrullo).
3. CONCLUSIONES
APÉNDICE
SALAMANCA DEA
no ser el fin del mundo el fin del mundo b)
no ser moco de pavo moco de pavo
no ser plato de gusto plato de gusto
no ser trigo limpio trigo limpio
ser agua pasada agua pasada
ser ave de paso ave de paso b)
ser del año de la polca el año catapún (o catapum),
o de la polca, o de la pera,
o de la nana (o nanita)
ser el chocolate del loro el chocolate del loro
ser el colmo1 el colmo
ser el espíritu de la golosina el espíritu de la golosina
ser el garbanzo negro garbanzo negro
ser el ojo / ojito derecho el ojo (u ojito) derecho
ser el pan nuestro de cada día el pan (nuestro) de cada día
ser el rigor de las desdichas el rigor de las desdichas
ser flor de un día flor de un día
ser la biblia en pasta / verso la biblia en verso, o en pasta
ser la caraba la caraba
ser la flor de la maravilla la flor de la maravilla
ser la leche la leche
ser la monda1 la monda1
ser la monda2 la monda2
ser la pera la pera
ser la reoca la reoca
ser la repanocha la repanocha
ser pan comido pan comido
ser un barril de pólvora un barril de pólvora
ser un cero a la izquierda un cero a la izquierda
ser un pedazo / trozo / cacho de pan un cacho de panun pedazo de pan
ser un pobre diablo pobre diablo
ser una pera / perita en dulce pera (o perita) en dulce
(ser) una verdad de Perogrullo verdad de Pero Grullo (o de Perogrullo)
258 INMACULADA PENADÉS MARTÍNEZ
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