Está en la página 1de 3

Jerarquía Visual

Una de las características esenciales de cualquier diseño eficaz es que tenga una clara
jerarquía visual. La jerarquía visual se puede definir como la composición de elementos
en un diseño, de modo que haya una diferencia entre ellos, y esta diferencia tenga un
orden visual. En otras palabras, la jerarquía visual hace que un diseño parezca más
organizado, fácil de entender, estéticamente atractivo y, también, mejora la organización
de la información. 
Para conseguir jerarquía visual es importante tratar de trabajar con todos los recursos de
la caja de herramientas del diseño –color, contraste, tipografía, espacio y otros
principios básicos– para organizar y priorizar el contenido. 
Una de las funciones más importantes de la jerarquía visual es ayudar a establecer un
punto focal, ofreciendo a los espectadores un punto de entrada para comenzar a navegar
por el diseño y demostrarles dónde se encuentra la información más importante.

1. Tamaños que mejoran o reducen la visibilidad


El elemento de diseño más grande llama la atención. La ampliación del tamaño de un
objeto (sus dimensiones) y la escala (su tamaño en relación con otros objetos) es una de
las formas más fáciles y efectivas de darle importancia visual. Por otro lado, los
elementos de diseño que no son tan importantes –o de los que quieres quitar énfasis–
pueden ir en tamaños reducidos para ser menos visibles. Como en cualquier principio de
diseño, el equilibrio es la clave.

2. Color y contraste: atención directa de los espectadores


Estamos visualmente atraídos por el color, en especial cuando se usa de manera
estratégica para resaltar alguna imagen o información importante. Un toque brillante de
un color como el rojo o el amarillo, por ejemplo, colores llamativos . Y del mismo
modo es posible trasladar cualquier elemento o información a un segundo plano
empleando colores menos brillantes y llamativos. De nuevo, la clave aquí es el uso del
color con moderación y con propósito.

Existen varias formas para alcanzar un contraste de colores llamativo:

Temperatura:

Valor:
Saturación: 

3. Jerarquía tipográfica: 3 niveles para organizar un diseño


Para cualquier diseño que incluya texto, la jerarquía tipográfica es un componente de la
jerarquía visual que no se puede descuidar. Para tener una idea básica de la jerarquía
tipográfica, solo hay que imaginarse un artículo de revista con un titular, subtítulo y
cuerpo. Este enfoque básico de tres niveles se puede aplicar a cualquier tipo de diseño,
desde tarjetas de visita hasta páginas web.

 Primer nivel: la información más importante se transforma, normalmente, en un


elemento tipográfico más visible en el diseño.
 Segundo nivel: elementos que organizan el diseño en secciones o agrupan
información relacionada. El tipo de letra no debe destacarse tanto como en el primer
nivel, sino que debe dirigir claramente a los espectadores a las diferentes partes del
diseño y ayudarles a navegar con facilidad.
 Tercer nivel: para un diseño con mucho texto, la tipo del tercer nivel tiene,
normalmente, el objetivo de funcionar como mensaje completo, por lo que tendrá más
detalles. Sea qual sea el tamaño de texto –un artículo completo, una breve nota, una
breve descripción–, la principal preocupación de este tipo debe ser su legibilidad.

4. Fuentes: elije categorías y estilos tipográficos con cuidado


La jerarquía tipográfica no es el único aspecto a considerar. La apariencia de las fuentes
–la categoría y el estilo– pueden resalzar o empeorar un diseño. Hay que pensar en las
tipografías como si fueran personas con su propia personalidad. Entre los tipos, existen
algunos que son ruidosos y extravagantes, algunos que son tranquilos, pero interesantes,
y otros que son flexibles y se adaptan dependiendo de con quién esté.

Carta del restaurante VORS por Mubien Studio


5. Espacio: dale al diseño equilibrio, ritmo y enfoque
El espacio en blanco –y el espacio en general– es uno de los principios de diseño que
suele estar más descuidado, por lo que es el punto clave en la jerarquía visual.
Normalmente, cuando no se planifica el espacio en blanco en el diseño, tal vez se corre
el riesgo de incluir la mayor cantidad de información posible convirtiendo el resultado
final como una información confusa. Esto se debe a que el espacio en blanco es esencial
para separar y organizar los elementos de un diseño y ayudar a que se vea ordenado y
bien equilibrado.

Catálogo de la tienda conceptual DOIY por Folch


6. Composición: estructura tu diseño
Aunque se pueda guiar a los espectadores con algunas técnicas que ya hemos
mencionado, la mayoría de los diseños se benefician de una estructura y una
organización, conocidas como composición. Los creativos han confiado en las técnicas
de composición durante siglos, muchas de las cuales todavía son vigentes a día de hoy.
Aquí, algunas de las técnicas más comunes:

 Regla de los tercios: crear una composición dinámica en la que el punto focal no
se ubica en el centro. Esta regla divide un diseño en una cuadrícula (tres líneas
horizontales y tres líneas verticales). El punto focal se coloca en una de estas líneas, o
idealmente, en uno de los cuatro puntos donde se cruzan las líneas.

La regla de los impares: La regla de los impares a menudo también


involucra tercios. La idea detrás de esta es que un número impar de
objetos (tal vez el punto focal rodeado por otros dos elementos – o
cuatro, como se muestra debajo) siempre es más interesante y
agradable para la vista que un número par.

Movimiento implícito: Esta puede ser una técnica muy efectiva cuando


se señala información importante y se ofrece un camino obvio a través
del diseño. ¿Cómo crear este tipo de movimiento? Líneas guía.
Las líneas guía no tienen porqué ser líneas reales (aunque sí pueden
serlo). También pueden ser objetos o formas, elementos de diseño
repetidos, una interacción de espacio positivo y negativo, o cualquier
otra cosa que cree una sensación de movimiento direccional.

También podría gustarte