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mismos_0_901159876.html

La procrastinación, o cómo nos


saboteamos a nosotros mismos
La procrastinación, dejar las cosas para mañana, es un fallo del circuito del
autocontrol en el cerebro que sufre la mayor parte de la gente en mayor o menor
medida, pero se puede corregir
Darío Pescador

22/05/2019 - 22:56h
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procrastinación

Procrastinar es algo tan común como difícil de pronunciar. Consiste en


aplazar las tareas o decisiones necesarias, y hacer en su lugar algo que nos
produzca una satisfacción inmediata. Por ejemplo, yo tendría que
estar escribiendo este artículo sobre la procrastinación, pero de repente me
parece extremadamente urgente limpiar mi cuenta de Facebook de personas
que no conozco, u ordenar mis camisetas doblándolas al estilo Marie Kondo.
Lo peor de la procrastinación es que sabemos lo que estamos haciendo.
Somos conscientes de que es un comportamiento autodestructivo, que nos
acarreará consecuencias negativas más tarde y, sin embargo, no
conseguimos evitarlo.

Los estudios indican que al menos el 20% de los adultos y el 50% de los
estudiantes consideran que tienen un problema grave de procrastinación. Pero
sin llegar casos extremos, se calcula que entre un 80 y un 95% de los
estudiantes lo sufren de una forma u otra, tanto es así que se llama el
síndrome del estudiante. Esto quiere decir que prácticamente todo el mundo lo
ha experimentado alguna vez.

La procrastinación es un fallo en la capacidad de autorregulación del cerebro.


El autocontrol es lo que nos permite sobrevivir como especie. Es lo que hace
que repartas la comida con el humano que tienes al lado, a pesar de que te la
quieres comer toda, porque la supervivencia depende de la existencia del
grupo, no del individuo. Es lo que impide que le rompas la cabeza con una
silla a tu jefe, aunque lo odies profundamente.

No es de extrañar, por tanto, que nuestro cerebro tenga circuitos dedicados


específicamente a inhibir nuestros instintos individuales en favor de
beneficios futuros. Pero ocurre con otras adaptaciones evolutivas, todavía no
le hemos pillado el tranquillo al autocontrol. Los curas pederastas, los
políticos corruptos, y esa inmensa mayoría de procrastinadores son ejemplos
claros de que ese mecanismo no siempre funciona como se espera.

Así funciona la procrastinación


La falta de autocontrol de la procrastinación pone la satisfacción inmediata
(mirar Facebook, ver una temporada entera de una serie en Netflix) por
encima de otros fines que son desagradables a corto plazo (trabajar en el
proyecto pendiente, ir al gimnasio) pero que indudablemente tienen beneficios
posteriores.

En definitiva la procrastinación es la distancia entre lo que tenemos intención


de hacer y lo que de verdad hacemos. En el caso de la dieta, ese pastel o esa
pizza a domicilio son el ejemplo perfecto de la autorregulación cuando falla:
un minuto en la boca, toda la vida en la barriga.

La procrastinación no es ninguna broma. Entre las consecuencias más


negativas están peores notas en la escuela y universidad, salarios más bajos y
mayor desempleo en el mundo laboral, mayor estrés, más problemas mentales
y peor salud.

¿Por qué nos saboteamos a nosotros mismos de esta manera? Parece un fallo
de diseño muy grave para estar tan extendido.

La decisión de hacer algo ahora o dejarlo para más tarde resulta de una
batalla interna de motivaciones. El autocontrol nos empuja a hacer algo
desagradable, pero que será bueno en el futuro. La procrastinación tira en
dirección contraria: hacer otras cosas agradables y que producen satisfacción
instantánea para evitar el sufrimiento de la tarea desagradable, por ejemplo,
estudiar o hacer deporte.

A medida que se acerca la fecha del examen, la entrega o la operación traje de


baño, la motivación para hacer la tarea desagradable gana la pelea, porque en
ese momento ya es urgente.

Así se entiende que cuanto más lejano y abstracto es el objetivo, más fácil
es caer en la procrastinación. Los objetivos genéricos como "tengo que
adelgazar" no ayudan. Es mucho más sencillo hacer tareas limitadas y bien
definidas como "ir al gimnasio el lunes, miércoles y viernes".

Lo mismo ocurre cuando una tarea parece muy larga, muy difícil o
inabarcable, como acabar una carrera, o pintar una valla muy larga. Esto tiene
además otros efectos secundarios, como la confianza excesiva en nuestra
capacidad futura. Pensamos "hay tiempo de sobra, esto lo puedo hacer en dos
minutos". Esta predicción casi nunca es cierta.

La personalidad y la influencia de las emociones también son un factor


determinante, aunque limitado. Las personas más escrupulosas tienden a
procrastinar menos, mientras que las más ansiosas y neuróticas (que
experimentan más sensaciones negativas) lo hacen más, precisamente por la
evitación. Las personas impulsivas también tienden a dejarse llevar por las
distracciones y la perfeccionistas no consiguen arrancar por miedo al fracaso.

La cura de la procrastinación
¿Tiene arreglo? Nuestra vida cotidiana actual no pone fácil escapar a la
procrastinación, ya que ofrece un enorme menú de distracciones a través de
las pantallas de nuestros dispositivos móviles. En EEUU se calcula que
Facebook es responsable de pérdidas de productividad por valor de tres
billones (de los de doce ceros) de dólares desde 2008.

La buena noticia es que vencer la procrastinación es una habilidad que se


puede aprender. El entrenamiento para superarla consiste en la observación
del propio comportamiento para identificar cuándo empezamos a procrastinar,
y entonces tomar medidas:

 Dividir las tareas grandes o abstractas en pasos concretos y más asequibles


 Eliminar las distracciones que nos rodean todo lo posible
 Rebajar la ansiedad con periodos cortos de actividad de unos pocos minutos,
por ejemplo, usando la técnica pomodoro
 Llevar un registro del progreso para mantener la motivación y hacer las
estimaciones más realistas
Un estudio reciente ha podido comprobar que hay una relación inversa entre la
procrastinación y la meditación consciente o mindfulness. La capacidad para
concentrarse en el momento presente ayuda a evitar la procrastinación, y al
contrario, cuando se corrige la procrastinación se facilita vivir en el momento
presente sin ansiedad ni estrés.

Uno de los hacks más simples y efectivos contra la procrastinación es la


técnica pomodoro, inventada por Fancesco Cirillo en los años 80. Consiste en
usar un temporizador de cocina mecánico, que en el caso del autor tenía forma
de tomate (pomodoro en italiano).

Se pone la alarma para que suene en 25 minutos, y durante ese tiempo se


trabaja en la tarea sin distracciones. Cuando suela el timbre, se hace una pausa
de cinco minutos y se vuelve a empezar, con pausas más largas cada cuatro
"pomodoros". Pruébalo. No lo dejes para mañana.

¿En qué se basa todo esto?


Differentiating Procrastinators from Each Other: A Cluster Analysis
Aproximadamente una quinta parte de la población adulta y la mitad
de la población estudiantil se consideran a sí mismos como
procrastinadores severos y crónicos.
The Effects of Student Syndrome, Stress, and Slack on Information
Systems Development Projects
El síndrome del estudiante se aplica cuando los humanos comienzan
las tareas lo más tarde posible y disminuyen os márgenes de
seguridad aumentan así la presión del tiempo y los niveles de estrés.
Validation of the Short Form of the Academic Procrastination Scale
Los resultados proporcionaron apoyo para una medida
unidimensional de la procrastrinación académica, que poseía una
buena confiabilidad de consistencia interna en esta muestra de 282
estudiantes.
Procrastination's Impact in the Workplace and the Workplace's
Impact on Procrastination
Los altos niveles de procrastinación se asocian con salarios más
bajos, menores duraciones de empleo y una mayor probabilidad de
estar desempleados o subempleados en lugar de trabajar a tiempo
completo.
"I’ll go to therapy, eventually": Procrastination, stress and mental
health
La procrastinación y el estrés se asocian con problemas de salud
mental, problemas de salud y demoras en el tratamiento.
An assessment of appraisal, anxiety, coping, and procrastination
during an examination period
En un análisis post hoc, los procrastinadores en mayor grado eran
más propensos que los procrastinadores moderados a en cada etapa
prometerse "que las cosas serán diferentes la próxima vez".
The nature of procrastination: A meta-analytic and theoretical
review of quintessential self-regulatory failure.
Un metanálisis de las posibles causas y efectos de la procrastinación,
basado en 691 correlaciones, revela que el neuroticismo, la rebeldía y
la búsqueda de sensaciones muestran solo una conexión débil. Los
predictores fuertes y consistentes de la procrastinacion fueron
aversión a la tarea, retraso en la tarea, autoeficacia e impulsividad,
así como escrupulosidad y sus facetas de autocontrol, distracción,
organización y motivación para el logro.
Procrastination at Work and Time Management Training
Los resultados sugieren que la capacitación en administración del
tiempo es útil para disminuir la preocupación y la procrastinación en
el trabajo.
Being in the moment later? Testing the inverse relation between
mindfulness and procrastination
Estos hallazgos informan a los practicantes sobre la importancia de
cultivar la atención plena como un medio para reducir la
postergación. Del mismo modo, reducir la tendencia de los individuos
a posponer las cosas también puede promover comportamientos
conscientes.

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