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La Moradita de Inca Kola

Luego de 80 años de identificación de la Inca Kola como bebida de sabor nacional, Coca Cola lanzó al mercado
“LA MORADITA”, gaseosa con sabor a Chicha. Con este producto pensaban añadir un nuevo sabor a la familia, y
que también sería igual de exitoso. Sin embargo, luego de 6 meses en el mercado, fracasó.
Con más de diez estudios de mercado realizados, los responsables de la marca aducen que en los más 18
meses que tomó crear este nuevo producto, todos los resultados previos fueron satisfactorios . Entre ellas
estaba la prueba de que muchas de sus degustaciones a grupos de consumidores fueron de su agrado, dando
por aceptado el producto.

Una lección que recordará siempre…


Lo que quedará en la memoria de muchos está en las palabras del Brand manager de Inca Kola en la noche del
lanzamiento de La Moradita: “Estamos seguros que va a funcionar porque los estudios nos dicen eso…”.
Inca Kola quiso confiar en los estudios de mercado para lanzar una nueva marca confiando en que el respaldo
de su marca sería suficiente para impulsar la aceptación y ventas de La Moradita.

 Respetar los sabores sagrados.


La primera lección que aprendió la empresa fue que existen sabores sagrados como la chicha morada, que
tocan fibras muy sensibles en el consumidor peruano y por ende es muy arriesgado usarlas.
 Los estudios de mercado no bastan
El gerente de Marketing de la empresa, afirmó que los estudios de mercado que realizaron no
garantizaban el éxito, y ellos asumieron el riesgo de fracasar sin que la marca se vea dañada.
 Identificar al público objetivo
La Moradita se lanzó para todo el público, sin embargo, el gerente reconoció que la gaseosa morada se
debió dirigir a los niños, en los cuales podría tener una mejor llegada.

Reflexiones de una muerte anunciada


La Moradita es una marca que nos enseñó mucho más en su muerte que durante su vida. A continuación,
repasaremos algunos puntos críticos:
 Los estudios de mercado no son una verdad absoluta.
 No hay marca lo suficientemente grande para soportar una mala idea durante mucho tiempo.
 Comercialmente, reconocer haber fallado no es una cuestión de orgullo sino de rentabilidad.

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