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Silvia Noemí Barco REVISTA ESPACIOS EN BLANCO

Reforma educativa y reestructuración del gobierno de la educación en la


Provincia de Río Negro

“Doctora en Educación, Políticas Públicas y Profesión Docente”

Docente e investigadora del Departamento de Política Educacional de la


Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad Nacional del Comahue.

Río Negro se caracterizó por implementar políticas educativas


tendientes a la organización y expansión del Sistema Público de
Educación. Orientadas por la concepción de educación como derecho y
como herramienta de desarrollo social, se propusieron superar el atraso
educativo provocado por la desidia del Estado Nacional respecto a su
función docente en el ex-territorio.,
Esta línea de desarrollo del sistema educativo provincial, cercenada
por las dictaduras militares, fue retomada con otros contenidos por el
primer gobierno constitucional elegido a fines de 1983.
El proceso contradictorio en materia de políticas educativas, en el
que la luz estaba centrada en la participación democratizadora, mientras
que en las sombras se reestructuraba una fortalecida y extendida
burocracia central, fue preparando el sector para los cambios contenidos
en la Ley Federal de Educación.
En 1986 se inició el proceso de Reforma de la Formación Docente y,
consecuentemente, la normalización de los Institutos de Formación
Docente; la realización de concursos públicos de antecedentes y
oposición; la organización de Consejos Directivos como órganos de
gobierno colegiado en cada uno de los Institutos; las áreas de Formación,
Capacitación, Investigación, Extensión- y la aprobación de nuevos
reglamentos orgánicos.
La ley 2109/86 promovió la generación de proyectos de innovación
en las instituciones escolares, se desarrollaron las experiencias de Escuelas
de Jornada Completa en las regiones de meseta, cordillera y en las zonas
rurales periféricas a las ciudades que conforman la zona del valle del Río
Negro.
También se diseñó e implementó el proyecto de Escuelas
Modalizadas de meseta y cordillera. Cada escuela desarrolló proyectos
institucionales específicos, realizó la adecuación de desarrollos
curriculares, introdujo talleres cuya orientación y contenidos fueron
decididos con la participación de padres y alumnos teniendo en cuenta las
características y necesidades de la población.
En 1988 se sancionó la ley 2287 de tratamiento integral de la
situación jurídica, económica, social, individual y colectiva de la población
indígena. Establece la obligación del Estado de disponer de recursos
especiales para realizar una efectiva prestación del servicio educativo a las
comunidades indígenas. La ley promueve la participación de los
pobladores en los consejos, establece prioridades para que los niños y
jóvenes de las comunidades mapuches accedan a residencias escolares de
nivel medio y terciario, promueve la enseñanza de la lengua, las
tradiciones y la cultura mapuche y que el estado tiene la obligación de
garantizar a los educandos el conocimiento de sus derechos.
Enfrentando la conflictiva situación del tratamiento de la disciplina
escolar en el nivel medio y la persistencia de prácticas que expulsaban a
los “indisciplinados” y no aceptaban a los “repitentes”, se sancionó en
1989 la ley 2295, conocida en la Provincia como “Ley de Permanencia”. La
norma reconoce “el derecho inalienable de todos los habitantes de la
provincia de Río Negro de acceder y permanecer en el goce de los
servicios educativos existentes, (...) del que nunca podrán ser privados por
razones disciplinarias o de asistencia”(Art. 1). Abolió las expulsiones de
alumnos y las sanciones colectivas, estableció el derecho de defensa del
afectado e impulsó la organización de los Consejos de Convivencia.
Durante los años 1991 a 1993 se sucedieron una serie de
Resoluciones del Consejo Provincial que regularon una política destinada a
reducir el gasto en educación. El presupuesto educativo desde 1995 a
1998 se redujo del 30,26% al 21,72% del total de recursos provinciales. En
el período se suprimieron: la Reforma de Nivel Medio y 18 mil horas
cátedra; las Residencias Escolares; la mitad de los cargos técnicos y el
Servicio de Apoyo Técnico; los cargos de psicólogos y médicos en las
escuelas especiales; Se tercerizaron los servicios de limpieza y
mantenimiento material de las escuelas.
Desde su institucionalización en 1958, Río Negro implementó
políticas educativas de organización y expansión del sistema educativo
para superar las deficiencias del Estado Nacional. El gobierno colegiado y
la legislación fueron las principales herramientas. En 1984 el objetivo fue
democratizar la educación para contribuir a democratizar la sociedad, y la
participación docente fue el medio para diseñar la reforma educativa
provincial.
Silvia Barco en “Reforma educativa y reestructuración del gobierno
de la educación en la Provincia de Río Negro” parte de la constitución más
reciente de Río Negro como estado provincial en 1958 y la orientación
democrático-social que se le otorga al sistema educativo provincial hasta
1966, para caracterizar el tipo de gobierno colegiado por el cual se opta y
las modificaciones que sufre desde la recuperación democrática en 1983.
En tal sentido va mostrando, a través del análisis de proyectos y
normativas, cómo se va dando un proceso contradictorio o “dual”, en el
que se conjuga participación con una burocracia educativa cada vez más
centralizada y expandida que terminará por obturar a la primera,
constituyéndose en la antesala de las reformas propuestas por la Ley
Federal de Educación. De este modo, sostiene que esta reestructuración
del gobierno educativo hacia una “centralización ejecutiva y
desconcentración jerárquica” posibilita el ajuste estructural en educación,
así como va poniendo de manifiesto el establecimiento de una relación de
subordinación a las políticas diseñadas e impulsadas por el ministerio
nacional. Río Negro es quizás uno de los ejemplos más paradigmáticos
del desplazamiento de reformas concebidas como construcción colectiva
hacia su concepción macropolítica y refundante que se transmuta en
“estrategias parciales y fragmentadas de adecuación a la política
nacional”
La tarea de interpretar y comprender el curso de las políticas
educativas e identificar sus consecuencias objetivas, se entiende como
un trabajo que compromete la inteligencia con la sensibilidad y,
“(...) la inteligencia y el sentimiento no pueden ser apolíticos. No pueden
serlo sobre todo en una época principalmente política

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