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TEMA 12.- Modos de aprehensión de alimento.

Ingestión y selección del


alimento en adultos. Comportamiento durante el pastoreo. Etología de la rumia.
Anomalías del comportamiento trófico

TEMA 12

A. MODOS DE APREHENSIÓN DE ALIMENTO


El estudio y conocimiento de los procesos de aprehensión de los alimentos son
imprescindibles para conocer y poder predecir la ingesta, determinante de los
rendimientos de los animales.

La aprehensión es el conjunto de movimientos de la cabeza, de las


mandíbulas, de la lengua y de los labios que permiten introducir el alimento en la boca
y seccionarlo. La estructura de la mandíbula, lengua y labios condiciona la altura a la
que pastan.

Los bovinos difieren de los caballos en el modo de tomar el pasto.

Los caballos arrancan el pasto con los incisivos, al tenerlos en ambas arcadas.

El bovino, sin embargo, al no tener incisivos superiores utilizan la lengua como


órgano prensil: la lengua emerge del hocico y circunda una pequeña porción de pasto
y lo introduce dentro de la boca. Por presión de la lengua con los incisivos inferiores y
la almohadilla maxilar arrancan la hierba. La estructura de la mandíbula hace
imposible que los bovinos pasten por debajo de 1cm con respecto al suelo, sin
embargo los ovinos pueden hacerlo a ras del suelo.

Los ovinos muerden la vegetación o la rompen agarrándola con sus dientes y


mandíbula, tirando con movimientos de la cabeza hacia adelante y hacia atrás. Los
ovinos y caprinos, aunque con patrones generales similares a los bovinos, tienen
especificidad en sus patrones de comportamiento en pastoreo. Su labio superior
hendido, aunque no prensil, les permite pastar hierbas muy cortas. Los labios, los
dientes de la arcada inferior y la almohadilla dental superior son las principales
estructuras involucradas en la prehensión de los alimentos; no sacan la lengua al
pastar. Como no tienen incisivos superiores, las plantas son presionadas entre los
incisivos inferiores y la almohadilla superior, y las arrancan mediante un movimiento de
la cabeza hacia arriba. Pueden pastar en alturas de 3 cm.

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Las tres especies mueven sus hocicos en un plano horizontal según pacen y
seleccionan en un plano vertical.

El patrón de pastoreo de cada miembro del rebaño es relativamente


estereotipado: lentos movimientos a través del terreno, el animal mantiene el hocico
cerrado orientado hacia el suelo y muerde y arranca bocados de pasto los cuales son
tragados sin que se realice demasiada masticación. El bovino normalmente
permanece de pie mientras pastorea, aunque, a veces, las vacas jóvenes pueden
hacerlo en posición de decúbito.

Los caballos en libertad están en movimiento mientras comen y van dando


grandes bocados que alternan con dos o tres pasos mientras mastican.

Ocasionalmente, un animal adulto puede arrodillarse sobre sus patas


anteriores para recoger alguna hierba apetecible que se encuentre debajo de la cerca.
En cuanto ha consumido la hierba preferida su hocico comienza a olfatear hacia
derecha e izquierda o hacia delante para seleccionar el próximo bocado.

La cabeza se mantiene en un ángulo de unos 60-90 grados con respecto al


suelo, conforme avanza va trazando un camino o dos a través del campo. En terrenos
abruptos o en grupos mixtos de animales (dos especies distintas) pueden no estar tan
definidos estos caminos.

La aprehensibilidad o facilidad para recoger los alimentos viene determinada


principalmente por la altura del pasto y la masa vegetal/unidad de volumen. Se puede
medir por la masa y dimensiones del bocado.

La masa del bocado se puede determinar:

a) simulando lo ingerido. Para ello debemos estar cerca del animal sin que éste
se moleste ni altere su comportamiento; método que carece de repetibilidad y
reproductibilidad.

b) a través de la variación de peso del animal en un periodo muy corto. Se


requiere una balanza de gran precisión, que no se pierdan las deyecciones y corregir
el peso por las pérdidas metabólicas.

c) producto del volumen del bocado (superficie x profundidad del bocado) por la
masa volumétrica del horizonte vegetal pastado.

B. INGESTIÓN Y SELECCIÓN DE ALIMENTOS EN ADULTOS


B.1. INGESTION EN HERBÍVOROS

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La tasa de ingesta viene determinada, principalmente, por el tamaño del bocado,
el número de bocados y el tiempo de pastoreo.

El tamaño máximo del bocado está en estrecha relación con la anchura de la


barra incisiva y la profundidad de la cavidad bucal, y por tanto la raza y la edad son
factores primordiales.

La tasa de aprehensión o velocidad con la que ingieren el alimento (nº de


bocados/minuto) depende de:

? Caracteres del propio alimento (dureza, presencia de espinas, palatabilidad,


etc.),

? Del animal (hambre, número de movimientos masticatorios: 80-150/minuto en


ovinos),

? Del medio (accesibilidad, dispersión y tipo de plantas, competencia entre


animales, etc.) y de

? De la hora del día. la tasa de aprehensión o de bocados tiene un máximo de


79/minuto a las 3 de la noche y un mínimo de 61/minuto a las 3-4 de la tarde).

El número de bocados viene a ser de 20.000-60.000 bocados/día, lo que


supone 50 a 70/minuto, alcanzando 80/minuto en condiciones favorables.

Esta variable tiene un componente genético tal como se ha comprobado


analizando el número de bocados entre parejas de gemelos

La tasa de masticación va en sentido inverso a la tasa de aprehensión. Una


vez prehendido el alimento, el animal lo mastica e insaliva, formando el bolo
alimenticio. El nº de movimientos masticatorios/bolo se sitúa en torno a 30-50,
variando igualmente en nº de bolos que el animal ingiere a lo largo del día.

Cuando existen factores limitantes, la ingestión se realiza más rápidamente con


lo que se reduce la masticación e insalivación provocando trastornos digestivos y
aumentando el tiempo de rumia y la cantidad total de saliva.
B.1.1.Factores que inciden en la tasa de ingesta
Las características anatomo-fisiológicas de los animales y las del medio inciden
de forma significativa en la tasa de ingesta, tanto cualitativa como cuantitativamente.
Los factores más destacados son:
-Especie-

-Altura y densidad del pasto.- son probablemente los que más influyen en la
respuesta de ingestión. La masa ingerida en cada bocado aumenta con la altura del

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horizonte vegetal y la densidad de plantas, aumento que para algunos autores es
lineal en tanto que para otros es curvilíneo.

-Estructura del pasto.- en pastos de buena calidad, el animal come de lo que


puede ingerir más rápidamente: la resistencia a la siega es uno de los factores mas
importantes sobre la tasa de ingesta. El trébol que es más fácil de prehender, morder y
masticar, lo consumen más rápidamente que las hierbas. El estado vegetativo de la
hierba también incide sobre la tasa de ingesta

-Raza.- influye sobre la tasa de ingestión no sólo por su peso vivo y tamaño del
bocado, sino también por la forma de fijarse al terreno: desde las muy andariegas,
como la Manchega, a las que caminan poco, como la Merina.

-Época del año.- su influencia es debida, prioritariamente por su efecto sobre


las características de las plantas.

-Estado nutricional del animal.- es un factor que afecta la ingesta y la


preferencia por el alimento. Modificando el estado nutricional de corderos mediante la
alteración de la composición de la dieta basal (alta o baja relación energía/proteina),
se ha comprobado la distinta composición de la ingesta seleccionada.

B.2. SELECCIÓN DE LA DIETA

Uno de los componentes más importantes del comportamiento alimentario de


los herbívoros es la selección en la dieta: tienen una gran capacidad de discriminación
de lo que ingieren; selectividad que está intimamente relacionada con la conformación
bucal.

En el comportamiento de selección de la dieta hay un componente innato. Los


animales muestran una serie de respuestas innatas de las que resulta el consumo
selectivo de alimentos.

Las bases de la selección de la dieta proceden de dos sistemas de


procesamiento de la información:

-externo y voluntario (cognoscitivo): integra el tacto y las consecuencias post-


ingestivas

- interno y automático (afectivo): con su centro en el hipotálamo, integra


información diversa

La recogida de una cantidad de alimento suficiente supone una limitación

importante ya que el tiempo dedicado a alimentarse está limitado por el necesario para

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otras actividades (rumia, salvaguardia contra predadores, interacciones sociales,

reposo, busca de pareja, etc.

Las decisiones sobre la selección competen a cuatro aspectos:

a) elección del régimen alimentario

b) elección de las zonas de alimentación

c) el tiempo de alimentación en una zona

d) el trayecto y la velocidad de desplazamiento

Para intentar explicar los procesos que intervienen en la selección de alimentos

y predecir su consumo, se ha articulado la TEORÍA DE ALIMENTACIÓN ÓPTIMA

(PYKE y col., 1977; PYKE, 1984) que postula que la decisión de los animales viene

determinada por la voluntad de maximizar su balance energético o la velocidad de

ingestión de energía neta.

Un animal puede alimentarse de una manera óptima, sin que necesariamente


perciba el valor de lo ingerido. Para ello es suficiente con que oriente su elección hacia
determinadas características de los órganos vegetales que consume. En efecto, puede
satisfacer sus necesidades siguiendo reglas simples como las de seleccionar tallos
jóvenes en crecimiento o dirigirse a los lugares donde la hierba es más alta y verde.

La selección de la dieta se manifiesta tanto para las diferentes especies


disponibles como para las distintas partes de la planta. Gustan más de plantas de alta
digestibilidad y contenido en nitrógeno, así como de las hojas, brotes tiernos y botones
florales; en tanto que suelen desechar plantas con poco valor biológico y las partes
con alto contenido en fibra y lignina.

La predilección por las hojas tiernas, brotes, etc. sobre los pseudotallos y la
materia muerta varía según la composición botánica del pasto.

Pero, los herbívoros no siempre se alimentan de manera óptima: en ocasiones


consumen plantas o forrajes que les permiten una ingestión rápida, en tanto que en
otras son más selectivos aunque esta conducta conlleve una limitación en la velocidad
de ingestión

Los límites de aplicación de la Teoría de Alimentación Óptima han inducido a


diversos autores a reemplazar el criterio de optimización por el de satisfacción, menos

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estricto: un alimento será consumido cuando presenta suficiente interés y no
unicamente cuando es el mejor.

Por su importancia, las restricciones nutricionales constituyen el fundamento de


numerosas teorías. La gran varibilidad de sustancias secundarias en las plantas y la
toxicidad de otras, conducen a los herbivoros a diversificar su régimen y muestrean
con precaución los alimentos que no conocen.

En base a que, en general, la dieta ingerida es de mejor calidad que la


ofertada, parece que los herbívoros tienen una “sagacidad nutricional” que les permite
seleccionar regímenes equilibrados y suficientemente ricos en nutrientes
indispensables. Esta teoría implica que los animales son capaces de determinar las
características nutricionales y los componentes tóxicos de las plantas que consumen.

A los partidarios de las teorías que se apoyan en las restricciones nutricionales,


se oponen aquellos que piensan que la elección viene siempre motivada por la
busqueda de sensaciones agradables, gustativas, olfativas y tactiles. Aunque el animal
utiliza su vista para orientarse por el prado, es sobretodo el gusto el que dirige la
elección de alimentos. Variaciones en el equipamiento sensorial pueden explicar las
diferencias en la elección de alimentos entre especies e individuos. Una sensacion
agradable puede resultar del consumo de un alimento nuevo, con lo que esta reacción
fisiológica puede explicar en parte la diversidad de los regímenes.

La palatabilidad tiene una gran importancia en la selección del alimento. Este


término designa las características, físicas y químicas, del alimento que provocan una
respuesta de los sentidos y una apetencia más o menos desarrollada por ellos.
CHURCH (1979) la define como “las carácterísticas alimentarias o las condiciones que
estimulan una respuesta selectiva del animal”, y depende sólo del alimento: sabor,
textura, olor, etc.

La palatabilidad se evalua mejor a través de la velocidad de ingesta al inicio de la


comida que con la cantidad total ingerida, ya que sobre ésta influyen además los
efectos post-ingestión del alimento.
A modo de premisa, hay que decir que la capacidad de distinguir entre dos
estímulos diferentes es básico para que se muestre una preferencia.

Estímulo gustativo El sabor del nutriente ingerido, posiblemente sea la clave


decisiva en que el animal considera a un alimento como altamente preferible,
normalmente tolerado o completamente rechazado. Otra información proveniente del
material es de tipo visual u olfatorio pero el testaje primario del material es promedio
de su sabor.

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El gusto ha sido estudiado por medio de la estimulación eléctrica de los
receptores del gusto y midiendo el umbral de aceptación o rechazo de una variedad de
sabores. Los bovinos reaccionan más negativamente a gustos amargos que a salados
o agrios, y aceptan con alto agrado las elevadas concentraciones de glucosa.

Existen algunas evidencias que siguieren que las tasas de aceptación o


rechazo están genéticamente controladas. Bovinos y caprinos tienen diferente umbral
para el sabor amargo.

Utilizando parejas de gemelos monocigotos, se observó que los umbrales de


discriminación para la quinina eran iguales dentro de parejas pero diferentes entre
parejas.

Se puede incrementar la aceptabilidad mediante el uso de sal común urea y


melazas.

El olor de las plantas exóticas o de un área contaminada con heces suele ser
rechazado. Pero si el pastizal está contaminado en su totalidad consumen la hierba.

El sentido del tacto juega un papel importante al determinar las preferencias,


las plantas duras y pilosas suelen corresponderse con especies poco aceptables.
Aunque en casos de deprivación, puede verse en vacas hambrientas que comen
ortigas, y se lamen y frotan sus hocicos por el picor producido.

B.2.1. Factores que afectan la selección de la dieta

Cuando un terreno es supervisado tras haber sido sometido al pastoreo de un


rebaño de vacas, el observador queda impresionado porque ésta no presenta una
apariencia homogénea, algunas partes, a modo de padres han sido intensamente
cosechadas. sin embargo, otras no han sido tocado, es decir hay preferencias por
determinadas zonas.

En las reacciones de aceptación del alimento por parte de los animales hay que
considerar:

a) estímulos internos: que provocan el deseo de comer o dejar de comer.

b) preacondicionamientos: los animales necesitan de unas tres semanas para


adaptar su flora a una nueva situación alimentaria por lo que no es posible
juzgar el hábito hasta que al menos transcurra ese tiempo.

c) medio ambiente: el clima, topografía, etc. inciden sobre las preferencias de


los animales puesto que modifican la composición botánica y química de la
vegetación.

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Los factores de mayor influencia sobre la selección de la dieta son:

1) Especie.- Numerosos estudios ponen de manifiesto las diferencias en el


comportamiento ingestivo y en la selección de la dieta entre especies.

2) Raza e indivíduo.- En la selección de la dieta se han encontrado grandes


diferencias entre razas ovinas: las razas Corriedale, Dorset Horn y Merina
tienen preferencias por diversas plantas. Las razas de pequeño tamaño
tienen proporcionalmente más necesidades que las de mayor tamaño e
ingieren forrajes de mejor calidad. Igualmente hay diferencias individuales.

3) Hambre.- El nivel de hambre puede afectar a la elección de la dieta.


Inicialmente las ovejas sacian parcialmente el hambre consumiendo
alimento de alta calidad, para luego consumir de forma menos selectiva.

4) Experiencia.- La experiencia tiene un papel decisivo en lo que cada animal


come.

B.2.2. Efectos de la experiencia sobre la selección de la dieta

La experiencia procede de diversas fuentes:

-de la madre: las crias, hasta el destete, pastan junto a sus madres.

-de otros adultos: a veces las crias permanecen separadas de sus


madres, accidental o deliberadamente, y pastan junto a otros adultos de
igual o diferente sexo.

-de su historia previa: otra fuente de experiencia procede de la historia


anterior de pastoreo del animal, bien en el mismo medio o en ambientes
diferentes.

Presumiblemente, es la experiencia la que hace que las vacas aprenden a


diferenciar visualmente las plantas. Tenderán a seleccionar plantas de menor de 15cm
de altura, lo cual puede corresponderse con aquellos que tienen menos contenido
fibroso y por tanto con los que menos esfuerzo físico requieren para ser recogidas,
coincidiendo además con la fácil digestibilidad del material para el animal joven.

El efecto de la experiencia en la selección de la dieta, tasa de ingesta y


alimentos suplementarios, viene determinado en base a:

a) conocimiento de la zona.- La información sobre la selección de la dieta en


animales llevados a una zona con gran variedad de plantas es muy limitada.

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Animales recien introducidos en una zona desconocida tardan en pastar un
20% más e ingieren un 40% menos que los acostumbrados; al igual que consumen
mayor cantidad de alimentos tóxicos.

La experiencia tiene también mucha relación con la memoria espacial. Se


comprueba que los herbívoros son capaces de aprender y recodar la localización de
lugares en los que se encuentran alimentos preferidos, lo que incide en la composición
de la dieta. Esta capacidad es importante cuando las fuentes alimenticias se
encuentran lejos o bien no pueden ser detectadas visual u olfatoriamente.

b) tipo de alimento.- Los animales criados en pastos dan más bocados/minuto


y los bocados, en los estadíos vegetativo y floral, son mayores que los acostumbrados
a consumir henos: ovejas acostumbradas a pastar tienen más destreza en la
prehensión de tallos floridos y zonas superiores de la hierba que aquellas criadas en
establo.

Los herbívoros prefieren las plantas ricas en sodio y fósforo, las fertilizadas con
nitrogeno, y las verdes sobre las secas.

Lofgree y col. (1956) indican que las preferencias están en función de la cantidad de
energía y de los nutrientes digestibles totales de la planta

c) familiarización con el alimento.- La familiarización con el alimento es


importante en la selección de la dieta.

d) edad.- Los jovenes aceptan mejor los alimentos desconocidos que los
adultos. Cuando los animales se dividen en grupos por edades, los jovenes rechazan
menor porcentaje de alimento que los adultos. El grado de selectividad está
inversamente relacionado con la edad del animal. Los jóvenes pueden preferir sólo de
los tallos de las plantas, sin embargo los adultos pueden tener preferencias por la
planta entera.

e) transmisión social.- La transmisión social de la información es un proceso


más rapido que el aprendizaje, siendo grande su importancia sobre la elección del
alimento.

Las preferencias detectadas en líneas familiares para determinadas plantas


ponen de manifiesto la transmisión social de las preferencias alimentarias.

Los herbívoros no nacen con un patrón de comportamiento innato que


determine sus habitos en pastoreo, sino más bien lo adquieren copiando los hábitos de
su madre. En los ovinos, la madre es el modelo social en las seis primeras semanas
de vida, en las que los corderos no se separan de sus madres mas de 2 metros. Las

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experiencias de los jóvenes con sus madres juegan un papel primordial en la
elaboración de sus preferencias alimentarias.

Los corderos que pastan con sus madres en praderas, antes y después del
destete, muestran preferencia por las especies vegetales que conocen. Igualmente,
frente a un alimento los corderos consumen doble cantidad si la experiencia la
adquirieron con sus madres que si la tuvieron con otras hembras. En la transmisión
social también influyen otros miembros del rebaño.

B.2.2. Factores que limitan la expresión de las preferencias en pastoreo

Los factores pueden proceder de la vegetación o del animal.


Los dependientes de la vegetación, provienen principalmente de la cantidad o
porcentaje de una determinada planta.

De los factores derivados de los animales podemos distinguir:

a) Anatomía del hocico: especies con un hocico grande y ancho tienen menor
capacidad de selección que un hocico estrecho y alargado. Sobre una misma pradera,
los ovinos seleccionan una ración más digestible que los bovinos.

b) aptitud al desplazamiento: las razas difieren en su capacidad de caminar en


la búsqueda de alimentos, lo que incide sobre la ingesta y la composición de la misma.

c) forma de exploración del territorio: Las especies y las razas difieren en la


forma de expolorar el territorio, y por tanto en la capacidad de detectar y consumir
diferentes especies vegetales.

d) memoria: la capacidad para aprender y localizar los lugares donde existen


determinadas plantas incide sobre la composición de la dieta.

Un aspecto que permanece aún en debate es el de las necesidades


específicas (conocimiento nutricional), es decir el animal tiene preferencias por aquel
alimento que contiene nutrientes que necesita. Ej. bovinos con deficiencias de fósforo
muestran osteofilia y alotriofagia: ingieren huesos, sacos y latas, ignorando los
alimentos normales.

Además, cuando a un bovino que está en un pastizal deficitario en fósforo se le


ofrece elegir entre un suplemento que contiene sólo calcio o calcio y fósforo, mostrará
preferencias por el último.

También se han encontrado preferencias por plantas en función de su


contenido en antibióticos.

C. COMPORTAMIENTO DURANTE EL PASTOREO

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Conocer los patrones de comportamiento utilizados por los animales para la
búsqueda, localización e ingestión de los alimentos es de gran importancia en la
práctica ganadera.

Al formular un proceso de producción no debemos olvidar, junto a los


factores de gasto y rendimiento, las cualidades peculiares de los animales
respecto a su comportamiento; características de gran importancia que condicionan
sus límites y aplicación práctica.

Conocido el proceso, hemos de combinar animales y plantas a fin de


optimizarlo. Este es el objeto de las normas de explotación de pastos, que se basan en
la interacción de los animales y plantas, y que ha de considerar los atributos más
relevantes de los herbívoros y en particular los que tienen que ver con la conducta en
pastoreo.

El pastoreo es el comportamiento dominante de los herbívoros adultos a lo


largo del día, y tiene como finalidad obtener suficiente alimento para su
mantenimiento, crecimiento y reproducción.
El proceso de pastoreo puede ser visto como el resultado de una sucesión de
decisiones tomadas por el animal a diferentes escalas espacio-temporales.

Dentro de su habitat, los animales eligen o seleccionan los


denominados "sites alimentaires" o territorios de alimentación; dentro de los cuales
escogen y explotan las "stations alimentaires", parcelas de alimentación, definidas
como las superficies pastables sin necesidad de desplazamientos y en las que toman
bocados de hierba.

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De manera simple o resumida, el pastoreo puede considerarse como
una alternancia de series de desplazamientos entre parcelas y de bocados dentro de
las parcelas. Esta descomposición permite determinar la contribución de la selección
de las parcelas y la selección de los bocados en la parcela.

Al tratar del comportamiento de los herbívoros en pastoreo, hemos de


considerar:

C.1. Adaptabilidad del pastoreo

La domesticación de los rumiantes, iniciada hace unos 11.000 años, ha


dado como resultado una mayor docilidad y capacidad de adaptación a nuevos
alimentos y a la diversidad de características del medio que los rodea.

Un animal tiende siempre, dentro de determinado límites, a minimizar


cualquier estrés fisiológico, incluso a expensas de otros comportamientos que se ven
alterados (exacerbados, atenuados o modificados). Ej.: frente a altas temperaturas
buscan zonas sombreadas, frescas, aireadas, etc. y modifican los patrones de
pastoreo trasladándolos a la noche.

Los rumiantes adoptan numerosas medidas para proveerse de alimento


a fin de cubrir sus necesidades de supervivencia, crecimiento y reproducción. Se ha
comprobado que en situaciones de escasez de alimentos, los animales ingieren
especies vegetales que ignoran en condiciones normales.

C. 2. Formas de pastoreo

Los rumiantes domésticos adoptan distintas estrategias a la hora de distribuirse


por la zona de pastoreo y en la forma de pastorear, motivadas en gran medida por sus
características sociales y la estructura de su arcada dentaria.

Los ovinos y caprinos se suelen extender por la zona de manera uniforme, en


tanto que los bovinos suelen formar grupos pequeños.

Durante el pastoreo, los ovinos caminan despacio, con la cabeza baja, y se


distribuyen aleatoriamente mirando a diferentes partes.

Los grandes rebaños no suelen pastar juntos, sino que se dividen en


subgrupos, basados, generalmente, en grupos familiares. Se aprecian diferencias
inter-raciales en la tendencia a moverse y en la formación de grupos: algunas razas
tienden a quedarse dentro de una zona del pasto disponible y otras se dividen en
grupos que se esparcen por todo el lugar. Las razas gregarias se adaptan mal a zonas

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con recursos dispersos, y lo hacen mejor en zonas uniformes y con abundancia de
recursos.

C.3. Ciclos de pastoreo

El pastoreo tiene un ritmo circadiano (se repite cada 24 horas) y se adapta a


las condiciones climáticas, aunque con ciertos límites. No es una actividad continua ni
homogénea, si no que se distribuye en varios periodos a lo largo de la jornada.

Dado el carácter social de los herbívoros domésticos, esta actividad


suelen realizarla en grupo y al unísono, sin grandes diferencias entre animales. La
sincronía en la actividad depende de:

-la estructura social del grupo.- los bovinos pastorean más independientemente
que los ovinos; ovinos Merinos pastan más sincrónicamente que Black Mountain, etc.

-el tamaño del rebaño.- en grupos de gran tamaño (como acaece en ovinos) el
inicio o finalización del pastoreo difiere en unos 45 minutos desde que lo hace el
primer animal hasta que lo hace el último.

En el tiempo que los animales dedican a pastar, y/o su distribución a lo largo


del día, inciden numerosos factores, entre los que destacamos:

a) día: los animales no pastorean el mismo tiempo todos los días, siendo
menores las diferencias entre días consecutivos.

b) especies: cada especie tiene un tiempo medio de pastoreo diferente.

Los ovinos pastan alrededor de 8-9 horas al día con un máximo de 13 horas
cuando las disponibilidades de alimento son limitadas, lo hacen en 7-9 periodos de 45-
90 minutos (20-40 minutos en situaciones favorables) de duración, intercalados con
otros de rumia, descanso, acicalamiento, etc.

Los periodos de pastoreo se concentran al amanecer y al atardecer, ocupando


también algo al mediodía (principalmente en épocas no calurosas). En épocas
calurosas, suele desaparecer el pastoreo al mediodía y se dan 1-2 periodos de
pastoreo en la noche. La incidencia del pastoreo nocturno depende de la temperatura
y de la prevalencia de moscas.

Los ovinos suelen iniciar el día rumiando el alimento que ingirieron al final del
día anterior, para en las cuatro primeras horas de la mañana, en torno del alba, y las
cuatro últimas de la tarde, próximas al atardecer, centrarse en el pastoreo.

Los periodos de ingesta se inician hacia las 7 de la mañana, dedicando


en las primeras horas la mayor parte del tiempo en alimentarse para a medida que

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avanza la mañana ocupar más tiempo en caminar y seleccionar determinadas plantas:
al inicio del día el pastoreo es menos selectivo y más intenso para con posterioridad
espaciarse y hacerse más selectivo.

Hacia media mañana, los ovinos ocupan la mayor parte del tiempo en la
rumia, el descanso o en otras actividades sociales, para reanudar los periodos de
pastoreo (primero a un ritmo de 15 minutos/hora e ir aumentando hasta 60
minutos/hora) en la segunda mitad de la tarde. Esta actividad suele cesar hacia las 8
de la tarde, aunque en la noche se pueden observar dos periodos de ingesta de 60
minutos. Durante el verano del 95 al 100% de la actividad de ingesta se desarrolla con
luz, mientras que en invierno un 40% de esta actividad se hace sin luz.

c) tamaño del rebaño: los grupos pequeños permanecen menos tiempo


pastoreando que grupos de gran tamaño.

d) el clima: la humedad influye más sobre el pastoreo de la mañana y la


temperatura en el de la tarde, con menor incidencia de las bajas temperaturas en los
ovinos. En días nublados se retrasa el inicio del pastoreo de la mañana y adelanta el
cese en la tarde en base a reducir el descanso del mediodía. La lluvia afecta poco a
los ovinos, salvo que sea muy intensa, y si hay viento los animales avanzan hacia el
viento

d) época del año: está en estrecha relación con el clima y la disponibilidad de


alimento. El tiempo de pastoreo disminuye en primavera (época de abundante
alimentación) y aumenta en otoño. En épocas frías, el tiempo de pastoreo tiende a
acortase.

f) tipo de alimento: la ingestión de alimentos groseros es más lenta, lo que


alarga el tiempo de pastoreo.

g) altura y densidad del pasto: en pastos bajos y de poca densidad, los


animales emplean más tiempo que en praderas permanentes ricas en trébol o alfalfa.

h) raza: es un factor que incide sobre la duración y distribución del pastoreo.


Como ejemplo podemos citar las diferencias encontradas entre animales de razas
Suffolk y Cheviot que inician el pastoreo de la mañana y de la tarde antes que
animales de raza Romney, Southdown y Border Leicester.

Las diferencias raciales en los patrones de comportamiento alimentario están


relacionadas con sus:

- necesidades nutritivas: Las razas de mayor tamaño ingieren más rápidamente


que razas elipométricas.

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- capacidad del tracto digestivo: Está comprobado que las razas cebuinas y
Afrikander pastorean mas horas y recorren distancias mayores que razas europeas en
condiciones tropicales y subtropicales, lo que está motivado por su menor tamaño del
sistema digestivo; esta limitación digestiva obliga a los cebuinos a pastar durante mas
tiempo.

- capacidad de adaptación climática: las razas europeas: Holstein y Jersey


pastan el mismo tiempo en condiciones templadas, pero cuando la temperatura sube
por encima de la zona de confort la raza Jersey pasta mas que la Holstein. En Africa,
las razas derivadas del Bos indicus pastan más tiempo que las procedentes del Bos
europeo.

i) estado fisiológico: situaciones fisiológicas que conllevan incrementos de las


necesidades nutritivas de los animales (gestación, lactación, celo) inducen aumentos
en el tiempo de pastoreo. Los animales en peor condición corporal pastan más y lo
hacen más rápidamente.

j) prácticas de manejo: animales que reciben suplementación antes de salir a


pastar dedican menos tiempo a esta actividad que aquellas que no han recibido
alimento antes de salir al pasto: en bovinos se ha comprobado que los animales que
reciben un suplemento alimenticio antes de salir a pastar reducen en 7-10% el tiempo
de pastoreo. Igualmente, animales suplementados que salen a pastar con no
suplementados dedican más tiempo a pastar pero éstos acortan el periodo de
pastoreo respecto de cuando salen solos.

En ovinos, el esquileo en ambientes fríos reduce el tiempo de pastoreo, aunque


los animales pastan más rápidamente.

k) edad.- el tiempo de pastoreo aumenta hasta los 3 años y después va


decreciendo.

l) El tiempo disponible también incide sobre la distribución de las actividades de


los animales. Si saben que disponen de todo el día, su comportamiento sigue las
pautas ya señaladas, pero si no es así pueden llegar a no descansar o sestear en las
horas más calurosas para intentar proveerse del alimento necesario.

C.4. Uso del hábitat: distribución espacial

C.4.1. Factores que influyen en la selección de las zonas de pastoreo

Sobre la selección de las zonas de alimentación influyen:

- los recursos alimentarios

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- características no alimentarias del habitat

- características de los animales

En la selección de las zonas donde alimentarse intervienen dos fenómenos


distintos: el animal visita más las zonas de mayor nivel nutritivo y/o las utiliza más
intensamente (tiempo de pastoreo, número de bocados, cantidad ingerida, etc.).

Los herbívoros escogen y utilizan las zonas en función de su valor nutritivo


(ligado a la biomasa, naturaleza, calidad y estructura de la cubierta vegetal) y de su
reparto por el habitat.

De acuerdo a las prediciones de optimización, los animales seleccionan las


zonas que les permiten la mayor velocidad de ingestión. Frente a dos coberturas
vegetales de diferente estructura (altura y densidad), los ovinos prefieren las zonas en
las que ingieren más rapidamente.

La velocidad de ingestión depende en gran medida de la biomasa del lugar,


aunque también de la facilidad de recolección. Para los herbívoros, esto último está
ligado a la estructura (densidad y altura de la hierba) y a la fibrosidad de la cubierta
vegetal (resistencia al cizallamiento).

Los herbívoros no parecen ser capaces de estimar “a priori” la velocidad de


ingestión. Para selecionar sus zonas se rigen por indicadores tales como la altura de la
hierba y, en menor medida, de la densidad (más dificil de estimar visualmente) de la
cubierta vegetal. El aspecto brillante también puede indicar el contenido en nitrógeno
del pasto. En definitiva, los herbívoros utilizan también información adquirida
(experiencia) en pastoreo para reforzar la utilización de las zonas más interesantes.

Las preferencias alimentarias influyen también en la selección de las zonas


alimentarias y explican, en parte, la diversidad de los regímenes; pero éstos estarían
subordinados a la maximización de la velocidad de ingestión. A este respecto, en
condiciones experimentales y ante cinco especies vegetales, los animales seleccionan
un régimen que tiende a maximizar la velocidad de ingestión más que a expresar
preferencias ligadas a determinadas especies vegetales. De igual manera, en
condiciones de pastoreo, los herbívoros seleccionan un régimen compuesto
mayoritariamente por plantas que permiten una alta velocidad de ingestión de materia
orgánica, aunque la velocidad de ingestión no parece ser la única regla de elección.

La selección de las zonas es más marcada cuando el contraste entre ellas es


fuerte

16
a) La distancia entre zonas, y consiguientemente el reparto espacial de las
mismas en el habitat, tiene un notable efecto sobre su elección. Cuando las zonas de
alto valor están muy dispersas, los animales pueden alimentarse, en parte, en zonas
pobres que encuentren en su desplazamiento. Para maximizar la velocidad de
ingestión, los animales deben establecer un compromiso entre quedarse en un sitio
empobrecido y desplazarse a una zona nueva, es decir, la reducción de la velocidad
de ingestión debida a la disminución de los recursos alimenticios y la ligada a los
desplazamientos. Cuando el tiempo de desplazamiento entre zonas aumenta, ello se
traduce en una explotación más intensa de las zonas. Por otra parte, el aumento de
las cantidades ingeridas en una zona puede compensar el aumento de distancias
entre zonas. En la práctica, para una misma biomasa/Ha, un reparto heterogéneo de
los recursos es mas favorable, en términos de cantidades ingeridas, para un animal
selectivo que un reparto homogéneo.

Sobre superficies heterogéneas, suelen aumentar considerablemente las


distancias recorridas. En estas condiciones, los animales se desplazan más
rápidamente para reducir el tiempo entre ingestas; igualmente, pueden volver
parcialmente a zonas menos apetecibles. En corderos, se ha comprobado que
destinan mayor cantidad de tiempo a pastar zonas de baja calidad pero en cantidades
ilimitadas, cuando aumenta mucho el tiempo necesario para conseguir hierba de
calidad en cantidad limitada. De hecho, la preferencia por zonas (proporción de tiempo
empleado en el pastoreo) es la misma si se dobla la cantidad aunque se doble la
distancia; la decisión de desplazarse a un lugar determinado no viene ligada a su valor
absoluto, sino más bien a la recompensa que espera obtener con el desplazamiento.

b) Los riesgos de predación suponen un grave inconveniente a la velocidad

de ingestión debido al gasto de tiempo/energía de vigilancia (2-95% del tiempo de

alimentación) y a la perdida de precisión de discriminación de las diferentes zonas.

Diversos estudios han mostrado que un lugar con riesgo de predación debe tener

entre 8 y 25 veces más de alimento que uno sin riesgo para que un animal lo escoja.

Para un rumiante, la estrategia optima puede consistir en seleccionar las

coberturas vegetales que le permiten una elevada velocidad de ingestión, aunque los

recursos sean de mala calidad. Un tiempo de rumia más largo puede servir también

para vigilar posibles predadores.

17
La localización de los puntos de agua influye notablemente la elección de las

zonas de alimentación, tanto en climas secos como en templados.

c) La topografía impone barreras físicas al desplazamiento, a la vez que por la

presencia de pendientes aumentan las necesidades de tiempo y energía necesarias

para recorrer una determinada distancia. También la topografía ofrece zonas de

refugio contra la intemperie y los predadores. Igualmente, el grado de abertura o

amplitud de las zonas condiciona la presencia de determinados animales: los

gregarios, como las ovejas, evitan zonas que dificulten el agrupamiento y la visión de

los congéneres.

Sobre superficies planas el uso del territorio es más dificil de predecir. En estas
zonas la dirección del viento es un factor importante, aunque raramente es un
componente determinante de la dirección diaria de los ovinos en pastoreo. En zonas
cálidas, se espera que pasen largos periodos en la proximidad de los abrevaderos, y el
descanso nocturno varia de una noche a otra.

d) Determinadas características de los animales condicionan su elección

alimentaria. Las características más importantes son el tamaño, las derivadas de la

digestión, selección y marcha, las preferencias alimentarias, la motivación a ingerir y el

estado fisiológico. La elección del lugar también implica que el animal sea capaz de

discriminar el valor nutritivo relativo de la zona. La memorización del emplazamiento

de las zonas preferidas le permite volver a ellas más rápidamente.

La memoria espacial para retornar a las zonas preferidas ha sido comprobada

en numerosas especies. Aumenta la eficacia del animal para explotar las fuentes

alimenticias y disminuye el tiempo necesario para la búsqueda y elección.

Se puede distinguir una ”memoria de referencia”, de al menos 20 días para los

ungulados, que permite a los animales recordar la localización y naturaleza de las

zonas durante largo tiempo, y la “memoria viva”, de al menos 8 horas, que retiene los

lugares recientemente visitados. La memoria es selectiva: los lugares de bajo nivel

18
nutritivo son olvidados menos rápidamente que los lugares de alto valor, a la vez que

los herbívoros son más sensibles a las consecuencias negativas de su elección.

Los límites de las capacidades de los animales para recolectar, analizar y

sintetizar la información les restringen a utilizar reglas de decisión empíricas simples

para seleccionar o abandonar las zonas de alimentación. El aumento marginal de la

eficacia alimentaria no compensa el tiempo/energía suplementarios necesarios en la

transformación de una información más compleja.

e) Los factores sociales también ejercen una influencia notable en la elección

de las zonas y selección del bocado. Las características del bocado (profundidad,

superficie, masa, calidad) están poco influenciadas por la presencia de congéneres,

sin embargo a niveles superiores las influencias son más significativas.

La atracción del grupo y los desplazamientos colectivos influyen sobre las

distancias recorridas, así como la elección y utilización de las zonas. Igualmente, los

animales pueden pastorear más tiempo una zona si las restantes están ocupadas.

El pastoreo en grupo permite limitar los riesgos de predación y ayudarse de la

experiencia de otros individuos para localizar y determinar la calidad de las zonas. El

gregarismo tiene también un costo en términos de competición, de agresividad y de

error de elección del líder.

En resumen, podemos decir que el comportamiento alimentario de los

herbívoros está jerarquizado en una sucesión de decisiones que orientan al animal

sobre el hábitat en el que escogen y explotan zonas de alimentación. Estas decisiones

están influidas por numerosos factores ligados a los recursos alimenticios, a factores

ambientales no alimenticios y al animal.

Cuando se estudia detalladamente el uso del habitat por parte de los ovinos se
pone en evidencia una considerable disparidad en el uso de las áreas. Aunque la tasa
anual de ganado se ha venido utilizando como medida de la capacidad de un terreno,
la intensidad anual de ganado se relaciona mejor con la utilización del territorio.

19
C.5. Formas del Rebaño
En su actividad diaria, el rebaño adquiere formas diferentes según la actividad
desarrollada. Así podemos citar:
C.5.1. Formas permanentes

a) formas de desplazamiento: Cuando se desplaza la mayor parte de los


animales, el rebaño adopta una forma alargada, unidireccional con formación de filas
paralelas. En estas filas, las distancias interindividuales son bajas y aumentan con la
velocidad de desplazamiento

Cuando alternan el desplazamiento con la ingesta, el rebaño presenta una


forma ovoide unidireccional sin filas

b) formas de pastoreo: Cuando la mayor parte del rebaño pasta en


movimiento presenta una forma movil con frente. Esta forma se caracteriza por su
heterogeneidad estructural, ligada a la diferente orientación y actividad de los animales
de cabeza y los de cola.

Los animales de cabeza forman un frente de pastoreo y se dirigen juntos en la


misma dirección. Los animales situados en el centro y cola del rebaño se desplazan de
manera mas lenta y dispersa, en direcciones mas o menos divergentes por irse hacia
la derecha o izquierda buscando un determinado vegetal. El rebaño guarda en
conjunto una dirección general única.

Cuando el rebaño está pastando no se observa ningún desplazamiento notorio


y suele ocupar la mayor parte del territorio disponible. El rebaño adopta una forma

20
circular y multidireccional, en el sentido de que los animales se orientan en direcciones
diferentes. Esta forma corresponde a una actividad de pastoreo estacionaria intensa.

c) formas de reposo diurno: cuando las ¾ partes de los animales cesan de


pastar y se acuestan, el rebaño adopta una forma de agregación.

C.5.2. Formas transitorias

Se pueden observar cuando el rebaño pasa de una situación general de


pastoreo a la de desplazamiento o a la inversa, cuando la actividad de desplazamiento
disminuye para incrementarse la de pastoreo

De la divergencia o convergencia de los animales resulta la forma ameboide.


Esta forma se aprecia cuando el rebaño, después del descanso, inicia otro periodo de
pastoreo o trás un pastoreo estacionario; en estos casos se observa una divergencia,
en tanto que cuando los sucesos son al contrario, los animales tienden a converger.

C.5.3. Influencia del medio sobre la forma del rebaño

Como ya se ha comentado con anterioridad, la forma del rebaño tambien viene


condionada por el medio, refiriendonos a:

-Los obstáculos: representan los límites que se oponen al paso de los


animales, pudiendo ser, en ocasiones, una ayuda para el pastor en el manejo del

21
rebaño dependiendo del ángulo con el que lo aborde. Si el desplazamiento es
perpendicular, ayuda a que retorne el rebaño o a pararse favoreciendo la transición a
un pastoreo estacionario.

Si el desplazamiento es oblícuo, el obstáculo conlleva un reagrupamiento de


los animales. Cuando es paralelo, canaliza al rebaño y se opone a un desplazamiento
lateral hacia el lado del obstáculo.

-líneas de ruptura visual: juegan un papel semejante al de los obstaculos. Las


ovejas buscan mantener el contacto visual entre ellas.

22
Si la ruptura no es muy grande, parte del rebaño puede pasar y ponen en
movimiento al resto o bien lo divide en dos.

-Modelado del terreno: las zonas de perfil concavo tienden a agrupar al


rebaño y a favorecer las actividades de pastoreo estacionario. Lo contrario sucede si el
terreno es de perfil convexo.

-La pendiente: los animales que pastan se colocan cara a la pendiente, lo que
condiciona el sentido de los desplazamientos del rebaño.

Cuando lo que domina es la actividad de desplazamiento, los animales se


orientan perpendicularmente a las líneas de máxima pendiente. Las ovejas se colocan
en fila y caminan siguiendo las curvas de nivel.

Pendientes superiores al 30-40% originan graves problemas a los animales. En


estos casos hay que introducir elementos atractivos o necesarios, como sestederos o
abrevaderos, o animales jovenes que tienen mayor tendencia a pastar en zonas
difíciles.

D. COMPORTAMIENTO DE LOS RUMIANTES EN LA


ALIMENTACIÓN ASISTIDA
El bovino, especialmente las vacas lecheras, obtienen una parte importante del
total de la comida ingerida en pesebre, en forma de heno, ensilado, grano preparado
en forma de concentrado, o mezcla de forraje verde.

D.1. Patrones de alimentación

23
Los patrones de alimentación en pesebre varían en función de la constitución
física de la ración.

Normalmente se ofrecen a las vacas raciones mixtas de grano y polvo que son
servidos en comederos y las cuales el animal recoge con la lengua a modo de
cuchara, y mediante una sorbida es introducida en la boca. Dado que la comida está
en partículas bastante pequeñas no es necesario morder, aunque si son evidentes
algunos movimientos masticatorios.

Los pellets y pastillas de proteínas también son recogidas e introducidas en la


boca por medio de la lengua y de los movimientos labiales y después son masticados
vigorosamente.

La aprehensión de heno y paja implica el uso de lengua, labios, dientes,


cabeza y cuello. Un bocado de heno, mediante movimientos a modo de tirón de la
cabeza y cuello, es extraído y separado del montón de heno picado o procesado:
después de la separación las partes que quedan fuera de la boca son recogidos e
introducidos en ella mediante la lengua. Cuando el heno se sirve sin trocear, la
aprehensión es más lenta y los movimientos masticatorios son más vigorosos.

El ensilado y el forraje troceados cortos son introducidos en la boca por la


lengua y labios mediante movimientos similares a los que se producen cuando comen
grano. No son necesarios en este caso movimientos de la cabeza.

Por otro lado, también puede morder y comer grandes tubérculos tales como la
remolacha o una manzana. Las raíces y tubérculos son masticados vigorosamente.

Los bloques de sal que se utilizan habitualmente son intensamente lamidos y


luego tragan la saliva salada.

En ciertas partes de África es habitual que coman tierra (geofagia). Se ha


admitido que estos bovinos lamen la tierra para obtener sales, porque el sodio que
contienen los pastos es muy bajo, a pesar de todo, esta hipótesis no ha sido
confirmada mediante los análisis químicos.

D.2. Cantidad, Velocidad y duración de la ingestión de comida

La cantidad de grano y pienso compuesto consumidos está en gran medida


determinada por la cantidad ofrecida. Sin embargo, la vaca encerrada consumiendo
ensilado consume mayor cantidad de comida poco nutritiva que cuando esta en el
campo, presumiblemente porque se le ha excluido la posibilidad de seleccionar o
elegir. La cantidad de materia seca consumida es mayor cuando están comiendo heno
que cuando comen ensilado o pasto.

24
También existen indicios de que el bovino come menos heno cuando come
individualmente que cuando lo hace en grupo, posiblemente por un incremento de la
ansiedad mostrada de modo temporal por los animales cuando están aislados.

El comportamiento en la alimentación se ve afectada por: temperatura,


ambiental, estado dentario, edad del bovino, naturaleza y clase de comida.

En general, el consumo de comida (en condiciones de clima controlado)


disminuye conforme aumenta la temperatura ambiental, moscas, mosquitos, perros,
interferencias con los compañeros del rebaño o cualquier condicionante que pueda
asustar o molestar al animal, puede hacer que cese en la alimentación.

Se han observado diferencias entre vacas en sus tasas básicas de ingestión de


alimento.

Las vacas de mayor tamaño tienden a comer más rápidamente que las
pequeñas (Jersey come el concentrado más lentamente que la Frisia). También influye
el modo en que se administra el alimento.

La comida en pellets es consumida más rápidamente que la suministrada en


polvo.

El tiempo gastado en la masticación de diferentes raciones varía directamente


con el número total de masticadas realizadas. La alfalfa intacta requiere cuatro veces
más masticadas que el maíz entero; el número de masticadas requeridas por el maíz
molido es un 25% mayor que el del maíz descascarillado.

Así, un kilo de alfalfa lo pueden ingerir en ½ a 1 hora mientras que para la


misma cantidad de paja requieren de 2 a 3 horas; para un pienso granulado necesitan
15-30 minutos, en tanto que si es pulverulento el tiempo de ingestión alcanza los 30-40
minutos.

Las dietas húmedas son muy voluminosas y requieren más bocados por punto
de materia seca consumida que una ración equivalente en forma desecada.

Es decir, la velocidad de ingestión de comida depende no sólo del peso del


alimento sino también del volumen de alimento.

El porcentaje diario de tiempo gastado en masticar varía del 2-11%


dependiendo de la fineza de la ración.

Los animales jóvenes gastan más tiempo en masticar que los de más edad. El
número medio de movimientos/minuto de la mandíbula varía de 60-90 en función del

25
tipo de alimento. Se ha estimado que los bovinos realizan una media de 42.000
movimientos masticatorios diarios tanto durante la masticación como en la rumia.

Cuando al bovino lechero se le ofrece heno y ensilado ad libitum, gastan más


tiempo comiendo ensilado que heno (4 horas en el ensilado y 2’2 horas en el heno). Si
se encuentran sólo ante heno comen durante 5’2 horas/día (igual que si sólo es
ensilado).

Lo habitual es utilizar sistemas de alimentación automática para el ensilado y


suministrar el heno racionado. Bajo estas condiciones, se gastan 3’5-4’6 horas/día en
comer ensilado y 1’4-2’25 en el heno.

El consumo de ensilado bajo condiciones ad libitum es mayor justo después del


ordeño, también se come una cantidad importante durante la noche.

En régimen de libre elección de alimento, no todas las vacas muestran


preferencias por el mismo alimento, también se observaron alimentos que eran
consumidos casi en exclusiva por un sólo animal, además las preferencias de las
vacas cambiaban rápidamente.

Blaxter (1944) estableció el siguiente orden de preferencias en los bovinos:


hierba joven, heno de excelente calidad, pastillas de ciertas proteínas y pellets para
bovinos, forraje verde y raíces, ciertos cereales en harina y harinas de proteínas,
henos de media calidad, cereal en grano y paja.

Cuando se ofreció a las vacas diferentes tipos de grano de cereales en


diferente grado de molturación (maíz, mijo, avena), no se observaron preferencias por
granos en especial, pero sí en función de grado de fineza consumida en menor medida
los preparados más finamente molidos.

Los pellets molidos eran peor aceptados que los que se suministraban intactos;
el mijo pelletado era peor aceptado que el mijo medianamente molido.

E. ETOLOGÍA DE LA RUMIA
La rumia es el acto de regurgitación, remasticación y volver a tragar la comida
previamente ingerida. Durante el pastoreo quedan almacenados en el rumen grandes
cantidades de hierba someramente masticada, en el rumen sufren fermentaciones.
Los bolos de hierba son regurgitados después, para volver a ser masticados y de
nuevo tragados. El significado adaptativo de este modo de ingestión se ha discutido
muchas veces: el pastoreo permite al animal tomar una cantidad máxima de alimento
con un mínimo de tiempo de exposición al peligro que supone estar en campo abierto.
el animal terminará de comerse lo recolectado con tranquilidad en un lugar seguro.

26
E.1.Patrones de comportamiento de rumiación

Los patrones básicos de rumiación son bastante simples: un bolo de comida es


regurgitado y remasticado mediante movimientos laterales de la mandíbula.

Si bien los estímulos que elicitan este comportamiento no están bien aclarados,
intervienen factores físicos en el rumen y estímulos neurales.

El patrón de comportamiento en la rumia es bastante simple: el animal


regurgita el bolo alimenticio y lo remastica mediante movimientos laterales de la
mandíbula.

La masticación del bolo alimenticio durante la rumia se puede dividir en tres


fases:

a) la primera sirve para regurgitar el bolo en una parte de la cavidad bucal

b) la segunda sirve para mover de un lado a otro el bolo y masticar con los
molares.

c) la tercera sirve para terminar de masticar.

Durante la rumia, los animales suelen permanecer tumbados aunque también


la realizan de pie o caminando lentamente.

27
Las posiciones del cuerpo durante la rumia son varias, pero lo más habitual es
que estén echados con sus patas delanteras bajo el pecho y las traseras dirigidas
hacia delante o también debajo del cuerpo.

Los bovinos prefieren rumiar tumbados (65-80% del tiempo total de rumia),
aunque también puede ocurrir que lo hagan cuando están de pie sin moverse, o
mientras caminan lentamente.

En las épocas más húmedas, por ejemplo después de una fuerte lluvia, los
animales pasan más tiempo de pie que tumbados, entonces se dan más periodos de
rumia de pie.

La transición de pastoreo a rumia es lenta y deliberadamente el animal va


quedándose quieto hasta que se tumba. Sin embargo, el paso de rumia a pastoreo es
brusco y se inicia muchas veces antes de que el último bolo haya sido de nuevo
tragado.

E.2. Niveles de rumia

El tiempo de rumia incluye el tiempo gastado en regurgitar, masticar y volver a


tragar la ingestión ruminal y el corto intervalo de tiempo que hay entre bolos.

El comportamiento de rumia comienza a apreciarse a las pocas semanas de


vida en los ovinos y hacia los 3 meses de edad en los bovinos, si bien no alcanza los
niveles del adulto hasta los 2-3 meses en ovinos y 6-8 meses de edad en bovinos.

El tiempo medio de descanso diario de rumia varía de 4-9 horas, aunque existe
una fuerte variación entre animales, posiblemente relacionada con la cantidad y
calidad de la hierba consumida.

La rumia se divide en 15-20 periodos de 2 minutos a 1 hora de duración. El


número total de bolos regurgitados va en relación al número total de movimientos de
rumia. Unos 50-60 segundos son necesarios para la remasticación y reinsalivación de
cada bolo; de 4-5 se puede emplear en tragar y regurgitar. La pausa final de un ciclo
es de 3-4 segundos.

La mayor actividad de rumia se da inmediatamente después del anochecer y va


declinando gradualmente, además los periodos de rumia se van acortando.

A la rumia dedican desde 25 minutos/hora a las 6 de la mañana y baja a 3


minutos/hora a las 5 de la tarde, aumenta hasta 25 minutos/hora a las 8 de la tarde,
baja a 10 m/h a las 12 de la noche y va aumentando hasta las 6 de la mañana.

28
Kick et al (1937) observaron que el cortar la hierba en piezas de ¼ de pulgada
no tiene efecto en el tiempo de rumia, ni en el número de periodos de rumia, tampoco
en el nº de bolos regurgitados, ni en el nº de masticadas efectuadas, o en el tiempo
empleado en cada bolo.

Sin embargo, el tiempo de rumia se reduce cuando el bovino come heno molido
o concentrado en vez de heno largo.

E.3. Relación rumiación/pastoreo

El tiempo dedicado diariamente a rumiar es aproximadamente ¾ del empleado


en pastorear. Esta relación R/P se emplea sólo si el pastoreo no está restringido
mediante manejo y está en función de la abundancia de pasto y por el clima.

Ante pastos de alta calidad y abundantes, tanto por animal como por superficie,
el tiempo empleado en pastar se alarga, mientras se acorta el dedicado a la rumia, con
lo cual obtenemos un valor R/P menor.

Si la hierba es suculenta, el tiempo de rumia es corto y el valor R/P es bajo; si


la hierba es mala o fibrosa sucede lo contrario.

El tiempo de pastoreo se ve fuertemente restringido en favor del tiempo de


rumia a mitad del verano, este último excede en un 100% al tiempo de rumia que se
da en primavera y otoño. así pues, el valor R/P varía estacionalmente a 1:1 desde el
0’5:1 que se da en condiciones normales. Estas diferencias son producto de los
cambios estacionales que se producen en la hierba tanto cualitativa como
cuantitativamente.

E valor R/P es menor en el cebú que en los bovinos europeos, el cebú pasta
más que los europeos.

Midiendo la relación existente entre tiempo de rumia y contenido en materia


seca de la hierba ofreciendo a las vacas iguales cantidades, utilizando dos hierbas de
diferente contenido en fibra bruta (29% y 18%) se encontró una relación directa entre
consumo de materia seca y tiempo medio de rumia, además la hierba de alto
contenido en fibra precisa mayor tiempo de rumia por libra de peso. Por lo tanto, el
tiempo de rumia depende tanto de la calidad como de la cantidad de hierba ingerida.

En los ovinos, la rumia es de menor duración que en los bovinos por su mayor
selectividad de alimentos y por el menor tamaño de sus bocados, que permite una
mayor trituración.

E.4. Estímulos que afectan al comportamiento de rumia

29
No está clara la naturaleza del estímulo interoceptivo que induce la rumia.

En la transición del pastoreo a la rumia, el animal va reduciendo sus


movimientos, se queda quieto y se suele tumbar (el 65-80% del tiempo).

Es más fácil discutir los estímulos que hacen que cese la rumia que hablar de
lo que hace que se desencadene.

Los bovinos jóvenes so muy tímidos, cualquier perturbación puede causar un


cese en la rumia. la rumia puede parar también por una serie de circunstancias tales
como: hambre, miedo, dolor, curiosidad o ansiedad maternal. Una vaca que es privada
de su hijo puede interrumpir la rumia para mugir.

También paran de rumiar momentáneamente cuando escuchan un sonido poco


habitual y la recomienzan si no se trata de algo importante.

La rumia disminuye, aunque no cesa, durante el celo.

Las vacas pueden dejar de rumiar durante ciertas enfermedades, durante los
estadios finales del parto y en el periodo en el que se encuentran lamiendo al ternero.

Los toros pueden continuar la rumia durante la electroeyaculación.

La rumia puede ser muy larga si el pasto es demasiado seco y quedaría


demasiado prensado en el rumen lo cual causaría una imitación localizada.

F. COMPORTAMIENTO TRÓFICO DEL PERRO Y DEL GATO

F.1. Diferencias entre el comportamiento trófico del perro y del gato

Tanto el gato como el perro domésticos pertenecen al orden de los carnívoros.


Sin embargo, su comportamiento alimentario es muy distinto. El gato doméstico -y, en
general, los félidos- es un carnívoro estricto. Por el contrario, los cánidos tienen una
conducta trófica más variable. El perro doméstico en particular puede satisfacer todos
sus requerimientos nutricionales a partir de una dieta de origen vegetal. Algunas de las
principales peculiaridades nutricionales del gato relacionadas con su carácter de
carnívoro estricto son las siguientes:

1) El gato doméstico tiene unos requerimientos de proteína más altos que la


mayoría de los mamíferos, incluido el perro. El gato necesita aproximadamente 1,6
veces más proteína que el perro. Esta diferencia se debe al hecho de que la actividad
de las enzimas hepáticas responsables del catabolismo proteico es más alta en el gato
que en otros mamíferos. Es decir, el gato utiliza invariablemente una parte de los ami-
noácidos de la dieta como fuente de energía.

30
2) El gato doméstico no puede satisfacer sus necesidades de taurina a partir de
la cisteína del alimento. Lo mismo ocurre con las necesidades de retinol y de ácido
araquidónico, que no pueden ser enteramente satisfechas a partir del caroteno y del
ácido linoleico de la dieta respectivamente.

3) El gato tiene dificultades para adaptarse a una dieta muy rica en glúcidos.

Las diferencias entre el perro y el gato se manifiestan también en otros


aspectos de su comportamiento trófico. En general, la velocidad de ingestión de
alimento es muy superior en el perro que en el gato. Además, el perro muestra
facilitación social en su comportamiento de alimentación. Es decir, la presencia de otro
individuo aumenta el consumo de alimento. Este efecto puede ser de una magnitud
considerable, y los animales pueden consumir hasta un 50 por ciento más cuando se
les alimenta en grupo que cuando se les alimenta en solitario. Igualmente, la
introducción de animales hambrientos puede provocar que otros animales previamente
saciados consuman cantidades adicionales de alimento. Hay que señalar, no obstante,
que el efecto de la facilitación social parece ser temporal, y desaparece cuando el
alimento está permanentemente a disposición de los animales. Por otra parte, la
presencia de individuos dominantes puede disminuir el consumo de alimento en los
individuos subordinados. De hecho, la mera presencia de un dominante puede en
ocasiones inhibir la secreción de saliva de un animal subordinado. En el gato no se ha
descrito facilitación social del comportamiento de alimentación.

F.2. Conducta depredadora del gato

Aparte de su creciente popularidad como animal de compañía, el gato


doméstico ha desempeñado -y sigue desempeñando en algunos lugares un papel
importante en el control de las poblaciones de roedores. Por otra parte, la conducta
depredadora del gato ha contribuido -en ocasiones de modo decisivo- a la
desaparición de poblaciones de especies autóctonas, especialmente a raíz de la
introducción de gatos en islas deshabitadas.

F.2.1. Control nervioso de la conducta depredadora

La conducta depredadora está controlada por el hipotálamo lateral. Aunque el


denominado centro del hambre se encuentra también en el hipotálamo lateral, ambas
conductas -depredación y consumo de alimento están controladas de forma
independiente. De hecho, la saciedad no inhibe completamente la conducta de
depredación, que -particularmente en su fase consumatoria, es decir, de captura y
muerte de la presa- sigue manifestándose en respuesta al estímulo adecuado incluso

31
en animales que han comido recientemente. A pesar de ello, el hambre puede jugar un
papel facilitador de la conducta depredadora.

La estimulación de los centros nerviosos que controlan la conducta


depredadora modifica la respuesta del gato a determinados estímulos táctiles.
Normalmente, el gato aparta la cabeza cuando un objeto toca su cara. Sin embargo,
cuando de forma experimental se estimula el hipotálamo lateral mediante un electrodo
que también desencadena conducta depredadora, el animal no sólo no retira la
cabeza, sino que la dirige hacia el objeto en cuestión, que de este modo entra en
contacto con los labios. Cuando este contacto se produce, la boca del gato se abre.

Tanto el oído como la vista participan en la localización y captura de la presa.


El sentido del oído participaría en la primera fase de localización de la presa. La
aproximación a la presa y su posterior captura dependerían básicamente de estímulos
visuales y serían desencadenadas por objetos del tamaño adecuado, particularmente
si están en movimiento. El contacto de la presa con las vibrisas, y muy especialmente
con los labios, desencadenaría tal como hemos explicado el mordisco que causaría su
muerte.

Las vías nerviosas responsables del control de la conducta depredadora son


mayoritariamente colinérgicas. Existe un caso descrito en la literatura de un gato que
mostró un aumento en su conducta depredadora después de recibir un tratamiento
contra la infestación por pulgas basado en un inhibidor de la colinesterasa. Tanto el
GABA como la serotonina parecen tener un efecto inhibitorio sobre la conducta
depredadora.

F.2.2. Ontogenia de la conducta depredadora

En general, parece que la persecución y captura de la presa dependen poco de


la experiencia previa del animal. Por el contrario, la experiencia parece ser importante
en el reconocimiento y muerte de la presa -que suele producirse a causa de un
mordisco en el cuello-, así como en la ingestión de la misma.

El reconocimiento de la presa se inicia hacia el final del primer mes de vida,


cuando la hembra aporta presas muertas a las crías. Durante las tres o cuatro
semanas siguientes la hembra aporta presas vivas, de forma que las crías pueden
practicar sus técnicas de caza. Cuando las crías tienen alrededor de cuatro meses de
edad, las conductas de exploración y caza puede ocupar hasta el 60-70 por ciento de
su actividad. Se ha sugerido que el aprendizaje de los movimientos que conducen a la
muerte de la presa está restringido a un período de tiempo comprendido entre la sexta
y la vigésima semanas de vida. Los gatos que aprenden después lo harían más

32
lentamente y con mayor dificultad. En este sentido, parece que la conducta de la
hembra aportando presas vivas a las crías precisamente al inicio de este período es
importante en el desarrollo de la conducta depredadora.

La conducta de juego de los gatos jóvenes incluye varias secuencias motoras


que son propias de la conducta depredadora. A pesar de ello, no parece haberse
demostrado que la conducta de juego contribuya al desarrollo de las técnicas de caza.
En resumen, pues, parece que la experiencia con presas reales durante un período
concreto sería el factor clave en el desarrollo de la conducta depredadora y podría
explicar en parte la variabilidad individual en dicha conducta.

Por otra parte, se ha sugerido que dicha conducta puede estar afectada por
factores genéticos y que los animales con una mayor tendencia a manifestarla serían
en general más agresivos y tendrían una mayor tendencia a explorar ambientes
nuevos. Estas diferencias serían especialmente relevantes con relación a la captura de
presas potencialmente peligrosas para el gato.

4.16.3. Aspectos ecológicos

El gato es un depredador poco especializado, capaz de consumir varios tipos


de presas en función de su abundancia relativa. En zonas continentales, los gatos son
en general depredadores de pequeños mamíferos, principalmente roedores y
lagomorfos jóvenes. Las aves constituyen una pequeña proporción de las presas
capturadas. Lo mismo ocurre con los reptiles, que sin embargo pueden ser
importantes en latitudes bajas. Por el contrario, los gatos que han sido introducidos en
islas pueden consumir una cantidad importante de aves, principalmente aves marinas
nidificantes. A menudo, la introducción de gatos ha sido responsable de la extinción de
poblaciones enteras de dichas aves.

El efecto que la conducta depredadora del gato tiene sobre las poblaciones de
pequeños mamíferos no es en absoluto despreciable, y la presencia de gatos puede
ser un medio eficaz para eliminar o reducir poblaciones de ratas o ratones. De acuerdo
con algunos trabajos, el efecto de un gato quedaría restringido a un área de
aproximadamente 100 metros de diámetro, y sería más eficaz tras la aplicación
puntual de un raticida. Ello podría ser debido a que los gatos suelen consumir
preferentemente ratas jóvenes, de menos de 100 g de peso, con lo cual serían poco
eficaces para eliminar una población de ratas ya establecida. Sin embargo, una vez
libre de ellas una determinada zona, los gatos evitarían la recolonización de la misma.

33
G. ANOMALÍAS DEL COMPORTAMIENTO TRÓFICO

G.1. Anorexia
La anorexia es un signo muy frecuente e inespecífico de enfermedad. Además,
cambios en la dieta y algunos factores ambientales pueden causar también una
disminución en el consumo de alimento. Resulta útil por consiguiente clasificar la
anorexia en dos grandes grupos: anorexia sin causa orgánica y anorexia con causa
orgánica.

G.1.1. Anorexia sin causa orgánica

Temperaturas ambientales altas y dietas poco palatables son las causas más
evidentes de anorexia sin una causa orgánica. En algunos animales, dietas palatables
pero desconocidas pueden también ser causa de anorexia.

Cambios en el ambiente del animal -introducción de nuevos animales o


cambios de domicilio, por ejemplo- causan en ocasiones disminución del consumo de
alimento.

Por otra parte, la administración intracerebroventricular de hormona liberadora


de corticotropina (CRH) produce anorexia. La CRH es una hormona hipotalámica de
naturaleza polipeptídica cuya síntesis y secreción aumenta en situaciones de novedad
o que supongan una posible amenaza para el animal. En realidad, la liberación de
CRH desencadena buena parte de los cambios que constituyen la respuesta de estrés
de un animal. Por tanto, parece razonable concluir que la respuesta de estrés incluye -
al menos en ocasiones- una disminución en el consumo de alimento. La experiencia
clínica parece sugerir que el gato es más susceptible a este problema que el perro.

En algunas ocasiones, la anorexia asociada a situaciones de estrés se


denomina anorexia nerviosa. Esta denominación parece poco correcta. El término
anorexia nerviosa hace referencia a una enfermedad de las personas que es mucho
más compleja que una simple disminución del consumo de alimento causada por
cambios en el ambiente. En consecuencia, en el caso de los animales domésticos
parece más correcto utilizar la expresión anorexia causada por estrés.

G.1.2. Anorexia con causa orgánica

La enfermedades que producen fiebre suelen causar también anorexia. En


realidad, la fiebre va normalmente acompañada de varios cambios de conducta, entre
los que se incluyen los siguientes: anorexia, disminución de la actividad, hipersomnia -
y, más concretamente, aumento del sueño de onda lenta- y disminución de la
conducta de grooming. La explicación más sencilla para estos cambios de conducta es

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suponer que son consecuencia del efecto debilitador de la fiebre. Sin embargo, no
parece que sea este el mecanismo implicado. En realidad, los cambios que hemos
descrito son consecuencia de las acciones centrales y periféricas de varias
interleucinas.

Las interleucinas son un grupo de hormonas peptídicas producidas por varios


tipos celulares que son directamente responsables de la fiebre, es decir, son pirógenos
endógenos. Estas mismas interleucinas -y probablemente otras, son también
responsables de los cambios de conducta a los que nos hemos referido. Aumentan la
actividad de las neuronas del denominado centro de la saciedad y al mismo tiempo
disminuyen la actividad de las neuronas del centro del hambre. Además, inhiben el
reflejo de vaciamiento gástrico, lo que contribuye también a disminuir el consumo de
alimento.

Algunos tumores producen anorexia, y ésta a su vez contribuye al síndrome de


caquexia tumoral. El mecanismo responsable de esta anorexia incluye probablemente
varios factores. En primer lugar, algunos tumores provocan fiebre. Además, el tumor
puede causar disfagia o dolor. Finalmente, el crecimiento tumoral puede causar
aversiones alimentarias.

La anorexia que acompaña a la insuficiencia renal crónica tiene también muy


probablemente causas múltiples, entre las que se incluyen cambios súbitos en la
alimentación, alteración de los sentidos del gusto y del olfato, gastritis y
deshidratación.

Además de las enfermedades mencionadas, muchos otros procesos


patológicos causan anorexia. Entre éstos destacan los siguientes:

1) Anosmia secundaria a algunas enfermedades respiratorias.


2) Cualquier problema que produzca disfagia, incluyendo fracturas
mandibulares, inflamación de los músculos masticatorios, neuritis del tri
gémino y problemas dentales.
3) Problemas gastrointestinales que causen dolor o náusea.
4) Problemas hepáticos.
5) Enfermedades del sistema nervioso central.
G.2. Polifagia
La polifagia -es decir, la ingestión de una cantidad de alimento superior a la
normal- es menos frecuente que la anorexia. La polifagia puede ser consecuencia de
la administración de determinados tipos de fármacos.

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En segundo lugar, la polifagia puede ser simplemente la respuesta del animal a
una situación que aumente sus necesidades energéticas. Se trata de la denominada
polifagia fisiológica, que no suele ir acompañada de cambios en el peso del animal.
Sus causas más frecuentes son probablemente temperaturas ambientales bajas y un
aumento del ejercicio físico. El efecto del ejercicio físico sobre el consumo de alimento
puede ser muy considerable. Un perro de aproximadamente 30 kg de peso corporal,
por ejemplo, tiene unos requerimientos basales de energía de unos 6,7 MJ/día; dichos
requerimientos pueden aumentar en un 50 por ciento si el perro es muy activo.
Igualmente, los perros de trabajo pueden necesitar hasta 2 o 3 veces más energía que
los animales que son poco o nada activos. El efecto de una disminución de la
temperatura ambiental puede ser también considerable, aunque varía mucho en
función de la raza, debido entre otras razones a diferencias en el poder aislante del
pelaje.

Además del ejercicio y de la temperatura ambiental, tanto la gestación como la


lactación suponen un aumento de las necesidades energéticas y causan por tanto un
incremento en el consumo de alimento. Las personas interesadas en este aspecto
encontrarán información adicional en la bibliografía.

La polifagia puede ser consecuencia de varias enfermedades, entre las que se


citan hiperinsulinismo, síndrome de Cushing, diabetes mellitus, infestaciones por
parásitos gastrointestinales, insuficiencia pancreática exocrina y otros problemas que
disminuyan la digestión y absorción en el tracto gastrointestinal. La posible pérdida o
ganancia de peso que acompañe a la polifagia es un criterio útil para orientar el
diagnóstico.

Finalmente, dietas muy palatables pueden dar lugar a polifagia y aumento de


peso corporal. A la inversa, dietas de baja calidad pueden causar una polifagia
compensadora acompañada -al menos en algunos casos de disminución del peso
corporal. El perro muestra facilitación social de la conducta de alimentación, y la
introducción de un segundo animal puede en algunas circunstancias causar un
aumento en el consumo de alimento. La polifagia causada por la introducción de un
segundo animal recibe en ocasiones el nombre de polifagia psicógena.

G.3. Pica

La conducta de pica se define como la ingestión de materias que no forman


parte de la dieta normal de la especie en cuestión. La pica más frecuente en el perro
es la coprofagia. En algunas especies, la coprofagia en animales jóvenes es normal.
En la rata, la ingestión de heces maternas por parte de las crías que están próximas al

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destete permite la ingestión de ácido deoxicólico, que disminuiría el riesgo de entero
colitis necrotizante. Se ha sugerido también que la coprofagia podría contribuir al
establecimiento de la flora bacteriana del tracto digestivo. Ninguna de estas hipótesis
ha sido confirmada en el perro.

La única forma de coprofagia que puede considerarse normal en el perro es la


ingestión de las heces de las crías por parte de la madre. Recordemos que durante la
denominada fase neonatal, la conducta de defecación y micción de la cría es
desencadenada por la madre, que suele consumir las heces inmediatamente. El
consumo de las heces y de la orina de las crías por parte de la madre continúa hasta
aproximadamente las 10 y las 6 semanas del parto respectivamente.

En la rata, dicha conducta contribuye considerablemente a reducir las


necesidades de agua de la madre. En efecto, una rata lactante puede llegar a
consumir hasta 20 mI de agua por día procedente de la orina y las heces de las crías.
Al mismo tiempo, una rata produce en su décimo día de lactación alrededor de 40 o 50
gramos de leche, que contiene unos 35 mI de agua. Por tanto, la conducta descrita es
importante para disminuir las pérdidas de agua de la hembra en lactación.

En cualquier otra circunstancia distinta de la descrita en el párrafo anterior, la


coprofagia no puede considerarse normaL En un reducido porcentaje de ocasiones,
dicha conducta es consecuencia de un problema nutricional o de una condición
patológica que cause problemas en la digestión o absorción intestinal, como la
insuficiencia pancreática exocrina. Muy probablemente, la coprofagia iría acompañada
entonces de otros síntomas. En cualquier caso, es imprescindible que el veterinario
descarte en primer lugar problemas nutricionales o patológicos siempre que un animal
muestra coprofagia o cualquier otra forma de pica.

La causa de la coprofagia, sin embargo, raramente es orgánica, y es muy difícil


de establecer. Por otra parte, dicha conducta no suele tener consecuencias negativas
para la salud del animal, y el único problema es que resulta desagradable para el
propietario. Algunos de los procedimientos que se han sugerido para reducir la
incidencia del problema son los siguientes:

1) La coprofagia puede ser a veces una conducta reforzada inconscientemente


por el propietario

2) Puede ser útil aumentar la frecuencia de las comidas hasta 3 o 4 por día, así
como aumentar el contenido en fibra de la dieta.

3) La coprofagia puede corregirse utilizando los principios de la conducta de


evitación de comida descritos anteriormente. Concretamente, la administración de un

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emético -como cloruro de litio, por ejemplo- poco después de que el animal consuma
heces ha dado en ocasiones buenos resultados. Sin embargo, teniendo en cuenta que
la coprofagia no tiene consecuencias, no parece justificado recurrir a métodos
complicados como éste.

En el gato, la forma más conocida de pica es la ingestión de lana u otras fibras


textiles (tricofagia). El problema parece ser mucho más frecuente en gatos siameses
o cruces de siamés. A menudo, el animal adopta la postura y movimientos propios de
la conducta de mamar. El problema suele empezar a manifestarse cuando el animal
llega a la madurez sexual, y en ocasiones -aunque no siempre- desaparece antes de
los dos años de edad. Las causas de dicha conducta no han sido establecidas, y el
tratamiento es a menudo infructuoso. Recientemente se ha sugerido que esta
conducta -y en general varias formas de pica- podría guardar relación con alteraciones
en el metabolismo de la colecistoquinina (CCK) en el sistema nervioso central.
Recordemos que la CCK participa en los mecanismos de control de la ingestión. Sin
embargo, esta suposición no ha sido probada de forma concluyente y en todo caso no
ha permitido todavía desarrollar técnicas que permitan corregir la conducta.

Los gatos ingieren frecuentemente materia vegetal, preferentemente hierba. Se


han sugerido varias funciones para esta conducta, incluyendo el control de parásitos
intestinales y el aporte de minerales y vitaminas. En todo caso, es importante recordar
que en condiciones naturales el gato consume materia vegetal presente en el
estómago de sus presas.

G.4. Anomalías del comportamiento trófico en equinos

Anomalía Manifestaciones
Aerofagia Ingerir aire
Algunas veces asociada con morder el
pesebre, pero también sucede
independientemente cuando el aire es
tragado repetidamente
Lignofagia El comer o morder maderas y descorticar
los troncos de los árboles. Normalmente
sucede en caballos encerrados pero
también suele puede darse en caballos en
libertad.
Coprofagia Comer heces.
Sucede de modo normal en potrillos. Se
considera anormal en caballos adultos
que están encerrados.
Tricofagia Comer los pelos de la cola u otros
Pica Ingerir tierra, arena, etc en cantidades
considerables
Hiperfagia nerviosa Sobreingerir comida. Puede darse como

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un hábito en caballos adultos
Polidipsia nerviosa El consumo excesivo de agua por medio
de frecuentes tragos puede ser un signo
de enfermedad pero puede ocurrir con
más frecuencia como alterción de la
conducta.
La ingesta de agua se cuatriplica en
animales en hacinamientoy que consumen
agua ad libitum
Comer la cama El material ingerido puede estar limpio o
manchado

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