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Años tardíos: (7 – 9 grado. Once años) es seguro, controlado y competente. Se burla de todo lo que considera
infantil. Es independiente, no solo de sus padres sino de la autoridad adulta en general, y esto se ve en lo escolar.
Las niñas evolucionan más rápido. En estos años las pandillas existirán menos por ritos formales que practican y
más por tipos de actividades y funciones. El grupo vecinal puede hacer que se vaya terminando la ruptura entre los
sexos, se empiezan a acercar de manera torpe, embromando o peleando. En el caso de las niñas sin embargo se
inclinan a niños mayores en la época cercana a la pubertad luego de haberse reconciliado con los varones. Además
de diferencias sexuales entre niñas y niños, también existen diferencias de proporción, fuerza y demás. Si bien se
suele decir que las niñas son más inteligentes, esto no es así. A los varones les gusta mas lo racional y analítico y a
las niñas lo personal, inmediato e intuitivo.
A las pandillas de niñas les interesa la peluquería, lectura de series cómicas, hacer muecas, ir al cine. Muñecas,
vestirse, rayuela, cocinar, jugar a la casa, bailar. Coleccionan muñecas, pedazos de tela.
Los varones tratan de hacer lo que el mas valeroso puede hacer en la competencia, ya sea en habilidades físicas y
coraje. Les gustan herramientas, barriletes, armas, bicicletas, bolitas, luchas, futbol, boxeo, máquinas, pescar.
Los pequeños niños escolares juegan sus juegos de la misma manera q recitan sus dichos y llevan a cabo sus
rituales, de acuerdo con formulas q no permiten variaciones. En los años escolares posteriores, este absolutismo
inicial se aminora algo a favor de un cierto grado de relativismo. Piaget encontró cambios en las reglas y moral
definidos con la edad, en la manera en q las reglas son concebidas. Al comienzo de los años escolares, son
aceptadas tal cual son dadas, eternas, inmutables e inherentes al juego mismo. Si se les señala q otros niños del
barrio vecino siguen reglas algo diferente, esta ruptura de “la forma correcta” puede ser considerada digna de lástima
o ignorante. Cuando en la mitad de los años intermedios, el niño comienza a comprender q las reglas vienen de
alguna parte, las puede concebir como la labor de algún oscuro “hacedor de reglas” q las fijo para todos los tiempos.
Mas tarde todavía, se permiten cambios menores en las reglas, siempre q todos estén de acuerdo y aparecen lo q
los adultos llamarían reglas locales de fundamento. Al final de los años escolares los niños pueden captar el hecho
de q se llega a las reglas por un consenso y q meramente sirven para definir la conducta y el propósito del juego de
una manera ordenada. Deberá notarse q este desarrollo en la concepción de las reglas sigue paralelo a un cambio
en el tipo de juegos de los niños. Durante los años intermedios, los niños se ocupan cada vez más de juegos de
competición.
Otra manera característicamente ritualizada de tratar de ocuparse del mundo q aparece en esta época, son las
colecciones. En los años escolares tempranos, las colecciones deberían llamarse más apropiadamente
agregaciones; posteriormente las colecciones tienden a hacerse más homogéneas y ordenadas: estampillas
ordenadas correctamente en las páginas de un álbum, muñecas agrupadas pulcramente sobre un estante, etc.
El niño escolar ha llegado en su desarrollo al punto en el q debe ser conciente de la soledad humana. Debe ocuparse
de su conciencia de dos maneras: primero, como individuo debe dominar y controlar la realidad. Segundo, debe
encontrar fuerza emocional en la compañía de sus pares. Su cultura infantil llena ambas necesidades exactamente al
nivel de sus capacidades. Sus rituales, sus habilidades, sus colecciones le proveen una dominación mágica de la
realidad. Al incorporar la cultura infantil, el niño demuestra tanto a sus pares como a si mismo q el pertenece, q es
uno de ellos, y q tiene derecho a la seguridad, la lealtad y el apoyo de los demás. Se rinde de todo corazón ante el
absolutismo de la autoridad de de su grupo de pares en lugar del absolutismo de la autoridad paterna.
El niño de seis años se basa mayormente en el hogar y se orienta hacia los padres. En esta edad, y a menudo por un
año o dos, los niños solo comienzan a gravitar en la pandilla manteniéndose en sus bordes, observando,
escuchando, incorporando, imitando decididamente y en especial cuando se les permite. Pq para los niños de estos
tempranos años intermedios, los niños mayores están investidos de una enorme autoridad y prestigio.
Sin el grupo de pares, el crecimiento infantil hacia la individualidad y el sentimiento de autoconfianza están en
peligro. Puede sobreidentificarse con los valores adultos. Puede buscar sus amistades entre los niños del sexo
opuesto, y en cierta medida, identificarse con éstos. Puede recurrir a un retirarse más o menos constructivo de los
objetivos sociales, refugiándose en la fantasía, preocupándose demasiado por los logros escolares, o hacerse
exageradamente individualista, a menudo con la secreta esperanza de q su conducta llamará la atención de sus
compañeros. Es evidente q el grupo de pares es una mezclada bendición, pero tmb q juega una parte importante y
quizás indispensable en el crecimiento.
A los ocho o nueve años aparece un cambio marcado en las pautas infantiles de afiliación y lealtad. Los padres se
muestran a menudo molestos al encontrar q su niño amoroso parece, durante su tercer o cuarto grado de la escuela,
haber perdido su naturaleza cariñosa y confidente y se ha convertido en un extraño a su familia. Puede adoptar
sorprendentes cambios en el habla, hacerse muy descuidado en su ropa y altamente resistente a los baños. Parece
vivir solo para el momento de salir a la calle y unirse a los otros chicos, dejando, siempre q sea posible, deberes y
lecciones sin hacer. Puede mostrar una insolencia completamente extraña a su anterior manera de ser. Los padres,
al ver al niño alejarse de ellos, pueden sentirse inclinados a hacerse más demostrativos o posesivos al preguntar al
niño q es lo q lo esta perturbando, o a enojarse con el por su falta de devoción filial. En este punto el niño esta dando
un paso más hacia el camino de la madurez. La independencia del niño es de un tipo estrictamente limitado, estando
sujeto al control de la pandilla, pero valedera en la medida en q es el comienzo de su emancipación de los padres. El
niño declara su independencia no solo de sus padres, sino de la autoridad adulta en general. La pauta de desafío a
los adultos combinada con una intensa afiliación grupal es observada claramente en las situaciones escolares.
Familiar grito de unión del “¡No es justo!”. La pandilla no solo existe como un fin en si misma, sino tmb como una
fortaleza q debe hacerse segura para medir la resistencia a la autoridad adulta. La pandilla se convierte en una
autoridad alternante para ser volcada contra la de los padres: “Pero mama, todos los otros chicos… (Van a nadar, se
acuestan tarde, no usan tal cosa, ven tal programa de tv, etc). En estos años intermedios, el niño exagera su
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declaración de independencia. Los padres están concientes de q el mundo en el cual el hijo esta creciendo no es
literalmente el q ellos conocieron de niños. Los niños lo saben tmb, y sienten q sus padres vienen de un mundo
diferente, “los tiempos cambian”, “cuando yo era chico…”.
En los años intermedios tempranos, la separación de sexos es casual, un asunto casi accidental. Los varones y las
niñas están aprendiendo a gustar de diferentes actividades, y en su prosecución siguen caminos diferentes. Las
niñas continúan jugando a la casa y comienzan a gustar de la rayuela, y los niños juegan mas rudamente, luchan,
etc. En la mitad de este periodo, la separación de sexos se hace conciente e institucionalizada. Las niñas y varones
se esquivan elaboradamente unos a otros, y hablan del sexo opuesto con sonoro desprecio. Debe ir a los extremos
para establecer la pureza de su masculinidad o femineidad. En esta época, todos los niños atraviesan un periodo en
el q rechazan a todas las mujeres, con la posible excepción de sus madres. Las niñas, por otra parte, acarrearán con
más probabilidad, en parte a consecuencia de su temprano juego doméstico, una visión romántica de la vida familiar
en donde se imaginan a sí mismas como esposas y madres, pero unidas a una figura nebulosa q no tiene ningún
parecido a los chicos horribles q conocen. En el grupo vecinal de juego, podrá aun existir una mezcla ocasional de
sexos en carreras o juegos de la mancha. El grupo vecinal puede ser tmb el escenario de la ruptura de las barreras
entre los sexos q llega con los años intermedios tardíos, evidenciando en el primer acercamiento torpe en forma de
bromas y peleas. En el caso de las niñas, sin embargo, existe una tendencia a inclinarse hacia muchachos mayores
en la época del acercamiento a la pubertad, en vez de una reconciliación con sus contemporáneos masculinos.
El sentimiento de inclusión parece necesitar la exclusión de alguien. De la misma manera q a los seis años necesitan
mantener un secreto de alguien, los clubes de diez años pueden inducir un sentimiento de “nosotritud” por el simple
medio de dejarlos a “ellos” afuera. Los niños se ocupan de este tipo de actividad mayormente para reforzar su
sentimiento de pertenencia interna al grupo. Las pautas de amistad y ascendencia cambian bastante rápidamente en
los niños de edad escolar, y el paria de hoy puede ser el favorito de mañana. Sin embargo, mientras q las amistades
y enemistades duran, son sentidas intensamente. El rechazo por el grupo entero señala la naturaleza despótica del
dominio de la mayoría. El niño excluido experimenta una fuerte aunq temporaria convicción interna de q el grupo
debe tener razón y q algo debe andar mal en él. Aquí radica la tragedia del individuo permanente o repetidamente
excluido, ya sea q la exclusión se base en razones personales o étnicas.
No toda la vida grupal se desarrolla fuera del hogar. Los niños se visitan entre sí en casas. Y además si los
hermanos tienen más o menos la misma edad escolar, su hogar estará caracterizado por bromas, batallas y algunas
actividades conjuntas. Cuando los hermanos están en otra fase del desarrollo, el mayor prepuberal se inclina a ser
huraño, ruidoso, impertinente, y a veces expresa su furia planteando dudas acerca de su común parentesco. El
pequeño hace muecas y se burla de la precaria dignidad del adolescente.
Los padres no podrán permanecer más en lo alto de un pedestal. No existe nada más patético q un padre o una
madre tratando de ser amigo del hijo o de la hija. Existe un buen número de pares en la vecindad q pueden servir de
amigos, y el niño necesita a sus padres como padres, lo q significa como adultos y no como pseudoniños. Los
necesita como refugio cuando se encuentra apartado de la pandilla en uno de sus periódicos realineamientos,
cuando esta enfermo o en otros momentos vulnerables, o simplemente en las épocas en q desea ser un miembro de
su familia, intercambiando noticias, chistes y confidencias, pidiendo informaciones, consejos y ayuda para sus
deberes. A la hora de acostarse, podrá recibir aun con agrado una pequeña cantidad de mimos. Las niñas
permanecen constantemente demostrativas durante este periodo. Cualquiera sea la forma de la identificación del
niño, continúa necesitando la regulación del hogar. Puede necesitar el apoyo paterno q lo capacite para mantener
sus propios valores frente a la presión del grupo. Del mismo modo q espera privilegios (acostarse más tarde, o un
bono semanal) en acuerdo con su incrementada madurez, tmb es capaz de aceptar responsabilidades en la forma de
tareas hogareñas apropiadas a su edad. Cuando toma parte, de acuerdo con su edad, en las decisiones q afectan a
toda la familia, se hace conciente de los lazos de reciprocidad q unen a la familia y, eventualmente, al mundo. Los
niños de edad escolar no están habitualmente preparados para una total autodeterminación democrática. Los
privilegios democráticos acordados a los niños son tdv limitados y sujetos a la autoridad adulta.
Durante los años intermedios los niños y las niñas siguen intereses separados y líneas divergentes de desarrollo.
Diferencias sexuales fijadas biológicamente y determinadas culturalmente. El clima social en el cual los niños crecen
tiene un efecto tan sustancial sobre su desarrollo como el alimento q comen y el aire q respiran.
Es una etapa valiosa en el proceso de hallazgo de su propia identidad, durante los primero años la adquiere de sus
padres (identificación) y ahora esta preparado para comenzar la búsqueda de la existencia independiente. El niño no
vive solo de la cultura de la niñez, sino que también esta expuesto y asimila la cultura adulta, se sigue identificando
con ellos aunque los resista. Lo que un día le dicen los padres y es fuente de discusión al día siguiente puede ser él
quien se lo diga a otro niño convencido de eso. El niño tiene que hacer propia una idea antes de aceptarla, no la
incorpora solo porque lo diga el adulto.
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los trazos que él mismo produce y a interesarse por ellos, pero ha de pasar bastante tiempo antes de q piense
adjudicarle alguna semejanza con alguno de los objetos q tiene a su alrededor, antes de q los denomine.
Los comienzos: Esos primeros trazos, q tdv no son dibujos, caracterizan la fase del garabateo q se sitúa entre los 2 y
los 4 años. Estos límites de edad no deben tomarse al pie de la letra. Hay diferencias tmb en relación al desarrollo
propio del niño, como a las características del medio y a las condiciones en q vive. En este período el entorno pone a
disposición del niño el mínimo de material necesario, le proporciona lápiz y papel, y le permite ocuparse de dibujar.
Este momento varía de un ambiente familiar al otro. El grafismo comienza a una edad diferente para cada niño.
Los antecedentes: Esta actividad tiene sus antecedentes, por ejemplo en el trazado q realiza el niño en el barro, agua
de jabón, líquidos, comidas, o pastas diversas. Siempre puede observarse la tendencia al trazado y al gozoso
garabateo mucho antes de q se permita o fomente el uso del lápiz. Macular, triturar, manchar, es dejar su propia
huella, es producir un efecto exterior a uno mismo; equivale a modificar el medio transformando aquello sobre q se
opera e imprimiendo la propia huella; quizá es, en un sentido primitivo, como apropiárselo.
El garabateo no consiste en unos trazados cualesquiera producidos al azar sobre una hoja de papel, como
generalmente se piensa. En realidad, esos trazos son determinados por la estructura de la palanca q constituye el
miembro superior y por la sucesiva entrada en juego de las articulaciones del hombro, del codo y del puño de la
mano, y del pulgar y, por otra parte, por la intervención paulatinamente creciente de la actividad perceptiva y del
control visual.
El garabateo es, ante todo, producto de una gesticulación de trazado; es el elemento motor el q prevalece. La
multiplicación y la generalización de los garabatos, el placer q a esa actividad va unido, se vinculan al movimiento
mismo, y ha podido comprobarse q, cuando el niño es muy pequeño, no se preocupa en absoluto de los efectos q
produce.
- 1 a 1,3 años: trazos impulsivos y lanzados que a menudo sobrepasan los bordes de la hoja.
- 1,3 a 1,8: movimientos de barrido.
- 1,9 a 1,11: garabateos circulares
- Desde los 2 años: garabateos variados.
Entretanto ha entrado en juego el elemento perceptivo. Hacia los dos años dp de iniciarse la actividad del trazado, es
cuando el niño descubre la conexión q existe entre su movimiento y el trazo realizado.
El trazo producido desempeñará el papel de refuerzo con respecto a la actividad q le origina y el niño se entrega
desde entonces, a lo q podríamos llamar una “manipulación gráfica” en la cual el control perceptivo se irá
manifestando de modo más patente cada vez. Dsp de haber seguido a la mano, el ojo comienza a guiarla. Se da la
aparición del “monigote” más primitivo, constituido por una forma más o menos circular de la q irradian trazos
verticales u horizontales. Algo más tarde, hacia los 2;7 años aparece el “control doble” q abarca tanto el inicio como
el final del trazado, guiando el ojo a la mano de tal manera q sea posible realizar la unión de dos trazos ejecutados
con anterioridad, lo cual permitirá la producción del cuadrado y de otras figuras cerradas. El progreso motor,
multiplicado por el del control visual, permitirá hacia los 3 años la realización del espiral continua, sin
encaballamientos, lo q implica el control de la amplitud al mismo tiempo q el de la curvatura. Todo ese desarrollo se
apoya en el placer q el niño halla en la modulación infinita de sus trazados y en la producción de efectos perceptivos
múltiples y variados. El niño toma conciencia de su poder creador.
Los trazos difieren según los individuos, en cantidad, densidad, naturaleza, extensión espacial, intensidad de presión
del lápiz, etc. En ese nivel del garabateo, se manifiestan ya algunas variables de la personalidad q implican la
organización motora en el marco del grafismo.
En ese contexto de proliferación de formas diversas y trazados cada vez más controlados, se sitúa, en el curso del
tercer año, un cambio q influye tanto en la actividad gráfica como en el desarrollo general del individuo: el grafismo va
a tomar valor de signo, es decir, los trazos van a representar alguna cosa. Es la aparición de la función simbólica en
el grafismo espontáneo.
Realismo fortuito: En determinado momento, el niño observa una analogía de apariencia, más o menos vaga, entre
uno de sus trazados y algún objeto real; considera entonces el trazado como una representación del objeto como
queda probado cuando enuncia la interpretación q él le atribuye. Es la “tesis del realismo fortuito”, según la cual la
constatación de una semejanza accidental lleva de algún modo a la representación deliberada. Seguidamente, el
niño, sensibilizado con su descubrimiento, buscará en sus trazados otras analogías q no dejará de hallar; cuando las
semejanzas lleguen a parecerle suficientemente aproximadas, intentará precisarlas con añadidos y correcciones. Al
controlar cada vez mejor sus trazos, el niño se irá instalando de ese modo en lo figurativo. Muy pronto anunciará de
antemano el tema de su dibujo y la representación será entonces intencionada, querida.
La emergencia de la función simbólica permite, llegado determinado momento, q el trazo adquiera valor de signo y de
símbolo y hace sensible al dibujante a los eventuales parecidos haciéndoselos buscar después.
La actividad gráfica se elabora en estrecha conexión con la actividad oral. La semejanza visual, más que crearle,
confirma el propósito representativo implícito. Es la integración de la acción gráfica en la función simbólica o la
superposición de la significación representativa a la cinestésica lo q orienta, paso a paso, hacia la semejanza visual
del significante con el significado.
A partir de los 2 años el niño sabe ya muy bien q algunas cosas pueden representar otras; es algo q aparece
continuamente en sus juegos. Está familiarizado con la imagen, reconoce las representaciones de objetos o
animales, y a menudo las fotografías de sus allegados. Los adultos le incitan a interpretar sus grafismos
preguntándole q es lo q representan, aun cuando se ve bien q no representan nada, y el niño responde “son dibujos”.
Es en este contexto favorable donde cabe situar la aparición de la dimensión representativa. Es probable q la
configuración propia de ciertos trazos, a partir del momento en q son controlados visualmente, favorezca el paso a la
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representación, incluso en el caso de darse una ausencia total de semejanza visual objetiva. Al principio, lo más
frecuente es q no haya semejanza visual entre el trazo y la interpretación q el niño da de él y q incluso esa
interpretación sea muchas veces variable o “flotante”. Pero si casualmente el niño llegara a percibir alguna analogía
fortuita, ésta no dejaría de confirmar su interpretación o de suscitarle otra. Las primeras denominaciones q pueden
aparecer hacia los 2 años son la mayoría de las veces arbitrarias; es decir, no hay ninguna semejanza objetiva entre
lo q el niño refiere y lo q se ve en el dibujo. Hacia los dos años hacen su aparición los bucles y espirales, el trazo se
despedaza y se miniaturiza.
La edad de los primeros ideogramas: Es a los 2;10 años cuando la relación entre verbalismo y grafismo toma un giro
propiamente simbólico, cuando el niño declara “he hecho redondeles pero son balones”. La forma producida se
reconoce ahora de manera explícita como lo q “es” y al mismo tiempo como otra cosa: representa algo y, por
consiguiente, hay un ideograma. Hay simultaneidad entre la percepción del objeto y la de su forma, expresada por el
lenguaje. En adelante el círculo podrá “ser” cabeza o sol, y el segmento de recta, pierna o tronco de árbol. Los
primeros ideogramas se constituyen por yuxtaposición e inclusión de formas; el monigote, el árbol, el auto, por
ejemplo, salen a la luz y se consolidan por la repetición. Las palabras q acompañan el trazado evolucionan
gradualmente desde la pura y simple enumeración de elementos a una interpretación más sintética. La aparición de
numerosos trazos representativos no elimina inmediatamente el garabateo: por lo general puede comprobarse una
fase de coexistencia de esos dos tipos de trazado. Una vez q el niño es capaz de anunciar antes de ejecutarlo el
tema q se propone dibujar y q incluso esboza en el aire los gestos gráficos correspondientes, puede permitírsenos
decir q el niño ha superado la fase del garabateo (como sucede por ej a los 3;1 años).
En el garabateo no hay intención figurativa. El garabateo consiste en la producción de trazos por la simple actividad
motora. Hay despliegue de la actividad motriz con sensaciones placenteras. Los trazos, al principio, son impulsivos o
lanzados. Después, son trazos de barrido (debido a que no se puede flexionar el codo). A veces los trazos
sobrepasan los límites de la hoja. Luego, hay un garabateo variado durante el cual empieza a haber un cerramiento
de figuras (gracias al logro de la rotación de muñeca) o trazados más rectilíneos. Al aparecer la rotación del puño y
unirse con la rotación del antebrazo, puede hacer círculos y bucles. A los 2 años, va a poder hacer trazos variados,
que pueden adquirir valor de símbolo. Hacia los dos años el elemento perceptivo entra en juego, el ojo guía la mano.
El gráfico empieza a tener valor de significación (símbolo). Los trazos representan algo, alguna cosa. Hay carácter
representativo. Tiene que ver con el elemento perceptual. Representa las cosas que son significativas para él. Con
los monigotes, el cerramiento le empieza a permitir representar a la figura humana.
Osterrieth plantea que el niño, a los 2/3 años, comienza haciendo garabatos. Siempre tiene que haber un estímulo
del medio externo (alguien que le de hojas y lápiz). Luego pasa por una etapa de esquematismo, donde se dibuja de
memoria y no lo que se ve del objeto, para llegar finalmente al agotamiento de la actividad grafica.
o Nivel 2: La fase del esquematismo (3 a 9 años aprox.):
La intención figurativa es manifiesta y con frecuencia se anuncia antes de comenzar el dibujo, que es
deliberadamente representativo incluso si no se conforma con las apariencias visuales objetivas; es la “edad de oro”
del dibujo específicamente infantil. Elaboración de un “vocabulario gráfico” hecho de esquemas individuales, a
menudo fáciles de reconocer, producidos por la yuxtaposición y la combinación de elementos gráficos simples;
enumeración gráfica por yuxtaposición de esquemas (3 años). Combinaciones de esquemas en escenas elementales
(4 años). Combinaciones de esquemas en escenas complejas y paisajes; primeras tentativas para representar el
movimiento y el espacio (5-6 años). Desdoblamiento del esquema hacia una representación más flexible, más
anecdótica, más realista (7-9 años).
El niño fue descubriendo gradualmente q tiene la capacidad para representar las cosas por medio de trazos, y esto lo
entusiasma.
Los esquemas: De los 3 a los 7 años aprox. el niño se constituye un “vocabulario” de estructuras gráficas con valor
representativo, a lo cual han llamado esquemas, ideogramas o conceptos gráficos. Con frecuencia, esos esquemas
no se distinguen en principio de los garabatos más q por los comentarios orales del niño. Se construyen en
yuxtaposición, inclusión y combinaciones diversas de los elementos de repertorio de trazos ya constituidos con
anterioridad, en el q desempeñan un papel importante los “bastones” y los “redondeles”, pero a los q van a unirse
pronto infinidad de otros tipos de trazados, dando lugar a una proliferación de formas, en cuyo seno se verá a
menudo un mismo objeto representado sucesivamente por estructuras bien diferentes entre si. El esquema puede
sufrir alteraciones pasajeras, a menudo en función del contexto; es, asimismo, susceptible de evolucionar más o
menos discretamente. El niño nombra lo que dibujará antes de dibujarlo. Dibuja lo que conoce y le importa del objeto:
no lo copia. “El signo es siempre signo de nosotros mismos tanto como del objeto representado”.
- Esquema: “vocabulario” de estructuras gráficas con valor representativo. Cada esquema es un “ejemplar”.
- Ideograma: Primero aparecen los “ideogramas”, los esquemas que en principio son individuales (3 años). El niño
realiza trazos y los reitera. Esto se constituye en esquemas que ya tienen valor simbólico debido a que hay intención
figurativa. Acá empieza el dibujo. Al principio, hay una fase enumerativa. Hay enumeración gráfica por yuxtaposición
de esquemas. El dibujo ofrece un carácter enumerativo.
Las estructuras gráficas con función representativa, los esquemas q el niño utiliza, no se elaboran únicamente por
referencia a la apariencia visual objetiva de las cosas q se supone representan. Ej: dibujo 3;10 años acumulación de
esquemas humanos primitivos sin puesta en relación. El esquema de monigote se halla en pleno estadio de
elaboración y se muestra bajo diversos aspectos. Se distingue la cabeza a veces con ojos, una boca y señales de
cabello. Las piernas provistas de pies se unen a la cabeza. Los brazos se unen lateralmente a la cabeza y llevan
manos; una de estas tiene dedos.
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El niño no copia el objeto. Lo dibuja de memoria o más bien siguiendo esquemas muy simplificados y más o menos
estereotipados. Lo refiere a medida q va evocando sus detalles, en un inventario fortuito más q sistemático. Describe
al objeto de la manera q sus medios le permiten traducir lo q él tiene en la mente, alterando con frecuencia esos
detalles tanto en el modelo mental como en el objetivo. Tampoco nosotros creemos q el niño pequeño pretenda
realizar una representación visualmente correcta y objetiva, digamos “realista”, y q fracase en sus propósitos por
deficiencia de observación, torpeza motora o falla de capacidad sintética. En realidad, a él no le preocupa la
apariencia “objetiva” del modelo. Del mismo modo q en el juego figurativo no hay ninguna necesidad de q la caja de
zapatos por ej parezca efectivamente un auto para q puedan representarlo, tampoco es necesario q el signo gráfico
con el cual el niño se halla en este estadio represente objetivamente y de manera realista al objeto. Basta q permita
su evocación. El niño q dibuja un hombrecito con un círculo al q van unidos lateralmente dos trazos horizontales y por
debajo otros dos verticales, sabe perfectamente q nosotros no estamos hechos así, pero esa estructura primitiva le
basta para evocar la experiencia q el tiene del cuerpo humano, con su núcleo central y sus prolongamientos q le
sirven para la acción y el desplazamiento. El niño dibuja lo q conoce del objeto, lo q éste tiene de significativo para él.
Este conocimiento activo del objeto es necesariamente subjetivo, personal, egocéntrico y el esquema q lo evoca y
representa, es para el niño la huella de un realismo individual intenso. El niño reconoce perfectamente las imágenes
q se le muestran. No es ciego para la semejanza visual. Pero cuando es él quien dibuja, hace referencia a su propia
vivencia, q sobrepasa con mucho los meros datos visuales.
El geometrismo aditivo: Los esquemas o ideogramas se construyen por la combinación de elementos gráficos
existentes con anterioridad: segmentos de recta, círculos, cuadrados, por ejemplo. Durante unos 6 o 7 años los
esquemas conservarán ese carácter ordenado q Lowenfeld designa con el nombre de geométrico o de “no visual”.
Los elementos constitutivos del esquema no se apoyan sobre datos visuales ni copian la apariencia. El niño, como se
menciono con anterioridad, no dibuja lo que ve: no interviene la percepción. Dibuja lo que es importante para él.
Sabe que el monigote no es exactamente igual a una persona, pero le basta para representarla. Al dibujar un
monigote, la cabeza de la figura es un círculo y sus brazos y piernas son bastones. El niño identifica a estas figuras
como parte del cuerpo humano cuando están unidas. Pero si estas figuras se aíslan del cuerpo y son percibidas por
el niño como figuras individuales, éstas serán identificadas como “círculos” o “bastones” y no como “cabeza” o
“brazos/piernas”.
Durante la fase esquemática, el dibujo infantil tiene un carácter esencialmente aditivo, procediendo por yuxtaposición
de elementos geométricos simples, mientras q seguidamente irá adquiriendo poco a poco un carácter integrativo
orgánico, por combinación de subconjuntos q tienen a su vez propia estructura figurativa y se fundan con preferencia
en la semejanza visual.
- De los 3 a los 4 años: Durante el período que sigue inmediatamente a la aparición de los primeros esquemas y la
gradual desaparición del garabateo, o sea de los 3 a los 4 años aproximadamente, el dibujo ofrece un carácter
ENUMERATIVO. Después de haber comenzado por indicar por medio de un pequeño garrapato indiferenciado los
objetos q enumeraba oralmente, el niño comienza a acumular en su papel esquemas q corresponden a los más
variados objetos. Hallaremos por ej en la misma hoja la mamá, un auto, una casa, la hermanita, o, en otra, un árbol
de Navidad, un señor, una gallina, un tranvía, etc. en estos heteróclitos conjuntos, tan incoherentes a los ojos del
adulto, cada tema va representado como una entidad completa por sí misma. No se aprecia relación alguna entre los
diferentes esquemas. Es de observar q en estas enumeraciones gráficas, el esquema humano goza generalmente de
especial predilección y se le encuentra con una frecuencia muy elevada.
- Hacia los 4 años: Esta fase puramente enumerativa parece quedar por completo superada con los primeros
rudimentos de ESCENAS, cuando el encadenamiento de los diversos elementos, q al principio se hacia oralmente,
se hace ahora gráfico. Objetos y personajes se ponen en relación por medio de yuxtaposiciones y combinaciones
muy sencillas. A la palabra, sucede la frase simple. Así el niño dibuja por ej a mamá en la cama, el auto en el garage,
el campesino y la vaca en el prado. En este mismo período se descubre la aparición de dibujos EN SERIE en los q el
mismo esquema, y en particular el esquema humano, se ve representado varias veces y de manera prácticamente
idéntica. Un mismo esquema q se repite. Esos personajes en serie, colocados uno junto al otro, parecen conducir a
la representación de la familia, como lo atestiguan declaraciones del niño, q va nombrando a cada uno y, a partir de
los 5 años aproximadamente, los diferencia con bastante precisión según el sexo. Por ej: la madre o la hermana es
dibujada con pelo largo, o un triangulito q representa el vestido, y los varones con pantalones o pelo corto.
- A los 5 años: Representaciones de ESCENAS PROPIAMENTE DICHAS, en las q sucede algo, en las q los
personajes se animan, se ponen en actividad, entran en interacción los unos con los otros. Esas escenas,
relativamente complejas, q se refieren con frecuencia de manera explícita a episodios reales de la vid familiar o de la
escuela maternal, hacen su aparición hacia el final de los 5 años o en el curso de la primera mitad del 6to año de
vida. Casi al mismo tiempo aparecen los primeros paisajes, en los q la casa y el árbol en particular, q antes se habían
representado aislados, ocupan un lugar preponderante.
La representación de escenas implica la puesta en actividad de los personajes y, por consiguiente, la representación
del movimiento, de la acción. Por lo general aparece más precozmente en los niños q en las niñas. Se da entonces
una alteración de los esquemas habituales. El movimiento, en principio expresado oralmente por los niños,
tratándose de esquemas fijos o yuxtapuestos, se muestra hacia los 6 años, con deformaciones parciales, localizadas
en un segmento del cuerpo q permiten expresar un movimiento de relación. Por ej: el alargamiento desmesurado del
brazo de un personaje q se supone está tomando una fruta o recogiendo algún objeto, o la multiplicación de las patas
de un caballo para representar su carrera. En cuanto al movimiento de objetos inanimados, como una piedra o
pelotas lanzadas, algunas veces se indica por la trayectoria de dichos objetos o se representa con trazos q
reproducen el movimiento mismo y q se aproximan mucho al garabateo. Otra novedad q trae la representación del
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movimiento es la aparición del perfil (6 años). El movimiento no se puede representar a nivel esquemático, más q
lateralmente, hacia la derecha o hacia la izquierda. Cuando los personajes se animan en un dibujo, lleva consigo a la
representación de perfil y la alteración de los esquemas habituales, por ej, exageración en el largo de los brazos o
curvatura de los cuerpos. Puede haber transparencias por superposición de elementos, y geometrismo aditivo en las
figuras humanas (un circulo representa la cara un rectángulo el cuerpo un triangulo la pollera de la madre; esos
elementos por separado no representarían lo mismo).
La estabilidad del esquema corresponde a la noción de ejemplaridad. El esquema es “ejemplar”; así, por ejemplo, el
esquema q representa la cabeza, se empleará indiferentemente para el ser humano o el animal. Por ejemplo, hay
ejemplaridad en el dibujo de una niña q representó de igual manera su cara, la cara de su gata y la de los gatitos.
Hay también ejemplaridad en el dibujo de los esquemas humanos iguales. Es inevitable q las proporciones y las
relaciones espaciales queden a menudo descuidadas.
La transparencia se halla cuando el niño quiere mostrar simultáneamente aquello q es exterior y visible y lo q está
dentro y escondido: representa entonces la casa según su aspecto exterior, tal como la ejemplaridad lo requiere,
pero se verán tmb sus habitantes y el mobiliario; o la gata de la familia a punto de dar a luz con los gatitos dentro de
su vientre; se verá el contorno de la cabeza a través del sombrero; o las partes de la silla q en la realidad quedan
escondidas tras el personaje q en ella se sienta. Esto resalta la primacía del interés, de la experiencia vivida, de la
perspectiva egocéntrica, sobre la referencia visual. Siempre se hallan una y otra vez deformaciones de las
apariencias visuales q expresan una preocupación profunda, si bien egocéntrica, de la realidad visual.
- Entre los 5 y los 6: los esquemas se combinan en escenas complejas y paisajes (preponderancia de casa y árbol).
La aparición de las escenas y los paisajes marca, desde el comienzo de los 6 años, un momento importante de la
evolución gráfica como tmb de la psicológica. Es una prueba de la creciente capacidad de organización e integración
de los motivos q hasta entonces habían sido simplemente enumerados. Da testimonio del paso de una vivencia en
cierto modo aditiva a la vez q global del mundo, percibido como un conjunto de seres aislados entre si, hacia otra
vivencia más integrativa de ese mundo, percibido ahora como una serie de elementos recíprocamente relacionados y
situados en un espacio q es común para todos y a todos relaciona. Los objetos q el niño representa están situados
en un espacio. Tienen lugar la línea del cielo, con frecuencia con un sol o algunos astros, y la línea de la tierra.
Dispone los personajes y los elementos de la decoración apoyados en una línea de tierra q los relaciona entre si. A
falta de la línea de tierra, el niño sitúa sus personajes sobre el borde del papel, q le sirve de base. En adelante, los
personajes y los objetos en vez de “flotar” en el vacío separados unos de los otros se situaran sobre una línea de
tierra paralela y otra de cielo: ya están espacialmente situados. El niño empieza a dibujar un piso, pasto, nubes,
estrellas, el sol, la luna. Necesita acotar el espacio y ubicar los elementos en algún tipo de proporción.
Existe tmb la estereotipia (estereotipo) de los personajes; por ej diferenciando los sexos de manera q los personajes
masculinos llevan botones.
Representación del espacio plano “a vista de pájaro”: El niño prescinde de la línea de tierra y la misma superficie del
papel hace las veces de terreno sobre el cual son fáciles de representar las relaciones de profundidad. Un ejemplo
típico es cuando dibuja la canchita de futbol con los arcos y jugadores vistos desde arriba.
Hacia los 8 aparece lo que se llama abatimiento: es un caso particular de cambio de punto de vista y una
consecuencia del esquematismo y la ejemplaridad. Por ejemplo: Se dibuja un círculo de niños haciendo una ronda,
pero los mismos niños se representan con el esquema habitual e irán dispuestos en forma radial alrededor del
círculo, con los pies hacia el centro. Al lado, la maestra de baile (dibujada mas grande) como figura de autoridad.
- Entre los 7 y los 9 se da un desdoblamiento del esquema hacia una representación más flexible, más anecdótica y
más realista. Aparecen estructuraciones espaciales y temporales. No es raro en el curso del periodo esquemático q
el niño reúna, en una sola composición, diversos episodios del relato a q se refiere. Es la estructuración temporal. El
niño, refiriéndose a un relato, trata de representar sucesivos episodios, “narración grafica”. Hacia los 8 años
predominaría más bien lo q Luquet llama la narración en imágenes d`Espinal, en las cuales se explica la historia con
varios dibujos encerrados en recuadros y representando cada uno de ellos un episodio diverso. La influencia de
ciertos libros para niños y de las historietas gráficas parece ser evidente.
El esquematismo alcanza su apogeo entre los 7 y los 9 años de edad. Pero ya en el curso de este periodo se perfila
una evolución hacia otra representación gráfica de un orden totalmente diferente. Se observan cada vez más indicios
q dan testimonio de la creciente atención q presta el niño a los datos visuales. El empleo de los colores, q en los más
pequeños no obedece más q a la propia fantasía, se hace más convencionalmente objetivo: la copa de los árboles es
verde, el tronco marrón, etc. Los esquemas se enriquecen con detalles ocasionales, elementos diferenciales, se
representan los objetos y seres vivos con un carácter más específico y más individual. Dan testimonio del constante
incremento de las experiencias y de los conocimientos del niño, tanto en lo q se refiere a los objetos y a las personas
como en lo relativo a sus relaciones.
o Nivel 3: La fase del realismo convencional (9 a 13 años aprox.) : Se aprecia cada vez más el empeño en
representar apariencias visuales, abandono del esquematismo a favor de entidades orgánicamente integradas;
creciente atención a las formas, a los detalles, a las actitudes, a las relaciones topológicas y a las proporciones;
ensayos de representación de la tercera dimensión; particularización de los temas representados; tendencia a la
reproducción objetiva y convencional.
Al acercarse el niño a los 10 años, los cambios se han afirmado ya lo suficiente para como para q pueda hablarse de
una nueva etapa del dibujo infantil caracterizada por el intento de una representación naturalista, más conforme con
las informaciones de orden visual. Los elementos geométricos y líneas sencillas q constituían los esquemas se
sustituyen por trazos mucho menos estereotipados, infinitamente más variados, más elaborados, más objetivamente
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figurativos. Así, el brazo de un personaje o su pierna ya no se representan por un simple segmento de recta o un
rectángulo alargado. Los elementos constitutivos del tema no van sencillamente pegados, yuxtapuestos unos a otros,
sino q tienden a integrarse entre sí de una manera orgánica. Carácter “integrativo”, orgánico, por combinación de
subconjuntos que tienen estructura figurativa y se fundan con preferencia en la semejanza visual.
Al mismo tiempo q desaparece el esquematismo, gradualmente desaparecen tmb todas las características infantiles
del dibujo, tales como estereotipia, transparencias, abatimientos, yuxtaposiciones, las extrañas exageraciones, etc.
Los abatimientos van eliminándose gradualmente, no sin dejar de vez en vez alguna reliquia bien perceptible.
Desaparecen tmb todas las “imperfecciones”. Los elementos q representan vivencias importantes o vinculadas a una
fuerte carga emotiva, no figuran tan hipertrofiados o deformados, sino q se acentúan por la mayor presión del trazo,
por las correcciones y raspaduras o por la acumulación de detalles. El movimiento se representa con medios más
visuales. La línea o franja del cielo se ensancha y se acerca hacia la superficie del suelo al q no tarda en unirse en el
horizonte, con lo q desaparece la faja intermedia entre la línea de tierra y la de cielo en la cual se situaban hasta
entonces los personajes. Aparece la perspectiva, la profundidad, la previsión y anticipación en el armado del
conjunto. Hay un esfuerzo por conseguir la apariencia visual. El dibujo se reflexiona. Se presta una creciente
atención a las formas, detalles, actitudes, relaciones topológicas y a las proporciones. Sin embargo, hay q reconocer
q el realismo no es tdv integral. Las caras se interpretan sin duda, de un modo mas naturalista q en la época
esquemática, pero tdv no presentan, por lo general, relieve, ni modelado, ni sombras, ni arrugas; los vestidos ofrecen
un aspecto mas realista y detallado, pero no presentan ni pliegues ni frunces ni texturas.
Se dan ensayos de representación de la tercera dimensión. Pero la ausencia de sombras, graduaciones, valores,
hace q los paisajes queden aplanados. Por lo general, tdv no se da la perspectiva propiamente dicha. La
desaparición del esquematismo señala la liquidación de la mentalidad típicamente infantil, con sus componentes de
egocentrismo, simbolismos, proyección; con aquella captación directa de las cosas de acuerdo con el valor subjetivo
y la significación específica q tengan para el individuo. Es tmb señal de un resultado del proceso de socialización y
escolarización, el paso de la primacía de la vivencia individual a la primacía de las apariencias objetivas y, por
consiguiente, de cierto convencionalismo social. El esfuerzo de observación, la búsqueda, la reflexión q presiden a la
representación, hacen q ésta sea mas exacta y mas objetiva desde el punto de vista visual, pero a menudo tmb mas
rígida, mas fija, menos expresiva q antes. Los jóvenes dibujantes toman conciencia de su incapacidad para presentar
la realidad y expresar con el dibujo todo lo q ellos quisieran plasmas. No es raro q hacia los 10 años la producción
grafica comience a disminuir. De los 10 a los 13 años son muchos los niños q tdv siguen dibujando y haciendo
progresos en el sentido de la representación realista convencional. Hallamos paisajes, escenas vividas, evocaciones
de lecturas o filmes, retratos, estudios, la copia de tarjetas postales o dibujos de adulto, etc. La representación de la
tercera dimensión se perfecciona, se va elaborando paulatinamente la perspectiva.
o Nivel 4: Diferenciación de las evoluciones individuales y agotamiento de la actividad gráfica (pubertad y
adolescencia): Para unos, la disminución de la actividad gráfica va seguida con frecuencia de su total desaparición;
en otros hay una cierta evolución, que prosigue siguiendo líneas individuales y que conduce, algunas veces, a una
producción de nivel casi artístico o artístico. Hay un agotamiento de la producción gráfica y queda limitada a las
personas interesadas en dibujar. No hay ya una necesidad de dibujar como al principio. El dibujo forma parte de la
adquisición de la función semiótica en el periodo pre-operatorio (2 a 7 años). Así como el lenguaje, la imitación, el
juego simbólico y la imagen mental, el dibujo tiene gran relevancia para el desarrollo. El dibujo es una necesidad
cuando uno es niño. No así en la adolescencia, donde otros intereses ocupan al sujeto. Muchos de los dibujantes no
van más allá del nivel de las representaciones ingenuamente realistas propias de los 10 o los 11 años de edad. Pero
otros se apartan de ellas claramente. Adolescentes varones dibujos agresivos, chicas dibujos de personajes
filiformes, dibujos fantásticos. Puede abandonarlo tmb pq en una sociedad tan visual, puede llegar a pensar q carece
de medios técnicos, perder la confianza en ese modo de expresión y abandonarlo. Cesa pq la mayor parte de los
adolescentes no tienen ya necesidad de ella. Disponen de otros medios más eficaces para expresarse y valorizarse.
Esa manera de expresarse y comunicarse con los demás, y consigo mismo, q sin duda equivale para el niño a la
reflexión del adulto, no es tan adecuada para el adolescente, sino q lo es más el lenguaje, mucho mas rico y flexible.
Durante la infancia, el dibujo seria una actividad de carácter esencialmente cognoscitivo, mientras q a partir de la
pubertad se hallará mucho más ligado al campo de la estética y lo afectivo. Para prevalecer la actividad más allá de
la pubertad, exigiría una sensibilidad, motivaciones y un talento q no todos poseen en igual grado.
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día un hombre le echo mucha sal. Llueve pq cuando nos portamos mal Dios se enoja y llora, hace q choquen las
nubes. Las cejas crecen para enojarse.
- CENTRACIÓN/EGOCENTRISMO. Ej: Un aeropuerto es donde va mi tío cuando se va a otro país.
- FENOMENISMO: Es la tendencia a establecer un lazo causal entre fenómenos que son visto como próximo por los
niños.
- FINALISMO. Cada cosa tiene una función y una finalidad que justifican su existencia, desconociendo la existencia
de lo fortuito en la naturaleza. Todo tiene un propósito. Todo esta creado por un fin. Esto esta relacionado con el “por
qué” de los niños, que se propone averiguar la razón causal y finalista de cada fenómeno, suponiendo que todo esta
“hecho para”. Ej. “Juan cree que algunas personas se quedan peladas para no tener piojos”.”Tenemos nariz para
sostener los anteojos”.
- REALISMO NOMINAL. Se supone que los nombres están ligados a las cosas por una relación de necesariedad,
sin percibir el carácter arbitrario y convencional del signo.
- REALISMO. Indiferenciación entre lo psíquico y lo físico. Ej: una pesadilla es algo q hace sufrir mucho. Algo q te
habla detrás de la cabeza. Los peces se ahogan en el agua pq no tienen nariz.
- La PRECAUSALIDAD participa de los mismos caracteres de indiferenciación entre lo psíquico y lo físico,
confundiendo las leyes naturales con las morales y el determinismo con la obligación. Ej: “Los barcos flotan porque
tienen que flotar”.
El niño queda fijado a lo que percibe, se maneja con configuraciones perceptivas. Ej: si ve cuatro monedas en dos
filas, pero la fila de abajo se encuentra más separada, dirá q hay mas cantidad abajo ya q lo ve mas largo y se queda
con eso. No tiene en cuenta q en ambos casos son 4 monedas. No tienen en cuenta más de dos variables. Ej: el
perro no puede ser gris pq mi perro es marrón. “Mi mama tiene un auto verde, todos los autos verdes son de mama”
se mantiene el prototipo.
2) PENSAMIENTO INTUITIVO (4 a 6/7 años)
El pensamiento intuitivo señala un progreso sobre el pensamiento preconceptual o simbólico, referido esencialmente
a las configuraciones de conjunto y no ya a figuras simples semiindividuales. La intuición lleva a un rudimento de
lógica, pero bajo la forma de regulaciones representativas, y no aun de operaciones.
Paulatina desaparición del pensamiento transductivo y los preconceptos. Para Piaget el pensamiento intuitivo
representa la transición entre el pensamiento preoperatorio y la etapa de las operaciones concretas. Además, este
tipo de pensamiento intuitivo, más elaborado, implica una acción ejecutada en pensamiento. Cabe señalar que es
intuitivo porque imita datos perceptivos, pero centrándose en su propia manera, se centra en su punto de vista. El
niño toma en cuenta las relaciones, pero no las coordina. El niño se maneja con regulaciones intuitivas, todavía no
con operaciones. El pensamiento intuitivo tiene que ver con razonamientos de apariencia operatoria, pero ligados a
una configuración perceptiva dada. Imita los datos o configuraciones perceptivas centrándose en un dato. Ej: alguien
mas alto es alguien mas grande; pq la abuela es mas vieja si es la mas chiquita/bajita? Depende solo de lo q percibe,
de lo q ve. Si a un sobrecito de plastilina lo dividimos en dos, el nene se olvida del estado inicial y piensa q hay más.
Dos sobrecitos de plastilina, uno se hace una bolita y con el otro una salchichita, el nene cree q hay mayor cantidad
en el mas largo. Empieza a tomar en cuenta las transformaciones pero tdv fracasa cuando tiene q dar cuenta
lógicamente de esas transformaciones. Sigue siendo un pensamiento pre-lógico.
El pensamiento intuitivo representa el predominio de la forma perceptiva por sobre el nivel operacional.
Hay dos tipos de pensamiento intuitivo:
- Intuitivo simple (entre los 4 y los 5 años). Aquí el niño frente a un problema, se centra en una sola variable. Y
realiza colecciones figurables. Pasaje a las primeras configuraciones de conjunto. El sujeto se centra en una
dimensión descuidando o desestimando la otra. Estas intuiciones son rígidas e irreversibles, aparecen en bloque, no
pueden alterarse, son fenoménicas y egocéntricas. Las charlas no están destinadas todas a suministrar información
ni a plantear preguntas (lenguaje socializado) sino que consisten en monólogos colectivos durante los cuales cada
uno habla para sí, sin escuchar a los demás (lenguaje egocéntrico). Funciona a partir de la centración del
pensamiento en una única variable. No hay conservación de sustancia. Prestan mucha atención al todo y descuidan
las partes. Simetría óptica (ej monedas en dos filas, una mas separada q la otra).
Ejemplo de intuitivo simple: Dos vasos pequeños A1 y A2 de formas y dimensiones iguales, se llenan con la misma
cantidad de perlas poniendo, por ejemplo, con una mano una perla en A1 y con la otra en A2. Después de lo cual se
deja el vaso A1 como testigo y se vierte el contenido de A2 en otro vaso B de forma diferente. Los niños de 4-5 años
concluyen que se ha variado la cantidad de perlas, aún cuando están seguros que no se ha agregado ni quitado
nada. Si el vaso B es más alto y delgado, dirán que tiene más perlas que A1 que es más chico. Aquí vemos que el
sujeto aun no posee la noción de conservación. Sin embargo, este pensamiento intuitivo señala un progreso sobre
el pensamiento preconceptual, referida esencialmente a las configuraciones de conjunto. La intuición lleva a un
rudimento de lógica, pero bajo la forma de regulaciones (no aún de operaciones). Ahora bien, el paso de una sola
centración a dos sucesivas anuncia la operación: en cuanto razone sobre las dos relaciones a la vez, el niño
deducirá, en efecto, la conservación. Sólo que aquí no puede hablarse todavía de deducción ni de operación real.
Un error es simplemente corregido con retardo y por reacción contra su misma exageración.
- Intuitivo articulado (entre los 5 y los 6/7 años). El niño frente a un problema se centra en dos variables, pero de
forma sucesiva. No simultánea. Realiza colecciones no figurables. La percepción pasa de un centramiento perceptivo
a dos sucesivos. El sujeto intentará ir corrigiendo sobre la marcha de su acción, por regulaciones posteriores al
error, sin un plan anticipatorio. Puede alcanzarse un equilibrio más estable. Esquematismo prelógico que imita de
cerca los datos perceptivos, centrándose en la acción inmediata. El intuitivo articulado es una forma de razonar casi
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operatoria. Se encuentra precisamente en la transición entre este y el operatorio. Obtiene resultados semejantes a
un razonamiento operatorio con el q puede ser confundido; por supuesto no tiene la estabilidad del razonamiento
lógico operatorio. Método de ensayo y error, corrige sobre la marcha. Toma dos variables sucesivas pero no
simultaneas Ejemplo de intuición articulada:
Alineemos seis fichas rojas en la mesa, entreguemos al sujeto seis fichas azules, pidiéndole que deposite en la mesa
junto a la rojas, igual numero de azules.
Entre los 4 y 5 años el niño no establece correspondencia alguna y se limita a tender una serie de igual largo. Pero
hacia los 5 – 6 años alineará seis fichas azules debajo de las seis rojas. Pero no ha adquirido la noción de operación,
basta con separar los elementos de una de las series para que el sujeto renuncie a creer en la equivalencia.
Al final del preoperatorio se da la conservación de sustancia y reversibilidad. Se amplían las posibilidades. Ya no se
maneja con ejemplares tipo.
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entre sí, centración en las partes. El intuitivo logra ordenar conjuntos más amplios mediante tanteos empíricos, pero
sin poder intercalar un elemento nuevo porque sin reversibilidad no puede conservar a la vez el conjunto y los
elementos).
CLASIFICACIÓN. Implica la reunión de individuos en clases y de las clases entre sí. Los individuos se reúnen por
semejanza y se separan por diferencias, definiendo así la pertenencia de éstos a una clase y de una clase menor a
otra mayor en calidad de subclase. Para clasificar, es necesario manejar conceptos, aquellos elementos lógicos que
resultan de captar notas esenciales de un objeto o de una clase de éstos. Cuando clasificamos tomamos lo q hay de
parecido y lo q hay de diferente al mismo tiempo. ej: q hay de igual y de diferente en los perros? De igual q tienen
cuatro patas, ladran, tienen cola, son mamíferos, etc. De diferente no es lo mismo un bulldog q un caniche toy.
Estamos clasificando, agrupando según sus similitudes y diferencias. Flores margaritas y rosas son distintas, pero
son todas flores. Las incluimos en una misma categoría. En cambio el preoperatorio se va a quedar con la parte, no
con la inclusión general. En el preop no había conceptos no podía generalizar. Acá si, puede tomar dos variables al
mismo tiempo en un razonamiento lógico. En el preop no puede sumar y restar al mismo tiempo.
●●○○○○
Hay mas bolitas blancas o mas bolitas? En el preop contesta: hay más bolitas blancas. Se queda con lo particular,
con la parte. No puede tomar las dos formas de pensamiento al mismo tiempo. No puede pensar q el algunos es
parte de un todo. En el concreto puede decir: no, son todas bolitas; hay más bolitas, aunq algunas son blancas y
otras negras son todas bolitas. Puede organizar un sistema de razonamiento al mismo tiempo en una acción
representativa. Algunos es parte de un todo.
NÚMERO. La construcción de los números enteros se efectúa, en el niño, en estrecha ligazón con la de las
seriaciones y de las inclusiones de clases. No debe creerse q un niño posee el número por el mero hecho de q haya
aprendido a contar verbalmente: la evaluación numérica para él esta unida en realidad a la disposición espacial de
los elementos y en analogía estrecha con las “colecciones figurativas”. Procede a la correspondencia de “1 a 1” a
“cualesquiera”. Supone una abstracción de las cualidades diferenciales. La construcción simultánea tanto del
englobamiento de clases (inclusión) como de la seriación (orden) fundidas en un todo operatorio, engendran la
noción de número.
También se constituyen las operaciones infralógicas o espacio-temporales.
(En el preoperatorio los intercambios sociales eran de carácter precooperativo, a la vez sociales desde el punto de
vista del sujeto y centrados sobre el mismo niño y sobre su actividad propia desde el punto de vista del observador;
egocentrismo infantil, que implica la dificultad para tener en cuenta las diferencias de puntos de vista entre los
interlocutores y para la descentración. En el intuitivo ya se conservan las formas del juego. Los chicos juegan juntos,
pero no se vigilan uno a otro ni unifican sus reglas respectivas. Su objetivo no es superar al otro, sino ganar desde el
punto de vista propio: el niño juega para sí y con un modelo constituido por el adulto idealizado o el chico que sabe
más. Las reglas son tratadas como objetos con una existencia exterior, dados de una vez y para siempre. Los niños
consideran que las reglas son sagradas e inmutables, son eternas y de origen adulto o divino, provienen de una
autoridad, tienen un origen trascendente. Se niegan a cualquier modificación, pues incluso si fuera aceptada por la
opinión general, constituiría una trasgresión. Respeto unilateral que une a un inferior con un superior considerado
como tal.)
Se constituyen nuevas relaciones interindividuales, de naturaleza cooperativa. Lenguaje socializado, los niños
pueden situarse en el punto se vista del interlocutor. Aparecen los juegos de reglas, que son instituciones sociales.
Desde los 7 años, los juegos están bien estructurados, con observación común de las reglas conocidas por los
jugadores, con vigilancia mutua y con un espíritu de honrada competición, de modo que unos ganen y otros pierdan
según las reglas admitidas.
Desde alrededor de los tres años el niño se plantea, y plantea a quienes lo rodean, una serie de preguntas, de las q
las más notables son los “por qué”. Los “por qué” atestiguan una precausalidad intermedia entre la causa eficiente y
la causa final. Y tienden, sobre todo, a encontrar una razón, desde esos dos puntos de vista, para los fenómenos q
para nosotros son fortuitos, pero q para el niño provocan la necesidad de una explicación finalista. Ej: pq hay dos
coches, uno grande y otro pequeño? Pregunta un niño de seis años. Y los demás le contestan: es q se necesita uno
para los grandes paseos y otro para los pequeños. Es una precausalidad infantil de naturaleza preoperatoria.
Finalismo casi integral. Realismo debido a la indiferenciación de lo psíquico y de lo físico, x ejemplo, los nombres
están ligados naturalmente a las cosas. El animismo nace de la misma indiferenciación, pero en sentido inverso: todo
lo q esta en movimiento es vivo y conciente; el viento sabe q sopla, el sol q avanza, etc. A las preguntas de origen,
tan importantes en los pequeños en tanto q van ligadas al problema del nacimiento de los niños, responden por un
artificialismo sistemático: los hombres han cavado un lago, han metido dentro el agua, y toda esa agua viene de las
fuentes y de las tuberías. Esta precausalidad ofrece el interés de ser bastante próxima a las formas sensomotoras
iniciales de causalidad q hemos denominado “mágico-fenoménicas”. Actitudes casi mágicas, por ejemplo los
numerosos nenes de cuatro años q creen q la luna los sigue, o q incluso ellos la obligan a seguirlos. Así como la
precausalidad sensomotora da paso a una causalidad objetiva y especializada, tmb la precausalidad representativa,
q es esencialmente asimilación a la acción, se transforma poco a poco en el nivel de las operaciones concretas en
una causalidad racional por asimilación, no ya a las acciones propias en su orientación egocéntrica, sino a las
operaciones en tanto q son coordinaciones generales de las acciones. Animismo: da vida a las cosas. Finalismo:
todo tiene un sentido o propósito; ej: la nariz sostiene los anteojos.
Un buen ejemplo de esta causalidad operatoria es el atomismo infantil, derivado de las operaciones aditivas. Niños
de cinco a doce años: la disolución de un terrón de azúcar en un vaso de agua; hasta los siete años el azúcar
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disuelto desaparece y su gusto se ira como un simple olor; a los siete u ocho años, su sustancia se conserva, pero
no su volumen; desde los nueve años se añade la conservación del peso; y desde los once/doce, la del volumen.
Causalidad Operatoria Causalidad objetiva y especializada. Causalidad RACIONAL por asimilación no a las
acciones sino a las operaciones, en tanto q son coordinaciones generales de las acciones.
En esta estructura (OC) hay un limite. Las operaciones son concretas. El niño comienza a operar, pero necesitan de
elementos completos, tangibles. Ej: cuando empieza a contar, para hacerlo necesita de sus dedos, lápices, ábaco,
etc. Dsp hacia el final de este periodo se ira desarrollando lo formal. Aumento de relaciones sociales, sociabilidad.
Todo lo logrado en la acción no pasa sin más a la operación; tiene todo un tiempo de desarrollo hasta poder lograr
una descentración hacia la operación, no es inmediato. No se pasa inmediatamente de la acción a la lógica. (preop).
Tiene q reconstruir en un nuevo plano todo lo q adquirió en el plano de la acción. Descentración: debe realizarse al
nivel de la representación; descentramiento respecto de la reflexión y el pensamiento. La descentración no recae
solamente en el universo físico, sino tmb en lo social, en los otros. Descentración respecto a la intercomunicación
con el otro. En el operatorio empieza la conceptualización. Dos operaciones: reunión (de dos clases) y adición (de
dos números). Va a tomar todos los elementos q están presentes y no uno alternativamente y luego el otro. Entonces
va a empezar a dar respuestas correctas. Aparece la noción de reversibilidad (antes se hablaba de reversibilidad
practica). A la reunión le corresponde la disociación; y a la adición la sustracción. Adquiere la noción de número, lo
cual supone una abstracción de cualidades de objeto para poder identificar ese número con las cualidades de una
unidad. A los 4/5 años puede llegar a contar hasta 10, 20 o 30 pero es memorísticamente; no tiene la noción de
número.
La reversibilidad puede ser por inversión o por reciprocidad. Por inversión implica la ausencia de noción de
conservación, supone la posibilidad de resta. Por reciprocidad es cuando se toman todos los elementos del conjunto
ej: estos elementos q pasaste acá son lo mismo, hay lo mismo. Se toman todas las reversibilidades de conjunto. Acá
aparece la noción de conservación de sustancia o cantidades. Esto le permite al niño dar rptas acertadas y realizar
operaciones más complejas.
Preoperatorio Operatorio
Moral heterónoma, sentimiento de Moral autónoma, sentimiento de justicia.
obediencia. Propias del juicio moral antes de Aparece con los progresos de la cooperación
los 7/8 años. social entre niños y los progresos operatorios
Heteronomía. Realismo moral. correlativos (+ 7/8 años)
Centración en el yo, egocentrismo infantil. El Descentración, apertura a la subjetividad de
poder de las consignas esta inicialmente otros. La justicia se impone sobre la misma
ligado a la presencia material del q las da, en obediencia.
su ausencia, la ley pierde su acción, o su
violación solo va unida a un malestar
momentáneo
Respeto unilateral, une a un inferior con un Respeto mutuo, fundado en la reciprocidad en
superior considerado como tal. Garantizada la estimación
por la presencia de un adulto ej cuando la
maestra se va un rato del aula se tiran tizas y
cuando esta se portan bien
Reglas sagradas, intangibles y de origen Regla como producto de un acuerdo entre
trascendente. Realismo moral: las contemporáneos, que puede modificarse
obligaciones y los valores están determinados siempre que haya consentimiento
por la ley en sí misma, independientemente democráticamente regulado. Reglas x
del contexto de las intenciones y de las consenso
relaciones.
Responsabilidad objetiva: el acto es valorado Responsabilidad subjetiva.
en función de su grado de conformidad Sentimiento de justicia (frecuentemente
material con la ley, y no en función de las adquirido a expensas de los padres), que se
intenciones de violarla o buena intención que impone sobre la obediencia y se convierte en
se halla en conflicto con dicha ley. una norma central,
En los juegos con reglas, los niños de menos Los mayores ven en la regla, por el contrario,
de 7 años reciben esas reglas establecidas un producto de acuerdo entre
de los mayores y las consideran como contemporáneos y admiten q pueda
sagradas, intangibles. Como q no se pueden modificarse, siempre q haya consentimiento
cambiar. Las obligaciones y valores están en ello, democráticamente regulado.
determinados x la ley
En el preop no tenia concepto de madre, ni de perro, nada. En el concreto si sabe, madre: mujer con hijos.
Asimilamos y acomodamos la realidad todo el tiempo. En el SM esa asimilación y acomodación se hacia mediante la
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acción. La base del conocimiento era la acción. Dp da un salto cualitativo donde surgen las representaciones; y la
acción q era externa se interioriza. Entonces las acciones q hacia en forma externa ahora las va a pensar “voy a
agarrar la gaseosa”. Va a estar coordinando esquemas asimilando y acomodando de forma cada vez más veloz. El
sujeto llego a un nivel de sujeto epistémico. (preop). Y en el concreto se agrega algo mas a parte de la acción
interiorizada, y es una OPERACIÓN. Una operación es una acción interiorizada y reversible.
Colecciones figurales: con algo hacen una figura, por ej un barco. Agrupamiento según configuraciones espaciales
desde las relaciones de semejanza.
Colecciones no figurales: más en el límite entre el preop y el operatorio. Hacen un dibujo, una imagen. No se tienen
en cuenta las configuraciones espaciales. Se toman en cuenta las diferencias paulatinamente, lo q hace q a partir de
ahí se separen las colecciones.
En el nivel de las operaciones lógicas concretas, los conceptos son ya sistemas de clases, es decir, conjuntos de
objetos agrupados según relaciones de encajes jerárquicos (parte y todo), o sistemas de relaciones particulares
agrupadas según su naturaleza asimétrica o simétrica.
En el op concreto busca armar bien las series. Ya q maneja la transitividad. Tiene en cuenta el todo. Busca un palito
testigo y a partir de ahí compara uno por uno. Hay un plan anticipador y sistematicidad. El nene se maneja con lo
concreto, lo concreto tiene q ver con lo real, con lo q puede ser captado por las percepciones. Lo posible es lo q va a
haber en el formal. El nene del op concreto tiene representación, pero no puede manejar hipótesis, no puede manejar
lo virtual. Entonces dp se da un salto cualitativo al operatorio formal, en el q hay razonamiento hipotético deductivo.
Si le damos a un nene del operatorio concreto para q forme el color verde, cinco baldecitos de pintura: negra, blanca,
azul y amarilla. Combina todos con todos, se le mezclan, no lo hace sistemáticamente. En cambio el formal prueba
uno por uno y anula los q no sirven. Por ensayo y error, de manera mas sistematizada.
FASE FÁLICA:
El Complejo de Edipo es un fenómeno central del periodo sexual de la primera infancia, sucumbe a la represión, cae
sepultado, y es seguido por el periodo de latencia. Se va a pique a raíz de las dolorosas desilusiones acontecidas,
por su fracaso, como resultado de su imposibilidad interna.
La aproximación de la vida sexual infantil a la vida sexual del adulto llega mucho más allá de la elección de objeto. Si
bien no hay una unificación de las pulsiones parciales bajo el primado genital, en el apogeo del proceso de desarrollo
de la sexualidad infantil el interés por los genitales y el quehacer genital cobran una significatividad dominante. En
esta organización, para ambos sexos solamente desempeña un papel un genital: el masculino. Por tanto, no hay un
primado genital, sino un primado del falo. Los niños atribuyen a todos los demás seres animados (y hasta a los
inanimados) órganos genitales análogos a los suyos (premisa universal del pene). El varoncito toma al pene como un
objeto altamente valorado y como si tuviera vida (esto se relaciona con el animismo del estadio preconceptual de
Piaget).
Existe una acometida en dos tiempos del desarrollo sexual. Cerca del quinto año de vida, hay una notable
aproximación de la sexualidad infantil a su conformación final en el adulto. Regularmente, ya en la niñez se consuma
una elección de objeto como la que hemos supuesto característica de la pubertad. El conjunto de las aspiraciones
sexuales se dirigen a una persona única, y en ella quieren alcanzar su meta.
Triangularidad que supone el Complejo de Edipo:
Madre Fálica – Niño – Padre castrador (rival).
Madre fálica En el sentido de que no le falta nada. Madre todavía no atravesada por la castración. Para que se
instale la triangularidad del planteo edípico tiene que haber una salida de este vinculo dual.
Madre fálica ≠ Madre castrada
Deben poder asumir esta transformación compleja que les provoca horror. Es necesario que se instale la terceridad,
sino el nene queda instalado en el complejo dual narcisista. El padre aparece como un tercero que se impone en esa
relación especular del niño con la madre y le hace sentir que él no lo es todo para ella.
Consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica:
- angustia de castración en el varón, por lo que puede perder
- envidia fálica en la nena, por lo que le falta
VARÓN: En la situación del complejo de Edipo, el niño retiene el mismo objeto al que ya en el periodo precedente
(lactancia-crianza), había investido con su libido todavía no genital. En época tempranísima desarrolla una
investidura de objeto hacia la madre, que tiene su punto de arranque en el pecho materno y muestra el ejemplo
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arquetípico de una elección de objeto según el tipo del apuntalamiento. La postura edípica del varón pertenece
entonces a la fase fálica, y finaliza por la angustia de castración, o sea, por el interés narcisista en sus genitales.
Del padre, el varoncito se apodera por identificación. Ambos vínculos marchan un tiempo uno junto al otro, hasta q el
refuerzo de los deseos sexuales hacia la madre, y por la percepción de q el padre es un obstáculo para estos
deseos, nace el complejo de Edipo. La identificación-padre cobra ahora una tonalidad hostil, se trueca en el deseo de
eliminar al padre para sustituirlo junto a la madre. a partir de ahí la relación con el padre es ambivalente (complejo de
Edipo positivo).
Esa parte del cuerpo ocupa en alto grado el interés del niño (lo demuestra con su ocupación manual) y de continuo
plantea nuevas tareas a su pulsión de investigación. Al principio, el varón se muestra poco interesado por la región
genital de la niña. Luego, cuando ve el genital de una niña, al principio desmiente su percepción. Piensa que ya le
crecerá, que lo tiene pero es más chiquito pq ella es chica. Solo más tarde, y poco a poco, llegan a la conclusión de
que estuvo pero fue removido. Entonces la falta de pene es entendida como el resultado de una castración y se
produce un temor a la perdida propia. Después de q cobro influencia sobre él una amenaza de castración de esa
parte tan estimada por él, aquella observación se volverá significativa, y creerá en la amenaza. Dos reacciones
resultan de esto: horror frente a la criatura mutilada o menosprecio triunfalista sobre ella. Entonces, el niño cree que
solo personas despreciables del sexo femenino habrían perdido el genital. Pero las personas respetables, como su
madre, siguen conservando el pene. Luego, cuando aborda los problemas de la génesis y el nacimiento de los niños,
deduce q solo las mujeres pueden parir hijos, y también la madre perderá el pene, y se edificaran teorías destinadas
a explicar el trueque del pene a cambio de un hijo.
Es tal el impacto de ver a la niña sin pene para el niño, que por eso al principio se instrumentan defensas y se
muestran desinteresados, niegan tal falta. Pero luego se interpreta como una castración. Se da una modalidad
psíquica con figuras idealizadas, y se interpreta como un castigo el hecho de no tenerlo. Acepta la carencia de pene
solo en algunas mujeres. Su madre no puede no tenerlo. Recién cuando se estructura la idea de que la mama no lo
tiene, se da la triangularidad edípica: madre castrada/ padre castrador (se lo saco).
En el varón, el complejo de Edipo se cierra debido al complejo de castración, en cambio en la niña el complejo de
Edipo es posibilitado e introducido por el complejo de castración. La diferencia entre varón y mujer corresponde al
distingo entre castración consumada y mera amenaza de castración (disimetría del falo).
El varón abandona el complejo de Edipo de golpe, como “corriendo”, huyendo o escapando por miedo a perder su
objeto narcisísticamente valorado. Tiene una salida rápida para no perder los genitales. Lo abandona como
resguardando algo preciado. La angustia señal por la posibilidad de perder al objeto sobrevalorado lo lleva a la
angustia de castración.
Con la demolición del complejo de Edipo tiene que ser resignada la investidura de objeto de la madre. Puede tener
dos diversos reemplazos: o bien una identificación con la madre, o bien un refuerzo de la identificación padre. Se
considera este último desenlace como el más normal, ya que permite retener en cierta forma el vínculo tierno con la
madre y reafirma la masculinidad.
Complejo de Edipo completo en el varón. Dos posibilidades:
a) Activa Es decir, Edipo positivo o masculino. Situarse de manera masculina en el lugar del padre. Deseo de
poseer a la madre y querer ocupar el lugar del padre. Fantasía de parricidio.
Como castigo: objeto madre resignado / rivalidad y hostilidad hacia el padre y a la vez es tomado como modelo,
dinámica de querer parecerse al padre y tomarlo como modelo y a la vez gran hostilidad hacia él (ambivalencia).
b) Pasiva Es decir, Edipo negativo o femenino. Sustituir a la madre y hacerse amar por el padre. Deseo de ser
poseído por el cuerpo del otro.
Como premisa: objeto padre resignado / rival y modelo madre (actitud ambivalente). Madre tomada como modelo,
identificación con la madre. Para parecerse al modelo madre tiene que posicionarse como castrado (posición
femenina).
La manera más común, predominante, de resolverse el Complejo de Edipo en el varón es la del Complejo de Edipo
Positivo.
NIÑA: Inicialmente la madre fue para ambos el primer objeto. El varón lo retiene, y la niña lo resigna y toma a cambio
al padre como objeto.
En la fase pre-edípica la niña tiene un intenso vínculo erótico con la mamá y disfruta de la masturbación clitoridea. En
la niña, el clítoris se comporta al comienzo como un pene, pero luego ella percibe que es demasiado corto y siente
este hecho como un perjuicio y una razón de inferioridad. Lo que vio anula el valor de lo que antes era grato. La niña
que estaba orgullosa de si misma y sentía amor por la madre, pasa a sentirse inferior, como en falta, en inferioridad,
minusválida. Narcisismo herido. Primero cree que cuando crezca el pene también lo hará. Por un lado, surge como
formación reactiva el complejo de masculinidad, que se bifurca. La esperanza de recibir alguna vez un pene,
igualándose así al varón, puede ser conservada durante mucho tiempo. O puede sobrevenir el proceso de
desmentida, la niña se rehúsa a aceptar el hecho de su castración y mantiene la convicción de q posee un pene,
viéndose compelida a comportarse como si fuera un varón. Además con la admisión de su herida narcisista, se
establece en la mujer un sentimiento de inferioridad.
Pero luego, explica su falta mediante el supuesto de que una vez poseyó un miembro igualmente grande, y que
después lo perdió por castración. La niña acepta la castración como un hecho consumado, mientras que el varón
tiene miedo a la posibilidad de su consumación. Superado el primer intento de explicar su falta de pene como castigo
personal, y tras aprehender la universalidad de ese carácter sexual, empieza a compartir el menosprecio del varón
por ese sexo mutilado. Otra consecuencia es el aflojamiento de los vínculos tiernos con el objeto madre, puesto q ella
echo al mundo a la niña con una dotación insuficiente, y es responsabilizada por la falta de pene. En la niña
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sobreviene pronto tras la envidia del pene una intensa contracorriente opuesta al onanismo fálico. El conocimiento de
la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña a apartarse de la masculinidad y del onanismo masculino, y
a encaminarse por nuevas vías q llevan al despliegue de la feminidad. La masturbación en el clítoris seria una
práctica masculina, y el despliegue de la feminidad tendría por condición la remoción de la sexualidad clitorídea. La
niña resigna el deseo del pene para reemplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al padre como
objeto de amor. La madre pasa a ser objeto de los celos y la niña deviene en una pequeña mujer. Hasta ese
momento no había complejo de Edipo, entonces, este complejo de Edipo en la niña es una formación secundaria.
Las repercusiones del complejo de castración le preceden y lo preparan. Se establece así una oposición fundamental
entre los dos sexos en cuanto al complejo de castración.
Mientras el varón abandona el complejo de Edipo como huyendo, en la niña falta el motivo para la demolición del
complejo de Edipo. La castración ya ha producido antes su efecto, y consistió en esforzar a la niña a la situación del
complejo de Edipo. Por eso, este puede ser abandonado poco a poco, tramitado por represión, o sus efectos
penetrar mucho en la vida anímica que es normal para la mujer. Excluida la angustia de castración, está ausente en
la niña también un poderoso motivo para instituir el superyo e interrumpir la organización infantil. Por eso el superyo
nunca deviene tan implacable como en el varón. El superyo de la mujer es más débil. Y parece ser el resultado de la
educación y del amedrentamiento externo. La angustia señal de “pérdida de amor de los padres”, la educación.
Herida narcisista. La niña se decepciona primero de si misma y dsp de su madre. El complejo de Edipo le posibilita
una revalorización. Esto la vuelve muy dependiente del amor del objeto padre y la angustia de poder perder el amor
del padre.
La renuncia al pene no se soportará sin resarcimiento. Se desliza por equivalencia simbólica del pene al hijo, su
complejo de Edipo culmina en el deseo, alimentado por mucho tiempo, de recibir como regalo un hijo del padre. El
complejo es abandonado poco a poco pq este deseo no se cumple nunca. Pero ambos deseos permanecen en el icc
donde se conservan con fuerte investidura y contribuyen a preparar al ser femenino para su posterior papel sexual.
La actitud edípica de la niña puede desembocar en un refuerzo de su identificación-madre, o en el establecimiento de
esa identificación, que afirme su carácter femenino. O en algunas ocasiones, la niña pequeña, dp de que se vio
obligada a renunciar al padre como objeto de amor, retoma y destaca su masculinidad y se identifica no con la
madre, sino con el padre, esto es, con el objeto perdido. Ello depende de que sus disposiciones masculinas posean
la intensidad suficiente.
Consecuencias psíquicas de la envidia fálica:
- sentimiento de inferioridad (posteriores problemas de autoestima)
- celos
- aflojamiento de los vínculos tiernos con la madre
- corriente contraria a la masturbación fálica
- renuncia al pene: ecuación pene-niño
- viraje del objeto: se dirige al padre como objeto amoroso
SUPERYO:
El resultado más universal de la fase sexual gobernada por el complejo de Edipo se puede suponer como una
sedimentación del yo, que consiste en el establecimiento de estas dos identificaciones, unificadas de alguna manera
entre sí. Esta alteración del yo recibe su posición especial: se enfrenta al otro contenido del yo o superyó. Pero el
superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del ello, sino q tmb tiene la
significatividad de una enérgica formación reactiva frente a ellas. Su vinculo con el yo no se agota en la advertencia
“así (como el padre) debes ser” sino q comprende tmb la prohibición “así (como el padre) no puedes ser, no puedes
hacer td lo q el hace”. Esta doble faz del superyo deriva del hecho de q estuvo empeñado en la represión del
complejo de Edipo.
El superyo conservara el carácter del padre, y cuanto mas intenso fue el complejo de Edipo y mas rápido se produjo
su represión (por el influjo de la autoridad, de la doctrina religiosa, de la enseñanza, de la lectura) tanto mas riguroso
devendrá después el imperio del superyo como conciencia moral, quizá tmb como sentimiento icc de culpa sobre el
yo.
La génesis del superyo es el resultado de dos factores:
- Uno biológico el desvalimiento y la dependencia del ser humano durante su prolongada infancia
- Otro histórico el hecho de su complejo de Edipo, q hemos reconducido a la interrupción del desarrollo libidinal por
el periodo de latencia, y, por tanto, a la acometida en dos tiempos de la sexualidad.
El superyo es el heredero del complejo de Edipo. Mientras q el yo es esencialmente representante del mundo
exterior, de la realidad, el superyo se le enfrenta como abogado del mundo interior, del ello. El superyo es una
instancia psíquica que avasalla al yo. Cuanto mas buenos somos, mas exigente es el superyo, mas tortura. Es
contradictorio: como tu padre has de ser, pero a tu madre no has de tener.
El superyo es una instancia que no se rige por el principio de realidad, sino que como hunde sus raíces en el ello,
trabaja con el principio de placer. Es “el debes ser”, pero a su vez hunde sus raíces en el ello.
El superyo funciona como un imperativo categórico. Es una máxima a la q no podemos cuestionar. Eso actúa y uno
no puede zafar de esas máximas. Es el representante de nuestro complejo parental. En el ser humano, mientras mas
limita su agresión hacia fuera tanto más crecerá agredir a su yo. Cuanto más buenos, o menos agresivos somos, el
superyo se vuelve más cruel con uno mismo.
Renuncia a la satisfacción pulsional madre-padre, pero en realidad a eso tampoco puede renunciar. Entonces,
intenta conformar a ambas partes. Sustituye la elección de objeto por una IDENTIFICACION. La castración dice q no
los puede tener, no q no puede SER COMO. Entonces toma esos rasgos en su interior. Toma en su interior a los
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objetos resignados (madre-padre) SUPERYO (cc moral, el debes ser). La identificación conlleva una
DESEXUALIZACION, se renuncia a la parte libidinal pero se sostiene la parte destructiva. Lo q el superyo almacena
es casi completamente pulsión de destrucción. Contiene las investiduras del ello resignadas.
Las investiduras de objeto son resignadas y sustituidas por identificación. La autoridad del padre es introyectada al
yo, forma ahí el núcleo del superyo que toma prestada del padre su severidad y perpetua la prohibición del incesto.
Las aspiraciones libidinosas pertenecientes al complejo de Edipo son desexualizadas y sublimadas. Con este
proceso se inicia el periodo de latencia q interrumpe el desarrollo sexual del niño. El extrañamiento del yo respecto
del complejo de Edipo es mas q una represión, cuando se consuma idealmente equivale a una destrucción y
cancelación del complejo.
Los antecedentes del superyo los podemos encontrar en los diques de la moral, de la vergüenza, del asco, en los
sueños punitorios (de castigo), en la identificación primaria, en la cc moral. El superyo por un lado es la prohibición, la
cara de la ley, pero tmb sabe de las satisfacciones pulsionales del ello pq viene de ahí. El superyo puede ser
hipermoral y volverse cruel. Puede ser protector o cruel con el yo:
- Superyo protector: es el q tiene la cara normativizante. Todos lidiamos con un dialogo interior. Cuando se cierra la
etapa del complejo de Edipo, el niño internalizar a sus padres vía el superyo. Si antes se sometía a los padres, una
vez superado el Edipo, se somete al imperativo categórico del superyo
- Superyo cruel: “Vos no servís” “sos lo peor” “no vas a llegar a nada”.
Procesos que transforman el aparato psíquico en la finalización del complejo de Edipo:
- represión del complejo de Edipo
- constitución del syo
- gran desarrollo del yo
- diques pulsionales (asco, pudor, vergüenza)
- inhibición de la meta sexual y mudanza en mociones tiernas
Esta herencia del superyo es el capital fundamental para todo lo que va a pasar en la latencia. En la latencia, el
material que estaba dirigido a relaciones incestuosas es dirigido hacia otros fines por medio de la sublimación:
aprendizaje escolar por ejemplo. Es decir, el material desexualizado de la fase fálica se emplea para otros fines en la
latencia.
VISAGRA Los mismos procesos que cierran el Edipo, abren la Latencia.
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La sublimación afecta electivamente a las pulsiones parciales, en especial aquellas que no logran integrarse en la
forma definitiva de la genitalidad (los elementos perversos de la excitación sexual).
Freud indicó sucesivamente dos hipótesis. Según la primera, las mismas vías por las cuales los trastornos sexuales
repercuten sobre las otras funciones somáticas deberían servir en el sujeto normal para la sublimación. A través de
estas vías debería realizarse la atracción de las fuerzas de la pulsión sexual hacia fines no sexuales.
Con la introducción del concepto de narcisismo, Freud propone otra hipótesis. La transformación de una actividad
sexual en una actividad sublimada (dirigiéndose ambas hacia objetos externos) requeriría un tiempo intermedio, la
retirada de la libido sobre el yo, que haría posible la desexualización. En “El yo y el ello” Freud habla de la energía
del yo como una energía desexualizada y sublimada, susceptible de ser desplazada sobre actividades no sexuales.
La sublimación dependería de la dimensión narcisista del yo, de forma que volvería a encontrarse a nivel del objeto al
que apuntan las actividades sublimadas el mismo carácter de bella totalidad que Freud asigna al yo.
La hipótesis de la sublimación fue enunciada a propósito de las pulsiones sexuales, pero Freud sugirió también la
posibilidad de una sublimación de las pulsiones agresivas.
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b) Hipótesis psicológica. Su origen estaría vinculado a la declinación del C de Edipo cuando el aumento de la
angustia de castración se resuelve con la concomitante identificación con los padres, la instauración del superyó y el
desarrollo gradual de la sublimación y la simbolización.
c) Hipótesis filogenética. Esta hipótesis estaría vinculada a la idea de q el C de Edipo es tmb un fenómeno
determinado por la herencia, dispuesto por ella, que tiene que desvanecerse de acuerdo con el programa cuando se
inicia la fase evolutiva siguiente. O sea, una hipótesis es q el C de Edipo cae como resultado de q fracasa por su
imposibilidad interna. Y otra q tiene q caer pq ha llegado el tiempo de su disolución.
El periodo de latencia no es uniforme, los procesos de complejización psíquica no se dan de manera lineal ni
inmediata. Pueden diferenciarse dos subperiodos cuyo cambio se sitúa alrededor de los 8 años, edad en que para
Piaget se organizan las estructuras de las operaciones concretas.
a) Primer subperíodo: Latencia temprana (6 a 8 años)
En este subperíodo la nueva organización psíquica aún no está consolidada, el nuevo funcionamiento es precario y
frágil. La represión se va instalando lentamente y por lo tanto el control sobre los impulsos es inestable. Es frecuente
la emergencia de angustia y la necesidad de presencia del adulto como reaseguro afectivo.
Esto se observa fácilmente en los grupos de niños q aún cuando están realizando y participando de actividades de su
interés requieren reiteradamente de la intervención del adulto ante desbordes emocionales q se suscitan como
consecuencia de conflictos entre pares, q ellos no pueden resolver por sí mismos, con sus propios recursos
psíquicos.
En la latencia se produce un gran desarrollo del yo q comienza en este subperíodo. Siendo característica principal de
esta instancia la demora de la descarga inmediata, los niños/as de estas edades mostrarán conductas de
postergación y control de la satisfacción de los impulsos, q durante este primer subperíodo se centrarán
principalmente en intentar controlar la motricidad. Esta nueva posibilidad va a permitirle al niño acceder al
aprendizaje, facilitándole prestar mayor atención a la transmisión de diferentes tipos de información. Sin embargo, si
bien es el momento de inicio del aprendizaje de la lectura y la escritura, muchas veces los niños no cuentan con los
niveles de autonomía interior requeridos para esta tarea y por eso suelen presentar sus primeras dificultades
escolares.
Frecuentemente en este subperíodo no logran quedarse quietos por mucho tiempo. La enorme diferencia q existe
entre las propuestas educativas de nivel inicial y de comienzo de escolaridad primaria, exigen a los niños una fuerte y
brusca adaptación. De un modelo centrado en el juego y con intensa participación del cuerpo, los afectos y la
motilidad, los niños deben pasar a un modelo de participación en el aula basada en la permanencia en el banco y
quedarse quietos. Los chicos de este subperíodo siguen disfrutando intensamente del despliegue de la actividad
motriz como descarga que les ofrece gratificaciones libidinales y agresivas a la vez que es una contención de las
fantasías masturbatorias e incestuosas. La actividad motriz también permite el incremento de la capacidad para
hacer prueba de realidad, facilitando el aprendizaje por la experiencia. Asimismo, la actividad motriz de despliega en
el marco de juegos reglados y actividades deportivas que la regulan y evitan los desbordes. La espontánea
separación por sexos que predomina en las actividades también está al servicio del control impulsivo.
Otra característica propia de este subperíodo es la ambivalencia del niño frente a los mandatos del superyó y la
imposibilidad por determinar si los imperativos categóricos provienen de una voz interior o exterior. Las conductas
manifiestas q se observan frente a las prescripciones y prohibiciones en estas edades son tmb ambivalentes pues
van desde la obediencia complaciente hasta la rebeldía, aunq culposa.
b) Segundo subperíodo: Latencia tardía (8 a 12 años)
En este subperíodo se plasman las características que se conocen como propias del periodo de latencia. Está
caracterizado por un mayor equilibrio y una mayor estabilidad de las diferentes instancias. En esta etapa no aparecen
nuevas metas instintivas y se consolidan el desarrollo del yo y del superyó, ejerciendo un control más eficaz y
autónomo sobre los impulsos. La maduración neurobiológica producida entre los 6 y los 8 años colabora con este
proceso. Los logros obtenidos durante este subperíodo permitirán a los niños/as afrontar los aumentos de tensión
sexual y agresiva propios de la pubertad y los procesos de cambio adolescente.
El superyó se afianza como instancia interior fortaleciéndose los procesos de abandono de las investiduras libidinales
y su sustitución por identificaciones.
Se desarrolla claramente un sentido de autovaloración que se apoya en los logros y el autocontrol. Al volverse
gradualmente más autocríticos, su autoestima se vuelve más vulnerable ya que empiezan a verse en forma más
realista, con sus debilidades y sus fortalezas, lo que impacta sobre el sentimiento de omnipotencia. Los niños de esta
edad se evalúan comparando sus habilidades y logros con los de los demás. El equilibrio narcisista es mantenido en
forma más o menos independiente de las figuras parentales y con una cierta dependencia de la aprobación del grupo
de pares.
Adquieren una perspectiva de si mismos más integrada y compleja al reconocer y diferenciar los roles que
desempeñan en distintos espacios sociales (miembros de una flia, integrantes de una clase, de un club, etc.) y sus
distintas habilidades (para los deportes, para la música, etc.), afianzando un sentido de identidad. Pueden pensarse a
sí mismos y relacionar sus acciones con sus rasgos de personalidad y con sus sentimientos. Alcanzan mayor
estabilidad en los estados afectivos.
Separan su pensamiento racional y su fantasía, la conducta pública y la privada. La capacidad para discriminar entre
diferentes espacios, diferentes tiempos, y entre el yo y el objeto, contribuye a su creciente capacidad para la
autonomía y la historización de sí, que se expresaría en términos de Piera Aulagnier, en la posibilidad de enunciación
de un proyecto identificatorio que preservando aspectos del pasado ofrece al yo una imagen futura que lo orienta y le
otorga sentidos.
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A partir de los 8 años, niños y niñas van logrando una mayor concentración cuando traban de manera individual y
una colaboración más efectiva cuando participan en actividades de grupo. El niño pasa de un egocentrismo social e
intelectual a nuevas coordinaciones q le van a permitir otras formas de organización, mayor autonomía y procesos
complejos de reflexión. Mayor autonomía y procesos complejos de reflexión por el abandono del egocentrismo.
El inicio de construcciones lógicas en lo intelectual le permite comprender los sistemas de relaciones, la coordinación
de distintos puntos de vista, un sistema de valores, lograr una moral de cooperación y autonomía personal. Aparecen
nuevos sentimientos morales como la honestidad, la camaradería, la justicia, y una nueva organización de la
voluntad. El equilibrio afectivo se hace más estable. Se atenúa la ambivalencia.
El juego se complejiza y mediatiza ya que se combinan habilidades con el azar, se inventan reglas o se modifican las
transmitidas de generación en generación como una forma de expresar la verdadera comprensión del consenso que
subyace a las mismas. Se juega cooperativamente, se reparten roles.
El desarrollo del lenguaje, que deja de ser egocéntrico, da cuenta de las justificaciones lógicas utilizadas para la
conexión entre ideas. Las posibilidades de discusión, la comprensión de distintos puntos de vista y valores y la
justificación de las propias afirmaciones hacen que las explicaciones entre los niños se den en el plano de la palabra
y del pensamiento y no tanto en la acción. El cuerpo deja de ser un instrumento privilegiado para la expresión de los
estados internos, en la medida q se han incrementado las posibilidades de expresión verbal. También logran
mayores posibilidades de expresión artística como concreción de las posibilidades de sublimación.
El núcleo del superyó, constituido por la prohibición del incesto, interdicta una conducta q es imposible de realizar por
el niño, pues este no posee la maduración biológica suficiente. Los sueños diurnos como formación sintomática
evolutivamente adaptativa, es una transacción entre los mandatos superyoicos y los impulsos. Estos son concientes
para el yo del latente pero se ocultan a la percepción del adulto. El cuestionamiento de las normas en este
subperíodo continua encontrando sus fuentes en las luchas conectadas con el conflicto edípico, de las cuales
constituyen un desplazamiento.
El superyó deberá ir haciéndose cada vez más permisivo ante la pujanza de las fuerzas impulsivas y el yo irá
contando cada vez con más mecanismos y recursos para dominar las pulsiones de manera operativa. Como
resultado, la angustia como señal ganará escena paulatinamente, reemplazando a los desbordes habituales de la
latencia temprana.
Principales logros del periodo de latencia:
o La inteligencia se desarrolla a través de una franca diferenciación entre el proceso primario y el secundario, y a
través del empleo del juicio, la generalización y la lógica.
o La comprensión social, la empatía y los sentimientos de altruismo adquieren una estabilidad considerable.
o La estructura física permite independencia y control del ambiente.
o Las funciones del yo adquieren una mayor resistencia a la regresión y desintegración.
o La capacidad sintética del yo debe ser efectiva y compleja.
o El yo es capaz de defender su integridad con menos ayuda del mundo exterior.
El mundo social del latente:
Las actitudes definitivas se establecen en forma definitiva en los primeros seis años de vida (Freud, 1914). Es decir,
la forma y el tono afectivo q se ha fijado con los padres y hermanos van a ser transferidas a todas las relaciones que
en el futuro establezca con otros adultos y niños; podrá desarrollarlas y orientarlas en otros sentidos pero ya nunca
abandonarlas. Las relaciones ulteriores asumen una especie de herencia afectiva. En la etapa de la segunda infancia
el niño amplia sus relaciones, se vincula con otros pares y conoce otras familias. Las observaciones q realiza del
mundo, lo llevan a comparar a sus padres con otros, y la imagen idealizada q tiene de ellos comienza a vacilar.
En el vínculo con los padres o sustitutos diversos, el niño pone en evidencia principalmente las defensas frente a los
impulsos. En la fantasía inconsciente del latente estas figuras mantienen su carácter incestuoso, a la vez q
representan la amenaza de castración. La represión se va estableciendo con el transcurso del tiempo y no de
manera instantánea.
La latencia no es un periodo de estabilidad y tranquilidad en cuanto a la fuerza de los impulsos. Existe un
permanente conflicto ya q la sexualidad infantil reprimida sigue siendo una fuerza pulsionante aunq se encuentra
contenida por las nuevas estructuras. Si bien frente a los adultos, la vida impulsiva del latente queda oculta, no
ocurre lo mismo frente a los grupos de pares. Con los adultos, el ocultamiento y los secretos se hacen frecuentes.
Los niños experimentan aventuras y dificultades q muchas veces estos desconocen. La posibilidad creciente de
establecer una demora en la satisfacción impulsiva, el atractivo q ejerce el mundo social extrafamiliar y el gusto por la
actividad del pensamiento y la producción de símbolos permiten la expansión del deseo de aprender y la ampliación
del mundo de pertenencia.
Toda la conducta de los niños en la escuela, tanto con los adultos como con sus pares, debe ser comprendida a la
luz de las relaciones establecidas durante la primera infancia dentro del ámbito familiar. Ante los maestros y figuras
de autoridad escolar los niños también ponen en juego las defensas obsesivas y el ocultamiento. La escuela puede
constituirse al mismo tiempo, por el traslado de la ambivalencia, en un atractivo y un nuevo campo de lucha,
desplazamiento de las rivalidades y luchas conectadas con el conflicto edípico.
El grupo de pares en la escuela está caracterizado por un intenso intercambio afectivo entre los compañeros que se
caracteriza por: una competencia para lograr la atención, solidaridad y cooperación, pactos secretos, exclusiones,
envidia, celos.
El grupo de compañeros tiene una gran influencia en la constitución de la autoestima. Para el niño/a ser aceptado por
el grupo es de fundamental importancia en la construcción de la autovaloración positiva. Los niños se hacen cada
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vez más dependientes de sus compañeros ya que necesitan de su compañía para disfrutar de actividades de juego o
de aprendizaje, pero también para la aprobación y para recibir consejos. En estos vínculos, aprenden a resolver
conflictos, asumir compromisos, compartir y defender puntos de vista e intereses como iguales.
El vínculo del latente con los pares se caracteriza por la búsqueda de lealtad. Se establece una identidad basada en
la inserción en un grupo de sujetos de la misma edad, con un conjunto de normas y costumbres diferentes de los de
la cultura general del entorno. Estos grupos van constituyendo formas propias de comportamiento con un vocabulario
especial, códigos en el vestir y formas de conducta q se desarrollan muchas veces sin la aprobación ni el
conocimiento de los adultos. Esto se va acentuando a medida q avanzan en este periodo. Ésta nueva subcultura
intenta establecer una mayor independencia de los adultos. Comienzan a aparecer el rechazo a las demostraciones
de afecto en público, ciertas conductas agresivas y burlonas hacia aquellos que se muestran con necesidad de
atención del adulto.
Presentan liderazgos marcados y también suelen destinar a algún compañero roles desprestigiados, facilitando la
depositación en ellos de los propios aspectos desvalorizados.
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Es clásica la controversia entre Anna Freud y Melanie Klein respecto del juego y del análisis de niños. Para la
primera su objetivo es promover la sublimación de las pulsiones y la adaptación, incluso plantea aspectos educativos
en el análisis de niños. La influencia de Anna Freud fue importante en la educación. Ella aspiraba a q la institución
escolar fuera promotora de sublimaciones saludables y creativas q llevaran a un desarrollo armonioso de las
instancias psíquicas en la transformación de las pulsiones bajo predominio yoico. En cambio Klein plantea q el niño
está inevitablemente atrapado por el conflicto pulsional y el psa de la infancia es un modo de superarlo.
Donald Winnicott:
Winnicott imprime un vuelco en la concepción del juego al considerarlo una entidad en sí misma, con función
estructurante para la constitución psíquica. Su riqueza amplia las posibilidades simbólicas y creativas del sujeto en
constitución.
Winnicott postula la constitución de tres objetos: el objeto subjetivo, el objeto transicional y el objeto objetivamente
percibido. El objeto subjetivo se construye en los primeros tiempos de vida caracterizados por la dependencia
absoluta, producto de la prematuración y el desvalimiento del cachorro humano al nacer. En esos momentos, la
madre “devota” logra identificarse con su bebé y satisfacer así lo más adecuadamente posible las necesidades de
éste. Este sostén, “holding” según Winnicott, produce en el bebé la ilusión de q existe una realidad exterior q
corresponde a su propia capacidad de crear, una superposición entre el pecho ofrecido por la madre y la ilusión de q
éste fue creado por él. El objeto subjetivo es una creación del bebé en unidad virtual con la madre, corresponde a la
omnipotencia y a la indiferenciación yo-no yo. Este objeto, bajo predominio de la ilusión, irá sucumbiendo frente a la
desilusión gradual proveniente de las frustraciones cotidianas. La madre suficientemente buena es capaz de conducir
el proceso de ilusión y desilusión, en el camino a la estructuración diferencial mundo interno-mundo externo y al
proceso de adaptación.
Para arribar al objeto objetivamente percibido, correspondiente al mundo externo, será necesario por parte del bebé
el despliegue de la agresión q forma parte del impulso amoroso primitivo y cuyo origen se encuentra en la motilidad
de la vida intrauterina. Winnicott concibe un bebé activo y con iniciativa desde el nacimiento. A esta actividad la
denomina gesto espontáneo.
En los tiempos de la ilusión la madre debe tolerar el ataque instintivo, agresivo, del bebe y solo paulatinamente
oponerle resistencia. En la oposición de la madre a este ataque instintivo es donde va a aparecer la primera
distinción yo-no yo. La construcción del objeto objetivamente percibido es propuesta por Winnicott como un proceso
transicional. Los objetos transicionales le permiten al bebe ir construyendo gradualmente las categorías ausencia-
presencia en el camino de la diferenciación yo-no yo, a fin de lograr la integración en la constitución subjetiva.
Cuando este proceso no se realiza adecuadamente el niño entra en una angustia intolerable q le dificulta la
introyección del objeto materno y la separación necesaria para su propio desarrollo.
Winnicott considera la importancia estructurante del juego en sí mismo y no sólo vinculado con la masturbación y la
sublimación de la pulsión.
El jugar se ubica como un fenómeno transicional, desde el primer objeto transicional (no yo) hasta las últimas etapas
de la capacidad de un ser humano para la experiencia cultural. En la infancia, la zona intermedia es necesaria para la
relación niño-mundo. El ambiente en q se desarrolla la crianza sería esa zona intermedia emocional.
Jugar con otro supone dos zonas transicionales: por ejemplo, la del niño y el terapeuta o la del niño y la madre. En la
superposición del juego del niño y de otra persona existe la posibilidad de introducir enriquecimiento. El jugar de los
niños es en sí mismo terapéutico.
Las etapas de constitución del juego corresponden a los tiempos de constitución del objeto:
1) El niño y el objeto se encuentran fusionados. El niño tiene una visión subjetiva y la madre se orienta a hacer real lo
q el niño está dispuesto a encontrar. Estado de omnipotencia. Corresponde al objeto subjetivo. Se observan juegos
de interacción caracterizados por la fusión corporal y la continuidad sensorial entre el bebe y el adulto.
2) El objeto es repudiado, reaceptado y percibido en forma objetiva; es necesaria una madre dispuesta a participar y
a devolver lo q se le ofrece. Es la constitución del objeto transicional. Los objetos transicionales suelen ser muñecos
blandos y suaves, provenientes del exterior, q representan algo del bebe y algo de la madre. No deben ser
modificados ni lavados, deben estar disponibles para acompañarlo, especialmente en momentos de angustia y
soledad.
3) El niño puede jugar solo con la confianza de q la persona a quien ama esta cerca. En esta etapa encontraremos
juegos donde se despliega la agresión y la confrontación entre el deseo de la madre y el del niño. Se desarrolla una
alternancia entre la aceptación de la madre de la agresión del niño y la imposición de consignas y limites
provenientes del ambiente. El niño es mas activo-agresivo en la investigación del ambiente. Romper juguetes es una
búsqueda de conocimiento, apoderamiento y elaboración de la frustración por la perdida de la fusion con la madre.
4) El niño puede disfrutar de la superposición de dos zonas de juego, la propia y la de la madre. Ha logrado la
capacidad de aceptar o rechazar propuestas y tomar iniciativas, así queda allanado el camino para un jugar juntos en
una relación, inscribiendo la alteridad y logrando la construccion del objeto real.
Para Winnicott el juego es un fenómeno subjetivo estructurante en sí mismo, no sólo representante pulsional, y está
al servicio del mantenimiento de la transicionalidd en la infancia. La función del ambiente en las primeras etapas es
permitir el desarrollo de la ilusión y sostener empáticamente el inmenso impacto de la pérdida de la omnipotencia en
el camino a una adaptación lo más creativa posible a la realidad material.
¿Por qué juegan los niños?:
1) PLACER. La mayoría de la gente diría q los niños juegan pq les gusta hacerlo, y ello es innegable. Los niños
gozan con todas las experiencias físicas y emocionales del juego. Son capaces de encontrar objetos e inventar
juegos con mucha facilidad y disfrutan de hacerlo.
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2) PARA EXPRESAR AGRESIÓN. Suele decirse q los niños liberan odio y agresión en el juego, como si la agresión
fuera algo malo de q es necesario liberarse. En parte es cierto, pq el resentimiento acumulado y los resultados de la
experiencia de la rabia pueden parecerle a un niño algo malo dentro de el. Pero resulta mas importante decir lo
mismo expresando q el niño valora la comprobación de q los impulsos de odio o de agresión pueden expresarse en
un ambiente conocido, sin q ese ambiente le devuelva odio y violencia. El niño siente q un buen ambiente debe ser
capaz de tolerar los sentimientos agresivos, siempre y cuando se los exprese de forma mas o menos aceptable. La
agresión puede ser placentera, pero inevitablemente lleva consigo un daño real o imaginario contra alguien, de modo
q el niño no puede dejar de enfrentar esta complicación. En cierta medida la enfrenta desde el origen, cuando acepta
la disciplina de expresar el sentimiento agresivo bajo la forma del juego y no simplemente cuando esta enojado. La
agresión tmb puede utilizarse en la actividad q tiene una meta final constructiva. La contribución social q hace el niño
al expresar sus sentimientos agresivos en el juego, en lugar de hacerlo en el momento q siente rabia: la
autodisciplina con respecto a los impulsos de rabia.
3) PARA CONTROLAR ANSIEDAD. La ansiedad siempre constituye un factor en el juego del niño, y a menudo el
principal. Los niños juegan para controlar la ansiedad o para controlar ideas e impulsos que llevarían a la ansiedad si
no se controlaran. La amenaza de un exceso de ansiedad conduce al juego compulsivo o al juego repetitivo o a una
búsqueda exagerada de placeres relacionados con el juego. Si la ansiedad es excesiva, el juego se transforma en
una búsqueda de gratificación sexual. En tanto los niños juegan solo por placer es posible pedirles q renuncien a el,
mientras q, si el juego sirve para controlar la ansiedad, no podemos impedirles q lo hagan sin provocarles angustia,
verdadera ansiedad o nuevas defensas contra ella.
4) PARA ADQUIRIR EXPERIENCIA. El juego es una porción muy grande de la vida para el niño. Las experiencias
externas e internas pueden ser ricas para el adulto, pero para el niño las riquezas se encuentran principalmente en la
fantasía y en el juego. Así como la personalidad de los adultos se desarrolla a través de su experiencia en el vivir, la
personalidad de los niños se desarrolla a través de su propio juego y de las invenciones relativas al juego de otros
niños y de los adultos. Al enriquecerse, los niños aumentan su capacidad para percibir la riqueza del mundo
externamente real. El juego es la prueba continua de la capacidad creadora, que significa estar vivo. Los adultos
contribuyen aquí al reconocer la enorme importancia del juego, y al enseñar juegos tradicionales pero sin ahogar o
corromper la inventiva del niño.
5) PARA ESTABLECER CONTACTOS SOCIALES. Es en gran parte a través del juego, en el que los niños
desempeñan papeles preconcebidos, que un niño comienza a permitir que sus pares tengan una existencia
independiente. Los niños se hacen de amigos y enemigos durante el juego, mientras q eso no les ocurre fácilmente
fuera del juego. El juego proporciona una organización para iniciar relaciones emocionales y permite así que se
desarrollen contactos sociales.
6) INTEGRACIÓN DE LA PERSONALIDAD. El juego tiende a la unificación e integración general de la personalidad.
Establece una vinculación entre la relación del individuo con la realidad personal interna y su relación con la realidad
externa o compartida. En el juego el niño relaciona las ideas con la función corporal, constituye una alternativa frente
a la sensualidad en el esfuerzo del niño por no disociarse.
7) COMUNICACIÓN CON LA GENTE. Un niño que juega puede estar tratando de exhibir parte del mundo interior,
así como del exterior, a personas elegidas del ambiente. El juego puede ser algo muy revelador sobre uno mismo. En
el psa de niños pequeños, ese deseo de comunicarse a través del juego se utiliza en lugar del lenguaje adulto. Todos
los niños siguen siendo en mayor o menor grado capaces de recuperar la confianza en la capacidad ajena de
comprensión, y en su juego siempre podemos encontrar el camino hacia el inconciente y hacia la honestidad
originaria.
Jean Piaget
El niño organiza el mundo tendiendo a formas de equilibrio más complejas. Cuanto más móvil es este equilibrio, la
estructura es más estable y los estímulos pueden ser tramitados en entramados más complejos. El juego es el reflejo
de la experimentación del niño con el mundo. Es una transformación activa entre sujeto y objeto, a través de
procesos de asimilación y acomodación.
Desarrollo evolutivo del juego:
1) Juego funcional de ejercitación:
En el nivel sensomotor el niño pasa del ejercicio reflejo a las reacciones circulares primarias, repetitivas de una
conducta lograda. La inteligencia emerge cuando el niño es capaz de coordinar esquemas de acción y realizar una
acción, no imitativa sino original, invención. La intencionalidad (anterior al lenguaje) marca la pauta de la construcción
de la inteligencia. La actitud investigativa del niño frente a su entorno se despliega en la interrelación entre lo propio
del sujeto y los estímulos externos. Alrededor de los 8 meses, el niño es muy afecto a los juegos q tienden hacia la
construcción del objeto permanente. Las sabanitas y almohadones ocultan y develan al objeto ausente, en el camino
a la constancia objetal. A esta edad el infante comienza a ser un “teorizador de la realidad”. La actividad de los
sentidos y el juego de intencionalidad es la base de la restructuración de la inteligencia.
En este nivel comienza a tener una influencia diferencial el acceso a los distintos estímulos lúdicos.
2) Juego Simbólico:
Caracteriza al periodo preoperatorio y a la instalación de la función semiótica. Es el juego por excelencia, el niño
puede disponer de un sector de actividad, cuya motivación no sea la adaptación a lo real sino la asimilación de lo real
al yo, sin coacciones ni sanciones. El juego simbólico para Piaget es un refugio para el yo, frente a la constante
demanda de adaptación al mundo de los adultos. Piaget plantea q si la renuncia a la omnipotencia y al egocentrismo
es demasiado precoz en pos de la adaptación, el niño pagara un alto costo emocional. El aprendizaje creativo es un
interjuego constante entre asimilar la realidad a los esquemas propios del sujeto y modificar esquemas existentes
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(acomodación) frente a los nuevos estímulos. Tmb el lenguaje es un instrumento de adaptación. Los juegos de
imitación implican pura adaptación a modelos exteriores.
3) Juegos Reglados:
El niño sale del egocentrismo del pensamiento intuitivo y es capaz de aceptar reglas universales, su moral se ha
vuelto heterónoma y “debería ser capaz de aceptar normas éticas y morales universales”. Se ha instalado en un
mundo de operaciones concretas y reversibles. Los juegos basados en reglamentos permiten desarrollar la
competitividad respetando las diferencias, buscando superación y tolerando la frustración. La ejercitación de
operaciones concretas en los juegos de pares permite al niño evaluar sus talentos y desarrollarlos según sus
inquietudes. Proponerse desafíos y desarrollar la capacidad de tolerar y superar frustraciones frente a iguales.
Fortalece la conciencia de si frente al éxito y al fracaso.
4) Juegos Mentales:
Corresponden al nivel lógico formal; el pensamiento adquiere la capacidad de abstracción y deviene hipotético
deductivo. El proceso mental del niño no necesita sostenerse en objetos materiales. Su juego se caracteriza por la
reflexión y la capacidad de realizar operaciones de operaciones. Se interesa por realizar juegos de ingenio y
estrategia.
Brazelton
Gran importancia de la díada madre-bebé para estudiar al recién nacido. La interacción es un proceso con ciclos de
participación y cese de participación, cada miembro de la díada se influye y moldea recíprocamente,
El bebé es activo iniciador de actividades lúdicas, produce expresiones y el progenitor las responde, así se va
creando un circuito lúdico interactivo sensorial y corporal y luego simbólico. Los juegos de los primeros meses
apuntan a la reciprocidad y sincronía estableciendo ritmos en un diálogo interactivo con el otro significativo. La
interacción temprana satisfactoria permite regular las posibilidades homeostáticas del bebé.
Stern
Stern concibe un sí mismo emergente desde el nacimiento, los infantes están preconstituidos para ser responsivos a
los acontecimientos sociales externos y no hay una total indiferencia si mismo – otro. Es un bebé activo iniciador de
interacciones con su medio.
El bebé no busca disminuir la excitación (como dice Freud) sino que la aumenta, por eso es activo buscador de
interacción. La interacción genera un aumento de estimulación placentera en el nosotros de esa díada. Cada bebé
tiene un nivel óptimo de excitación que busca alcanzar. Es una regulación mutua. En el juego comparten estados
afectivos sin que haga falta el lenguaje
A los dos años, el sí mismo adquiere lo verbal con lo cual empieza a representarse cosas en su mente. Ubica aquí el
juego simbólico, el niño empieza a compartir significados, y a ejecutar conductas nuevas.
Lenguaje como fenómenos transicional, porque no pertenece a sí mismo ni al otro, sino que es intermedio entre la
subjetividad del infante y la objetividad de la madre. Permite relacionamiento mental a través del significado
compartido. La evolución va hacia un sí mismo capaz de autorreflexión y autopercatación, para lo cual es necesario
la riqueza del relacionamiento verbal.
Los juegos y la tecnología
Investigaciones realizadas en países desarrollados muestran que a partir del segundo año de vida hay grandes
diferencias entre el desarrollo motriz, cognitivo y afectivo entre niños de distintos niveles socioculturales, los grupos
desaventajados tienen un desarrollo cognitivo muy inferior al promedio.
La inclusión de la tecnología en la educación si no es masiva provocará grandes diferencias en el desarrollo de la
inteligencia y el pensamiento que influirán en el acceso a la vida laboral de nuevas generaciones.
Distintos autores coinciden en el efecto determinante que tiene el semejante (auxilio ajeno) en el comienzo de la vida,
ya que mediatiza entre el mundo externo y la precariedad psíquica del infans. En este momento los estímulos
externos heterogéneos son muy traumáticos debido a que la capacidad metabolizadora del infans esta aún en
desarrollo.
El adulto mediatizador tiene que sostener la inmadurez afectiva del infans y cuidar sus umbrales perceptuales para
no exponerlo a estímulos que no pueda metabolizar, la información externa heterogénea así se transforma en
información representable. Entonces hay que preservar los intercambios del bebé con el mundo circundante bajo el
dominio del principio de placer.
La díada madre-bebé de los primeros tiempos esta inmersa en un mundo tecnológico, pero muchos autores dicen
que el contenido intenso, sin intermediaciones, reciproco y sincrónico entre el bebe el otro es requisito para un
desarrollo saludable
Los niños de la época de la computación se están estructurando en una actividad de representación compleja. Hay
que preservar la intimidad del vínculo basado en una mirada totalizante materna para asegurar el pasaje del
autoerotismo al narcisismo
El peligro radica en la dominancia de juegos repetitivos, estereotipados que pueden llevar al aislamiento y
coagulación de conflictos pulsionales que no encuentran vía apropiada de descarga. Un niño que juega solo durante
horas a un video game con personajes estereotipados, estanca libido de objeto con riesgo de encapsulamientos
narcisistas, diferente a niños que juegan además con otros juegos y comparte con otros niños y los integra en su
discurso. El juego perdería su condición elaborativa, estructurante, para ser una actividad compulsiva, desligada,
masturbatoria, con tendencia adictiva, expresión de la pulsión de muerte.
Los adultos son quienes deben guiar la presentación de juegos a los niños para introducir enriquecimiento.
Una comunicación para convertirse en una experiencia cultural exige una postura crítica. La comunicación visual
coloca al individuo en un receptor pasivo, dificultando el juicio crítico. La percepción del mundo tiende a hacerse
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masiva, este aumento de experiencia por vía sensorial y no conceptual disminuye la imaginación, la sensibilidad y la
racionalización, afecta la actividad de representación y puede provocar intoxicación.
Las nuevas tecnologías nos colocan en un punto de “estar”, debido a que la subjetividad actual es fugaz, y tiene que
lograr permanencia para que el sujeto se sostenga, para que sea un punto de “ser”
Una información puede convertirse en una experiencia cultural si encuentra una postura crítica, lo adultos tienen que
acompañar para lograr la apropiación de la estimulación, los padres tienen que evaluar las propuestas consumistas y
la adquisición de juguetes y juegos y horas pasadas frente a las pantallas.
En sociedades desarrolladas los niños padecen soledad afectiva, por el empobrecimiento de los vínculos familiares
libidinales, tienen sensación de vacío. Sufren déficits identificatorios primarios y secundarios, y son más proclives a
identificarse masivamente con los modelos de la televisión, generalmente violentos.
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