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AFROAMERICANA
(VUDÚ, SANTERÍA,
CANDOMBLE...)
9. La adivinación Ifá
El panteón Yoruba no tiene ningún dios malo. Un mito sobre Exú, dios que
pone a prueba a los seres humanos, cuenta que una vez éste se disfrazó de
comerciante y fue vendiendo a cada una de las dos esposas de un hombre,
regalos cada vez más maravillosos, lo que provocó la pelea entre ellas por
conseguir el favor del marido hasta que la familia quedó rota definitivamente.
Eshu también sirve como el guardián de casas y pueblos. Cuando se le rinde
culto como dios tutelar, sus seguidores lo llaman Baba, "padre". Eshu también
sirve como protector de Ifá, un arte geomantico sofisticado de adivinación que
usa señales, y cuadrados crecientes del número cuatro para predecir todas las
facetas del futuro. Es muy popular y hay muchos Yoruba que no toman ninguna
decisión importante sin consultarlo.
La adivinación Ifá es un sistema de creencias y cultos basados en los
oráculos, situado en el centro de la cultura tradicional Yoruba. Ifá es una
práctica sumamente elaborada, imaginativa y espiritual que sigue siendo un
elemento muy importante de la vida en Nigeria, Benin y Togo, y que después
fue trasladado a las Américas convirtiéndose en una parte integral de muchas
de las nuevas practicas religiosas criollas, como la variante llamada
Diloggun, que cuenta grupos de conchas de Cauri para generar los símbolos y
juega un papel importante en la practica religiosa y mágica llamada santería.
Los adivinos y sacerdotes Ifá, denominados Babalauwo o “padres de los
secretos”, practican estos oráculos en todo el Caribe, Brasil y en la América
negra del norte.
Ifá es un sistema oral, aunque una parte del material ha sido puesto por
escrito, que hace uso de los signos geománticos para organizar y codificar una
gama amplia y en continua evolución de cuentos, mitos y actos rituales. En Ifá
estos signos se llaman Odu, una palabra que significa tanto diosa, como
recipiente. Existen diez y seis Odu o signos mayores, que se consideran
espíritus y que tienen existencia y voluntad independientes. En Ifá los signos
geománticos se duplican cuando los 16 signos mayores se combinan entre si
generando 240 variantes menores, un total de 256 Odu, cada uno de estos es el
centro de un circulo de mitos, cuentos y actos rituales, es un libro en la
biblioteca de la memoria de la cultura albergada en la imaginación de los
Babalawos. Ifá, no es un modo de vida, sino un sentido de la vida. Por eso
todos los Babalawos juran a Orunmila, el séptimo día de su consagración, que
son babalawos para “hacer el bien a la humanidad". Cada uno de estos
santeros de esta religión tienen el deber de hacer el bien a toda persona que
verdaderamente los requiera.
El método de adivinación de Ifá consiste en transmitir los mensajes de
Odu aplicándolos a las situaciones de la vida, y ofreciendo los consejos de su
corte espiritual, a través del babalawo, que es quien interpreta las palabras de
Ifá, ofreciéndoles consejos que puedan guiar a los creyentes en sus problemas.
La palabra Ifá, de la que se dice es intransferible, se refiere tanto al conjunto
de conocimiento ritual y filosófico Yoruba, como al sistema de adivinación.
Ifá es también uno de los nombres de elogio del Orisha de la Sabiduría y la
adivinación. Ifá no es mucho más que una religión, pues la tradición Ifá /
Orisha mantiene la real estructura de la sociedad tradicional Yoruba. Tiene un
vasto cuerpo de conocimiento de hierbas medicinales, y su tradición oral
mantiene la historia del pueblo Yoruba. Su tradición poética y musical, hasta
estos días, tiene una influencia fundamental en la música y la literatura
contemporánea, no solo en Africa sino también en Occidente, incluidos los
pueblos de América Latina y el Caribe.El Babalawo,"Padre del Secreto", es el
Sacerdote iniciado en los misterios de Orúnmila, Deidad de la Adivinación,
quien utiliza diferentes medios para realizar el oráculo.
Juan de Yepes nació el año 1542 en Fontiveros, pequeño pueblo situado entre
Ávila y Salamanca. Era el tercer hijo de Gonzalo de Yepes, de ascendencia
noble, y de Catalina Álvarez, de familia modesta. Gonzalo tuvo que romper
con su familia para casarse con Catalina. Tejedor de oficio, a duras penas
lograba sacar adelante a su mujer y a sus hijos. Cuando muere, la pobreza de
la familia Yepes se convierte en miseria. Catalina lleva entonces a sus hijos a
Medina del Campo, después de una breve estancia de Juan, en el pueblo de
Gálvez (Toledo), en casa de unos familiares[11].
El pequeño Juan prueba diversos oficios como aprendiz, pero sobre
todo hace grandes progresos en la escuela de los Hermanos de la Doctrina,
hasta el punto de que el director del hospital, Alonso de Toledo, decide
encargarse de su educación. Compaginándolo con sus horas de servicio en el
hospicio, Juan prosigue sus estudios en el colegio de la Compañía de Jesús.
Llegó el momento en que Alonso le propone el puesto de capellán del hospital.
Ante el estudiante se abre un camino fácil y confortable. Pero este
joven, ávido de absoluto, no busca el confort, y rechaza la proposición de
ingresar en el convento de los carmelitas de la ciudad en 1563. Tiene veintiún
años. Juan acaba de escoger un camino del que nunca se desviará. Durante su
noviciado lee los antiguos textos del Carmelo, haciendo suyo el ideal de
soledad y contemplación de los fundadores de la orden. Ideal que ha sido
endulzado por los carmelitas mitigados, en cuyo convento acaba de ingresar.
Luego pasará cuatro años en la Universidad de Salamanca, en la que adquiere
una sólida formación escolástica y es ordenado sacerdote en 1567. Pero la
vida mediocre y demasiado volcada al exterior del Carmelo no le basta.
Decide entonces ingresar en la Cartuja, para encontrar las condiciones de
silencio y austeridad que le permitan ir a Dios, despojándose totalmente como
Jesús e Nazaret, el Cristo, en la cruz.
Pero surge el encuentro de Juan de la Cruz con Teresa de Ávila durante
el verano de 1567. Teresa, que acaba de reformar varios conventos de
carmelitas, busca la manera de extender la reforma en la rama masculina de la
orden. Impresionada por la calidad de vida espiritual que descubre en Juan, le
suplica que revise su decisión y tome parte en la reforma del Carmelo. En
Octubre de 1568 tenemos ya a Juan de la Cruz, tal es el nombre que acaba de
tomar, en la destartalada casucha de Duruelo, el primer Carmelo masculino
reformado. En compañía de algunos hermanos, lleva allí una vida tan austera
que Teresa tiene que imponerle moderación. Mientras la reforma sigue
adelante. Juan es enviado a Pastrana como maestro de novicios, y luego a
Alcalá, como rector de la casa de estudios que el Carmelo abre en la
Universidad, y, por último, al convento de la Encarnación de Ávila, donde
durante cinco años es confesor de Teresa y de sus hijas, persiguiendo juntos la
misma meta.
Pero su éxito provocó reacciones. Entre los carmelitas mitigados, que
ven desiertos sus conventos, crece el mal humor, hasta que deciden dar un
golpe definitivo a la reforma, pidiendo la excomunión de las hermanas que
acaban de reelegir a Teresa como superiora y secuestrando al que es el alma
de la ‘rebelión’. Durante la noche del 3 al 4 de diciembre de 1577 se
apoderan de Juan de la Cruz y, con los ojos vendados para que no sepa a
donde le conducen, lo llevan a su convento de Toledo, pensando que la
soledad y los malos tratos conseguirán vencer su resistencia y así renuncie a
la reforma.
En la experiencia de soledad y de abandono en la cárcel, sabe descubrir
que, en el proceso espiritual, este “horror nocturno” es positivo, pues es el
paso de la acción divina en el alma, experimentando, unido a Cristo
crucificado, “el silencio de Dios”. Por esto, cuando más tarde Juan de la Cruz
quiso educar y alentar sobre la manera de llegar a la unión mística simbolizó
este camino como una senda empinada y angosta, lo que exige al caminante
desprenderse de todo, asumiendo generosamente la negación de las criaturas.
La purificación se realiza a nivel del sentido y de espíritu, a través de tres
instrumentos decisivos: la fe, la esperanza y la caridad. Esto queda reflejado
en sus versos sobre la “doctrina de las nadas”’. Este es el camino, nos dice el
santo, de llegar a la desnudez espiritual, a su quietud y descanso, porque se
está á en el “centro de la humildad”.Poco a poco, la noche se ilumina para
convertirse en presencia divina. Si todavía es “oscura”, lo es en la medida en
que supone un deslumbramiento, un exceso de luz, en el que el alma queda
cegada por el resplandor del ser divino. Llega entonces la persona, por puro
don de Dios, a la unión mística que la diviniza. Gozo indecible y ardiente de
quien por fin encuentra lo que buscaba y vive de la vida misma de Dios.
Es en la cárcel cuando inicia la composición del Cántico espiritual, al
oír a lo lejos cantar a un enamorado. Como no tenía tinta ni papel, al componer
los versos, los repetía insistentemente para no olvidarlos. Al cabo de nueve
meses, el 16 de agosto de 1578, Juan, aprovechando que la vigilancia de los
guardianes se había relajado, consigue evadirse y llegar al convento de las
carmelitas reformadas.
Felipe II encarga al nuncio resolver el conflicto entre mitigados y
descalzos, y a partir de entonces estos se ven libres para extender su reforma.
Juan de la Cruz es prior del convento de los Mártires, cerca de Granada, de
1582 a 1588. A petición de los frailes, monjas y seglares a quienes dirige
espiritualmente, redacta los comentarios de los poemas escritos en la cárcel
toledana.
Los últimos años de su vida se ven ensombrecidos por las divisiones en
el seno mismo de los carmelitas descalzos. El provincial, Nicolás Doria,
vuelve a poner en cuestión la reforma acometida por Teresa de Ávila y Juan de
la Cruz. Tiene intención de centralizar fuertemente la orden, orientándola a
menesteres apostólicos. Juan, que se opone a ello, viéndose privado de todo
cargo. En el capítulo de 1591 Doria es reelegido como provincial. Juan de la
Cruz sale sin cargo, dispuesto a ir a Méjico. Doria lo relega al lejano
convento de la Peñuela (Jaén), intentando desprestigiarlo y recogiendo
testimonios manipulados para poder expulsarlo de la Orden.
Juan, enfermo, cubierto de úlceras ha de ser transportado a un convento
en el que se le pueda atender convenientemente. Le proponen el convento de
Baeza, en el que ha sido prior. Juan prefiere quedar en el olvido, escoge
Úbeda, donde no se le conoce, y donde el prior, que no lo quiere, no le
escatima injurias ni reproches. Destrozado por el sufrimiento físico, lo acepta
todo como venido de la mano de Dios. El 13 de diciembre de 1591 se fue a
cantar maitines al cielo.
Bartolomé de Las Casas, “El apóstol de las Indias”, defensor de los derechos
humanos e inspirador de la Teología de la Liberación, nació en Sevilla en
1474 en el seno de una modesta familia de comerciantes que le proporcionó
una buena educación. En 1493 presenció la marcha de su padre, Gabriel de
Las Casas, a América en el segundo viaje de Cristóbal Colón. En 1498 regresa
Gabriel a Sevilla y cuatro años después, por motivos económicos, se ve
obligado a volver a La Española y esta vez le acompaña el joven y ambicioso
Bartolomé como doctrinero, convirtiéndose en 1512 en el primer sacerdote
ordenado en el Nuevo Mundo. Gracias a sus servicios como capellán
castrense en las campañas de la recién ocupada isla de Cuba, obtuvo allí ese
mismo año una Encomienda.
Dos años después, Bartolomé de Las Casas empezó a reaccionar contra
los abusos cometidos por los españoles en perjuicio de los indios: renunció a
su Encomienda y volvió a España para empezar su lucha. Solicitó la reforma
de las leyes de Burgos y denunció la corrupción existente en el Real y
Supremo Consejo de Indias[13]; pero la Corona no le prestó atención, en
cambio sí que lo hizo más tarde el cardenal Cisneros quién elaboró con
Bartolomé un Plan de Reforma de las Indias.
Con el título de “Procurador de los Indios” embarcó nuevamente con
rumbo hacia Santo Domingo siendo recibido con hostilidad por la población y
se refugió en el convento de los Dominicos. En 1517 volvió a España para
pedir nuevamente la intervención del cardenal regente y del propio rey en
favor de su proyecto de colonización pacífica por medio de labradores y
misioneros. Por fin, en 1520 el rey firma la autorización de poblar una zona de
la costa de Venezuela, “La Costa de las Perlas”. Autor del segundo ensayo de
colonización pacífica en las costas de Cumaná en 1521, intento que fracasó en
1522 tanto por la animadversión de los indígenas como por las entradas de
esclavistas jJJJJen busca de mano de obra para la pesquería de perlas. Fue
entonces cuando Bartolomé, que se decía de él que más que amar a los indios
odiaba a los españoles, desiste de su intento de colonización pacifica e
ingresa, en 1522, en la orden dominicana.
En 1533 los jueces se quejan al rey de que Bartolomé se niega a
confesar a los encomenderos si éstos no renuncian a los indios asignados. Las
Casas continuó gestando su proyecto que puso en práctica en Guatemala, en
Vera Paz, donde fue muy bien acogido, pero cuando llegaron los soldados
españoles se vió obligado a huir. En 1542 terminó de escribir la obra más
escandalosa sobre la labor de España en América: Brevísima relación de la
Destrucción de las Indias (1542), que supuso el comienzo de la “leyenda
negra” de la conquista del Nuevo Mundo; e Historia de las Indias, impresa en
1875. En 1544 Bartolomé es nombrado obispo de Chiapas. Su simpatía hacia
los indios le llevó a pedir que trajeran a América esclavos negros para evitar
malos tratos y sufrimientos a los indios, idea de la que más tarde se arrepintió.
En 1547, regresa definitivamente a España, instalándose en Valladolid.
En 1550 renuncia al obispado de Chiapas y en ese mismo año tuvo un duro
enfrentamiento dialéctico con Ginés de Sepúlveda sobre la manera de llevar a
cabo la colonización de América. Las Casas falleció en Madrid en 1566.
7. La práctica espírita
Toda práctica espírita es gratuita, según la orientación del principio moral del
Evangelio: "Dad gratis lo que habéis recibido gratis”.
La práctica espírita es realizada con sencillez, sin ninguna clase de culto
exterior, dentro del principio cristiano que Dios debe ser adorado en espíritu y
verdad.
El Espiritismo no tiene sacerdotes y no adopta ni usa en sus reuniones
como tampoco en sus prácticas: altares, imágenes, andas, velas, procesiones,
sacramentos, concesiones de indulgencia, vestiduras, bebidas alcohólicas o
alucinógenas, incienso, tabaco, talismanes, amuletos, horóscopos,
cartomancia, pirámides, cristales o cualesquiera otros objetos, rituales o
formas de culto exterior.
El Espiritismo no impone sus principios. Invita a quienes están
interesados en conocerlo, a que sometan sus enseñanzas al tamiz de la razón
antes de aceptarlas.
La mediumnidad, que hace posible la comunicación entre los Espíritus y
los hombres, es una facultad que muchas personas traen consigo al nacer,
independientemente de la religión o de la directriz doctrinaria de vida que
adopten.
Práctica mediúmnica espírita sólo es la ejercida en base a los principios
de la Doctrina Espírita y dentro de la moral cristiana.
El Espiritismo respeta todas las religiones y doctrinas, valora todos los
esfuerzos para la práctica del bien y trabaja en favor de la hermandad y la paz
entre todos los pueblos y todos los hombres, independientemente de su raza,
color, nacionalidad, creencia, nivel cultural o social. Reconoce además que
"el verdadero hombre de bien es el que cumple la ley de justicia, amor y
caridad en su mayor pureza".
9. El espiritismo en el Brasil
El espiritismo logró ser divulgado prácticamente en toda Europa en el siglo
XIX. Llegó a Brasil en 1865. Actualmente es el país que reúne el mayor
número de espiritas en todo el mundo. La Federación Espírita Brasileña,
entidad de ámbito nacional del Movimiento Espírita, asocia aproximadamente
diez mil Instituciones Espíritas, distribuidas por todas las regiones del País.
Actualmente hay 2.300.000 espíritas, según el censo realizado en el año 2000
por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística IBGE. Según los datos
del mismo censo, los espíritas son el tercer grupo religioso mayor del país y el
segmento social que tiene mayor renta y nivel de escolaridad. Los espíritas
tienen su imagen fuertemente asociada a la práctica del bien y de la caridad.
Ellos sostienen asilos, orfanatos, escuelas para personas carentes y otras
instituciones de asistencia y promoción social, en todos los estados
brasileños.
Allan Kardec, el codificador del Espiritismo es una personalidad
bastante conocida y respetada en el Brasil. Sus libros ya se han vendido en
más de 20 millones de ejemplares en todo el País. Si fuesen contabilizados los
demás libros espíritas, el mercado editorial brasileño espírita sobrepasa 4000
títulos ya editados y más de 100 millones de ejemplares vendidos. Otra figura
importante es Chico Xavier (1910-2002), reconocido por los espíritas como
un gran Medium y divulgador del Espiritismo en el Brasil y en el mundo;
además de haber sido incluido en el Libro Gines de Record por poseer en su
currículo mayor cantidad de libros escritos.
Los mayas aparecieron como pueblo alrededor de 2500 a.C., pero no fue hasta
el milenio I d.C. cuando se inició su mejor época. La civilización maya es
producto de una serie de emigraciones de tribus procedentes del altiplano,
todas de la misma familia, y que llegaron a Centroamérica desde el norte. Los
mayas se extienden por la península del Yucatán al sur de México y por
Centroamérica. Su cultura estaba muy evolucionada. Tenían un alfabeto
propio, y grandes especialistas en matemáticas y astrología. Los rasgos de
civilización de los mayas son similares a los de los aztecas y también da fe de
su religiosidad el imponente conjunto arquitectónico, especialmente las
pirámides, los templos y los palacios. Su libro sagrado es el Popol Vuh,
originalmente pintado en un códice indígena y traducido al quiché en 1542. El
original se encuentra guardado en una caja cerrada por 64 candados cuyas
llaves poseen los 64 jefes indígenas. En el sistema político de los mayas era
importante la guerra, que pasaba por doblegar al enemigo e inmolar a los
rivales en ceremonias religiosas. También practicaban la automutilación como
rito. En sus creencias, el que conocieron no fue el primer mundo que existió,
sino que otros lo precedieron, aunque habían sido destruidos por distintas
catástrofes. Su universo tenía tres partes: cielo, tierra e inframundo, y carácter
religioso tenía su deporte nacional, una especie de fútbol en que se
escenificaba el paso de los astros y el Sol, representado por la pelota que era
fuente de vida. Los equipos estaban formados por prisioneros de guerra y los
que perdían eran decapitados. Los antiguos mayas tenían cuatro dioses
capitales que se identificaban con los cuatro puntos cardinales. Es probable
que creyeran en un dios supremo, el creador de la vida y bienhechor, llamado
Nohochacuym, que había nacido de las flores y que permanecía en perpetuo
combate con Hapikern, la encarnación del mal, que tenía forma de serpiente y
que al final del mundo sería vencido.
Los mexicas, llamados aztecas por los españoles, llegan al Valle de
México con la convicción de ser el “pueblo del sol”. Según ellos el país
entero pertenece a Quetzalcóatl, rey mítico luego divinizado como si fuera el
sol, hombre blanco barbado fundador de la ciudad y predicador del bien; él
desciende al mundo de los muertos y roba huesos humanos infundiéndoles
nueva vida con su propia sangre, de ahí el posterior compromiso de los
aztecas de hacer sacrificios para él. Sin embargo, otro dios rival consigue
hacer pecar a Quetzalcóatl embriagándolo, siendo la embriaguez un crimen
gravísimo penado con la muerte. En esa situación comete toda clase de
indignidades, por lo que lleno de arrepentimiento y vergüenza se arroja al
fuego para auto purificarse, no sin antes prometer volver para reasumir la
posesión de sus tierras. Mientras tanto los aztecas toman posesión de ellas en
nombre de su dios exiliado. Cuando los aztecas ven por vez primera a los
españoles barbados y blancos con armas de fuego en sus manos creen que ha
retornado Ouetzalcóatl. Por eso los indios, en lugar de atacar a los españoles,
les ofrecen vasallaje; condicionados por su creencia. De no haber sido así la
conquista no hubiera podido darse tan fácilmente. Los aztecas son un pueblo
de agricultores y artesanos, a la vez que soldados; la guerra constituye para
ellos un desafío presidido por las leyes del honor, de tal modo que el muerto
en guerra se ve premiado con la salvación eterna. El usufructo de la riqueza y
el control de la tierra lo distribuyen conforme a los méritos, así, reciben las
riquezas los que logran honores por méritos y no al revés. Se atiende primero
a los méritos y después a las necesidades. La religión azteca viene a ser una
combinación de dioses astrales (el Sol, la Luna, Venus, etc.) con dioses
agrícolas y domésticos, cuyo origen pudo ser el de espíritus invisibles que
llegaron a personificarse en divinidades. Los seres sobrenaturales se asocian
también con los puntos cardinales: El Este se asociaba con el color rojo: el
Norte, con la región de los muertos y su señor Mictlantecuhtli, con el negro;
el Sur con el azul y el Oeste con el blanco (Quetzalcóalt). El rito de los
sacrificios humanos alcanzaba a veces proporciones desmesuradas.
América del Sur es un inmenso territorio ocupado por pueblos muy diversos.
Está dividida, a grandes rasgos en cuatro grandes áreas: el área de los Andes,
desde Colombia hasta Chile; el área de la selva tropical, en gran parte
cubierta por las junglas del Amazonas, pero compartiendo también la
Guayana, el área del Gran Chaco y el área meridional, hasta la Tierra de
Fuego.
A) Religión de los incas: En América del Sur estaban alcanzando un
considerable desarrollo las civilizaciones de los chibchas, situadas en la
región montañosa de Colombia, y, en la franja central de la región andina, las
de Chavín, Poracas, Nazca, Mochica y Tiahuanaco evolucionaban a su vez
para formar la de los chinúes. De este rico sustrato emergieron los incas, que
extendiéndose por los Andes, se convirtieron en un imperio con su lengua
quechua, alcanzando su apogeo en los valles altos de las montañas, poblados
desde hace ya diez mil años. La fundación del imperio inca, hacia el año 1200
d.C., se atribuye al héroe mítico Manco Capac y a sus hermanas, que se
instalaron en el valle de Cuzco. El estado inca conoció su expansión
espectacular a partir del octavo emperador, Viracocha Inca, y de su hijo
Pachacuti, que le sucedió en el trono hacia el año 1438. Hasta la muerte de
Topa Inca, hijo de Pachacuti, en 1493, el imperio tenía cinco mil kilómetros de
longitud, extendiéndose desde el Ecuador hasta el centro de Chile.
Sorprendentemente, este inmenso territorio fue conquistado por una banda de
aventureros españoles.
La muerte del emperador Huayna Capac, en 1525, fue seguida de una
guerra entre sus dos hijos rivales: Huascar, instalado en Cuzco y Atahualpa,
instalado en Quito (Ecuador). Terminó imponiéndose este último, que se
proclamó emperador en 1532. Pizarro, atraído por los relatos referentes al oro
fabuloso de Perú, había desembarcado con ciento ochenta hombres. Atahualpa
creyó que Pizarro era el gran dios Viracocha, que volvía a la Tierra con su
cortejo para anunciar el fin de mundo. Pizarro, aprovechando este hecho, lo
hizo prisionero sin encontrar resistencia. El emperador pago con oro su
rescate, pero no fue liberado. Condenado a muerte, se sometió al bautismo
cristiano. Esto sucedía en agosto de 1533. Fue decapitado cuarenta años más
tarde.
La religión de los incas era cuestión de Estado. Entre las tres parcelas
de tierra que los agricultores tenían que cultivar, la primera era la destinada a
los dioses, la segunda se destinaba al emperador, y la tercera era la que debía
satisfacer a la subsistencia de la familia. La religión de los incas, por su
carácter altamente organizado, se conforma a la regla general del sistema. El
centro lo ocupa el emperador, como personificación del estado, la ley e
incluso el dios. El mismo es hueca, “objeto sagrado”, y se iguala a aquel que
no tiene igual, el dios Viracocha, que nace de la espuma del lago Titicaca y
desaparece en la espuma del océano, avanzando sobre las aguas en dirección
noroeste, justamente por donde aparecieron, en 1532, Pizarro y sus hombres.
Viracocha es el creador del mundo natural y social, lo que implica su
ascendencia sobre el panteón inca, en el cual el Sol ocupa una posición
central. A él estaba dedicado el mayor templo de Cuzco. Los templos de los
incas no estaban abiertos para los creyentes, sino que eran refugio de los
sacerdotes y de las Vírgenes del Sol, escogidas entre las muchachas más puras
y que eran instruidas a costa del Estado para convertirse ya sea en vestales, ya
en segundas esposas de los grandes dignatarios o del mismo emperador. El Sol
era representado en los templos por medio de estatuas antropomorfas y por
medio de enormes discos de oro. Si el emperador era hijo del Sol, la
emperatriz era hija de la Luna, esposa-hermana del Sol, venerada en el templo
bajo la forma de estatuas antropomorfas de plata. Otras divinidades
importantes eran Pachacamac, dios de la Tierra, junto con su esposa infernal
Pachamama, e Illapa, dios de los fenómenos meteorológicos. La cumbre de la
jerarquía la ocupaba el Gran Sacerdote, pariente cercano del emperador,
rodeado por un consejo de nueve hombres, todos ellos nobles. Numerosos
sacerdotes actuaban como delegados encargados de inspeccionar las
provincias. El templo no era un lugar de reunión. Las ceremonias colectivas,
acompañadas a menudo de sacrificios de animales con fines tanto
propiciatorios como adivinatorios, se celebraban en las plazas públicas.
Concretamente, los sacrificios a los que se atribuía la máxima eficacia eran
los de niños de diez años. Contrariamente a las costumbre de los aztecas, e
incluso de los mayas, los sacrificios humanos no eran frecuentes entre los
incas. Se sacrificaban, pero más raramente, a los prisioneros de guerra
escogidos entre los más fuertes. Así, los sacerdotes de los incas acaparaban
las funciones de sacrificador, adivino, y de médico-chaman.
Conforme a sus creencias telúricas, comunes a los japoneses y otros
muchos pueblos, el emperador es hijo del Sol y por tanto divino. Bajo su
amparo prosperan las diversas capas de nobles, a costa de los esclavos. Los
elementos más importantes de la religión inca eran la adivinación y el
sacrificio, existiendo los conceptos de culpa, penitencia, confesión y
purificación. El dios principal era Inti. Su culto primordial y la
preponderancia política de sus sacerdotes podrían hacer pensar en un
monoteísmo, pero existieron además otros dioses. Agrícola y bélica como la
azteca, esta civilización construye también grandes ciudades y fortalezas,
como puede verse en el Machu Pichu (Perú), a 2 350 metros de altura sobre un
precipicio de 500 metros.
B) Religiones de la selva tropical: La inmensa área de la jungla de los
ríos Orinoco y Amazonas, que abarca también las regiones montañosas de la
Guayana, está poblada por numerosas tribus con numerosos rasgos comunes,
tanto en el plano de la mitología como en el plano de las ideas, prácticas e
instituciones.
Las principales divinidades de esta zona ocupan una posición intermedia entre
el Ser Supremo y el héroe cultural, siendo esta última función la que en
general está más resaltada.
Algo fundamental en la experiencia religiosa de los indios de la selva
tropical es la existencia de un universo invisible que se superpone al universo
cotidiano y que únicamente resulta accesible a través de estados alterados de
conciencia, como el sueño, el trance, la visión provocada por la inhalación de
drogas, etc., o también por medio de una predisposición mística natural o
adquirida a través de un entrenamiento especial. Los indios sanemos de la
frontera entre Brasil y Venezuela, por ejemplo, distinguen hasta ocho
categorías de hewkulas o seres ocultos del universo invisible. Los espíritus de
los antepasados son también muy importantes, porque, de forma invisible,
participan en la vida de la sociedad de los vivos. Finalmente, el especialista
religioso de los indios sudamericanos es el chamán, que acumula las funciones
de sanador del cuerpo social y de médico que cura el cuerpo humano cuando
éste ha quedado afectado por un agente maligno proveniente del mundo
invisible.
C) Religiones del Gran Chaco: El Gran Chaco o “terreno de caza” en
lengua quechua, ocupa el centro del continente sudamericano, entre Mato
Grosso y las Pampas. Todas las tribus de la región comparten la institución del
chamanismo y la creencia en seres sobrenaturales que pueblan el universo
invisible que se superpone al nuestro. Entre los seres sobrenaturales hay
algunos Seres Supremos más o menos mezclados con los héroes culturales o
las divinidades. Además; existen también seres ladrones de los cereales y/o
del fuego, personajes astutos, “tramposos” que reaparecen en las dos
Américas
D) Religiones de las Pampas, de la Patagonia y de la Tierra de Fuego:
Diversas tribus, hoy desaparecidas, de estas regiones han sido visitadas por
los etnógrafos. Se ha constatado entre ellas la creencia en un Ser Supremo.
Las culturas maya, azteca inca tienen un fondo religioso común[29]: Son
politeístas, pero tienen un Dios superior, a veces un Dios dual, una Pareja
creadora; tienen una cosmogonía compleja, con sucesivas creaciones y
destrucciones del mundo; tienen prácticas mágicas realizadas por los
chamanes o sacerdotes, mediante el uso de máscaras y atuendos, adivinación,
uso de fetiches y amuletos, cantos y danzas propiciatorias, interpretación de
los sueños, etc.; realizan ceremonias relacionadas con el nacimiento, la muerte
y todo tipo de ritos de paso, por ejemplo de la adolescencia a la juventud;
creen que las almas se separan de los cuerpos en el momento de la muerte
realizando largos viajes en los que experimentan difíciles pruebas hasta
alcanzar la felicidad según méritos; y, finalmente, creen en los sacrificios
humanos. De ahí que, mediante la guerra, existía la obligación de hacer
prisioneros para el sol y de ofrecerles su sangre a fin de evitar que éste muera
en el crepúsculo, siendo sacrificados por los sacerdotes-guerreros.
9. Importancia del chamanismo en este contexto
cultural
8. La Regla de Ocha
El Palo Monte procede del centro, sur y sureste de África, principalmente del
Congo y Angola. Es el segundo culto en importancia en Cuba. Su nombre
popular de “Regla Bruja” obedece al temor que estas prácticas producen. El
Palo Monte tiene tres tradiciones principales: a) Palo Mayombe, la más pura;
b) Briyumba o Brillumba, mezcla de la tradición Conga con la yoruba; y, c)
Kimbisa o Quimbisa, fundada por Andrés Facundo de los Dolores (Petit) con
la pretensión de unificar la santería y el catolicismo con el culto Congo.
La regla Conga tiene como fundamento el culto a los difuntos y los
antepasados, y a la naturaleza, en particular los bosques y las plantas, donde
habitan los dioses y los difuntos[33]. Los seguidores del Palo Monte creen que
Nsambi, divinidad suprema de origen congo que dio poderes sobrenaturales a
las plantas. Así, algunas de estas están dotadas de virtudes como fortuna,
felicidad, alegría, fecundidad, gloria, suerte, frescura, flexibilidad, paz,
longevidad, etc; otras son la representación de la miseria, la desgracia, el
infortunio. El oficiante utiliza las plantas para preparar amuletos, para hacer
cocimientos y baños purificadores. Los calderos mágicos o ngangas son el
centro del ritual del Palo Monte. Tienen diferentes dimensiones según sea el
número de los habitantes que en él residen, pues lo ocupan diferentes espíritus
de las personas fallecidas. Se derrama sangre de un pollo recién sacrificado y
a cambio el muerto les protegerá de todo lo malo.
Para los paleros existe un Dios Supremo, fuerza máxima creadora del
Universo, a la que llaman Zambi, Nzambia o Mayimbe, del cual emana la
fuerza de los mpungos o fuerzas mágicas, seres incorpóreos que nunca
devienen antropomórficos como los orishas. Cada mpungo está representado
por una “firma” o símbolo gráfico que se identifica con cada fuerza. Los
paleros creen que los espíritus representados con cada firma acudirán en
auxilio de lo que se les pida. También, durante la ceremonia, algunos paleros
son poseídos por alguno de los espíritus difuntos invocados, lo que
popularmente se conoce como “caballo brujo”, indicando que el espíritu
cabalga un cuerpo.
TEXTO PARA COMENTARIO VI:
“FLORES DE OBATALA EL DÍA DE LA
MERCÈ EN BARCELONA”
Según la Santería, la vida de cada persona está supervisada por un santo
(orishá) que toma parte activa su vida diaria. En la fiesta de su santo, la
persona, debe asistir a misa y a las ceremonias de ese orisxá.
“El 24 de septiembre, día de la Mercè, acuden a la Iglesia los cubanos a
rendir culto a Obatala, deidad que la santería, religión que tiene su origen en
la tribu Yoruba, que flore en las orillas del río Níger, en la actual Nigeria,
identifica con la Virgen de la Mercè de la Iglesia Católica. Y aunque no
todos los nacidos en la isla sean creyentes, para los más de 8.000 cubanos
que viven en la ciudad, la santería es un vínculo mucho más sólido que otros
aspectos más difundidosde su cultura, como la música.
Entre las religiones que nacen del maridaje entre algunos elementos
del catolicismo y de creencias africanas, la que más ha arraigado en Cuba es
la santería. Un fenómeno determinante para que ambos credos se fundieran
fue la esclavitud, proceso que, desde Benín y sobretodo entre los años 1820
y 1840, llevó a muchos yorubas a trabajar como esclavos en las plantaciones
de azúcar de la isla. El proceso se aceleró cuando la Iglesia intentó
evangelizarlos, algo dificultoso debido a la escasez de sacerdotes y el
ambiente de clara injusticia. Los esfuerzos de los yorubas por esconder su
religión africana y sus prácticas mágicas les llevaron a identificar sus
deidades africanas, orishas, con los santos del catolicismo, dando como
resultado el sincretismo religioso que hoy conocemos con el nombre de
“santería”. La correspondencia entre uno y otro credo se concreta, en el día
24 de septiembre, entre la Virgen de la Mercé y Obatala, a quien se le
atribuye el principio de la claridad, algo que se deriva de su papel de
máximo representante del dios creador, Olodumaré, en la Tierra. Obatala
también es considerado la fuente de todo lo que es puro, sabio, apacible o
compasivo”. (Texto extraido de un periódico local)
VII. El VUDÚ DE HAITÍ
7. Orgías y posesiones
El vudú es un culto que se caracteriza por la posesión de los espíritus. Los
dioses de África occidental sobrevivieron en la memoria de los esclavos
haitianos bajo la forma de loa, potencias espirituales que residen en alguna
parte entre el mundo de los humanos y la inaccesible deidad suprema. Algunos
loa se identifican con santos católicos, una consecuencia del período de
colonización francesa en el siglo XVIII. En las ceremonias de vudú se invoca
a los loa para pedirles protección y orientación, o para causar daño por
medios mágicos. Los loa se manifiestan poseyendo o “montando” el cuerpo de
un celebrante, que se ha preparado para recibir al dios mediante un ritual
físicamente agotador, que incluye sacrificios, tambores hipnóticos y danzas
desenfrenadas y extáticas. A la persona poseída, gagnin loa, se la considera la
montura del loa, y todo lo que haga se considera obra del dios.
El concepto de los seres humanos como potenciales monturas de los
dioses es común a todos los cultos africanos de posesión y forma parte de
otras religiones afrocaribeñas, como el candomblé y la santería. Para el
devoto del vudú, es imposible ser humano y dios al mismo tiempo: así pues,
para que el loa entre, el “yo” tiene que salir. Los individuos que han sido
poseídos despiertan de su trance sin recordar nada de lo que han hecho y
dicho. Muchas veces, la “monta” tiene lugar contra la Voluntad del “caballo”,
y el cuerpo se retuerce y convulsiona mientras el loa y el propio espíritu
pelean por su control. El mismo loa puede montar a la vez a muchas personas.
El travieso dios de la muerte y los cementerios, Ghede, es muy popular
entre los pobres, a causa de su afición a burlarse de los poderosos en su cara.
Como a otros dioses orgiásticos, a Ghede le encanta confundir la sexualidad
de sus seguidores, haciendo que los hombres se vistan de mujeres y las
mujeres de hombres. Puede poseer tanto a unos como a otras.
Este grupo se caracteriza por dar culto a entidades espirituales que son
divinidades de origen africano, o sea, por un sistema de creencias centrado en
un panteón de dioses y en su mitología. Las variantes son regionales: A)
““Candomblé” de Bahía, en Río de Janeiro y Sao Paulo; B) “Culto Shangó” en
Recife; C) “Tambor de mina” en San Luis de Maranhao y Belem de Pará; y,
finalmente, D) “Batuque” en Porto Alegre. A diferencia de estas religiones
africanas en Brasil, otras variedades de culto afro-brasilero centran su culto
en entidades espirituales autóctonas o aclimatadas al ambiente local que, a
pesar de manifestarse en “posesión”, no son entendidas como dioses sino
como espíritus, Caboclos, de esclavos negros o negras, Pretos velhos,
rufianes y mujeres de la vida, Exús y Pombagiras, que alguna vez vivieron y,
al morir, pasaron a engrosar legiones espirituales diversas.
Los dioses y diosas de sus creencias fueron enseguida identificados con
algunos santos católicos que tenían algunas características semejantes. El
Candomblé en Bahía, o Umbanda en Río de Janeiro, ritos que fueron ilegales
y ahora reconocidos, son danzas de posesión espiritual que conducen a un
estado de trance. La macumba o herencia del pasado, se integra dentro del
folklore nacional con sus velas, amuletos, incienso, hierbas, puros, platos de
terracota llenos de arroz, banderas, cantos y danzas. Son versiones regionales
del animismo africano. El contraste mayor, sin embargo, con el modelo
africano, es que el culto a los orishás y vudú se canta en idiomas africanos,
desconocidos en su casi totalidad para los adeptos del shangó, candomblé y
tambor de mina, mientras que, los cultos sincréticos, como jurema, pajelança,
candomblé de caboclo y umbanda, se cantan enteramente en la lengua
portuguesa. Esto significa un cambio considerable en la construción y en la
expresión de la experiencia religiosa promovida por el culto. Mientras se
canta en un idioma desconocido, todo el mundo histórico y personal queda
excluído de esa simbolización construída en base a un conflito expresivo entre
el exterior y el interior del sujeto. Pero cuando se canta en portugués, el efecto
de la experiencia religiosa en la conciencia es muy distinto, porque hay una
inevitable contaminación entre la expresión religiosa y las experiencias laicas
cotidianas.
6. El Sshangó de Recife
El Shangó proviene del África, de las creencias orishá jeje-nagô. Esta
denominación quiere decir en lengua africana, “tempestades, rayos y truenos”.
El culto shngó se realiza en varios estados de Brasil. El ritmo shangó está
fuertemente marcado por instrumentos de percusión. La danza se caracteriza
por su aspecto guerrero, con los brazos en ángulo recto y las manos giradas
hacia arriba.
En Recife, el panteón afro-brasilero es descrito mediante el uso de
términos que definen papeles familiares. Del padre, Orixalá, se dice que tiene
la máxima jerarquía, pero es descrito como una divinidad benevolente y en
extremo pacífica, que raramente ejerce su poder o hace sentir su autoridad.
Cuando, finalmente, después de recibir innumerables ofensas, reacciona, lo
hace infligiendo castigo y éste toma la forma de una venganza drástica y
definitiva. La madre, Yemayá, es también considerada formalmente como un
oriha de mayor status que los otros; sin embargo, ella es, en general, apática e
indiferente a todo menos a aquello que le interesa de manera egoísta. El hijo
primogénito, Ogum, debería haber sido coronado rey, pero su hermano más
joven, Shangó, le usurpara ese derecho con un golpe de astucia. Iansã, una
extranjera, entra en el panteón a través de su boda con Shangó, pero no acepta
convivir con su marido bajo el mismo techo debido a un desacuerdo sobre la
comida y, por otro lado, tiene más coraje que éste. Reina en el mundo de los
espíritus de los muertos, mundo al que el propio Shangó no se atreve a entrar.
Oxum, la hija más joven, preferida del padre, mimada, no es, sin embargo, su
hija de sangre, ya que nació de un acto de infidelidad de Yemayá para con su
marido. También, Oxum, que representa la fertilidad, es la madre que cría o,
como dicen en Recife, la "verdadera madre", entre los orishás, pero no es la
madre biogenética, pues ese lugar y privilegio le corresponde a Yemayá.
En esta descripción vemos una subversión generalizada del discurso
aparente: mientras, por un lado, los términos usados parecen hacer una serie
de afirmaciones, parecen proponer un sentido, la historia de vida de estos
personajes, entra en contradicción con éste, anulándolo. Se trata de un mito
irónico, de una verdadera burla de las apariencias, y es, justamente, la huella
de esta subversión generalizada, de esta burla al sentido usual de los términos.
El mito parece obedecer al lenguaje institucional de la familia, tal como ésta
es construida por los valores dominantes en la sociedad brasilera, y lo que de
hecho hace es desmontarla, desconstruirla, mostrándonos la fragilidad de este
lenguaje frente a la realidad de las relaciones sociales.
Por su importancia, Shangó sigue en el orden jerárquico de Brasil a
Oxalá. Es muy popular y cuenta con muchos adeptos. Es un orixá tempestuoso,
turbulento y fálico. En Africa, Shangó fue rey de los yorubas y perteneció a la
dinastía que gobernó todo el territorio comprendido entre el imperio de Benin
y el Dahomey. Al igual que en Cuba, es el dueño del rayo, el trueno y las
tempestades, y tuvo un final trágico: según cuenta la Historia, llegó a ser un
obá poderoso que, al verse abandonado por un pueblo que lo obligó a
renunciar al cargo, se ahorcó. Como orishá tuvo tres mujeres: Oya (Nª Sra. De
la Candelaria), Oshún (Nª Sª de la Caridad) y Obatalá (Nª Sª de las
Mercedes) y dos hermanos: Dadá, dios de la Naturaleza y Ogúm, deidad de la
guerra y de la forja.
Sus instrumentos son la piedra de rayo y el hacha llamada Oxé de
Shangó. Su color emblemático es el rojo y se le agasaja con sus platos
predilectos: caruru con angu, masa de harina de maíz y amalá de Shangó,
arroz. Sus animales favoritos son el carnero y el gallo y su día de recibir
ofrendas, el miércoles. Su popularidad es tanta que, en Recife, este culto de
origen yoruba, lleva su nombre al igual que en Trinidad-Tobago. Muchos lo
consideran, también, el patrono de los intelectuales.
Como hemos visto, Shangó usurpó la corona de Ogún con su astucia y sus
poderes mágicos. También, le robó todas sus mujeres, una a una: Iansã y
Ochún, y siempre continuó contando con la protección de Yemeyá. Shangó es,
sin duda, para los miembros del culto, un protegido de la fortuna, que siempre
gana a su esforzado hermano Ogún sin hacer más mérito que sus trucos y
astucias. Pero, a pesar de todo, Shangó no es sólo el preferido de su madre
sino, también, el preferido de la amplia mayoría del pueblo del culto de
Recife.
Para comprender como es el perfil de los otros dos orihás femeninos,
Ochún e Iansã, es necesario referirlos a su relación con las figuras masculinas
de Shangó y Orixalá. Shangó casa con Iansã, pero nunca convive con ella. Es
ella que resiste, que no se curva, que detesta el olor a carnero que Shangó
desprende. Shangó, que es un glotón, tiene en el carnero su plato preferido,
mientras éste es el animal que Iansã aborrece, al punto de caer postrada,
enferma, en su proximidad. Según lo que narra un mito, este odio tuvo su
origen el día que Iansã descubrió el carácter traicionero de este animal. El
carnero, dicen, y el mito que cuenta su traición al pájaro Ekin así lo muestra,
es un bicho realmente desleal, e Iansã odia la mentira, la traición, todo lo que
es enmascarado o doble. Iansã "corta el mal", es firme, determinada, y puede
ser feroz e ir hasta las últimas consecuencias en la defensa de las verdades y
proyectos en los que cree. A pesar de describirse así la personalidad de
Iansã, nunca sale, en relación con su conducta, la palabra "justicia" y sin
embargo si se utiliza la palabra "venganza". Lo que da a entender, en nuestro
horizonte de valores, que tiene una actitud "justiciera", tal como se relata en
los mitos y en el vocabulario del culto, una actitud "revanchista". Iansã, por
otro lado, no es dócil con su marido, Shangó, y es rebelde con el bondadoso
padre de los orixás, Orixalá. De éste, en más de una oportunidad, se burla
cruelmente, colocándole sal y pimienta en sus heridas de anciano indefenso.
Entonces, nos podemos preguntar como es posible que este sujeto que se
coloca frente a las instituciones con una actitud veladamente crítica,
denunciando su engaño, ¿por qué no hace esta crítica abiertamente, en una
palabra, políticamente?; ?¿Cómo es que muchos negros letrados y politizados
del Brasil, no participanr en el proceso de construcción de la ciudadanía
reclamando explícitamente los derechos históricamente negados?; ¿por qué no
se identifican con el movimiento negro?. Se pueden dar dos razones. A) La
primera se encuentra ya contenida en los datos mostrados. Hacer política es
entrar en el campo propuesto por el estado, es validar ese campo, es dejarse
capturar por el lenguaje "traicionero" de las instituciones y ser, incautamente,
aprisionados por esa historia cívica de la que lo que se quiere en verdad es
distanciarse; y, b) Pero hay otra razón más sutil, una motivación más
sofisticada Los cultos afroamericanos en general, son una religión universal y,
por lo tanto, por definición, expansionista. De hecho, es una religión, que en
este momento está en franca expansión, que gana territorios nuevos cada día,
territorios que son, en muchos casos blancos. Actualmente hay "terreiros" en
Miami, en Italia, en España, en Portugal y hasta en un lugar tan insospechado
como Marruecos, por no hablar de su rápido crecimiento en las ciudades de
Buenos Aires y Montevideo. En los últimos veinte años, el número de
terreiros en los suburbios de Buenos Aires llegó probablemente a alrededor
de tres mil y esa presencia se puso de manifiesto en los medios masivos de
comunicación . En 1991 tuvo lugar el Primer Congreso de Culturas Afro-
Americanas en Buenos Aires y todos los datos indican una expansión veloz y
sorprendente de esta religión en un país que se veía "blanco". De hecho, es
fácil entender que todo esto no podría ser de otra manera si recordamos que el
primer sincretismo, el primer movimiento de apertura de las religiosidades
negras, fue el que se dio ya en los barcos negreros, en el camino de Africa
para América. Fue en ese instante inicial que cada africano aprendió, o fue
forzado a abrirse para incorporar al otro dentro de su horizonte, un otro que,
en ese momento inicial, era también negro pero, no olvidemos, era otro:
hablaba una lengua diferente, cultuaba otros dioses. Allí, ellos tuvieron que
hacer su primer esfuerzo inclusivo, tuvieron que reinventar sus cultos. Esta
postura inclusiva, abierta, de las religiónes afroamericanas se hace
comprensible cuando identificamos uno de sus fundamentos: todos tenemos
orihá, todos tenemos "santo" protector. Un inglés, un chino, un lapón tienen
santo. Todos, universalmente, todos los seres humanos pueden entrar en la
genealogía del culto, ingresar ritualmente en la estirpe africana. Desde este
punto de vista, no se trata de lo que podríamos denominar como una "religión
étnica", sino de una religión humanista, universal, y este postulado inclusivo es
una elaboración de la organización del culto en familias ficticias selladas
ritualmente, y de la necesidad inicial de construir un universo cultural pan-
africano, un sincretismo pan-africano, donde se encontraban mundos culturales
diversos.
Uuna observación meticulosa de todos los elementos del culto nos lleva a
percibir que uno de los motivos recurrentes en las representaciones y en la
organización social de sus miembros es el esfuerzo sistemático por liberar las
categorías de etnia, de parentesco, de personalidad, de género y de sexualidad
de las determinaciones biológicas de la sociedad brasilera. Lo biológico es
removido del lugar central que los valores dominantes le destinan en su
construcción de las representaciones relativas a la etnia y al género y, entre los
adeptos del culto, tanto la etnia como el género son desvinculados de la
substancia biológica a ellos atribuida por el sentido común occidental.
Su mentalidad no es esencialista, como podemos ver en los siguientes
aspectos en que se manifiesta esta postura: 1) En la práctica se atribuye
"santos-hombre" y "santos-mujer", indistintamente, a hombres y mujeres como
tipo de personalidad; 2) En el tratamiento dado por los mitos a los papeles
femeninos y masculinos de los orihás que forman el panteón y las relaciones
que mantienen entre sí. Como vimos, el padre es débil; la madre es fría y
substituible por otra figura, no vinculada por consanguinidad a la cría, que
ejerce la función materna; Iansã es andrógina, fue hombre y se transformó en
mujer y, como tal, cumple funciones que le exigen más "virilidad", más coraje
que el exhibido por su marido, etc.;3) En la visión crítica de los miembros con
relación a los derechos derivados de la maternidad biogenética; 4) En el
carácter andrógino, indiferenciado, del papel social de los sacerdotes, "pais"
y "mães de santo". En este último nivel, lo que se observa es el carácter
intercambiable de las funciones de los miembros masculinos y femeninos de la
comunidad de culto: "pais" y "mães de santo", indistintamente, leen el oráculo
de caracoles,"jogo de búzios", aconsejan a seus "filhos" e "filhas de santo" y
tienen a su cargo, por igual, promover la circulación de recursos a lo largo de
la red de relaciones que centralizan así como administrar los intereses de la
casa de culto que lideran; 5) En la habitual bisexualidad de los miembros o,
por lo menos, su total abertura en relación a conductas bisexuales; 6) Lo que
es más importante para nosotros aquí, en la relevancia dada a las formas de
parentesco ficticio, ya sea en la práctica generalizada de dar y adoptar niños,
como en la absoluta preeminencia atribuida, después de la iniciación, a la
"familia de santo" , linaje al que se ingresa ritualmente, por encima de la
familia de origen,-fundada en lazos de sangre. Esto, sin duda, fue un resultado
de la ruptura de la organización de los cultos orihas en Africa, donde se
asentaban en criterios de parentesco y localidad, y su substitución por una
base de genealogías rituales y de parentesco ficticio: padre y madre,
hermanos, abuelos y ancestrales africanos,eguns, pasaron a derivar de un
proceso de iniciación y no de nacimiento, y, 7) como derivado de la
preeminencia de la familia ficticia, por encima del parentesco originario,
resultó, naturalmente, una concepción no racista, no esencialista, de lo étnico,
pasando blancos y negros a tener acceso, por igual, a los bienes y saberes de
la "negritud".
Posiblemente, en esta estructura y en estos conceptos se elabora toda la
historia de separaciones que comienza con la venta de hijos separados de sus
madres durante la esclavitud y tiene su continuidad en las migraciones internas
post-esclavistas. Las diferentes formas de familia ficticia, tan comunes, como
sabemos, en todo el mundo afroamericano, son nada más y nada menos que una
elaboración de este tema del desmembramiento familiar y el reagrupamiento
en redes solidarias substitutivas. Es importante, aún, hacer notar que el pueblo
que llevó estas ideas a este grado de elaboración es un pueblo no circunscrito
a un enclave territorial. A diferencia de los reductos negros en bolsas
geográficas precisas, como los "quilombos" y sus variantes en el Brasil, los
territorios negros del Chocó en Colombia o las repúblicas negras de
Suriname, la cultura afroamericana impregna toda la sociedad brasilera. No
podría ser de otra manera ya que durante cuatro siglos y hasta nuestros días,
fueron mujeres negras las que alimentaron, protejieron y mimaron a los niños
blancos desde la tierna infancia hasta la pubertad. De este hecho histórico
resulta la concepción de que es posible ser "africano" sin ser negro.
3. El sacrificio de animales
4. Bajar el santo
son dioses, orishás, que deben adorarse. Olodumaré creó a los orishas
para manifestar su voluntad y su esencia en la creación, por lo tanto son
guías y protectores de la raza humana.
Algunos de los diez-y-seis principales que se adoran son las
siguientes:
Obatalá, representado por el santo católico de la Virgen de las
Mercedes, es el padre de los orichas, el patrón de la paz y la pureza.
Orunlá, también conocido como Ifá y Orúnmila, es el patrón de
los sacerdotes (babalawos) y el principal adivino del panteón yoruba. Es
representado por el santo católico de San Francisco de Asís.
Yemayá, la patrona de los mares y de la maternidad por ser la
primera madre de la humanidad, es madre de catorce de los más
importantes orichas, incluyendo a Changó. Suele ser representada por la
Virgen de Regla.
Ochún, la hermana menor de Yemayá y dueña del amor, del
matrimonio, del oro y de los ríos, es la concubina favorita de Changó. Se
le representa como la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de Cuba.
Oyá, la reina de los muertos, dueña de la llama del fuego y
patrona del cementerio, es una de las queridas favoritas de Changó y esta
hija de Yemayá suele ser representada por Santa Teresa y la Virgen de la
Candelaria.
Changó, la divinidad de la virilidad, el patrón del fuego, el
relámpago y el trueno, proporciona victoria sobre los enemigos y toda
dificultad. Se le representa a este hijo de Yemayá con la imagen de Santa
Bárbara. Cometió incesto con su madre y tenía tres mujeres incluyendo a
Ochún y a Oyá.
Cuatro deidades forman el grupo identificado como los Guerreros:. Son Elewá
(Elegua, Eleguá o Elegguá), Ogún, Ochosi y Ozún.
Elewá es el guardián de las puertas, incluso la de los muertos, y el
mensajero de Olofi y de los otros orichas. Sin él nada se puede lograr.
Es la deidad principal de la adivinación del santero. Suele ser
representado por los santos católicos de San Antonio y el Niño de
Praga o de Atocha. Además, se le representa con otra imagen: una
piedra que tenga forma de cabeza y que con frecuencia se encuentra
detrás de una puerta de la casa.
Ogún, un hijo de Yemayá representado por la imagen de San Pedro, es
el patrón de los metales y de toda persona que trabaja.
Ochosi, el hijo de Yemayá representado por la imagen de San Norberto,
es el patrón de los cazadores.
* Ozún, el oricha que siempre acompaña a Elewá, advierte a los santeros
cuando se aproxima el peligro. Su representación es la imagen de San Juan
Bautista.
Además de los santos católicos que simbolizan a las divinidades, se
representan a todos los orichas por un conjunto de una o más piedras
recogidas para la iniciación o "asiento", y diversos atributos que son
pequeñas figuras y objetos que representan los poderes y características de la
deidad. Las piedras consagradas, que se conservan en grandes soperas del
color del oricha, sirven para obtener una serie de beneficios, para protegerse
de los infortunios y malas influencias que les asechan. Están llenas de ashé
que quiere decir que están hechas de energía cósmica como todas las demás
cosas en el universo. Estas piedras son la representación más fundamental del
oricha y se las trata como seres vivos bañándolas con líquidos sagrados
refrescantes hechos de plantas, limpiándolas, frotándolas con aceite y
alimentándolas con la sangre de los animales del oricha. Al convertirse en la
divinidad, las piedras como habitaciones de los orichas cobran personalidad,
adquieren el poder (ashé) del dios o del espíritu que se fija en él. El iniciado
los conserva en su casa y muchos de sus ritos se llevan a cabo en las casas de
los feligreses.
Los collares de cuentas (eleke) del color característico de cada oricha
son otro símbolo muy importante. Los colores de los orichas irradian ashé.
Cuando ostentan el color de un oricha, evidencia la veneración que se le
profesa, y el color protege a su adorador al desviar la agresión de la brujería
que se intenta lanzarle. Así resguardan a sus hijos con sus colores.
1. ¿Qué es el Candomblé?
2. ¿Qué es el Umbanda?
XVI. EL VUDÚ
1. ¿Qué es el Vudú?
Para una mentalidad racionalista todo está en la mente del ser humano y no
existe realidad externa a ella. Para esta postura las anécdotas, las experiencias
y testimonios no cuentan como evidencia firme, pues se puede engañar a los
cinco sentidos. Así las experiencias de los creyentes en la Santería no tienen
que ver con un mundo real externo al ser humano, sino que son de su propia
creación o imaginación. Suelen identificarse tales creencias y prácticas como
superstición y en otras ocasiones como autosugestión. Aplicando esto a la
Santería, los orichas no tienen ninguna realidad objetiva fuera de la fe de la
persona que cree en ellos. No obstante, aunque el método científico es muy
adecuado para el estudio de muchos fenómenos, es demasiado limitante para
el análisis de otros, pues es muy prejuiciado desde un principio en contra del
conocimiento existencial.
Un realismo psíquico reconoce la existencia del mundo sobrenatural.
Reconoce que todos los fenómenos que el ser humano experimenta no
provienen exclusivamente del mundo material con sus causas y efectos. Carl
Gustav Jung, estudió y reconoció la realidad de las experiencias más allá de
los cinco sentidos. Usando su interpretación de los arquetipos, es posible
concluir que los orichas son puntos de contacto con el inconsciente colectivo
de la humanidad. Así que según esta interpretación cada oricha es
un arquetipo o un complejo autónomo dentro de la personalidad humana.
Puesto que cada arquetipo es independiente del resto de la personalidad y
evidencia características fuertemente individualistas, con frecuencia se porta
como si fuera una entidad separada y sobrenatural. Para Jung cada arquetipo
controla un aspecto diferente de la personalidad. Es posible pensar que esto es
la misma función que tienen los orichas. Cada oricha, entonces, como un
arquetipo ha sido desarrollado y balanceado dentro de la personalidad del
santero. Debido a las características individuales que distinguen a un ser
humano de otro, en la Santería se dice que uno está bajo la protección del
oricha que comparte el mismo modo de ser. La Santería que ha logrado
armonizar a la "perfección" los varios elementos del inconsciente humano por
medio de la personificación de los orichas como personajes distintos.
Cuando un oricha toma posesión de un creyente o santero, las energías
psíquicas de dicho arquetipo dominan por el momento la personalidad
consciente. Ese individuo, entonces, exhibe unos poderes extraordinarios y
conocimientos excepcionales del futuro, que se originen en los atributos
naturales del arquetipo formado de pura energía psíquica dirigida a través de
un canal específico.
Desde este punto de vista, toda deidad y fuerza angélica de toda
religión y sistema de magia son puntos de contacto muy profundo dentro del
inconsciente humano. Si se hace contacto con estas energías por medio de las
oraciones, visualizaciones, invocaciones y ceremonias, nos encontramos con
energías reales que posee el ser humano y forman parte de nosotros.
Algunos arquetipos son positivos y otros son negativos. Jung identificó una de
estas fuerzas negativas poderosas dentro del psique como la "sombra". Para él
se trataba de una concentración de todo lo reprimido, como los enojos, las
frustraciones, los resentimientos, los odios y las inclinaciones negativas. Para
Jung debemos integrar la "sombra" con los demás arquetipos dentro de nuestra
personalidad. Llama a esto como "el proceso de individualización". Visto así,
los orichas son manifestaciones del inconsciente colectivo. Al tener contacto
con ellos, el santero suelta vastas cantidades de energía arquetípica de la
mente inconsciente y la dirige por medio de los canales escogidos. La
conclusión es que cada oricha vive dentro de la conciencia de todo ser
humano. Sería, pues, como una energía psíquica pura dirigida a través de un
canal específico[51].
El realismo bíblico, reconoce la existencia de dos mundos: el
espiritual y el material. Eso quiere decir que este mundo material de los cinco
sentidos no es el único, sino más allá hay uno espiritual. A su vez no niega la
realidad de lo material, sino afirma su existencia e importancia como creación
de Dios. Además, en el mundo espiritual, existen dos reinos, el espiritual de
Dios y sus santos ángeles y el maligno de Satanás y sus secuaces los
demonios, que son los malos espíritus. Los dos reinos del más allá tienen
poderes sobrehumanos que pueden compenetrar el mundo humano. Para el
cristiano los orichas y los muertos antepasados no son las fuentes de los
poderes de la Santería. Cuando hay manifestaciones reales, provienen de los
poderes malignos del reino de la oscuridad. San Pablo en la Primera Carta a
los Corintios afirma: “en lo de comer carne de los sacrificios sabemos que
en el mundo un ídolo no representa nada y que nadie es Dios más que uno;
pues aunque hay los llamados dioses, ya sea en el cielo, ya en la tierra, y de
hecho hay numerosos dioses y numerosos señores, para nosotros no hay más
que un Dios, el Padre, de quien procede el universo y a quien estamos
destinados nosotros, y un solo Señor, Jesús Mesías, por quien existe el
universo y por quien existimos nosotros... ¿Un ídolo es algo? No, sino que
ofrecen sus sacrificios a demonios que no son Dios, y no quiero que vosotros
entréis en sociedad con los demonios”[52] .
Tal vez la razón más importante se debe al conocimiento que uno cree adquirir
de sí mismo y de su identificación con las fuerzas y ritmos de la naturaleza.
Así se siente una integración de la persona con la naturaleza. También se
comprenden unos misterios antiguos y se aprende una sabiduría que está
ausente de las sociedades secularizadas y racionalistas. Por último, el santero
adquiere poderes especiales a través de las iniciaciones y la adoración de las
orichas, como la autosugestión, los poderes mágicos de los orichas, los
arquetipos del inconsciente colectivo, los espíritus de los muertos y el poder
satánico.
Tomamos del profesor Carlos Díaz el siguiente texto: “Fray Bartolomé de las
Casas, en la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, del año1542,
nos dice: "Después de acabadas las guerras y muertes en ellas, todos los
hombres, quedando comúnmente los mancebos y mujeres y niños,
repartiéronlos entre sí, dando a uno treinta, a otro cuarenta, a otro ciento y
doscientos (según la gracia que cada uno alcanzaba con el tirano mayor, que
decían gobernador). Y así repartidos a cada cristiano dábanselos para que los
enseñase en las cosas de la fe católica, siendo comúnmente todos ellos idiotas
y hombres avarísimos y viciosos, haciéndoles cura de ánimas. Y la cura o
cuidado que de ellos tuvieron fue enviar los hombres a las minas a sacar oro,
que es trabajo intolerable, y las mujeres ponían en las estancias, que son
granjas, a cavar las labranzas y cultivar la tierra, trabajo para hombres muy
fuertes y recios. No daban a los unos ni a las otras de comer sino yerbas y
cosas que no tenían sustancia; secábaseles la leche de las tetas a las mujeres
paridas, e así murieron en breve todas las criaturas. Y por estar los maridos
apartados, que nunca veían a las mujeres, cesó entre ellos la generación,
murieron ellos en las minas, de trabajos y hambre, y ellas en las estancias o
granjas, de lo mismo, y así acabaron tantas y tales multitudes de gentes de
aquella isla; e así se pudiera haber acabado todas las del mundo. Decir las
cargas que les echaban de tres y cuatro arrobas, que ellos llevaban ciento y
doscientas leguas (y los mismos cristianos se hacían llevar en hamacas, que
son como redes, a cuestas de los indios), porque siempre usaron de ellos
como de bestias para cargar: tenían mataduras en los hombros y espaldas, de
las cargas, como muy matadas bestias; decir asimismo los azotes, palos,
bofetadas, puñadas, maldiciones e otros mil géneros de tormentos que en los
trabajos les daban, en verdad que ni con mucho tiempo ni papel se podría
decir" . El obispo, Bartolomé de las Casas subiendo al púlpito afirmó: "Yo
soy la voz de Cristo en el desierto de esta isla. Esta voz dice que todos estáis
en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con
estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en
tan cruel y horrible servidumbre estos indios? ¿con qué autoridad habéis
hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas
y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca oídos,
habéis consumido? ¿cómo los tenéis tan apresas y fatigados, sin dar1es de
comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les
dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y
adquirir oro cada día? ¿qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a
su Dios y criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y
domingos? ¿estos, no son hombres? ¿no tienen ánimas racionales? ¿no estáis
obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿esto no entendéis? ¿esto no
sentís? ¿cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos?
Tened por cierto, que en el estado en que estáis no os podéis más salvar que
los moros o turcos que crecen y no quieren la fe de Jesucristo". Finalmente, de
tal manera explicó la voz que antes había muy encarecido, que los dejó de
exasperadores, miramos por la mirada del otro, nos contagiamos
miméticamente de ella, copiamos y borramos las huellas, unos nos
isomorfizamos en unas relaciones gemelares y a la vez victimadoras de los
otros. ¡Cuán difícil es el desarraigo de los propios totemismos! En lugar de
elegir modelos que no conlleven rivalidades y sistemas de inhibición, todos
pasamos a ser víctimas estereotipadas de todos. ¿Qué tienen de
verdaderamente común y pacificado, así las cosas, los eternos discursos de
frontera contra frontera, qué comunidad existe entre países como: Puerto Rico,
Estado “libre asociado” de USA, que a cambio de su cheque gana presencia
imperial en la zona; Haití, que vive en guerra tribal permanente y donde la
política de tierra calcinada se sucede en cada des-Gobierno; Argentina, con
su pretendida grandeur, especialmente entre los porteños, incapaces de
aceptar la humillante derrota a la que les ha llevado su propio narcisismo; Los
Estados Unidos de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los otros Estados
Unidos USA, donde la violencia asfixia cualquier convivencia y el vivir se
convierte en un sobrevivir, que a su vez degenera en un vivir sobre; Paraguay,
tan modesto, sencillo, amable y eco lógico como corrupto hasta los niveles
más exasperantes, al caberle el dudoso honor de estar entre los cincos países
más corruptos del corruptísimo planeta; Brasil, todo un subcontinente más
africano que latino, donde los niños de la calle terminan siendo más de la
calle que niños; Cuba, un pretendido paraíso en la tierra con formato de
dictadura, eternamente clausurado hacia dentro y penosamente dolarizado
hacia fuera, etc”[66].
VOCABULARIO
[3]
Cf. A. SAMUEL, Las religiones en nuestro tiempo, Verbo Divino, Estella 1989, 28-30.
[4]
Cf. P. MÉRAND, La Vie Quotidienne en Afrique Noire, París 1989
[5]
Planta gramínea de origen asiático, que puede tener tallos de hasta un metro de altura.
Sus hojas son planas y puntiagudas, con flores en panojas terminales y espigas que
contienen un grano redondo, pequeño y amarillento.
[6]
Cf. G. GONZÁLEZ CALVO, Simbolismo, ritmo, esencia, Mundo Negro, Julio-Agosto
2000, 39-44.
[7]
Planta herbácea de la familia de las dioscoráceas, originaria de los países tropicales,
cuyo tubérculo, parecido a la batata ,es comestible.
[8]
Cf. P. SCHMIDT-LEUKEL, Las religiones y la comida, Ariel, Barcelona 2002, 25-27
[9]
Arte que procura aumentar la capacidad y alcance de la memoria, por medio del cual se
forma una memoria artificial.
[10]
Cf. J. M. GONZALEZ RUIZ, Los santos que nunca serán canonizados, Planeta,
Barcelona 1979, 103-105.
[11]
Cf. É. GONDINET, Juan De la Cruz, el poeta de la noche, 2000 años de Cristianismo
Nº 6, Ediciones Sedmay, Madrid 1979, 38-42
[12]
Cf. H. TÜCHLE, Nueva Historia de la Iglesia, Cristiandad, Madrid 1987, 289-290.
[13]
El Consejo Supremo y Real de Indias, Islas y Tierra Firme, fue fundado en 1511 y
reformado más tarde por Carlos V, en 1524. Estaba compuesto, básicamente por un
Presidente, un Gran Canciller, doce consejeros, el personal subalterno habitual y algunos
puestos específicos de este Consejo de Indias, como el de Cronista oficial de Indias,
Cosmógrafo y un oidor de la Casa de Contratación -que era también Superintendente de la
Recopilación de las Leyes de Indias-, con cuatro oficiales.
En cuanto a sus competencias, tenía suprema jurisdicción en todo lo relativo a mar y tierra
del Nuevo Mundo, en lo militar y lo político, en la paz y en la guerra, en lo civil y criminal;
supervisaba el funcionamiento de la Casa de Contratación de Indias, en Sevilla; proponía los
puestos de virreyes, generales de armadas y flotas, arzobispados y obispados en Indias;
entendía también en algunos pleitos de justicia.
[14]
Esta isla que se ubica al sur de la isla de Margarita y al oeste de Coche, constituyó la
primera ciudad venezolana fundada por los españoles. Este asentamiento llamado
originalmente Nueva Cádiz, fue destruido por un maremoto en 1541.Los colonizadores se
instalaron en la zona para poner en marcha un centro de explotación perlera, el cual se
convirtió en su momento en el primero en importancia de América del Sur.
[15]
OTTE, E., Las perlas del Caribe: Nueva Cádiz de Cubagua. Caracas: Fundación John
Boulton, 1977, 25
[16]
Cf. J. H. ELLIOTT, Europa/América. Relaciones entre los pueblos, El País, Madrid
1992
[17]
Cf. B. DE LAS CASAS, Obras Completas, Fundación Bartolomñé de Las Casas-Alianza
Editorial, Madrid 1992
[18]
Catecismo de la Iglesia Católica, Nº 2115
[19]
CONCILIO VATICANO II, Lumen Pentium, 51
[20]
Ibid., 49
[21]
Ibid., 50
[22]
Cf. A. A. V. V., La América precolombina, en Los grandes Imperios y Civilizaciones,
Madrid 1985, 10-17.
[23]Teotihuacan, también llamada “Ciudad de los dioses”’, está situada al noreste del valle de
México, fue uno de los centros ceremoniales más importantes de la época. Esta ciudad fue
durante algunos siglos la metrópoli religiosa de Mesoamérica. Es asombroso el adelanto
urbanístico que se observa: Los ríos estaban perfectamente acanalados, así como las calles
avenidas trazadas en ángulo recto y respetando a orientación inicial dada por la pirámide del
sol, cuya fachada principal mira exactamente hacia el oeste el día en que el sol pasa por el
cenit en esta ciudad.
[24]
Farmacopea: Libro en que se expresan las substancias medicinales que se usan más
comúnmente
[25]
Fray Bartolomé de las Casas en su libro Historia General de las Indias relata que en el
año de 1508 quedaban unos 60.000 taínos en isla de La Española. Para 1531 la explotación
y las enfermedades habían reducido el número a 600.
[26]
Casabe: Pez del mar de las Antillas, que tiene un palmo de largo y forma media luna; es
de color amarillento y no tiene escamas.
[27]
El Popol Vuh, Las antiguas Historias del Quiché, es el libro sagrado de los indios
quichés que habitaban en la zona de Guatemala. Se explicaba en él el origen del mundo y de
los indios mayas. También se relataba la historia de todos los soberanos. Se puede señalar
que hay allí una conjunción de religión, mitología, historia, costumbres y leyendas. Es
esencialmente una descripción del conjunto de tradiciones mayas de quienes habitaban la
región guatemalteca; pero también aparecen agregadas algunas ideas cristianas, lo que hace
suponer que el autor conocía a misioneros católicos. No se conoce el nombre del autor
pero por datos sacados del contenido de la obra, se supone que ha sido escrito hacia 1544.
Fue escrito originalmente en piel de venado, posteriormente trascripto en 1542 al latín por
Fray Alonso del Portillo de Noreña. La versión española fue realizada sobre este último
texto en el siglo XVIII (1701) por el fraile dominico Francisco Ximénez que se había
establecido en Santo Tomás Chichicastenango. Y "Popol Vuh" lo llamó un estudioso de
temas americanistas, que en el siglo XIX lo tradujo al francés, Charles Etienne Brasseur de
Bourbourg.
[28]
Cf. J. W. FEWKES, Arte y Mitología de los indios tainos de las Antillas Mayores,
Ediciones Cemi, San Juan 1979 (Puerto Rico)
[29]
Cf. C. DÍAZ, Didáctica de las grandes religiones de Occidente, Madrid 2002, 137-
140
[30]
Pueblo de raza siberiana, que habita desde Yenisei hasta el Pacífico y por el norte de
China
[31]
Cf. M. ELIADE -. I. P. COULIANO, Diccionario de las religiones, Círculo de Lectores,
Barcelona 1997
[32]
Enteógeno: neologismo acuñado en el año 1979 por parte de un equipo de
investigadores para referirse a aquellas substancias, prácticamente siempre de origen
vegetal, de consumo habitual entre los pueblos primitivos antiguos y contemporáneos, y que
son utilizadas para ponerse en contacto experiencial con sus divinidades, sea cual fuere la
ideación cultural de este término. Llamar "alucinógenos", como suele hacerse, a estas
substancias elimina todo el sentido sacro que tiene tal uso. Durante toda la historia de la
humanidad se ha consumido enteógenos con una actitud de profundo respeto y con la
finalidad de autoinducirse estados de éxtasis que permitieran al ser humano el contacto con
aquello que de profundo, tenemos, es decir lo que se condensa en la categoría arquetípica
de "divinidad". Enteógeno es un término que proviene de la raíz griega theos con un prefijo
que viene a significar "dios dentro de mí" y es, desde todos los puntos de vista, un concepto
más adecuado para referirse a estas substancias que cualquier otro de los términos
propuestos hasta ahora (psicodélicos, psicotomiméticos, psiquodélicos, psicodislépticos o
alucinógenos).
[33]
Cf. I. ZABALETA, Sincretismo religioso, o. c., 104-115
[34]
Cf. I. ZABALETA, Sincretismo religioso, o. c., 152-157
[35]
Cf. C. BISHOP, Sexo y Espíritu, Círculo de Lectores, Barcelona 1996
[36]
Cf. J. L. BARCELÓ, Magia negra en el siglo XX, Editorial Planeta, Barcelona 1976
[37]
Cf. M. CARNEVACCI, Sincretismos, Studio Nobel, São Paulo 1996
[38]
Cf. R., BASTIDE, As religiões africanas no Brasil, Pioneira, São Paulo 1960
[39]
Cf. J. L. CORTÉS LÓPEZ, Pueblos y culturas de África, Editorial Mundo Negro,
Madrid 2001
[40]
S. FIGUEIREDO FERRETI, Repensando o sincretismo,: EDUSP, São Paulo 1995
[41]
Cf. R. LAURA SEGATO, Estado y Sociedad en el Brasil a la luz de un discurso
religioso afro-brasileiro, Anuario Antropologico/132. Brasilia/Rio de Janeiro,
Ed.UnB/Tempo Brasileiro, 1992
[42]
Cf. D. T. MOORE, La Santeria, Una religión de adivinación, Magia y Sacrificio de
animales, Junta de Misiones Norteamericanas de la Convención Bautista del Sur,
Alpharetta, Georgia, 2001
[43]
R. SEGATO, The Gender Factor in the Yoruba Transnational Religious World,
Conferencia Internacional de Académicos de las Ciencias Sociales en Estudios de Religión,
Houston (Texas) 2000
[44]
Cf. A. FRIGERIO, Umbanda, Journal Afro Umbandista, vol. 11,Buenos Aires
(Argentina) 2001
[45]
Cf. A. CECILIA FERNÁNDEZ, Las Religiones Afrobrasileñas como Cultos de
Liberación, Sociedad y Religión en el tercer milenio, Facultad de Filosofía y Letras.
Universidad de Buenos Aires 2000
[46] L. C. SFORZA, Ciencia y Tecnología, La Vanguardia, Barcelona, 22-5-1993.
[a. Así, las diferencias de los individuos se deben en parte a los genes y en
parte al ambiente en que desarrollan su vida, la cultura y las condiciones
socioeconómicas. El ser humano se desarrolló en climas calurosos y mucho
después, 30.000 0 40.000 años, fue a otras tierras. En ellas cambió, tuvo que
adaptarse al frío. La adaptación al clima es lo que ha determinado las
diferencias que hoy vemos entre las distintas personas. Nos estamos
refiriendo, naturalmente, no al ser humano de hace millones de años, sino al
más parecido a nosotros, al que solemos llamar ].
[47]
Cf. J. G. FRACER, La rama dorada, Magia y Religión, México 1981.
[48]
Cf. E. DURKHEIM, Las formas elementales de la vida religiosa, Buenos Aires 1968
[49]
Cf. A. SAMUEL, Las religiones en nuestro tiempo, o. c. 25-26.
[50]
Cf. I. ZABALETA, Sincretismo religioso, o. c., 104-115.
[51]
Cf. M. GONZÁLEZ-WIPPLER, The Santeria Experience, Llewellyn Publications, St
Paul, Minnesota 1992.
[52]
1 Cr 8, 4-6; 10, 19-20
[53]
Heb 1,1-14; Jn1,18.
[54]
1 Ti 4,1
[55] Ro 12,1-2
[56] 1 Pe 2,18-25
[57]
Lev 20,6; Ex 22,18; Dt 18,10-12; 2 Rey 23,24; Hch 19,19; 1 Jn 5,21; Apoc 22,15
[58]
Ex 23,15; Dt 16,16
[59]
Ex 24,9-11
[60]
He 10,4
[61]
He 9,16-28
[62]
Lc 16,20-31
[63]
2 Cor 5,1-10
[64]
F. SAMPEDRO NIETO, Religiones Americanas, en J. GARCÍA HERNANDO,
Pluralismo religioso en España III, Madrid 1997
[65]
Discurso del Papa Juan Pablo II a los indígenas de Guatemala, 6 de marzo de 1983.
[66]
C. DÍAZ, El don de la razón cordial, Editorial Clie, Viladecavalls (Barcelona) 2007,
63-65