Está en la página 1de 3

Qué y A quién, aspectos fundamentales del hecho escénico

La obra que se produce y el público al que está dirigida tienen una muy estrecha relación,
una correspondencia tan homóloga que de no tomarse en cuenta a la hora de desarrollar un
proyecto teatral se corre el riesgo de comunicar menos de lo que se espera o comunicar un
mensaje diferente con el producto artístico final. Un hecho escénico sólo cumple su objetivo
si se piensa en el público antes y durante su construcción y durante su ejecución.
El vínculo que genera la propiedad más sustancial del teatro es la que se crea entre los
actores y el público. “El teatro (…) no puede existir sin la relación actor-espectador en la que
se establece la comunión perceptual, directa y viva” (Grotowski, 2009, p.4). Así,
refiriéndonos a lo más elemental para la existencia de esta manifestación, tenemos que en
siempre que se exprese habremos de hallar estos dos elementos básicos y su respectiva
interrelación. Por ello es vital pensar en qué se hace y a quién se entrega al momento de
producir un espectáculo teatral.

El Qué
Las motivaciones para embarcarse en la empresa de llevar a cabo una obra de teatro
pueden ser de lo más variadas, desde la propia intuición enigmática del creador o creadores
hasta el objetivo preciso de adoctrinar al público potencial en determinada ideología, en ésta
ya se está tomando en consideración la figura del espectador dentro del proyecto, pero en
aquella no necesariamente, lo cual como mencionamos antes es una imperiosa necesidad para
que la obra posea una dirección y persiga un fin concreto. El Qué se refiere al resultado final
del trabajo que se estime realizar, este resultado es el producto de todos los procesos
involucrados en el hecho escénico en su conjunto y, aunque finalmente se trate de sólo un
producto, éste se puede prever desde dos perspectivas: la artística y la comercial.
El enfoque artístico del proyecto reúne todos los aspectos culturales, sociales, ideológicos,
éticos, políticos, etcétera, que determinan la obra. En el enfoque comercial están involucrados
los aspectos de venta y difusión de la obra como producto y está más asociado con el público,
como veremos más adelante. Sin embargo, es lo artístico lo que tiene más preponderancia en
el proceso de creación y ejecución de la obra puesto que es suficiente para cumplir con el
carácter esencial del hecho escénico; lo que hace del teatro, teatro.

El A quién

1
Existen muchas formas de enfocarse en el público objetivo, éstas pueden clasificarse en
dos variantes que se corresponden con las perspectivas de previsión del producto teatral. La
primera variante, la artística, trata de pensar en el público ponderando los efectos que puedan
causarle la obra, evaluando sus necesidades culturales y proponiéndole formas espectaculares
como vehículos artísticos. La segunda variante, la comercial, está asociada al entretenimiento
y trata de ver al público como consumidor del producto y de avocarse a que el desarrollo de
éste se forje en función de crear su demanda. Ambas variantes deben estar debidamente
balanceadas, para ello el equipo creativo y el equipo de producción, independientemente de
que las funciones de ambos puedan ser realizadas por las mismas personas, deben ejecutar
sus tareas con la efectiva eficiencia del caso.

Variante artística.
Es aquí donde se aprecian las formas más genuinas y misteriosas de pensar en el público,
aquellas donde aflora todo el valor de la creación y la necesidad de ser compartida por parte
de los creadores. Las necesidades mediatas del público como actores sociales son las que se
abordan aquí, las que se cubren con la magia que se crea con la experiencia vívida del hecho
escénico. Está asociada con fines comunicativos más esclarecidos como los temas educativos,
las instrucciones morales o las agitaciones políticas. Es muy difícil prescindir de esta variante
porque siempre, de alguna manera u otra, se piensa en la expectativa que el público tiene del
producto pero, de no ser tomada lo suficientemente en cuenta, como en determinados
procesos suele ocurrir, probablemente el resultado mengüe la afectación hacia sus receptores
o carezca de ella.

Variante comercial.
Como su nombre lo indica, en esta variante se contempla el aspecto comercial del hecho
escénico el cual es valorado como un mero producto y como tal está obligado a ser víctima de
las mil y un estrategias que se requieran para poder garantizar su consumo, de las cuales se
deriva otro aspecto fundamental del hecho escénico: el Cómo. Está relacionada con el
entretenimiento en tanto que es la forma más inmediata de vincularse con los consumidores
de espectáculos. Es posible prescindir de esta variante pues su ejercicio o no, no afecta la
esencia teatral del hecho escénico, pero siempre que se pretenda considerar un proyecto
teatral una actividad laboral, necesariamente se deberá tener en cuenta pues es la que mediará
su efectividad económica.

2
Vínculo inquebrantable
A pesar de haber abordado independientemente ambos aspectos fundamentales del hecho
escénico, hemos visto que su relación es directa. Es imposible definir un aspecto sin tener en
cuenta el otro, definir el Qué sin pensar el A quién, pues, por su naturaleza misma, el teatro
como espectáculo requiere para su existencia la presencia de público. De no existir público
no habrá hecho escénico, por lo tanto la evaluación del A quién será intrínseca a la definición
del Qué, estará sujeta a ésta y le será imprescindible.
De esta manera, afrontar la aventura de crear un espectáculo teatral conlleva consigo la
necesidad ineludible de pensar en el producto a la vez que en su consumidor, en el
espectáculo a le vez que en su espectador, en la obra a la vez que en su público, en el qué a la
vez que en el a quién.

También podría gustarte