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Desafíos educativos y el pensamiento

complejo
Por Yatzely Hernández Pastor

Diplomado en Dirección de Proyectos. 15 de mayo de 2020


La obra científica, como una sinfonía, exige
muchos instrumentos, los cuales tocan su
propia partitura, pero tocan un mismo
concierto si actúan, precisamente, de esta
manera, es decir, a su tiempo y afinados,
juntos y en armonía, para oír y transfigurar
una misma cosa: una orquesta, la música;
en nuestro caso, un texto histórico fruto del
diálogo entre varias disciplinas, y en el
quehacer social en general, la realidad.
Andrés Aubry (2011, 70)

Introducción

Abrir un escrito con un epígrafe, más allá del aspecto literario que pueda otorgarle
al texto, parece un recurso revelador acerca de lo que Carmen de la Peza (1999)
denomina polifonía de voces: esa diversidad de sujetos, saberes, métodos que
aparecen en escena a pesar que haya un solo enunciante. Y la anterior idea es
precisamente de lo que trata el epígrafe, lo que a su vez da cuenta del principio de
recursividad propuesto por Morin y lo describe en la siguiente imagen, “el mundo
está en el interior de nuestro espíritu, el cual está en el interior del mundo” (p. 42).

En el presente texto se lleva a cabo un ejercicio de reflexión, acerca del proyecto


educativo del Tecnológico Universitario del Valle de Chalco, a la luz del
pensamiento complejo, propuesta metodológica de Edgar Morin (1990) para
posicionarnos desde cualquier rol, frente a la realidad. Esta reflexión parte del doble
papel que juego: docente y alumna, pues es justamente este doble papel el que da
cuenta de un pensar complejamente. De tal modo, en ciertos pasajes hago uso de
mi breve experiencia en esta institución educativa.

En un primer momento se plantean las problemáticas que pueden generarse por


aquello que Morin llama la hiperespecialización y que recurrentemente se da en la
educación formal contemporánea, en nuestros centros educativos: las
universidades. Esto bajo la lupa del método científico como garantía de acceso a la
verdad.

Después se habla del TUVCH y su modelo educativo adherido al Sistema


Universitario Jesuita, en donde retoman la propuesta de “no formar a los mejores
del mundo, sino a los mejores para el mundo”. Es decir, no basta con formar
científicos de alto impacto en el laboratorio/escritorio si no de formar profesionales
que cuenten con una mirada interdisciplinaria, humanista y crítica, los profesionistas
que el mundo actual necesita.

Finalmente se analizan algunos desafíos educativos que se presentan en un


contexto caracterizado por acelerados avances tecnológicos. Actualmente existe
una encrucijada sobre la medida en que se puede y quiere incorporar las
tecnologías digitales, las inteligencias artificiales a nuestras vidas; ¿hasta qué punto
es posible incorporar un aprendizaje virtual en un contexto como el de la zona
oriente del Valle de México? Se analizará la pertinencia del pensamiento complejo
como metodología.

Las universidades y la hiperespecialización

Aunque en América Latina tiene menos de un siglo la aparición de las primeras


experiencias de postgrado, es asombroso como han ido cobrando terreno los
modelos educativos que hiperespecializan a la vez que fragmentan, como afirma
Morin (1999):

“Mientras los medios producen la cretinización vulgar, la Universidad


produce la cretinización de alto nivel. La metodología dominante produce
oscurantismo porque no hay más asociación entre los elementos
disjuntos del saber y, por lo tanto, tampoco posibilidad de engranarlos y
de reflexionar sobre ellos.” (p.16)

En «El desafío de la globalidad» (1993), Morin propone la cretinización como un


resultado inevitable de la ‘falsa racionalidad’ con la que nos educan en la
universidad, lo que implica no pensar con claridad, comprender y reflexionar. Es
importante que seamos capaces de asumir esto como una problemática más que
como afrenta, porque ese sería nuestro punto de partida para dar paso a una
metamorfosis académica que modifique positivamente nuestra realidad.

Veamos un ejemplo específico, ¿qué pasa con un proyecto diseñado por grandes
ingenieros hidráulicos para renovar tramos de drenaje, en un sitio donde hay
población “paracaidista”? El ingeniero pensó que, dada la ilegalidad de la vivienda
de esas familias, sería muy fácil desalojarlas, o peor aún, no evaluó bien su campo
de trabajo y desconocía de la existencia de estas viviendas. La educación actual
tiende hacia esa gran especialización y con esto se clausura la posibilidad de estar
preparados para intentar comprender la complejidad del mundo, un mundo del cual
(por su puesto) son parte.
Lo anterior es resultado de lo que “nuestra civilización y, […] nuestra enseñanza
privilegiaron, la separación en detrimento de la unión, el análisis en detrimento de
la síntesis” (Morin, 2007, p. 26). Difícilmente en las universidades se enseña a
trabajar con y pensar desde otras disciplinas; en cambio, vemos el auge de grandes
ciencias encapsuladas.

Por otro lado, una problemática más de las universidades es que progresivamente
se convierten en un mero instrumento para hacer profesionistas exprés, un ejemplo
de lo que produce el “paradigma de simplificación”, que se basa en los principios de
disyunción, reducción, abstracción. Este principio busca tras la complejidad un
orden simple y lógico, pero en este proceso quita muchos aspectos de la realidad.
Y ahí es donde tenemos universidades que trabajan con ciencias que producen
tanto conocimiento como errores profundos sin que nos damos cuenta de ellos.

Por último, ha cobrado gran importancia la creencia de la universidad como la


panacea para el remedio de los males. Y, desde luego que la universidad es una
institución agente de cambio social; sin embargo, tal cual se ha llevado, tiende a
posicionarnos en “la prehistoria del espíritu humano” (p. 19). Aparentemente el
método científico, con verificación empírica y lógica nos ayudan a aprehender el
mundo, somos efectivamente ignorantes antes la realidad que nos rodea. La
principal razón es el rechazo del sujeto a interferir en los fenómenos.

El sujeto, rechazado por la ciencia, se incorporó en la metafísica, la moral y la


ideología. Se lo concibió la subjetividad, contraria a la realidad objetiva: se degrada
al sujeto como parte de la perfección del método científico. Sin embargo, esto
representa un error “si se dijo respecto de las cuestión ontológica y epistemológica
que la realidad sólo es cognoscible mediante interpretación, y que la interpretación
es reflexiva respecto del contexto y del discurso, entonces los métodos deben incluir
procedimientos que privilegien el conocimiento de los mecanismos interpretativos
que usamos” (Castro, 1999; 60).

El objeto no tiene sentido si no con respecto al sujeto que lo investiga y el sujeto


mismo se define en la delimitación del objeto, ya que las realidades son construidas
socialmente y las interpretaciones dependen de la posición del sujeto como parte
de esa realidad, resulta imposible conocer todo y mirarlo desde lo lejos, pero como
dice Geertz (1987) “no es necesario saberlo todo para comprenderlo algo”.

El mundo está cambiando, las universidades también deben replantearse y cambiar


para que estas puedan cambiar al mundo.
Modelo educativo del TUVCH

El modelo educativo del TUVCH es entendido como una educación práctico-teórica,


situada y comprometida que, apuesta por la valorización del Técnico Superior
Universitario, con un esquema principalmente práctico y con el compromiso, no solo
desarrollar competencias adaptables al mundo actual, si no “el formar seres
humanos integrales que sean conscientes, y participen comprometidos en causas
e iniciativas que busquen transformar su entorno en favor de los excluidos y
oprimidos”.1

En este modelo se logran vislumbrar dos características importantes: la


interdisciplinaridad y la orientación humanista; en donde una hace a la otra y
viceversa. De acuerdo al Sistema Universitario Jesuita, del cual es parte el TUVCH,
la “universidad jesuita debe estar fuertemente orientada hacia la formación e
investigación interdisciplinar seria” (Fernández, p.22). En el texto «Universidades
para el mundo» se hace énfasis en una universidad entendida en su responsabilidad
social que conlleve a una revolución paradigmática.

En este sentido, el TUVCH tiene un gran reto de partida por cumplir, a la vez que
debe ser capaz de entender las transformaciones de la realidad y que su modelo
educativo proceda con base en ello. Dado el contexto social, económico y
demográfico en el que se encuentra la institución, los estudiantes de nuevo ingreso
pueden tener poca claridad a cerca de su vocación, ingresan a las aulas porque se
les dijo que solo así “serían alguien en la vida”, esta aseveración no podría ser más
errónea. Es decir, nos encontramos no solo con desafíos de aprendizajes, sino
también vocacionales y espirituales. De ahí la gran tarea por cumplir; a esos
alumnos no se les dijo en sus anteriores centros educativos, desde la educación
elemental, que ya eran “alguien”.

A través de planes de estudio integrales, el Tecnológico va en busca de este


pensamiento complejo; áreas como la de reflexión universitaria, la catedra Ignacio
Ellacuría, proyectos y demás buscan responder a las necesidades no solo locales
(menor índice de marginación, por ejemplo) si no globales (deterioro ambiental, por
citar una). Las premisas del TUVCH son: acceso, ecología de saberes,
investigación-acción y excelencia académica.2

Es necesario que se garantice el acceso a la educación superior en México porque


definitivamente esto contribuye a la movilidad social; para lograr un impacto en el

1
Tomado del “Comunicado Oficial No. 3” del TUVCH.
2
Tomado del “Comunicado Oficial No. 3” del TUVCH.
entorno es necesario que los profesionistas tengas las herramientas para insertarse
en el sector productivo; la investigación acción es parte de fundamental en el
proceso educativo para que los profesionistas papel su realidad y la complejidad de
los problemas desde su formación y no una vez concluida esta; y la excelencia
académica

No es fortuita la ubicación del TUVCH, esta tiene que ver con el ideario jesuita de
llevar la educación a los sitios menos favorecidos. Las características de la
población a la que está dirigido, los jóvenes, “se mezclan entre los que estudian y
trabajan, los que pertenecen a alguna tribu urbana con los que provienen de un
sector rural, los que crecen en las calles en la convivencia de las bandas”.

Al respecto, me situaré en el texto para narrar un episodio en el aula: el tema de la


clase versaba sobre otredad, un alumno tuvo una participación en donde hacia una
interpretación de este concepto en su cotidianidad; narró su cercanía con grupos
delictivos su localidad, dijo que los conocía y mantenía una relación estrecha con
ellos a pesar que delinquieran: desde el asalto hasta la violación. Justificó lo anterior
diciendo que era su forma de ser y él no era nadie para juzgarlos. Entre los
estudiantes se abrió un acalorado debate sobre el posicionamiento del joven. Hacia
el final del ciclo, el posicionamiento de este estudiante cambió: al reflexionar sobre
la difícil realidad de sus amigos comentó que eso no justificaba su estilo de vida, y
concluyó que una de las razones para estudiar era porque quería ayudar a cambiar
las realidades de jóvenes como sus amigos.

Me parece que justo en relatos como este es en donde se revela la urgencia que la
universidad no solo tiene que formar excelentes técnicos, si no promover la reflexión
y espíritu de los sujetos que se están formando. Esta es una de las grandes tareas
del TUVCH y su modelo educativo.

Desafíos educativos ante la nueva era

El pensamiento complejo es una metodología porque propone el camino a seguir


para conocer los fenómenos. Este camino es uno que abraza la realidad en su
“totalidad”. Actualmente, todos los desarrollos técnicos no ayudan en resolver los
problemas, porque nuestro pensamiento consciente se encuentra todavía al
comienzo. El pensamiento complejo sería la forma más natural para acceder-
aprehender la realidad. Para pensar la complejidad Morin propone tres principios
que ayudan en la tarea: principio dialógico, el principio de recursividad
organizacional y el principio hologramático.
En la visión dialógica que construye la verdad a través del diálogo. Esta interacción
se caracteriza porque contempla o propicia la posibilidad de discusión y por la
relación de igualdad entre los que dialogan. El pensamiento dialógico se relaciona
con el complejo debido a que “une dos principios o nociones que deberían excluirse
entre sí pero que son indisociables en una misma realidad” (Morin, 2011).

El principio hologramático se inspira “en el holograma, en el que cada punto


contiene la casi totalidad de la información del objeto que representa” (Morin, 2011,
p. 99) y se presenta como el punto medio entre el holismo y al reduccionismo. El
holismo se postula como una posición metodológica y epistemológica que estudia
el objeto (organismo o fenómeno) no como la suma de las partes sino como una
totalidad organizada, de modo que es el “todo” lo que permite distinguir y
comprender sus “partes”. Por otro lado, el reduccionismo es lo opuesto; ya que,
tiende a explicar la realidad por sólo uno de los elementos e ignora el resto.

Para Morin (2011), la recursividad es uno de “los modos de pensar que […]
permitirían concebir que una misma cosa pueda ser causada y causante, ayudada
y ayudantes, mediata e inmediata” (p. 28). Es decir, la realidad se vuelve una
cadena en que se necesita una causa para que exista un efecto. Pero como el
fenómeno es cíclico, el efecto es ahora la causa, y así sucesivamente. Desde el
pensamiento complejo, esta reiteración de eventos enfatiza la noción de que tanto
los fenómenos como los organismos están unidos y son recíprocamente
influenciados.

Bien, una forma de pensar estos principios, que hasta ahora nos presuponen teoría,
es a la luz de nuestra realidad, en este caso, la educación contemporánea:

a) El principio holográmatico permitirá al docente explicar las relaciones entre


los fenómenos y los objetos. En aula, se pueden desarrollar actividades
académicas que le permitan al estudiante relacionar lo que está estudiando
con su realidad local o investigar los problemas que aquejan a su localidad y
reflexionar al respecto.
b) El principio de recursividad se da en el momento que el estudiante brinda
retroalimentación, con ellos, la universidad se reforma, el estudiante participa
en el nuevo proceso académico y vuelve a reaccionar.
c) El principio dialógico, este se promoverá desde la aceptación de con-
cepciones contradictorias para el estudio de un mismo fenómeno u
organismo. Esta dualidad de nociones ocurre en su mayoría con elementos
asociados al hombre, como por ejemplo los conceptos de especie y sociedad
o vida y muerte: no existe uno sin el otro.
Superar las barreras de una visión reduccionista, a través del pensamiento
complejo, es el objetivo primordial de esta obra de Edgar Morin. Ese pensamiento
complejo es una forma de rechazar la simplificación que hacemos ante los hechos
y el conocimiento. Pensar de forma compleja es entender que tanto el caos como el
orden se necesitan, tanto lo biológico como lo cultural forma parte de nuestro ser y
viceversa.

Es menesteroso perder el miedo a las contradicciones, al caos, a la pérdida del


orden, sin llegar a relativismos ni a dogmatismos: este es el gran desafío del
pensamiento complejo, no cruzar esa delgada línea. El pensamiento complejo se
hermana con el pensamiento crítico haciéndonos dudar de las verdades absolutas,
de las creencias ciegas y de las opiniones cargadas de prejuicios. Esta obra provoca
que nos replanteemos nuestras propias visiones del mundo y nos compele a ser
más humildes ante lo que sabemos y desconocemos.

Para cerrar, a raíz de esa deficiencia académica, nace la dificultad de comprender


y poner en práctica el pensamiento complejo en el sistema escolar; se necesita de
vinculación, de síntesis, de unión, y de combinación de lo estudiado con el entorno
y con otros saberes, hasta que seamos capaces de asumir un complejo mundo lleno
de colores.
Bibliografía

Aubry, Andrés (2011). “Otro modo de hacer ciencia. Miseria y rebeldía de las
ciencias sociales”. En Baronnet, Mora Bayo, Stahler-Sholk (Coord.) Luchas muy
otras. Zapatismo y atonomía en las comunidades indígenas de Chiapas. UAM-X,
CIESAS, UNACH, México.

De la Peza, Carmen (1999). “Algunas consideraciones sobre el sujeto y el lenguaje”.


Caleidoscopio de subjetividades. UAM-X. México.

Fernández, Fernando (2010). (Coord). “Universidades para el mundo”, México, Ed.


Sistema Universitario Jesuita.

Morin, Edgar (2011) "El paradigma de complejidad". Introducción al pensamiento


complejo, Gedisa Editoria, España.

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