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GÁLATAS
GÁLATAS
CAPÍTULO 2
En este capítulo, Pablo relata que habían falsos hermanos introducidos entre los creyentes:
los judaizantes, quienes pretendían pervertir el evangelio a través de observancias a la
Ley. Por ejemplo, hablaban a favor de la circuncisión, anunciando que para poder ser
salvos, los creyentes debían circuncidarse. Pablo entonces explica que somos libres de la
esclavitud de la Ley, que no estamos obligados a cumplirla. Somos salvos por seguir a
Cristo únicamente por fe.
Pedro actuó con cobardía delante de los judíos que llegaron a Antioquía, pues antes de su
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llegada comía con los gentiles, y luego se apartaba de ellos por miedo a ser juzgado “por
Pá gina
CAPÍTULO 3
Este capítulo presenta el contraste entre la ley y la fe. Pablo cita a Abraham porque los
judíos lo consideraban como su padre y la fuente de todas las bendiciones espirituales que
recibían. Creían que el mero hecho de ser descendientes de Abraham los justificaba ante
Dios. Pablo expone que Abraham agradaba a Dios por su fe, y no por obras de la Ley, ya
que ésta no existía en esa época sino que fue dada por Dios 430 años después.
“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia”. (Gálatas 3:6)
La fe en Dios salvó a Abraham. La Ley condena, porque nadie la puede cumplir
completamente ni en forma continua. Cristo al morir en la cruz nos liberó, haciendo lo que
nosotros no podíamos hacer por nosotros mismos. Y removió la maldición que pesaba
sobre su pueblo a causa de la desobediencia de la Ley, redimiéndonos y justificándonos al
aceptar a Jesús. Además Pablo dejó claro que la promesa de Dios a Abraham se cumple en
Cristo, no en la Ley. La intención de la Ley era la revelación el pecado, no la justificación, y
también la incapacidad para salvarnos nosotros mismos. La Ley fue revelada por medio de
ángeles a Moisés, en contraste con la promesa que fue revelada por Dios a Abraham (“en
ti serán benditas todas las familias de la tierra”). Este última es superior a la primera. A la vez
son complementarias: la Ley demandaba justicia, pero era incapaz de proveerla. Su función
fue preparar el camino al hacer consciente a la gente de sus pecados, y de su necesidad de
un Salvador. Bajo la Ley la persona está en un estado de sujeción e inmadurez, pero bajo en
evangelio nuestra condición es de hijos y herederos.
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CAPÍTULO 4
Pá gina
Pablo, preocupado por los Gálatas, compara la Ley con la Gracia, apelando a la condición
de hijo. Bajo la Ley, la persona es como un heredero durante su minoría de edad, sujeta a
tutores hasta alcanzar la edad requerida. Cuando llega a la adultez es el período de Gracia.
Pablo declara que regresar al legalismo, es decir, a una religión que exige “hacer algo”, no
sería mejor que volver a la adoración pagana, a la cual pertenecían antes de Cristo.
Reafirma el concepto que la Ley trae esclavitud, en cambio Cristo trae libertad.
Además, Pablo explica el Nuevo Pacto y el Antiguo Pacto con una alegoría: Sara versus
Agar, cada una con su hijo, respectivamente. Isaac concebido por gracia, es el hijo del
Espíritu. Ismael es el hijo legal, concebido según la carne.
CAPÍTULO 5
En este capítulo, Pablo explica la aplicación práctica del evangelio exhortando a los gálatas
a usar su libertad cristiana apropiadamente, es decir, deben mantenerse firmes en ella
sirviéndose unos a otros y guardarse de ejercer ningún tipo de violencia.
El Espíritu y la carne son diametralmente opuestos, como se evidencia por las “obras” y el
“fruto”. También explica acerca del arrepentimiento en forma metafórica, como una
crucifixión de la vieja vida de pecado, al dejarla atrás de manera completa y definitiva.
Con la ayuda del Espíritu Santo, no se satisfacen los apetitos carnales, sino que el cuerpo
es controlado: la vieja naturaleza se encuentra siempre al lado de la nueva, por lo que el
trabajo de dominarla es permanente. Y es posible por el Espíritu que mora en nosotros.
Sólo Dios es quien produce nuestra santificación, cuando somos guiados por el Espíritu
Santo. No agradamos a Dios por nuestro esfuerzo humano, sino por nuestra fe que
posibilita nuestra conversión.
Pablo nombra las obras de la carne, enumerando una lista de pecados, y el fruto del
Espíritu. Éste último lo explica como estar muerto al pecado, por eso se expresa en
singular, es decir como un todo, y se logra por “andar en el Espíritu”. Esta expresión alude
a seguir la ruta marcada por el Espíritu Santo.
CAPÍTULO 6
Este capítulo explica cómo tratar a los hermanos cristianos que pecan, sobrellevando unos
las cargas de otros, cumpliendo así la ley de Cristo. Jesús nos manda a restaurar al
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hermano con amor y humildad, comprendiendo que ese hermano tiene alguna carga que
Pá gina
encuentre en pecado, sin altivez, sabiendo que nosotros también podemos ser tentados.
Pá gina
- Emplear las enseñanzas de Jesús como norma para la autocrítica, no para criticar a
otros.