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A Carmen, con la ternura de siempre,
y al amigo que nació de una guitarra:
José María Toj.
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La primera lluvia (a Yamila)
4
Siete
5
El arcano inadvertido
6
Agua para dos-si mueve molino
Versos a la roca,
último canal de la utopía.
Venga el tiempo en que se eviten las molestias de quitarse los ojos
para ver lo que no existe,
dejen a la suerte con su tos perruna,
no hay dinero que salve un pulmón olvidado
ni penas tan crueles como quieras tú.
Somos la generación que le hizo alergia al teque,
niños que mojaron los pañales con un jab en la conciencia de vivir tan
borrachos.
Ya no más ese cuento de amor al extranjero
ni putas eléctricas para el viejo estrés;
no hay cigüeñas que puedan con dos,
mucho menos contigo.
Duerme,
cámbiale el casete a tu memoria;
vamos por las calles del futuro y luego quédate despierto en lo que puedes.
Sueña,
dale luz de comer a tus ganas;
salta hasta las nubes sin control remoto,
bríndale tu sexo al paradiso.
No hace falta que vueles para ser maricón.
Cada noche es más triste el cigarro apagado,
y esa mesa que espera cenizas de pan;
basta de rodillas contemplando al mundo.
Vive.
Ese pedo mortal que hoy dilata la cena,
no tiene por qué ser la muerte.
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Apocányce
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A la orilla del Génesis
9
Juramento
10
Sombras en el alma y otras madrugadas
11
Diario de nube
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¿Qué hago con Santiago?
Atarde-siéndote,
como has visto supongo compongo
más allá de quién vibra en el miedo
las palabras de ayer ya no fueron tan buenas;
qué hay de malo en no ser.
Unas veces de noche y las otras de nunca,
Por el día tan lejos y hasta siempre mañana.
Como quiera el presente
como dijo el futuro:
el adiós es más triste a tu lado
si una luna te abraza
con el sueño dormido.
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Amarecer
Aquí se van mil versos, mil besos, mil sueños; y otras cosas que no aprenderé
a contar. Aquí se va el amor…
Carmen:
No hay palabra que me saque de esta hora en que me quedo trasnochando con
tus fotos. Huele a teléfono el primer abrazo que te escribo, para cuando
amanezca, la luz de mi camisa no se apague en tu ventana. Llevo el pantalón
de siempre y unas botas que perdieron la razón. El tufo abstemio de mis
drelos, y el hollín de la ternura me consumen. Son las dos en mis nueve, un
país donde no existen los relojes; justo en el instante en que me acerco a los
enigmas, ratos donde te presagio hasta el recuerdo no vivido; vuelven las
palabras a mi lengua infortunada, humilde, pero no miserable. Mezquindad es
el término medio entre noser y el supernada, este poco que comparte los
abrazos dentro de un auricular, jamás huyó a esas tierras donde el miedo
empuja con su mala hostia. Yo no fui aquel niño torpe que se disfrazaba para
no pecar de ingenuo ante la moda, ya no tengo que cagarme en la electrónica,
cuando falto al te quiero más convencional y me descubro olvidado, silvestre,
guajiro; el asceta de todas las ideologías.
Soy el otro viviendo mientras me sucedes como un sueño sin como, de abriles
sin antípodas ni silogismos.
A estas horas me estás, a estas horas me quedas y me salvas, me eres. Sale el
sol y no guardo la luna porque no le temo al miedo. Ya se han ido las sombras,
y amanezco contigo. Siempre, siempre. Nunca solos. Amareciendo.
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Cita con el Río
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Oración del poeta
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en las verdades que se ocultan con el tiempo
y las mentiras que los hombres inventaron para derrotar al miedo
ay señor
ahora estoy solo ahora
permíteme pensar que eres mulata
pido ocultes el rostro a cambio de tus manos antes que me encierren
y esta voz la conviertan en secreto
hágase tu voluntad aquí en la tierra
y no olvides el vicio tendido de los parques
el cielo que se nos escapa
ni estos crueles apagones del alma
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siete verdes razones para un solo arcoiris del color de la ternura (4:07´)
A mi hermano Chema
un día tan temprano como cuando nunca es tarde
porque sabe que la luz se vuelve sombra en los ojos ajenos
a veces…
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Décima Negra
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Des-exilio
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Derechos humanos
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y hay palabras que alimentan el terror
no me iré de este planeta sin amarte
con todas las ganas que son tuyas
si llego a ti
te mostraré la diferencia que existe
entre un beso frutal y una caricia de madera
cuando la noche se transforma en bosque
y los astros nos alumbran con manzanas
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Hacedores de lluvia
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Armonía
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Retrato de un eclipse
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Babel
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Charada
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Siempre hay un árbol que te ve
Mucho tiempo antes de los seres humanos-si es que antes de nosotros hubo
tiempo-, una historia permanece inmaculada en la raíz de la naturaleza. Cada
espíritu grabado entre las piedras, el arcano que es el Mar, los árboles con su
paciencia libre, erigidos sobre la manía de su prolongación magnánima y el
impulso irrevocable hacia el ascenso; nos alumbran el pozo bajo efluvios que
nunca terminan, más allá de la inopia y lo salvaje que arremete contra nuestras
invidencias. Laberinto que fuimos o que somos, si no vuelven al centro
aquellas ganas que se desbordaron, desde el día en que los hombres
decidieron gobernar. A muy pocos se les ocurriera atribuir esos álgidos
conceptos de pensares moralistas, efectistas, humanoides, pleonásticos; en las
afueras de las cosas que creemos (por encima va aquel árbol drogadicto,
esquizofrénico y libidinoso, si no existe el ser humano; pero ojo con la muy
ambición caníbal que mal puede aletargarnos en el mundo de los ciegos), y
otros hondos, o mucho más espirituales si se quiere o se pudiera; aunque a
veces subversivos e invisibles para el agujero de la circunstancia. No sólo
porque alumbren con sus voces raras, sino por la secuela que produce la
nestesia de juzgar lo ajeno con nuestras carencias. Siempre fue temible el
tiempo de morir, enorme, vesánico; digamos que nos sobra, si se quiere
entender que nadie muere así, de golpe, y son los pocos en ristra de vacío los
extraños sinsabores que nos van haciendo menos. Todos estamos actuando e
interactuando en la totalidad del tiempo, nadie sale ni entra de la escena; el
flujo divino de la epifanía que auscultaran grandes sabios como El Avicena, se
focaliza en diminutas formas proyectadas en el chip de nuestro espacio como
eternos gigantomas, no se trata de nuestra necesidad hiperbólica de
adoración, sino por esa urgencia de crecer de la cual estamos hechos, símbolo
que nos reafirma como el único animal que siempre tiene o tuvo hambre.
Las añejas aporías de quien fue primero, el ser o la existencia; son una
confirmación de que tenemos un destino innato hacia la búsqueda. La unión al
Uno, el sentido maternal, lo eterno, el eje místico y sagrado de las almas
inmanentes-trascendentes y trascendentales. Pensemos en aquel impulso si se
quiere infantil pero bendito, de quebrar en los juguetes todo aquello que nos
imposibilita el privilegio de ser uno con lo indisoluble. O esa repetida historia
popularizada, de ir deshaciendo pétalos para saber cuanto hay de cierto en las
pasiones del amante: ¿me quiere o no me quiere? Sí. ¿Me quiere o no me
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quiere? No sé. No pretendo ahora, suscitar en las polémicas mi confusa teoría
del desasosiego, con mi humilde intuición de poeta; antes nos habló Pessoa
con sus miles o incontables heterónimos, mucho antes muchos otros; tocados
por la gracia de la luz, oportúnicos, nutrificantes, infinitos. Sólo que estar vivo
es la razón más grave para comprender que el hombre todo, mujeres y los
otros; renacieron creando sobre lo creado- y no creyendo sobre lo creído-, y
aquí su única forma de salvarse. Si una vez me preguntaran mi utopía del
dilema sobre el huevo y la gallina-una cosa demasiado rara, por demás en
estos tiempos en casi nadie escucha, y cada minuto importa menos la opinión
del niño; entiéndase por él al que no necesita máscaras, juglares, los
desnudos, ingenuos meñiqueros de una gran inteligencia desprovista de
etiquetas y fronteras; esa magia que llega a cuestionar: ¿por qué será que los
adultos lo ven todo tan pequeño?-, diría que ninguno de los dos fue el
fundamento; ambos pervivieron en constante interacción hasta el enigma que
ahora somos. Naciendo/creciendo, muriendo/renaciendo. Marcados por el
siglo, del retorno a las esencias.
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Serenata para el Sol
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Réquiem por el barco (5:12´)
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Tarot
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¿Qué hace falta morir en las hojas para ser el veintiuno cada siempre en tu
ventana?
¿suplicar que hasta el cielo no se llega volando
o el mejor paraíso viaja dentro de ti?
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XXI
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y judas quiera hacerse el iscariote
ya me han puesto la corona de espina
me escupieron sin ser cristo
tasaron mi cuerpo por menos de treinta monedas
y aún así
ya juré por lo que no se jura al padre
si tú regresas
destruyo el templo y lo levanto antes que cante el gallo
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Primera invocación al Dios Poeta
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Del lado que no estoy
Fuimos una gran mentira, mañana no seremos. Fruta hasta más no podrir al
sur de una leyenda; poco menos el polvo que se nos escapa hacia el antro
perdido entre la desmemoria. Almas que envilecen en la hoguera de la
pesadumbre, después de tanto andar sobre el alambre trágico; sin ese azul de
púas que ahora alumbra el pie descalzo para que crucemos.
Ay del chivatismo subconsciente y los canales que subyugan el criterio. Todo
cambia a razón de quienes no callaron esa noche en que el miedo nos pisó la
lengua, se comió el idioma, nos dejó sin padres y tan muertos como el mar
que ya no quiso al pez; y se cansó del Río por herir a la esperanza. Himno de
los peces más humanos.
No arrullo de palomas si planean en la cárcel si gorriones no sacuden la
tristeza entre los charcos, el cielo no es perfecto sin el arco iris y al mundo se
le antoja que con él tampoco.
Sombra que fui ya no soy ni seré bajo el ánima sola de la madrugada, si hubo
luz en mis ojos no la apaga el poder; mucho menos un imperio de esclavitos
sociales o carneros a la carta.
Los pueblos sólo roban lo que estafan sus políticos. El cáncer de la historia,
no se cura con milagros.
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Moalakat
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Grafomanía
Al poeta Valverde Fidel
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Un ensayo es parir al revés. Un ensayo es venirse hasta siempre.
Todo cuento es un rompecabezas.
No te rompas el alma al final.
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pinar del río city (4:39´)
41
amigos que no temen a la muerte
aquí la vida siempre fue un milagro
tan difícil
como renacer
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Clepsidras
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Anaqueles del cielo
Fueron momias y corrían en el parque tras los cinco balazos que encendieron a
Dios.
El ojo de la noche era un banquete prohibido, para suerte de bufones y
rameras.
El absurdo colgado en el viento parecía más lógico de lo normal,
Cayó el ángel, los años y otras cortinas.
Juraban por la santa comunión de los burdeles contra el tedio.
El fin del humo. La gran permuta.
Todas las glorias al Rey.
Sólo el canto fue cruz del azar sin monedas. El azúcar de fuego, aquelarre y
barajas por vivir.
Vuelven a un paso cobarde para los verdugos,
giran por el ruido hasta el desmayo que no se detiene ante la tempestad.
Ángeles guardianes que te abrazan las caderas con locura.
Adiós al juego. Símbolo, misterio, frenesí. Locos detrás de la nada con lágrimas
inertes y pasquines invisibles.
Huyen, danzan y celebran sobre el muro del convento.
Casi en horda
la utopía levitando,
duerme pasajera o frágil, sumergida y anárquica.
Alud sin dueño,
paradoja entre campanas que se mecen en el aire.
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El regreso
El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera
A. MACHADO
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canción para una novia que no espera serenatas pero sí el amor (4:28´)
las cosas que nunca tuve
son tan sencillas como irlas a buscar
P.Milanés
ya no son los tiempos de esperar tras la ventana como cambian de color los
horizontes
ya no son las nubes que tropiezan con la piedra misma
quienes van al mismo corazón de tus balcones
un dos tres balcones
1 2 3 cojones
y otra puede ser la lluvia que tal vez nos deje
tiritantes de angustia y sin motivos para el juego
reglas del pantano muerto
así te arrojo musa
casi cuando el sol me devolvía nuevas
y todos los fantasmas de la aurora comenzaban a temblar sobre tu pintalabios
pidiéndole clemencia a los verdugos que vinieron por mi alma
ya te puedes viajar sin pasaporte al cosmos Soledad
ya te doy la razón de tu causa machista y quimera
di que todas las novias son tuyas
no me importa
di también que mi fe no te alcanza al tobillo ni mierda
ella puede que sueñe con alguien mientras el insomnio me cubre de frío
y hasta puede morir junto al otro cuando es el corazón quien acompaña a
nadie
di que rimo al derecho peor cuando nada es posible
y que todas las cosas no suenan iguales aunque traten de imitarse
tan fatales
tan pobrecitas de azul
cuando el mar agoniza sin novia y los peces ya no hablan de suerte
nadie entenderá por qué mi amor es tuyo y menos hoy mujer
pero te necesito
tanto como juraría si pudiera usted creerme que tan nuestro es el amor
aunque esta vez me sepa a nada
si acaso no me encuentras en las cartas que te escribo
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fue porque salí a buscarte
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