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Bolivia, Sudamérica
En Vallegrande se exhibió el cadáver del Che Guevara.
Una campesina, al igual que mucha gente que vio su cadáver, se echó a llorar.
“Su rostro era como si dijera, yo no estoy muerto”
Al momento de su muerte, una maestra del lugar menciona que su rostro se parecía al de
Cristo cuando ya estaba muerto.
Una señora confesó ser devota del Che Guevara, y dijo arrodillarse ante su imagen y
rezarle.
Otro campesino mencionó que también él como otros campesinos más, le pedían porque
hubiera cosecha y por lluvia.
“…Y no porque te disimulen bajo tierra van a impedir que te encontremos, Che
Comandante, amigo” (Científicos cubanos que te encontramos)
“Tú abriste mis ojos”
“Australia te saluda, Comandante Che”
“Che: No pudieron cerrarte los ojos, por eso eres eterno”
Pierre Kalfon, biógrafo del Che, comenta que fue casi arrinconado a irse de Cuba.
El Che pronunció un discurso antisoviético en Argel, en febrero de 1965, donde puso en
tela de juicio la manera de cómo los países socialistas se negaban en ayudar a los pueblos
que estaban en lucha por su independencia.
Como Europa no simpatizaba con el Che Guevara, eso lo obligó a irse de África (Congo,
África abril de 1965), y después de visitar 8 países africanos, desaparece.
En África no había un movimiento organizado, había hombres idealistas dispersos aquí y
allá, pero más que nada buscaban comida en lugar de libertad.
Estando en Congo, África y en medio de tanto infortunio, le llega una noticia de las más
fuertes de su vida, la muerte de su madre.
Y escribe un poema titulado “La piedra” porque su mamá le había regalado un llavero con
una piedrecita.
Antes de partir al África, el Che le dejó a Fidel Castro una carta de despedida para ser leída
únicamente en caso de que muriese en combate.
Pero el 3 de octubre de 1965, Fidel lee públicamente la carta de despedida que el Che le
había dejado en caso de que muriera, siendo que él sabía perfectamente que el Che no
estaba muerto.
Fragmento de la carta
“Hago formal renuncia de mis cargos en la dirección del Partido, de mi puesto de
Ministro, de mi grado de Comandante, de mi condición de cubano, nada legal me ata a
Cuba, sólo lazos de otra clase que no se pueden romper como los nombramientos…”
Leer esta carta mientras el Che todavía estaba vivo, significó para el Che que ya no podría
regresar a Cuba, y no regresa públicamente, sino clandestinamente.
No tiene contacto con la población, ni con nadie, simplemente va para la montaña de la
cordillera al final del río, donde cita a sus amigos más cercanos.
Iba disfrazado como el viejo Ramón, que ni su hija (entonces una niña pequeña) lo pudo
reconocer. Esa fue la última vez que vio a su papá con vida.
“Yo sentía que se hombre me quería de una manera muy especial” expresó su hija.
Después, el biógrafo del Che Pierre Kalfon, se dirigió a La Paz, Bolivia, al Banco Central
donde tuvieron el privilegio de ver en una de sus bóvedas guardado muy celosamente el
Diario de Ernesto “Che” Guevara, el cual sirvió de guía en esta historia.
7 de noviembre, 1966.
Primera anotación del Che en su diario.
“Hoy comienza una nueva etapa.
Por las noches llegamos a la finca, el viaje fue bastante bueno, luego de entrar
convenientemente disfrazados por Cochabamba”
7 de noviembre de 1966.
“Al seguir hacia la finca, “Bigotes” que acababa de enterarse de mi identidad, casi se va por
un barranco.
Caminamos algo así como 20 km.
“Bigotes” se mostró dispuesto a colaborar con nosotros, haga lo que haga el Partido”
El Partido Comunista Boliviano le ha ofrecido a Fidel todo su apoyo a la guerrilla del Che.
Por otro lado, la Unión Soviética se manifiesta en contra de la lucha armada de
Latinoamérica porque está fuera de su control.
Lo que sucede es que el Partido Comunista Boliviano depende de la Unión Soviética.
El Che nombró al médico 2º Jefe de la guerrilla y el Jefe Político, pero él le dijo que ningún
extranjero podía mandar en la lucha armada de su patria.
El Partido Comunista Boliviano nunca había dado su acuerdo oficial para una guerrilla.
Mario “Monje” Molina exige el mando militar y de la guerrilla y el Che se niega.
Esta impresión de asfixia le permitió al Che tener una especie de familiaridad con la
muerte.
El Che quería terminar su vida en Argentina, pero sentirse libre en América Latina.
Mayo 14, 1967.
“Antes de salir reuní a todo el mundo y les conté de los problemas confrontados,
fundamentalmente el de la comida, haciendo críticas a “Benigno” por comerse una lata y
negarlo, y a “Urbano” por comerse algo a escondidas y a Aniceto por su afán de colaborar
en todo lo que sea comida, y su renuencia a hacerlo cuando se trata de otra cosa”
Él no fue capaz de decir una cosa y hacer otra, era muy honesto.
Siempre decía lo que pensaba.
En una de sus crisis de asma, le llevaron un trozo de carne, pero él no lo quiso porque dijo
que, si no había carne para los demás, él no se la comería.
“El resultado final ha sido hasta ahora 4 muertos, 14 prisioneros sanos y 4 heridos.
Un Mayor y un Capitán prisioneros hablaron como cotorras.
Mandé poner en libertad a los prisioneros”.
Agosto 8, 1967.
“Estamos en una situación difícil.
El “Pacho” se recupera, pero yo soy una piltrafa humana.
Es uno de los momentos en que hay que tomar decisiones grandes, este tipo de lucha nos da
el valor de convertirnos en revolucionarios, pero también nos permite graduarnos de
hombres”.
7 de octubre, 1967.
Última anotación del Che en su diario.
“Se cumplieron los 11 meses de la guerrilla sin complicaciones.
Eran las 12:30, cuando una vieja pastoreando sus chivas entró en el Cañón donde habíamos
acampado”.
Un campesino avisó a militares que había visto a unos hombres en Quebrada del Churo, y
enviaron a unos soldados, así el Che finalmente fue capturado.
“Valgo más vivo que muerto” dijo él.
Más tarde, fue torturado y al final, fusilado.
Fue un gran idealista, héroe, un hombre franco, de gran firmeza, sincero, transparente, un
hombre que traspasó fronteras.