La palabra ingenua es insensata. Una frente lisa indica insensibilidad. El que ríe no ha recibido la terrible noticia. ¿Qué tiempos son estos en los que una conversación sobre árboles es casi un delito porque incluye un callar sobre tantos crímenes? ¿El que va allí tranquilo por la calle no es ya accesible para sus amigos que están en la miseria? Es cierto : yo gano todavía el sustento. Pero creedme, es solamente una casualidad. Nada de lo que hago me da derecho a saciarme. Fortuitamente me he preservado -cuando cese mi suerte estaré perdido-. Se me dice: ¡come y bebe! ¡Está contento porque tienes! Pero ¿cómo puedo comer y beber, cuando arrebato a los hambrientos lo que como y mi vaso de agua falta a un sediento? Y sin embargo, como y bebo. Me gustaría también ser sabio. Los viejos libros dicen qué es ser sabio: mantenerse fuera de las luchas del mundo y nuestro breve tiempo prodigarlo sin miedo. Pasarse sin violencia, pagar el mal con el bien no realizar sus deseos y olvidarlos es tenido por sabio. No puedo hacer todo eso: en verdad, !vivo en tiempos sombríos¡
II
Llegué a las ciudades en los años del desorden
cuando reinaba el hambre. Estuve entre los hombres en tiempos de revuelta y me indigné con ellos. Así pase el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. Tomé mi alimento entre las batallas. Para dormir yací entre los asesinos. Viví el amor con negligencia y vi la Naturaleza sin paciencia. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. En mis tiempos, las calles conducían al pantano. El lenguaje denunciaba al carnicero. Yo podía muy poco pero creo que los poderosos se sintieron más seguros sin mí. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. Las fuerzas fueron mínimas. La meta esperaba en la lejanía. Ella fue claramente visible aunque también para mí apenas alcanzable. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra.
III
Vosotros, los que emergéis de la marea
en la que nosotros nos hundimos pensad -cuando habléis de nuestras debilidades- en los sombríos tiempos a los cuales escapasteis. Nosotros deambulamos -a menudo cambiando más de país que de zapatos- a través de las guerras de clase desesperados cuando no había sino injusticia y ninguna protesta. Desde entonces sabemos con certeza: también el odio contra la bajeza desfigura los rasgos. También la cólera contra la injusticia enronquece la voz. Ay, nosotros que quisimos preparar el campo para la amistad no pudimos ser amistosos. pero vosotros, cuando hayais llegado tan lejos que el hombre sea una ayuda para los hombres pensad en nosotros con indulgencia. A LAS GENERACIONES FUTURAS Bertolt Brecht
En verdad, vivo en tiempos sombríos.
La palabra ingenua es insensata. Una frente lisa indica insensibilidad. El que ríe no ha recibido la terrible noticia. ¿Qué tiempos son estos en los que una conversación sobre árboles es casi un delito porque incluye un callar sobre tantos crímenes? ¿El que va allí tranquilo por la calle no es ya accesible para sus amigos que están en la miseria? Es cierto : yo gano todavía el sustento. Pero creedme, es solamente una casualidad. Nada de lo que hago me da derecho a saciarme. Fortuitamente me he preservado -cuando cese mi suerte estaré perdido-. Se me dice: ¡come y bebe! ¡Está contento porque tienes! Pero ¿cómo puedo comer y beber, cuando arrebato a los hambrientos lo que como y mi vaso de agua falta a un sediento? Y sin embargo, como y bebo. Me gustaría también ser sabio. Los viejos libros dicen qué es ser sabio: mantenerse fuera de las luchas del mundo y nuestro breve tiempo prodigarlo sin miedo. Pasarse sin violencia, pagar el mal con el bien no realizar sus deseos y olvidarlos es tenido por sabio. No puedo hacer todo eso: en verdad, !vivo en tiempos sombríos¡
II
Llegué a las ciudades en los años del desorden
cuando reinaba el hambre. Estuve entre los hombres en tiempos de revuelta y me indigné con ellos. Así pase el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. Tomé mi alimento entre las batallas. Para dormir yací entre los asesinos. Viví el amor con negligencia y vi la Naturaleza sin paciencia. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. En mis tiempos, las calles conducían al pantano. El lenguaje denunciaba al carnicero. Yo podía muy poco pero creo que los poderosos se sintieron más seguros sin mí. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra. Las fuerzas fueron mínimas. La meta esperaba en la lejanía. Ella fue claramente visible aunque también para mí apenas alcanzable. Así pasé el tiempo que me fue concedido sobre la Tierra.
III
Vosotros, los que emergéis de la marea
en la que nosotros nos hundimos pensad -cuando habléis de nuestras debilidades- en los sombríos tiempos a los cuales escapasteis. Nosotros deambulamos -a menudo cambiando más de país que de zapatos- a través de las guerras de clase desesperados cuando no había sino injusticia y ninguna protesta. Desde entonces sabemos con certeza: también el odio contra la bajeza desfigura los rasgos. También la cólera contra la injusticia enronquece la voz. Ay, nosotros que quisimos preparar el campo para la amistad no pudimos ser amistosos. pero vosotros, cuando hayais llegado tan lejos que el hombre sea una ayuda para los hombres pensad en nosotros con indulgencia.