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República, libro II: el anillo de Giges, la justicia forzada

Erika Janeth Aguilar Murillo

Universidad Autónoma de Sinaloa

Resumen

El mito del anillo de Giges se encuentra en el libro II de la República, en

donde Glaucón expone el porqué todos somos injustos por naturaleza, yo

trataré de plantear cómo es que ante la ausencia del otro –que es el que

nos juzga- podemos actuar con facilidad de manera inmoral o anti-ética.

Palabras clave: República, Platón, mito, Sócrates, Giges.

República, libro II: el anillo de Giges

La República de Platón es uno de los textos más conocidos del filósofo, escrita en

el 380 a.C, está compuesta por diez libros en los que participan varios personajes,

entre ellos el más recurrente: Sócrates; el diálogo se centra en el tema de lo justo,

en el primer libro Sócrates intenta describirle a Trasímaco qué es la justicia y en el

libro II encontramos a Sócrates charlando con Glaucón y su hermano Adimanto,

en este capítulo se trata de demostrar si la justicia es superior a la injusticia,

Glaucón defiende la injusticia, no porque crea que es superior sino para poner en
apuros a Sócrates y que éste tenga que recurrir a un discurso más elevado para

defender a la justicia.

Como suele ser recurrente en Platón, que utiliza la mitología o la revelación divina

para exponer sus ideas, en esta ocasión en boca de Glaucón nos relata el mito del

anillo de Giges

El poder del que hablo sería efectivo al máximo si aquellos hombres


adquirieran una fuerza tal como la que se dice que cierta vez tuvo Giges, el
antepasado del lidio. Giges era un pastor que servía al entonces rey de
Lidia. Un día sobrevino una gran tormenta y un terremoto que rasgó la tierra
y produjo un abismo en el lugar en que Giges llevaba el ganado a
pastorear. Asombrado al ver esto; descendió al abismo y halló, entre otras
maravillas que narran los mitos, un caballo de bronce, hueco y con
ventanillas, a través de las cuales divisó adentro un cadáver de tamaño más
grande que el de un hombre, según parecía, y que no tenía nada excepto
un anillo de oro en la mano. Giges le quitó el anillo y salió del abismo: Ahora
bien, los pastores hacían su reunión habitual para dar al rey el informe
mensual concerniente a la hacienda cuando llegó Giges llevando el anillo.
Tras sentarse entre los demás, casualmente volvió el engaste del anillo
hacia el interior de su mano. Al suceder esto se tornó invisible para los que
estaban sentados allí, quienes se pusieron a hablar de él como si se
hubiera ido. Giges se asombró, y luego, examinando el anillo, dio vuelta el
engaste hacia afuera y tornó a hacerse visible. Al advertirlo, experimentó
con el anillo para ver si tenía tal propiedad, y comprobó que así era: cuando
giraba el engaste hacia adentro, su dueño se hacía invisible, y, cuando lo
giraba hacia a fuera, se hacía visible. En cuanto se hubo cerciorado de ello,
maquinó el modo de formar parte de los que fueron a la residencia del rey
como informantes: y una vez allí sedujo a la reina, y con ayuda de ella mató
al rey y se apoderó del gobierno (Platón (1988). República. Diálogos.
España. Gredos, p.p. 107-108).

Glaucón a partir de este relato nos explica cómo es que al hombre le resulta ser

injusto con más facilidad, ya que la injusticia nos trae más beneficios que la

justicia, la injusticia siempre nos brinda más ventajas individuales, el camino de la

injusticia suele ser más recto y despejado que el de la justicia, según el relato el

ser humano es injusto por naturaleza y solo es justo por manera forzada ya que
teme al castigo, por medio de este mito Platón nos pone una prueba de

examinación personal ¿qué harías tú si tuvieses en tus manos el anillo de Giges?

Hoy en día el ser humano continúa actuando de manera conforme a las leyes por

temor al castigo y no por el hecho de que su persona esté inclinada a la justicia o

al bien actuar, siempre nos vemos limitados por la presencia del otro, la vista del

otro nos hace comportarnos de manera adecuada para no ser señalados, ¿hasta

qué punto actuamos para agradar al otro?, la cortesía, la bondad, la caridad y

muchas otras virtudes suelen ser practicadas para dar la apariencia de hombre

justo, de bien, “pero la más alta injusticia consiste en parecer justo sin serlo”

(p.p.109), ¿qué es más importante, parecer bueno o serlo?, hoy en día en donde

la apariencia reina en las redes sociales parece ser que importa más parecerlo

que serlo, estamos en una sociedad en la que aquellos que tratan de hacer el bien

son catalogados como “locos”, aquél que hace el bien también suele ser

catalogado como “tonto”, vivimos en una sociedad tan dañada y tan poco

autocrítica que se toman como bandera frases como “el que no friega no

prospera”, ¿hasta qué punto hemos llegado para creer que el ser injustos es el

camino adecuado para tener una buena vida?

En este sentido, puede leerse en el mito la denuncia de Platón respecto de


la fragilidad de la sociedad, donde es fácil pensar que lo conveniente es
seguir el deseo personal de forma indeterminada a la par de una definición
caprichosa de lo que es bueno. La controversia de la oposición entre la ley
natural y la ley social no es el verdadero obstáculo en lo que respecta a la
relación entre el individuo y el poder político. Esto es, ni siquiera el aspecto
natural, la curiosidad e incluso el azar que se establecen como origen de
una revolución personal son capaces de retirar la facultad individual de
elección ni de avasallar al hombre de modo absoluto. Por lo demás, ni
siquiera la invisibilidad corporal impide la resolución humana más bien, al
contrario, deviene símbolo de la transparencia de la acción para quien la
ejecuta (Higuera Linares, María Marcela (2016). El mito del anillo de Giges
en la República de Platón. Colombia. Universitas Philosophica).
Me sorprende como aún hoy en día los problemas filosóficos y del ser humano en

torno a la justicia, el bien y el mal continúan siendo casi los mismos, como una

sentencia de hace más de dos mil años puede aplicarse hoy en día y ser tomada

como el mismo problema a solucionar, realmente al dejar a un lado el relato

mitológico ¿el ser humano es por naturaleza inclinado al mal actuar?, creo que

uno de nuestros problemas principales en nuestra ética es provocada por el

egoísmo, tal como lo menciona Schopenhauer en Dos problemas fundamentales

de la ética, me gustaría ser un estudio, preguntar a distintas personas ¿cuál es la

mejor vida que se puede llevar?, muy probablemente la gran mayoría responda

que una vida de prosperidad, de logros y de riquezas, pero para mí, la mejor que

se puede llevar es una vida de bien.

¿Acaso hemos perdido cierto grado de racionalidad?, ¿la capacidad de elegir lo

bueno?

A lo que concierne a la República y a la recomendación de Sócrates y Platón es

que utilizando o no utilizando el anillo actuemos con justicia.

Bibliografía

 Platón (1988). República. Diálogos. España. Gredos.

 Higuera Linares, María Marcela (2016). El mito del anillo de Giges en la

República de Platón. Colombia. Universitas Philosophica.

 Fernández Manzano, Juan Antonio (2010). El desafío de Giges: tensiones

entre ética y racionalidad. Bajo palabra.

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