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Las normas descritas en las siguientes secciones son esenciales para completar
una preparación de acceso ideal.
Puesto que la anatomía interna dicta la forma del acceso, el primer paso para
preparar la cavidad de acceso es la visualización de la posición del espacio de la
pulpa en el diente. Esta visualización requiere la evaluación de las radiografías
periapicales anguladas y al examen de la anatomía del diente a nivel coronal,
cervical y radicular. Las radiografías diagnósticas ayudan a estimar la posición de
la cámara pulpar, el grado de calcificación de la cámara, el número de raíces y
conductos, y la longitud aproximada de los conductos. La palpación a lo largo de la
encía adherida ayudará a determinar la localización y dirección de la raíz. El clínico
usa la información obtenida mediante estas exploraciones para elegir la dirección
de la penetración de la fresa inicial.
Primera ley de simetría: excepto en los molares superiores, los orificios de los
conductos son equidistantes a una línea dibujada en dirección MD a través del
suelo de la cámara pulpar.
Segunda ley de simetría: excepto en los molares superiores, los orificios de los
conductos radiculares están situados en una línea perpendicular a la línea
dibujada en dirección MD a través del centro del suelo de la cámara pulpar.
Ley del cambio de color: el suelo de la cámara pulpar siempre tiene un color más
oscuro que las paredes.
Primera ley de localización del orificio: los orificios de los conductos radiculares
están localizados siempre en la unión de las paredes y el suelo.
Tercera ley de localización del orificio: los orificios de los conductos radiculares
están localizados siempre al final de las líneas de fusión del desarrollo de las
raíces.
Más del 95% de los dientes examinados por Krasner y Rankow cumplían esas
leyes. Un poco menos del 5% de los segundos y terceros molares inferiores no las
cumplían, debido a la ocurrencia de una anatomía con forma de C.
Quizá sea difícil obtener acceso a los dientes con apiñamiento y rotados,
fracturados hasta el margen libre de la encía, muy restaurados y calcificados, o
que forman parte de una prótesis fija. En estas situaciones, el mejor método puede
consistir en preparar la parte inicial de la cavidad de acceso antes de colocar el
dique de goma, de modo que se pueda visualizar la inclinación de las eminencias
radiculares; esa información se puede usar como indicadora de la dirección del eje
longitudinal de los dientes tratados. Los Micro-Openers son excelentes
instrumentos para localizar los orificios de los conductos cuando no se ha colocado
el dique de goma. Esos instrumentos manuales flexibles, de acero inoxidable,
tienen puntas con conicidades del 4 y 6%. También tienen mangos desplazados,
que mejoran la visualización de la cámara pulpar. El dique de goma se debe
colocar en cuanto se haya penetrado el techo de la cámara pulpar e identificado
los conductos.
Instrumental
- Magnificación e iluminación.
- Contraángulos/turbinas.
- Fresas.
- Explorador N. 17.
En los casos típicos, las caries se eliminan pronto, antes de entrar en la cámara
pulpar. De ese modo disminuye el riesgo de contaminación con bacterias de la
cámara pulpar o de los conductos radiculares. Se deben eliminar por completo las
restauraciones permanentes defectuosas, tanto amalgamas como resinas
compuestas o coronas, para prevenir la filtración coronal con contaminación de la
cámara pulpar, los conductos radiculares o ambos después endodóntico de la
visita endodóntica. La eliminación de restauraciones permanentes defectuosas
también permite el acceso en línea recta, y evita que los fragmentos de la
restauración se introduzcan en el sistema de conductos radiculares.
Los clínicos expertos pueden realizar confortablemente este paso con una turbina,
pero la mayor sensibilidad táctil proporcionada por el contra ángulo puede
constituir una opción más segura para los clínicos con menos experiencia. Si
continúa con la misma fresa redonda o cónica para fisuras, el clínico cambia el
ángulo de la fresa desde perpendicular a la superficie lingual, hasta paralelo al eje
longitudinal de la raíz. La penetración en el diente se consigue a lo largo de ese
eje largo de la raíz, hasta que se penetra a través del techo de la cámara pulpar;
frecuentemente se nota un efecto de entrada en ese momento. El clínico debe
medir la distancia desde el borde incisal hasta el techo de la cámara pulpar en una
radiografía preoperatoria dimensionalmente exacta, y limitar la penetración a esa
distancia. Si no nota el efecto de entrada a esa profundidad, el clínico debe evaluar
cuidadosamente la situación para prevenir la excavación o perforación. Es
necesario evaluar la profundidad y el ángulo de la penetración para descartar
cualquier desviación respecto al eje longitudinal de las raíces, tanto en la
dimensión MD como en la VL, y si es necesario se debe realinear el ángulo de
penetración.
Una vez eliminado el techo de la cámara pulpar, se localizan los orificios de los
conductos con un explorador endodóntico. Se usa para alcanzar, palpar y muchas
veces excavar el tejido duro, y proporciona la extensión táctil de los dedos del
clínico. La anatomía natural indica los lugares usuales de los orificios, pero las
restauraciones, las protrusiones de dentina y las calcificaciones distróficas pueden
dictar la configuración real encontrada por el clínico.
El reborde lingual se debe eliminar con una fresa cónica de diamante o carburo
con punta de seguridad, o con fresas GG. La fresa fina de diamante con punta de
seguridad se coloca aproximadamente 2mm apical al orificio del conducto, e
inclinada hacia el lado lingual durante la rotación para rebajar el saliente lingual.
Bibliografía
Cohen S., Hargreaves K; Vías de la Pulpa, Décima Edición; España 2011 (P.136-
221)