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Limpieza e higiene
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Esta es la razón por la que al refinar un aceite para evitar pérdidas no se neutralice
completamente la grasa y que siempre quede un pequeño grado de acidez. Los jabones
sódicos y potásicos son solubles en agua, pero los de calcio, magnesio o hierro no. Por eso
son ineficaces en las aguas ‘duras’ y tampoco sirven en aguas salobres.
Plinio el Viejo en el siglo I describió la fabricación del jabón a partir de cenizas, pues en
aquella época no se disponía de sosa cáustica (NaOH). Una vez formado el jabón se separa
del resto de productos y, en caliente, se le añaden el resto de ingredientes
como perfumes o colorantes. Antes de enfriarse completamente se moldea y corta en
porciones.