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Normalmente la persona que tiene un rasgo de timidez, no sabe lo que tiene que hacer en las
situaciones sociales y además no se atreve a hacer nada.
Las personas tímidas no quieren estar aisladas, quieren relacionarse, pero no saben cómo hacerlo
y además no se atreven a afrontar las relaciones sociales, lo que les produce un profundo
sentimiento de frustración y en ocasiones de agresividad contra sí mismos por el hecho de no ser
capaces de hacer lo que quiere hacer.
Al tener que realizar una determinada acción delante de otra persona, una persona tímida se
enfrenta a sentimientos de impotencia, sintiendo un temor que procede de una absoluta
desconfianza en uno mismo y en los que lo rodean y que se manifiesta como inseguridad y
vergüenza. Esta sensación complica las conversaciones y los acercamientos en general.
Tienen dificultades en la relación social, lo que le lleva a dar una impresión de que es poco
sociable, retraído emocionalmente y poco afectivo.
Suelen ser rígidos emocionalmente y presentan conductas sociales poco adaptadas a la situación
en la que se encuentran.
La persona reconoce que su temor es excesivo o irracional pero no puede hacer nada, pues se
siente bloqueado.
Tipos de timidez
Existen dos tipos de timidez, una que es normal a ciertas edades y situaciones que, normalmente,
no llega a bloquear el desempeño social de la persona y que desaparece sola con el paso del
tiempo. Este tipo de timidez es un sentimiento que la mayoría de las personas podemos sentir en
algún momento y no representa un problema significativo.
El segundo tipo de timidez se puede considerar patológico, porque que impide que la persona se
relacione con normalidad y puede llegar a ser crónico. En estos casos la timidez no forma parte de
una sensación pasajera sino que se trata de una característica mucho más arraigada de la persona
y que, en función de cuál sea su grado, puede dificultar significativamente el buen funcionamiento
de la persona.
Hay personas, que además de sentir temor ante las situaciones sociales, pueden tener una serie de
síntomas fisiológicos como ruborizarse, sudoración fría sobre todo en manos y frente, temblor en
voz o tartamudeo, que añaden al sentimiento de timidez el de vergüenza, y también en ocasiones
se produce un bloqueo emocional que lleva a una incapacidad de reacción o al contrario pueden
presentar una reacción agresiva como compensación de la incapacidad de poder dar una
respuesta social adecuada.
Estos síntomas pueden llegar ser de lo más incómodos, aunque es importante señalar que los
síntomas de la timidez no deben confundirse con los de la fobia social, que es un problema con un
origen y tratamiento diferente al de la timidez.
Cuando la timidez es un problema que limita aspectos importantes de la vida personal, social o
laboral, es recomendable que se busque ayuda profesional, ya que los tratamientos psicológicos
son muy eficaces para la superación de la timidez.
Cómo superar la timidez