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-UNCPBA-
Ortiz Jones, Mara Yanina; Pérez, Rosa Elizabeth; Cagnoli, Claudia Inés
Diciembre, 2015
Tandil
Presentación de un caso compatible con micoplasmosis en un
canino
A mis amigas Rosario, Victoria y Julia por estar en las buenas y en las
malas, por entenderme y aceptarme tal cual soy, por ayudarme a no bajar los
brazos y por sacarme una sonrisa, aún, en los momentos más difíciles.
Introducción .............................................................................................................. 1
Reseña histórica........................................................................................................ 1
Etiología .................................................................................................................... 1
Epidemiología ........................................................................................................... 2
Patogenia .................................................................................................................. 3
Diagnóstico ............................................................................................................... 5
Pronóstico ................................................................................................................. 6
Tratamiento ............................................................................................................... 6
Salud pública............................................................................................................. 7
Reseña...................................................................................................................... 8
Anamnesis ................................................................................................................ 8
Discusión ................................................................................................................ 11
Conclusión .............................................................................................................. 12
Bibliografía ................................................................................................................ 13
Introducción
Reseña histórica
Etiología
1
(Fig. 1) como cocos, bastones o anillos; solos o en cadena que se colorean
mediante tinción Giemsa (Greene, 2008; do Nascimento et al., 2012).
Carecen de pared celular, por esto son resistentes frente a ciertos fármacos
antibacterianos (González Rodríguez, 2014). Contienen ADN y ARN, y se
replican mediante fisión binaria intracitoplasmática (Greene, 2008). Se
caracterizan por no ser cultivables in vitro, y sólo pueden replicarse en el
laboratorio recurriendo a especies animales susceptibles a las que se haya
esplenectomizado (Kemming et al., 2004; Tártara et al., 2013).
Epidemiología
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transestadial y transovárica de la bacteria en garrapatas, lo que indica que este
artrópodo es un reservorio importante, además de un vector biológico de la
infección. Esto es particularmente observado en países con climas cálidos y
que tienen poblaciones endémicas de Rhipicephalus sanguineus (Greene,
2008; Hulme-Moir et al., 2010; Tártara et al., 2013). También puede ocurrir
transmisión iatrogénica de M. haemocanis por transfusiones sanguíneas de
perros portadores, pero es menos probable que en los gatos, porque, en
general, se le debe realizar esplenectomía al perro receptor antes de que
ocurra enfermedad significativa desde el punto de vista clínico (Greene, 2008;
Tártara et al., 2013).
Está demostrado que las pulgas están involucradas en la transmisión de M.
haemofelis en los gatos, y distintos autores involucran a la pulga del perro
(Ctenocephalides canis) y del gato (Ctenocephalides felis) como posibles
transmisoras de la enfermedad en el perro. Inclusive se demostró que perros
infectados con M. haemocanis presentaban pulgas y garrapatas a la vez. Sin
embargo, no está aclarado definitivamente el papel de la pulga como
transmisora en la micoplasmosis canina (Tártara et al., 2013). Se cree que
puede existir una transmisión cruzada entre perros y gatos por medio de
pulgas, ya que el gen 16S ARNr de M. haemofelis es homólogo en un 99% con
M. haemocanis, por lo que se sugiere que se trata del mismo microorganismo
que afecta a distintas especies animales (Birkenheuer et al., 2002). Los
estudios experimentales para demostrar la transmisión a cachorros por vía
intrauterina o a través de la lactancia no han resultado exitosos, aunque, sí se
ha informado la transmisión por administración oral de sangre infectada
(Greene, 2008; Tártara et al., 2013).
Patogenia
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saliva, que contiene la bacteria, completándose así el ciclo de transmisión
(ESCCAP, 2012).
En el huésped susceptible, los micoplasmas parasitan los glóbulos rojos,
adhiriéndose mediante adhesinas. Estos glóbulos rojos, en un canino no
esplenectomizado, son captados por macrófagos del bazo y destruidos por
fagocitosis, disminuyendo así el hematocrito y el nivel de parasitemia. En un
animal al cual se lo haya sometido a una esplenectomía, los micoplasmas no
son captados por los macrófagos, sino que, retornan a la circulación y
aumentan el nivel de parasitemia. A su vez, estos micoplasmas utilizan la
variación antigénica como un mecanismo para evadir el sistema inmune del
huésped (Greene, 2008).
La unión de los micoplasmas a los eritrocitos conduce a la pérdida de colesterol
y fosfolípidos, lo cual altera su osmolaridad y morfología. Esto aumenta su
fragilidad, lo que causa hemólisis y la consecuente aparición de los signos
clínicos. Además, dicha alteración en la membrana provoca que algunos
antígenos de superficie se oculten y aparezcan otros, generándose una
reacción antígeno-anticuerpo-complemento, que aumenta la lisis de los
eritrocitos (Greene, 2008).
En ambos casos, con o sin esplenectomía, hay nuevos ciclos de multiplicación
de los micoplasmas, con elevación de la parasitemia y alteraciones en el
hematocrito (Cabazas Subieta, 2008).
El periodo de incubación es de 1-5 semanas y la curación no induce inmunidad
contra la reinfección.
La enfermedad puede dividirse en fase aguda, fase de recuperación y fase de
portador.
La fase aguda se corresponde con el incremento máximo de microorganismos
en sangre y la producción de signos clínicos. Durante esta fase se producen
fluctuaciones en el número de micoplasmas circulantes en sangre, pero se
desconoce el mecanismo responsable de tales variaciones. Se ha estipulado
que órganos como el bazo o el pulmón son los responsables del secuestro de
micoplasmas.
Durante la fase de recuperación, se pueden detectar micoplasmas en sangre
pero, en el caso de que se haya producido una anemia, el hematocrito
comienza a recuperarse.
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Durante la fase de portador, el hematocrito es normal y no hay signos clínicos,
pero se detectan micoplasmas en los glóbulos rojos (González Rodríguez,
2014).
Signos clínicos
La enfermedad clínica en los perros se puede dar de dos formas. La forma
aguda con palidez de mucosas debido a la anemia pronunciada, anorexia,
letargo, pérdida de peso, inapetencia y fiebre, que se manifiesta en individuos
esplenectomizados o inmunodeprimidos. La forma crónica o latente, se da en
perros no esplenectomizados en los que los signos clínicos de la enfermedad
no son evidentes, los microorganismos se encuentran sólo periódicamente, y
en baja carga en la sangre. La enfermedad clínica se puede desarrollar
rápidamente, dentro de 2 semanas después de la inoculación, o después de 2
meses con signos leves o incompletos de la enfermedad (Kemming et al.,
2004).
La mayoría de los perros infectados a los que no se les realiza esplenectomía,
no desarrollan evidencia clínica de enfermedad, en contraposición con la
infección por M. haemofelis en los gatos. Se sabe por estudios realizados en la
especie porcina, que el bazo cumple un papel fundamental en la eliminación de
eritrocitos parasitados, por lo que su ausencia impide al organismo controlar la
replicación de la bacteria. Los perros infectados en forma latente manifiestan la
enfermedad luego de la esplenectomización; sin esplenectomía, es probable
que la anemia sea tan leve que no se detecte y que la cantidad de
microorganismos en sangre no sea suficiente para su reconocimiento durante
el examen de rutina del frotis sanguíneo (Tártara et al., 2013).
Diagnóstico
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infección. El diagnóstico microscópico puede verse obstaculizado por la
presencia de punteado basófilo, o cuerpos de Howell-Jolly (pequeño residuo
nuclear que generalmente aparece en animales esplenectomizados).
Se han desarrollado ensayos basados en la técnica reacción en cadena de la
polimerasa (PCR) para identificar a M. haemocanis; se asume que esta prueba
es lo suficientemente sensible como para identificar animales con infecciones
subclínicas. Es de destacar que el análisis de PCR requiere la presencia del
microorganismo en la sangre (Kemming et al., 2004; Greene, 2008).
La bioquímica clínica no arroja resultados significativos; en algunos casos
pueden hallarse aumentadas las enzimas ALT, AST y FAS, así como también
la bilirrubina sérica (González Rodríguez, 2014).
Diagnóstico diferencial
Pronóstico
Tratamiento
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cuando se considera que la anemia constituye un riesgo de vida (Greene,
2008; Hulme-Moir et al., 2010). El tratamiento habitual es oxitetraciclina (20 a
40 mg/kg/día) o doxiciclina (5 a 10 mg/kg/día). Sin embargo, la terapia no
significa eliminar totalmente M. haemocanis de la sangre. Los posibles
resultados incluyen la recuperación, la persistencia del microorganismo, y las
recaídas tardías de la infección, dando lugar a que los perros que se recuperan
de la enfermedad, muestren infecciones latentes (Kemming et al., 2004;
Greene, 2008).
Control y profilaxis
Salud pública
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Descripción del caso
Reseña
Especie: Canino
Raza: mestizo
Sexo: macho
Edad: 7 años
Talla y peso: mediano, 25 kg
Color del manto: atigrado
Otras características: entero
Datos demográficos
Anamnesis
Métodos complementarios
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Eritrocitos: 3400000/mm3
Hematocrito: 30%
Índice reticulicitario: 3%
Bilirrubina total: 0.85 mg/dl
Bilirrubina directa: 0.13 mg/dl
Bilirrubina indirecta: 0.72mg/dl
Se observa ictericia en el suero.
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Hemoglobina 8,2 gr% 10 a 15 gr%
Reticulocitos 1% 0 a 1,5%
Fórmula Leucocitaria
Neutrófilos 65%
Eosinófilos 1%
Basófilos 0%
Linfocitos 30%
Monocitos 4%
Química Sanguínea
Glucosa 0,84 gr/lt 0,7 a 1.1 gr/lt
Urea 0,34 gr/lt 0,2 a 0,4 gr/lt
Creatinina 1,89 gr/dl 0,8 a 1,9 gr/dl
ALT 186 UI/lt hasta 60 UI/lt
AST 162 UI/lt hasta 60 UI/lt
Fosfatasa Alcalina 277 UI/lt hasta 250 UI/lt
GGT 36 UI/lt hasta 10 UI/lt
Bilirrubina Total 2 mg/dl 0,1 a 0,6 mg/dl
Bilirrubina Directa 1 mg/dl 0 a 0,1 mg/dl
Proteínas Totales 7,4 gr/dl 5,5 a 7,5 gr/dl
Albúmina 5 gr/dl 2,3 a 4 gr/dl
Globulinas 2,4 gr/dl 2,6 a 5 gr/dl
Alfa 1 Globulina 0,2 gr/dl 0,2 a 0,5 gr/dl
Alfa 2 Globulina 0,7 gr/dl 0,3 a 1,1 gr/dl
Beta Globulina 0,8 gr/dl 0,6 a 1,2 gr/dl
Gamma Globulina 0,7 gr/dl 0,5 a 1,8 gr/dl
Relación A/G 2 0,6 a 1,4
Colesterol 218 mg/dl 120 a 230 mg/dl
Estructuras compatibles
con Mycoplasma
Frotis haemocanis
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Interpretación clínica de los métodos complementarios
Los valores anormales del primer análisis de sangre indicaban una anemia
regenerativa con aumento de los valores de bilirrubina, considerando así, la
presencia de hemólisis.
A partir de la ecografía, en donde se observó una marcada esplenomegalia, se
tomó la decisión de someterlo a una esplenectomía y tomar muestra del bazo
para histopatología.
Una vez obtenidos los resultados de la histopatología, en donde sólo se
observa congestión, el patólogo sugiere realizar un frotis sanguíneo para
descartar la presencia de parásitos eritrocitarios.
Por último se le realiza un nuevo análisis de sangre y un frotis en donde se
observa que hay una marcada anemia, un aumento importante de las
transaminasas, aumento de los niveles de bilirrubina y la presencia de formas
compatibles con Mycoplasma haemocanis.
Tratamiento y seguimiento
Discusión
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Por los datos obtenidos en los métodos complementarios, una vez extirpado el
bazo, el paciente presentaba una anemia regenerativa y aumento de las
transaminasas y de la bilirrubina, datos que coinciden con la literatura.
Conclusión
Se considera que la infección en los caninos esta sub-diagnosticada, debido a
que, se necesita principalmente de la extirpación del bazo para que la
signología sea evidente y poder hallar así, las bacterias en el frotis sanguíneo;
además de que la signología es inespecífica y a que hay escasa información de
la enfermedad en caninos. Los veterinarios dedicados a la clínica de pequeños
animales deberían estar más alertas a la posibilidad de incluirla con el fin de
garantizar su diagnóstico y optimizar su tratamiento.
La infestación por garrapatas es un factor de riesgo no sólo para la transmisión
de Mycoplasma haemocanis sino también para otras enfermedades
transmitidas por vectores, por lo que se recomienda el control de los
ectoparásitos como principal medida de prevención.
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Bibliografía
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Kemming, G.; Messick, J. B.; Mueller, W.; Enders, G.; Meisner, F.;
Muenzing, S.; Kisch-Wedel, H.; Schropp, A.; Wojtczyk, C.; Packert, K.;
Messmer, K.; Thein, E. (2004). Can We Continue Research in
Splenectomized Dogs? Mycoplasma haemocanis: Old Problem – New
Insight. European Surgical Research. 36, 198-205.
Vaden, S. L.; Knoll, F., Joyce, S.; Smith, W.K.; Tilley, L.P. (2011). La
consulta veterinaria en 5 minutos canina y felina. Pruebas de laboratorio
y procedimientos de diagnóstico. Pp 402-403. Inter Médica, Buenos
Aires.
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