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Eneatipo 7

Conectado con la esencia SOBRIEDAD ALEGRE, NATURAL, AGRADECIDO, CALMADO, MADURO,


VITAL, PRESENTE Y DICHOSO

Centramiento hacia la esencia:

Para desidentificarse por completo del ego, le conviene centrarse a la esencia del eneatipo 5,
asumiendo las cualidades más positivas de ésta, como el desapego, la seriedad, la profundidad y la
sabiduría. (Véase Conectado con la esencia DESAPEGO.)

Prácticas que contribuyen al desarrollo de la esencia:

• No tengas miedo a sufrir ni a sentir dolor. Al experimentar estas sensaciones, que a priori
percibes como negativas, puedes llegar a aprender mucho acerca de tu propia condición humana.
Y no sólo eso: una vez hayas superado esos momentos, sentirás que tu alegría es todavía más real
y significativa. Además, si huyes de lo primero, te estás condenando a no alcanzar lo segundo.

• Cuando estés incómodo al no hacer nada y comiences a sentirte aburrido, pregúntate: «¿De qué
estoy tratando de huir?». Seguramente ya sabes que sueles escapar de esos momentos por medio
de la planificación mental, pero así sólo consigues retrasar lo inevitable: el encuentro contigo
mismo, con tus ansiedades interiores. Indaga los motivos que te llevan a necesitar estímulos
externos continuamente y date cuenta de que todos ellos desaparecerán cuando aprendas a
aceptar las sensaciones que brotan de tu interior, sean las que sean. No hacer nada es la acción
por excelencia.

• Cuando te invada la impaciencia, pregúntate: «¿Qué prisa tengo? ¿Qué tengo que hacer
luego?». Analiza tu respuesta: la mayoría de las veces, por no decir todas, estará más que
injustificada. Lo que verdaderamente te molesta es permanecer en el momento presente. Por eso
tiendes a pensar en el futuro. Respira hondo e insiste: «¿Qué le falta a este momento?». Poco a
poco irás desenmascarando a tu ego. Él es el único que no soporta el aquí y ahora.

• Escucha plenamente a los demás. Cuando estés conversando con otras personas, hazte
consciente de tu necesidad de interrumpirlos y pregúntate: «¿Qué me están diciendo sobre lo que
piensan y lo que sienten? ¿Los estoy escuchando con toda mi atención?». Puede que sea cierto
que sepas cómo va a terminar la frase tu interlocutor, pero ¡déjalo terminar! La paradoja es que
cuanto más escuches, más te gustará escuchar.

• Descubre el placer de lo cotidiano. La intensidad no es necesaria siempre. Además, enseguida


agota tus reservas de energía y, sin ésta, eres caldo de cultivo para ser víctima de la inconsciencia y
del ego. Mantén la atención y la percepción consciente cuando hagas las tareas de la casa, cuando
pasees, etc. Poco a poco descubrirás que la satisfacción verdadera procede del simple hecho de
estar vivo.

• Si, al estar rodeado de personas, de pronto se hace un silencio y te sientes responsable de


inyectar energía por medio de alguna de tus divertidas anécdotas, pregúntate: «¿Por qué me
asusta tanto el silencio?». ¿Qué hay de malo en que no se diga nada? Permanece atento al
desenlace de dicho momento y te darás cuenta de que seguramente otra persona reanudará la
conversación. Trata de ser más consciente cuando formes parte de un grupo; así evitarás tu
tendencia a hablar desmesuradamente, sin tener en cuenta a los demás.

• Busca momentos de silencio, soledad y lectura. Leer es una actividad que puede ayudarte a
conectar con tu realidad interna, así como a calmar tu frenética agenda, repleta de planes
excitantes.

Cambio de percepción de la realidad: Comprendes que no puedes huir eternamente de tu


realidad interna, puesto que ésta va a estar presente el resto de tu existencia. Al ser cada vez más
consciente, interiorizas que el afán de llenarte de experiencias emocionantes y gratificantes es
justo lo que te impide disfrutar plenamente de la vida. Liberado de tu ego, abandonas tu miedo
básico (verte despojado de todo, quedarte sin nada, así como sentir dolor y sufrimiento) y
empiezas a relajarte y saborear con alegría y naturalidad los momentos de tranquilidad y quietud.

Cualidad esencial: Al recuperar el contacto con tu yo verdadero, sustituyes la pasión dominante


de tu ego (la gula) por tu cualidad esencial: la sobriedad. Es decir, la capacidad de sentirte a gusto
contigo mismo sin necesidad de estímulos externos. Al empezar a fluir de manera natural y
tranquila, te vuelves más serio y profundo, conociendo y entendiendo el modo de calmar tus
ansiedades interiores. Comprendes que la felicidad que deseas no la proporcionan las
experiencias, personas o estímulos externos, sino que es fruto de tu estabilidad y paz internas. Así,
dejas de ser adicto a los planes y distracciones excitantes y gratificantes, y cada vez te sientes más
a gusto estando a solas contigo mismo en el aquí y ahora. Descubres que la realidad contiene
mucha más belleza de la que habías imaginado y disfrutas de todos los momentos que la vida te va
deparando. Ya no tienes miedo a sentir tu vacío interior y te sientes más satisfecho en la calma
que en la agitación. Al abandonar conscientemente tus estrategias egocéntricas, se cumple tu
deseo básico: te conviertes en una persona alegre y profundamente agradecida de estar viva, una
sensación que compartes de forma espontánea y serena con todas las personas que te rodean. Al
ser plenamente consciente de todo ello, recuperas la paz interior que habías perdido mientras
tratabas egocéntricamente de evadirte para huir del dolor y el sufrimiento.

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