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Cómo Doblar Tu Velocidad de Lectura en Una Tarde - Curso de Lectura Rápida (Spanish Edition)
Cómo Doblar Tu Velocidad de Lectura en Una Tarde - Curso de Lectura Rápida (Spanish Edition)
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Contents
Índice
Consigue tu Libro Gratis
Introducción
Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente?
Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida
Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura
Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
Capítulo 10. Conclusión
Únete al grupo
Valoración
Colección de Productividad
Partes del libro
Introducción
Capítulo 1. ¿A qué velocidad lees actualmente?
Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Capítulo 3.Cómo empezar a mejorar tu velocidad de lectura
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Capítulo 6. Más técnicas de Lectura Rápida
Capítulo 7. Cómo tratar tu material de lectura
Capítulo 8. Mentalidad necesaria para la Lectura Rápida
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
Capítulo 10. Conclusión
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Introducción
¿Cuántas cosas más podrías hacer a lo largo del día si completases todo tu material de lectura en la mitad de
tiempo?
¡Felicidades! Al tener este libro en tus manos, has dado un paso muy importante para mejorar tus habilidades
lectoras. Como probablemente no has tenido ningún tipo de formación en técnicas de lectura desde que empezaste el
colegio, ahora tienes la oportunidad de aprender algo nuevo sobre como leer de forma más efectiva y eficiente.
Si es la primera vez que entras en contacto con la Lectura Rápida, este libro te ayudará a dominar las bases de esta
técnica. Simplemente con esta guía y siguiendo los ejercicios, podrás leer, al menos, el doble de rápido. Conforme
sigas practicando las técnicas seguirás aumentando tu velocidad de lectura.
Antes de empezar a leer, piensa qué significaría para ti el poder leer el doble de rápido. ¿Serías capaz de ahorrar
mucho tiempo? ¿Qué harías con ese tiempo extra? ¿Lo usarías para leer aún más o para hacer otras cosas? ¿Qué
otras cosas harías? ¿Piensas que te ayudaría en tu trabajo el hecho de leer el doble de rápido que el resto de
trabajadores? ¿Qué tipo de impacto crees que tendría en tu vida?
Si, después de haber respondido a estas preguntas, todavía te sientes atraído ¡te felicito! Estás dando el primer paso
hacia el Tú del futuro, el cual leerá más rápido, será más productivo, y recordará más de las cosas que lee.
Estos son los beneficios que vas a obtener con este libro:
Ahora, sigue leyendo y descubre cómo leer más rápido. Vas a encontrar este libro tremendamente útil, siempre que
practiques lo que aquí se enseña ¡Empecemos!
Materiales que vas a necesitar para la lectura rápida:
bolígrafo o lápiz
rotulador para subrayar
papel
calculadora
cronómetro
tarjeta en blanco
material de lectura que te sea familiar (libro, revista, periódico...)
¡Hazlo Simple!
Lo has visto muchas veces; ya sea a la hora de perder peso o al aprender algo nuevo (como la lectura rápida). La
gente siempre está buscando la mejor dieta, la pastilla mágica que les hará perder peso… Y lo gracioso es que, en
esos primeros momentos, lo único que tienes que hacer es comer menos y hacer más ejercicio. Tan simple como
eso.
¿Cuál es la relación de este ejemplo con la lectura rápida? Muy simple. Lo que estoy intentando reflejar aquí es
que, al principio de tu aprendizaje, no necesitas complicar las cosas. Todo lo que tienes que hacer es lo que te
enseño aquí, e intentar ser un 80% de lo bueno que quieras ser.
Por ejemplo: si tu objetivo final es leer 100 páginas en una hora, conténtate con leer 80 páginas por hora en un
principio. Ya irás progresando con el tiempo. Olvídate de ser un perfeccionista; concéntrate en la mejora
constante.
No necesitas complicarte la vida buscando la solución perfecta a un problema porque, en esos primeros
momentos, todo lo que necesitas es dar un pequeño giro de tuerca a lo que estabas haciendo previamente.
No confundas esto con que quiero que seas un conformista. Simplemente digo que, al principio, el hecho de tratar
de ser un perfeccionista sólo va a conseguir que te agobies porque no puedes conseguir lo que querías; y eso
probablemente haga que lo acabes dejando. Concéntrate en mejorar constantemente.
Imagínate una bola de nieve que cae desde la cima de una montaña. Al principio tiene un determinado tamaño y
va a descender lentamente; pero conforme sigue bajando va haciéndose más grande y desciende más rápido, hasta
que al final es una fuerza imparable.
Así es como tienes que ver el hecho de aprender una nueva actividad o de cambiar un determinado hábito. No
puedes pretender que la bola de nieve vaya a la misma velocidad cuando está empezando que cuando está
llegando al final.
Por eso es por lo que, al principio, necesitas hacer la adquisición de esta nueva habilidad tan simple como sea
posible. A lo largo del camino, ya se irá complicando, pero no necesitas preocuparte por eso en estos momentos.
Todo lo que tienes que hacer ahora es practicar, al menos, 20 minutos al día y seguir los ejercicios que se indican
en el libro.
Quiero dejar claro que con la lectura rápida estamos tratando de cambiar un determinado comportamiento. Estás
intentando pasar de leer durante años subvocalizando, leyendo palabra por palabra y retrocediendo cada vez que
olvidas algo; a no tener que hacer ninguna de estas cosas, simplemente con la ayuda de un bolígrafo y con un
movimiento de tus ojos más rápido.
Esto no es algo que vaya a cambiar de la noche a la mañana; va a llevar tiempo. Por eso sé que el hacerlo más
simple al principio no va a hacer daño. Tienes que pensar a largo plazo. Si te estuviese pidiendo que hicieses
mucho ahora, o que le dedicases 3 horas al día, lo dejarías en un par de días.
Lo que intento conseguir es que, al ir poco a poco, vayas descubriendo el proceso y te sientas cómodo con él. El
hecho de que te sientas cómodo va a hacer que te guste más, y eso hará que poco a poco le vayas dedicando más
tiempo. Conforme le vayas dedicando más tiempo, leerás mucho más rápido. ¿No era ése el plan?
Al principio, concéntrate en el 20% de actividades que te van a dar el 80% de los resultados. En este caso, ese
20% sería no volver la vista hacia atrás cuando lees, y aprender a mover los ojos más rápido. Simplemente
dominando estas dos habilidades vas a doblar tu velocidad de lectura.
Por eso, al principio de cualquier nueva actividad o hábito que quieras cambiar, tienes que HACERLO SIMPLE.
Lo más importante para la lectura rápida es no volver hacia atrás y mover los ojos más rápido
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También te tienes que dar cuenta de que la velocidad de lectura se mide en PPM (palabras por minuto). Esto sería
muy útil si leyésemos en distintas tandas de un minuto. Pero, como normalmente leemos durante más tiempo, eso va
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a suponer que la velocidad media durante ese tiempo (supongamos que son 20 minutos) será menor de 250PPM; ya
que no mantenemos la misma velocidad durante cada minuto. A medida que leemos, nos cansamos más; y cuanto
más nos cansamos, más lento leemos.
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Capítulo 2. ¿Qué te impide leer más rápido?
Comprensión vs. Retención
Antes de empezar es necesario aprender a distinguir entre estos dos términos. Muchas veces son confundidos y
pueden dar lugar a malentendidos.
Comprensión se refiere a lo que entiendes del material que lees. Esto es distinto de la retención, que es la cantidad
de información que recuerdas después de haber leído y comprendido el texto. Ambos son distintos pero suelen ser
confundidos.
La comprensión se basa en el entendimiento del texto en el momento en el que lees (en otras palabras, que entiendes
lo que lees). Retención es lo que recuerdas después de leer.
El nivel de comprensión dependerá no sólo de tu velocidad de lectura, sino también del conocimiento que
previamente tuvieses de la materia. Por ejemplo, imagina que estás leyendo “Rebelión en la Granja” (George
Orwell). Si, antes de leerlo, estás al tanto del contexto histórico en el que se escribió el libro (La Revolución Rusa),
probablemente serías capaz de enlazar la historia con lo que estaba pasando en el mundo en ese momento. Pero, en
caso de que sea un niño el que lea el libro, sería capaz de comprender las palabras; pero el nivel de entendimiento
sería bastante distinto al de un adulto con un mínimo conocimiento de Historia.
Ahora que ya sabes tu velocidad de lectura y sabes diferenciar entre comprensión y retención, es hora de empezar a
mejorar tu capacidad lectora.
Barreras mentales comunes al leer
Probablemente tengas una serie de barreras mentales (o creencias que te limitan) sobre la lectura. Estas barreras te
frenan y hacen que no leas de forma más rápida y eficiente. Si quieres leer más rápido, necesitas deshacerte de estos
pensamientos antes de poder seguir avanzando.
Probablemente nunca antes te has planteado la naturaleza de tu habilidad lectora. La mayoría de la gente piensa que
leer conlleva mucho tiempo, pero esto no es necesariamente cierto. Según lo que quieras leer, tardarás más o menos.
La mayoría también piensa que para retener la información necesitas leer lo más lento posible y repetir las frases,
para no perderte ni una sola palabra del texto. Esto no es verdad.
No deberías olvidarte de que leer es una habilidad, como tocar la guitarra o jugar al fútbol. Como cualquier otra
habilidad, puede ser mejorada.
Lo primero que tienes que reconocer es que leer es una habilidad adquirida, no algo con lo que naciste. Como en
cualquier deporte, habrá gente que lo pille más rápido que otros, pero el hecho es que tú puedes mejorar
drásticamente tu velocidad de lectura y comprensión con la práctica.
Si quieres progresar con tu velocidad de lectura, necesitas deshacerte de estas barreras mentales.
Barrera Mental #1: cuanto más rápido leo, menos comprendo y retengo. Necesito ir más lento para
poder comprenderlo mejor.
A no ser que leas poesía (en cuyo caso la lectura rápida no tiene mucho sentido), el leer lentamente es
simplemente un signo de mala concentración. NUNCA es un signo de mejor comprensión. Los lectores lentos
tienen poca concentración, lo que conlleva una mala comprensión. Los lectores rápidos están más enfocados y
comprenden mejor los materiales de lectura, ya que están más concentrados mientras leen.
La habilidad de concentrarte te permitirá leer más rápido a la vez que mejoras tu comprensión.
Barrera Mental #2:necesito leer todas y cada una de las palabras del texto para poder comprenderlo
Esto tampoco es verdad. Al menos la mitad de las palabras que lees no aportan ningún tipo de contenido al
texto; sólo están ahí por razones gramaticales. Son como el pegamento que mantiene todo junto, pero no son
importantes por sí solas.
Perder tiempo y energía en leer estas palabras te impedirá mejorar tu velocidad de lectura y tu comprensión.
Evitan que te concentres en las palabras que de verdad dan sentido al texto y te distraen de lo que es
verdaderamente importante. Ser capaz de deducir a qué palabras debemos prestar atención forma parte de
convertirte en un lector más rápido y eficiente.
Debemos empezar a construir esta habilidad reconociendo que no todas las palabras necesitan ser leídas
cuidadosamente. Si quieres ser un lector eficiente, necesitas reconocer que algunas palabras deben ser casi
pasadas por alto; les debemos prestar menos atención.
Si de verdad quieres pasar al siguiente nivel, necesitas cambiar tu percepción de lo que lees. A partir de este
momento, vas a concentrarte en ideas, no en simples palabras. Si pasas mucho tiempo en cada pequeño detalle
y pierdes de vista el texto como un todo (si ves el árbol pero no ves el bosque), no vas a ser capaz de mejorar tu
velocidad de lectura.
Barrera Mental #3: comprendo poco porque no puedo recordar lo que leo
Estamos mezclando la velocidad con el tocino. No ser capaz de recordar el texto que acabas de leer es un
problema de memoria, no de comprensión. Con la práctica, cuanto mejor te concentres, más fácil te será
recordar lo que lees; pero la mejor técnica para recordar lo que lees es la “repetición espaciada”.
La repetición espaciada significa la repetición múltiple, a lo largo del tiempo, del material de lectura que
quieres recordar. Aunque eso no significa que tengas que volver a leerlo todo cada vez que quieras recordar
algo. Puedes hacerlo simplemente tomando notas de lo que lees, y luego revisando esas notas.
Algunas personas tienen este problema porque no se concentran y siempre quieren saber lo que pasa antes de
que haya pasado. Es como la gente que está en el cine viendo una peli y, cuando sólo lleva 5 minutos, empieza
a preguntarte ¿quién es este? ¿Y quién es este otro? Y todo tipo de preguntas de las que tú, que también llevas
viendo la película durante 5 minutos, no tienes ni idea. “Por qué no te callas un ratito y prestas atención? Lo
mismo, incluso te enteras de qué va la peli”.
Imagínate que tuvieses que rebobinar una película cada vez que te olvidas de algo. En vez de dos horas
tardarías 8, y probablemente te cansarías de verla antes de que terminase. Aunque suene extraño, esto es lo que
hacemos con los libros.
Barrera Mental #4: debería poder entender y recordar todo lo que leo a la primera
A no ser que seas un prodigio, probablemente no vas a recordar todo lo que lees, y mucho menos a la primera.
No importa lo rápido que leas, no vas a comprender y a recordar todo a la primera.
El que puedas recordar el texto se consigue con la repetición. Como expliqué antes, esto no significa que tengas
que volver a leerlo todo cada vez; simplemente tienes que coger notas de lo que lees.
La comprensión se puede conseguir a la primera sin muchos problemas, aunque a veces, cuando estás leyendo
sobre una materia con la que no estás familiarizado, a lo mejor necesitas releerlo para poder comprenderlo.
La clave de la retención a largo plazo es tomar notas al margen, subrayar las palabras clave, hablar con alguien
sobre el tema... Cualquier cosa que refuerce en tu mente la información que has adquirido durante tu lectura.
Barrera Mental #5: no necesito mejorar mi capacidad lectora, ya leo suficientemente bien
Como mencioné anteriormente, leer es una habilidad como cualquier otra, y a través de la “práctica deliberada”
puedes mejorarla. No importa si empiezas leyendo más lento o más rápido; en ambos casos vas a mejorar tu
velocidad y tu comprensión siguiendo este método. La mayoría de las personas no imaginan de lo que pueden ser
capaces a través de la “práctica deliberada”.
3 obstáculos al leer
Para poder leer más rápido, necesitas cambiar la forma en la que lees actualmente. Ahora que ya conoces las
barreras mentales que te impiden leer más rápido, tienes que alejarte de ellas como de la peste.
Lo que comentamos anteriormente eran barreras mentales (excusas que te pones a ti mismo para justificar el no
hacer nada); ahora vas a aprender los hábitos que tienes que te impiden leer más rápido. Son muy comunes, todos
los tenemos (o hemos tenido), y son los que hacen que leas muchísimo más lento de lo que puedes. Es como intentar
correr los 100 metros con diez kilos en cada pierna. Se puede hacer, pero no vas a hacer muy buen tiempo; y las
probabilidades de frustrarte, o de cansarte, son bastante altas.
A veces sentimos que queremos conseguir algo, no podemos evitar el cosquilleo interior pensando en lo
mucho que queremos conseguirlo y nos ponemos a ello como locos; y, sólo un par de días después, perdemos
nuestra concentración (no sabemos a dónde se fue) y empezamos a buscar nuevos objetivos. Y seguimos
repitiendo el mismo comportamiento una y otra vez. Una y otra vez. Así hasta el fin de los días. ¿Por qué
pasa esto? ¿Por qué crees que vas de un lado a otro, como pollo sin cabeza?
Probablemente conoces a alguien que haga esto. Probablemente lo has visto una y otra vez repitiendo este
comportamiento, siempre con nuevas ideas, y siempre dejándolas al cabo de un par de días. Quizás hasta lo
conoces demasiado bien, como si fueras tú mismo…
¿Por qué hacías esto? Porque no tenías un Objetivo claro, definido, con las acciones a tomar y con un plazo
determinado para conseguirlo. Todos hemos oído al menos una vez en nuestras vidas la importancia de tener
objetivos, pero ¿a cuánta gente conoces que de verdad tengan objetivos claros y definidos, con una serie de
acciones a seguir y con un plazo que cumplir? Baja drásticamente el número de personas que conocías ¿no
crees?
Si quieres mejorar, necesitas establecerte objetivos que conseguir. Mucha gente, especialmente los
PESIMISTAS, se quejan de sus vidas todo el rato; pero, si les preguntas cuáles son sus objetivos en la vida y
por qué creen que no los han conseguido todavía, te miraran como si acabases de aterrizar en una nave
espacial, y a continuación se seguirán quejando sin haber contestado a tu pregunta. ¿Cómo puedes ser infeliz
en tu vida si ni siquiera sabes lo que quieres conseguir en tu vida?
“Si no sabes a dónde quieres ir, cualquier camino te llevara allí”
Una meta es simplemente un objetivo que quieres conseguir. Tener una meta hace que enfoques tu mente en
un determinado objetivo y te olvides de lo que sea superfluo e innecesario, enfocándote solo en
oportunidades y las actividades que tienes que realizar para conseguir ese objetivo.
“Una meta es un sueño con un plazo determinado para cumplirlo”
Necesitas establecer metas si de verdad quieres ser productivo y eficiente. Sin metas, lo único que haces es
perder tu tiempo.
Lo bueno de establecer metas es que, como con todo en la vida, después de un tiempo haciéndolo te vuelves
más eficiente. Cuando tienes una oportunidad de hacer algo, puedes compararlo con tu lista de metas a
conseguir y así decidir si merece la pena hacerlo o no. Imagina que tu objetivo para el 2014 es hablar chino
fluido. Y, en el mes de junio, te llega una oferta para apuntarte a una academia de francés al lado de tu casa
en la que el primer mes es gratis. ¿Qué deberías hacer? ¿Deberías dejar de estudiar chino y ponerte con el
francés? ¿Deberías estudiar los dos a la vez? ¿O, quizás, deberías olvidarte del francés y seguir con el chino,
con el que llevas ya 6 meses y que es el que de verdad quieres aprender a hablar para final de año?
Si tu objetivo era aprender a hablar chino, deberías concentrarte en ello y olvidarte del francés. Mucha gente
contestaría que se pueden hacer los dos, pero eso es como conducir dos bicis a la vez (con una pierna en cada
bici), es posible, pero la velocidad que llevarías seria mucho menor, y a la mínima que pilles un bache
probablemente te caigas. Si coges sólo una bici vas a llegar muchísimo más rápido a donde quieres llegar.
Desglosando tus metas
Tienes que ser específico. Si dices, “quiero aprender portugués en los próximos 3 meses” ¿qué significa
“aprender” en ese sentido? ¿Quieres decir que quieres ser capaz de mantener una conversación fluida en
portugués? ¿O que quieres ser capaz de estudiar en una universidad portuguesa? “Aprender” portugués es
una meta muy poco específica. Por otro lado, si tu objetivo fuese “quiero ser capaz de ir a Lisboa y moverme
por la ciudad sin necesidad de ningún interprete” o “quiero ser capaz de mantener una conversación sobre
fútbol con mi amigo Joao”; eso es una meta específica, y será mucho más fácil conseguirla puesto que, una
vez que sabes lo que quieres, es más fácil desglosar esta meta en pequeñas acciones que necesitas realizar
para conseguirla.
Tienes que comprender que no puedes controlar el resultado final de tus acciones, pero sí puedes controlar
las actividades que son necesarias para conseguir el resultado deseado. Dos personas que siguen el mismo
plan no consiguen los mismos resultados; pero las actividades que deben realizar para alcanzar estos
resultados son las mismas.
La importancia de los plazos
“No existen las metas irreales, solo los plazos irreales”
Si tu objetivo era hablar mandarín, y quieres conseguirlo en una semana, lo más probable es que falles
miserablemente. Después de haber fallado, estarás frustrado porque no fuiste capaz de conseguirlo, pensarás
que eres un fracasado y dejarás de establecerte metas.
¿Cuál era el problema de la meta “hablar Mandarín en una semana”? No era la meta en sí, sino el plazo que
te diste a ti mismo para conseguirla. No era un plazo realista. Con más tiempo para conseguir esa meta,
habría sido probable que la consiguieras. Cuando estableces tus metas tienes que apuntar alto, pero no tan
alto que ya antes de empezar sabes que no lo vas a poder alcanzar.
Pasos a seguir. ¿Qué puedes hacer?
Piensa en 1 meta que quieres conseguir en este mes (escribir un blog, leer 3 libros, aprender 100
palabras en inglés...)
¿Por qué quieres conseguir estas metas? ¿Cuál es el beneficio que buscas?
¿Qué acciones son necesarias para alcanzar esta meta? Escribe sólo la primera acción que necesitas
(comprar un libro, escribir en Word...).
Cada día, justo después de levantarte, escribe tu meta para ese día. Por ejemplo, si tu objetivo es
aprender chino, to objetivo para ese día es aprender 5 verbos en chino.
En un mes, tienes 4 semanas y media. Eso son unos 20-22 días entre semana. Unas 20-22 pequeñas
acciones que puedes tomar para conseguir tu objetivo en un mes (y eso que no contamos los fines de
semana). Es simple, ¿no crees? Cuando estableces una meta y la descompones en pequeñas acciones, se
hace mucho más llevadero el conseguirlas.
Escribe tu progreso en una libreta o en un documento Word
Es importante que, al final de la semana, compruebes lo que has hecho durante la semana y así
puedas ver lo que está funcionando y lo que no, y porqué. Simplemente hazte estas preguntas y escribe
la respuesta a mano:
1. ¿Cuál fue el momento más importante de la semana? (ej.: Aprendí 30 verbos en Chino)
2. ¿Cuáles fueron los obstáculos o qué no funcionó? ( ej.: No se me da muy bien la pronunciación en
Chino porque no sé diferenciar los tonos)
3. ¿Cómo puedo mejorar lo que no funcionó? (ej.: Puedo ver vídeos en YouTube sobre como
pronunciar los tonos en Chino)
Esto es todo lo que necesitas para ser más productivo y conseguir hacer cosas. Escoge 1 meta que quieres
alcanzar y sigue los pasos que te he explicado anteriormente. Ya al final de la primera semana verás que has
hecho más en una semana que en el mes anterior (en el que no tenías metas claras). Y, si sigues con ello, al
final del primer mes no creerás lo mucho que has cambiado.
Si hay un día, dos días, o una semana en la que no sigues con tus objetivos (por el motivo que sea), no los
abandones. Simplemente sigue por donde lo dejaste y sigue hacia delante. El fracaso es algo que debes
esperar. A mí me ha pasado muchas veces que empiezo y luego hay una semana en la que no hago tanto
como debería. Sigue moviéndote, sigue hacia adelante. Y verás lo mucho que cambias en un mes.
Es curioso cómo, cada vez que le cuento a alguien que entreno 6 días a la semana, su respuesta (solo el 99%
de las veces) es “¡qué bien! ¡Ojala yo pudiera hacer lo mismo!”. ¿En serio? Y ¿por qué no lo haces? ¿No
tienes 45 minutos libres cada día? ¿Estás intentando decirme que, desde el momento en que te levantas hasta
que te acuestas, has estado ocupado/a todo el día? ¿En serio?
Un caso parecido. Cuando estaba en la universidad tenía un compañero de piso (que trabajaba como
abogado) que siempre estaba diciendo (con los hombros caídos y en tono cansado): “estoy tan ocupado. Ojalá
pudiera clonarme a mí mismo”. Pero el caso es que (a lo mejor esto es pura coincidencia), cada vez que lo
veía estaba hablando por teléfono (con amigos, nada de negocios), mirando fotos en Facebook, viendo pelis
en el portátil... Pero, como estaba sentado en el escritorio mientras hacía esto, supongo que se debería
considerar “trabajo”, ¿verdad?
Intento ser tan productivo como puedo; por eso cuando hablo con alguien que tiene este tipo de actitud (el
90% de las personas) me hierve la sangre. La gente pierde tanto el tiempo que es hasta vergonzoso. Y lo
mejor es que, si intentas explicarles como ser más productivos, siempre te responderán con una excusa, o
mejor aún, te dirán “ sí, la verdad es que debería hacer lo que dices” (y después nunca lo hacen).
Eso es lo que David Schwartz, autor de “The Magic of Thinking Big”, llamo “excusitis”. Esto es una
enfermedad que tiene mucha gente y que les hace crear excusas para cualquier cosa. Esta es una lista de
cosas en las que la gente pasa mucho tiempo y que no les da ningún tipo de beneficio:
Ver la Tele (a no ser que veas Breaking Bad). Ver la tele una hora al día para despejarte, ver una
serie... está bien; pero verla desde que llegas a tu casa hasta que te acuestas o, mejor aún, “ponerla de
fondo” mientras intentas hacer otras cosas, es una pérdida de tiempo.
Facebook: todos sabemos que es muy divertido ver fotos de gente que ha engordado con el paso de
los años, pero tampoco te tienes que pasar la tarde con eso.
Whatsapp. Por qué no puedes dejar pasar el tiempo sin responder un whatsapp. ¿Por qué tienes que
responder al momento? ¿Cuándo fue la última vez que respondiste un whatsapp a la hora y perdiste tu
trabajo o dinero como consecuencia? ¿Cuándo ha sido la última vez que contestaste un whatsapp al
momento y ganaste dinero?
YouTube
Ver las noticias o leer el periódico.
Si lo que quieres es mejorar, tienes que empezar a diferenciar entre prioridades. Tienes tiempo de hacer
cualquier cosa que quieras, pero tienes que priorizar unas y dejar otras de lado. Si, por ejemplo, no quedaste
con un amigo para tomar algo, pero te tiraste media hora viendo las noticias, luego fotos en Facebook,
después te metiste en YouTube... no se trata de que no tuvieses tiempo, se trata de que tus prioridades eran
otras. ¿Qué es más importante para ti? ¿Pasar tiempo con tus amigos, entrenando...? ¿O viendo fotos en
Facebook?
Tus prioridades no se basan en tus palabras, sino en tus acciones. Si dices que odias tu trabajo y que
quieres cambiar, pero nunca echas un CV ni hablas con nadie en una ETT, entonces tu prioridad no es
cambiar de trabajo. Tu prioridad es quejarte y seguir como estás. Tan simple como eso. Mucha gente se
ofende cuando les digo esto, y entonces empiezan a mentirse a sí mismos diciendo que es que no han tenido
tiempo.... Y así llegan a los 40 con trabajos que odian y despotricando de sus jefes; en vez de echar la culpa
al verdadero responsable (ellos mismos).
Si hablas en serio cuando dices que quieres tener tiempo para las cosas que DE VERDAD quieres hacer, sigue
leyendo.
¿Cuáles son las 3 actividades que te hacen perder más el tiempo?
Escríbelas en una libreta. ¿Por qué crees que te hacen perder el tiempo? ¿Qué harías con el tiempo extra que
ganarías cada día?
Por ejemplo: yo solía perder 30 minutos leyendo el periódico online. ¿Qué hice para dejar de perder el
tiempo? Me puse una aplicación en Google Chrome que no me deja acceder a esas websites.
¿Cómo puedes hacer esto? Imagina que quieres dejar de ver tanta tele. ¿Qué tipo de obstáculos puedes usar?
Puedes hacer algo tan simple como poner el mando a distancia bastante lejos de la tele y en un sitio de difícil
acceso (siempre que la tele no tenga botones para cambiar de canal); o puedes desenchufar el cable de la tele
y esconderlo en un armario.
Parece una tontería, pero pensemos un momento. Antes de hacer esto, simplemente tenías que coger el
mando, sentarte en el sofá, y empezar a ver la tele. Ahora, cada vez que quieras ver la tele tienes que ir a por
el cable, abrir el armario, coger el cable y volver a conectarlo; después ya podrías sentarte en el sofá a ver la
tele. ¿Crees que esto afectaría en algún modo al tiempo que pasas viendo la televisión cada día?
Si todavía tienes dudas (y hablas inglés), déjame que te enseñe este experimento que Brian Wansink (autor
de Mindless Eating) realizó con secretarias y chocolatinas.
http://www.discovergoodnutrition.com/2011/04/is-your-workplace-making-you-fat/).
Puedes ver que, simplemente poniendo las chocolatinas a metro y medio (poniendo un pequeño obstáculo)
las secretarias comieron la mitad de chocolate. Un pequeño giro de tuerca que ayuda a las secretarias a
consumir la mitad de calorías cada día y perder algo de peso.
Entonces ¿qué tienes que hacer para evitar tus 3 actividades que más te hacen perder el tiempo?
Piensa porqué quieres dejar de realizar estas actividades
¿Qué vas a hacer con el tiempo extra?
Pon obstáculos
Listo, ajusta tu cronometro a 1 minuto y empieza a leer el siguiente texto. Cuando hayas terminado, calcula tu
velocidad de lectura multiplicando el número de líneas que leíste por 15 (número medio de palabras por línea).
Texto sacado del blog http://tubusinesscoach.es/paradoja-opciones/
A lo mejor sólo me pasa a mí, pero cada vez que voy a hacer la compra y no llevo una lista, tan pronto como me
pongo a mirar las diferentes opciones me empieza a entrar un cosquilleo por la espalda y una sensación de
nervios. Veo muchos tipos diferentes de carne, huevos, de esto y de lo otro... ¿Qué pasa si escojo éste? éste tiene
buena pinta, pero... no, espera, este otro pone que es 90% libre de grasas, quizá debería elegir ése... Justo aquí es
cuando empiezo a sentirme abrumado. ¿Te suena familiar?
Pienso que es algo fascinante el hecho de que, en un sitio en el que tienes miles de productos a tu disposición,
donde hay muy pocas limitaciones sobre las opciones a escoger, en vez de sentirte libre y disfrutar de la
experiencia, empiezas a ponerte nervioso, a ir de un lado a otro, volviendo hacia atrás a por cosas que olvidaste, y
cuando tienes que optar por un producto donde tienes que elegir entre 4 posibles opciones empiezas a sentirte
paranoico.
Esto es por lo que, cuando leí “The Paradox of Choice”, me di cuenta de lo equivocado que había estado toda mi
vida. Siempre pensé que el hecho de tener la libertad de elegir lo que quieras te haría más feliz, pero, al parecer, es
todo lo contrario.
Tener tantas opciones no nos hace más felices, nos hace miserables. ¿Por qué? Porque siempre estamos
cuestionando nuestras acciones. ¿Qué pasa si elijo este en vez de ese otro? ¿Sería mejor? ¿Pero, qué pasa si me
equivoco? ¿Qué pasa si fracaso?
Para evitar estas confrontaciones contigo mismo cada vez que tienes que elegir entre muchas opciones, lo mejor
que puedes hacer es limitarte a ti mismo. Limitar el número de opciones que tienes para que, al final, solo tengas
que elegir entre dos opciones.
¿Por qué? ¿Por qué, si vivo en una sociedad libre debería limitar mis opciones? Ésa es una buena pregunta. Antes
que nada, no estoy sugiriendo que te vayas a vivir a Corea del Norte para así no tener que elegir nada. Lo que
estoy diciendo es que, si quieres ser feliz y tomar mejores decisiones, tienes que limitar tus opciones y elegir entre
las dos mejores.
Tienes que ser un escogedor ( decidir y escoger una opción), no un recolector (alguien que abre la puerta a 1000
opciones pero que no escoge ninguna).
Necesitas eliminar las deliberaciones que no son importantes. Lo único que consiguen es hacerte perder
tu tiempo y tu energía, y eso es algo que nunca recuperaras.
¿Qué es lo que quieres? ¿Cuál es tu objetivo? Concéntrate en esas áreas donde tus decisiones importan.
Mantente fiel a lo que compras normalmente. No trates de cambiar cada producto que compras cada vez
que vas el supermercado.
No caigas en la trampa de comprar algo simplemente porque es nuevo y mejorado. Si tu iPad 3 satisface
toda tu necesidad, no necesitas comprarte el nuevo iPad Air. Lo único que conseguirás será tener el mismo
tipo de comportamiento en cada área de tu vida y, más tarde o más temprano, querrás un nuevo coche, una
nueva tele, una nueva casa, una nueva novia...
No te rasques a no ser que te pique de verdad. No trates de arreglar algo que funciona bien y satisface tus
necesidades
Haz tus decisiones irreversibles, de modo que no tengas que volver a pensar en ellas.
Sé Agradecido:
Pon una libreta al lado de la cama y, cada mañana, escribe 5 cosas por las que estas agradecido (tu novi@,
tu trabajo, tu familia, tus amigos...)
Arrepiéntete menos:
Anticipando la adaptación
Controla las expectativas. Si es tu cumpleaños y sabes que tus padres quieren regalarte un coche, y llevas dos
meses pensando en ese coche que tus padres te van a regalar, y en tu mente es un BMW; no importa lo que hagan
tus padres o el dinero que se gasten, si no te dan ese BMW en el que estabas pensando, vas a estar decepcionado y
cabreado.
Tus padres te podrían haber regalado un par de camisas, pero no, se gastaron el dinero y te regalaron un coche
nuevo, y aun así ¿tú estás decepcionado? ¿No es increíble?
Es por esto por lo que necesitas controlar tus expectativas, no porque no quieras las mejores cosas en la vida; sino
porque tú no puedes controlar factores externos o lo que hacen terceras personas.
Tienes todo el derecho del mundo a pensar que te vas a comprar el BMW con tu dinero, porque eso es algo que
controlas tú. Pero el tratar de controlar las acciones de terceras personas o el basar tu felicidad en ello te va a
hacer bastante infeliz (como el basar tu felicidad en que tu equipo de fútbol gane o pierda, algo que escapa
totalmente de tu control).
Por esto precisamente necesitas controlar tus expectativas, porque, si no, vas a estar pensando que la gente va a
actuar de una manera determinada y, cuando no sea así, vas a llevarte una gran desilusión.
Limita las comparaciones sociales
No trates de competir con tu vecino:
Aprende a amar las restricciones. No porque te vayan a hacer sentir miserable, sino porque te ayudarán a ser más
feliz.
Expansión perceptual
Si te concentras en el centro de la pantalla del ordenador, todavía puedes percibir y registrar lo que hay a los lados
de la pantalla. Entrenar la visión periférica para que registre la información de forma más efectiva puede incrementar
la velocidad de lectura más de un 300%.
Los lectores no entrenados usan hasta la mitad de su campo periférico en márgenes al moverse de la primera palabra
a la última, gastando un 25-50% del tiempo de lectura leyendo márgenes sin contenido.
Para ilustrar este ejemplo, usemos esta línea:
“Érase una vez, los estudiantes disfrutaban leyendo cuatro horas al día”.
Si hubieses sido capaz de comenzar la lectura en “vez” y acabarla en “4”, habrías eliminado 5 palabras de 11
posibles, con lo que doblarías tu velocidad de lectura.
El concepto es fácil de implementar y combinar con el seguimiento y ritmo que has ido practicando con el bolígrafo.
1) Técnica (1 minuto):
Coge ahora un libro, revista… que quieras leer. Usa el bolígrafo para moverte sobre cada línea, a una velocidad de 1
segundo por línea. Empieza con la primera palabra de la línea y acaba con la última palabra de la línea.
No te preocupes por la comprensión. Mantén cada línea a un máximo de 1 segundo, e incrementa la velocidad con
cada página que pases. Lee, pero bajo ninguna circunstancia deberías tardar más de 1 segundo por línea.
2) Técnica (1 minuto):
Usa el bolígrafo para moverte sobre cada línea a una velocidad de 1 segundo por línea (como máximo). Empieza por
la segunda palabra de cada línea y acaba en la penúltima palabra de cada línea.
3) Velocidad (3 minutos):
Empieza al menos por la tercera palabra de cada línea y acaba, al menos, en la antepenúltima palabra de cada línea.
Repite la técnica, dejando para cada línea medio segundo como máximo.
Puede que no comprendas nada al principio, lo que es de esperar. Mantén la velocidad y la técnica; estás
acondicionando tus reflejos perceptivos, y esto es un ejercicio de velocidad diseñado a facilitar estas adaptaciones a
tu sistema. No disminuyas la velocidad. Medio segundo por línea durante 3 minutos; enfoca la vista en la punta del
bolígrafo y concéntrate en mantener la técnica y en la velocidad. Concéntrate en el ejercicio, no dejes a tu mente
divagar.
4) Calcula tu nueva velocidad de lectura (PPM)
Lee con un cronómetro durante 1 minuto. Lee a la máxima velocidad que puedas para comprender lo que lees.
Multiplica el número de líneas por el número medio de palabras por línea para determinar tu nueva velocidad de
lectura (en PPM).
Capítulo 4. Mejora tu Comprensión
“La mejora del vocabulario es, singularmente, el factor más importante en el aumento del nivel de la inteligencia
de los seres humanos”
La mejora de nuestra comprensión al leer va a basarse en estos factores:
Párrafos Explicativos
Son aquellos en los que el escritor se dedica a explicar un determinado concepto o punto de vista. Normalmente
son muy fáciles de reconocer y, con suerte, fáciles de entender.
Párrafos Descriptivos
Normalmente contienen una expansión de ideas sobre una materia que ha sido introducida previamente.
Párrafos de Enlace
Son aquellos que unen otros párrafos. Como tales, normalmente contienen información clave, puesto que resumen el
contenido de lo que ha sido explicado previamente y de lo que sigue a continuación.
Si tienes conocimiento previo del tema, lo más fácil es que pierdas más tiempo con los párrafos de enlace; y pases
más rápido los párrafos descriptivos y explicativos.
Si no tienes conocimiento previo del tema, es mejor dedicarle tiempo a los párrafos explicativos y de enlace; los
párrafos descriptivos los puedes pasar más rápido, puesto que están elaborando información sobre una idea
explicada previamente.
CONCENTRACIÓN
Cuando quieres leer rápido, necesitas estar concentrado. No importa si es lectura rápida o cualquier otra actividad, si
no estás concentrado estarás perdiendo el tiempo. Este es el motivo por el que vamos a hablar de las mayores
distracciones y las mejores maneras de concentrarse.
¿Por qué es importante la concentración? La concentración te ayuda a:
Si de verdad te quieres concentrar y llegar a un estado de práctica profunda, necesitas estar centrado en la tarea. Hay
estudios que prueban que, una vez que estás inmerso en una actividad, y te distraes (ya sea porque el teléfono suena,
alguien te interrumpe...) te va a llevar al menos 15 minutos volver a ese estado de concentración, suponiendo que
vuelvas a él.
Eso significa que, si simplemente te distraes porque el teléfono suena durante 10 segundos, habrás perdido, al
menos, 20 minutos. ¿Te imaginas si estás en un sitio donde te distraes todo el tiempo porque suena el teléfono, las
notificaciones del whatsapp, tus compañeros hablando...? En un lugar así, es imposible concentrarse y hacer nada de
forma adecuada.
No importa cuánta gente diga que puede trabajar así. Una cosa es que puedas trabajar, y otra que la productividad
sea la misma. La productividad nunca va a ser igual a la que conseguirías si trabajases en un ambiente libre de
distracciones.
Hay muchos factores que mejoran o reducen tu velocidad de lectura. Aquí vas a aprender cuáles son y cómo puedes
mejorarlos para conseguir leer lo más rápido posible:
Lugar e intensidad de la luz
Esto es muy importante, dado que la posición y la intensidad de la luz van a afectar la manera en que lees el
libro, y esto afectará a la velocidad con la que eres capaz de leer.
Tu lámpara debe estar situada en el lugar contrario a la mano que usas para leer. Si usas la derecha, pon la
lámpara a la izquierda. En mi caso, como soy zurdo, me pongo la lámpara a la derecha. Esto me ayuda a tener
más claridad, al evitar las sombras que se darían al estar mi mano entre la luz y el libro (si la lámpara estuviese
situada a la izquierda).
La intensidad va a afectar a la claridad con la que puedes ver las letras. Si la luz es demasiado fuerte, te va a
perjudicar porque no vas a poder ver bien las letras debido al brillo. Lo mismo pasa con una luz pobre, no
puedes ver bien las letras y, como consecuencia, tu velocidad de lectura se ve afectada.
Disponibilidad de materiales
Es importante que tengas a mano los materiales que vas a necesitar, para no tener que estar interrumpiendo
constantemente tu lectura al tener que levantarte. Si haces esto, estarás obstaculizando tu estado de “flow”, tu
velocidad de lectura y tu comprensión.
Confort físico
Lo importante aquí es tener un balance. Necesitas sentarte con la espalda y el cuello rectos. Si te inclinas hacia
atrás más de 90 grados, tu cerebro activa el “modo sueño”, y tu concentración y estado de alerta se ven bastante
disminuidos. Si estás leyendo y te inclinas hacia delante, te vas a hacer daño en la espalda y, una vez que esto
pase, tu concentración caerá también.
Como decía mi profesor Mr. Maxwell, “tu capacidad de aprendizaje está proporcionalmente relacionada con la
capacidad de permanecer sentado confortablemente”. Una vez que empiezas a notar molestias en la espalda,
cuello... ya no prestas tanta atención, porque tu concentración está en tu dolor, no en la lección (o, en este caso,
en el libro).
Altura de la mesa y de la silla
Si la silla está muy alta o muy baja, tus piernas van a sentirse incómodas. Lo mismo pasa con tu escritorio. Tu
silla debería permitirte mantener tus piernas a 90 grados para que sea confortable. Tu mesa debería permitirte
apoyar los codos sin elevar o bajar tus hombros.
Distancia entre los ojos y el material de lectura
Para poder leer rápidamente, el libro necesita estar a unos 50 centímetros de tus ojos. Si está más lejos, va a ser
difícil ver las letras claramente. Si está más cerca, te va a ser difícil tomar la fotografía mental que necesitas
para la lectura rápida.
Postura
La espalda y el cuello deben estar rectos. Si no haces esto, el dolor de tu cuello y/o de tu espalda vendrá pronto
y te distraerán de la lectura; y, como consecuencia, tu velocidad de lectura disminuirá.
Interferencias: cansancio, ruido, problemas de salud...
Huye de las personas cuando te quieres centrar en hacer algo, cuando quieres alcanzar ese estado de “flow”. Una vez
que estás concentrado, cada vez que alguien te distrae, tardas al menos 15 minutos en volver a ese estado de
concentración (si es que vuelves). Piénsalo. Simplemente una pequeña pausa porque tu teléfono sonó o porque
alguien te preguntó algo sin importancia, y habrás desperdiciado al menos 20 minutos. Por eso es por lo que
necesitas estar concentrado durante 25, 30, 40 minutos, sin nadie que te moleste. Ya tendrás tiempo durante el
descanso para hablar con la gente; pero durante tus sesiones de lectura, tienes que estar concentrado para conseguir
ese estado de “flow” y sacar el máximo rendimiento posible a tu tiempo.
Escucha a tu cuerpo también. Si sabes que estás muy cansado, tu concentración y tu velocidad de lectura van a ser
malas. Si eres una persona mañanera, lee por la mañana. Si eres un ave nocturna, lee por la noche.
Todos estos factores van a influenciar tu habilidad de leer rápidamente, de comprender los materiales, y de alcanzar
ese estado de “flow” necesario para llegar el siguiente nivel.
Capítulo 5. Cómo recordar mejor lo que lees (Memorización)
Usar un subrayador de forma eficiente
A la hora de usar los rotuladores para resaltar la información importante, la mayoría de la gente los usa mal. Usan
los rotuladores para colorear el libro. Ven un párrafo que les interesa, y proceden a colorear todo el párrafo. Si queda
algún espacio en blanco, lo rellenan. Después ven que el color sobresale un poco por los márgenes, así que, para que
quede todo uniforme, se dedican a colorear los márgenes también. Hemos pasado de estar leyendo y buscando
información importante a estar coloreando el libro (una actividad totalmente pasiva en la que no vamos a aprender
nada).
Esta actividad de colorear distrae mucho y es una pérdida de tiempo. Esto se debe a que el colorear pospone el
aprendizaje. Si necesitas aprender esa información para un examen, entonces estás usando los rotuladores de un
modo muy ineficiente. Antes o después tendrás que volver a leer todo el párrafo, tratando de descifrar porqué lo
subrayaste en un principio.
Si quieres usar los subrayadores de forma efectiva, subraya sólo las palabras clave. Es muy raro que tengas que
subrayar más de una frase. Las palabras clave son las que tienen más sentido en la frase o en el párrafo.
Si cada vez que usas un rotulador sientes la necesidad de colorear todo el párrafo, usa las notas al margen. La única
io
vez que debes subrayar todo el párrafo es cuando necesitas documentar una cita.
Escribir notas en el margen
ti.
Crear notas al margen es a menudo más fácil y efectivo que subrayar. Con el bolígrafo, dibuja una flecha que vaya
desde la frase o palabra clave al margen; lee el párrafo entero para asegurarte de qué es lo importante; y, a
en
continuación, con tus propias palabras y tan brevemente como sea posible, escribe una nota en el margen.
Puedes usar las notas al margen para resumir lo que dice el párrafo, o porque esta idea la quieres relacionar con
otras. Crea una nota que te haga recordar porqué era importante este párrafo.
Si primero subrayas y luego creas una nota al margen, tardarías más tiempo al principio al crear las notas, pero luego
id
vas a pasar menos tiempo repasándolas porque se te van a quedar mejor.
Tomar notas en un folio
76
Tomar notas lleva un poquito más de tiempo pero es muy útil para aprender material con el que no estás
familiarizado o para documentar el libro. Puedes poner el título de cada capítulo en el margen izquierdo del folio, y
luego desarrollarlo en el lado derecho; puedes usar mapas mentales… Lo que te sea más cómodo.
19
Lo que estás haciendo es poner la información más importante del libro en tus propias palabras. Esto funciona muy
bien para libros de no-ficción.
Para libros de ficción, el tomar notas se usa para crear un sistema que te ayude a estar al tanto de los personajes, la
trama, los conflictos… Este sistema puede ser tan simple como coger una tarjeta en blanco en el que pongas los
ko
nombres de los personajes y alguna característica, y luego usarlo como marca-páginas. Esto no suele ser necesario si
lees el libro de una vez; pero si dejas la lectura para los fines de semana va a ser muy útil, ya que llegas al libro con
la información clave de cada personaje. Del otro modo sería muy difícil para ti recordar todos los personajes y la
Ya
La repetición espaciada es una técnica de aprendizaje que incorpora crecientes intervalos de tiempo entre repasos de
un material que has aprendido previamente; buscando aprovechar el efecto espaciado (efecto por el cual las personas
recordamos o aprendemos mejor las cosas cuando las estudiamos de un modo espaciado a lo largo del tiempo; en
vez de repetirlas muchas veces en un espacio corto de tiempo).
Por ejemplo, si quieres recordar información para un examen, es mejor empezar a estudiar un mes antes, luego
repasas la información al día siguiente, luego a los dos días, a los 3, a la semana…
Usar la repetición espaciada (estudiar a intervalos en espacios más largos de tiempo) es mejor que estudiar el día
antes de un examen.
Así que, para resumir, estos son los pasos necesarios para recordar la información:
Si, por ejemplo, asumimos que cada fijación nos lleva el mismo tiempo, y (simplemente nos lo imaginamos para
este ejemplo) el tiempo que pasamos en cada fijación es medio (1/2) segundo, podemos ver que el tiempo total de
lectura (del buen lector que lee dos palabras por salto) para 8 palabras es 1/2+1/2+1/2+1/2=2 segundos. Por otro
lado tenemos el lector pobre. Él, para la misma cantidad de palabras, va a tardar
1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2+1/2 +1/2 +1/2+ 1/2+1/2= 8 segundos (4 veces más de lo que el
buen lector tarda).
Después de este ejemplo, puedes ver que es obvio que tenemos que eliminar las regresiones y los saltos hacia atrás.
La mejor manera de hacer esto es empezando a incrementar la percepción de nuestro campo visual.
Hazlo cuando estés buscando la idea principal o ideas de un texto. Debes leer por encima cuando tu
propósito es:
Ojear o escanear
Úsalo cuando estés buscando algo específico, una pieza de información especial.
Saltar
Se refiere a dejar algo sin leer. Haz esto si el texto es innecesario, repetitivo, o simplemente está de relleno.
Para saber si debes usar una de estas técnicas (leer por encima, ojear o saltar) lo mejor que puedes hacer antes de
empezar a leer es:
Cancela tus suscripciones. ¿Es verdaderamente importante que lo leas? ¿Te va a hacer crecer, o es algo que
de verdad te gusta leer? Si la respuesta es NO, cancélalo.
Vista preliminar para todo. Esto te ayudará a ahorrar tiempo al ver si el material de verdad merece la pena.
Fotocopia o recorta artículos. No necesitas leer o mantener toda la revista. Si hay un artículo que de verdad
te gusta, córtalo y guárdalo en un archivo. Tira el resto de la revista. De ese modo ahorrarás bastante espacio.
Usa Post-its. Para recordarte las cosas más importantes que leer.
Ten una libreta a mano y escribe el índice. Esto te ayudará a centrarte en la estructura del libro y ver qué es
lo más importante para ti, y lo hará todo más fácil cuando tomes notas.
Tira el correo basura. Todo lo que te haga perder el tiempo, tíralo. Ni siquiera lo abras. Tan simple como
eso.
Capítulo 8. Mentalidad Necesaria para la Lectura Rápida
9 DIRECTRICES PARA UNA LECTURA CRÍTICA
Estas 9 directrices para una lectura crítica te ayudarán a convertirte en un mejor lector. Normalmente tenemos
muchas presunciones generalizadas sobre los libros (una de ellas el que, si algo está escrito en un libro, debe ser
verdad). Pero nada más lejos de la realidad. Estas directrices te ayudarán a desarrollar tu pensamiento crítico y a
mejorar la forma en la que ves y absorbes las ideas de otras personas.
1. Sé abierto respecto a nuevas ideas
No pases todo el tiempo en tu castillo sin ningún contacto con el mundo exterior. Exponerte a nuevas ideas te
ayudará a ver las cosas de un modo distinto y a tener una mayor comprensión de las cosas que ya conoces; y
también te dará la energía necesaria para tener tus propias ideas creativas.
2. No discutas sobre cosas de las que no sabes
No hay cosa que me dé más coraje que la gente que habla de todo y que necesita dar su opinión sobre cualquier
asunto; incluso aunque no tienen ni pu”{{a idea de lo que hablan. Es como ver los programas en la tele en los
que los tertulianos, famosos por acostarse con alguien “famoso”, lo mismo te comentan los cuernos que le puso
uno a otro que la situación en Oriente Medio.
Si no sabes de lo que estás hablando, este es el mejor consejo que te puedo dar: Mantén la boca cerrada. Y
escucha. Obviamente, cuando hay una discusión cada persona tendrá un punto de vista distinto. Simplemente
oye lo que dicen y fíjate en lo que te parece más coherente; y, si estás interesado en la materia, cuando llegues a
casa métete en internet y busca artículos sobre el tema, o cómprate un libro sobre el tema en Amazon. De ese
modo, la próxima vez podrás unirte a la discusión y aportar una nueva perspectiva.
3. Saber cuándo necesitas más información
A veces conoces la materia de un modo superficial, así que puedes tener una idea general de lo que la gente
comenta a tu alrededor. Pero sabes que necesitas más información para poder aportar tus opiniones a la
discusión.
4. Sé consciente de que la gente tiene diferentes ideas respecto al significado de las palabras
5. Conoce la diferencia entre algo que debe ser verdad y algo que quizás sea verdad
No es lo mismo “La reina Sofía está embarazada” que “La reina Sofía quizás esté embarazada””. La primera
establece algo que es completamente cierto. La segunda está basada en rumores, que quizá sean ciertos, quizá
no. Cuando leas, ten cuidado a la hora de determinar que algo es absolutamente cierto (cuando la verdad es que
quizá sea cierto, quizá no). Esto te ayudará a evitar tener un punto de vista erróneo sobre una materia.
6. Huye de las generalizaciones rápidas
“Las mujeres no saben cómo leer los mapas”, “los hombres no saben escuchar...”. Esas son generalizaciones
que, incluso aunque en algunos casos puedan ser ciertas, no significa que siempre lo sean. Si generalizas en
muchas situaciones, tu punto de vista sobre el mundo va a ser muy limitado y eso va a afectar a la forma en que
ves la vida, la forma en que absorbes las ideas de otros, y la forma en que te relacionas con otras personas.
7. Cuestiona cualquier cosa que no tenga sentido
Si no tiene sentido para ti, a lo mejor no es correcto. Sólo porque algo esté escrito en un libro, no significa que
sea cierto.
8. Separa las emociones de la lógica
Por ejemplo, si estás leyendo un libro sobre la Historia de la ETA, y tu padre era Guardia Civil, probablemente
vas a tener unos sentimientos bastante fuertes sobre lo que estás leyendo. Y esas emociones no te van a dejar
ver las ideas que están expuestas en el libro (ya sean ciertas o no).
Por eso es por lo que necesitas separar, en la medida de lo posible, tus emociones cuando estás leyendo sobre
una materia que te puede afectar personalmente. Esto no es algo fácil de lograr, pero te ayudará a comprender
mejor y más objetivamente las cosas.
9. Desarrolla tu vocabulario para poder comprender a otros y para hacer que te comprendan a ti.
Aumentar tu vocabulario te ayudará a expresar mejor tus ideas y a ser capaz de comunicarte mejor con la gente.
Porque no quisieron
Porque no sabían cuáles eran ni cómo hacerlo (por desconocimiento)
Pienso que probablemente sea la segunda opción. La cosa es que, si los maestros no saben estas simples reglas de
lectura ¿qué tipo de personas están enseñando a tus hijos? ¿Qué pueden aprender tus hijos de ellos? Ahí te dejo con
el enigma.
Volviendo a las 10 cosas que no te enseñaron en el colegio, aquí van. Todas son muy importantes y, si las eludes, lo
haces bajo tu cuenta y riesgo:
Ésta es una lista muy interesante de preguntas que te puedes hacer a ti mismo para llegar al siguiente nivel de la
Lectura Rápida. No te preocupes si no las usas todo el tiempo (yo no lo hago), pero de vez en cuando vienen bien
cuando necesitas extraer tanta información como puedas de un libro, informe...
Cuando lees No-Ficción, tu objetivo es:
Desafiando al autor:
¿Estoy familiarizado con el trabajo de este autor? Si lo estoy, ¿de qué manera me influencia esto? ¿Soy más,
menos objetivo?
¿Qué opino de la lectura?
¿Concuerda la información con lo que conozco del tema? ¿En qué se diferencia?
¿Cómo afecta esto a lo que necesito saber, o como lo puedo usar?
Al final, recuerda que todos los autores intentan influenciar nuestros pensamientos de un modo o de otro (yo, por
ejemplo, trato de influenciarte para que leas más rápido).
Capítulo 9. Cómo alcanzar el Nivel Maestro
¿Por qué quiero mejorar?
(Ejemplo) Quieres mejorar porque vas a conseguir un ascenso; más dinero; o tener más poder en la toma de
decisiones de tu empresa.
¿Qué herramienta está siendo más eficaz?
En este caso, la herramienta más eficaz para ti es la lectura rápida, porque es la que te va a llevar un paso más allá
del resto de tus compañeros y te va a convertir en la persona más productiva de tu empresa.
Pasos Maestros:
Decide lo que de verdad quieres y qué es lo que está evitando que lo consigas
Consigue un efecto máximo: asocia un dolor masivo si no cambias ya, y un placer masivo si cambias Ya.
Interrumpe un comportamiento limitador
Crea una nueva y poderosa alternativa
Condiciona un nuevo patrón hasta que es consistente; después refuérzalo
Pruébalo
¿Qué es lo que de verdad quiero? Quiero aprender la lectura rápida para poder ser el mejor en mi trabajo
Consigue un efecto máximo: si no hago esto, voy a tener que competir con mucha gente que es mejor que yo en
otras cosas; y las posibilidades de seguir en el mismo puesto durante muchos años es algo demasiado doloroso para
pensarlo siquiera.
Interrumpe un patrón limitador: puedes leer 2 veces más rápido de lo que lees actualmente. Sin ningún tipo de
duda.
Crea una nueva y poderosa alternativa: voy a ser el mejor en mi campo. Voy a ser imparable.
Continúa entrenando y aprendiendo lectura rápida hasta que hayas adquirido la habilidad
Pruébalo: ya estás comprobando la lectura rápida y, si has ido practicando los ejercicios del libro, sabes que
funciona.
1. La habilidad que elijas debe ser realística (si quieres aprender a volar como un pájaro, lo tienes difícil)
2. Debes deshacerte de tu sensación de confort y seguridad (cuando estés aprendiendo lectura rápida, te vas a
sentir incomodo al principio porque no vas a entender la mayoría de lo que lees).
Lo que separa a los Maestros de los demás es, normalmente, algo muy simple. Cuando estamos aprendiendo
una nueva habilidad, solemos llegar a un punto en el cual nos frustramos; lo que estamos aprendiendo parece
fuera de nuestro alcance. Si nos dejamos llevar por esos sentimientos, inconscientemente dejamos de creer en
nosotros mismos, justo antes de abandonar.
Para poder llegar a ser un Maestro, recuerda estas 3 reglas:
1. Resiste la tentación de ser amable contigo mismo. Se tu peor crítico, reconoce tus debilidades.
2. Resiste la tentación de levantar el pedal de tu concentración. Te entrenas a ti mismo para concentrarte en la
práctica con el doble de intensidad, como si fuese la realidad multiplicada por dos. Te das a ti mismo fechas
límite arbitrarias, siempre presionándote más allá de tus límites.
3. Al final, tus cinco horas de trabajo intenso y concentrado son el equivalente de 10 horas de trabajo para la
mayoría de la gente.
Después de hacer esto, dime qué piensas del experimento y cuéntame que tal te fue. Mándame un email a
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mejorado, y cuáles son los principales problemas con los que te encuentras.
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