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La llegada de los españoles.

Constituye uno de los momentos fundamentales de la historia universal y


representa el encuentro de dos mundos que habían evolucionado
independientemente desde el origen de la humanidad, lo cual cambió el rumbo de
la historia. Comenzó con la llegada a América el 12 de octubre de 1492 de una
expedición capitaneada por Cristóbal Colón por mandato de los reyes Isabel y
Fernando de Castilla y Aragón, que había partido del puerto andaluz de Palos dos
meses y nueve días antes y, tras cruzar el Océano Atlántico, llegó a unas islas del
continente americano, concretamente las Bahamas.

Lo ocurrido con nuestros indígenas.


La llegada de los europeos a América supuso un colapso demográfico de la
población indígena. Se cree que hubo genocidios indiscriminados, la llegada de
enfermedades epidémicas, y los indígenas carecían de defensas biológicas.

La población indígena disminuyó en un 95%. Los europeos intentaron imponer


nuevas creencias, costumbres y actividades y, los indígenas quedaron en una
posición de desamparo social.

Muchísimos indígenas murieron de enfermedades desconocidas en América y


traídas por los europeos (como la viruela). También hubo suicidios y una gran
cantidad de muertes provocadas por excesivas cargas de trabajo.

Actividades comerciales de la colonización.


Las actividades comerciales eran la venta de aceites, aguardientes, objetos de
hierro, lencería, telas manufacturadas en Holanda e Inglaterra, jarcias, papel,
vajillas, etc., además de los productos procedentes de las Filipinas que la Nao de
China traía al puerto de Acapulco. Este último acontecimiento fue motivo de
interesantes ferias, a las que concurrían comerciantes de distintas partes de la
Nueva España para comprar perlas, especias, muebles, perfumes, ámbar, telas de
seda, seda cruda, floja y torcida.
Las prohibiciones al comercio exterior impidieron el comercio directo entre Nueva
España y las Filipinas, entre nueva España y Buenos Aires, entre Perú y Nueva
España, pues el comercio autorizado sólo podía efectuarse a través de los únicos
puertos habilitados de España: Cádiz y Sevilla; y los de América: Veracruz,
Panamá y Cartagena.

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