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Presentado por:

Seleny García 2017-1073


Víctor Santos 2017-1195
Karina Núñez 2017-1212
Tami Vargas 2017-1223
Keidy Ventura 2017-1248

Sección:
J210

Asignatura:
Introducción a la Filosofía

Tema:
El Pensamiento Filosófico Dominicano

Facilitador (a):
René Alejandro Rojas

Fecha:
07-08-2018
Introducción

El presente trabajo tiene por objetivo ahondar particularmente en la historia del


pensamiento filosófico dominicano, de tal forma que podamos evaluar su evolución a
través del tiempo y así, llegar a la conclusión de cuál es la verdadera identidad del
pensamiento filosófico dominicano.

Contiene un análisis exhaustivo de las ideas filosóficas de grandes personajes


dominicanos de épocas pasadas, comparando estas con las de hoy en día,
permitiéndonos así, tener una idea más acabada y/o completa de las inquietudes que
han motivado a dichos filósofos, además de la calidad que rodea el pensamiento de
cada uno de ellos en cuanto a la veracidad de su contenido.

En el recorrido de la lectura podremos formarnos una idea propia de si las ideas


filosóficas dominicanas han podido alcanzar cierta autonomía, debido a que el
desarrollo de la misma ha sido tachado de heterogéneo, difuso y encubierto.

A continuación apreciaremos la evolución de nuestro pasamiento filosófico, los


pioneros del mismo, y por tanto sus aportes al campo de la filosofía dominicana,
evaluando igualmente el estado actual del quehacer filosófico dominicano.
El pensamiento filosófico dominicano
El pensamiento filosófico dominicano, nace en la época del descubrimiento. El primer
volumen de filosofía de autor genuinamente dominicano aparece editado en Santo
Domingo en la imprenta de la Capitanía General, el año de 1814.

A principios del siglo XIX  (1814) se publica el primer


pensamiento  filosófico  genuinamente dominicano  “Introducción a la Lógica”. Es un
libro precoz. La imprenta no tenía aún una década de haber sido introducida al país. El
primer impreso de que se tiene noticia data de 1808.
Precisamente, el autor de esta obra, Andrés López de Medrano, o López Medrano,
nacido en Santiago de los Caballeros hacia 1780, es una figure que se destaca de
manera vigorosa y notable por su contribución a la creación de una conciencia
nacional, ya dada en las circunstancias materiales que rodean a ese periodo.

Según algunas fuentes dicen que la filosofía en nuestra isla inició en 1542, pero a
pesar de este dato importante de nuestra historia, en realidad en el 15 de abril del
1502,  a la llegada de  los miembros de la Orden de San Francisco a la villa de Santo
Domingo.

Estos misioneros llegaron a nuestra  isla tras el descubrimiento de nuestro


continente,  los cuales vinieron para evangelizar y enseñar a los indios sobre Dios. Elsa
Saint Amand nos dice, en la misma dirección, que en «Las Casas y en Montesinos,
están los primeros gérmenes del Pensamiento dominicano».

Es por esto que podemos decir que en la isla de Santo Domingo el problema filosófico
tuvo sus primeras manifestaciones poco tiempo después de su descubrimiento. Mas
adelante con el descubrimiento de la isla en el siglo XV, se inició un reinado de ideas
filosóficas y religiosas, bajo la mando del pensamiento escolástico. Aunque esta se
fortaleció  más adelante con la filosofía de Santo Tomas de Aquino.

El curso de las ideas filosóficas en la República Dominicana, ha sido un poco


heterogéneo, difuso y encubierto, en el marco de las reflexiones sociales, literarias,
estéticas, antropológicas, históricas y sobre la naturaleza; maleza (de acuerdo con
algunas personas), constituida en un impedimento para encontrar una reflexión
filosófica nativa, propuesta en el lar nacional al estilo de la filosofía occidental. Quizás
esta es una de las muchas razones por las cuales, a las personas que están dentro y
fuera del campo de ejercicio de la filosofía, les ha costado o han decidido, sin que esté
precedida de una exhaustiva investigación, dar una respuesta rápida al problema de si
existe o no una filosofía dominicana, asumiendo abruptamente su no existencia.

Normalmente se consideran trabajos filosóficos, los referentes a los grandes problemas


y preguntas de la ontología, conceptualizaciones tendentes a la totalidad, que
interrogan sobre el Ser, la libertad, la verdad, el origen, Dios, el alma, los valores; de
modo que guiados por esta consideración, vinculada al filosofar puro, se ha decidido, a
la ligera en muchos casos, apuntar que no existe una filosofía dominicana.

En la síntesis teórico-práctica, se hacen visibles, entonces, temas sobre las etnias, las
mujeres, el medio ambiente, la identidad y la dominicanidad, los grupos marginados,
ahora en textos a interpretar en sus prácticas. La filosofía está en la base de todo el
pensamiento dominicano. Original o no, orgánico o sistemático (o no), cada texto
discursivo del área social o natural, contiene preguntas filosóficas.

La concepción de la filosofía que manejamos es diferente a la concepción de un


filosofar solipsista en busca de esencias ideales, en conexión con el mundo
parmenídico que soslaya lo sensorial vivido, de espaldas a la pluralidad temática, a la
historia, sin determinaciones contextuales, culturales, ciega a la contradicción.

Si se plantea que el esfuerzo del pensamiento dominicano se ha dirigido básicamente a


tratar de resolver palmariamente la cuestión de nuestra identidad y que este material
racional no es filosofía, porque la pregunta por la identidad no se corresponde con las
grandes preguntas del filosofar, sólo Andrés Avelino García Solano y Juan Francisco
Sánchez se mostrarán como pensadores netamente filosóficos, o filosóficamente
puros.

En este sentido, si se descuenta a Andrés Avelino y a otros pocos pensadores de la


época de Trujillo y de la actual, la línea filosófica que se ha desarrollado en el país, ha
tenido que ver con la problemática político-social, antes y después de la formación de
la República en el 1844. Si lo abordamos de esta manera, quizás podremos decir que
no existe una filosofía dominicana con un lugar en el mundo de la cultura universal, y sí
un pensamiento filosófico dominicano en construcción. Averiguarlo con hondura y
honestidad es un compromiso moral. Entonces, recorrer la historia del pensamiento
dominicano a través de un hilo que conduzca hacia la abstracción filosófica, es una
tarea pendiente.

Muchos se refieren a las reflexiones filosóficas dominicanas como notas a pie de


página del pensamiento occidental o europeo, que por razones históricas y culturales,
en una investigación rápida, como se sabe, es la fuente principal de primera mano del
pensamiento dominicano, a pesar de que nuestra transculturación no ha sido
únicamente europea. Es amplia la capacidad de algunos de nuestros pensadores más
exhaustivos respecto a las discusiones filosóficas propias de sus épocas; pero, se
piensa que, poseedores o no de una tradición filosófica, los dominicanos han vivido de
espaldas a su realidad, porque, según Iván Alfonseca (1981), siguiendo a Julián
Marías, «con demasiada frecuencia, sacrificaron el ser al ser distintos» y según Hegel,
pensando en Latinoamérica: «Lo que hasta ahora acontece allí no es más que el eco
del viejo mundo y el reflejo de ajena vida».
Con el descubrimiento de la isla en el siglo XV, se inició un reinado de ideas filosóficas
y religiosas, bajo la égida del pensamiento escolástico todavía vivo en España desde el
Medioevo, y que durará entre nosotros hasta el siglo XIX, aunque su modalidad en la
versión de Santo Tomás de Aquino, se fortalecerá en el siglo XVI.

En las dos primeras décadas del siglo XIX, la sociedad dominicana es francamente,
como todos conocen, muy pobre y mayoritariamente campesina. En este escenario
social, tenemos a Pedro Francisco Bonó (1828-1906), influenciado por el positivismo y
por el socialismo utópico, uno de los dominicanos surgidos a raíz de la jornada de la
Restauración del 1863, con motivaciones filosóficas culturales que expresaban un
sincero y profundo desvelo por la nación y sus habitantes menos favorecidos por los
grupos de poder.

Hay que resaltar que como país latinoamericano nuestro país tuvo muchas influencias
de todos los gritos de libertad que resaltaban a su alrededor, así que decidimos buscar
nuestra propia identidad aunque al igual que todos los países latinoamericanos.

La discusión filosófica en nuestro país gira mayormente en torno a las controversias


que disparan las concepciones del materialismo dialéctico. Sin embargo, la producción
estrictamente filosófica no es copiosa. Es más bien rala y se consagra mayormente al
campo de la historiografía. 

En general la filosofía "pura" se encuentra en nuestro país en completo estado de


decadencia. Las razones actuales no son las mismas que en el pasado. En realidad
esta decadencia de la filosofía nacional es un reflejo de la decadencia que la filosofía,
en su sentido clásico experimenta en todo el mundo. Y si aquí hay factores
coadyuvantes, y el estado de subdesarrollo crónico y de dependencia política son los
más acentuados, el fenómeno que se aprecia es de naturaleza ecuménica. Y es claro
que en pequeños países como el nuestro se sienta esta realidad de manera más
notoria y terminante.
Precursores más importantes del pensamiento filosófico dominicano  y sus
principales aportes a través de la evolución del pensamiento filosófico en la
República Dominicana.

Andrés Avelino

El pensamiento filosófico de Andrés Avelino estudia el medio, las razones, intereses


filosóficos y su significado, centrado en una palabra: su antipositivismo. El filósofo
queda definido y retratado en su primera confesión (1940, 302): “Tengo la absoluta
convicción de que para su salvación, la humanidad necesita volver hacia la verdadera
metafísica, la metafísica espiritualista, y hacia lo religioso. Pero el mundo necesita
volver a lo verdaderamente metafísico y lo puramente religioso”.

En el proceso se coloca, de entrada, frente a la negación de la metafísica de Kant y


Comte, ante la falsedad metafísica de Bergson y Heidegger y ante la sospecha
metafísica de Husserl y Hartmann. No tiene empacho de distanciarse de los “kantianos,
de la filosofía crítica, del mismo Fichte, positivistas y pragmatistas, Husserl, etc.
(1940,309). “Nada, absolutamente nada, puede ser extrametafísico, porque todo,
absolutamente todo está embebido en la Concepción del Espíritu y en la Concepción
del Universo” Y sintetiza: “Dios, el supremo a priori, la suprema forma, la Suprema
Categorial pura, comprende categorialmente a la concepción del Universo, desciende a
través de ellas hasta el hombre y le imprime en su estructura óntica, una metafísica”
(1940,309). En otro texto dice: “he pretendido fundar la metafísica categorial del
pensamiento, que es, según mi parece, la única metafísica posible, como lo son las
metafísicas clásicas de Platón, Aristóteles y Santo Tomás” (1944).

La concepción filosófica de Andrés Avelino la caracterizan de antipositivista, porque


uno de los objetivos fundamentales de su Filosofía categorial, en oposición al
positivismo, es construir una “nueva metafísica” sobre la base de una teoría del ser
puramente etologista, y una teoría del conocimiento en que la intuición constituye el
elemento principal.

En la filosofía categorial de Avelino desempeñan un importante rol las categorías


escolásticas “jerarquía” y “analogía” del ser, ya que el concibe al ser hecho de distintas
regiones que llamaba realidad categorial, y significan las diferentes regiones
ontológicas. Avelino establece la jerarquización y las categoriales sobre las bases del
principio de analogía por medio de las paradojas. Para él no hay más que modo de
creer que un ser exista, o sea como otro ser. Así se reduce a intuir una categorial falsa
y considerarla como verdadera. 

Avelino es el filósofo más consistente y ambicioso que encontramos en toda la


literatura filosófica dominicana, tanto por la dedicación al trabajo como por la severidad
de sus temas y por el volumen de su obra. Sin embargo, Avelino tuvo que afrontar el
peso de sus anhelos especulativos en el área de la situación política más lúgubre y
severa de nuestra historia. Es el filósofo de la época más hostil a aquella tradición que
se inauguraba con los pensadores que en los alrededores de 1820, consagraban sus
facultades al ideal de una nación que entonces pugnaban por modelar con su
pensamiento.

Eugenio María de Hostos 

Para el educador, filósofo y escritor puertorriqueño Eugenio María de Hostos


(Mayagüez, Puerto Rico, 11 de enero de 1839- Santo Domingo, R.D., 11 de agosto de
1903), el propósito esencial de la educación es “el formar hombres en toda la excelsa
plenitud de la naturaleza humana”. 

Hostos llegó a la isla en 1875 y propuso un eficaz e interesante sistema de educación


científica y laica  de tipo experimental. La filosofía educativa hostosiana, o mejor, su
teoría– práctica de la educación, que él nunca formuló expresamente en su escrito, es
una síntesis de ciencias humanas que fundamentan un proyecto político-educativo de
emancipación humana, colectiva y personal. 

Para Hostos lo característico de este pedazo de universo, que es el ser humano, es


que es naturaleza consciente; materia espiritualizada. Consciente significa que el ser
humano es capaz de percibir, sentir, pensar, conocer su vida y asumir frente a la
misma una actitud voluntaria.

El ser humano no sólo vive, no sólo es un ser de relación, sino que se vive en relación,
puede asumir su vida, el conjunto de sus relaciones como acto de sentimiento, de
conciencia, de acción. Por eso llama Hostos al ser humano “obrero de la vida”.

Hostos recibió las influencias del positivismo en sus ideas pedagógicas y en el método
una marcada influencia de Pestalozzi y de Froebel. En el aspecto organizativo recibió
influencias de las ideas de Lancaster. También recibió  influencias filosóficas de
Sócrates, Montaigne, Comenio y Rousseau.

La educación para Hostos era un proceso de liberación humana a través de la cual se


podía conseguir la liberación del colonialismo y podía ser el medio para lograr una
transformación de la sociedad. Este pensamiento fue adquirido por Hostos de las ideas
krausistas en España. Eugenio María de Hostos veía la educación como el proceso
para el desarrollo de la razón, el desarrollo de un hombre completo, lo que incluye,
cuerpo, razón, sentimiento y conciencia moral. 

Nuestro prócer mayagüezano promovía una pedagogía basada en la ciencia, en la


razón científica, altamente inspirada en los valores morales como la responsabilidad, el
deber y la defensa por los derechos, una pedagogía tomando en consideración las
experiencias del alumno y su motivación y enfocada en el proceso de atender para
entender. Para Hostos la atención tenía una importancia capital en el proceso de
aprendizaje. Para él, el fin de la educación es social por lo que la educación es una
empresa social.

Hostos fue un revolucionario de la educación. Identifica la escuela como un lugar de


preparación al niño y cuyo objeto moral es la preparación de conciencia del individuo
quien es columna de toda sociedad. Lo que la escuela no realizara podría ser un
peligro para la sociedad. Este peligro sería de perturbación en el ritmo del cambio
social.

Para Eugenio María de Hostos la educación era el remedio de todos los males
sociales. Por eso quería que las escuelas se multiplicaran en número y calidad.
También creyó en la educación científica de la mujer para que fuera una mujer
completa e integrada a la sociedad con pleno conocimiento de sus derechos y
deberes. 

El pensamiento educativo de Hostos se inscribe en gran medida en el marco


conceptual del positivismo evolutivo de Augusto Comte y Hebert Spencer. Para el
positivismo toda realidad es el resultado de las condicione por las cuales subsiste,
estas condiciones constituyen su causa y ley. La realidad física, social, espiritual (moral
e intelectual) responde a condiciones de existencia. Está por ende sujeta leyes y es,
por lo tanto, cognoscible, es decir, aprehensible y articulable conceptualmente por un
órgano capaz de descubrir y expresar dichas leyes. Dicho órgano es la razón humana;
su producto máximo es la ciencia, el conocimiento más exacto que ha desarrollado la
razón humana acerca de las condiciones de existencia, de las causas o leyes de toda
realidad.

El conocimiento de las condiciones o leyes de la realidad otorga dominio racional sobre


ella. La especia humana es la única capaz de organizar su relación con la realidad a
través del conocimiento de dichas leyes y el dominio que ello le proporciona le permite
reorganizarla al servicio de sus intereses o valores. La ciencia en cuanto conocimiento
y dominio d ela realidad, convertida en la forma vital del ser humano organizar su
relación con el ambiente, es la condición de posibilidad misma para una humanidad en
la que se realice por medio de la industria (trabajo) y la planificación, el destino racional
del ser humano.

Andrés López de Medrano: nacido en Santiago de los Caballeros hacia 1780, es una
figura que se destaca de manera vigorosa y notable por su contribución a la creación
de una conciencia nacional, ya dada en las circunstancias materiales y sociales por la
que estaban pasando la nación en ese periodo. Sin embargo, su obra “Introducción a la
Lógica” debe considerarse como una contribución sumamente importante y sólida a
laceración del espíritu nacional, que debía encontrar en ella un firme soporte
conceptual y teórico.

Pedro Francisco Bono (1828-1906): un dominicano surgido  a raíz de la jornada de


Restauración del 1863, simpatizante por el positivismo, Socialismo Utópico y poseía
ciertas motivaciones filosóficas culturales  que revelaban su profunda y sincera
preocupación por nuestra nación y los habitantes desfavorecidos  por  los grupos
predominantes del poder.

Adalberto Chapusseaux: se convierte en el principal pensador dominicano a favor de


los pobres, de la movilidad social de las  mujeres y de las ideas socialistas. A
Chapusseaux  le abordaba el marxismo el cual considera a la mujer como un  elemento
humano importante  de la sociedad. Su obra más importante Introducción al
pensamiento político de Adalberto Chapusseaux (Las ideas pre socialistas en la
República Dominicana 1920-1930) donde ha y una gran fuente de ideas humanistas,
contrarias a las racistas y pro-hispánica hechas por Américo Lugo, José Ramón López,
Moscoso Puello y Pefia Baffle.

El historicismo diltheyano introducido en América Latina a través del pensamiento


de Ortega y Gasset y seguidores mexicanos, argentinos y otros, fue dominante en el
ambiente dominicano de las ideas, un poco antes de que Trujillo arribara al poder,
representado entonces por quien fuera rector de la Universidad de Santo Domingo, don
Federico García Godoy (1857-1924).

Arístides Fiallo Cabral (1876-1921): una figura importante que antes que Osvaldo
García de la Concha (y La Cósmica, 1929), incursiono también con destreza en las
reflexiones filosóficas de la física.

Su obra Doctrina Biocosmica de la Gravitación Universal y de la generación de los


mundos interpela con destreza a Newton y a Einstein.

Francisco Eugenio Moscoso Puello (1885-1959): fue un prestigioso dominicano cuyo


pensamiento se ubica en la misma línea de un desarrollo teórico y científico-natural de
Osvaldo García de la Concha y de Fiallo Cabral. Moscoso Puello trabajo su teoría
cinematicista, reflexión abordada en la Óptica horaciana sobre el movimiento que a
principios del siglo xx, se desarrolla en un contexto materialista anti escolástico.

Pedro Henríquez Ureña (1884-1946): Es frecuentemente mencionado no solamente


como un filosofo, sino como el Único filosofo de la República Dominicana, quizás por
tratarse de una figura que traspaso y alcanzo la fama allende las fronteras nacionales y
eso cuenta mucho. Sin embargo, Alfonseca lo considera un intérprete o analista de
sistemas filosóficos, y no un filósofo creador de una escuela, pese a que todavía tiene
discípulos nutriéndose de sus ideas.
Troncoso Sánchez (1906-1989), Escribió sobre los valores en Bosquejos filosóficos
(1938), donde presenta sus preocupaciones por los problemas de la metafísica, y
reflexiones filosóficas sobre la cultura.

Igualmente desde 1938 a 1940, Fabio A. Mota (1892-1975). Publicó varios ensayos en


los Anales de la Universidad de Santo Domingo, cuyo conjunto se denomino
«Evolución del pensamiento filosófico», trabajo que fue acogido con entusiasmo por los
cultivadores del área.

Pedro Mir: quien durante mucho tiempo expone con brillantez sus teorizaciones
filosóficas sobre la estética, y después de la gesta patriótica de abril de 1965, en las
aulas y pasillos de la UASD, sigue provocando admiración en profesores y estudiantes
de la época con su poética oratoria.
Conclusión

En conclusión, pudimos notar que de cierta forma, el pensamiento filosófico dominicano


buscó tener su propia identidad, incluso se puede decir que llegó a ocupar un lugar
destacado en la evolución de la cultura latinoamericana, aunque no siempre mantuvo el
mismo nivel en las distintas épocas y regiones.

En general, la filosofía "pura" se encuentra en nuestro país en completo estado de


decadencia. Las razones actuales no son las mismas que en el pasado. En realidad
esta decadencia de la filosofía nacional es un reflejo de la decadencia que la filosofía,
en su sentido clásico experimenta en todo el mundo.

A pesar de esto, se podría decir que en nuestro país existieron grandes precursores del
pensamiento filosófico dominicano como lo fueron Andrés Avelino, Eugenio María de
Hostos y Andrés López de Medrano.

Y es que, a pesar de que contamos en un momento determinado de la historia con


grandes filósofos que ayudaron al reconocimiento de la filosofía dominicana con sus
pensamientos e ideas en dicho ámbito, a pesar de ello nuestra filosofía ha
experimentado en la actualidad cierto decaimiento, debido a la falta de inclusión de la
misma en la educación dominicana.
Bibliografía

Lusitania F. Martínez Jiménez. Filosofía dominicana: pasado y presente.

https://html.rincondelvago.com/filosofia-en-la-republica-dominicana.html

Ángel Villarini Jusino. ¿Por qué estudiar el pensamiento de Hostos? Periódico Listín
Diario, enero 2012.

http://eugeniomdehostos.blogspot.com/p/filosofia-educativa.html?m=1

Ángel R. Villarini. La enseñanza orientada al desarrollo del pensamiento según Eugenio


María de Hostos.

Filosofía Dominicana: Pasado y Presente, Tomo I compilado por Lusitania Francisca


Martínez Jiménez.

http://miproferuth.blogspot.com/2016/04/contenido-introduccion-historia-de-la.html

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