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MARIO HERNANDEZ

Arduo trabajo sin desperdiciar una sola oportunidad. Esta es la vida de Mario Hernández, el
insigne diseñador colombiano que ha impuesto una exquisita moda del cuero dentro y fuera
de su país, y quien a los 72 años sigue innovando con propuestas que dejan atónitos a los
más jóvenes.

Moda, por supuesto, lujosa y de calidad; pero también un modelo de negocio que no deja
indiferente y que le ha permitido crecer, promover talento e implementar programas
sociales para sus centenares de empleados.

Huérfano de padre a los 10 años y con apenas un título de bachiller, Mario Hernández nació
en Capitanejo, en el departamento de Santander (noreste) en 1941, y su historia es de
aquellas que tristemente se repiten en muchas zonas de Colombia afectadas por la
violencia, pero en la que la constancia y la pasión han marcado la diferencia.

Cuando tenía siete años, su padre, entonces dirigente político, decidió trasladarse con su
familia a Bogotá a raíz de la violencia que azotaba a Santander; tres años después su papá
falleció y su madre quedó a cargo de cuatro hijos: “yo soy el mayor de todos”, explicó.

A los 14 trabajaba como mensajero, a los 21 administraba una tienda y poco después puso
en marcha su propia oficina de finca raíz: “He montado cafés conciertos, restaurantes,
panaderías, montones de negocios”, relató para confesar que fue la marroquinería lo que le
terminó cautivando.

A finales de los años 70 creó Marroquinera S.A., viajaba por el mundo, acudía a ferias y ya
había organizado al gremio del cuero en Colombia; en los noventa dio el gran salto al abrir
una tienda en Nueva York, negocio en el que perdió la inversión pero que lo terminó
catapultando al éxito.

Ahora considera que aquella aventura empresarial fue su “mejor MBA”, ya que el fracaso
lo compensó con la experiencia.

Y así surgió la marca Mario Hernández, la que hoy, además de carteras o bolsos,
comercializa zapatos, accesorios, maletas con diseños que no pasan desapercibidos, con la
que apostó por crear un estilo de vida nuevo en torno a sus productos.

Pero además tiene una visión única de desarrollo, más allá de las ganancias que reporta su
marca, de cuyas cifras prefiere no hablar: “yo en lugar de gastarme un tiquete en primera
clase, prefiero esa plata compartirla con mi gente”, indicó.

Durante buena parte de su vida tuvo toda clase de oficios (tal como ser vendedor de maletín
por muchos pueblos de Colombia) y negocios (por ejemplo un café concierto y una
boutique). Hasta que a mediados de los setenta nace su empresa, que originalmente se
llamó Marroquinera, al comprarle el negocio a un señor que fabricaba chaquetas de cuero a
quien le había prestado un dinero.
Hoy en día esa empresa, que lleva su nombre, tiene una fábrica en Bogotá (con 240
operarias), 16 locales en el país, 9 en Venezuela, 4 en México y una en Estados Unidos. Su
marca goza de amplio prestigio nacional e internacional (40 por ciento de sus ventas son en
el exterior). 
Don Mario presentó su caso en la tercera versión del foro LECCIONES
EMPRESARIALES. Estas son las ideas de Hernández que más llamaron la atención:
* Para tener éxito en el mundo de los negocios la clave es tomar riesgos. Hay que
investigar, hay que estudiar, hay que pensar, pero hay que tomar decisiones oportunamente.
* Un buen empresario tiene que 'maletear' siempre, es decir, estar en contacto permanente
con sus clientes, con el mercado, con lo que hace la competencia, visitando las ferias
relacionadas con su actividad.
* Cuando se monta una empresa no hay que pensar en hacer plata en el corto plazo, hay que
concentrar toda la energía y todos los recursos en desarrollar la idea. La plata llegará más
tarde como consecuencia de hacer bien las cosas.
* Se predica con el ejemplo no con palabras ni buenas intenciones.
* El motor de un empresario es tener muchas ganas de hacer cosas bien hechas.
* Hay oportunidades por doquier. Son como las hojas que ve uno en los árboles de los
bosques, están por todas partes. Lo importante es no tenerles miedo y ser creativo a la hora
de aprovecharlas.
* No hay que quejarse de lo que hacen o no hacen los demás; uno tiene que concentrarse en
ejecutar lo que está bajo su control.
* Es conveniente enseñarle a la familia -esposa e hijos- a trabajar para que no dependan de
uno, por si de pronto uno llegase a faltar.
* Hay que ayudarle a la gente, en el momento menos pensado le regresan a uno el favor.
* El factor crucial para poder triunfar en los negocios es tener un producto diferenciado.
* Un producto se diferencia en muchas facetas: su diseño, su marca, la mano de obra de sus
empleados, su visión de la moda y la calidad de sus materiales.
* A los proveedores hay que pagarles bien sus insumos, de esa manera uno garantiza tener
las materias primas de la mayor calidad -condición necesaria para conquistar el mercado.
* En la vida profesional y personal hay que tener siempre una actitud positiva frente al
aprendizaje, hay que cultivar una mente abierta.
* Aconsejo a los empresarios que están iniciando su negocio pensar en grande, pero
empezar pequeños y poco a poco ir aprendiendo y ajustando lo necesario. Les recomiendo
en especial estudiar a la competencia (sobre todo sus precios y estrategias comerciales).
Además sugiero que le presten mucha atención a la cadena de distribución de sus
productos, porque en muchos casos es un cuello de botella serio.
COMO SER UN BUEN LIDER

Escucha a tu equipo de trabajo:

Esta es una de las reglas más importantes. Siempre escucha lo que tu equipo tiene para
decir, aun cuando no quieras oír.

Para aprender cómo ser un buen líder deberás escuchar las críticas y malos comentarios,
estos deben convertirse en una fuente de crecimiento personal para tu vida.

Comunícate lo más eficiente posible:

Siempre deja claro cuáles son tus expectativas y sentimientos en buenos términos y de
manera continua.

Si quieres pasar de seguidor a líder, deberás ser explícito con lo que quieres decir. De esta
manera, no habrá espacio a interpretaciones y malos entendidos.

Habla menos, escucha más:

Algunas veces es mejor no decir nada que decir cualquier cosa simplemente por cumplir.
En ocasiones, se necesita guardar silencio de tal manera que las otras personas tengan
espacio para hablar.

Sé un ejemplo: 

Conviértete en la persona que quieres que sean tus miembros del equipo. No hay mejor
ejemplo que tus propios actos.

Con base en esto, debes ser muy cuidadoso con la primera impresión que dejas, ya que solo
tienes una oportunidad para establecer una imagen de liderazgo.

Apasiónate: 

Si no te apasiona el negocio en el que estás, seguramente estás en el lugar equivocado. No


puedes aprender cómo ser un buen líder en un trabajo que no te inspira a mejorar todos los
días, en algo que no disfrutas.

Sé consistente: 

Si bien es difícil, intenta ser constante con tus comportamientos, palabras y pensamientos.
De esta manera tus compañeros sabrán que esperar de ti.

Para pasar de seguidor a líder debe haber congruencia entre lo que dices, haces y piensas.
De lo contrario, las personas no podrán confiar en ti.
Toma decisiones firmes:

No dejes que una decisión se prolongue por mucho tiempo, y una vez la tomes, no divagues
respecto a tu decisión.

Si te genera inseguridad, aquí tienes cómo salir de tu zona de confort, algo clave para
avanzar en tus habilidades de liderazgo.

Identifica mentores y modelos a seguir:

Para aprender cómo ser un buen líder deberás encontrar personas que sean líderes exitosos
y puedan inspirarte por medio de sus decisiones y manera de liderar.

Puedes aprender de sus fracasos, experiencias y métodos. De esta forma, definirás la


manera como tú quieres liderar.

Interfiere solo cuando sea necesario:

Si confías que tu equipo hará un buen trabajo, no interfieras en sus asuntos y procesos a
menos que lo consideres necesario.

Es importante que ellos tengan la libertad para tomar decisiones, y en caso de cometer
algún error, que lo corrijan si tú presencia.

Conoce tus límites:

No traspases tus límites y tus medios. El hecho de tener el privilegio de liderar implica la
responsabilidad de conocer tus límites y entender que cada quien tiene su espacio y merece
respeto.

Son muchos los casos donde malos líderes se creen en el derecho de menospreciar a sus
equipos de trabajo, por el simple hecho de que «deben» responderle.

Identifica tus fortalezas:

Para aprender cómo ser un buen líder deberás contribuir a tu equipo aportando con tus
fortalezas.

Por ejemplo. Si eres bueno resolviendo problemas, contribuye al equipo resolviéndolos. Lo


importante es que identifiques en qué eres bueno y te centres en ello.

La inteligencia emocional radica en esto, en entender en qué eres bueno y explotarlo a tu


favor.

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