Está en la página 1de 3

Nikola Tesla es considerado uno de los hombres más innovadores y misteriosos que han existido en la Tierra.

Era un
hombre muy adelantado a su tiempo y es responsable de la mayor parte de la tecnología que utilizamos hoy en día.
De hecho, si Tesla no habría inventado e investigado todo lo que hizo en su tiempo, nuestra tecno logía de hoy en día
sería mucho peor.

Inventos de Tesla fueron mucho más allá de la electricidad. Hizo descubrimientos innovadores, tales como las
comunicaciones inalámbricas de radio, los motores de turbina, helicópteros (aunque era Da Vinci quien primero tuvo la
idea), fluorescentes y luces de neón, torpedos y el rayo X, entre otros. En el momento de su muerte, Tesla realizó cerca
de 700 patentes en todo el mundo.

Nikola Tesla: biografía y resumen de sus aportes a la ciencia


Nikola Tesla fue uno de los grandes genios del siglo XX y, pese a que su figura ha sido algo maltratada por la historia,
su legado ha permitido el desarrollo científico y tecnológico actual.

Como suele suceder con las mentes más innovadoras y creativas, Nikola Tesla fue un incomprendido durante toda su
vida.
E igual que ocurre con los grandes artistas, su obra solo fue valorada después de su muerte. Dedicó su vida a resolver
los misterios de la electricidad y a encontrar la manera de que esta hiciera más fácil la vida de las personas.
Afortunadamente, hoy en día consideramos a Nikola Tesla como lo que realmente fue: un genio. A él le debemos
innumerables inventos que han sido pieza clave para que la ciencia y la tecnología se hayan desarrollado como lo han
hecho.
Nikola Tesla es la mente detrás de los motores de corriente alterna, las radiografías, la radio e incluso de que todos
dispongamos de electricidad y energía en nuestros hogares. Tesla fue la figura que estableció los pilares de la
tecnología moderna.
En el artículo de hoy rendiremos homenaje a este científico de origen serbocroata, mostrando tanto su biografía como
sus principales aportaciones en el campo del electromagnetismo y, por lo tanto, a la tecnología y la ciencia en general.
Nikola Tesla, la verdad del mito
La personalidad y el genio del gran inventor lo han convertido en objeto de adoración e icono pop. Muchas de
las afirmaciones de sus fans, no obstante, no son ciertas
Madrid 28 JUN 2015 - 10:11 CEST

Fotomontaje realizado por Nikola Tesla de su laboratorio en Colorado Springs (EE UU) en la década de 1890.
"De todos los mitos sobre Tesla, yo destacaría el del Rayo de la Muerte, porque ni siquiera el nombre es el suyo". Así lo
afirma el escritor y periodista Miguel Ángel Delgado (Oviedo, 1971), gran divulgador de la vida y obra del inventor serbio
en español. "El nombre se lo puso la prensa del momento. Él ni siquiera propuso crear un rayo, sino un impulso de alta
energía que, en forma concéntrica, sería lanzado desde una torre para destruir todo a su alrededor".
El genio de Nikola Tesla (Smiljan, Imperio austrohúngaro, 1856-Nueva York, 1943) y la excentricidad del personaje, en
vida y tras su muerte, han alentado todo tipo de exageraciones, cuando no su beatificación frente a antagonistas como
el perverso Edison. Él mismo fue responsable, en parte, de su caricatura como genio loco, sobre todo en los últimos
años. Además de las manipulaciones reales, hay que entender que el propio Tesla alentaba especulaciones sobre sus
inventos y sus proyectos: "En las últimas décadas de su vida, cuando pierde presencia en los medios de comunicación
y empieza a ser olvidado, él se resiste y empieza a escribir en los periódicos opinando de cualquier tema y
respondiendo, ante cualquier nuevo invento que se presentase, con un eso ya lo he dicho yo antes. Es una persona que
vive sola, con evidentes problemas mentales que van a más con los años, y que pretende llamar la atención".
En esta época Tesla acostumbra, cada vez que llega su cumpleaños, a recibir en su habitación del hotel New Yorker a
periodistas ávidos de las últimas declaraciones rimbombantes del personaje. "Aquellas ruedas de prensa se convirtieron
en una especie de serpientes de verano —apunta Miguel Ángel Delgado— en las que Tesla anuncia supuestas
demostraciones futuras". Así nace, como titular aterrador, su rayo de la muerte
El cuerpo tiene su propio lenguaje. Habla. Se expresa. Los gestos, la postura corporal, la forma de mover las
manos, las cejas, la cabeza, la manera de mirar, son los signos de un lenguaje corporal que muchas veces no
comprendemos. 
Se trata de una multiplicidad de gestos que realizamos de forma inconsciente y que delatan nuestra
personalidad y nuestro estado emocional. Claro que en general no somos conscientes de ello. 
Lo que dice nuestro cuerpo a través de los gestos, de la postura y de las micro expresiones puede no
coincidir con lo que estamos diciendo. Es más, suele expresar justamente lo contrario.
Dicen que el cuerpo no miente. Y es cierto. De alguna manera se las ingenia para expresar aquello que
queremos ocultar o disimular. 
Es por eso muchos investigadores se han especializado en leer el lenguaje corporal con el fin de detectar
mentiras. Las palabras pueden mentir, pero las micro expresiones no, dicen los especialistas. 
Nosotros no controlamos lo que dice nuestro cuerpo. 
Un ejemplo típico es el rubor. Ante determinadas situaciones la persona se ruboriza. Algunas personas se
sonrojan en situaciones sociales en donde se sienten avergonzadas, otras se sonrojan sin ningún motivo, lo
cual les provoca más vergüenza. La persona no tiene dominio sobre lo que dice su cuerpo al sonrojarse.
Ocurre. Es inevitable. Y así, el cuerpo se expresa.  
Los especialistas nos aclaran que la comunicación se basa más en el lenguaje corporal que en lo que se dice
con las palabras. 
Los expertos del comportamiento humano sostienen que siete segundos bastan para que nos formemos una
opinión acerca de una persona, es decir, para que sintamos que nos es agradable o  antipática. Y todo esto
sin cruzar ni una palabra con ella. ¿Cómo? Por el lenguaje corporal. La atracción o el rechazo de definen de
manera casi instantánea.  .

También podría gustarte