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INCIDENCIA DEL IMPUESTO A LA RENTA EN

EL USUFRUCTO DE ACCIONES

Roberto Cores Ferradas

Los agentes participantes en los principales mercados financieros han desa-


rrollado una serie de productos financieros que tienen como subyacente ac-
ciones, o en general, títulos representativos del capital de sociedades, con
el propósito principal, de lograr ventajas financieras y ahorros tributarios.

Entre las principales estrategias encontramos al usufructo de acciones, que


se encuentra normado por los Artículos 107 y 108 de la Ley General de So-
ciedades.

No obstante lo señalado en el párrafo precedente, no encontramos en el ré-


gimen tributario actualmente vigente disposiciones que normen específica-
mente las consecuencias tributarias derivadas de la realización de este tipo
de transacciones. Es importante notar, que situación distinta se presenta
en otras jurisdicciones, en donde las disposiciones comerciales o regulato-
rias han sido complementadas con reglas tributarias específicas.

En este contexto, analizaremos a continuación las consecuencias -que res-


pecto al Impuesto a la Renta- tendría en el Perú la realización de las opera-
ciones de usufructo de acciones.

CONCEPTOS GENERALES

● Definición

El usufructo de acciones se encuentra regulado por el Artículo 107 de la Ley


General de Sociedades; que citamos textualmente a continuación:

“En el usufructo de acciones, salvo pacto en contrario, correspon-


den al propietario los derechos de accionista y al usufructuario el
derecho a los dividendos en dinero o en especie acordados por la
sociedad durante el plazo del usufructo.

Puede pactarse que también correspondan al usufructuario los di-

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videndos pagados en acciones de propia emisión que toquen al


usufructuario durante el plazo del usufructo”.

Por su parte, el Artículo 999 del Código Civil señala sobre el usufructo lo si-
guiente:

“El usufructo confiere las facultades de usar y disfrutar temporal-


mente de un bien ajeno.

Pueden excluirse del usufructo determinados provechos y utilida-


des. El usufructo puede recaer sobre toda clase de bienes no
consumibles, salvo lo dispuesto en los artículos 1018 a 1020”.

A su vez, en lo que se refiere al plazo del usufructo, el primer párrafo del


Artículo 1001 del Código Civil establece que:

“El usufructo es temporal. El usufructo constituido en favor de


una persona jurídica no puede exceder de treinta años y cualquier
plazo mayor que se fije se reduce a éste”.

De las disposiciones citadas, es posible inferir que el usufructo constituye un


derecho real, en virtud del cual, el propietario de un determinado bien -de-
nominado nudo propietario- cede temporalmente las facultades de usar y
disfrutar su bien a un tercero -denominado usufructuario-. Es importante
destacar que el usufructo no conlleva la transmisión de propiedad del bien
objeto del contrato; toda vez, que la condición de propietario es mantenida
por el “nudo propietario”.

En este contexto debe tenerse presente que se discute si la definición de


usufructo establecida por el Código Civil resulta aplicable a la legislación so-
cietaria; concretamente, a lo establecido por el Artículo 107 de la Ley Ge-
neral de Sociedades. Ello porque según lo establecido expresamente por el
Código Civil, el usufructo confiere la facultad de usar temporalmente un
bien ajeno y, por ende, se discute si el objeto del usufructo son las acciones
-en su condición de bienes muebles- o si se trata en realidad de un usu-
fructo sobre un derecho patrimonial.

Sobre el particular el doctor Enrique Elías Laroza señala que:

“Esta dualidad, aparentemente irreconciliable, entre el usufructo


de derechos y la definición legal de usufructo de nuestro Código
Civil, no es insalvable. Aun cuando es cierto que el usufructo tí-
pico, el de nuestro Código Civil, sólo regula el derecho real sobre
bienes, la actual LGS, tanto como la derogada, permiten y regu-
lan la constitución del derecho real de usufructo sobre un derecho
patrimonial complejo denominado acción”.1

En ese mismo sentido, sostiene Jacinto Gil Rodríguez:


1
ELÍAS LAROZA, Enrique. Ley General de Sociedades Comentada. Fascículo Tercero.
Trujillo: Editorial Normas Legales. Pág. 220.

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“(...) Pero no diremos, por ello, que el usufructo recae sobre el


documento y la forma de disfrutarlo es el ejercicio de los dere-
chos a él incorporados; antes, al contrario, debemos pensar que
el título constituye el instrumento necesario, pero sólo instru-
mento y a veces no suficiente, para el ejercicio del usufructo que
tiene por objeto el del derecho incorporado (...)”.2

Finalmente, concluye Elias Laroza sobre los alcances del usufructo de accio-
nes:

“De esta manera, el usufructo de acciones se concibe sobre los


derechos del accionista que derivan de la alícuota del capital re-
presentada en el título respectivo. Tanto la alícuota como el título
serán de vital importancia para delimitar el objeto del usufructo,
pero no son sino la medida e instrumento de aquel”.3

Es posible inferir de las citas precedentes, que el usufructo de acciones


constituye en realidad una cesión temporal de ciertos derechos del accio-
nista. Ello supone entonces, que como consecuencia del usufructo de ac-
ciones, el usufructuario tendrá ciertas prerrogativas que corresponden le-
galmente al nudo propietario, pero que han sido cedidas temporalmente por
éste a través del usufructo.

La conclusión antes expuesta resulta de especial relevancia para el análisis


de las implicancias tributarias del usufructo de acciones; toda vez que im-
plica que cualquier derecho económico recibido por el usufructuario ha sido
recibido en ejercicio de los derechos del accionista cedidos.

● Alcances

El Artículo 107 de la Ley General de Sociedades establece los derechos que


corresponden -con carácter general- tanto al propietario como al usufruc-
tuario. Sin embargo, permite que las partes en uso de la autonomía pri-
vada pacten en contrario.

Desde la perspectiva del propietario, la regla general establece que corres-


ponden a éste todos los derechos del accionista (derecho a participar en la
junta de accionistas, derecho a información, entre otros) con excepción del
derecho a los dividendos en dinero o en especie acordados por la sociedad
durante el plazo del usufructo.

A su vez, corresponde a los usufructuarios el derecho a percibir los dividen-


dos acordados por la sociedad durante el plazo de usufructo. Agrega la dis-
posición citada que podrá pactarse también que los dividendos pagados en
acciones de propia emisión que toquen al propietario durante el plazo del

2
GIL RODRÍGUEZ, Jacinto. El usufructo de acciones (aspectos civiles). Madrid: Edito-
rial Revista de Derecho Privado, 1981.
3
ELÍAS LAROZA, Enrique. Ob Cit. Pág. 221.

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usufructo correspondan al usufructuario.

En consecuencia, en ausencia de pacto en contrario el usufructo de acciones


conlleva la cesión temporal del derecho a percibir los dividendos de parte
del nudo propietario a favor del usufructuario. Podría, a su vez, estable-
cerse que las acciones emitidas como consecuencia de la capitalización de
utilidades correspondan también al usufructuario, sin embargo, para que
esto ocurra, será necesario un pacto expreso de las partes.

Es importante destacar que la disposición bajo comentario establece la fe-


cha de adopción del acuerdo de distribución de dividendos como criterio de
delimitación temporal de los dividendos a los que el usufructuario tiene de-
recho. En efecto, según lo establece el Artículo 107 de la Ley General de
Sociedades el usufructuario tiene derecho a los dividendos acordados por la
sociedad durante el plazo del usufructo.

Vale decir, corresponden al usufructuario los dividendos generados con an-


terioridad al usufructo; así como aquellos generados durante su vigencia;
siempre que su distribución de tales dividendos se acuerde durante la vi-
gencia del usufructo. En el mismo sentido, corresponden al nudo propieta-
rio -y no al usufructuario- los dividendos generados durante la vigencia del
usufructo, pero cuya distribución se acuerda una vez concluido el usufructo.

En relación al criterio anteriormente señalado, sostiene el doctor Elías La-


roza:

“Podemos apreciar que la ley prescinde enteramente de conside-


rar el momento en que las utilidades se generan y condiciona la
asignación de los dividendos al momento en que ellos son acor-
dados. Ello se debe a los conflictos que puede originar la gran di-
ficultad que existe para determinar el momento exacto en que un
beneficio se genera en una sociedad, mientras que la fecha del
acuerdo es objetiva e indubitable”.4

En consecuencia, desde la perspectiva del usufructuario, la cesión temporal


por parte del accionista del derecho a percibir los dividendos solamente le
permitirá recibir -como dividendos- aquellos cuya distribución fuese acor-
dada durante la vigencia del usufructo. En ese mismo sentido, los pagos
efectuados al usufructuario de dividendos cuya distribución se acuerda an-
tes o después de la vigencia del usufructo no tendrán para el usufructuario
la condición de dividendos y, por ende, tendría que analizarse la naturaleza
de tales pagos.

TRATAMIENTO TRIBUTARIO DEL USUFRUCTO DE ACCIO-


NES EN EL PERÚ
Como se ha señalado precedentemente, la Ley del Impuesto a la Renta no

4
Ibídem. Pág. 225.

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contiene disposiciones específicas que regulan el usufructo de acciones. Por


tal motivo, analizaremos el tratamiento tributario de este tipo de transac-
ciones tanto para el nudo propietario como para el usufructuario, conside-
rando el régimen general del Impuesto a la Renta.

● Nudo propietario

Para efectos del análisis, consideraremos en primer lugar el usufructo a tí-


tulo oneroso; esto es, aquella transacción en la que el nudo propietario re-
cibirá una contraprestación por la cesión temporal del usufructo y, poste-
riormente, nos referiremos al usufructo a título gratuito. Asimismo, consi-
deraremos para propósitos del análisis que el nudo propietario podría ser
tanto una persona natural como una persona jurídica.

● Operaciones a título oneroso

De acuerdo con lo indicado en las consideraciones generales, el usufructo


constituye la cesión temporal de ciertos derechos del accionista; concreta-
mente, del derecho a percibir los dividendos cuya distribución se acuerda
durante la vigencia del usufructo.

Ello supone que cualquier pago recibido por el nudo propietario de parte del
usufructuario constituye en realidad una contraprestación por la cesión
temporal de un derecho consistente en la percepción de dividendos de una
determinada sociedad. Por consiguiente, es posible sostener que tales
rentas no se originan en la condición de accionista del nudo-propietario
sino, que tienen su origen en la cesión temporal de un derecho patrimonial.
Cabe analizar, entonces qué tipo de renta constituye aquella percibida por
el usufructo de acciones.

A nuestro entender que las rentas obtenidas por el usufructo de las acciones
califican como renta producto y, consecuentemente, se encuentran com-
prendidas en lo dispuesto por el inciso a) del Artículo 1 de la Ley del Im-
puesto a la Renta. En efecto, se trata de rentas que provienen de una
fuente durable (derecho a participar en los resultados de una sociedad) que
no se extingue como consecuencia del usufructo y, consecuentemente, sus-
ceptible de generar ingresos periódicos.

Es importante precisar que tales rentas no constituyen ganancias de capital,


toda vez que no se originan en la enajenación de bienes de capital (accio-
nes), sino únicamente en la cesión temporal del derecho a participar en los
dividendos de la sociedad. En efecto, el usufructo constituye por definición
una cesión temporal y, por ende, no califica como enajenación según lo dis-
puesto por el Artículo 5 de la Ley del Impuesto a la Renta.

Luego de efectuada esta precisión, y, por ende, de concluir que la renta


obtenida por la cesión temporal de acciones a través del usufructo se en-
cuentra comprendida en el ámbito de aplicación del Impuesto a la Renta,
cabe analizar el Artículo específico que regula la imposición de este con-

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cepto.

En el caso de personas naturales, la primera disposición a analizar es el Ar-


tículo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta; esto es, si el producto de dicha
cesión califica como una renta de primera categoría. En concreto el inciso a
analizar es el inciso b) del Artículo 23; según el cual califican como rentas
de primera categoría: “Las producidas por la locación o cesión temporal de
cosas muebles o inmuebles, no comprendidos en el inciso anterior, así como
los derechos sobre éstos, inclusive sobre los comprendidos en el inciso an-
terior”.

Una lectura de la norma bajo comentario nos podría llevar a concluir que
solamente se encontrarían comprendidas en la norma bajo comentario las
rentas generadas por derechos sobre cosas muebles o inmuebles. Por con-
siguiente, bajo esta hipótesis no se encontrarían comprendidos como rentas
de primera categoría aquellas que se originan por la cesión de derechos pa-
trimoniales y no cosas muebles. Ello supondría que no calificarían como
rentas de primera categoría aquellas que provienen del usufructo de accio-
nes; toda vez que, como se ha mencionado en los comentarios generales, el
usufructo supone la cesión temporal de un derecho patrimonial (derecho a
percibir dividendos) y no la cesión de las acciones que las originan.

Sin embargo, debe tenerse presente que el primer párrafo del numeral 2 del
inciso a) del Artículo 13 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta
ha establecido que:

“Los derechos a que se refiere el primer párrafo del inciso b) del


Artículo 23 de la Ley son aquéllos que no se encuentran com-
prendidos en el inciso d) del Artículo 24 de la misma”.

Vale decir, la norma reglamentaria establece que no solamente se encuen-


tran gravadas como rentas de primera categoría aquellas que se originen en
la cesión temporal de cosas muebles, sino también aquellas que supongan
la cesión de cualquier otro derecho no comprendido en el inciso d) del Ar-
tículo 24 de la Ley del Impuesto a la Renta. En tal sentido, si el producto
de la cesión del derecho a percibir dividendos no se encuentra comprendido
como renta de segunda categoría en el inciso d) del Artículo 24 de la ley,
entonces dicho concepto será calificado como renta de primera categoría.

Por consiguiente, a efectos de concluir si dicha renta constituye renta de


primera o segunda categoría cabe analizar el inciso d) del Artículo 24 de la
Ley del Impuesto a la Renta. Según esta disposición, califican como rentas
de segunda categoría: “el producto de la cesión definitiva o temporal de
derechos de llave, marcas, patentes, regalías o similares”.

Como se aprecia el producto de la cesión temporal de derechos patrimonia-


les no se encuentra comprendido en la norma citada en el párrafo prece-
dente. Sin embargo, la disposición bajo comentario incluye también a con-
ceptos similares a aquellos específicamente mencionados; esto es, también
se encuentran comprendidos la cesión de derechos similares a marcas, pa-

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tentes o regalías.

Sobre el particular, debemos indicar que las marcas, patentes y regalías son
conceptos relacionados con la propiedad intelectual; y, consecuentemente,
es posible concluir que los pagos a que se refiere el inciso d) del Artículo 24
tienen como origen la cesión temporal de un derecho sobre la propiedad
intelectual (marcas o patentes).

Nótese que la cesión del derecho a percibir dividendos no supone la cesión


de un derecho relacionado con la propiedad intelectual y, por ende, consi-
deramos que la cesión del derecho a percibir dividendos no se encuentra
comprendida en el inciso d) del Artículo 24 de la Ley del Impuesto a la
Renta.

En conclusión, al tratarse de rentas originadas en la cesión temporal de un


derecho patrimonial no comprendidas en el inciso d) del Artículo 24, tales
rentas califican como renta de primera categoría en virtud de lo dispuesto
por el inciso b) del Artículo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta; así como,
por el numeral 2 del inciso a) del Artículo 13 del Reglamento de la Ley del
Impuesto a la Renta.

Sin perjuicio de lo anteriormente expuesto, cabe analizar si los pagos reci-


bidos por la cesión temporal del derecho a percibir los dividendos califican o
no como dividendos para propósitos fiscales en virtud de lo dispuesto por el
Artículo 24-A de la Ley del Impuesto a la Renta.

Si bien la referida disposición ha establecido una definición del concepto de


dividendo más amplia que aquella otorgada por la legislación comercial, la
mayoría de los supuestos no resulta aplicable al caso bajo análisis. Así,
descartamos la aplicación de los incisos c) y e) al caso materia de análisis,
toda vez que ambos supuestos requieren una reducción de capital para su
aplicación. En el mismo sentido, los incisos b) y f) no resultan aplicables
toda vez que requieren una distribución del valor atribuido por revaluación y
un crédito al accionista, respectivamente. A su vez, el inciso g) no resulta
de aplicación, toda vez que se trata en realidad de un impuesto en cabeza
de la sociedad y no de los accionistas.

En el mismo sentido, el producto de la cesión del derecho a percibir divi-


dendos tampoco se encuentra comprendido en el inciso a) del Artículo 24-A,
toda vez que para que este artículo resulte aplicable es necesario que ocu-
rra una efectiva distribución de las utilidades de la sociedad. En efecto, se-
gún esta disposición se considera dividendos a las utilidades que las socie-
dades distribuyan entre sus socios. En la medida que en el caso bajo análi-
sis el pago recibido del usufructuario tiene su origen en la cesión del dere-
cho a percibir dividendos en el futuro y no en la obtención de dividendos
propiamente no se realiza el supuesto de hecho previsto en el inciso a) del
Artículo 24-A de la Ley del Impuesto a la Renta.

Finalmente, tampoco resulta aplicable al caso bajo análisis el inciso e) del


Artículo 24-A de la Ley del Impuesto a la Renta, toda vez que la contra-

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prestación pagada por el usufructuario no ha tenido como origen la distribu-


ción de los resultados de la sociedad, sino la cesión temporal del derecho a
percibir dividendos en una fecha futura.

En consecuencia, en el caso que el nudo propietario sea una persona natu-


ral la renta que obtendrá por la cesión del derecho a percibir dividendos ca-
lificará como una renta de primera categoría y no como un dividendo para
propósitos fiscales.

De otro lado, en el supuesto que el nudo propietario sea una persona jurí-
dica resultarán aplicables las conclusiones antes expuestas. Sin embargo, a
diferencia de lo que ocurre en el caso anterior la renta que obtendrá la per-
sona jurídica calificará como de tercera categoría. Téngase en cuenta que
la no calificación como dividendo resulta de especial relevancia en este
caso, toda vez que los dividendos recibidos de otras personas jurídicas no
se encuentran gravados con el Impuesto a la Renta, en virtud de lo dis-
puesto por el Artículo 24-B de la Ley del Impuesto a la Renta.

● Operaciones a título gratuito

En el acápite precedente hemos analizado lo usufructos de acciones a título


oneroso, cabe cuestionarse que ocurre en aquellos casos en que el usu-
fructo es realizado a título gratuito. En caso que el accionista nudo propie-
tario sea una persona natural consideramos que no resultaría implicancia
tributaria alguna para el nudo propietario.

En efecto, el inciso b) del Artículo 24 de la Ley del Impuesto a la Renta es-


tablece que:

“se presume sin admitir prueba en contrario, que la cesión de


bienes muebles o inmuebles distintos de predios, cuya deprecia-
ción o amortización admite la presente ley, efectuada por perso-
nas naturales a título gratuito, a precio no determinado o a un
precio inferior al de las costumbres de la plaza, a contribuyentes
generadores de rentas de tercera categoría o a entidades com-
prendidas en el último párrafo del Artículo 14 de la presente ley,
genera una renta bruta anual no menor al 8 por ciento del valor
de adquisición, producción, construcción o de ingreso al patrimo-
nio de los referidos bienes”.

Como se aprecia para que se aplique la presunción bajo comentario debe,


entre otros requisitos, haberse cedido un bien mueble o inmueble. En la
medida que el primer párrafo del inciso b) del Artículo 24 distingue entre las
cosas y derechos, entendemos que el segundo párrafo que establece la pre-
sunción se refiere únicamente a la cesión gratuita de bienes muebles o in-
muebles y no a la cesión de derechos patrimoniales. Téngase en cuenta,
que en nuestra opinión, el usufructo no supone la cesión temporal de las
acciones sino más bien del derecho a percibir los dividendos futuros de una
sociedad.

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Respecto del nudo propietario persona jurídica resulta aplicable la conclu-


sión expuesta en el párrafo precedente y, por consiguiente, no resultaría
aplicable la presunción prevista en el inciso h) del Artículo 28 de la Ley del
Impuesto a la Renta; toda vez que esta disposición resultará aplicable en la
medida que se hubieran cedido a terceros bienes muebles o inmuebles;
concepto, que según hemos señalado precedentemente difieren de la cesión
de derechos patrimoniales.

● Usufructuario

Según lo señalado anteriormente, a través del usufructo el usufructuario


adquiere del nudo propietario un derecho patrimonial, consistente en el
derecho de recibir los dividendos de una determinada sociedad durante el
plazo de vigencia del usufructo.

Al igual que respecto del nudo propietario analizaremos las implicancias tri-
butarias considerando en primer lugar que el usufructo ha sido realizado a
título oneroso y, posteriormente, que ha ocurrido a título gratuito.

● Operaciones a título oneroso

El usufructo de acciones conlleva la cesión temporal al usufructuario de


ciertas prerrogativas que corresponden legalmente al nudo propietario.
Concretamente, según lo dispuesto por el Artículo 107 de la Ley General de
Sociedades, el usufructo supone la cesión temporal del derecho a los divi-
dendos de parte del nudo propietario a favor del usufructuario.

Ello supone entonces que el usufructuario recibe los dividendos que, de otra
manera, hubieran correspondido al nudo propietario. Por tal motivo, cabe
analizar la naturaleza de la renta que sería percibida por el usufructuario
como consecuencia de esta transacción; esto es, si los pagos efectuados por
la sociedad constituyen dividendos o, si por el contrario, tienen otra califica-
ción de renta.

La primera disposición a revisar es el inciso a) del Artículo 24-A de la Ley


del Impuesto a la Renta según la cual se entiende por dividendos y cual-
quier otra forma de distribución de utilidades:

“Las utilidades que las personas jurídicas a que se refiere el Ar-


tículo 14 de la Ley distribuyan entre sus socios, asociados, titula-
res, o personas que las integran, según sea el caso, en efectivo o
en especie, salvo mediante títulos de propia emisión”.

Como se aprecia la norma bajo comentario considera como dividendos a las


utilidades que se distribuyan entre los socios de las personas jurídicas. Por
lo tanto, podría entenderse luego de interpretar literalmente la misma que
cualquier pago efectuado a una persona que no tenga la calidad de socio no
calificaría como dividendo. Entendemos sin embargo, que en mérito al
usufructo el usufructuario se encontraría legitimado para ejercer el derecho
del accionista a recibir los dividendos y, por ende, sustituiría al accionista

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respecto a este derecho. En otras palabras, para propósitos de la distribu-


ción de dividendos el usufructuario es considerado en realidad como un so-
cio y, consecuentemente, tales dividendos se encontrarían comprendidos en
el inciso a) del Artículo 24-A referido anteriormente.

Sin perjuicio de la conclusión expuesta en el párrafo precedente, y aun


cuando se concluya que el inciso a) no resulta aplicable al caso bajo análi-
sis, el inciso e) del Artículo 24-A señala que también se entiende por divi-
dendos y cualquier otra forma de distribución de utilidades:

“Las participaciones de utilidades que provengan de partes del


fundador, acciones del trabajo y otros títulos que confieran a sus
tenedores facultades para intervenir en la administración o en la
elección de los administradores o el derecho a participar, directa
o indirectamente, en el capital o en los resultados de la entidad
emisora”.

Nótese que a diferencia de lo que ocurre respecto al inciso a), el inciso e)


considera como dividendo a las participaciones de utilidades que provengan
de cualquier título que permita participar directa o indirectamente en el ca-
pital o en los resultados de la entidad emisora. Vale decir, aun cuando el
beneficiario no tenga la condición de socio o asociado a la sociedad, cual-
quier pago efectuado en mérito de un título que permita participar en los
resultados de la empresa emisora califica como dividendo para propósitos
fiscales.

En consecuencia, dado que en mérito del usufructo el usufructuario habría


adquirido el derecho a participar en los resultados de la sociedad, la distri-
bución de tales resultados constituye dividendo para propósitos tributarios,
a pesar que el beneficiario no tenga formalmente la condición de accionista
de la sociedad que distribuye los dividendos.

En atención a lo antes expuesto, las utilidades que reciban los usufructua-


rios calificarán como dividendos para propósitos del Impuesto a la Renta, en
virtud de lo dispuesto por los incisos a) y e) del Artículo 24-A de la Ley del
Impuesto a la Renta. Ello supone que en caso que el usufructuario sea una
persona natural tales rentas se encontrarán sometidas a la retención de 4.1
por ciento y, consecuentemente, no se sumarán a las rentas de las demás
categorías obtenidas por el contribuyente.

Por el contrario, si el beneficiario fuese una persona jurídica, los dividendos


recibidos en mérito del usufructo no se encontrarían gravados con el Im-
puesto a la Renta en virtud de lo dispuesto por el Artículo 24-B de la Ley del
Impuesto a la Renta.

Téngase en cuenta asimismo, que al tratarse de la adquisición de un dere-


cho patrimonial de duración limitada el precio pagado por tal derecho podría
ser amortizado por los usufructuarios generadores de rentas de tercera ca-
tegoría. En efecto, conforme lo anteriormente indicado, el usufructo supone
la cesión temporal al usufructuario del derecho a participar en los dividen-

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dos de una determinada sociedad.

● Operaciones a título gratuito

El hecho que la transacción sea realizada a título gratuito no modifica las


conclusiones expuestas anteriormente respecto a la calificación como divi-
dendo de la renta que obtendrá el usufructuario. En efecto, tanto si el de-
recho ha sido adquirido a título oneroso o a título gratuito, los rendimientos
que reciba el usufructuario durante la vigencia del usufructo calificarán
como dividendos para propósitos fiscales.

En otras palabras la forma de adquisición del derecho no modifica la clasifi-


cación como dividendos del beneficio que sería recibido por el usufructuario.

Sin embargo, debe tenerse presente que la adquisición a título gratuito del
derecho a percibir dividendos constituye para el usufructuario -que sea ge-
nerador de rentas de tercera categoría- un beneficio obtenido de un tercero
y, por ende, un concepto que debería encontrarse sometido a imposición.
Nótese que al tratarse de un derecho a recibir los rendimientos generados
por un título de renta variable (acciones), cuya existencia se encuentra con-
dicionada al éxito del negocio y su distribución a la adopción del acuerdo
por parte de la Junta General de Accionistas, existiría un importante grado
de dificultad para valuar este derecho patrimonial.

TRATAMIENTO TRIBUTARIO DEL USUFRUCTO DE ACCIO-


NES EN LA LEGISLACIÓN COMPARADA
A continuación nos referiremos al tratamiento tributario aplicable al usu-
fructo de acciones en otras legislaciones:

● México

En México los ingresos que derivan de la constitución del usufructo de ac-


ciones son considerados como ingresos provenientes de la enajenación de
acciones. En efecto, el tercer párrafo del Artículo 190 de la Ley del Im-
puesto sobre la renta establece expresamente lo siguiente:

“Asimismo, se dará el tratamiento de enajenación de acciones a


los ingresos que se deriven de la constitución del usufructo o del
uso de acciones o títulos valor a que se refiere el primer párrafo
de este artículo, o de la cesión de los derechos de usufructuario
relativos a dichas acciones o títulos valor. También se conside-
rarán ingresos comprendidos en este párrafo los derivados de
actos jurídicos en los que se transmita, parcial o totalmente, el
derecho a percibir los rendimientos de las acciones o títulos valor
(...)”.

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● Estados Unidos de Norteamérica

De acuerdo con la Sección 1001(c) del Código de Impuestos internos (en


adelante, el Código), la ganancia o pérdida total derivada de la venta o in-
tercambio de bienes debe ser reconocida con ocasión de la venta o inter-
cambio. Sin embargo, el Código no define los conceptos venta o intercam-
bio.

La jurisprudencia ha establecido que el criterio para concluir si una determi-


nada transacción es una venta o no es determinar si los beneficios y cargas
de la propiedad han sido transferidos. En el caso de acciones algunos de los
factores más relevantes para determinar si ha existido una transferencia de
propiedad son los siguientes:

(i) Quien tiene derecho al voto.

(ii) Quien tiene derecho a recibir los dividendos.

(iii) Quien tiene derecho a vender las acciones.

Vale decir en Estados Unidos no existe una disposición que califique nece-
sariamente al usufructo de acciones como una venta, sino que tendrá que
atenderse a las circunstancias particulares de cada transacción. A manera
de referencia, el Servicio de Impuestos Internos concluyó en el Informe
2003-7 que una transacción no suponía la transferencia en propiedad de las
acciones toda vez que, en el caso específico, el cedente mantenía el derecho
a los dividendos y al voto; así como, el título no había sido transferido a la
contraparte.5

CONCLUSIONES

1. El usufructo de acciones conlleva la cesión temporal del derecho


patrimonial de recibir los dividendos, de parte del nudo propietario a
favor del usufructuario.

2. Corresponden al usufructuario los dividendos cuya distribución se


hubiese acordado durante la vigencia del usufructo, aun cuando se
hubieran generado con anterioridad al usufructo. A su vez, correspon-
den al nudo propietario los dividendos generados durante la vigencia
del usufructo, pero cuya distribución se acuerda una vez concluido el
usufructo.

3. La Ley del Impuesto a la Renta no contiene disposiciones específicas


que regulan el usufructo de acciones. Por tal motivo, resulta aplicable
a este tipo de transacciones el régimen general del Impuesto a la
Renta.

5
Revenue Ruling 2003-7. Traducción libre.

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4. Los pagos recibidos por el nudo propietario de parte del usufructuario


constituyen la contraprestación por la cesión temporal de un derecho
consistente en la percepción de dividendos de una determinada socie-
dad.

En el caso de personas naturales tales rentas califican como rentas de


primera categoría en virtud de lo dispuesto por el inciso b) del Artículo
23 de la Ley del Impuesto a la Renta. En el caso de las personas jurí-
dicas los referidos pagos califican como rentas de tercera categoría.

5. La cesión a título gratuito del derecho a participar en los dividendos no


conlleva la aplicación de la presunción establecida en el segundo pá-
rrafo del inciso b) del Artículo 24 ni en el inciso h) del Artículo 28 de la
Ley del Impuesto a la Renta.

6. Las utilidades que reciban los usufructuarios calificarán como dividen-


dos para propósitos del Impuesto a la Renta, en virtud de lo dispuesto
por los incisos a) y e) del Artículo 24-A de la Ley del Impuesto a la
Renta.

En caso que el usufructuario sea una persona natural tales rentas se


encontrarán sometidas a la retención de 4.1 por ciento y, consecuen-
temente, no se sumarán a las rentas de las demás categorías obteni-
das por el contribuyente. Por el contrario, si el beneficiario fuese una
persona jurídica, los dividendos recibidos en mérito del usufructo no se
encontrarían gravados con el Impuesto a la Renta en virtud de lo dis-
puesto por el Artículo 24-B de la Ley del Impuesto a la Renta.

7. Al tratarse de la adquisición de un derecho patrimonial de duración


limitada la contraprestación pagada por el usufructo podría ser amorti-
zada por los usufructuarios generadores de rentas de tercera catego-
ría.

8. La legislación comparada no establece un criterio uniforme respecto al


tratamiento de las rentas derivadas del usufructo de acciones. México
considera al usufructo de acciones como una transferencia de propie-
dad de tales acciones; mientras que Estados Unidos considera el dere-
cho a participar en los dividendos como un elemento esencial para
determinar si la transferencia en propiedad de las acciones ha ocu-
rrido, que debe ser analizado conjuntamente con los demás hechos y
circunstancias particulares de la transacción.

Lima, setiembre de 2010.

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