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3.2.

Planeación estratégica del Mantenimiento industrial

La práctica de la Planeación Estratégica es una herramienta útil a la gerencia, no


para adivinar el futuro o eliminar riesgos, sino para que una empresa pueda
enfrentarse en mejores condiciones tanto a la competencia como a las
condiciones cambiantes propias de su entorno (interno y externo) asegurando con
ello la supervivencia empresarial.
La planeación estratégica es un conjunto de acciones que deben ser desarrolladas
para lograr los objetivos y metas estratégicos, lo que implica definir y priorizar los
problemas a resolver, plantear soluciones, determinar responsables para
realizarlos, asignar recursos para llevarlos a cabo y establecer la forma y
periodicidad para medir los avances y asegurar con ello que las políticas y los
programas que se establezcan sean ejecutados. El proceso de planificación
estratégica ayuda a una organización a aclarar, consolidar y establecer su marco
estratégico; son los valores y visión de la organización.
Es por esta razón que las empresas y organizaciones deben contar dentro de su
esquema laboral con esta importante herramienta ejecutora en aras de garantizar
una verdadera competitividad en el mercado globalizado. Sin embargo, una
planeación estratégica no solo está dirigida al ámbito empresarial; bien puede ser
empleada por aquellos interesados en mejorar su proyecto de vida, sus objetivos y
metas personales en el corto o largo plazo.
Objetivo.
Desarrollar una Planificación Estratégica como un medio para el mejoramiento en
la organización, administración y desempeño de las actividades del Departamento
de Mantenimiento en cumplimiento al objetivo, misión, visión y políticas de esta
empresa, gira en torno del establecimiento de una asesoría de supervisores
generales, quienes desarrollan las operaciones y son las personas directamente
responsables ante la gerencia. En dicho caso, la planeación del mantenimiento
está representada por el superintendente de mantenimiento y cuan más pequeño
sea el departamento, tanto más grande será la posibilidad de que el
superintendente se encuentre dirigiendo personalmente los pasos de todas las
actividades que sea necesario realizar.
Se debe conocer que existen tres áreas básicas en la planeación del
mantenimiento:
La primera cubre la planeación a largo plazo de los requerimientos de
mantenimiento y está muy ligada a los proyectos de largo plazo del departamento
de producción de la empresa. Esta planeación debe llevarse a cabo en los niveles
gerenciales y sus metas se deben fijar a cinco o diez años. Aunque el nivel inicial
de esta planificación es muy elevado, los efectos de estos planes recaen sobre
toda la organización. El propósito fundamental del planeamiento a largo plazo es
mantener los objetivos, las políticas y los procedimientos de mantenimiento
acordes con los objetivos fundamentales de la empresa.
La planeación a corto plazo, la segunda área, contiene planes que se
desarrollan con el horizonte aproximado de un año. Esta recae bajo la
responsabilidad directa de los jefes de departamento. Para estos planes se toman
en cuenta tres actividades básicas: la instalación de equipo nuevo, el trabajo
cíclico y el trabajo de mantenimiento preventivo. Las tres deben estar incluidas en
el programa de mantenimiento.
La tercera área contiene los planes inmediatos en la actividad del mantenimiento.
Esta actividad puede ser desarrollada por los técnicos en control del
mantenimiento o por los supervisores. Se incluye entre sus actividades una
planificación diaria con el propósito de reducir el tiempo utilizado en traslados y
otras actividades que no constituyen el trabajo directo sobre los equipos o
instalaciones. Sin una planificación día a día, se estaría dedicando realmente al
trabajo tan solo 25% de la fuerza laboral disponible.

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