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Características Socioemocionales

Identificar características socioemocionales de las etapas de la: niñez, adolescencia, adultez y


senectud.

La emoción humana se refiere a un fenómeno complejo que envuelve, por un lado, una base
biológica y, por otro, posee determinantes socioculturales presentes en el desarrollo del
individuo. El desarrollo del hombre como un proceso que envuelve alteraciones cuantitativas
y cualitativas, referentes a las adquisiciones psíquicas hechas por el individuo en su relación
con la realidad concreta y social.

La adquisición de los conocimientos provenientes de la cultura. Éstos se sobreponen a los


aspectos naturales del comportamiento y determinan el instrumento psicológico, o sea, las
nuevas habilidades comportamentales que formarán parte de la conducta de los individuos,
como el lenguaje y la memoria, por ejemplo. De ese modo, el desarrollo emocional, así como
las demás funciones psíquicas, se determina por la relación entre el sujeto y la cultura.

Leontiev (1983) señala que ocurre la actividad; es decir, el ser humano ejecuta acciones
dirigidas a un objeto específico, con la intención de satisfacer sus necesidades, sean relativas a
la supervivencia inmediata o a factores sociales. Con la actividad, el hombre transforma el
medio, y en esta relación continua con el externo, con la objetividad, la subjetividad se
transforma de manera constante. Este proceso depende de relaciones sociales de producción
más amplias y de vínculos interpersonales más próximos, pues la actividad humana se genera
en la interacción objetiva del sujeto dentro de la sociedad.

Sin embargo, éste no siempre está presente en la conciencia del individuo, sobre todo en la
sociedad de clases, donde existe la división instrumental y social del trabajo entre el pensar y
el hacer.

Para Leontiev (1983), el factor constituyente de la personalidad puede caracterizarse como


una función que, por un lado, sufre transformaciones que acompañan los cambios ocurridos
en la vida del individuo. Por otro lado, algunas características son mantenidas y definen su
identidad. La red de experiencias formadas como consecuencia de la relación del niño con el
mundo constituye la base para formar la personalidad, la cual se construye en la medida en
que tales relaciones llegan a ser más complejas. Esta apropiación involucra la percepción de la
realidad concreta donde ella está inserta y que se efectúa mediante los órganos de los
sentidos, los cuales le posibilitan conocer su medio social y los objetos que lo componen.

NIÑEZ:

Vigotski (1996b) propone la comprensión del proceso de desarrollo humano a partir de los
cambios que ocurren en diferentes periodos de la vida. Éstos se derivan de la relación entre el
contexto general y la situación social de desarrollo particular, donde el niño se inserta.

Según Vigotski (1996b), en este proceso son evidenciadas varias crisis que señalan las etapas
del desarrollo infantil. Ellas se caracterizan por una determinación social sobre los procesos
biológicos presentados por el niño, la cual promueve la estimulación de su desarrollo al exigir
que se comporte socialmente, con el objeto de corresponder a estas ordenaciones externas
que generan cambios internos. En estos periodos de crisis también se desarrolla la
personalidad.
Éstas conducen a un nuevo tipo de estructura de la personalidad y de su actividad, pues
modifican la conciencia del niño y su modo de relacionarse con el medio (Vigotski, 1996b).

el niño y la niña van siendo capaces de de controlar su impulsividad, pueden detener la acción
y esto hace que aumente la capacidad de pensar y de descubrirse a sí mismos.

Conforme avanza la etapa el niño/a se abre a un mundo de obligaciones y deberes que tendrá
que aprender a cumplir y a respetar. Intentará lograr un equilibrio entre sus deseos y las
prohibiciones.

ADOLESCENCIA:

ADULTEZ:

SENECTUD:

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