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Democracia y educación (John Dewey)

Capítulo 1: la educación como necesidad


Renovación de la vida por transmisión
Los seres vivos a diferencia de los inanimados, aprovecha las energías que lo rodean,
utiliza la luz, el aire, la humedad y materias del suelo, para convertirlas en medios para su
propia conservación.
Un ser vivo es aquel que domina y controla para su propia actividad continuada las
energías que en otro caso se perderían. La vida es un proceso de autorrenovación
mediante la acción sobre el medio ambiente.
La continuidad de la vida significa una readaptación continua del ambiente a las
necesidades de los organismos vivos. (los seres vivos se van adaptando al medio
ambiente).
Vida-. Toda experiencia racional como individual. Abarca las costumbres, las
instituciones, las creencias, las victorias y las derrotas, ocios y las costumbres.
Los hechos primarios ineluctables del nacimiento y la muerte de cada uno de los
miembros constitutivos de un grupo social determinan la necesidad de la educación.
Con el desarrollo de la civilización aumenta la distancia entre las capacidades originales
de los seres inmaduros y las normas y costumbres de las personas mayores.
Los seres recién nacidos no solo desconocen, sino que solo complementan indiferentes
respecto a los fines y hábitos del grupo social, que ha de hacérselos conocer e inspirarles
interés activo hacia ellos. (la educación se encarga de esto)
La sociedad existe mediante un proceso de transmisión tanto como por la vida biológica.
Esta transmisión se realiza por medio de la comunicación de los hábitos de hacer, pensar
y sentir de los más jóvenes.
Si los miembros que componen una sociedad viviesen continuamente, podrían educar a
los miembros recién nacidos, pero esta sería una tarea dirigida por intereses personales
más que por necesidad social. (ahora es por necesidad)
El que nazcan unos y mueran otros, hace posible mediante la transmisión de ideas y
prácticas la constante renovación de la fábrica social. (no es automática transmisión)
Los seres humanos jóvenes son tan inmaduros que, si se les dejara entregados a sí
mismos sin guía y el socorro de los demás, no podrían ni aun adquirir las destrezas
rudimentarias necesarias para la mera existencia física.
Educación y comunicación
Las escuelas son un método importante de transmisión que forma las disposiciones de los
seres inmaduros. (superficial y general)
Los hombres viven en una comunidad por virtud de las cosas que tienen en común y la
comunicación es el modo que lleguen a poseer cosas en común. (inteligencia común)
La comunicación que asegura la participación en una inteligencia común es la que
asegura disposiciones emocionales e intelectuales semejantes, como modos de
responder a las expectaciones y a las exigencias.
El consentimiento exige comunicación.
El dar y tomar órdenes modifica la acción y los resultados, pero esto no efectúa por sí
mismo una participación de propósitos ni una comunicación de interés.
Ser un receptor de una comunicación es tener una experiencia ampliada y alterada.
La experiencia debe formularse para ser comunicada. (considerar los puntos de contacto
que tiene en la vida de otros).
La vida social no sólo exige señalar y aprender para su propia permanencia, sino que el
mismo proceso de convivir educa.

El lugar de la educación sistemática


La educación es incidental: es natural e importante, pero no expresa la razón de la
asociación.
La necesidad de adiestramiento es demasiado evidente, la presión para producir un
cambio en su actitud y hábitos es demasiado urgente para prescindir completamente de
esas consecuencias.
Dentro del amplio proceso educativo que hemos considerado hasta ahora, a un género
más sistemático de educación, el de la tutela directa o escolaridad.
En los grupos sociales no desarrollados encontramos muy poca enseñanza y
adiestramiento sistemático.
El aprender por participación directa en las actividades de los adultos se hace cada vez
más diferente excepto en el caso de las ocupaciones menos avanzadas.
La capacidad para participar eficazmente en las actividades adultas depende así de un
adiestramiento previo proporcionado con este fin.
Las tareas de enseñar ciertas cosas se delegan en un grupo especial de personas.
La transición de la educación directa a la sistemática acompaña peligros. La participación
en la actividad real, ósea directa o indirectamente en el juego, es por lo menos personal y
vital.
La instrucción sistemática, por el contrario, llega a ser fácilmente remota y muerta,
abstracta y libresca, para emplear las palabras despectivas ordinarias.

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