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Presencia árabe en la colonia:

Esta presencia nace de la mano con la conquista del Tahuantinsuyo, España había
convivido por casi 800 años con el mundo árabe (Al-Andalus) se decía que Francisco
Pizarro y Diego de Almagro tenían sangre mora según aseveraba José Antonio del Busto,
sin embargo esta presencia no ha podido ser documentada de manera precisa ya que los
que vinieron al Perú eran musulmanes conversos al cristianismo y por lo tanto se
cambiaron el nombre por uno hispano.

La llegada de esclavos moriscos afianza esta presencia, sobretodo de mujeres moriscas,


quienes llegaron de proporción de 5 a 1 sobre los varones, fungiendo ya sea de ama de
llaves o esposas, eso ocurrió por la negativa de los mismos conquistadores españoles de
traer mujeres españolas a tierras americanas.

Existía pues un problema de con quiénes se iban a emparentar los españoles, porque
ante la escases de mujeres españolas, la presencia de mujeres andinas era
indispensable, sin embargo el riesgo de unirse con una raza hasta ese entonces
desconocida no podían arriesgarse tampoco unirse con una idólatra, así que
emparentarse con mujeres moriscas no resultaba tan arriesgado después de todo, ya que
ellas se habían convertido al cristianismo.

Ahora, el término morisco fue perdiendo su significado original al llegar el siglo XVII, pues
morisco era el resultado de la unión entre un español y una mestiza mulata; esto no
ocurrió a comienzos del siglo XVI, donde el significado de morisca o morisco fue el mismo
que se usaba en España.

Este protagonismo de las mujeres moriscas se vio muy acentuado durante los primeros
años de la conquista (1532-1560 aproximadamente) época en que las mujeres españoles
fueron llegando, pero estas mujeres moriscas dejaron una huella imborrable que se ve
hasta el día de hoy, dejaron trazos culturales gracias a su presencia física y marcada
personalidad.

Entre 1523 y 1549 llegaron al Perú alrededor de 300 mujeres moriscas, todas en
condición de cautiverio pero pronto pudieron obtener movilidad social y cultural, siendo
protagonistas del surgimiento del criollismo, dejando un legado árabe que está ligado
también al surgimiento de la limeñidad.

Una de las mujeres que más resaltó entre las moriscas fue Beatriz de Salcedo, quien fue
testigo de primera mano de la captura del Inca Atahualpa, estando ella en Cajamarca,
presenciando la muerte del Inca e incluso entablando amistad con sus hermanas y
concubinas del Inca. Ella tenía 23 años cuando vino junto con su pareja Pedro García de
Salcedo, quien luego de estar en Cajamarca fue a Jauja y finalmente a Lima, donde vivió
frente a la casa de Pizarro. De acuerdo a José Antonio del Busto, Beatriz de Salcedo fue
quien introdujo el trigo al Perú, quien para 1562 ya era una mujer viuda y rica.

El documento más temprano que se tiene de la presencia de la mujer morisca data del
año 1534, que por medio de la Real Cédula el Rey permite a Hernando Pizarro llevar al
Perú 4 esclavas blancas para el servicio de su hermano, Francisco Pizarro. La presencia
de mujeres moriscas va incrementándose entre 1538 y 1548, al encontrarse documentos
como libros de bautismo de la parroquia de la Catedral de Lima, viajeros como Francesco
Carletti advertía que en Lima vivían varias familias de comerciantes que tenían mujeres
moras y moros como sus sirvientes.

Es en la gastronomía donde se ve la influencia árabe, sobre todo en los postres que son
tan característicos de nuestra capital; los alfajores, pasteles hechos de hojaldre, la
mazamorra morada, perfecto matrimonio entre lo árabe y mestizo, el arroz con leche, el
mazapán, los buñuelos, son por nombrar algunos de los postres de clara influencia
árabe.

Alimentos como la berenjena, el trigo, la vid, la cebolla, el ajo, la espinaca, el perejil, el


arroz, las habas, el garbanzo, la lenteja, el ajonjolí, el comino, el orégano, las pasas, el
melocotón, almendras, naranjas, limón, limas, dátiles y la caña de azúcar son entre otros
tantos productos tan importantes en nuestra gastronomía que fueron influencia directa de
los árabes.

Platos como la empanada, de influencia árabe que pasó primero por los persas, era algo
que se servía en grandes acontecimientos, sirviéndose incluso hasta bien entrada la
República, otro plato bandera es el ají de gallina, de clara influencia árabe (llamado sopa
desmigada de pan ácimo, llamada Sabbai) incluso el ahora conocido seco de cordero es
de influencia árabe, ya que se usa una yerba proveniente de tierras árabes, el culantro.

Otra influencia que dejaron los árabes fue el lenguaje, casi más de 4 mil términos del
Castellano son tomados del árabe, términos que provienen de las ciencias, minería,
agricultura, navegación, de toda la experiencia humana. En la arquitectura es donde
también los árabes dejaron huella que se puede ver hasta el día de hoy, el arte mudéjar
es aquel que fue hecho por varones musulmanes que eran albañiles y alarifes,
imprimiendo su arte en los balcones de una Lima virreinal cada vez más árabe. Materiales
como el nogal, ébano y el ciprés fueron elementos indispensables e inconfundibles en la
arquitectura mudéjar.

Otro de los aspectos donde también se ve la influencia árabe fue en la vestimenta de las
mujeres, específicamente de la tapada, de clara influencia árabe; consistía en usar un
manto y una saya, la cual cubría el ojo de la mujer, pudiendo en algunas ocasiones darle
a la mujer cierto misterio e incluso podía pasear y no ser reconocida por sus parejas; esto
trajo como consecuencia que se dictaran prohibiciones que terminaron por hacer que las
mujeres usaran cada vez más esta vestimenta. En el año de 1561, 1582 y 1583 se
declaró que las tapadas incurrían en faltas, llegando el año de 1601, cuando el arzobispo
Toribio de Mogrovejo quiso prohibirlo, pero todos sin éxito. Esta moda duró hasta finales
del siglo XIX, donde la moda francesa se impuso, dejando de lado el halo de misterio e
intriga que contenía el uso del manto y la saya de la mujer limeña.

Información consultada:

La mujer morisca o esclava en el Perú durante el siglo XVI (Jaime Cáceres Enriquez)
James Lockhart: El mundo hispánico-peruano (1532-1560) Fondo de cultura económica,
1952.

Susana Bedoya Garland: El legado árabe del al-Ándalus en la comida peruana

Ilana Lucía Aragón: La arquitectura mudéjar en el Perú.

Nelson Manrique: árabes en el Perú

Juan Luis Orrego Penagos: Blog de Historia de la PUCP

Leyla Bartet: Tensiones en los orígenes del Perú colonial, Españoles y moriscos en el
siglo XVI

José Antonio del Busto: Biografía de Francisco Pizarro.

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