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Colección

JUSTITIA ET JUS

DISQUISICIONES
TRIBUTARIAS
FLORENCIO CONTRERAS OUINTERO
FLORENCIO CONTRERAS QUINTERO
PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

DISQUISICIONES TRIBUTARIAS
No. 19
Colección
JUSTITIA ET JUS

UNIVERSIDAD DE LOS ANDES / FACULTAD DE DERECHO


M ERIDA ■ VENEZUELA / 1969
IMPRESO EN VENEZUELA
PRINTED IN VENEZUELA

TA LLERES GRAFICOS UN IV ER SITA R IO S - MERIDA, 1 9 6 9


PALABRAS DE PRESENTACION PRONUNCIADAS
POR EL DR. LUCIANO NOGUERA MORA

Señor Decano de la Facultad de Derecho, distinguidos


profesores, apreciados estudiantes, profesor Florencio Con-
treras Quintero.
Decía el padre Lebrét fallecido recientemente "que la
humanidad necesita de ideas motrices o de mitos en el sentido
soleriano capaces de infundir esperanzas que induzcan a la
mayor parte de la población a ponerse en marcha, y que desde
los comienzos de la era industrial hasta nuestros días, han
aparecido varios mitos a saber: la riqueza, el progreso, el
crecimiento y por último el desarrollo integral o el gran mito
de nuestros días”.
Como desarrollarse es crecer pero crecer con eficiencia,
el desarrollo o perfeccionamiento cualitativo de la Economía
del que todos hablamos, unas veces conscientemente y otras
veces inconscientemente, depende del crecimiento o aumento
cuantitativo de la riqueza o del producto total nacional. Y por
eso es que sin un crecimiento suficiente es imposible lograr
el desarrollo. Como el crecimiento del producto nacional es un
problema que primordialmente atañe a las ciencias de la
Economía y de las finanzas., no pudo la Universidad en cuyo
seno se fragua el destino de la nación, ignorar o soslayar
este tema. Por ello es un gesto de gran responsabilidad univer­
sitaria, de verdadera responsabilidad docente y nacional; éste
de nuestra facultad de Derecho, de invitar al profesor Flo­
rencio Contreras Quintero a disertar para profesores y para
estudiantes sobre temas fiscales tan novedosos y tan útiles a
la juventud y el país como los que ha escogido el sabio expo­
sitor de esta tarde.
El Doctor Florencio Contreras Quintero, merideño mu}^
joven, apenas llega a los cuarenta años, es un maestro, un
verdadero maestro en Política y Legislación Fiscal. Como tal
en el ambiente universitario es perfectamente lógico que lo
propongamos, como arquetipo de lo que puede llegar a ser un
joven de provincia cuando, dotado del talento superior del
Doctor Contreras Quintero pone en provecho de su desarrollo
y de su promoción como hombre y como universitario, la
fuerza de su voluntad y el tesón en el estudio.
El Doctor Florencio Contreras Quintero, es hoy uno de
los juristas mejor formados de Venezuela, con una sabiduría
a la que no arropa el egoismo, sino que está siempre presta
a ser útil, a ofrecerse con prontitud y con nobleza a todos los
que han menester de ella, así se trate de personas privadas,
o de entidades de Gobierno.
Con una especial vocación para la docencia universitaria
el Doctor Contreras Quintero, ha sido eminente profesor de
Economía Política en la Universidad Central de Venezuela y
profesor de Finanzas Públicas y de Política y Legislación Fiscal
en la Universidad Católica Andrés Bello. En esta misma Uni­
versidad el Doctor Contreras Quintero fue iniciador del curso
monográfico de Impuesto Sobre la Renta, materia ésta en la
que es una verdadera autoridad nacional.
En la Universidad Central de Venezuela, el Doctor Contreras
Quintero, trabaja actualmente como profesor en el Curso para
Doctorado en Derecho.
Entre los altos cargos que ha desempeñado, señalaré
apenas los siguientes: Adjunto al Procurador General de la
Nación hasta 1960; Representante del Fisco Nacional ante la
Corte Federal, ante el Tribunal Superior de Hacienda y ante
el Tribunal del Impuesto Sobre la Renta; Con juez de la Sala
Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justcia; Con­
sultor Jurídico del Ince y Asesor de Despachos Oficiales como
los Ministerios de Fomento y de Justicia en asuntos Adminis­
trativos y Fiscales.
Es éste, visto a grandes rasgos, el joven maestro que esta
tarde nos visita. De su rango científico, de su inteligencia,
de su clara y sabia palabra, serán testimonios evidentes, las
doctas conferencias que, en número de cuatro, empezaremos
ahora mismo a escuchar.
TRES ELEMENTOS DE LA DOGMATICA
TRIBUTARIA CONSTITUCIONAL

Señor Decano:
Señores Profesores:
Señores Alumnos:
El 9 de agosto de 1962 — fecha que pasó inadvertida para
la inmensa mayoría de los venezolanos — se cumplió el primer
centenario del nacimiento, en la población de Independencia
del vecino Estado Táchira, de uno de los exponentes más nota­
bles del Servicio Civil de la República: Agrimensor Público a
los 21 años y Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas a los
26, al doblar esa edad este Ingeniero Civil, por una de esas
paradojas de que es tan rica la Historia de la República, llegó
a ser el proyectista, el constructor y el organizador de ese
edificio que se llama la Hacienda Pública Nacional.
Bajo su dirección y su Ministerio se proyectó, en efecto,
la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, uno de los
instrumentos jurídicos de mayor significación, en mi criterio.
De tal naturaleza es la estructura de este Texto que, habiendo
sido promulgada el 5 de junio de 1918, en un país como el
nuestro, en donde existe una marcada tendencia tradicional a
las reformas legislativas precipitadas e inconsultas, — y yo
diría, en muchos casos, a las "deformas”, si se me permitiese
decirlo— , a las deformaciones de la legislación; este instru­
mento positivo ha podido resistir, no sólo los embates natu­
rales del tiempo digo, sino, incluso, los de la incapacidad
— porque hay que hablar con cierta rudeza en este País —
de algunos de los hombres que sucedieron a su autor en el
Despacho del Ministerio de Hacienda.
Advertirán ustedes que me refiero al Doctor Román
Cárdenas.
Estando precisamente a pocos días de la iniciación del año
Cincuentenario de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Na­
cional, yo consideraría oportuno, y así me permito recomendarlo
de manera muy especial al Centro de Jurisprudencia reciente­
mente creado en esta Ilustre Universidad, que, entre sus activi­
dades académico-divulgativas, propiciara por lo menos un ciclo
de conferencias durante el año, en el que se viniera a destacar
toda la temática de tan importante documento, tan poco cono­
cido de una parte y tan frecuentemente violado y quebrantado
de otra. Entiendo que otro tanto se hizo en España, en 1961,
cuando se cumplió, en efecto, el Cincuentenario de su Ley de
Administración y Contabilidad de la Hacienda, similar a nues­
tra Ley Orgánica.
De otra parte, el 11 de agosto de 1966 — fecha que tam­
bién pasó inadvertida para muchos venezolanos — se cum­
plieron 30 años del fallecimiento de otro connotado Hacendista
venezolano, nacido precisamente aquí, entre nosotros, en Zea,
y fallecido ciertamente a la hora en que la República esperaba
lucrar más de sus talentos. Este hombre fue el visionario, el
ideólogo, el filósofo, el que tuvo un diagnóstico preciso de
nuestra Economía y de nuestras Finanzas.
Ya advertirán ustedes también que me refiero al Doctor
Alberto Adriani.
Si Román Cárdenas fue el organizador, Alberto Adriani
fue el planificador, el programador, el vidente de nuestra reali­
dad económico-financiera. Uno y otro, junto con Santos Miche-
lena quizás en el siglo pasado, me parece que son, al menos
en mi muy modesta opinión, los más eminentes Ministros de
Hacienda que ha tenido la República.
Cuando se me invitó para dictar estas Conferencias en esta
Ilustre Universidad, pensé inmediatamente en la memoria de
estos dos hombres, a quienes los venezolanos debemos mucho,
no obstante que uno y otro actuaron en épocas relativamente
distantes, y en condiciones sociales, económicas, políticas y
financieras también disímiles; pero con quienes la República
está aún en deuda.
De allí entonces. Señores, que mi gratitud para con la
Facultad de Derecho sea doble: de una parte, por el honor y
la distinción que en esta oportunidad me ha discernido; y de
otra, porque ésta ha sido para mí un motivo propicio para que,
dentro de mi admiración, como meramente aficionado a la
Ciencia de la Hacienda, rinda un modesto homenaje a la memo­
ria de estos dos ilustres conterráneos. Y al hacerlo, no lo hago
en función de un aldeano regionalismo; muy por el contrario,
haciendo mías las palabras del Cardenal Quintero, de uno de
sus discursos en su reciente viaje al Táchira, bien puedo decir
que, "así como la caridad bien ordenada empieza por uno
mismo, el genuino amor a la Patria grande comienza por el
amor a la Patria chica”; porque, como lo dijo el mismo Alberto
Adriani, en una interesante Conferencia suya pronunciada hace
treinta y tantos años, precisamente en el Salón de Lectura de
San Cristóbal, "nuestra Nación gana con que el andino ame
sus montañas, el llanero sus sabanas, el zuliano sus palmeras
y su lago . . .”.
Y aunque lo he dejado para lo último, quizás por ser el
primero en los afectos, yo quiero agradecer altamente la gene­
rosidad y la hondad de mi entrañable amigo de la infancia,
el Doctor Luciano Noguera Mora, quien me ha ruborizado con
todo lo que ha dicho al hacer mi presentación. Lo digo sin
falsa modestia. Desde luego, no podía esperar otra cosa de la
generosidad y de la hidalguía de Chano — como lo llamamos
familiarmente — ; pero, francamente, me ha comprometido
sobremanera. Qjalá yo pudiera siquiera tener un modestísimo
porcentaje de esas dotes y de esas virtudes que mi querido
colega en la Profesión y en la Cátedra ha tenido la gentileza
de atribuirme.
I . El fenómeno financiero y su complejidad.
Señores:
El fenómeno financiero es un fenómeno de una inmensa
complejidad. No es un fenómeno simple; no es un fenómeno
sencillo. Presenta una diversidad de aspectos, de aristas, de
manifestaciones, con la particularidad de que todas y cada
una de esas diversas manifestaciones puede ser objeto de
aprehensión por parte del conocimiento científico.
Si nosotros observamos que el autor del fenómeno finan­
ciero es un ente eminentemente político, como es el Estado;
y que los fines que persigue el Estado con la realización del
fenómeno financiero son también fines políticos — políticos
en el sentido noble del concepto: la realización de una polí­
tica —, tenemos que reconocer que el fenómeno financiero es
asimismo un fenómeno político y por consiguiente puede y
debe ser examinado por la Ciencia de la Política.
Pero, además, el fenómeno financiero consiste también en
allegarse unos recursos económicos, que por su propia natu­
raleza son limitados, para, transformándolos en servicios pú­
blicos a través de los canales de los gastos públicos, ir a satis­
facer necesidades colectivas, las cuales, también por su natu­
raleza y por el contrario, son de carácter ilimitado. Luego,
entonces, tenemos que el fenómeno financiero es un fenómeno
económico; y, bajo este aspecto, podemos decir que es eco­
nómico-financiero. Siendo así, también puede y debe ser apre­
hendido por una disciplina científica, autónoma, como es la
Ciencia de las Finanzas o la Economía Financiera como otros
la denominan.
Pero yo no quisiera seguir destacando aspectos del fenó­
meno financiero, sino uno solo de ellos, porque es el que nos
interesa a nosotros particularmente como juristas.
El fenómeno financiero se realiza hoy en el Estado de
Derecho; y la característica esencial del Estado de Derecho
— y en ella me permitiré insistir en lo futuro — es la sumisión
permanente y absoluta del Estado al Derecho. Por consiguiente,
si el gestor, si el agente, del fenómeno financiero es el Estado,
para gestionar ese fenómeno financiero tiene que adecuar su
conducta al Drecho. Luego el fenómeno financiero es un fenò­
li)
meno jurídico también, que es objeto de estudio científico por
una rama de las Ciencias Jurídicas, como es el Derecho
Financiero.
Pero, a su vez, el Derecho Financiero presenta una enorme
complejidad también; porque pretende reglar, disciplinar, ese
proceso, ese procedimiento, de allegarse, de arbitrarse recur­
sos; y, por otra, el de transformarlos, como decía anterior­
mente, en servicios públicos, a través de los gastos públicos;
es decir, unir esas dos grandes vertientes, como son los ingre­
sos públicos y los gastos públicos, a través de ese vínculo que
se llama el Presupuesto.
Entonces, ese contenido del Derecho Financiero resulta
ser sumamente heterogéneo; por lo cual es difícil, desde un
punto de vista científico estricto, pretender considerar que el
Derecho Financiero sea una Ciencia autónoma. Yo por lo menos
considero más bien que la rama del Derecho Financiero que sí
goza de autonomía es el Derecho Tributario.

II. El Derecho Tributario y la Dogmática Tributaria.


El Derecho Tributario tiene un objeto concreto, específico
y determinado, erigido en una categoría jurídica que es el
tributo. De manera que quien comprenda y conozca la entidad de
esa categoría jurídica que es el tributo, está en capacidad de
resolver toda la problemática que, desde el punto de vista estric­
tamente jurídico, planteen la interpretación y la aplicación del
Derecho Tributario, más concretamente, de la Legislación Tri­
butaria. Además, al tratamiento del tributo se le puede aplicar
y se le aplica, en efecto, un método rigurosamente científico;
es decir, tiene uniformidad metodológica.
Más aún; el Derecho Tributario está informado por una
suma de principios que son valederos, en términos generales,
en todas y cada una de las tipologías tributarias; bien que se
trate de un impuesto, bien que se trate de una tasa, o de una
contribución especial, o de una contribución parafiscal, por­
que el objeto del Derecho Tributario se ha reducido, o lo hemos
reducido — teóricamente hablando desde luego — a una cate­
goría jurídica.
11
Estos principios del Derecho Tributario provienen de dos
fuentes. Recuerden que la actividad tributaria, como decía
antes, es parte de la actividad financiera; por consiguiente, mu­
chos de los principios del Derecho Tributario nos vienen sumi­
nistrados por la Ciencia de las Finanzas. Pero recuerden tam­
bién que advertíamos que la actividad financiera es asimismo
actividad política — en el sentido noble del concepto, in­
sisto — ; por tanto, siendo la actividad tributaria parte de la
actividad financiera y estando ésta regulada por el Derecho
Público en general, el Derecho Público habrá suministrado
muchos principios suyos al Derecho Tributario. Trotabas, el
eminente profesor francés, dice, en efecto, que “es, pues,
conforme con las reglas del Derecho Público como es posible
construir la teoría del impuesto y resolver los problemas jurí­
dicos que suscitará su elaboración y su aplicación”.
Todos esos principios, o por lo menos la inmensa mayoría
de ellos, — sino todos, porque habrá algunos que será impo­
sible, desde un punto de vista rigurosamente técnico, redu­
cirlos a normas legislativas, pero que están en la conciencia de
los hombres — ; la inmensa mayoría de esos principios, repito,
están recogidos en todas las Constituciones del mundo, en las
Constituciones modernas, ya explícitamente, ya implícitamente.
He tenido la curiosidad de consultar las Cartas Fundamentales
de casi todos los Estados modernos, hasta las de aquéllos que
han adquirido recientemente su independencia; y en ellas, más
o menos técnicamente configurados, he encontrado esos princi­
pios. Incluso en los países de régimen socialista, si no están
todos los principios que en nuestra cultura y en nuestra eco­
nomía informan la tributación, sus Cartas Fundamentales
consagran por lo menos algunos; porque, les repito, hay princi­
pios que parece que están en la conciencia de todos los hombres.
Además, estos principios tributarios, consignados en las
Cartas Fundamentales de los diversos países, se resuelven, ya
de manera directa, ya de manera indirecta, — y esto conviene
destacarlo y tenerlo presente— , en verdaderas garantías ciu­
dadanas. Es una característica noble del Derecho Tributario.
De ahí que todo ese conjunto de principios, recogidos en la
Constitución, constituyan lo que se denomina la Dogmática
Tributaria.
12
Desde luego, es materialmente imposible referirse, en esta
oportunidad, a todos esos principios. Pero, antes de mencionar
los que propongo como tema de esta disertación, yo quiero
destacar un poco más la importancia de esta Dogmática
Tributaria.
Ya he dicho, y repito, que tales principios son verdaderas
garantías ciudadanas, cuya jerarquía de normas constitucio­
nales pareciera que relevara de la necesidad de destacar su
importancia. Pero, aparte de esa importancia teórica, hay
incluso una importancia pragmática, práctica, de tipo profe­
sional, que yo me permito destacar aquí, entre colegas y entre
futuros colegas.
Es lamentable — lo digo con toda modestia pero con toda
franqueza — que Venezuela, que tiene tantos motivos para
su grandeza, y que tiene una gran potencialidad de valores
humanos y científicos y naturales, constituya, por lo menos
en mi criterio, uno de los países más atrasados, de habla espa­
ñola, en la materia de la tributación. Hay una “Escuela Argen­
tina", también a mi juicio por lo menos, de Derecho Tributario;
y no voy a citar, desde luego, otros países de nuestra América
Latina, que tienen sus tratadistas, sus autores, de Derecho
Tributario. En Venezuela ni siquiera tenemos, en nuestras
Universidades, la Cátedra de Derecho Tributario: estamos toda­
vía creyendo que éste es sólo una porción articulada en la de
Hacienda Pública.
Entre nosotros ha habido una subestimación, por parte
de nosotros mismos los abogados, de esta materia, de esta
disciplina. Parece que nos hemos formado el concepto — desde
luego muy equivocado, si es que esta suposición pudiera ser
cierta—, de que la tributación es sólo materia de los econo­
mistas. No es que yo desestime la profesión de los economistas,
ni mucho menos; al contrario, pienso que la tributación debe
ser objeto de estudio y tratamiento de los economistas en
lo que concierne, naturalmente, al aspecto netamente eco­
nómico de la tributación. Pero es imposible exigirle — por­
que la lógica misma lo impide, la naturaleza de las cosas lo
im pide— a un economista, que venga a dar el tratamiento
jurídico de toda la normativa que haya de reglar la tributación.
Pero hay otro aspecto que es más grave todavía, a mi juicio.
Parece que nosotros también consideráramos que la tribu­
ía
tación, que el Derecho Tributario, que la Legislación Tributaria,
es sólo problema de los contadores públicos, y muchos de los
estimables colegas que están aquí, y que probablemente están
en el ejercicio profesional, se habrán dado cuenta de que la
gran mayoría de los asesores de los contribuyentes, de los
empresarios, de los comerciantes, en materia tributaria, son
los contadores, no precisamente los abogados, lo que me parece
a mí un contrasentido: porque el Derecho Tributario no es la
mera aplicación de unas tarifas a unos montos; o efectuar una
multiplicación y determinar cuánto debe pagar éste, o cuánto
debe pagar aquél, o cuánto no deben pagar, o cómo, no ha­
ciendo ésto o aquéllo, se puede pagar menor impuesto. ¡No!
El Derecho Tributario es mucho más que eso, es una técnica:
es, como lo dice el notable maestro argentino Dino Jarach,
"una materia de las más complejas y, posiblemente, donde el
asipecto jurídico llega a la culminación de su expresión, por
cuanto se entrelazan en él (en el Derecho Tributario) aspectos
jurídicos que hace a todas las ramas del Derecho”. Luego, si esto
es así ¿cómo explicar que un economista, por idóneo y por bri­
llante que sea, o que un contador público o que un adminis­
trador comercial, por idóneos y por brillantes que sean, estén en
capacidad de asesorar jurídicamente —jurídicamente, repito—
a un contribuyente en materia de Derecho Tributario? A mí
me parece, insisto, un contrasentido desde el punto de
vista lógico.
Dicho esto, quiero referirme exclusivamente, desde luego
en forma sumamente precipitada, a sólo tres principios de los
muchos que informan la Dogmática Tributaria Constitucional.
Aun cuando comprendo perfectamente que cada uno de ellos
podría ser objeto, incluso, de un curso monográfico, de modo
que es materialmente imposible agotar el tema — no sola­
mente de uno, mucho menos de los tres — , sí quiero suscitar
unas cuantas ideas, no sólo por el interés dogmático del pro­
blema, sino por el interés práctico; más aún, por el interés
también circunstancial y lógico, porque, a pesar de que son
elementos o nociones suficientemente conocidos, nos servirán
de premisas necesarias para las disertaciones subsiguientes.
Estos principios, a los cuales deseo referirme en esta oportu­
nidad, aunque muy brevemente, son: el de la Soberanía Tribu­
taria, el de la Legalidad Tributaria y el de la Justicia Tributaría.
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Ili. La Soberanía Tributaria.
1. La potestad tributaria corno expresión de la soberania
politica.
¿Qué es la soberanía tributaria?; ¿Cómo se manifiesta?;
¿Cuál es su origen?: son preguntas que surgen al solo plantea­
miento del tema. A ellas trataremos de dar respuesta, sintéti­
camente desde luego, en sentido inverso.
El origen de la soberanía tributaria es evidentemente la
soberanía política, cualquiera sea la noción que se tenga de
la soberanía política — la potestad del Estado o una cualidad
de la potestad del Estado— : "El carácter supremo de un
poder” que "no admite a ningún otro ni por encima de él ni
en concurrencia con él", como dice Carré de Malberg.
La soberanía tributaria, que se manifiesta entonces como
una potestad del Estado, se expresa con una terminología
diversa, pero que, a mi criterio, tiene un contenido uniforme.
Es el “poder de imposición”; la “potestad tributaria”, como
dicen los italianos; el “poder tributario”, como dicen los espa­
ñoles; el “poder fiscal”, como dicen los franceses; la “potes­
tad impositiva”, etc.. Cualquiera de estas denominaciones es,
al menos en mi modesta opinión, aceptable.
La soberanía tributaria es entonces una concreción, una
exteriorización, una manifestación, en un campo específico
que es la tributación, de la soberanía política.
Blumenstein, el eminente tributarista suizo, definía los
“tributos” como “las prestaciones pecuniarias que el Estado
o un ente público autorizado para ello, en virtud de su sobe­
ranía territorial, obtiene de los sujetos económicos sometidos
a aquél. Punto de partida del tributo — agrega el Maestro —
es, por tanto, siempre la soberanía territorial, o sea el poder
material y jurídicamente fundado de un ente público dotado
de un territorio, sobre las personas y sobre las cosas que se
encuentren en él . ..”.
Conviene, de otra parte, señalar que esta potestad tribu­
taria, como expresión de soberanía política, tiene una doble
justificación: una justificación política y una justificación
ética.
15
El Estado necesita cumplir sus propios fines y para cum­
plir esos fines necesita arbitrarse unos recursos. Por consi­
guiente, debe estar dotado de una suma de poder que le
permita, de manera coactiva, detraer de todas las economías
de los particulares los recursos que juzgue convenientes o nece­
sarios para la realización de sus fines.
Pero también desde el punto de vista ético, el poder de
imposición tiene una justificaeión. El Estado es, en efecto,
un instrumento para la realización del bien común; y en la
realización del bien común deben participar todos los miem­
bros de la comunidad, de una parte. De otra parte, la propiedad,
en la cual, como veremos, incide, en último término, toda la
tributación, impone deberes morales a los propietarios. En unos
interesantes comentarios a la Encíclica "Mater et Magistra”,
el tratadista Joaquín Ruíz Giménez, hablando precisamente
de los deberes morales que impone la propiedad a los dueños,
a los propietarios, entre los cuales hay que destacar su parti­
cipación, su colaboración, en la realización de la justicia social,
dice que esos deberes morales les obligan "a producir de la
forma más eficaz posible . .., a contribuir a los gastos públi­
cos en proporción a su patrimonio y a sus rentas, no sólo
mediante el cumplimiento de los deberes tributarios, sino
también con aportaciones más amplias y generosas en momen­
tos excepcionales para la vida de la comunidad; y a cooperar
en los planes de redistribución de la propiedad y acceso a ella
de todas las clases sociales”.

2. Principales caracteres de la potestad tributaria.


La soberanía tributaria y su expresión la potestad tribu­
taria, como la soberanía política, presenta sus mismos carac­
teres. Sin embargo, yo me permito destacar o señalar sólo algu­
nos, siguiendo en parte la orientación del notable tributarista
español Narciso Amorós.
Una de las características de la potestad tributaria o poder
de imposición es ser originaria; pues emana de la naturaleza y
de la esencia misma del Estado, y en forma inmediata y directa,
de la Constitución.
16
Este es un concepto que yo quisiera destacar un poco más
trayéndolo de lo teórico a nuestro ordenamiento jurídico
constitucional.
Cuando la Constitución de un Estado autoriza, ella misma,
a determinados entes territoriales el ejercicio, así sea en deter­
minado sector, del poder de imposición, esos entes, dotados
constitucionalmente del poder de imposición, de la potestad
tributaria, participan también, porque no se puede explicar
de otro modo el poder de imposición, de la soberanía tribu­
taria, y consiguientemente también, de la soberanía política.
De modo pues, que, cuando, por ejemplo, nuestra Consti­
tución atribuye al Poder Nacional una determinada competen­
cia, al Poder de los Estados otra determinada competencia y
al Poder Municipal una determinada competencia, en mataeria
tributaria, les está reconociendo participación en el ejercicio
de la soberanía tributaria. Por tanto, y al menos a mi juicio,
el Municipio Venezolano, conforme a los textos constitucio­
nales nuestros, no solamente es un ente "autónomo” en el
sentido de que pueda autonormarse, por así decirlo, pleonàs­
ticamente si se quiere pero de modo un poco gráfico quizás,
sino que también es, desde el punto de vista tributario — repito
e insisto— , un ente dotado de soberanía política. La Consti­
tución misma les atribuye a los Municipios — al determinar
la “competencia municipal”— “la creación, recaudación e inver­
sión de sus ingresos”; y no se .detiene allí, sino que determina
explícitamente y taxativamente cuáles son esos “ingresos”.
En ratificación de estos conceptos, me permito citarles
dos sentencias — que considero muy importantes, no sólo
bajo éste sino bajo otros aspectos — de la Corte Suprema de
Justicia en Sala Político-Administrativa: una, de fecha 13 de
diciembre de 1965, en la cual modificó una jurisprudencia de
más de treinta años en materia de tributación municipal,
correctamente a mi juicio; y la otra, mucho más reciente, de
fecha 15 de marzo de este año, en la cual la Corte estableció
que no se da el fenómeno de la doble imposición por el hecho
de que un sujeto pueda ser al mismo tiempo contribuyente
de un mismo impuesto municipal en dos Municipios distintos
por el ejercicio de sus actividades comercio-industriales. Me
permito leerles los párrafos pertinentes de esos dos fallos.
17
En el primero la Corte dijo: "El examen de las características
fundamentales de los referidos impuestos — nacionales y muni­
cipales — , pone de manifiesto, de una parte, no sólo la nece­
saria conciliación racional entre unos y otros; sino también,
de otra parte, el justo y ponderado alcance que ha de darse,
en sana hermenéutica, a las limitaciones constitucionales a que
están sujetos los Municipios en el ejercicio de su propio poder
de imposición”; es decir, — agrego y o — , la Corte reconoce a
los Municipios "su propio poder de imposición”, cuyo concepto
me permito destacar; “ellas, pues, (las limitaciones constitu­
cionales) — continúa diciendo la Corte— , deben ser entendidas
en el sentido de que, tanto aquéllos (los Municipios) como los
Estados, no pueden “crear . .. impuestos sobre las demás mate­
rias rentísticas de la competencia nacional”, si el objeto del
impuesto, que pretendan crear, es el mismo del impuesto
nacional y si uno y otro son de la misma naturaleza”. En la
otra sentencia que les citaba la Corte dijo: “Tal circunstancia,
bastante frecuente, por lo demás, en aquellos empresarios que,
como la recurrente, realizan al mismo tiempo, actividades
económicas distintas en diversas jurisdicciones territoriales,
no configura, jurídicamente, el fenómeno de la doble impo­
sición. En efecto: como lo tiene dicho la Corte, en jurispru­
dencia ya reiterada, para que se produzca la dohle imposición,
se requiere la concurrencia de elementos similares a los de
la cosa juzgada; pero, en el caso de autos, la causa del impuesto,
esto es, el hecho generador del mismo, es distinta — la indus­
tria ejercida en Maracay y el comercio ejercido en Caracas — ;
y los sujetos activos del impuesto son también distintos — dos
Fiscos Municipales que ejercen, en su respectiva jurisdicción
territorial, la propia soberanía impositiva que la Constitución
les atribuye”. La Corte, pues, — agrego yo — , reconoce expre­
samente que “la Constitución les atribuye” a nuestros Muni­
cipios “su propia soberanía impositiva”, cuyo concepto natu
raímente destaco una vez más. Luego, si los Municipios gozan
constitucionalmente del “poder de imposición”; si gozan de
él, porque — constitucionalmente tam bién— tienen su “pro­
pia soberanía impositiva” — para usar las mismas palabras
de la Corte—; y si esta "soberanía impositiva” tiene en todo
caso como fundamento la soberanía política, la “soberanía
territorial” como dijera Blumenstein, no me cabe la menor
18
duda de que nuestros Municipios, en esta materia, participan
de la soberanía política.
Pero — advirtámoslo incidentalmente — hay una de esas
paradojas, pienso yo que posiblemente por falta de técnica
legislativa, un contrasentido, en la Constitución, en materia de
competencia residual. La competencia residual genérica está
atribuida por la Carta a los Estados. Cuando se determina
"la competencia de cada Estado”, la Constitución dice: ". . . y
todo lo demás que no corresponda a la competencia nacional
o a la competencia municipal”. Pero la competencia residual
en materia tributaria — al menos así lo considero yo — está
atribuida al Poder Nacional, con lo cual se robustece mucho
más el Poder Nacional; pues el artículo 136, en su ordinal 8?,
de la Constitunción, si bien determina toda la materia tribu­
taria que es de "la competencia del Poder Nacional”, agrega
en su parte in fine: ". . . y los demás impuestos, tasas y rentas
no atribuidos por esta Constitución a los Estados y a los
Municipios, que con carácter de contribuciones nacionales
creare la ley”. De modo pues, que la competencia residual en
materia tributaria aparece atribuida a la competencia nacional,
cuando lo lógico — pienso— debería haber sido lo contrario,
para ser consecuentes con la atribución de la competencia
residual genérica a los Estados. No he alcanzado a comprender
el contrasentido del dispositivo.
Los Estados, parece ocioso manifestarlo, tienen un poder
de imposición teórico, minimizádo. Por argumento a contrario
sensu podría quizás deducirse del texto de los ordinales 2? y
3? del artículo 18 de la Constitución, la posibilidad de gravar
algunos bienes de consumo; pero, prácticamente, su poder
de imposición es nulo, o como digo, meramente teórico.
Conviene, de otra parte, diferenciar la titularidad de la
potestad tributaria de la titularidad del crédito tributario,
porque habrá casos, y posiblemente serán los más frecuentes,
en que sus titulares coincidan, pero habrá también casos en
que no coincidan. Por ejemplo: en los casos de las cotizaciones
para la seguridad social, de las contribuciones para la forma­
ción profesional de los trabajadores y de los aranceles univer­
sitarios, que son ingresos tributarios porque son establecidos
en virtud de la potestad tributaria del Estado, el titular de la
potestad tributaria es el propio Estado; pero el sujeto activo
1!)
del crédito tributario, que surge con motivo de la aplicación
de las Leyes respectivas en su aspecto tributario — la del
Seguro Social en un caso, la del Instituto Nacional de Coope­
ración Educativa en otro y la de Universidades y ahora su
Reglamento en el otro — es un ente distinto del Estado
— el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, el Instituto
Nacional de Cooperación Educativa y las Universidades, res­
pectivam ente— : de allí que su producto no vaya a las arcas
del Tesoro Nacional y de que constituyan, por tanto, las llama­
das “contribuciones parafiscales”. Destaco esto porque me he
dado cuenta, incluso entre colegas de cultura superior a la
mía naturalmente, de que, porque todas estas exacciones no
aparecen en el Presupuesto del Estado, se las quiere envolver
bajo el régimen o bajo el tratamiento del Derecho Privado,
lo que es inexacto. Estos son tributos, estos son ingresos pú­
blicos de fuente tributaria. Otro tanto ocurre, por ejemplo,
con las tasas municipales por el servicio de acueducto: la
potestad tributaria, en materia de tasas de acueducto, la tienen
los Municipios, aun cuando el beneficiario, el sujeto activo
de la relación jurídico-tributaria, del crédito tributario, sea el
Instituto Nacional de Obras Sanitarias, que es un Instituto
Autónomo de carácter nacional. Destaco todo esto, repito,
porque es menester tener presente la naturaleza jurídica de
estos tributos, ya que los problemas que suscitan han de ser
resueltos conforme al Derecho Tributario, y el Derecho Tribu­
tario, ya lo hemos dicho, es Derecho Público.
Otra característica que yo quisiera destacar también de la
potestad tributaria es su inalienabilidad, como la soberanía
misma; algunos autores hablan de la “irrenunciabilidad”
como Amorós; otros de la “indisponibilidad”. Con el respeto
de todos ellos, yo prefiero usar la terminología tradicional, que
me parece, por lo demás, omnicomprensiva, como es la de la
“inalienabilidad”.
Es un síntoma grave, lo advierto ante todo, desde el punto
de vista incluso político, y por consiguiente también desde el
punto de vista jurídico, cuando un Estado empieza a traficar
con su potestad tributaria.
Pues bien, la potestad tributaria, el poder de imposición
o poder fiscal, no es un “derecho” que el ente que es titular
de esa potestad tenga en su patrimonio y del cual pueda él
20
disponer en cualquier forma, como pudiera disponer de otro
suyo cualquier particular. ¡No! El poder de imposición no es
un derecho patrimonial. Como expresión que es de la sobe­
ranía política es inalienable, es irrenunciable, es indisponible,
es intransigible: sobre él no se puede traficar. "La irrenuncia-
bilidad del poder (tributario) — dice Am orós— se admite con
facilidad, pues es de su esencia el que por parte del titular
de ese poder no pueda haber ninguna disposición a favor de
nadie ni por ninguna circunstancia o hecho.. .”. Es decir,
anoto yo por mi parte, el poder de imposición debe ser ejercido
en forma normal, en forma regular, no bajo coacciones ni bajo
presiones, ni ser ejercido en un determinado sentido y no ser
ejercido en otro porque una fuerza extraña, un poder extraño,
porque una circunstancia o porque un hecho extraño lo condi­
cionen en su ejercicio. Ello repugna al poder de imposición,
a su noción, a la noción de la soberanía tributaria y consiguien­
temente también, repugna al concepto mismo de la soberanía
política.
Desde luego, hay que diferenciar la disponibilidad de la
norma tributaria por parte del Legislador, en el sentido de que
él puede perfectamente modificar o derogar la Ley Tributaria
cuando lo considere conveniente; pero, eso sí, haciéndolo
libremente, soberanamente. Pero la Administración, el Poder
Administrador, en ningún caso puede disponer del poder de
imposición, mejor dicho, de la aplicación, normal y regular,
de la Ley Tributaria, que es función propia suya. Eso le está
absolutamente vedado. Y ello tiene que ser necesariamente así,
desde el punto de vista político, porque la soberanía es inalie­
nable; y desde el punto de vista jurídico, porque ello lesiona el
principio de la justicia distributiva que es norma de Derecho
positivo en nuestra Carta Fundamental y porque viola el prin­
cipio de la igualdad ante la Ley y el principio de la generalidad
del impuesto, al dar a unos contribuyentes un tratamiento
distinto del que se les da a otros porque la Administración
trafique con la potestad tributaria, así su tráfico lo considere
muy conveniente bajo otros aspectos. Yo no prejuzgo de esa
conveniencia o inconveniencia; yo solamente prejuzgo de la
juridicidad y de la legalidad de tales actuaciones. Me permito
leerles los siguientes conceptos del distinguido Profesor Amo­
rós: "La verdadera justificación de la indisponibilidad o irre-
21
nunciabilidad de la potestad tributaria està en el deseo de
conseguir una mejor justicia distributiva a la bora de efectuar
el reparto de la carga impositiva. Si se admitiese por un
momento — agrega — que a un contribuyente se le puedan
perdonar sus impuestos o retrasar su pago, en realidad, como
se ha destacado por algunos autores, el perjuicio no redun­
daría en la Administración Tributaria que lo concede, sino
que repercutiría necesariamente sobre los otros contribuyentes,
pues se alteraría la distribución o reparto de la carga imposi­
tiva, y, por lo tanto, atentaría contra el indicado principio de
justicia distributiva. Es decir, — concluye — , que tanto por
necesidades doctrinales como por evidencias legales, la nota o
característica de la indisponibilidad del poder tributario debe
admitirse”.
Yo quiero advertir, sin embargo, que en nuestra Ley Orgá­
nica de la Hacienda Pública Nacional existe un dispositivo
que permite, respecto a las deudas atrasadas provenientes de
cualquier renta que hayan pasado a figurar como saldos de
años anteriores, en la contabilidad fiscal naturalmente, conce­
der remisiones, rebajas y bonificaciones, etc., con las formali­
dades de oir el dictamen del Contralor y del Procurador.
A esta disposición pienso referirme con mayor detenimiento
en la tercera Conferencia, Dios mediante. Pero éste es un
dispositivo de excepción; y por consiguiente, debe ser objeto
de una rigurosa interpretación restrictiva. Es una aberración
de nuestro Derecho positivo esa norma. Y debe desaparecer.
Otra característica de la potestad tributaria es su impres-
criptibilidad. La potestad tributaria es perpetua, no decae, no
caduca, no prescribe, ni se la agota tampoco cuando se
la ejerce.
Otra característica más de la potestad tributaria es su
territorialidad, pues, como la soberanía misma, ha de ejercerse
dentro del territorio del Estado. Desde luego, esta caracterís­
tica crea problemas que todos conocemos, como son los de la
eficacia de la Ley Tributaria en el espacio, los de la doble
imposición internacional, etc., que apenas me limito a mencio­
nar. Pero, como cuestión de principio de carácter general, el
poder tributario, el poder de imposición, lo tiene el Estado
para gravar a todos los sujetos que se encuentren en su juris­
dicción, sin discriminar entre nacionales y extranjeros; más
aún, sin discriminar por el lugar de su residencia o domicilio:
pueden estar en el exterior o en el interior del País; basta
que el hecho imponible se haya realizado en el País o que en
alguna forma le pueda ser imputable — para usar la termino­
logía del Derecho Penal — a un sujeto, para que éste llegue a
ser sujeto pasivo de la relación jurídico-tributaria.
Pero la última característica que quiero mencionar es la
de que la potestad tributaria es un poder legal. Y desde luego,
con éste pasamos al segundo principio, al segundo punto de
la disertación.

IV. La Legalidad Tributaria.

Valdría la pena mencionar, aunque fuera muy precipita­


damente, algunos brevísimos antecedentes históricos del prin­
cipio de la legalidad tributaria. Hoy por hoy, el Estado Mo­
derno es un Estado de Derecho que, como lo dije anteriormente,
se caracteriza por la vigencia plena — al menos teóricamente
hablando — del principio de la legalidad, genéricamente enten­
dida. Pero el principio de la legalidad — de la legalidad admi­
nistrativa — es relativamente nuevo, en tanto que el principio
de la legalidad tributaria es un principio milenario, de un alto
abolengo histórico. Es más, los Parlamentos tienen origen
tributario, por así decirlo, pues su función originaria y funda­
mental fue la de "consentir” los tributos. Y la problemática
tributaria, por así llamarla también — refiriéndonos a aquella
época — , explica, por ejemplo, la génesis de las Cortes de León
en 1188 y la aparición de unos cuantos documentos históricos,
verdaderos monumentos, como la Carta Magna, de 1215, el
Petition of Rights, de 1628, y el Bill of Rights, de 1689. La
Revolución Francesa y la Revolución Americana son fenómenos
todos determinados, fundamentalmente en mi opinión, por he­
chos tributarios. En todos los tiempos y en todos los pueblos
ha estado latente el ideal de que la legalidad gobierne la
tributación.

23
1. Contenido del principio de la legalidad tributaria.
En la Constitución nuestra, en su artículo 224, está consa­
grado expresamente el principio de la legalidad tributaria:
"No podrá cobrarse ningún impuesto u otra contribución
— dice — que no estén establecidos por ley, ni concederse
exenciones ni exoneraciones de los mismos sino en los casos
por ella previstos”. Este es un principio que ha venido reite­
rándose, aun cuando con diversas formulaciones desde luego,
en todas nuestras Cartas Fundamentales, desde la de 1811,
tomado como fue de la Declaración de los Derechos del Hombre.
Es muy común recordar, en materia de Derecho Tributario,
aquel apotegma — del Derecho Penal liberal — del “nullum
crimen, nulla poena sine lege”. Y si lo recuerdo ahora, no es
porque yo pretenda establecer analogías, como se lo hacía
antiguamente, entre el Derecho Fiscal y el Derecho Penal.
Recuerden ustedes aquellas categorías que se hacían de las
"leyes odiosas”; el Derecho Fiscal se incluía entre el Derecho
odioso. Hoy el Derecho Fiscal, o Tributario como yo prefiero
decir, no es un Derecho odioso; es un Derecho como cualquier
otro. Recuerdo aquel apotegma, sí, porque en el Derecho Trihu-
tario funciona otro de contenido y significado similar: “nullum
tributum sine lege”; no hay tributo sin ley que lo establezca.
Pero, ¿cuándo se debe considerar que un "impuesto u otra
contribución” — como dice la Constitución — están “estable­
cidos por ley”? Ello plantea dos cuestiones fundamentales, a
saber: primera, ¿a qué clase de "ley” se refiere el Constituyente:
a la ley formal o a la ley material?; segunda, ¿cuál ha de ser el
contenido de esa "ley”?
Tres factores concurren para demostrar que la "ley” dehe
ser ley formal, es decir. Ley del Congreso, Ley del Poder Legis­
lativo, con contenido material naturalmente; pero Ley que
emana de aquél órgano del Estado que, de acuerdo con la
Constitución, detenta la facultad de legislar.
En primer lugar, debemos mencionar el origen liberal del
principio de la legalidad tributaria: la legalidad tributaria
partió del "consentimiento”, como lo demuestran los docu­
mentos históricos a que antes aludí muy superficialmente, que
debían prestar los súbditos al Monarca, al Príncipe, para pagar,
para cancelar los tributos. Bajo este aspecto, digo, el principio
24
es de una tradición liberal. Luego, si eso fue así antes, los
representantes de los contribuyentes son entonces hoy quienes
deben "establecer” los tributos.
Pero además de esto, hay otra razón que justifica que sea
el órgano legislativo el que "establezca” el “impuesto u otra
contribución” para que éstos puedan considerarse — permí­
tanme que repita textualmente las palabras de la Constitu­
ción — "establecidos por ley”, como aquélla lo exige; y es la
materia sobre la cual incide la tributación, que mencioné
incidentalmente hace algunos minutos. Toda la tributación
incide, en último término, en la propiedad, aun en aquellos
tributos que aparentemente no pudieran tener ninguna rela­
ción con la propiedad; pero, si nos detenemos a examinarlos
uno a uno, podemos llegar a esa conclusión, excluida como
está de la tributación moderna la capitación, por la cual se
gravaba el sér humano prácticamente por el hecho de ser tal.
Ahora bien; la propiedad, como todas las garantías ciudadanas,
por lo menos conforme a la doctrina que tenemos recibida
hasta ahora en nuestra cultura, es de la reserva legal. Así, dice
la misma Constitución, “en razón de su función social”, la
propiedad — sin distinguir cuál sea ésta — estará sujeta,
entre otras cosas, a "las contribuciones que establezca la ley”,
con lo cual se viene a ratificar, por lo demás, el principio de
la legalidad tributaria.
Pero también hay un tercer factor que justifica que el poder
de imposición deba ejercerse a través de la ley formal, que es
la estimativa teleológica del principio. El principio de la lega­
lidad tributaria tiene una doble finalidad inmediata: de una
parte, satisfacer las exigencias de la seguridad jurídica, indis­
pensable en toda sociedad civilizada y especialmente desde
luego en materia obligacional. No puede dejarse, pues, librada
a la Administración Pública la facultad de establecer los tributos
que a bien tenga y en la medida que a bien tenga establecerlos.
De otra parte, también es menester tener presente las exigencias
de la seguridad económica, especialmente en una economía
de mercado, en el cual pueden entrar todos quienes lícitamente
pueden ejercer actividades económicas. “Los impuestos deben
ser ciertos”, decía desde hace mucho tiempo Adam Smith;
y lo aconseja la realidad, lo impone la naturaleza de las cosas.
¿o
pues para el hombre de negocios el Estado es un elemento de
costo. Creo que es ocioso insistir en estos conceptos.
Estas consideraciones, pues, excluyen evidentemente, por
lo menos en mi opinión, el ejercicio de la potestad reglamen­
taria en materia tributaria, a no ser para aquello que sea
meramente adjetivo, no sustantivo.
Siendo así, es indispensable tener siempre presente cuáles
son los elementos que en la construcción técnico-jurídica de
un tributo deben estar consignados en la "ley”, en la propia
"ley”, — insisto en esto — para poder considerar que esa "ley”
ha "establecido”, en los términos en que lo exige la Consti­
tución, un “impuesto u otra contribución”. No hay que olvidar
que el tributo constituye una relación jurídica, la relación
jurídico-tributaria. Luego la "ley” que lo “establezca” deberá
"establecer”, ella misma, los elementos esenciales de esa rela­
ción jurídica.
Vamos a mencionarlos aunque sea superficialmente.
En primer lugar, los sujetos: el sujeto activo, o sea el
acreedor, el titular del crédito tributario; y el sujeto pasivo, o
sea el deudor, el contribuyente, el obligado al pago de la pres­
tación tributaria. Luego este elemento — sujetos — debe estar
contenido — él — en la misma ley formal que crea el tributo.
Otro elemento esencial en la integración, en la constitución
técnico-jurídica de un tributo, es el "hecho impunible”, en la
feliz expresión acuñada por Dino Jarach en 1942 y que le ha
dado la vuelta al mundo; o, como lo llaman los franceses, el
"hecho generador del impuesto”; o el "tatbestand”, como
lo llaman los alemanes; o el "fattispecie”, como lo dicen
los italianos. Es decir, ese conjunto de circunstancias o de
hechos, esos “presupuestos fácticos”, a cu3^a ocurrencia la ley
vincula el nacimiento de la obligación tributaria; y que puede
ser un hecho material, como pasar unas mercancías de un país
a otro; o un acto jurídico, como la celebración de un contrato;
o el ejerecicio de una actividad económica: el comercio, la
industria; o el resultado del ejercicio de esa actividad eco­
nómica o lucrativa, como la obtención de una renta; etc.
Este elemento — hecho imponible —, que es esencial a la
estructura técnico-jurídica del tributo, es de la reserva legal;
por tanto, debe ser establecido por la propia ley creadora
del tributo.
26
Un elemento más de la relación juridico-tributaria es la
base imponible, o sea la medida del hecho imponible. Estamos
en una economía monetaria por lo cual es necesario traducir
a expresiones monetarias los hechos imponibles. Luego, como
de la medida del hecho imponible, traducida en la base impo­
nible, va a derivarse el monto del impuesto, es indispensable
que esa base imponible, base de cálculo del tributo, esté
prevista expresamente en la ley, para poder considerar que ese
tributo está "establecido por ley”.
Otro elemento es la materia imponible u objeto del im­
puesto, que puede ser un bien, un producto, el capital, la
renta, etc.
Y el otro elemento es la alícuota del tributo o el tipo
impositivo. Algunos lo denominan la "tarifa del impuesto”;
pero a mí no me gusta mucho esta denominación porque es
un término muy equívoco. El tipo impositivo, pues, es aquel
tanto por ciento generalmente, o aquella cantidad, que se le
aplica a la base imponible para determinar el quantutn o la
cuota del impuesto.
Como ven ustedes, todos estos elementos tienen que estar
contenidos en la Ley Tributaria, porque es así como puede la
Administración Tributaria y como puede el contribuyente
atenerse a lo que el Estado quiere que éste pague por vía del
tributo. Pero, si se refiere a la potestad reglamentaria el esta­
blecimiento de uno de estos elementos, se quebranta, se viola,
se rompe, el principio de la certeza del tributo que está implí­
cito en el principio de la legalidad tributaria. Y entonces
surgen evidentemente la inseguridad jurídica y la inseguridad
económica.
Yo conceptúo que toda ley, que refiera al poder reglamen­
tario facultades para completar las normas tributarias en estos
puntos esenciales, es inconstitucional, porque el tributo así
creado no puede considerarse técnicamente "establecido por
ley” como lo exige la Constitución. Y el Reglamento, que
pretenda completar la ley, consecuencialmente también, estará
infirmado de inconstitucionalidad, porque ha invadido — aun
cuando se haya considerado habilitado por la ley — materia
que es de la estricta reserva legal, como es el establecimiento
de todos los elementos constitutivos del tributo.
'it
En nuestro Derecho positivo está consignado, incluso expre­
samente, el contenido del principio de la legalidad tributaria.
Hay una norma en la Ley Orgánica de la Hacienda Pública
Nacional, que es el artículo 45, que yo califico de norma cuasi-
constitucional, porque es el desarrollo inmediato y directo de
una norma constitucional cuyo destinatario, también inme­
diato y directo, es el legislador — la consagratoria del prin­
cipio de la legalidad tributaria— ; y porque, en todo caso al
menos, es una autolimitación que el legislador se impuso.
Me permito leérselo: "Ninguna contribución — dice — puede
establecerse sino en virtud de disposiciones legalmente dic­
tadas (observen que aquí reitera el principio de la legalidad
tributaria). La ley, — agrega — , o en su defecto, el respectivo
Decreto Reglamentario, indicará la forma y oportunidad en
que se efectúe la recaudación correspondiente (observen tam­
bién que aquí prevé elementos adjetivos, no sustantivos, es
decir, no esenciales a la relación jurídico-tributaria). Al estable­
cerse una contribución — continúa diciendo el dispositivo —
(y observen cómo emplea las mismas palabras de la Consti­
tución: "establecerse” y “contribución”) debe determinarse la
materia o acto gravado (o sea la materia imponible, observamos
nosotros), la cuota exigible (o sea la alícuota del impuesto o
el tipo impositivo o la tarifa del impuesto, como prefieran
ustedes llamarlo), el modo y términos en que se causa la cuota
y se hace exigible (o sea el hecho irpponible, conforme a la
moderna terminología), las obligaciones de los contribuyentes
(o sean sus obligaciones accesorias: de dejar hacer a la Admi­
nistración, de dejarse investigar, etc., o de hacer: suministrar
datos, informaciones, declaraciones, etc.) y la sanción de estas
disposiciones (o sean las normas tributarias sancionadoras)...”
Observen, pues, cómo, si la norma que les acabo de leer previene
que "ninguna contribución puede establecerse sino en virtud
de disposiciones legalmente dictadas”; y que "al establecerse
una contribución debe determinarse” los elementos esenciales
de esa "contribución”, es obvio que si todos estos elementos
deben "establecerse” en esas mismas "disposiciones legalmente
dictadas”, en el caso de que no estén "establecidos” por ellas,
la “contribución” no puede considerarse "establecida por ley”
como lo impone la Constitución; por lo cual tal "contribución”
sería inconstitucional.
28
2. Alcance del principio de la legalidad tributaria.
Ahora podríamos preguntarnos: ¿A qué clase de ingresos
públicos alcanza el principio de la legalidad tributaria?
Si partimos de la clasificación tradicional de los ingresos
públicos entre tributarios y patrimoniales, y no hay razón
por qué no partir de ella, considerando tributarios los que
emanan, los que son detraídos por el Estado, de las economías
privadas en virtud del jus imperii — en este caso, del jus
impositionis para hablar con mayor exactitud— ; y patrimo­
niales los que son detraídos de la economía del propio Estado;
es evidente que todos los ingresos tributarios estarán sujetos
o condicionados por el principio de la legalidad tributaria,
independientemente de cuál sea su denominación, cuál sea su
naturaleza, cuál sea su forma, cuál sea su finalidad, cuál sea
su beneficiario.
Tanto es ello así, que la propia Constitución somete
expresamente al principio todo "impuesto u otra contribu­
ción”; y es evidente también que el concepto de "contribu­
ción” está adoptado aquí en su acepción genérica, en la misma
forma como lo está en el artículo 45 de la Ley Orgánica de la
Hacienda Pública Nacional, que desarrolla precisamente el
contenido del principio. Es decir, el concepto de "otra contri­
bución”. a que alude la Carta Fundamental, comprende natu­
ralmente, a más del "impuesto”, expresamente mencionado en
ella, también las "tasas”, las '-'contribuciones especiales”, la
"contribución de mejoras” entre éstas, y todas las “contribu­
ciones parafiscales”. Así, en efecto, en sentencia de 18 de
noviembre de 1965, la Corte Suprema de Justicia dijo que
"este Alto Tribunal ha considerado que son tasas aquellos
tributos pagados al Estado en virtud de una Ley — declara­
ción ésta que yo me permito destacar— como contrapres­
tación de un servicio o por la realización de una actividad por
parte del ente de derecho público respecto del particular”.
Lo mismo, pues, que dijo la Corte respecto de las "tasas” en
particular, puede decirse también respecto de todos los demás
ingresos tributarios, de todos los otros “tributos”: el genus
proximum de todos ellos es, en efecto, el de ser “pagados al
Estado en virtud de una Ley”. De modo que, si se llegara a
considerar que al principio de la legalidad tributaria están
29
sometidos única y exclusivamente los "impuestos" propiamente
dichos, ello sería sólo posible no atribuyendo ningún sentido
a la mención a "otra contribución”, consignada en la Consti­
tución inmediatamente después de la de los "impuestos”,
o suponiendo que el Constituyente no tuvo ningún propósito
al consignar esa mención — "otra contribución”— , todo lo
cual sería evidentemente absurdo y contrario a las reglas tradi­
cionales de la hermenéutica jurídica.
En fin, al principio de la legalidad tributaria no sólo están
sujetos en nuestro Derecho los ingresos tributarios nacionales,
sino también los ingresos tributarios estadales y municipales;
es decir, los de todos los entes que participan, en los términos
previstos por la Constitución, de la soberanía tributaria, de la
potestad tributaria, independientemente — insisto — de cuál
sea el ente público beneficiario del tributo.

3. Principales consecuencias del principio de la legalidad


tributaria.
Quisiera mencionar — y ello podría constituir una especie
de síntesis de todo lo expuesto— algunas, al menos, de las
principales consecuencias que en nuestro Derecho se pueden
derivar del principio de la legalidad tributaria.
Debo citar, en primer lugar, lo que pudiéramos llamar la
constitucionalización de la construcción técnico-jurídica del
tributo. No basta, en efecto, su establecimiento abstracto en
la ley; es necesario más, que la ley fije — ella misma — todos
y cada uno de los elementos esenciales de la relación jurídico
-tributaria que ese tributo crea necesariamente.
Podemos mencionar también la extensión del principio
de la legalidad tributaria — lo cual redunda en beneficio de
la seguridad jurídica y de la seguridad económ ica— a todos
los ingresos públicos de fuente tributaria, y no sólo a los
impuestos propiamente dichos.
Además, e independientemente del principio constitucional
de la irretroactividad de la Ley en general, consecuencia natu­
ral del principio de la legalidad tributaria es, asimismo, la irre­
troactividad de la Ley Tributaria, puesto que es ella la que debe
"establecer” el hecho imponible, a cuya ocurrencia se vincula

necesariamente el nacimiento de la obligación tributaria: “nu­
llum tributum sine lege”.
Asimismo podemos citar la permanencia de la Ley Tribu­
taria, pues en nuestro Derecho, y al menos desde la Reforma
Parcial de 1934, de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública
Nacional, se eliminó el requisito de que los ingresos tribu­
tarios debían estar inscritos en el Presupuesto anual de Rentas
para poder ser recaudados.
Finalmente, la consecuencia de mayor significación, al
menos a mi juicio — y no sé si será por mi profunda devoción
al principio de la legalidad — , es, precisamente, el consagrar
una Administración Tributaria eminentemente reglada. En esta
materia, en efecto, la discrecionalidad está o debe estar absolu­
tamente ausente. La Administración Tributaria no puede exigir
ningún tributo que no esté “establecido por ley”, como dice la
Constitución; y al contrario, está en el deber de aplicar la Ley
Tributaria, de exigir el tributo. De modo que no queda a su
arbitrio recaudarlo o no recaudarlo, cobrarlo o no cobrarlo,
ni cobrar o recaudar uno y no cobrar ni recaudar otro; ni
cobrarlo o recaudarlo en una cuantía superior o inferior a la
expresamente prevista por la ley que lo creó. Así como nadie
está obligado a pagar un tributo en una cuantía mayor que la
prevista por la ley que lo establece, la Administración Tribu­
taria tampoco puede considerarse autorizada o facultada para
percibirlo en una cuantía menor, que la prevista por esa misma
ley. Es decir, la apreciación de lo que en la doctrina adminis­
trativa se denomina el “mérito” de los actos administrativos
— su oportunidad o conveniencia— está aquí descartada por
completo. Ella puede tener cabida en el Derecho Tributario
Sancionador, porque en este campo del Derecho Tributario
concurren otros principios; pero no es posible en el Derecho
Tributario Material, en el cual la Administración sólo debe
apreciar la legalidad del acto administrativo impositivo. Conse­
cuencia, a su vez, de todo ello, es la suma de recursos — admi­
nistrativos y jurisdiccionales — de que el contribuyente dis­
pone — o debe disponer— en los casos en que considere
que la Administración Tributaria ha desbordado los límites de
la ley. La Administración Tributaria, en fin, está o debe estar
sometida rigurosamente al principio de la legalidad.
31
V. La Justicia Tributaria.
Veamos ahora, para concluir, el principio de la justicia
tributaria: los impuestos deben ser justos, deben ser equita­
tivos — lo dijo también Adam Smith y lo han dicho todos — .
Este es un principio en el cual hay unánime criterio. Es de
enseñanza permanente incluso de la doctrina social de la Igle­
sia. En esto no hay disquisición de ningún orden. Todos esta­
mos perfectamente de acuerdo en que los impuestos deben
ser justos y equitativos.
En lo que surgen las tremendas disquisiciones es en el
cómo determinar cuándo un impuesto es justo, es equitativo,
o es injusto; es decir, en los procedimientos, en las técnicas,
en los medios, empleados para realizar la justicia y la equidad
en la tributación. Los moralistas, los filósofos, los economistas,
los hacendistas, los políticos, — todos —, han tenido algo o
mucho que decir en esta materia. Desde luego, no vamos a
penetrar en ese mundo de disquisiciones.
Nos limitaremos sólo a examinar el principio de la justicia
tributaria en nuestro Derecho positivo, recogido expresamente
como está en nuestra Constitución.
La justicia tributaria — y en ello hay unánime consenso
doctrinario— descansa o debe descansar sobre dos grandes
columnas, dos grandes fundamentos, como son el principio
de la generalidad del impuesto y el principio de la igualdad
ante el impuesto. Pues bien — repito— estas son normas de
nuestro Derecho positivo.

1. La generalidad del impuesto.


Veamos el artículo 56 de la Constitución que dice: “Todos
están obligados a contribuir a los gastos públicos”. Este
artículo está contenido en el Capítulo de los "Deberes” de los
venezolanos, de los "Deberes” en general. Aquí está consagrado
evidentemente el principio de la generalidad del impuesto.
Es decir, en él se impone una obligación jurídica general a todos
los habitantes del País, lo cual significa la exclusión de todo
privilegio que pueda consistir en el relevo de esa obligación,
de ese “deber” como lo llama la Constitución, de "contribuir
a los gastos públicos”.
32
Pero — debemos advertirlo de inmediato — la genera­
lidad del impuesto no excluye, sin embargo, la posibilidad de
establecer exenciones o exoneraciones tributarias, puesto que
la misma Constitución las prevé expresamente, al someterlas
por cierto, al igual que somete el tributo, al principio de la
legalidad. Recuerden ustedes él texto de su artículo 224: "No
podrá cobrarse — dice — ningún impuesto u otra contribu­
ción que no estén establecidos por ley, ni concederse exenciones
ni exoneraciones de los mismos sino en los casos por ella
previstos”. Es decir, así como "no podrá cobrarse ningún
impuesto u otra contribución que no estén establecidos por
ley” — que es el anverso del principio de la legalidad tribu­
taria— , así tampoco podrá "concederse exenciones ni exone­
raciones de los mismos — de ningún impuesto u otra contri­
bución— sino en los casos por ella previstos” — previstos por
la ley — , —que es el reverso del mismo principio de la legalidad.
Desde un punto de vista rigurosamente formal — es
cierto — toda exención o exoneración tributarias aparecen
como derogaciones del principio de la generalidad del impuesto.
Pero desde un punto de vista jurídico material deben aparecer
justificadas por la misma Constitución, porque concurran, por
ejemplo, a la realización de los fines que la propia Consti­
tución señala al Estado; e incluso también deben aparecer
justificadas desde el punto de vista ético: la justificación ética
de toda exención o exoneración tributarias debemos encon­
trarla siempre en la participación — conveniente o necesaria —
que el sujeto o las actividades o los bienes — exentos o exo­
nerados — tengan en la realización del bien común rectamente
entendido. La falta de justificación jurídica y ética de las
exenciones y exoneraciones tributarias constituiría una lesión
al principio de la justicia tributaria en general, y en particular,
al principio de la generalidad del impuesto y al de la igualdad
ante la ley, pues que pueden erigirse o convertirse en privi­
legios irritantes.

2. La igualdad ante el impuesto.


De otra parte, cuando la Constitución disciplina la Ha­
cienda Pública, establece, inmediatamente antes del principio
de la legalidad tributaria, el principio de la justicia tributaria
33
en términos expresos. Dispone, en efecto, en su artículo 223;
"El sistema tributario procurará la justa distribución de las
cargas según la capacidad económica del contribuyente, aten­
diendo al principio de la progresividad, así como la protección
de la economía nacional y la elevación del nivel de vida del
pueblo”. Este dispositivo tiene su origen en el artículo 53 de
la Constitución Italiana que dice: "Todos son llamados a
concurrir a los gastos públicos en razón de su capacidad contri­
butiva. El sistema tributario se inspirará en criterios de progre­
sividad”. Nuestro artículo 223 es uno de los dispositivos mejor
concebidos a mi juicio en la Carta Fundamental. Es de una
gran fecundidad en su contenido normativo. Yo quiero desta­
carles brevemente algunos de sus elementos.
En primer lugar — lo repito—, consagra expresamente
el principio de la justicia, evidentemente cuando dice que "el
sistema tributario procurará la justa distribución de las cargas”.
Es decir, consagra positivamente el principio de la justicia
distributiva en las cargas públicas; de modo que la obligación
de "contribuir a los gastos públicos”, a que alude el artículo
56 de la Carta al establecer el principio de la generalidad del
impuesto, debe exigirse también de una manera "justa”.
Este principio — conviene tenerlo presente— de la jus­
ticia distributiva, consignado en el artículo 223 de la Consti­
tución, es valedero no solamente para los tributos nacionales,
sino también para los estadales y para los municipales, porque
la Hacienda Pública es una; lo que ocurre es que se la divide
en tres sectores diferenciados: la Hacienda Pública Nacional,
la Hacienda Pública de los Estados y la Hacienda Pública
Municipal.
Además, este dispositivo del artículo 223 contempla, a mi
modo de ver, dos criterios para medir la justicia tributaria, o
para hablar con mayor propiedad, para asegurar la igualdad
ante el impuesto y realizar la justicia tributaria.
Observo, primero, un criterio objetivo, que es el de "la
capacidad económica del contribuyente”. ¿En qué consiste
la “capacidad económica”, o la "capacidad contributiva” como
dice la Constitución italiana? Tradicionalmente se ha consi­
derado que en la tenencia de una riqueza, en la posesión de un
capital, en la obtención de una renta, en la realización de un
gasto, etc. Pero, de suyo, la capacidad económica, objetivamente
34
considerada, resdlta insuficiente para la realización de la
justicia tributaria: porque, como es bien conocido, la capa­
cidad económica de un contribuyente aumenta mucho más que
proporcionalmente con el aumento de la riqueza; y porque
siempre y en todo caso, riquezas de una misma magnitud, de
una misma cuantía, deberían gravarse de un mismo modo,
lo cual — en no pocas circunstancias— puede resultar más
bien lesivo a la misma noción de la justicia que se aspira
a realizar.
Por eso entonces la misma Constitución provee otro cri­
terio: un criterio subjetivo para que, en concurrencia con el
criterio objetivo de la capacidad económica, propenda a la
realización de la igualdad ante el impuesto y de consiguiente
a la realización de la justicia en la tributación. Es el principio
de la “progresividad” del sistema, aun cuando no propiamente
el principio de la progresividad del impuesto en particular.
Es el sistema tributario el que debe ser progresivo, es decir,
la suma, el conjunto, de todos nuestros impuestos. Eviden­
temente, deberán ser con mayor razón progresivos aquellos
impuestos que en razón de su propia naturaleza son suscep­
tibles de admitir una progresividad, como ocurre, por ejemplo,
en el caso de los impuestos directos, como el impuesto sobre
la renta; pero una progresividad en el doble sentido: no sola­
mente formal, porque se la consagre en una ley, sino también
y principalmente, porque en la incidencia del tributo funcione
realmente como una progresividad.
Respecto de estos dos criterios — la capacidad económica
del contribuyente y el principio de la progresividad— para
asegurar la igualdad ante el impuesto y realizar la justicia
tributaria, quiero referirles — incidentalmente — lo siguiente.
El Concejo Municipal del Distrito Bolívar del Estado Zulia
sancionó, en 1961, una Ordenanza sobre Contribución de Mejo­
ras — la cual, por cierto, desde el punto de vista de la técnica
legislativa y de la técnica tributaria, era un verdadero ade­
fesio —. Preveía, al efecto, que cuando el Municipio constru­
yera determinadas obras públicas que beneficiaran los inmue­
bles vecinos a las mismas, “los propietarios de éstos — disponía
textualmente — quedarán obligados a pagar a la Municipalidad,
por concepto de Contribución de Mejoras, hasta el 75% del
valor de dichas obras, el monto del cual será prorrateado entre
35
los afectados . . etc. Es decir, establecía una alícuota propor­
cional de la contribución. Impugnada de nulidad por inconsti­
tucionalidad por diversos motivos, tuve ocasión — por mera
curiosidad científica— de leer en el expediente en la Corte
el dictamen de fecha 10 de junio de 1963, emitido por el
Procurador General de la República de acuerdo con lo mandado
por la Ley de la Corte. Decía el Procurador, entre otras cosas,
que “la contribución de mejoras que trae la Ordenanza impug­
nada no toma en cuenta la capacidad económica de los contri­
buyentes, sino tan sólo el precio de la obra pública”; y luego
de su propia demostración del por qué, el Procurador concluía:
“Por ello creemos que asimismo atenta contra el espíritu del
artículo 223 de la Constitución Nacional: "El sistema tribu­
tario procurará — empieza a subrayar el Procurador el dispo­
sitivo — la justa distribución de las cargas según la capacidad
económica del contribuyente, atendiendo al principio de la
progresividad, así como la protección de la economía nacional
y la elevación del nivel de vida del pueblo”. Precepto éste
— finalizaba el Procurador— que por mandato del artículo
233, rige también para la Hacienda Pública Municipal”. Pues
bien; si el Procurador, por las razones que consideró perti­
nentes, estimó que la contribución impugnada atentaba “con­
tra el espíritu — yo diría que contra la letra — del artículo
223 de la Constitución Nacional" porque no tomaba en cuenta
"la capacidad económica del contribuyente”, es obvio que tam­
bién estimó que atentaba igualmente contra el “principio de
la progresividad” contenido en el mismo artículo y subrayado
por él, habida cuenta, más aún, de que era proporcional la
alícuota de la contribución. En la interpretación de este texto
debemos ser — pienso y o — suficientemente comedidos, pues
la interpretación ad pedem litterae puede conducir a consi­
derar que también son nulos de nulidad absoluta — por incons­
titucionales — todos los impuestos indirectos, porque tampoco
toman en cuenta — en razón de su propia naturaleza— "la
capacidad económica del contribuyente”, así como los Aran­
celes de Aduana y casi toda la tributación municipal y otros
numerosos tributos que hay, porque adoptan alícuotas pro­
porcionales.
Lo que quiero destacarles es que, así como es necesario
consultar la capacidad económica del contribuyente al momento
36
de establecer y aplicar aquellos tributos cuya propia natura­
leza lo permite, así también es necesario que sea la progresi­
vidad la que inspire todo el sistema tributario en su conjunto.
Es decir, que todos aquéllos que tengan una capacidad eco­
nómica mayor, considerada al mismo tiempo su condición
subjetiva, su condición personal, pues tributen en mayor me­
dida que aquéllos otros que la tienen menor, considerada
también esa misma condición.
Pero el impuesto progresivo, cuya función fundamental es
ésta — la de realizar la equidad y la justicia — , goza de grandes
simpatías entre los legisladores porque tiene otra gran ventaja:
hacer muy rendidor, muy productivo, el impuesto. Y entonces,
ante el deseo de hacer productivo un sistema tributario, se
toman los principios de la justicia tributaria y se los tira al
cesto y se adoptan las alícuotas de la progresividad más apro­
piadas para obtener aquella productividad. Y luego se dice
que una determinada Ley Tributaria es muy buena porque
recogió el sistema progresivo del impuesto; pero lo que está
escondido allí es que es buena porque es fiscalmente produc­
tiva, pero no porque realiza la justicia. No hay que llamarase
a engaño ni tratar de engañar a los demás, en materias tan
delicadas y complejas. Seligman, el eminente tratadista norte­
americano — que prácticamente agotó la teoría del impuesto
progresivo — decía hace más de sesenta años que ‘Ta función
del impuesto progresivo no es tanto asegurar ingresos cuan­
tiosos, como repartir el gravamen más equitativamente entre
los contribuyentes”.
Ahora podemos preguntarnos: ¿Cómo se realiza la pro­
gresividad, de modo que al asegurarse con ella la igualdad
ante el impuesto, se pueda considerar realizada también la
justicia tributaria?; según enseña la doctrina y lo confirma
la técnica tributaria más sana, afectando los diferentes niveles
de riqueza de los contribuyentes con tipos impositivos que
deben variar en razón inversa de la utilidad que ellos derivan
de esos diferentes niveles de riqueza. La distribución del
impuesto, "la distribución de las cargas” para usar siempre
las palabras de la Constitución, se efectuará así, de tal manera
que todos y cada uno de los contribuyentes experimenten una
relación igual entre la utilidad que el impuesto les sustrae y
la utilidad total de que disfrutaban con anterioridad al pago
37
del impuesto. Dicho lo mismo de otro modo, cada contribu­
yente soportará un sacrificio proporcional igual. La proporcio­
nalidad en el sacrificio realiza, pues, la igualdad ante el im­
puesto. Y la igualdad ante el impuesto con la generalidad del
impuesto realizan la justicia tributaria, la justicia fiscal. “La
igualdad fiscal — dice Trotabas — se confunde con la justicia
fiscal entendida . . . no como una igualdad pura y simple, o una
igualdad numérica, sino como una igualdad de sacrificio, una
igualdad en las relaciones, conforme a la noción tradicional
de la justicia”.
Estos tres principios — contenidos en el artículo 223 de
la Constitución—, a los cuales me he referido en forma tan
sumamente esquemática, dadas las naturales limitaciones de
tiempo, como son el de la justicia tributaria, el de la capacidad
económica y el de la progresividad del sistema tributario, son,
en mi criterio, no meros principios programáticos, como ine­
xactamente pudiera suponerse, sino verdaderas reglas o normas
imperativas, vinculantes para el legislador; más aún, para
todos los Poderes del Estado. Otro tanto puede y debe predi­
carse de toda la suma de principios que integran la llamada
Dogmática Tributaria Constitucional. Las disposiciones del
artículo 223 que yo conceptúo que sí son de carácter progra­
mático son las dos últimas: aquéllas según las cuales el sistema
tributario debe propender a “la protección de la economía
nacional” y a "la elevación del nivel de vida del pueblo”.
Ahora, Señores, para finalizar esta disertación, podríamos
formularnos esta pregunta: expuesto esto, que yo me atrevería
a calificar, por asociación de ideas con la de mañana, como una
especie de fisiología tributaria, ¿tenemos nosotros un sistema
tributario que sea conforme con la dogmática tributaria?
La respuesta la tendremos mañana y pasado mañana.
Dios mediante. Mientras tanto, les doy las gracias por la aten­
ción que han tenido conmigo tan benevolentemente en oírme.
Señores: muchas gracias! Muy buenas noches!

38
PATOLOGIAS TRIBUTARIAS
DE PRIMER GRADO

Señor Decano:
Señores Profesores:
Señores Alumnos:
En los años académicos de 1923-1924 y 1924-1925, el Pro­
fesor Corrado Gini dictó en la Universidad Comercial de Milán
un Curso famoso que luego publicó en un gran Tratado que
intituló "Tratado de Patología Económica”, del cual se han
publicado varias ediciones y en el cual examina, de manera muy
profunda, todas las perturbaciones del sistema económico.
El año pasado se publicó la obra pòstuma de un gran pensador
español, Baldomero Argente Del Castillo, intitulada “Patología
Social”: es un Tratado de Sociología. Divide la Sociología
— yo no soy Sociólogo, lo advierto, pero como es natural las
inquietudes intelectuales lo acercan a uno a todo lo que tenga
interés científico — en tres grandes partes: una que denomina
"Fisiología Social”, o sea el conocimiento de la Sociedad tal
como debe ser; otra que llama “Patología Social”, en la cual
estudia la Sociedad tal como realmente es; y una tercera que
denomina “Terapéutica Social”, en la cual examina todas
aquellas conductas que deberíamos adoptar para que la Socie­
dad sea lo que debería ser la Sociedad.
39
Hago estos comentarios para explicarles, con una confe­
sión muy sincera, por qué intitulé estas dos conferencias
— la de hoy y la de mañana — "Patologías Tributarias”: porque
me he puesto a analizar que así como existen perturbaciones
en el sistema económico, que aquel Tratadista calificó como
"Patología Económica”, y que así como existen patologías en
la Sociedad, que el otro Tratadista calificó como "Patología
Social”, en el sistema tributario se encuentran también ano­
malías, verdaderas patologías; yo me atrevería a afirmar un
poco más: verdaderas aberraciones.
Entonces, así como ayer — para concluir — nos pregun­
tábamos si nuestro sistema tributario corespondía a la Dog­
mática Tributaria de que hablábamos aunque en términos muy
generales, hoy vamos a tratar de ver, desde luego también en
forma sumamente somera y por vía más que todo ejempli-
ficativa, cuáles son algunas de esas anomalías, de esas pertur­
baciones en el sistema tributario. Es decir, así como hay una
Dogmática del tributo, consignada en la Carta Fundamental,
comparando la legislación subordinada que debe desarrollar esa
Dogmática, se determinan entonces de manera inmediata cuá­
les son esas perturbaciones, esas anomalías, del sistema
tributario.
Yo me he permitido clasificar esas "patologías tributarias”
en dos grandes categorías y llamarlas de "primer grado” y de
"segundo grado”. Naturalmente, la clasificación no obedece a
un grado de gravedad, en el sentido de que sean mayormente
graves las unas que las otras, sino en el orden de la dinámica
del tributo.
En el tributo concurren los tres Poderes del Estado, o las
tres funciones del Estado, para hablar quizás con mayor propie­
dad; en primer término, la Legislación, pues — como veíamos
ayer— en virtud del principio de la legalidad tributaria es
indispensable la participación del Poder Legislativo o de la
función legislativa del Estado en la creación del tributo; pero
también concurre necesariamente la Administración a la eje­
cución y a la aplicación de la Ley Tributaria creada por el
Poder Legislativo; y finalmente concurre también la Jurisdic­
ción, porque la aplicación de la Ley Tributaria, como posible­
mente la aplicación de cualquiera otra Ley de tipo administra-
40
tivo, puede crear conflictos entre la Administración — en este
caso llamada "Fisco” — y los administrados — en este caso
llamados "contribuyentes” — .
Pues bien; en las "Patologías Tributarias de Primer Grado”
— a las cuales deseo referirme hoy — comprendo las presen­
tadas por el ordenamiento jurídico-tributario — Leyes, Orde­
nanzas, Reglamentos, de contenido tributario — ; y en las "Pato­
logías Tributarias de Segundo Grado” — a las cuales espero
referirme mañana— , las presentadas por la Administración
Tributaria y por la Jurisdicción Tributaria al interpretar y apli­
car ese ordenamiento jurídico-tributario.
Dentro de unas y otras patologías, bien que sean de primer
grado, bien que sean de segundo grado, podríamos todavía
hacer alguna subdivisión, ya ésta mucho más artificial — quiero
advertirlo de antemano — : patologías que tienen un origen
exclusivamente jurídico, en donde ostensiblemente se ve la
disconformidad, el divorcio absoluto, entre la Legislación Tribu­
taria y la Constitución; y patologías de orden técnico, en donde
la antinomia se observa en la falta de la técnica utilizada por
el Legislador — de la técnica legislativa o de la técnica tri­
butaria en la configuración del instituto del tributo — . Digo
que ya éstas son clasificaciones muy artificiales porque pueden
entrecruzarse y en algunos casos necesariamente; es muy posi­
ble que una patología tributaria de origen técnico se consti­
tuya también en una patología tributaria de orden jurídico; y
viceversa, que una de origen jurídico lesione al mismo tiempo
la técnica tributaria o la técnica legislativa.
Veamos, pues, esta tarde algunas patologías tributarias
legislativas o de primer grado. Valdría la pena proponernos un
estudio investigativo de toda nuestra legislación tributaria
— nacional, estadal y m unicipal— ; pero eso aquí es imposible,
llevaría años quizás. Por ello les decía que tenemos que limi­
tarnos a proponer por vía de ilustración, y sobre todo para
suscitar la inquietud en la investigación de esta materia,
algunos ejemplos, tomados al azar por lo demás porque, en
general, no he seguido ningún criterio de selección de estos
ejemplos.

41
I. Ordenanza sobre Acueductos del Distrito Federal.
Quiero examinar, en primer término, la Ordenanza sobre
Acueductos sancionada por el Concejo Municipial del Distrito
Federal, que entró a regir el 1? de abril de 1966.
Confieso que en la selección de este instrumento legis­
lativo sí he tenido un motivo. Quiero hacer la siguiente refe­
rencia para justificar su selección. Por Ley del 22 de diciembre
de 1966, se autorizó al Instituto Nacional de Obras Sanitarias
"para efectuar operaciones de crédito público requeridas para
la construcción de acueductos y alcantarillado en zonas urba­
nas del interior de la República”. Esa Ley está publicada en la
Gaceta Oficial N? 28.218 del 23 de diciembre del año pasado.
Entre las ciudades, en las cuales se construirán esas obras,
está precisamente la ciudad de Mérida. De ahí que me ha pare­
cido razonable y lógico suponer que el Concejo Municipal del
Distrito Libertador y los usuarios del servicio de Acueducto
de la ciudad de Mérida muy posiblemente confrontarán los
mismos o similares problemas que confrontó el Concejo Muni­
cipal del Distrito Federal y que confrontamos los usuarios del
servicio de Acueducto de aquella Municipalidad, con idéntico
motivo. Esa ha sido la razón, pues, por la cual me ha parecido
conveniente empezar esta disertación sobre las patologías
tributarias de primer grado por este instrumento, — ejemplo
típico, a mi juicio, de una verdadera aberración tributaria— .
En él se encuentran patologías tributarias de uno y otro
carácter: de origen exclusivamente jurídico y de índole funda­
mentalmente técnica.

1. Patologías tributarias de orden jurídico.


Veamos, en primer lugar, la patología tributaria de esta
Ordenanza desde el punto de vista rigurosamente jurídico.
Es un secreto a voces que, en las relaciones internacio­
nales actuales, específicamente en lo que se refiere a algunas
Instituciones o a casi todas las Instituciones Financieras Inter­
nacionales y los Países en vías de desarrollo, se están introdu­
ciendo cláusulas en las negociaciones por las cuales estas Insti­
tuciones conceden u otorgan empréstitos a estos Países para
obras públicas u obras de desarrollo en general, que no son
42
precisamente las más cónsonas con la dignidad de esos países
que incluso se consideran beneficiarios o beneficiados por
aquellas Instituciones.
En el caso en concreto, el Banco Internacional de Recons­
trucción y Fomento, más comúnmente conocido con el nombre
de Banco Mundial, concedió un empréstito al Instituto Nacio­
nal de Obras Sanitarias para las obras de ampliación del
Acueducto de Caracas.
El Banco Mundial impuso como condición para el otorga­
miento del empréstito — una cifra del orden de los 209 millones
de bolívares si bien recuerdo — que se elevaran las tarifas, las
tasas, del servicio del agua. Naturalmente, se ha negado, o no
ha sido aceptado como cierto este hecho por algunos sectores,
esto es, la exigencia o la imposición de este tipo de condición.
Yo, sin embargo, me atrevería a afirmar que esto es así,
no tanto porque — como lo decía anteriormente — tales
condiciones son un secreto a gritos en toda la América, sino
porque, en el caso concreto, instrumentos públicos así lo
confirman.
Tengo aquí, en efecto, la Gaceta Municipal del Distrito
Federal N? 11.771, de fecha 14 de diciembre de 1965, en la
cual aparece publicado, en primera página, un Acuerdo del
Concejo Municipal del Distrito Federal, de fecha 17 de noviem­
bre del mismo año.
En los primeros "Considerandos” de dicho Acuerdo se
destaca la importancia de las obras del Acueducto y del Alcan­
tarillado de Caracas, la necesidad de estas obras, su urgen­
cia, etc.
Desde luego, no voy a leer todo el Acuerdo; pero sí quiero
leerles algunas partes del mismo, las que considero más impor­
tantes a los efectos de estos comentarios y que son muy breves.
Pues bien; el cuarto "Considerando” del Acuerdo dice
textualmente: "Que las cuantiosas inversiones que requiere la
prestación de los servicios que quedan mencionados, han de
ser cubiertas por el Instituto Nacional de Obras Sanitarias,
en parte, mediante la contratación del empréstito que al efecto
negocia ante organismo crediticio de carácter internacional”.
Es decir, el Concejo Municipal da por sentado que las obras
se habrán de realizar con un empréstito que habría de otorgarle
al concesionario del servicio de Acueducto, que es el Instituto
43
Nacional de Obras Sanitarias, un "organismo crediticio de
carácter internacional” — el Banco Mundial como todos lo
sabemos — .
El quinto "Considerando” dice en parte: "Que el cumpli­
miento de las obligaciones que surgirán por efecto de la ejecu­
ción de las obras de ampliación y mejoramiento del sistema
de acueducto y alcantarillado de la ciudad de Caracas (dicho
lo mismo de otro modo — agrego yo — , que el cumplimiento
de las obligaciones que surgirán por efecto de la contratación
del empréstito), hace imprescindible la fijación racional de
nuevas tarifas por servicio de acueducto . . . , etc.”. Es decir, el
mismo Concejo Municipal está reconociendo — implícitamente
si se quiere, pero reconociéndolo en fin — que media un
empréstito con un "organismo crediticio de carácter interna­
cional” y que para atender los servicios éstos, o sea el servicio
de la deuda pública — capital e intereses — , es menester
"racionalizar” — dice el Concejo— las tarifas, las tasas, del
servicio del agua.
Luego, el dispositivo del Acuerdo previene: "Primero. Pro­
ceder a sancionar antes del 15 de diciembre del año en curso,
una modificación de la Ordenanza vigente sobre Acueductos,
en el sentido de establecer una tarifa diferencial por servicio
de agua, sobre la base de un precio promedio aproximado de
Bs. 0,65 por M^ En la ocasión de ser sancionada la modifica­
ción de dicha Ordenanza, se fijará la fecha en la cual entre
ésta en vigencia”.
Este dispositivo del Acuerdo, aparte de permitir reconocer
evidentemente — al menos de manera implícita — que hay
una condición de por medio, me parece realmente pintoresco
bajo otros aspectos. ¿Cómo el órgano legislativo se va a decir
él a sí mismo — porque el destinatario de ese Acuerdo es
formalmente él, al menos así lo entiendo yo — : "Proceda a
sancionar una ordenanza”? Pero, ¡Señor!, si usted es el titular
de la potestad de dictar "Ordenanzas”, y específicamente de
dictar "Ordenanzas Tributarias”, pues sancione la Ordenanza.
El contenido normativo de ese dispositivo del Acuerdo es tanto
como si dijera: "Yo, Concejo Municipal, me obligo a sancionar
una Ordenanza Tributaria en tal fecha y en tal sentido”.
Ahora, señores, yo les propongo que comparemos este
dispositivo del Acuerdo con lo que decíamos ayer del principio
44
de la Soberanía Tributaria respecto de nuestros Municipios.
Este ente que es el Municipio venezolano ejerce — porque se
lo otorga la Constitución— el poder tributario: un poder
tributario que es originario, porque es la misma Carta Fun­
damental quien se lo atribuye: no es una Ley ordinaria, como
ocurre, por ejemplo, en la República Argentina, o en Francia,
o en España, la que se lo atribuye. En ese sentido les decía
yo ayer, y lo repito hoy, — porque soy un convencido de
ello — , que nuestros Municipios no son solamente autónomos,
sino que, en cuanto ejerecen originariamente la potestad tribu­
taria, son soberanos, porque la potestad tributaria no puede
concebirse sino como soberanía tributaria y la soberanía tribu­
taria no puede concebirse sino como expresión de soberanía
política.
Entonces, ¿cómo es posible que un ente que detenta la
Soberanía Tributaria, la potestad tributaria, en esta materia,
dicte un Acuerdo cuyo destinatario es él únicamente, en el que
dice: "Yo me obligaré a esto”? Esto es tanto como si fuera
un contrato unilateral, una promesa unilateral de hacer una
cosa. ¿Qué explicación tiene esto? Evidentemente, si exami­
namos de manera sistemática, racional, los dos "Conside­
randos” del Acuerdo, a los cuales me referí antes, con esta parte
de su dispositivo, se ve de inmediato que hay una condición
de por medio que el autor del Acuerdo — el Concejo Muni­
cipal — tiene que cumplir: elevar las tarifas o tasas del servi­
cio del agua, "racionalizarlas” como dice el Acuerdo.
De otra parte, el contenido de esa Ordenanza que el Con­
cejo se obliga a "modificar” — insisto en este punto de vista —
es eminentemente tributario. Recuerden ustedes cómo hacía
yo ayer la distinción, y es una distinción que no se ha puesto
en duda hasta ahora, — la distinción no es mía, es de la doc­
trina tributarista—, entre el titular de la potestad tributaria
— o poder de imposición, o soberanía tributaria, como ustedes
prefieran decir— , y el titular del crédito tributario: pueden
no ser los mismos, como ocurre precisamente en el caso en
examen y corno ocurre en el de las contribuciones parafiscales.
Quien tiene la titularidad de la potestad tributaria en materia
de tasas por servicio de acueductos es el Municipio; quien
tiene la titularidad del crédito tributario por concepto de tasas
por servicios de acueductos es el Instituto Nacional de Qbras
45
Sanitarias como concesionario del servicio. Pero eso no modi­
fica ni desmejora la condición de "tributo”, o sea de ingreso
de carácter público, de economía derivada, de Derecho Público,
que tiene la tasa o tarifa del servicio de acueducto.
Me permito leerles también el número Tercero del dispo­
sitivo del Acuerdo que venimos comentando: "Autorizar al
Presidente de la Cámara — dice — para que, a la brevedad
posible, proceda a la designación de una Comisión represen­
tativa de esta Municipalidad, encargada de llevar a conoci­
miento de la entidad crediticia internacional ante la cual se
gestiona el financiamiento de las obras previstas, el criterio
de este Concejo Municipal, en relación con las modificaciones
que proyecta introducir en las actuales tarifas de sei*vicio de
agua”. Si quedaba, pues, señores, alguna duda sobre la condi­
ción que había impuesto aquella "entidad crediticia interna­
cional”, aquí está disipada: la misma Cámara Municipal, el
titular de la potestad tributaria, se ordena a sí mismo — ella
es la destinataria del Acuerdo, repito — , que le participe a un
tercero, — en este caso, una entidad foránea —, en qué medida
esa Cámara entiende ejercer su potestad tributaria, es decir,
las funciones que la Constitución le atribuye, en suma. Y es
cosa que impresiona, al menos a los que tenemos alguna sensi­
bilidad jurídica, que los Municipios — que han sido en Vene­
zuela tan celosos de su autonomía — tengan que declinarla en
forma tan deprimente, en materia de tanta importancia. Y lo
más preocupante es la aceptación tácita de toda una comu­
nidad ante estos hechos: parece que se fuera insensibilizando
la conciencia jurídica de los hombres entre nosotros.
Esto me hace recordar, de manera incidental, la Encíclica
"Mater et Magistra” — que es también un pequeño gran tra­
tado de Derecho Tributario y de Finanzas Públicas — , cuando
al examinar las relaciones o deberes que deben existir, a los
fines de la realización de la justicia social internacional, entre
los países altamente desarrollados y los países subdesarrollados,
dice que aquéllos deben contribuir con sus empréstitos, con
sus aportaciones, pero en forma que no conduzca a estos países,
a los prestatarios, a una posición de inferioridad o menoscabo
de su propia dignidad — más o menos ésta es la idea —; pero
dice más: que cuando la cooperación internacional persigue
un propósito distinto al de la realización de la justicia, tal
46
hecho "debe denunciarse abiertamente" — éstas sí son palabras
textuales— ; y yo no creo sino cumplir con un deber como
jurista, al "denunciar” estos hechos —a los que me vengo
refiriendo — en una Casa de Estudios tan calificada como es
la Universidad de Los Andes.
También hay otras comprobaeiones — de menor entidad
naturalmente que este Acuerdo, porque éste es un documento
público — de la condición impuesta por la mencionada insti­
tución crediticia internacional. Me refiero a algunas publica­
ciones de prensa, conocidas de todos ustedes. Sin embargo,
por vía un poco anecdótica si se quiere, valdría la pena recordar
algunas. Por ejemplo, en "El Nacional” del 17 de mayo de 1966,
ya entrada en vigencia la Ordenanza sobre Acueductos —que
fue sancionada desde luego conforme al Acuerdo que venimos
comentando— , hay una nota de prensa en la cual aparecen
las declaraciones o informaciones suministradas — según se
dice a llí— por dos ilustres Concejales de Caracas. El título
que ha puesto el periódico a la nota es: "Seguirá subiendo el
precio del agua porque así está pactado con el Banco Mundial”,
atribuyendo al mismo tiempo tal afirmación a uno de dichos
Concejales. Hay un párrafo — que parece haber sido puesto
de su parte por el periodista— que conviene leerlo: "En el
Concejo Municipal supieron del trato con el Banco Mundial,
— d ice—, cuando repentinamente el Presidente del Ayunta­
miento recibió un cable de Nueva York, donde le anunciaban
que el agua debía alzarse de 15 céntimos el metro cúbico, a 70.
Alarmados, — continúa diciendo la n ota—, los concejales se
reunieron de urgencia y determinaron que no admitirían un
alza que pasara de los 65 céntimos por cada metro cúbico, ya
que el INOS había cerrado el trato con el Banco Mundial”.
Pues bien, señores, esto explica entonces que en conformidad
con el dispositivo Tercero del Acuerdo —que antes les leí —
una Comisión de Concejales saliera inmediatamente a Washing­
ton a dar cuenta de lo que estaba pasando. Señores: cuando uno
lee u oye estas cosas, pierde momentáneamente las nociones
de espacio y tiempo, por decir lo menos: no sabe a ciencia
cierta si se encuentra en Mérida o en Caracas — en Venezuela,
digo, que en el artículo 1? de su Constitución proclama que
"es para siempre e irrevocablemente libre e independiente de
toda dominación o protección de potencia extranjera”— , o si
47
se encuentra en Curazao o en San Juan de Puerto Rico, ni si
está en el siglo XX o en el siglo XVIII, cuando iban los Ediles
de nuestros viejos Ayuntamientos coloniales a la Metrópoli, a
dar cuenta a la Madre Patria, como era natural, de la adminis­
tración colonial.
Además, "El Universal" del U de junio de 1966 atribuye
al señor Presidente del Instituto Nacional de Obras Sanitarias
una declaración de prensa que también conviene comentar.
El título de la información dice; "Declaró Director del INOS”;
y el subtítulo, "Se paralizará Construcción del Sistema Tuy
N? 2 si el Concejo suspende Ordenanza sobre Tarifas del
Acueducto en vigencia”. (Esto fue después que se formó el
gran aspaviento porque los recibos o liquidaciones del servicio
de agua, que anteriormente eran de diez bolívares, pues llegaron
a los usuarios por doscientos, o trescientos o cuatrocientos
bolívares; y la gente, como ustedes saben, puso el grito al cielo,
como es natural, y entonces hubo una reacción popular a ver
si se le pedía al Concejo modificara la tasa del agua, que resul­
taba excesiva, a lo cual naturalmente no se podía llegar, ya que
era un contrato — su elevación en esa forma — entre el
Instituto Nacional de Obras Sanitarias y el Banco Mundial).
Según dice, pues, el periódico — yo me limito a repetir la
prensa— , el Presidente de dicho Instituto había declarado;
"Si el Concejo Municipal suspende la Ordenanza sobre Tarifas
de Acueducto, vigente desde el 1“ de abril, la construcción del
Sistema Tuy N? 2 quedará paralizada porque el Banco Mundial
retirará el crédito acordado — 129 millones 600 mil bolívares,
aproximadamente— y el INOS no dispone de recursos para
continuar las obras”. "Hemos firmado contratos — agrega la
inform ación— por unos Bs. 111 millones, alrededor del 25
por ciento del costo de las obras del Sistema Tuy N? 2 —explicó
el doctor Urbina— , dice el periódico, y si el Banco Mundial
nos retira su apoyo crediticio nos veremos en la alternativa
de rescindirlos parcialmente porque no disponemos de fondos
para cumplir los compromisos contraídos a su vencimiento”.
Observen ustedes cómo el Institunto Nacional de Obras
Sanitarias, que bajo este aspecto es nada más que un conce­
sionario de servicio público, — de obra y de servicio público,
como es la ampliación del acueducto y la prestación del servicio
de agua a la comunidad —, por su cuenta y riesgo se atribuye
■18
la potestad que tiene constitucionalmente el Municipio para
establecer las tasas del servicio, la relaja con un tercero y le
presenta al Municipio los hechos cumplidos. Entonces al Muni­
cipio le quedan dos alternativas: una, limitarse a lo que común­
mente se llama una homologación de aquel acto, con lo cual
declina el ejercicio de su potestad tributaria, lo cual implica
— al menos a mi juicio — una declinación humillante de la
autonomía y de la soberanía tributaria del Municipio, que la
propia Constitución le atribuye; y la otra, rechazar esa homo­
logación, pero de rechazarla, el Concejo Municipal se hace
entonces impopular porque no faltarán sectores que — más
que todo por ignorancia— le imputarán que no les quiere
suministrar agua a las gentes, se le llamará "reaccionario”,
enemigo del pueblo, etc., es decir, se utilizará en su contra
toda esa terminología peyorativa del argot ya conocido, no
siempre bien empleada. En mi concepto, el Municipio cara­
queño prefirió la primera de esas alternativas, sucumbió ante
la imposición del Banco Mundial y sacrificó así la autonomía
municipal. Y lo conceptúo así porque si el artículo 29 de la
Constitución dispone que "la autonomía del Municipio com­
prende — entre otras cosas — la libre gestión en las materias
de su competencia”, entre las cuales está precisamente el ejer­
cicio de su potestad tributaria, es obvio que al sancionar bajo
presión, bajo coacción, la Ordenanza Tributaria que comen­
tamos, no ejerció su potestad tributaria con la libertad que
la Constitución le garantiza.
De ahí, pues, que yo me atreva a considerar que la refe­
rida Ordenanza Tributaria, así como todos aquellos otros
actos jurídicos dictados en condiciones análogas, son de una
constitucionalidad sumamente dudosa y cuestionable, absolu­
tamente precaria, más aún si tenemos en cuenta que el artículo
120 de la misma Constitución previene que "es nula toda deci­
sión acordada por requisición directa o indirecta de la fuer­
za . . . ” y que la fuerza no solamente puede ser física, —la de las
armas, la violencia, la "vis absoluta”, etc., como comúnmente
se considera— , sino también moral y aun política. A igual
conclusión pudiéramos llegar si aplicáramos al caso, aun con
una concepción jusprivatista, la teoría general del negocio
jurídico, habida cuenta de la gravedad del vicio que afecta la
declaración de la voluntad.
49
Todas estas consideraciones ponen de manifiesto eviden­
temente la patología tributaria de primer grado y de origen
jurídico que constituye la actual Ordenanza sobre Acueductos
del Distrito Federal.
He planteado el problema con toda su crudeza! Ojalá
— yo haría un voto muy sincero— que el Concejo Municipal
del Distrito Libertador — acá, en la Patria chica — reivindi­
cara un poco la dignidad municipal cuando se le presente
su oportunidad.
No quiero terminar este punto de la disertación, sin refe­
rirles — así sea anecdóticamente— estos dos episodios, rela­
cionados —uno— con el asunto que comentamos, y —el otro—
con las condiciones — que se convierten en verdaderas inter­
ferencias en nuestro Derecho interno— que suelen impo­
nernos las instituciones financieras internacionales o extran­
jeras para concedemos sus empréstitos.
Pues bien; comentaba yo el punto al que me he venido
refiriendo, con un distinguido colega amigo mío, alto funciona­
rio por cierto del Municipio caraqueño; y para mi sorpresa — y
seguramente para la de ustedes también — se limitó a rear-
güirme que “las condiciones del préstamo las impone el presta­
m ista”. Ello puede ser cierto — le manifesté no sin desagrado
y ustedes estarán de acuerdo conmigo — en el campo de las
relaciones entre particulares, pero resulta absolutamente
inadmisible cuando una de las partes — el prestatario — es
una entidad pública territorial — la República, un Estado, un
Municipio —, a la cual es menester presumir solvente y —sobre
todo— regida por principios distintos a los que regulan las
relaciones comerciales entre los particulares. Ello les revela
la mentalidad con que se conducen actualmente estas cosas
en nuestro país.
De otra parte, todos sabemos que el Banco de Exportación
e Importación — Export and Import Bank, comúnmente
conocido como "Eximbank” — es una institución del Gobierno
de los Estados Unidos, que tiene por finalidad fundamental
facilitar la exportación de la producción norteamericana, espe­
cialmente de sus excedentes, financiando su adquisición por
parte de otros países. Yo tuve ocasión de leer — hace algún
tiempo — un proyecto de contrato — cuyo objeto era eviden­
temente la realización de una operación de crédito público — ,
50
mediante el cual dicho Banco financiaría la adquisición de
determinados bienes en los Estados Unidos, por parte de algu­
nas instituciones oficiales venezolanas, y cuya importación
gozaría en Venezuela de la exoneración de los impuesto corres­
pondientes, tanto en razón de su finalidad como principalmente
del carácter de los importadores. Pues bien, el Banco exigía,
entre otras condiciones para el otorgamiento del préstamo, las
dos siguientes: una, que los materiales, bienes o mercancías
adquiridos en los Estados Unidos con su financiamiento, debían
ser transportados a Venezuela en buques de bandera norte­
americana; y otra, que esos materiales, bienes o mercancías
debían ser asegurados en Empresas de Seguros también norte­
americanas. Pero, por una de esas casualidades tan casuales
— permítanme el pleonasmo — que se dan en nuestra Admi­
nistración Pública, hacía poco tiempo que ésta, con fines de
sano nacionalismo, de sano proteccionismo, había promulgado
sendas Resoluciones Ministeriales, en las cuales establecía,
como condiciones para la exoneración de los impuestos de im­
portación de determinados bienes — entre los cuales estaban
precisamente comprendidos los que se pretendía importar
con el financiamiento del referido Banco—, las siguientes:
una, que dichos bienes fueran transportados en buques de la
Compañía Anónima Venezolana de Navegación, que es una
empresa paraestatal; y otra, que fueran asegurados en Empre­
sas de Seguros venezolanas. Entonces surgía un conflicto entre
el Derecho Interno Venezolano — advierto que no estoy plan­
teando problemas de Derecho Internacional, ni mucho menos,
sino que uso nada más que la expresión — , un conflicto, digo,
entre la legislación interna nuestra — las Resoluciones Minis­
teriales mencionadas, creadoras de normas generales, vincu­
lantes para el Estado y para sus destinatarios eventuales —
y las condiciones o estipulaciones contractuales que imponía
un tercero al mismo Estado. Lamentablemente, no pude saber
cuál fue la solución jurídica — ¿y por qué no, también, la
patriótica y nacionalista?— que se le dio al conflicto. Pero
creo que no sería aventurado ni temerario suponer que las
condiciones impuestas por el Banco prestamista probablemente
prevalecieron y que fueron aceptadas a pesar de nuestra legis­
lación interna que las resistía.
51
2. Patologías tributarias de orden técnico.
Uno de los problemas más difíciles que hay en el campo
de las Finanzas Públicas es la estructuración de una tasa; y
sin embargo, cualquier legiferante nos redacta una Ordenanza
o una Ley de tasas, que es de lo más arduo en el campo del
Derecho Financiero, en especial del Derecho Tributario. La
estructuración de una tasa supone la ponderación de un con­
junto de factores y de elementos; por ejemplo: la naturaleza
del servicio, la condición de los usuarios, el costo de produc­
ción del servicio, el grado de la elasticidad de la demanda del
servicio, la utilidad general o particular que se derive del
servicio, etc.; factores éstos que en verdad muchos de ellos,
a la hora de la realidad — cuando se tiene que tomar un
papel y un lápiz para estructurar la tasa — , son materialmente
imponderables, porque ¿cómo se miden? Hay unos que son
inapreciables para ser traducidos a números, que es en último
término como se representa o se configura un tributo. Pero, a
pesar de ello, esas nociones fundamentales, — que son crite­
rios que no pueden desestimarse o no debe desestimarlos
ningún legislador en la estructuración de una tasa— deben
ser atendidas. Por ejemplo: la naturaleza del servicio: si se
trata de un servicio público que es esencial o que no es esencial
y si es de utilidad general o es de utilidad particular; porque
no en todo caso debe privar como criterio único y dominante
el costo de producción del servicio. Y ha sido precisamente
éste el único criterio que se ha tenido en cuenta en la estruc­
turación de las tasas por servicio de acueducto.
El servicio de acueducto es a mi juicio, y creo que en
esto estemos todos de acuerdo, un srevicio público esencial
puesto que es vital, es imprescindible para la vida; y es de
utilidad general porque todos tienen el derecho y yo diría
hasta el deber de usar ese servicio, puesto que si no, no viven,
se mueren, o enferman. No es el caso, por ejemplo, del servicio
público de transporte aéreo o del servicio postal, que son
servicios públicos que tienen importancia general bajo otros
aspectos, pero no son tan vitales, no son tan esenciales; sus
usuarios son uti singuli, como se dice, cada uno en particular.
Pero sí se sacrifica la vida si se deja de tomar agua; y se
puede levantar una epidemia si la gente deja de bañarse, si
52
modifica sus hábitos higiénicos, perdiéndose así, además, todo
un proceso de educación sanitaria. Por eso, cuando se va a
estructurar una tasa para un servicio de esta naturaleza hay
que ponderar estos factores.
En el caso de estos servicios — como el del agua preci­
sam ente— es cuando debe funcionar, por lo menos en mi
opinión, el criterio tradicional clásico de la tasa como un
precio deficitario; por esa doble razón de que el servicio es de
carácter esencial y es de carácter general; un precio deficitario,
digo, porque el costo de producción del servicio debe ser
cubierto sólo en parte por el usuario; y el déficit de ese costo,
por los ingresos públicos generales, por todos quienes pagan
impuestos. Los impuestos no solamente son para atender los
gastos generales del Estado; los que vienen a cubrir los tradicio­
nalmente llamados servicios públicos indivisibles e inindivi-
dualizables en la terminología einaudiana, sino también los
costos deficitarios de los otros servicios públicos que, aun
cuando divisibles e individualizables, son — especialmente —
de naturaleza esencial.
De otra parte, el criterio de que todos y cada uno de los
servicios públicos, cualquiera sea su naturaleza, deben ser
costeados por el usuario, o dicho lo mismo de otro modo, que
el servicio público debe costearse él mismo, — que es el exa­
men o la ponderación del servicio público desde un punto de
vista rigurosamente económico y exclusivamente financiero—,
solamente es admisible en los países altamente desarrollados.
En una ponencia presentada por el Instituto Internacional de
Finanzas Públicas al Congreso celebrado en Bélgica en 1958,
se describe la evolución del sistema tributario en relación con
la del desarrollo económico, para lo cual se examinan las tres
fases por las cuales atraviesa ese desarrollo. Y precisamente
se señala, como característica propia de la última etapa,
— en la cual se llega ya a la del más alto grado de industria­
lización, como ocurre, por ejemplo, en los Estados Unidos, y lo
mismo puede ocurrir en la Alemania Occidental — , la de que
los servicios públicos deben ser costeados total y directamente
por los usuarios; lo cual no ocurre, o no debe ocurrir, en las
dos primeras fases del desarrollo económico, en la segunda
de las cuales podría encontrarse Venezuela dentro de ese esque­
ma. Entonces, en los Estados Unidos, en Alemania, es muy
53
posible, muy verosímil, muy razonable aún, que todos y cada
uno de los servicios públicos se costeen a sí mismos. ¿Por qué?
Porque la inmensa mayoría de la población tiene un alto nivel
de vida. Pero en pueblos como los nuestros, donde el nivel
de vida está aún muy bajo, ¿cómo se le puede exigir a la comu­
nidad social que costee ella misma todos y cada uno de los
servicios públicos? A mí me parece que ello es irritante a la
noción de la justicia distributiva.
Pero examinemos ya la estructuración de la nueva tasa
del servicio de agua. El artículo 27 de la Ordenanza que comen­
tamos dispone que “se establece un sistema diferencial de
tarifas para el pago de servicio de agua, aplicable tanto al
consumo básico como al exceso de consumo, conforme a la
siguiente clasificación . . y prevé al efecto cuatro "catego­
rías” de tarifas: la Tarifa Doméstica, la Tarifa Industrial, la
Tarifa Comercial y la Tarifa Municipal. Yo sólo quiero refe­
rirme aquí por obvias razones, a la Tarifa Doméstica, cuya
falta de técnica en su estructuración y cuya consecuencial
lesión a la justicia tributaria quiero destacar.
"La tarifa doméstica — previene la disposición citada —
está comprendida dentro de la siguiente escala, calculada por
consumo mensual:

Grupo de Consumo Límite Bs. Tarifa Excesos


0 — 15 M3 8,00
16— 25 ” 8,00 0,45
26 — 40 " 12,50 0,75
41— 60 ” 23,75 0,85
61— 80 ” 40,75 0,90
81 — 100 ” 58,75 0,95
101 — 150 •' 77,75 0,85
151 — 200 ” 120,25 0,80
201--------" 160,25 0,75”

Pues bien; repito que acatando las instrucciones, impera­


tivos o condiciones del Banco Mundial, el criterio que orientó
la estructuración de las nuevas tarifas fue el de que las mismas
54
debían cubrir totalmente el costo del servicio. Pero la repar­
tición de ese costo entre los usuarios — según lo revelaban
los personeros tanto del Instituto Nacional de Obras Sani­
tarias como del Concejo M unicipal— se efectuó con base en
el concepto de que quienes consumen más agua son los más
ricos. Entonces debemos suponer que — a juicio de los autores
de las tarifas — esta expresión de riqueza — el mayor consumo
de agua— era, a su vez, expresión de una mayor capacidad
contributiva. Con este razonamiento — falaz en mi opinión —
quisieron posiblemente ponerse a tono con el criterio obje­
tivo — que examinábamos ayer— de la justicia tributaria,
consignado en el artículo 223 de la Constitución.
Y digo que la argumentación es falaz porque los ricos son
los menos y los pobres y los de medianos ingresos somos los
más; y el Derecho enseña a legislar para “id quod plerumque
fit", para aquello que más comúnmente acontece, es decir, para
la generalidad de las gentes. Si vamos a pechar más a los
ricos, pues utilicemos una fiscalidad adecuada; pero no nos
valgamos de un servicio público tan indispensable y tan esen­
cial como es el agua para pretender penalizar a los ricos.
No estoy defendiendo a los ricos, ni mucho menos, — los
ricos se defienden solos— . Al contrario, estoy defendiendo
a los pobres que son los que han salido mayoritariamente
perjudicados con esta elevación de las tarifas, con esta defec­
tuosa configuración o estructuración técnica de las tarifas;
¿y por qué?, porque las familias pobres y las de modestos
ingresos son las familias más numerosas y el consumo del
agua está — en primer término y fundamentalmente— en
función del número de personas que integran la familia. Esto
es obvio. El fenómeno contrario se advierte en las clases ricas,
en las clases pudientes; allí la natalidad y el número de miem­
bros de la familia es menor en términos generales. A mí me
parece entonces que el legislador municipal, al estructurar
esta tarifa, se basó en un falso supuesto.
Podríamos proponernos una demostración gráfica, numé­
rica, a través de un ejemplo práctico, de la injusticia a que
conduce ese falso supuesto, que no es otra cosa que una
falta de técnica tributaria.
Supongamos una familia promedio: los padres y cinco
hijos, siete personas. Si conforme a las normas de carácter
55
sanitario internacional, el promedio de consumo diario de
una persona es de 250 litros de agua, una familia de siete
personas consumiría 1.750 litros diarios, es decir, 52.500 litros
mensuales de agua. Supongamos también que esta familia
tiene en su casa un pequeño jardín de 50 metros cuadrados
de superficie. Si de acuerdo con las normas que tienen promul­
gadas el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social para estos
efectos, consignadas en una Resolución publicada en la Gaceta
Oficial, se prevé un consumo de dos litros diarios por metro
cuadrado para su riego, entonces tendríamos un consumo
adicional — por este concepto — de 100 litros diarios de
agua, o sean 3.000 litros mensuales. De atenerse, pues, a estos
criterios sanitarios, generales y uniformes, esta familia consu­
miría — en total al m es— 55.500 litros de agua, o sean 55,5
metros cúbicos.
Veamos ahora la diferencia de las tasas y su incidencia.
De acuerdo con la Ordenanza anterior, el usuario tenía un
derecho a 1.200 litros diarios, o sean 36.000 litros — 36 metros
cúbicos — mensuales, por el cual pagaba una tasa de diez
bolívares; y por el exceso de ese consumo pagaba una tasa
de veinticinco céntimos por metro cúbicos. La familia del
ejemplo pagaba entonces catorce bolívares con ochenta y siete
céntimos y medio por el servicio de agua: diez bolívares por el
consumo básico — 36 metros cúbicos mensuales — y cuatro
bolívares con ochenta y siete céntimos y medio por el exceso
de consumo — 19,5 metros cúbicos mensuales — . Ahora, de
acuerdo con la nueva Ordenanza, esta familia — que consume
55,5 metros cúbicos de agua mensuales — está comprendida
en el llamado "grupo de consumo” de 41 — 60 metros cúbicos,
que está sujeto a una tarifa básica de Bs. 23,75 por los primeros
40 metros cúbicos y a una tarifa adicional de Bs. 0,85 por metro
cúbico de exceso. Por tanto, esta familia — que el Municipio
considera rica, puesto que consume 55.500 litros de agua
mensuales para aplicarle esas tarifas elevadas — deberá pagar
ahora treinta y seis bolívares con noventa y dos céntimos y
medio: veintitrés bolívares con setenta y cinco céntimos por
el consumo básico — 40 metros cúbicos mensuales — y trece
bolívares con diez y siete céntimos y medio por el exceso de
consumo — 15,5 metros cúbicos mensuales — . Luego esta fami­
lia, — que de acuerdo con la tarifa anterior pagaba catorce
5(5
bolívares con ochenta y siete céntimos y medio por el servicio
de agua y que de acuerdo con la nueva tarifa pagará treinta
y seis bolívares con noventa y dos céntimos y medio — , sufrirá
un aumento, en términos absolutos, de Bs. 22,05 por mes y, en
términos relativos — que son los más indicadores como todos
sabemos — , ese aumento es del orden del 149 por ciento: un
aumento de esta magnitud en la tarifa de un servicio público
indispensable . .. !
Pues bien, señores, si suponemos que ésta es una familia
de clase media, que tenga un ingreso fijo, por ejemplo, de dos
mil ó dos mil quinientos bolívares, que ya tiene distribuidos
en el presupuesto doméstico, ¿qué actitud va a asumir ante
esta alza de la tarifa? Si uno examina las cosas de la manera
más objetiva, es de suponer que le quedarán dos alternativas:
seguir consumiendo la misma cantidad de agua y pagar los casi
37 bolívares de la nueva tarifa; pero, para hacerlo, tendrá
que sacrificar el uso o el consumo de otros bienes o de otros
servicios: ya la familia, por ejemplo, no irá al cine sema­
nalmente, sino quincenalmente u ocasionalmente, o se privará
de cualquiera otro bien de segunda o de tercera categoría, para
poder atender el aumento de la tarifa de agua. Como es fácil
comprenderlo, a estas contingencias no están expuestos preci­
samente los ricos. Entonces, ¿qué ocurre?: que este aumento
de la tarifa se transforma para esta familia, desde el punto
de vista de su incidencia en la realidad de las cosas, en un
impuesto al bienestar de la familia. Esta se ve privada de otros
bienes, de otros servicios, de otros usos o consumos, que ante­
riormente le aportaban un relativo bienestar. La otra alterna­
tiva de esta familia sería reducir el consumo de agua para
continuar gastando los catorce bolívares con ochenta y siete
céntimos y medio que para ese servicio tenía destinados en el
presupuesto doméstico. Entonces, ¿qué ocurre?: que la familia,
que tenía hábitos higiénicos de bañarse diariamente, ya no
lo hará diariamente, sino que algunos de sus miembros se
bañarán los lunes, otros los miércoles y así sucesivamente;
y ese efecto, desde el punto de vista material — haciendo el
mismo razonamiento — , desde el punto de vista de la incidencia
del tributo, revela que el aumento de la tarifa se ha transfor­
mado entonces en un impuesto a la salud y a los hábitos higié­
nicos de la comunidad, a la higiene y a la salud públicas.
57
A mí me parece que estos razonamientos son tan evidentes
como para convencer de que, en la estructuración de la tasa
de un servicio público como el del agua, no deben funcionar
única y exclusivamente los criterios económicos del costea-
miento del servicio, sino que deben concurrir otros factores
de mayor consideración social, de mayor sensibilidad social,
habida cuenta de que es un servicio que lo utilizan indispen­
sablemente todas las personas: no es para ricos, ni es para
pobres, es para todos. Si se quiere penalizar a los ricos
—repito— utilícense otros instrumentos, pero no se despres­
tigie la fiscalidad, ni se violen las técnicas tributarias para
obtener un mayor provento. Eso es una deformación de los
conceptos.
¿No constituye esto, acaso, una verdadera patología
tributaria?

II, Ley de Impuesto sobre la Renta.


Quiero pasar a otro ejemplo de estas patologías tributarias.
Me refiero a la novísima Ley de Impuesto sobre la Renta.
Recuerden ustedes — como les decía ayer — los criterios
que deben informar el principio de la justicia tributaria consig­
nados en la Constitución, los cuales, por tanto, no son criterios
meramente doctrinarios: si la justa distribución de las cargas
debe informar el sistema tributario, el sistema tributario debe
consultar la capacidad económica de los contribuyentes y
atender al principio de la progresividad

1. Patologías tributarias de orden jurídico.


En la Ley de Impuesto sobre la Renta también encontra­
mos patologías tributarias de orden estrictamente jurídico.
Hay varias. Pero deseo referirme sólo a dos: una, que es el
quebrantamiento del principio de la igualdad tributaria; y
otra, que es el quebrantamiento del principio de la legalidad
tributaria.

5S
A. Quebrantamiento del principio de la igualdad tributaria.
Repito que en nuestro Derecho positivo la capacidad eco­
nómica del contribuyente y el principio de la progresividad
son los criterios — objetivo aquél y subjetivo éste — para la
realización de la justicia tributaria; y que fundamento de ésta
era, junto con el principio de la generalidad del impuesto, el
de la igualdad ante el impuesto. Veamos ahora, así sea muy
someramente, cómo se consignan estos conceptos en la Ley
de Impuesto sobre la Renta.
Cuando nada más se toma en cuenta el criterio objetivo,
o sea el volumen de la renta, la cuantía de la renta, ante dos
rentas de igual magnitud no es posible, sin que concurra una
sólida justificación, dar un tratamiento fiscal distinto a una
y a otra. Yo, personalmente, soy partidario, especialmente en
los países subdesarrollados o que van por lo menos en vías de
desarrollo como el nuestro, de discriminar las rentas; y soy
partidario de ello, porque como dice Lauré, "la capacidad
contributiva de una Nación varía en función directa de la
productividad económica”, y es obvio que en tales países la
productividad es muy baja o es muy disímil en los diversos
campos de la actividad económica: en ellos, ciertamente, la
productividad es alta en determinadas actividades económicas,
por ejemplo, en las que tienen por objeto la explotación de
recursos naturales, la cual constituye, en dichos países, la base
fundamental de su comercio exterior, como ocurre precisa­
mente entre nosotros con la industria petrolera y minera;
pero en cambio, en esos mismos países, los índices de producti­
vidad son muy bajos en otras actividades, como ocurre también
entre nosotros con la agricultura y la ganadería, en las cuales
son ínfimos los índices de productividad. De ahí entonces que
me parezca justo y recomendable que en estos países se le dé
un tratamiento fiscal distinto a cada renta según el origen,
mejor dicho, según la productividad de la actividad económica
que la produzca, divorciándonos así un poco del criterio
tradicional discriminatorio de las rentas a los fines fiscales
según que provengan del capital, del trabajo o de uno y otro.
De ahí también que considere que, para hacer concurrir los
dos criterios ya mencionados en orden a la realización de la
justicia tributaria, la progresividad en la imposición debe
5Í)
estructurarse en función directa del grado de productividad
de la actividad económica productora de las diferentes rentas.
Y como quiera que lo contrario ocurre en los países altamente
desarrollados, altamente industrializados, en los cuales la pro­
ductividad es muy alta, se explica uno que en ellos la progresi­
vidad impositiva sea uniformemente muy elevada, precisamente
porque funciona en razón de la productividad.
Pues bien; yo considero que el legislador venezolano se
limitó — en el caso que estamos examinando — a importar
una ley extranjera de impuesto sobre la renta, a copiarse una
ley propia de una país altamente desarrollado, pero sin "nacio­
nalizarla” al hacer su importación, es decir, sin adecuarla a
nuestra realidad socio-económica. Esa ley puede ser muy justa
y realizar la justicia tributaria en su país de origen; pero, al
adoptársela en otro país, puede tornarse inicua en razón de
las distintas condiciones económicas peculiares de este otro
país. Esto — creo— es lo que ha ocurrido con nuestra noví­
sima Ley de Impuesto sobre la Renta, la cual, en muchos
aspectos, resulta verdaderamente inicua, como pretendo demos­
trárselo incluso de manera gráfica. Y si esa ley fue redactada
en Venezuela, posiblemente lo fue por alguno de esos “expertos
ginebrinos” a los cuales aludía Einaudi, que sólo tuvo en cuenta
la realidad económica de su país de origen y no la del país,
seguramente por no conocerla, para la cual la proyectaba.
Veamos, por ejemplo, cómo se quebranta el principio de
la igualdad tributaria en forma brutal — me dispensan las
expresiones, pero no acostumbro usar eufemismos, me gusta
llamar las cosas por su nom bre— en el tratamiento fiscal
que en la nueva Ley se les da a las rentas de origen petrolero
y minero y a las rentas — también empresariales — pero de
origen no petrolero ni minero. Pero quiero advertir de ante­
mano, para prevenirme contra cualesquiera suspicacias, que no
he venido aquí a atacar a las empresas petroleras y mineras,
ni he pensado en ello, ni tengo interés ni motivos para ello, ni
— de tenerlos — podría ser éste el lugar más adecuado, ni
vengo a decir tampoco que esas empresas han debido ser
gravadas de manera más intensa. ¡No¡ Yo lo único que quiero
destacarles es que se ha incurrido en una violación al principio
de la igualdad tributara; lo único que quiero decir es que
es injusto el tratamiento que les ha dado la Ley a las ren­
60
tas de esas empresas, en comparación con el dado a las rentas
de otras empresas, es decir, planteo y trato el problema desde
un punto de vista rigurosamente técnico-tributario y técnico-
jurídico.
Pues bien; en la Exposición de Motivos del Proyecto de la
Ley que el Ejecutivo Nacional introdujo al Congreso — en el
“paquete” de Leyes que se denominó la "Reforma Tributaria”—
se dice lo siguiente: "Los demás contribuyentes (o sean los
no petroleros ni mineros, pues viene hablando de éstos) obtie­
nen sus rentas en actividades privadas con recursos propios,
siendo así su situación muy diferente a la de los concesionarios
(de hidrocarburos y de minas, naturalmente). A éstos el Estado
exige contribuciones a doble título: como los demás particu­
lares y como concesionarios. Los mayores beneficios —agrega
el texto— que obtienen los particulares a título de habilidades
excepcionales en sus actividades privadas, no pueden conside­
rarse del mismo modo que los beneficios extraordinarios que
logran los concesionarios por razón, antes que nada, de la
mejor suerte de encontrar yacimientos más productivos que los
de otros, todos por igual del dominio nacional”.
Estas afirmaciones de la Exposición de Motivos son correc­
tas, son ciertas. No obstante, el Proyecto contemplaba una
tarifa de una progresividad menor que la contemplada en el
mismo texto para las demás empresas contribuyentes no conce­
sionarias de hidrocarburos o minas. Había, pues, una incon­
gruencia manifiesta entre la Exposición de Motivos del Pro­
yecto y el Proyecto mismo en el punto: si había que darles
un tratamiento distinto a una y otra categoría de contribu­
yentes — concesionarios y no concesionarios— , ¿no es acaso
una incongruencia que si a los concesionarios "el Estado exige
contribuciones a doble título: como los demás particulares y
como concesionarios”, según lo afirma la Exposición de Moti­
vos, el Proyecto consignara al mismo tiempo para los conce­
sionarios una tarifa progresiva inferior a la tarifa progresiva
a,plicable a los demás contribuyentes empresarios no conce­
sionarios ?
Sin embargo, el Proyecto contemplaba para los concesio­
narios lo que él denominaba un "complemento selectivo de
impuesto”, que desde el punto de vista de la técnica tributaria
era bueno y posiblemente enmendaría en parte la incongruencia
61
antes anotada. No prejuzgo de la bondad o conveniencia de
ese "complemento” desde el punto de vista de la política
económica en general o de la política petrolera o minera en
particular. Ese “complemento selectivo de impuesto” consistía
en incrementar el impuesto a cargo de los contribuyentes
petroleros y mineros en un tanto por ciento más de acuerdo
con la relación entre el volumen de su renta comercial y el
volumen de activos fijos netos invertidos en la industria. Dicho
lo mismo en otras palabras, recogía el principio de la producti­
vidad, de modo pues que en la medida en que las empresas
concesionarias eran mayormente productivas, serían mayor­
mente afectadas por este impuesto “selectivo”, que era la deno­
minación que se le daba en el Proyecto, o por esta especie
de impuesto complementario de la tarifa normal con la cual
se las habría de gravar.
No obstante, la Ley sancionada en definitiva, no sólo man­
tuvo la tarifa progresiva con la cual se grava la industria
petrolera y minera en forma más suave que aquélla otra con
la cual se grava a los demás empresarios no petroleros ni
mineros, sino que eliminó, desechó, este "complemento selec­
tivo de impuesto” contemplado en el Proyecto y — lo que es
más grave — lo sustituyó por una desgravación del impuesto.
Podríamos suponer — grada arguendi — que esta sustitución
de un impuesto por una desgravación pudiera ser muy buena
y muy conveniente desde el punto de vista de la política tribu­
taria o de la política económica en general o de la política
petrolera y minera en particular; les repito, una y mil veces
más, que no prejuzgo de ello, podría darlo incluso por supuesto;
pero resulta inexplicable e ininteligible el tratamiento más
incisivo dado a los contribuyentes no petroleros ni mineros,
cuando es obvio — es una verdad que pega como la luz del
m ediodía— que la industria petrolera y minera goza de la
más elevada tasa de productividad en el país. ¿Cómo es posible
que en términos relativos, — en términos relativos, insisto
mucho en este concepto — , un concesionario, un explotador de
minas o de hidrocarburos tenga un tratamiento fiscal, relati­
vamente hablando, de mejor favor, más benigno, que un
productor agropecuario, por ejemplo, cuya productividad es
ínfima o nula en Venezuela? Esto, a mi juicio, — y soy un
convencido de ello — , es una iniquidad, es una aberración,
62
es una patología tributaria, pues, evidentemente es una viola­
ción grotesca del principio de la igualdad tributaria.
Pero —incidentalmente— esto nos permite de otra parte
observar la incoordinación que existe entre los Poderes del
Estado — entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo en
el caso concreto, no obstante estar integrados por los mismos
grupos políticos — ; incoordinación ésta sólo explicable o por
desconocimiento de la materia que se tiene entre manos o por
consecuencia con los llamados “grupos de presión”. Mientras
el Poder Ejecutivo le dice al Poder Legislativo en la Exposi­
ción de Motivos del Proyecto lo que les acabo de leer, esto
es, que hay que dar un tratamieto fiscal diferencial a estos
dos grupos de contribuyentes — los concesionarios de hidro­
carburos y de minas y los demás empresarios — ; y que si
bien se prevé una tarifa progresiva que es menor — se lee
esto implícitamente dada la concepción del Proyecto— para
tales concesionarios, se prevé en contrapartida —repito— este
"complemento selectivo de impuesto”, que compensa, con un
criterio de justicia, el tratamiento fiscal previsto para los
demás empresarios contribuyentes no concesionarios de hidro­
carburos y minas. Eso se lee en el espíritu del Proyecto. Pero
llega éste al Parlamento y el Parlamento lo modifica radi­
calmente: sustituye el "complemento selectivo de impuesto”
basado en la productividad, por una desgravación, por ima
rebaja del impuesto. Los que tengan la Ley a la mano, lean,
por favor, la letra b) del artículo 58 de la Ley, que por cierto
no es un modelo de técnica legislativa, sino, más bien, un
horrísono dictado de redacción castellana, y a ese título yo
me voy a permitir leerlo también. Dice, en efecto: "Se restará
a la cantidad que así resulte la equivalente al porcentaje de
la renta remanente que, según la tabla que seguidamente se
indica, corresponda al contribuyente, de acuerdo con el cuo­
ciente que resulte de dividir su renta remanente por sus
ingresos totales . . . ” Señores: ¿Cómo es posible que se legisle
en esa forma en un país que tiene cuatrocientos años hablando
el castellano? No! No! Esto es una ofensa a Don Andrés Bello,
a la rica lengua de Castilla, a la Academia de la Lengua, al
Derecho Tributario, a la técnica tributaria, a todo . . . ¡Y que
no haya habido en el Parlamento una persona que haya corre­
gido ese adefesio! ¡Ah! ¿Es que se han acabado las Comisiones
63
de Estilo que había antiguamente en las Cámaras? Pues hay
que reconstituirlas para que al menos pongan signos de pun­
tuación en las Leyes y eviten las cacofonías y todos los demás
vicios de dicción.
Y si penetramos al fondo de este dispositivo, yo puedo
decirles que allí está consagrada una desgravación; pero si
ustedes me preguntan en qué consiste, cómo se determina,
yo tengo que responderles sinceramente, honestamente, que
no la he entendido aún. Es sin duda un verdadero galimatías.
¿Quién lo redactó? Yo no sé. A lo mejor lo redactó un contador
público, o uno de esos “expertos” que hay que escribir entre
comillas: no es que yo desestime — como ya lo advertí ayer —
a los contadores públicos; pero si esto lo redactó un abogado,
me ratifico en mi concepto de que los títulos universitarios
no deben ser constitutivos de derechos, sino precarios, sujetos
a revocación ante un grotesco desacierto.
Hecha esta digresión, veamos gráficamente — como les
había anunciado— las lesiones al principio de la igualdad
ante el impuesto que venimos comentando.
Observen ustedes el Cuadro I. (1).
Antes de que leamos este gráfico, permítanme hacer dos
breves aclaraciones a su respecto. Bajo la denominación de
“Empresas Petroleras” —“E. Petrolera” en el gráfico— com­
prendo, genéricamente, las personas, jurídicas y naturales, y las
comunidades que obtengan rentas provenientes de la explota­
ción de minas, de hidrocarburos y de actividades conexas,
o de regalías y demás participaciones análogas en esa explo­
tación, o de la cesión de éstas últimas, cuyo régimen tribu­
tario está establecido en el Título III de la Ley y cuyas rentas
están sujetas a la llamada Tarifa “B”, contemplada en su
artículo 58. Y bajo la denominación de “Empresas No Petro­
leras” —“E. No Petrolera” en el gráfico— comprendo, gené­
ricamente también, las personas jurídicas y las comunidades
que obtengan rentas provenientes de actividades económicas
distintas a las mencionadas anteriormente, cuyo régimen tri­
butario está establecido en el Título II de la Ley y cuyas ren­
tas están sujetas a la llamada Tarifa “A”, contemplada en el

(1) Ver Cuadro I, pág. 6fi


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artículo 57, de la Ley, así como también las personas naturales
que — por vía de ficción legal— el artículo 5? de la misma
Ley asimila a tales personas jurídicas o comunidades a los
fines tributarios, por obtener las siguientes clases de rentas,
que la Exposición de Motivos denomina “rentas empresaria­
les”: 1) las provenientes de actividades industriales y comer­
ciales; 2) las derivadas de las explotaciones agrícolas, pecua­
rias o de pesca; 3) las que obtengan los propietarios de los
institutos docentes privados; 4) las que se obtengan en virtud
de la enajenación de bienes inmuebles; y 5) las provenientes
de la explotación de los productos silvestres a que se refiere
la Ley Forestal, de Suelos y Aguas; de modo pues, que el
propietario de una pequeña casa de abastos, de un taller mecá­
nico, de un colegio privado, el que venda su casa y obtenga
un beneficio en su venta, etc., aun cuando sean personas natu­
rales, la Ley los reputa personas jurídicas o comunidades de
las contempladas en su Título II y las sujeta al gravamen
previsto en la Tarifa “A”.
Ello advertido, observen ustedes cómo, siendo exactamente
iguales en las dos Tarifas los ocho escalones en que se frac­
ciona la renta a los fines de la progresividad del impuesto,
son diferentes en una y otra Tarifa los tipos impositivos —
alícuotas del im puesto— aplicables a cada uno de esos esca­
lones de renta, lo cual refleja la diferencia — en el porcen­
taje de Tarifa y en el monto total del impuesto a cada nivel
de renta— que se aprecia en la última columna del gráfico.
En efecto: los primeros cien mil bolívares — primer esca­
lón de la renta— están gravados con el 20% cuando son
ganados por una empresa petrolera; es decir, que a este nivel
de renta, la empresa petrolera paga el 5% más, o sean cinco
mil bolívares más, que la empresa no petrolera, que a ese
nivel de renta está gravada con el 15%. El segundo escalón
de la renta, o sea la fracción comprendida entre cien mil bolí­
vares y un céntimo y un millón cuatrocientos mil bolívares,
está afectado por una alícuota impositiva igual del 25% para
una y otra clase de empresa; no obstante, la empresa petrolera
continúa pagando cinco mil bolívares más de impuesto que la
empresa no petrolera, en razón de la diferencia — 5%— en la
alícuota que afecta el primer escalón de la renta.
66
En cambio, la fracción de renta comprendida entre un
millón cuatrocientos mil bolívares y un céntimo y tres millones
ochocientos mil bolívares — tercer escalón de la renta — está
gravada con el 28,50% cuando es ganada por una empresa
petrolera y con el 30% cuando es ganada por una empresa no
petrolera; es decir, la empresa petrolera paga — por esta frac­
ción de renta— 1.50% menos que una empresa no petrolera;
y en términos de impuesto, a este nivel de renta la empresa
petrolera paga treinta y un mil bolívares menos que la empresa
no petrolera. La fracción de renta comprendida entre tres
millones ochocientos mil bolívares y un céntimo y seis millones
cuatrocientos mil bolívares — cuarto escalón de la renta —
está afectada con el 33.50% si es ganada por una empresa
petrolera; pero si es ganada por una empresa no petrolera, está
afectada con el 35 %; es decir, que por esa fracción, la empresa
petrolera paga un 1.50% menos que la empresa no petrolera; y
en cuanto al monto del impuesto, cuando una empresa petrolera
gana seis millones cuatrocientos mil bolívares, paga setenta
mil bolívares de impuesto menos que una empresa no petrolera.
La fracción de renta comprendida entre seis millones cuatro­
cientos mil bolívares y un céntimo y diez millones de bolívares
está pechada con el 39% si es ganada por una empresa petro­
lera y con el 40% si es ganada por una empresa no petrolera;
es decir, aquélla está pechada con un 1% menos que ésta, o
sea que — a ese nivel de renta, diez millones de bolívares — , la
empresa petrolera paga ciento seis mil bolívares menos de
impuesto que una empresa no petrolera. La sexta fracción
de la renta, o sea la comprendida entre diez millones de bolí­
vares y un céntimo y veinte millones de bolívares, está gravada
con una alícuota del 44,50% cuando es ganada por una empresa
petrolera y del 45% cuando es ganada por una empresa no
petrolera, es decir, aquélla paga el 0,50% menos que ésta por
esa fracción de renta; de modo, pues, que una renta petrolera
de veinte millones de bolívares paga ciento cincuenta y seis mil
bolívares menos de impuesto que una renta no petrolera de
la misma cuantía. Otro tanto ocurre en la fracción de renta
siguiente, la comprendida entre veinte millones de bolívares
y un céntimo y veintiocho millones de bolívares; pues si bien
es la misma — el 47,50% — la alícuota del impuesto que la
afecta, a ese nivel de renta — veintiocho millones de bolí­
67
vares — la empresa petrolera continúa pagando ciento cin­
cuenta y seis mil bolívares de impuesto menos que la empresa
no petrolera.
Ahora bien; observen ustedes cómo para las fracciones
de renta superiores a veintiocho millones de bolívares, la alí­
cuota del impuesto salta del 47,50% al 52% para las empresas
petroleras, y del 47,50% al 50% para las empresas no petro­
leras; y se estabiliza en estas últimas magnitudes. Sin embargo,
por mi propia iniciativa, me permití hacer algunos cálculos
adicionales para demostrarles esta particularidad: las diferen­
cias en el tratamiento fiscal a una y otra categoría de empresas
continúan; es claro que en sentido positivo, en lo concerniente
a la alícuota del impuesto, en razón de haberse elevado al 52%
la que afecta las rentas petroleras superiores a veintiocho
millones de bolívares; pero las diferencias continúan siendo
negativas, en contra de las empresas no petroleras, en lo que
concierne al monto total del impuesto; y de tal manera, que,
para que una empresa no petrolera pague — en números
absolutos — el mismo monto de impuesto según la progresi­
vidad, necesita ganar treinta y cinco millones ochocientos mil
bolívares. Pero quiero advertirles — y ello podemos verlo en
el Cuadro VI que les exhibo — que, de acuerdo con los datos
contenidos en la Memoria de la Administración del Impuesto
sobre la Renta para 1965, incorporados incluso en la Exposi­
ción de Motivos del Proyecto, las "empresas contribuyentes"
con rentas mayores de treinta millones de bolívares son sólo
dos en Venezuela, y ya ustedes saben cuáles son . . . (2).
Permítanme formularles —incidentalmente— la siguiente
observación. La Ley, ciertamente, elevó ligeramente algunas
de las alícuotas del impuesto que el Proyecto contemplaba
en la Tarifa “B ”; así, por ejem,plo, la alícuota para las frac­
ciones de rentas superiores a veintiocho millones de bolívares
fue elevada por la Ley del 48,50% que traía el Proyecto al 52%.
Y recordarán ustedes que los abanderados de la llamada
"reforma tributaria” hicieron de estos ligeros aumentos de las
alícuotas ima gran apología. Ahora bien: si tomamos una renta
petrolera del orden de treinta millones de bolívares, el impuesto

(2) Ver Cuadro VI pág. 84.


68
que habría de pagar — de acuerdo con las alícuotas imposi­
tivas contempladas en el Proyecto — sería de doce millones
doscientos sesenta mil bolívares; y — de acuerdo con las
sancionadas definitivamente en la Ley — , sería — como hemos
visto— de doce millones quinientos noventa y cuatro mil
bolívares; es decir, que de acuerdo con la Ley pagaría trescien­
tos treinta y cuatro mil bolívares más que de acuerdo con el
Proyecto. Pero, corpparativamente, esta cifra representa un
aumento — respecto del Proyecto— de sólo un 2,72% del
monto del impuesto, lo cual, ya de suyo no hacía tanto
mérito, al menos a mi juicio, para tanta apología; y mucho
menos lo hacía, si advertimos que si la Ley, de una parte,
introdujo esos ligeros aumentos en la alícuotas, de otra
parte introdujo también la desgravación contemplada en la
letra b) de su artículo 58, — a la cual me referí anterior­
mente —, que neutraliza, obviamente, los posibles efectos posi­
tivos del aumento de las alícuotas. En el lenguaje einaudiano,
esto constituye una verdadera "paradoja tributaria”.
Otra demostración gráfica de la desigualdad de las alícuo­
tas impositivas con las cuales se gravan estas dos categorías
de empresas pueden verla ustedes en este otro gráfico — el
Cuadro II —, en el cual, en el eje de las abscisas se consigna
la base imponible — las diversas fracciones de la renta —
y en el de las coordenadas, las alícuotas del impuesto corres­
pondientes a las respectivas fracciones de renta (3).
Observen ustedes, pues, cómo las barras en blanco — que
representan las alícuotas impositivas aplicables a las empresas
no petroleras — van creciendo siempre mucho más brusca­
mente que las barras lineadas — que representan las alícuotas
impositivas aplicables a las empresas petroleras — ; y cómo,
a su vez, aquellas barras son más altas que éstas, al menos en
cinco de los ocho escalones de la renta.
Hecha esta doble demostración de cómo la Ley da un
tratamiento tan diferente a estas dos categorías de contribu­
yentes, debemos preguntarnos si ese tratamiento diferencial
satisface las exigencias de la justicia tributaria. Recordemos
que el artículo 223 de la Constitución consagra dos criterios

(3) Ver Cuadro II, pág. 70.


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— uno objetivo, la capacidad econòmica, y otro subjetivo, la
progresividad — para la realización de la igualdad ante el
impuesto y en su consecuencia la de la justicia tributaria.
Pues bien; ¿cuál fue entonces el criterio seguido por el
legislador venezolano para establecer ese tratamiento diferen­
cial que venimos comentando?
Si siguió el criterio objetivo — la capacidad económica
del contribuyente— , representada en estos casos solamente
por la cuantía o volumen de la renta, resulta realmente inex­
plicable que rentas de una misma cuantía tengan precisamente
ese tratamiento fiscal diferencial, pues que esta diferenciación
no aparece justificada por ninguna parte; al contrario, aparece
en contradicción manifiesta con la propia Exposición de Moti­
vos del Proyecto. Ello — a mi juicio— es jurídicamente
irritante. Más aún; si recordamos que la capacidad económica
del contribuyente aumenta más que proporcionalmente con
el aumento de la renta — lo cual aconseja excluir la sola
cuantía de la renta como criterio único para realizar la igual­
dad ante el impuesto — , tendremos que suponer que el legis­
lador consideró que las empresas petroleras experimentan un
aumento menor de su capacidad económica que el que experi­
mentan las empresas no petroleras, a medida que aumentan
— en fracciones de una misma cuantía — sus respectivas
rentas. ¿Quieren ver aún mayor absurdo que éste? Pues veá-
moslo. Si el legislador siguió el criterio subjetivo — la progre­
sividad entendida como sacrificio proporcional igual— , tenr
dremos que suponer entonces que el legislador consideró que
la utilidad que proporciona cada nueva fracción de renta es
menor para las empresas no petroleras que para las empresas
petroleras, puesto que la gravó en forma más incisiva cuando
es ganada por aquéllas que cuando es ganada por éstas.
¿Esto es justicia distributiva? Si esto es justicia distribu­
tiva, tenemos que revisar el concepto tradicional de la justicia
para ponernos a tono con él, porque ciertamente nos quedamos
atrás. Yo les confieso sinceramente que, o tengo un concepto
equivocado de la justicia, o la técnica tributaria — que nos
enseñan los textos y que aprendimos en la Universidad— era
realmente distinta de ésta que posiblemente será la más
moderna.
71
Repito que soy de opinión de que — en países como el
nuestro— las rentas deben discriminarse a los fines imposi­
tivos; pero inspirada — esa discriminación — en razones de
estricta justicia. Cuando una renta proviene de una actividad
económica altamente productiva, es susceptible de ser afec­
tada por una alta progresividad; pero el caso venezolano
presenta — bajo este aspecto— características muy especiales
como ya lo hemos anotado: tenemos una multiplicidad de
índices de productividad; así como tenemos un amplio sector
de la economía que presenta una alta tasa de productividad,
como es precisamente la industria petrolera y minera — todos
sabemos que se están produciendo tres millones y medio de
barriles diarios de petróleo con la mitad de los trabajadores
que la industria necesitaba hace cinco, ocho o diez años para
una producción mucho menor, y que el volumen de desempleo
se ha incrementado en las zonas petroleras — ; así también
tenemos, en cambio, otros sectores de la economía que pre­
sentan, algunos, una productividad variable, y otros, una
productividad ínfima, como el sector agropecuario. Ahora, si
esto es así, como realmente lo es, ¿es justo — cabe pregun­
tarse — que a aquel sector de la economía que presenta una
tasa de productividad más elevada se le qplique una tarifa
impositiva menor que la que se aplica al otro sector de la
economía que presenta tasas de productividad no sólo varia­
bles sino inferiores a la de aquel otro? Dicho lo mismo de
otro modo, ¿es justo que sólo discriminemos, de una parte,
las rentas de origen petrolero y minero, y de otra, las rentas
de origen distinto pero en un conjunto homogéneo, para apli­
car a éstas alícuotas impositivas mayores que las aplicables
a aquéllas? Repito — una vez más tam bién— que no es que
considere que las empresas petroleras deben ser más gravadas;
no; yo no prejuzgo aquí de la política petrolera del Estado;
lo que quiero decir — y lo digo en la forma más leal y res­
ponsable — es que — desde un punto de vista comparativo
de la justicia distributiva y desde un punto de vista meramente
comparativo en términos relativos — se les ha dado a las
rentas de las empresas no petroleras un tratamiento fiscal que
no vacilo en calificar de injusto y hasta de inicuo.
Aun cuando lo considero evidentemente ocioso, permítan­
me hacer una aclaración más a este respecto. Observarán
ustedes que he omitido toda referencia al llamado "Impuesto
Adicional” — al cual están también sujetas las empresas petro­
leras. Deliberadamente he omitido esa referencia: primero,
porque ese impuesto prácticamente resulta inoperante — resul­
taba inoperante ya desde la Reforma de 1958 y con mayor
razón ahora — ; y segundo y principalmente, porque, en todo
caso, yo no estoy estableciendo comparaciones en términos
absolutos, es decir, entre la cantidad total de impuesto que
pagaría el sector petrolero y minero de nuestra economía y
el que pagaría el otro sector dedicado a actividades económicas
distintas: hacer esas comparaciones carecería de sentido. Yo
— repito una vez más — me he limitado a pretender demos­
trar que se ha lesionado el principio de la igualdad ante el
tributo y por tanto el de la justicia tributaria por una defec­
tuosa concepción de la progresividad, porque ésta — en
sum a— no realiza la proporcionalidad en el sacrificio; y es
evidente que la llamada "proporcionalidad en el sacrificio”
supone lógica y necesariamente la relatividad en la comparación
de los términos.
Hay otro aspecto que aumenta aún más la desigualdad
que venimos comentando: comparemos, en efecto, los llamados
"incentivos” — que constituyen rebajas o desgravámenes — ,
según la Ley los otorgue a unas u otras empresas — petro­
leras o no petroleras — . A las empresas no petroleras — gene­
ralizo en esta forma en beneficio de la brevedad— se les
concede, en el artículo 67, "una rebaja del impuesto equiva­
lente al quince por ciento (15%) del monto de las inversiones
hechas en el país”, etc.; y "una rebaja adicional del impuesto
de cinco por ciento (5%) cuando se trate de inversiones desti­
nadas a empresas agrícolas, pecuarias o de pesca”. Pero a las
empresas petroleras — generalizo también — se les concede,
primero, — en el artículo 68— , "una rebaja del impuesto
equivalente al ocho por cieto (8%) del monto de las nuevas
inversiones hechas en el país”, etc., y, además, "una rebaja
adicional de impuesto de cuatro por ciento (4%) sobre el
costo total de las nuevas inversiones” contempladas en el
mismo artículo 68; segundo, — en el artículo 69 — , "una
rebaja del impuesto equivalente a un 0,25% de su enriqueci­
miento global neto por cada uno por ciento ( 1 % ) del aumento
en sus ingresos brutos globales provenientes de la exportación
de minerales, hidrocarburos crudos y productos, en relación
con el promedio de los niveles de tales ingresos en los dos
años anteriores”, etc.; y, tercero, — en el artículo 70 — , se
consagra la posibilidad de que los empresarios petroleros y
mineros puedan incluso traspasar a los ejercicios futuros aque­
llas magnitudes de rebajas o desgravaciones que no pudieron
efectuarlas en los ejercicios correspondientes, es decir, como
si se tratara de pérdidas, cosa que no pueden hacer los otros
empresarios — al menos yo no he encontrado la disposición que
los faculte para ello — . Más aún: si ustedes comparan los
textos de las disposiciones que he citado, advertirán, de una
parte, que estas “rebajas” concedidas a las empresas petroleras
pueden resultar relativamente mayores que las concedidas a
las empresas no petroleras; y de otra parte, que, para éstas
poder gozar de esas "rebajas” tienen que cumplir una serie
de limitaciones y de reglamentaciones o condiciones, a las
cuales no están sujetas las empresas petroleras. Todo ello
evidentemente aumenta los desniveles de la desigualdad.
Un elemento más de lesión al principio de la igualdad
ante el impuesto — entre las rentas de las empresas petro­
leras y las de las no petroleras— es el distinto tratamiento
fiscal dado en la nueva Ley a los dividendos y demás partici­
paciones análogas. En efecto: mientras están inmunes al tributo
los de las empresas petroleras, están sujetos al tributo los de
las empresas no petroleras, sin que se justifique de ningún
modo ese tratamiento diferencial. ¿Será entonces —cabe pre­
guntarse — que en el criterio del legislador son más rentables
las empresas no petroleras que las empresas petroleras?
Todas estas incongruencias que hemos anotado — lesivas
a la igualdad tributaria— son explicables, al menos circuns­
tancial y superficialmente, entre otros motivos, por la indefi­
nición que el Estado ha tenido respecto de su política petro­
lera; de modo que — para suplir esa indefinición— ha recu­
rrido a estos mecanismos de carácter tributario, los cuales
precisamente desde el punto de vista estricto del Derecho
Tributario— conducen a una deformación de la fiscalidad,
a verdaderas patologías tributarias.
Pero, aun suponiendo que esos mecanismos pudieran ser
convenientes bajo otros aspectos, yo me atrevería a formular
la siguiente consideración al efecto, con la cual concluiríamos
74
el punto. Desde hace mucho tiempo, hemos venido diciendo
en Venezuela que el sector petrolero de su economía subsidia
al sector no petrolero. Creo, señores, que la situación se ha
invertido ya. Cuando se dictó en 1961 la Ley de Medidas
Económicas de Urgencia, se elevaron los impuestos cedulares
a la renta, menos el de las empresas petroleras, el de la cédula
llamada de beneficios mineros y de hidrocarburos. ¿Por qué?
Porque — según lo dijo el mismo señor Presidente de la
República entonces —, parece ser que la industria petrolera
tenía una rentabilidad de apenas un 10 ó un 11 por ciento.
Pero sí se aumentó el impuesto que grava la renta agrícola,
el de la cédula llamada de beneficios agropecuarios. Entonces
— por argumento a contrario sensu — podía inferirse eviden­
temente que la actividad agropecuaria venezolana tenía una
rentabilidad mayor que la de la industria petrolera; esta
conclusión, sin embargo, me parecería impresionante, la reali­
dad misma la desdice. Luego ocurrió la devaluación monetaria
y la consiguiente unificación cambiaria; la devaluación mone­
taria produce — entre otros muchos — dos efectos inmediatos:
desde el punto de vista de los consumidores internos, espe­
cialmente de bienes y servicios de origen extranjero, produce
los mismos efectos que los impuestos indirectos por la corre­
lativa elevación de los precios; se devaluó la moneda en el
30 ó el 40 por ciento y los precios se elevaron más que propor­
cionalmente como comúnmente acontece; y no solamente los
precios de las mercancías importadas, sino también los de las
hechas, manufacturadas o producidas en Venezuela que utili­
zan insumos, materias primas u otros elementos de origen
extranjero; y por una especie de simpatía, los precios de todos
los demás bienes producidos directamente en Venezuela tam­
bién se incorporaron a la elevación de los otros; pero desde el
punto de vista de las industrias de exportación —en nuestro
caso para el sector petrolero y minero — , la devaluación mone­
taria significa un subsidio, porque van a percibir, con la misma
cantidad de dólares, una mayor cantidad de bolívares que la
que habrían percibido antes de la devaluación; en otros
términos, para adquirir la cantidad de bolívares que esas
industrias necesitan para sus gastos internos, desembolsarán
una menor cantidad de dólares que la que desembolsaban antes.
Yo no estoy criticando la medida —advierto— ; lo que quiero
75
es destacar el hecho objetivo de que esto fue así, haciendo
historia. Pues bien; si a estos dos antecedentes — la benevo­
lencia fiscal y la devaluación monetaria— agregamos ahora
la progresividad relativamente más elevada con que se ha
de gravar el sector no petrolero, el régimen más liberal de los
llamados "incentivos” para el sector petrolero — que son
ingresos de que el Estado, mejor dicho, la comunidad social,
se priva en beneficio de la industria petrolera — y, en fin,
lo que yo denomino la "amnistía fiscal" — a la cual me refe­
riré mañana — , me parece lógico que tenemos que concluir que
el sector no petrolero de nuestra economía está subsidiando
ahora al sector petrolero.
Pero quiero demostrarles también que no solamente se
viola el principio de la igualdad tributaria entre estas dos cate­
gorías de contribuyentes — empresas no petroleras y empre­
sas petroleras— gravadas con las Tarifas “A” y “B”; sino
que, haciendo la misma ponderación desde el punto de vista
objetivo de la capacidad económica del contribuyente atendida
sólo la cuantía de la renta, también se lo viola dentro de la
misma categoría de contribuyentes gravados con la Tarifa “A”,
con la cual se pechan las empresas no petroleras, mejor dicho,
para usar la expresión de la Exposición de Motivos, las “rentas
empresariales”, cuyo titular bien puede ser una persona jurí­
dica, una comunidad y — según el origen de la renta — una
persona natural.
Y digo que en este caso también se quebranta el principio,
porque el impuesto — al menos en mi opinión — es sola­
mente progresivo desde el punto de vista formal, pero desde
el punto de vista de su incidencia, de sus efectos, del sacri­
ficio, se torna en proporcional, en razón de la latitud tan
amplia que tienen sus bases imponibles. Véanlo, si no, en el
Cuadro III. (4).
Observen ustedes cómo la renta gravable — entre un cén­
timo y veintiocho millones de bolívares— se fracciona en
apenas siete escalones a los fines de la pretendida progresi­
vidad del impuesto; y de ahí que sean tan elevados, tan vio­
lentos, tan bruscos, como bases imponibles.

(4) Ver Cuadro III, pág. 77.


76
CUADRO III
PROGRESIVIDAD DE LA BASE IMPONIBLE Y DE SUS
INCREMENTOS
40 4

30

UacU)A
i-J
O
m 2V>
u>
u
10
CUADRO IV
IM PU ESTO SO B R E LA RENTA
PR O G RESIVID AD O PROPORCIONALIDAD D E L IM P U E S T O
FRACCIONES DE RENTA M O NTO D E L IMPUESTO T A R IF A E F E C T IV A
5 0 .0 0 0 7500 15.00 %
7 5 .0 0 0 11.250 15,00% ^ 15%

100,0 0 0 15.000 15.00 %

125.000 21.250 17.00 %


150.00 0 27 50 0 18,33 %

175.0 0 0 33.75 O 19,28%

200.000 40.0 0 0 20,00% '


S 20 %
225.00 0 46.25 0 20,55 %

2 5 0 .0 0 0 52.500 21,00 %
/

3 00.000 65.000 21,66 %


\
3 50.000 77.500 22,14%

4 00.000 90.000 22.50%


> 22 %
4 50.000 102.500 22.77%
/
\
5 00.000 115.000 23.00%

6 00.000 I 40.000 23.33 %

7 00.000 165.000 2357% k .23 %

8 0 0.000 190.000 23.75%

9 00.000 215.000 23.88 %

10 00.000 240.000 24.00%


Pero numéricamente puede apreciarse en forma mucho
más clara aún la proporcionalidad del impuesto, en vez de su
pretendida progresividad. Vean al efecto el Cuadro IV. (.5).
En la primera columna tenemos colocados diversos nive­
les o fracciones de renta: desde cincuenta mil hasta doscien­
tos cincuenta mil bolívares, las hemos incrementado en
venticinco mil bolívares; desde doscientos cincuenta mil hasta
quinientos mil bolívares, en cincuenta mil bolívares; y desde
quinientos mil hasta un millón de bolívares, en cien mil bolí­
vares. En la columna central hemos calculado el monto del
impuesto correspondiente a cada una de esas diversas fraccio­
nes o niveles de renta. Y en la tercera columna aparece lo que
denomino la “tarifa efectiva”, es decir, el índice de sacrificio a
cargo del contribuyente, representado por la relación entre
el monto del impuesto que paga y su respectivo nivel o frac­
ción de renta.
Pues bien; aquellos contribuyentes que ganan 50, 75 ó
100 mil bolívares de las llamadas “rentas empresariales” sopor­
tan por igual una tarifa efectiva del 15%, puesto que están
comprendidos en el primer escalón de la supuesta progresi­
vidad de la Tarifa “A”. Pero si recordamos que en este nivel
de renta — cien mil bolívares— , está comprendido también
el 82,68% de las “empresas contribuyentes”, podemos pregun­
tarnos: ¿Hay realmente alguna progresividad para este alto
porcentaje de contribuyentes? Para ellos lo que hay es pura
y simplemente un impuesto proporcional del 15%; es decir,
el impuesto es realmente proporcional para la mayoría de
los contribuyentes de la Tarifa "A”. Luego, si el legislador
consideró que un contribuyente que gane cien mil bolívares
deriva de ellos la misma utilidad — en términos relativos —
que aquél que sólo gane diez mil, por ejemplo, puesto que
sometió a ambos a una misma alícuota impositiva dentro de
una pretendida progresividad, es evidente que — al legislar
así — no se legisla para los más, ni se respeta el principio de
la igualdad tributaria, traducida en el de la proporcionalidad
en el sacrificio, esto es, en la progresividad.
Se observa, sin embargo, una ligera progresividad en los
casos de los contribuyentes que ganen “rentas empresariales”
(5) Ver Cuadro IV, pág, 78 y 79.
80
de 100, 125, 150 y 175 mil bolívares, pues soportan índices de
sacrificio del 15, 17, 18 y 19 por ciento respectivamente. Pero
entre 175 mil bolívares y un céntimo y 250 mil bolívares, el
impuesto se hace otra vez proporcional, pues la respectivas
fracciones de rentas resultan afectadas por una tarifa efectiva
del 20%. Consideraciones análogas pueden hacerse respecto de
las fracciones de renta subsiguientes. Observen, finalmente,
para destacar la proporcionalidad efectiva del impuesto que
una renta de 500 mil bolívares soporta una tarifa efectiva
— un sacrificio — del 23 %, en tanto que una renta de un
millón de bolívares soporta una tarifa efectiva — un sacri­
ficio — de sólo el 24%; es decir, que mientras la renta es doble,
el aumento del índice de sacrificio es apenas de un punto.
Esto evidentemente no es progresividad; es llanamente propor­
cionalidad. Repito que el impuesto — de progresivo, en la
manera formal como está contemplado en la L ey— se torna
proporcional en la realidad, porque las bases imponibles son
demasiado amplias, los escalones de la renta a los fines de la
pretendida progresividad son demasiado altos: entre un céntimo
y un millón cuatrocientos mil bolívares de renta hay apenas
dos escalones — uno, los primeros cien mil bolívares, que
está afectado con el 15% de impuesto, y el otro, los siguientes
un millón trescientos mil bolívares, que está afectado con el
25% de im puesto— . Para haber establecido realmente una
progresividad, habría sido menester graduar en forma más
lenta, más moderada, esos escalones de la renta. Tanto más
necesario se hacía ello, si se quería respetar el principio de
la igualdad tributaria a través de la progresividad mandada
por la Constitución, si se advierte que, si de las "empresas
contribuyentes” el 82,68% obtiene rentas hasta 100 mil bolí­
vares, el 93,48% obtiene rentas hasta 500 mil bolívares y el
95,46% obtiene rentas hasta un millón de bolívares — en
porcentajes acumulativos desde luego— ; es decir, se ha dehido
tener en cuenta que la inmensa mayoría de las "empresas
contribuyentes” está comprendida precisamente en esos dos
primeros escalones de renta.
La anterior demostración numérica podemos verla también
en el Cuadro V. (6).
(6) Ver Cuadro V, pág. 82.
81
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I-o
En el Cuadro V, en el eje de las abscisas, hemos colocado
las fracciones o niveles de renta del Cuadro IV, y en el de las
coordenadas, las alícuotas impositivas correspondientes — el
15 y el 25 por ciento — bajo la denominación de "tarifa mar­
ginal” en oposición a la "tarifa efectiva” ya definida. Pues
bien; obseix'en ustedes cómo hasta 100 mil bolívares de renta
la imposición aparece representada por dos líneas paralelas
— la de la tarifa marginal y la de la tarifa efectiva— , pues,
— como les decía —, el impuesto en este nivel de la renta es
proporcional, y el impuesto proporcional se representa por una
constante. Observen también cómo sólo entre 100 mil y 200
mil bolívares aparece la curva de la ligera progresividad a la
cual aludí en el Cuadro anterior al señalarles que las fracciones
de renta que imaginábamos allí estaban afectadas por tarifas
efectivas del 15, 17, 18, 19 y 20 por ciento. Pero vean ustedes
también cómo a partir de ese nivel de renta — 200 mil bolí­
vares — la curva se va haciendo cerrada, se va haciendo recti­
línea, en razón precisamente de que el impuesto va dejando
de ser progresivo para tornarse en proporcional, en virtud
— como ya dije — de la gran latitud de las bases imponibles.
De otra parte, aun cuando ya he hecho reiteradas alusiones
a él, las cuales me relevan de todo otro comentario, me parece
conveniente ponerles de manifiesto el siguiente gráfico, en el
cual aparece el número de "empresas contribuyentes” de
acuerdo con los diversos niveles de renta y el porcentaje acumu­
lativo de esas "empresas contribuyentes” de la Tarifa "A”,
ver Cuadro VI. (7).
Además, si la progresividad en el impuesto es la propor­
cionalidad en el sacrificio, esta proporcionalidad en el sacri­
ficio podemos observarla, en forma mucho más inmediata,
a través de comparaciones como las que les propongo en el
ejemplo del Cuadro VII. (8).
Hemos tomado el supuesto de dos contribuyentes de la
Tarifa "A”: la "empresa A” — que incluso puede ser una
persona natural según el origen de sus rentas — , a la cual le
atribuimos una renta hipotética de 200 mil bolívares; y la
"empresa B ”, a la cual le atribuimos una renta hipotética
(7) Ver Cuadro VI, pág. 84.
(8) Ver Cuadro VII, pág. 85.
83
CUADRO VI

EMPRESAS CONTRIBUYENTES
FRACCIONES DE RENTA CANT IDAD %ACUMULATIVO
H

HASTA Bs 100.000 9.397 8 2 .6 8

II M 500.00 0 1.227 9 3.4 8

i- .1 1 .0 0 0 .0 0 0 225 9 5 .4 6

" " 2 .0 0 0 .0 0 0 431 99.25

II II 5000.00 0 45 9 9. 6 4

" 10. 000.0 0 0 26 9 9.8 8

li II 30.000.0 0 0 I2 9 9 .9 8

MAS DE Bs 30.000.0 0 0 2 10 0 .0 0
total = 11.365

FUENTE MEMORIA ANUAL DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA. 1.965

CUADRO VII
CUADRO COMPARATIVO DE LA RELACION
RENTA-IMPUESTO-SACRIFICIO
EM PRESA "A" EM PRESA "b "

RENTA 200.000 1.400-000


1) 100.000 X ,15 = 15.000 1) 100.000 X 1.5 = 15.000
IM P U E S T O 2) 100.000 X 2.5 = 25.000 2)1.300.000 X.2 5 = 325.000
TOTAL IMPUESTO 40.000 TOTAL IMPUESTO = 340.000

INDICE DE IM P U E S T O = 40.000
ory o/
IM P U E S T O = 340.000
C \) /e
SACRIFICIO F ISC A L RENTA 200.000 REN TA =1.400.000

IN C R E M E N T O S

EM PRESA "B " = 1.400.000 7 REN TA = 600 %


RELACION DE R EN T A S
E M P R E S A "A " = 200 .000 1

E M P R ts A " B " = 340.000 8.5


RELACION DE IM PUESTO S 1
IM P U E S T O = 750 %
E M P R E S A "A " = 40000

RELACION DE IN D ICES EM PRESA "B " 24 .2 % 1.21 7o DE


SA C RIFIC IO = 21 7o
EM PRESA "A " 20.0 % 1
DE SAC RIFIC IO F IS C A L F IS C A L
también, de 1 millón 400 mil bolívares. (Las denominaciones
de estas empresas — A y B — nada tienen que ver con las
tarifas; ambas, repito, son contribuyentes de la misma Tarifa
"A”,o sea la prevista en el artículo 57 de la Ley). ¿Cuál es el
impuesto que paga cada una de estas empresas conforme a la
nueva Ley? La "empresa A” paga 40 m il bolívares y la "em­
presa B”, 340 mil bolívares.
Si determinamos lo que se denomina el índice de sacri­
ficio fiscal, o sea la relación entre el monto del impuesto total
pagado por cada uno de estos contribuyentes y el monto total
de su respectiva renta, la relación Impuesto-Renta, la tarifa
efectiva, tenemos que esa relación, ese índice, esa tarifa, es del
20% (la relación entre 40 mil bolívares de impuesto y 200 mil
bolívares de renta) en el caso de la "empresa A”; y del 24,2%
(la relación entre 340 mil bolívares de impuesto y 1 millón
400 mil bolívares de renta) en el caso de la "empresa B”.
La relación de rentas — entre 1 millón 400 mil bolívares de la
"empresa B ” y 200 mil bolívares de la "empresa A”— es de
7 a 1: aquélla renta es 7 veces mayor que ésta otra. La relación
de impuesto — entre 340 mil bolívares que paga la "empresa
B ” y 40 mil bolívares que paga la "empresa A”— es de 8.5 a 1:
aquélla paga un impuesto ocho veces y media mayor que ésta.
Y la relación de índice de sacrificio fiscal — 24,2% con que
está afectada la "empresa B” y 20% con que está afectada la
"empresa A”— es de 1.21 veces.
Pues bien; como pueden apreciarlo en el resumen del
gráfico, a un incremento de renta del orden de los 60091)
—un millón 400 mil bolívares es el 600% de 200 mil bolívares—
corresponde un impuesto del orden de los 750%. Ello parece
razonable. Pero desde el punto de vista del sacrificio subjetivo
de cada una de esas empresas, la relación correspondiente es
apenas del 21%. No es que yo quiera pretender — pudiera
derivarse una conclusión inexacta — que la "empresa A” deba
ser gravada en una forma más intensa; no. Lo que quiero es
destacar — una vez más — que esta incongruencia se advierte,
pura y simplemente, porque es injusto — por lo menos a mi
modo de ver— que el segundo escalón de la progresividad,
en un país como el nuestro, vaya de 100 mil bolívares y un
céntimo a 1 millón 400 mil bolívares. Y lo más irritante de la
injusticia es — como lo vimos en el Cuadro VI—, vale la pena
86
insistir en el concepto, que en esos dos primeros escalones de
renta es justamente en donde está el 95,46% de los contri­
buyentes de "rentas empresariales” o sea de sujetos afectados
por la Tarifa "A”. Se hubieran satisfecho las exigencias más
elementales de la justicia distributiva — pienso y o — si en
lugar de establecer ese gran escalón entre el primer céntimo
después de los primeros 100 mil bolívares y 1 millón 400 mil
bolívares, se hubieran establecido tres o cuatro o cinco esca­
lones, de 200, 400, 600 y 800 mil bolívares, por ejemplo; o en
cualquier otra forma, pues ya esto es cuestión de técnica
tributaria. Pero, establecido ese gran escalón, entonces hay que
afectar una renta moderada de 100 mil un bolívares con el
mismo tratamiento fiscal — relativamente hablando — que
una renta, que ya tiene cierta significación económica, de 1
millón 400 mil bolívares. A mí me parece, en mi modesta
opinión, que ese tratamiento que se les da en esta forma a los
empresarios, y especialmente al mayor número de contribu­
yentes a título de "rentas empresariales”, irrita la justicia,
lastima las exigencias de la justicia distributiva.
Yo no quisiera prejuzgar de los propósitos — o de los
despropósitos — que pudieran haber orientado un sistema
tarifario así concebido. Pero, si nos atenemos a las ex,periencias
y a las enseñanzas, no sólo de los tributaristas y de los hacen­
distas, sino incluso de los sociólogos y de los teóricos de la
Política, de la Ciencia de la Política, y aun de la Moral y de
la Etica, yo me atrevería a presumir, al menos a través de
una presunción relativa, que parece que hubiera habido la
intención de golpear, en la forma mayormente incisiva,
precisamente la clase media empresarial, que es la que está
comprendida allí, en ese 95% de contribuyentes. Y ello me
parece peligroso, si es que pudiera haber sido así desde un
punto de vista de la concepción que se tenga de la vida y del
Estado, y de la filosofía de la vida y de la filosofía del Estado
y de su organización económica y de su organización financiera.
Pienso que la riqueza de un país, su posibilidad de desa­
rrollo, está precisamente en las clases medias empresariales.
En la medida en que se logre robustecer la clase media,
— que es lo que yo digo, repitiendo a alguien, en la medida
en que logremos eliminar a los pobres, haciéndolos ricos— ,
en esa medida, el desarrollo económico del país tiene una mayor
87
posibilidad de llevarse a efecto con sano éxito. Me permito
citarles este pequeño párrafo de un eminente tratadista de
Economía Política, actual Profesor de la Sorbona, Raymond
Barre, cuya obra me permito también recomendar especial­
mente: "Cuando la carga fiscal y parafiscal — dice— (la carga
parafiscal la tenemos en Venezuela, fundamentalmente, en las
contribuciones para la Seguridad Social y para la Formación
Profesional de los trabajadores) inciden principalmente sobre
los grupos de rentas medias (clases medias o intermedias)
puede producirse una disminución o un colapso de la acti­
vidad más allá de un cierto nivel de renta, a partir del cual
la carga fiscal se considera exorbitante”. Pues bien, — agrego
yo —, si se la considera exorbitante, es sencillamente porque
se la considera injusta. Algunas páginas antes, el mismo trata­
dista ha dicho en este otro párrafo que me parece de una
gran significación desde el punto de vista de la Política Finan­
ciera o de la Política Fiscal del Estado: “Las clases medias o
intermediarias, de las que es un ejemplo la burguesía, consti­
tuyen para el desarrollo económico, la más importante de las
innovaciones sociales. Se observa con claridad, en los países
subdesarrollados, — agrega—, que la ausencia de tales clases,
seno de virtudes empresariales y poseedoras de iniciativas,
explica en gran parte la necesidad en que se encuentra el
Estado de desempeñar el papel de innovador y de pionero”.
Luego, por argumento a contrario, podríamos nosotros señalar
que cuando en un país subdesarrollado se trata más bien de
robustecer y de ampliar — y se las robustece y se las amplía
en efecto — esas clases medias, entonces el papel del Estado
como “innovador” y como “pionero” — como diría Barre —
deberá pasar a un segundo plano, es decir, no alcanzará esa
jerarquía, esa importancia, ni por tanto esa ingerencia en todo,
que regularmente tiene en los países subdesarrollados. Agrega
el autor que J. J. Spengler observa el fenómeno en los siguien­
tes términos: “El progreso industrial depende principalmente:
a) del número relativo de innovadores, imaginativos y energé­
ticos y del número de empresarios presentes en el total de la
población; b) del grado en que las personas calificadas tengan
poder para ejecutar las decisiones necesarias; c) del grado en
que los individuos estén libres de disposiciones oficiales y
normas institucionales entorpecedoras. En el pasado, —agre-
s,s
ga—, esta distribución ha sido muy favorable en los países
que poseían una clase media relativamente fuerte .. . , en tanto
que los países que estaban desprovistos de esta clase social,
han estado en dependencia con respecto al Estado, a fin de
lograr en lo posible, una dirección en la actividad de la em­
presa”. Por consiguiente, pues, señores, en la medida en que se
debilite la clase media, se fortifica la intervención estatal en
la economía. "Estas clases intermediarias — sigue diciendo
Barre— no dejan, por otra parte, de renovarse. Así vemos
desarrollarse en las sociedades industriales modernas, una
nueva clase media — dice citando a Schumpeter — o un nuevo
tercer estado — citando a Perroux— ; obreros calificados, fun­
cionarios, cuadros de personal administrativo, ingenieros. Su
papel es cada vez mayor en la vida económica y política de
esta sociedad. Esta evolución difiere de la que prevé el esquema
marxista y se efectúa en el sentido de una creciente diferencia­
ción social”. "Schumpeter, por otra parte, — agrega Barre —,
nota en un estudio que él dedicó al Manifiesto Comunista
(con ocasión de su centenario) que: "el proceso capitalista
creó una nueva clase media que constantemente disminuye la
separación social existente entre la alta burguesía, en la que
pensaba Marx, y las masas trabajadoras medio hambrientas.
En medio de los muy ricos y de los mmy pobres, y, por lo
general, hostil a las dos clases, esta nueva clase media cons­
tituye una clase particular. Observadlo bien: un tal sistema
no excluye necesariamente un progreso hacia el socialismo,
pei'O puede excluir un progreso hacia el socialismo siguiendo
la línea marxista y en virtud de razones marxistas”. Razonen
ustedes ahora a contrario sensu y deriven la consecuencia:
si "esta nueva clase media” — en el pensamiento de Schum­
peter que no es precisamente muy ortodoxo — "puede excluir
un progreso hacia el socialismo siguiendo la línea marxista
y en virtud de razones marxistas”, la eliminación o debilitación
de esa "nueva clase media” contribuirá entonces a facilitar el
"progreso hacia el socialismo siguiendo la línea marxista”; y
al contrario, la amplitud y el fortalecimiento de esa "nueva
clase media” contribuiría a impedir ese "progreso hacia el
socialismo siguiendo la línea marxista”.
De otra parte, me parece conveniente recordar el Apéndice
— del notable Profesor francés Maurice Lauré en su obra
89
Tratado de Política Fiscal — , dedicado, ese Apéndice, al examen
de la política fiscal en régimen colectivista. Dice, al efecto,
entre otras cosas, que “los períodos de transición (del indi­
vidualismo al colectivismo) se caracterizan singularmente por
la elevada imposición de las rentas y del ahorro" — que el
mismo tratadista subraya—. "Este régimen fiscal, agrega,
perjudica al aumento de la producción y contribuye, con sus
efectos económicos y sociales, a la instauración del colecti­
vismo. Para los intereses materiales de la nación en causa
sería más ventajoso un régimen de gravamen sobre las rentas
y los capitales más moderados, a la vez que se intenta deci­
didamente con instrumentos de índole extrafiscal, sea el man­
tenimiento del régimen individualista, sea la implantación
del colectivismo. La posibilidad real de conservar el sistema
económico del individualismo está enlazada indisolublemente
a la moderación de aquellos gravámenes, ya que las imposi­
ciones elevadas producen su progresiva asfixia . . .”. La claridad
de esta exposición excusa de todo comentario.
Decía Jéze que "examinando el sistema de impuestos en
vigor en un país en una época dada, se puede decir, con toda
seguridad, cuál es la clase que allí posee el poder político".
Y se considera, en efecto, que cuando las mayorías en los
Parlamentos están integradas por personas que no tienen
propiedades así sean modestas, tienen la tendencia a establecer
elevados impuestos para golpear a los propietarios, si no, más
bien, para satisfacer sus propios odios contenidos; y que a la
inversa, cuando esas mayorías son propietarios, tienden a
establecer impuestos que respeten sus propiedades y .sus dere­
chos. Pero independientemente de esta consideración marginal,
conviene retener que será siempre preferible una sociedad, una
comunidad social, de numerosos pequeños propietarios; es
decir, ampliar y robustecer las clases medias, hacer a los ricos
menos ricos y a los pobres menos pobres, lo cual se puede
lograr manejando sabiamente la progresividad del impuesto
orientada a la redistribución de la riqueza, procurando hacer
la nivelación por arriba pero no por debajo. Debemos recordar
que si Marshall dijo que "el poder de imponer envuelve el
poder de destruir”, Holmes agregó que "el poder de imponer
era inseparable del deber de conservar”.
90
Con todo, y quizás en aparente descargo de la presunción
que vengo comentando que parece que hubiera informado el
sistema tarifario, me permito hacer esta consideración final.
El Informe sobre el Sistema Fiscal de Venezuela, rendido por
la Misión Shoup en 1958, que para algunos es un verdadero
dogma en la Administración Financiera Venezolana, sugería
lo siguiente: "En lo que respecta a la estructura de las tasas
impositivas aplicables a las compañías anónimas (aquí debemos
leer nosotros: aplicables a las “rentas empresariales”), sería
deseable disponer cuando menos de dos categorías de tribu­
tación, y probablemente de tres. Así, —agrega— , el impuesto
sobre las compañías anónimas cuyo ingreso ascendiera a Bs.
50.000 ó 100.000 podría ser del 10%; los ingresos en exceso
de este límite y que llegaran, por ejemplo, a Bs. 10.000.000,
podrían gravarse con el 20%; el ingreso que excediera de
Bs. 10.000.000 sería gravado con la tasa máxima, sea cual fuere
su importe. Presumiblemente esta tasa se fijaría de modo que
mantuviera al menos los impuestos actuales percibidos de las
compañías petroleras . . .” Con todo, la Ley — menos mal
porque el impuesto habría sido formalmente proporcional y
mayormente injusto — no adoptó las “dos categorías de tribu­
tación”, los dos escalones de la renta, que sugería la Misión
Shoup, sino que adoptó al menos siete.
Como es natural, me merecen mucho respeto las opiniones
de este Informe, dada la calificada autoridad científica de sus
autores. Pero en este punto — y por las abundantes razones
ya expuestas —, como en algunos otros, yo me he atrevido a
disentir de esas opiniones. Más aún: no vacilo en manifestarles
que en general suelo adoptar una actitud de discreción y de
prudencia, y hasta de cierta reserva y prevención, frente a los
criterios de estas Misiones de expertos extranjeros: primero,
porque por calificados que sean, resulta al menos dudoso que
en un breve tiempo puedan formarse concepto cabal de la
estructura tan compleja y tan particular de nuestra Economía
y de nuestras Finanzas — y menos aún de nuestra psicología —,
que les permita efectuar una diagnosis y una prognosis exactas
y fundadas de nuestras realidades económico-financieras; y
segundo, porque generalmente son personalidades con una
mentalidad habituada para analizar y examinar estos proble­
mas, estas materias, en sus países de origen, por lo regular
Í)1
altamente desarrollados, altamente industrializados, de una
alta tasa de productividad. Ello explica, en mi modesta opinión,
que la Misión Shoup haya sugerido un sistema tarifario propio
para los Estados Unidos, similar incluso al que existe allí; y,
más aún, la elevación, por ejemplo, del im,puesto a la gasolina,
sin advertir que en este país el único sistema de transporte
de que disponemos es el automotor y que — conjuntamente
con esa circunstancia — Venezuela es el segundo país productor
de petróleo, llamado — por la propia naturaleza de las cosas —
a disponer de combustibles baratos.
En fin, si al sancionar la novísima Ley de Impuesto sobre
la Renta el Legislador Venezolano se orientó en el Informe
Shoup, cabe presumir que, o no advirtió que éste — en 1958 —
sugería un impuesto formal y materialmente proporcional y
que con posterioridad a él se había sancionado una nueva
Constitución — en 1961— , que manda a atender al principio
de la progresividad; o que si lo advirtió y no obstante persistió
en su orientación, prefirió el Informe Shoup a la Constitución
de la República.
No quiero concluir este examen del quebrantamiento del
principio de la igualdad ante el impuesto por esta Ley, sin
hacer una ligera referencia a un caso concreto: el de las empre­
sas de transporte internacional. Me limito a leerles dos disposi­
ciones de la Ley. El artículo 17 dice: “Las empresas de trans­
porte internacional constituidas y domiciliadas en Venezuela,
computarán como causados en el país la totalidad de los
ingresos y egresos mundiales, derivados de las actividades que
les son propias”. En cambio, el artículo 22 dice: "Los enrique­
cimientos netos de las agencias o empresas de transporte
internacional constituidas y domiciliadas en el exterior o cons­
tituidas en el exterior y domiciliadas en Venezuela, serán el
diez por ciento (10%) de sus ingresos brutos. Estos ingresos
estarán representados por la mitad del monto de los fletes y
pasajes entre Venezuela y el exterior y viceversa y por la
totalidad de los devengados por transporte y otras operaciones
conexas realizadas en Venezuela”. ¿Pueden ustedes explicarse
que la Ley dé a las empresas extranjeras de transporte inter­
nacional un tratamiento fiscal más favorable que a las empresas
venezolanas similares? Yo tampoco!

92
B. Quebrantamiento del principio de la legalidad tributaria.
Veamos ahora cómo se comporta esta Ley ante el principio
de la legalidad tributaria.
Me limito a proponerles un solo ejemplo: el Parágrafo
Unico del artículo 41. Es el penúltimo dispositivo del Título
III que disciplina el régimen tributario, el impuesto, de las
empresas mineras y de hidrocarburos. Dice así: “El Ejecutivo
Nacional podrá celebrar convenio previo con el contribuyente
hasta por un plazo de cinco años (yo no sé por qué se
tomó ese plazo de cinco años, — advierto incidentalmente — ,
parece que se lo vinculara con el período constitucional) para
establecer las bases con arreglo a las cuales se hará la determi­
nación de los valores de los artículos o mercancías exportados
en el puerto venezolano de embarque. Cuando el monto resul­
tante de los valores correspondientes exceda de los ingresos
por ventas de exportación declarados por el contribuyente, se
efectuará un pago complementario de impuesto sobre la dife­
rencia, calculada esta diferencia de acuerdo con el convenio.
La estimación de oficio no procederá, en cuanto a precios,
cuando se haya celebrado el convenio previsto en este pará­
grafo. Los precios de realización obtenidos por el contribuyente
por encima de los valores determinados de acuerdo con el
referido convenio privarán sobre tales valores, sin perjuicio de
que dentro de determinados grupos de hidrocarburos o mine­
rales puedan producirse compensaciones según los términos
expresos del convenio”.
Yo presumo que este "convenio” debe ser muy bueno para
el Estado desde el punto de vista financiero. Pero me limito
exclusivamente a examinar su juridicidad. Hemos dicho reite­
radamente — y es necesario insistir en ese concepto porque
hay que divulgarlo — que la ley tributaria debe contener
—ella misma — todos y cada uno de los elementos esenciales
del tributo; y que uno de esos elementos esenciales es la base
imponible. Aquí, en cambio, se autoriza al Poder Administrador
para que convencionalmente establezca la base imponible.
En efecto: la base imponible — en el caso del impuesto sobre
la renta— es la cuantía de la renta neta; pero la renta neta
es un derivado, que pudiéramos representar a través de la
siguiente fórmula: ingresos brutos (o sea el total de los ingresos
del contribuyente) menos costos, igual a renta bruta; y renta
93
bruta menos las deducciones que taxativamente prevé la Ley,
igual a renta neta fiscal, la cual es — repito — la base impo­
nible. Como ustedes ven, si esta base imponible es una conse­
cuencia de un prim.er elemento, o sean los ingresos brutos,
— en el caso en examen, los precios de venta de los productos,
los hidrocarburos, el hierro, etc. — , es evidente que, al auto­
rizar la Ley al Ejecutivo para que convencionalmente deter­
mine esos precios de venta, o sean los ingresos brutos de estos
contribuyentes, está autorizando también el establecimiento
convencional de la base imponible; es decir, que el legislador
ha deferido, ha delegado, en el Poder Administrador, un ele­
mento que es de la reserva de la Ley. Consecuencia inmediata
de ello es que, al establecerse convencionalmente la base impo­
nible, convencionalmente se establecerá también el monto del
impuesto a cargo de estos contribuyentes, pues para calcularlo
basta aplicar las tarifas correspondientes a esa base imponible.
Esto — a mi juicio — viola evidentemente el principio de la
legalidad tributaria consagrado en el artículo 224 de la Consti­
tución, pues implícita o indirectamente, admite otra fuente
del impuesto distinta de la Ley, como es la convención, y
consiguientemente viola también el artículo 45 de la Ley Orgá­
nica de la Hacienda Pública Nacional, al referir a un "conve­
nio” y no a la Ley la determinación de uno de los elementos
esenciales del tributo.
Además, estas leyes — leyes tributarias— son leyes de
Derecho Público, son leyes en cuya observancia está interesado
el orden público que no pueden ser relajadas por convenios
particulares, como lo prevé el mismo Código Civil. Parece que
no se tuviera concepto de lo que es la ley tributaria, desde
que se autoriza, en ella misma, la relajación por vía conven­
cional, de aquellas disposiciones suyas con arreglo a las cuales
debe determinarse precisamente la base imponible.
Pero, aparte de la atribución al Ejecutivo, de la facultad
de establecer convencionalmente la base imponible y por tanto
el monto del impuesto, ni siquiera se señalan — en ninguna
form a— las reglas conforme a las cuales habrá de celebrarse
ese "convenio”; pues de habérselas establecido, por lo menos
podría haberse cubierto en parte — pienso yo — el vicio de
inconstitucionalidad que infirma evidentemente este disposi­
tivo. Parece que sólo refiere a los precios de embarque en los
94
puertos venezolanos; pero — cabe preguntarse— ¿cuándo
un puerto venezolano ha sido mercado internacional del petró­
leo o del hierro?; ¿para qué llamarse a engaño, cuando el precio
del petróleo en el mercado internacional lo controlan los
mismos contribuyentes-concesionarios ?
Si queremos profundizar algo más en este examen, debemos
recordar que el artículo 223 de la Constitución prevé que para
la realización de la justicia tributaria se debe atender a la
capacidad económica del contribuyente; y que la cuantía de
la renta es ciertamente expresión de esa capacidad económica.
Pero la determinación de ésta debe estar sujeta a reglas obje­
tivas, fijas, ciertas, no convencionales; esto es, no pueden
quedar libradas a la voluntad de Fisco y contribuyente. Por
tanto, no dudo en afirmar que, al autorizarse la fijación conven­
cional de la renta, se autoriza la fijación convencional de la
capacidad económica de estos contribuyentes. Esto plantea,
entre otras muchas, dos cuestiones que yo quisiera examinar
brevemente.
Supongamos, primero, que la capacidad económica del
contribuyente, fijada convencionalmente, resulte inferior a su
capacidad económica real; es decir, que la renta fijada conven­
cionalmente resulte inferior a la renta real del contribuyente.
La consecuencia lógica sería — al menos de lógica formal —
que la diferencia de capacidad económica, la diferencia de
renta, habría de quedar inmune al tributo, lo cual implicaría
una especie de exención convencional del mismo y por tanto
inconstitucional. Pero el dispositivo tiene previsto este supuesto
así; "Los precios de realización obtenidos por el contribuyente
por encima de los valores determinados de acuerdo con el
referido convenio privarán sobre tales valores . . .”. Entonces
cabe preguntarse: ¿Qué objeto tiene el "convenio”? Más aún,
— y esto es bastante grave —, a la Administración le es impo­
sible determinar si los precios de realización fueron obtenidos
por el contribuyente por encima de los valores determinados
de acuerdo con el "convenio”: primero, porque el procedi­
miento de que la Administración dispone para lograrlo es el
de la estimación de oficio — vean ustedes el encabezamiento
del propio artículo 41 y el artículo 100 de la misma Ley —
y ese procedimiento está excluido aquí: "La estimación de
oficio — dice el dispositivo comentado — no procederá, en
95
cuanto a precios, cuando se haya celebrado el convenio pre­
visto en este parágrafo”; segundo, porque resultaría bastante
ingenuo pensar que el contribuyente declare los precios de
realización cuando hayan sido obtenidos por encima de los
precios fijados en el “convenio”: no porque yo presuma dolo,
sino por una razón muy elemental, porque tiene la seguridad
— que le da la Ley — de que no procede la estimación de
oficio; y tercero, porque en razón de la trustificación de la
industria, estos contribuyentes venden sus productos a filiales
y matrices suyas y son los precios el gran vehículo del traslado
de utilidades; por lo cual será bastante difícil esperar, dadas
las relaciones de los compradores con los vendedores, que en
las contabilidades de éstos van a aparecer los precios de reali­
zación por encima de los fijados en el “convenio”.
Ahora supongamos la hipótesis inversa: que la capacidad
económica del contribuyente, fijada convencionalmente, resulte
superior a la capacidad económica real, o sea que la renta
fijada convencionalmente resulte superior a la renta real del
contribuyente. La consecuencia lógica sería: o no se grava la
diferencia de capacidad económica, la diferencia de renta,
y entonces surge la misma pregunta: ¿Qué objeto tiene el
“convenio”?; o se la grava, y entonces se grava una renta
irreal, imaginaria, cuya contradicción con el artículo 1? de la
misma Ley es evidente: allí se dice que se gravan los enrique­
cimientos que el sujeto "obtenga” y una renta ficticia es una
renta no obtenida, obviamente; con lo cual, e indirectamente,
se quebranta también el principio de la legalidad tributaria.
Pero el mismo dispositivo prevé también el supuesto: "Cuando
el monto resultante de los valores correspondientes exceda de
los ingresos por ventas de exportación declarados por el contri­
buyente, se efectuará un pago complementario de impuesto
sobre la diferencia, calculada esta diferencia de acuerdo con el
convenio”; es decir, que voluntariamente el contribuyente se
obliga entonces —convencionalmente— a pagar un impuesto que
no está establecido por ninguna ley; esto es, se admite otra fuen­
te del impuesto que no es la Ley, la voluntad de las partes.
Hay otro aspecto grave en este dispositivo, que es la
renuncia que hace el Estado al ejercicio del poder tributario
indirecto; es decir, que enajena su potestad de fiscalizar a los
contribuyentes, siempre que medie ese “convenio”. El ejercicio
96
del poder tributario indirecto se manifiesta en nuestro Derecho
— principalmente — en la facultad que tiene la Administración
de practicar la llamada "estimación de oficio’’; y ésta — como
ya dijim os— está expresamente excluida; "La estimación de
oficio no procederá, en cuanto a precios, cuando se haya cele­
brado el convenio . ..’’ ¿Qué quiere decir esto?; que mientras
exista el "convenio”, el Estado tiene que estar y pasar por lo
que estipule el “convenio”. Es una verdadera enajenación de la
potestad tributaria en su manifestación indirecta, de la policía
tributaria como diría Otto Mayer.
Me permito prevenirles finalmente ante el amparo que
pretendiera darse a estos desaciertos asimilándolos al procedi­
miento “á forfait” del Derecho Francés para determinar algu­
nas bases imponibles, o al del "concordato tributario” del
Derecho Italiano. El procedimiento “forfaitario” — permíta­
seme el galicism o— supone reglas muy técnicas con arreglo
a las cuales se pueden fijar las bases imponibles; y asimismo
el “concordato tributario” italiano el cual supone, además,
una declaración del contribuyente controlada por la Adminis­
tración. Pero el dispositivo que comentamos no contiene nada
de eso: aquí queda la Administración de legihus soluta, es decir,
completamente desvinculada, con una potestad discrecional
amplísima. En todo caso, es conveniente advertir a los lectores
de la doctrina tributarista italiana que en aquella legislación
el principio de la legalidad tributaria está concebido en forma
que es susceptible, al menos en la opinión de algunos trata­
distas, de una interpretación distinta a la que aquí atribuyo
a nuestro artículo 224 constitucional. La Constitución italiana
dice: "en base a la Ley”, lo que ha permitido a algunos consi­
derar que basta que el Legislador italiano autorice un tributo
para que el Poder Administrador complete todos sus elementos
reglamentariamente. Otros tratadistas entienden lo contrario
y coinciden, más bien, con el criterio más rigurosamente orto­
doxo, que es el que modestamente sostengo.

2. Patologías tributarias de orden técnico.


Esta Ley, a más de estas dos muestras — que les he puesto
de manifiesto — de patologías tributarias de orden jurídico,
presenta otras muchas también de orden técnico. Quizás sea
97
el instrumento donde la técnica — tributaria y legislativa —
ha hecho mayormente crisis.
Cuando, por ejemplo, la Exposición de Motivos del Pro­
yecto de la Ley pretende justificar las diversas Tarifas — la
"A” para las empresas no petroleras, para las "rentas empre­
sariales”; y la "B” para las empresas petroleras—, dice lo
siguiente: “La tarifa (de las petroleras) debe separarse por
otra parte, tanto para no supeditar la política de tributación
dirigida al sector interno de la economía a la aplicable a la
industria extractiva del petróleo y de las minas y viceversa,
como para que la política económica general pueda armoni­
zarse mejor con la política que sobre esas industrias, se ha
venido desarrollando en nuestro país”. Yo quiero referirme
sólo a la frase: “para no supeditar la política de tributación
dirigida al sector interno de la economía .. .”, para pregun­
tarme: ¿Cuál es esa "política"? ¿La “política de tributación”
que se dirige “al sector interno de la economía”, al sector no
petrolero?; ¿Pero es que es una buena "política” — política
fiscal— venir a afectar, como lo hemos demostrado ya, en
forma más intensa, relativamente hablando, las rentas del
sector no petrolero de la economía que las rentas del sector
petrolero de la economía? A mí me parece esto un contrasentido.
Pero hay otro defecto de tipo técnico. En las Cámaras
Legislativas se introdujo el impuesto a los dividendos; y su
introducción fue considerada por algunos sectores como un
gran éxito tributario. Personalmente, no soy partidario de
gravar los dividendos, por lo menos en Venezuela, por razones
técnicas y por razones político-económicas. Desde el punto
de vista técnico, — aun cuando no ocurre así desde el punto de
vista jurídico— , continúo considerando que, desde el punto
de vista material, tal gravamen conduce a una doble imposición,
puesto que la renta que se grava en cabeza del accionista a
través del dividendo es la misma renta que se ha gravado ya
en caheza de la Compañía a través de las utilidades producidas
por ésta. Desde un punto de vista material, económico, hay una
doble imposición, no así desde el punto de vista jurídico:
hay que prevenirse, porque para que exista la doble imposición
desde un punto de vista rigurosamente jurídico, se exige la
concurrencia de aquellos tres elementos — que todos cono-
98
cemos — indispensables para que se produzca la cosa juzgada;
aquí ciertamente no se dan, porque son sujetos distintos el
accionista y la Compañía. Desde luego reconozco que no pocas
autoridades en Derecho Tributario y especialmente en Finanzas
Públicas sostienen la tesis contraria; yo, modestamente, conti­
núo afecto a la concepción tradicional. Desde el punto de vista
político-económico, el gravamen a los dividendos me parece
por lo demás inconveniente en Venezuela: continúo conside­
rando que, a pesar de todo, aún son valederas las razones
invocadas en la Exposición de Motivos de la primitiva Ley de
Impuesto sobre la Renta de 1942 para excluirlo; en ella se
decía que en un país como el nuestro, no era conveniente
gravar los dividendos porque, al contrario, lo que resultaba
conveniente — más o menos ésta era la idea — era estimular
las inversiones, que la gente gane, que la gente reinvierta,
en lugar de estar talando las utilidades de las empresas.
Pero esto que se ha destacado — como d ije— como un
gran éxito — como un gran éxito desde el punto de vista
fiscal, por la productividad del impuesto, entiendo yo —, es,
no obstante, una de las tantas “paradojas tributarias” de tipo
einaudiano, pues es muy fácil elidir el impuesto (elidir el
impuesto es evadirlo pero por procedimientos lícitos) que
grava los dividendos; porque la misma Ley se encarga de
consagrar los medios a través de los cuales los accionistas
pueden consumar la elisión. No se necesita, en efecto, mucho
ingenio para descubrir — en algunas de las disposiciones
pertinentes — la posibilidad de elidir el tributo. Por ejemplo,
el artículo 46 establece una presunción juris tantum de divi­
dendos así: “Se considerarán como dividendos o participa­
ciones percibidos, los depósitos, adelantos o préstamos que
hagan las sociedades y comunidades a sus accionistas, socios
o comuneros, hasta la concurrencia con el monto de las reser­
vas y utilidades no repartidas, salvo que se trate y así se
compruebe ante la Administración, de operaciones es,pecíficas
en las que tengan interés la sociedad o comunidad”. Ahora
bien: ¿es muy difícil, para un abogado, aun cuando no sea
experto en Derecho Tributario, idear un motivo que se refiera
a “operaciones específicas en las que tenga interés la sociedad
o comunidad” en sus relaciones con "sus accionistas, socios o
comuneros”? El aparte de este dispositivo agrega: “Las trans­
99
ferencias unilaterales efectuadas por sociedades o comunidades
también se considerarán como dividendos o participaciones
percibidos por los socios o accionistas, salvo demostración
en contrario”. La elisión aquí es mucho más fácil. Desde luego,
a mí me parece contrario a la Deontología Jurídica que yo les
diga en concreto, al menos en la Facultad de Derecho de una
Universidad, cómo se puede hacer esto. Lo que quiero es desta­
car desde un punto de vista técnico cómo hay una incon­
gruencia en gravar los dividendos y establecer al mismo
tiempo las válvulas de escape del gravamen. Parece que se
cumple aquel dicho según el cual “hecha la ley, hecha la tram­
pa”, con la particularidad — en este caso — de que la "trampa”
parece que la hizo el propio legislador.
A propósito, cabe señalar otra válvula de escape del im­
puesto: del que grava con la Tarifa “A” las empresas de
pequeñas rentas. Vean ustedes el Parágrafo Primero del ar­
tículo 57 de la Ley que dice: "En aquellos casos en que el
monto del enriquecimiento global neto anual no exceda de
ciento ochenta mil bolívares (Bs. 180.000) y su titular sea una
comunidad o persona jurídica distinta de una sociedad anó­
nima, el impuesto que resulte de aplicar la tarifa progresiva
prevista en este artículo se rebajará así: Por la porción de
impuesto correspondiente a la fracción de renta comprendida
entre: Bs. 0,01 y Bs. 100.000, 60% de rebaja; entre Bs. 100.000,01
y Bs. 180.000,00, 70% de rebaja”. Claro, comprendo perfecta­
mente que el origen, o la causa, la razón de ser, la vatio le gis,
de este dispositivo, fue que en el Proyecto se asimilaban a los
fines tributarios las llamadas — en la terminología tradi­
cional— sociedades de personas a las sociedades de capitales,
lo cual resultaba inicuo; pues nuestra legislación impositiva
a la renta — tradicionalmente — había venido dando un trata­
miento fiscal muy distinto a las sociedades de personas, a las
cuales trataba en forma sumamente benévola. Para enmendar
el dislate que llevaba el Proyecto, entonces en las Cámaras
se pasó al polo opuesto: a penalizar, fiscalmente, a las peque­
ñas sociedades anónimas. Aquí sí, claro, no puedo yo sustra­
erme, como en el caso anterior, porque es el texto de la misma
Ley el que está diciendo paladinamente qué es lo que se debe
o se puede hacer para elidir el impuesto; no quebranto, pues,
en ninguna forma los principios de la ética profesional. En un
100
país en donde es necesario estimular la organización de socie­
dades anónimas, las cuales — con todos los defectos que
puedan tener— han sido la hase del capitalismo por lo menos
en el mundo en que se vive, dentro del sistema económico en
que se actúa, resulta inconcebible que a través de la fiscalidad
se penalicen las sociedades anónimas y precisamente las socie­
dades anónimas pequeñas.
Desde luego, en esta Ley existen otras muchas patologías
tributarias de orden técnico. Me he limitado a citarles estos
dos casos tomados al azar. Quiero citarles también alguna otra
patología de algún otro texto legislativo de contenido tributario.

III. Ley de Registro Público.


La Ley de Registro Público contempla — entre otros tribu­
tos que ella misma denomina genéricamente "derechos de
registro”— un "impuesto” propiamente dicho, vulgarmente
conocido como el "impuesto de porcentaje”. Atendida su natu­
raleza, es un impuesto a la traslación o circulación de la
riqueza, de los bienes, a las mutaciones patrimoniales a título
oneroso.
Este impuesto está concebido de acuerdo con el sistema
llamado de "progresividad global”; es decir, que el valor de
las operaciones gravadas se lo divide en diversos grupos o
clases siempre crecientes; pero el tipo impositivo correspon­
diente a cada uno de esos grupos o clases se aplica a la tota­
lidad del valor de la respectiva operación, según el grupo o
clase en que esté comprendida.
Propongamos un ejemplo. Supongamos que se venden dos
casas: una, por un valor de Bs. 99.900; y otra, por un valor de
Bs. 100.000; es decir, son dos operaciones con una diferencia
de valor de apenas Bs. 100. Pues bien; la primera operación
está afectada por la tarifa de impuesto de 60 céntimos por
cada 100 bolívares del valor, pues cae en el grupo de opera­
ciones cuyo valor sea o exceda de Bs. 50.000 sin llegar a Bs.
100.000; por tanto, pagará de impuesto Bs. 599,40; la segunda
operación está afectada por la tarifa de impuesto de 70 cén­
timos por cada 100 bolívares del valor, pues cae en el grupo
de operaciones cuyo valor es o excede de Bs. 100.000 sin llegar
101
a Bs. 200.000; y por tanto pagará de impuesto Bs. 700,00.
La diferencia de impuesto entre una y otra operación — entre
Bs. 599,40 que causa la primera y Bs. 700,00 que causa la
segunda— es exactamente de Bs. 100,60. Observaron ustedes
entonces cómo una diferencia de valor de las operaciones de
apenas Bs. 100,00 produce una diferencia de impuesto de Bs.
100,60. Esta incongruencia la venimos soportando resignada-
mente, no sé desde cuándo; parece que nadie se da cuenta de
estas cosas. Esto es una injusticia, pero una injusticia derivada
de falta de técnica tributaria. Una progresividad así contem­
plada repugna a la técnica tributaria; y el impuesto, pretendi­
damente progresivo, se torna materialmente en proporcional
y de consiguiente injusto y regresivo.
En esta misma Ley hay otra patología, consistente en una
doble imposición manifiesta; el gravamen a las particiones.
La trasmisión de los bienes, la circulación de la riqueza, las
mutaciones patrimoniales, son gravadas fiscalmente, según que
se las efectúe a título oneroso o a título gratuito. Si se las
efectúa a título oneroso, se causa el impuesto previsto en la
Ley de Registro Público; y si se efectúa a título gratuito, se
causa el impuesto previsto en la Ley de Impuesto sobre Suce­
siones, Donaciones y demás Ramos Conexos. Pero de acuerdo
con aquella Ley, una partición hereditaria, que haya cancelado
el impuesto que grava la circulación de los bienes a título
gratuito, allá a través del impuesto sucesoral, también tiene
que pagar otro impuesto al inscribirse en la Oficina de Registro,
cuya causa no se sabe cuál es, porque no se puede decir que
es la inmatriculación, la protocolización, de la partición, pues
esto causará tasas, como en efecto las causa la protocolización
de cualquiera otra operación. De modo, pues, que en estos
casos se está pagando un doble impuesto por un mismo hecho
imponible — la circulación de los bienes — : el impuesto suce­
soral y el impuesto de registro.
Pues bien, señores, ¿cuál sería la conclusión del examen
que hemos hecho de estas patologías tributarias?, pregunto
yo. No se sorprendan, si les digo, pues yo creo que es una
conclusión evidente, que en Venezuela se necesita una "Reforma
Tributaria”. Ustedes seguramente dirán: pero, ¿no se acaba
de hacer una "Reforma Tributaria”? No! Aquí lo que se hizo
— al menos en mi ppinión — fue un paquete de Leyes Fiscales,
102
se elevaron los impuestos contemplados en ellas, y nada más,
todo para obtener mayores ingresos fiscales: eso no es "Reforma
Tributaria” aquí ni en ninguna parte.
La Reforma Tributaria debe tener dos finalidades funda­
mentales: la racionalización y la coordinación del sistema tribu­
tario, en orden a hacerlo más justo y como consecuencia
de la realización de la justicia, en orden a hacerlo más sana­
mente productivo. Todos los sistemas tributarios en general
son irracionales, porque ninguno ha surgido espontáneamente:
cuando se forma un país, no se llama a un experto y se le
encarga que elabore su sistema tributario. Este se va formando
espontáneamente, en la medida en que las necesidades del país
van reclamando nuevos y mayores ingresos, pues se van esta­
bleciendo nuevos tributos. Pero llega un momento dado en la
historia, en la vida del país, en que el sistema tributario es
un elenco, un catálogo de tributos incongruentes, irracionales,
incoordinados, injustos. Entonces es necesario racionalizarlos,
coordinarlos; que es la necesidad que tenemos en Venezuela,
con mayor razón si advertimos que tenemos al menos dos
sistemas tributarios — el nacional y el m unicipal— . Con esa
incoordinación en el sistema tributario se incurre muchas
veces en graves lesiones a la equidad y a la justicia tributaria.
Es una tarea que hay que afrontar, con serieded, con atención;
de modo que, al tiempo en que se racionalice y se coordine el
sistema tributario — o mejor, los sistemas tributarios— que
tenemos, se lo haga más justo, pero justo en los términos al
menos en que la Constitución expresamente lo prevé, atendiendo
a la capacidad económica del contribuyente y al principio de
la progresividad.
Señores: les ruego me dispensen, pues he abusado mucho
de la paciencia de ustedes esta noche; pero creo que éstos son
problemas que debemos examinar como universitarios, como
juristas, en términos objetivos y concretos. Deseo sinceramente
despertar en los estudiantes de Derecho su preocupación por
estas disciplinas: ustedes seguramente serán mañana los repre­
sentantes del Estado, los dirigentes de la Sociedad; velen por
la vida del país, por la dignidad del país, por el Derecho;
observen que tenemos un Derecho sacrificado.
Muchas gracias, señores, por su amable atención. Muy
buenas noches.
103
PATOLOGIAS TRIBUTARIAS
DE SEGUNDO GRADO

Señor Decano:
Señores Profesores:
Señores Alumnos:
Esta tarde quiero referirme a las patologías tributarias
que he denominado de segundo grado, o sean todas aquellas
deformaciones y perturbaciones que sufre la dogmática tribu­
taria por obra de la Administración y de la Jurisdicción
— del Poder Ejecutivo y del Poder Judicial — con motivo de
la interpretación y de la aplicación de las leyes tributarias;
y de ahí que las subdivida en patologías tributarias adminis­
trativas y patologías tributarias judiciales.

I. Patologías Tributarias Administrativas.


Por razones meramente metodológicas, he agrupado las
patologías tributarias administrativas en tres categorías. En la
primera incluyo aquellos casos en que la Administración misma
se atribuye directamente poderes tributarios que son de la
resen^a de la Ley: son los casos más brutales de violación de
104
la dogmática tributaria constitucional, constituyen una subver­
sión inmediata contra el principio de la legalidad tributaria;
como es fácil advertirlo, estas aberraciones son naturalmente
siempre de orden jurídico. La segunda categoría comprende
aquellos casos en que la Administración se considera habi­
litada para ejercer poderes que, no obstante ser de la reserva
legal, le son conferidos por las leyes tributarias, lo cual conlleva
también una violación del principio de la legalidad tributaria:
yo me atrevería a afirmar que en estos casos hay una violación
solidaria del principio entre la Ley que habilita, sin poder
habilitar, y el Reglamento o la Administración que se consi­
deran habilitados, sin poder haberlo sido constitucionalmente;
éstas son también patologías de orden jurídico. Y la tercera
categoría comprendería aquellos casos — mucho más frecuen­
tes que los anteriores — en los cuales la Administración inter­
preta y aplica erróneamente la Ley tributaria; o, simplemente,
no la interpreta, pues, ante muchas decisiones de tipo admi­
nistrativo-tributario no se puede decir, en términos de lógica
jurídica, que el funcionario interpretó la Ley tributaria: si se me
permitiera la expresión, yo me atrevería a decir que hubo más
bien "desinterpretación”.

1. La Administración crea ella misma el tributo.


Veamos la primera categoría, o sea, cuando la Adminis­
tración — ella m ism a— se atribuye, arbitrariamente desde
luego, la potestad tributaria. Como dije antes, es la violación
más grosera del principio de la legalidad tributaria. Me limito
a proponerles algunos ejemplos de estos casos.
Voy a citar uno, del cual — tengo yo casi la seguridad —
el ciento por ciento del amable auditorio es víctima. Es el del
impuesto que denomino "impuesto de calcomanía”, porque
se recauda con una calcomanía que, al precio de veinte bolí­
vares, los propietarios de vehículos deben adquirir para apli­
carla en los parabrisas de éstos. Ese impuesto, en efecto, no
lo ha creado ninguna Ley, ni siquiera un Reglamento, sino que
fue creado — lo que es más grotesco— a través de un Aviso
Oficial. No obstante, la gran mayoría de los venezolanos, por­
que hay aproximadamente novecientos mil propietarios de
vehículos, en forma resignada tenemos anualmente que concu-
105
rrir a cancelar esos veinte bolívares que ninguna Ley, ni Regla­
mento alguno al menos, nos obliga a pagar. ¿Por qué? Me
permito leerles el artículo 76 de la Ley de Tránsito Terrestre:
"Se establecen las siguientes contribuciones: 1? En lo relativo
a licencias: Exámenes, de cinco a veinticinco bolívares; reno­
vación, de cinco a cincuenta bolívares; y reválida, de cinco a
cincuenta bolívares; 2? En lo relativo a Registro de Vehículos:
por expedición de placas y eventual revisión de vehículos, de
diez a cincuenta bolívares. La determinación de las contribu­
ciones dentro de los límites fijados se establecerá en el Regla­
mento, según los grados de licencia y los tipos de vehículos”.
Para ser conforme con el principio de la legalidad tributaria
— advirtámoslo incidentalmente— la Ley ha debido señalar
qué criterio debería tener en cuenta la Administración para
establecer en el Reglamento los grados de las licencias y los
tipos de los vehículos, ya que en función de ello habría de
determinar la contribución. Pero independientemente de esto,
es lo cierto que en la Ley no aparece autorizado ningún impuesto
que se recaude anualmente a través de una calcomanía, ni en
ninguna otra forma, cuyo monto alcance a veinte bolívares;
allí sólo aparecen, única y exclusivamente, tasas específicamente
determinadas. Y éstas son normas de interpretación estricta:
aquí no se permite la analogía ni la interpretación extensiva;
el Derecho Tributario Material las excluye; y precisamente las
excluye, porque atentan contra el principio de la legalidad
tributaria, pues equivaldría a dejar al arbitrio del Administrador
o del Juez la creación de figuras impositivas o la consideración
de que determinados supuestos de hecho pudieran quedar
subsumidos en aquellos supuestos previstos por las normas
tributarias, pero que no lo han sido expresamente por éstas.
Es cierto que en la Ley de Tránsito Terrestre está prevista una
tasa por el "registro de vehículos”; pero el número que aparece
en la calcomanía ni siquiera coincide con el de la placa, que
permitiera decir, por lo menos, que por analogía la Adminis­
tración entiende que una placa es una calcomanía o viceversa.
Antes de seguir adelante quiero destacarles que, aunque la
Ley de Tránsito Terrestre califica estos tributos como "contri­
buciones”, ellos son, desde el punto de vista técnico-tributario
riguroso, verdaderas tasas y no impuestos, tanto en razón
de su propia naturaleza, evidente por lo demás en este caso,
l OC
como porque la materia impositiva propiamente dicha, en este
renglón “vehículos”, es exclusivamente de la competencia muni­
cipal. No obstante, recuerden ustedes — lo menciono también
incidentalmente— que el Proyecto de Ley de Reforma Parcial
de la de Tránsito Terrestre, que el Ejecutivo introdujo el año
pasado al Congreso dentro del llamado “paquete” de leyes
tributarias, contemplaba un impuesto de carácter nacional
sobre los vehículos, con lo cual se iba a violar el principio de la
autonomía municipal, al invadir la competencia municipal en
materia tributaria; es muy claro el texto de la Constitución
cuando en su artículo 31 señala, entre los ingresos de los Muni­
cipios, las patentes sobre vehículos; y "patentes”, en el sentido
de este caso, son "impuestos”, y es un anacronismo de la
Constitución, que ha debido eliminarse en 1961, la denomina­
ción medioeval de las “patentes”.
Pues bien; el artículo 285 del Reglamento de la Ley de
Tránsito Terrestre gradúa las "contribuciones”, las tasas, esta­
blecidas por ésta, determinando el "derecho de examen”, el
"derecho de expedición de licencia”, los “derechos de renova­
ción de licencias”, el "derecho de registro de vehículos”, los
"derechos de reválidas de títulos y licencias”, los “derechos de
placas identificadoras” y los exigibles "por eventual revisión
de vehículos”, atendiendo en todos los casos a los grados de
las licencias y a las clases de los vehículos. Pero no establece
allí, ni en ninguna otra parte, y mal podría establecerlo, ningún
impuesto que se tenga que pagar anualmente a través de una
calcomanía. El Reglamento incurre en otras ilegalidades, y
hasta curiosas, pero no precisamente en aquélla. A título casi
anecdótico, como para una pequeña antología, se puede referir
esto. Dice: “Por el arrastre de vehículos” — esto no estaba
previsto en la Ley, esto lo agregó el Poder Reglamentario,
porque en este país y en esta materia se puede hacer todo— ;
"por el arrastre de vehículos —digo— dentro del perímetro
de la ciudad”: treinta, cuarenta o setenta bolívares, según el
tipo de vehículo. Luego, a quien le remolquen el carro por allí,
así sea arbitrariamente, tiene que pagar una de esas cantidades,
si es que lo encuentra .. ! Más aún; el Reglamento creó otra
tasa; “por estacionamiento, cuatro bolívares diarios (estacio­
namiento que se efectúa en el llamado “cementerio de los
carros”). Pero lo pintoresco es este dispositivo: "La tarifa a
107
pagar por remoción o arrastre de vehículos fuera del perímetro
de la ciudad, será determinada convencionalmente por las par­
tes”. Esto es grotesco! Una tasa, por la prestación de un servi­
cio público, "será determinada convencionalmente por las par­
tes”! Pero, señores, cabe preguntarse: ¿Quiénes serán en este
caso las partes?; ¿El propietario del vehículo y el Fiscal del
Tránsito que dispuso su remoción o arrastre?; ¿Aquél y el
operador de la grúa?; ¿El propietario y el señor Director de
Tránsito Terrestre?; ¿El propietario y el señor Ministro de
Comunicaciones? Pues bien, señores, ¿Qué diferencia hay entre
el Parágrafo Unico del artículo 41 de la Ley de Impuesto sobre
la Renta que comentábamos ayer y este dispositivo reglamen­
tario? Si en aquel desafuero incurrió el Legislador, cuya fun­
ción fundamental es legislar y legislar bien, este desafuero
del Reglamento resulta al menos excusable, si quien lo pro­
yectó fue, por ejemplo, el señor Director de Tránsito Terrestre,
pues no es su función legislar, al tiempo que debe presumír­
selo ocupado en sus quehaceres propios.
En Caracas, para citarles otro ejemplo, estamos pagando
también una tasa que es manifiestamente ilegal; el real que
se coloca en el parquímetro para estacionar media hora un
vehículo en las calles públicas. Ese tributo, que es una tasa
por el uso de un bien del dominio público municipal como es
la calle, debe haber sido establecido por una Qrdenanza; lo
estableció, sin embargo, el Gobernador del Distrito Federal
por una Resolución; y no se detuvo en esto, sino que creó una
sanción, una multa, aplicable a quien no haya introducido
su real en el parquímetro. Es decir, que no sólo ejerció la
potestad tributaria sino también la potestad punitiva del
Estado, las cuales, en este caso, son de la competencia del
Concejo Municipal. Yo no sé quién habrá establecido en Mérida
esa tasa; pero, dada la tradición jurídica de la ciudad, debo
presumir que haya sido el Ilustre Concejo Municipal del Distrito
Libertador en ejercicio de sus propias potestades.

I OS
2. La Ley autoriza el tributo y delega en la Administración
su establecimiento o el de algunos de sus elementos
esenciales.
Pasemos a la segunda categoría de patologías tributarias
administrativas, o sea, cuando la Ley habilita al Poder Regla­
mentario para que complete el tributo autorizado por ella.
Son casos sumamente frecuentes en nuestro Derecho Tribu­
tario legislado. Desde luego, no voy a citarlos todos; ese inven­
tario nos llevaría muy lejos. Al igual que en la anterior oportu­
nidad, me limito a proponerles algunos ejemplos.
Así, el artículo 5? de la Ley de Aduanas dice: ‘‘El Ejecutivo
Nacional deberá: . . . b ) Dictar las disposiciones relativas a
la organización y funcionamiento de los servicios portuarios,
y fijar las tasas que deben cobrarse por la prestación de dichos
servicios; c) Establecer las tasas que deben pagarse por los
servicios que presten las oficinas aduaneras y portuarias fuera
de las horas prefijadas, y las remuneraciones a los empleados
que intervengan durante el tiempo habilitado; y d) Fijar las
tasas de almacenaje que causen las mercancías depositadas
en los almacenes y demás dependencias de las oficinas adua­
neras". En mi modesta opinión, toda la organización portuaria,
en su aspecto tributario, que por cierto es un caos integrado
por Decretos, Reglamentos y Resoluciones creadores de tasas,
tributos, derechos, etc., es inconstitucional; pues responde a
una delegación absoluta en la Administración, de una materia
que es de la reserva de la Ley, como es la creación de una tasa
con sus elementos esenciales: ha habido una declinación abso­
luta, en el Poder Ejecutivo, de una potestad que la propia
Constitución reserva expresa y exclusivamente a la Ley.
Otro tanto ocurre con la Ley de Aviación Civil y con la
Ley de Telecomunicaciones, que autorizan también al Ejecu­
tivo para que él cree las tasas que considere convenientes.
Ustedes ven que a cada momento la Administración está modi­
ficando las tasas postales, aeropostales, telepostales, de teleco­
municaciones en general. Ustedes van a pasar un telegrama
cuya tasa era de tres reales, por ejemplo, y se encuentran con
que le cobran tres, cuatro ó cinco bolívares. ¿Cuándo se esta­
bleció esta nueva tasa? ¿Quién la estableció? Ah! Ayer el
ciudadano Ministro de Comunicaciones a través de una Resolu-
1Ü9
ción Ministerial pura y simplemente, porque para ello está
habilitado por una Ley. Todas éstas son tasas, a mi modo de
ver repito, inconstitucionales; esto no es materia de la potestad
reglamentaria; es materia estricta, indelegable, de la reserva
de la Ley, al menos en nuestro Derecho Tributario Constitu­
cional, y, en todo caso, de acuerdo con la mejor doctrina
tributarista.
Y para rematar, en el orden cronológico por lo menos,
la Ley de Seguro Social última. Su artículo 59 establece una
base imponible alternativa; o el salario que devengue el tra­
bajador, la cual es, en verdad, una base imponible cierta; o el
límite del salario que fijará el Reglamento cuando el salario
sea mayor que dicho límite, el cual no podrá ser inferior a
tres mil bolívares mensuales. Si no podrá ser inferior a esta
suma, quiere decir entonces que sí podrá ser superior a ella.
Es decir, el Reglamento puede aumentar ese límite discrecio­
nalmente. Pero el aumento de ese límite conlleva el aumento
de la base imponible; y el aumento de la base imponible conlleva
el aumento total del monto de la contribución denominada
"cotización”. ¿Es esto legal? ¿Es esto constitucional? ¿Cómo
se va a delegar en el Poder Reglamentario la configuración
de uno de los elementos esenciales del tributo, como es la base
imponible? Esto es sumamente peligroso porque introduce la
inseguridad jurídica por una parte, como les decía en estos
días, y de otra parte, porque detrae recursos cuya detracción
no ha sido establecida por la Ley.
Yo quiero demostrarles algo que se ha venido discutiendo
en la prensa, — no porque lo haya dicho la prensa, ésta dice
muchas cosas intrascendentes —, porque hay una evidente
injusticia o violación de la Constitución y de la Ley con las
prácticas seguidas por el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales en el cálculo de las cotizaciones de los trabajadores,
en el caso precisamente de aquéllos que perciben remune­
ración mensual.
Supongamos el caso del trabajador que tiene una remu­
neración de tres mil bolívares mensuales. Como la manera de
calcular la cotización ha sido deferida por la Ley a dicho
Instituto; y como al entrar a regir aquélla el primero de enero
de este año aún no hahía sido dictado su Reglamento, entonces
el Instituto estableció el procedimiento que primero se le ocu­
110
rrió para calcular el tributo. ¿Cómo? De esta forma: como la
cotización, la contribución, es semanal, hay que reducir la
remuneración mensual — tres mil bolívares en el ejemplo —
a términos de salario semanal, dividiendo aquélla por los treinta
días del mes y multiplicando su cuociente por los siete días
de la semana, lo cual da un salario semanal de setecientos
bolívares, que es la base de cálculo de la cotización; y como
la alícuota de ésta es el cuatro por ciento del salario semanal,
el monto semanal de la cotización será entonces de veintiocho
bolívares. Luego, si el mes tiene cuatro semanas, este traba­
jador pagará mensualmente, a título de cotizaciones, un total
de ciento doce bolívares. Esta fórmula fue la usada por el Insti­
tuto, según tengo entendido, en los meses de enero y febrero,
en ausencia, como les digo, del Reglamento de la Ley.
Pero, promulgado el Reglamento, su artículo 93 estableció
otra fórmula. Según ésta, se multiplican los tres mil bolívares
mensuales por los doce meses del año para determinar la remu­
neración anual, la cual alcanza a treinta y seis mil bolívares;
y se la divide por las cincuenta y dos semanas que tiene el año
para determinar la remuneración semanal, o salario base de
cálculo de la cotización, la cual alcanza, así a seiscientos noventa
y dos bolívares. Al aplicarle la alícuota — el cuatro por
ciento— , el monto de la cotización semanal alcanza a veinti­
siete bolívares con sesenta y ocho céntimos; y, al mes, a ciento
diez bolívares con setenta y dos céntimos. Ustedes dirán ahora:
bien, pero con la nueva fórmula del Reglamento, ese traba­
jador está pagando menos. Y ciertamente, está pagando un
bolívar con veintiocho céntimos mensuales menos que con la
fórmula inventada por el Instituto Venezolano de los Seguros
Sociales; pero también es cierto que durante los meses de
enero y febrero le cobraron más, una pequeña diferencia si
se quiere, individualmente considerada; pero multiplíquenla
ustedes por el número de trabajadores asegurados, por el
número de víctimas. ¿A cuánto alcanzará ese total? Yo no sé,
pero presumo que debe ser grueso.
Observen ustedes en todo caso — es lo que yo quiero
destacar— cómo la Administración juega con el patrimonio
de los contribuyentes en razón de la reticencia del legislador.
Por una defectuosa técnica tributaria se le ocasiona un perjui­
cio al trabajador del ejemplo; y así como fue de sólo un bolívar
111
con veintiocho céntimos mensuales, ha podido ser mucho
mayor. Pero no es tanto, como les digo, el caso subjetivo, el
caso individual, el caso particular de una persona, sino la
grueso, la cantidad de dinero que se detrae de la economía de
estos señores, por una defectuosa técnica legislativa tributaria,
que autorizó el discrecionalismo en materia que es de la reserva
legal, y que la Administración ha ejercido en forma incon­
gruente y contradictoria. Supongo desde luego que la segunda
fórmula sea la más justa; pero, ¿quién nos asegura que pasado
mañana la Administración no la modifique y que los cálculos
de la base imponible no los haga a través de minutos o segundos
o medios días o meses lunares o de cualquier otro modo?; y,
¿quién puede prever las consecuencias que se deriven de ello?
Eso es la inseguridad jurídica absoluta. De modo, pues, que el
contribuyente del Seguro Social Obligatorio está al arbitrio
de lo que disponga el Administrador. Eso repugna al Estado
de Derecho.
Y así hay otras disposiciones. Por ejemplo, los artículos
60 y 62 autorizan expresamente al Ejecutivo para que deter­
mine los tipos o tarifas de la cotización, sin fijarle ningún
límite a esos tipos o tarifas, no obstante que éstos consti­
tuyen uno de los elementos esenciales del tributo. Más aún;
cuando el artículo 66 establece las tarifas, mejor dicho, las
alícuotas o tipos de la cotización, expresamente se refiere a
las que regirán "al iniciarse la aplicación de esta Ley”; enton­
ces quiere decir que son temporales; de modo que mañana o
pasado mañana el Ejecutivo puede decidir elevarlas, y sin
límites, porque la Ley no le señala ningún límite; perfectamente
puede el Estado decir; "se eleva la alícuota, la tarifa, al ciento
por ciento del salario del trabajador"; y . . . le quitaron el so­
bre! Ya esto desciende ciertamente de lo antijurídico a lo
ridículo, a lo grotesco.
3. La Administración viola la legalidad tributaria por falsa
interpretación o defectuosa aplicación de la misma.
La tercera categoría de patologías tributarias de que vengo
hablando son las violaciones de la legalidad tributaria por
falsa interpretación de la Ley o por defectuosa aplicación de
la misma. Estos son los casos más frecuentes y más irritantes
112
de la justicia, de la técnica y de todo. Interpretaciones verda­
deramente aberrantes hace la Administración Tributaria entre
nosotros. Al igual que en los casos anteriores, me concreto a
proponerles algunos ejemplos arbitrariamente escogidos.

A. Falsa interpretación de la Ley Tributaria.


El vendedor de un inmueble, por ejemplo, que logra reali­
zar la venta a través de un intermediario a quien le paga desde
luego una comisión, tiene, de acuerdo con la Ley de Impuesto
sobre la Renta, el derecho de deducir, del monto del ingreso
bruto obtenido a título de precio de la venta, el monto de la
comisión pagada, que es un gasto para él, efectuado para rea­
lizar la venta, siempre que haya retenido al intermediario o
comisionista el impuesto que grave su comisión, que es renta
para él. Pero se han dado casos en que el vendedor, ciertamente,
no ha retenido ese impuesto. Mas, el intermediario, el comi­
sionista, ha declarado entre sus rentas la comisión percibida
por él y, más aún, ha pagado el impuesto correspondiente.
Pues bien, con todo y eso, la Administración ha formulado el
reparo al contribuyente vendedor del inmueble, rechazándole
la deducción de la comisión pagada, porque no retuvo — él
m ism o— el impuesto que la grava. Señores: la filosofía de
esta norma, la finalidad de esta norma, su ratio legis, es de mero
control fiscal: evitar la evasión del impuesto por parte del
intermediario; pero no ser un instrumento de carácter impo­
sitivo para establecer la renta imponible. Ahora, si el control
no es necesario, porque el contribuyente, el beneficiario de la
comisión, declaró su comisión y pagó su impuesto, ¿por qué,
señor, usted. Fisco, no va a admitir la deducción de la comisión,
así no se haya retenido el impuesto, si la previsión de la norma
se cumplió, la ratio legis que era evitar la evasión del impuesto
por parte del intermediario, y no hubo evasión? Hay que inter­
pretar las normas en sentido racional, especialmente cuando
su interpretación literal conduce a una aberración.
Les cito otro caso, hasta pintoresco también. La Ley de
Impuesto sobre la Renta derogada autorizaba deducir del
monto total de la renta las donaciones que se hicieran a las
Instituciones Benéficas o de Asistencia Social — eran las pala­
bras textuales que utilizaba —, siempre que excedieran de cinco
113
mil bolívares. Pues bien, unos señores millonarios donaron a
la Nación Venezolana un inmueble de estilo colonial, valiosí­
simo, no recuerdo ahora su valor exacto; le hicieron una dona­
ción generosa y hasta patriótica. Pues la Administración del
Impuesto negó la deducción de esa donación, porque “la Na­
ción no era una institución benéfica o de asistencia social”.
Qué hermenéutica jurídica es ésta, señores! Desde luego releva
de todo comentario.
Recuerden ustedes que el impuesto contemplado en la
Ley de Registro Público es un impuesto que grava el capital,
la circulación de la riqueza, a través de los actos traslativos
o constitutivos de derechos, no de los actos meramente decla­
rativos naturalmente. Pues bien, la disolución de cualquier
comunidad, no sólo de las comunidades hereditarias, sino de
cualquier otra, de la comunidad conyugal a consecuencia de un
divorcio por ejemplo, o de una comunidad convencional porque
dos personas hayan comprado un edificio y a la postre deciden
dividírselo conforme a la Ley de Propiedad Horizontal, tomando
una unos pisos y la otra los otros, la disolución de todas esas
comunidades, digo, — esto lo sabemos todos— , es asimilada
por las Oficinas de Registro, a las particiones; y en virtud de
tal asimilación, manifiestamente ilegítima, liquidan el impuesto.
Señores, si aquí no ha habido ningún acto traslativo, éstos
son actos declarativos, no son actos constitutivos de derechos;
lo que ha habido es una simple transformación de derechos
proindivisos en derechos divisos por así decirlo, ¿por qué
cobrar ese impuesto? Más aún: hay una doctrina administrativa
de la Consultoría Jurídica del Ministerio de Justicia, reiterada,
en el sentido de que este impuesto no debe cobrarse en el
caso de disolución de comunidades no hereditarias porque
allí no hay ninguna traslación de derechos ni de bienes; y sin
embargo, no ha habido modo ni manera de corregir el desa­
fuero. Son cosas que están ocasionando perjuicios a los contri­
buyentes. Esto es lo que yo llamo interpretaciones aberrantes
de la Ley Tributaria.
B. Defectuosa aplicación de la Ley Tributaria.
Al lado de estos casos manifiestos de errónea interpre­
tación de las Leyes Tributarias, hay otros también de defec­
tuosas aplicaciones de las mismas. Les repito, una vez más,
114
que la Administración Tributaria es esencialmente reglada o
vinculada; aquí, como cuestión de principio, no se admite la
discrecionalidad: el contribuyente debe o no debe; y la Admi­
nistración tiene el deber-derecho de recaudar el tributo, y de
recaudarlo en la justa y precisa medida que prevé la Ley,
no más, pero tampoco menos. Sin embargo, aquí entre noso­
tros es frecuentísimo celebrar transacciones entre el Fisco y
los contribuyentes, como si esto fuera un negocio privado.
Aquella concepción clásica, que hoy no tiene ya vigencia
en el Derecho, de considerar al Estado, según los casos, como
persona de Derecho Público o como persona de Derecho Pri­
vado, y que no se puede sostener hoy con la misma adhesión
con la que se la sostenía antiguamente, me ha parecido siem­
pre que tiene un contenido pedagógico, porque traduce por lo
menos la diversidad de régimen jurídico en la conducta del
Estado. No es que haya dos personas en él, una de Derecho
Público y otra de Derecho Privado; no, eso está ya caduco en
el campo del Derecho; lo que hay son dos regímenes jurídicos
distintos: uno de Derecho Público y otro de Derecho Privado.
Pues bien, en la tributación, el régimen jurídico del Estado-
Fisco, de la Administración-Fisco, es todo, absolutamente todo,
de Derecho Público, y por consiguiente de orden público, advir­
támoslo de inmediato.
¿Cómo se puede entender entonces que un contribuyente
y la Administración Tributaria estén celebrando transacciones
para a través de esas transaciones determinar el monto de un
tributo, de un impuesto? Esto — ya lo anotaba yo en la pri­
mera disertación — es una evidente enajenación de la potestad
tributaria. Yo no pienso que la potestad tributaria se agota
con el solo dictado de la Ley Tributaria. Algunos autores, muy
reputados por lo demás, consideran que es así. Yo no lo consi­
dero así dentro de mi modestia; como tampoco considero que
el poder punitivo del Estado se agota con el dictado de la Ley
Penal; podrá agotarse cuando el Juez pronuncie el fallo, y
quien sabe si no, porque el individuo todavía está sometido
al régimen penitenciario que está disciplinado por una Ley del
Estado y que es una expresión también del poder punitivo
del Estado. Yo no soy penalista, pero me atrevo a hacer estas
comparaciones porque me parece que son lógicas. Yo no creo,
repito, que la potestad tributaria se agote, dictando nada más
115
las Leyes Tributarias. Además, estas transacciones tributarias
violan, a mi juicio, el principio de la igualdad tributaria, porque
a través de ellas se les da a unos contribuyentes determinados
un tratamiento de favor que no se les da a otros contribuyentes.
Al celebrarse arreglos transaccionales con dos o tres contribu­
yentes, mediante los cuales éstos resultan deudores del im­
puesto por una cuota menor que la legítimamente debida, se
está quebrantando evidentemente el principio de la igualdad
ante el tributo. Para asegurarla en este sentido, sería menester
que todos los contribuyentes, por vía transaccional o conven­
cional, nos acordáramos con el Fisco sobre las cantidades que
deberíamos pagarle a título de impuestos; lo cual sería el mayor
absurdo, jurídico e histórico, pues el impuesto tendría otra
fuente, distinta de la Ley, como sería la convención.
a. Los supuestos fundamentos legales de las transacciones
tributarias: crítica.
Antes de referirme en concreto a algunas transacciones
de contenido tributario que se han celebrado en el País, yo
quiero adelantarles cuál es el criterio que ha privado tradicio­
nalmente en Venezuela para considerar que en nuestro Derecho
son viables las transacciones en materia tributaria.
En primer lugar, se suele invocar como fundamento el
texto del artículo 7v de la Ley Orgánica de la Hacienda Pública
Nacional que dice: "En ninguna causa fiscal se podrá convenir
en la demanda, celebrar transacciones, ni desistir de la acción
ni de ningún recurso, sin autorización previa del Ejecutivo
N acional. . . ” etc. "Causa fiscal", valga la tautología, es cierta­
mente toda "causa" en la cual el Fisco sea parte. Se ha enten­
dido entonces que toda controversia tributaria es una “causa
fiscal" y que por consiguiente en ella se puede "celebrar tran-
sacicones”, siempre y cuando se cumplan las formalidades
contem.pladas en este dispositivo. Pero, a mi juicio, esa inter­
pretación es manifiestamente inexacta. No toda "causa fiscal"
es transigióle. "Causa fiscal" es un concepto genérico. “Causa
fiscal" es, por ejemplo, también un juicio de deslinde entre
unos terrenos baldíos de los Estados que la República admi­
nistra y una propiedad inmueble de un particular, porque allí
también actúa el Fisco defendiendo un bien patrimonial. Allí,
116
creo yo, sí puede perfectamente transigir, entre otras razones,
porque el objeto de esa “causa fiscal” es disponible y, además,
porque en esta materia está regido, fundamentalmente al me­
nos, por el Derecho Privado. Pero razones totalmente contrarias
y opuestas concurren en las controversias tributarias, así se
las califique formal y genéricamente de “causas fiscales”: la
potestad tributaria es inalienable e indisponible, como inalie­
nable e indisponible es el quantum del tributo que adeude un
contribuyente; y en todo caso, el Fisco está regido aquí, no por
el Derecho Privado, sino por el Derecho Público, y éste, repito
una vez más, es de orden público.
De otra parte, todos sabemos que en el mismo campo del
Derecho Privado, del cual es un instituto la “transacción”, no
todas las relaciones o situaciones jurídicas que puedan surgir,
crearse o constituirse entre los particulares son susceptibles de
transacción. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, transigir
sobre el estado y la capacidad de las personas. ¿Por qué?
Porque hay materias en cuyo respeto está interesado el orden
público; y esa materia, en el propio campo del Derecho Pri­
vado, es de orden público, y éste no puede relajarse por conven­
ciones particulares. Así, en efecto, nuestro Código de Procedi­
miento Civil autoriza al Juez para que excite a las partes a la
“conciliación”; pero, dice expresamente el texto, “con tal de
que no se trate de materias en las cuales están prohibidas las
transacciones”. El mismo Código autoriza el “arbitramento”
para componer las controversias; pero, lo dice también expre­
samente, “con tal de que no sean cuestiones — entre otras allí
citadas — sobre los demás puntos en los cuales no cabe
transacción”. Y, ello es obvio, hay controversias en las cuales,
o las transacciones están expresamente prohibidas, o en las
cuales no cabe la transacción por razón de la naturaleza misma
de la materia controvertida.
Además, hay otros motivos para conceptuar que la transi-
gibilidad de las controversias tributarias no está amparada por
el citado artículo 7? hacendarlo. En primer lugar, como hemos
dicho tan reiteradas veces, los actos impositivos, o sean las
planillas de liquidación de un tributo, son emanaciones, son
expresiones de la potestad tributaria del Estado, de una potestad
pública, que es, a su vez, expresión de su soberanía política.
En segundo lugar, ¿qué es lo que se discute en una controversia
117
tributaria? La legalidad de un acto administrativo; a eso se
reduce en último término la discusión: usted, Fisco, dice que
yo, contribuyente, digo que le adeudo sólo tanto, porque, a
usted dice esto porque usted viola la Ley Tributaria, porque
la interpreta mal, porque me avalúa mal la base imponible, etc.;
yo, contribuyente, digo que le adeudo sólo tanto, porque, a
mi juicio, la interpretación o la aplicación correctas de la Ley
Tributaria son en este sentido y no en el que usted. Fisco,
pretende. Es, pues, la legalidad del acto administrativo impo­
sitivo el objeto último de la controversia.
Ahora bien, ¿pueden ser materia de transacción, ya desde
un punto de vista rigurosamente jurídico, el ejercicio de una
potestad pública como lo es la potestad tributaria, o la legalidad
o ilegalidad de un acto administrativo? El acto es legal o es
ilegal, en todo o en parte; pero no es más o menos legal o
más o menos ilegal; éstos son términos que no admiten compa­
ración, éstos son términos absolutos.
De otra parte, en el mismo campo del Derecho Privado se
conceptúa, por lo menos en un denso y autorizado sector de
la doctrina, que elemento esencial de la transacción es la
concurrencia de las “concesiones recíprocas” a las cuales alude
el Código Civil al definir el contrato de transacción. Pero, en
las transacciones tributarias, ¿cuál es la “concesión” a cargo
del contribuyente? Ninguna. El Fisco es el único que “concede”,
el que perdona parcialmente el impuesto, lo cual se traduce,
materialmente, en una verdadera exoneración parcial del tri­
buto no autorizada por la Constitución ni por la Ley.
También se invoca, como soporte de la transigibilidad de
las controversias tributarias en nuestro Derecho, el texto del
artículo 49 de la misma Ley de la Hacienda, el cual, en su
primer aparte, dispone: "Respecto a dichas deudas, (las deudas
atrasadas provenientes de cualquier renta que hayan pasado
a figurar como saldos de años anteriores), podrá también el
Ejecutivo Nacional celebrar arreglos o transacciones con los
deudores, así como conceder remisión, rebaja o bonificación
de las mismas o de sus intereses, o plazos para su pago, cuando
a su juicio fueren conducentes tales concesiones”. Es cierto
que este dispositivo atribuye cierta discrecionalidad a la Admi­
nistración Tributaria. Pero, ya lo dijimos en otra oportunidad,
éstas son normas de interpretación rigurosamente restrictiva,
118
porque son normas de suyo de excepción, de derecho singular,
porque el pago es el único modo normal, regular, que se conoce
en el Derecho Tributario, de extinguir las obligaciones, y por
excepción, la prescripción. Estas "concesiones”, que la mencio­
nada disposición hacendaría autoriza, deben entenderse para
aquellos casos en que la aplicación rigurosa de la Ley Tribu­
taria resultaría inicua: es el caso, por ejemplo, de la viuda
con unos hijos, que con escasísimos bienes de fortuna, hereda
también una deuda tributaria. ¿Cómo se le va a aplicar la Ley
Tributaria con el rigor con el cual se le podría haber aplicado
al cónyuge en sus días cuando tuvo buena suerte? En ese caso
y en otros análogos, la Administración Tributaria puede conce­
der la remisión total o parcial de la deuda tributaria, porque
así está realizando la justicia; se satisfacen más las exigencias
de la justicia perdonando esa deuda tributaria que cobrándola
irpplacablemente. Sin embargo, esa disposición se ha venido
interpretando en la forma más lata, en contra de todo prin­
cipio de hermenéutica, desnaturalizando su propia índole.
Repito que, aparte del pago y excepcionalmente la prescripción,
los otros modos de extinguir las obligaciones, como la confu­
sión, la compensación y la novación, no se conocen en el Derecho
Tributario. La obligación tributaria, es cierto, tiene una estruc­
tura exactamente igual a la de la obligación civil; pero entre
una y otra existen diferencias fundamentales: entre esas dife­
rencias está la génesis, el origen, la fuente: la obligación civil
puede provenir de la voluntad de las partes, del contrato, del
hecho ilícito o de la Ley, es decir, de cualquiera de las fuentes
de las obligaciones según el Código Civil; la obligación tribu­
taria tiene una sola fuente: la ley, y una ley de derecho obliga­
torio, de derecho necesario, de jus cogens.
Además, vale la pena interpretar este artículo 49 en su
sentido histórico para que vean ustedes cómo evolucionan
nuestras instituciones. En la Ley Cárdenas, en la Ley de 1918,
el artículo estaba concebido así: "Pueden sacarse a remate
público, a juicio del Ejecutivo Federal, las deudas atrasadas
de cualquiera renta que hayan pasado a figurar como saldos
de años anteriores. En estos casos el rematador gozará, para
el cobro, de los mismos privilegios que la Ley acuerda al Fisco
Nacional, al cual quedará subrogado”. El dispositivo, en esta
forma, es muy antiguo, propio de la época, y su texto venía
119
incluso desde el Código de Hacienda de 1873, cuando no había
buenos sistemas de recaudación de los tributos y entonces
había que idearse, había que arbitrarse, seguir los métodos
romanos, de arrendar la recaudación de los tributos. Esto era,
pues, pura y simplemente, lo que decía la Ley Cárdenas; de
modo que no autorizaba perdones de deudas fiscales ni tran­
sacciones de deudas fiscales. Pero este párrafo, este primer
aparte, en el cual se pretende fundamentar la viabilidad legal
de estas transacciones, se introdujo en la Reforma de 1934.
Yo no he podido determinar a ciencia cierta, me ha sido difícil
conocer la Exposición de Motivos de esa Reforma, la razón de
ser de esa innovación. Pero he tenido oportunidad, por mera
curiosidad histórica, por mera curiosidad científica, de pregun­
társelo a distinguidos Abogados de la época, personas muy
honorables, que ejercieron funciones públicas, y que me mere­
cen fe. Creo que la explicación que me han dado es verosímil.
Me han dicho que en aquella época había muchos prohombres,
especialmente vinculados con la Dictadura del General Gómez,
que estaban en deuda con el Fisco; y quienes, o bien eran
Diputados o Senadores, o bien eran personas influyentes en el
Gobierno y en el Congreso; y de ahí que lograran introducir
el aparte éste, que les permitía cómodamente o liberarse de
sus deudas fiscales o al menos aligerar su peso. Así, pues, la
Ley de 1934 agregó este aparte a la Ley Cárdenas: "El Ejecutivo
Federal queda autorizado para celebrar arreglos o transacciones
con los deudores respecto de dichas deudas atrasadas y para
conceder remisión, rebaja o bonificación de dichas deudas o
plazos para su pago, cuando a su juicio fueren convenientes
tales concesiones”. Se me ha dado esta explicación de tipo
histórico sobre el origen de este dispositivo; la suministro,
pues, con todas las reservas del caso, porque no me consta
desde luego. Pero en el año de 1938 hubo otra Reforma de la
Ley, muerto ya el General Gómez; tal Reforma me ha parecido
muy buena en este aspecto por lo menos. Entonces se modificó
el aparte original de la Ley Cárdenas así: “Pueden sacarse a
remate público o contratarse con particulares, a juicio dcl
Ejecutivo Federal, las deudas atrasadas provenientes de cual­
quier renta que hayan pasado a figurar como saldos de años
anteriores, hasta el día de la promulgación de esta Ley — frase
ésta que me permito destacarles —. En estos casos el rema­
120
tador o cesionario gozará, para el cobro, de los mismos privi­
legios que la Ley acuerda al Fisco Nacional, al cual quedará
subrogado”. Y si bien la Reforma mantuvo el aparte introdu­
cido por la Ley de 1934, digo que la misma era buena en este
aspecto, primero, porque fijó un término a la discrecionalidad
introducida, ilegítimamente a mi juicio, en la Ley de 1934, al
referirla "hasta el día de la promulgación de esta Ley”, o sea
hasta el día 15 de julio de 1938, fecha de su promulgación; y
segundo, porque, al fijar ese término, denotaba evidentemente
que la intención legislativa no era otra que la de sanear por
esta vía — heterodoxa si se quiere, pero históricamente expli­
cable al sobrevenir a la Dictadura un régimen de Derecho —
de todas aquellas deudas muertas la Contabilidad Fiscal. La
Ley de 1938, al tiempo que condicionó el ejercicio de estas
facultades excepcionales — arreglos, transacciones, remisiones,
etc. — al cumplimiento de algunas formalidades — las contem­
pladas en el segundo aparte del artículo 49 también introdu­
cidas por ella —, condicionó la vigencia de esas mismas facul­
tades, y esto es lo más importante, al referirlas sólo a las
"deudas atrasadas” que figuraran hasta la fecha de su promul­
gación en la Contabilidad Fiscal. ¿Qué quiere decir esto? Que
el dispositivo, en razón de la propia naturaleza de las cosas,
estaba llamado a desaparecer en lo futuro, una vez que se
hubiera saneado la Contabilidad Fiscal. Pero, como ocurren aquí
las cosas, lo anormal, lo excepcional, lo provisional, se insti­
tucionaliza; y en el año de 1942 hubo otra Reforma Parcial
de la Ley de la Hacienda en la que se borró la frasecita "hasta
el día de la promulgación de esta Ley”; y quedó entonces
abierta la puerta para los grandes abusos que se han cometido
en este país a través de este artículo 49. Ahora, señores, yo
me pregunto: ¿Un dispositivo como éste, que ha tenido tan
bastardo origen, puede constituirse en una institución de nues­
tro Derecho Tributario? ¿Y que con base precisamente en él
se puedan celebrar transacciones en materia tributaria? Yo
no creo; yo creo que eso repugna a la lógica jurídica menos
exigente.
Desde luego, esta materia de la intransigibilidad de las
controversias tributarias puede ser objeto incluso de una mono­
grafía. Yo me he limitado a formular algunas consideraciones
generales.
121
b. Transacciones tributarias celebradas con empresas
petroleras.
Ahora vamos a examinar algunas de esas transacciones
que ha celebrado el Fisco Nacional, por lo menos las de los
últimos años, mejor dicho, las de los últimos días. Aquí tengo
dos copias simples de dos de esas famosas transacciones,
tomadas de los expedientes judiciales que ya fueron concluidos
en virtud de las mismas; y que yo he tomado, como ha podido
tomarlas cualquier particular, en ejercicio de las facultades
que a todos nos confiere el Código de Procedimiento Civil.
Naturalmente, para la publicación de la versión magnetofónica
de estas disertaciones, obtendré copias certificadas de esos
documentos para agregarlas con toda su autenticidad, como
anexos a dicha publicación.
Estas transacciones son los famosos "convenios” y "acuer­
dos”, de que tanto se ha hablado, sobre los llamados "reparos
petroleros” por concepto de precios del petróleo; y del gran
negocio que según se dice hizo el Estado Venezolano, a través
de los cuales se dice que se reivindicaron ochocientos o mil
millones de bolívares — yo no sé cuántos — y que nos han
llamado a la emoción venezolanista. Voy a procurar hacer lo
menos posible comentarios, los refiero naturalmente a ustedes,
salvo aquéllos que juzgue indispensables.
Tengo a la vista el contrato celebrado entre la República
de Venezuela de una parte y la Creóle Petroleum Corporation
y sus compañías subsidiarias y afiliadas de otra parte; y que
sus otorgantes califican de "transacción”.
En el primer considerando de este contrato se dice: "Por
cuanto, con base en actas levantadas sobre los ejercicios ante­
riores a 1966, se expidieron planillas de impuesto sobre la
renta a cargo de la Creóle y de sus compañías subsidiarias y
afiliadas, que se encuentran ante la Corte Suprema de Justicia,
los Tribunales 1” y 2? de Impuesto sobre la Renta, o en pro­
ceso de tramitación o reconsideración administrativa, actas y
planillas que se identifican a título enumerativo en el Anexo
"A”, que se acompaña a este Convenio y firmado por las partes
constituye parte integrante del mismo”. “A título enumerativo”:
destaco esta mención. Yo no sé qué querrá decir eso. Debe
de ser que eventualmente puede haber otras actas, u otras
122
planillas, por ahí, pero que no se sabe dónde están. Ese Anexo
"A” es bastante curioso; tiene la curiosidad de identificar las
Actas Fiscales y las Planillas Fiscales, primero, por el Tribunal
en donde pendían por vía de recurso, y segundo, por los núme­
ros y por las fechas respectivos; pero no indican ni los concep­
tos por los cuales fueron levantadas esas Actas, ni los montos
por los cuales fueron expedidas esas Planillas; es decir, no apa­
rece el monto de lo que el Fisco estaba discutiendo. Yo no sé
qué querrá decir eso, a qué se deberá esa reticencia.
Sin embargo, quiero informarles que por natural curio­
sidad me fui a los Tribunales a identificar los conceptos y
montos de las Actas y Planillas recurridas y que pendían ante
ellos; y determiné, primero, que éstas alcanzan un total de
setenta y tres millones de bolívares de impuesto; y segundo,
que responden a conceptos, a reparos, que nada tienen qué ver
con los precios del petróleo, más aún, que sobre los conceptos
allí reparados había una jurisprudencia ya reiterada, cuya deci­
sión judicial por tanto ya podía predecirse y que, por ello
mismo, excluía toda posible duda que de sus pretensiones
pudiera tener el Fisco en esos procesos, duda que es, técni­
camente, el fundamento filosófico de toda transacción.
El segundo considerando dice: “Por cuanto, con base a
actas levantadas sobre los ejercicios comprendidos entre 1957
y 1965, ambos inclusive, se expidieron igualmente planillas por
concepto de impuesto sobre la renta a cargo de la Creóle,
fundamentadas en estimaciones de oficio sobre los ingresos
de dicha compañía, por concepto de ventas de exportación de
petróleo crudo y productos, planillas que han sido apeladas y
que se encuentran determinadas en el Anexo “B ” que se acom­
paña a este Convenio y firmado por las partes constituye
parte integrante del mismo”. Independientemente de que en
el Convenio se dice que esas planillas “han sido apeladas” y de
que en el Anexo “B ” se diga que están “en proceso de tramita­
ción o reconsideración administrativa”; independientemente de
ello, digo, es lo cierto que, si bien en el Convenio se expresa el
concepto de los reparos —“estimaciones de oficio sobre los
ingresos” — , en el Anexo “B ” no se expresa tampoco el monto
de los impuestos originados en esas “estimaciones de oficio”.
¿Por qué esta otra reticencia?
123
En el considerando tercero se dice: "Por cuanto, la Admi­
nistración General del Impuesto sobre la Renta dictó Resolu­
ciones imponiendo multas a la Creole que fueron liquidadas,
las cuales han sido apeladas y se encuentran identificadas a
título enumerativo en el Anexo "C” que se acompaña a este
Convenio y firmado por las partes constituye parte integrante
del mismo”. Respecto de las "multas” podemos formular las
mismas observaciones formuladas a los considerandos ante­
riores. ¿Por qué se las señala "a título enumerativo”? ¿Por
qué no se las determina en el Anexo "C” por sus montos y por
el hecho que dio lugar a su aplicación?
El considerando sexto dice: "Por cuanto, es intención de
las partes poner fin a las reclamaciones contenidas en las actas
y planillas expedidas con base a los citados reparos, estimacio­
nes de oficio, multas antes determinadas y otras reclamaciones,
inclusive intereses, que se pudieran derivar de tales actas y pla­
nillas, así como a los reintegros que la Creole y sus compañías
subsidiarias y afiliadas pudieran tener derecho a reclamar
por tales conceptos”. Pues bien, señores, la referencia a esas
“otras reclamaciones”, así indefinidas, respecto de las cuales
me permito llamar la atención, nos explica que sean “a titulo
enumerativo”, lo cual destaco una vez más, las relaciones de
actas y planillas y multas mencionadas en los considerandos
anteriores.
En el considerando séptimo se dice: "Por cuanto es inten­
ción de las partes precaver cualesquiera otras eventuales recla­
maciones que, por cualquier concepto, provenientes de la apli­
cación de la Ley de Impuesto sobre la Renta, en todos los
ejercicios anteriores al de 1966, pudiera hacer la República,
fundadas en derechos que tuviera o pretendiera tener contra
la Creole y sus compañías subsidiarias y afiliadas, incluyendo
los eventuales intereses que pudieran recaer sobre el monto
de las planillas que pudieran liquidarse por los diversos con­
ceptos anotados, así como los reintegros que las citadas com­
pañías pudieran reclamar por tales conceptos contra el Fisco
Nacional; se ha decidido efectuar las siguientes transacciones”.
Este considerando es fecundo en sugestiones jurídicas. Me
limito a señalarles una solamente. Esto significa, señores, la
renuncia absoluta a lo que en Derecho Tributario se denomina
la "acción fiscal”: a la verificación del cumplimiento de la
VIA
Ley Tributaria, al ejercicio de la policía fiscal, al ejercicio del
poder tributario indirecto. Resulta jurídicamente inaceptable
que el Estado pueda formular una renuncia de tal naturaleza;
si mañana el Fisco Nacional determina violaciones de la Ley
de Impuesto sobre la Renta, por parte de este contribuyente, no
puede formular los reparos a que haya lugar, ni aplicar las
sanciones pertinentes, porque el Estado tiene enajenado el
poder que la soberanía, la Constitución y la Ley le dan para
hacerlo; al menos de atenerse al texto del Convenio. Sin em­
bargo, múltiples razones jurídicas, de muy buen Derecho a
mi juicio, y que no son del caso señalar ahora, concurren a
demostrar la nulidad absoluta, más aún, la inexistencia, de estas
estipulaciones. Esto no obliga ni vincula a ningún Gobierno.
Pero, ¿cuánto vale esa renuncia?; porque a esta renuncia
se le ha puesto un precio en el Convenio. La Cláusula Primera
del Capítulo II del Convenio estipula: “La Creóle pagará a la
República, por sí y por cuenta de sus compañías subsidiarias
y afiliadas, la suma de veinte millones de dólares de los Estados
Unidos de América (U. S. $ 20.000.000,oo) cuya equivalencia a
los solos efectos de la Ley de Monedas, calculada al tipo de
cambio de cuatro bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40)
por dólar, asciende a ochenta y ocho millones de bolívares
(Bs. 88.000.000,oo). El pago de las mencionadas sumas — agrega
la Cláusula— lo hace la Creóle por sí y por cuenta de sus
compañías subsidiarias y afiliadas y la República lo acepta
para transigir cualquier posible reclamación a que se refiere
el considerando 7"), que por aplicación de la Ley de Impuesto
sobre la Renta, en relación con los ejercicios anteriores a 1966,
por cualquier concepto pudiere formularse a cargo de la Creóle
o de sus compañías subsidiarias o afiliadas, y para precaver
todo litigio futuro al respecto . . .”. etc. Es decir, repito, que es
absoluta la renuncia del poder de fiscalización que tiene el
Estado. La mentalidad con la cual se ha obrado aquí es una
mentalidad jusprivatista evidentemente, apropiada si esto
fuera por ejemplo un juicio de deslinde, un juicio de reivin­
dicación de un inmueble, pero inapropiada en un juicio tribu­
tario, en una controversia tributaria. En ésta, o usted, contri­
buyente, debe o no debe! Si debe, paga; y pagará lo que deba,
no más, pero tampoco menos! Y si no debe, pues no paga nada!
Y si surge algún contradictorio, pues que lo resuelva la Jus­
125
ticia! Esa es la solución de Derecho, en un régimen de Derecho,
en un Estado de Derecho! Esta es la expresión más simple del
principio de la legalidad! Pero qué difícil, señores, resulta
respetarlo!
Finalmente, el monto de la transacción, en lo que se refiere
a los reparos por precios del petróleo y a los otros reparos por
otros conceptos, que nada tenían qué ver con los precios,
— pero se aprovechó la coyuntura para englobarlo todo en la
transacción — , alcanzó a la cantidad de sesenta y cinco millones
de dólares, ó sean doscientos ochenta y seis millones de bolí­
vares, en lo que concierne a este contribuyente. Pero, si de esta
cantidad se deducen los setenta y tres millones de bolívares
de los otros reparos — por gastos en el exterior, por gastos no
deducibles, etc. — y los intereses eventuales devengados por
esta suma, los cuales bien podrían alcanzar a trece millones
de bolívares, el precio neto de la transacción, por concepto
de reparos por precios del petróleo, se reduciría aproximada­
mente a doscientos millones de bolívares, en el caso de ésta
que es la principal empresa petrolera del País. Yo no entiendo
estas cosas, les digo sinceramente; estos modos de proceder.
Me agradaría que me las explicara alguien que entienda de
estos menesteres, de estos artilugios. Esto es una cosa inaudita!
Yo juzgo que estas transacciones son de una legalidad y
de una constitucionalidad sumamente precarias. Recuerdo
ahora un caso que leí hace bastante tiempo, ocurrido en Fran­
cia. Un Ministro de Finanzas celebró una transacción con unos
contribuyentes; pero llegó otro Ministro de Finanzas, de mayor
pasión por la legalidad que aquél, y observó aquella irregula­
ridad y recurrió el acto al Consejo de Estado. El Consejo de
Estado anuló el acto y dijo que el Ministro anterior no tenía
poderes legales para celebrar transacciones como éstas en
materia de Leyes Tributarias y que aquel arreglo solamente
tenía caracteres provisionales, la solución de un conflicto de
momento hasta obtener su solución definitiva. Lo propio es
esperable que ocurra en Venezuela.
Como pueden ustedes observar, no sabemos a cuánto
alcanzó la "concesión” del Fisco, para hablar en los términos
del Código Civil, en esta supuesta transacción, porque no se
identifica, no se señala, no se expresa, en el Convenio, el monto
de lo que el Fisco reclamaba a este contribuyente. Sólo cono­
126
cemos, porque por curiosidad hemos encontrado el dato en los
Tribunales, el monto de algunos de esos reparos; pero no
conocemos el monto de los otros reparos por precios del
petróleo, porque no habían ido aún a los Tribunales, pues
estaban en la Administración, y ésta, lamentablemente, sí nos
es inaccesible, porque el secreto fiscal, la reserva de los Des­
pachos Ministeriales conforme al Estatuto Orgánico de Minis­
terios y tantos otros factores, hacen imposible materialmente
que esos conceptos lleguen a uno.
No voy a referirme a la transacción análoga, celebrada
entre el Fisco Nacional de una parte y la Compañía Shell de
Venezuela Ltd. y las Compañías del Grupo Royal Dutch Shell
de otra parte, cuya copia simple también tengo aquí, primero,
porque es sustancialmente igual a la anterior, aun cuando con­
tiene otra modalidad igualmente grave, y no quiero abusar de
la apreciable atención de ustedes; y segundo, porque ustedes
la podrán ver in extenso en la copia certificada de la misma que
como anexo acompañará la publicación de la versión magne­
tofónica de esta charla (1).
c. Transacción tributaria celebrada con una empresa
minera.
El Fisco Nacional celebró otra transacción, sumamente
interesante, la cual consta de documento autenticado el 31 de
enero de 1966 bajo el N? 66 del Tomo 10 de Autenticaciones
llevado por el Notario Primero de la Notaría Pública de Cara­
cas, cuya copia simple tengo aquí, pero cuya copia certificada
será también un anexo de la publicación de esta disertación (2).
Esta supuesta transacción, celebrada con la Orinoco Mir
ning Company, tenía por objeto resolver también un problema
similar: reparos por precios del mineral de hierro y también
por otros conceptos.

(1) Los textos completos de estos Convenios con sus respectivos


Anexos aparecen agregados en copias certificadas, como Anexo
N" 1 de esta conferencia, según lo ofrecido por el conferenciante
en su disertación.
(2) El texto completo de esta transacción con sus respectivos Anexos
aparece agregado en copia certificada, como Anexo N’ 2 de esta
conferencia.
127
Los reparos fueron tres: uno, por la cantidad de Bs.
138.430.793,47 por concepto de impuesto originado en “estima­
ción de precios” del mineral, cuyas respectivas planillas fueron
emitidas para los ejercicios de 1954 a 1958; otro, por la cantidad
de Bs. 31.369.703,40 por concepto de impuesto adicional repa­
rado a la Empresa Navios Corporation que está controlada
por los mismos intereses de la Orinoco Mining Company, cau­
sado por ingresos no declarados; y otro, por la cantidad de
Bs. 12.061.983,93 por concepto de impuesto causado por costos
y deducciones reparados. El total de los impuestos reparados
era, pues, de Bs. 181.862.480,80 que el Fisco entendía que este
contribuyente le adeudaba. Entonces resolvió transigir esto por
la cantidad de Bs. 119.716.927,26, lo cual significa que el Fisco
renunció a la cantidad neta de Bs. 62.145.553,54 de impuesto
sobre la renta.
Voy a leerles algunas cláusulas de este contrato:
La Cláusula Segunda dice: “La República conviene en lo
siguiente: A) Que los precios de venta realmente recibidos por
la Orinoco de compradores que no sean de Estados Unidos de
América, durante los años de 1954 a 1965, ambos inclusive,
pero incluyendo las ventas hechas en Estados Unidos de Amé­
rica a la Bethlehem Steel Corporation en 1965 reflejan, verda­
deramente el valor del mineral vendido para los efectos de la
Ley de Impuesto sobre la Renta venezolana. B) El impuesto
de explotación previsto en la Ley de Minas correspondiente
a los años 1964 a 1970, ambos inclusive, deberá ser calculado
y declarado por la Orinoco con base al precio promedio neto
obtenido como resultado de todas las ventas efectuadas du­
rante cada uno de dichos años. El procedimiento previsto en
este inciso podrá ser extendido a años futuros por mutuo
acuerdo tomado entre las partes”. Pues bien, señores, éste es
un convenio similar a aquél, — yo creo que constituye su
génesis— , contemplado en el Parágrafo Unico del artículo
41 de la novísima Ley de Impuesto sobre la Renta, porque a
través de este contrato se establece la base imponible, con
este contribuyente, hasta el año de 1970, con la posibilidad
aún de que pueda ser prorrogado para lo futuro.
Pero la Cláusula Tercera agrega: “Se conviene en que el
valor del mineral de hierro vendido por la Orinoco, a los fines
128
del cálculo del impuesto sobre la renta, durante los años 1966
a 1970, ambos inclusive, se determinará en la siguiente for­
ma: . . etc. Pero, independientemente de que la “forma”
aquí convenida sea la mejor desde el punto de vista económico-
financiero, resulta jurídicamente inadmisible, al igual que en
la estipulación anterior, que el Fisco determine convencional­
mente la base imponible, la cual es, como hemos dicho tantas
veces, uno de los elementos esenciales del tributo y por tanto,
de la reserva legal; y más inadmisible aún, que enajene para
lo futuro el ejercicio de ese poder legal.
Ahora, hablando en los términos del Código Civil, en la
Cláusula Cuarta está la “concesión” que hace la contribuyente
al Fisco. Voy a leerla sólo en parte: “A los fines previstos en
el considerando 5?) de este convenio, las partes contratantes
convienen igualmente: A) La Orinoco organizará, o hará que
organice la persona o entidad que ella designe, una Compañía
venezolana bajo el nombre “MINERALES ORDAZ C. A.”, que
de aquí en adelante se designará la "COMPAÑIA", cuyo capital
social no será menor al equivalente en bolívares de cinco millo­
nes de dólares (US $ 5.000.000,oo), ni mayor al equivalente en
bolívares de diez millones de dólares (US $ 10.000.000,oo). La
Orinoco concede a la República o hará que su designada
conceda una opción no transferible, excepto a Institutos Autó­
nomos de la República o empresas del Estado por un período
que vencerá a los veinticinco (25) meses, a partir de la fecha
en que la planta de reducción de la Compañía comience sus
operaciones, para adquirir por su valor nominal hasta un 25%
de las acciones del capital de la misma”. Cualquier ingenuo de
nosotros que vaya leyendo esta Cláusula se imaginará que “la
Orinoco concede a la República” “por su valor nominal hasta
un 25% de las acciones del capital de la Compañía” que aquélla
se obliga a organizar, a cambio de los sesenta y dos millones
de bolívares de impuesto, al menos, que la República le ha
perdonado. Pero no, sólo le concede una “opción” para que
las compre. Agrega la Cláusula: “B) Dentro de los seis meses
después de cumplidas las condiciones que se establecen en el
aparte L) incluida la celebración de contratos para el sumi­
nistro de gas natural y energía eléctrica, la compañía deberá
comenzar la construcción, en un sitio por ella seleccionado, en
el área de Puerto Ordaz, de una planta con una capacidad
129
anual aproximada de un millón de toneladas métricas de “Bri­
quetas de High Iron” (de ahora en adelante llamada la
"PLANTA”) que será de la propiedad de la Compañía y
operada por ella. . etc. Más adelante la Cláusula dice:
“D) La administración y dirección de la Compañía estará a
cargo de una Junta Directiva compuesta por cuatro directores
principales y cuatro directores suplentes. Si la República ejer­
ciera su opción para adquirir el 25% de las acciones de la
Compañía, la Orinoco o su designada, tendrá el derecho de
nombrar tres directores principales y tres suplentes, y la Repú­
blica un Director Principal y su suplente. Tres directores serán
suficientes para formar quorum”. Señores, las risas de ustedes
me relevan de todo comentario adicional. En la letra G) de
esta Cláusula se lee " . . . Si la República decidiera ejercer su
opción para adquirir algunas de las acciones del capital de la
planta reductora, tendrá el derecho preferencial de comprar
briquetas o de hacer procesar su mineral en la planta, pagando
los mismos precios que los otros clientes, a condición de que
el producto se utilice para la producción de hierro o acero
en Venezuela, y nunca en exceso a la proporción que le corres­
ponda en la capacidad total de la planta de reducción repre­
sentada por el número de acciones del capital que posea”.
¿Y cuáles son — cabe preguntarse— las ventajas de la Repú­
blica en este negocio, aquéllas que era lo lógico y lo jurídico
esperar del perdón, por su parte, de la modesta suma de
sesenta y dos millones de bolívares de impuesto? Pero, señores,
aquí viene una de las estipulaciones más interesantes dentro
de esta Cláusula. Dice la Letra K): "Por cuanto la planta y los
procesos no han sido nunca hasta ahora empleados y operados
sobre una base comercial, se conviene en que, en cualquier
momento después de un período de dos años, contados a partir
de la fecha en que la planta comience sus operaciones, podrá
la Orinoco, o su designada, por su propia determinación, dar
instrucciones a sus representantes en la Junta Directiva para
que la Compañía cese en sus operaciones y que procedan a la
liquidación ordenada y/o a la venta de la Compañía y/o de sus
instalaciones, en la fecha más conveniente, si a juicio de la
Orinoco, o el de su designada, el proceso utilizado, o la conti­
nuación de la operación de la Compañía, no parezcan ser comer­
cialmente exitosos, previa participación al Ejecutivo Nacional”.
130
Señores, las risas de ustedes me relevan también en esta opor­
tunidad de cualquier comentario adicional. Les digo sincera­
mente que no he entendido el contenido de esta parte de la esti­
pulación de la letra LL) de esta Cláusula, y por ello, sin ningún
comentario, se las leo: "La República declara que: . . . 2?) Consi­
derará con simpatía la solicitud que pueda presentar el Gobierno
de los Estados Unidos de América acerca de garantías que con­
cede dicho Gobierno con base al cambio de notas de fecha 29 de
noviembre de 1962”. Finalmente, dice la letra M) de esta
Cláusula: "La Orinoco garantiza el cumplimiento de todas las
obligaciones que deberá cumplir la Compañía en virtud de este
convenio”. Es decir, la Orinoco se constituye en garante, en
fiadora, de las obligaciones de una Compañía Anónima que
ella se obliga a constituir, pero que ella misma, en virtud del
mismo Convenio, puede mandar a disolver o liquidar "en cual­
quier momento”, “en la fecha más conveniente”, según lo dicho
en la letra K).
Señores: así no se administra! Se administra con la Ley en
la mano! Administrar es muy fácil, cuando se lo quiere hacer
de cualquier manera. Pero lo es menos, cuando se lo quiere
hacer aplicando el Derecho, atendiendo el Derecho. No hay
necesidad de crear estas fantasmagorías con las cuales, a más
de caer en lo ridículo, se incurre en la quiebra de la legalidad.
Es lo menos que podemos decir de esto!
d. Transacción tributaria celebrada con un Instituto Ban-
cario.
El Fisco Nacional celebró también otro contrato, otra
supuesta transacción, la cual consta de documento protocoli­
zado el 18 de agosto de 1965, bajo el N? 19, folio 64, Protocolo
1?, Tomo 21, en la Oficina Subalterna del Tercer Circuito de
Registro del Departamento Libertador del Distrito Federal,
del cual tengo aquí una copia simple, pero cuya copia certifi­
cada será también otro anexo de la publicación de esta
charla (3).

(3) El texto completo de esta transacción con sus respectivos anexos


aparece agregado en copia certificada como Anexo N? 3 de esta
conferencia.
131
Con esta transacción se puso término a un largo proceso
entre el Fisco Nacional y el Banco de Venezuela, pendiente
desde que se creó en 1942 el Impuesto sobre la Renta en
Venezuela.
El monto de los reparos formulados por la Administración
al Banco, desde el ejercicio de 1943 hasta el primer semestre
de 1962, alcanzaba a la cantidad de Bs. 58.029.818,95; el monto
de la transacción fue de Bs. 32.398.410,04; luego la pérdida
neta para el Fisco alcanzó a Bs. 25.631.408,91. El monto de la
transacción se pagaría así: Bs. 17.000.000,00 en un plazo de
cinco años, al tres por ciento de interés anual sobre los saldos
deudores. Como todos sabemos, esta rata es la del interés
legal de Derecho Civil para las obligaciones civiles morosas,
en defecto del interés convencional. Pero el interés legal de
Derecho Financiero, como todos lo sabemos también, está
previsto en el artículo 56 de la Ley de la Hacienda: el uno
por ciento mensual. Ven ustedes cómo se maneja la Hacienda,
como si fuera la bodega de la esquina! Y el resto, ó sean
Bs. 15.398.410,04 lo pagaría el Banco de inmediato; y el colmo
hubiera sido que no hubiera sido así, si se advierte que sobre
esa suma gravitaba una sentencia pasada en autoridad de cosa
juzgada, pues el Banco había dejado perimir la instancia en
los recursos interpuestos contra las planillas que se le habían
liquidado, las cuales habían quedado definitivamente firmes.
Hubiera sido ciertamente el colmo que se la hubieran perdo­
nado también!
Y para hablar una vez más en los términos del Código Civil,
la "concesión” a cargo del Banco, que pudiera causar la tran­
sacción, no aparece por ninguna parte en el contrato.
Pero hay, sí, unas cosas curiosas que aparecen de dicho
contrato: el 17 de agosto de 1965, emitió su informe la Contra­
loría General de la República; y en la misma fecha, el Ministro
de Hacienda instruyó al Procurador General de la República
para celebrar la transacción: ello permite presumir que el
Ministro de Hacienda ni siquiera leyó el informe de la Contra­
loría; y al día siguiente, el 18 de agosto, se registró el docu­
mento de la transacción. Tamaña celeridad, para poner tér­
mino a un proceso de 22 años resulta impresionante y sorpren­
dente. Pero otra curiosidad más se advierte en que la Junta
Directiva del Instituto había autorizado a su Presidente para
132
celebrar la transacción, en su sesión del 12 de agosto de 1965;
lo cual revela que el contribuyente se había pronunciado pri­
mero que el Fisco sobre la procedencia y viabilidad de la
transacción.
e. Conclusión.
Como pueden ustedes observar, todas estas supuestas
transacciones se resuelven, desde el punto de vista material,
en verdaderas remisiones o condonaciones parciales de obli­
gaciones tributarias, o en exoneraciones parciales del impuesto,
no autorizadas por la Constitución ni por las Leyes; y de ahí
que, formalmente, se ocurra al cuestionable expediente de deno­
minarlas "transacciones”. Por ello, yo no vacilo en conside­
rarlas jurídicamente nulas, más aún, inexistentes; y como
quiera que quod nullum est nullum effectum producit, tales
actos no son susceptibles de convalidación ni de confirmación
posibles, ni son en definitiva oponibles al propio Fisco.
Hay un criterio muy respetable de un tratadista, de un
Profesor, tan eminente como Dino Jarach, uno de los más
notables exponentes de la doctrina tributarista argentina, quien
dice: “Las dos partes — Fisco y contribuyente — están en un
pie de absoluta igualdad. Ninguna puede arrogarse más derecho
que el que la ley ha expresamente establecido. El Poder público,
por ser tal, no puede exigir el pago de un tributo que no está
previsto en la ley, ni en medida mayor que el que la ley deter­
mina; pero el particular no puede, bajo ningún concepto,
substraerse al pago de la obligación, ni invocar que se le
reduzca lo que la ley ha establecido. Sus derechos están fijados
en forma inalterable e intransigible por la norma tributaria”.
Pues bien, señores, estas supuestas transacciones consti­
tuyen, en el caso por lo menos de las celebradas con las empre­
sas petroleras, una verdadera “amnistía fiscal”. “La amnistía
fiscal — dice precisamente ese notable tratadista Profesor de
la Universidad de Madrid, Fernando Sainz de Bujanda— pre­
supone el nacimiento y la condonación de obligaciones tribu­
tarias, de sus sanciones, o de ambas cosas a la vez, contraídas
en el campo de sujeción al tributo”: la “amnistía fiscal”
— agrega— “supone la remisión por el ente impositor de
deudas tributarias contraídas a su favor”.
133
De otra parte, yo no observo ninguna diferencia entre esto,
— donde el Estado les dice a estos contribuyentes: yo renuncio
en términos absolutos a toda fiscalización y les pido perdón
por haber intervenido en la investigación de los precios del
petróleo y les perdono todo lo que ustedes hayan hecho en
contravención de las Leyes Tributarias — y aquella figura,
que fue tan polémica, la de la "conversión” de las concesiones
petroleras, introducida en la Ley de Hidrocarburos de 1943,
de acuerdo con la cual, todas las concesiones que habían sido
otorgadas bajo los regímenes de Leyes anteriores, podían con­
vertirse a la nueva Ley, cualesquiera hubieran sido sus vicios
originales, cumpliendo sólo unas determinadas formalidades,
para quedar totalmente saneadas de todos esos vicios que
pudieran afectarlas. Yo no veo, repito, al menos desde el punto
de vista material, ninguna diferenciación entre uno y otro
caso. Si era susceptible de crítica la figura de la "conversión”,
porque conllevaba el saneamiento total de los títulos de las
concesiones petroleras y la renuncia de toda acción que pudiera
asistir al Estado en relación con las mismas, iguales críticas
pueden formularse a estas otras figuras denominadas "tran­
sacciones”, porque conllevan también el saneamiento de la
condición de contribuyentes del impuesto sobre la renta de
los concesionarios y la renuncia de la acción fiscal para veri­
ficar el cumplimiento por ellos de la respectiva Ley Tributaria.
Yo no creo, señores, que esto pueda ser exponente de una
Administración Tributaria que procede con arreglo a Derecho.

II. Patologías Tributarias Judiciales.


Quiero referirme, finalmente, a las patologías tributarias
judiciales. Pero sólo me voy a limitar a mencionar, por vía
de ejemplo, tres decisiones de la Corte Suprema de Justicia.
1. La Corte niega competencia a los Municipios para crear
“contribuciones de mejoras”.
En sentencia de 25 de enero de 1965 la Corte declaró que
los Municipios carecen de competencia para crear "contribu­
ciones de mejoras”. Impugnada de nulidad por inconstitucio-
nalidad una Ordenanza Municipal que creó una contribución
134
de mejoras en forma monstruosamente antitécnica, la Corte
— luego de transcribir el ordinal 6? del artículo 31 de la Consti­
tución, que incluye, entre los ingresos de los Municipios, ‘Tos
demás impuestos, tasas y contribuciones especiales”, que la
misma Corte subraya; y luego de transcribir también la parte
final del ordinal 8? del artículo 136 de la misma Constitución,
que atribuye a la competencia nacional “los demás impuestos,
tasas y rentas no atribuidos a los Estados y a los Municipios,
que con carácter de contribuciones nacionales creare la Ley”— ,
luego de transcribir estos textos, repito, la Corte dijo: “De
acuerdo con esta norma (artículo 136, ordinal 8?), dos condi­
ciones se requieren para que los gravámenes no conferidos
específicamente al Poder Nacional, caigan bajo su competencia:
a) que los gravámenes no estén atribuidos a los Estados o a
los Municipios, y b) que no existiendo esa atribución, sean
creados por la Ley con el carácter de contribuciones nacio­
nales. De acuerdo con tales principios, — agrega la Corte — ,
y con relación al caso de autos, es necesario advertir, en pri­
mer término, que la Carta Fundamental no atribuye a los Es­
tados ni a los Municipios la facultad de fijar contribuciones
especiales a la propiedad; . .. Por tanto, — dice la Corte más
adelante —, al no estar atribuida la creación de ese gravamen
a la competencia municipal, y habiendo sido ya creada tal
contribución por la Ley Nacional (se refiere la Corte a la Ley
de Expropiación), quedaron cumplidos los extremos previstos
en el ordinal 8? del artículo 136 de la Constitución, para la
regulación de esa materia por el Poder N acional. . . Por tanto,
— concluía la Corte —, el Concejo Municipal autor de la Orde­
nanza impugnada, se excedió en sus atribuciones al crear una
contribución especial sobre la propiedad, cuando ello compete
mediante Ley, al Poder Nacional, por lo cual violó los ordinales
6? y 8? de los artículos 31 y 136 respectivamente, y el artículo
99 de la Constitución Nacional”.
Señores, “a la Ley debe atribuírsele el sentido que aparece
evidente del significado propio de las palabras”: es norma
positiva de nuestra hermenéutica. Cuando el Legislador, en
este caso el Constituyente, ha empleado palabras que la Cien­
cia ya tiene acuñadas con un “significado propio”, es inelu­
dible atribuirle a sus expresiones ese significado y no otro.
La Ciencia de las Finanzas, del Derecho Financiero y del Derecho
135
Tributario, tienen ya establecido, desde hace mucho tiempo
y en forma universalmente aceptada, el "significado propio”
de la categoría tributaria denominada "contribuciones espe­
ciales”. En este sentido se ha venido considerando que la
"contribución especial” por antonomasia es precisamente la
llamada "contribución de mejoras”, si bien en los últimos veinte
años se han agregado a ella las llamadas "contribuciones para-
fiscales”. Luego, al atribuir la Constitución a los Municipios
las "contribuciones especiales” entre sus ingresos, resultaba
forzoso considerar, al menos en mi modesta opinión, que les
ha atribuido la "contribución de mejoras”. Por tanto, de haber
sido consecuente con sus propios razonamientos, la Corte ha
debido declarar entonces que no estaba cumplida la primera
“condición” que según ella se exige para que un tributo sea
de la competencia nacional cuando la Carta no se lo ha atri­
buido específicamente.
De otra parte, resultaba también inexacta la afirma­
ción absoluta del fallo, según la cual la Constitución "no atri­
buye a los Estados ni a los Municipios la facultad de fijar
contribuciones especiales a la propiedad”; pues el mismo ar­
tículo 31 de la Carta les atribuye a los Municipios, en su ordinal
3?, entre otros ingresos, "los impuestos sobre inmuebles urba­
nos”, si es que la Corte entiende por “propiedad” únicamente
la propiedad inmueble, ya que toda la tributación incide, en
último término, en la propiedad a través de todas sus múltiples
manifestaciones.
En fin, aun admitiendo como correcta la conclusión de la
Corte, no advirtió sin embargo que la “Ley Nacional” mencio­
nada en el fallo, esto es, la Ley de Expropiación por Causa de
Utilidad Pública o Social, que tiene creada la contribución de
mejoras, no la ha creado empero "con el carácter de contri­
bución nacional” en todo caso; pues, al crearla en su artículo
15, aquella Ley previene que determinados inmuebles quedarán
sujetos al pago de la misma "que la entidad pública o privada
que hubiese ejecutado los trabajos cobrará de conformidad
con lo dispuesto por la presente ley”. Luego tampoco aparecía
cumplida la segunda "condición” que según la Corte es menes­
ter que concurra para que un tributo sea de la competencia
nacional cuando no le ha sido atribuido específicamente por la
Constitución; pues no cabe la menor duda de que el Municipio
136
es una "entidad pública”; y si un Municipio ha "ejecutado los
trabajos” como dice aquélla Ley, pues ese Municipio "cobrará”
la contribución de mejoras, aun admitiendo, repito, que con­
forme al criterio de la Corte, el Municipio sea constitucional­
mente incompetente para crearla él mismo.

2. La Corte admite la analogía en Derecho Tributario Mate­


rial y la equidad como fuente de la legalidad tributaria.
Otra decisión de la Corte, a la cual quería referirme por
vía de ejemplo de estas patologías, es la contenida en su
Acuerdo del 5 de mayo de 1965, en materia de impuestos de
Registro.
Un músico llevó al Registro Público, a objeto de obtener
la protección de su propiedad intelectual, un escrito en donde
consignaba o declaraba ser autor de varias composiciones
musicales. El Registrador, ávido y voraz como todo funcio­
nario fiscal, empezó a ver en donde colocaba estas composi­
ciones para gravar la protección de su propiedad con el im­
puesto. Pero resulta que este acto no aparece gravado en el
elenco de actos imponibles. Entonces elevó el caso en consulta
a la Corte, por vía del artículo 11 de la Ley de Registro Pú­
blico. En su consulta, el funcionario le dice a la Corte que él
conceptúa que como se trata de "derechos no apreciables en
dinero”, a los cuales alude el ordinal 3? del artículo 114 de la
Ley para gravar su registro con veinte bolívares; y que como
se trata del registro de varias composiciones musicales, el
entendía que el registro de cada una de éstas causaba ese
impuesto; es decir, que el interesado debía pagar tantas veces
la suma de veinte bolívares como composiciones musicales
hubiere presentado para su registro.
Pues bien, la Corte consideró que en realidad estos actos
no están previstos en la Ley, porque la Ley de Propiedad Inte­
lectual es posterior en fecha a la de Registro. Luego, lo lógico,
más aún, lo jurídico, era concluir que si el acto no estaba pre­
visto como gravado, tampoco estaba sujeto a impuesto en vir­
tud del principio de la legalidad tributaria; pues lo mismo que
ocurre en materia penal, —“nullum crimen nulla poena sine
lege”, no hay delito, no. hay pena, si no están previstos expre­
samente por la Ley — , ocurre también en el Derecho Tributario:
137
“nullum tributum sine lege”, no hay tributo, si el hecho tribu-
tabie no està previsto expresamente por la Ley. No es que el
acto esté exento, la exención supone un concepto distinto, es
que está inmune al tributo. Sin embargo, la Corte consideró,
al igual que el Registrador, que por analogía, el registro de
una composición musical se podía asimilar a los actos no
apreciables en dinero. La analogía está excluida en términos
absolutos, — lo he dicho reiteradamente— , del Derecho Tribu­
tario Material, porque quebranta el principio de la legalidad
tributaria y da lugar a verdaderos abusos, como los hemos visto
ya. Aquel funcionario interpretaba extensivamente las normas
para ampliar la aplicación de un tributo; pero en su despro­
pósito, y lamentablemente, lo acompañó la Corte. Más aún:
aparte de este yerro, que ya es de suyo grave, la Corte dijo:
"resulta equitativo aplicar al caso consultado, el cobro de la
tarifa establecida en el ordinal 3? del artículo 114 de la Ley de
Registro Público, por una sola vez, por tratarse de un acto
declarativo de derecho no apreciable en dinero contenido en
el documento . . .”. Pero resulta, señores, que la equidad tam­
poco es fuente de la legalidad tributaria; la fuente de la lega­
lidad tributaria es una sola, que es la Ley, nada más; la equidad,
con todo y lo meritorio que pueda ser, no es fuente de la lega­
lidad tributaria, pues libraría al arbitrio subjetivo del funcio­
nario o del juez la aplicación del tributo.
De modo, pues, que si la Corte pensaba que por razones
de analogía podría asimilarse una composición musical a un
acto no apreciable en dinero, ha debido ser consecuente enton­
ces con el criterio del Registrador en toda su integridad, con
todo y lo absurdo del mismo. Luego, al menos en mi modesta
opinión, al formar ese híbrido tributario analogía-equidad, para
con base en él gravar un acto, la Corte legisló: creó un tributo.

3. La Corte confunde la legalidad y la generalidad tribu­


tarias.
Quiero referirme, por último, a la sentencia de la Corte,
de fecha 4 de mayo de 1966. En ella, la Corte dijo, entre otras
cosas que invitan también a la crítica, lo siguiente: " . . . el
artículo 224 de la Constitución dispone: "No podrá cobrarse
ningún impuesto u otra contribución que no estén establecidos
138
por ley, ni concederse exenciones ni exoneraciones de los mis­
mos sino en los casos por ella previstos”. Según esta disposi­
ción — agrega la Corte — es regla general del sistema fiscal
venezolano, que todo impuesto o tasa establecidos por ley es
de obligatorio pago por parte de todos los sujetos a quienes
afecte. Como excepción a esa regla general, sólo la ley puede
conceder exenciones o exoneraciones determinándolas concre­
tamente”. Esto lamentablemente no es cierto, porque lo que
establece el citado artículo 224 de la Constitución es el prin­
cipio de la legalidad tributaria. La Corte sin embargo entiende
que establece el principio de la generalidad del impuesto, cuando
es lo cierto que este principio está consagrado expresamente
en el artículo 56 de la Carta, al disponer éste que “todos están
obligados a contribuir a los gastos públicos”. De otra parte,
decir que "es regla general del sistema fiscal venezolano, que
todo impuesto o tasa establecidos por ley es de obligatorio
pago por parte de todos los sujetos a quienes afecte” es decir
una verdadera tautología; pues las leyes tributarias son leyes
de derecho necesario, imperativas por su propia naturaleza,
a más de que tal carácter no es una particularidad del "sistema
fiscal venezolano” sino de todos los sistemas fiscales modernos.
Sin embargo, no es esta confusión precisamente la más
grave. Se discutía la legalidad del cobro de unas tasas por servi­
cios portuarios. Una empresa petrolera que tiene su propio
muelle, que tiene servicios portuarios propios, utilizó esos
servicios con motivo de una importación que había hecho con
todas las formalidades legales, para descargar y movilizar unas
sustancias inflamables, para lo cual solicitó y obtuvo de la
Administración de la Aduana respectiva y del Ministerio de
Hacienda las autorizaciones correspondientes. Al margen de
la evidente inconstitucionalidad de que están afectadas en
nuestro Derecho todas las tasas en materia portuaria, porque,
como lo he dicho ya, la Ley de Aduanas hace una delegación
absoluta en el Poder Administrador para el establecimiento
y regulación de todas las tasas en esta materia, una Resolución
del Ministerio de Hacienda establece expresamente que "en
los casos especiales en que, previa autorización del Ministerio,
el despacho de mercancías, frutos u otros productos se haga
en condiciones distintas” a las mencionadas allí, "o en condi­
ciones diferentes de las señaladas en la presente Resolución,
139
el Ministerio de Hacienda fijará la tarifa que deba cobrarse ..
La Corte, al transcribir este texto, subraya las expresiones
“condiciones distintas”, “condiciones diferentes” y “fijará la
tarifa que deba”.
Ahora bien, en este caso, el servicio no fue prestado; pero
la Administración entendió, y lo más grave es que la Corte
confirmó el criterio de la Administración, que no prestar el
servicio, o prestárselo el propio usuario, el propio contribu­
yente, era, desde el punto de vista que vamos a llamar grama­
tical, exactamente igual a la prestación del servicio por el
Estado en "condiciones distintas”, o en "condiciones diferentes”,
de las contempladas por los textos reglamentarios; y que, por
consiguiente, se causaba la tasa: "si una persona, — dijo al
efecto la Corte—, previa autorización del Despacho de Ha­
cienda, realiza el desembarque de mercancías de un buque en
un puerto particular, sin intervención del personal de caleta
y estiba, y sin utilizar ningún servicio de un puerto nacional,
indudablemente que ha realizado la descarga en condiciones
distintas — que la Corte subraya— a las previstas en el
citado Decreto de 17 de junio de 1947 y en condiciones dife­
rentes — que la Corte también subraya — a las normalmente
señaladas en la propia Resolución de 30 de octubre de 1958”.
No es que yo conceptúe que el fundamento único que pueda
tener una tasa es la prestación de un servicio; pues basta la
realización de cualquier actividad administrativa en relación
con un particular para que pueda causarse una tasa; por ejem­
plo, cuando una persona es habilitada para portar armas y paga
cincuenta bolívares para ello, no está recibiendo ningún servi­
cio, sólo se la ha habilitado, se la ha sacado del tratamiento
de derecho común a que está sujeto todo el mundo que no
puede portar armas, para darle una especie de privilegio;
entonces, por esa actuación administrativa en relación con
este particular, se causa la tasa. Más aún: hay veces en que las
actuaciones del Estado no son en beneficio sino en perjuicio
del individuo, como ocurre en materia penal; allí no hay ningún
beneficio desde el punto de vista material; y sin embargo, en
los procesos penales se causan algunas tasas a cargo del reo.
Pero en todo caso, en la materia portuaria, es la propia regla­
mentación, más todavía, la propia Ley de Aduanas, la que
reiteradamente se refiere a la "prestación de servicios”.
140
Finalmente, la Corte llega a decir otra cosa más: “No se
trata, pues, — dice— del cobro de las mismas tasas —que
subraya— que debe pagar el interesado cuando en forma normal
descarga en el Puerto nacional; sino de un estipendio ad hoc
que debe fijar el Ministerio de Hacienda, según el caso”.
Ya esto releva de todo comentario: ya la Corte no juzga sino
que legisla; pues “no podrá cobrarse ningún impuesto u otra
contribueión que no estén establecidos por ley”, proclama el
artículo 224 de la Constitueión invocado por la misma Corte:
ese “estipendio ad hoc” es, sin la menor duda, “otra contri­
bueión” que no puede ser sino “establecido por ley” y no
fijado por el Ministerio de Hacienda.
Señores: He abusado de ustedes una vez más. Les presento
mis excusas. Les doy mis más cumplidas gracias por su ama­
bilísima atención.
Muy buenas noches!

141
LA EJECUCION ACTIVA DEL PRESUPUESTO
Y EL ASPECTO REPARADOR DE SU CONTROL

Señor Decano:
Señores Profesores;
Señores Alumnos:
Es mi deseo conversar un poco con ustedes esta tarde
sobre la ejecución activa del Presupuesto y el aspecto reparador
de su control.

I. El Circuito Presupuestario.
Naturalmente, no voy a dar definiciones del Presupuesto,
ni de los diversos conceptos implicados en él, ni voy a hablar
de la importancia del Presupuesto. Sólo quiero mencionar, en
primer término, las cuatro etapas, los cuatro momentos, los
cuatro tiempos, que integran el llamado "Circuito Presupues­
tario”. Son cuatro etapas perfectamente diferenciadas, con la
particularidad de que en cada una de ellas se alternan dos
Poderes del Estado: en la preparación del Presupuesto, que es
la primera etapa, interviene exclusivamente el Poder Ejecutivo
o Poder Administrador; en la segunda, que es la discusión y la
142
sanción del Presupuesto, interviene el Parlamento, el Congreso,
el Poder Legislativo; en la tercera, que es la ejecución del
Presupuesto, interviene — alternadamente, repito— el Poder
Ejecutivo; y en la cuarta y última etapa, que es el control, la
vigilancia y la fiscalización del Presupuesto, interviene el Par­
lamento, bien directamente por sí, o bien indirectamente, como
en general oeurre, a través de órganos espeeializados que la
misma Constitución se encarga de crear, como es el caso, entre
nosotros, de la Contraloría General de la República.
Me voy a referir única y exclusivamente a las dos últimas
etapas, o sea a la ejecución y al control del Presupuesto. Pero
— advierto— la ejecución del Presupuesto comprende a su
vez dos grandes actividades; el Presupuesto tiene dos grandes
vertientes; son los dos brazos del Estado: con el brazo izquierdo
recoge, con el brazo derecho gasta . . . o bota; ese procedimiento
de recaudación se denomina ejecución activa del Presupuesto;
y al contrario, la realización del gasto público se denomina
ejecueión pasiva del Presupuesto. Hago esta advertencia porque
no voy a referirme — sería demasiado extenso — a la ejecu­
ción pasiva del Presupuesto; pienso referirme solamente a la
ejecución activa del Presupuesto y su control, o sea a la
recaudación de los ingresos públicos que el Presupuesto prevé,
esa primera gran parte, esa primera vertiente del Presupuesto.
Y me refiero sólo a esto porque me ha parecido propio, pri­
mero, como remate, desde un punto de vista lógico, de las tres
disertaciones anteriores, en las que hemos hablado de la lega­
lidad, de la generalidad y hasta de las iniquidades tributarias
y de tantas otras cosas relacionadas con la tributación; vamos
a ver entonces cómo se recauda, mejor dicho, cómo se están
haciendo aquí las cosas; segundo, porque, aparte de lo extenso
que es de suyo el tema de la ejecución pasiva del Presupuesto,
imposible de agotar en una tarde, aquí ya se ha hablado mucho
del gasto público, de la composición del gasto público; ya no
hay nadie en Venezuela que no hable de que el gasto público
está mal orientado; para qué ya más repetir estas cosas! Se
designaron comisiones investigadoras de los gastos públicos,
aunque nadie supo cuáles fueron sus conclusiones. Por todo
ello, pues, he creído conveniente hablar de la recaudación de
los reeursos con los cuales normalmente se cubren los gastos
públicos. (Por cierto, e incidentalmente me permito advertirlo,
143
hay palabras que van perdiendo hasta el contenido semántico
entre nosotros; por ejemplo, aquí para todo se nombra ahora
una comisión; se desea cambiar ese pupitre de aquí para allá
y hay que nombrar una comisión de tres personas; sin que se
sepa en ningún caso qué hizo la comisión; ya la palabra “comi­
sión” no tiene sentido en nuestro castellano. Lo mismo ocurre
con la expresión una “investigación exhaustiva”; aparece un
cadáver, se comete un delito, hay un atraco, desfalcan un Tesoro
Público, se hace esto o lo otro y se manda a practicar una
“investigación exhaustiva”; pero nadie sabe en qué se la remata,
si se le dietó auto de detención al delincuente, si se recuperó
lo robado; eso pasó a la historia y se le echó el manto del
olvido. Otra frase similar que recuerdo ahora es la de “las
etapas superadas”; yo quisiera saber cuáles son las etapas
superadas a que tan frecuentemente se hace referencia; yo me
supongo, por vía de simple conjetura, que deben ser las etapas
precolombinas, porque si nos referimos, por ejemplo, a la
delincuencia, en este país se ha delinquido toda la vida, y en
todas las formas, y hoy más que nunca; si es a la delincuencia
contra la Cosa Pública, ése es un capítulo aparte de la historia
de Venezuela; de tal modo que la etapa del siglo pasado,
de de,predaciones contra la Cosa Pública, no es una etapa supe­
rada; no recaudar los impuestos tampoco es una etapa supe­
rada; atentar contra la Constitución y las Leyes, alzarse contra
la Constitución y las Leyes, tampoco es una etapa superada:
no en el sentido violento, con el recurso de la fuerza; me refiero
al alzamiento contra la Constitución, del funcionario que
no la cumple, que la viola sistemáticamente; éste es un alzado
contra la Constitución, que se diferencia del otro, que tomó
la fuerza, en el método, en el procedimiento, pero la subversión
es la misma, el hecho es el mismo. De modo, pues, que yo no
he visto cuáles son las etapas superadas).
Pues bien, señores, perdónenme esta larga digresión y siga­
mos adelante.
El contenido de esta exposición se va a limitar exclu­
sivamente al aspecto estrictamente jurídico, casi lo llamaría
yo exegético, de la normativa corres,pondiente de la Ley de
la Hacienda.

144
II. A quién corresponde la ejecución activa del Presupuesto.
Una primera pregunta que nos debemos formular es: ¿A
quién corresponde, conforme a nuestro Derecho, la recauda­
ción de los ingresos públicos? Ateniéndonos a los textos, en
primer lugar, al Presidente de la República, porque, entre las
atribuciones y deberes que la Constitución le señala, está la
de administrar la Hacienda Pública Nacional, y recaudar los
ingresos públicos previstos en el Presupuesto del Estado y
autorizados por las Leyes Fiscales en general es un aspecto de
la administración de la Hacienda; ahora, que no lo haga él
directamente es otra cosa, pero debe velar porque lo hagan
los llamados a hacerlo directamente. En segundo lugar, corres­
ponde la recaudación de los ingresos públicos a los Ministros
del Despacho Ejecutivo, porque la misma Constitución tam­
bién prevé que son los órganos directos del Presidente de la
República y la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional
repite este concepto; la Constitución los llama los "órganos
directos”, la Ley de la Hacienda los llama los "órganos legales”
del Presidente en la administración y dirección de la Hacienda
Pública. En tercer lugar, aparte de esta obligación genérica,
o atribución o función genéricas que tienen todos los Ministros,
corresponde la recaudación de los ingresos públicos, específi­
camente, al Ministro de Hacienda: el artículo 81 de la Ley
Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, que señala las atri­
buciones y los deberes propios del Ministro de Hacienda, dice
en su ordinal H; “Administrar el Tesoro Nacional, cuidando
de que los fondos provenientes del producto bruto de todos
los ingresos nacionales, ya ordinarios, ya extraordinarios, se
recauden . . . ”.
Pero, además del Presidente y de los Ministros en general
y del Ministro de Hacienda en especial, a quienes corresponde
la recaudación — que llamamos indirecta— de los ingresos
públicos, la recaudación directa de éstos corresponde a los
empleados y oficinas encargados por las Leyes y los Regla­
mentos de la administración y liquidación de las diferentes
rentas nacionales, como dice la Ley de la Hacienda, de la
recaudación de todos y cada uno de los diversos tributos en
particular: la Administración del Impuesto sobre la Renta, la
Dirección de Aduanas, la Dirección de la Renta Interna, etc.,
145
pues el artículo 104 de la misma Ley de la Hacienda, que
señala las atribuciones y deberes de estos últimos funcionarios
y de esas oficinas a que me referí últimamente, determina en
el ordinal 8?: ‘‘Hacer las gestiones necesarias para que los
deudores o contribuyentes paguen en las Oficinas del Tesoro
en la oportunidad legal las sumas liquidadas”. Es de advertir
que ni siquiera habría habido necesidad de que esa norma
previera expresamente esa atribución, porque recaudar es de
la esencia de la función de un administrador de una renta
pública, de un ingreso público; sin embargo, la Ley abundó en
claridad y precisión. En el ordinal 9° del mismo artículo la
Ley agrega: "Cerciorarse de que han sido pagadas todas las
cantidades liquidadas . . . ”, etc. Reitera el precepto; es hasta
una especie de inelegantia juris si se quiere, pero es que el
Legislador insiste en esta misión. En el ordinal 11? el disposi­
tivo citado dice: ‘‘Cobrar judicialmente las cantidades liqui­
dadas a cargo de los deudores o contribuyentes y que no hayan
sido oportunamente pagadas de acuerdo con el artículo 4? de
esta Ley”. Y el artículo 4? de esta Ley previene: “Cuando los
créditos a favor del Fisco, liquidados a cargo de los contribu­
yentes o deudores, no hayan sido pagados por la vía adminis­
trativa al ser exigibles, se demandarán judicialmente siguién­
dose el procedimiento especial establecido en el Código de
Procedimiento Civil”; es decir, el procedimiento ejecutivo me­
diante el cual se tramitan las demandas en que tienen interés
las Rentas Públicas; pues, — según agrega esta última dispo­
sición hacendaría— , “las liquidaciones formuladas por los
funcionarios competentes, los alcances de cuentas y las plani­
llas de multas impuestas tienen el carácter de títulos ejecutivos,
y al ser presentados en juicio aparejan embargo de bienes”.

IIL Resultados de la ejecución activa del Presupuesto.


Ahora cabe formularse una segunda pregunta: ¿Cuáles son
los resultados de la gestión de todos estos funcionarios, em­
pleados y oficinas; de la recaudación, entre nosotros, de los
ingresos públicos nacionales?
Yo me voy a permitir suministrarles unas cifras tomadas
del Balance de la Hacienda Pública Nacional, que es un docu­
14G
mentó que anualmente presenta al Congreso el señor Contralor
General de la Repúbliea, y que nos van a dar la respuesta a
esa pregunta. Es éste un documento sumamente importante.
Yo lo denomino “El Memorial de Agravios de la Ley Orgánica
de la Hacienda Pública Nacional”. Pero, con todo y la impor­
tancia de su contenido, este documento tiene tan mala suerte,
que hay hasta Diputados que ni siquiera lo conocen, no obstante
ser sus naturales destinatarios. Esto es muy grave. Aquí es
donde aparece que hay Ministros que giran millones de bolí­
vares por vía de avances y todas esas monstruosidades de que
se ha hecho eco la prensa en algunas ocasiones.
Pues hien, en este documento aparece, naturalmente en
primer lugar, el Balance General, en forma contable, para el
31 de diciembre de 1965, pues es el último publicado hasta
ahora. Entre las Cuentas del Tesoro y entre los Activos Corrien­
tes de las Cuentas del Tesoro, ha jo el rubro 122 denominado
"Rentas por Recaudar”, aparecía, para esa fecha, la cantidad
de 1.462 millones de bolívares en números redondos, es decir,
de impuestos, tasas y contribuciones causados y liquidados
pero no recaudados. Y en el Balance Comparativo, el mismo
documento asienta que para el 31 de diciembre de 1964 — o
sea el año anterior— había 1.066 millones de bolívares de
"Rentas por Recaudar”, lo que quiere decir que, en redondo,
aumentó en 396 millones de bolívares la suma de rentas por
reeaudar entre el 31 de diciembre del 64 y el 31 de diciembre
del 65. Y si se advierte que en el mismo Balance Comparativo
se consigna que para el 31 de diciembre de 1963 había 944
millones de bolívares de rentas por recaudar, ustedes obser­
varán entonces cómo la falta de recaudación va periódicamente
en aumento (1).
Al describir esta Cuenta de 1.462 millones de bolívares
pendientes de recaudación, el Balance dice: "Del saldo de esta
Cuenta, que en comparación con el del año precedente indiqa
(1) Después de dictada esta conferencia, fue publicado el Balance
de la Hacienda Pública Nacional al 31 de diciembre de 1966. En él
aparece que, para esa fecha, las "Rentas por Recaudar” (Cuentas
del Tesoro) alcanzan a la cifra de 3.137 millones de bolívares,
en redondo, lo que significa un aumento de 1.675 millones de bolí­
vares respecto del Balance al 31 de diciembre de 1965, comen­
tado en la conferencia.
147
un aumento de Bs. 396.169.694,18, se considera como de inme­
diata o fácil recaudación la cantidad de Bs. 707.701.055,77,
correspondiente a rentas liquidadas en años anteriores y durante
la vigencia de 1965” (página 17). Pero luego agrega que la
diferencia, o sea la cantidad de Bs. 754.450.812,02 es “conside­
rada como no cobrable durante el curso del próximo ejercicio
fiscal”: supongo yo que será porque su pago está sujeto a
algún plazo legal o porque algunas de esas liquidaciones habrán
sido impugnadas administrativa o jurisdiccionalmente (2).
Pero, cuando este Balance consigna las Cuentas de la Ha­
cienda, inscribe entre los Activos y bajo el rubro 220 denomi­
nado "Rentas de Lenta y de Dudosa Recaudación”, la cantidad
de 1.624 millones de bolívares para el 31 de diciembre de 1965.
Y en el Balance Comparativo se asienta que esa categoría de
rentas alcanzaba para el último día del año 64 a la cifra de
1.482 millones de bolívares, y para la misma fecha del 63, a la
de 1.035 millones de bolívares. Observen ustedes entonces
cómo las cifras van creciendo, se van haciendo más elevadas,
en la medida en que va pasando el tiempo, y, claro está, se
van haciendo de más lenta y de más dudosa recaudación: eso
es obvio (3).
Al discriminar el Balance esta Cuenta, dice así en la página
92: "Esta Cuenta (la 220 — "Rentas de Lenta y de Dudosa
Recaudación”) incluye dos conceptos principales: a) La parte
de las “Rentas por Recaudar” consideradas cobrables que, de
acuerdo con los datos estadísticos establecidos, no serán recau­
dadas en el curso de la vigencia de 1966 . . . ”, etc. (o sea la cifra
de 754 millones de bolívares de que hablábamos anterior­
mente); "b) Las rentas calificadas como de dudosa recaudación

(2) En el Balance al 31 de diciembre de 1966 se asienta (pág. 16) que


de los 3.137 millones de bolívares de "Rentas por Recaudar”, “se
considera de inmediata o fácil recaudación la cantidad de Bs.
626.389.294,33, correspondiente a Rentas Liquidadas, tanto en la
vigencia 1966, como en ejercicios anteriores”.
(3) En el Balance al 31 de diciembre de 1966, la Cuenta “Rentas de
Lenta y de Dudosa Recaudación” alcanza a la cifra de 3.475 millo­
nes de bolívares, en redondo, lo que significa un aumento de 1.851
millones de bolívares respecto del Balance de 1965 comentado en
la conferencia. Como puede observarse, la situación tiende a
agravarse impresionantemente.
148
por las oficinas liquidadoras (es decir, que las mismas oficinas
liquidadoras se han ecargado de ser jueees y partes en el
problema) en razón de haber transcurrido el período legal de
prescripción, inexistencia o insolvencia de los contribuyentes
respectivos, o estar en proceso de exoneración o de anulación”
(ó sea la cifra de 870 millones de bolívares). En síntesis, las
rentas cobrables alcanzaban para aquella fecha a 754 millones
de bolívares; y las rentas no cobrables, a la de 870 millones
de bolívares (4).
Si nosotros hiciéramos una especie de consolidación de
estas Cuentas de acuerdo con el grado — vamos a decirlo así —
de cobrabilidad o de recaudabilidad de estas rentas, que la
propia Contraloría se encargó de atribuirles a las Cuentas
respectivas, podíamos hacer la discriminación siguiente: 1) Ren­
tas de inmediata o fácil recaudación: 708 millones de bolívares;
2) Rentas que no serían recaudadas en 1966 pero que son cobra­
bles: 754 millones de bolívares; y 3) Rentas de dudosa recau­
dación: 870 millones de bolívares; partidas éstas que hacen un
gran total de 2.332 millones de bolívares, que para el 31 de
diciembre de 1965 tenía el Fisco de rentas por recaudar (5).
Señores: Yo creo que esto es lo peor que se puede decir
de una Administración Fiscal; porque ya no es cuestión de
gastar mal o de no saber gastar, sino — lo que es más grave —
de ni siquiera saber cobrar; pues no se ha visto a ningún
acreedor, por ingenuo que sea, que no cobre lo que se le debe.

(4) En el Balance al 31 de diciembre de 1966 se asienta (pág. 88) que


de los 3.475 millones de bolívares de "rentas de Lenta y de Dudosa
Recaudación”, 2.510 millones son de "lenta recaudación”, lo que
representa un aumento de 1.756 millones respecto del Balance
anterior; y 965 millones son de "dudosa recaudación”, lo que
representa un aumento de 95 millones respecto del mismo Balance
anterior.
(5) Si se hace la misma consolidación en el Balance al 31 de diciembre
de 1966, se tiene: 1) Rentas de inmediata o fácil recaudación:
626 millones de bolívares; 2) Rentas que no serían recaudadas en
1967 pero que son cobrables: 2.510 millones de bolívares; y 3) Ren­
tas de Dudosa Recaudación: 965 millones de bolívares; lo cual
hace un gran total de 4.101 millones de bolívares de rentas que el
Fisco tenía por recaudar para esa fecha; cifra ésta que ha expe­
rimentado un aumento de 1.769 millones de bolívares respecto del
Balance anterior, comentado en la conferencia.
149
Este es un Fisco que se da el lujo de gastar anualmente ocho
o nueve o diez m il millones de bolívares, de contraer una deuda
pública de dos o tres mil millones de bolívares y de dejar de
recaudar 2.332 millones de bolívares. Es difícil encontrar otro
Fisco más próspero y más fecundo, que se pueda dar estos
grandes lujos. Naturalmente, esto explica entonces por qué las
entidades financieras extranjeras e internacionales tienen que
estarle exigiendo que aumente los impuestos y que introduzca
Reformas Tributarias para aumentarlos, pues así se pueden
asegurar la recuperación del capital y de los intereses en
su oportunidad.
Pues bien, esta cifra de 2.332 millones de bolívares podía­
mos entonces resumirla así: Rentas cobrables: 1.462 millones de
bolívares; y Rentas incobrables: 870 millones de bolívares, para
el 31 de diciembre de 1965 (6). Es decir, que del gran total de
las Rentas por Recaudar de 2.332 millones de bolívares, el 63%
son rentas cobrables y sólo el 37% son rentas ya perdidas,
créditos perdidos. Si comparamos estas cifras con las mismas
del año 1964, nos encontramos con que las rentas cobrables para
el 31 de diciembre de dicho año eran de 1.066 millones de bolí­
vares, o sea el 50,6%, y las rentas incobrables eran de 1.040
millones de bolívares, o sea el 49,4%. Las rentas dejadas de
recaudar alcanzaban un total de 2.106 millones de bolívares
al 31 de diciembre de 1.964; y de 2.332 millones de bolívares
al 31 de diciembre de 1965, lo que significa un aumento de 226
millones de bolívares.
Pero hay un dato muy curioso que es el siguiente: obser­
ven que las rentas cobrables eran de 1.066 millones de bolí­
vares para el 31 de diciembre de 1964 y de 1.462 milones de
bolívares para el 31 de diciembre de 1965, lo que representa,
como les decía, un aumento de 396 millones de bolívares; en
cambio, las rentas incobrables eran de 1.040 millones de bolí­
vares para el 31 de diciembre de 1964 y de 870 millones de
bolívares para el 31 de diciembre de 1965; es decir, que la
cuenta de deudas incobrables se redujo en 170 millones de
bolívares entre uno y otro período. Luego, como la Contra-
(6) Según el Balance al 31 de diciembre de 1966, el resumen sería el
siguiente: Rentas cobrables: 3.136 millones de bolívares; y Rentas
incoDrables: 965 millones de bolívares.
150
loria señala como causas para considerar incobrables estas
rentas la consumación de la prescripción liberatoria, la insol­
vencia del deudor o su desaparición, al reducirse entonces los
montos de las rentas incobrables, en el término de un año,
desde el 31 de diciembre de 1964 a la misma fecha de 1965,
quiere decir: o que hubo muchos contribuyentes deudores, muy
generosos, que renunciaron a las prescripciones adquiridas,
o muchos insolventes que recuperaron su solvencia económica
y pagaron sus adeudos al Fisco, o que los desaparecidos, si se
trataba de personas naturales que habían fallecido, segura­
mente surgieron de las tumbas y vinieron y pagaron.

IV. Crítica a la ejecución activa del Presupuesto.


Creo que podríamos hacer una pequeña crítica a la manera
cómo se ejecuta activamente el Presupuesto. Podríamos recor­
dar lo que les decía ayer, después de proponerles esa cantidad
de ejemplos, esas aberraciones que tienen nuestros textos tribu­
tarios, respecto de la necesidad que hay de introducir cierta­
mente en Venezuela una Reforma Tributaria para construir
un sistema tributario racional y justo, — que no lo tenemos — ,
y no, pura y simplemente, para elevar los impuestos. Ahora
pregunto yo: ¿Se necesitaba la llamada Reforma Tributaria
de 1966, inspirada única y exclusivamente en una finalidad
estrictamente fiscalista, cuando el Fisco tenía 2.332 millones
de bolívares por recaudar? Creo que esa pregunta tiene una
respuesta obvia: ¡Señor, recaude! ¿El mismo Contralor no está
diciendo que de esos 2.332 millones de bolívares son cobrables
1.462 millones de bolívares, es decir, una cantidad mayor al
producido esperado de la Reforma Tributaria según las esti­
maciones que hizo la misma Administración, el mismo Poder
Ejecutivo, cuando introdujo al Congreso los proyectos legis­
lativos contentivos de la tal Reforma Tributaria? ¿No habría
sido preferible intentar la recaudación de esos 1.462 millones
de bolívares de rentas cobrables y no haberle ocasionado
tantos perjuicios a la economía del País, con esa crisis circuns­
tancial que conmovió la economía en el tercer trimestre del
año pasado, que produjo una fuga de 800 millones de bolívares
en divisas? Yo no entiendo estas cosas, les digo sinceramente;
151
porque lo primero que debe hacer un administrador es, no
solamente saber gastar, sino saber recaudar, recaudar lo que
se le debe. ¿Cuántas cosas no se podrían hacer con esos 1.462
millones de bolívares si fueran recaudados y si fueran bien
invertidos? En todo caso, de ser recaudados, se podría prescin­
dir incluso de algunos empréstitos onerosos que están gra­
vando al País.
De otra parte, si se confronta la Reforma Tributaria de
1966, inspirada, como les digo, en esa única finalidad del fisca­
lismo, con la situación fiscal acreedora que aparece del Balance
de la Hacienda Pública Nacional, encontramos que la mayora-
ción, la elevación, el aumento de los impuestos, se viene a
convertir prácticamente en una especie de sanción, para los
contribuyentes que vienen pagando, y en una especie de premio,
para los contribuyentes morosos, pues las cifras de las rentas
por recaudar vienen creciendo y si estos contribuyentes moro­
sos no pagaban cuando los impuestos estaban bajos, ¿van a
pagar ahora cuando los impuestos están altos? Eso es ilógico
pensarlo. Luego, a mi juicio, esta Reforma Tributaria es un
(premio a los contribuyentes morosos y una sanción a aquéllos
que cumplen regularmente sus deberes fiseales.
Hay otra circunstancia muy curiosa. De los 870 millones
de bolívares que se eonsideran incobrables, 531 corresponden
a impuesto sobre la renta; es decir, el 61% de las deudas muer­
tas, de las deudas fiscales incobrables, son de impuesto sobre
la renta. Ahora bien, si el impuesto sobre la renta es, como
tanto lo predicamos, el impuesto directo por excelencia y el
mejor instrumento para la redistribución de la riqueza, ¿estará
cumpliendo en Venezuela el impuesto sobre la renta su papel
de ser instrumento redistributivo de la riqueza, cuando no se
lo recauda en la medida en que prevé la Ley? De otra parte,
el mayor volumen de ingresos públicos viene de esa fuente,
del impuesto sobre la renta: ¿cómo explicar entonces que justa­
mente el rubro rentístico de mayor rendimiento sea el más
desatendido en el proceso de la recaudación fiscal? (7).

(7) Según el Balance al 31 de diciembre de 1966, de los 965 millones de


bolívares de rentas incobrables, 635 millones, o sea el 65%, corres­
ponden a impuesto sobre la renta, lo cual revela que va en aumento
la proporción relativa de este impuesto entre las rentas incobrables.
152
Pero hay otra cosa muy particular: la Contraloría también
consigna en el Balance de la Hacienda Pública Nacional la
discriminación, por vigencias presupuestarias, de esta suma
de 870 millones de bolívares que considera perdidos. Por ejem­
plo, para la vigencia presupuestaria 1957-58 y anteriores, hay
113 millones de bolívares; pero yo no voy a citarlas todas;
voy a tomar sólo el total de los últimos cuatro años — 62, 63,
64 y 65 — que alcanza a 573 millones de bolívares; o sea, que
el 66% de las rentas que se consideran incobrables, corres­
ponden a los ejercicios del 62, 63, 64 y 65. Es obvio que no
puede justificarse su incobrabilidad porque se haya consumado
la prescripción, puesto que la inmensa mayoría de las Leyes
Fiscales establecen cinco años como término de prescripción
y en su defecto funcionaría el de diez que prevé supletoriamente
la Ley de la Hacienda; y no han transcurrido cinco años para
el 31 de diciembre de 1965. Y si atendemos a la insolvencia
como causa invocada de incobrabilidad, no parece razonable
pensar que la crisis económica de los años 61 y 62 haya sido
tan sumamente grave, como para justificar la pérdida de esa
suma de tributos. La desaparición de contribuyentes tampoco
parece justificarla, pues aquí tampoco ha habido un caos, un
diluvio, una tormenta, que haya diezmado a los contribuyentes,
o que los haya llevado a la quiebra en esa forma impresionante.
Y hay un dato muy curioso: yo no voy a hacer ninguna afir­
mación; pero sí observo, por ejemplo, que el monto de deudas
incobrables de los cuatro últimos ejercicios es de 573 millones
de bolívares, o sea como les digo, el 66% del total de dichas
rentas; y que por impuesto sobre la renta aparece en este mismo
total la cifra de 531 millones de bolívares, o sea el 61%. Ob­
servo, pues, esa rara y casual coincidencia entre esas dos cifras,
entre esos dos porcentajes. Repito que no hago ninguna afir­
mación al respecto.
Lo más grave de todo esto, desde un punto de vista ya de
otra estimativa, es que esta conducta, o esta inconducta, de la
Administración Tributaria, viola el principio de la generalidad
de los tributos públicos y el principio de la igualdad ante la
Ley, ante las cargas públicas: los destinatarios de esos princi­
pios supremos de la Dogmática Tributaria Constitucional no
son solamente los Legisladores, el Poder Legislativo al crear
la Ley Tributaria, sino también la Administración y la Justicia
153
cuando intervienen en la interpretación y en la ejecución y
aplicación de las Leyes Tributarias, porque, para hacerlo
correctamente, han de tener también en cuenta esos principios
de la generalidad y de la igualdad del tributo. Pero ¿qué ocurre
al cobrar sólo a unos y no cobrar a otros?: que se les está
dando un tratamiento desigual, de manera sumamente injusta,
a los contribuyentes. Además, desde el punto de vista de la
generalidad, solamente un grupo de contribuyentes, aquél que
paga, aquél al cual se le cobra, es entonces el que viene a
soportar el sostenimiento del Estado, las cargas públicas; los
otros, los que no pagan, a los que no se les cobra, están libe­
rados de hecho, — digámoslo así — , de esa obligación consti­
tucional y cívica y ética y moral y de todo sentido, que tienen
todos los ciudadanos de contribuir a los gastos públicos.
Desde un punto de vista rigurosamente jurídico, todo esto
pone de manifiesto — y por eso cité al principio las disposi­
ciones legales y constitucionales pertinentes— que los fun­
cionarios, cualquiera sea su jerarquía, a quienes corresponde
la recaudación de los ingresos públicos, no cumplen los deberes
que esas disposiciones les imponen.
Más aún: desde un punto de vista jurídico-político, el
Parlamento, el Congreso, tampoco cumple sus deberes, porque
con un documento, con una información de esta naturaleza,
como es el Balance de la Hacienda Pública Nacional, que le
suministra su órgano auxiliar en el desempeño de su función
contralora de la Administración Pública Nacional, y que el
Parlamento no haya dicho una palabra en materias de tanta
gravedad, resulta verdaderamente incomprensible. Jusifique-
mos que ya no se examinen las Memorias y Cuentas de los
Despachos Ejecutivos, porque parece que hasta la tradición
se perdió. Pero desestimar esto, que son las Cuentas, las cifras,
que ha hecho su propio organismo auxiliar de control de la
Hacienda Pública, y que revelan tamañas anomalías, eso sí es
inexplicable e injustificable por parte del Parlamento. Pero
observen ustedes también cómo el Parlamento tampoco se
ocupa de materias, de actos, tan trascendentales desde el punto
de vista fiscal y político, incluso económico y financiero y
hasta ético, — ¿por qué no decirlo también?— , como son esas
transacciones fiscales a que aludíamos ayer. Esta inconducta
administrativa-fiscal, traducida en este Informe, en este Ba­
154
lance, que presenta el Contralor al Congreso, y traducida tam­
bién en la celebración de esos contratos de esa naturaleza,
de realizarse, de ocurrir esos hechos en un régimen parlamen­
tario, eso provocaría la caída del Gabinete, el voto de censura
del Parlamento contra el Gobierno, — pienso y o — . Sin em­
bargo, aquí pasan las cosas impunemente; aquí nadie dice
nada. Nuestro Congreso — repito —no cumple sus funciones:
la Constitución misma le dice que las funciones principales,
fundamentales, del Congreso, son, en primer lugar, legislar en
materias de la competencia nacional; pero cuando legisla, ya
vemos cómo lo hace; y en segundo lugar, ejercer el control de
la Administración Pública Nacional; pero no lo ejerce, ni
siquiera toma en cuenta el auxilio, tan valioso ciertamente,
que le presta la Contraloría en esa función. Y aunque no lo
dijera expresamente la Constitución, esas dos grandes atribu­
ciones surgen de la propia naturaleza de las cosas. El principio
de la legalidad del tributo va parejo con el principio de la lega­
lidad del gasto; así como fue el pueblo el que reivindicó para
sí el derecho a consentir los impuestos, también fue el pueblo
el que años más tarde dijo: "Yo soy también el que debo
autorizar los gastos". Y ésa es función del Parlamento: esta­
blecer los tributos, autorizar los gastos, dictar el Presupuesto
y por consiguiente controlarlo, controlar la realización de los
gastos públicos y controlar la recaudación de los ingresos
públicos estimados para cubrir aquéllos. Y el Parlamento
puede hacerlo en dos formas: o indirectamente, a través de
la Contraloría, como órgano auxiliar suyo que es — lo dice
expresamente la Constitución—, o directamente, pues nada
se lo impide, está en la naturaleza de la función; para el
Congreso no debe haber ningún secreto, — aparte de los secre­
tos de la alta política del Estado, de la seguridad del Estado— ;
pero en materia administrativa-fiscal no debe haberlos; de
modo que esos contratos, esos actos a que yo me refería ayer,
por lo menos han debido ser hechos del conocimiento del
Congreso, además de que hay una norma expresa en la Consti­
tución, según la cual los contratos de interés nacional están
sujetos a la aprobación legislativa; y un contrato administra­
tivo-fiscal, en el cual no se sabe cuánto perdió el Fisco, ¿no va
a ser de interés nacional?; y otro contrato en el que pierde
treinta y tantos millones de bolívares, ¿no va a ser de interés
155
nacional?; y otro contrato en el que pierde sesenta y tantos
millones de bolívares, ¿no va a ser de interés nacional? Since­
ramente hablando, yo no tengo un concepto definitivo de qué
es un contrato de interés nacional; pero sí pienso que por lo
menos la cifra, la cuantía de las cantidades implicadas en esos
actos, y especialmente cuando ellas se refieren a impuestos
perdonados, debe ser un índice para decir que un contrato es
de interés nacional: pudiera ser uno, un criterio entre muchos,
a falta de otros. Esos contratos, pienso yo, por lo menos han
debido estar sometidos a la discusión parlamentaria y a la
aprobación legislativa, para que puedan tener algún viso de
aparente legalidad formal, y no quede así tan grotesco el
atropello a la legalidad tributaria.

V. Control de la ejecución activa del Presupuesto.


Ahora veamos el control, naturalmente, de la ejecución
activa del Presupuesto. Les acabo de decir que el organismo
esencialmente encargado por la Constitución para controlar
la Administración Pública Nacional es el Congreso y como
órgano auxiliar suyo, la Contraloría.
Pues bien; la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional
señala en el numeral 11 de su artículo 165, entre las atribu>-
ciones y deberes de la Sala de Centralización de la Contraloría:
"Enviar al Ministro de Hacienda y al Contralor de la Nación,
relaciones semestrales especificadas de los derechos e impues­
tos liquidados, cuya cancelación esté pendiente, a fin de que
se tomen las medidas del caso". El artículo 168 de la misma
Ley señala también, entre las atribuciones y deberes de la
Sala de Control, “revisar si las cantidades liquidadas o adeu­
dadas han sido totalmente pagadas (letra c de su ordinal 4?);
“si han sido liquidados y pagados todos los irppuestos cau­
sados .. .” etc. (letra g del mismo ordinal). El artículo 172 de
la misma Ley de la Hacienda, al señalar las atribuciones y
deberes de la Sala de Examen, dice en su ordinal 6° que,
respecto de las deudas que sean a favor de la Nación, como las
que hemos examinado aquí, “vigilará porque el funcionario
competente promueva las acciones del caso si el pago no
hubiere podido obtenerse extrajudicialmente”; y en el ordinal
156
9°, "velar porque se efectúe la recaudación de todas las deu­
das . . etc. De modo, pues, que la Contraloría tiene aquí seña­
ladas, a través de cada una de sus tres Salas, sus atribuciones
en materia recaudatoria.
Ahora veamos qué hace el señor Contralor General de la
República. Aquí tengo también el Informe presentado por él
al Congreso, correspondiente al año 1965 (el de 1966 no ha
salido todavía impreso). En la página 5 de este Informe, al
describir los derechos liquidados en años anteriores, dice lo
siguiente; "No sólo persiste lentitud en la recaudación de los
derechos del Fisco liquidados a cargo de los contribuyentes,
sino que tal situación se ha agravado, tanto por la disminución
registrada en cifras absolutas y relativas en la cantidad que
percibe el Tesoro por ese concepto, como por el hecho de que
habiendo transcurrido un año más, cabría esperar que tales
diferencias se hubieran mejorado. Al respecto, conviene recor­
dar que la Contraloría ha venido expresando repetidamente
su preocupación por el hecho de que del saldo por cobrar al
comienzo de cada año, sólo ingresa al Tesoro una baja propor­
ción .. .” etc. Más adelante, en la página 11, dice el señor
Contralor, al describir la liquidación de ingresos, que si se
comparan "los ingresos causados con los recaudados, se infiere
nuevamente el comentario señalado, tanto en el presente caso
como en anteriores Informes al Congreso, respecto a la lentitud
de la recaudación de rentas y las ingentes cantidades que deja
de percibir el Fisco, al prescribir obligaciones de los contribu­
yentes o hacerse éstas incobrables por otras razones”. En
síntesis, el señor Contralor realmente manifiesta su preocupa­
ción porque la Administración Tributaria no recauda.
Pero yo me pregunto: ¿La Contraloría se debe limitar a
esto, a manifestar este pesar y esta preocupación y esta inquie­
tud porque los funcionarios administrativos no recaudan; es
que no puede hacer algo más eficaz, más enérgico? Parece que
así lo considera el señor Contralor cuando dice en la página 5
de su Informe: "conviene repetir lo dicho en otras oportuni­
dades respecto a que la Contraloría — en éste como en otros
casos — dispone de medios legales muy limitados para corre­
gir los vicios, fallas o deficiencias que determinase como resul­
tado de su gestión. Compete a otras ramas del Poder Público
la acción enérgica que lleve a su total erradicación”. Es decir,
157
pienso yo, parece que se infiriera de este texto que la legalidad
ahora actual no le permite ser más enérgico y más eficaz al
señor Contralor.
Sin embargo, con el respeto que él me merece, yo me voy
a permitir disentir de ese criterio; pues pienso, al contrario,
que la Ley Orgánica de la Hacienda Pública Nacional, con todo
lo anticuado y lo criticable que pueda ser, porque tendrá algu­
nas cosas que pudieran aparecer un poco anacrónicas o defi­
cientes, no obstante tiene todas estas previsiones legales pro­
pias, que me parecen bastante enérgicas; el problema es a mi
juicio de interpretación y de aplicación. Pero es que aquí, entre
nosotros, hay esa tendencia, bastante generalizada, a excusar
las omisiones con supuestas deficiencias de las Leyes. Observen,
ustedes, por ejemplo, cómo hasta la ola delictiva que ha azotado
al País en los últimos tiempos y su impunidad se han preten­
dido excusar aquí con la supuesta falta de Leyes represivas;
y tenemos, sin embargo, un Código Penal, y un Código de Enjui­
ciamiento Criminal, y otro de Justicia Militar, y una Ley de
Vagos y Maleantes. Siempre suelo recordar lo que una vez me
decía el Doctor Pablo Ruggieri Parra, quien fue mi Profesor
de Derecho Constitucional y con quien tuve la suerte de tra­
bajar en la Procuraduría, con quien cultivé una magnífica
amistad: “Aquí en Venezuela se puede hacer una gran revo­
lución, sin disparar un tiro ni dar un grito, con sólo aplicar
la legalidad preexistente”. Vivimos ciertamente en un divorcio
absoluto de la legalidad.
Voy a prentender demostrar, pues, cómo en los textos
positivos actuales existen medios, a mi juicio por lo menos,
lo suficientemente eficaces y enérgicos como para corregir
esas fallas.
Observemos cuál es la condición jurídica de los funcionarios
que se denominan Administradores y Liquidadores de Rentas
Nacionales. De acuerdo con la Ley de la Hacienda, estos funcio­
narios se califican “empleados de Hacienda”. Por empleado de
Hacienda se entiende todo aquel funcionario que, o bien admi­
nistra una renta nacional o un bien nacional o un ingreso
nacional, es decir, que tenga algo qué hacer, para decirlo en
términos muy llanos, con la Hacienda Pública; por ejemplo,
un Registrador es un funcionario de Hacienda en cuanto tiene
que liquidar impuestos y tasas; un Secretario de un Tribunal
158
es un funcionario de Hacienda en cuanto liquida las tasas judi­
ciales. De modo, pues, que la condición de funcionario de
Hacienda, de empleado de Hacienda, no quiere decir que sea
empleado del Ministerio de Hacienda, sino que es la función
la que determina la naturaleza del cargo. Eso justifica, por
ejemplo, que un Director de Administración en cualquier
Ministerio, en el Ministerio de la Defensa supongamos, tenga
que prestar una caución, — ¿por qué?— , porque es un empleado
de Hacienda.
Ahora bien; los empleados de Hacienda tienen su respon­
sabilidad como tales empleados, en primer lugar, porque todo
el Gobierno venezolano es responsable, como lo dice la Consti­
tución, y además, como lo dice también expresamente la
Constitución, porque el ejercicio del Poder Público acarrea
responsabilidad individual del funcionario por abuso de poder
o por violación de la Ley: en ese sentido, están en el mismo
clima, en el mismo nivel, de todos los funcionarios o empleados
públicos. Pero la responsabilidad individual del funcionario
no es sólo frente a los terceros, a los particulares, sino también
frente al Estado por los daños y perjuicios que le ocasione en
las gestiones del cargo y en la realización de sus deberes.
Además, también les incumbe otra responsabilidad muy parti­
cularizada, porque la Ley de la Hacienda la ha previsto de
manera expresa para estos empleados de Hacienda: hay toda
una Sección, disciplinada con unos diez artículos, en donde se
regula toda la responsabilidad de los empleados de Hacienda.
En primer término, se consagra una responsabilidad que yo
he llamado responsabilidad genérica del empleado de Hacienda,
que está contenida en el artículo 139 que dice: "Los empleados
de Hacienda independientemente de la responsabilidad criminal
en que puedan incurrir por los delitos y faltas que cometan en
el ejercicio de sus cargos, responden civilmente al Tesoro de
todos los perjuicios que causen por infracción de las leyes,
ordenanzas, reglamentos, e instrucciones, y por abuso, falta,
dolo, negligencia, impericia o imprudencia en el desempeño
de sus funciones”; es decir, una reiteración, pues, de la respon­
sabilidad extracontractual. Aquí está consagrada, como les
digo, la responsabilidad genérica de todos los empleados de
Hacienda, cualquiera sea su categoría: su responsabilidad penal
159
y su responsabilidad civil. Luego viene, en las disposiciones
sucesivas, la que yo denomino la responsabilidad especial de
estos empleados, en el sentido de que se le señala, a cada uno
de ellos en particular, la responsabilidad propia que deben
prestar en razón de sus funciones específicas; los que manejan
bienes, los que manejan especies fiscales, los administradores
y liquidadores de rentas nacionales, los agentes del Tesoro,
los ordenadores de pagos o sean los Ministros, el mismo Contra­
lor, el Sub-Contralor, el Primer Contador de la Sala de Centra­
lización, el Primer Examinador de la Sala de Examen, el Abo­
gado de la Contraloría y los Fiscales y los Inspectores de
Hacienda.
Pero yo creo que esta Sección III, que se denomina así,
justamente, “Responsabilidad de los empleados de Hacienda”,
del Capítulo VI del Título V denominado “Administración de
la Hacienda Pública Nacional”, no se ha aplicado nunca en
Venezuela. Esto ha sido letra muerta en nuestra legislación
positiva, no obstante ser una legislación enérgica, pues señala
precisamente los diversos hechos que comprometen la respon­
sabilidad civil del funcionario o empleado; por ejemplo, dispo­
ner gastos mayores de los autorizados en el Presupuesto o en
créditos adicionales; de modo que el Ministro que ordena gastos
por encima de las posibilidades presupuestarias, o cuando no
tiene créditos establecidos en el Presupuesto, está comprome­
tiendo su responsabilidad civil ante el Tesoro por el monto de
ese gasto ordenado: eso lo dice claro la Ley de la Hacienda;
y sin embargo, éste es un vicio de todos los días; el mismo
señor Contralor lo denuncia al Congreso en su Balance; pero
yo no tengo noticia de que alguna vez se haya exigido a un
Ministro su responsabilidad por este hecho, tan frecuente por
lo demás: éste es un aspecto de la ejecución pasiva del Presu­
puesto ciertamente, pero me ha parecido útil destacar este
ejemplo. Menos mal que — como lo dice el Código Civil —
las leyes no pueden derogarse sino por otras leyes; y no vale
alegar contra su observancia el desuso ni la costumbre o prác­
tica en contrario, por antiguos y universales que sean. Así, pues,
que cuando se apliquen estas disposiciones y, por tanto, se
haga responder a un Ministro ante el Tesoro civilmente de los
daños y perjuicios que le haya ocasionado como ordenador de
160
gastos, todos los demás funcionarios o empleados, cualquiera
sea su jerarquía, se cuidarán mucho en el desempeño de su
cargo. Esto me parece a mí claro. La disposición del artículo
139, que consagra la responsabilidad genérica de los empleados
de Hacienda, ha estado contemplada en todas nuestras Leyes
de Hacienda desde la Ley Cárdenas; pero tiene antecedentes
históricos, es una de las instituciones más remotas: corres­
ponde casi textualmente al artículo 15 de la Ley N? 307 del
28 de mayo de 1837. Y nos quejamos de que no tenemos legis­
lación, cuando ahí está consagrada esa responsabilidad civil
de estos funcionarios o empleados. ¿Por qué no se les ha
exigido? Ciento treinta años tiene esa norma de estar en el
Derecho Positivo Venezolano, consagratoria de la responsabi­
lidad penal y civil de los empleados de Hacienda, indicativa
al mismo tiempo de los elementos que comprometen esa res­
ponsabilidad; pero nunca se ha aplicado: que me perdone
entonces el señor Contralor cuando me atreva a disentir de su
criterio de que los poderes legales de que dispone son muy
limitados.
Para asegurar precisamente la responsabilidad civil, estos
empleados de Hacienda están en el deber de prestar caución.
El artículo 129 de la misma Ley de la Hacienda dice: “La cau­
ción se constituye para responder de las cantidades y bienes
que manejen dichos empleados y de los perjuicios que puedan
sobrevenir a la Nación por falta de cumplimiento de sus debe­
res, o por negligencia o impericia en el desempeño de sus fun­
ciones”. Quiero, pues, que saquemos la conclusión pronto:
el administrador, el liquidador, de una renta nacional que no
la recauda y que la deja prescribir (y tan fácil que es para el
Fisco interrumpir prescripciones), que no cumple su deber,
está violando la Ley y ocasionando con su violación un perjui­
cio al Fisco; luego está comprometiendo su responsabilidad
civil frente al Tesoro. Entonces, ¿por qué no se le ejecuta la
caución siquiera? El día en que se le ejecute la caución a uno,
yo creo que los demás se pondrían a recaudar en forma un poco
más diligente. Esto es una cuestión elemental, esto es cuestión
de sentido común, yo creo que no se necesite ser un experto
para afirmarlo.
Esta es una responsabilidad, desde el punto de vista de
su naturaleza, de típico corte extracontractual, legal, es la misma
161
Ley la que la consagra; el hecho, el supuesto, la génesis, la
fuente, de esa obligación es la violación de la Ley, el no cum­
plimiento de las funciones del cargo.

VI. Aspecto reparador dei control sobre la ejecución activa del


Presupuesto.
Recuerden, como les decía anteriormente, que estos funcio­
narios tienen el deber de hacer las gestiones necesarias para
que los contribuyentes o deudores paguen, en las Oficinas del
Tesoro en la oportunidad legal, las sumas liquidadas; y cobrar
judicialmente las cantidades liquidadas a cargo de los contri­
buyentes o deudores y que no hayan sido oportunamente
pagadas, de acuerdo con el artículo 4? de la Ley Orgánica de
la Hacienda Pública Nacional, o sea a través del procedimiento
ejecutivo.
Ahora bien; ¿cómo se haría para reparar esto, los perjui­
cios que esos funcionarios ocasionan al Fisco con esas
inconductas?
Yo creo que pueden seguirse diversos procedimientos.
En primer lugar y obviamente, exigiéndole al funcionario negli­
gente la responsabilidad civil. La propia Constitución comete
al Ministerio Público intentar las acciones a que hubiere lugar
para hacer efectiva la responsabilidad civil, penal, adminis­
trativa o disciplinaria en que hubieren incurrido los funcio­
narios públicos con motivo del ejercicio de sus funciones.
La negligencia en la recaudación es infracción de la Ley, que
ocasiona un perjuicio al Fisco: las cantidades liquidadas que
no hayan ingresado al Tesoro. El Fisco, para hacer efectiva
la responsabilidad civil del empleado de Hacienda negligente
no tiene que probar el dolo o la culpa de éste; le basta probar
su condición de empleado de Hacienda, es decir, de adminis­
trador o liquidador de una renta nacional, y que las cantidades
liquidadas por él no han ingresado al Tesoro. Y el empleado,
para eximirse de esta responsabilidad, deberá probar que ha
gestionado el cobro por todos los medios legales o que ha
obtenido de los contribuyentes o deudores las garantías que la
Ley ha previsto; pues éstas son las únicas causales eximentes
de la responsabilidad, admitidas por la Ley.
162
De otra parte, en la ley de la Hacienda está muy bien
disciplinada, al menos en forma muy pormenorizada, toda la
sistemática de la Contabilidad Fiscal. Dispone la Ley que las
Cuentas Fiscales se corten semestralmente y que dentro de los
sesenta días siguientes al respectivo semestre, los libros deben
enviarse a la Contraloría para su examen; esas cuentas corres­
ponden no solamente a los gastos públicos, sino también a los
ingresos públicos. Y la Sala de Examen entra a examinar esas
Cuentas y allí determinará si hay derechos pendientes de recau­
dación; en caso afirmativo las pasará a la Sala de Centralización
para que ésta haga lo que señalamos anteriormente: notificar
al Contralor y al Ministro de Hacienda para que se tomen las
medidas del caso. ¿Pero es que la Contraloría debe limitarse
a eso? No! Hay procedimientos mucho más efectivos y enér­
gicos previstos en la misma Ley. Recuerden que la Sala de
Examen tiene, entre otras atribuciones, las siguientes: “Hacer
los reparos a las cuentas — no solamente a las cuentas de gas­
tos, sino a las cuentas de ingresos — y dar traslado al funcio­
nario competente, de los recaudos del caso, para la instaura­
ción de los juicios correspondientes, conforme al procedimiento
establecido en esta Ley”: así lo dice el artículo 168 en su ordi­
nal 6° ¿Y cuál es el procedimiento para hacer estos reparos
y para tramitarlos? El artículo 419 de la misma Ley de la Ha­
cienda prevé expresamente que los reparos que se hagan a las
cuentas de las Oficinas de Administración de Rentas o a funcio­
narios sujetos a la jurisdicción de la Contraloría — entre otros
motivos — por falta de pago de rentas liquidadas, se tramitará
conforme al procedimiento allí establecido. Y será entonces,
al igual que cuando se le exige directamente la responsabilidad
civil al empleado negligente, cuando éste probará que éste
ha gestionado el cobro por todos los medios legales o que ha
obtenido de los contribuyentes o deudores morosos las garan­
tías del caso.
Además, entre las atribuciones y deberes de la Sala de
Control, está hacer cobrar administrativamente, y a falta de
pago judicialmente, los reparos que se hagan por la Sala de
Examen; y hacer efectivas las cauciones en favor de empleados
públicos cuando haya lugar a ello: así lo dice también el
artículo 172 de la misma Ley de la Hacienda en sus ordinales
163
A° y 5?. Pues bien, si la Sala de Examen determina, repito una
vez más, que hay este volumen de ingresos públicos liquidados
y no recaudados por los funcionarios liquidadores, debe formu­
larles los reparos correspondientes a dichos funcionarios, para
que la Sala de Control los haga efectivos, o al menos, para que
ejecute la caución que los ampara, pues a estas alturas será
materialmente difícil que los liquidadores puedan pagar 2.332
millones de bolívares pendientes de recaudación, aun cuando
ello legalmente pueda ser posible; es decir, hacer efectivas las
cauciones, para obtener por lo menos alguna indemnización al
Fisco del perjuicio que le ocasionan con no cumplir sus deberes.
De modo, pues, que, como pueden observar, no es un
problema de textos legales; yo creo que suficientes textos
legales tenemos; es un problema de interpretación y más que
todo de aplicación de esos textos. Por ello, — y que me dispense
una vez más mi atrevimiento el señor Contralor—, a mí me
parece un poco precipitada su afirmación de que son muy
limitados los medios legales de que dispone para reprimir
estas fallas en la recaudación de los ingresos públicos.
El señor Contralor dice también en el Informe: “Es evi­
dente que el fenómeno comentado — la falta de recaudación —
puede estar produciendo notables perjuicios para los intereses
del Fisco”. ¿Que puede?; pues claro que los ha ocasionado!
Eso es obvio; pero es que somos eufemistas, a nosotros nos
gusta decir las cosas con términos diplomáticos. Es un perjui­
cio ostensible para el Fisco la falta de recaudación de 2.332
millones de bolívares. Yo no sé cual “fenómeno” de esta natu­
raleza nos pueda ocasionar un perjuicio mayor. Por eso, a mí
me cuesta mucho creer que la Contraloría pueda decir que
“dispone de medios legales muy limitados para corregir. . .
vicios, fallas o deficiencias” en esta actividad. Que ejecute
siquiera las cauciones que tienen prestadas los administradores
y liquidadores de rentas nacionales; y verá el señor Contralor
que serán más diligentes en el futuro esos funcionarios.
Finalmente, convendría advertir que con cualquiera de
estas medidas que pudiera adoptar la Contraloría, este Orga­
nismo lo haría también en prevención de la responsabilidad
eventual que en estas materias pudiera incumbirles a algunos
altos funcionarios suyos; pues la misma Ley de la Hacienda
164
prevé que el Sub-Contralor, el Primer Contador de la Sala de
Centralización y el Primer Examinador de la Sala de Examen,
responden, según los casos: por negligencia u omisión en el
examen y fenecimiento de las cuentas, por no dar curso a los
reparos o no gestionar el procedimiento para satisfacer admi­
nistrativamente dichos reparos, y de los reparos que se hagan
a las cuentas después de declaradas conformes y otorgado fini­
quito: así lo dice expresamente dicha Ley en los ordinales 3?,
4? y 5? de su artículo 145.
Señores: les agradezco altamente su concurrencia y su
generosa atención. Muy buenas noches!

165
ANEXO N° 1*
Copia certificada de la transacción celebrada entre la República
de Venezuela y la Creole Petroleum Corporation y sus compa­
ñías subsidiarias y afiliadas, el 3 de febrero de 1967, en materia
de impuesto sobre la renta.

Ciudadano
Presidente del Tribunal Primero del Impuesto sobre la Renta
Su Despacho.
En conformidad con lo dispuesto en el artículo 218 del
Código de Procedimiento Civil, ruego respetuosamente a usted
tenga a bien ordenar se me expida por Secretaría, al pie de la
presente solicitud, copia certificada de los documentos que
corren a los folios 123, 125, 126, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 133,
134, 135, 136, 137 y 138 del Expediente N? 442, que cursó en el
Tribunal de su digno cargo, concluida como ha sido ya la causa
ventilada en él.
Pido se me devuelva original con sus resultas.
Justicia. Caracas, veintiséis de octubre de mil novecientos
sesenta y siete.
Florencio Contreras Quintero
C. de I. N? 253501
* Ver fotograbados de estos documentos, págs. 241-260.
166
TRIBUNAL PRIMERO DE IMPUESTO SOBRE LA RENTA.
JUZGADO DE SUSTANCIACION. - Caracas, veintiséis de octubre
de mil novecientos sesenta y siete. - 157? y 109? - Vista la soli­
citud contenida en el escrito que antecede el Tribunal acuerda
en conformidad. Expídanse por Secretaría las copias certifi­
cadas de los documentos que corren a los folios Nos. 123, 125,
126, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137 y 138.
El Juez Sustanciador,
(firma ilegible)
El Secretario,
(firma ilegible)

DANIEL CASTILLO HERNANDEZ, Secretario del Tribunal


Primero de Impuesto sobre la Renta, en aplicación analógica
de la norma contenida en el artículo 105 de la Ley de Registro
Público vigente y en acatamiento a lo dispuesto en el auto
anterior CERTIFICA: la autenticidad de la copia fotostàtica
que sigue, la cual es fiel y exacta de su original, documento
que corre inserto a los folios Nos. 123, 125, 126, 127, 128, 129,
130, 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137 y 138, del expediente N? 442,
contentivo de la apelación interpuesta por la Creole Petroleum
Corporation. De igual manera CERTIFICA; Que dicha copia
fué debidamente confrontada con el instrumento original por
la ciudadana Odilia Emmanuelli S., escribiente del Tribunal y
titular de la Cédula de Identidad N? 960.222, quien fué autori­
zada al efecto por el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez,
Juez Presidente de este Tribunal.
"la audiencia de hoy quince de marzo de mil novecientos sesenta
y siete, comparecen los ciudadanos Luis R. Casado Hidalgo,
Abogado sustituto del Procurador General de República en la
representación del Fisco Nacional conforme a oficio N? 1455 de
fecha 14 de marzo de 1967, que se acompaña para que sea
agregado a los autos; y René Lepervanchen Parparcén, Apode­
rado de la empresa apelante conforme poder que cursa en el
expediente, y exponen: "Consignamos para que sea incorporada
a los autos copia certificada de las transacciones suscritas
entre la República de Venezuela y la contribuyente. Pedimos
167
respetuosamente al Tribunal que, en ejecución de sus estipu­
laciones dé por terminado el presente juicio y ordene el
archivo del expediente”. Terminó, se leyó y conformes firman.
El Juez Sustanciador,
(firma ilegible)
Los Diligenciantes,
(Firmas ilegibles)
El Secretario,
(firma ilegible)
Eloy Lares Martínez, Procurador General de República,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 55 de la Ley
Orgánica de la Procuraduría General de la República, certifica
la autenticidad de la copia que a continuación se transcribe,
la cual es trasladado fiel y exacto de su original archivado en
el Despacho, y cuyo tenor es como sigue:

CONVENIO DE TRANSACCIONES

La República de Venezuela, que en lo adelante se desig­


nará "La República”, representada en este acto por el doctor
Eloy Lares Martínez, quien actúa en su carácter de Procurador
General de la República, debidamente autorizado por el Eje­
cutivo Nacional, por órgano del Ministro de Hacienda, según
consta en el Oficio N? H-29, de fecha 1? de febrero de 1967,
previo informe de la Contraloría General de la República,
contenido en Oficio N? D-218, de fecha 31 de enero de 1967,
por una parte, y por la otra, la "Creóle Petroleum Corporation”,
que en lo adelante se designará “La Creole”, compañía anó­
nima constituida de acuerdo con las leyes del Estado de
Delaware, Estados Unidos de América, debidamente domiciliada
en Venezuela, según consta de inscripciones efectuadas en el
Registro de Comercio que era llevado por el Juzgado de Co­
mercio del Distrito Federal, hoy denominado Registro Mercan­
til de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
168
Miranda, bajo el N? 238 del 11 de junio de 1923 y bajo el N?
225 del 17 de abril de 1928, representada en este acto por su
Presidente y apoderado, señor Leo E. Lowry, mayor de edad,
de este domicilio, con cédula de identidad N? E-8403, represen­
tación que ejerce según poder protocolizado en la Oficina Su­
balterna del Primer Circuito de Registro del Departamento
Libertador del Distrito Federal, el 14 de enero de 1965, bajo el
N? 9, folio 16 vto. del Protocolo Tercero Principal, Tomo 1?,
y sus compañías subsidiarias y afiliadas que a continuación se
mencionan, las cuales en lo adelante conjuntamente se deno­
minarán “sus compañías subsidiarias y afliadas”: Compañía
de Petróleo Lago, compañía anónima venezolana constituida
según consta de inscripción efectuada en el hoy denominado
Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda, bajo el N? 462 del 22 de noviembre
de 1934; Creole Investment Corporation, compañía anónima
constituida de conformidad con las leyes del Estado de Dela­
ware, Estados Unidos de América, debidamente domiciliada en
Venezuela, según consta de inscripción en el Registro Mercan­
til de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, bajo el N? 44, el 18 de septiembre de 1961, Tomo
27-A; Lago Investment Company, compañía anónima consti­
tuida de acuerdo con las leyes del Estado de Delaware, Estados
Unidos de América, debidamente domiciliada en Venezuela,
según consta de inscripción en el Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda,
bajo el N° 48, Tomo 26-A, el 6 de septiembre de 1961; Standard
Tankers (Bahamas) Company Limited, compañía anónima,
constituida de conformidad con las leyes de las Islas Bahamas;
y Esso Transport Company Inc. (antes denominada Panamá
Transport Company), compañía anónima constituida de acuerdo
con las leyes de la República de Panamá, estas dos últimas
compañías no domiciliadas en el país pero sí contribuyentes
del impuesto sobre la renta en Venezuela; representadas en este
acto por; a) el señor Leo E. Lowry, antes identificado, quien
es apoderado de la Compañía de Petróleo Lago, según poder
protocolizado en la Oficina Subalterna del Primer Circuito
de Registro del Departamento Libertador del Distrito Federal,
el 27 de enero de 1965, bajo el N? 20, folio 56 del Protocolo
Tercero, Tomo 2°; y apoderado de la Creole Investment Corpo-
169
ration, según poder protocolizado en la Oficina Subalterna del
Primer Circuito de Registro del Departamento Libertador del
Distrito Federal, el 14 de enero de 1965, bajo el N? 15, folio
38 del Protocolo Tercero, Tomo 2?; b) el señor Robert E. Mays,
mayor de edad, de este domicilio, con cédula de identidad
N? E-199.531, quien es apoderado de la Lago Investment Com­
pany, según poder protocolizado en la Oficina Subalterna del
Segundo Circuito de Registro del Departamento Libertador del
Distrito Federal, el 1? de agosto de 1963, bajo el N? 10, folio 26,
del Protocolo Tercero, Tomo 2?; y e ) el doctor Charles D. Evans,
mayor de edad, de este domicilio, con cédula de identidad
N? 3801143, quien es apoderado de la Standard Tankers (Baha­
mas) Company Limited, según poder protocolizado en la Ofi­
cina Subalterna del Segundo Circuito de Registro del Depar­
tamento Libertador del Distrito Federal, el 14 de septiembre
de 1964, bajo el N? 57, folio 149, del Protocolo Tercero, y apo­
derado de la Esso Transport Company, Inc. (antes denominada
Panamá Transport Company), según poder protocolizado en
la Oficina Subalterna del Segundo Circuito de Registro del
Departamento Libertador del Distrito Federal, el 3 de noviem­
bre de 1964, bajo el N? 39, folio 103 del Protocolo Tercero;
declaran:
1 -)
Por cuanto, con base en actas levantadas sobre los ejerci­
cios anteriores a 1966, se expidieron planillas de impuesto
sobre la renta a cargo de la Creole y de sus compañías subsi­
diarias y afiliadas, que se encuentran ante la Corte Suprema
de Justicia, los Tribunales 1? y 2° de Impuesto sobre la Renta,
o en proceso de tramitación o reconsideración administrativa,
actas y planillas que se identifican a título enumerativo en el
Anexo “A”, que se acompaña a este Convenio y firmado por
las partes constituye parte integrante del mismo.
2?)
Por cuanto, con base a actas levantadas sobre los ejerci­
cios comprendidos entre 1957 y 1965, ambos inclusive, se
expidieron igualmente planillas por concepto de impuesto
sobre la renta a cargo de la Creole, fundamentadas en estima­
no
ciones de oficio sobre los ingresos de dicha compañía, por
concepto de ventas de exportación de petróleo crudo y produc­
tos, planillas que han sido apeladas y que se encuentran deter­
minadas en el Anexo "B” que se acompaña a este Convenio
y firmado por las partes constituye parte integrante del mismo.

39 )
Por cuanto, la Administración General del Impuesto sobre
la Renta dictó resoluciones imponiendo multas a la Creole
que fueron liquidadas, las cuales han sido apeladas y se encuen­
tran identificados a título enumerativo en el Anexo “C” que se
acompaña a este Convenio y firmado por las partes constituye
parte integrante del mismo.
4?)
Por cuanto, por una parte, la República ha mantenido el
criterio de que el cobro de las planillas a que se refiere el
considerando 1? de este Convenio es procedente, y la Creole
y sus compañías subsidiarias y afiliadas, por otra parte, han
mantenido el criterio sobre la improcedencia del tal cobro,
expuesto ante la Administración General del Impuesto sobre
la Renta o ante los tribunales competentes, según el caso.

59 )
Por cuanto, en relación con las estimaciones de oficio
sobre ingresos de la Creole por concepto de ventas de exporta­
ciones de petróleo crudo y productos a que se refiere el consi­
derando 29) de este Convenio, la República ha declarado no
estar satisfecha con el nivel de precios recibido por la Creole
por cuanto considera que ese nivel estuvo por debajo del que
hubiere podido lograrse, tomando en cuenta las condiciones
imperantes en el mercado; y por su parte, la Creole ha hecho
constar que los precios de venta de exportación de los crudos
y productos por ella declarados, a los efectos de la liquidación
del impuesto sobre la renta, fueron los mejores precios obteni­
bles en el mercado y los que efectivamente recibió por dichas
ventas, y por ello son los únicos que deben servir de base para
171
la liquidación de dicho impuesto; y en cuanto a las bases esco­
gidas para la formulación de las estimaciones de oficio por pre­
cios de venta de exportación, la Creóle ha expresado además
su desacuerdo con las empleadas por considerar que no guar­
dan relación con las condiciones irnperantes en los mercados
a los cuales fueron exportados el petróleo crudo y los produc­
tos de la Creóle.
69)
Por cuanto, es intención de las partes poner fin a las
reclamaciones contenidas en las actas y planillas expedidas
con base a los citados reparos, estimaciones de oficio, multas
antes determinadas y otras reclamaciones, inclusive intereses,
que se pudieran derivar de tales actas y planillas, así como a
los reintegros que la Creóle y sus compañías subsidiarias y afi­
liadas pudieran tener derecho a reclamar por tales conceptos.
7?)
Por cuanto, es intención de las partes precaver cuales­
quiera otras eventuales reclamaciones que, por cualquier con­
cepto, provenientes de la aplicación de la Ley de Impuesto
sohre la Renta, en todos los ejercicios anteriores al de 1966,
pudiera hacer la República, fundada en derechos que tuviera
o pretendiera tener contra la Creóle y sus compañías subsi­
diarias y afiliadas, incluyendo los eventuales intereses que
pudieran recaer sobre el monto de las planillas que pudieran
liquidarse por los diversos conceptos anotados, así como los
reintegros que las citadas compañías pudieran reclamar por
tales conceptos contra el fisco Nacional;
se ha decidido efectuar las siguientes transacciones:

CAPITULO I: PRIMERA TRANSACCION


Cláusula Primera: la Creóle, por sí y por cuenta de sus
compañías subsidiarias y afiliadas, pagará a la República la
suma de sesenta y cinco millones de dólares de los Estados
Unidos de América (U.S. $ 65.000.000,oo), cuya equivalencia
a los sólos efectos previstos en la Ley de Monedas, calculada
172
al tipo de cambio de cuatro bolívares con cuarenta céntimos
(Bs. 4,40) por dólar, asciende a doscientos ochenta y seis
milones de bolívares (Bs. 286.000.000,oo).
El pago de la mencionada suma lo hacen la Creóle y sus
compañías subsidiarias y afiliadas y la República lo acepta
para transigir todas las reclamaciones ya formuladas a que se
refieren los considerandos de este Convenio numerados del
1? al 69 ambos inclusive; y dicho pago será hecho en tres por­
ciones iguales: la primera, a la firma de este Convenio, la
segunda y tercera a los nueve (9) y dieciocho (18) meses,
respectivamente, después de dicha firma, y a ese efecto se
liquidarán oportunamente las planillas correspondientes a
cargo de la Creóle.
Cláusula segunda: En cuanto a las actas y planillas de
liquidación identificadas en los Anexos “A”, “B” y “C” de este
Convenio y cualesquiera otras no identificadas en ellos, emi­
tidas, por concepto de impuesto sobre la renta, a cargo de la
Creóle o de sus compañías subsidiarias y afiliadas, en conside­
ración al pago estipulado en la Cláusula Primera, esta tran­
sacción tiene por efecto: primero, la terminación de los juicios
que cursan ante la Corte Suprema de Justicia y los Tribunales
19 y 2 9 de Impuesto sobre la Renta, y a ese efecto, las partes
presentarán copia certificada de este Convenio en los expe­
dientes respectivos; y segundo, la terminación de los procedi­
mientos que se encuentran en etapa de reconsideración o
tramitación administrativa, con la correspondiente anulación
en ambos casos de las respectivas planillas.

CAPITULO II: SEGUNDA TRANSACCION

Cláusula Primera: La Creóle pagará a la República, por sí


y por cuenta de sus compañías subsidiarias y afiliadas, la suma
de veinte millones de dólares de los Estados Unidos de Amé­
rica (U. S. $ 20.000. 000,oo) cuya equivalencia a los solos efec­
tos de la Ley de Monedas, calculada al tipo de cambio de cuatro
bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40) por dólar, asciende
a ochenta y ocho millones de bolívares (Bs. 88.000.000,oo).
173
El pago de las mencionadas sumas lo hace la Creóle por sí
y por cuenta de sus compañías subsidiarias y afiliadas y la
República lo acepta para transigir cualquier posible reclama­
ción a que se refiere el considerando 7?), que por aplicación
de la Ley de Impuesto sobre la Renta, en relación con los
ejercicios anteriores a 1966, por cualquier concepto pudiere
formularse a cargo de la Creóle o de sus compañías subsidiarias
o afiliadas, y para precaver todo litigio futuro al respecto; y
dicho pago será hecho en tres porciones iguales: la primera,
a la firma de este Convenio, la segunda y tercera a los nueve
(9) y dieciocho (18) meses, respectivamente, después de dicha
firma, y a ese efecto se liquidarán oportunamente las planillas
correspondientes a cargo de la Creóle.
Cláusula Segunda: Examinados los libros, registros y docu­
mentos pertinentes en lo que respecta a los ejercicios anteriores
a 1966, la República, en virtud de esta transacción y en conside­
ración al pago estipulado en la Cláusula Primera de esta Tran­
sacción, declara que nada más tiene que reclamar por razón
de estimaciones de oficio por precios de exportación de petró­
leo crudo y productos y por cualesquiera otros conceptos que
pudieran dar lugar, en dichos ejercicios a reparos por aplica­
ción de la Ley de Impuesto sobre la Renta, tanto contra la
Creóle como contra sus compañías subsidiarias y afiliadas.
Asimismo, dichas compañías declaran que nada más tienen
que reclamar por razón de solicitudes de reintegros en relación
a los ejercicios a que se refiere esta cláusula por concepto de
Impuesto sobre la Renta.

CAPITULO III: EJERCICIO 1966


Sin perjuicio de los pagos determinados en las dos trans­
acciones anteriormente estipuladas en este Convenio, y con
el objeto de precaver toda controversia respecto a precios,
por lo que se refiere al ejercicio 1966, se ha convenido en que
si el precio promedio de la totalidad de las ventas de expor­
tación de petróleo crudo y productos hechos por la Creóle en
el ejercicio 1966 fuere inferior a la cantidad de un dólar con
ocho mil ciento noventa y tres diezmilésimas de Dólar de los
174
Estados Unidos de América (US. $ 1,8193) por barril, la Admi­
nistración General de Impuesto sobre la Renta liquidará a la
Creóle una planila complementaria de impuesto por concepto
de estimación de oficio con base en el monto de la diferencia
y la Creóle hará el pago correspondiente. Si dicho precio prome­
dio del ejercicio 1966 fuere igual o superior, la liquidación se
hará sobre los precios efectivamente percibidos y no procederá
pago adicional alguno ni estimación de oficio o reparo por
concepto de precios.

CAPITULO IV: ESTIPULACIONES FINALES

Primera: La República y la Creole y sus compañías subsi­


diarias y afiliadas hacen constar que se reservan los derechos
que les corresponden para sostener sus puntos de vista jurí­
dicos en la materia objeto de este Convenio respecto a los ejer­
cicios posteriores a los comprendidos en las presentes transac­
ciones.
Segunda: Las dudas y controversias de cualquier naturaleza
que puedan suscitarse con respecto a este Convenio y que no
puedan ser resueltas amigablemente por las partes contratantes,
serán decididas por los Tribunales competentes de Venezuela,
sin que por ningún motivo ni causa puedan ser origen de recla­
maciones extranjeras.
Se hacen siete ejemplares de un mismo tenor y a un solo
efecto, en Caracas, el tres (3) de febrero de mil novecientos
sesenta y siete.
(Fdos.)
Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays.

175
ANEXO "A"
Pág. 1 de 3
CREOLE PETROLEUM CORPORATION O SUS COMPAÑIAS SUBSI­
DIARIAS O AFILIADAS
ACTAS Y PLANILLAS QUE SE ENCUENTRAN ANTE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA, LOS TRIBUNALES DEL IMPUESTO SOBRE
LA RENTA, O EN PROCESO DE TRAMITACION
O RECONSIDERACION ADMINISTRATIVA

CREOLE PETROLEUM CORPORATION


EN CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
ACTAS PLANILLAS DE
FISCALES LIQUIDACION
N? Fecha N? Fecha
Ejercicio 1955 4 18-5-61 200.030 6-6-61
1956 2 4-6-62 200.059 19-6-62
1957 2 29-6-62 200.095 7-8-62
EN TRIBUNAL U
Ejercicio 1952 3-A 19-1-62 200.005 16-2-62
1953 3-A 2-3-62 200.027 22-3-62
1956 1-A 25-10-62 200.139 15-11-62
1956 5 27-3-63 200.048 10-5-63
1957 4 27-3-63 200.049 10-5-63
1958 1 3-7-62 490.030 9-8-62
1959 1 29-6-62 490.031 9-8-62
1960 1 29-6-62 490.032 9-8-62 .
1961 1 29-6-62 490.033 9-8-62
EN TRIBUNAL 2?
Ejercicio 1955 7 27-3-63 200.102 9-8-63
EN PROCESO DE TRAMITA­
CION O RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA.
Ejercicio 1951 2-A 19-1-62 200.042 13-7-66
1955 5-A 22-7-65 200.097 30-8-66
1955 6 30-5-61 200.068 28-9-64
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays.
176
ANEXO "A”
Pág. 2 de 2
EN PROCESO DE TRAMITA­
CION O RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA.
ACTAS PLANILLAS DE
FISCALES LIQUIDACION
N? Fecha N? Fecha
Ejercicio 1956 1 7-9-65 200.062 8-10-65
1956 4-A 20-7-65 200.044 13-9-65
1957 1 26-8-65 200.088 25-11-65
1957 5 20-7-65 200.037 2-9-65
1957 6 y 6-A 31-8-65 200.089 25-11-65
1958 2 31-3-64 490.028 6-5-64
1958 4 28-3-66 490.060 28-3-66
1958 5 26-1-65 490.000 18-1-66
1958 6 8-2-65 490.001 18-1-66
1958 7 8-2-65 490.002 18-1-66
1958 8 17-3-65 490.003 18-1-66
1959 2 25-2-65 490.140 25-10-65
1959 3 25-2-65 490.141 25-10-65
1959 4 25-2-65 490.142 25-10-65
1959 5 25-2-65 490.143 25-10-65
1959 6 25-2-65 490.144 25-10-65
1959 7 31-3-65 490.145 25-10-65
1960 2 12-8-65 490.137 20-10-65
1960 3 13-8-65 490.138 20-10-65
1960 4 12-8-65 490.139 20-10-65
1960 5 31-12-65 490.024 27-1-66
1960 9 31-3-66 490.100 30-5-66
1961 2 7-6-66 490.150 30-8-66
1961 3 10-6-66 490.151 30-8-66
1961 4y5 26-12-66 490.199 28-12-66
1962 2 y3 26-12-66 490.181 28-12-66
1963 1y2 26-12-66 490.187 28-12-66
1964 1 y2 26-12-66 490.191 28-12-66
1965 1 y2 26-12-66 490.195 28-12-66
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays.

177
ANEXO “A"
Pdg. 3 de 3
ACTAS DE REQUERIMIENTO
FISCAL SOBRE RETENCION
DE IMPUESTO.
ACTAS PLANILLAS DE
FISCALES LIQUIDACION
N? Fecha N? Fecha
Ejercicio 1957 s/n 23-2-66
1960 s/n 23-2-66
COMPAÑIA DE PETROLEO LAGO
EN PROCESO DE TRAMITA­
CION O RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA.
Ejercicio 1959 1 31-3-65
1960 1 23-2-66 490.071 274-66
STANDARD TANKERS (BAHAMAS)
COMPANY, LIMITED
Ejercicio 1964 Reintegro solicitado
* Esta acta resultó en crédito por incluir reintegro.
Fdos.) - Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays

ANEXO "B"
CREOLE PETROLEUM CORPORATION
ESTIMACIONES DE OFICIO SOBRE INGRESOS POR CONCEPTO DE
VENTAS DE EXPORTACION DE PETROLEO CRUDO Y PRODUCTOS
ACTAS PLANILLAS DE
FISCALES LIQUIDACION
N? Fecha N? Fecha
1957 8 27-6-63 200066 28-6-63
1958 3 27-5-64 490084 9-7-64
1958 3-B 27-12-66 490203 28-12-66
1959 9-B 27-12-66 490177 28-12-66
1960 6-A 27-12-66 490179 28-12-66
1961 6 27-12-66 490201 28-12-66
1962 4 27-12-66 490183 28-12-66
1963 3 27-12-66 490189 28-12-66
1964 3 27-12-66 490193 28-12-66
1965 3 27-12-66 490197 28-12-66
Fdos.) - Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays
ANEXO "C"

CREOLE PETROLEUM CORPORATION


RESOLUCIONES DE IMPOSICION DE MULTAS
ACTAS ORIGEN PLANILLAS DE
DE MULT.AS LIQUIDACION
N? Fecha N? Fecha
Ejercicio 1958 3-B 27-12-66 490204 28-12-66
1959 9-B 27-12-66 490178 28-12-66
1960 6-A 27-12-66 490180 28-12-66
1961 3 10-6-66 490152 30-8-66
1961 4 V 5 26-12-66 490200 28-12-66
1961 6 27-12-66 490202 28-12-66
1962 2 y 3 26-12-66 490182 28-12-66
1962 4 27-12-66 490184 28-12-66
1963 2 26-12-66 490188 28-12-66
1963 3 27-12-66 490190 28-12-66
1964 2 26-12-66 490192 28-12-66
1964 3 27-12-66 490194 28-12-66
1965 2 26-12-66 490196 28-12-66
1965 3 27-12-66 490198 28-12-66
Fdos.) - Eloy Lares Martínez - Leo E. Lowry - Charles Evans - R. E. Mays
Caracas, veintitrés de febrero de mil novecientos sesenta y siete.
ELOY LARES MARTINEZ
Procurador General de la República

TRIBUNAL PRIMERO DE IMPUESTO SOBRE LA RENTA


Caracas, dieciseis de marzo de mil novecientos sesenta y siete.
157? y 109?
Vista la diligencia de fecha quince de los corrientes, estampada
por los ciudadanos doctores Luis R. Casado Hidalgo y René
Lepervanche Parparcén, el primero en su carácter de repre­
sentante del Fisco Nacional, según se desprende de Oficio-poder
N? 1455, de fecha 14-3:67, y el segundo con el carácter de apo­
derado de la apelante, conforme poder que cursa en el expe­
179
diente, por la cual solicitan de este Tribunal declare terminado
el presente juicio en virtud de la transacción verificada en
fecha tres de febrero del presente año, entre la República de
Venezuela y la contribuyente Creole Petroleum Corporation,
según se desprende de copia certificada del convenio de tran­
sacción consignada en el mismo acto, este Tribunal DECLARA:
Dése por terminado el presente juicio y en consecuencia precé­
dase como en sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada,
de conformidad con lo establecido por los artículos 1.713 y
1.718 del Código Civil. Archívese el expediente en su oportunidad
El Juez Presidente,
(firma ilegible)
Los Vocales,
(firmas ilegibles)
El Secretario,
(firma ilegible)
Caracas, veintiséis de octubre de mil novecientos sesenta y siete.
El Secretario,
(firma ilegible)”
Las presentes actuaciones se devolvieron a su solicitante en
dieciseis (16) Folios útiles en esta misma fecha.
El Secretario,
(firma ilegible)

180
ANEXO N» 1-A*
Copia certificada de la transacción celebrada entre la República
de Venezuela y la Compañía Shell de Venezuela Ltd. y las
Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell, el 3 de febrero de
1967, en materia de impuesto sobre la renta.

Ciudadano
Presidente del Tribunal Primero del Impuesto sobre la Renta
Su Despacho.
En conformidad con lo dispuesto en el artículo 218 del
Código de Procedimiento Civil, ruego respetuosamente a usted
tenga a hien ordenar se me expida por Secretaría, al pie de la
presente solicitud, copia certificada de los documentos que
corren a los folios 185, 187, 188, 189, 190, 191, 192, 193, 194, 195,
196, 197, 198, 199, 200, 201, 202, 203, 204, 205, 206 y 207 del
Expediente N? 302, que cursó en el Tribunal de su digno cargo,
concluida como ha sido ya la causa ventilada en él.
Pido se me devuelva original con sus resultas.
Justicia. Caracas, veintiséis de octubre de mil novecientos
sesenta y siete.
Florencio Contreras Quintero
C. de I. N? 253501
* Ver fotograbados de estos documentos, págs. 261-288.
181
TRIBUNAL PRIMERO DE IMPUESTO SOBRE LA RENTA
JUZGADO DE SUSTANCIACION. - Caracas, veintiséis de octu­
bre de mil novecientos sesenta y siete. 157? y 109? - Vista la
solicitud contenida en el escrito que antecede el Tribunal
acuerda en conformidad. Expídanse por Secretaría las copias
certificadas de los documentos que corren a los folios Nos.
185, 187, 188, 189, 190, 191, 192, 193, 194, 195, 196, 197, 198, 199,
200, 201, 202, 203, 204, 205, 206 y 207.
El Juez Sustanciador,
(firma ilegible)
El Secretario,
(firma ilegible)

DANIEL CASTILLO HERNANDEZ, Secretario del Tribunal


Primero de Impuesto sobre la Renta, en aplicación analógica
de la norma contenida en el artículo 105 de la Ley de Registro
Público vigente y en acatamiento a lo dispuesto en el auto
anterior CERTIFICA: La autenticidad de la copia fotostàtica
que sigue, la cual es fiel y exacta de su original, documento
que corre inserto a los folios Nos. 185, 187, 188, 189, 190, 191,
192, 193, 194, 195, 196, 197, 198, 199, 200, 201, 202, 203, 204, 205,
206, y vuelto y 207 del expediente N? 302, contentivo de la
apelación interpuesta por la Compañía Shell de Venezuela
Ltd. De igual manera CERTIFICA: Que dicha copia fue debi­
damente confrontada con el instrumento original por la ciuda­
dana Odilia Emmanuelli S., escribiente del Tribunal y titular
de la Cédula de Identidad N? 960.222, quien fue autorizada al
efecto por el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez, Juez Presi­
dente de este Tribunal.
"En la audiencia de hoy, diez de marzo de mil novecientos se­
senta y siete, comparecieron los ciudadanos doctores Luis R.
Casado Hidalgo y José Muci Abraham, hijo. El Dr. Luis R. Ca­
sado Hidalgo expuso: "Consigno para que sea agregado a los
autos. Oficio-poder N? 1357, de fecha 10 de marzo de 1967, el cual
acredita la representación que legalmente ejerzo del Fisco
Nacional”. Seguidamente los doctores Luis R. Casado Hidalgo
182
y José Muci Abraham, hijo, con los respectivos caracteres que
tienen en autos, expusieron: "Consignamos para que sea agre­
gada a los autos, copia certificada de la transacción celebrada
por el Fisco Nacional y la contribuyente. Pedimos al Tribunal
que, conforme a sus estipulaciones, ponga fin al presente juicio
y ordene archivar este expediente”. Terminaron, se leyó y con­
formes firman.
El Juez Sustanciador,
(firma ilegible)
Los Exponentes,
(firmas ilegibles)
El Secretario,
(firma ilegible)
Eloy Lares Martínez, Procurador General de la República, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 55 de la Ley Orgá­
nica de la Procuraduría General de la República, certifica la
autenticidad de la copia que a continuación se transcribe, la
cual es trasladado fiel y exacto de su original archivado en el
Despacho, y cuyo tenor es como sigue:

CONVENIO DE TRANSACCIONES

La República de Venezuela, que en lo adelante se denomi­


nará "la República” representada en este acto por el doctor
Eloy Lares Martínez, quien actúa en su carácter de Procurador
General de la República, debidamente autorizado por el Eje­
cutivo Nacional, por órgano del Ministro de Hacienda, según
consta en el Oficio N? H-29 de fecha 1? de febrero de 1967,
previo informe de la Contraloría General de la República
contenido en Oficio N? D-219 de fecha 31 de enero de 1967,
por una parte, y por la otra, la Compañía Shell de Venezuela
Ltd., que en lo adelante se denominará “la CSV”, constituida
de acuerdo con las leyes de la Provincia de Ontario, Canadá,
debidamente domiciliada en Venezuela según consta de inscrip­
183
ción efectuada en el hoy denominado Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda,
bajo el N? 278 del Tomo 1-A, el 26 de Mayo de 1953, repre­
sentada en este acto por su Vice-Presidente y apoderado, señor
Jan Joest de Liefde, mayor de edad, de este domicilio, con
Cédula de Identidad N? E-911.785, representación que ejerce
según poder protocolizado en la Oficina Subalterna de Registro
del Distrito Sucre del Estado Miranda, el 1? de septiembre de
1964, bajo el N? 52, folio 154 vto. del Protocolo Tercero, Tomo
2?, e inscrito en el citado Registro Mercantil el 8 de septiembre
de 1964, bajo el N? 146, Tomo 7-C y las compañías del Grupo
Royal Dutch/Shell que a continuación se mencionan, las cua­
les en lo adelante conjuntamente se denominarán “Compañías
del Grupo Royal Dutch/Shell”: Venezuelan Eagle Oil Com­
pany Limited, compañía anónima británica, con domicilio en
Nassau, Bahamas, Islas Occidentales; Británicas; Shell Carib­
bean Petroleum Company, compañía anónima norteamericana,
domiciliada en Venezuela, según inscripción en el Registro
Mercantil arriba citado, el 5 de diciembre de 1950, bajo el
N? 1353, Tomo 5-A; N.V. Curacaosche Scheepvaart Maatschappij
compañía anónima holandesa con domicilio en Curacao, Anti­
llas Holandesas; The Shell Petroleum Company Limited, com­
pañía anónima inglesa, con domicilio en Londres, Inglaterra;
Shell International Marine Limited, compañía anónima inglesa
con domicilio en Londres, Inglaterra; Asiatic Petroleum Corpo­
ration, compañía anónima norteamericana, constituida según
las Leyes del Estado de Delaware, con oficina principal y lugar
de negocios en Nueva York, Estados Unidos de América; The
Colon Development Company Limited, compañía anónima in­
glesa, con domicilio en Londres, Inglaterra; Colon Oil Company
Limited, sociedad anónima canadiense y domiciliada en Vene­
zuela, según inscripción en el Registro Mercantil arriba citado,
el 10 de febrero de 1958, bajo el N? 9 del Tomo 12-A; Societé
Maritime Shell, compañía anónima francesa, con domicilio en
París, Francia; Shell Tankers Limited, compañía anónima in­
glesa con domicilio en Londres, Inglaterra; las cuales están
representadas en este acto por: a) el doctor Manuel Reyna,
abogado, venezolano, mayor de edad y de este domicilio, con
Cédula de Identidad N? 24083, quien es apoderado de Venezuelan
184
Eagle Oil Company Limited, según mandato anotado el 12 de
julio de 1963, bajo el N? 6, folio 6, Tomo 6° del Libro de Pode­
res llevado por la Notaría Pública Tercera de Caracas; apo­
derado de Shell Caribbean Petroleum Company, según mandato
protocolizado en la Oficina Subalterna del Registro del Primer
Circuito del Departamento Libertador del Distrito Federal, el
30 de octubre de 1963, bajo el N? 10, folio 18, Protocolo 3°,
Tomo 2?; apoderado de N. V. Curacaosche Scheepvaart Maats-
chappij, según mandato anotado el 11 de julio de 1963, bajo el
N? 54, folio 131 al 133, tomo 6? del Libro de Poderes llevado por
la Notaría Pública Primera de El Recreo; apoderado de The
Shell Petroleum Company Limited, según mandato anotado
el 16 de julio de 1964, bajo el N? 76, folio 97, Tomo 3° del libro
de Poderes llevado por la Notaría Pública Tercera de El
Recreo; apoderado de Shell International Marine Limited,
según mandato protocolizado en la Oficina Subalterna de
Registro del Distrito Sucre del Estado Miranda, el 29 de julio
de 1964, bajo el N“ 36, folio 82 vto. Protocolo 3°, Tomo 1°; y
apoderado de Asiatic Petroleum Corporation, según mandato
anotado el 10 de enero de 1964, bajo el N? 2, folio 2 vto. Tomo
1? del Libro de Poderes llevado por la Notaría Pública Tercera
de El Recreo; b) el doctor José Muci Abraham hijo, abogado,
venezolano, mayor de edad y de este domicilio, con Cédula de
Identidad N" 350056, quien es apoderado de Colon Oil Company
Limited, compañía que en este acto actúa por sus propios
derechos y como sucesora de The Colon Development Company
Limited, mandato anotado el 30 de mayo de 1963, bajo el
N“ 27, folio 46, Tomo 1? del Libro de Poderes llevado por la
Notaría Pública Cuarta de Caracas; apoderado de Societé
Maritime Shell, según mandato anotado el 6 de octubre de 1965,
bajo el Nv 2, folio 5, Tomo 5- del Libro de Poderes llevado por
la Notaría Pública Tercera de El Recreo; y c) el doctor Daniel
Bendahan, abogado, venezolano, mayor de edad y de este
domicilio, con Cédula de Identidad 2892, quien es apoderado
de Shell Tankers Limited, según mandato anotado el 22 de
diciembre de 1966, bajo el N? 10, folio 52, Tomo 14 del Libro
de Poderes llevado por el Notario Público Primero de El
Recreo; declaran:

185
1^)
Por cuanto, con base en actas levantadas sobre los ejerci­
cios anteriores a 1966 se expidieron planillas de impuesto sobre
la renta, y también se expidieron planillas por otras liquida­
ciones complementarias, a cargo de la CSV y de las Compañías
del Grupo Royal Dutch/Shell, que se encuentran ante la Corte
Suprema de Justicia, los Tribunales de Impuesto sobre la
Renta, o en proceso de tramitación o reconsideración adminis­
trativa, planillas que se identifican a título enumerativo en el
Anexo "A”, que se acompaña a este convenio y firmado por
las partes constituye parte integrante del mismo.
2?)
Por cuanto, con base a actas levantadas sobre los ejer­
cicios comprendidos entre 1957 y 1965, ambos inclusive, se
expidieron igualmente planillas por concepto de impuesto
sobre la renta a cargo de la CSV y de las Compañías del
Grupo Royal Dutch/Shell, fundamentadas en estimaciones de
oficio sobre los ingresos de dichas compañías, por concepto de
venta de exportación de petróleo crudo y productos, planillas
que han sido apeladas y que se encuentran determinadas en
el Anexo "B” que se acompaña a este convenio y firmado por
las partes constituye parte integrante del mismo.
39)
Por cuanto, la Administración General del Impuesto sobre
la Renta dictó resoluciones imponiendo multas a la CSV y a
las Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell que fueron liqui­
dadas, las cuales han sido apeladas o se encuentran en recurso
de gracia, identificadas a título enumerativo en el Anexo "C”
que se acompaña a este convenio y firmado por las partes
constituye parte integrante del mismo.
4?)
Por cuanto, por una parte, la República ha mantenido
el criterio de que el cobro de las planillas a que se refiere el
considerando 1?) de este convenio es procedente, y la CSV y
186
Compañías del Grapo Royal Dutch/Shell por otra parte, han
mantenido el criterio sobre la improcedencia de tal cobro,
expuesto ante la Administración General del Impuesto sobre
la Renta o ante los tribunales competentes, según el caso.

59)
Por cuanto, en relación a las estimaciones de oficio sobre
ingresos de la CSV y de las Compañías del Grupo Royal Dutch/
Shell por concepto de ventas de exportaciones de petróleo
crudo y productos a que se refiere el considerando 2?) de este
convenio, la República ha declarado no estar satisfecha con
el nivel de precios recibidos por ellas por cuanto considera
que ese nivel estuvo por debajo del que hubiera podido lograrse
tomando en cuenta las condiciones imperantes en el mercado;
y por su parte, la CSV y Compañías del Grupo Royal Dutch/
Shell han hecho constar que los precios de venta de exportación
de los crudos y productos por ellas declarados a los efectos
de la liquidación del impuesto sobre la renta, fueron precios
de mercado y los que efectivamente recibieron por dichas
ventas, y por ello son los únicos que deben servir de base
para la liquidación de dicho impuesto; y en cuanto a las bases
escogidas para la formulación de las estimaciones de oficio
por precios de venta de ex,portación, la CSV y Compañías del
Grupo Royal Dutch/Shell han expresado además su desacuerdo
con las empleadas, por considerar que no guardan relación
con las condiciones imperantes en los mercados a los cuales
exportaron el petróleo crudo y los productos.

6?)
Por cuanto, es intención de las partes poner fin a las
reclamaciones contenidas en las planillas expedidas con base
a los citados reparos, estimaciones de oficio, multas antes
determinadas y otras reclamaciones, inclusive intereses que
se pudieran derivar de tales planillas, así como a los rein­
tegros que la CSV y las Compañías del Grupo Royal Dutch/
Shell pudieran tener derecho a reclamar por tales conceptos.

187
7?)
Por cuanto es intención de las partes precaver cuales­
quiera otras eventuales reclamaciones que, por cualquier
concepto, provenientes de la aplicación de la Ley de Impuesto
sobre la Renta, en todos los ejercicios anteriores al de 1966,
pudiera hacer la República, fundadas en derechos que tuviera
o pretendiera tener contra la CSV y las Compañías del Grupo
Royal Dutch/Shell, incluyendo los eventuales intereses que
pudieran recaer sobre el monto de las planillas liquidadas por
los diversos conceptos anotados, así como los reintegros que
las citadas compañías pudieran reclamar por tales conceptos
contra el Fisco Nacional; se estima conveniente efectuar las
siguientes transacciones:

CAPITULO I: PRIMERA TRANSACCION

Cláusula Primera: La CSV, por sí y por cuenta de las Com­


pañías del Grupo Royal Dutch/Shell, pagará a la República
la suma de treinta millones de dólares de los Estados Unidos
de América (U. S. $ 30.000.000,oo), cuya equivalencia a los
solos efectos previstos en la Ley de Monedas, calculada al tipo
de cambio de cuatro bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40)
por dólar, asciende a ciento treinta y dos millones de bolívares
con oo/lOO (Bs. 132.000.000,oo). Dicho pago será hecho en tres
porciones iguales: la primera, a la firma de este convenio, la
segunda y tercera a los nueve (9) y dieciocho (18) meses,
respectivamente, después de dicha firma, a cuyo efecto se
liquidarán oportunamente las planillas correspondientes a cargo
de la CSV.
La CSV pagará asimismo a la República, por sí y por
cuenta de las Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell, de
acuerdo con el progreso de las obras que, según se establece
más adelante, la República se propone construir en interés
de la explotación petrolera y del desarrollo de las regiones en
que dicha explotación se lleva a cabo, la suma de quince millo­
nes quinientos mil dólares de los Estados Unidos de América
(U. S. $ 15.500.000,oo) cuya equivalencia también a los solos
188
efectos de lo previsto en la Ley de Monedas, al tipo de cambio
de cuatro bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40) por
dólar, asciende a sesenta y ocho millones doscientos mil bolí­
vares con oo/lOO (Bs. 68.200.000,oo).
Los pagos parciales que conforme al aparte anterior,
deberá efectuar la CSV de acuerdo con el progreso de las men­
cionadas obras se harán conforme a planillas de liquidación
emitidas a su cargo por el monto en bolívares calculado al
susodicho tipo de cambio de cuatro bolívares con cuarenta
céntimos (Bs. 4,40) por dólar de los Estados Unidos de Amé­
rica, que guarde con el costo de la parte de obra ejecutada
la misma relación que exista entre el pago total de quince
millones quinientos mil dólares de los Estados Unidos de
América (U. S. $ 15.500.000,oo) que deberá efectuar la CSV
según esta misma estipulación y el costo total de las referidas
obras. Dichas planillas serán emitidas a cargo de la CSV en la
oportunidad en que las respectivas valuaciones de obras hayan
sido conformadas por el Ingeniero Inspector del Despacho
correspondiente.
Los pagos a que se refiere esta cláusula los hacen la CSV
y Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell y la República los
acepta para transigir todas las reclamaciones ya formuladas
a que se refieren los considerandos de este convenio numerados
del 1? al 6? ambos inclusive.
Las obras que hará la República a las cuales se refiere
esta Cláusula, cuyo valor total se estima en una suma no menor
de ciento treinta y seis millones cuatrocientos mil bolívares
(Bs. 136.400.000,oo) equivalentes al tipo de cambio de cuatro
bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40) por dólar a la canti­
dad de treinta y un millones de dólares de los Estados Unidos
de América (U. S. $ 31.000.000,oo), serán las siguientes: a) gas-
ductos y planta de compresores ubicados en la cuenca del Lago
de Maracaibo, todo por un valor de setenta y nueve millones
doscientos mil bolívares (Bs.79.200.000,oo); y b) carretera en
los Distritos Bolívar y Baralt del Estado Zulia, u otras obras
públicas, todo por un valor de cincuenta y siete millones dos­
cientos mil bolívares (Bs. 57.200.000,oo). El costo en bolívares
de dichas obras se incluirá en los correspondientes presupues­
tos de la República, y su ejecución será contratada de confor­
midad con la Ley.
189
Cláusula Segunda: En cuanto a las planillas de liquidación
identificadas en los Anexos "A”, “B ” y "C" de este convenio
y cualesquiera otras no identificadas en ellos, emitidas por
concepto de Impuesto sobre la Renta a cargo de la CSV y
Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell, en consideración al
pago estipulado en la cláusula anterior, esta transacción tiene
por efecto: primero, la terminación de los juicios que cursen
ante la Corte Suprema de Justicia y los Tribunales 1? y 2° de
Impuesto sobre la Renta, y a ese efecto, las partes presentarán
copia certificada de este convenio en los expedientes respec­
tivos; y segundo, la terminación de los procedimientos que se
encuentran en etapa de reconsideración o tramitación admi­
nistrativa, con la correspondiente anulación en ambos casos
de las respectivas planillas.

CAPITULO II. SEGUNDA TRANSACCION

Cláusula Primera: La CSV pagará a la República, por sí


y por cuenta de las Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell,
la suma de diez millones de dólares de los Estados Unidos de
América (U. S. $. 10.000.000,oo), cuya equivalencia a los solos
efectos previstos en la Ley de Monedas, calculada al tipo de
cambio de cuatro bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40)
por dólar, asciende a cuarenta y cuatro millones de bolívares
(Bs. 44.000.000,oo).
Dicho pago se hará en tres porciones iguales: la primera,
a la firma de este convenio, la segunda y tercera a los nueve
(9) y dieciocho (18) meses, respectivamente, después de dicha
firma, a cuyo efecto se liquidarán oportunamente las planillas
correspondientes a cargo de la CSV.
El pago de la mencionada suma lo hace la CSV por sí y
por cuenta de las Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell
y la República lo acepta para transigir cualquier posible recla­
mación, a que se refiere el considerando 7°, que por aplicación
de la Ley de Impuesto sobre la Renta, en relación con los
ejercicios anteriores a 1966, por cualquier concepto pudiere
190
formularse a cargo de la CSV o de las Compañías del Grupo
Royal Dutch/Shell y para precaver todo litigio futuro al
respecto.
Cláusula Segunda: Examinados los libros, registros y
documentos pertinentes, en lo que respecta a los ejercicios
anteriores a 1966, la República, en virtud de esta transacción
y en consideración al pago estipulado en la cláusula anterior,
declara que nada más tiene que reclamar por razón de estima­
ciones de oficio por precios de exportación de petróleo crudo
y productos, y por concepto de ingresos, costos, deducciones,
desgravámenes, rebajas de impuesto, multas, liquidaciones
complementarias y cualesquiera otros que pudieran dar lugar,
en dichos ejercicios a reparos por aplicación de la Ley de
Impuesto sobre la Renta, tanto contra la CSV como contra las
Compañías del Grupo Royal Dutch/Shell. Por su parte, dichas
Compañías declaran que nada más tienen que reclamar por
razón de solicitud de reintegros en relación a los ejercicios
a que se refiere esta cláusula, por concepto de impuesto sohre
la renta, con excepción del reintegro a que se refiere el
Anexo "D”.

CAPITULO III. EJERCICIO 1966

Sin perjuicio de los pagos determinados en las dos transac­


ciones anteriormente estipuladas en este Convenio, y con el
objeto de precaver toda controversia respecto a precios, por
lo que se refiere al ejercicio 1966, se ha convenido en que si
el precio promedio de la totalidad de las ventas de exportación
de petróleo crudo y productos hechas por la CSV en el ejer­
cicio 1966 fuere inferior al precio promedio computado de
acuerdo con los precios de venta para la exportación realizados
para crudos y productos similares durante 1965, aplicados a
los volúmenes correspondientes a las exportaciones de 1966,
la Administración General del Impuesto sobre la Renta liqui­
dará a la CSV una planilla complementaria con base en el
monto de la diferencia y la CSV hará el pago correspondiente
por concepto de Impuesto sobre la Renta. Si dicho precio
191
promedio del ejercicio 1966 fuere igual o superior, el impuesto
se liquidará con base al expresado promedio del ejercicio 1966,
y no procederá pago adicional alguno por concepto de precios.
En todo caso no procederá estimación de oficio o reparo por
concepto de precios.
Igualmente y por las mismas razones se conviene en que
si el precio promedio de la totalidad de las ventas de expor­
tación de productos hechas por la Asiatic Petroleum Corpo­
ration en el ejercicio 1966 fuere inferior al precio promedio
computado de acuerdo con los precios de ventas para la expor­
tación realizados para productos similares durante 1965, apli­
cados a los volúmenes correspondientes a las exportaciones
de 1966, la Administración General del Impuesto sobre la
Renta liquidará a dicha compañía una planilla complemen­
taria con base en el monto de la diferencia y la citada com­
pañía hará el pago correspondiente por concepto de Impuesto
sobre la Renta. Si dicho precio promedio del ejercicio 1966
fuere igual o superior, el impuesto se liquidará con base al
expresado promedio del ejercicio 1966, y no procederá pago
adicional alguno por concepto de precios. En todo caso no
procederá estimación de oficio o reparo por concepto de
precios.

CAPITULO IV. ESTIPULACIONES FINALES

Primera: La República, y la CSV y Compañías del Grupo


Royal Dutch/Shell hacen constar que se reservan los derechos
que les corresponden para sostener sus puntos de vista jurí­
dicos en la materia objeto de este Convenio respecto a los
ejercicios posteriores a los comprendidos en las presentes
transacciones.
Segunda: Las dudas y controversias de cualquier natu­
raleza que puedan suscitarse respecto a este convenio y que
no puedan ser resueltas amigablemente por las partes contra­
tantes, serán decididas por los Tribunales competentes de
Venezuela, sin que por ningún motivo ni causa puedan ser
origen de reclamos extranjeros.
192
Se hacen once ejemplares de un mismo tenor y a un solo
efecto, en Caracas, a los tres días del mes de febrero de mil-
novecientos sesenta y siete.
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel
Reina - José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

Anexo "A”
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE REPAROS CONTRA COSTOS, DEDUCCIONES Y
REBAJAS DE IMPUESTO; MULTAS* Y OTRAS
LIQUIDACIONES COMPLEMENTARIAS

1. PLANILLAS EN CURSO DE APELACION ANTE EL TRIBUNAL


PRIMERO DE APELACIONES DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA

COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD.


ACTA PLANILLA
EJERCICIO Al? Fecha Al? Fecha
1954 3-C 30-11-59
1955 6 15-02-61 403.197 23-06-61
1955 7 02-03-61 402.058 25-04-61
1955 9 21-03-61 401.960 18-04-61
1955 4-C 24-03-61 401.963 18-04-61
1955 10 23-03-61 401.961 18-04-61
1955 2-C 24-03-61 403.201 23-06-61
1956 4 16-10-61 404.623 24-10-61
1956 6 16-10-61 404.624 24-10-61
1956 2-C 26-12-61 400.001 04-01-62

193
VENEZUELAN EAGLE OIL COMPANY LIMITED

1955 1-C 29-03-61 200.034 21-0661


1955 2-C 29-03-61 200.025 12-0461
1955 3-C 28-04-61 200.029 08-0561
1957 3-C 28-06-63 200.125 23-08-63
1957 4-C 28-06-63 200.126 23-0863

THE COLON DEVELOPMENT COMPANY LTD./COLON OIL COM­


PANY LTD.
1955 05-01-61 402.060 25-04-61

N. V. CURACAOSCHE SCHEEPVAART MU.


1955 1-C 24-03-61 401.802 11-04-61

2. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION


ADMINISTRATIVA

COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD.


1956 3 16-10-61 490.006 10-05-63
1956 8 27-0262 490.017 28-03-62
1956 10 16-0362 490.042 13-08-62
1956 9 16-0362 490.009 10-05-63
1956 1-C 07-0262 490.044 20-08-62
1956 3-C 19-0262 490.015 13-03-62
1957 1-C 16-0362 200.038 04-04-62
1957 2-C 19-0762 200.122 29-1062
* Hay Planillas en esta lista que, además del impuesto, contienen
una multa.
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reina.
José Mucí Abraham hijo - Daniel Bendahan.

194
Anexo "A”
Pág. 2
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE REPAROS CONTRA COSTOS, DEDUCCIONES Y
REBAJAS DE IMPUESTO; MULTAS Y OTRAS
LIQUIDACIONES COMPLEMENTARIAS
2. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA (Cont.)

COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. (Cont.)


ACTA PLANILLA
EJERCICIO N? Fecha N? Fecha
1957 7-C 12-02-63 200.040 18-03-63
1957 8-C 17-09-62 200.120 03-10-62
1957 11-C 27-06-63 200.079 30-07-63
1957 13-C 28-06-63 200.081 30-07-63
1957 1 25-08-60 200.027 18-04-61
1957 4 12-04-62 200.043 24-05-62
1957 5 15-05-62 200.058 12-06-62
1957 7 02-01-63 200.023 18-02-63
1957 8 02-01-63 200.024 18-02-63
1957 9 29-01-63 200.041 18-03-63
1957 10 29-05-63 200.063 28-06-63
1957 11 29-05-63 200.064 28-06-63
1958 1 25-10-62 490.048 05-12-62
1958 2 25-10-62 490.049 05-12-62
1958 3 28-11-63 490.001 17-01-64
1958 4 28-11-63 490.002 17-01-64
1958 9 09-03-64 490.072 19-06-64
1958 11 09-03-64 490.074 19-06-64
1958 12 09-03-64 490.076 19-06-64
1958 8 09-03-64 490.134 19-08-66
1958 5 17-03-64 490.068 19-06-64
1958 6 17-03-64 490.069 19-06-64
1958 7 17-03-64 490.070 19-06-64
1958 13 17-03-64 490.078 19-06-64
1958 1-C 06-04-64 490.099 07-08-64
1958 3-C 31-03-64 490.101 07-08-64
1958 4-C 31-03-64 490.103 07-08-64
1958 5-C 23-04-64 490.105 07-08-64
1959 1 28-11-63 490.003 17-01-64
195
ACTA PLANILLA
EJERCICIO N? Fecha N? Fecha
1959 2 28-11-63 490.004 17-01-64
1959 3 03-01-64 490.005 17-01-64
1959 5 16-09-64 490.163 31-12-64
1959 6 06-11-64 490.164 31-12-64
1959 7 06-11-64 490.165 31-12-64
1959 8 16-09-64 490.166 31-12-64
1959 9 05-11-64 490.167 31-12-64
1959 14-A 31-03-65 490.173 28-12-66
1959 10 05-11-64 490.166 28-12-66
1959 11 06-11-64 490.169 31-12-64
1959 12 06-11-64 490.170 31-12-64
1959 13 08-12-64 490.002 29-01-65
1959 16 26-01-65 490.115 01-10-65
1959 17 23-02-65 490.117 01-10-65
1959 18 23-02-65 490.118 01-10-65
1959 1-C 09-03-65 490.120 01-10-65
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Juan Joost de Liefde - Manuel Reyna.
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

Anexo "A”
Pág. 3
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE REPAROS CONTRA COSTOS, DEDUCCIONES Y
REBAJAS DE IMPUESTO; MULTAS Y OTRAS
LIQUIDACIONES COMPLEMENTARIAS
2. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA (Cont.)

COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. (Cont.)


ACTA PLANILLA
EJERCICIO N? Fecha N<‘ Fecha
1959 2-C 09-03-65 490.121 01-10-65
1959 3-C 09-03-65 490.122 01-10-65
1959 4 25-03-65 490.123 01-10-65
1959 4-C 31-03-65 490.124 01-10-65
1959 1-C 31-03-65 490.108 29-06-66
1960 1-C 03-08-65 490.129 08-10-65
196
ACTA PLANILLA
EJERCICIO N? Fecha N? Fecha
1960 3 28-09-65 490.020 27-01-66
1960 4 28-09-65 490.021 27-01-66
1960 1 15-10-65 490.018 27-01-66
1960 2 15-10-65 490.019 27-01-66
1960 5 19-10-65 490.022 27-01-66
1960 6 29-10-65 490.023 27-01-66
1960 7 29-11-65 490.056 14-03-66
1960 8 29-11-65 490.057 14-03-66
1960 9 29-11-65 490.058 14-03-66
1960 10 29-11-65 490.059 14-03-66
1960 3-C 02-12-65 490.102 17-06-66
1960 M-13 14-02-66 490.104 17-06-66
1960 M-16 14-02-66 490.107 17-06-66
1960 M-14 10-03-66 490.105 17-06-66
1960 M-15 10-03-66 490.106 17-06-66
1960 M-17 10-03-66 490.125 19-08-66
1960 M-19 15-03-66 490.127 19-08-66
1960 M-20 15-03-66 490.128 19-08-66
1960 4-C 31-03-66 490.129 19-08-66
1960 5-C 31-03-66 490.130 19-08-66
1960 6-C 31-03-66 490.131 19-08-66
1960 1-C 31-03-66 490.132 19-08-66
1960 8-C 13-04-66 490.133 19-08-66
1960 M-Il-1 18-08-66 490.172 28-12-66
1961 M-1 27-07-66 490.155 09-09-66
1961 (Varias (Re-
(solución N?
(301165) 26-12-66 490.217 29-12-66
1962 M-1 27-07-66 490.158 09-09-66
1962 (M-2, 1-C,
(2-C, 4-C
(y 5-C 27-12-66 490.205 29-12-66
1963 M-1 27-07-66 490.156 09-09-66
1963 (1-C, 2-C
(4-C 26-12-66)
(5-C 27-12-66) 490.209 . 29-12-66
1964 M-1 27-07-66 490.159 09-09-66
1964 (1-C, 2-C,
(3-C, 5-C
6-C 26-12-66 490.221 29-12-66
(Fdos.J Joost de Liefde - Manuel Reyna.
ijo - Daniel Bendahan.

197
ANEXO “A’
Pág. 4
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE REPAROS CONTRA COSTOS, DEDUCCIONES Y
REBAJAS DE IMPUESTO: MULTAS Y OTRAS
LIQUIDACIONES COMPLEMENTARIAS
2. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA (Cont.)
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. (Cont.)
EJERCICIO ACTA PLANILLA
N? Fecha N? Fecha
1965 M-1 27-07-66 490.160 09-09-66
1965 (1-C, 2-C,
(3-C, 6-C, 26-12-66)
(5-C 27-12-66) 490.213 29-12-66
EZUELAN EAGLE OIL COMPANY LTD.
1956 1-C 14-06-62 200.075 09-07-62
1956 2-C 14-06-62 200.076 09.07-62
1956 3-C 14-06-62 200.077 09-07-62
1957 1-C 28-06-63 200.078 30-07-63
1957 2-C 28-06-63 200.124 23-08-63
1958 1-C 17-02-64 490.017 30-03-64
1959 1 29-10-64 490.152 16-12-64
1959 2 11-11-64 490.153 16-12-64
1959 3 11-11-64 490.154 16-12-64
1959 4 11-11-64 490.155 16-12-64
1959 5 11-11-64 490.156 16-12-64
1959 7 04-02-65 490.050 17-05-65
COLON DEVELOPMENT COMPANY/COLON OIL COMPANY LTD.
1957 12 12-06-63 200.080 30-07-63
1959 1 23-02-65 490.077 13-07-65
LL CARIBBEAN PETROLEUM COMPANY
1960 1 20-01-66 490.054 09-03-66
1961 1 12-05-66 490.118 13-07-66
1962 1 28-09-66 490.167 28-12-66
198
THE SHELL PETROLEUM COMPANY LTD.
1957 5-C 31-07-62 200.104 20-08-62
1957 10-C 27-06-63 200.015 13-07-65
1958 2 29-05-64 490.088 09-07-64
1959 1 31-03-65 490.089 13-07-65
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

ANEXO "A”
Pág. 5
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE REPAROS CONTRA COSTOS, DEDUCCIONES Y
REBAJAS DE IMPUESTOS; MULTAS Y OTRAS
LIQUIDACIONES COMPLEMENTARIAS
2. PLANILLAS APELADAS EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA
SOCIETE MARITIME SHELL
EJERCICIO ACTA PLANILLA
N? Fecha N? Fecha
1957 3-C 31-10-62 490.050 05-12-62
1957 9-C 31-10-62 200.141 22-11-62
1957 6-C 31-07-62 200.105 20-08-62
SHELL INTERNATIONAL MARINE LTD.
1965 1 16-09-66 494.169 28-12-66

3. ACTAS PRESENTADAS, CUYO IMPUESTO NO HA SIDO LIQUI­


DADO POR ORIGINARSE UN REINTEGRO A FAVOR DE LA
CONTRIBUYENTE.
VENEZUELAN EAGLE OIL COMPANY LTD.
1958 2-C 31-03-64 No liquidada
1958 3-C 31-03-64 No liquidada
1958 4-C 31-03-64 No liquidada
199
4. PLANILLAS LIQUIDADAS CON BASE A ENMIENDAS A LAS
DECLARACIONES DE RENTAS.
(Discrepancia sobre el tipo de cambio: aplicación de nueva doctrina
fiscal).
SHELL TANKERS LIMITED
1961 Enmienda del 31-03-66 400.545 24-08-66
1962 Enmienda del 31-03-66 400.546 24-08-66
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

Anexo "B"
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
ESTIMACIONES DE OFICIO SOBRE PRECIOS DE CRUDO Y
PRODUCTOS DE EXPORTACION
PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA

COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD.


EJERCICIO ACTA PLANILLA
N? Fecha N? Fecha
1957 12-C 27-06-63 200.023 02-07-64
1958 6-C-B 28-12-66 490.185 28-12-66
1958 6-C 30-04-64 490.107 07-08-64
1959 5-C-B 26-12-66 490.175 28-12-66
1960 2-C-B 26-12-66 490.174 28-12-66
1961 10-C 26-12-66 490.219 29-12-66
1962 3-C 26-12-66 490.207 29-12-66
1963 3-C 26-12-66 490.211 29-12-66
1964 4-C 26-12-66 490.223 29-12-66
1965 4-C 26-12-66 490.215 29-12-66

SIATIC PETROLEUM CORPORATION


1963 1 28-12-66 490.310 29-12-66
1964 1 28-12-66 490.312 29-12-66
1965 1 28-12-66 490.314 29-12-66
)0
SH ELL CARIBBEAN PETROLEUM COMPANY
1959 1-A 01-04-66 490.244 29-12-66
1960 2 23-03-66 490.246 29-12-66
1961 2 28-12-66 490.304 29-12-66
1962 2 28-12-66 490.306 29-12-66
1963 1 28-12-66 490.308 29-12-66
os.) Eloy Lares Martínez ■■Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan

ANEXO "C”
Pág. 1.
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE MULTAS LIQUIDADAS EN PLANILLAS SEPARADAS
1. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD.
ACTA PLANILLA
EJERCICIO N? Fecha N? Fecha
1957 12-C 27-06-63 200.024 02-07-64
1958 30-04-64 490.108 07-08-64
1958 11 09-03-64 490.075 19-06-64
1958 12 09-03-64 490.077 19-06-64
1958 13 17-03-64 490.079 19-06-64
1958 1-C 06-04-64 490.100 07-08-64
1958 3-C 31-03-64 490.102 07-08-64
1958 4-C 31-03-64 490.104 07-08-64
1958 5-C 23-04-54 490.106 07-08-64
1958 6-C-B 28-12-66 490.186 28-12-66
1959 5-C-B 26-12-66 490.176 28-12-66
1961 (Varias, véase
(Resolución
(N? 301166 29-12-66 490.218 29-12-66
1961 10-C 26-12-66 490.220 29-12-66
1962 (Varias, véase
(Resolución
(N? 301154 26-12-66 490.206 29-12-66
201
ACTA PLANILLA
EJERCICIO A? Fecha N? Fecha
1962 3-C 26-12-66 490.208 29-12-66
1963 2-C y 5-C 26-12-66 490.210 29-12-66
1963 3-C 26-12-66 490.212 29-12-66
1964 2-C, 3-C y
6-C 26-12-66 490.222 29-12-66
1964 4-C 26-12-66 490.224 29-12-66
1965 2-C, 3-C y
6-C 26-12-66 490.214 29-12-66
1965 4-C 26-12-66 490.216 29-12-66
HE SHELL PETROLEUM COMPANY LTD.
1957 __ __ 200.016 13-07-65
1958 --- --- 490.089 09-07-64
1959 ---- --- 490.090 13-07-65
1960 Resolución
N? 1597 24-11-66 490.165 27-12-66
HE SHELL TANKERS LTD.
1960 Resolución
N'? 301096 11-10-66 490.164 27-12-66
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

ANEXO "C”
Pág. 2.
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE MULTAS LIQUIDADAS EN PLANILLAS SEPARADAS
1. PLANILLAS APELADAS, EN PROCESO DE RECONSIDERACION
ADMINISTRATIVA (Cont.)
SHELL CARIBBEAN PETROLEUM COMPANY
1959 1 25-03-65 490.245 29-12-66
1960 2 23-03-66 490.247 29-12-66
1960 1 28-01-66 490.055 09-03-66
1961 2 28-12-66 490.305 29-12-66
1962 2 28-12-66 490.307 29-12-66
1962 1 28-09-66 490.168 28-12-66
1963 1 28-12-66 490.309 29-12-66
ASIATIC PETROLEUM CORPORATION
1963 1 28-12-66 490.311 29-12-66
1964 1 28-12-66 490.313 29-12-66
1965 1 28-12-66 490.315 29-12-66
2. MULTAS BAJO RECURSO DE GRACIA
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LIMITED
1963 — —506.188 26-10-64
1963 — —505.705 26-10-64
1963/64 — —505.270 21-05-65
1964 — — 30.336 15-09-65
THE SHELL PETROLEUM COMPANY
1958 - — 490.087 09-07-64
N. V. CURACAOSCHE SCHEEPVAART M U
1952 — — 511.112 25-11-63
1953 — — 511.112 25-11-63
1954 — — 511.110 25-11-63
1955 — — 511.110 25-11-63
1956 — — 511.111 25-11-63
1956 — — 490.097 30-05-66
1957 — — 511.111 25-11-63
1958 — — 511-107 25-11-63
1959 — — 511-107 25-11-63
1959 - - — 490.062 28-03-66
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.

ANEXO "C”
Pág. 3.
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD. Y
COMPAÑIAS DEL GRUPO ROYAL DUTCH/SHELL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA
LISTA DE MULTAS LIQUIDADAS EN PLANILLAS SEPARADAS
3. EN PROCESO DE APELACION ANTE EL TRIBUNAL PRIMERO
DE APELACIONES.
COMPAÑIA SHELL DE VENEZUELA LTD.
EJERCICIO ACTA PLANILLA
NO Fecha V? Fecha
1954 62.003 15-11-61
(Fdos.) Eloy Lares Martínez - Jan Joost de Liefde - Manuel Reyna
José Muci Abraham hijo - Daniel Bendahan.
AN EXO "D ”

SO LIC ITU D DE R E IN T E G R O P R E S E N TA D A POR LA


C O M PA Ñ IA S H E LL DE V E N E Z U E L A LTD. E N FECHA 2 DE
N O V IE M B R E DE 1966, LA CUAL OUEDA E XCE PTU AD A DE
LO PR E V IS T O E N LA CLAUSULA DE LA SEGUNDA
TRA N S AC C IO N

Ciudadano
M inistro de Hacienda
(c/o Adm inistrador General del Impuesto sobre la Renta)
Su despacho.

Y o George Viney, m ayor de edad, venezolano, de éste dom i­


cilio y titular de la cédula de identidad personal N? 1.713.515,
obrando en m i carácter de apoderado de la Compañía Shell de
Venezuela Ltd, sociedad anónima de este dom icilio, según
consta de poder otorgádom e por ante la N otaría Pública de
Caracas, el 13 de junio de 1960, anotado b a jo en N? 33, Tom o 3?
de los Libros de Autenticaciones respectivo, oportunamente
ocurro ante usted para exponer:
El 29 de abril de 1966 mi mandante prensentó su decla­
ración definitiva de rentas correspondiente al ejercicio de 1965
mediante form ulario que quedó registrado b ajo el N? 134885,
acusando en él una renta neta de Bs. 1.269.540,328 y en base
a la cual la Administración a su digno cargo liquidó planillas
de impuesto por un total de Bs. 592.108.596,88 incluidas las
que se emitieron con base en la declaración estimada.
En la referida declaración definitiva se incluyeron deduc­
ciones a los ingresos brutos por un m onto total de Bs. 3.070,285
p or concepto de ajustes y descuentos contabilizados o previstos
hasta el 31 de marzo de 1966 correspondientes a entregas de
crudos y productos en el mercado de exportación durante el
ejercicio de 1965, según consta en la página N? 36 de los anexos
a la declaración. Como entre el 1? de abril de 1966 y el 30 de
septiembre de 1965 se han convenido y contabilizado otros
ajustes aplicables a las exportaciones del mismo año p or un
m onto de Bs. 2.048.951 que representan o tro tanto en deduc­

204
ciones adicionales correspondientes al ejercicio, ocurro en esta
oportunidad para form ular una corrección a la renta acusada
en la susodicha declaración.
Por otra parte, con ocasión de una revisión posterior a la
declaración, se ha advertido un error en el tratamiento de
algunas asignaciones pagadas a empleados para viajes de
vacaciones, ganadas con ocasión de servicios prestados en el
país. Estos empleados fueron transferidos a otras empresas
afiliadas al término de sus vacaciones y las asignaciones en
cuestión — que fueron tratadas erróneamente com o gastos
de transferencia — no cubrieron gasto alguno p or este últim o
concepto. Las referidas asignaciones arrojaron un total de
Bs. 319.022. Este m onto está incluido en la partida p or Bs.
321.850 que aparece ajustada en la página N? 23 del anexo a
la susodicha declaración y para subsanar el error se form ula
por la presente la corrección correspondiente.
El efecto de estas dos correcciones es el de rebajar la
renta neta gravable a Bs. 1.267.172.355 sobre la cual corres­
ponde un gravamen por concepto de impuesto sobre la renta
de Bs. 590.983.809,51. En virtud de haberse liquidado mediante
planillas ya emitidas y pagadas por mi mandante la suma de
Bs. 592.108.596,68 ocurro a Ud. para solicitar el correspondiente
reintegro por la diferencia que asciende a Bs. 1.124.787,17.

Caracas, a los dos días del mes de noviem bre de m il novecientos


sesenta y seis.

De Ud. muy atentamente.

Por: C O M P A Ñ IA S H E L L D E V E N E Z U E L A LTD.

George Viney

(F d os .) E loy Lares M artínez - Jan Joost de Liefde - Manuel


Reyna - José M u ci Abraham h ijo - Daniel Bendahan.

Caracas, veintitrés (2 3) de febrero de mil novecientos sesenta


y siete.

(F d o .) E loy Lares M artínez


Procurador General de República

205
T R IB U N A L P R IM E R O DE IM PU ESTO SOBRE L A R E N T A

Caracas, trece de m arzo de m il novecientos sesenta y siete


157? y 109?

Vista la diligencia estampada en fecha diez de los corrientes


p or los ciudadanos doctores Luis R. Casado H idalgo y José
Muci Abraham, hijo, el prim ero en su carácter de represen­
tante del Fisco Nacional, según se desprende de Oficio-poder
N? 1357, de fecha 10-3-67, y el segundo con el carácter de apo­
derado de la apelante, según consta en los autos, p or la cual
solicitan de este Tribunal declare terminado el presente juicio
en virtud de la transacción verificada en fecha tres de febrero
del presente año, entre la República de Venezuela y la contri­
buyente Compañía Shell de Venezuela Ltd, según se desprende
de copia certificada del convenio de transacción consignada
en el m ism o acto ,este Tribunal DECLARA: Dése p o r terminado
el presente juicio y en consecuencia procédase com o en senten­
cia pasada en autoridad de cosa juzgada, de conform idad con
lo establecido p or los artículos 1.713 y 1.718 del Código Civil.
Archívese el expediente en su oportunidad.

E l Juez Presidente,
(firm a ilegib le)
Los Vocales,
(firm as ilegibles)
E l Secretario,
(F irm a ile g ib le )”

Caracas, veintiséis de octubre de m il novecientos sesenta


y siete.

E l Secretario,

Las presentes actuaciones se devolvieron a su solicitante en


veinticuatro (2 4) folios útiles en esta misma fecha.
E l Secretario
(firm a ilegib le)

206
ANEXO N“ 2*

Copia certificada de la transacción celebrada entre la Repú­


blica de Venezuela y la Orinoco M ining Company, el 31 de
enero de 1966, en m ateria de impuesto sobre la renta.

Ciudadano
Presidente del Tribunal Prim ero del Impuesto sobre la Renta
Su Despacho.

En conform idad con lo dispuesto en el artículo 218 del


Código de Procedim iento Civil, ruego respetuosamente a usted
tenga a bien ordenar se me expida p or Secretaría, al pie de
la presente solicitud, copia certificada de los documentos
que corren a los folios 846, 847, 848, 849, 850, 851, 852, 853,
854, 855, 856, 857, 858, y 860, con sus respectivos vueltos, del
Expediente Nos. 321 y 322 (acum ulados), que cursó en el
Tribunal de su digno cargo, concluida com o ha sido ya la causa
ventilada en él.
Pido se me devuelva original con sus resultas.
Justicia. Caracas, veintiséis de octubre de m il novecientos
sesenta y siete.
Florencio Contreras Quintero
C. de 1. N? 253501

* Ver fotograbados de estos documentos, págs. 289-319.

207
T R IB U N A L P R IM E R O DE IM PU E S TO SOBRE L A R E N TA.
JUZGADO DE SU STANCIACIO N. - Caracas, veintiséis de octubre
de m il novecientos sesenta y siete. 157? y 109?. Vista la solicitud
contenida en el escrito que antecede el Tribunal acuerda en
conform idad. Expídanse por Secretaría las copias certificadas
de los documentos que corren a los folios Nos. 846, 847, 848,
849, 850, 851, 852, 853, 854, 855, 856, 857, 858 y 860 con sus
respectivos vueltos.

E l Juez Sustanciador,
(firm a ilegible)
E l Secretario,
(firm a ilegib le)

D A N IE L C A STILLO H E R N A N D E Z, Secretario del Tribunal P ri­


m ero de Impuesto sobre la Renta, en aplicación analógica de
la norma contenida en el artículo 105 de la Ley de Registro
Público vigente y en acatamiento a lo dispuesto en el auto
anterior C E R TIFIC A : la autenticidad de la copia fotostàtica
que sigue, la cual es fie l y exacta de su original, documento
que corre inserto a los folios Nos. 846, 847, vuelto, 848, vuelto,
849, vuelto, 850, vuelto, 851, vuelto, 852, vuelto, 853, vuelto,
854, vuelto, 855, vuelto, 856, vuelto, 857, vuelto, 858, vuelto, y
860 del expediente N? 321 y 322 acumulados, contentivo de la
apelación interpuesta p or la Orinoco M ining Company. De
igual manera C E R T IFIC A : Que dicho copia fue debidamente
confrontada con el instrumento original p or la ciudadana
Odilia Enmanuelli S., escribiente del Tribunal y titular de la
Cédula de Identidad N? 960.222, quien fue autorizada al efecto
p or el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez, Juez Presidente
de Este Tribunal.
“ En horas de audiencia del día de hoy, catorce de febrero
de m il novecientos sesenta y seis, comparecen los Doctores
Luis Casado Hidalgo, D irector de Personería del Fisco de la
Procuraduría General de la República, en su carácter de repre­
sentante del Fisco Nacional, com o consta de o ficio N? 4510,
dirigido a ese Tribunal el 22 de Agosto de 1963, y que reposa
en los archivos del mismo; y Aristides Rengel Rom berg, en

208
representación de la Orinoco M ining Company, según se evi­
dencia de poder que corre en autos y exponen;
Por cuanto en fecha 31 de enero del corriente año, se
celebró una transacción entre la República de Venezuela, repre­
sentada p or el Ciudadano Dr. José S. Núñez Aristimuño, Procu­
rador General de la República, debidamente autorizado por
el E jecutivo Nacional y la Orinoco M ining Company, repre­
sentada p or su Presidente, el señor Cari G. Hogberg, con el
objeto de poner fin a todas las reclamaciones pendientes por
concepto de reparos efectuados p or la Adm inistración General
del Impuesto sobre la Renta a las declaraciones de rentas
presentadas p or la Orinoco M ining Company para efectos del
Im puesto Cedular y Complementario y a las declaraciones
consolidadas de rentas de la Orinoco M ining Company y de
Navios Corporation para fines del Impuesto Adicional, rela­
tivos a sus actividades durante el lapso com prendido entre los
años 1954-1964 ambos inclusive; y p or cuanto que entre los
reparos objeto de la transacción figuran los que han dado
lugar a la emisión de las Planillas Nos. 200026 del 13-4-61 p or
Bs. 760.417,57 y N? 401854 del 13-4-61 p or Bs. 369.288,47, com o
aparece de los Anexos B y C-1 del documento de transacción
que se acompaña y seis anexos y cuya apelación ha dado
origen a la presente causa, solicitamos muy respetuosamente
del Tribunal que homologue la antedicha transacción y dé por
terminado el presente juicio. ■*

E l Juez Sustanciador,
(firm a ilegib le)
Los Diligenciantes,
(firm as ilegibles)
E l Secretario,
(firm a ilegib le)

El suscrito N otario de la N otaría Pública de Caracas


certifica: que la copia que a continuación expide es traslado
fiel y exacto del asiento de fecha 31 de enero de 1966, bajo el
N? 66, Tom o 10 de Autenticaciones llevado p or el N otario
Prim ero, contentivo de. una transacción efectuada p or la Repú­
blica de Venezuela y la Orinoco M ining Company:

209
“ N úm ero 66. Documento redactado p or el abogado Dr.
Luis Casado Hidalgo. Caracas, treinta y uno de enero de mil
novecientos sesenta y seis. Entre la República de Venezuela,
que en lo adelante se designará la “ R E P U B L IC A ” , representada
en este acto p or el Dr. José S. Nuñez Aristimuño, quien actúa
en su carácter de Procurador General de la República, debi­
damente autorizado p or el Presidente de la República, por
órgano del M inisterio de Hacienda, según consta en el oficio
N? H-353 de fecha 30 de diciembre de 1965, previo inform e
favorable de la Contraloria General de la República, contenido
en oficio N? S-773 de fecha 23 de diciembre de 1965, por una
parte; y p or la otra: la Orinoco M ining Company, que en lo
adelante se designará la “ O rinoco” , organizada de conform idad
con las leyes del Estado Delaware, Estados Unidos de N orte
América, e inscrita en el Registro de Comercio del Juzgado
de Prim era Instancia en lo M ercantil del Distrito Federal el
6 de febrero de 1950, b a jo el N? 166, Tom o 5-D, debidamente
representada en este acto por su Presidente Sr. Cari G. Hog-
berg, m ayor de edad, dom iciliado en Puerto Ordaz, Estado
B olívar y de tránsito en esta ciudad, autorizado por acuerdo
de la Junta Directiva de dicha compañía en su sesión del día
31 de diciem bre de 1965, con el fin de solucionar la contro­
versia sobre la determinación del precio del mineral de hierro
y poner térm ino a los reclamos judiciales y administrativos
que más abajo se indican, formulados a la Orinoco p or la
Administración del Impuesto sobre la Renta, por concepto de
impuestos y multas, en relación a los referidos precios y otros
conceptos, correspondientes a los años 1954 a 1964, ambos
inclusive y con el mutuo deseo de evitar controversias futuras
sobre el valor del mineral de hierro vendido durante el pasado
año y en los años de 1966 a 1970, ambos inclusive; 1?) Por
cuanto: con base a reparos p or concepto de estimación de
precios, constantes en actas levantadas el 22 de noviembre
de 1958 y 22 de agosto de 1961, se expidieron a cargo de la
Orinoco diversas planillas correspondientes a impuesto sobre
la renta causados en los años de 1954 a 1958, ambos inclusive,
por un monto total de ciento treinta y ocho millones cuatro­
cientos treinta m il setecientos noventa y tres bolívares con
cuarenta y siete céntimos (Bs. 138.430.793, 47), según consta
de las especificaciones contenidas en el cuadro “ A ” que se

210
acompaña a este convenio y que firm an las partes. 2?) Por
cuanto; con base a reparos por concepto de ingresos no decla­
rados de la empresa Navios Comporation, contenidos en diver­
sas actas levantadas en los años de 1960 a 1965, se expidieron,
o se encuentran en trámites de expedición, a cargo de la Orinoco
por concepto de impuesto adicional sobre la renta, de acuerdo
al artículo 46 de la Ley de la materia, p or considerarse que
las dos nombradas empresas están controladas p or los mismos
intereses, planillas de liquidación correspondientes a los años
1956 a 1964, ambos inclusive, con un m onto total de treinta y
un millones trescientos sesenta y nueve m il setecientos tres bolí­
vares con cuarenta céntimos (Bs. 31.369.703,40), de acuerdo
al cuadro marcado " B ” que se acompaña a este convenio y que
firm an las partes; 3) P or cuanto: con base a actas levan­
tadas en el período com prendido entre 1960 a 1965, p or con­
cepto de reparos a costos y deducciones, se expidieron plani­
llas a cargo de la Orinoco con un m onto total de impuesto
de doce millones sesenta y un mil novecientos ochenta y tres
bolívares con noventa y tres céntimos (Bs. 12.061.983,93), corres­
pondientes a los ejercicios fiscales 1955 a 1963, ambos inclu­
sives, de acuerdo con el anexo “ C” que se acompaña a este
convenio y que firm an las partes; 4?) Por cuanto: para tratar
de llegar a un acuerdo sobre los reparos que p or concepto
de estimación de precios del mineral de hierro se han form ulado
a la Orinoco, conform e consta en el considerando 1?) de este
convenio, se han venido celebrando estudios, conversaciones y
reuniones por representantes del Fisco Nacional y de la Ori­
noco, a fin de lograr una fórm ula de cálculo del precio del
mineral de hierro que perm itiera una transacción sobre los
mencionados reparos y a las vez evitara controversias futuras
sobre el mismo asunto. 5?) Por cuanto: La Orinoco ha venido
sosteniendo, simultáneamente a las conversaciones anteriores,
discusiones con representantes del Gobierno Nacional, a fin
de fija r los términos y condiciones b a jo los cuales se construirá
en el área de Puerto Ordaz una planta para la producción de
briquetas de H igh Iron, y 6?) P or cuanto: a fin de poner
término a los recursos fiscales pendientes ante el Tribunal de
Apelaciones del Im puesto sobre la Renta, en relación a los
reparos anteriorm ente mencionados, y precaver otros cuya
etapa administrativa se cumple actualmente ante la Adminis­

211
tración del mismo Impuesto, según se muestra en el Anexo
"C-1” que se acompaña a este convenio y que firm an las partes,
se estima aconsejable efectuar una transacción, las partes
convienen en lo siguiente: Cláusula Prim era : La Orinoco pagará
a la República en el plazo de diez (10) días, después de expe­
didas las respectivas planillas, la cantidad de ciento diecinueve
millones setecientos dieciseis mil novecientos veintisiete b olí­
vares con veintiséis céntimos (Bs. 119.716.927,26) equivalente
a la suma de treinta y cinco millones de dólares (U S $
35.000.000,oo) calculados, conform e al Decreto 1159, de fecba
18 de enero de 1964 (reim preso por error de copia el 7 de
febrero de 1964), y al convenio de la misma fecba, 18 de
enero de 1964, celebrado entre el E jecutivo Nacional y el Banco
Central, a los tipos de cambio que se indican en el cuadro "D ” ,
que se acompaña a este convenio firm ado por las partes, por
los conceptos que se determinan a continuación: A ) La canti­
dad de sesenta y tres millones cuatrocientos cuarenta y nueve
m il doscientos setenta y dos bolívares con dieciocho céntimos
(Bs. 63.449.272,18), equivalente a dieciocho m illones setecientos
ochenta y siete mil novecientos ochenta y siete dólares con
cincuenta y ocho centavos de dólar (U S $ 18.787.987,58),
calculados a los tipos de cambio que se indican en el nombrado
anexo "D ” , p or concepto de planillas complementarias de
impuesto sobre la renta, que se expedirán a cargo de la Orinoco,
que resulta de la aplicación a las ventas efectuadas por esa
Compañía en los ejercicios fiscales com prendidos entre 1954
y 1964, ambos inclusive, de la fórm ula de cálculo del mineral
de hierro objeto de dichas ventas, que de seguidas se deter­
minan: la base del valor de las ventas será igual al precio del
mineral de hierro venezolano FOB Puerto Ordaz del año de
1965, aumentado en veinte centavos de dólar de los Estados
Unidos de Am érica por tonelada bruta de cincuenta y nueve
p or ciento (599o) de hierro. Para calcular el impuesto sobre
cada uno de los referidos ejercicios fiscales, la mencionada
base del valor de venta para el año de 1965, será ajustado,
por la diferencia de la suma exacta de centavos de dólar por
tonelada bruta de unidades de hierro del precio en los puertos
ubicados al Sur del Lago Erie, para el mineral de hierro
Messabi-Non-Bessemer, en cada uno de los años de 1954 a 1964,
ambos inclusive, comparados con el precio de dicho mineral

212
en el Lago Erie en el año de 1965. Los cálculos para determinar
los reparos a la renta por estimación de los precios, de acuerdo
con el sistema adoptado, se registran en el cuadro marcado
“ E ” , que se acompaña y que firm an las partes. B ) La cantidad
de treinta y un millones trescientos sesenta y nueve mil sete­
cientos tres bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 31.369.703,40),
equivalente a la suma de nueve millones sesenta y cuatro mil
ochocientos noventa y siete dólares con sesenta y tres centavos
de dólar (U S $ 9.064.897,63), calculados a los tipos de cambio
que se indican en el cuadro “ D ” , mediante la expedición de
planillas de liquidación complementarias a cargo de Navios
Corporation, p or el monto de los reparos a que se refiere el
considerando 2°) de este convenio por concepto del impuesto
adicional sobre la renta de la Orinoco causado con base al
artículo 46 de la Ley de la materia en los años 1956 a 1964,
ambos inclusive, p or considerarse que las dos empresas nom­
bradas están controladas por los mismos intereses. Este pago
tendrá p or efecto: 1?) La terminación, al homologarse esta tran­
sacción, de los procedim ientos que cursan ante el Tribunal por
apelaciones de la Orinoco, correspondientes a los años 1956 y
1957, contra reparos hechos en relación con la renta de Navios
Corporation; 2?) La terminación del procedim iento adminis­
trativo que cursa ante la Administración del Im puesto sobre
la Renta, con m otivo de las apelaciones correspondientes a los
años 1958 y 1959, contra reparo por el mismo concepto, al
sustituirse las anteriores planillas por nuevas; 3?) La cancela­
ción de las planillas de impuesto que resulten de reparos por
el mismo concepto correspondientes a los años 1960 a 1964,
ambos inclusive. C) La cantidad de doce millones sesenta y un
m il novecientos ochenta y tres bolívares con noventa y tres
céntimos (Bs. 12.061.983,93), equivalentes a la suma de tres
millones seiscientos veintidós m il doscientos diecisiete dólares
con treinta y seis centavos de dólar (U S S 3.622.217.36), calcu­
lados al tipo de cambio que se indica en el cuadro “ D” , pagado
com o fórm ula de transacción de los reparos a costos y deduc­
ciones formulados a la Orinoco, en relación a los impuestos
causados en los años 1955 a 1963, ambos inclusive, y que ten­
drá p or efecto: 1?) La terminación al homologarse esta tran­
sacción, de los procedim ientos que cursan ante el Tribunal de
Apelaciones del Impuesto sobre la Renta, en relación a los

•213
reparos correspondientes a los años 1956 y 1957; 2?) la term i­
nación del procedim iento administrativo que cursa en relación
a las apelaciones de la Orinoco, por concepto de los impuestos
causados en los ejercicios 1955, 1957, 1958 y 1959. 3?) La acepta­
ción y pago de las planillas de impuestos que sean emitidas a
consecuencia de actas presentadas contra la Orinoco p or los re­
paros de 1960, 1961, 1962 y 1963. D ) Mediante el pago p o r parte
de la Orinoco de planillas de impuesto sobre la renta y multas
que emita la Adm inistración com o resultado de las auditorías
de los costos y deducciones para cada uno de los años compren­
didos entre 1961 y 1964, ambos inclusive, p or la cantidad total
de dos millones ochenta y cuatro m il trescientos veintidós
bolívares con sesenta y dos céntimos (Bs. 2.084.322,62), equi­
valentes a quinientos noventa y ocho m il seiscientos trece
dólares con noventa y ocho centavos de dólar (U S $ 598.613,98),
calculados al tipo de cambio de tres bolívares con treinta y tres
céntimos (Bs. 3,33) por dólar para los tres prim eros años nom­
brados y de cuatro bolívares con cuarenta céntimos (Bs. 4,40)
para 1964. L ) La cantidad de tres millones setecientos cuarenta
mil bolívares (Bs. 3.740.000,oo) equivalente a la suma de ocho­
cientos cincuenta m il dólares (U S $ 850.000, o o ) calculados al
tipo de cambio de cuatro bolívares con cuarenta céntimos
(Bs. 4,40, p or dólar, que se liquidarán con base a la rectifi­
cación de la declaración estimada de la Orinoco correspon­
diente al año de 1965, consistente en aumentar los ingresos
por ventas de mineral de hierro a la United States Steel Cor­
poration, estimando tales ventas en 8.500.000 toneladas brutas
e incrementando el precio por tonelada bruta en 20 centavos
de dólar, según la fórm ula convenida en la letra " A ” de la
cláusula prim era de este convenio. Al presentarse la declara­
ción definitiva y la declaración para el impuesto adicional
correspondiente al año de 1965, el aumento de veinte centavos
de dólar por tonelada bruta será ajustado al tonelaje realmente
vendido a la United States Steel Corporation. Sin embargo,
si las ventas a ésta últim a empresa fueren inferiores a 8.500.000
toneladas brutas, la Orinoco garantiza que el aumento total
de ingresos provenientes del ajuste de 20 centavos de dólar,
según fórm ula arriba mencionada, no será en ningún caso
in ferior a un m illón setecientos mil dólares (U S $ 1.700.000,oo).
F ) La cantidad de siete millones once m il seiscientos cuarenta

214
y cinco bolívares con trece céntimos (Bs. 7.011.645,13) equiva­
lentes a dos millones setenta y seis m il doscientos ochenta y
tres dólares con cuarenta y cinco centavos de dólar (U S $
2.076.283,45), calculados al tipo de cambio p or dólar que se
indica en el Anexo “ D ” que la Orinoco pagará p or concepto
de multa, en relación a los diversos reparos a que se refiere
esta transacción. PARAGRAFO UNICO. El cuadro dem ostrativo
marcado " D ” varias veces nombrado en la Cláusula Primera,
contiene el cálculo exacto, año p or año de las cantidades de
bolívares que se obliga a pagar la Orinoco, conform e a dicha
Cláusula, p or concepto de impuestos y multas, con su corres­
pondiente equivalencia en dólares y los tipos de cam bio apli­
cables. CLAUSULA SEGUNDA. La República conviene en lo
siguiente: A ) Que los precios de venta realmente recibidos por
la Orinoco de compradores que no sean de Estados Unidos de
América, durante los años de 1954 a 1965, ambos inclusive,
pero incluyendo las ventas hechas en Estados Unidos de Am é­
rica a la Bethlehem Steel Corporation en 1965 reflejan, verda­
deramente el valor del mineral vendido para los efectos de
la Ley de Impuesto sobre la Renta venezolana. B ) El impuesto
de exiplotación previsto en la Ley de Minas correspondiente
a los años 1964 a 1970, ambos inclusive, deberá ser calculado
y declarado p or la Orinoco con base al precio prom edio
neto obtenido com o resultado de todas las ventas efectua­
das durante cada uno de dichos años. El procedim iento pre­
visto en este inciso podrá ser extendido a años futuros por
mutuo acuerdo tom ado entre las partes. CLAUSULA TERCERA.
Se conviene en que el valor del mineral de hierro vendido por
la Orinoco, a los fines del cálculo del impuesto sobre la renta,
durante los años 1966 a 1970, ambos inclusive, se determinará
en la siguiente form a: A ) Para los compradores de los Estados
Unidos de América, el precio FOB en Puerto Ordaz para 1966
hasta 1970, ambos inclusive, será de 13,9168 centavos de dólar
p or unidad de hierro en la tonelada bruta (e l cual representa
los precios FOB de los contratos para 1965 aumentados en
20 centavos de dólar por tonelada bruta con 59% de h ierro),
aumentados o disminuidos en esa cantidad p or cualquier
cambio futuro en el precio del hierro Messabi-Non-Bessemer
del Lago Erie de los Estados Unidos de América. Este precio
de referencia por unidad de hierro natural en el Lago Erie

215
in ferior está para la fecha de este convenio basado en un precio
de US $ 10,55 p or tonelada bruta con 51,50% de hierro Para los
efectos de este convenio, los cambios de precios del mineral
de Messabi-Non-Bessemer se aplicarán en la fórm ula conve­
nida a partir del prim er día del mes inmediatamente siguiente
a aquel en que se haya hecho el anuncio de dicho cambio.
B ) Para las ventas futuras a compradores que no sean de los
Estados Unidos de América, el precio deberá ser revisado por
la Comisión Coordinadora de la Conservación y el Comercio
del H ierro. C ) La Orinoco se com prom ete a vender una canti­
dad no menor de 5 millones de toneladas brutas anuales del
mineral de hierro, o el 50% del total de sus ventas, cualquiera
de las dos cantidades que resulte mayor, al precio obtenido
p or la aplicación de la fórm ula a que se refiere la letra A ) de
esta cláusula, salvo caso de fuerza mayor. D ) El procedim iento
para la fijación de los precios a que se refiere esta cláusula
podrá ser extendido a años futuros p o r mutuo acuerdo entre
las partes. CLAUSULA CUARTA. A los fines previstos en el
considerando 5?) de este convenio, las partes contratantes
convienen igualmente: A ) La Orinoco organizará, o hará que
organice la persona o entidad que ella designe, una Compañía
venezolana bajo el nom bre “ M IN E R A L E S ORDAZ C. A.” , que
de aquí en adelante se designará la “ C O M PA Ñ IA ” , cuyo capital
social no será menor al equivalente en bolívares de cinco
millones de dólares (U S $ 5.000.000,oo), ni m ayor al equivalente
en bolívares de diez millones de dólares (U S $ 10.000,000,oo).
La Orinoco concede a la República o hará que su designada
conceda una opción no transferible, excepto a Institutos Autó­
nomos de la República o empresas del Estado p or un período
que vencerá a los veinticinco (25) meses, a partir de la fecha
en que la planta de reducción de la Compañía comience sus ope­
raciones para adquirir p or su valor nominal hasta un 25% de
las acciones del capital de la misma. La Orinoco o su designada
tendrá el derecho a tener la prim era opción para adquirir los
intereses de la Nación en la planta, en el caso de que ésta
decida vender a personas que no sean institutos autónomos o
empresas del Estado, cualquiera de sus acciones, en las mis­
mas condiciones ofrecidas por terceros. B ) Dentro de los seis
meses después de cumplidas las condiciones que se establecen
en el aparte L ) incluida la celebración de contratos para el

216
suministro de gas natural y energía eléctrica, la compañía
deberá comenzar la construcción, en un sitio p or ella selec­
cionado en el área de Puerto Ordaz, de una planta con una
capacidad anual aproximada de un m illón de toneladas mé­
tricas de "Briquetas de H igh Iro n ” (d e ahora en adelante lla­
mada la “ P L A N T A ” ) que será de la propiedad de la Compañía
y operada p or ella. Salvo casos de demora no imputables a la
Compañía, ella deberá terminar la construcción y tener la
planta lista para iniciar operaciones en un plazo no m ayor
de veinticuatro (24) meses, contados a partir de la fecha de
iniciación de los trabajos de construcción. C ) Una vez que se
haya hecho la estimación definitiva de los costos y el program a
de gastos para la construcción y la operación de la "P lan ta” ,
la Compañía desarrollará un plan de financiamiento utilizando
al máxim o posible préstamos a largo plazo. La Compañía
obtendrá dicho financiamiento, bien sea de la propia Orinoco,
o de financistas del exterior, o de ambas fuentes en la medida
y oportunidad que sea requerido, y con intereses no mayores
del 6% anual. D ) La administración y dirección de la Compa­
ñía estará a cargo de una Junta Directiva compuesta p or cuatro
directores principales y cuatro directores suplentes. Si la Repú
blica ejerciera su opción para adquirir el 25% de las acciones
de la Compañía, la Orinoco o su designada, tendrá el derecho
de nom brar tres directores principales y tres suplentes, y la
República un D irector Principal y su suplente. Tres directores
serán suficientes para form ar quorum. E ) Sin perjuicio de la
disposiciones legales al respecto, la República perm itirá a la
Compañía a través de los M inisterios respectivos, em plear en
Venezuela personal directivo y técnico, sin ninguna restricción
con respecto a la nacionalidad de dicho personal y facilitará
visas para tales personas, tanto para entrar en Venezuela como
para ser empleados p or la Compañía. F ) La Compañía tram i­
tará el arreglo de las licencias necesarias para cubrir el uso de
los procesos patentados y de los equipos necesarios para operar
la planta. Es entendido que la Compañía no pagará regalías
por el uso de patentes propiedad de la United States Steel
Corporation o de compañías en que la United States Steel
Corporation tenga un interés m ayoritario y la Compañía a
su vez facilitará gratuitamente a la United States Steel Corpo-

217
ration y a otras compañías en que ésta tenga un interés mayo­
ritario, todas las patentes y conocimientos técnicos que puedan
ser desarrollados p or ellas. G ) La Compañía podrá operar,
tanto comprando el mineral y vendiendo las briquetas, como
contratando solo el servicio de transform ar el mineral en bri­
quetas, o de ambas maneras. Los precios que la Compañía
aplique a las briquetas o que cargue p or el servicio de trans­
form ación, según sea el caso, serán los que señalen las condi­
ciones del mercado, sin deterioro de los precios que corres­
pondan al mineral vendido sin transformar, con lo que se anti­
cipa una razonable rentabilidad y am ortización de la inversión
hecha en la planta. Si la República decidiera ejercer su opción
para adquirir algunas de las acciones del capital de la planta
reductora, tendrá el derecho preferencial de com prar brique­
tas o de hacer procesar su mineral en la planta, pagando los
mismos precios que los otros clientes, a condición de que el
producto se utilice para la producción de hierro o acero en
Venezuela, y nunca en exceso a la proporción que le corres­
ponda en la capacidad total de la planta de reducción, repre­
sentada por el número de acciones del capital que posea.
H ) Para evitar la duplicación de los gastos y el encarecimiento
de ciertos servicios, se conviene en que la Compañía, por
decisión de su Junta Directiva, puede contratar con la Orinoco,
cuando esta sea la m ejor alternativa económica, servicios gene­
rales, tales como: representación de barcos, almacenaje, servi­
cios técnicos, transporte, administración cívica, mantenimiento,
contabilidad, administración general, etc. Estos servicios serán
facilitados al costo, incluyendo los gastos generales con ellos
relacionados, más el diez por ciento (1 0 % ). J) Dentro de su
política genera] de incentivos a la industria la República conce­
derá, si ello fuere necesario, las licencias que se requieren para
im portar la maquinaria, materiales y equipos, incluyendo
repuestos que vayan a ser usados en la construcción, operación
y mantenimiento de la planta, así com o para su posible expan­
sión previas las tramitaciones del caso. K ) P or cuanto la planta
y los procesos no han sido nunca hasta ahora empleados y
operados sobre una base comercial, se conviene en que, en
cualquier momento después de un período de dos años, contados
a partir de la fecha que la planta comience sus operaciones,
podrá la Orinoco, o su designada, p or su propia determinación,

218
dar instrucciones a sus representantes en la Junta Directiva para
que la Compañía cese en sus operaciones y que procedan a la
liquidación ordenada y/o a la venta de la Compañía y/o de
sus instalaciones, en la fecha más conveniente, si a ju icio de la
Orinoco, o el de su designada, el proceso utilizado, o la conti­
nuación de la operación de la Compañía, no parezcan ser
com ercialm ente exitosos, previa participación al E jecutivo N a­
cional. L ) A excepción de la form ación de la Compañía según
se prevee arriba, las operaciones asumidas p or la Orinoco,
incluidas las asumidas en el aparte B ) para construir, poseer
y operar la planta, estarán sujetas a la celebración de contratos
a largo plazo que den derecho a la Compañía para adquirir a
un precio razonable, la cantidad de gas natural y energía eléc­
trica necesarias para sus operaciones en el sitio de la planta
en Puerto Ordaz. A este efecto, es convenido entre las partes
que los Asesores Técnicos al servicio del E jecutivo Nacional
y de la Compañía iniciarán discusiones lo más pronto posible
para negociar contratos de largo plazo, mutuamente satisfac­
torios para suplir gas natural de calidad satisfactoria y energía
eléctrica para la planta. L L .) La República declara que: a tra­
vés de los Ministerios competentes: 1?) Acogerá, cuando ello
sea procedente, las solicitudes de la Compañía sobre exonera­
ciones de impuesto dentro de la política de incentivos seguida
por el Gobierno Nacional para estimular el establecimiento de
nuevas industrias en el país, y con especial interés en lo rela­
tivo a la exoneración del pago del Impuesto sobre la Renta
que causen los intereses que se paguen sobre los préstamos
a largo plazo a que se refiere el inciso C ) de la presente
cláusula, de conform idad con el artículo 3° de la Ley de Im ­
puesto sobre la Renta, así com o en lo referente a la exone­
ración total de los impuestos venezolanos de im portación que
graven la maquinaria, materiales, equipos y repuestos que
vayan a ser utilizados en la construcción de la planta de la
Compañía, o en su mantenimiento o expansión dentro de los
primeros diez (10) años de su iniciación de operaciones previo
el cum plim iento de las tramitaciones legales. 2°) Considerará
con simpatía la solicitud que pueda presentar el Gobierno de
los Estados Unidos de Am érica acerca de garantías que concede
dicho Gobierno con base al cambio de notas de fecha 29 de

219
noviem bre de 1962. M ) La Orinoco garantiza el cumplimiento
de todas las obligaciones que deberá cumplir la Compañía en
virtud de este convenio. CLAUSULA Q U IN TA . Las dudas y
controversias de cualquier naturaleza que puedan suscitarse
respecto a este contrato y que no puedan ser resueltas amiga­
blemente p or las partes contratantes, serán decididas p or los
Tribunales competentes de Venezuela, de conform idad con sus
Leyes, sin que p or ningún m otivo ni causa puedan ser origen
de reclamaciones extranjeras. Se hacen dos ejemplares de un
mismo tenor y a un solo efecto, en Caracas a treintiún días
del mes de enero de m il novecientos sesenta y seis. El N otario
(E do.) Enrique Arapé. Hay sello que dice; “ República de
Venezuela N otario Prim ero N otaría Pública de Caracas” . Los
Otorgantes (fd o s .) José S. Núñez Aristim uño -Cari G. Hogberg.
Los Testigos (fd o s .) Francia Bajares - José David Caro” .
Copia que expide a solicitud del Dr. Armando Travieso
Paúl, la cual fue agregada al Cuaderno de Comprobantes. Cara­
cas, siete de febrero de m il novecientos sesenta y seis.

Dr. E n riq u e Méndez Escalante


N ota rio Público Tercero

220
O R IN O C O M IN IN G C O M P A N Y ANEXO "A "
A ctas levantadas por E stim a ción d e Precios
1954-1958

A ñ os ACTA M o n to d el R ep a ro P L A N IL L A Im p u e s to L iq u id a d o T o ta l Im p u e s to
F echa Bs. N? Fecha Bs. Bs.

1954 2 22-11-58 12.855.919.55 401.905 12-8-60 956.384,38


2-A 22-8-61 2.083.302,73 404.194 2-9-61 436.244,55 1.392.628,93

1955 2 22-8-61 34.129.067,72 404.195 2-9-61 9.948.623,25 9.948.623,25

1956 5 22-8-61 56.721.074,29 404.196 2-9-61 16.534.193,14


6 22-8-61 26.658.904,93 200.093 2-9-61 27.080.272,92 43.614.466,06

1957 3 22-8-61 63.112.156,27 404.197 2-9-61 18.457.088,81


4 22-8-61 29.553.813,01 200.094 2-9-61 15.774.964,16 34.232.052,97

1958 3 22-8-61 79.141.685,81 404.198 2-9-61 40.917.167,39


4 22-8-61 4.746.836,03 200.095 2-9-61 8.325.854,87 49.243.022,26

138.430.793.47

NOTA:
P a ra los años 1959 a 1964 no se han levan tad o
A cta s p o r estim a ción d e precios.

Notaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero de


mil novecientos sesenta y seis. 156? y 107. Este es uno de los
anexos presentados p or los otorgantes, quienes dijeron ser el
mismo a que se refieren en el documento autenticado hoy,
el cual quedó anotado bajo el N? 66 tom o 10 de los Libros de
Autenticaciones llevados p or el N otario Primero.

E l Notario,
E n riq u e Arapé,

Los Otorgantes,
(firm as ilegibles)

221
ORINOCO M IN IN G CO M PA N Y A N E X O “B "
Actas levantadas por Ingresos no Declarados de la N A V IO S C O RPO R A TIO N
1956 -1964

Aw) ACTA S .Voníc P lA lilL L A Uonio ncío Distribución


iV? Fecha del Reparo A*’ Fecha de la Planilla O.M.C. N A V IO S
1956 2-A (1 ) 23-3-61 3 .1 7 3 .4 5 6 ,7 0 2 0 0 .0 2 6 13-4-61 760.417,57 (3 2 .9 4 6 ,6 2 ) 793.364,19
1957 2 4-11-60 8 .7 2 0 .5 9 9 ,5 0 200 .0 3 9 4-4-62 4 .3 6 0 .2 9 9 ,7 5 __ 4 .3 6 0 .2 9 9 ,7 5
1958 2 (1 ) 9-8-61 1 0 .63G.353,00 2 0 0 .0 8 6 18-8-61 2 .0 5 1 .0 7 4 ,1 8 (6 0 8 .014,75) 2 .6 5 9 .0 8 8 .9 3
1959 2 (1 ) 4-7-62 1 1 .0 8 0 .6 3 6 ,7 5 200 .0 9 6 7-8-62 2 .1 6 4 .5 8 1 ,8 1 (6 0 5 .5 7 7 ,3 7 ) 2 .7 7 0 .1 5 9 ,1 8
1960 1 (2 ) 5-2-65 1 1 .5 3 3 .4 2 8 ,7 0 2 0 0 .0 0 7 31-3-65 5 .7 6 6 .7 1 4 ,3 5 __ 5 .7 6 6 .7 1 4 ,3 5
1961 2 11-6-65 7 .9 2 6 .7 8 2 ,0 0 __ 3 .9 6 3 .3 9 1 ,4 0 __ 3 .9 6 3 .3 9 1 ,4 0
1962 2 11-6-65 6 .3 6 5 .8 2 8 ,0 0 --- 3 .1 8 2 .9 1 3 ,6 0 __ 3 .1 8 2 .9 1 3 .6 0
1963 2 11-6-65 6 .0 1 3 .3 1 2 ,0 0 --- --- 3 .0 0 6 .6 5 6 ,0 0 3 .0 0 6 .6 5 6 ,0 0
1964 1 15-10-65 9 .7 3 4 .2 3 2 ,0 0 --- 4 .8 6 7 .1 1 6 ,0 0 ------- 4 .8 6 7 .1 1 6 ,0 0
7 5 .1 8 4 .6 2 8 ,6 5 3 0 .1 2 3 .1 6 4 ,6 6 (1 .2 4 6 .5 3 8 ,7 4 ) 3 1 .3 6 9 .7 0 3 ,4 0

N OTAS:
( 1) E sta s A ctas contienen además de los i'eparos por ingresos no declarados de Navios, créditos
concedidos a Orinoco, por lo cual en la distribución de los impuestos aparecen cantidades
negativas.
( 2) E l monto total de la planilla de 1960 es de Bs. 6 .2 2 4 .4 3 3 ,0 1 de los cuales corresponden
y
B s. 5 .7 6 6 .7 1 4 ,3 5 a Navios B s. 4 5 7.718,66 a Orinoco.

N otaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero


de m il novecientos sesenta y seis. 145 y 107. Es es uno de los
anexos presentados p o r los otorgantes, quienes dijeron ser el
m ism o a que se refieren en el documento autenticado boy,
el cual quedó anotado bajo el N? 66, tom o 10 de los Libros de
Autenticaciones llevados p or el N otario Prim ero.

E l Notario,

Dr. E n riqu e Arapé,


N otario Público Prim ero

Los Otorgantes,
(firm as ilegibles)

222
O R IN O C O M I N I N G C O M P A N Y
Actas levantadas p o r con cepto de R ep aros a C osto y Deducciones
1955-1963
ANEXO "C

A C TA M o n t o d e l reparo P L A N IL L A Im p u e s to T o ta l
Años Al? Fecha Bs. N? Fech a L iqu id a d o Im p u e s to
Bs.

1955 1 14-1-60 6.194.225,50 401.934 (3 ) 19-8-60 135.122,65 135.122,65

1956 1-A 23-3-61 1.393.541,41 401.854 13-4-61 369.288,47


3-A 29-1-62 756.127,02 490.005 16-2-62 200.373,67
4 2-6-61 258.927,14 200.032 5-6-61 64.731,79
4-A 29-1-62 29.938,71 200.012 16-2-62 7.484,67
2-A 23-3-61 (1 ) (131.786,39) 200.026 13^1 32.946,60 608.932,00

1957 1-A 29-1-62 8.019.186,33 200.014 16-2-52 3.605.173,57


5 4-7-62 200.882,95 200.140 15-11-62 110.485,61 3.715.659,18
1958 1 9-8-61 5.444.021,96 403.909 18-8-61 2.477.032,72
5 4-7-62 11.899,96 — — 3.202.222,44
6 4-7-62 (6.031.189,89) — ___ (1.507.797,48)
7 266-64 607.643.,00 ___ ___ 288.630,43
8 26-6-64 607.643.,00 ___ ___ 7.595,54
2 9-8-61 (1 ) (2.243.058,96 200.086 18-8-61 (608014,73) 3.859.668,92
1959 1 4-762 3.682.680,49 490.037 9-8-62 2.378.985,65
3 5-2-62 906.353,00 490.034 31-3-65 430.517,67
4 5-265 906.353,00 200.005 31- 3-65 11.329,41
5 10-2-65 5.383,93 490.035 31-3-65 2.557,36
6 10-2-65 5.383,93 200.096 31-3-65 67,30
2 4-7-62 (1 ) (2.422.309,49) 200.096 7-8-62 (605.577,37) 2.217.880,02

1960 1 5-2-65 (2 ) 915.437,32 200.007 31-3-65 457.718,56 457.718,66

1961 1 5-2-65 851.951,00 200.008 31-3-65 425.975,50 425.975,50

1962 l 5-2-65 874.906,00 200.009 31-3-65 437.453,00 437.453,00

1963 1 5-2-65 407.148,00 200.010 31-3-65 203.574,00 203.574,00

TO TA L
2 J.062.294,92

NOTAS:

(1 ) Estas cantidades corresponden a los créditos concedidos a O rin oco


en las A ctas levantadas p o r ingresos no d eclarados de N avios.

(2 ) E l m on to tota l de la plan illa de 1960 es de Bs. 6,224.433,01 de los


cuales corresponden Bs. 5.766.714,35 a N a vio s y Bs. 457.718,66
a O rinoco.

(3 ) E l m o n to de la plan illa d e 1955 es de Bs. 154.855,63 que se m odi­


fica rá a Bs. 135.122,65.

Notaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero


de m il novecientos sesenta y seis. 156? y 107?. Este es uno de
los anexos presentados p or los otorgantes, quienes dijeron ser
el mismo a que se refieren en el documento autenticado hoy,
el cual quedó anotado bajo el N? 66, tom o 10 de los Libros de
Autenticaciones llevados p or el N otario Primero.

El Notario,
Dr. E n riq u e Arapé Los Otorgantes,
Secretario Público Prim ero (firm as ilegibles)
S IT U A C IO N D E L A S P L A N IL L A S L IQ U ID A D A S A L A
O R IN O C O M LN IN G C O M P A N Y

19M . 1964

TBIBUNAI, ABltlNISTEACION OEXEEAL


de
APELACIONES

E S T IilA C IO N D E P R E C IO S

1954 2 22-11-58 401905 12-8-60 956.384.38


1954 2-A 22-8-61 404194 2-9-61 436.244.55
1955 2 22-8-61 404195 2-9-61 9.948.623.25
1956 5 22-8-61 404196 2-9-61 16.534.193.14
1956 G 22-8-61 200093 2-9-61 27.080.272.92
1957 3 22-8-61 404197 2-9-61 18.457.088.81
1957 4 22-8-61 200094 2-9-61 15.774.964.16
1958 3 22-8-61 404198 2-9-61 40.917.167.39
1958 4 22-8-61 200095 2.9-61 8.325.854.87

138,430.793.47 138.430.793.47

N A V IO S C O R P O R A T IO N

1956 2-A 23 3-61 200026 793.364.19


1957 2 4-11-60 200039 4.360.299.75
1958 2 9-8-61 200086 2.659.088.93
1959 2 4-7-62 200096 2.770.159.18
1960 1 5-2-65 200007 (3 ) 5.766.714.35
1961 2 11-6-65 3.963.391.40
1962 2 11-6-65 _ 3.182.913.60
1963 2 11-6-65 __ 3.006.656.00
1964 1 15-10-65 — 4.867.116.00

5,153.663.94 5.429.248.11 5.766.714.33 15.020.077.00 31.369.703.40

O R IN O C O (C O S T O S Y D E D U C C IO N E S )

a) Actas levantadas
1955 1 14-1-60 401934 19-8-60 ( 2 ) 135.122.65
1956 1-A 23-3-61 401854 13-4-61 369.288.47
3-A 29-1-62 490005 16-2-62 200.373.67
4 2-G-61 200032 5-6-61 64.731.79
4-A 29-1-62 200012 16-2-62 7.484.07
2-A 23-3-Cl 200026 13-4-61 ( ! ) (32.946.60)
1957 1-A 29-1-62 200014 16-2-62 3.605.173.57
1957 S 4-7-62 200140 15-11-62 10.485.61
1958 1 9-8-61 403909 18-8-61 2.477.032.72
4-7-62 _ — 3.202.222.44
5
6 4-7-62 — — (1.507.797.48)
7 26-6-64 — — 288.630.43
8 26-6-64 _ — 7.595.54
2 9-8-61 200086 18-8-61 (1 ) (608.014.73)
1959 1 4-7-62 490037 9-8-62 2.378.985.65
3 5-2-65 490a34 31-3-65 430.517.67
4 5-2-65 200005 31-3-65 11.329.41
5 10-2-65 490035 31-3-65 2.557.36
6 10-2-65 200006 31-3-65 67.30
2 4-7.62 20009G 7-8-62 ( 1 ) (605.577.37)
1960 1 5-2-65 2000(n 31-3-65 ( 3 ) 457.718.66
1961 1 5-2-65 200008 31-3-65 425.975.50
1962 1 5-2-65 200009 31-3-65 437.453.00
1963 1 5-2-65 200010 31-3-65 203.574.00

4,214.105.57— rmmru—oeooo) ososor 12.oei,983.9:


b) Actas sin levantar

1961 647.966.05
1962 732.227.07
1963 430.178.49
1964 373.951.01

“TT084T322T62 2.084.322.62
Sub-total

T O TA L GENERAL 9.367.769.51 147.748.076.11 7.735.907.25 19.095.050.55 183.946.803.42

(1 ) Estaa cantidades responden a los créditos concedidos a O .M .C . en


las Actas levantadas por ingresos no declarados de Navios, en su decla­
ración consolidada de Impuesto A dicional.
E l monto de la planilla N — 401934 es de Bs. 154.855.63 que se modi-
f ic a r i a Bs. 135.122.65.
E l monto de la planilla N — 200007 es de Bs. 6.224.433.01, de los cuales
corresponden £ s. 5.766.714.35 a
Navios y Bs. 457.718.66 s Orinoco.

224
Notaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero de
mil novecientos sesenta y seis. 156? y 107?. Este es uno de los
anexos presentados p or los otorgantes, quienes dijeron ser el
mismo a que se refieren en el documento autenticado boy, el
cual quedó anotado bajo el N? 66 tomo 10 de los Libros de
Autenticaciones llevados por el N ota rio Primero.

El Notario,

Dr. E n riq u e Arapé


N otario Público Prim ero
Los Otorgantes,
(firm as ilegibles)

ORINOCO M ININO COM PANY


Impuesto a Pagar
19544965

Tipo Otros Reparo» Total Impuesto* a Pagar


Afcw de Reparos Precio* Orinoco M isiaj •Vovtoi Corporation
Cambio i Bs. $ B». « B». 9 Bs.

1954 «- _ _ _ _ _ _ _
1955 3.33 1.091.263,69 3.633.974,68 40..')77.37 135.122,65 _ 1.131.861.06 3.709.097,33
1956 3.33 2.601.422,70 8.662.737,61 182.862.46 608.932.00 238-247.50 793,364,19 3.022.532,66 10.065.033,80
1937 3,33 4.002.506.46 ]3.328.346.ül 1.115.813.56 3.715.659,18 1.309.399.32 4.360,299,75 6.427.719,34 21.404.305,44
1958 3.33 4.094.808,68 13.635.712.90 1.159-059,73 3.859.668,92 798.525,20 2.659.088.93 6.052.393,61 20.154.470,75
1959 3.33 4.759.341,43 15.848.606,98 6G6.030.a3 2.217.880,02 831.879,63 2.770.109,18 6,257.251.09 20.836.646.18
19C0 3,33 1.030.637,09 3.432.021,50 137.453,05 457.718,66 1.731.746,05 5,766.714,35 2.899.836,19 9.656.454,51
425.975,30 1.190.207,62 3.963.391,40 1.318.128,19 4.389.366,90
1%1
1962
3,33
3,33 _ _ 127.920,57
131.367.26 437.453,00 955.829.90 3.182.913,60 1.087.197,16 3.620.366,60
1963 3.33 380.629,13 1.267.495,00 61.133,33 203.574,00 902.899,69 3.006.656,00 1.344.662.15 4.477.725,00

Sub-total 17.960.629.18 59.808.805,18 3.622.217.36 12.061.983,93 7.958.734,91 26.502.587,40 29.541.581,43 98.373.466.51


1964 4,40 827.358,40 3.640.377,00’ — — 1.196.162,72 4.867.116,00 1.933.521,12 8.507.493,00

Sub-total 18.787.987.58 63.449.272,18 3.622.217,36 12.061.983,93 9.064.807,63 31.369.703,40 31.475.102,57 106.880.939,51

Actas posteriores por otro»


reparos a la Orinoco:
1961 3,33 164.554,37 547,966,05
1962 3,33 219.888,01 732.227,07
1963 3,33 129.182.73 430.178,49 598.613,98 2.084.322,62
1964 4,40 84.988,87 373.95l,01*

Ajuste a U declaración
de 1965 850,000,00 3.740.000.00

Sub-total 32.923.716,55 112.705.282,13


Multas:
1955 3,33 1.985.048,73 6.610.212,33
1964 •4,40 91.234,72 401.432,80

TO TAL 35.000.000,00 119.716.927,26

Notaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero de


m il novecientos sesenta y seis. 156? y 107?. Este es uno de los
anexos presentados p or los otorgantes, quienes dijeron ser el
mismo a que se refieren en el documento autenticado boy, el

225
cual quedó anotado bajo el N? 66 tom o 10 de los Libros de
Autenticaciones llevados p or el N otario Primero.

El Notario,

Dr. E n riq u e Arapé


N otario Público Prim ero
Los Otorgantes,
(firm as ilegibles)

O R IN O C O M I N I N G C O M P A N Y
D eterm inación del R ep aro po r Estimación de Precios
F ó rm u la prevista p o r la Transacción
1954.1964

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
C otiza ció n del M essabi-Son-Bcsscm er P r e c io P to . Ordaz
T.G. ¡Jineral Diferencia Precio Frecio 0-U.C. T.G. mcTTO T .a . BUrro Precio Diferencia T.4/. Sierro Reparos a
Sl.0 % Fe con precio 1963 T. G. Uicrro 1963. Jjujtado. $ B*. Declarado TAI. Bierro Vendidas la Senta
$ 5 i T.O.H. (4 + 3 ) (SX3.27Î4) T.ÌT. Bicrro Bs. PuS-4. Bs.
(10.30-CoI I ) (2-^51.1)xlOO » lis. (6 T ) (8 X 9 )

1954 9.9 0 (0 .6 5 ) (1 .2 6 2 1 ) 13.9168 12.6547 41.4746 38.3708 3.1038 1.802.908 5.595.866


1955 10.10 (0 .4 5 ) (0 .8 7 3 8 ) 13.9168 13.0430 42.7472 38.2705 4.4767 3.063.219 13.713.112
1956 (I c r . T rim .) 10.85 0.3 0 0.5825 13.9168 14.4993 47.5201 38.2104 9.3097 793.419 7.3 86 .49 3
1956 (3 T rim .) 10.85 0.3 0 0.5825 13.9168 14.4993 47.5201 42.4104 5.1097 2.986.709 15.261.187
1977 (l e r . T rim .) 11.45 0 ,90 1.7476 13.9168 15.6644 51.3366 42.4797 8 .8 5 .8 9 702.558 6.223.891
1957 (3 T rim .) 11.45 0 .90 1.7476 1.3.9168 15.6644 51.3386 46.4797 4.8589 4.205.232 2 0.432.802
1958 11.45 0 .90 1.7476 13.9168 15.6644 51.3380 45.7490 5.5896 5.076.516 28.375.694
1959 11.45 0 .90 1.7476 13.9168 15.6644 51.3386 45.7011 5.6375 5.766.734 32.509.963
1960 (l e r . T rim .) 11.45 0 .90 1.7476 13.-9168 15,6644 51.3386 46.0633 5.2733 1.547.035 8.161.074
1960 (3 T rim .) 11.45 0 .90 1.7476 13,9168 15.6644 51.3386 51.6000 (0 .2 6 1 4 ) 4.961.863 (1 .2 9 7 .0 3 1 )
1961 11.45 0.90 1.7476 13.9168 15.6644 51.3386 51.6000 (0 .2 6 1 4 ) 4.261.590 —
0 .10 0.1942 13.9168 14.1110 46.2475 51.6000 (5 .3 5 2 5 ) 4.068.367 —
1962
1963
10.65
10.55 _ _ 13.9168 13.9168 45.6110 45.0000 0.6110 4.148.921 2.534.990
1964 10.55 — — 13.9168 13.9168 6 0 .26 6 7* 58.7990 1.4677 4.960.656 7.280.755

1965 10.55
_ _ 13.9168 13.9168
48.345.727 146.178.790

P re c io 1965 — $ T . G. 13.5778
$ 0 .20/59% F e 0.3390
P re c io A ju stad o 1965 13.9168 (Colum na 4 ) .
• 13.9168 X 4.3305
C on base en los reparos determ inados en la columna 10 se liqu idaron los impuesto*
que aparecen en e l A n e x o D.

N otaría Pública de Caracas. Caracas treinta y uno de enero de


m il novecientos sesenta y seis. 156? y 107?. Este es uno de los
anexos presentados por los otorgantes, quienes dijeron ser
el mismo a que se refieren en el documento autenticado hoy,
el cual quedó anotado bajo el N? 66 tomo 10 de los libros de
Autenticaciones llevados p or el N otario Primero.

El Notario,
(firm a ilegib le)
Los Otorgantes,
(firm as ilegibles)

226
T R IB U N A L P R IM E R O DE A P E LA C IO N E S D EL IM PU ESTO
SOBRE L A R E N TA. Caracas, quince de febrero de m il nove­
cientos sesenta y seis.
155? y 107?

Vista com o ba sido la diligencia de fecba catorce de febrero


de m il novecientos sesenta y seis, estampada p or los Doctores
Luis Casado H idalgo y Aristides Rengel Rom berg, en su carác­
ter de D irector de Personería del Fisco de la Procuraduría
General de la República y Apoderado de la Apelante respecti­
vamente, p or la cual piden al Tribunal la bom ologación de la
transacción verificada entre el Fisco Nacional y la Orinoco
Mining Company, p or los impuestos Cedular y Complem entario
y a las declaraciones consolidadas de rentas presentadas por
la Orinoco M ining Company y de Navios Corporation para fines
del Impuesto Adicional, relativos a sus actividades durante
el lapso com prendido entre los años 1954-1964 ambos inclusive;
y p or cuanto entre los reparos ob jeto de la transacción figuran
los que ban dado lugar a la emisión de las planillas Nos.
200026 del 13-4-61 p or Bs. 760.417,57 y N? 401854 del 13-4-61
por Bs. 369.288,47, com o aparece de los anexos B y C-1 del
documento de transacción, que consta en documento auten­
ticado p or ante la N otaría Pública de Caracas, N otario Primero,
de fecba 31 de enero de 1966, b ajo el N? 66, Tom o 10 de Auten­
ticaciones y cuya copia certificada corre en autos, este Tribunal
declara: Dése p or terminada la causa contenida en los expe­
dientes acumulados 321 y 322 y en consecuencia procédase
respecto de ellos com o en Sentencia pasada en Autoridad de
cosa juzgada, de conform idad con los Artículos 1.713 y 1.718
del Código Civil. Archívese el expediente.

El Juez Presidente,
(firm a ilegible)

Los Vocales,
(firm as ilegibles)

El Secretario,
(firm a ile g ib le )”

227
Caracas, veintiséis de octubre de mil novecientos sesenta y
siete.

El Secretario,
(firm a ilegib le)

Las presentes actuaciones se devolvieron a su solicitante en


veintisiete (2 7) folios útiles en esta misma fecba.

El Secretario,
(firm a ilegible)

228
A N E X O N« 3*

Copia certificada de la transacción celebrada entre la República


de Venezuela y el Banco de Venezuela, S. A., el 18 de agosto de
1965, en materia de impuesto sobre la renta.

Ciudadano
Presidente del Tribunal Prim ero del Impuesto sobre la Renta
Su Despacho.

En conform idad con lo dispuesto en el artículo 218 del


Código de Procedim iento Civil, ruego respetuosamente a usted
tenga a bien ordenar se me expida p or Secretaría, al pie de la
presente solicitud, copia certificada de los documentos que
corren a los folios 209, 210, 211, 212, 213, 214, 215, 216 y 217,
con sus respectivos vueltos, del Expediente Nos. 319 y 320 (acu­
m ulados) que cursó en el Tribunal de su digno cargo, concluida
com o ba sido ya la causa ventilada en él.
P ido se me devuelva original con sus resultas.
Justicia. Caracas, veintiséis de octubre de m il novecientos
sesenta y siete.
F loren cio Contreras Q uintero
C. de I. N? 253501

* Ver Fotograbados de estos documentos, págs. 321-338.

229
T R IB U N A L P R IM E R O DE IM PU E S TO SOBRE L A R ENTA.
JUZGADO DE SU STANCIACIO N. Caracas, veintiséis de octubre
de m il novecientos sesenta y siete. 157? y 109?. Vista la solicitud
contenida en el escrito que antecede el Tribunal acuerda en
conform idad. Expídanse p or Secretaría las copias certificadas
de los documentos que corren a los folios Nos. 209, 210, 211,
212, 213, 214, 215, 216 y 217 con sus respectivos vueltos.

E l Juez Sustanciador,
(firm a ilegib le)
E l Secretario,
(firm a ilegib le)

D A N IE L C A STILLO H E R N A N D E Z, Secretario del Tribunal Pri­


mero de Im puesto sobre la Renta, en aplicación analógica de la
norma contenida en el artículo 105 de la Ley de Registro Pú­
blico vigente y en acatamiento a lo dispuesto en el auto ante­
rior C E R T IFIC A : la autenticidad de la copia fotostática que
sigue, la cual es fie l y exacta de su original, documento que
corre inserto a los folios Nos. 209, 210, vuelto, 211, vuelto,
212, vuelto, 213, vuelto, 214, 215, 216 y 217 del expediente N?
320 y 319, acumulados, contentivo de la apelación interpuesta
por el Banco de Venezuela. De igual manera C E R T IFIC A : Que
dicba copia fue debidamente confrontada con el instrumento
original p or la ciudadana Odilia Enmanuelli S., escribiente del
Tribunal y titular de la Cédula de Identidad N? 960.222, quien
fue autorizada al efecto por el ciudadano doctor Jaime Parra
Pérez, Juez Presidente de este Tribunal.

"E n la audiencia de boy diez y seis de setiembre de m il novecien­


tos sesenta y cinco, comparecen p or ante este Tribunal los Doc­
tores Luis Casado Hidalgo, en representación de la República de
Venezuela, carácter que consta de O ficio número 4.510 de 22
de agosto de 1963, que reposa en los archivos de este Tribunal,
p or una parte; y p or la otra Ernesto Paría Galán, en represen­
tación del Banco de Venezuela S. A., carácter que consta en
autos, y exponen: P or cuanto entre la República de Venezuela
y el Banco de Venezuela S. A. se ba celebrado una transacción
en lo que respecta a los impuestos y multas correspondientes

230
a los años com prendidos entre el año de 1954 y prim er semestre
de 1962, según consta de documento protocolizado en la Oficina
Subalterna de Registro Público del Tercer Circuito de Registro
del Departamento Libertador del Distrito Federal el 18 de
agosto de 1965, bajo el N? 19, fo lio 64, del Protocolo Prim ero
Tom o 21, cuya copia certificada se consigna en este acto a los
fines legales consiguientes, solicitamos al Tribunal se sirva
hom ologar la transacción consignada y en consecuencia ponga
fin al presente ju icio contenido en los expedientes números
320 y 319, acumulados, y ordene el archivo del expediente.
Term inó, se leyó y conforme firman.

El Juez Sustanciador,
(firm a ilegible)

El Representante de la República de Venezuela,


(firm a ilegible)

El Representante del Banco de Venezuela,


(F irm a ilegib le)
E l Secretario,
(firm a ilegib le)

E l suscrito Registrador Subalterno del Tercer Circuito de


R egistro del Departamento Libertador del Distrito Federal,
C E R T IF IC A : que el documento registrado el 18 de agosto de
1965, bajo el N? 19, fo lio 64, Prot. 1? tom o 21, y el cual alude
el O ficio de la Procuraduría General de la Nación N? 3229 de
fecha 24-8-65, copiado textualmente dice así: "N? 19. Entre la
República de Venezuela, representada en este acto p or el Dr.
José S. Núñez Aristimuño, quien actúa en su carácter de Procu­
rador General de la República, debidamente autorizado p or el
Presidente de la República, p or órgano del M inisterio de Ha­
cienda, según consta de oficios Nos. H-220 de 4 de agosto de
1965 y H-226 de 17 del mismo mes y año, previo inform e de la
Contraloría General de la República contenido en oficio N?
647 de 17 de agosto de 1965, p or una parte, y p or la otra, el
Banco de Venezuela S. A., dom iciliada en esta ciudad, repre­
sentada p or el ciudadano Feliciano Pacanins A., en su carácter

231
de Presidente de dicho Instituto y quien actúa debidamente
autorizado p or la Junta Directiva del mismo en su sesión de
fecha 12 de agosto del presente año; copia certificada de dicha
autorización se acompaña para ser agregada al Cuaderno de
Comprobantes; y a fin de poner término a los reclamos ju di­
ciales y administrativos que más abajo se indican, referentes
a impuestos sobre la renta y multas correspondientes, a los
años 1954 a 1962 (P rim e r Sem estre), ambos inclusive, y en
atención a la Sentencia de la Corte Suprema de Justicia en
Sala Político-Adm inistrativa de 14 de junio de 1965, publicada
en la Gaceta O ficial N? 27.806 de 7 de agosto de 1965, y por
cuanto: 1?) P or Ley de 18 de junio de 1940, publicada en la
Gaceta Oficial N? Extraordinario de 19 de ju n io de 1940,
reimpresa p or error de copia en la Gaceta Oficial N? 20.306 de
8 de octubre del mismo año, fue aprobado el contrato suscrito
entre el E jecutivo Federal de los Estados Unidos de Venezuela
y el Banco de Venezuela S. A., mediante el cual este Instituto
quedó constituido mandatario del Fisco Nacional com o Banco
Auxiliar de la Tesorería Nacional, dentro y fuera de la República
para percibir los ingresos nacionales y hacer los pagos que
se le ordenen, conform e a las estipulaciones del contrato y a las
disposiciones legales sobre la materia. 2?) En el artículo 20 de
dicho contrato se estableció que el Banco de Venezuela, sus
sucursales y Agencias p or virtud del servicio fiscal a que se
refiere el presente contrato, quedan equiparadas a las Oficinas
de la Tesorería Nacional, y en consecuencia estarán exentos
de impuestos o contribuciones directas establecidas por la
Nación, los Estados o las Municipalidades” . 3?) Este Contrato,
en virtud de prórrogas automáticas previstas en su artículo
28, y de acuerdo con la "L e y Aprobatoria del Convenio de
Prórroga del Contrato celebrado entre el E jecutivo Nacional
y el Banco de Venezuela” de fecha 9 de ju lio de 1954, publicado
en la Gaceta O ficial N? 24.497, de 21 de ju lio del mismo año,
continuó vigente hasta el 30 de junio de 1962, cuando fue denun­
ciado p or las partes. 4?) La Administración General del Im ­
puesto sobre la Renta ha venido form ulando, p or lo que res­
pecta al año 1943, prim er período de vigencia de la Ley de
Im puesto sobre la Renta, y a los períodos subsiguientes hasta
la denuncia del contrato, año 1962 (p rim er sem estre), liqui­

232
daciones y reparos de impuestos y multas, p or considerar la
referida Adm inistración que el Art. 20 del contrato antes men­
cionado, no exime del Impuesto sobre la Renta a dicba em­
presa, sosteniendo esta en cambio que dicbo artículo si la
exime. 5?) El monto de los reclamos formulados p or la Adm i­
nistración General del Impuesto sobre la Renta, de acuerdo a
lo anteriorm ente dicbo, incluyendo impuestos y multas cau­
sados durante los periodos mencionados (1943-1962, 1er. semes­
tre), alcanza a la cantidad de cincuenta y ocbo millones veinti­
nueve m il ochocientos dieciocho bolívares con noventa y cinco
céntimos (Bs. 58.029.818,95), com o se especifica en el Anexo
“ A ” que, firm ado p or el Procurador General de la República
y el ciudadano Feliciano Pacanins A., form a parte integrante
de este convenio y se anexa para ser agregado al Cuaderno de
Comprobantes. 6?) La Corte Suprema de Justicia, Sala Político-
Administrativa, el 14 de junio del presente año, con m otivo del
recurso interpuesto p or el Banco de Venezuela, S. A., contra sen­
tencia interlocutoria del Tribunal Accidental N? 2 de Apelaciones
del Im puesto sobre la Renta, de 22 de junio de 1961, que declaró
consumada la perención de los recursos interpuestos p or el
Banco contra las Planillas de liquidación de impuestos sobre la
Renta y multas correspondientes a los años 1943 a 1953, ambos
inclusive, dictó sentencia que confirm ó el referido fa llo interlo­
cutorio en todas sus partes, quedando definitivam ente firm es
las planillas correspondientes a dichos años, con m onto total de
quince millones trescientos noventa y ocho m il cuatrocientos
diez bolívares con cuatro céntimos (Bs. 15.398.410,04). T ) En las
conversaciones sostenidas por las partes el Banco de Venezuela
ha alegado, com o base de discusión para una transacción, el
criterio sustentado p or la Administración General del Impuesto
sobre la Renta en o ficio de 12 de marzo de 1947, marcado con el
N? 921, donde se establece que "las actividades de ese Banco
en su calidad de Compañía Anónima bancaria propiamente
dicha, hecha abstracción de sus actividades como Banco Auxi­
liar de Tesorería, están gravadas p or la Ley de Impuesto sobre
ia Renta” , criterio éste que, a ju icio de las partes, conciba las
posiciones extremas a que se refiere el Considerando 4?) de este
Convenio. 8?) Que, estudiadas por la Administración General
del Impuesto sobre la Renta, diversas alternativas tendientes a

233
aplicar la posición interm edia a que se refiere el punto anterior
se escogió, con base a lo expuesto p or el E jecutivo Nacional en
el o fic io antes citado, y com o la más adaptable a una fórm ula
de transacción, la que arroja un m onto de dieciocho millones
doscientos setenta y un mil ciento cincuenta y cuatro bolívares
con noventa y tres céntimos (Bs. 18.271.154,93) de impuestos
para los ejercicios fiscales comprendidos entre 1954 a 1962
(p rim er sem estre), ambos inclusive, mas tres millones seis­
cientos setenta y cuatro mil cuatrocientos cinco bolívares con
noventa y seis céntimos (Bs. 3.674.405,96) que es la cuantía de
las multas correspondientes al mismo período. 9?) Que a fin de
poner término a las causas fiscales pendientes ante el Tribunal
de Apelaciones del Impuesto sobre la Renta, y precaver otras
cuya etapa administrativa se cumple actualmente ante la Adm i­
nistración del mismo impuesto, en relación a los reclamos de
impuesto sobre la renta y multas formuladas al Banco de Vene­
zuela S. A., para el período señalado en el punto precedente
se estima aconsejable efectuar una transacción, las partes con­
vienen en lo siguiente: Cláusula Primera: La cantidad a pagar
p or el Banco de Venezuela S. A., sobre los ejercicios fiscales
com prendidos entre los años de 1954 a 1962 (P rim e r Sem estre),
ambos inclusive, p or concepto de impuestos y multas, se liqui­
dará con base a la fórm ula o alternativa mencionada en el
Considerando 8? de este Convenio, que comprende p or concepto
de impuestos dieciocho millones doscientos setenta y un mil
ciento cincuenta y cuatro bolívares con noventa y tres céntimos
(Bs. 18.271.154,93), mas la cantidad de tres millones seiscientos
setenta y cuatro m il cuatrocientos cinco bolívares con noventa
y seis céntimos (Bs. 3.674.405,96), por concepto de multas
correspondientes al mismo período; pero a fin de facilitar la
transacción y conform e a lo solicitado p or el Banco de Vene­
zuela S. A., el monto total a pagar p or ambos conceptos, se
reduce a diecisiete millones de bolívares (Bs. 17.000.000,oo).
Cláusula Segunda: El pago de la cantidad de diecisiete millones
de bolívares (Bs. 17.000.000,oo), a que se refiere la Cláusula
anterior se hará mediante cuotas anuales, iguales y consecutivas
en un plazo de cinco (5 ) años contados a partir del 1? de agosto
de 1965. El m onto de las referidas cuotas anuales será, en
consecuencia, de tres millones cuatrocientos m il bolívares (Bs.
3.400.000,oo) cada uno. Queda expresamente entendido que

•234
el Banco de Venezuela S. A., podrá hacer pagos anticipados, y
los mismos serán imputados a las cuotas pagadas en orden
inverso a su vencimiento. Cláusula Tercera: El Banco de Vene­
zuela S. A., pagará igualmente al Fisco Nacional intereses al
tres p or ciento (3 % ) anual sobre saldos deudores, en la opor­
tunidad de cancelar las cuotas anuales correspondientes.
Cláusula Cuarta: La cantidad de quince millones trescientos
noventa y ocho m il cuatrocientos diez con cuatro céntimos
(Bs. 15.398.410,04), correspondientes a los impuestos y multas
reclamados por la Administración General del Im puesto sobre
la Renta al Banco de Venezuela S. A., en razón de los ejercicios
correspondientes a los años de 1943 a 1953, ambos inclusive, a
que se refiere la sentencia de la Corte Suprema de Justicia
citada en el Considerando 6? de este Convenio, y que se encuen­
tra depositada a la orden del Fisco Nacional en el Banco Cen­
tral de Venezuela, conform e al articulo 153 del Reglamento
de la Ley de Impuesto sobre la Renta, ingresa definitivam ente
al Tesoro Nacional. Cláusula Quinta: Con la firm a del presente
documento el Gobierno Nacional y el Banco de Venezuela S. A.,
declaran no tener nada más que reclamarse en relación con
los impuestos y multas causadas de conform idad con la Ley
de Impuesto sobre la Renta en el lapso com prendido entre
los años 1954 a 1962 (P rim er sem estre), ambos inclusive, por
cuanto la presente transacción tiene carácter definitivo en rela­
ción a los referidos impuestos y multas (fd o .) José S. Núñez
Aristimuño, Feliciano Pacanins A. E l anterior documento redac­
tado p or el Dr. Luis R. Casado H idalgo y presentando para
su registro p or José Luis Aguilar, abogado y vecino; fue leído,
confrontado y firm ado por sus otorgantes, ante mí y los ciuda­
danos que suscriben, Aquiles H errera A. y Fdo. Bustamante,
testigos instrumentales, mayores de edad, que leen y escriben
el castellano y quienes conm igo dan fe de la exactitud de las
copias. Derechos según planilla 840940, son: Rg. 14,80 %
138.975 P. P. 5. S 10. Total Bs. 139.004,80. Autorización y Anexo
" A ” citados quedan com o comprobantes bajo los Nos. 301 y
302 folios 520 al 522. Los otorgantes se identificaron así: Dr.
José S. Núñez Aristimuño, venezolano, casado, C. de I. N?
553.396 y Feliciano Pacanins, venezolano, casado, C. de I. N?
10.309. Para este acto el Registrador se trasladó a la Procura­
duría General de la Nación, hoy a las 11 a.m. Caracas, dieciocho

235
(18) de agosto de mil novecientos sesenta y cinco. 156? y 107?.
Testigos: F. Bustamante, A. Herrera. El Registrador Subalterno
Acc. César Jiménez. Es copia fiel, que se expide con la colabo­
ración de Carmen de Araujo, empleada de este Registro. N o
causa derechos. Caracas, veintiséis (2 6) de agosto de m il nove­
cientos sesenta y cinco. 156? y 107?.

(F d o .) Dr. Jesús Valero.

En la audiencia de hoy, veintiuno (2 1) de septiembre de mil


novecientos sesenta y cinco, siendo las diez de la mañana,
comparece el Dr. E frain Torres Andrade, abogado-Fiscal, ads­
crito a la Adm inistración General del Im puesto sobre la Renta
y expone: “ Como observo que el documento de transacción
presentado a este Tribunal en diligencia de fecha diez y seis
(1 6) del mes en curso, carece del Anexo marcado “ A ” , en el
cual se detallan las planillas, fechas y montos de los impuestos
liquidados a cargo del Banco de Venezuela S. A. del año 1943
al Prim er semestre del año 1962, presento tal cuadro debida­
mente certificado p or el ciudadano Adm inistrador General del
Impuesto Sobre la Renta, Dr. Francisco García Hércules. Con­
form e a la misma diligencia que pide se hom ologue la transac­
ción pactada, en cuanto se refiere al ju icio acumulado que
cursa en este Tribunal bajo el N? 319 y 320, las planillas de
liquidación de impuestos objeto de dicho ju icio son: N? 94084
del 15-9-59, p or Bs. 2.955.988,94, ejercicio 1954 y N? 402316 del
11-5-61, por Bs. 2.566.705,44, ejercicio 1955. Term inó se leyó
y en constancia firman.

E l Juez Sustanciador,
(firm a ilegib le)
E l Diligenciante,
(firm a ilegib le)
El Secretario,
(F d o .) Daniel Castillo Hernández

236
OO VO ON O
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S es p r - O NO p p en o\ p r - oo en es NO p p
lO Ö ro O r-‘ en rs r-' ^-I en en
00 nO 00 ON en r-« OO OO oo ON o \ es 00 'i- r - oo o en
'¡i NO p p ON m <N
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C/D s , O no m no oo 1-^ NO s p oo e- 00 oo
1m <N e s 1-H § NO es lO o O n 0\
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^ in ^ 1p en ON e s en p o p en 1-H p p p es
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On On on On On On , O n on o n on o n On O n On O n O n O n On O n O n P h
Dr. Francisco Garcia H., Adm inistrador General del Impuesto
Sobre la Renta, quien suscribe C E R T IFIC A : que la anterior
relación de planillas de liquidación de impuestos y multas,
para los ejercicios fiscales comprendidos entre el año 1943
y el año 1959, inclusive, y el cálculo del impuesto y multa,
p or el mismo concepto, para los ejercicios de los años 1960,
1961 y Prim er Semestre de 1962, corresponde a los com pro­
bantes originales que reposan en la Adm inistración General
del Impuesto sobre la Renta y en el expediente administrativo
de la contribuyente Banco de Venezuela S. A. Caracas, dieciseis
(1 6) de agosto de m il novecientos sesenta y cinco.

El Adm inistrador General,

Fdo. Dr. Francisco García H.

Dr. Francisco Garcia Hércules, Adm inistrador General del Im ­


puesto sobre la Renta, quien suscribe, C E R T IF IC A : Que ba
confrontado la fotocopia constante de dos páginas con el docu­
mento original de certificación de planillas de liquidación de
impuesto y multa y cálculo de impuesto y multa, correspon­
diente al contribuyente BANCO DE V E N E Z U E L A S. A. y es
reproducción fiel y exacta de tal documento. Certifica igual­
mente, p or aplicación analógica del Artículo 105 de la Ley de
Registro Público, en concordancia con el Artículo 33 del Esta­
tuto Orgánico de Ministerios, que esta fotocopia ba sido becba
en esta O ficina por el ciudadano Luis W inkeljobann con Cé­
dula de Identidad N? 223877 persona capaz, autorizada p or mi
para hacerla y junto conmigo suscribe la presente certificación
y cada una de sus páginas. Caracas, dieciseis de agosto de mil
novecientos sesenta y cinco.

E l Adm inistrador General,

Fdo. Francisco García Hércules

Fdo. Luis W inkeljohann


C. I. 223877

238
T R IB U N A L P R IM E R O DE A P E LA C IO N E S DEL IM PU ESTO
SOBRE L A R E N TA. Caracas, veintiuno de septiembre de mil
novecientos sesenta y cinco.

155? y 107?

Vista com o ha sido la diligencia de fecha diez y seis de sep­


tiem bre de m il novecientos sesenta y cinco, estampada por
los Doctores: Luis Casado H idalgo y Ernesto Paría Galán, en
su carácter de Abogado adjunto del Procurador General de la
República y Apoderado de la apelante, respectivamente, por la
cual piden al Tribunal la hom ologación de la transacción veri­
ficada entre el Fisco Nacional y el Banco de Venezuela S. A.,
p or los impuestos y multas correspondientes a los ejercicios
com prendidos entre el año de 1954 y el prim er semestre de
1962, que consta en documento protocolizado por ante la Oficina
Subalterna de Registro Público, Tercer Circuito, Departamento
Libertador del Distrito Federal el 18 de agosto de 1965, bajo el
N? 19, fo lio 64, Protocolo 1?, Tom o 21, y cuya copia certificada
corre en autos, y en consecuencia se dé p or terminado el pre­
sente ju icio contenido en los expedientes N? 319 y 320, acumu­
lados, y sea archivado este; y vista también la diligencia de
fecha 21-9-65 suscrita p or el Dr. E fraím Torres Andrade, en su
carácter de Abogado Fiscal adscrito a la Administración General
del Impuesto sobre la Renta, por m edio de la cual consigna el
anexo marcado " A ” , en la que se especifican las planillas, fechas
y montos de los Impuestos liquidados a cargo del Banco de
Venezuela S. A., entre ellas las planillas objeto de este litigio,
distinguidas con los números 94084 del 15-9-59 p or m onto de
Bs. 2.955.988,94 correspondiente al ejercicio de 1954 y N?
402316 del 11-5-61 p or monto de Bs. 2.566.705,44 correspondiente
al ejercicio de 1955, este Tribunal declara: Dése p or terminada
la causa contenida en los expedientes acumulados Nos. 319 y
320 y en consecuencia procédase respecto de ellos com o en
Sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, de conform idad
con los Artículos 1.713 y 1.718 del Código Civil. Archívese el
expediente.

El Juez Presidente,
(firm a ilegib le)

239
Los Vocales
(firm as ilegibles)
E l Secretario,
(F irm a ile g ib le )’’

Caracas, veintiséis de octubre de m il novecientos sesenta y siete.

E l Secretario,
(firm a ilegib le)

Las presentes actuaciones se devolvieron a su solicitante en


catorce (1 4) folios útiles en esta misma fecba.

E l Secretario,
(firm a ilegib le)

240
A N E X O N? 1

Copia certificada de la transacción celebrada entre la República


de Venezuela y la Creole P eti’oleum Corporation y sus compañías
subsidiarias y afiliadas, el 3 de febrero de 1967, en materia de
impuesto sobre la renta.
H-66 No. 29 5 5 3 5 6

I Ciudadano

Presiderete del_ Tribunal Primero del Impuesto eobre la Rente

Su Oeapacho»«»

£n conformidad con lo dispuesto en el articulo 218 del Código de

Procedimiento Civil, ruego respetuosamente a usted tenga a bien or~

denar se me expida por Secretaría« al pie de>Xa presente solicitud«

copia certificada de los documentos corren a los folios 123, 125«

126. 127, 126, 129> 130> 131, 132, 133, 134, 135> 136. 137 y 138 del_

Expediente 442. que cursó en el Tribunal de su digno cargo, con-

, cluida como ha sido ya la causa ventilada en él.


Pido ae me devuelva original con sus resultas.

mil novecientos aesen

TRIBUNAL PRIMERO PE IMPUESTO SOBRE LA REMTÁ.- JUZGADO DE SUSTANCIA— |jg


CIOK.- Caracas, velntlseía de octubre de mil novecientos sesenta y -
siete,- 157^ y 109^" Vista la ■sol'
icltuá contenida en el escrito que-
antecede el Tribunal acuerda en conformlded. Expídanse por Secreta-
ría las coplas certificadas de los documentos que corren a los fo--
llos Nos. 12?. 125^ 126. 127» 126, 129, 1?0» 131» 132» 13?,
156, 157 y 158,-
Sust&nclador
4 L>>*

243
31 DANIEL nASTTT.LO HERNANDEZ^ Secretario del Tribunal Primero de Im— gj
p\iesto sobre la Renta« en aplicación analógica de la norma conten-1 igj
33 da en el artlc\ao 105 de la Ley de Registro Público vigente y en - ¡^
34 acatamiento a lo dispuesto en el auto anterior CERTIFICA; la auten |^
tlcldad de la copia fotostAtlca que sigue, la cual e-s fiel y exac»
ta de au originai, documento que corre Inserto a los follos Noe. -
Sì 12?. Ig^. 126. 127. Ig8 . 129. 150. 131. l?g. 1?3. 1?5. 1?6, -
1?7 V 138, deltexpèdlente N°. 1U)2. contentivo de la apelaclfin Inter 38
puesta por la Creole Petroleum Corporation.-Qe igual manera CERTIFI
CA: Que dicha copla fué debidamente confrontada con el instrxmiento
.original por la ciudadana Odilia Emroanuelll escribiente del -
Tribunal y titular de la Cédula de Identidad M®. 960.ggg, quien fué
autorizada al efecto por el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez, - !^3
Juez Presidente de este Tribunal,«

X
50
51

X 53
34i
55'
X 56
X 57
X 58

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*** , 61

244
U « u d l « n a l « d * b o y q u la o o d * l | ^ o »o la a to s (»a o a ta y s la U , o c o iia ra -

oan lo a oludadaaoa Lula R. Ca^i^-a^dalgof.^bogado auatituto dal Prooundor —

Qanaral da la Rapúblloa an la rapraa

o n a l o X® 1 A 5 S da , f e o h a 14 d a a a r z o da 1 .9 b 7 . qua aa a o o tp a fia p a n <¡ua

t a a a g n g t d o « l o a a u t o a { y R a s j L a p a m n o b a F a zp a ro d a , A p o d a n d o da l a a a p n -

m - m •a a p a la a t a e o n fo r a a p o d a r ipia o u ra a an a l a x p e d ia n ta , y axponant ’ C onaignasoa

« > i tn x*. qua aaa in o o r p o n d a a l o t a u to a o o p la o a r t l f i o a d a da l a a tra n a a o o lo n a a -

■ i f - R ' . n u B o rita a a n tr a l a RapiSblioa d a Vanasuala y l a o o o t r lb u y o n t a . - P a d la o a r a a p a -

' ; I . tu oaaaan ta a l I r l b u s a l qu a, a n aJaouoiÓD d a aua a b U p u X a o lo n a a d i p o r ta n ln a -

do • ! p n M s U j u i o i p y ordo&o oX t r o h ir o d o l o zp o d io n t«” ««» Toraiad* m lo y d

-t-,. . pw.-,'-;-: - ■ . ' ■ . a.

24r>
.R E P U B L IC A DE V E N E Z U E L A
' PROCURADURtA GENERAL DE LA REPUBLICA

E lo y L a r e s M a r t ín e z , P r o c u r a d o r G en era l de la R e p ú b lic a ,

d e c o n fo rm id a d con lo d isp u e sto en e l a r t fc u lo 55 de la L e y O rg& nica de

l a P r o c u r a d u r ía G e n e ra l do la B e p ú b lica . c e r t ific a la a u ten ticida d de la .

c o p ia que a contÍnuacl6n se t r a n s c r ib e , la cu a l es t r a s la d o fl o l y e x a c to

de su o r ig in a l a rc h iv a d o en o í D esp ach o , y cu yo te n o r e s c o m o eigu et


• f. : V

24G
V105 /

CjZi/AT ¿/'.'

J.a-HeaHbl l c a de V enezuela., one en lo adelante se designará "La B e p iib llca ". r e - a

la d a -ea ..es .te,a cto .gbr B LjIbctM - E lay Laxes M a rtfn e». quien actúa en su ca-

-adbtEi-de. Procurador General de 1 » B epiibllca. debldaawate aatorizado par e l Elecu

- liM J a c ic n i a l. por draeno d e l m a is t r o de Hacienda, aeadn canata en e l . O f l c i a N»

t e iií= 2 9 ■ de fecha 1 ° de f e brero de 1967____________ . . p revio Informe de la

o r ía Genera l de l a H epdbllca. contenido en O fic io N ° D-21B . de fecha - 7

e. enero da 19£Z_ por una p a rte , v par la o t r a , la "C re e le fe t r o le u ,B e

-C a réo ra tio n ". que en la adelante se d esign aré "La C r e ó le ", conpaafa andolina cons- 6
t í t u f r i fl de ecuardo con la s ley es dftl Estatk) de Delawaret Estados Unidos de ítíaéTi 10
. debidaaffiate do m ic ilia d a en Venezuela, seadn consta de In s c r ip c i o nes e fe c tu a - a
das en e l Re g í s tro de Coaercto Que era lle v a d o por e l Juzgado de Comercio del Dis 12
t
- I x U o J e d e r a l . Jior .deaoBinado B ealatto M erca n til de l a C ircu nscrlpcldn J u d ic ia l - 13

-del D is t r it o Federal r Estado Miranda, b alo e l H° 238 d el 11 de .junio de 1923 y - 14

15 bajo e l 22f) del 17 de a b r il de 1 9 ^ . representada en e s t e acto por su Presiden 15

te y apoderado, señor E^o E. Lxiwry. mayor de edad, de e s te d o m ic ilio , con cédula 16

de id en tida d E-84Q3. reoresen taciéB que e je r c e seqán poder p ro to co liza d o en la 17

18 O fic in a Subalterna d e l P r la e r C ircu ito de R eg istro d e l D epartam ento.Libertador - 18

13 -y
d„
Y,*„-rDr.ristrir
el t r it-r-f»
o F e d e ..„
ra l, .et
:?l......?
.•.,—
14 t,t—
de enero de | ,—^- -- ••—9, -----
1965. bajo e l fo lio —
16 v---------
t o . d el Pro “19

to c o lo T ercero P r in c ip a l. Toreo 1®. y tus compañías sa b a id ia ria s y a filia d a s que SO

\ coptinuación se aencionap. las cuales en lo adelante conjuntaaente se denoraíoa' 21

aa j¿ n i*8us cotBoañÍBs s u b sid ia rla s y a filia d a s ” ; Compañía de P e tr ó le o Lago, coapa ♦ 22


j 20 .Sfi^yandnifia venezolana co n s titu id a segtfn consta de á n s crjp c id n efectu ada en e l - 23
■yp
24 hó? denowinado R e g is tro M ercan til de la C ircu n scripción J u d ic ia l d el J i s t r i t o ^ e

•gs.-^deral y Estado Miranda, b a jo .e l 462 del 22 de noTlerìare de 1934; C reo le Inves


r íl

£6 ment C orporation» cotepañía anónima co n s titu id a de conformidad con la s le y e s del

27 Estado de Delawaret Estados Unidos de Ataérica, debidantente d o a ic iiie d a en Venezpc

ZQ la . segán consta de in s c rip c ió n en e l B e q is tro K e r c a n til do la .C irc o n s c rip c id n -

22 J u d icia l d el D is t r it o F ed era l y Estado Miranda, baiio e l W* 44, e l 16 d e .a o p tie a "

^^7^0 bre de i9 6 l. Tomo 27-A: Lago In vestaen t Cacioanr. conmaBía anónlaa c o n s titu id a d»

247
Miranda, baio e l
y -.
N ° 46. Tomo 26-A. «1 6 de teptleiabre f e ' T O l ; Standard Tanl¡er8.(Baha»a8) Company

.Bahnaas! y E rio T ra n ip o rt Coapanr la e . (a n tea deno»inada fa n w ii Tran sport Compa-

n v l. coBoalUa andnlaa co a a titu íd a de acuerdo coa l e í l e r e » de la Bepiiblica de Pa


\
- 38' e s ta « doa d ltln a a coamagías no d o a lc lU a d a » en e l pata pero s í contribuyen

V, , 3ì8: [ del lapaanto lo b ra la .r a a t a en Venezuela: representadas e n e a t e acto pori a)

4 -i M seHor L bo E. Cowry, antas id e n t ific a d o , quien es apoderado da l a CoapaSía de

• # r e t r d leo Lago, teolin poder p r o t o c o liz a d o ,en la 'O fic in a Sadalterna d el P ri.mer... C t e

cu ito de R e g is tro dal D eo a rta a a n tii U b e r t a d o r ,d e r D t s t r t t o .f« d a r a „ l,^ e l 27:d6_gne

ro de 196s; b alo e l W 20. f o l l d 56 del P roto colo T a re ero . To«a>.4*-¡ y apoderado.

de l a C reole In veatiw iit C orporation, senda poder

b a ltern a d e l Prim er CircM ito de H eo istro d el PooartaWBnM L ih artad or da i P i ? t r i -

A8_.Feder a l . a l 14 de enero de 1965. bajo e l H » 15. f o l i o 38 d el P ro to co lo le r c a -

-t o .-Io j°o 2 °; b) e l 5eñ<¡.r„Bobart E, Maya, «a y o r da tdgd . J a .a M » d o a i c i l l o , con, sd

iliiin de idnntidnd N ° E-I99.531. guien 05 apoderado dn la Laao Investment Coapany

seoiín poder p ro to co liza d o en l a O fic in a Subalterna d e l Segundo C irc u ito de Rcgis

50 tro d el Departamento L ib erta d o r d el D is t r it o F e d e ra l, e l 1* da agosto de 1963, so

51 balo e l N » 10. f o l i o 26. del P ro to co lo T e rc e ro , Tomo 2 °: y c ) e l doctor P ia r le s si

52 D. Evans, mayor de edad, de e s te d o g l c l l i o , con cédula de I dentidad N°38011‘I3, - ! ss

53 ciulen es apoderado de la Standard Tankers (Bahamas) Company L lM lte d , tegdn poder S3

■ ¿(o tocollza d o en la O flc ln a Subalterna d el .Segando C ircu ito de H aglstro d e l Pepar


= ■
y 65 taniento L ib erta d o r d el D is t r it o F e d e ra i, a l 14 de septiembre de 1964, bajo a l N° gg

57, f o l i o 149. d e l P roto colo T e rc e ro , y apoderado da la Esao Tran sport Company, ! ss

In c. (a n tes denominada Panamá Transport Companr). aenún poder n rotocolia ad o en 1; sr

-5 8 O fic in a Subalterna d el Segundo C ir c u ito de Reali.tr.o..do.l Departeaanto U b o rta d o i— 58

y / 58 del D is t r i t o F e d é r a l. e l 3 de novlembra de 1964. balo .e l N » 'T i ~ i

P ro to c o lo T ercero : d e c l a r a n i / !.

GAL
Por cnanto, con base en actaa leran ta d a » sobre lo s e je r c ic io s a n terio res a -

idfid. se ex pidieron p la n illa s .d a Im u esto sobre la renta a cargo de la C reo le y

248
\ <.

m . N» 3 ^ (tR

T
R E P U B L IC A D eN A ^ E S ^ O ^ L A

MOCURAOÜBIA GENERAI D£ lA* REPUBUCA '

aa ,dc„Ju a iicl a . , iQ s .Irib u a a le a 1® y 2«* de ÌiapuesLo,sQbre_lfl Benta ■Urncesa - i

rz -
.L ..'
;X
I lc a ii a tftuXo., gnupne

la s p a r ta s ,.M a a tiiu ife p a rte InL eatante. d e l Buacia-.

- 2° 1-
jfa a a to . con base a actas Icrantadas sobre la s e j e r c i c i o s coTnpren<lidos cn-
•Î'IR
..TOl<ST.-y.J965,. icron igualmente p l a o l l l a s par cancep-

S o - ijg jB g p e s t o ,,s a b ra .la .re i.ta a .ca rg o.d e la C re o le , funiianentades an estim aciones

de o f i c i o sobre lo s In gresos de dicha coapanía. por concepto de ventas-de ex a or-

ta clb n .d e p etrd leo .cru d o y productos. D la n llla s qae han sido apalodas y que se -

)» .eii£i¡eiix.r.flii_iiel»;ri»ina<ias.,en e l Aneso. •'B".qus_s.a_si£fti»p,an.9_ a .e5 ,t.ej;ga ven io .y firm a -

Jle .por l a s . c a rte s co estltu T e pa rte In tegra n te d e l mismo.

a») 13

Por cuanto« la Adm inistración General del Impuesto sobre l a Renta d ic tó re.so- 14

lu c iones imponiendo multas a la C reóle quo fueron liauidadaü. la s cuales han s i - 15

do a irclodas v se encuentren id e n tif ic 8 d a s _ a _tltul.CL_£Bumerátivo...e»i_e.LAnexo "C" ■ 16

que se acompaña a e s te Convenio v firmado ix>r la s partes con stitu ye p a rte in t e - 17

braivte_dejL mismo. H 16

4®) : 19
Por cuanto. Orí 20
,,a,,qdg . r e f i e r e e l considerando 1®) de e s te Convenio es prd-gi

1 hari'mantenida e l c r i t e r i o sobre l a Improcedencia d e l t a l cobro , expuesto aate la


I aa*
A d td ln ls tra n id n t a .0 ante lo s trib u n a le s , compoteimt
. i
t a s , s e e d n e l ca s ó . ___________ ^____________________________________ ! 2 5

_ 5 í)_ • ; 126
Por cuan to, en re la c ió n con la s estiw aciones de o f i c i o sobre in gresos de la 37

C reó le por con ce p to de v e n ta s de .exDO<^taciones de p e t r ó le o cru do y p rod u ctos a -

Que s e r e f i e r e e l considerando 2® ) d e e s t e Convenio. I b República l>a deeiBrado » i ¡aíT^

^30
................ .
no e s ta r s a tis fe c h a con e l n iv e l de precios, r e c ib id o por Xa C reóle por cuanto coi:
.lüW

249
.;cidn de las e jt l a a g .l^ c.i .,de,,q f i c i o ..i>or_Brec i 05 de venta de ex p o rta ción , ¡u r r pol.i oe

ha è)^ìrosado además su desacuerdo con las empleadas por considerar uue. no miardai 30

r e la r id n con la s condiciones imperantes en lo s fflerr.ndns L.loa .cuales fueron exgoc-40


todos e l p e tró le o crudo v lo s productos de la C reole.

_àlL
. Por cuanto, cs in ten ción de lo s por t e s poner t i n a la s r c c la mnclones conte

■das.cn la s actas v p l ani l l a s expedidas con base a lo s cita dos reparo.-., e.stimai-.io- .4

50 ' Por cuanto, es in ten ción <ie las

51 I r eclaaacion es Que, por cu alnuicr concepto, provcnientos de la aplic^ cid n de la


‘ r-
_Ley_de_Jmpuejto^^re__l_&_Rcnta. en todos lo s e j e r c i c i o s a n terio res a l de 1966. piibaz

d ie r a hacer 1 & fe p u n lic a . fundadas en derechos que tu v ie ra o p reten d iera ten er - ' 53

contra la C reole y sus corapañías su bsid iaria s y . a f i l i a d a s , incluvcnoo lo s e v e n tu k .54

lo s in to resoc Que pudieran re c a e r sobre e l mon io de la s p la n iz a s cuu -judierar.

j;u i(fn r 5 :e por 1q

' H .C0»p a 3 ra 5 pudieran rgciamar por ta le s concentos contra e l F is r o X a río n a.; ^


'í ” f.adas sv
' ' 'li¿eJ\B decid id o e fe ctu a r las sig u ie n tes tran sacciones:

s»7_ CAPÍTULO I : PdliEBA TRANSACCIOO


. a .z 7
Ciäusula Primera: la C reo le, por s f y por cuenta de sus coianañ:— su asigia.-ia.':: •'•o

a la B epú blic» la suma de sesenta y c i nco m illo n es de d ó li.rcc! ei

do lo s E stados Unidos de América CU..';. » A.=i.0 0 0 . 0 0 0 . n o l. cuya i-g u iv a le n r ia n li

ectos previ

• 6+ L tn ¡J ¡g l.ív8 t8 S ..a ¡A -t'ta reiit» cdntlnos (B s., 4.dai..B0r, d itla t. »seien d e .a.doic.leaiu>t— .i «■*

L'.ÓO
REPUBLICA I^K^^VENEZUELA
'■ ■ ' PSOCURAOUSIA OíNEI!>ííJS& lA REPUBIICA

-Afi>eaU -3L-a«i.s n illg n e s lit jw U va rca . CBs.ZgV.OQO.QQO.oo).

s u b s id ia r ia s

a i~ T 1¿ R a p lib llc i lo «e e c ta par » tr a n s ig ir to d a s la s r e c le s ia c io n e s y»

in c la s lv e : Y d ic h o p a g o s e r i h e c h o on t r e s p o r c io n e s ig u a le s ! la pr

C o n v e n io . Ia secu n d a y t e r c e r a a lo s n u eve (9 ) y d ie c io

c h a (1 6 1 m eses, r e s o e c tlv a in e n te . d esp u d s de d ic h a fir m a , y a ese e fe c to se llq u i-

da r in o n o rtu n a a w n te J a s P l a n i l l a s c o r r e s p o n d ie n te » e cargo de la C r e o le .

C lá u s u la segu n de: En c u e n t o e la s a c ta s y p la n illa s de llq u id a c id n id e n t ific a -

**B** Y **C* de e s t e C on ven io V c u a le s q u ie r a o t r a s no i d e n t i

fic a d a s ft« e llQ g . s m ltid a s . por c o n c e p to de im p u e s t o sob re la re n ta , a c a fq o de 11


s u b s id ia r ia s y a filia d a s , en c o n s id e r a c ió n a l pago 12
P r in e r a . e s ta tr a n s a c c id n t ie n a por e f e c t o ; D r ia e r o . 1 13

lo s ju ic io s que cu rsa n e n te la C o r t e S u prem a d e J u s t i c i a y lo ; Tr -14

b u c a le s 1° y 2 ° d e ln o u e s to sob re la E e n t», y a ese e fe c to . la s p a rte s p re s e n ta - 16

.Táa opta ccftliiHdh.de. os-tg-CeaYeiilo en )°8 es»e<ii.tiitej..tespectiyo;; _y..;eaundo.


la t e r n in a c ld n de lo s p r o c e d iB le n to s que se e n c u e n tra n en. e ta p a de r e c o n s id e r a - .

e ld n d tr m it a c id n a d a in ls t r a t iv a . con l e c o r re s p o n d ie n te a n u la c ld n en anbos ca­

s o s . ~dé l a s r e a p e c tiv a s p la n illa s .y ________ ____ __________________________________________________________

C A P IT U LO I H SEGUNDA TRANSACCION

C lá u s u la P r im e r a ; La C r e ó la p a ga rá a la H e p d b lic a i p or sí v por c u e n ta d e sus

a m p a fifa s s u b s id ia r ia s y _ a filla d a s . la Auaa. d e ■ V e i n t e . f d l l . o n e s d C -M L a re s de lo s

A n é r ic a CO. s . $ 2 0 . O O P .O O P . q q ) cuyíi e q u i v a i í ? n c i S a lo s s o lP s .

M on ed as, c a lc u la d a al tip o de c a «b Í Q de c u a tro b o lív a r e s _ c o

c u W e n ta c é n tim o s (B s . 4 ,4 0 ) por d ó la r , a s c ie n d e a o c h e n ta y oc h o ■ i l í o n e s d e bo

iW it r e a .tB s . 8 8 .0 0 0 .Q 0 0 .o o ).

E l oaoo oe la s a e o e lo B a d a » im ia s lo h a ce l a C r e o le p or s í y por c u e n ta d e sus

c o B p a f lía s s u b s ld le r ia s r a filia d a s i l i g e p d b lic a lo a c e p ta p a r a t r a n s .ig ir _ c u _ a l^

o u ic r p o s ib le r e c la »a c ld n a que a t t a f l e r t a l o o a a lJ a r a a d e . T ? ) . , (ju e i » r _ a p U c a c l

Ja la L e y de In p u e s to sob re la B e u ta . ) r a lM o id a c o a lo s a ie r c ic io a a n t e r io r e s %
( y . 'c a . c ') f 2 ^ 'w AA'

a cargo de la C reole o de sue gj

32 comnoñfas su b sid iaria s o a f i l i a d ;r todo l i t i g io futuro al ro s -

p oeto: V dicho paco será hecho en \r<?s. ic u a le s ! l a prim era, a la firm a


X"'
a. de e s te Convenio, la segunda y t e r c e r a a - l o s nueve Í 9 ) v diecioch o (1 8 ) meses.

.05 respectivam ente, después de. dicjia firm a , y a é s e e fe c t o se liq u ida rá n oportnn.n-

.' 36 , ; mente la s p la n illa s correspondientes a cargo de la C reo le.

37 j\ Cláusula Segunda! Examinados io s lib r o s , r c c is t r o s v documentos p ertin en tes -

30 i.e jiX o que respecta a lo s e j e r c i c i o s a n terio res a 1966. la R eo iib lica . en v ir tu d - aa

30 Lde..ejfa__trans.accidn y en consldcracidn a l pago estipu lado en l a Cldusula fr im c r a , a »

I ,jJiglon-iLs_de_gXici.Q_po.r_precios de ezpQrtaciiia,,de_¡¡atti¡ieo cnulo,„y,imülugtQS-,y_.t;_ ti


42 por cualesn u iera o tro s conceptos que pudieran dar lu nar, en dichos e j e r c i c i o s a 43

* 4a j reparos por a p lica ció n de l a Lev de Impues to sobre la fienta. tanto 'con tra la Crpg

le como contra sus compañías su b sid iaria s v a filia d a s .. Asfr.úsnio. dichas compa~

« |_ñías declaran,qu e,n ada, b As tien en que reclam ar por rasdn de. s o lic itu d e s de re ip -

•1« I le e ros en rn l a cidn a lo s e je r c ic io s a gue se r e f i e r e esta clau su la por concepto

4 7 . de Impuesto sobre la Renta. ____________ ^ ^ __________________________

_C A fITOLO I I I ! EJERCICIO 1966

48 ,__ Sin p e r ju ic io de lo s pagos determinados en las dos transacciones anterlormen- 48

tc es on e l o b jeto de p reca ver toda co n trove rsia so

Gi re s pecto a p r e c io s , por lo que se r e f i e r e al e l e r c i c i o 196b. se ha convenid.-) en gi

—5 s que^si e l p recio promedio de la to ta lid a d de la s ventas de

53 ; leo ci'udo y productos

^.+67 ' la r ia de i mpuesto por concepto,de e s t ia a c ió n .d e .o fic io con base en e l monto de ~

V.n.i la d ife r e n c ia y la C reó le haré e l pago corre$pondiente. Si dicho p recio pron^riio

- 39 'I del e j e r c i c i o '1966 fu ero igu a l .o su p erior, la liq u id a cid n se hará sobre loa a re-

a': c io s efectivam en te p ercib id o s y no procederá paao a d ic io n a l alouno ni esrimacidn


! i L¡sasí^^S?SÚ
á I ce o f i c i o o reparo por concepto de p re c io s .____________________________g , i ' P f ó “/ .

CAPITOLO IV: esriPPtACIONBS FINALES


Prim,tra ; La Bepdbllca r l a C reole r sus coapaAfas su b sid ia ria s v a i.n a n a s -

64 I hacen constar que se re serv a a lo s derechos oue le s corresponden para so.stener -


'" ■ p p
''ir
>
REPUBUCA DE^ y& ^ S Z U Í^ t^ V /
PROCURADURIA OÉNfRAl O C^L^-I^BtlCA

t o t _ d e v l a t a J u r íd ic o s e a l a m a t e r i a Qb)etO- dc gate_C Q n veclQ r p ip g c t Q _ a _ »

ie io s po.tLteriorfis aiJ.Qs_CQmpreDdidQS-_en._Lss p r e s e n te s t r a n s a c c io p g s .
'{IjV-,\
\i r.ag riuiias y c o n t r o v e r s ia s de c u a lq u ie r n a t u r a le z a que puedan su.scí

18 \ : 18

18 \ i 18

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253
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,<ÍG 5

0 í £ 0 I 3 PEKiO lEUS COSPOSAKOÍf O SUS O p » A X lA S SDBSIDIÂRIAS 0 A P Ï IÔ A it S

AC2AS V P I A K I l L t S ÍU S SE S I U S X a A X A in s LA COSTE S Ü ÏS 2 -Â DE J U S TÏO IÂ ,


: x s s i a s a s A i s s d e l s s j u e s t o s o s e e l a h eizc a , o e i í ?rsoo zso e s t s a í í i i a -
CIO S o EECOESÍDEEACIO:« A E iU C S T S A T r/ A ■■ '

• ACTAS PISCALES ■ P L A ia iI A S D3 LIQUIBAC:


• So. •. P e ch a . . Pc-ch.'

Cr-úvOLi; PDTHOLSÎÆÎ COíffORATIOÍÍ ■ ••

s;j GOXŒ£U?EZÍ-1ADEJUSTICIA
Ejercicio 1955 •-•' ' - i.
■. 1 8 - 5 - Ö I . 2 0 0 .0 5 Ö , 'S - á ~ 5 i

• 195S 2 , !• k - 5-Ó2 . 2 0 0 .0 5 9 1 9 - 6 -ó Z

■1957-■ 2- 2 9 - 6 -6 2 2 0 0 .0 9 5 ■ 7 - s -á z

s s IH IB ÜSAI, 1 °

S j e r c i c i o ’ 1952 5 -A ■- 1 9 - l - o 2 . 2 0 0 .0 0 5 lá - 2 -6 2

■ 1953 5 -A . ' 2 - 3-Ó 2 . 2 0 0 .0 2 7 2 2 - J-Ó 2

1 -A . 2 5 - I C -6 2 ■; 2 0 0 .1 5 9 Í5 -ÍT -Í3 -

5' . 27- í-¿ 3 .• 2 0 0 .OES 1 * - 5 -Í3

4 - 2 7 - 3 -6 3 2GO.OE9 1 0 - 5 -á >

1 5 “ 7-Ó2 ■ 4 5 0 .0 3 0 9 - Ö-62

1 2 9 - 0-Ó2 ■ 4 9 0 .0 5 1 9 - i- ¿ 2

1 2 9 - 6 -o 2 E5Û.032 9 - S-6 2

1 2 9 - ¿-Ó2 E9 0 . 0 3 3 9 - a -ó 2

7 , 27- 3 -5 3 2 0 0 .1 0 2 9- é - íj

ñ .:0 S 3 T3Âa
Mx 2A C : ûS o
u.N.:lDrvACIOSADÍCDÍISSEASIVA
2 -A 1 9 - l- o 2 2 0 Û .0 U U - 7-6 6

'5 - A 2 2 - 7 -8 5 - 2 0 0 .0 9 7 5 0 - í-á ó
\
6 3 0 - 5-Ó1 2 0 0 .CÓ8 2 3 - 9 -ó Á y

/V

254
. .'u i' '

re
' ' 'e A pso o eso t r a k u a o io k o
1 -BECffiSireSACION ACMISlSISAnVA

195« ■7’■■■'. 1 . 7- 9-65 200.0Ó2 8-10-65

195« • , 200.01*1 .15- 9-65


**-*■' l 20- 7-65 -
1957 '■i .■ .'■/'il ■ . 1 ' 1 aó-, 8-85 ■;200.088 25111-65

1957 . -'5 ■ [ ao- 7-65. 200.037 2- 9-65

1957 ■• .6 y 6-A , ’31- 6-65 200.089 25-U-65

1958 , 2 • •■■'.31-3-6*1 *.90.028 6- 5-61


1958 ;• -11/ ■ ;88- 5-66 I I90.060 ■- 23- 5-66
1958 35- 1-65 *190.000 18- 1-66

1958 ■■ - ^ ■ / 8- 2-65 , *190.001 'MS- 1-66


1958 ■ 7 8- 2-65 ■I19O.OO2 18- 1-65

1958 ■ 6 ' 17- 3-65 *190.005 18- 1-66

1959 ■a 25- 2-«5 'I9O.II1O ‘ 25-10-65,


1959 ■■ ' J ■’ 25- 2-65 . *190.1*11 25-10-65
1959 , 25- 2-65 ■ lyC.112 25-10-65.

'5 ’ 25-'2-65 *190.1*15 25-10-65


1959 ,
1959 ■ 6 25- 2-65 *190.111*. 25-10-65
lL\
1959 , 7 31- 3-65 *190.1*15 25-10-65
k■ i960 . . 2 12- 8-65 ii9o.:;57 20-10-Ó5
13- 8-65 ' *190.158 20-10-65
19«0_ •5
i960 ■' . ■. ** 12- 8-65 *190.159 20-10-65

19ÉO 5 ' 31-12-65 *190.02*1 ■ 27- 1-66

19«0 9 51- 3-66 1190.100 50- 5-66

1961 2' 7- 6-66 ■ 190.150 ' 50- 8-66


1961 5. . 10-6-66 190.151 50- 8-66

19«! ■ ;V- **y 5 26-12-66 190.199 • 28-12-66


>..1, 2y3 26-12-66 190.181 26-12-66
19«a
■- ■ 1 y-a 26-12-66 190.187 26-12-66
19«3 ;
'26-12-66 ■*190.191 26-12-66
196*1 ■ / ’ .../ 1 y 2 '
26-12-66 *190.195 26-12-66
1965

(F d o a ). S l o r L a r a a M a rW n a a .- L a » S . L o w rjr.- C h a ila a E r a n a .- R .S . Mare.,ÌÌ

¿00
UJ

.. . _ . • .PLAKILLAS D3 LlCuir-.-lCroy ' ' '


:r::-r^cha <^ -- -
V \ ACCAS B3 SZQUSIWrSSTO FISCAL
\ X SOESE RZTESCIOA’ DE IMPUESTO
ti-'\ * * •
Ejorcicio 1937 s/^ 23- 2-éi
i 960 o/n 23-2-66

E.Ì ISOn^ O ds TRA2CTACI0IÌ 0


N .• • BSCOSSpERACION ADXIÌ41SISATIVA

SJcrcicio 1959 ; . 1 31-3-65 . * •'■•


i960 . . ,1 S3- 2-66 bSO-.OTl‘ .:2T- X56
I
X . SlUSiHB aU'-SSS (BAHAMAS)
5 00;<?Ai.l',. LIMITED

EJercloio I 96I Beintegro solioitaoo

- Esra acVa resulto ea ereditò por laclu fr reintegro.


C
7 ^ '" ' (j

I
(F d oe).- Eloy Larea MarUnea.- Leo E. Lowry.- Charlae Evana.- R. E. Ifeya.-

256
A ìsro E

CREOLE PETROLEUM CORPORATIO»

ESTEiAOxOKES EE OFICIO SOBRE IKORESOS POR CONCEPTO ' '


EB VENTAS DE EXPORTACXOH SE PETROLEO CRUDO, t PRODUCIOS

27- 6-Ó3 .200066 28- 0 -6 3

. 27- 5-ÉA ■U9008A ■ '9 - 7-6A

^ 5-B 27-12-66 A90203 28- 1 2 -6 6

■; 9-b , 27-12-66 A?01T7 28-12-66

v 6-A 27-12-66 . A90179 28- 1 2 -6 6 .

,27-12-66 A90201 2 8 - 1 2 -ÓÓ

-A 27- 12-66 ASIO183 23-12-66

3 . 27-12-66 A90169 26-12-66


'3 ■' 27-12-66 A§^3 28- 1 2 -6 6

3 27-12-66 :i9(!j97 28-12-66


■ 'Í.-' '
{F d o a ).- ELoir Larea M a rtin e s .- Lao E. L o w ry,- Charlea Bvana.- R.E. Maya.-

257
CR20IJ3 cohpohation.

RESOLUCIONES DE IMPOSICION DE *MULIAS •,

PLANILLAS DE LIQUIDACION ‘

CFdos).-Eloy L&rea Marliinez.- Leo E. Lowry.- Charlea,Évane,- R. E, Maya.-

(fa

258
EUKAL PRIMERO DE IMPUESTO S03RS LA. RENTA.-
Caracas^ dieciseis de marzo de mil novecientos sesenta y siete.-
I5r. y 109°.

Vista la ijlllgenoia de fecha quince de los corrientes, estampada


por los ciudadanos doctorea Luis H. Casado Hidalgo y René Leper-'
vanohe Parparcén, el primero en su caré-cter de representonte del
Pisco Nacional, segün se desprende de Oficio-poder M°.1455 , de - ,
feoha ih-3-57, y el segundo oon el carécter de apoderado de la -
Is
apelante, conforme poder que cursa en el expediente, por la cual
solicitan de este Tribunal declare terminado el presente juiolo-
en virtud de la transacción, verificada en feoha tres de fohrero-
del presenta año, entre la República de Venezuela y, la contribu­
yente Creóle Petroleum Corporation, según se desprende de copla-
certificada del convenio da transacción consignada en el mismo -
acto, este Tribunal DECLARA; Dese por terminado el presente Jui­
cio y en consecuencia procédase como en sentencia pasada en auto
ridad de cosa Juzgada, de conformidad con lo establecido por los
artículos 1.713 y 1.718 del Código Civil.- Archívase el expedían
te en su oportunidad.—
31 Juez Presidenta,

/ Los Vocales,

El Secretarlo,

Cs —

259
HACAS, veintiséis de «otubre de ’
«11 neveclentes sesenta y siete.

----------- üi Secretar!®,

gtnrBiiu Ujj
L

if

Lis U w DV'i Uiliuidúl k di\)l¡|DÍtM||

V \vi SüWútwti t,(j d i uiiiij ÍU) ñl í t j

V5\\\\S IVJ thVi U\^M^ F i i d t ----------

\i\ 'juubwc,

260
ANEXO N» 1- A

Copia certificada de la transacción celebrada entre la República


de Venezuela y la Compañía Shell de Venezuela L td . y las Compañías
del (rrnpo R oyal Dutch/Shell, el 3 de febrero de 1967, en materia
de impuesto sobre la renta.
A--

H-66 No. 2955357

1 C iu d adano_______

Presidente del Tribunal Primero del Impuesto sobre la Renta

Su Oggpaehq.-_______ _____ _____________________________________

En conformidad con lo dispuesto en el articulo 218 del Código de

Procedimiento Civil, ruego respetuosamente a usted tenga a bien orde-»

nar se me axpida por Secretaría, al pie de la presente solicitud, co­

pia certificada de loa documentos que corren a los folios 185. 187.

8 166. 189. 190, 191, 192, 193. 194, 195, 196, 197, 19B, 199, 200. 201,
O '202, 203, 204, 205» 206 y 207 del Expediente ftH 302, que cursó en el

10 Tribunal de su digno cargo, concluida como ha sido ya la causa venti-

u Ilada en él.
I Pido se me devuelva original con sus result a s . _________ |12

IS Justicia.- Caracas, veintiseia de oc^jobxe de mil novecientos sesegl 13

u| ta y siete,-

1 3 ----------------------------
ContráYas Qu'iTTtresfl
TT'-de'T. 2535C1

18 1'nilBUNAL PRIMERO DE DEPUESTO SOBRE LA REKTA.- JUZü.ADO DS SUSTANCIA— iw


;CION.- Caracas, veintiséis de octubre da ¡ail novecientos sesenta y -|]»

so siete.- 157*- y 109**-- Vista la solicitud contenida en el escrito oue- 90

21 antecede el Tribunal acuerda en confomldad. £xpidar*se por Secrete-¡ 21


i
ría las copiHS certificadas de los documentos que corren a los fo--

23 lio a Nos. 185, 187, 188, 189, 190, 191* 19g. 193x 19^# 195, , 197>ga
ni.-t’m'-HIEL CASTILLO HERNAHDEZ, Secretario del Tribunal Primero de Im--
32 puesto sobre la Renta, en aplicación analógica de la norma conten!
33 da en el artículo 105 de la Ley de Registro Público vigente y_en
31 acatamiento a lo dispuesto en el auto anterior CERTIFICA: La auten
33 ticidad de la copla fotostátlca que sigue, la cual es fiel y exacta
de su originai, documento que corre inserto e los follos Kos. 185,
1 8 7. 188, 189, 190> 191. 19g, 193, lÿt-, 195, 196. 19 7, 198. 192, ^
200, gol, g02,,g05, g04, 205, a o 6 , y vuelto y 207 del expediente -
a°. >0g, contentivo de la apelación Interpuesta por la Compafiia j
Shell de Venezuela Ltd..- De Igual manera CERTIFICA: Q,ue dicha co- ¡j„
pía fué debidamente confrontada con el Instrumento original por la ’,j,
ciudadana Odllla Emmanuelll S., escribiente del Tribunal y titular
de la Cédula de Identidad M°. ^O.ggg, quien fué autorizad;, al efeo 43
to por el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez, Juez Presidente de -
este Tribunal

60
S i " . ■. - :- - i

.. .... \ 1

............................................................ ................................................. \ 62

»3 ..\M

ahír. - Jo-Í

264
Ò
N, iluMXl

la audiencia de hoy, diez mxi noveolento» »esenta y-


alete, oonpareoieron los cludadanoD doctores luis E. Casado Hi—
dalgo y Josí Muoi Abraham, hijo. El Dr. luis E. Casado Hidalgo -
expuso: "Consigno pai-a 4ue eea agregado a los autos, Ofiolo-po—
der H" I357 , de fecha 10 de marzo de 1.967, al oual acredita la-
/ •representaoidn
. \
q,ue legalmente ejerzo del Pieco Racional".Seguida
mente loe doctoree luis E. Casado Hidalgo y Joaá Mucí Abraham,“
.. hijo, con los reapeotivos caracteres que tienen en autos, expu—
''^sieron: "Consignamos para que eea agregada a loe autos, copia —
certificada de la traneaooidn celebrada por «1 Pisco Racional y-
la contribuyente. Pedimos al Tribunal que, oonforme a sus eetipu
laoiones, ponga fin al presente juicio y ordéne archivar este ex
pediente". Terminaron, ee leyá y oonformes íirman.-
E1 Juez Sustanciador,
XíS* “ 'Ò5

265
R E P U B L IC A D E V E N E Z U E L A . &UTjüaO(ÍM-ííÁj oiViiu
P R O C U R A D U R IA G E N E R A L DE L A R E P U B L IC A

F n K » ! u Dt n w /tü jT i
■'3- -
■ ^ \ .. í. ; . ■ í f ñ n

Á ?
'o Q S IV A li

E l o y L a r p a M a r t í n e z , P r o c u r a d o r G e n e r a l d e l a R e p ú b lic a ,

d o c o n fo r m id a d c o n l o d is p u e s t o e n o l a r t í c u l o 55 c e l a L e y O r g á n ic a d e

266
tl¥ir¿
C O N V E ra O p e ? B A L S A C g IO :iE S .

1 E a p ü b u i a d ó V e o a c u o l a , 'q o a e a í o o d c l o a t a a o ^ B o c a t o a r i " l a E e p a b l l c a " ,

o^GCBtada e s e s t a a c t o p a r e l d o c t ó e E l o y L a z o s M & r i í a a z . q o l a a o c tO a o a . .

A c to z d o P z o c B z a d o z C a s o r a l d ó la d o M d a t a e c io a u t o r i z a d o ,/

t E j e c u t i v o I & c i e a í i t . p o z S r s o a o d o l b C tn is tz o d o K a e l o a í a , a e g f i a c o a o t a <;

1 O H c t o K o « B - Z 9 d s f o c h a S * .d o f o b z e z o d o 1 907« p r e v i o t a ío z n ib d o l a

í C o n t z a l o z f o O o n s z a l d o l a R o p S U lle a c c a t e n l d o e n O ñ c l o K o , D - Z 2 9 d a f o c h a - ,

31 d o e n e r o d e i9 6 7 > p o r u n « p a r t e , y p o r l a o t r a , , ! * C o t a p a S t a S h o U d e V o n s »^

k o e t a Z d d , , <}oo e n l e a d e l a n t e s J d o o o m l n a r i l " t a C S V " , c o n s t it u id a d o a c o e r - ,

d o c o n l e a l e y e s d a l a P r o v i n c i a d o O n t a r i o , C a n a d S , d o M d a m a n t'o d o n ^ U l s d a '
b o n V a a o s u o l c s e g & a c o n s t a d o t o s c r i p c I S a o f o c t c a d a q n o í h o y d o n o m ln a d o E e «

g l s t r o M s r e a n t l l d e l a C l r C o a s c r lp c S f o t J u d lc t a l d o l b i ^ i t o F o d o r a l y S s t a < í á .

M ir a n d a , b a jo « l N o . 2 7 8 d o l T o m o Í - A , e l ZS d o M a y o d o 1953, r o ^ o a e n t a d a - .

e a c a to a c t o p o r e s Y S c o - P r e s ld a n to 7 a p o d e ra d o , s o S o r Jan E o cst d o L lo íd o , ;

m a y o r d o e d a d , d o o r t o d o s o l c m o , c o o C é d u la d e Id O B tld a d N o . £ - 9 1 1 . 7 8 5 , r o

p r o a o i ^ e l C n t¡aa o j o r c o s o E ú n p o d a r p r c t o c o l l s a d o e n l a C i l c i n a S u h a lt o m a d o ;

- B o s ^ t r e d e l m o t r l í o S u e r o d o l N o ta d o M lr a n d e , e l 1 * d o c e p tlc m h r o d » 1984, .

.jf W jo e l ^ q . S Z , fo lio 154 v t o . d o l P r o to s c lo X o r c o r o , lo m o Z * , o tn o c rtto o n

^ ^ 1 « { ¿ d o 'B e g i a t r o M o r c a n t U . o l 8 d o e o p t i o m b r o d o 1 9 8 4 , b a j o q l N o . 1 4 8 , 7 o -

'«o < i;7 -C y l a e c c m p a ü C a s d o l O r a p o B o y a l D o t c h / S h o U "ju o s c o n t t o u a c lS n a a m e n ,

c lo n a n , l o s e u s l o a e n l o e d o t a n t o e o o ju n t a m c a t o s o d o n o m in a x á a ; "C o c o p O C fo B •

, d o l G r u p o B o y a l D a t c h / a e H " s V o n a a u o la n E a j i e O U C o t a p a a y U r n iC o d , e o m p a - ;

a n é n im a b r i t é a l c n , ó c a d o s l c U l o e n N a s s a u , E a h a m a s , l e l a s O c c ld c u t a ie s ;

’ '^ B r t t íL n t c e o t S h a U C o r l b b o a n P o t r < A a u t a C o a s p a a y , q o m p a S ía c a S o l m a n o r t e á m e r f

\ : W c a , d o m lc U ia d a o n V c n a s u e la , s e g ú n Is s c r ip c i& n e n o l X to r is tr o M e r c a n t il a r r t .
\ ■•"1 . I:
■; b a c i t a d o , a l í d a d l c l a t a b r o d a 1 9 3 0 , b a j o e l N o , 1 3 6 3 ,T o m o S - A ; N . V . C u r c c r o s
í, ■ • ( . :
. CBS S c b o c p v a a r t M a s t s c h s p p t j c o s a j ^ l í l a S n b n im a b o lo n d e s a c o n d o m i c i l i o o n C u

^ ^ ^ f ^ 'r a c a o j A n t U l a o H o la n d c B a a iT b c S h o U P o í r o l o u m C o m p a n y L t c a i t á d , e o m p a l f f a o a 4

n t m a i n g lo a a , c o a d o m i c U l o o s l. o i t d r o 8 , . t a g l s i e r r a : S h c U I r t o m a t l o c a t M a r i c o

L t c n lt o d , c -o m p a llfo a n t e l z o s t a g lo a a c o n d o m i e t U o O n L o n d r e s , l a s i a t a r z a i A s t a -

267
M f"r X .
U e P a tr o la tu s C ó r p ò r a lM ^ c o í n ^ f i l á S D O o ln » n o r t e a r a e i i e a n « , c o a s t i t s 'd a l e -

g u n l a a L e y a s d e l E a t a d p .d e D e i i v n & J ecax o f i c i n a p r i a c i j j a l y l u j a r d o o c s o c i o o

. e a N u flv a T o r k , E s t a d o » U n id o s ^ d A -^ X m o rie a ; T & o C o lo n D « Y « l o p m e n t C o c n p a a y ■

la is a lt o d , ^ osap aS íía a a ^ m a i n g l e s a , c o n d o m i c i l i o e n X - o o d r e s , X o g la t e r r a j C o *

l o a O i l Cotaipazi 7 L i m i t e d , s o c ie d a d a n & n im a c a n a d ie n s e 7 d o m ic ilia d a en V e n e ­

z u e l a , s e g ú n i n s c r i p c i ó n e n e l E e g i s t r o M e r c a n t i l a r r i b a c it a d o , e l 10 d e f e b r e ­

r o d e 1956, b a jo e l N o , 9 d e l T o m o 12 - A s S o c i e t ó M a r i t i m e S b c l l , c o m p a fiía *

a n ó n im a f r a n c e s a , c o n d o m i c i l i o e n P a r í s , F r a n c i a ; 5 b e U T a n k e r s L i m i t e d ,

c o m p a f iía a n ó n im a i n g l e s a c o n d o m i c i l i o e n L o n d r e s , I n g l a t e r r a ; l a s c \ ia le s e s *

itán r e p r e s e n t a d a s e n e s t e a c t o p o r : a ) i e l d o c t o r M a n u e l R o y n a , a b o g a d o , v e n o -

^ s o la n o , m a y o r d e e d a d y d e e s t e d o m i c i l i o , c o n C é d t J a d o Id e n t id a d N o . 2 4 0 8 3 , ,

q u ie n e s a p o d e r a d o d o V e n e z u e la n E a g l e O i l C o m p a n y L i m i t e d , s e g ú n m a n d a to

a c o t a d o e l 12 d a j u l i o d e 1 9 6 3 . b a jo e l N o . 6, fo lio 6, Tom ó 6 * d‘o l L i b r o d e P o ­

d e r e s lle v a d o p o r la N o t a r ía P u b lic a T o r c e r a d e C a r a c a s ; a p o d e ra d o d e S b e ll •

C a r ib b e a n ■ P e t r o l e u m C o m p a n y , s e g ú n o n a n d a t o j^ r o t o c o llz á d o e n l a O f ic in a £ u -

b a lt o r n a d e l K e g i a t r o d e l P r i m o r C i r c u i t o d e l D e p a r t a m e n t o L i b e r t a d o r d o l D i ¿

t r i t o F e d e r a l , o l 30 d o o c t u b r e d e 1 9 6 3 , b a j o e l N o .^ 1 0 , f o l i o 1 8 , P r o t o c o l o 3 * , -

T o m o 2 * ; a p o d e r a d o d e N . V . C u r a c a o s c b e S c b e c p v a a r t M a a t s c h a p p lj, s e g ú n -

m a n d a to a n o t a d o e l 11 d o j u l i o d e 1 9 6 3 , b a j o e l N o , 5 4 , f o l i o . 131 a l 1 3 3 , t o m o

6 * d e l L ib r o d e P o d e r e s lle v a d o p o r la N o t a r ía P ú b lic a P r i m e r a d e E l R e c r e o ;

• a p o d e r a d o d e T b o S h e ll P e t r o l e u m C o m p a n y L i m i t e d , s e g ú n m a n d a t o a n o ta d o c I

16 ¿ o j u l i o d e 1 9 6 4 . b a jo e l N o , 7 6 , f o l i o 9 7 , T o m o 3 * d e l L i b r o d o P o d e r e s l i o , ■

■ v a d ó p o r l a N o t a r í a r ú b U c á T e r c e r a d e E l R e o r e o ; a p o d e r a d o d o S h e l l X a te r d a -

M a r in a L i m i t e d , s e g ú n m a n d a t o p r o t o c o l i z a d o e n l a O f ic in a S u b a lt e r n a d e

z '. e g is t r o d e l D i s t r i t o S u c r e d e l E s t a d o M i r a n d a , e l 29 d o j u l i o d e 1 9 6 4 , b a jo e l

N o . 3 6 , f o l i o 82 v t o . P r o t o c o l o 3 * , T o m o 1 * ; y a p o d e r a d o d e A s i a t i c P e t r o l e u m

'I C o r p o r a t i o n , s e g ú n m a n d a t o a n o t a d o e l 10 d e e n e r o d e 1 9 6 4 , b a j o e l N o , 2 , f o ­

’ ? l i o 2 v t o . T o m o 1 * d e l L i b r o d e P o d e r o s lle v a d o p o r la N o t a r ía P ú b lic a T e r c e r a

de E l R e c re o ; b ) el d o c t o r J o s ó M u c l A b r a h a m h ijo , a b o g a d o , v e n e z o la n o , m a ­

y o r d e e d a d y d e e s t o d o m i c i l i o , c o n C é d u la d e I d e n t id a d N o , 35G 956, q u ie n e s

a p o d e r a d o d e C o lo n O il C o m p a n y L i m i t e d , c o m p a s í a q u e e n e s t e a c t o a c t ú a p o r

su s p r o p io s d e r e c h o s 7 c o m o s u c o s o r a d e T h e C o lo n D e v e l o p m e n t C o m p a n y L i ­

m it e d , m a n d a to a n o t a d o e l 30 d o m a y o d e 1 9 6 3 , b a j o «1 N o . 2 7 , f o l i o 4 6 , T o m o

l * 'd o l L ib r o do P o d e r e s lle v a d o p o r l o N o t a r ía P u b lic a C u a rta d o C a r a c a s ; e p o -

2()8
tor(\U -wJOMtvYck^

P i s . 3 ... ^

d e r a d o d o S o é io t é M a r i t i r o o S h e l l i s e g u a m a n d a t o a a o U d o e l 6 da o c tu b ro da * '*

, ~) io H o S, T o m o 5 * d o l L ib r o d e P o d o r e s lle v a d o p o r la N o -

t c V ^ ^ F u b llc a T a r e e r a d e E1 R e c r e o t y c> o l d o c t o r D a n ie l B a n d a b a a , a b o g a d o ,

-J óf ano, m a y o r d e e d a d y d e e s t e d o m i c i l i o , c o n C Ó d u la d a Id e n tid a d 2 8 ^ 2 ,
<•/ , f a o o d e r a d o
s^ y q ii i a o
,
d e S h e ll T a n k a r e L i m i t e d , a e g u n m a n d a t o a n o t a d o a l 22 d e
y/ -.y
d lc ie ü n b r o d e 1 9 6 6 , b a jo e l N o . 10, í o t l o 5 2 , T o m o 14 , d e l L i b r o d e P o d e r e s -

l l e v a d o p o r o l N o t a r i o P u b l i c o P r i m e r o d e £ l R e c r e o ; d e c la r a n t ^

■ i-!. ■ !•)
P o r c u a n t o , c o n b a e e e n a c t a s l e v a n t a d a s s o b t-e l o s e j e r c i c i o s a n t e r i o r e s a

1 9 6 6 s e e x p i d i e r o n p l a n i l l a s d e im p u e s t o s o b r e l a r e n t a , y C a m b ien e e e x p i d i e ­

r o n p l a n illa s p o r o t r a s l iq u id a c io n e s c o m p l e m e n t a r i a s , a c a r g o d e l a C S V ,y ,d e

U s C o m p a n ía o d e l G r u p o t l o y s l D u tc fa / S b e ll, q u e e e e n c u c n t r a o a n ta l a C o r t e -

S u p r e m a d e J u s t i c i a , lo o T r ib u n a lo o d o Izrip u esco c o b r a l a R e n t o , o e n p r o c e s o

d e t r a m i t a c i ó n o r e c o n o i d o r a c i ó n a d m lx ü tC r a tiv a , p l a n i l l a e q u o s a i d e n t if ic a n a

t ít u lo e n u m e r a t iv o e n e l A n e x o * 'A " , q u e s e a c o m p a ñ a a e s t e c o n v e n io y f i r m a ­

d o p o r l a e p a r t a s c o n s t it u y a p a r t e i n t e g r a n t e d a l m i s m o .

,\
2-)
. P o r c u a n t o , c o n b a o e a a c t a s lo v a n t a d a e s o b r e lo a e j e r c i c i o s c o m p r o n d id o s

e n t r a 1957 y 1 9 65 , a m b o s i n c lu c lv o , s o e z p i d i a r o n ig u a lm e n t e p l a n i l l a s p o r - •

c o n c e p t o d s im p u a c t o s o b r o l a r e n t a a c a r g o d o l a C S V y d e l a s C o m p a ñ ía s d a l

G r u p o H o y a l D u t c b / S h a ll, fu n d a m e n ta d a s e n a e Ü iD a c io n e s d e o f i c i o s o b r e t o s

i n g r e s o s d o d ic h a s c o m p a ñ ía s , p o r c o n c e p t o da v e n t a d e e x p o r t a c ió n d e p e t r ó ­

l e o c r e d o y p r o d u c t o s , p l a n i l l a s qu e h a n s i d o o p e la d a s y q u e s e e n c u e n t r a n d e ­

V'' t e r m in a d a s e n e l A o o x o * 3 " q u e s e a c o m p a ñ a a e s t o c o n v e n io y f i r m a d o p o r *

r l e s p a r t e s c r a e t i t u y e p a r t o in t e g r a n t e d a l m i s m o .

/ 1 -
P o r c u a n t o , l a A d m in i s t r a c i ó n G e n e r a l d e l I m p u e s t o s o b r o l a R e n ta d i c t ó

r e s o l u c i o n e s im p o n ie n d o m u lt a s a l a C 5 V y a l a s C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l

D u tc h / S h e ll q u e f u e r o n liq u id a d a s , l a s e n a lo e h a n s id o a p e la d a s o s e e n c u e n ­

t r a n e n r e c u r s o d e g r a c i a , I d e n t i í l c o d a » a t ít u lo e n u m e r a t iv o en e l A n e x o " C *

2G9
ilín ii vwwyUL 1
'A
qua s s a c o m p a ñ a a e s t o c o a v f m o 7 f i r m a ^ i . p o r l a * p a r t e s e o a c t it u p e p a r t e in >

t e g r a n t a d « l m is d a o . > \\ * \t §f / ^

» aeun»% U

P o r c u a n to , p o r u n a p a r t e , l a R e p ú b lic a b a m a n t e n id o « l c r i t e r i o d o q u e e l

c o b r o d q l a s p l a n i l l a s á q u e a e r e f i e r e e l c o n s id e r a n d o I * ) d e e s t e c o n v e n i o e s

p r o c e d e n t e , y l a C S V y C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l D u t c b / S h e ll p o r o t r a p a r t e ,

b a n m a n t e n id o e l c r i t e r i o s o b r e l a i m p r o c e d e n c i a d e t a l c o b r o , o x p n e s t o a n te -

la A d m in is tr a c ió n G e n e r a l d o l I m p u e s t o s o b r e l a R e n t a o a n t e l o a tr ib iu a & le s •

eo m p b te n te s , segú n a l c a s o «

•*5’) ’ , ■ v -;_
P ^ W n a n to , en r e la c ió n a la a e s tim a c io n e s d e o f i c i o s o b r e in g r e s o s d e Is
A“ '
C S V ; y de l a s C o r o p a O Íá s d e l G r u p o R o y a l X h ttc h / S h e ll p o r c o n c e p t o d e v e n t a s

do e x p o r ta c io n e s d e p e t r ó le o c r u d o y p ro d u c to s a qu e a e r e f i e r e e l c o n s id e r a n * ,

d o 2 * ) d o e s t e c o n v e n io , l a R e p ú b lic a b a d e c l a r a d o n o e s t a r s a t i s f e c h a c o n e l •

n i v e l d e p r e c i o s r e c i b i d o s p o r e l l a s p o r c u a n to c o n s i d e r a q u e e s e n i v e l e s t u v o - -

p o r d e b a j o d e l q u e h u b ie r a p e d id o l o g r a r s e to m a n d o o n c u e n t a l a s c o n d i c i o n e s *

im p e r a n t e s e n e l m e r c a d o j y p o r a u p a r t e , l a C S V y C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l

B u t c b / S h e ll h a n h e c h o c o n s t a r q u e l o s p r e c i o s d e v e n t a d e e x p o r t a c i ó n d e l o s *^ |

c r u d o s y p ro d u c to s p o r e lla s d e c la r a d o s a lo s e ís c t o s d e la liq u id a c ió n d e l im * .

p u e s to s o b r e la re n ta , fu e r o n p r e c io s d e m e r c a d o y lo s que e fe c tiv a m e n te r e * ¡

c i b i e r o n p o r d ic h a s v e n t a s , y p o r e l l o s o n l o s ú n ic o s q u e d e b e n s e r v i r d e b a s e

p a r a l a liq u i d a c i ó n d e d ic h o im p u e s t o ; y e n c u a n t o a l a s b a s e s e s c o g i d a a p a r a l a

fo r m u la c ió n d e la s e s tim a c io n e s d e o f ic io p o r p r e c io s de v e n ta de e x p o r ta c ió n ,

l a C S V / Y C o m p a ñ ía s d s l G r u p o R o y a l D u t c h / S h e ll h a n e x p r e s a d o a d e m i s s u d o *

. » a c u e r d o c o n l a s e m p le a d a s , p o r c o n s i d e r a r q u o n o g u a r d a n r e l a c i ó n c o n l a a -

c o n d ic io n e s im p e r a n t e s e n l o s m e r c a d o s a t o s c u a l e s e x p o r t a r o n e l p e t r ó l e o * -

c ru d o y lo s p ro d u c to s * •

. fc')
P o r c u a n to , s s la t s n e ió n d e l a s p a r.te s p o n s r f i a a l a s r e c l a a ^ a c i o a e s c o n -

tc a id a s e n l a s p l a n i l l a s e x p e d id a s c o a b a s e a l o s c i t a d o s r e p a r o s , e s t i m a c i o n s s í

d s o f i c i o , m u lt a s a n t e s d e t e r m in a d a s 7 o tr a s r e c la m a c io n e s , in c lu s iv e in t e r e s e s

q u s s . p u d ie r a á d e r i v a r d o t a l e o p l a n l l í a s . a s ! c ó m o a l o s r e i n t e g r o s que le -

CSV y l a s C o m p a S Ía s d e l G r u p o R o y a l D u t e h / S b e ll p u d io r a n t o a s t d o r e c b o a a e -

c la m a r p o r t a l e s c o n c e p t o s . ' ,

270
^HyJto -v*X)U¿'yE c.jM C U ) t e
Í Pá¿. 5 .
■/
^ é'<r;/‘- k '
II. ■' f'

7 * ).

1 P o r c u a n to t » I n t o n c ió a d e l a s p a r t a s p r e c a v e r c u a l e s q u i e r a o í r a a c v e n t u a - ‘

I £ l e a r ^ e c la m a c io n e s q u e , p o r c u a lq u ie r c o n c e p t o , p r o v e n i e n t e s d e l a c p U c a c ió n

v'j *¿;de l a uf i Y d e I m p u e s t o a o b r e l a R e n t a , e n t o d o s t o s e j e r c i c i o s a n t e r i o r e s a l d o

1 9 66, p ü d le r a h a c e r l a R e p ú b lic a , fu n d a d a a e n d e r e c h o s q u e t u v i e r a o p r e t e n -

d i e r a t ó b e r c o n t r a l a C S V y l a s C o z n p a fiia a d o l C r u p o K o y a l D u t c h / S h e lI, i n c lu ­

y e n d o l o s e v e n t u a le s i n t e r e s e s q u e p u d lo r a n r e c a e r s o b r e é l m o n to d e l a s p l a ­

n i l l a s liq u id a d a s p o r l o s d i v e r s o s c o n c e p t o s a n o t a d o s , a s í c o m o l o a r c i n t o g r o o

q u e l a s c it a d a s e o m p a fiía s p u d ie r a n r e c la n n a r p o r t a l e s C o n c e p to s c o n t r a e t F i s

c o N a c i o n a l ; s e e s t i m a c o n v e n ie n t e e fe c t u a r l a s s ig iu ie n te s t r a n e a c c lo n o s ;

- C a p ítu lo I: P R P ^ E R A TR A ?-f5A C C IQ N

C lá u s u la P r i m e r a : L a C S V , p o r s í y p o r c u e n ta d o l a s C o m p a ñ ía s d e l G r u ­

p o R o y a l D n t c h / S b e ll, p a g a r á a l a R e p ú b lic a l a s u m a d e t r e in t a m i l l o n e o d e d ó ­

l a r e s d e l o s E s t a d o s U n id o s d e A m é r i c a ( U , S . $ 3 0 , 0 0 0 . 0 0 0 , o o } , c u y a o q u i v a - *

l e n c i a a l o s s ó l o s e f e c t o s p r o v i s t o s c o l a L e y d e M o n a d a s , c a lc u la d a a l t ip o d e '

c a m b i o d e c u a t r o b o l í v a r e s c o n c u a r e n t a c é n t i m o s ( P , 4 , 4 0 ) pter d ó l a r , a s c i e n ­

d e a c i e n t o t r e in t a y d o s m i l l o n e s d e b o l í v a r e s c o n o o / lO O 1 3 2 ,0 0 0 ,0 0 0 , o o ) .

D i c b o p a g o s e r á h e c h o « a t r e s p o r c i o n e s I g u a le s : l a p r i m e r a , a l a f i r m a d o e s t é

c o n v e n io , l a s e g u n d a y t e r c e r a n l o s n u e v e ( 9 ) y d i e c i o c h o (1 6 ) m e s e s , r e s p e c t i­

v a m e n t e , d e s p u é s d e d ic h a f i r m a , a c u y o e f e c t o s e l iq u id a r á n c p o r t c n a m e n t a la s

p l a n illa s c o r r ^ e p o n d le n t e a a c a r g o d e l a C S V .

C S V p a g a r á a s i m i s m o a l a R e p ú b lic a , p o r s í y p o r c u e n ta d e U n C o r r p a -

fiía a d c l C r u p : R o y a 'i l u t c b / S h e ll,. d e a c u e r d o c o a e l p r o g r e s o d e l a s o b r a s q u e ,

'< \L. ee g ú n s e e s t a b l e c e m á s a d e la n te «* , la R e p ú b lic a s e p r o p o n e c o n s t r u i r e n i n t e r é s

* ' de l a e x p lo t a c ió n p e t r o l e r a y d e l d e s a r r o l l o d e l a s r e g i o n e s e n q u e d ic h a e x p l o -

icYí -t '' t
ta c io a c o l l e v a a c á b o , l a s u m a d e q u in c e m il l o n o s q u in ie n t o s m i l d o l a r e s d e l o e

Xy D o ta d o s U n id o s d e A m é r i c a ( U . S . $ . 1 5 ,5 0 0 ,0 0 0 , o o ) , cu^*a e q u iv a lo n c ia ta m b ié n

o l o s s o to s e f e c t o s d e l o p r e v i s t o e n l a L e y d e M o n e d a s , a l t ip o d e c a m b io d o -

c u a tr o b o l í v a r e s c o n c u a r e n t a c é n t im o s (&^, 4 , 4 0 } p o r d ó l a r , a s c ie n d e a s e s e n t a
y o c h o m iU o n o o d o a c i e a t o s m i l b o l í v a r e s c o a o o / lO O (E», 6 0 .2 0 0 .0 0 0 ,; o o ) ,

211
^ T lh w>í>ínC. ( Im (

, , . 7
L o s p a g o a p a r c i a l e s q u e / co n fó r;7 > o a l a p a r t o a n t e r i o r , d o b o r a e f e c t u a r la

C S V d e a c u e r d o c o n e l p r o g V e s o d o l a s ih o ñ c io n a d a s o b r a s e c h a r á n c o n f o r m e

a p t a n lU a e d e liq u i d a c i ó n e z r i l i d a c a cu c a r j o p o r o l m o n to e n b o l í v a r o s c a l c u ­

l a d o a l s u s o d ic h o t ip o d e c a m b i o d e c u a t r o b o l í v a r o o c o n c u a r e n t a c é n t im o s

(!!?» 4 , 4 0 ) p o r d ó l a r d o l o s E s t a d o s U n id o s d e A m é r i c o » q u o g u a r d e c o n e l c o s t o
i
d e l a p a r t e d e o b r a e je c u t a d a l a m ic m a r e l a c i ó n q u e e x i s t a e n t r a e l i> a s o t o t a l

d e q u in c e m i l l o n e s q u in ie n t o s m i l d ó l a r e s d o l o s E s t a d o s U n id o s d e A m é r i c a - •

(U .S .$ . 1 5 » 5 0 0 .0 0 0 , o o ) q u o d e b e r á e f e c t u a r l a C S V s e g ú n e s t a m is m a o s t i p u l a -

c i ó n y e l COSÍO t o t a l d e l a c r e í c r i d a s o b r a s . D ic h a s p l a n i l l a s s e r á n e m it id a s a

c a r ^ o d e l a C S V e n l a o p o r tu n id a d e n q u e l a s r c s p e c U v a s v a lu a c io n e s d o o b r a s

h a y a n s i d o c o n f o r m a d a s p o r e l I n .- e n ie r o T-«r» 3c c t o r d e l D e s n - ic b o c o r r e s p o n d ie n

te. . .

L o a p a g o s a q u e s e r e f i e r e c a t a c l a u i u l o l o s h a c e n l a C S V 'y C c m p a Q Ía s d o l

G r u p o R o y a l D u tc h / S h c ll y l a R e p ú b lic a l o s a c e p t a p a r a t r a n s i g i r to d a s l& a r e ­

c la m a c i o n e s y a f o r m u la d a c a q u e s e r c f i c r o n l o s c o n s id e r a n d o s d e e s t a c o n v e ­

n i o n u m o r a c o i. Cc't 1 * al a m b o s in c lu s iv e .

I^ L a e o b r a j ^ o c h a r á l a R e p ú b lic a , a l a s c u a le s s o r e f i o r o e s t a C la u s u la , c u

y o v a l o r t o t a l t o e s t im a e a una s u m a a o m e n o r d e c i e n t o t r e in t a y s o is m illo n e e

c u a t r o c ie n t o s m il b o l í v a r e s (í)’ . 1 3 6 ,4 0 0 .0 0 0 , o o ) c c u i v a l c a t c e a l t ip o d e c a m b io

d o c u a t r o b o l í v a r e s c o n c u a r e n t a c o n w m o s (Q*. 4 , 4 0 ) p o r d ó l a r a l a c a n tid a d d e

t r e i n t a y u n m il l o n e s d e d ó l a r e s d e l o s E s t a d o s U n id o s d e A m é r i c a --------

( U , S . S , 3 1 . 0 0 0 .0 0 0 , o o ) , e c r a n l a s c ig u ie n t o s : a ) g a o d u c t o s y p la n ta d e c o m p re ^

s o r e s u b ic a d o s e n l a c u e n c a d e l L a g o d a M a r a c & ib o , t o d o p o r un v a l o r d a s e t c ^

ta y n u o v o m i l l o n e s d o s c ie n t o s m i l b o l í v a r e s (S ’ , 7 9 . 2 0 0 . 0 0 0 , o o ) ; y b ) c a r r e t e ­

r a e n l o s D i s t r i t o s B o l í v a r y B a r a l t d c l E s t a d o Z u l l a , u o t r a s o b r a s p ú b lic a s ,

to d o p o r un v a l o r d e c in c u e n t a y s i e t e m il l o n o s d o s c ie n t o s m i l b o l í v a r e s —

{ I ? . 5 7 . 2 0 0 . 0 0 0 » o o ) . E l c o s t o e n b o l í v a r e s d e d ic h a o o b r a s s a i n c l u i r á e n l o s -

c o r r e o p o n d io n t a o p r o s u p u o s t o s d a l a R e p ú b lic a , y su o j c c u o i ó a s e r á c o n t r a t a d a

d e c o n f o r m id a d c o n l a L e y .

C lá u s u la S e g u n d a ; E n c u a n to s a l a s p l a n i l l a s d e l i q u i o e c i ó n id e n tu x c a u a e e n

lo o A n e x o * "B ". y ” C ” d e e s t e c o n v e n io y c u a l e s q u i e r a o t r a s n o I d e a t l f i -

c a d a s « a e l l o o , e m i t i d a s p o r c o n c e p t o d o Im p u e s t o c o b r e l a R e a t a a c a r g o d o l a

C S V y C o m p a ü ía s d o l G r u p o R o y a l D u tc b / S h e ll, c á c o n s i d e r a c i ó n & l p a g o e s t i ­

p u la d o e n l a c lá u s u la a n t e r i o r , e s t a t r a n s a c c ió n t ie n e p o r e f e c t o : p r i m e r o , l a
•OL
pág. 7.‘

t e r m in a c ió n dj: l o s j u i c j o o q u e c u r s e n a n t e l a C o r l e S u p r e m a d e J u s t ic ia y lo a

N ^ T r ib u n a le a 1* y 2 * d e Im p u e s to s o b r e l a R e a ta « y a e s e e fe c t o , la s p a r te s p r o - íj
1 p\ , i ■XH
5 s o o t a r a u c o p la c e r t i f i c a d a d e e s t s c o n v e n io e n l o s e x p e d ic n t o s r e s p c ^ v o B j y - ^

^ S e g u n d o , l a t e r m i n a c i ó n d e l o s p r o c e d im io n t o a q u e s e e n c u e n t r a n e n e t a p a d e •

« ¿ 'r e c o n s i d e r a c i ó n o t r a m i t a c i ó n a d z n in is t r a t i^ 'a , c o n l a c o r r e s p o n d i e n t e a n u la c ió n

en a m b o s c a s o s d e l a s r e a p e c U v a s p ln n iU s s * ...

C a p ít u lo I I - g E G ü N D .^ T R A N S A C C IO T ^

C lá u s u la P r i m e r a : L a C S V p a g a r a a l a R e p ú b lic a , p o r s í y p o r c u a n ta ¿o;,

l a s C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l P u t c b / S b e ll, l a cuf¡i a d e cUea m i l l o n e s d e d ó l a ­

r e s d e l o s E s t a d o s U n id o s d e A m e r i c a ( U . S « $ . 1 0 . 0 0 0 . 0 0 0 , o o ) , c u y a e q u iv a le n ­

c i a a l o s s o lo s e f e c t o s p r e v i s t o s e n l a L e y d o M o n e d a s , c a lc u la d a a l t i p o d e

c a m b io d o c u a t r o b o l í v a r e s c o n c u a r e n t a c c n t ix n o s ( ^ . 4 , 4 0 ) p o r d ó l a r , a s c i e n ­

d e a c u a r e n t a y c u a t r o m il l o n e o d e b o l í v a r e s (B’ . 4 4 ,0 0 0 .0 0 0 , o o ) .

D i c b o p a g o s e b a r a e n t r e s p o r c i o n e s ig u a l e s ; l a p r i m e r a , a l a f i r m : : d e v a ­

t e c o n v e n i o , l a s e g u n d a y t e r c e r a a l o s n u e v e ( 9 ) y d ie c i o c h o (1 3 ) m e s e s , tn s -

p e c t i v a m e n t e , d e s p u é s de. d ic h a f i r m a , a c u y o e f e c t o s e liq u id a r á n o p o r t u n a ­

m e n te la s p la n illa s c o r r e s p o n d ie n te a c a r g o do la C S V .

E l p a g o d e l a m e n c io n a d a s u m a l o h a c e l a C S V p o r e í y p o r c u e n ta d e l a s -

C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l D u tc h / S h o U y l a R e p ú b lic a l o a c e p t a p & re t r a n s i g i r

c u a lq u ie r p o s i b l e r e c l a m a c i ó n , a q u o s e r e f i e r e e l c o n s id e r a n d o 7 % que p o r - .

a p l i c a c i ó n d e l a L e y d e I m p u e s t o s o b r e l a R e n t a , e n r e l a c i ó n c o n lo s e j e r c i c i o s

a n t e r i o r e s a 1 9 ó ó » p o r c u a lq t iie r c o n c e p t o p u d ie r o f o r m u l a r s e a c a r g o d e l a -

^ C S V □ d e l a s C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l D u tc b / S h e lI y p a r a p r e c a v e r to d o l l t i - .

\ - ^ g i o fu t u r o a l r e s p e c t o . .

C lá u s u la f é g u n d a ; E x a m in a d o s lo a l i b r o s , r e g is t r o s y d o c u m e n to s p e r tin c n -

- to e , e n l o q u e r e s p e c t a a l o s e j e r c i c i o s a n t e r i o r e s a 1 9 ó 6 , l a R e p ú b lic a , e n v i r -

tud d e e s t a t r a n s a c c ió n y e n c o n s i d e r a c i ó n a l p a g o e s t ip u la d o e n l a c lá u s u la a n -

- t c r i o r , d e c l a r a q u e n a d a m á s t ie n e qu e r e c l a m a r p o r r a z ó n d e e s t i m a c i o n e s d a

o f i c i o p o r p r e c i o s d e e x p o r t a c ió n d e p e t r ó l e o c r u d o y p r o d u c t o s , / p o r c o n c e p t o

do i n g r e s o s , c o s t o s , d e d u c c io n e s , d e s g r a v a m e n e o , r e b a j a s d o im p u e s t o , tr>ul-

273
■yX)^<¡Xb M, IamW
P a g , 8 .- V ♦

ta c * liq u id a c io n e s c o m p U q i i e a U r i á a y é i i ^ l c a q u i o r a o t r o s q u o .p u C ic r a o d a r lu -

c a r , e n d ic h o s e j e r c i c i o a '^ ^ ^ p a r o z p c T ^ p l i c a c l ó a d a l a I - o y d e Im p u e s t o e o b r o

l a R e n t a , ta n to c c a t r a l a C S V ^ o m o c o ñ t r a l a e C o m p a ñ ía s d e l G r u p o R o y a l - •

D u t c b / S h c ll. P o r ou p a r t e , d ic h a # C o m p a S Ío s d e c l a r a n q u o n a d a m á s t ie n e n -

q u o r e c í a i r a r p o r r a a q a d e s o lic itu d d e r e in t e g r o s c a r e la c ió n a lo s e je r c ic io s

a q u e s e r e f i e r e e c t a c la u s u la , p o r c o s c c p C o d a i m p u e s t o s o b r e l a r e n t a , c o a

e x c e p c ió n d c l r a ia t c g r o a q u e e e r e f i e r e e l A n e x o

■ ‘fe C a p ítu lo II I - r J E R C I C IO 1966

p e r j u i c i o d e l o s p a g o e d e t e r m in a d o s e n l a e d o e t r a n s a c c i o n e s a u t c r i o r -

m c a t o c s t ip u ia d a o e n e s t o C o n v e n io , y c o n e l o b j e t o d e p r e c a v e r Soda c o a '. r o -

v e r e ia r e s p e c to a p r c c io s , p o r lo qu e c e r e f i e r e a l e j e r c i c i o 1966, ee ha c c a -

>*enido c a q u e s i e l p r e c i o p r o m e d i o d e l a t o t a lid a d d o la*e v e n t a s d e e x p o r t a c ió n

d e p e t r ó l e o c r u d o y p r o d u c t o s h e c h a s p o r l a C U V e n e l o j o r c i c i o 1966 f u e r o i n ­

f e r i o r a l p r e c i o .p r o m e d io c o m p u ta d o d e a c u e r d o c o n l o a p r e c i o s d e v e n t a p a r a

l a e x p o r t a c i o a r e a l i z a d o s p a r a c r u d o s y p r o d u c t o s s i m i l a r e s d u r a n te 1 965,

a p lic a d o s a l o a v o lú m e n e s c o r r e e p o n d i c u t a s a l a s c x p o ^ c ^ c io n e s d e 1 9 6 6 , l a A d -

m ln is t r a c ic n G e n e r a l d e l Im p u e s to s o b r o la R e n ta liq u id a r á a l a C S V una p la n i­

l l a c o m p le m e n t a r ia ccxx b a s e e n e l m o n t o d o l a d i f e r e n c i a y l a C S V h a r á e l p a g o

c o r r e a n o n d ie n t e p o r c o n c e p t o d e Im p u o c c o s o b r e l a R e n t a . S i d i c h o p r e c i o p r o ­

m e d i o d e l e j e r c i c i o 1966 f u e r e ig u a l o s u p e r i o r , e l im p u e s t o s e liq x d d a r á c o n -

b a s e a l e x p r e s a d o p r o m e d i o d e l e j e r c i c i o 1 9 6 6 , y n o p r o c e d e r á p a g o a d ic io n a l

a lg u n o p o r c o n c e p t o d e p r e c i o s . E n t o d o c a s o n o p r o c e d e r á . e s t im a c ió n d e o f i ­

c io o r e p a r o p o r c o n c e p to d e p r e c io s .

I g u a lm e n t e y p o r t a s m i s m a s r a z o n e a s e c o n v ie n o e n q u e s i e l p r e c i o p r o ­

m e d i o d e l a t o t a lid a d d e la # v e n t a s d e e x p o r t a c ió n d o p ro d xicC os h e c h a s p o r l a

A s i a t i c P e t r o l e u m C o r p o r a t i o n e n o l e j e r c i c i o 1966 f u e r e ¿ a f e r i o j l a l p r e c i o p r o ­

m e d io c o m p u ta d o d e a c u e r d o c w lo s p r e c io s d e v e n ta s p a r a la e x p o r ta c ió n r e a ­

l i z a d o s p a r a p r o d u c t o s s i m i l a r e s d u r a n te 1 9 6 5 , a p lic a d o s & l o s v o lú m e n e s c o -

r r e a p o n d ie n t e a a l a s e z p o r t a c io u o a d o 1 9 6 6 , l a A .d m in is t r a c ió a G e n e r a l d c l I m ­

p u e s t o s o b r e l a R e n t a l i q u i d a r á a d ic h a c o m p a ñ ía u n a p l a n illa c o m p l e m e n t a r i a

c o n b a s o e n e l m o n t o d e l á d i f e r e n c i a y l a c it a d a c o m p a ñ ía h a r á e l p a g a c o r r e s ­

p o n d ie n te p o r c o n c e p t o d e Im p u e s t o s o b r e l a R e c t a . S i d ic b o p r e c i o p r o m e d i o -

d e l e j e r c i c i o 1966 f u e r o i g u a l o s u p e r i o r , « l i m p u e s t o s e li q u i d a r á c o n h a c e a l

e x p r e s a d o p r o m e d i o d o l e j e r c i c i o 1966, y n o p r o c e d e r á p a g o a d i c i o n a l a l g u n o . “

274
^•n/c Vvovéaiîl« ^ \lM

¡íV A C A y J

p o r c o n c e p t o d e p r e c i o s ', E a to d o c a s o a o p r o c e d e r á c o t « r r .c c io a d e o f i c i o o r e -

'^ i^ p a r o p o r co n c e p to d o p r e c io s , \

^ C a p it u lo rV - E S T I P U L A C I C M E S r i N A L S S

^ P r im e r a ; L a R e p ú b lic a , y l a C S V y C o m p a a ía s d e l G r u p o R o y a l C u t c b /
*■// '
^I/J S h e lljh a c e a c o a c ta r que se re c o rv a n lo o d c rc c b o s que le e c o rro sp o n d o a p a ra
'*
s o e t é n e r s u s p u a to s d e v i e t a j u r í d i c o s c u l a z o a t o r ia o b je t o d e e s t e C o a v c o i o

r e s p e c t o a l o s e j e r c i c i o s p o s t e r i o r o » a lo a c o m p r e n d id o s e n l a s p r c o e n t e e t r a n

s a c e io a s s ,

g c R o a d a r L a s ¿ u d a o y c o a t r o v o r s i a o d e c u a l q u i e r n a t u r a le z a q u e p u e d a a -

e u s c lv a r o e r e s p e c t o a e s t o c o n v e n io y q u o a o p u e d a n s o r r e s u e l t a s a m i g a b l o -

m e a t o p e í ta n p a r t e s c o u t r a t a n t o s , c c r á a d e c id id a s p o r l o s T r i b u a a l e o c o r n p ^

t e n t e s d e V e a c s u c l o , s in q u o p o r a ia g u a s a o íiy o a i c a u s a p u ed a n s e r o r i g e n d a

r e c l a m o s o i s t r o a jo r o s .

S e h a c e n c a c o e j e m p l a r e s d o u a m i o m o t e n o r y a un c o i o e f e c t o , e n C a r a *

c a s , a l o s t r e s d ía s d e l m e a ¿ o f e b r e r o c o m i l n o v e c ie n t o s s e s e n t a y s i e t e . V;
« '
(F d o s « )E lo y L a r e s M a r t ín e z , - Ja n J o o s t de L ie f d e . - M an u el B e y n a , - J o s é

275
AT-3X0 "A^
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Ç/ùxJ) ■ 'A '

I.'g'JESTO SOÔRB*LA-TŒN'?A
LISTA SE R5PAB0S CONTBA COSTOS,' BEDUCCIQI-rES Y BSBAJAS DE
IKPtESTO: MULTAS*Y OTRAS LlgUIDACIOSSS CQ:gLSX5!WAalAS
i
1^ PLANILLAS E N 'ca so DS APSLACIOti Ai'ffS EL TRIBUNAL PHIhgao BE ARELACION'SS DSL
T ivr.'-gussio so sas la b e n ta
5¡!
•«.'CQjgAgA SHELL DS VEíA'SZüSLA LTD.

EJBiCICIO
ÌL Fecha . CI- Fecha

1954 5-0 ■ 50.11.59 - )


1955 6 15.02,61 • 405.197 2 5 .06.61
1955 7 02 . 05.61 402.058 ' 25 . 04.61
1955 9 ■ 2 1 , 05.61 401.560) 18.04.61
1955 4-c 24.05.6 l 401.965) 18 . 04.61
1955 10 25 . 05.61 401.961 18.04.61
1955 2-0 - 24 . 05.61 405.201 25 . 00.61
1956 4 16 , lO .o l 404.625 24 . 10,61
1956 6 ló .lO .á i ■404.624 24 . 10.6 1 ,
1956 2-0 26 . 12.61 400.001 04.01.62/

VItaZOELAI? EAGL3 OIL COXP.CT LI.'aTED

1955 1-C 29 . 05.61 200.054 2 1 . 06.61


1955 2-C ,. 29 . 05 . 6 1 - 200.025 12.04.61
1955 5-C ' 28.04.61 200.029 08 . 05.61
1957 Î -0 26.06.05 200.125 25 . 08.65
1957 4-c 28.06.65 200.126 25 . 08.65

T a COLON DEVBLOKffi:?;? COMPAín i'Io'.'/cOLOM o n , CO.MPAST LTD.


■ 1955 1 05.OÍ . 61 402.060 25.04.il

K.V. CLIU0ACS0H2 SCHS5PVAART MIJ.

1S55 1-C 24.05.61 401.602 11.04.61

PLA'ilLL.AS ArPLADAS, E.V PB0CËS0 DE RBCONSIDaHACIOÍf APyjM STRATIVÂ

S ly COXPAivTA 3'rSI.L DS VSNIjZUELA LTD.

1956 5 16.10.61 490.006 10 .05.65


1956 8 27.02.62 490.017 28.05.62
1956 10 16.05.62 490.042 15.03.62
1956 9 16 .05.62 490,009 '10 .05.65
I95Ó -1-0 07 .02.62 490.044 20 .08.62
1956 5-C 19.02.62 490.015 15 .05.62
1957 1-C . 16 ,05.62 200.058 04.04.62
1957 2-C 19 .07.62 ' 200.122 29.10.62
rí-anillas en esta lista que, adeiàias del impuesto, con

(r d o s .) E lo y L a re o M a rtín e z .- Jan Joost de L ie fd e . - Manuel Keyna. - José


M u g í Abraham h ijo, - Daniel Bendahan. -

276
m m .

LISTA !g REPASOS COSTOA COSTOS, PEDUCCIOSES Y REBAJAS DE . ,


IMPliEST(); MULTAS Y OTRAS LIQUIOACIOMBS C05iH2M31B'ABXAS /^

^lMT,mkAS ATÉLASAS. SK PROCESO DE RECONSICERACIOS AEgHTÜTRATIVA tCoat.)' '


.
^'OOi'gAaA SHBLL PB TCjtSZtgXA LTD. (Coaf.) '’/' ' .

SJESCICIO '■ACTA
■ Fecha Fecha

1957 7-0 i2 .o a .6 3 ' . 200.040 . 18.03.63


1957 6-0 .
17 09.62 200.120 ;■03.10.62
1957 •11-0 27.06.65 , 200.079. ••.30.07.6?
1957 15-0 . 28.06.65.,. 200.031 ' 30.07.6?
1S57 1, 25.0S.6O 200.027 18.04.61
1957' 4 . 12.04.62 200.04? 24.05.62
1957 5 15.05.62 200,058 12 .06.62
1957 7 02.01.6? .200.02? 18.02.63
1957 . 8 02 .01.6? •200.024 6. 18.02.6?
1957 9 29.01.6? 200.041 18.03.6?.
.1957 10'^ 29.05.6? 200,06? 28.06.6?'
1957' 11 29.05.6? /200.064 28.06.6?
1958 1 25 .10.62 '/. 490.048 05.12.62
1958 '2 25.10.62 '. 490.049 05 .12.62
1956 3 28.11.6? 490.001 ¿7.01.64
1953 h 28.11.6? 490.002 ^.01.64
1958- ■9 09.0?.64 450.072 .Í9-06.64
--- i« 1958 11' - 09.05.64 490.074 19.06.64
1958 12 . 09.03.64 490.076 ■ 19.06.64
1938 8 09.03.64 450.134 19.08.66
1558 5 - . 17.03.64 . . 450.068 ■19.06.64
T \ 19.06.64
1958 ■ 6 ' 17.05.64 490.069
7 . / 17.03.64 : 490.070. 19.06.64
, .. 1958
195S 15 7 17.03.6li 490.078 19.06.64
4/j 1953 1-0 06.04.64 ■ 490.099 07.08.64
1958 3-C 31.05.64 490.101 07.08.64
■ 1956 4-0 ■ ,3 1 .í » . 6 4 . 490.103 07.08.64
1958 5t O ■ ;■ 23.04.64 ■490.105 07.08.64
1959 • 1 . 28.11.6? ■490.005 17.01.64
1959 2 28.11.6? 490-.004 17.01.64
1959 .3 ; ■ ■ 03.01.64 490.005 17.01.64
1959 5 16.09.64 490.165 31.12.64
1959 6 06.11.64 490.164 31.12.64
1959 7 06.11,64 490.165 31.12.64
1959 . 8 , 16.09.64 490.166 , ,31.12.64
1999' 9 05.11.64 490.167 31.12.64
1959 ., 14-A 31.'05 .65 490.173. . 28.12.66
y 1559 ■ IJ ■ 05.11.64 490.166 28.12.66
if 1959 , 11 . 06.11.64 490.169 31.12.64
Xi¡
1959 12 06.11.64 490.170 . 31.12.64'
■ c/| 1959 ■ 1?_, ,„ 0 8 .1 2 .6 4 ' 490.002 29.01.65
fd íj 1959 16 .- :■20104.65 490.115 01.10.65
'vy 1959 '1 7 ■■ 23. 02'. 65- -•490.117 01.10.65
1559 ■ 18- . 23. 02.65 490.118 01.10.65 ■
1939 .1 -0 , 09. 05.65 490.120 0 1 . 10.65
(F d o a .) E lo y l-aroa M a r ffn e «.- Jan Jooat da L ia fo a . - Manual B a y n a .- Joaé
Mucl Ábraham h ijo. - Daniel Bendahan.-

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X- lE Z H
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CXfPAÍÍIk sheU*~ds vesezìclA ti). y

COMPAÑIAS DHL M l o ROYAS DUTCHVSHSLL ■'

IMPUESTO SOBfe)lÍ¿VHSÑTA
LISTA LE RSPAB05 COKTPA COSTOS. DEDUCCIONES Y HS3AJAS DS
IMPUESTO; MULTAS Y OTRAS LIQUIDACIONES COMPLE^-SKTAPIAS

2v .vPLAYILLAS ABADAS. SN PROCESO DE PECONSISZRACION ADMINISTRATIVA (Ccnt.)


'
~b¿Í/J>AATA SHELL LE VENEZUELA LTD. (Cont.)

EJERCICIO ACTA
Fecha ■ Fecha
1959 2-C ■ 09.03.65 190.121 01.10.65
1559 3-C 09.0?.65 190.122 01.10.65
1959 • k 25.05.65 190.123 01.10.65
1959 i+-c •.. 31.05.65 190.121 01.10.65
■ 1559 7-C ■•31.03.65 190.108 29.06.66
I960 1-C 03.08.65 190. 129. 08.10.65
1560 3 28.09.65 190.020 27.01.66
I960 4 28.09.65 190.021 27.01.66 .
I960 1 15.10.65 190.018 27.01.66
I960 2 15.10.65 ;■ I9O.CI9 27.01.66
I960 5 19.10.65 190.022 27.01.66
I960 ó■ 29.10.65 . ..190.025 27.01.66
I960 7 29.11.65 . 190.05c 11.03.66
19Ó0 6 29.11.65 •190.05-7 11.03.66
I960 5 29.11.65- ■190.053 1I.05.66
-96c X ■ 29.11.65 190.059. 11.05.lo
Í9o0 • 3-C 02.12.65 190.102 17.06..:,'
I960 K-13 ■ 11.02.66 . 190.101 17.06.66
I960 M-16 11.02.66 190.107- 17.06.66
I960 M-lh - 10.05.66 190.105 17.0Ó.ÓO
I960 M-15 10.05.66 I9O.IO5 I7 .OÓ.60
ISóO . M-17 10.05.66 190.125 19. 03.6o
I960 M-19 15.05.66 190.127 19.C3.66
I960 M-20 15.05.66 190.123 19.08.66
i960 1-0 51.05.66 <»90.129 19-03.66 ■
19ÓC 5-0 51.05.66 ■ 490,130 19.08.66
I960 6-C , 5I.O5 .Ó6 190.131' I9.OS.6Ó
I960 7-C 51.03.66 190.132 ■ 19.06.66
I960 6-C 15.01.66 iw.iss 19.08.66
19SC X-11-1 I8.OÒ.66 190.172 28.12.66
1961 .^;-i 27.07.66 .190.155 09.09(66
196l(Varia<_Se-
(soiucióa S*
1165)
(j o : 2 6 .li.S 6 190.217 29.12.66
1962 .'■i-i 27.07.66 190.158 09.09.66
1962í ¡6-2, 1-0,
) -C , 1-0
190.205 '29.12.66
C y 5-0 2T.12.66
1963 ■ K-1 27.07.66 190.156" 09.09.66 ■
1963( 1. .0, 2-0
( 0-0 26.12.66}
( 5-0 27.12.66) .190.209 29.12.66
1561» M-1 27.07.66 .190,159 09.09.66
156ú ( 1-■0, 2-0,
( 3-C, 5-0
( 6-0 26.12.66 190.221 29.12.66
(F d o a .) E lo y Earoa Tóartfnox. - Jan Han Jooet do E io fd e ,- Manuol Reyna. - José
M ucí Abraham h ijo. - Daniel Bendahan.

27S
d/lQUlrAXm 'A

c j;g A fe :A

COXFA.VIAS rÉ£T,Hi;PCÌ SOYAL ■ì.iriCh'/SrBlL


V»t /•/
IM F U D S T Ó 'S O r 'B S L A 'St-N 'TA

LISTA P2 KEPARCS COKTSA COSIOS. aEPUCCIOlBS Y BSBAJAS 3S

lyjUSSTO; MLLTAS Y OTRAS LlftUIBACIOas COM?LSISNTAHIA^

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g. g PLAKIl
VlANILLAg APELADAS. SK EÌOCSSO IS KSCOySIISRACIOK AJigHISISATm (Cont.)

g jcÒMPXiìIA SHSLL DE VENEZUELA LTD. (Cont.),

ñ L )
F.JSSCICIO ACTA PLANILLA
H" Fecha

1965, M-1. 27.07.65 1*90.160 09.09.66


1965Í 1-0* 2-0, ^ ■
('3 - C , 6-0, 26.12.66
i 5-C. 27.12.66 1*90.2« 29.12.66

VENEZ’JELAN SAGLE OIL COMPANY LTD.

1956 1-C 14.06.62 . 200.075 09.07.62


1955 2-C 14.06.62 200.076 09.07.62
1956 3-C 14.06.62 200.077 09.07.62
1957 •1-C 26.06.65 200.073 50.07.0
1957 2C 23.06.65 200.124 25.05.o5
1958 1-C 17.02.64 490.017 30.05.6a
1959 1 , 29.10.64 490.152 I6.12.fo .
1959 2 11.11.64 490.155 lfl2.^
1959' 3,. "’^ilT-11.04 490.154 I6.12.c4
1959 - U.1ÌT64— .490.155 .16.12.64
1959 5 11.11.64 490.156 16.12.64
1959 7 04.02.65 490.050 17.05.65

THÈ COLON. CSVFlOKiENT CC^gANY/COLO?: OIL CJMPA’.T LTD.

1957 12 12.06.63 200.080 30.07.65


1959 1 25.02.65 490.077 15.07.65

■.Vmr.T/cASraBF.AN’ WTSOLSlMCOgANT
1960 20 .01.66 490.054 09.05.66
1961 12 .05.66 490.U8 «.07.65
1962 28.09.66 490.167 28.12.66

■THE SMELI FZTaOLTt« COMPANT LTD.

1957 5-C 51.07.62 200.104 20.03.62


195? ÌO-C 27.06.65 200.015 15.07.65
1956 2 29.05.64 490.088 09.07.64
.*0 •-
1959 1 51.03.65 ,490.089 «.07.65
' ^ ( F d o s . ) E lo y L a r a s M a r tín e z . - Jan J o o s t 6 « L t e íd a . - M an u el R e y n a . - J o s é /
M u c l A b r a b a m i j í i o . - D a n ie l B e n d a h a n . - /

27Í)
CpyjAÑIA-SSXL Ti!. VSNSKBIA LTD. Y
1 a i'
y CtygA\TAS !BL CSIgO 30Y.AL sL)T.+/s K;:LL
'il '■ ■' I ......... ii: -i '■
:y j> ü s s ro £ 0 3:^ 5 la ^ r s t c a ...!'

LISTA DS SSPAHOS COATBA COSgaAv DSDUCCiasés Y REBAJAS BS

Üg-JSSTO; MULTAS Y OTRAS LIOUUlACÍOXSS C0MK3:-2:<XcRI.U


-------------------------------

a : VPLMILrAS APSLA3AS. E.Y RROCESO CE RECOitSUERACION Aa.SMISIRATCTA (C o n t.)

íí;. .■•'s’f a s T Z MARITIXS SiELL

---- _ K" . Fecha -11 Feoha

L95T 3-C 31.10.62 490.050 05.12.62


1957 9-C 5 1 .10.62 200.141 22.11.62
1957 6-0 3 1 .07.62 200.105 20 .0a .62

SKLL ISTEBNATIONAL .MARISS LTD.

I9Ó5 ■1 16 .09.66 490.169 23.12.66

3. ACTAS PSSSESTAC.AS. CUYO IKPU3ST0 KO H.A SIDO LI4U..E.WO POS 0RI0IKA.RSS


UK RSIXTEOSO A FAVOR 3S LA COXTSIBUYEKTE

VEh-SZUELA-Y EAOJ.C OIL CO'íPAAT LTD.

1958 ' 2-C 3 1 .05.6- Xo liquidada


1956 3-C 31.03.64 No liquidada
1953 -4-0 31.03.64 \0 liquidada
a

4. PL-AUILLAS LIQUIDADAS CON SASE A EÍMIEKDAS A LAS DEC1.ARACI0SSS DE RELTAS


^liscreiar.oia sobre el tino ¿e ctnbío: anlicacíón de nueva doctrina fis-
c¿¿)

SKSI.1 TATíKSÍÍS LINaiSD

1961 Erjaienda ¿el 31.03.06 hOO,545 24.06.66


1962 Snmlenáa ¿el 31.03.66 400.$h6 24.03.66
(F d o d .; E l o y L a r e e M a r t ín e z . - Ja n J o o s t de L U í d e . - M a n u el B e y n a . - J o e é
M u c i .'Y a ra h a m h i j o . - D a n ie l B e n d a h a n . -

280
C O m ífr A S K E L L DS \T E t\ LTD. Y
CCKR\KTaVí tEL'GHUPO HOV L dutch/skell
■L B-ífciTO scs~:s LA SSSJA

SS?aiACIONSS 53 OFICIO S0BS3 PBECIOS PS CRUDO 1 HIOBUCTOS


■< ■
BE SCK5STACI0N

?:a;.~llas apelabas, gt ?aocEso be ?¡scoKiPEr'ACioN aeminisirauva



-. C»3tÜIA SHELL BEVgEÜBIA LTD.
Ejsncrozo ACTA P L A l-g -B A
?cch:L Ho.

-957 12-C 27.0Ó.Ó3 200.023 02.07.61


1553 é-C -3 26.12.65 690.185 2S:12.66
1953 6-C 30 .01 .ók 690.107 07.68.61
1959 5 -C - 3 20.12.66 190.175 23.12.66
19Ó0 2-C-B 20.12.66 190 171 23.12.66
15Ó1 IC-C 26.12.66 190.219 29.12.66 ■
19Ó2 3-0 26.12.66 I9O.2 OT 29.12.66
19¿3 3-0 20 .12.66 190.211 29.12.66
19ót it-c 26 . 1 2 .6 6 190.223 29.12.66
I 9S5 li-0 26.12.66 ISO. 215 29.12.66

A siA T io raraoiEUM c o h fg satio ::


1963 26.12.66 190.310 29.12.6«
1S&. 23.12.66 190.312 29 .12.66
1965 23.12.66 190 .31 1 29.12.66

SKEIL CA313312C EST~OISO>Í C0;-!7A,3-!r


1959 l-A 01.01.66 190.211 29.12.65
.
1960 2 25.05.66 190.21.5 29.12.66
.1961 '2 .-26.12.60 I9O.3OI 29.12.65
t. 19S2 " 2 26.12.66 I9O.3OÓ 29.12.66
1963 1 26.12.60 190.30S 29.12.66

(F d o > .) E lo y l a r e i M a r t ín e i. - Jan J o o í t do L l e f d e . - M anuel B o y n a . - J o «6

•_>81
ÀliSXO ”C”

ca.gA|!iA sig:r£ SE feteusiA ltp. y

CCMPAjiL^‘PH.-OBbTO-'jiA-AL MrrCK/sÌ^
■1, B-gaSSTO 30BKS LA S M X A ' ' '

lISSA DE ;.MLIAS LlftUIBASAS EK PlJìtCLLAS SEPARAIAS

1. ' .TÌfiOLLAS APELADAS, B? gSOCESO DE HECOft'SIBSaACIOif


•■v>AD:-aKISTSATIVA
'«o/cj '•jy-------------
CggAjilA SHSLl SS TCKEZUSm LTO.

SJSRCICIO ACTA ELAS:


SI Feefca x~ Fecha

1957 12-0 27.06.53 200.02t . 02.07.65.


1953 50.05.61* 590.108 / 07.03.65
1558 11 09.05.51* 590.075 ,-■ 19.05.55
195Ò 12- 09.03.51*■ 550.077 19.00.65'
155S 15 17.03.51* 550.079 19.0S.55
1533 1-0 O6 .O...5I* tSO.lOO 07.08.55
1953 3-C 31.03.61. tso.ica 07.03.55
1553 l*-c 31.05.5 5 : 550.105 07.06.65
I95S 5-0 25.Ot.5t 590,105 07.03.55
1553 5-0-3 28.12.55 550 .'l85 ■ 28.12.65 .
1959, 5-0-B 26.12.55 . 590.176 28.12.66
1961 (VoriaSjváa
(se Hesolu"
ició.n ir" ■
¡301155 . 29.12.55 5go.-2iS 29.12.56
1551 10-0 26.12.66 590.220 29.12.66
1952 jVarlaSjVéa
vse Eesolu-
_, (501155 26.12.65 590.206 29.12.56
1562 . 3-0 26.12.55 550.208 29,12.55
1563 2-0 y 5-0 26.12.55 590.210 29.12.55
X 1553 3-0 25.12.55 550.212 29.12.66 ■
■J\ 195.* 2-0,3-0 '
y 6-0 26.12.55 590.222 29.12.65
1555 5-0 25.12.65 550.225 ■29.12.55
-r-' 1955 2-fl,3-0
y 5-0 26.12.56 550.215 , 29.12.66
1565 5-0 26.12.65 590.216 29.12.65

':t :-3 s :-5cc ?strcleu :< cK-gA.'n' i m.

155" - ' ' - 200.01à 13.07.65


I55S - ■ - ' t90.0S9 , 09.07.61^
1559 - - 1*50.090 13.07.65
I9ÓO SaEOlucióa
K’ 1597 , 2 l*.11.66 1*90.165 27 .12.66

T S SELl TAKllRS LTD.

1960 Sasoluclón
X* 501095 11.10.65 1.90.151* 27.12.55 - -O
( F d o s . ) E l o y l a r e s M a r t í n e z . - Oan J o o s t d e l i e í d a . - M a n u e l R e y n a . - J osfe / . 0 ¡ \
.M u cl A b r a h a n a h i j o . - D a n ie l B e n d a h a n . - • t- y j A \

28l>
AIffiXO " c "
pàg. a.

Ca-!PAJÌnC''SKELl, SE-VStazUElA LTD. Y

COMPAÑIAS PEL GRUFO ROYAL PJICH/s HELL

IMPUESTO SOBRE I.A RE?iTA

' LISTA DE MULTAS LiaUIOABAS EK PLANILLAS SEPARADAS

PLAt.'ILLAS APELABAS, EK PROCESO DE RECOMSIDEMCIOM


ALMIMISTRATIVA (Cont.)

SHELL CABIBBEAM PETROLEUM CCMPALT

EJERCICIO ACTA
el. Fecha Pecha

1959 1 . 25.05.65 U90.2U5 29 . 12.66


19ÓO 2 25.05.66 U90.2U7 29 . 12.66
1560 1 28.01.66 I490.055 09 .OJ.66
1961 2 28.12.66 í*90.505 29.12.66
1962 2 28.12.66 U9O.507 29 . 12.66
19Ó2 ^1 28.09.66 ■1*90.168 2 8 .12.66
iSóJ 1 28.12.66 ^ 90,509 29 . 12.66

ASIATIC PETROLEUM CORPORATION

1963 28.12.66 490.311 29.12.66


1964 .
2 8 12.66 490.313 29 .12.66
1965 .
2 8 12.66 490.315 29.12.66

2. MULTAS BAJO RECURSO BE GRACIA

COliPAKIA SIELL LE VENEZUELA LIMITEP


^ .*
1965 •- -' 506.188 26.10.64
- . 1963 - - 505.705 26.10.64
-i 1903/64 - - 505.270 21.05.65
: 1964 - - 50.536 15.09.65

490.087 09.07.64

511.112 25.11.65
511.112 25.11.65
5U-U0 25.11.63
511.110 „ 25.11.63
1956 511.111 25.11.65
1956 490.097 30.05.66
1957 511.111 25.11.63
1958. 511.107 25.11.63^
1959 511.107 25.11.65 ■
1959 Ugo. 062 28.03.66 .
(F doa.) E lo y L a re s M artínez. - Jan Joúst do L ie f de. - Manuel R e ^ a , - José Mucl
Abraham hijo. - Daniel Bendahan."

28.3
AKSC^ t. •

CCN^A:Íf¿ SKSLL'^S vÍA u B L A LTD. Y

CGCPA.^lAS'.fe ca \j? 0 DUTCK/sEELL . . s .


CVS. . - 4 -------- ^----- (VrA.!<-■■^^ ^
PTlffiSIÓ S03MÍ LA RECTA

LISIA BS Mta,TAS LIOUIBAPAS EN PLANILLAS SEPARABAS


. I
I ■

^ ii z:; PEOCESO pe apelacios ante el Taisroai p e im b o be


. AEELACIOKES ^
liV
-CCMPASIA SHELL BE VENEZUELA LTB.

Fecha • Fecha

I 95IÍ 62.003 15.11.61

:>84
á :<¿x'
o ”d -

SOLICirJD os KSir'TTSaRO ?.-^S3Z:C?Aa\ por la CC?.p)^-XA SHBLL Íj2 VSySZUFLA LTD.


. x:-í y¿cHA 2 rg nov t 5 ^ e ~I4S icfeóT i7rc::.;v ^ :^))'c?:<n7PTCTADA. lo previsto E:f la
CLAUSULA !■.: >f;Vj>^ÍT^\vK<.V4'SAOCION

íZ

», Ciü»índ.jr.o íx • . v
ílir .ic tr o tli liaclonda ( Aà\a£i*iotraàov Conerai ¿ o l Ircpueaío cobro i - Senta)
«■ ^n'«3cfipncho» »

■i Ccor,^c V ín cy» cicyor do odadj vcna^olanoa ¿o 6¿to ¿ o r . Íc ílío y t i t u l a r .


^•¿o i c codula ¿o ídcn tiu oú pov’io n a l L3 S»7iO«2iCp obranCo en r.l cn rlíctcr ¿o ñpcr»
alorado do l a Coi-.paf:Sa S h o li de Vcnautsiü Ltd«^ owciodad anonínn do Cote á o r .ic i-
■ ^ . l í o j cccCii conoto da podor otor^r^dcuo por. cxitc l a K o ín ria ¡'ú b llca da Carricooa
o l i3 do ju n io do lOGO, anotado b j j o en b - 30^ 7oró S- do la.9 Libroo do nuCoa«
tic a c lo n c a ro o p oo tivo o oportunciuc.vcc ocuri.\5 cSito rutad pora aupor.cr;-

E l 29 do a b r i l do S90C o i tacndor.to pi'osor.tó cu d a cla ra cid n doi’i n i t l v a da


ranino ccrroapondionto a l o j o r c i c i o do ¿PJÍj* K'Jdl.into F orn u la rio quo quod3 ;>a~
t'lo trn d o b a jo o l »43 la^OGS^ acusando on ü l una ro»'ita nota do fio, 1,209«5^*0,520
y en baso a l a cual l a A d ^ iaiatrn oiC a a cu di^no cargo liq u id o p lcjrfil.T c do
Ip.puoato por un t o t n l do Bo.5S2.100,SSÚft33 in c lu id lo la o qua ao c a ft lc r o n ccn
bacc on la doclcraolG a ca tin n du «*

En l o i*oforld.'i dcclai'uclCn d e f i n i t i v a co Incluyoron doducclor.oa a lo a íu^*


Ck'Hisoa bruteo p o r un uonto t o t o l do bs.3«C70,235 p o r concopto do cju cto a y d es -
cuontoa co a ta b ilia c d o o o p r o v is to a haata o l 31 do wr.rao do ÍOGG corm npondien-
toc a entra,toa do crudoa y pi>aductoa en o l ccrcodo do oxporín clon durnato e l
o j o r c i c l o do 19C5j co;/C-n cenata on l a páfjiria N‘3 íC ¿o lo a onouos a l a declara-»
c iS a , Cono en tro o l 1 ^ da a l í r i l de lOGC y o l 30 do oopticw bro do 19C0 co han
convenido y co n ta b ilicu ú o o tro a a jg o to c a p líc a b lo o a la s oxT>ortacÍonco d o l t i i c -
sio cíio p o r un nonto do D3,2,0d3,9úl qua ropx'econtAn 0 t:'O ta n to on doUuccioncn
adlcxonnleo con'oapondioatca a l a jo r c io io ^ ocu rro en anta opoi*^unídod pora' f o r « ’
c u lo r una oorrocciG a o l a re n ta ccuacda an l a cuaodicha docicraoiG n .

Por o tr a p a rto , con ocasior, do uííq rc v ic ie r . p o a to r io r a l a d e c ln m c io n j co


ba a d v e rtid o un e r r o r on o l tra ta u io n to ¿o cclp.nacionca pa^.^dao c e r p ic o «
dos pora v ia jo a do .vncacionoa, »-nadna con ocasión Ha coi’v ic io a prootadoo on o l
pcSc, 1‘stoo ca p lca ccs fuorcn tra n icfo rid o o a o tr a s c;^pms:a3’ nflllr.daíJ n i tc'rnino. •
¿a oca vacacíor.oo y lo o aai.\r.aclor.ca en cuastiGo • qua fuoron tra ta d os c rrc a a c -
cen to cono ^¿otoc de tra a -fa ru n c io - no cubrieron ^anto »slnuno por o sto ú lt ia o
concopto, Laa ro fo r lá a a aai.'TJnaionca ar¿'oja:v,n un t o t a l da D e,319,022 Ceto
conto cntS in c lu id o en l a p«;*tidn pci’ Ca,321,r>CC quo cpr.rooo ajustada cj> l e
pG.-^ina ,i3 '23 d o l anexo a l e auaodÍci:a d eclara ción y para nubscnar o l e r r o r so'
ío rc ü ia por l a presen to l a c o rre c c ió n corrccp-ond ion tp,^ '
. fa'-
E l o fú cto do a eífio dos co rrcccio n o a os o l do re b a ja r l a rc.nta r e ta ^ ra vc «
"nx b lo a S o , l ,2ü7,l72 ,3S d cobre l a cu oi corroopondo un fravanoa p o r conoopto do
'•V'^liípuosto sobro l a re n ta do D e,520,033,G09,51 En v ir tu d do haberoo liq u id a d o
\ c^odiar.to p l a a i l lc a ya o ciltídoa y pa^adao por o i aandonto l a ouao do D e,592,100,503 ,03
ocu rro a Ud, para s o l i c i t a r o l corroopondioato ro in to g r o p o r i.-» d ifo r c n c ia qco
: caelonco a S o ,l,l2 U ,7 G 7 ,Í7 , «

Caracas, a lo s dos día s d o l cao do r.ovicsbro do c i l n ovccion too cosontd y


c c is .

Dw Uu, Luy atoata-Dcnto,

i’ o r i CCKPARIA SUELI. DE VEI.-E7/ÜELA L7D,

■ /— i \ T» üoor¿;o Viacy *a-


U d o a .) E loy Larca M a rtin es.- Jan Jooat de L iefd e . - Manuel B eyn a ,- JosC-
Mucl Abraham h ijo. - Daniel Bendahan. - Caracas, veintitrés ( 2 3 ) de fe b r e r o de

285
286
BUUAl PRIMERO DS IMPUESTO SOBRE LA-teliTA.-
v-y . '-/
Caracas, trece de marzo dé mil novecientos sesenta y siete.-
isr. y 109Í
Vista la diligencia estampada en fecha diez de los corrientes por
los ciudadanos doctores Lula R. Casado Hidalgo y José Mucl Abra—
ham, hijo, el primero en su carácter de representante del Fisco -
Nacional, según se desprende de Oflolo-podor 1557 , de fecha -
10-3-67, y el segundo con el carficter de apoderado de ia apelante,
según consta en los autos, por la cual solioitan de este Tribunal
■7 declare terminado el presente Juicio en virtud da la transacción-
verificada en fecha tres de febrero del presente año, entra la R^
pública do Venezuela y la contribuyente Compañía Shell-de Venezu£
la Lt(^. según se desprende de copia certificada del convenio de -
transacción consignada en el mismo acto, este Tribunal DECLARA;-
Desa por terminado el presente Juicio y en consecuencia prooédase
como en sentencia pasada en autoridad de cosa Juzgada, de confor­
midad con lo establecido por los artículos 1.713 y 1.718 del Cód¿
go Civil.- Archívese el expediente en su oportunidad.-
El Juez Presidente,

\ Los Vocales,

El Secretarlo,

CA-

287
HACAS, veintiséis de octubife'de píl^niívfetlentos sesenta y siete.

U.\ \«.SiAu ViVllKl-itmi H

V S'» S'sWuUíltl (.W 'íiiljt'Wrt'U lí“!!

'j\\V'i vvl í.'itk U iiit t R da. —

\l k i t t l i n 'd ,

' lii, ' u ,i;ii


lilk

288
ANEXO N 'í 2

Copia eortificada de la transacción celebrada entre la Kepúbliea


de Venezuela y la Orinoco Mininíj Company, el 31 d(> enero de 106().
en materia de iiiqmesto solnv la re n ta .
O )

H-66 No. 2955358

1 C iu d adano_______________________________________________________________________

* P r e s id e r i t e ,d e l T r i b u n a l P r i m ero d e l Im p u esto s o b r e la Ren ta

■5 D I

4_ Cn c o n fo r m id a d c on l o di s p u e s t o en e l a r t í c u l o 218 d e l C ó d ig o de

5 P r o c e d ir a ie n to Ci v i l , r u e g o r e a p e tu o s a m en te a u s t e d t e n g a a b ie n o rd e-

fl|na r s e cíe e x p id a p o r Se c r e t a r í a , a l p ie de l a p re s e n te s o l i c itu d , co-

7 |p ia c a r t i f i c a d a _d,^_l_os document o s que c o r re n a l o a fo lio s 846. B47 .___

w ' 848 . 649, 650 , 851 , 852 , 853 , 354 , 655, 656 , 8 5 7 , 858 y 6 6 0 , con sus

o jr e s p e c t iv o g v u e l t o s , d e l E x p e d ie n t e N o s . 321 y 322 (a c u m u la d o s ), que 9


c u rs d en e 1 T r i bunal de su d ig n o c a r g o , c o n c lu id a como he s i d o y a lA 10

ca u sa v e n t i la d a en é l > 11

P id o se me a e v u e iv a o r i g i n a l ' c o r sus r e s u l t a s . u
13 J u s t i c i a C a r acas, v e in t is é is da o c t 13

w}ta_^ Siet_ej^____ 14

13 15

10 __ la
17

jg, TRIBUNAL PRIXilHO DE IMPUESTO SOBRE LA RENTA.- JUZGADO DE SUSTANCIA— 18

iQ CION.~ Caracas, veintisel-3 de octubre de mil novecientos sesenta y - 10


2^ siel^, - 157*. y 109*t~ Vista la solicitud contenida en el escrito que- 50
¿i ^ 51
T r ib \ :n a l a c u e r d a en c o n f o r m id a d . E x p íd a n s e p o r S e c r e t a - -

22 ría copias certificadas de los documentos que corren a los fo— S3


2^ :ii o s Ncs._8itó, 847, 646, 8^9> 850. 851, 65g, 853, 85^ , 855, 85S , 857, 53
a i ■^ 5 8 y 8 Ô0 co n su s r e s p e c t i v o s v u e l t o s . --------------------------------------------- 54

S u s ta n c ia d o r , SO

SO

2!)1
31 DAÍCISL _CASTH^ HERNAìIDEZ, Secretario del Tribunal Primero de Im—
■32' puesto sobre la Renta, en aplicación analógica de la norma conten^
da en el artículo 105 de la Ley de Registro Público vigente y en -
at! a^Ji^^nto a lo dispuesto en el auto ginterior CERTIFICA;la auten-
ns ticidad de la copla fotostátlca que sigue, la cual es fiel y exac-
33 _jta de su originai, documento que corre inserto a los follos Nos. -
37 ShS, 847, vuelto, 8^*8, vuelto, 8^9, vuelto, 850, vuelto, 85I, vuel_^jjy
to, 852, vuelto, 833j vuelto, 854^ vuelto, 853» vuelto, 856, vuel»
ai* Jh®' 8 37, vuelto, 858» vuelto, y 80O del expediente N". ?21 y ^22, -
ac;uirulados, contentivo de la apelación interpuesta por la Orinoco-
4, Coi^any.- De Igual m^era CERTIFICA: (jue dicha copla fut -
■u i dehlda-mente confrontada con el Instrumento original por la dudada |
4-;_r.a Odida Erjianuelli S.. escribiente del Tribunal y titular de la-
4,, Cédda_d_e Identidad S*. 960.222, quien fué autorizada al efecto por

42 el ciudadano doctor Jaime Parra Pérez, Juez Presidente de este Trj^


bunal.

2!)2
En horaa de audiencia del día dií hoy, catorce de febrero de nlr nove-
V¿\ FÍ'
cientos sesenta y seis, comí^recen loa^^octores Luis Casado Hidalgo,-
Director de Personería del Flsdo déla Procuraduría General de la Re­
pública, en su carácter de representante del Flaco Nacional, como —
consta de oficio Ni hjio, dirigido a ese Tribunal el 22 de Agosto de-
L963, y que reposa en los archivos del mismo; y Aristides Rengel Rom­
berg, en representación de la Orinoco Mining Company, según se evlde^
_¿}la de poder que corre en autos y exponen:
;^or cuanto en fecha 31 de enero del corriente año, se celebró una tra_n
y sacclón entre la República de Venezuela, representada por el Ciudadano
Dr. José S. Núñez Arlstlmuño, Procurador General de la República, deb_^

damente autorizado por el Ejecutivo Nacional y la Orinoco Mining Comti£


ny, representada por su Presidente, el Señor Cari G. Hogberg, con el -
objeto de poner fin a todas las reolamaolor.es pendientes por concepto-
de reparos efectuados por la Administración General del Impiejto sóbre­
la Renca a las declaraciones de rentas presentadas por la Orinoco Mi—
ning Company para efectos del Impuato Cedualr y Complementarlo y a las-
deolaraoiones consblldadas de rentas de la Cj-inooo Mining Company y de
Navios Corporation para fines del Impuesto Adicional, relativos a sus-
aotlvldades durante el lapso comprendido entre los años 1955-1965 am­
bos Inclusive; y por cuanto que entre los reparos objeto de la transac
clon figuran los que han dado lugar a la emisión de las Planillas Nos.
x'200026 del 13-5-61 por Bs. 760.517,57 y Ni 501855 del 13-5-61 aor Bs.-
369.288,5 7 , como aparece de los Anexos B y C-1 del documento de transao
olón que se acompaña y sois anexos y cuya apelación ha dado origen a la
presente causa, solicitamos muy respetuosamente del Tribunal que homolo

■m
‘ K«Uri* ................................... J . . . . . J -
ImùU 9 , V .......

V •;....

1 ________ 5 1 a u flc r lt o - N o t a r lo - d a la N o ta r ía P u b l i c a V ^ j p j i i a b K 't ^ ^ d e r t I f I c a ; j


I ; NÌ^^*ÌÌj^ I
fi <}ue l a c o p ia qua a c o n tin u a c ió n e x p id e es t r a s l a d o '^ n ^ 'l y e x a c to del g
Lento de fecha 31 de enero de 1966, bajo el 66, Tocno 10 de Au-
^eatlcaclcoea llevado por el Notarlo Primero, contentivo de una tran
's^ción efectuada por la República de Venezuela y la Orinoco Mining
-
Company:
"SÚmaro 66.- Documanto radaetado por el abogado Dr. Lula Caaadoi,
HldalRO. Caracas, treinta y nno da enero de mil n ovaclentoa aaaanta
y seis.- Sntre la Republloa de Venezuela, que en lo adelante.se ce-
1g
O
jg s ig n a r a l a “ REPUBLICA", r e p re s e n ta d a en e s t e a c to p o r e l D r» Jooé S.

„ INÚflez AristlJiuüo, quien actúa en sa carácter de Procurador General de„


la República, debidamente autorizado por el rreaidente de la Repúbll- jg
oa, por órgano del Ministerio de Haolenda, aegúi: sena ta en el oficio .,3
H"553 de fecha 50 de olciegabre de 1965, previo informe favorable
k de la Contraloria General de la República, contenióo en ofloio S-
i^|773. de fecha 23 de dioleatra de 1965. por una parte; y por la otra; '^
,y|la Orinoco Mining Company, que en lo a d e la n t e s e c e s lG n a r s la "Orlnoj,y
O ^ 'co”, organizada de ccnforatdad con las leyes del Eacado Delaware, Eslj,,

1» tsdoa Unicos de Norte América, e inscrita en el Ho¿ia tro de Cgaercio


2^ del Juzgado de Primera Instancia on lo Kercantil del Distrito Eederaljgf,
^ de febrero de 1950>y'bajo el 1C6, Tome 5-1}, decidaagite reprejai

S3 sentada en este acto por su Presidente Sr. Cari G. Hofeberg. ■•gaycr de ^-2
■iii . dcniicilÍa.AO en Puerto ürdsz, Estado Bolívar y ¿e trenslbo en
ta ciudad, autorizado por acuerdo de la Junta Directiva de dicna cca-^a^
pañía en su sesión del día 31 de diciembre de 1965, con el fin de so
luolonar la controveraia sobre la deterjilnación del precio del mine-
ral de hierro y poner término a les reclamos judiciales y administra-

294
ai rondi-ánses a loa afips 1554 a 1P6^ an\bo. y co n e ll a u tu o
I lir 7 ^r
;«Ideseo de ftvltar ccntrov'^rglas ji* d e l a ln e r fll ba

s:.;hierro vendido durante .cl pasad Isa. efio3 de i »59 ,e .l $ 7 g ',- '
»4 L » g fc ii» - .ia ° l.u ? } , v e ; 1 ° ) P o.r gM.aotQ.-..,c o R c a s e a
t
estimación de.nreolps. ..goQs'tantes ep ac'tts levantadas el 22 de no-
-yleabre do.ig58 j zg da agggto de 1961 .'8~9'ekpl dl ercc a o á rgo de 1«

tá’^ausadca en los afios dá 1954 a 1958. asihna Inr.liisíva.

noventa y t r e a , bolívares oon cuarunta y siete cántímns


(¿t 1 3 8 .4 3 0 .7 9 1 .4 7 1 j aeRUn c o n s t a d e l a s e s p a c l f i e a c l o n e s c o n te n id a s

-ea-e3^u3-dr,o ,.'ÍA.'.'.ou9, e9-»cp.npa£ia a esta-


-aax^e.a,- 2°) for c, d e in g r a a n y

44 no declarados de la a.iipreBa Ma

-A^c.argQ 'de ift 'Qrianco ».Jpor jso]


/
_aepto_d.e,i mpuesta, adlcfanal sobre la renta, de acue''rdQ al artículo 147'
ooisJLdaESirsa. gu.e-.lM doa nombradas 'i 4«
I controladas por los ¡raíamos iritor«s
uldaolón corresaondlentes a los a.los '1S56 a iS64. ajibo's Inclusive. 50'
con un monto t;otal de ürelnta V un millones trascientos fles&nta y m
nuevo mil setocientos trea bolívares con cuarenta cántimoa31.36SÍ¿a
•705,40),. de. acuerdo al cua_drci morcado7*5”.oue se aco-aip-afle^a este coiUs
venlc y que firman las partos; 3°) Por cuanto: con base a actaa l'e- 'w
ventadas m el período comprendido entre 1960 a 1^55. por* concepto íw
de reparos a costos y deducciones, se exoloieron planillas a careo 5«
de la Orinoco con un aionto total de Imouestc .
:e <
ta y un miX novecientos ochenta y tres bolívares con'ndventa v tres !m

céntimos (¿ó 12.Q61.983493). correspondientes a los ejercicios fjaca- .■«>


les 1955 a 1965, ambos intlusive. de acuerdo con el an
acompaña a oste convenio v que firaan las partes; 4°) Por cuanto: pa.-<n
ra tratar de llegar a un acuerdo sobre Ic-s ruaros que por concepto, «a
de estimaoicg) de precios del mineral de hierro se han Tormulado a La
Orinoco, ocnforme consta en el considerando 1^) de este oonvenlo\^^oiei

29.-.
U tiío é r-^
h s)

>-|/H-65 N? 2156738

j han venido celecrflnoo estudies, ccn versaciones y reimionea por repre-.


j¡fiftntances del Flaco liacípnal y de la Orinoco, a fin da lograr una - ¡,
3 ¡fóraiija^A# cálculo del pr^olo áal alneral de hierro que paraît! ora ,
T
^ una transacción sobre los manclonadoa reparos y a la vez evitara con-^^
troveraiaa,/futuras sobre el mlstio asunto.- 5®) Por cuanto; La Orinocd^
ha venido-aosten ienac , sljsultanaexente a las conversaciones anterior^
discusiones con representantes del ^ociemo Kaclonal, a fin de fijar, y
^ los tér.'ninoa y oondiclcnes tajo loa cuales se construirá en el area ,,, ,
id o Puerto Ordaz una planta para la p r o d u c Q ÍÓ n ^ d e | b r lq a 9 t a 3 de
•A
a
! : ' :---------------------
j^ilron, 'j 6®) Por cuanto; a fin de poner ternino a los recurscs risca- 10
jj.ies pendientes ante el Tribunal de Apelaciones del I.tpuesto sobre la 11
,'Penta, 'en relación a los reparos anterl omtai te mencionados, y preca- i*
Id
xlnistraci¿n del ailsxo I>-npuesto, aegun ae muestra en el Anexo ”C-1" u
^.,que 36 accrípaña a este convenio y que flntan las partes, se esttxa a-t
conaejatle ex'ectuar una transacción, las partes convlsnen en lo si- 1,^
‘jyfeulente: Cláusula prirtera: La Orinoco pagará a la Repút>-ca en el plSiy
zo de diez (10) días, después de expedidas las respectjvao planillas

10
la cantidad de ciento diecinueve aiillonea setecientos dleci'seis mil

'iO novecientos veintisiete bolívares con veintiséis céntimos (ix 119.716


92V*;Sfó) equivalente a la suma de treinta y cinco millones de dólares
aa dS.OOO .000,co) calculados, conforme al Decreto 1159, de fecha l3 ^
de enero de 1964 (reimpreso por error de ooplT el 7 de febrero de - 1
1964), y al convenio de la misma fecha, 18 de enero de 1954, celebra-j ^
do OTtre el Sjecucívo Racional y el Banco Central, a los tipos de caa|-^.^
,blo que so Indicoi*. in el cuadro ”D", que se acompaña a este convenio j,
„;.-iraado por las partes, por los conceptos que se determinan a conti- *7
ndación: A) La cantidad de sesenta y tros millones cuatrocientos cua- ítH
¡renta y nueve mil doscientos setenta y dos bolívares con diecioclxo -
leéntimos (ói 63.449.272.18), equivalente a dieciocho millonea setocien
3 0 L -:-------------- -

296
ÆCCO

tos ochonta v sit y slots dolaros con oln.


»■ .-jr.v.v*** / '<7- \<,\ /A .
cüonta V ocno centavos de d0 jr (USil,181767.937,6S) . oaloulados s
y? " ----- -isi.
ticos de cambio cue se indic iR^eii noí“
»tradc anexo , cor ccisce’'-w
de plantllQs cowplamentarlsa aobre la renta, cue ae
»•■i dirán a cargo de la Orinoco, kue resulte de la aplicación a las ven-
30 |tas efectuadas ppr esa Compañía en los e.forciclos fiscales cgnprendl
37 idcs enti;-. 1954 y 1964. ambos inclusive, de la fórmula de cálculo del
3N rainerai de hierro objeto de dichas ventas,, que de seguidas ae deter~
30 .'»línan; la base del valor de las ventas será igual al precio del mine
■<0 ral o-Ahlerrc venezolano ?Q5 puerto Qrdaz del ano de 1965. aumentado
41 en veinte centavos de dólar de los Estados Unidos de América txjt to-
'i/
43 neloda^^ bruta de clncueota y nueve por ciento (59î») de hierro. Para
43 calcular el in^uesto sobre cada uno de los referidos e.lercicioa fia-
44 cales, la menclcnade base del valor de venta para el año de 1955. se
*5 ®.lustado, por la diferencia de la suma exacta óe centavos de dólai 43
40 por tonelada bruta de unidades de hierro del precio en los puertos u 40

47 tlcacos al Sur dol Lago Srie, para el mineral de hierro Kessabi-Ndh- 47*

4M ¡Bessemer, on cada uno ¿3 loa años de 1954 a ambos Inclusive, 4M

comparados con el precio de dicho giineral en si Lag;c 5rle en el año 4»

.30 |de I960. Les cálculos para determinar loa reparos a la renta por es^
‘>P'Í
51 'timad en do los precios, de acuerdo con .el 3iste.ma adoptado, se re- SI

33 en el cuadro marcado ”5", que se acompaña y que firman las S3


•w ipsr^^es.- B) La cantidad de treinta y un millones trescientos sesenta S3

|y nueve mil setecientos tres bolívares con cuarenta céntimos (ü s 31. M


55 > equivalente a la suma de nueve millones sesenta y cuatrc M
mil ochocientos noventa y siete dólares con sesenta y tras centavos 5«
57 de dólar (US^ 9.064.897,63), calculados a los tipos de cambio que se
5H indican en el cuadro .mediante la expedloloc de planillas de li-
50 Iqpicsción camplementarlas a carso de Navios Corporation, por el monte SO

»0 de Ics reparos a que se refiera el considerando 2^) de este ccnvenlo 00


01 'pon concepto del impuesto adicional sobre la renta de la Orlnooo cau'
jsodo con base al arbículo 4o de la Ley do la materia en los ahos ,195e 03I
(¿i '■& 19S4, ambos inclusive, por considerarse que las des empresas nómfcr*
das están controladas ppr los mismos intereses. Sste pago tendrá^'^or 04 '

297
vv.vi« 1
,y ■
;— _ //;
i,:./’,r . - . i C .
-6 5 i
\9 2 1 5 6 7 3 9

. j !)
1 efAftt.A.;.. 1?.). lA tfigainACl cm, al r£7M»i^rr^j2^fi hT»AnRArr>.inn ^
2 !procedimientos oue cursa:^ an ce el Tribunal •por apelaciones do la O- [s»
3 1rinoc_a.__oorre3p_aidlentes a loa añoa. 19_^G__y_ 1957. ccntra_r-3Daros_ho^
ti Ai V
chos ena-iVft.laelón con la renta da Navios Corr.oraticn: 2°) La heihiilns-l <
clór. á íl procodlalento agcilnla trailvt¡ eua cursa ante la Aasilrlsti-a-..j
clór. cal lacuaato sotre la Renta, cor, noti yo á-s las apalaolon/as oo- ■a
rrespondlentes a los años 1058 y 1969. contra reparo por el mismo

esto que
10 el mismo concepto correspondientes a Ic
111cluslve.- C) La cantidad de doce millones sesenta y un mi 1 ncvecien-| u
1^ tos ochenta y tres b o l ív u r s a con noventa y tros céntimos íh 12.061« : la

'■933.93). equl valen tea a la suma de tres millones seiscientos veintl- la


dos mil doscientos diecisiete dólares con treinta v seis centavos de 14
'd*¿lar fíJSS 3.622.217,36). calculados al tipo de camtiO' que se indicali
>/ « • « i
en el cuadro "D”. pa.vado como formula de transacción de los reparos 11«
a costos y deducciones formulados a la Orinoco, en relación a los Imnv
puestos causados en los años 195a a -1963. a.mbos Inclusivo. que tenjift
drá por efecto; 1®) La termlnaaión al hcaiologarsa esta transacción. 19

3 loa-procedimientos oue cursan ante al Tribunal de Apelaciones cel|


Impuesto sobra la .^enta. en relación a los repares correspondíente_s__j 31
a los años 1956 y 1957: 2®) le terminación del procedimiento udmlnis^^
23 'trativo Que cirsa en x*elaclon a las apelaciones de la urinoco. por 33
concepto de loa impoestos c ausados en loa elercicloa 19ób. 19ó7,^._¡ 34
1938 j 1959.- 3®) La aceptación y pap.o de las planillas de impuestosi 33
que sean emitidas a consecuencia de actas presentadas centra la Crl-i 3«
■noco por los reparos de I960, 1961. 1962 .y 1963.- DI Mediante el pa-L03?
^ r parte do la Orinoco de planillas de impuesto sobre la renta :/ - .2h
raultas que emita la Administración como, resultado de las auditorías 1
de los costos y deducciones para cada uno de los años comprendidos ¡30

298
r.WKAW«n/t.u-

31 entre 19 di y 1964,
.61.,
tí5»irT;>í)r la cantidad total
p rf '*
aa llenes ochonta y cuaoro"~.T7il'7ore3clgntd1s^\elntldo3 bolívares ccn e*..
a:»;-3entQ y des céntimos 3.0^4;3 2 2 ). gjul valentes a Qulnlent\V-i-J, •
vV , .*77
w v e n ta y ocho mil seiscientcs \^>CA..Q<?lgrea oon novenU v ooix
•« vos de dolar (U3$ 398.613.98), calculados al tipo de ca.TEtio de trea
[ — •" =■
i:I bolívares con treinta y tres céntimos (ój 3,55) por dólar para los
trs3 primeros afios nombradoa y de cuatro colívarea con cuarenta cén
as. ti^s (¿E 4,40) pera 1564.- S) Le cantidad de tres millones seteclen-
:iuI tes cuarenta mil bolívares (a. 3.740.000.oo¡ eoulvalentas a le suma
4q I ce ochocientos cincuenta mil dólares (Usé 6S0.000.oo) calculados a)
Ji tipo,de camelo de cuatro bolívares ccn cuarenta céntlaij» (6» 4.40)
■li por^ólar. cua se llouioarán con tase a la rectificación de la decías.
l a 1
ración estimada da la Orinoco correspondiente al año de 1965. cnnnl.xía«
4« tente en aumentar los ingresos por ventas de mineral de hierro a la 44

ir» United States Steel Corporation, estimando talas ventas en 8.500.00C 4 5


4« toneladas brutas e incrementando el oroclo'por tonelada bruta en** 2n 4«
I . , ■■■“. ■ ^ ^
47 centavos da dolar, según la formula convenida en la letra "A " :¿e la 47

4S ' cláusula prl.msra de asta convenio. Al presentarse la declaración de- 4M


.\ *
Iti ■ flnltlva V la declaración para al l.mpuesto adicional correspondienca 4 »"

00 al añc de 19ob, al au.mento de veinte centavos da dólar por tonelada 5U


*Fia
51 bruta será ajustado al tcaielaje realmente vendido a la United State! 51
52 i Steel Corporation. Sin 6.mbargo, si las ventas a ésta última empresa 52

5 :l : fueran inferioras a 8.500.000 toneladas brutas, la Orinoco garantiza 5 5


5^1 ; quoAl aum€..to total ce ingresos provenientes del ajuste oe 20 oon- 54

55 ! tavcs-de dólar, según fór.mula arriba mencionada, no será en ningún


■W1
50 í caso Infax'lor a un millón setecientos mil dólares (USJ 1.700.000,oo)
57 1 1?) La cantidad de siete .millones once mil asisciantos cuaraita v oln * » 7
1

• V ,!
1 co coiívaros con trace centi,moa (áe 7.011.645,13), ecuivalentes a dos 5h

50 ¡ millonea sotanea y seis mil doscientos oonenta y tres dólares oon 51)

ao cuarenta y cinco centavos do dólar (üSfe 2.076.263,46), calculados al GO.

Al 1 tipo de cambio por dólar que so indica en el Anexo "D" que la Orino­ G1
«2 1 co pagará por concepto de multa, en relación a los diversos reparos 02
1
M a que se refiere esta transacción.- PAHAORAFO UNICO. El cuadro demos 7»
tratlvo mareado "D" varias veces nombrado en la Cláusula Primera,.'- «■*:

2 Í)Í)
.

>404

j c o n tie n e e l c a lc u lo e x a c to , año p o r año de la s c a n tid a d e s de t o l í v a - ^

res que s e o b l i g a a pagar l a O r in o c o , conrorme a d ic h a C lá u s u la , p o r

.j co n cep to de im pu estos y m u lta s , con su c o rr e s p o n d ie n te e q u iv a le n c ia

4 1 en d o l a o s y lo s t ip o s de cambio a p l i c a b l e s . - GlñUSUIA SHHJ1 D&. La


R e p ú b lic a 'c o n v ie n e en l o s i g u i e n t e : A ) Que l o s p r e c io s de ve n ta r e a l

men te r e c ib lk o s por la O r in o c o óe com pradores que no sean de E stados

y i Unidos óe^ Ame r i c a , du ran te lo s años de 1954 a 19o5,. ambos i n c l u s i v e .

■paro in c lu y e n d o la s ven tas hechas en B stados Unidos de A m érica a l a

Bethlehem S t e e l C o r p o r a tio n en 19Ô5 r e f l e j a n , verdaderam en te a l va-

l o r d e l m in e ra l ve n d id o p a ra lo s ef e c t os de l a Ley de Im pu esto sobra

l a Rent a v e n e z o la n a , s ) 51 ir.p_ ues to.-de e x p lo t a c ió n p r e v i s t o en l a be|y^^

l^de Minas c o r r e s p o n d íe n ts a lo s años 19 d 4 a 1970, ambos i n c l u s i v e , de'h

berá s e r c a lc u la d p y d e c la r a d o p o r l a O rin o c v -u:: b a se a l p r e c i o pro

i4 ■medio n e to o b te n id o camo r e s u lt a d o de todas la s v e n ta s e fe c tu a d a s du

-j_¡ r e n t e cada uno de d ic h o s a ñ o s . S I p r o c e d im ie n to p r e v i s t o en e s t e i n -

C iso podrá s e r e x te n d id o a años fu tu r o s p o r mutuo a cu erdo to;iiado an-'

t r e la s p a r t e s . - GlAUSUL& TSRC5HA. Se c o n vie n e en que o i v a l o r d e l j

' d a l Im puasto so b re Xa r e n t a , d o ra n te l o a años 19òò a 197C, afibos

e lu s iv e , se d e te rm in a rá an l a s ig u ie n t e fo rm a ; A ) pa ra lo s comprado-l^^

I r e s de lo s E stados u nidos d e 'A m e r ic a , e l p r e c io POB en p u e r to Ordaz

p a ra i9 d d r h s t a 1970, ambos I n c l u s i v e , s e r a de 13,91o6 ce n ta vos d e ,

d ó la r por icU dad de n le r r o en l a to n e la d a b ru ta ( e l c u a l r e p re s e n ta t

lo s p r e c io s r*05 de lo s c o n tr a to s pa ra 19ó6. aumentados en 20 c e n ta v o s ^ ^

do d ó la r p o r to n e la d a b ru ta con 59^ de n i e r r o ) , aumentados o c i s m i- j

nuldos en osa c a n tid a d por c u a lq u ie r cam bio fu t u r o en e l p r e c io d e l j

2 j- n ie r r o M essab i-N on-B essem er d e l Lago 3 r i e de lo s E sta dos Unidos de :

A m érica . E s te p r e c io de r e f e r e n c ia p o r unidad de h i e r r o n a tu r a l en

e l Lago E r ie i n f e r i o r e s t á pa ra l a fe c h a de e s t e - c o n v e n io basado en

; un p r e c io de US$ 10 ,5 5 p o r to n ela d a b ru ta con 51 ,5 0^ de h i e r r o . Pa- ,

300
(■'■'-a -
i' I os ¿Q p ro o lo a dóL .Tdnerai*^' «i-
BL__Lu<»iifvAn¡ t- _ ^ ' '- t T'“ ] '
de K9S3Qb>-Kon-39as6:iiéj:’" ‘iÍ'e''H;..uic e n I b f ó r a u la convenida a p er - | -33

t i r d e l p r im e r d ía d e l mes i f e é.Qiá’^ 'm g / j^ a lr,a i9 n te a a qu el A óóue


-- u „..„
se haya heoho .e. l_____________
anunolo de B ) Pa ra la s ven tas

a oon ^ra d o res que no sean de l o s Sstadoa Unidos d e A m é r ic a , e l p r e ­

c i o d e b e rá a a r r e v is a d o p o r l a C om isión C oord in ad ora de l a GcnservaH¡i


c lo n y e l C om ercio d e l H i e r r o . - C } La O rin o c o se comprom ete a ven d ei

una c a n tid a d no menor de 5 m illo n e s de to n e la d a s b ru ta s a n u a les d e l 3«

aii'pe r a l de h i e r r o , o e l óOi¿ d e l bocal de sus varitas . c u a lo u ie r a de

40 les^ldos c a n tid a d e s que r e s u l t e mayor, a l p r e o lo o b te n id o por l a a p ll

c ic ló n de l a fóx\-uula a que ae r e f i e r e l a l e t r a A ) de e s t a c lá u s u la .

s a lv o ic a s o de fu e r z a m a y or.- D) S i pr o c e d im ie n to p a r a la f i j a c i ó n dd 42

lo s p r e c io s a que se r e f i e r e e s t a c lá u s u la podra se r ex te n d i d o a a - 143

ños fu t u r o s p o r mutuo acuerdo e n t r e la s p a r t e s . - CIAüSUIA CLARTA.- 14 ^

4r, ¡ A l o s f i n e s p r e v is t o s en e l c o n s id e ra n d o 5®) de e s t e c onven i o , l a s __! 45


i . -¡
i pft^t^es c c n t r a t a n t e s c o n v ie n en ig u a lm e n t e : A ) La Q rtn oco o r g a n iz a r á . ; 4<i

o hara que o r g a n ic e Xa p e rso n a o e n t id ad que e l l a d e s íg r ie , úna Com-j 47

v e n e z o la n a b a jo e l nombre "MINCHALES ORIAg C. A . ” , q u e 'd e aquíi 4j<

en a d e la n t e se d e s ig n a r á l a »CQKPAÁIA» , cuyo c a p i t a l s o c i a l no-‘ sera:'^ 4 ^

menor a l e q u iv a le n t e en b o l í v a r e s de c in e o mll ló n g a de d ó la r e s (U S^ ! 50

5 . 0 0 0 .0 0 0 , 0 0 ) > n i mayor a l e q u iv a le n t e en b o l ív a r e s de d i e z r l l i o n e s ^ .

da.- d o la r a s (US^ 1 0 .0 0 0 .0 0 0 ,o o ). La O rin o c o c o n cede a la R e p ú b lic a o

ji a r s QUQ su d esig n a d a conceda una opoipn no t r a n s f a r i b l e , e z ce p c o a 53

I n s t i t u t os Autónomos da l a R e p ú b lic a o empresas d e l E stado p o r un oei-r..t •

r ío d o v e n c e r á a lo s v e in t ic in c o ( 2 o j meses , a pa r t i r ce la fecn& \-.-.

5« p la n t a de r e d u c c ió n de l a Compañía c om ience sus operadonasru i 1

a d q u i r i r p o r su v a l o r nom inal h a s ta un 2 o% de la s a c c io n e s d e l i -7

c a p i t a l de l a misma. La O rin o c o o su d e sig n a d a te n e ra e l d e ro ch c a

t e n e r l a p r im e r a op ción p a ra a d q u ir ir l o s ^ in t a r e s e s da l a Kaclci-; en ! 3« 1

l a p la n t a , en e l c a s o de que e s ta d e c id a vender a p erson a s que nc sepilo'•

i n s t i t u t o s autónomos o empresa^ deX E sta d o , c u a lq u ie r a de s us a c c io - ; ■,

nes, en la s mis.mas c o n d ic io n e s o f r e c id a s p o r t e r c e r o s . - 3 ) Den t r o dej^ws

lo s s e is meses después da cu m plidas la s c o n d ic io n e s que s e e s t a b le - - \ (J -i

cen en e l a p a r te L ) in c lu id a l a c e le b r a c ió n de c o n tr a to s para a l s u - j ¿

301
3 L r .e a_.de _?-Uorüo Qrcaz ^ .de-Ui:¡a planba-CDn u a a _ca p a cid a d anual apr.-x^.ma-^ 3

4 ds de ü ^ ^ m íllo n G9 t o n e la d as ma t r io e s de “ B riq u a ta s de I-Iigru - 4

51 (d e ahora'.en ad a la n te lla m a da la " P I A isgi " ) que sei-á áe l a p r o piedad ,' 5

L a ^ S a ix e _ _ c a 3x)5__jis__dsfflara-_nfi_lmpu_k&íU a

■7_bl pa tlía , e l l a d e b e rá term in a r l e ocns t r u c c l on y . se n e r l a 1 7

» t..‘pl.an t£ .lL 3 _t ,g,.para._.l^^ 0£ar,aclpp,ga.,j,a..-aa-_Blaz o .110 ,,JLayai:_á9 „..v.eln- ! a


t lo u a t r o (2 4 ) meses, co n ta d o s a p a P t lr de l a f echa do I n i c i a c i ón oe , »

l os t r a b a je s de ccn s tru c c i o n . - C) Una v e z cua se haya heccio l a e s t i - j lo

l i ; t r uc c ló n :i l a o p e ra c ió n da l a " p la n t a " , l a Co.T.pañía d e s a r r o l l a rá u.n j iz


y.l
1»' VPXan áe fin a n o 1 am iento u t i l i z a n d o a l máximo p o s i b l e práatam os a l a r - 13

p la z o . La Compañía ob te n d rá d ic h o r in a n c i a m ie n to . b ie n sea ce l a |u

p r o p ia O p in ooo, o de f i n a n c i s t a s d€

la raedida ? op ortu n id a d que see r e

17 del 6% apual.- D) La adxihi stración y áirecúí¿p áe la Compañía esta- ly


; rá a cargo de. una Junta Directiva compuespa_por..cua]:ro di re.otQr.es j ih
10 ' p r i n c ip a le s 7 c u a tro d i r e c t o r e s s u p le n t e s . S i l a R e p ú b lic a e je r o i- e r s; 10

2ü ! su op olóh p^ra a d Q u lrlr a l 25% de la s a c c io n e s d e l a Compañ ís ,. la P__-i 2 0

21 ^ripoco o su deslg.nads, tendrá el derecho de nombrar tras dirac^crea [21


22 ! p r i n c i p al ag j v*ras s u p leh t e s , .y l a R e p ú b lic a un P i r s o t o r P r i n c i p a l 22

23 f au suplente, directores során suficientes para forjar ouoru;x.' a>.


24 'H;) Sin P3r,iala>o de las Qlsposiolohes jarales al respecto, la H epú- 24
25 j ellea perral wira à la Compañía, a prevés de los Mihiatorlos respecpl- 25
2fl: VQ3 , eraplear en Vem suela personal directivo y tecnico. sin ninr.una i2«
27 irsstricelón con raspocto a la nacionalidad de dicho personal y í‘acl-| 27
litará visas para tales personas, tant c para entrar en Venezuela co-^h
•iu ' pare ser ompleadoa por la Compañía. F) La Co.iipañía tramitará el a-^n
'i ■'« i
30!ri-'9M.lo de las licencias necesarias para cubrir el uso de los prooe- 130
.

302
f:— ¿'¿'-‘.'jí
--- I'&i.';
!'
'M
31 90^ patentados y áe los ra operar la planj.a ./Es a.
:iz ' entendido que la Compañía r^^paga"i^ej;|regoyía3 por el uao de patentes
pnjpied^ de la United Stat\^ .^teel Cj^ï^oratlon o do compañías sn '
que Xa Uni ted States Steel CpiSSSiPaf• tenga un interés mayoAt'arTo!.
35 j y Compañía a su vez faciliterà gratuitamente a la United States
301Steel Corporation y a qtras compañías en que esta tenga un interés
37 i mayorltarlo, todas las patentes y conocimientos técnlooa que pued
ser de's'arrpiladc-s por ellas.- Gj ga Compañía podrá operar, tanto -M
3» Gcy^prando el mineral y vendiendo las briquetas, como contratando so;-
I ' ■■
•10 io/QV-''servicio de transformar el mineral en briquetas, o de ambas m

ñeras. Los precios que la Campañía aplique a las briquetas o que car
guo por el servicio de transformación, según sea el caso, serán los 4.^
43 qu'a se/lalen las condiciones del mercado, sin deterioro de los precloigij;
441 que correspondan al mineral vendido sin transformar, con lo que se
15 * anticipa una razonable rencúbilidag y amortización de la inversión
40 heoha en la planta. Sj ja Kepúbliea decidiera ejercer su opción pa.- 4^
47 adquirir algunas de las acciones aeX capital de la planta reducto
tendrá el dereciio preferencial ce comprar briquetas o de nacer'
procesar mineral en la planta, pagando ios mismos precios que .los
otros dimites, a ccndiclon de que el proaucto se utilice para la

SI p ro d u c ció n de h i e r r o o -a c e ro en V e n e z u e la , y nunca en e x c e s o a i a 1
...... .... .................. "I
.>«
p r o p o r c ió n que l e co rre sp o n d a en l a ca p a cid ad t o t a l de l a p la n t a de i

53 r e d u c c ia i . r e p re s e n ta d a p o r ’e l número de a c c io n e s d e l c a p i t a l que

5-i
■ p o s e a .- H) ? a ra e v i t a r l a d u p lic a c ió n d e lo s g a s to s y e l en ca re cim iej

to de ciertos servicios, se conviono en que la Compañía, por decisi ó


de su Junta r..rectiva, puede contratar con la Orinoco, cuando esta
.. isea la mojor alternativa económica, servicio« generales, tales como:
representación de barcos, almacenaje, servicios técnicos, transporte
acministración cívica, mantenimiento, contabilidad, administración
<K>'general, etc. Estos servicios serán facilitados al costo, incluyendo! q,
(ti■bos gastos generales con ellos relacionados, más el diez por ciento \y¡
tíz (lOjj)«" J) Dentro de su política general de incentivos a la industri
ii Hepüblica concederá, si ello fuera necesario, las licencias que
Ise requieren para Importar la maquinaria, materiales y equipos, in-

303
e l lea v.úetí^ /VLee
--pp'-í

^VrrX'-';^-’ i # A V H-Ó5 i\9 2156740


W m m j>
j cluyenóo repuestos que vaysn a ser usados ^ la construcción, opera- ^
•2 ción y mantenimiento ce la planta, así como pax^a su posible expansión
IpJ^svlas las trartitaciones del caso,- /,) Por cuanto la planta y los
proc esos no nan sido nunca nasta ahora empleados y operados sobre una
5 basa co-TierCiUl , se conviene en que, en cualquier .mohiento después de
,Jun período de'^cos años, contados a partir de la fecha que la plante
y Ccnience sus operaciones, podra ia Orinoco, o su designada, por su
H p^opl^ doterj.lnaclón, dar instrucciones a sus representantes en la
Jijante Directiva para que le Compañía cese on sus oporaclones y que o
preceden a la liqildación ordenada y/o a la venta de la Con^añía y/o
,, ce sus instalaciones, en la fecha más conveniente, si a Juicio da la
, Orir. oco,.o el de su d esignada, el proceso utilizado, o la ccntinua-
_ cien de la operación de la Compañía, no parezcan ser comercialmenc
j, ex^sos, previa partlcipaclcn al 3jecutivc haclon»!.- L) A excepción
de. la formación de la Cor:p¿jlí& se¿un se provee arriba las operacic-
nea asumidas aquí por la crlnocc, incluidas las asumidas on el aparta
P 5) para construir, poseer y operar la planta, estaran sujetas s 4.a
labraclón d9 contratos a largo plazo o,ua oen óoreoí.o a la Compañía pB-,.
ira aóqulrlr a un precio razona'cl 9 ,1a oantidaC áe ¿as natural.y snaru^^

.^1 tt an Puerto Oriaz. A este aleóte, as ocnva.',ido entrólas pa rtas que .


los Asesores 10001003 al servicie del Ejecutivo saolonal y de la Go.m-
psf.ía iniciará.', discuslonos lo más pronto posible para .nogoclar oca-
tratos de largo plazo, .r.utuamencs satisfaotorlcs para suplir ¿as na- ,
Uural de oolidaa satisfactoria y era-gía aléo trica para la planta.- ^
La .bepúsllc a declara qua; a través dá los Klnlsteri.es coa?) otentos:^^
„'l“'l Acogerá, cuando ello sea procedente, las solicitudes de la Coapa-í^^
nía sobre exoneraciones de impuesto dentro de la política de incenti-
. 'vos seguida por el Gobierno Nacional para estimular al estableclmlen
.^ito do nuevas industrias en el país, y oon espacial Ínteres en lo re-

:504
;n la tiv o a la ex o n era ció n dal d e l lííjí» ^ s ío í-'/JJ
s o t r e l a Renwi que cau4^ *•
32 ¿en loa Intereses que se pagdaf sc.!cre-;lo3.?pre3tamoa a largo plazo a
33 j que se reftere el 3nclso C) deV^p^r^^QTl'^/sláuaila, de conformidad
el artículo 3® da la Ley de I^üesto sobre la Renta , asi como en
:tsj lo referente a la exoneración total de los írqiuestoa venezolenos de |.j-
3«[ Importación que gravan la maqulnerla, materiales, equipos y repues
3 7 ! que vayan a ser utilizados en le construcción de la planta de la
;ís[.s a f l í a e n su mantenimiento o expansión dentro de los primeros diez
39. (10) á¿ós de su iniciación de operaciones previo el cumplimiento de ;
XasAramltacionea le.^ales.- 2°) Considerara con simpatía la sollcitulCi
que pueda presentar el Gobierno de loa Sstaóoa Lrildoa de Am^erica a- j,
cerca de garantías que concede dicho Gobierno con base si cambio de i
notas do fecha 29 de noviembre de 1 9 6 2 K) La prlnoco garantiza el «
ciompllmlento de todas las obligaclonea que deberá cumplir le Compa­ 44
ñía en virtud de este caivenio.- CLALSUL.*^ CUIICTA»- Las dudas y con-
troversias de cuelouier naturaleza oue paodar. sj^citarso_rospectoaJ
este contrate y que no puedan aer resueltas aj-l^aclemente por las
partes-^oontratantes, aeran decididas por los irioansles competentes
de -Venezuela, de conrormidac ccn sus Leyes, sin q ^ por, ningún mcüiq
vo ni causa puedan ser origen de reclamacicr.es extranjeras.- Se ha- |
cen dos ejemplares de un mismo tenor y a un solo efecto, en Caracas .
a treintiun días del mes do enero de mil novecientos sesenta y seis.-
-.j El Kotarlo (fdo) Enrique Arapé,- Kay sello que dice; '*Repúclic s de
. , I
Venezuela Aotario Primero Kotaria Publica de Caracas Los ctcrsan-.
tes (fdos José S. MÚTlez Arl stl.-auño. - Cari C-. :-:jg'cer¿;-- 1-°° TestlBcsi
(fdoa) FrSnsis Bajar-es.- Jcsé David
Copla que expide a solicitud del Dr. Ar.vjndc Tr*avieso Pauj., Xa
cual fue agrecada al Ouada:no de OosiT'rocantes.- Caracas, siete de fe-

305
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r d l ' no’v e ¿ le h to s _ s e s e n t3 ^ Y js e is .- 15ó_/. JOVj'.'.’.E.sJte as :uno, de.',lo,Sj anexos
presentados ;por lo s o to rg a n te s, quie nes d ije r o n ser'e l'm is m o a que se'

¿ r e fie r e n " e n ‘ et-<JOCüméiit;<5''áuténtroad'ó''ho’/V e'l oüaI~o'ú'é'aí5"ánotádb” ba j ó ' “


í:üi;!A?-:íví::í. .,
“ ■ e l No, 66 tomo 10 de l o s L ib ro s de Au ten ticacion es lle b o d ó s por el
c-;?101. ÓO-J'-';S 1. ■ dVi.' '
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19U 2^ 22-3-41 4&4194 a -9 -4 V ‘
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434.244.55
1951 , 2 22-Ô-41 40419Í •2-9-41 . 9.946.423.25
1956 5 22-3-41 404194 ■ 2-9-41 14.S34.193.14
IÍ56
«5 7
1957 -
»

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22-3-&1
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20Û093 ' 2-9-41
404197 ‘ .2-9-41
200094 3-9-61
27 . 080.272.92
13.457.003.61
15.774.944.16
195» ‘ } 2 2 -»-«l 40419» 2-9-41 40.917.167.39
«5 » ■ 4 22-3-41 2000J5 2-9-41
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:m o o o o u ^ m
«5 o ' 2- i 23-3-41 200024 793*344.19
1957 2 4-11-40 200039 4.340.299.75
195« 2 9-3-61 200034 2.459.063.93
1959 a 4-7-42 200094 2*770.159.16
I960 1 5-2-45 300007. <3}9.746.714 i )5
1961 a 11-4-45 - .3.963.391.40
1962 a 11-4-45 - 3.X»a*9I3.60
1963 3 U-4-45 - 3.004.6s4.*a
«4 4 1 15-10-4» - _________________________________ U i£ L a\ 5 .îft
9 .«i.M }.9 4 5.429.24&.11 5.76C.714.M 15.020.0rr.**

ouxoco (soaio T B U Q c cio m )


a) 4«1*a lavMtadaa.
1955 . 1 K-1 -40 40193« 19-3-40 <2)135*182.45
1954 1-A 23-3-61 *0165« 13-4-41 369.266.«?
3-A 23-1-42 «90C05 16-2-42 200.373.67
4 2-6-61 200032 5-4-41 6«.731.79
4-A 29-1-42 200012 l4a2-42 7.484.47
2-a 23-3-41 200026 13-4-61 (l)(3 a .9 «6 .4 0 }
1957 l-A 29-1-42 200014 16-3-42 3.405.173.57
1957 5 4-7-42 20014C 15-U-42 110.465.41
195» 1 9-6-41 403909 1 6 .^ 1 2.477.032.78
5 4-7-42 _ . j.2Ca.222.44
.— 4 _ . (1.597»797.43)
7 24-4-4« - . 2»d.£3».4)
» 36-4-44 - . 7.99».94
• a 9-6-41 200034 16-3-41 .<«<406.014.73)
1955 1 4-7-62 490037 9-Ó-42 8.37^.965.45
3 5-2-45 *5003a 31-3-45 430.517.47
4 5-2-65 200005 31-3-65 U.329.41
5 10-2-65 490035 31-3-45 2.557.36
4 10-2-45 200004 31-3-65 67.30
' 2 «-7-4Í 200094 7-4-42 <«<405.577.37)
I960 • . 1 5-2-55 200007 31-3-4» <3)457.716.44
1961 I 5-2-'-> aoooos 31-'.,-«» 425.975.50
«62 5-2-45 200005 31-»-45 437.«53.3«
«4 3 1 5-a-5> aocroio 3--0-45 8 0 3 in h 9 9 -
luWtatal 4.814.105.57 3.6»».034.55 1 .9 4 9.192.90 1.990«4»0.93 12.041.963.93
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15Ó1 547.966.05
19£2 732.287.07
196Ì 430.176.49
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SÜNÁL PHB22RO D2 AP2IA.CICIvES DEL ÍT-LPUSoTC SOBRE lA RENTA


CARACAS, quince de febrero de mil novecientos sesenta y seis

155® y 107®

Vista como ha sido la áili¿encia de fecha catorce de febrero de -


,-Bil novecientos sesenta y seis, estampada por los Doctores Luis -
••Casado Hidalgo y Aristides Ren^el Homberg, en su carácter de Di—
r rector de Personería del Pisco de la Procuraduría General de ia -
República y Apoderado de la Apelante resx3cctivamente, por la cual
piden al Tribunal la homolosaciún de la transacción verificada —
entre el Pisco Nacional y la Orinoco l'd n ± n ¿ Company, por los im—
puestos Cedular y Comx)lementferio y a las declaraciones consolida­
das de rentas presentadas por la Orinoco Mining Company y de Na—
vios Corporation para fines del Imxxaesto Adicional, relativos a -
sus actividades dxirante el lajíso comprendido entre los años 1954--
1964 ambos faclusi'. , ;^or cuanto entre los reparos objeto de la
transacción fijaren los que han dado lujur a la emisión de las —
xaanill&s 200026 del 13-4-51 por Bs 760.417,57 y N® 401854 ^ —
del 13-4-51 x>or 3s 353.258,47, cono :pTr--;. ■ -le los anexos 3 y C-1
¿el documento de transacción, que consta docomento autenticado
por ante -a Notoria Pública de Carocas, Notario Primero, de fecha
31 de enero do 1955, bajo el N® 66, Tomo 10 de Autenticaciones y
cxvjí). copia certificada corre en autos, este Tribunal declara; Dese
por terminada la causa contenida en los expedientes acumulados —
321 y 322 y en cónsecuencia procíduae respecto de ellos como en -
Sentencia pasada en Autoridad de cosa juzgada, de conformidad con
•h¿T't'fm'i n« V I 71A fl-ívil.— p I í>v —.
p—

CA---

lücS
RAGAS, v e i n t i s é i s de o c tu b re de s e s e n ta y s i e t e .
\
— ;121 S e c r e t a r i o ,

U s i m t í K ^ k t « u \ « ( 5 ^ ’•Jt M M i u t i '

V ')'S 'tiMukit I« lúutÍMltl til-


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31Í)
ANEXO N» 3

Copia certificada de la transacción celebrada entro la Kepiiblica


de Venezuela y el Banco de Venezuela S . A . , el 18 de agosto de
1965, on materia do impuesto sobre la re n ta .
( 1 -

H-66 No. 2955359

l , C . i y J 9 .d g n o ._ _____________ _________ _______________ ______________________________________________________

Prftsioente dei Tribunal Primero del Impuesto sobre la Renta ,a


I
3 Su QescacHo«- ____ __ ____________ ______ _____ u
■i En conformidad con lo _di-.sp*-i*.sto,en el artículo 21G del Código de 4
5 Proced_ijT.iento Civii_,_r_ueqo respetuosamente a usted tenga a bien orde- 5

« expida por Secretarfa. al_pie de la presente solicitud. _cq~. «

7 Sia _c.ertific--3da .d e _ lo .s ., d , o c u m e r v to .a „ q u e .. c .o r x e n _ _ s _ ia S - - fJ 2 .1 i0 .5 L _ 2 í¿ 9 - ,- - 2 iC * j7

8 212, 213, 214, 215, 21é y 217, con sus respectivos vueltos, del »
o Expediente Mos. 319 v 320 (acumulados). Que cursó en el Tribunal de o
10 3u digno_cargo_, c oncluid^ como ha sido yo la causa ventilada en él. ,10

jj 9_c_ me devuelva oriqxnal con sus resultas. •u

xa Justicia.- Carac_aSj veintiséis de oc^bre.js '. i l novecientos sesen i-¿

la.ta y siete.- n .. : - - - 13

14____ ____ : 14
fl§TXfincTcr~uontretas Quintero
15;____
•C. de IX.N6 2535Q1 ________ : 15 1

10 : 10

17 L . _ ... 17 '

iH t m i B t J M X ' . . T í d p : r p . q T O s q r r ? . L A . . R £ :v r ¿ ..- _ . J l|Z C X a O _ 2 E - S U m iíC I.4 - . is


10 CIOK.- Caracas, veintiséis de octubre de mil .lovecier.tos sesenta y- u>
gf,; siete.- 157t V 109*.- Vista la sollcltua oor.vcnlcr- en el escrito jue zu

:;í_gr-tecede el Tribunal acuerda en conformidad.- ¿x, ic&nse por Secreta 21


¿4. codas certificadas de los documentos oue. corren a los .fo- aa
1.Í.CS Nos. go<;. 2 10. £11. £12. 213, 21^. 215. 2 lS y 217 con sus res- ixi

.1 . 2^1

ao E3 Juez Sustanciador,_____ .._J as

:V2:\
ai DA^l'SL CASTILLO KEHINANDEZ, Secretario del Tribunal Primero de Im--
02 puesto sobre la Renta, en aplicación analógica de la^nojrca contení
aa da en el articulo 105 de la Ley de Registro Público vigente y en -
acatamiento a lo dispuesto en el auto anterior CERTIFICA: la auten
at ticidad de la copla fotost&tlca que sigue, la cual es fiel y exac-
de su originai, documento que corre inserto a los folios Noa. -
»7! 209> glO» vuelto, 211, vuelto, 212, vuelto, gì;?, vuelto,. 214, 215, ! 'ñu
a» 216 y 217, del expediente Rt 3^20 y 319> acumulados, contentivo de-
30 la apelación interpuesta por el Banco de Venezuela.- De igual mane
•10 ' ra CERTIFICA; Que dicha copla fué debidamente confrontada con el - i
41 i instrumento original por la ciudadana Odilia Etnmanuelll S., escri-
4» biente del Tribunal y titular de la Cédula de Identidad N**. 960.222,
13 quién fué autorizada al efecto por el ciudadano doctor Jaime Farra 43
44 Péii'ez» Juez Presidente de este Tribunal.--------- ---- -------- \44

i 45

324
la audiencia de hoy dies y pels de-setiembro de mil novecientos sesen­
ta y cinco, comparecen por àV^e este o:ch^unal loe Doctores Luis Casado
Hidalgo, en representación de la Hepú'díica de ''enezuela, carácter que
^^consta do Oficio numero 4,510 de 22 do agieto de 1.963 que reposa en
los archivos de este Tribunal, por una parte; y por la otra Ernesto
'^ria úalán, en representación del Banco de Venezuela S.A., carácter
que consta en autos, y exponen: Bor cuanto entre la República de Vg»
nezuela y el Banco de Venezuela S.A, se ha celebarado una transacción
en lo que respecta a los impuestos y multas correspondientes a los
aSos comprendidos entre el año de 1.954 y primer semestre de 1.962,
■Q según consta de documento protocolizado en la Oficina Subalterna de
Registro Público del Tercer Cirduito de Registro del Departamento li­
bertador del Distrito -^ederal el 18 de agosto de 1.965, bajo el K®
19, folio 64, del Protocolo Primero Tomo 21, cuya copia certificada
so consigna en este acto a los fines legales consiguientes, solicita­
mos al Tribuna: 'í sirva homologar la transacción consiganada y en con­
secuencia ponga fin al presente juicio contenido en los expedientes
números 320 y 319, acumj^ladj^e, y ordene el archivo del expediente.Ter-
^ minó,se ley»^ y ccnformé'^firmúpX
El Juez SustanciádoirV-, •'■/V

El /Sepresentan^^e^^
de^enezuela.

El Bepresentanie del^^Ban^ópie Venezuela,

325
EÍ^-^Uscrito Recia t.*tf'ílovÉ-'uuülfcGrÉo'del'..Torcer-Circuito de Regla-
\o« %A
‘I ^ .- tro dolljDepprtenwrito Libertador del Distrito-Federal, CERTIFICA:
s qujs^^eiydocuTO registrado ol 18 do agosto da 1955, bajo el lí®
64, Prot. 1® tomo 21, y el cual elude el* Oficio de la
Procuraduría General de la Nación N® 3229 de-fecha .24-8-65, copia-
'do textuelniente dice «síí "N® 19.- Lntoo la República de Venezuela,
presentada en este acto por el Dr. José S.’Nuño^ AristimufiO, quien
ftcjtua en su ceracter de Prociirador General-do la República, dobida-
y«/
nto autorizcdó por. el Presidente de la.Ropública, por órcfiho del
Kinistorlo de Hacienda, según conste de oficios Nos»•H-220 de 4 de
ecosto de'1965 y K-226 de 17 del mismo'mes y año, previo informo de
'É' la Contreloria General de la República contenido en oficio K® 647
de 17 de agosto de 1965, poruña parte, y por la'otre, el ^anco de
'Venezuelp S.A., domic Iliads'en esta ciudad, representada por el ciu
dadeno Feliciano Pacanina A., en su carácter de Presidente de'dicho
Instituto y quién actúe debidamente autorizado por la Junta Directi­
va del mismo on su sesión de fecha 12 de agosto del presenta año;
copla certificada de die''a eutorizaclon'se acompaña-pora ser agre-
Sgade al ^aderno do Comprobantes; y a fin de poner termino a loa
. rilamos Judiciales y edminlstratloos que mas abajo éo inálcen, re-
fer'entos e Impuestos sobre la renta y multas corrospondlentea, a los
'■fcños 1954 8 1962 (Primer ¿etsostre), ambos inclusive, y'en atención
'i ' -
s ia Se.''.cenci8 ce la Corte Supremo de Justicia en Sala ?olítico-Admi-

t
nlstrativft de 14 de junio de I960, publicada en la Coceta Ofid el N°
27.306 de 7 de agosto de 1965, y por cuanto: l“) Por Ley de 18 da

junio de 1940, publicada en la Gaceta Oficial Extraordinario de


19 do junio de 1940,-reimpresa por error de co;ie en la Cácete Ofí-
■ ciftl N* 20,306 de S de octubre del mismo año, fue aprobado el con-
W'i í yrrto suscrito entre el i^jecutivo Federal de los Estaaos Dnidos de
^ 1 \ . Venezuela y el Banco dé '^enesuola S.A,, mediante el cual esce Ins-
^ (' tituto quedó constituido mandatario dol Pisco'Nacional como Banco
y ■ f-ara percibir loa ingresos
« necionrlas y hacer los pagos
.
que se le
A\ixlller de la Tesorería Nacional, dentro y fuera de la-República

3-26
[M

oráotion,
..... , conforme
. t ___iULéJ le0,pnc''S*\i®^ contrete y a las dispo-“
^
¡?? X /' -í
T slclonos lecalos sobre le \^fcerievi ^
2®^/Bn el artículo 20 de dicho
\A>,. Xcy
contrato se estableció que -^enezuela, sus sucursales y
Agencies por virtud del servicio fiscal o que se Refiera el presen-.
te contrato, quedan equiparadas a las Oficinas do la Tesorería.''í'Jeo'i<
nal, y en consecuencia estarán exentos de i¿tpuestos 5 contribuciones
dlroctaa establecidas por la Nación, los Estados o las tuinic'ipál.iáa*
.des.”-3**J Esto Contrato, en virtud do prórrogos automáticas previs'-;^
tas sn su artículo 28, y de eauerdo con,la ”I»ey Aprobatoria del Con
ve.uio de Prórroga del Contrato celebrado entre ol Ejecutivo Nacional
^ el Banco de Vonezuela” de fecha 9 da julio de 1954, publicodo en :
Gacáta Oficial N® 24.497, de 21 de julio del misfiío año, continuó vi-
gente hasta el 30 de junio de 1962, cuando fue denunciado por los
partes.- 4^) La Administración General del Irapiwstp sobre la Ren­
te ha venido forraulando, por lo qu© respecte al año 1943, primor
Periodo de vigencia de la Ley de Impuesto .sobre la Renta, y a los
periodos subsiguientes hasta la. denuncia del contrato, año 1962
(primer semestre), liquidaciones y reperos de impuestos y multas,
por considerar la referida Administración que el Art. 20 del con­
trato antes mencionado, no eximo del Impuesto sobre la Rente a di­
cha empresa, sosteniendo anta en cambio que dicho artículo si la e-
r.imo. 5®) -El monto de los reclamos formulado.s por la Administrcción
General del Impto. sobre la Renta, de acuerdo a lo anteriormente*di­
cho, incluyendo impuestos y .multas causados durante .los periodos mer
cionadcs (1943-1962, 1er. semestre), alcanza s la cantidad de clncue
te y ocho millones veintinueve mil ochocientos dieciocho bolívares
cor. noventa y cinco céntimos (Bs. 58.029,816,36), cor.o de especifica
en el Anexo que, flrmndo por el Procurador General de Is ^kpu-
oiica y el ciudadano R-ellciano Pocanins A., fortr.« porte integran­
te de este convenio y se enexa pera ser agregado al Cuaderno do
Gomprobentes.- 6^^) La ’^orte Suprema de Justicia, ^axo Politico-Adni-
nistratlva, •el 14 dé Junio dol presente año, con motivo dal re-

321
i , S■' ‘ - ■.ttTiVrt'i
-I. cu rso ’ In te rp u e s to por el » « c o í d ^ . Y s g j r r j ^ s — fe T T , c o n tra s e n te n -

o la In t e r lo c u to r la d a j.- ^ r i^ fln a l. A e ^ Í A ^ t a l N® 2 ,de A p o l a o l o n e s

. A - d e l, la p u e a t o - s o b r e l a ' B e n ta , de 22 do J u n io da 1 9 6 1 , 'qu e d o o la -

<^-r r o con su n ada - l a p o r e n o lo n d e ' l o a 'r e c u r s o s I n t e r p u e s t o s ■p o r e l

B enco, c o n tre la s P ls n llle a de llq u ld a b ló n de Im p u e s to s s o b r e 'l e

y m u l t e s 'c o r r e s p o n d i e n t e s s lo s e f io s l9 4 3 a 1953, a io b o ^ l n - ( l ¿ l l

ve, d io tó a e n to n c la que c o n fir m ó e l. r e fe r id o fa llo In te r lo -

en to d e s sus p a rte s , qu edando d e fin itiv a m e n te fir m e s la s

ív iC X íla i^ lla s c o r r e s p o n d ie n t e s • a d lo h o s ados, c o n m o n to t o t a l 'd a ; q u l n -

■ ce m illo n e s t r e s c ie n to s n o v e n ta y ocho m il c u a tr o c ie n to s d le r bo-

i llv a r s s c o n , c u a t r o ' c e ”n t l m o s ■ ( B s . 1 5 .3 9 8 Í4 1 0 ,0 4 ) . - 7 ®) En la s 0 0 n-

v s r s a o lo n o s s o s te n id a s por le a p a rte s si B anco ds V a n e z u e la h a a-

r.'.í l e g a d o , c o m o ' b a s o 'd e d is c u s ió n p a ra una t r a n s a c c ió n , o l c r ite r io

- f ir-'a u 3 t e n t a d o por Is A d m in is tr a c ió n G en era l d e l- Im p u e s t o sob re la B en-

; :ta on o fic io de 12 do m a rzo ds 1947, oa roed o cO n e i r B f . g g i , ,d o n -

do ae e s ta b le c e que "la s e o tiv id o d e s de ese B anco e n su c a lid a d

, do C o m p a S la A n ó n im a b a n o a r t a p r o p ia m e n te d ic h a , hecha a b s t r a c c ió n

r .d s 3 U8 a c tiv id a d e s com o* B a n c o - A u x i l i a r de T e s o r e r ía , e s tó n -g ra v a -

..d e s p o r - la L ey -d a Im p u e s to sob re Is B e n ta "i c r ite r io é s te que, a

-- ; J u l o ^ de la s p a rta s , o o n o llla la s p o s ic io n e s e x tre m a s a que se re-

. ^ p ^ fle r e e l G o n s ld e r e n d o 4 *) d e .e s te C o n v e n io .- S®) 4u e, e s t u d ls d e e

\ z - ’, p o r le - A d m ln la t r a c ló n G en era l dal Im p u e s to a ob re la R e n ta , d lv e r -

-V j s a a . s l t e r n e t l v a s te n d ie n te s a a p lic a r la p o s ic ió n In t o n m e d la a que

o : : í , i ; ¿ r f e f i e re el p u n to a n te r io r as e s o o g ló , 'o o n base a lo e x p u e s to por , '

e l E je c u tiv o N a c io n a l en o l O fic io a n te e c ita d o , y con o la m as a-

- o l.'^ . d a p t a b l e a .u n a f o r m u l a do t r a n s a c c ió n , la que a r r o ja u n m o n to da

- a :- d ie c io c h o m illo n e s .d o s c ie n to s s e te n ta y un m il c ie n to o ln c u s A ts , ,
* Sj
' ' y o u q tro b o lív a r e s e o n .n o v e & t á - jr t v e s o s n tlm o s ( B s. 1 8 .2 7 1 ,1 5 4 ,

93) de Im p u e s to s p a ra lo s e je r c ic io s fis c a le s c o m p r e n d id o s e n tro .

1954 a 1962 (p r im o r .s e m e s t r o ), snbos In c lu s iv a , m a s c tre a m lllo n s s

■ a e ls c la n to s s e te n ta y c u a tro m il c u a tr o c ie n to s c in c o b o liv e r e s con

. í n o v a n tfi y a e ls c á a t lr a o s ( B s . '3 * 6 7 4 . 4 0 5 , 9 6 ) quo ea 1« c u a n tía da .

la s m u lte s c o r r e a p o n d io n te s al m ism o p a r l o d o - - 9®) Que a fin do p o -^


' V: '■ 1
„ . ------------

.328
W lO
—' ner t e r m in o «• 1 « » c »u »j^ i í c T l es »n ta «1 T r ib u n a l da

s A p a la c lo n a s dal I m p u a a C » 8 o S * r 4 'l 8 R ^ ta i y p racaver o tra s cu ya e-


íi.'
-."ta p a a d m i n i s t r a t i v a 's a X á u t m l a a b t ó a l m a n t a 'a n t a l a 'A d m i n i s t r a c i ó n

dal m ism o I m p u e s t o ', en r a l í r e i o n 's lo s r a c is m o s d e 'im p u e s t o sob re

"íls re n ta y m u lta s fo r m u la d a s al B anco dé V s n e i u a l a 'S . A . , p a ra a l^ o

-n i p a r í o d o i s é lla la do" en a l ' p u n to ' p r e c é d a n te aa ' e s t i m e ' a c o n s e j s b l é . - a f a c - ,


. . • MI
- í^ u a r una t r a n s a c c ió n ,* l i a p a rta s c o n v ie n e n e n 'l o ' ' s i g u i e n t e ! f^ - s u - ;

aá u ^ P r im a r a ! B a 'ó s n t l d e d a pagar por e l B anco ds * e n e z u a la '^ * A . ,

- ijt í" sob ra lo s e ja r o lc lo a fis c a le s c o m p r s n d ld o s e n t r a ’ lo s ' sSoa de 19S4- «

-o -' a 1968 {P r im a r S e m o a tr e ), em b o a l n c l u s l v s ’; ' ' p o r c ó n c p p to de Im p u e s -

- n o '- t o e y m u lta s * - s e l l í i u l d » r á ''e o n baso a l a ’ fo r m u la o s lte r n s tlv s m en-

-c ítc lo n s d s e n - e l 'C o n s i d e r a n d o 8** d e a s ta C o n v e n io , que com p ren d a por

c . ''c o n c e p t o da Im p u e s to s d ie c io c h o m illo n e a d o s c ie n to s s e te n ta y un

-r-ol - m il d a n to o ln c ú a n ts y c u a tro b o llv a r é a ’ con n o v e n t s ’' y tre a o e n t l-

-n m o a - (B a . 1 8 .2 7 1 .1 5 4 ,9 3 ), mas Is c a n tid a d de tre a n illo n a s s e ls c le n -

't o s s e te n ta y c u e t r o 'm i l o u e tr ó c le n to s c in c o b o llv a r s s con n ó v e n te

t il .y s a la o o 'n t lm o a <3s. 3 .6 7 4 .4 0 5 ,9 6 ), por c o n c e p to de m u lta s corres-

- p e n d ie n te s al m ism o p e r i o d o ; p e r o ,- a f i n de fa c ilita r la trs n a a o -

• .c lo n y e o r t f o r m e '. a 1 0 - s o lic ita d o p o r 'e l B anco de 'e n e s u e la S .A .,

- , -líp l m o n to to ta l a psger por am bos' o ó n o e p to , as red u ce a d le c is la - *

• t e . m illo n e e de b o lív a r e s (B a . 1 7 .0 0 0 .0 0 0 .o o ).- C lá u s u la S a í,u h d a í M

- '! E l pago de le c a n tid a d de d ie c is ie te m l l l o n e a 'd e b o lív a r e s (B s . S

1 7 .0 0 0 .0 0 0 .o o ) , á que se r e fie r e le O lá u a u le c n ts r lo r se h aré


..-'nú' 0%
o . 'd i e n t e e u o tc e e n u e lo a , Ig u s ls s y c o n s e c u tiv a s en un p l e t o de c ln e q jj

- (5 / ahos co n ta d o s a p a r tir del 1® d e a - 'o e t o de 1 9 6 5 . - **1 m o n to de

IfS r e fe r id a s c u o te e a n u a le s a sré, en c o n a e c u e n o le , de tres m illo ­

nes c u a tr o c ie n to s m il b o lív a r e s (B s . 3 .4 0 0 .0 0 0 .6 o ) oada u n o .- 'm e -

, da a x p re a a m e n to e n te n d id o que o l B s-n co .d e 'c '^ e n e z u e l a 3 .A ., p o d r 'é h a ­

cer pegos a n t i c i p a d o s , ’y lo s m is m o s a e r a n 'I m p u t a d o s a la s o u O ta s

■ . pagadas en ord q n In v e rs o a s u v s n c lm ln n t o . - O lé u a u ls T e r c e r a * * 1

B anco de V e n e z u e la S .A .^ p ega rt Ig u a lm e n te el P is c o N a c io n a l In te ­

reses a l tre s por d a n to (3 íí) a n u a l- s o b r e a s id o s d e u d o re s , an la

. ’ o p o r t u n i d a d ,d a ’ o a n c e l a r l e a o u o ta s a h u e la s e o - r e s p o n d l a n t e s ’.'.. C l é u -

- ■ ' , *■ - ^ -a... ■’ =- ’...'.’i ■■ ; ’ : ” -?*

32!)
sula Cuarta: Lft cantldsd do qui

• y ocho mil cuotrocientos dlcz c cúetró a e ^ i m o a (Bs- 15.305*


-
41 ^, 0 4 ), correspondlontes e los multas reclamados

por le Administración *^eneral del Impuesto sobre la ^'ante ol

Bafico de ^enazuele S,A,, r a z ó n ’de los ejercicios correspondien-


'■</A - ■ •
k x | a a erS-^^efiOs da 1943 a 1953, embos inclusive, p que so refiere

} ¡1 ? senteAc '^0 de la Corte Suprema de Justicia citada en el Consl-

/derendo 6® 'de esto Convenio, y que se encuentro depositada a la

orden del Pisco Necional on el Banco Ggntral do Venezuela, confor­

me' al" artículo 153 dol Reglamento do la L-oy de impuesto sobro la

Renta, ingresa definitivamente al Tesoro Kacionol.- Clausula Quin­

ta:- Gon la firma dol presente documento el Gobierno Nacional y

el Banco de Venezuela declaran no tener nada mas que recla-

marse e,n relación con los impuestos y multes causadas de confor­

midad con la Lsy do impuesto sobre la Renta «n el lapso compren­

dido entre los años 1954- a 1962 (Primor semestre), ambos inclusi­

va, por cuanto la presente transacción tiene carácter definitivo

en relación a los referidos impuestos y multas (fdo) José NÚ-

f i o z 'Vir,::imufÍo*^*£.alí^Ínno ?acanins 21 anterior documento re-


dflctcdo por el '^r. -“
-uis R. Gasado hidalgo y presor.taáo pora su re-

V ‘''£Ístro por José Luis Aguilar, abogndo y vecino; fuá leído, conCron-

""tráo y firmado por sus otorgantes, ente mí y loa ciudadanos que -

suscriben, "^quile^ herrera A y 5'do. ^ustamente, testigos Instru-

montsles, mayores de edad, que leen y escribon el castellano y

quienes conmigo dan f“ de la exactitud de las copies, ‘'^erechos se­

gún planilla 84^94^, son: Hg. 14,S0— 138.975— P.P. 5»-S 10, To­

tal ^s. 139.004,60. "utcrizGción y '^noxo "A” citados quedan como

comprobantes bajo los Ncs. 301 y 302 folios 520 al 522; Los otorgan

tos se Identlficpron as'í; Or. Joso Núñez Arlstimuf-o, venezolp-*

no, casado, G. de 553.396 y P o l ' c i « * o Pacanins, venezolano,

cesado, C. de -• N® IO. 3 O9 .- Para esto «cto el ^^gin^rador so iros-

lado a la Procuraduría General de If Ngolon, hoy a las 11 a.m. C o ­

réeos, dieciocho (1q) de agosto de mil nov'clentos sesenta y cinco.

330
156® y 107®. .Tastlg03--fc.^ust;'an'?ntfl|--A. Kerrere. 21 i^ogistrador
,‘^brt.lt-sr.ao Acc. Cesrr «J\Tnap«z. Z^Ñcopia fiel, qua sa oxpiûe oon
Ir coloborrción da .^ornan'cî^-ÜÎY»eùjo, emplard© da aste Registro*
No'ea U 3 a _;_d erech os. de mil

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BUNAL PRIMERO DE APELACIONES 1 '\\ RENTA.-
CARACAS, veintiuno de septlemSpé^'de
:lqm»P€ de ■»iVvnovécí,.*.'.js sesenta, y cinco.-

Vista como ha sido la diligencia, de.,fecha diez y seis de septiembre -


de mil novecientos sepenta y cinco, estampada por los Doctores; Luis-
Casado Hidalgo y Ernesto Farla Galán,.en su carácter de Abogado adjun
to »del Procurador General de la República y Apoderado de la apelante, -
Xrespectlvamente, por la cual piden al Tribunal la homologación de la
transacción verificada entre el Fisco Nacional y el Banco de’ Venezue-
'I
la’S.A., por loa Impuestoa y multas correapondlontea a loa ejerclcloa
comprendidos entre el aSo de 195^ y ®1 primer semestre de 1962, que -
consta en documento protocolizado por ante la Oficina Subalterna de -
Registro público. Tercer Circuito, Departamento Libertador del Diatr¿
to Federal el 16 de agosto de I965, bajo el n; I9, folio 64, Protoco­
lo lí. Tomo 21, y cuya copia certificada corre en autos, y en conse—
ouenola se de por terminado el presente juicio contenido en los expe­
dientes Kt ;jl9 y >20, acumulados, y sea archivado este; y vista tam—
bien la diligencia de fecha 21-9-65 suscrita por el Dr. Efraím Torres
Andrade, en su carácter de Abogado Fiscal adscrito a la Administra—
olón General del Impuesto sobre la Renta, por medio de la cual consl^
na el anexo marcado "A”, en e'l que se especifican las planillas, fe­
chas y montos de los Impuestos liquidados a cargo del Bando de Vene—
z’uela S.A., entre ellas las planillas objeto de este litigio, distin­
guidas oon los números 94084 del 15-9-59 Por monto Oe Bs. ---------
2 .955.988,94 correspondiente al ejercicio Oe 1954 y Nt 402316 del --
1 1 -5 -6 1 'por monto de Bs. 2-566.705,44 correspondiente ai ejerolclo de
1955, este Tribunal declara ¡ Dese por terminada la causa contenida en
los expedientes acumulados Nos. >19 y >20 y en oonseouenola precéda­
se respecto de ellos como eñ Sentencia pasada en autoridad de cosa
Juzgada, de conformidad-con loa Artículos 1.713 y 1.71 8 del Código CL

vil. Archívese el expediente.-


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RACAS, veintiséis de octubre de mil novecientos sesenta y siete.-
-------------------------- — ^ Secretario,

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338
I N D I C E

P a la b ra s d e p re s e n ta ció n p ro n u n cia d a s p o r e l Dr. L u c ia n o N o g u e ra


M ora Pág. 5

P i i m e r a C o n fe r e n c ia
TRES ELEM ENTOS DE LA D O G M ATICA TR IB U TA R IA CO N STITU ­
CIONAL 7

I. E l le n ó m e n o fin a n cie ro y su c o m p le jid a d " 10

11. E l D e re c h o T rib u ta rio y la D o g m á tic a T rib u ta ria " 11

III. L a S o b e r a n ía T rib u ta ria : " 15


1. L a p o te s ta d trib u ta ria com o e x p re s ió n d e ¡a s o b e ra n ía p o lític a " 15
2. P rin c ip a le s c a ra cte re s d e la p o te s ta d trib u ta ria " 16

IV . La le g a lid a d trib u ta ria : " 23


1. C o n te n id o d e l p r in c ip io d e la le g a lid a d trib u ta ria " 24
2. A lc a n c e d e l p r in c ip io d e ¡a le g a lid a d trib u ta ria " 29
3. P rin c ip a le s c o n s e c u e n c ia s del p r in c ip io de la le g a lid a d
trib u ta ria " 30

V. La ju s tic ia trib u ta ria : " 32


1 . L a g e n e r a lid a d d e l im p u e s to " 32
2. L a ig u a ld a d a n te e l im p u e s to " 33

S e g u n d a C o n fe r e n c ia
P A T O L O G I A S T R I B U T A R IA S D E PRIM ER G R A D O 39

I. O rd e n a n z a s o b re A c u e d u c to s d e l D is trito F e d e ra l: " 42
1. P a to lo g ía s trib u ta ria s d e orden ju r íd ic o " ^2
2. P a to lo g ía s trib u ta ria s d e orden té c n ic o " 52

339
//. L e y d e Im p u e s to s o b re la R en ta Pá g.
¡ . P a to lo g ía s trib u ta ria s d e orden ju ríd ic o :
A. Q u e b ra n ta m ie n to d el p r in c ip io d e ¡a ig u a ld a d tribu taria
B. Q u e b ra n ta m ie n to d e l p r in c ip io d e ¡a le g a lid a d trib u ta ria
2. P a to lo g ía s trib u ta ria s d e ord en té cn ico

III. L e y d e R e g is tro P ú b lic o

T ercera C onlerencia
P A T O L O G I A S T R I B U T A R IA S D E S E G U N D O G R A D O

I P a to lo g ía s trib u ta ria s a d m in is tra tiv a s :


1. L a A d m in is tra ció n cre a e lla m ism a e l trib u to
2. L a L e y a u to riz a e l trib u to y d e le g a en la A d m in is tra c ió n su
e s ta b le c im ie n to o e l d e a lg u n o s d e sus e le m e n to s e s e n c ia le s
3. L a A d m in is tra c ió n v io la la le g a lid a d trib u ta ria por fa lsa
in te rp re ta c ió n o d e íe c tu o s a a p lic a c ió n d e la m ism a
A. F a ls a in te rp re ta c ió n d e la L e y T rib u ta ria
B D e íe c tu o s a a p lic a c ió n d e la L e y T rib u ta ria
a . L o s su p uestos fu n dam en tos ie g a ie s d e fa s tra n s a ccio n e s
trib u ta ria s : c rític a
b . rra n s a c c io n e s trib u ta ria s ce le b ra d a s con em presa s
p e tro le ra s (V e r A n e x o s 1 y ¡ - A )
c. T ra n s a cc ió n trib u ta ria c e le b ra d a co n u na e m p re s a m i­
n e ra (V e r A n e x o 2)
d. T ra n s a cc ió n trib u ta ria c e le b r a d a con un Instituto B a n ­
ca rio (V e r A n e x o 3)
e . C o n c lu s ió n

II. P a to lo g ía s trib u ta ria s ju d ic ia le s :


1. L a C o rte ■ n ie g a c o m p e te n cia a lo s M u n ic ip io s p a ra cre a r
''co n trib u c io .n e s d e m e jo ra s "
2. L a C o rte a d in ite .la a n a lo g ía en D e re c h o T rib u ta rio M a te ria l
y ¡4 e q u id a ’d ''c o m o fu e n íe d e la le g a lid a d (rib u taria
3. L a C o rte c o y u n d e ' la le g a lid a d y la g e n e ra lid a d trib u ta ria s

C u a r ta C o n fe r e n c ia
LA E J E C U C I O N A C T I V A D EL P R E S U P U E S T O Y EL A S P E C T O R E P A ­
RADOR DE SU CONTROL

I. E l c ir c u ito p re s u p u e s ta rio

II. A q u ié n co rre s p o n d e la e je c u c ió n a c tiv a d e l P res u p u e s to

i l i . R esu lta d o s d e la e je c u c ió n a c tiv a d e l P res u p u e s to

IV . C r ític a a la e je c u c ió n a c tiv a d el P res u p u e s to

340
V . C o n tro l d e la e je c u c ió n a c tiv a d e l P res u p u e s to P á g . 156

V I. A s p e c to re p a ra d o r d el co n tro l s o b re la e je c u c ió n a ctiv a d el
P re s u p u e s to " 162

A n e x o N° I

C o p ia c e rtitic a d a d e la tra n s a cció n c e le b r a d a en tre la R e p ú b lic a de


V e n e z u e la y ¡a C r e ó le P e tro le u m C o rp o ra tio n y sus C o m p a ñ ía s s u b ­
sid ia ria s y a lilia d a s , e l 3 d e le b re ro d e 1967, en m a te ria d e im p u e s to
s o b re la re n ta " 166

A n e x o N° I-A

C o p ia c e rtitic a d a de la tra n s a cció n c e le b r a d a e n tre la R e p ú b lic a de


V e n e z u e la y la C o m p a ñ ía S h e ll d e V e n e z u e la Ltd. y la s C o m p a ñ ía s
d e l G ru p o R o y a l D u tch / S h e ll, el 3 d e le b r e r o d e 1967, en m a te ria d e
im p u e s to s o b re la re n ta " 181

A n e x o íf- 2

C o p ia c e rtitic a d a de la tra n s a cció n c e le b r a d a en tre la R e p ú b lic a de


V e n e z u e la y la O r in o c o M in in g C o m p a n y , el 31 d e en e ro d e 1966,
en m a te ria d e im p u e s to s o b re la ren ta " 207

A n e x o N- 3

C o p ia c e rtitic a d a de la tra n s a cció n c e le b r a d a en tre ¡a R e p ú b lic a d e


V e n e z u e la y e l B a n co d e V e n e zu ela , S. A., e í 18 d e a g o s to de 1965,
en m a te ria d e im p u e s to s o b re ¡a ren ta " 229

341
I.MPKESO
POR
T alle re s G r á f ic o s V x iv e r s it a r io s
M e k id a - V e n e z u e l a
F ebrero de lí)(iSl
Por amor a lu lierra.

CUIDALOS
i»4) LOS DESTlOySSI

I MtmOAI
T alleres G ráficos U niversitarios ..... '

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