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Instituto Superior Pedro Francisco Bonó

Ateísmo contemporáneo
Nombre: Yasniel Romero Marrero, sj
Título: Las palabras de Zaratustra a la vida

En el capítulo “La otra canción del baile” se reproduce la conversación que Zaratustra establece
con la vida. La vida es representada por una doncella joven, encantadora, inquieta, seductora,
inocente, que al compás de la música incita a bailar a Zaratustra; éste va describiendo su danzar
con ella, llenándola en cada momento de elogios. Zaratustra la va conduciendo y la va llevando
por el bosque intrincado, llega un momento en que éste cae. Le propone llevarla en brazos y en
un momento de furor se reprocha su actitud servil ante la vida y la amenaza para que se convierta
en su sierva. La vida le contesta que ambos están más allá del bien y del mal y que deben ser
bueno el uno para el otro. Le confiesa su celo a la sabiduría, la cual está estrechamente unida al
amor que siente por Zaratustra. La vida le dice que sabe que él piensa abandonarla pronto, pero
Zaratustra le susurra algo al oído, y la vida le dice: “¿Tú sabes eso? ¡Pero si nadie lo sabe!”.
Para tratar de imaginar lo que Zaratustra le dijo en secreto a la vida, hay que situarse en el
contexto de la tercera parte de la obra, que gira en torno a la idea del eterno retorno. Por tanto,
las palabras muy bien pudieran ser éstas: “Te abandonaré pronto, pero volveré a encontrarte, y te
abandonaré de nuevo, y así repetiremos cada instante, cada sucesión de hechos, cada detalle,
eternamente ¡Así estamos encadenados!” Estas palabras expresan la idea de Nietzsche que viene
anunciándose en pasajes anteriores, la idea del eterno retorno. La misma imagen de las doce
campanadas, que sugiere el movimiento cíclico del reloj y, por lo tanto, del tiempo, posibilitan la
comprensión del eterno retorno.

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