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Escándalo de la calle Cleveland

El escándalo de la calle Cleveland se inició en 1889 cuando un burdel homosexual fue descubierto por la
policía en la calle Cleveland, en el barrio de Fitzrovia, en Londres, Inglaterra. Las relaciones sexuales entre
hombres eran ilegales en Gran Bretaña en la época, y los clientes del burdel se enfrentaban a un posible
juicio y a un ostracismo social seguro si eran descubiertos. Se rumoreó que uno de los clientes era el
príncipe Alberto Víctor, el hijo mayor de Eduardo VII del Reino Unido y segundo en la línea de sucesión al
trono británico. El gobierno fue acusado de encubrir el escándalo para proteger los nombres de los
aristócratas involucrados.

Uno de los clientes, lord Arthur Somerset, era palafrenero mayor del príncipe de Gales. Él y el dueño del
burdel, Charles Hammond, consiguieron huir al extranjero antes de que la justicia los prendiera. Los
prostitutos, que también trabajaban como mensajeros para los correos del Reino Unido, fueron condenados a
penas leves y no se acusó a ningún cliente. Después de que el conde de Euston, Henry FitzRoy, fuera
nombrado como uno de los clientes por la prensa, denunció a los periódicos por libelo con éxito.

El escándalo dio alas a la opinión de que la homosexualidad masculina era un vicio aristocrático que
corrompía a los jóvenes de clases bajas. Unos años más tarde, esa percepción aún era prevalente cuando
John Sholto Douglas, marqués de Queensberry, acusó a Oscar Wilde de ser homosexual. Wilde denunció a
Douglas por libelo, pero finalmente Wilde perdería, siendo arrestado por indecencia, declarado culpable y
condenado a dos años de trabajos forzosos.

Índice
Burdel masculino
Clientes famosos
Revelaciones públicas
Repercusiones
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Burdel masculino
En julio de 1889, el agente de policía Luke Hanks estaba investigando un robo en la oficina de telégrafos
central de Londres. Durante la investigación, un chico de telégrafos de 15 años llamado Charles Thomas
Swinscow fue descubierto con catorce chelines, el equivalente al sueldo que cobraba en varias semanas de
trabajo. En aquella época, no se permitía a los chicos mensajeros llevar dinero propio durante el trabajo,
para prevenir que mezclaran el dinero propio con el de los clientes. Al sospechar la participación del chico
en el robo, el agente Hanks lo detuvo para interrogarlo. Tras dudas iniciales, Swinscow confesó que había
ganado el dinero trabajando como prostituto para un hombre llamado Charles Hammond, que tenía un
burdel masculino en la calle Cleveland n° 19. De acuerdo con Swinscow, fue Henry Newlove, un joven de
dieciocho años también empleado en correos, quien le presentó a Hammond. También nombró a dos jóvenes
mensajeros de telégrafos de diecisiete años que también trabajaban para
Hammond: George Alma Wright y Charles Ernest Thickbroom. El
agente Hanks consiguió declaraciones de Wright y Thickbroom
confirmando la historia y, armado con ellas, una nueva confesión de
Newlove.1

El agente Hanks informó del asunto a sus superiores y el caso fue


entregado al inspector detective Frederick Abberline. Este fue al burdel
el 6 de julio con una orden de arresto para Hammond y Newlove por
violación de la sección 11 de la Ley de Enmienda de Derecho Penal de
1885. La ley condenaba las relaciones homosexuales entre hombres, así
como la alcahuetería o intento de alcahuetería para tales actos, con hasta
dos años de prisión, con o sin trabajos forzados. Se encontró con la casa
cerrada y Hammon desaparecido, pero Abberline pudo detener a
Newlove en casa de su madre en Camden Town.2 En el espacio de
tiempo entre su declaración de Hanks y su detención, Newlove había ido
Ilustración del inspector
a la calle Cleveland y había advertido a Hammond, que había huido a
Frederick Abberline tomado de
un periódico contemporáneo.
casa de su hermano en Gravesend, en el condado de Kent.3

Clientes famosos
De camino a la comisaría de policía, Newlove nombró a lord Arthur
Somerset y a Henry FitzRoy, conde de Euston (ambos hijos de
duques), así como a un coronel del ejército llamado Jervois como
visitantes del burdel de la calle Cleveland.4 Somerset era
palafrenero mayor del príncipe de Gales. A pesar de que fue
entrevistado por la policía, no se tomaron medidas inmediatas en su
contra y las autoridades fueron lentas actuando sobre la base de las
acusaciones.5 Se colocó una guardia vigilando la casa vacía y los
detalles del caso fueron discutidos en diferentes departamentos
gubernamentales.6

El 19 de agosto, se lanzó una orden de detención contra George


Veck, un conocido de Hammond que se hacía pasar por un cura.
Veck había trabajado en la oficina de telégrafos, pero había sido
despedido por «conducta inadecuada» con los mensajeros.7 Un
joven de 17 años que la policía encontró en la residencia de Veck
reveló que este había ido a Portsmouth y que regresaría en tren en
breve. La policía se desplazó a la estación de Waterloo y detuvo allí
a Veck. En sus bolsillos descubrieron cartas de Algernon Allies.
Abberline envió al agente Hanks a interrogar a Allies a casa de sus
padres en Sudbury, en el condado de Suffolk. Allies admitió haber Caricatura de lord Arthur Somerset
recibido dinero de Somerset, haber tenido relaciones sexuales con él (1887).
y trabajar en la calle Cleveland para Hammond.8 El 22 de agosto, la
policía interrogó a Somerset por segunda vez, que partió
posteriormente hacia Bad Homburg,9 lugar en el que el príncipe de Gales estaba pasando sus vacaciones de
verano.10

El 11 de septiembre Newlove y Veck fueron inculpados formalmente. Su defensa fue llevada por el abogado
de Somerset, Arthur Newton, con sir Willie Mathews llevando el caso de Newlove y Charles Gill el de
Veck. Somerset pagó los costes.11 Para entonces Somerset ya se había trasladado a Hanóver a inspeccionar
algunos caballos para el príncipe de Gales y la prensa ya se refería a los «nobles señores» implicados en el
juicio.12 Newlove y Veck se declararon culpables de indecencia el 18 de septiembre y el juez, sir Thomas
Chambers, un antiguo miembro del parlamento por el Partido Liberal que tenía fama de laxo, los sentenció a
cuatro y nueve meses de trabajos forzados, respectivamente.13 Los jóvenes también fueron condenados a
penas consideradas muy laxas en la época.14 Hammond escapó a Francia, pero las autoridades francesas lo
expulsaron tras presiones británicas. Hammond se trasladó a Bélgica y de allí emigró a los Estados Unidos.
Newton, bajo órdenes de Somerset, pagó el pasaje de Hammond.15 Siguiendo el consejo del primer
ministro lord Salisbury, no se inició una petición de extradición y la acusación fue discretamente anulada.16

Somerset volvió a Gran Bretaña a finales de septiembre para participar en el mercado de caballos de
Newmarket, pero repentinamente se dirigió a Dieppe (Francia) el 26 de septiembre, probablemente tras una
nota de Newton diciéndole que corría peligro de ser detenido.17 Volvió de nuevo el 30 de septiembre.
Algunos días más tarde, su abuela, Emily Somerset, duquesa de Beaufort, murió y lord Somerset atendió al
funeral.18 Hamilton Cuffe, conde de Desart y segundo en el escalafón del Treasury Solicitor's Department,
y James Monro, jefe de la policía de Londres, presionaban para que se tomaran medidas contra Somerset,
pero el lord canciller Hardinge Giffard, conde de Halsbury, bloqueó toda acción judicial.19 Circulaban
rumores sobre la implicación de Somerset, y el 19 de octubre éste huyó a Francia. Lord Salisbury fue
acusado posteriormente de haber avisado a Somerset a través de sir Dighton Probyn, que había tenido
contacto con lord Salisbury la tarde anterior, de que una orden de arresto era inminente.20 El hecho fue
negado por lord Salisbury21 y por el fiscal general Richard Everard Webster, vizconde de Alverstone.22 El
príncipe de Gales escribió a lord Salisbury expresando su satisfacción de que se hubiese permitido a
Somerset abandonar el país y pidiendo que si Somerset «se atreviera a mostrar su cara de nuevo en
Inglaterra», que le fuera permitido sin ser molestado por las autoridades.23 Pero lord Salisbury también
estaba siendo presionado por la policía para tomar acciones contra Somerset. El 12 de noviembre fue
emitida finalmente una orden de arresto contra Somerset.24 Para entonces, Somerset ya estaba a salvo a
bordo de un barco y la orden recibió poca atención pública.25 Tras una búsqueda sin éxito para conseguir
empleo en Turquía y Austria-Hungría, Somerset vivió el resto de su vida en un comfortable autoexilio en el
sur de Francia.26

Revelaciones públicas
Debido a que la prensa apenas informó sobre la historia, el asunto habría desaparecido rápidamente de la
memoria del público si no hubiera sido por el periodista Ernest Parke. Parke, editor de un poco conocido
semanario político radical llamado The North London Press, oyó hablar del asunto cuando uno de sus
reporteros le trajo la historia de la detención de Newlove. Parke comenzó a preguntarse por qué los
prostitutos habían recibido sentencias tan leves teniendo en cuenta el delito (la pena habitual para el «ultraje
contra la moralidad pública» era de dos años) y cómo Hammond había conseguido evitar el arresto.
Siguiendo su curiosidad, Parke descubrió que los chicos habían dado los nombres de aristócratas
prominentes. Inmediatamente publicó una historia el 28 de septiembre insinuando la participación de estos
aristócratas, pero sin dar nombres específicos.27 Esperó hasta el 16 de noviembre para la publicación de un
segundo reportaje en el que nombraba específicamente a Henry Fitzroy, conde de Euston, en un «escándalo
indescriptiblemente repugnante en la calle Cleveland».28 Además, afirmó que Euston habría huido a Perú y
que se le habría permitido irse para ocultar la implicación de otra persona de mayor rango,29 que no fue
nombrada, pero que algunos identificaron como el príncipe Alberto Víctor, el hijo del príncipe de Gales.30

Euston estaba de hecho en Inglaterra e inmediatamente denunció a Parke por libelo. En el juicio, Euston
admitió que, paseando a lo largo de Piccadilly, alguien lo importunó dándole una tarjeta en la que decía:

Poses plastiques. C. Hammond, 19 Cleveland Street.


Poses plásticas. C. Hammond, Calle Cleveland n° 19.
Testificó que fue a la casa creyendo que las Poses plásticas querían
decir que mostraban desnudos femeninos. Pagó un soberano para
poder entrar, pero, según sus palabras, se horrorizó al descubrir la
naturaleza «impropia» del lugar y lo abandonó inmediatamente. Los
testigos de la defensa se contradecían unos a otros y no pudieron
describir a Euston de forma convincente.31 El testigo final de la
defensa, John Saul, era un prostituto que admitía ganarse la vida con
una «vida inmoral» y «practicar la criminalidad».32 La defensa no
llamó ni a Newlove, ni a Veck como testigos, y no pudieron probar
que Euston había abandonado el país. El 16 de enero de 1890, el
jurado declaró a Parke culpable y el juez lo sentenció a doce meses
de prisión.33 H. Montgomery Hyde, un conocido historiador de la
homosexualidad, escribió más tarde que había pocas dudas de que
Euston estaba diciendo la verdad y que sólo visitó la casa de la calle
Cleveland en una sola ocasión porque fue engañado por la tarjeta.34

El juez, sir Henry Hawkins, barón de Brampton, tuvo una carrera


distinguida, al igual que los abogados que trabajaron en el caso. Los
abogados de la acusación, Charles Russell, barón Russell de
Killowen, y sir Charles Willie Mathews, baronet, se convirtieron
más tarde en Lord Chief Justice of England and Wales y Director of
Public Prosecutions para Inglaterra y Gales, respectivamente. El
abogado de la defensa, Frank Lockwood, más tarde se convirtió en
Solicitor General for England and Wales, y su asistente H. H.
Asquith, se convertiría en primer ministro del Reino Unido veinte
años más tarde.35

Mientras que la condena de Parke despejaba las dudas sobre Euston,


otro juicio comenzó el 16 de diciembre de 1889 cuando el abogado
Recorte de un periódico de los de Newlove y Somerset, Arthur Newton, fue acusado de obstrucción
Estados Unidos que afirmaba que el a la justicia. Se le acusaba de conspirar para evitar que Hammond y
príncipe Alberto Víctor estaba los jóvenes testificaran, ofreciéndoles o dándoles pasajes y dinero
«envuelto» en el escándalo. para salir del país. Newton fue defendido por Charles Russell, que
había trabajado contra Ernest Parke, y el abogado de la acusación
fue sir Richard Webster, el fiscal general. Newton se declaró
culpable de uno de los seis cargos, afirmando que había ayudado a Hammond a huir simplemente para
proteger a sus clientes, que en ese momento no estaban acusados de ningún delito o bajo arresto, de un
posible chantaje. El fiscal general aceptó los argumentos de Newton y no presentó pruebas de los otros cinco
casos.36 El 20 de mayo, el juez, sir Lewis Cave, sentenció a Newton a seis semanas en prisión,37 lo que fue
considerado dentro de los círculos de abogados como una condena dura. Una petición firmada por 250
bufetes de abogados de Londres fue enviada al ministro del interior, Henry Matthews, vizconde de Llandaff,
protestando por el tratamiento de Newton.38

Durante el juicio de Newton se presentó una moción en el parlamento para investigar las acusaciones de
Parke de que se estaban ocultando datos. Henry Labouchère, miembro del parlamento del ala radical del
Partido Liberal, era incondicionalmente contrario a la homosexualidad e hizo campaña con éxito para añadir
la enmienda «indecencia grave» (conocida como Enmienda Labouchere) en la Ley de Enmienda de Derecho
Penal de 1885. Estaba convencido de que la conspiración para ocultar el escándalo provenía de círculos
gubernamentales más altos de lo que se suponía. Labouchère dio a conocer sus sospechas en el parlamento
el 28 de febrero de 1890. Negó que «un caballero de posición muy alta» —presumiblemente el príncipe
Alberto Víctor— estuviese implicado en el escándalo, pero acusó al Gobierno de conspirar para pervertir el
curso de la justicia obstaculizando la investigación, permitiendo a
Somerset y a Hammond huir, retrasando los juicios y evitando seguir
el proceso con vigor. Las acusaciones fueron rebatidas por el fiscal
general, sir Richard Webster, que también era la parte acusadora en
el caso de Newton. Charles Russell, que había sido el abogado de la
acusación en el caso Parke y que defendía a Newton, se sentaba en el
banco de los liberales con Labouchère, pero se negó a ser arrastrado
al debate. Tras un debate acalorado de siete horas, durante el que
Labouchère fue expulsado del parlamento por decir «no creo a lord
Salisbury» y negarse a retirar la afirmación, la moción fue derrotada
por un amplio margen de 206 contra 66.39

Repercusiones
El interés público en el escándalo finalmente desapareció. Sin Henry Labouchère acusó al
embargo, la información de la prensa reforzó las actitudes negativas Gobierno de conspirar para ocultar el
hacia la homosexualidad masculina, considerada como un vicio escándalo.
aristocrático, presentando a los jóvenes de telégrafos como
corrompidos por miembros de las clases superiores. Esta actitud
alcanzó su clímax unos años más tarde en el juicio de Oscar Wilde por indecencia, como resultado de su
relación con lord Alfred Douglas.

Oscar Wilde alude al escándalo en El retrato de Dorian Gray, publicado por primera vez en 1890.40 Las
críticas de la novela fueron hostiles; en una clara referencia al escándalo de la calle Cleveland, uno de los
críticos afirmó que era adecuada para «nadie más que nobles forajidos y chicos de telégrafos
pervertidos».41 42 43 La revisión de 1891 de la novela de Wilde omitió ciertos pasajes clave, que fueron
considerados demasiado homoeróticos.43 44 En 1895, Wilde denunció sin éxito al padre de lord Alfred,
John Douglas, marqués de Queensberry, por libelo. Edward Carson, barón Carson, empleó citas de la novela
contra Wilde y le hizo preguntas sobre su asociación con jóvenes hombres de clase trabajadora.45 Tras
fracasar en el juicio, Wilde fue acusado de indecencia grave, declarado culpable y sentenciado a dos años de
trabajos forzados. El abogado de la acusación era Charles Gill, que había defendido a Veck en el caso de la
calle Cleveland.46

El príncipe Alberto Víctor murió en 1892, pero los rumores en la sociedad sobre su vida sexual continuaron.
Sesenta años después del escándalo, el biógrafo oficial de Jorge V del Reino Unido, Harold Nicolson, oyó
de Rayner Goddard, barón Goddard, que era un niño de doce años en la época del escándalo, que el príncipe
Alberto Víctor «había estado relacionado con el ambiente de un burdel masculino y que el abogado del
gobierno tuvo que cometer perjurio para protegerlo. El abogado fue destituido por su crimen, pero luego fue
contratado de nuevo».47 De hecho, ninguno de los abogados fue condenado por perjurio o destituido en la
época; por el contrario, la mayoría tuvieron carreras de éxito. Sin embargo, a Arthur Newton se le prohibió
durante doce meses el ejercicio de la abogacía por una falta grave en 1910 tras falsificar cartas de otro de sus
clientes —el famoso asesino Harvey Crippen.48 En 1913 se le prohibió definitivamente el ejercicio de la
abogacía y fue sentenciado a tres años de prisión por conseguir dinero de manera fraudulenta.49 Es posible
que Newton inventara y extendiera los rumores sobre el príncipe Alberto Víctor en un intento de proteger a
sus clientes, forzando un ocultamiento.50 Informes oficiales sobre el asunto que se encuentran en el Public
Record Office, hechos públicos en la década de 1970, no aportan información sobre la participación del
Príncipe más allá de las amenazas de Newton de implicarlo.51 Hamilton Cuffe escribió al Director of Public
Prosecutions, sir Augustus Stephenson: «He oído decir que Newton fanfarronea con que si continuamos, una
persona muy distinguida se verá envuelta (PAV). No quiero decir que por un instante le dé algún crédito —
pero en tales circunstancias como estas nunca se sabe lo que se puede decir, sea mentira o cierto».52 Las
cartas conservadas de Somerset a su amigo Reginald Brett, lord Esher, vizconde Esher, confirman que
Somerset conocía los rumores, pero no sabía si eran ciertos: «Puedo
entender que el príncipe de Gales esté muy enojado de que el
nombre de su hijo esté relacionado con el asunto [...] ambos hemos
sido acusados de ir a ese sitio, pero no juntos [...] me pregunto si
realmente es un hecho o sólo un invento».53 En su correspondencia,
sir Dighton Probyn hace mención de «los crueles e injustos rumores
relacionados con PAV» y de «falsos informes vinculando el nombre
de PAV con la triste historia».54 Cuando el nombre del príncipe
Alberto Víctor apareció en la prensa de Estados Unidos, el New York
Herald publicó una carta anónima, casi con certeza escrita por
Charles Hall, diciendo que «no hay, y nunca ha habido, la más
mínima excusa para mencionar el nombre del príncipe Alberto
Víctor».55 Los biógrafos que creen en los rumores suponen que el
príncipe Alberto Víctor era bisexual,56 lo que es enérgicamente
refutado por otros, que se refieren a él como «ardientemente
heterosexual» y a su relación con los rumores como «un tanto
injusta».57

El príncipe Alberto, duque de


Clarence, fue el personaje más Véase también
importante envuelto en el escándalo.
Historia LGBT
Homosexualidad en el Reino Unido

Referencias
15. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.74–
1. Aronson, pp.8–10 y Hyde, The Cleveland
77
Street Scandal, pp.20–23
16. Aronson, p.136 y Hyde, The Cleveland
2. Aronson, pp.11, 16–17 y Hyde, The
Street Scandal, pp.27, 34
Cleveland Street Scandal, pp.23–24
17. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.61
3. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.23
18. Aronson, p.140 y Hyde, The Cleveland
4. Aronson, p.11 y Hyde, The Cleveland Street Street Scandal, pp.80–81
Scandal, p.25
19. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.82–
5. Aronson, p.135 86
6. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.26–
20. Aronson, p.142
33
21. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.93
7. Aronson, pp.11, 133 y Hyde, The Cleveland
Street Scandal, p.25 22. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.94
8. Aronson, pp.134–135 y Hyde, The 23. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.97
Cleveland Street Scandal, pp.34–35 24. Aronson, p.144 y Hyde, The Cleveland
9. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.35 Street Scandal, pp.98–99
10. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.38 25. Aronson, p.150
11. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.35, 26. Aronson, p.175
45, 47 27. Hyde, The Cleveland Street Scandal,
12. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.42, pp.106–107
46 28. North London Press, 16 de noviembre de
13. Hyde, The Cleveland Street Scandal, pp.47– 1889, citado en Hyde, The Other Love,
53 p.125
14. Aronson, p.137 29. Hyde, The Other Love, p.125 y Aronson,
p.150
30. Hyde, The Other Love, p.123 Edition" En: Wilde, Oscar. The Picture of
31. Aronson, pp.151–159 y The Cleveland Dorian Gray. Penguin Classics, Penguin
Street Scandal, pp.113–116, 139–143 Books. ISBN 978-0-14-043784-3. pp.224–
225
32. Saul citado en Hyde, The Cleveland Street
Scandal, pp.146–147 44. Mighall, Robert (2000). "Introduction" En:
Wilde, Oscar. The Picture of Dorian Gray.
33. Aronson, pp.151–159 y Hyde, The Other
Penguin Classics, Penguin Books. ISBN
Love, p.125–127 978-0-14-043784-3. p.xvi
34. Hyde, The Other Love, p.127
45. Kaplan, Morris B. (2004). "Literature in the
35. Aronson, p.153 y Hyde, The Cleveland Dock: The Trials of Oscar Wilde". Journal of
Street Scandal, p.135 Law and Society 31: (No. 1) 113–130
36. Hyde, The Cleveland Street Scandal, 46. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.45
pp.162–207
47. Lees-Milne, p.231
37. Aronson, p.173 48. Cook, pp.284–285
38. Hyde, The Cleveland Street Scandal,
49. Cook, pp.285–286 y Hyde, The Cleveland
pp.208–212 Street Scandal, p.253
39. Hyde, The Cleveland Street Scandal,
50. Prince Eddy: The King We Never Had. (htt
pp.215–231 p://www.channel4.com/history/microsites/H/h
40. En el capítulo 12 de la versión original de istory/e-h/eddy6.html) Channel 4. Visitado el
1890, uno de los personajes, Basil Hallward, 28 de marzo de 2008.
menciona a «Sir Henry Ashton, que tuvo 51. Cook, pp.172–173
que abandonar Inglaterra, con un nombre
falso». 52. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.55
41. "Reviews and Magazines". Scots Observer 5 53. Lord Arthur Somerset a Reginald Brett,
de julio de 1890, p.181 vizconde Esher, 10 de diciembre de 1889,
citado en Cook, p.197
42. Bristow, Joseph (2006). "Introduction" En:
Wilde, Oscar. The Picture of Dorian Gray. 54. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.127
Oxford World's Classic, Oxford University 55. Hyde, The Cleveland Street Scandal, p.129
Press. ISBN 978-0-19-280729-8. p.xxi 56. Aronson, pp.116–120, 170, 217
43. Ackroyd, Peter (1985) "Appendix 2: 57. Bradford, p.10
Introduction to the First Penguin Classics

Bibliografía
Aronson, Theo (1994). Prince Eddy and the Homosexual Underworld. London: John Murray.
ISBN 0-7195-5278-8
Bradford, Sarah (1989). King George VI. London: Weidenfeld & Nicolson. ISBN 0-297-79667-4
(en inglés)
Cook, Andrew (2006). Prince Eddy: The King Britain Never Had. Stroud, Gloucestershire:
Tempus Publishing Ltd. ISBN 0-7524-3410-1 (en inglés)
Hyde, H. Montgomery (1970). The Other Love: An Historical and Contemporary Survey of
Homosexuality in Britain. London: Heinemann. ISBN 0-434-35902-5 (en inglés)
Hyde, H. Montgomery (1976). The Cleveland Street Scandal. London: W. H. Allen. ISBN 0-
491-01995-5 (en inglés)
Lees-Milne, James (1981). Harold Nicolson: A Biography. Volume 2: 1930–1968 London:
Chatto & Windus. ISBN 0-7011-2602-7 (en inglés)

Enlaces externos
Prince Eddy: The King We Never Had. (http://www.channel4.com/history/microsites/H/history/e
-h/eddy6.html) Channel 4. Visitado el 28 de marzo de 2008 (en inglés)
Wikholm, Andrew (1999). Scandal on Cleveland Street (https://web.archive.org/web/20051217
053251/http://www.gayhistory.com/rev2/events/1889.htm). Visitado el 28 de marzo de 2008
(en inglés)

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