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BIBLIO.

/ Equipo
BIBLIO. / Equipo

EQUIPO.

Responsable de Bibliografía XII


Congreso de la AMP.
Marisa Chamizo

Responsable de Bibliografía por la EOL.


Marisa Chamizo

Coordinadores.
Cynthia Barreiro Aguirre
Ana Cecilia González
Lucas Leserre
Silvia Mizrahi
Silvia Pino
Catery Tato
Natacha Zarzoso
BIBLIO. / Equipo

Responsable de Bibliografía por la NEL.


Patricia Tagle Barton

Colaboradores.

Biblioteca NEL-Caracas: Susana Strozzi (Coordinadora),


Paúl Mata, Frank Loreto Zapata, Giselle Cardozo
Biblioteca NEL-Lima: Mackling Limache Casabona
(Coordinador), Angélica Ballón, Pilar Cerna
Biblioteca NEL- Santiago: Claudio Morgado
(Coordinador), Joaquín Carrasco, Peter Molineux
Biblioteca APEL Santa Cruz: Teresita Del Valle Díaz
(Coordinadora), Raúl Arancibia, Fabiana Chirino, Evelyn
Schetjman

Responsables de Bibliografía por la ELP.


Mercedes de Francisco y Julia Gutiérrez

Colaboradores.
Miriam Chang
Gustavo Dessal
Manuel Fernández Blanco
Constanza Meyer
Manuel Montalbán
Sonia Arribas
Howard Rouse
BIBLIO. / Índice

ÍNDICE.
Presentación 5

Sigmund Freud
A / Obras completas 6
B / Correspondencias 35

Jacques Lacan
A / El Seminario 54
B / Escritos 85
C / Otros escritos 89
D / Otros textos 92
Jacques-Alain Miller
A / La Orientación lacaniana 94
B / Textos 108
Autores de la AMP
A / Eric Laurent 116
B / Otros autores 120

El pase
A / Sueños y pase 128
B / Testimonios de los A. E. 134
BIBLIO. / Presentación

PRESENTACIÓN.

La Biblio que aquí publicamos es el resultado del trabajo de un amplio


equipo de las Escuelas de la AMP para el tema del Congreso que nos
convoca: “El sueño. Su interpretación y su uso en la cura lacaniana”.
En la búsqueda hicimos hincapié en el uso del sueño tanto del lado del
psicoanalista como del analizante.
Un tema extenso y una búsqueda que no pretendió abarcar esa extensión
sino más bien ubicar este rasgo en los textos de las cinco lenguas de la
AMP.
La diversidad de lenguas muestran que la selección de las referencias y
citas, no siempre coinciden. Hay diversidad dentro del marco de una
modalidad de organización compartida.
Quisimos, desde el comienzo, que la bibliografía aquí presentada, pudiera
ser usada por los participantes del Congreso como por todos aquellos
interesados en el tema, por este motivo nos propusimos trabajar
intensamente para que pudiera ser publicada con suficiente anticipación.
Quiero expresar mi profundo agradecimiento al equipo que me acompañó
en esta tarea a lo largo de estos meses, que con la mejor predisposición y
entusiasmo, nos posibilitó trabajar con alegría.

Marisa Chamizo
Responsable de la Bibliografía por la AMP


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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

SIGMUND FREUD.

A / Obras completas, ed. Amorrortu, 1990.

(1892-94) Prólogo y notas de la traducción de J.-M. Charcot


Leçons du mardi de la Salpêtrière (1887-88), t. I
Uno puede conjeturar aquí un nexo que permite arrojar una profunda
mirada sobre el mecanismo de los estados histéricos. […] Algo semejante
es válido para muchos sueños, que siguen devanando unas asociaciones
que durante el día habían sido desestimadas o interrumpidas. Sobre esto
he fundado la teoría de la «voluntad contraria histérica», que abarca un
buen número de síntomas histéricos.
172

(1895) Proyecto de psicología, t. I


Los enlaces oníricos son en parte unos contrasentidos {widersinnig}, en
parte son imbéciles {schwachsinnig}, o aun carentes de sentido {sinnlos),
de una rara locura. Este último carácter se explica por el hecho de que en
el sueño, como primariamente en la vida psíquica en general, gobierna la
compulsión a asociar. Al parecer, dos investiduras presentes de manera
simultánea tienen que ser puestas en conexión. […] Las representaciones
oníricas son de índole alucinatoria, despiertan conciencia y hallan
creencia. He ahí el carácter más sustantivo del dormir. De igual modo se
presenta en el adormecimiento alternante [con la vigilia]: uno cierra los
ojos y alucina, los abre y piensa con palabras.
384

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(1899) La interpretación de los sueños, t. IV-V


Cap. II: El método de interpretación de los sueños. Análisis de
un sueño paradigmático
Por lo demás, tan estrechamente dependen los sueños de la expresión
lingüística que Ferenczi puede señalar con acierto que toda lengua tiene
su propio lenguaje onírico. Un sueño es por lo general intraducible a otras
lenguas […]
121
Trimetilamina. En el sueño veo la fórmula química de esta sustancia […]
la fórmula está impresa en caracteres gruesos, como si se quisiera
destacar del contexto algo particularmente importante.
137
El sueño figura un cierto estado de cosas tal como yo desearía que fuese;
su contenido es, entonces, un cumplimiento de deseo, y su motivo, un
deseo.
139

Cap. IV: La desfiguración onírica.


Donde el cumplimiento de deseo es irreconocible y está disfrazado, debió
de existir una tendencia a la defensa contra ese deseo, y a consecuencia
de ella el deseo no pudo expresarse de otro modo que desfigurado.
160
La desfiguración onírica trabaja en él con el mismo recurso que la censura
postal para eliminar los pasajes que le parecen impugnables. La censura
postal los vuelve ilegibles superponiéndoles tinta negra.
161
El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (sofocado,
reprimido).
177

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Cap. V: El material y las fuentes del sueño.


A. Lo reciente y lo indiferente en el sueño
En todo sueño se descubre un anudamiento con las vivencias de la
víspera.
182
[…] el proceso es como si se produjese un desplazamiento […] del acento
psíquico- por la vía de aquellos eslabones intermedios, hasta que
representaciones al comienzo cargadas con intensidad débil, tomando
para sí la carga de otras representaciones investidas […] alcanzan una
fortaleza que las vuelve capaces de imponer su acceso a la conciencia.
193
B. Lo infantil como fuente de los sueños
[…] yo tenía siete u ocho años […] Una tarde, antes de irme a dormir,
infringí el mandamiento de la discreción, que prohíbe hacer sus
necesidades en la habitación de sus padres y en su presencia, en la
reprimenda que me endilgó mi padre, pronunció este veredicto: “Este
chico nunca llegará a nada”. Tiene que haber sido un terrible agravio a mi
ambición, pues alusiones a esta escena frecuentan siempre mis sueños
[…]
229-230
[…] en su contenido manifiesto, a todo sueño le corresponde un
anudamiento con lo vivenciado recientemente, pero en su contenido
latente corresponde un anudamiento con lo vivenciado más antiguo.
231-232
C. Las fuentes somáticas del sueño
Pero era claro que la solución seguiría siendo insatisfactoria mientras no
se lograse demostrar el lazo existente entre las fuentes somáticas y el
contenido representativo del sueño.
234
D. Sueños típicos
En la interpretación de los sueños típicos fallan, por regla general las
ocurrencias del soñante, que en los otros casos nos encaminaron a la

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comprensión del sueño […] de tal modo que no podemos resolver nuestra
tarea con su ayuda.
252

Cap. VI: El trabajo del sueño


A. El trabajo de condensación
Lo primero que muestra […] la comparación entre contenido y
pensamientos del sueño es que aquí se cumplió un vasto trabajo de
condensación. El sueño es escueto, pobre, lacónico, si se lo compara con
la extensión y la riqueza de los pensamientos oníricos.
287
B. El trabajo de desplazamiento
[…] un colega me envió un ensayo del que era autor […] trataba el asunto
con expresiones hiperbólicas; la noche siguiente soñé con una frase que
sin duda se refería a ese tratado: Es un estilo verdaderamente “norekdal”.
[…] el engendro se me separó en los dos nombres de Nora y Ekdal,
tomado de dos conocidos dramas de Ibsen. En un periódico había leído
yo antes un ensayo sobre Ibsen, del mismo autor cuya última obra
criticaba en el sueño.
303
[…] tuve un sueño compuesto de dos fragmentos diferentes. El primero es
la palabra Autodidasker […] Ahora bien, la neoformación “Autodidasker”
no solo tiene que cumplir el requisito de contener o subrogar un sentido
comprimido, sino que ese sentido tiene que compaginar bien con mi
designio […] Autodidasker se descompone con facilidad en autor,
autodidacta y Lasker […]
305-306
Las deformaciones léxicas del sueño se asemejan mucho a las que
conocemos en la paranoia, pero que tampoco faltan en la histeria y las
ideas obsesivas. Tanto para el sueño como para la psiconeurosis la fuente
común son los artificios verbales de los niños, que en ciertos períodos
tratan de hecho a las palabras como si fuesen objetos e inventan
lenguajes nuevos y formaciones sintácticas artificiales. El análisis de las

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formaciones léxicas carentes de sentido que aparecen en los sueños es


particularmente apto para mostrar la operación condensadora del trabajo
onírico
309-310
[…] en el trabajo onírico se exterioriza un poder psíquico que por una
parte despoja de su intensidad a los elementos de alto valor psíquico y
por otra procura a los de valor ínfimo nuevas valencias por la vía de la
sobredeterminación, haciendo que estos alcancen el contenido onírico.
[…] El proceso […] merece el nombre de desplazamiento onírico. El
desplazamiento y la condensación oníricos son los dos maestros
artesanos a cuya actividad podemos atribuir principalmente la
configuración del sueño.
313
C. Los medios de figurabilidad
[…] como conclusión provisional […] las relaciones lógicas entre los
pensamientos oníricos no encuentran en el sueño una figuración
particular.
319
[...] es fácil ver que se figuran con particular intensidad aquellos
elementos por los cuales se expresa el cumplimiento de deseo. […]
Máxima intensidad muestran aquellos elementos del sueño para cuya
formación se precisó del más vasto trabajo de condensación.
335
G. Sueños absurdos. Las operaciones intelectuales en el sueño.
Es así […] como he resuelto el problema del absurdo del sueño: los
pensamientos oníricos nunca son absurdos […] el trabajo onírico produce
sueños absurdos y sueños con elementos singulares absurdos cuando en
los pensamientos oníricos se les ofrecen la crítica, la ironía y el sarcasmo,
y él debe figurarlos en su forma de expresión.
443

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Cap. VII: Sobre la psicología de los procesos oníricos


A. El olvido de los sueños
Se nos pregunta si de todo sueño puede obtenerse interpretación, hemos
de responder por la negativa.
518
Aun en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un
lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí
arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan
desenredar, pero que tampoco han hecho contribuciones al contenido del
sueño. Entonces ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se
asienta en lo no conocido.
519
B. La regresión
[…] el sueño puede describirse también como el sustituto de la escena
infantil, alterado por transferencia a lo reciente. La escena infantil no
puede imponer su renovación; debe conformarse con regresar como el
sueño.
540
Entrevemos cuan acertadas son las palabras de Nietzsche: en el sueño
“sigue actuando una antiquísima veta de lo humano que ya no puede
alcanzarse por un camino directo” […]
542
E. El proceso primario y el proceso secundario. La represión
Es el hecho de la comprensión o condensación que vimos operar en el
trabajo onírico. Ella es la principal responsable de la impresión de
extrañeza que provoca el sueño, pues nada análogo conocemos en la
vida anímica normal y asequible a la conciencia. También en esta
tenemos representaciones que en calidad de puntos modales o de
resultados finales de cadenas íntegras de pensamientos poseen una gran
significatividad {Bedeutung} psíquica, pero esta valencia suya no se
exterioriza en un carácter sensorialmente patente para la percepción
interna; lo representado de ninguna manera se vuelve más intenso. En el

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proceso de la condensación todo nexo psíquico se traspone a la


intensidad del contenido de la representación.
584-585

(1901) Psicopatología de la vida cotidiana, t. VI


La operación fallida adquiere una función útil.
26
El nombre sustraído ha rozado en mi interior un “complejo personal”.
29
En mi libro La interpretación de los sueños he puesto de relieve el papel
que desempeña el trabajo de condensación en la génesis del contenido
manifiesto del sueño a partir de los pensamientos oníricos latentes. […]
La formación de sustituciones y contaminaciones en el trastrabarse es
pues un esbozo de aquel trabajo condensador al que hallamos como
diligente constructor del sueño. […] ciertos casos de permutaciones de
palabras, aquellos en los cuales una palabra se sustituye por su contraria
en el orden del sentido- tienen una particular significatividad práctica.
62
Rank ha prestado atención también a los muy interesantes vínculos entre
“operación fallida y sueño”, vínculos que es imposible seguir sin un
detallado análisis del sueño que se anuda a la operación fallida.
231
El mecanismo de las acciones fallidas y casuales […] exhibe, en los
puntos esenciales, una coincidencia con el mecanismo de la formación de
los sueños. […] Y de esta coincidencia cabe extraer una importante
conclusión: No es lícito reconducir al estado del dormir de la vida anímica
los peculiares modos de trabajo cuya operación más llamativa
discernimos en el contenido del sueño, puesto que en las acciones
fallidas poseemos tan abundantes testimonios de su acción eficaz durante
la vida despierta.
269

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(1901) Fragmento de análisis de un caso de histeria, t. VII


Originariamente el trabajo llevaba por título “Sueños e histeria”, que me
parecía muy apto para mostrar como la interpretación de los sueños se
entreteje en el historial de un tratamiento y como con su ayuda pueden
llenarse las amnesias y esclarecerse los síntomas. […] Debo aseverar
que la profundización en los problemas del sueño es una condición previa
indispensable para comprender los procesos psíquicos que ocurren en la
histeria y en las otras psiconeurosis.
10
I. El cuadro clínico
[…] querría dar un ejemplo del único uso práctico que el arte de
interpretar sueños parece admitir.
15
II. El primer sueño
[…] en interés del tratamiento era lícito tomar en cuenta la posibilidad de
que este sueño se entretejiera en la urdimbre del análisis. Me resolví a
investigarlo con particular cuidado.
57
Sólo el deseo inconsciente […] tiene la virtud de formar un sueño. […]
tiene particular interés para mí demostrar que las excepciones aparentes,
como el presente sueño de Dora […] no hacen sino corroborar una y otra
vez la regla impugnada […]
60-61
[…] a partir del análisis de este sueño hemos tenido acceso a detalles de
eficacia patógena que de otro modo no habrían sido asequibles al
recuerdo.
77
Es un triunfo singular que se logre mudar una situación reciente,
justamente la que ocasionó el sueño, en una situación infantil. En nuestro
caso ello se consigue gracias a una contingencia del material, […] en esta
contingencia y en el opuesto a “mojadura” se apoya la situación escogida
de la imagen onírica.
78

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¿Debe suponerse que este sueño tuvo en L. exactamente el mismo


contenido que en su repetición durante la cura?
81
III. El segundo sueño
Pocas semanas después del primer sueño sobrevino el segundo, con
cuya solución terminó el análisis. No se lo puede hacer tan transparente
como al primero. No obstante, aportó una deseada corroboración a una
hipótesis que necesariamente habíamos debido formular acerca del
estado anímico de la paciente, llenó una laguna de su memoria y permitió
obtener una profunda visión de la génesis de otro de sus síntomas.
83

(1903) Colaboraciones para la Neue Freie Presse, t. VII


Reseña de John Bigelow, The Mystery of Sleep.
Resolver el secreto del dormir debería estar reservado a la ciencia;
empero, el piadoso autor opera con argumentos bíblicos y razonamientos
teológicos de esta índole: Sería una idea indigna de la Providencia divina
permitir que los seres humanos se pasaran la tercera parte de su vida en
un estado de inactividad espiritual; y esto no ocurre, porque el dormir es
aquel estado en que el influjo divino consigue afectar la vida anímica de la
manera más libre y eficaz. Ahora bien, aunque desestimamos toda la
argumentación del autor, no omitiremos destacar el núcleo de verdad
contenido en su aseveración. También los estudios científicos sobre el
estado de la vida anímica durante el dormir nos obligan a desechar, por
insuficiente, la hipótesis hasta aquí sostenida, a saber, que el sueño
suprime el juego de las actividades espirituales, salvo una mínima parte.
Los importantes procesos de la actividad espiritual —y aun de
pensamiento— inconsciente se continúan incluso en el estado del dormir
profundo, según lo prueba el esclarecimiento de los sueños tal como lo ha
proporcionado quien esto escribe. Tal actividad anímica inconsciente
podría llamarse «demoníaca», pero nunca «divina».
230

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(1905) Tres ensayos de teoría sexual, t. VII


5. El hallazgo de objeto
[Nota 28, agregada en 1920]: Las fantasías del período de la pubertad
prosiguen la investigación sexual abandonada en la infancia […] Tienen
gran importancia para la génesis de diversos síntomas […] De igual
modo, son los moldes de las fantasías nocturnas que devienen concientes
en calidad de sueños.
206

(1905) El chiste y su relación con lo inconsciente, t. VIII


VI. El vínculo del chiste con el sueño y lo inconsciente.
[…] Los procesos de condensación con formación sustitutiva o sin ella, de
desplazamiento, de figuración por un contrasentido y por lo contrario, de
figuración indirecta, etc. que según hallamos cooperaban en la producción
del chiste, muestran muy amplias coincidencias con los procesos del
“trabajo del sueño” [….] A efectos de compararlo con el chiste, repetiré
aquí en apretada síntesis lo más indispensable acerca del sueño y del
trabajo del sueño.
153
Hay en cambio otra pieza del trabajo del sueño que no podemos derivar
de la regresión, de la mudanza retrocedente en imágenes sensoriales, es
justamente aquella que más valiosa nos resulta para la analogía con la
formación del chiste […] el “esfuerzo de juntura” o condensación […] en el
trabajo del sueño son creadas nuevas relaciones de comunidad,
artificiales y pasajeras, y a ese fin se aprovechan de preferencia palabras
en cuya fonética coinciden varios significados.[…] la segunda gran
alteración operada por el trabajo del sueño […] he llamado
desplazamiento (descentramiento) del sueño.
157
La brevedad del chiste sería entonces, como la del sueño, […] un
resultado del proceso condensador.
162

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Sabemos que en el trabajo del sueño los desplazamientos señalan la


injerencia de la censura […] Pero en la manera que el chiste resuelve esta
tarea se muestra una honda diferencia entre chiste y sueño. […] Muy
llamativa y característica del trabajo del sueño es la sustitución de las
asociaciones internas (semejanza, nexo causal) por asociaciones
externas (simultaneidad, contigüidad en el espacio, homofonía) […] el
chiste no crea compromisos como el sueño.
165
A la figuración por lo contrario le cabe en el trabajo del sueño un papel
todavía más importante que en el chiste […] ello plantea una gran
dificultad al trabajo de interpretación.
167
El sueño sirve predominantemente al ahorro de displacer; el chiste a la
ganancia de placer; ahora bien, en estas dos metas coinciden todas
nuestras actividades anímicas.
172

(1906) El delirio y los sueños en la Gradiva de W. Jensen, t.


IX
Otra regla reza: cuando tras un sueño la creencia en la realidad de las
imágenes oníricas dura un tiempo insólitamente largo, de suerte que uno
no puede desasirse del sueño, ello no constituye un espejismo del juicio
provocado por la vivacidad de aquellas imágenes, sino que es un acto
psíquico por si, un aseguramiento referido al contenido del sueño, de que
algo en él es en la realidad tal y como se lo soñó; y entonces se obrará
con acierto dando crédito a esa seguridad.
48
[…] no caer en el error de derivar la angustia que uno siente en un sueño
del contenido de este; no tratar el contenido del sueño como un contenido
de representación de la vida despierta.
51

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(1908) Apreciaciones generales sobre el ataque histérico, t.


IX
A menudo un sueño sustituye a un ataque, y con frecuencia todavía
mayor lo ilustra, pues idéntica fantasía alcanza una expresión diversa en
el sueño y en el ataque.
207

(1909) A propósito de un caso de neurosis obsesiva, t. X


En primer lugar, uno hace la experiencia de que los sueños pueden
brindar el genuino texto de un mandamiento obsesivo, etc. […] Estos
textos afloran en los sueños como dichos, contrariando la regla de que
unos dichos en el sueño provienen de los dichos diurnos.
175
Sus dichos oníricos no necesariamente se refieren a dichos reales; las
ideas inconscientes como voces interiores, tienen el valor de dichos
reales que él solo escucha en sueños.
214

(1910) Sobre el sentido antitético de las palabras


primitivas, t. XI
En la concordancia entre esa peculiaridad del trabajo del sueño
destacada al comienzo por nosotros y la práctica descubierta por el
lingüista en las lenguas más antiguas tendríamos derecho a ver una
confirmación de nuestra concepción acerca del carácter regresivo,
arcaico, de la expresión de los pensamientos en el sueño. Y a nosotros,
los psiquiatras, se nos impone como una conjetura insoslayable que
comprenderíamos mejor el lenguaje del sueño, y lo traduciríamos con
mayor facilidad, si supiéramos más acerca del desarrollo del lenguaje.
152-153

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(1911) El uso de la interpretación de los sueños en el


psicoanálisis, t. XII
El problema que hoy me propongo tratar no es el de la técnica de la
interpretación de los sueños […], sino sólo el uso que en el tratamiento
psicoanalítico de enfermos es preciso dar a ese arte interpretativo. […]
Quien aborde el tratamiento analítico partiendo de la interpretación de
sueños retendrá su interés por el contenido de estos y entonces querrá
obtener la interpretación más completa posible de cada sueño que el
enfermo le cuente. Sin embargo, pronto notará que se mueve en unas
constelaciones sumamente diversas, y que si quiere llevar a cabo su
designio entra en colisión con las tareas más inmediatas de la terapia. […]
¿Qué hacer con la interpretación de sueños dentro del análisis?
87
Así, el mejor camino para completar la interpretación de un sueño
consistirá en dejarlo para consagrarse al nuevo sueño, que retoma el
mismo material en una forma quizá más accesible.
90
Abogo, pues, por que en el tratamiento analítico la interpretación de
sueños no se cultive como un arte autónomo, sino que su manejo se
someta a las reglas técnicas que en general gobiernan la ejecución de la
cura.
90
Mientras más haya aprendido el paciente sobre la práctica de la
interpretación de sueños, tanto más oscuros se volverán, por lo común,
sus sueños ulteriores. Todo saber adquirido sobre el sueño sirve también
a la formación de sueños como una advertencia.
91

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(1913) Un sueño como pieza probatoria, t. XII


Como perturbadores del dormir y formadores de sueños podrían funcionar
los llamados «restos diurnos», unos procesos de pensamiento del día del
sueño, investidos de afecto, que han ofrecido alguna resistencia a la
degradación general del dormir.
28

(1913) El interés por el psicoanálisis, t. XIII


I. El interés psicológico
La investigación médica declara al sueño un fenómeno puramente
somático carente de sentido y de significado, ve en él la exteriorización de
reacciones del órgano del alma, sumergido en el estado del dormir, ante
unos estímulos corporales que le imponen un parcial despertar. El
psicoanálisis eleva al sueño a la condición de un acto psíquico que posee
sentido, propósito y un puesto dentro de la vida anímica del individuo, y al
hacerlo se sitúa por encima de la ajenidad, la incoherencia y lo absurdo
del sueño. Los estímulos corporales desempeñan en él sólo el papel de
unos materiales que son procesados por la formación del sueño. No hay
acuerdo posible entre estas dos concepciones sobre el sueño.
173
La función del trabajo del sueño es siempre y únicamente preservar el
dormir. «El sueño es el guardián del dormir». En cuanto a los
pensamientos oníricos, pueden entrar al servicio de las más diversas
funciones anímicas.
175
II. El interés del psicoanálisis para las ciencias no psicológicas
A. El interés para la ciencia del lenguaje
Si reparamos en que los medios figurativos del sueño son principalmente
imágenes visuales, y no palabras, nos parecerá mucho más adecuado
comparar al sueño con un sistema de escritura que con una lengua.
180

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(1914) Contribución a la historia del movimiento


psicoanalítico, t. XIV
El sueño no es más que una forma del pensar; y la comprensión de esa
forma jamás podrá lograrse desde el contenido de sus pensamientos: la
apreciación del trabajo del sueño, exclusivamente, lleva a ella.
63

(1915) Complemento metapsicológico a la doctrina de los


sueños, t. XIV
Un sueño es para nosotros indicio de que ocurrió algo que quiso perturbar
al dormir, y nos permite inteligir el modo en que pudo efectuarse la
defensa contra esa perturbación. Al final el durmiente soñó y pudo seguir
durmiendo; en lugar del reclamo interno que quería ocuparlo, sobrevino
una vivencia externa cuyo reclamo fue tramitado.
222

(1915-17) Conferencias de introducción al psicoanálisis, t.


XV-XVI
5ª conferencia: Dificultades y primeras aproximaciones
[…] que el sueño sea algo nimio. […] que el talante con que despertamos
de un sueño puede proseguir durante todo el día”
77
Interpretar significa hallar un sentido oculto. […] ciertos estímulos
corporales sobrevenidos mientras se duerme.
78-79
Si eso es el dormir, […] entonces el sueño parece un intruso inoportuno.
80
[…] Actúan sobre ella estímulos frente a los cuales tiene que reaccionar.
Detectamos aquí una vía de acceso a la comprensión del sueño. […]
Parte de la dificultad con que tropezamos para contar el sueño proviene
de la necesidad de traducir las imágenes en palabras.
81

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En suma, este pedacito de actividad anímica nocturna dispone de un


repertorio gigantesco […] puede seguir creando todo lo que el alma crea
durante el día, pero nunca es lo mismo. […] Renunciemos
provisionalmente al “sentido” de los sueños.
82-83
Entonces aquí vemos producirse un sueño, […] interpreta el estímulo que
pone fin al dormir, pero en cada caso lo interpreta de forma diversa. […] Y,
aún tengan en cuenta que los sueños de despertar (Wecktraum) son los
que ofrecen las mejores posibilidades de comprobar la influencia de los
estímulos externos, perturbadores del dormir.
84-85
El sueño no devuelve simplemente el estímulo, sino que lo procesa, alude
a él, lo inserta dentro de una concatenación, lo sustituye por algo diverso.
Es un aspecto del trabajo del sueño.
87
Únicamente que hallamos en ellos repeticiones de la vida diurna o
anudamientos (Anknüpftung) con ella. […] nuestro lenguaje, entonces,
conoce algo que extrañamente llama “sueños diurnos” (Tagtraum) […]
Marchan, por así decir, junto con la época, y de ella reciben un “sello
fechador” que atestigua la influencia de la situación nueva.
88-89

6ª conferencia: Premisas y técnica de la interpretación


[…] es muy posible que el soñante a pesar de todo sepa lo que su sueño
significa, sólo que no sabe que lo sabe y por eso cree que no lo sabe.
92
Un sueño se diferencia […] por la multiplicidad de sus elementos.
96
Cuando exhorto a alguien a decir lo que se le ocurre […], le estoy
pidiendo que se abandone a la asociación libre, reteniendo una
representación de partida.
97

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En el sueño, la palabra-estímulo es sustituida por algo que a su vez


proviene de la vida anímica del soñante, de fuentes para él desconocidas.
100
[…] volver accesible lo genuino retenido mediante asociaciones anudadas
a partir de un sustituto.
101

7ª conferencia: Contenido manifiesto del sueño y pensamientos


oníricos latentes
Si transferimos nuestra concepción del elemento singular a todo sueño
[…] la tarea de la interpretación del sueño consiste en hallar eso
inconsciente.
103
Si en la interpretación de los sueños uno no está solo, si uno hace
interpretar su sueño por otro, entonces advertirá […] que juega en favor
de esta selección no permitida.
104
De un producto psíquico vasto y complicado, incluido en los pensamientos
oníricos inconscientes, un pequeño trozo ha llegado hasta el sueño
manifiesto, como un fragmento de aquel […] El trabajo de la interpretación
tiene que completar, […] esos jirones.
109

8ª conferencia: Sueños de niños


En estos sueños de niños podemos conseguir con mayor facilidad y
certeza, informaciones sobre la esencia del sueño, […] universalmente
válidas.
115
[…] estos sueños de niños no carecen de sentido; son actos anímicos de
pleno derecho, comprensibles.
116
Por lo tanto la desfiguración onírica no pertenece a la esencia del sueño.
[…] El sueño brinda el cumplimiento directo, no disfrazado, de ese deseo

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[…] ¿Porqué hemos olvidado desde el comienzo que además de los


corporales, hay estímulos anímicos perturbadores del dormir?
117
El sueño en cuanto reacción frente a un estímulo psíquico tiene que tener
el valor de una tramitación de este […] el sueño no es el perturbador del
dormir […] sino el guardián del dormir, el que elimina las perturbaciones
de este. […] es que el sueño no expresa simplemente un pensamiento, si
no que figura ese deseo como cumplido en cuanto vivencia alucinatoria.
118
El sueño es también, el resultado de un compromiso […] vivenciamos la
cancelación de un deseo, satisfacemos un deseo, pero seguimos
durmiendo.
119
Como la pulsión sexual tiene la propiedad de ser en cierto grado menos
dependiente de su objeto que el hambre y la sed, la satisfacción dentro de
un sueño de polución puede ser real.
122
Por lo demás, todos los sueños de necesidad de adultos suelen contener
[…] otra cosa que proviene de fuentes de estímulo puramente psíquicas y
que […] requiere de interpretación.
123
Sin duda tienen que ser interpretados, o sea, traducidos.
124

9ª conferencia: La censura onírica


Podemos decir también que la desfiguración onírica es la obra del trabajo
del sueño. Queremos describir el trabajo del sueño y reconducirlo a las
fuerzas que en él operan.
125
Precisamente ahí […] en el sueño manifiesto hallamos un murmullo no
nítido, algo se ha perdido o fue sofocado.
127

23 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

Omisión, modificación, reagrupamiento del material son, por tanto, los


efectos de la censura onírica y los medios de la desfiguración del sueño.
128
La resistencia a la interpretación es sólo la objetivación de la censura
onírica. Nos prueba también que la fuerza de la censura no quedó
agotada cuando produjo la desfiguración del sueño.
129-130
Así lo inconsciente adquiere para nosotros un nuevo sentido; el “por el
momento” se esfuma: […] puede significar permanentemente inconsciente
y no solo “latente por el momento”.
135

10ª conferencia: El simbolismo en el sueño.


De tal manera, uno tiene la tentación de interpretar los elementos oníricos
“mudos” […] Llamamos simbólica a una relación constante de esa índole
entre un elemento onírico y su traducción, y al elemento onírico mismo, un
símbolo del pensamiento onírico inconsciente.
137
Pero es fácil suponer que a la censura onírica le resulta cómodo servirse
del simbolismo, puesto que le procura el mismo objetivo: la ajenidad y el
carácter incomprensible del sueño.
154

11ª conferencia: El trabajo del sueño


El trabajo de interpretación quiere cancelar el trabajo del sueño.
155
[…] el sueño aparece centrado diversamente y como algo extraño.
158
[…] solo el sentido puede decidir sobre la traducción que ha de
escogerse. Con esto se relaciona el hecho que en el sueño no hallamos
una figuración del “no”, al menos unívoca.
163

24 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

Por consiguiente el trabajo del sueño aplica a los pensamientos un trabajo


regresivo, les hace revertir su evolución.
165
El trabajo onírico es un proceso de índole sumamente singular.
167

13ª conferencia: Rasgos arcaicos e infantilismo del sueño


[…] con tal que se percaten de que no estamos tomando en cuenta la
literalidad del sueño, sino su sentido tras la interpretación.
185
La regresión del trabajo onírico no es sólo formal {formal}, sino material
{materiell}.
193

14ª conferencia: El cumplimiento de deseo


[…] el trabajo del sueño consiste esencialmente en la transposición de
pensamientos a una vivencia alucinatoria.
195
La angustia desarrollada ha ocupado el lugar de la censura […] al sueño
de angustia sólo le conviene esta fórmula: es el cumplimiento franco de
un deseo reprimido.
197
También el guardián nocturno se ve en la coyuntura de despertar al
durmiente, a saber, cuando se siente demasiado débil para ahuyentar por
si solo la perturbación o el peligro.
199
[...] la más de las veces el empeño apunta exclusivamente a volver a
descomponer la forma del sueño y a insertar en su lugar dentro de la
trama los pensamientos latentes de los que el sueño ha nacido.
204

25 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

15ª conferencia: Incertezas y críticas


Una lengua antiquísima, pero que todavía hablan y escriben 400 millones
de personas, es la china. […] esperaba hallar analogías con las
imprecisiones del sueño. […] en esta lengua la gramática es casi
inexistente […] Esa lengua consiste por así decir, sólo en la materia
prima, y en ello se asemeja a la manera en que nuestro lenguaje
conceptual es reducido por el trabajo del sueño a su materia prima, a
saber, omitiendo expresar sus relaciones.
211
Ahora tenemos que confesar sin ambages que para el sistema expresivo
del sueño las cosas son mucho mas desfavorables que para todas esas
viejas lenguas y escrituras. En efecto, en el fondo ellas están, a pesar de
todo, destinadas a la comunicación, vale decir, calculadas para que se las
comprenda, cualesquiera que sean los caminos y los recursos. Este
carácter, precisamente, le falta al sueño. El sueño no quiere decir nada a
nadie; no es un vehículo de la comunicación; al contrario, se empeña en
permanecer incomprendido.
212
El mecanismo del trabajo del sueño y el del deseo onírico inconsciente
están sustraídos a cualquier influencia ajena.
218

21ª conferencia: Desarrollo libidinal y organizaciones sexuales


Son unas colocaciones (unterbringung) de la libido y unas investiduras de
objeto de la primera infancia […] las que durante la noche demuestran
estar aun presentes y ser capaces de operar en cierto sentido.
308

23ª conferencia: Los caminos de la formación de síntoma


El sueño genuino, el que quedó listo en el inconsciente de deseo, entra en
una transacción con un fragmento de actividad (pre)consciente.
327

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

26ª conferencia: La teoría de la libido y el narcisismo


Hallamos que lo que se exterioriza en el sueño en calidad de actividad
anímica nocturna está al servicio de un deseo del dormir y es gobernado
además, por motivos totalmente egoístas.
379

(1918) De la historia de una neurosis infantil (el “Hombre de


los Lobos”), t. XVII
Ahora bien, el suceso que permite esta separación no fue un trauma
externo, sino un sueño del que despertó con angustia.
28
[…] pero sólo en los últimos meses de la cura logró comprenderlo del
todo.
32
Nos asegura que dentro del material latente del sueño hay algo que
reclama realidad.
33
Seguiremos solo aquel afecto que el sueño expresa.
42
Es que el soñar es también un recordar, si bien sometido a las
condiciones nocturnas y de la formación del sueño.
50

(1920) Más allá del principio del placer, t. XVIII


Ahora bien, la vida onírica de la neurosis traumática muestra ese carácter:
reconduce al enfermo, una y otra vez a la situación de su accidente, de la
cual despierta con renovado terror.
13
Si en la neurosis traumática los sueños reconducen tan regularmente al
enfermo a la situación en que sufrió el accidente, es palmario que no
están al servicio del cumplimento de deseo, […] tampoco los sueños que
se presentan en los psicoanálisis, y que nos devuelven el recuerdo de los
traumas psíquicos de la infancia. […] ¿No son posibles aun fuera del

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

análisis sueños de esta índole, que en interés de la ligazón psíquica de


impresiones traumáticas obedecen a la compulsión de repetición? Ha de
responderse enteramente por la afirmativa.
31-32

(1920) Sobre la génesis de un caso de homosexualidad


femenina, t. XVIII
Puesto sobre aviso por alguna ligera impresión, le declaré un día que no
daba fe a estos sueños, que eran mendaces o hipócritas y ella tenía el
propósito de engañarme como solía engañar al padre.
158

(1922) Observaciones sobre la teoría y la práctica de la


interpretación de los sueños, t. XIX
Muy bien podría ser que dentro de un psicoanálisis los sueños
consiguieran traer a la luz lo reprimido en medida mayor que fuera de esa
situación. Pero no es posible demostrarlo, pues las dos situaciones no
son comparables; originariamente, es por completo ajeno al sueño el
propósito de cobrar valor dentro del análisis. En cambio, es indudable que
dentro de un análisis se saca a la luz mucho más de lo reprimido
aprovechando los sueños que con ayuda de los otros métodos; es preciso
que haya un motor de ese plus- rendimiento, un poder inconsciente que
durante el estado del dormir esté en mejor situación que de ordinario para
apoyar los propósitos del análisis.
119
Hasta donde yo lo veo ahora, los sueños que sobrevienen en la neurosis
traumática constituyen la única excepción efectiva a la tendencia del
sueño a cumplir un deseo; y los sueños punitorios, la única excepción
aparente.
120

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

(1925) Algunas notas adicionales a la interpretación de los


sueños en su conjunto, t. XIX
A. Los límites de la interpretabilidad
Nadie puede practicar la interpretación de sueños como actividad aislada;
ella es siempre una pieza del trabajo analítico.
130

(1925) Presentación autobiográfica t. XX


[el análisis] También saca partido de la circunstancia de que el sueño
tiene acceso al material olvidado de la vida infantil, de suerte que la
amnesia infantil es superada las más de las veces a raíz de la
interpretación de sueños. El sueño desempeña en este punto una parte
de la tarea que antes se encomendaba a la hipnosis.
43

(1929) Carta a M. Leroy sobre un sueño de Descartes, t. XXI


Sin embargo, todavía entonces restan algunas partes del sueño con
respecto a las cuales el soñante no sabe que decir: son, precisamente,
las que pertenecen a lo inconsciente, y en muchos aspectos las de mayor
interés. En el caso más favorable, uno explica eso inconsciente
apoyándose en las ideas que el soñante ha aportado.
201

(1932-33) Nuevas conferencias de introducción al


psicoanálisis, t. XXII
29ª Conferencia: Revisión de la doctrina de los sueños
[…] Ciertas formulas se han vuelto consabidas; entre ellas, algunas que
nosotros nunca sustentamos, como la tesis de que todos los sueños son
de naturaleza sexual. Pero justamente cosas tan importantes como el
distingo básico entre contenido manifiesto del sueño y pensamientos
oníricos latentes, la intelección de que los sueños de angustia no
contradicen la función del sueño como cumplimiento de deseo, la

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

imposibilidad de interpretar el sueño cuando no se dispone de las


respectivas asociaciones del soñante, y, particularmente, el
discernimiento de que lo esencial en él, es el trabajo del sueño, todo eso
parece aun tan ajeno a la conciencia general como lo era treinta años
antes.
8
[…] el sueño no es en sí una manifestación social, un medio para
entenderse. En efecto, no comprendemos lo que el soñante quiso
decirnos, y tampoco él mismo lo sabe mejor. Ahora debemos tomar
rápidamente una decisión: O bien el sueño es, como nos lo aseguran los
médicos no analistas, un indicio de que el soñante ha dormido mal y de
que no todas las partes de su cerebro se han entregado al reposo en igual
medida […] y, si así fuera […] carente de todo valor psíquico […] o bien…,
caemos en la cuenta que desde el comienzo nuestra decisión fue otra.
Adoptamos la premisa -admito que totalmente arbitraria-, formulamos el
postulado de que también ese sueño incomprensible tiene que ser un acto
psíquico de pleno derecho […] Si conseguimos trasmudar el sueño en
una exteriorización así, provista de valor, es evidente que tendremos
perspectiva de averiguar algo nuevo […] que de otro modo habrían
permanecido inaccesibles para nosotros.
9
Esta vez no emprendo el camino de una exposición genética, sino
dogmática […] introduciendo dos nuevos conceptos, dos nuevos
nombres. A lo que se ha denominado sueño” lo llamamos texto del sueño
o sueño manifiesto, y a lo que buscamos y a lo que por así decir
conjeturamos tras el sueño, pensamientos oníricos latentes.
9-10

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

[…] el trabajo de la interpretación del sueño se realiza contra una


resistencia cuya magnitud varía desde lo imperceptible hasta lo
insuperable […] En el curso del trabajo, es imposible pasar por alto las
exteriorizaciones de esa resistencia […] Con derecho consideramos más
intensa la resistencia cuanto más larga y sinuosa es la cadena de
asociaciones. También en el olvido de los sueños registramos esa misma
influencia.
13
[…] la resistencia es para nosotros el indicio mas seguro de un conflicto
[…] Los casos mas frecuentes -y los más característicos para la formación
de los sueños- son aquellos en que el conflicto desemboco en un
compromiso.
14
[…] la resistencia a la interpretación del sueño, indicio de la censura
onírica, no es más que la resistencia de represión (de desalojo) […] el
sueño es un producto patológico, el primer eslabón de la serie que incluye
al síntoma histérico, la representación obsesiva, la idea delirante, pero
que se distingue de los demás por su carácter pasajero […]
15
El proceso del trabajo del sueño es entones algo enteramente nuevo, y
ajeno; nada semejante a él se nos había hecho notorio antes. […] y el
valor de estos hallazgos es realzado, además, por el descubrimiento de
que en la formación de los síntomas neuróticos actúan los mismos
mecanismos […] que mudaron los pensamientos oníricos latentes en el
sueño manifiesto.
17

[…] otras alteraciones emprendidas con los elementos de los


pensamientos oníricos van mucho mas allá. Algunos entre los que pueda
descubrirse un punto de contacto son condensados en nuevas unidades.
En la transposición de los pensamientos en imágenes, se prefieren de
manera inequívoca aquellos que admitan una reunión, una condensación
de esa índole […] Todavía mas asombroso es el otro proceso, el del

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

desplazamiento o trasferencia del acento, que en el pensar consciente es


notorio solo como falacia o como recurso del chiste.
19
[…] el sueño es el intento de realización de un cumplimiento de deseo. Y
para nadie capaz de adentrarse en la dinámica psíquica habrán dicho
algo diferente […] Bajo determinadas circunstancias, el sueño sólo puede
imponer su propósito de manera muy incompleta o debe resignarlo del
todo; la fijación inconsciente a un trauma parece contarse entre los
principales de esos impedimentos de la función del sueño. Al par que el
durmiente se ve precisado a soñar porque el relajamiento de la represión
permite que se vuelva activa la pulsión aflorante de la fijación traumática,
falla la operación de su trabajo del sueño, que preferiría trasmudar las
huellas mnémicas del episodio traumático en un cumplimiento de deseo.
En tales circunstancias acontece que uno se vuelva insomne, que
renuncie a dormir frente a los fracasos de la función del sueño. Pues bien;
la neurosis traumática nos muestra un caso extremo de ello, pero es
preciso conceder carácter traumático también a las vivencias infantiles, y
no hará falta asombrarse si se producen perturbaciones menores de la
operación onírica también bajo otras condiciones.
27-28

32ª Conferencia: Angustia y vida pulsional


Nos ha llamado la atención que las vivencias olvidadas y reprimidas de la
primera infancia se reproduzcan en el curso del trabajo analítico en
sueños y reacciones, en particular las de la trasferencia, y ello no
obstante que su despertar contraríe el interés del principio de placer; y
nos hemos dado la explicación de que en estos casos una compulsión de
repetición se impone incluso más allá del principio de placer.
99

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

(1937) Análisis terminable e interminable, t. XXIII


La prueba irrefutable de ello la proporciona ya el sueño nocturno, que
frente al acomodamiento del yo para dormir reacciona con el despertar de
las exigencias pulsionales.
229

(1938) Esquema del psicoanálisis, t. XXIII


Parte I
IV. Cualidades psíquicas
[…] es menester un dispositivo particular que diferencie entre ambas
posibilidades, el llamado examen de realidad: La equiparación
percepción=realidad objetiva (mundo exterior) se ha vuelto cuestionable.
Errores que ahora se producen con facilidad, y de manera regular en el
sueño, reciben el nombre de alucinación.
160
V. Un ejemplo: La interpretación de los sueños
[…] solo con ayuda de las asociaciones que el soñante mismo brinde para
los elementos del contenido manifiesto. Cualquier otro procedimiento será
arbitrario y no proporcionara seguridad alguna. Pues bien, las
asociaciones del soñante traen a la luz los eslabones intermedios que
insertamos en las lagunas entre ambos [el contenido manifiesto y el
latente] y con cuyo auxilio restablecemos el contenido latente del sueño,
podemos “interpretar” el sueño. No es asombroso que en ocasiones este
trabajo de interpretación, contrapuesto al trabajo del sueño, no alcance la
certeza plena.
167
[…] todo sueño en tren de formación eleva al yo, con el auxilio de lo
inconsciente, una demanda de satisfacer una pulsión. […] Esta sustitución
de la demanda por un cumplimiento de deseo constituye la operación
esencial del trabajo del sueño.
168
[…] los mecanismos inconscientes que hemos discernido merced al
estudio del trabajo del sueño […] permiten también inteligir las

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BIBLIO. / S. Freud - Obras completas

enigmáticas formaciones de síntoma en virtud de las cuales las neurosis y


psicosis reclaman nuestro interés.
169

Parte II. La tarea práctica


VI. La técnica psicoanalítica
El sueño es, pues, una psicosis, con todos los despropósitos, formaciones
delirantes y espejismos sensoriales que ella supone. Por cierto que una
psicosis de duración breve, inofensiva, hasta encargada de una función
útil: es introducida con la aquiescencia de la persona, y un acto de su
voluntad le pone termino. Pero es, con todo, una psicosis, y de ella
aprendemos que incluso una alteración tan profunda de la vida anímica
puede ser desechada, puede dejar sitio a la función normal. Así las cosas,
¿es osado esperar que haya de ser posible someter a nuestro influjo, y
aportar curación, a las enfermedades espontáneas de la vida anímica,
incluso las mas temidas?
173

Responsable: Marisa Chamizo

Coordinadores: Cynthia Barreiro Aguirre, Ana Cecilia González, Lucas


Leserre, Silvia Mizrahi, Silvia Pino, Catery Tato y Natacha Zarzoso

34 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

B / Correspondencias.

1. Correspondencia S. Freud - K. Abraham [1907-1926].


Barcelona. Gedisa, 1979.

K. Abraham, Zurich, 9-8-07


…el concepto de demencia precoz necesita urgentemente aclaración. ¡Se
está poco menos que jugando con este concepto en psiquiatría! Los unos
consideran a la paranoia (o la demencia preacox, o como quiera
llamársela) como un trastorno mental parcial, que afecta solo a ciertas
capacidades psíquicas; los otros denominan «demente» o imbécil a
cualquier idea delirante absurda, pero con el mismo derecho se podrían
caracterizar como imbéciles las mismas absurdidades, pero que sin
embargo tienen sentido, del sueño, y a cada hombre que sueña como
demente.
31

K. Abraham, Berlín, 8-1-08


Me gustaría saber si el primer sueño paradigmático en “La interpretación
de los sueños” (La inyección de Irma) ha sido deliberadamente
interpretado en forma incompleta. Encuentro que la trimetilamina lleva a la
parte más importante, a alusiones sexuales que en las últimas líneas se
tornan más claras cada vez. Todo apunta empero a la sospecha de
infección sifilítica en la paciente: la mancha en la boca=placa, infección, la
inyección con trimetilamina se dio descuidadamente, la jeringa sucia (¡!).
…Los sueños de volar. La fuente infantil me parece clara, pero creo haber
encontrado también una actual.
42-43

35 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Viena, 9-1-08


En los paradigmas, no se trata de sífilis. Detrás de ello está la
megalomanía sexual, las tres mujeres, Matilde, Sofía y Ana son las tres
madrinas de mis hijas, ¡y yo las tengo a todas! Para la viudez habría,
naturalmente, una terapia simple. Toda suerte de intimidades, por
supuesto. Los significados actuales de los sueños de volar son muy
numerosos.
45

S. Freud, Berchtesgaden, 20-7-08


Permítame empero, hacerle la observación de que la elaboración
secundaria no está correctamente descripta, pero es fácil rectificarlo
siguiendo a La interpretación de los sueños. Se la reduce demasiado a la
última frase, la deformación en el momento de relatar, siendo así que lo
esencial es el centramiento falso de todo el contenido.
70

S. Freud, Viena, 14-2-13


El sueño infantil, que es tan interesante desde el punto de vista clínico, se
encuentra ya en la Redacción del Internationale Zeitschrift. El sueño de
deificación se mantendrá en reserva.
162

36 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Viena, 15-12-19


[…] Su contribución sobre la omnipotencia de las excretas me divirtió
mucho. Después de todo son realmente producciones, como los
pensamientos y los deseos. Al mismo tiempo leí algo sobre la
interpretación de los sueños en el nivel subjetivo y volví a tener una fuerte
impresión de hasta qué punto es una adición superflua a la comprensión
de los sueños. Por supuesto, se destruye al padre solo porque es el padre
“interior”, es decir tiene un significado para la propia vida psíquica…
330

Responsable: Ana Simonetti


Colaboradoras: Sonia Mankoff, Pia Liberati, Camila González Quiroga,
Silvia Perassi

37 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

2. Correspondencia S. Freud - S. Ferenczi [1908-1917].


Madrid. Síntesis, 1993.

S. Freud, Carta 99, 10-1-10, vol. I.1


Me pregunto si no tendrá además una razón secreta para compartir el
análisis de sus sueños conmigo, y pienso que la he encontrado. El sueño
tiene además que tener una relación conmigo, la cual, por cierto, se
revela también a usted en varios lugares. Es fácil para mí encontrar el
motivo por el que soy equiparado con su padre.
166

S. Freud, Carta 325, 2-10-12, vol I.2


[En relación a otros trabajos sobre el proceso del sueño, en el Congreso
de Zurich] [...] Maeder, olvida que el ensueño no es para nosotros más
que una forma de expresión peculiar, lo que concibe en el sentido popular,
y le atribuye las mas variadas funciones, que, naturalmente, forman parte
de los restos diurnos preconscientes y no aportan, por tanto, nada nuevo
ni aclaratorio. Como única función del ensueño queda la protección del
dormir. Por su parte Bleuler no pasa de una superficial distinción
descriptiva entre la conciencia y el inconsciente. Y a Adler ya lo
conocemos de sobra.
110

S. Freud, Carta 515, 11-11-14, vol II.1


[…] La primer reseña resulta, en general, brillante. Sin embargo, en la
segunda, sobre la interpretación de los sueños, hay varios aspectos que
no me gustan. Las diferencias no están resaltadas con suficiente claridad,
falta uno de los dos argumentos principales, en concreto, que lo que en
un sistema significa un temor, es en el otro, en el que dé cuenta, un
deseo.
70

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Carta 550, 10-7-15, vol II.1


[…] En la noche del 8 al 9 de este mes tuve sueño profético, que trataba
evidentemente de la muerte de mis hijos, en primer lugar de Martín. He
podido identificar claramente el mecanismo y el motivo del sueño; es un
arrogante desafío de los poderes ocultos, que sigue a la lectura de un
libro que me pedía – a mí expresarme- religiosidad. No había en el nada
de duelo, y espero saber defender mi postura contra todos los malos
espíritus.
110

S. Ferenczi, Carta 590, 17-1-16, vol II.1


[…] Después de una conversación con la señora G. sobre el tema de mi
fijación homosexual, tuve un pequeño sueño. Tenía un estuche de
cigarrillos muy pesado, de oro, en el bolsillo interior de mi saco. No estaba
completamente limpio, más bien sin brillo. Tenía una forma poco habitual,
estrangulado en el medio; me parece que durante el sueño me vino el
pensamiento (la duda): ¿se pueden meter cigarrillos en este estuche? Es
todo.
[…] el estuche en el bolsillo interior recuerda la conversación que acababa
de tener con la señora G., a quien había dicho, entre otras cosas: “hay
una mujer escondida en mí, y es solamente detrás de ella que se esconde
el hombre verdadero, en tanto que la tendencia aparentemente dominante
a la poligamia es una formación reactiva contra la homosexualidad”. El
estuche, de acuerdo a esta interpretación, sería la mujer en mí. […]
En este sueño, en suma, la pasividad, (regalo, tener un hijo) es el
cumplimiento de deseo, en oposición al “servicio activo cumplido durante
el matrimonio” (esta es una idea que me vino escribiendo).
Durante una noche de insomnio me vino otra idea: el estuche también
debía recibir una interpretación heterosexual y sádica. El estuche es tal
vez la mujer que yo quiero tener (inconscientemente), la impura, en
oposición con la superioridad de la señora G.
153

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Carta 591, 18-1-16, vol II.1


[leer la carta anterior referenciada] Sus interpretaciones son ciertamente
correctas, pero, les falta lo decisivo. Sin embargo, lo que es más
importante es la regla de que el análisis se ha de efectuar antes o
después de la acción, y nunca durante la acción, ya que en tal caso la
perturbaría, sobre todo cuando se trata de un autoanálisis, que tiene
pocas posibilidades de éxito. Actúe, por lo tanto, rápidamente y con
decisión, y prescinda de momento del análisis, o bien, considérelo como
una diversión sin influencia real.
154

S. Ferenczi, Carta 592, 24-1-16, vol II.1


[leer la carta anterior referenciada] En su última carta dice usted que no
descubrí lo decisivo en el sueño de la pitillera. Al leerla me equivoqué, leí:
“lo incisivo”; las asociaciones que esto provocó en mí desembocaron en
fantasías de parto y de castración.
156

S. Ferenczi, Carta 714, 18-11-17, vol II.2


Me desperté del siguiente sueño: estoy acostado en la cama. La Sra. G
está conmigo (vestida). De repente, entra mi hermano Max (uno de mis
difuntos hermanos mayores) y hace un movimiento de desaprobación con
la cabeza; entonces, la Sra. G en bata, con el pelo suelto, sale de la
habitación con un aire majestuoso. Vestía una bata gris con rayas
negruzcas. Max se sienta al borde de la cama y me demuestra, con el
lápiz en la mano, que tiene razón con su proceso (creí que se refería al
proceso que llevó realmente contra el ayuntamiento de Brassó…)
¡Esto es todo!
Debido a experiencias heteroanalíticas del pasado, tenía que interpretar la
posición sentada de mi hermano en el borde de la cama como Incubus y
suponer que habría prestado mi vientre al coito homosexual
materializado, manteniéndolo quieto.

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

Esto me convenció de la importancia de mi fijación al padre (de niño tuve


una serie de Incubi), y cuando se lo conté a la Sra. G, la libido, por lo
visto, contenida, se liberó y volvió a estar disponible para ella.
106

Responsable: Fernando Mo
Colaboradores: Micaela Parici, Belén Vigil, Lorena Beloso, Soledad
Arraes, Franco Masi, Cecilia Reig, Francisco Suárez.

41 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

3. Correspondencia S. Freud - W. Fliess [1887-1904].


Buenos Aires. Amorrortu, 1994.

S. Freud, Viena, Carta 55, 4-3-95


[…] no tengo nada que anexarte. A lo sumo, una pequeña analogía con la
psicosis onírica de Emma E., que hemos vivenciado. Rudi Kaufmann, un
sobrino muy inteligente de Breuer, también médico, es un dormilón y se
hace despertar por una servidora, a la que entonces obedece de muy
mala gana. Cierta mañana, ella torna a despertarlo y, como no quiere
oírla, lo llama por su nombre: “¡Señor Rudi!”. Tras eso, el durmiente
alucina un letrero de hospital (cf. Rudolfinerhaus) con el nombre: Rudolf
Kaufmann sobre él, y se dice: O sea que R. K. ya está en el hospital; no
necesita entonces encaminarse a él, y sigue durmiendo.
116

S. Freud, Viena, Carta 74, 23-9-95


Un sueño anteayer ha traído las más cómicas confirmaciones a la idea de
que el cumplimiento de deseo es el motivo del sueño.
144

S. Freud, Viena, Carta 125, 28-4-97


Esta noche tuve un sueño que se refería a ti. Era una noticia telegráfica
sobre tu lugar de residencia […] La figuración indica lo que aparecía
indistinto y lo que aparecía múltiple. Secerno era lo más distinto. Mi
sensación a todo esto, enfado por no haberte dirigido tú a adonde te
recomendé: Casa Kirsch.[…] Puesto que yo mismo sigo con dudas en la
cuestión del padre, se entiende mi susceptibilidad. El sueño compila
entonces el enfado contigo que existe inconscientemente en mí. […] La
interpretación completa sólo se me ocurrió después que una feliz

42 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

casualidad me aportó esta mañana una nueva confirmación de la etiología


paterna.
251-252

S. Freud, Viena, Carta 129, 31-5-97


No hace mucho tiempo soñé con sentimientos hipertiernos hacia Mathilde
pero ella se llamaba Hella, y después otra vez volví a ver «Hella» impreso
en negrita frente a mí. […] El sueño muestra desde luego mi deseo
cumplido de atrapar a un ‘pater’ como causante de la neurosis, y así pone
término a mis dudas que no cesan.
267

S. Freud, Viena, Manuscrito N [anexo de la carta 129]


El primer motivo de la formación de síntoma en el orden del tiempo es la
libido, por lo tanto el síntoma es un cumplimiento de deseo como el
sueño.
269

S. Freud, Viena, Carta 132, 7-7-97


[…] Un sueño interesante es aquel en que uno a medio vestir o
desvestido por completo se pasea con vergüenza y angustia entre gentes
extrañas. Curiosamente, la regla es que la gente no repara en ello, lo que
tenemos que agradecer al cumplimiento de deseo.
274

S. Freud, Viena, Carta 139, 21-9-97


[…] En esta conmoción de todos los valores sólo lo psicológico ha
permanecido incólume. El sueño se mantiene en pie con toda seguridad y
mis esbozos de trabajo metapsicológico no han hecho sino ganar aprecio.
Lástima que de interpretar sueños, ej., no se pueda vivir.
286

43 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Viena, Carta 141, 3-10-97


A mí me sucede exteriormente todavía muy poco, interiormente algo muy
interesante. Desde hace cuatro días, mi autoanálisis, que considero
indispensable para el esclarecimiento de todo el problema, ha proseguido
en sueños y me ha proporcionado los más valiosos puntos de apoyo y
aclaraciones.
288

S. Freud, Viena, Carta 142, 15-10-97


¿Crees tú que el hablar-dormidos los niños pertenece al soñar? Si lo
crees, puedo presentarte el más joven sueño de deseo: Annerl, 11-12
años. En Aussee dieta de un día por haber vomitado a la mañana, lo que
se atribuyó a un banquete de fresas. La noche que siguió profiere dormida
todo un menú. «Fresas, fresas silvestres, huevos, papilla». Puede que te
lo haya contado ya.
298

S. Freud, Viena, Carta 146, 14-11-97


[…] el estado final en que un monto de libido no puede abrirse paso como
de ordinario hasta la acción o hasta la traducción psíquica sino que se ve
precisado a establecerse en dirección regresiva (como en el sueño).
304

S. Freud, Viena, Carta 153, 16-1-98


[…] sueño e histeria armonizan de manera cada vez más fina.
320

S. Freud, Viena, Carta 160, 10-3-98


[…] Vislumbro la fórmula: lo que en la época prehistórica es visto da por
resultado el sueño, lo que en ella es oído, las fantasías, lo que en ella es
sexualmente vivenciado, las psiconeurosis. La repetición de lo vivenciado
en esta época sería en sí y por sí cumplimiento de deseo, entonces un
deseo reciente introduce al sueño sólo si puede coligarse con material

44 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

que provenga de ese período histórico, si el deseo reciente es un retoño


de uno prehistórico o se deja adoptar por este. Hasta dónde podré
confirmar esta teoría que va hasta lo último y hasta dónde tendré que
abandonarla ya en el libro de los sueños, todavía está sin decidir.
329

S. Freud, Viena, Carta 162, 24-3-98


Justamente estoy atascado en una de ellas [secciones del libro], que trata
de los estímulos somáticos del sueño. También se toca con esa ocasión el
sueño de angustia, sobre el cual arrojaré nueva luz en el último capítulo
«Sueño y neurosis». En la exposición que has leído se incluyen sin
embargo referencias.
333

S. Freud, Viena, Carta 188, 3-1-99


Solo quiero revelarte que el esquema del sueño es susceptible de una
aplicación la más universal, que en el sueño reside efectivamente también
la clave de la histeria. Ahora comprendo también por qué, en contra de
todo afán, no he concluido el sueño. Esperemos, pues.
370

S. Freud, Viena, Carta 192, 19-2-99


El último pensamiento general se ha sostenido y parece querer crecer
hasta lo inabarcable. No sólo el sueño es un cumplimiento de deseo,
también lo es el ataque histérico. El síntoma histérico lo es,
probablemente lo sea todo resultado neurótico, puesto que anteriormente
ya lo he discernido para la insania delirante aguda. Realidad -
cumplimiento de deseo, de estos opuestos brota nuestra vida psíquica.
Creo que ahora sé qué condición separa al sueño del síntoma, el cual
ciertamente se impone en la vida de vigilia. Al sueño le basta ser el
cumplimiento de deseo del pensamiento reprimido; es que él prescinde de
la realidad. En cambio el síntoma, en medio de la vida, tiene que ser
además otra cosa, también el cumplimiento de deseo del pensar represor.

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

Así, el sentido del síntoma es un par contradictorio de cumplimientos de


deseo.
377

S. Freud, Viena, Carta 207, 22-7-99


Se verá lo que trata la bibliografía, se incluirán algunas referencias de
detalle a esta, que sólo ahora he averiguado, se intercalarán nuevos
ejemplos de sueños como ilustración, lo que en total no es mucho.
Después se hará de nuevo el último capítulo, psicológico, la teoría del
deseo, que se convertirá en el eslabón unitivo con lo que sigue, algo de
hipótesis sobre el dormir, la rendición de cuentas sobre el sueño de
angustia, el entrelazamiento entre el deseo de dormir y lo sofocado.
397

S. Freud, Viena, Carta 213, 11-9-99


Con la psicología las cosas están así, que haré depender de tu juicio si he
de volver a retocarla o puedo atreverme en esa forma. A las cuestiones
del sueño como tales las considero inatacables. […] Que el soñante sea
demasiado ingenioso, sin duda es cierto, pero no me concierne ni
‘envuelve’ un reproche. Todos los soñantes son de igual modo
incurablemente ingeniosos, y lo son por necesidad, porque se encuentran
en el aprieto de tener cerrado el camino recto. Si te parece, intercalaré en
alguna parte una observación en ese sentido.
406-407

S. Freud, Viena, Carta 262, 30-1-01


«Sueño e histeria» no te decepcionará eventualmente. El principal asunto
en él sigue siendo lo psicológico, el aprovechamiento del sueño, algunas
particularidades de los pensamientos inconscientes. Sobre lo orgánico
sólo hay lamparazos, justamente sobre las zonas erógenas y la
bisexualidad. Pero se lo nombra y reconoce sólo para una exposición
circunstanciada en otra ocasión. Se trata de una histeria con tussis
nervosa y afonía que se reconducen al carácter de la chupeteadora, y en

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

las ' ilaciones de pensamiento' que se combaten desempeña el papel


principal la oposición entre una inclinación hacia el varón y una hacia la
mujer.
477

S. Freud, Viena, Carta 269, 4-6-01


El Dr. Von der Leyen de Munich me ha llamado la atención sobre un libro
de L. Laistner de 1889 «El enigma de la Esfinge», que sostiene con
mucha energía la reconducción de los mitos a sueños. De él leí ante todo
un atractivo prólogo, del resto me disuade la holgazanería; noto que no
sabe nada de lo de atrás del sueño, en cambio parece haber considerado
con acierto el sueño de angustia.
489

Responsable: Alberto Justo


Colaboradoras: Giselle Ringuelet y Cecilia Fasano


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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

4. Correspondencia S. Freud - C. G. Jung. [1906‐1923].


Madrid. Trotta, 2012.

C. G. Jung, Viena, Carta 9, 29-12-06


Ha encontrado usted certeramente los puntos débiles de mi análisis del
sueño. De hecho sé acerca del material del sueño y del pensamiento del
sueño mucho más de lo que he dicho. Conozco bien al soñador: soy yo
mismo. El fracaso con el matrimonio rico se refiere a algo esencial, que
está contenido indudablemente en el sueño, si bien de modo algo distinto
a como piensa usted. Mi mujer es rica. Debido a diversos motivos recibí
primeramente calabazas cuando la pretendí, pero más adelante me
aceptó y nos casamos. Soy feliz con mi mujer, en todos los aspectos (y no
solamente por optimismo), lo cual no impide naturalmente tales sueños.
No había un fracaso sexual, pero sí uno social. La explicación racional
encubridora, «la reserva sexual» es como digo.
51

S. Freud, Viena, Carta 11, 1-1-07


La carta mía, detenidamente redactada, la tuve, que interrumpir, en parte
por motivos accidentales y, en parte, porque la sospecha de quién era el
soñador, confirmada por usted, hizo que me detuviese. Creo que, sin auto
denunciarse habría podido usted destacar la interpretación tronco del
árbol=pene y el «cambio» carrera, caballo, carrera profesional.
La primera no la ha hecho usted, como me informa, por motivos de
prudencia diplomática: Lo único inexacto, es decir: capaz de evocar una
representación inexacta, me pareció la designación del deseo cumplido
en ensueño, el cual, como usted sabe, tan sólo puede ser mostrado una
vez completado el análisis, pero que por motivos de principio ha de ser
otro del que usted escribe. […] Acerca de la «vaguedad», destinada a
ahorrar buena parte del trabajo del sueño, habría mucho que decir,
demasiado como para escribirlo.
54-55

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

C. G. Jung, Viena, Carta 12, 8-1-07


En realidad debería avergonzarme un poco a causa de mi juego del
escondite de mi sueño. En mi primera versión, Bleuler, a quién se lo
mostré, lo encontró sumamente claro. Ello me proporcionó un buen
motivo para jugar al escondite, secundariamente, en la interpretación y así
di lugar al asunto de los complejos. El hecho que no incluyese
precisamente la interpretación tronco=pene, tiene sus motivos especiales,
entre los que se cuenta también principalmente la circunstancia de que yo
no fuese capaz de escribir mi sueño de un modo impersonal, por lo que
fue mi mujer la que redactó toda la descripción.
56

C. G. Jung, Viena, Carta 50, 2-11-07


Recordará usted que le referí un breve sueño que tuve entonces en
Viena. No logré por entonces interpretarlo. Usted buscó la solución en el
campo del complejo de competición. (Soñé por entonces que lo veía
caminar a mi lado como un anciano de edad sumamente avanzada y muy
achacoso). El hecho me ha venido preocupando intensamente de vez en
cuando, pero infructuosamente. Tan sólo después de haberle confesado
mi preocupación, surgió (como suele ocurrir) la solución.
128-129

C. G. Jung, Viena, Carta 59, 2-1-08


Estoy tratando actualmente un nuevo caso de histeria grave con estados
crepusculares. La cosa marcha bien. Se trata de una persona de 26 años,
estudiante. Es un caso interesante y raro. Trabajo casi exclusivamente
con análisis de sueños, las restantes fuentes fluyen muy parcamente. En
este caso se han iniciado muy pronto los sueños de transferencia y del
modo más asombroso, muchos sueños son de una precisión sonámbula.
140

49 de 147
BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

S. Freud, Carta 76, 3-3-08


[…] Habría que admitir que la paranoia corresponde a un desprendimiento
fracasado de la libido, ya que retorna en la proyección, con lo que la
intensidad de la ocupación se transforma en seguridad, al igual que en la
regresión del sueño se transforma en vivacidad sensorial. La demencia
precoz corresponde entonces al retorno, auténticamente logrado, al
autoerotismo. Ambos son, probablemente, casi siempre paralelos. Su
hermanastra demuestra que tras el más intenso desprendimiento resta,
sin embargo, un elemento muy intensamente ocupado de la antigua
representación libidinal.
160-161

S. Freud, Viena, Carta 201, 5-7-10


La dificultad principal en estos trabajos interpretativos no se le habrá
escapado a usted; consiste en no tomar toda la fachada como
interpretable, como en una alegoría, sino en limitarse al contenido,
investigando la génesis de los elementos y procurando rehuir todos los
errores debidos a elaboraciones secundarias ulteriores, duplicaciones,
condensaciones, etc. Es decir, de modo similar a como se hace con los
sueños.
359

S. Freud, Viena, Carta 234, 12-2-11


Hace poco me ha comunicado una paciente un breve sueño que
contradice brillantemente a la teoría. Es corto. Soñó que llaman a su
puerta y se despierta; no han llamado. No se le ocurre nada al respecto.
¿Cómo se resuelve esto? Un problema muy ingenioso de ajedrez.
408

S. Freud, Viena, Carta 236, 17-2-11


Muchas gracias por sus observaciones acerca del libro de los sueños.
Todo será tenido en cuenta, pero no todo puede actuar modificando la
tercera edición. El anexo bibliográfico que usted desea ha sido realizado

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

ya por Rank. La frase en la página 92 acerca de los sueños en los niños


pequeños aparecerá a su debida luz añadiendo un «parecen». Es
indiscutible que los sueños infantiles de la página 94 están solamente
interpretados de un modo superficial, sin que se aluda a las energías
pulsionales sexuales de los mismos, pero usted mismo proporciona la
explicación al destacar la intención de exponer o pedagógica. Es
imposible presuponer al lector de la Interpretación de los sueños el
conocimiento de la «teoría sexual», e imposible exponérsela, mientras se
le inicia en el conocimiento más elemental de la comprensión de los
sueños. Así pues, los hallazgos de 1905 no han ejercido ninguna
influencia en el texto de 1899.
La laguna en cuanto a la comprensión del sueño, surgida por la
incompleta explicación de mis propios sueños, la ha destacado usted muy
certeramente, pero también aquí está dada también la inevitable
motivación. El lector no merece que uno se desnude más aún ante él. No
se ha de exigir por tanto ningún sueño más de aquello para lo cual es
expuesto; uno ilustra el enmascaramiento, el otro el material infantil, el
tercero el cumplimiento de deseo, y ninguno de ellos todo, al mismo
tiempo, lo que puede exigirse al sueño, ya que se trata precisamente de
mis sueños personales.
412

Responsable: Rita Saposnik


Colaboradores: Mabel Rabino y Gustavo Moreno
Responsable: Héctor Tarditti
Colaboradores: Mariana Brebbia y Raúl Vera Barros

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

5.1 Correspondencia S. Freud - A. Zweig [1908-1939].


Buenos Aires. Miño y Dávila, 2016.

S. Freud, Viena, 19-10-20


[…] La perfección de su identificación sumada a la maestría de la
expresión verbal deja la impresión de una satisfacción. Me interesaron
muy especialmente las acumulaciones y escaladas con las que sus frases
se aproximan a la esencia más íntima de lo descripto. es como la
acumulación simbólica del sueño, que hace que lo oculto se entrevea
cada vez más.
22

4.2 Correspondencia S. Freud - A. Zweig [1927-1939].


Barcelona. Gedisa. 2000.

S. Freud, Viena, 27-11-32


[…] Lo que más me sorprende es que mi interés fuese atraído con más
fuerza por algo que, si se tratara de un sueño, llamaría “restos diurnos”.
No puede ser que su de Vriendt y todas las demás figuras y
circunstancias sean en todos sus detalles inventos absolutos.
68

S. Freud, Viena, 23-9-35


[…] La causa en la que se plasma la educación de los héroes es más
equivoca de lo que parece en su Grischa; y quizás sea esta una debilidad
del libro. Pero en la caracterización de los numerosos personajes es
donde queda demostrada su maestría directamente inverosímil. ¿Cómo
se hace para plantear un personaje como el teniente Krosink? ¿De qué
medios se vale uno para dar vida a alguien como la enfermera Klara?
¿Cómo pudo lograr usted un retrato no carente de simpatía del príncipe

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BIBLIO. / S. Freud - Correspondencias

heredero con cara de pájaro? Sería interesante alguna vez poder


sonsacarle los “restos diarios” que incluyo en esta narración.
146

Responsable: Sabina Serniotti


Colaboradora: Camila Candioti

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

JACQUES LACAN.

A / El Seminario. Texto establecido por Jacques-


Alain Miller. Buenos Aires. Paidós.

(1953-54) Libro 1, Los escritos técnicos de Freud.


I. Introducción a los comentarios sobre los escritos técnicos de
Freud
Desde el punto de vista cientificista, Freud pareció entonces coincidir con
el más arcaico pensar: leer algo en los sueños. Retornó luego a la
explicación causal. Pero, cuando se interpreta un sueño, estamos siempre
de lleno en el sentido. Es la subjetividad del sujeto, sus deseos, su
relación con su medio, con los otros, con la vida misma, lo aquí
cuestionado.
12

IV. El yo y el otro yo
Freud enumera todas las objeciones que pueden formularse acerca de la
validez del recuerdo del sueño. […] rechaza estas objeciones y muestra
que carecen de fundamento. Lo muestra subrayando el hecho singular de
que cuando más incierto es el texto que nos brinda el sujeto, más
significativo es. Freud que está escuchando el sueño, esperándolo para
revelar su sentido, reconoce justamente lo importante en la duda misma
que formula el sujeto ante ciertos fragmentos de su sueño. Debemos
estar seguros porque el sujeto duda.
Sin embargo, a medida que avanza el capítulo, el procedimiento se
reduce a tal punto que, finalmente, el sueño completamente olvidado,

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

aquel sobre el cual el sujeto nada podría decir sería el sueño más
significativo… Algunos restos: es esto justamente lo que les digo, nada
más queda del sueño.
77
Freud ilustra, en una breve nota de las Lecciones introductorias al
psicoanálisis, con un ejemplo, lo que quiere decir. […] Sólo queda
entonces canal, y no se sabe con qué se relaciona, de dónde viene, o
adónde va. Justamente, dice Freud, esto es lo más interesante, porque no
es más que un pequeño resto rodeado de un halo de incertidumbre.
78

V. Introducción y respuesta a una exposición de Jean Hyppolite


sobre la Verneinung de Freud
[…] es indiqué ya, a propósito del análisis del sueño, cuál es el resorte, el
punto clave de la investigación de Freud. […] Es en el punto preciso en
que el sueño no es sino huella, un resto de sueño, un vocablo aislado,
que encontramos su alusión transferencial. He evocado ya esa
interrupción significativa, aislada que puede ser el punto de viraje de un
momento de la sesión psicoanalítica. El sueño se moldea pues según un
movimiento idéntico.
88

XII. Zeitlich-Entwickelungsgeschichte
Freud primero nos hará volver a recorrer con él el estudio del proceso
onírico y, en particular, el narcisismo del dormir en función de lo que
ocurre, es decir, del sueño. Habla, en primer lugar, del egoísmo del sueño,
término que choca un poco, para compararlo con el narcisismo.
¿Cómo justifica Freud el egoísmo del sueño?
Dr. Perrier - Dice que en el sueño el personaje central es siempre la
persona del durmiente.
230
La elaboración del sueño logra -bonito viraje de su primer aspecto, el
recuerdo- que el sujeto sea capaz de evocarles lo manifiesto. Pero, lo que

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

compone el sueño, es algo que debemos buscar y que es


verdaderamente inconsciente. Encontramos ese deseo o no lo
encontramos, pero sólo lo vemos perfilándose por detrás. El deseo
inconsciente es como la fuerza directriz que ha obligado a todos los
Tagesresten, esas cargas vagamente lúcidas, a organizarse de
determinada manera. Esta composición culmina en el contenido
manifiesto, es decir, en un espejismo que no responde en nada a lo que
debemos reconstruir, que es el deseo inconsciente.
234

XIX.  Función creadora de la palabra


Aparece en la séptima parte, Psicología de los procesos oníricos, de la
Traumdeutung. Quizá sea éste un libro que algún día comentaré con
ustedes; y en el cual sólo se trata de demostrar, en la función del sueño,
la superposición de las significaciones de un material significante. Freud
nos muestra cómo la palabra, a saber la transmisión del deseo, puede
hacerse reconocer a través de cualquier cosa, con tal de que esa
cualquier cosa esté organizada como sistema simbólico. Esta es la fuente
de la naturaleza durante mucho tiempo indescifrable del sueño. Así como
no se supo, durante mucho tiempo, comprender los jeroglíficos pues no
se los componía en su propio sistema simbólico: nadie se daba cuenta
que una pequeña silueta humana podía querer decir un hombre, pero que
podía también representar el sonido hombre y, en tanto tal, entrar en una
palabra a título de sílaba.
354
Pero observen también cómo los sueños se hacen más claros, más
analizables a medida que avanza el análisis. Esto sucede porque el sueño
dedica su habla cada vez más al analista. Los mejores sueños que Freud
nos presenta, los más ricos, los más bellos, los más complicados, son los
que se producen en el transcurso de un análisis y que tienden a dirigirse
al analista.
355

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

XXII. El concepto del análisis


Vean el primer sueño que Freud presenta en el capítulo sobre la
condensación, el de la monografía botánica, ya resumido en el capítulo
sobre el material y las fuentes del sueño. Es una maravillosa
demostración de todo lo que estoy aquí contando. Sin duda, cuando se
trata de sus propios sueños, Freud nunca nos dice el fondo del asunto,
pero no tenemos dificultad alguna para adivinarlo.
… ¿Quieren que la formule? Es, para decirlo crudamente: Ya no amo a mi
mujer. O también lo que a propósito de sus fantasías y gustos por el lujo
evoca: Soy desconocido por la sociedad, y frenado en mis ambiciones.
391
Esta perspectiva confiere su pleno valor al término deseo en la obra de
Freud. Unifica el campo del sueño, permite comprender los sueños
paradójicos, como el sueño del joven poeta cuya juventud es tan difícil,
que indefinidamente sueña lo mismo: es un empleaducho de sastrería.
Este sueño no presentifica tanto un castigo como una revelación del ser.
Marca uno de los pasos de la identificación del ser, el pasaje del ser a una
nueva etapa, a una nueva encarnación simbólica de sí mismo. A ello se
debe el valor de todo lo que es del orden de la accesión, del concurso, del
examen, de la habilitación: valor no de prueba, ni de test, sino de
investidura.
392-393

(1954-55) Libro 2, El yo en la teoría de Freud y en la técnica


psicoanalítica
IV. Una definición materialista del fenómeno de conciencia
Un sujeto soñó precisamente con un niño, un lactante en su estado
primitivo de impotencia, acostado boca arriba como una pequeña tortuga
volteada, y agitando sus cuatro miembros. El sujeto soñó con ese niño,
imagen aislada. De inmediato, por ciertos motivos, dije a la persona que
me contaba el sueño: Ese es el sujeto, no cabe la menor duda.
69

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

VII. El circuito
Se dice que Freud abandona una perspectiva fisiologizante por una
perspectiva psicologizante. No se trata de eso. Freud descubre el
funcionamiento del símbolo como tal, la manifestación del símbolo en
estado dialéctico, en estado semántico, en sus desplazamientos,
retruécanos, juegos de palabras, bromas que funcionan por su cuenta en
la máquina de soñar. Tiene que tomar partido sobre este descubrimiento,
aceptarlo o desconocerlo, como hicieron todos los otros que también se le
acercaron. Es un hito tan decisivo que no supo en absoluto lo que le
pasaba.
121

IX. Juego de escrituras


Hay en todo sueño, dice Freud, un punto absolutamente inasequible, que
pertenece al dominio de lo desconocido: lo llama «ombligo del sueño». No
hacemos hincapié en estas cosas de su texto probablemente porque
creemos que son poesía.
Pues no. Esto quiere decir que hay un punto que no es aprehensible en el
fenómeno: el punto de surgimiento de la relación del sujeto con lo
simbólico. Lo que denominó «ser» es esa última palabra, por cierto no
accesible para nosotros en la posición científica, pero cuya dirección está
indicada en los fenómenos de nuestra experiencia.
163

El esquema de la vez pasada, de la lámpara tríoda, les presentó ya el


sueño de Irma bajo una luz muy diferente. En su manuscrito, Freud
reduce los temas a cuatro elementos, dos conscientes y dos
inconscientes. Hemos indicado ya cómo debían entenderse los dos
elementos inconscientes: uno es la revelación de la palabra creadora que
se produce en el diálogo con Fliess, y el otro es el elemento transversal,
iluminado por esa corriente en su paso. Lo que en este sueño se
despliega de una manera casi inconsciente, es la cuestión de las
relaciones de Freud con una serie de imágenes sexuales femeninas,

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

todas ellas combinadas con ese aspecto tensional que tienen sus vínculos
conyugales. Pero más llamativo todavía es el carácter esencialmente
narcisista de todas esas imágenes femeninas. Son imágenes cautivantes,
y todas ellas están en determinada relación narcisista con Freud. Cuando
el médico la percute, Irma siente un dolor en el hombro, y Freud señala
que él padece de reumatismo en el hombro.
190

XI. La censura no es la resistencia


El súbdito del rey de Inglaterra tiene muchas razones para querer
expresar cosas directamente conectadas al hecho de que el rey de
Inglaterra es un imbécil. Digamos que esto ocurre en sus sueños. ¿Qué
sueña este súbdito? Puesto que se trata de algo difícilmente expresable,
no sólo debido a que el rey de Inglaterra es un imbécil sino por todo lo
que esto implica, por todo lo que hace que no pueda ser otra cosa que un
imbécil, la estructura toda del régimen y, más allá, la connivencia
universal de la imbecilidad del reino de Inglaterra. Pues bien, el súbdito
sueña que lo han decapitado.
Aquí no hay necesidad de hacerse preguntas sobre váyase a saber qué
masoquismo primordial, la autopunición o el deseo de castigo. En este
caso, el hecho de que lo hayan decapitado quiere decir que el rey de
Inglaterra es un imbécil. La censura es eso. Es la ley en tanto
incomprendida.
198

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

XII. Los aprietos de la regresión


Esto ya lo vimos aparecer con respecto al sueño de la inyección de Irma y
al primer esquemita que Freud traza en el Entwurf. Freud nos muestra
que, cuando se estudian la estructura y determinación de las
asociaciones, lo que en el sueño aparece más cargado en cantidad es
aquello hacia lo cual convergen más cosas por significar. Lo que emerge
es el punto de reunión del máximo de interés psíquico; pero esto deja
completamente en la sombra a los motivos mismos.
208

XIV. El sueño de la inyección de Irma (fin)


El sueño inicial, el sueño de los sueños, el sueño inauguralmente
descifrado es, para Freud, el de la inyección de Irma.
[…] Cualesquiera que sean sus ecos primordiales e infantiles, el
verdadero valor inconsciente de este sueño está en la búsqueda de la
palabra, en el abordaje directo de la realidad secreta del sueño, en la
búsqueda de la significación como tal. En medio de todos sus colegas, en
medio del consenso de la república de los que saben -porque si nadie
tiene razón todo el mundo la tiene, ley paradójica y tranquilizadora a la
vez-, en medio de este caos se revela ante Freud, en ese momento
original en que nace su doctrina, el sentido del sueño: la única palabra
clave del sueño es la naturaleza misma de lo simbólico.
Freud vive en una atmósfera angustiante, con la sensación de hacer un
descubrimiento peligroso.
El sentido mismo del sueño de la inyección de Irma está ligado a la
profundidad de esta experiencia. Este sueño se incluye en ella, es una de
sus etapas. El sueño que Freud sueña está integrado, como sueño, en el
progreso de su descubrimiento. De este modo adquiere un sentido doble.
En segundo grado, este sueño no es únicamente un objeto que Freud
descifra, es una palabra de Freud. Esto le confiere su valor ejemplar; si
no, quizá sería menos demostrativo que otros sueños. El valor que Freud
le otorga, en tanto sueño inauguralmente descifrado, seguiría siendo asaz
enigmático para nosotros si no supiéramos leer aquello a través de lo cual

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

respondió particularmente a la pregunta que él mismo se hacía y estaría


mucho más allá, en definitiva, de lo que en ese preciso momento el propio
Freud es capaz de analizar en su comunicación.
247
Hay, pues, aparición angustiante de una Imagen que resume lo que
podemos llamar revelación de lo real en lo que tiene de menos
penetrable, de lo real sin ninguna mediación posible, de lo real último, del
objeto esencial que ya no es un objeto sino algo ante lo cual todas las
palabras se detienen y todas las categorías fracasan, el objeto de
angustia por excelencia.
249
Así es como les enseño a interpretar los sueños en los controles: se trata
de reconocer dónde está el yo del sujeto.
Encontramos esto ya en la Traumdeutung, donde repetidas veces
reconoce Freud que es él, Freud, quien está representado por tal o cual.
Por ejemplo, cuando analiza el sueño del castillo, el de la guerra
hispanoamericana, en el capítulo que hemos comenzado a estudiar,
Freud dice: Yo no estoy en el sueño allí donde se cree. El personaje que
acaba de morir, el comandante que está conmigo, ése soy yo. En el
momento en que se alcanza algo de lo real en lo que tiene de más abisal,
la segunda parte del sueño de la inyección de Irma pone en evidencia
esos compuestos fundamentales del mundo perceptivo que constituye la
relación narcisista. El objeto siempre está más o menos estructurado
como la imagen del cuerpo del sujeto.
253

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

Este sueño implica el reconocimiento del carácter fundamentalmente


acéfalo del sujeto, pasado un determinado límite. Este punto es
designado por el AZ de la fórmula de la trimetilamina. Ahí está, en ese
momento, el yo (je) del sujeto. Y no sin humor, ni sin vacilación, pues esto
es casi un Witz, les propuse ver en ello la última palabra del sueño. En el
punto en que la hidra ha perdido sus cabezas, una voz que ya no es sino
la voz de nadie hace surgir la fórmula de la trimetilamina como la última
palabra de lo que está en juego, la palabra de todo y esta palabra no
quiere decir nada a no ser que es una palabra.
257

XV. ¿Par o impar? Más allá de la intersubjetividad


El ejemplo de este sueño no es único. Quienes participaron en mis
seminarios el año antes de que se dictaran aquí, pueden recordar el
carácter peculiar del sueño del Hombre de los lobos del cual podríamos
decir que tiene, sobre el conjunto del análisis de este caso, una función
análoga al punto de acmé que discernimos en el sueño de la inyección de
Irma. […] Es un análisis estancado y que se anuncia interminable cuando
por fin surge el sueño, reproducido a propósito de una ocasión precisa de
la vida del sujeto, y que cobra todo su alcance por haberse repetido con
frecuencia desde una determinada época de la infancia.
264
En ambos sueños nos encontramos ante una suerte de vivencia postrera,
ante la aprehensión de un real último. Lo más angustiante en la vida de
Freud, sus relaciones con las mujeres sus relaciones con la muerte, están
amalgamadas en la visión central de su sueño, y ciertamente podrían ser
extraídas por medio de un análisis asociativo. Imagen enigmática a
propósito de la cual Freud evoca el ombligo del sueño, relación abisal con
lo más desconocido, marca de una experiencia privilegiada excepcional
donde un real es aprehendido más allá de toda mediación, imaginaria o
simbólica.
265

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

(1955-56) Libro 3, Las psicosis


I. Introducción a la cuestión de las psicosis
Sin duda la Traumdeutung es también una creación. […] Este no culmina
únicamente en la fórmula de que el sueño dice algo, porque lo único que
le interesa a Freud es la elaboración a través de la cual lo dice: lo dice del
mismo modo en que se habla. Esto nunca se había visto. Se había podido
percibir que el sueño tenía un sentido, que podía leerse algo en él, pero
jamás que el sueño habla.
20-21

XII. La pregunta histérica


Los dos sueños de Dora son, al respecto, absolutamente transparentes,
no se habla de otra cosa: ¿Qué es ser una mujer? y específicamente:
¿Qué es un órgano femenino? Observen que nos encontramos aquí ante
algo singular: la mujer se pregunta qué es ser una mujer; del mismo modo
el sujeto masculino se pregunta qué es ser una mujer.
244

XVIII. Metáfora y metonimia (II): Articulación significante y


transferencia de significado
Anna Freud dormida -las cosas están, lo ven, en estado puro- habla en
sueños: Grandes fresas, frambuesas, flanes, papillas. Esto es algo que
parece significado en estado puro. Y es la forma más esquemática, más
fundamental, de la metonimia.
[…] Es una niña de diecinueve meses, y estamos en el plano de la
nominación, de la equivalencia, de la coordinación nominal, de la
articulación significante en cuanto tal. Sólo dentro de este marco es
posible la transferencia de significación.
327

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

XIX. Conferencia: Freud en el siglo


Les digo qué hizo Freud. Les digo cómo procede su método. Y, en verdad,
basta abrir una página cualquiera de la Traumdeutung para encontrar algo
equivalente. Habría podido tomar cualquier otro sueño, por ejemplo el
sueño en que habla de las bromas que le hicieron a propósito de su
nombre, o ése en que figura una vejiga natatoria. Encontrarán siempre
una sucesión de homonimias o de metonimias, de formaciones
onomásticas que son absolutamente esenciales para la comprensión del
sueño, y sin las cuales éste se disipa, se desvanece.
[…] Freud, sin embargo, subraya que la elaboración del sueño es lo que
hace del sueño el primer modelo de la formación de síntomas. Ahora bien,
esta elaboración se asemeja mucho a un análisis lógico y gramatical, que
se ha vuelto simplemente un poco más erudito que el que hacíamos
cuando íbamos a la escuela. Este registro es el nivel normal de trabajo
freudiano.
342

(1957-58) Libro 4, Seminario 4 La relación de objeto


VI. La primacía del falo y la joven homosexual
Lo convierte en real, porque él mismo está dentro. Y eso no falla. ¿Cómo
lo interpreta? Le dice a la chica que pretende engañarle como suele
engañar a su padre. El resultado es que enseguida corta en seco lo que él
mismo ha realizado como la relación imaginaria. Su contratransferencia,
de algún modo, hubiera podido servirle - pero a condición de no creérsela,
de no estar implicado. Como sí lo está e interpreta demasiado
precozmente, introduce en lo real el deseo de la chica, cuando sólo era un
deseo y no una intención de engañarle. Así, da cuerpo a dicho deseo.
Opera con la paciente exactamente como la terapeuta intervenía con
aquella niña, dándole a la cosa un rango simbólico.
110

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

VIII. Dora y la joven homosexual


En resumen, el sueño manifiesta un deseo que va en la dirección de lo
que, si no Freud, al menos la sociedad, representada aquí por la familia,
puede desear como el mejor resultado del tratamiento.
[…] La Traumdeutung, a propósito de las relaciones entre el deseo
inconsciente y el deseo preconsciente, introduce una comparación entre
capitalista y empresario. El deseo preconsciente es el empresario del
sueño, pero el sueño no sería en absoluto suficiente para instituirse como
representante de lo que se llama el inconsciente, si no hubiera otro deseo
que constituye el fondo del sueño, el deseo inconsciente. Freud distingue
pues muy bien los dos deseos, sólo que no extrae las consecuencias más
extremas.
[…] Lo que se expresa en el sueño, ¿debe concebirse pura y simplemente
en la perspectiva del engaño, es decir, de su intencionalización
preconsciente?
No lo parece, porque si lo examinamos detalladamente, ¿qué es lo que
vemos formularse? Sin duda se hace en una dialéctica de engaño, pero lo
que se formula en el inconsciente, tanto en la primera como en la tercera
etapa, es, devolviéndolo al significante, lo que en el origen está desviado,
a saber, su propio mensaje que proviene del padre bajo una forma
invertida, bajo la forma de tú eres mi mujer, tú eres mi amo, tú tendrás un
hijo mío. Ésta es, a la entrada del Edipo, o mientras no se resuelve el
Edipo, la promesa en la que se basa la entrada de la niña en el complejo
de Edipo. Éste es el origen de la posición, y en el sueño se articula una
situación que satisface tal promesa. Lo que se manifiesta es siempre el
mismo contenido del inconsciente.
136ss

XI. El falo y la madre insaciable


Vuelvo a insistir en ello, ni siquiera el deseo del niño está vinculado sólo
con la pura y simple satisfacción natural. Vean aquel sueño
pretendidamente archisimple que es el sueño infantil, por ejemplo, el de la
pequeña Anna Freud, que dice en sueños -Frambuesa, flan. Todos estos

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

objetos son para ella objetos trascendentes. Tanto han entrado en el


orden simbólico, que todos ellos son precisamente objetos prohibidos.
185

(1957-58) Libro 5, Las formaciones del inconsciente


XII. De la imagen al significante en el placer y en la realidad
De hecho, nuestra experiencia de los sueños más simples del niño no es
la de una satisfacción tan simple como cuando se trata de la necesidad
del hambre. Es algo que se presenta ya con un carácter de exceso, como
algo exorbitante. La pequeña Anna Freud sueña precisamente con lo que
ya se le ha prohibido a la niña, cerezas, fresas, frambuesas, flan, todo lo
que ya ha entrado en una característica propiamente significante por
haber sido prohibido. No sueña simplemente con lo que respondería a
una necesidad, sino con lo que se presenta bajo la forma del festín,
traspasando los límites del objeto natural de la satisfacción de la
necesidad.
228

XX. El sueño de la bella carnicera


He aquí el sueño -dice Freud. Quiero dar una cena, pero como
provisiones sólo tengo un poco de salmón ahumado. Quisiera ir de
compras, pero me acuerdo de que es domingo por la tarde y todas las
tiendas están cerradas. Pienso en telefonear a algunos proveedores, pero
el teléfono está averiado. De manera que he de renunciar al deseo de dar
una cena.
368

XXI. Los sueños de “agua mansa”


Una joven inteligente y fina, reservada, hasta un poco “agua mansa”
cuenta: “Soñé que llegaba demasiado tarde al mercado y no encontraba
ya nada ni en la carnicería ni en la verdulería”. He aquí sin duda un sueño
inocente, pero un sueño no se presenta de esta forma. Le pido un relato
detallado. Es el siguiente: iba al mercado con su cocinera, que llevaba el

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

cesto. El carnicero le decía, tras pedirle ella algo, que ya no se puede


conseguir, Das ist nicht mehr zu haben. Quería darle otra cosa, diciendo:
“Es bueno”, pero ella lo rechazaba. Iba a la verdulería. La verdulera
quería venderle legumbres de una clase singular, atadas en pequeños
paquetes y de color negro. Ella decía: “Das kenne ich nicht, das nehme
ich nicht”, “No lo conozco, no me lo llevo”.
384
Ahora tomaremos el segundo sueño de la misma enferma. Es un sueño
supuestamente inocente. Su marido pregunta: “¿No habría que hacer
afinar el piano?”. Ella: “No vale la pena”, “Es lohnt nicht” -que significa
algo así como “No compensa”. "Primero hay que hacer revestir los
macillos”.
387

XXII. El deseo del Otro


Puede mencionarse aquí un tercer sueño que no tuve tiempo de abordar
la última vez, pero que puedo leerles perfectamente ahora - Ella pone una
vela en el candelero; la vela está rota, de modo que no se sostiene. Las
niñas de la escuela dicen que es torpe; pero la maestra responde que no
es culpa suya.
[…] Vemos aparecer aquí en estado de desnudez, por así decirlo, y
aislado, en estado de objeto parcial, si no volante, el significante falo.
Aunque no sepamos de qué momento del análisis de la enferma -porque
sin duda está en análisis- se ha extraído este sueño, el punto importante
está evidentemente en el No es culpa suya. Se trata de que se sitúa en el
nivel de los otros, ocurre delante de todos los otros, y si todas las
compañeras de colegio dejan de burlarse es en función de la maestra.
Aquí se evoca el símbolo del Otro, lo cual coincide con y confirma - a eso
voy - lo que ya estaba presente en el sueño llamado de la bella carnicera,
o sea, que en la histeria, en suma una forma de constitución del sujeto
que concierne precisamente a su deseo sexual, se debe destacar no sólo

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

la dimensión del deseo en cuanto opuesta a la de la demanda, sino sobre


todo el deseo del Otro, la posición, el lugar del deseo del Otro.
404

XXIV. Transferencia y sugestión


Tan pronto se abren paso ciertos fantasmas mediante toda clase de
incitaciones por parte del analista, llegamos a un sueño que el analista
interpreta como el hecho de que la tendencia homosexual pasiva del
sujeto se hace patente. He aquí el sueño - Lo acompaño a su domicilio
particular. En su habitación hay una cama grande. Me acuesto. Estoy
extremadamente incómodo. Hay un bidé en un rincón de la habitación. Me
siento feliz, aunque incómodo. Nos dicen que tras la preparación de este
sujeto por el periodo anterior del análisis, no experimenta muchas
dificultades para admitir la significación homosexual pasiva de este sueño.
[…] Lo que es problemático para este sujeto es la pregunta a propósito
del falo en cuanto que éste interviene como objeto de aquella operación
simbólica por la que, en el Otro, en el nivel del significante, es el
significante de lo golpeado por la acción del significante, de lo que está
sujeto a castración.
445

(1958-59) Libro 6, El deseo y su interpretación


II. Suplemento de explicación
Por otra parte, les hago notar que el propio Freud subraya con la mayor
energía en una nota de la Traumdeutung, a partir de la séptima edición,
que jamás dijo en ningún lado que el deseo que está en juego en el sueño
era siempre un deseo sexual. Tampoco dijo lo contrario, pero en fin, no
dijo eso -dicho esto para las personas que se lo reprochan.
49

III. El sueño del padre muerto: “Él no sabía que estaba muerto”
Esto los lleva a dar su peso al modo en que Freud trata el problema: por
medio del significante. Lo que Freud inserta en el texto, que nos da como

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

aquello que permite acceder a la comprensión del sueño, como aquello


que otorga el sentido del texto, son cláusulas. Intentaremos articular lo
que son en el plano lingüístico. Les ruego que entiendan lo que estoy
diciendo. No estoy diciendo que ésa sea la interpretación. Tal vez ésa sea
en efecto la interpretación, pero aún no lo digo. Los detengo en ese
momento en el cual cierto significante es designado como producido por
su falta. Al reinsertarlo en el contexto del sueño accedemos de golpe a lo
que nos dan como la comprensión del sueño […]
66
El sueño es una metáfora. En esa metáfora surge algo nuevo que es un
sentido, un significado. Éste es sin duda alguna enigmático, pero de todos
modos no es algo que no hayamos de tener en cuenta. Diré que es una
de las formas más esenciales de la vivencia humana, ya que esta imagen
es la que durante siglos lanzó a los seres, en cierto recodo de duelo de su
existencia, por los caminos más o menos ocultos que los conducían a lo
del nigromante.
69-70

IV El sueño de la pequeña Anna


Freud nos brinda el sueño de Anna como el sueño de la desnudez del
deseo […] El valor ejemplar del sueño pescado por Freud radica en que
sea articulado en voz alta durante el sueño, lo cual no deja ningún tipo de
ambigüedad en cuanto a la presencia del significante en su texto actual.
81
De pasada les hago notar que en ese enunciado ya está implicada toda la
novedad de la dimensión que la palabra introduce en el mundo. En
cualquier perspectiva que no sea la del decir, Está muerto no quiere decir
nada en absoluto. Está muerto es Ya no está. Dado que ya no está aquí,
no hay por qué decirlo. Para que digamos Está muerto hace falta que ya
esté en juego un ser sostenido por la palabra.
85

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

V. El sueño del padre muerto: “Según su anhelo”


Pero hay algo que en absoluto puede ver en el punto donde se encuentra:
que sin saberlo asume el dolor de su padre. Y por eso le resulta del todo
necesario mantener la ignorancia que sitúa ante él en el personaje del
padre, en el objeto, bajo la forma de él no sabía, para no saber que más
vale no haber nacido. Si en el último término de la existencia no hay nada
más que el dolor de existir, es mejor asumirlo como el del otro que está
allí y que siempre habla -como yo, el soñante, sigo hablando.
[…] El contenido secreto de ese anhelo es el anhelo de la castración del
padre, es decir, el anhelo por excelencia que, en el momento de la muerte
del padre, retorna al hijo porque es su turno de ser castrado. Eso es lo
que no hay que ver por nada del mundo.
108
Por el momento, permanezcamos en el sueño del padre muerto.
Este sueño esquemático figura la confrontación del sujeto con la muerte.
Pero esa sombra convocada por el sueño hace precisamente caer su
sentido mortal. En efecto, ¿qué significa la aparición del muerto sino que
él, el sujeto, no está muerto, ya que puede sufrir en lugar del muerto?
Pero eso no es todo. Detrás de ese sufrimiento se mantiene el señuelo, el
único al cual el sujeto puede aferrarse en ese momento crucial. ¿Y cuál
es? Es justamente el del rival, el del asesino del padre, el de la fijación
imaginaria.
110

VII. La mediación fálica del deseo


Aquí, el deseo de muerte adquiere su pleno sentido. Es el deseo de no
despertarse - de no despertarse al mensaje, el mensaje más secreto que
pueda conllevar el sueño mismo, y que es que el sujeto, por la muerte de
su padre, de ahí en más se ve confrontado con la muerte, algo de lo cual
hasta entonces la presencia del padre lo protegía. Confrontado con la
muerte, es decir, ¿con qué? Con esa x que está ligada a la función del
padre, que aquí está presente en ese dolor de existir y que es el punto

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

central en torno al cual gira todo lo que Freud descubre en el complejo de


Edipo, a saber, la significación de la castración.
112

(1959-60) Libro 7, La ética del psicoanálisis


XIV. El amor al prójimo
Uno de mis amigos y pacientes, un día tuvo un sueño que llevaba la
huella de no sé qué sed que le dejaban las formulaciones del seminario y
en el que alguien, refiriéndose a mí, gritaba -¿Pero por qué no dice lo
verdadero sobre lo verdadero?
222

(1960-61) Libro 8, La transferencia


XXVI. Sueño de una sombra, el hombre
En otros términos Sueño de una sombra, el hombre. Es debido a mi
sueño - porque me desplazo en el campo del sueño en la medida en que
es el campo de errancia del significante - por lo que puedo entrever la
posibilidad de disipar los efectos de la sombra y saber que no es sino una
sombra. Por supuesto, hay algo que puedo no saber todavía por mucho
tiempo - que sueño. Pero ya en el plano y en el campo del sueño, si sé
interrogarlo bien y articularlo, no sólo triunfo sobre la sombra, sino que
tengo un primer acceso a la idea de que hay algo más real que la sombra,
que existe, en primer lugar y por lo menos, lo real del deseo, del que
dicha sombra me separa.
417
Era importante indicar aquí que, precisamente en el mismo camino en que
se nos muestra que el deseo es un deseo de sueño, que el deseo tiene la
misma estructura que el sueño, se dio el primer paso correcto respecto a
qué es el camino hacia la realidad.
418

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

(1961-62) Libro 1, Seminario 9 La identificación, (inédito)


Clase 1, 15 de noviembre de 1961.
Puedo llevarlos muy lejos sobre esta pista, sin que les sea un solo
instante garantizada la verdad de lo que les digo, aunque en lo que les
digo no se trate nunca sino de la verdad. Y en lo que yo escucho de eso,
por qué, después de todo, no decir que eso sucede hasta en los sueños
de los que se dirigen a mí. Me acuerdo de uno de ellos -se puede citar un
sueño: “¿Por qué, soñaba uno de mis analizados, no dice lo verdadero
sobre lo verdadero?”-. Era de mí que se trataba en ese sueño. Ese sueño
no desembocaba menos, en mi sujeto ya despierto, en echarme en cara
este discurso en el que, al escucharlo, faltaría siempre la última palabra.

(1963-64) Libro 10, La angustia


IX. Pasaje al acto y acting out
(Respecto al caso de la joven homosexual) Esta paciente -la cosa está
articulada así- le mentía en sueños. Así es como Freud caracteriza el
caso. El precioso ágalma de este discurso sobre la homosexualidad
femenina es que Freud se queda pasmado ante este hecho -él también
hace las preguntas y da las respuestas-. Así, pues, ¡el inconsciente puede
mentir!
142

(1964) Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del


psicoanálisis
Tyche y automaton
Si la función del sueño es permitir que se siga durmiendo, si el sueño,
después de todo, puede acercarse tanto a la realidad que lo provoca, ¿no
podemos acaso decir que se podría responder a esta realidad sin dejar de
dormir? -al fin y al cabo, existen actividades sonámbulas. La pregunta que
cabe hacer, y que por lo demás todas las indicaciones anteriores de Freud

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

nos permiten formular aquí, es: - ¿Qué despierta? - ¿No es, acaso, en el
sueño otra realidad?
66

(1964-65) Libro 12, Problemas cruciales del psicoanálisis,


(inédito)
Clase 4, 6 de enero de 1965
Sin duda, el análisis, se los he dicho, nos ha enseñado un cierto camino
de acceso al entre-dos, cierta manera que el sujeto puede tener, de
alguna manera, de desorientarse por relación a su situación en el interior
de esas dos esferas, la esfera interna y la esfera externa, puede suceder
que se meta en el entre-dos, lugar extraño, lugar del sueño, y de lo
Unheimlichkeit.

(1965-66) Libro 13, El objeto del psicoanálisis, (inédito)


Clase 4, 22 de diciembre de 1965
La situación analítica idealmente realizada se parecería absolutamente al
dormir y el discurso que se haría oír ahí sería un sueño. Lo que está en
juego en la situación analítica es, pues, una regresión tópica que
comporta la abolición de los límites entre el mundo exterior y el mundo
interior, tanto del lado del paciente como del lado del analista. Esta
regresión tópica es una regresión hacia el narcisismo primario que se
expresa en una cierta manera de bienestar que marcaría, —nos dice
Stein—, ser llamada sentimiento de expansión narcisista, o incluso, en la
ilusión de tener el objeto del deseo. Es lo que dice, a propósito, un
ejemplo clínico o en el síndrome de beatitud que acompaña el comienzo
de ciertos análisis.

(1966-67) Libro 14, La lógica del fantasma, (inédito)


Clase 8, 18 de enero de 1967
Ahora bien, este pensamiento que tiene el estatuto de los pensamientos
del inconsciente implica lo siguiente, que no puede decir ni “por lo tanto yo

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

soy”, ni “por lo tanto yo no soy”. En efecto, el sueño, nos dice Freud, es


esencialmente egoísta; y, por consiguiente, en todo lo que presenta un
sueño, tenemos que reconocer la instancia del Ich del soñante, bajo una
máscara, lo que implica en retorno que no está allí presente sino porque
allí no se articula como Ich, o, porque estando en to- dos los significantes
del sueño, está allí absolutamente disperso.

(1967-68) Libro 15, El acto analítico, (inédito)


Clase 15, 27 de marzo de 1968
El sueño me interesa en primer lugar porque allí aparece ese mecanismo
que he identificado a la metáfora y a la metonimia, es justamente porque
eso se impone que el sueño es la vía regia del inconsciente. No es otra
cosa. No es para agotar la substancia del sueño, de modo que no es
ninguna objeción el ver intervenir allí otra cosa.

(1968-69) Libro 16, De un Otro al otro


XII. El acontecimiento Freud
Luego, cuando interpretamos un sueño, lo que nos guía no es ciertamente
¿qué quiere decir eso?, tampoco ¿qué quiere para decir eso?, sino ¿qué
es lo que, al decir, eso quiere? Aparentemente, eso no sabe lo que quiere.
183

(1969-70) Libro 17, El reverso del psicoanálisis


IV. Verdad, hermana del goce
Entre el duro deseo de durar de Eluard y el deseo de dormir, que es el
mayor enigma que Freud propone acerca del mecanismo del sueño,
aunque nadie parece darse cuenta […]
[…] Es curioso que complete esta indicación con esta otra, que un sueño
te despierta justo en el momento en que podría soltar la verdad, de
manera que nos despertamos sólo para seguir soñando - soñando en lo
real, o para ser más exactos, en la realidad.
60

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

V. El campo lacaniano
Esto, precisamente, nos revela lo que Freud supo extraer del discurso de
la histérica. A partir de ahí, se entiende que la histérica simbolice la
insatisfacción primordial. Puse de relieve su promoción del deseo in-
satisfecho, basándome en el ejemplo mínimo que comenté en ese escrito
que quedó con el título “La Dirección de la cura y los principios de su
poder”, a saber, el sueño llamado de la bella carnicera.

Recordémoslo, está la bella carnicera y el follador de su marido, que es
un verdadero chocho de oro, y a cambio ella tiene que demostrarle que no
le va todo eso con lo que él quiere atiborrarla por añadidura, lo que
significa que en cuanto a lo esencial eso no arregla nada, aunque lo
esencial ella ya lo tenga. Lo que ella no ve, porque su pequeño horizonte
también tiene sus límites, es que sería dejándole ese marido suyo tan
esencial a otra como encontraría el plus de goce, ya que de eso se trata
en el sueño. Ella en el sueño no lo ve, esto es todo lo que puede decirse.
78

VI. El amo castrado


Lo que a Dora le interesa no es la joyita, por indiscreta que sea.
Recuerden esta observación que dura tres meses, hecha toda ella para
servir de cúpula a dos sueños. El primer sueño, el del joyero, da
testimonio de ello - no es la joyita, es el joyero, la envoltura del precioso
órgano, ella sólo goza de esto […]
100-101
Por otra parte, el segundo sueño señala que el padre simbólico es
ciertamente el padre muerto, que sólo puede accederse a él desde un
lugar vacío e incomunicado. Recuerden la estructura de este sueño, de
qué manera recibe ella la noticia que le da su madre […]
Pues bien, en la caja vacía de este apartamento abandonado por quienes,
después de invitarla, se han ido por su cuenta al cementerio, Dora
encuentra un fácil sustituto a ese padre en un grueso libro, el diccionario,
el mismo donde se aprende lo relativo al sexo. Ella indica así claramente

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

que lo que le interesa, aún más allá de la muerte de su padre, es el saber


que éste produce. Un saber, no uno cualquiera, un saber sobre la verdad.
102

VIII. Del mito a la estructura


¿Cómo sucede esto? No es insignificante darse cuenta de que Freud
encontró primero el mito del asesinato del padre como algo esencial en el
nivel de la interpretación del sueño, y que en él se manifiesta un anhelo,
un deseo de muerte. El artículo de Conrad Stein realiza al respecto una
crítica notable subrayando la recrudescencia de estos anhelos de muerte
con respecto al padre en el momento mismo en que su muerte llega a ser
real. Según el propio Freud, La Interpretación de los sueños surgió de la
muerte de su padre. Así que Freud se considera culpable de la muerte de
su padre.
129
Freud mismo pone el acento en un sueño que no es suyo sino de uno de
sus pacientes, sueño que se enuncia: él no sabía que estaba muerto.
Este sueño lo descompuse, para analizarlo, alineándolo sobre las dos
líneas de la enunciación y del enunciado […]Todo esto para decir que
nadie sabe, nadie de los vivos, en cualquier caso, qué es la muerte. Es
notable que las producciones espontáneas que se formulan desde el nivel
del inconsciente se enuncien de esta manera, que la muerte, para
cualquiera, es propiamente hablando incognoscible.
130
Como ven, esto hace que nos dejemos llevar un poquito por ese sueño,
viene al caso decirlo. Sólo lo hago para despertarles. Si he dicho que lo
que elucubró Freud - no por supuesto en el nivel del mito, ni del
reconocimiento de los deseos de muerte en el sueño de los pacientes -,
es un sueño de Freud, es porque el analista debería, en mi opinión,
apartarse un poquito del plano del sueño.
135-136

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

(1970-71) Libro 18, De un discurso que no fuera del


semblante
V. Lo escrito y la palabra
Sí. Que Freud diga que el sueño es un rebus no me hará desistir un solo
instante de afirmar que el inconsciente está estructurado como un
lenguaje. Solo que es un lenguaje en medio del cual apareció su escrito.
Por supuesto, esto no significa que se deba dar el menor crédito - ¿y
cuándo lo daríamos, no es cierto? - a estas figuras que se pasean en los
sueños. Desde que sabemos que son representaciones de palabras,
puesto que es un rébus, se traducen, übertriigt, en lo que Freud llama los
pensamientos, die Gedanken, del inconsciente.
82

IX. Un hombre y una mujer y el psicoanálisis


Es momento de encarar lo que del teatro pareció necesario mantener
para sostener la Otra escena, de la que fui el primero en hablar. Después
de todo, tal vez el sueño baste. Y que este resguarde, llegado el caso, el
alumbramiento de las funciones fuchsianas, como saben que ocurrió,
puede justificar que se desee que se prolongue.
146

(1971-72) Libro 19, O peor


XV. El deseo de dormir
Para ese supuesto gran público -ya que todo esto es suposición-, es
cierto, en el nivel de cierta resonancia, que Freud habría dicho de los
sueños que todos ellos eran sexuales. Pero nunca lo dijo. Nunca, nunca.
Dijo que los sueños eran sueños de deseo. Nunca dijo que fuese deseo
sexual.
212

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

XVI. Los cuerpos atrapados por el discurso


Hay sueños de deseo, es muy cierto, pero cuando Freud analiza uno de
sus sueños, vemos bien qué deseo está en juego: es el deseo de plantear
la ecuación del deseo con = O.
[…] Pero de todos modos está claro que el sueño sublime, divino, de la
inyección de Irma, permite mostrar algo.
229

Anexo: Reseña del Seminario XIX


Es por lo tanto verdadero que el trabajo (del sueño entre otros), prescinde
de pensar, de calcular, hasta de juzgar. Sabe lo que hay que hacer. Es su
definición: supone un “sujeto”, es Der Arbeiter.
239

(1972-73) Libro 20, Aún


I. Del goce
Los dejo entonces en esa cama, a su inspiración. Salgo, y una vez más,
escribiré en la puerta para que a la salida puedan tal vez recapturar los
sueños que hayan hilado en esa cama. Escribiré la frase siguiente: El
goce del Otro, del Otro con mayúscula, del cuerpo del otro que lo
simboliza, no es signo de amor.
12

V. Aristóteles y Freud: La otra satisfacción


Hay, dice Freud, un Lust-Ich antes de un Real-Ich. Se trata de un
deslizamiento, un atascamiento en ese atolladero, que llamo el desarrollo,
y que no es más que una hipótesis del dominio. O sea que el bebé nada
tiene que ver con el Real-Ich, pobre ovejita, incapaz de albergar la menor
idea de lo que es lo real. Eso está reservado para la gente que
conocemos, esos adultos de los que, por otra parte, está dicho
expresamente que no logran nunca despertarse: cuando en sueños les
sucede algo que amenaza con pasar a lo real, se perturban tanto que de
inmediato se despiertan, es decir, que siguen soñando. Basta con leer,

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

basta con meterse un poco, con verlos vivir, con tenerlos en psicoanálisis,
para darse cuenta de lo que quiere decir eso del desarrollo.
70

VIII. El saber y la verdad


Un sueño es algo que no introduce a ninguna experiencia insondable, a
ninguna mística: se lee en lo que se dice de él, y se podrá avanzar si se
toman sus equívocos en el sentido más anagramático de la palabra.
116

(1973-74) Libro 21, Los no incautos yerran, (inédito)


Clase 1, 13 de noviembre de 1973
Es una cuestión que se plantea Freud al final de la Interpretación de los
Sueños, en la penúltima página: se plantea la cuestión de en qué lo que él
llama — y bien se ve que ya no lo llama con tanta certeza, que ya no lo
enhebra a algo que lo separaría— lo que él llama realidad, que él califica
de psíquica: ¿qué puede tener que ver con lo real?
[…]
En lo cual nuestro querido Freud tiene de lacaniano el que, ya que todo lo
que acaba de decir acerca del sueño es únicamente construcción, cifrado,
ese cifrado que es la dimensión del lenguaje nada tiene que ver con la
comunicación.
[…]
Dicho de otro modo, todo lo que Freud emite, todo lo que sostiene como
notable, considerando ciertos sueños, todo lo que sostiene como notable
consiste siempre en decir: no ha habido ninguna otra cosa que relación
con el sueño en tanto que cifrado […]

Clase 4, 18 de diciembre de 1973


Lo que se llama sueño despierto. El estudio del sueño, del verdadero, del
que se tiene cuando se duerme y que les da bronca, dígase lo que se
diga, demuestra que eso no tiene nada que ver con vuestro sueño,
despierto o no. Inclusive es lo que los distingue a ustedes como seres

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

hablantes: que hay un saber que ustedes oyen en el sueño, que nada
tiene que ver con lo que de él les queda cuando están pretendidamente
en vigilia.
[…]
Nada hay más tachante [barran] del pensamiento, incluso del
pensamiento que se quiere claro y distinto: aprendan ustedes a leer a
Descartes como una pesadilla, esto los hará progresar no poco. ¿Cómo,
inclusive, pueden no advertir que ese tipo que se dice: “pienso, luego
soy”, es un mal sueño?

Clase 9, 12 de marzo de 1974


Me dejo ir un poquito hacia los paréntesis —ustedes me lo perdonarán, ya
que me lo perdonan habitualmente— pero sin embargo es increíble que la
potencia del sueño ha ya legado a hacer de una función corporal, el
dormir, un deseo. Nadie hasta ahora puso de relieve el hecho de que, con
respecto a algo que es manifiestamente un ritmo, ya que existe en
muchos otros seres que no son los seres hablantes, el ser hablante llegue
a hacer de él un deseo.

(1974-75) Libro 22, R.S.I., (inédito)


Clase 5, 11 de febrero de 1975
y que lo que Freud instaura con su nombre del padre idéntico a la realidad
psíquica, a lo que él llama la realidad psíquica, especialmente a la
realidad religiosa —pues es exactamente lo mismo— que es así, por esta
función, por esta función de sueño que Freud instaura el lazo de lo
Simbólico, de lo Imaginario y de lo Real […]

Clase 7, 11 de marzo de 1975


Es completamente como lo que he puesto de relieve en el sueño llamado
“de la Bella Carnicera”, el salmón ahumado, como ustedes saben, ella lo
quiere a condición de no servirse, de él; ella no lo da sino en tanto que no
lo tiene. Es lo que se llama el amor, es incluso la definición que he dado
de él: dar lo que no se tiene, es el amor […]

80 de 147
BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

Clase 10, 15 de abril de 1975


67 Freud dice que el sueño protege, no la necesidad: el deseo de dormir.
Es bien cierto que esta sola dit-mensión se añade a ese Real así, a ese
Real estrafalario supuesto científico: uno imagina necesidades. Pero por
el contrario, si hay una cosa que Freud hace sentir bien —y eso, habría
que seguir el texto y darse cuenta de que él sabe lo que dice — es que el
sueño protege algo que se llama un deseo. Ahora bien, un deseo no es
concebible sin mi nudo borromeo […]

(1975-76) Libro 23, El sinthome


VIII. Del sentido, del sexo y de lo real
Lo único que lo preserva, sin embargo, es que Finnegans Wake se
presenta como un sueño. No solamente es un sueño, sino que indica que
Vico es un sueño, al igual que, a fin de cuentas, las oscuridades de
Madame Blavatsky, el manvantara y todo lo que sigue, la idea de un ritmo
en el que yo mismo he recaído, si puedo decir así, con mi reencontrar de
antes. No se reencuentra - o bien se indica que nunca se hace más que
dar vueltas en círculos -, se encuentra. La única ventaja de este
reencontrar es destacar lo que indico, que no habría progreso, que se da
vueltas en círculos.
122-123

Anexos: Joyce el sinthoma


Sobre este asunto, me perdonarán si pudrimito un poco - no durará
mucho - el Joyce de Finnegans Wake, que es el sueño que él lega, puesto
como conclusión de - ¿qué? Es lo que quisiera intentar decir.
159

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

(1976-77) Libro 24, L’insu qui sait de l’une bévue s’aile à


mourue, (inédito)
Clase 1, 16 de noviembre de 1976
¿Por qué uno se obliga, en el análisis de los sueños, a atenerse a lo que
pasó en la víspera? Eso no va de suyo. Sin duda, Freud hizo una regla de
eso, pero convendría darse cuenta de que hay muchas cosas, que no
solamente pueden remontar lejos, sino que se sostienen en lo que se
pare de llamar el tejido mismo del inconsciente.

Clase 8, 26 de febrero de 1977


Lo sabemos a pesar de todo, nosotros los psicoanalistas, al ver lo que
nos suministran los pacientes (nosotros somos tan pacientes como ellos
en ese caso): ellos no nos suministran sino sus sueños […]

(1977-78) Libro 25, Momento de concluir, (inédito)


Clase 1, 15 de noviembre de 1977
Eso no impide que el análisis tenga consecuencias, él dice algo. ¿Qué es
lo que quiere “decir”? “Decir” tiene algo que ver con el tiempo. La
ausencia de tiempo, es algo que se sueña es lo que se llama la eternidad,
y ese sueño consiste en imaginar que uno se despierta. Uno pasa su
tiempo soñando, no se sueña solamente cuando se duerme.
El inconsciente, es muy precisamente la hipótesis de que no se sueña
solamente cuando se duerme. Quisiera hacerles observar que lo que se
llama “lo razonable” es un fantasma, es totalmente manifiesto en el
comienzo de la ciencia. La geometría euclidiana tiene todas las
características del fantasma. Un fantasma no es un sueño, es una
aspiración.

Clase 4, 10 de enero de 1978


Hay seguramente escritura en el inconsciente, no sería más que porque el
sueño, principio del inconsciente —eso es lo que dice Freud—, el lapsus e
incluso el chiste se definen por lo legible. Un sueño, uno lo hace, no sabe

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BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

p or qué y luego, retroactivamente, eso se lee; un lapsus igual, y todo lo


que Freud dice del chiste es bien notorio como estando ligado a esa
economía que es la escritura, economía en relación a la palabra.

(1978-79) Libro 26, La topología y el tiempo, (inédito)


Clase 9, 8 de mayo de 1979
Entonces, en la medida en que en el marco de una sesión de seminario
me parece arduo de exponer esa noción punto por punto, yo, es
necesario seguramente tomar un hilo; la idea que se me ocurrió para
volver a entrar en esa historia es apoyarme en un pequeño apólogo de
Freud, y ese pequeño apólogo es éste que tomó Freud en la
Traumdeutung, la primera vez por otra parte que introduce el término
“censura”, que es ese ancestro del superyó, y en la Traumdeutung si
ustedes quieren remitirse a ella, está después del comentario que Freud
hace del “Sueño del tío José” […]
[…] Otro punto si quieren: a la censura que ha dejado pasar una palabra,
pero que no quiere que una segunda palabra sea dicha, es decir que no
quiere que ese primer dicho sea sostenido por un segundo dicho, en el
fondo es todo lo que la enseñanza del sueño nos evidencia... observen
por ejemplo ese ejemplo que ha sido comentado por Lacan en Las
formaciones del inconsciente, ese sueño que conocen pienso: una
analizante sueña con la palabra “canal”, retomo no el sueño en detalle,
sino la significación; al final de la interpretación del sueño, revela que la
palabra “canal”, ella quiere decir con eso a Freud: “sus teorías me hacen
desternillar de risa, no son serias”.
[…] Es este significante que el sujeto ha encontrado durante la jornada y
con el cual habiendo sido confrontado quedó sin chistar, boquiabierta,
insolvente y con el espíritu de escalera que caracteriza a ese sujeto que
se retira y no ha podido responder, le es necesario el
[…] Ahora algunas palabras si quieren sobre el efecto de ese significante
anonadante que es el “Che vuoi?”. Es localizable, ese significante
anonadante, en numerosos escritos de Freud, es localizable en la
Traumdeutung pues, pero sin que Freud haya creado un lazo entre sus

83 de 147
BIBLIO. / J. Lacan - El Seminario

diferentes manifestaciones. En la Traumdeutung lo sitúa detrás del sueño,


en particular el dé la “monografía botánica”, lo sitúa como ese significante
de alta intensidad psíquica causa del sueño.
[…]
Tomen el ejemplo del sueño de Irma que es comentado en el Seminario II,
y bien, se puede decir que es esa mirada fascinante bajo la cual se
descompone Freud cuando Irma boquiabierta le ofrece su garganta
abierta, y se puede decir que esa boquiabierta le dice: “¡Mira...te miro…¡’'
y bajo esa mirada […] Freud durante todo un tiempo es el objeto de una
fascinación.

Clase 10, 15 de mayo de 1979


Sobre sueño de la Inyección de Irma […]

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BIBLIO. / J. Lacan - Escritos

B / Escritos, Bs. As., Siglo veintiuno, 2003.

(1948) La agresividad en psicoanálisis


Volvemos a encontrar constantemente estas fantasmagorías en los
sueños, particularmente en el momento en que el análisis parece venir a
reflejarse sobre el fondo de las fijaciones más arcaicas. Y evocaré el
sueño de uno de mis pacientes, en quien las pulsiones agresivas se
manifestaban por medio de fantasmas obsesivos; en el sueño, se veía,
yendo en coche con la mujer de sus amores difíciles, perseguido por un
pez volador, cuyo cuerpo como de tripa dejaba transparentarse un nivel
de líquido horizontal, imagen de persecución vesical de una gran claridad
anatómica.
98

(1953) Función y campo de la palabra y del lenguaje en


psicoanálisis
Vuélvase pues a tomar la obra de Freud en la Traumdeutung para
acordarse así de que el sueño tiene la estructura de una frase, o más
bien, si hemos de atenernos a su letra, de un rébus es decir de una
escritura, de la que el sueño del niño representaría la ideografía
primordial, y que en el adulto reproduce el empleo fonético y simbólico a
la vez de los elementos significantes, que se encuentran asimismo en los
jeroglíficos del antiguo Egipto como en los caracteres cuyo uso se
conserva en China.
Pero aun esto no es más que desciframiento del instrumento, Es en la
versión del texto donde empieza lo importante, lo importante de lo que
Freud nos dice que está dado 'en la elaboración del sueño, es decir en su
retórica.
[…]

85 de 147
BIBLIO. / J. Lacan - Escritos

Para decirlo todo, en ninguna parte aparece más claramente que el deseo
del hombre encuentra su sentido en el deseo del otro, no tanto porque el
otro detenta las llaves del objeto deseado, sino porque su primer objeto es
ser reconocido por el otro.
¿Quién de entre nosotros, por lo demás, no sabe por experiencia que en
cuanto el análisis se adentra en la vía de la transferencia -y éste es para
nosotros el indicio de que lo es en efecto-, cada sueño del paciente se
interpreta como provocación, confesión larvada o diversión, por su
relación con el discurso analítico […]
257-258

(1957) La instancia de la letra en el inconsciente o la razón


desde Freud
La primera cláusula articulada desde el capítulo liminar, porque su
exposición no puede sufrir retraso, es que el sueño es un rébus. Y Freud
estipula acto seguido que hay que entenderlo, como dije antes, al pie de
la letra. Lo cual se refiere a la instancia en el sueño de esa misma
estructura literante (dicho de otra manera, fonemática) donde se articula y
se analiza el significante en el discurso. Tal como las figuras no naturales
del barco sobre el tejado o del hombre con cabeza de coma
expresamente evocadas por Freud, las imágenes del sueño no han de
retenerse si no es por su valor de significante, es decir por lo que
permiten deletrear del “proverbio” propuesto por el rébus del sueño. Esta
estructura de lenguaje que hace posible la operación de la lectura, está en
el principio de la significancia del sueño de la Traumdeutung.
490
Digamos que el sueño es semejante a ese juego de salón en el que hay
que hacer adivinar a los espectadores un enunciado conocido o su
variante por medio únicamente de una puesta en escena muda. El hecho
de que el sueño disponga de la palabra no cambia nada a este respecto,
dado que para el inconsciente no es sino un elemento de puesta en
escena como los otros. Es justamente cuando el juego e igualmente el
sueño tropiecen con la falta de material taxiemático para representar las

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BIBLIO. / J. Lacan - Escritos

articulaciones lógicas de la causalidad, de la contradicción, de la


hipótesis, etc., cuando darán prueba de que uno y otro son asunto de
escritura y no de pantomima. Los procedimientos sutiles que el sueño
muestra emplear para representar no obstante esas articulaciones lógicas
de manera mucho menos artificial que la que el juego utiliza
ordinariamente, son objeto en Freud de un estudio especial en el que se
confirma una vez más que el trabajo del sueño sigue las leyes del
significante.
El resto de la elaboración es designado por Freud como secundario, lo
cual toma su valor de aquello de lo que se trata: fantasías o sueños
diurnos, Tagtraum para emplear el término que Freud prefiere utilizar para
situarlos en su función de cumplimiento del deseo (Wunscherfüllung). Su
rasgo distintivo, dado que esas fantasías pueden permanecer
inconscientes, es efectivamente su significación. Ahora bien, de éstos
Freud nos dice que su lugar en el sueño consiste o bien en ser tomados
en él a título de elementos significantes para el enunciado del
pensamiento inconsciente (Traumgedanke) -o bien en servir para la
elaboración secundaria de que se trata aquí, es decir para una función,
dice él, que no hay por qué distinguir del pensamiento de la vigilia (von
unserem wachen Denken nicht zu unterscheiden). No se puede dar mejor
idea de los efectos de esta función que la de compararlos con placas de
jalbegue, que aquí y allá copiadas a la plancha de estarcir, tenderían a
hacer entrar en la apariencia de un cuadro de tema los clichés más bien
latosos en sí mismos del rébus o de los jeroglíficos.
492
En el análisis del sueño, Freud no pretende darnos otra cosa que las
leyes del inconsciente en su extensión más general. Una de las razones
por las cuales el sueño era lo más propicio para ello es justamente, nos lo
dice Freud, que no revela menos esas leyes en el sujeto normal que en el
neurótico.
494

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BIBLIO. / J. Lacan - Escritos

(1958) La dirección de la cura y los principios de su poder


Ahora bien, el sueño no es el inconsciente, nos dice Freud, sino su
camino real. Lo cual nos confirma que es por efecto de la metáfora como
procede. Es este efecto el que el sueño descubre.
[…] Freud está lejos de alimentar este equívoco. Nos advierte por el
contrario que en el sueño solo le interesa su elaboración. ¿Qué quiere
decir eso? Exactamente lo que traducimos por su estructura del lenguaje.
¿Cómo podría haberlo advertido Freud, puesto que esa estructura no fue
articulada por Ferdinand de Saussure sino más larde? Si ésta recubre sus
propios términos, no es por ello sino más impresionante el que Freud la
haya anticipado. ¿Pero dónde la ha descubierto? En un flujo significante
cuyo misterio consiste en que el sujeto no sabe ni siquiera dónde fingir
que es su organizador.
602-603
Un sueño pues no es más que un sueño. Puede incluso leerse de la
pluma de un psicoanalista metido a la enseñanza que es una producción
del Yo. Esto prueba que no se corren grandes riesgos queriendo
despertar del sueño a los hombres. Lo vemos proseguirse en plena luz, y
en aquellos que no se complacen en soñar.
Pero incluso para estos, si son psicoanalistas, debe leerse a Freud sobre
el sueño, porque no es posible de otra manera ni comprender lo que él
entiende por el deseo del neurótico, por reprimido, por inconsciente, por la
interpretación, por el análisis mismo ni acercarse por poco que sea a su
técnica o a su doctrina.
604-605

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BIBLIO. / J. Lacan - Otros escritos

C / Otros escritos, Buenos Aires, Paidós,


2012.

(1958) El psicoanálisis verdadero, y el falso


Si volvemos a la emergencia (en la genialidad de Freud) de la
interpretación (Deutung) de los sueños, de la psicopatología cotidiana

y del rasgo de ingenio, es decir, al registro de lo que a partir de ahí sale

a la luz del conocimiento y de la praxis bajo el nombre de inconsciente,
reconoceremos que son las leyes y los efectos propios del lenguaje

los que constituyen su causalidad; causalidad que hay que denominar
lógica más que psíquica, si damos a la lógica la acepción de los efectos
del logos y no solamente del principio de contradicción.
182
Pero debemos entender a Freud cuando nos dice que, del sueño, solo le
interesa su elaboración.
187

(1965) Homenaje a Marguerite Duras por el arrobamiento


de Lol V. Stein
No es, manifiesta en Jacques Hold, su división de sujeto lo que va a
retenernos más tiempo, sino lo que él es en el ser de a tres donde, Lol se
suspende, aplicando sobre su vacío el “yo pienso” de sueño malo que
constituye la materia del libro. Pero, al hacer esto, él se contenta con
darle una conciencia de ser que se sostiene fuera de ella, en Tatiana.
Este ser de a tres, sin embargo, es en realidad Lol quien lo dispone. Y
porque el “yo pienso” de Jacques Hold llega a atormentar a Lol con un
cuidado demasiado cercano, al final de la novela, en la ruta por la que él
la acompaña en un peregrinaje al lugar del acontecimiento, Lol se vuelve
loca.
213

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BIBLIO. / J. Lacan - Otros escritos

(1966) Pequeño discurso a la ORTF


Aun sin saberlo, todo el mundo considera ahora como hechos lo que
durante mucho tiempo solo fueron puros y simples desechos: lo que se
llamaba actos fallidos; lo mismo para lo que había quedado reducido al
estatuto de objetos curiosos que un aficionado ponía de relieve con un
gesto despectivo: los sueños.
239
Los sueños se traducen en ellos al modo escolar, gracias a un diccionario
que cada uno tiene en la cabeza y que se llama asociación libre,
¿asociación libre de qué?, de lo que se le ocurre contar. Pero aquí no son
las cosas las que para Freud dan el sentido, sino los puntos de
concurrencia que se desprenden de un texto, y de una especie de calco
con el cual vuelve a aplicar la palabra sobre la palabra, la frase sobre la
frase, lo verbal sobre lo verbal, así hasta el retruécano.
240

(1970) Alocución sobre la enseñanza


El sueño del saber engendra monstruos, a decir verdad, civilizados: al
seguir la guía de mi S barrado, ustedes ven que el enseñante se
encuentra aquí en el registro de la producción, lo que no sale de lo
verosímil.
321

(1970) Radiofonía
He aquí más de lo que se necesita para justificar el recurso a la metáfora
para hacer entender cómo, al operar al servicio de la represión, produce
la condensación que Freud pone de relieve en el sueño.
Pero, en lugar del arte poético, lo que operan aquí son razones.
Razones, es decir, efectos de lenguaje en tanto son previos a la
significancia del sujeto, pero que la hacen presente al no deber aún
servirse del representante […]
[…] Si en el sueño él no piensa, es para estar en el estado de puede ser.
Por lo que se demuestra lo que él sigue siendo en el despertar y por lo

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BIBLIO. / J. Lacan - Otros escritos

que el sueño resulta realmente la vía regia para conocer su ley.


440

(1972) …o peor. Reseña del Seminario 1971-1972


Ese Uno se repite, pero no se totaliza con esa repetición: es lo que se
capta de las nadas de sentido, hechas de no sentido, a reconocer en los
sueños, los lapsus, incluso las “agudezas” del sujeto para que él se
percate de que ese inconsciente es el suyo.
576

(1974) Televisión
Aquí un paréntesis, ¿el inconsciente implica que se lo escuche? En mi
opinión, sí. Pero no implica seguramente sin el discurso al cual ex–siste
que se lo evalúe como saber que no piensa, ni calcula, ni juzga, lo que no
le impide trabajar (en el sueño por ejemplo). Digamos que es el trabajador
ideal, del cual Marx hizo la flor de la economía capitalista en la esperanza
de verlo tomar el relevo del discurso del amo: lo que ocurrió en efecto,
aunque de una forma inesperada. Hay sorpresas, en esos asuntos de
discurso; es precisamente debido al hecho del inconsciente.
544

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BIBLIO. / J. Lacan - Otros textos

D / Otros textos.

(1975) Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter. En


Gorali, V. comp. Estudios de psicosomática, vol. 2. Buenos
Aires. Atuel - Círculo Analítico de Psicosomática, 1994
Creo que es preciso distinguir lo que ocurre a este nivel del orificio
corporal de lo que funciona en el inconsciente. En el inconsciente algo
enteramente análogo es significable. Creo que es eso ante lo que Freud
se detiene como en el ombligo del sueño puesto que es a ese propósito
que emplea el término unerkant, no-reconocido. Creo que de lo que se
trata es de lo que llama -y designa expresamente en otra parte- lo
urverdrangt, lo reprimido primordial. […] En relación a este urverdrangt, a
este reprimido original -ya que se planteó recién una pregunta que
concierne al origen-, Freud vuelve a propósito de lo que se tradujo
literalmente por ombligo del sueño. Es un agujero, es el límite del análisis,
tiene evidentemente algo que ver con lo real, que es un real
perfectamente denominable. Denominable de un modo que es de puro
hecho. No es por nada que pone en juego la función del ombligo.
10-11

(1978) El sueño de Aristóteles. En Estudios psicoanalíticos, n.


2. Madrid. Eolia. 1994
Aristoteles soñaba, como todo el mundo. ¿Es él quién se creyó obligado a
interpretar el sueño de Alejandro sitiando a Tiro? Sátyros-Tiro te
pertenece. Típica interpretación-juego.
15
En tanto analizante sueña, el psicoanalista debe intervenir. ¿Se trataría
entonces de despertar al analizante? En ningún caso es lo que éste
desea -al soñar, preserva la particularidad de su síntoma-.
16

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BIBLIO. / J. Lacan - Otros textos

He hablado del despertar. Justamente hace poco soñé que el despertador


sonaba. Freud dice que se sueña con el despertador cuando uno no
quiere de ningún modo despertarse.
17

Responsables: Mercedes de Francisco y Julia Gutiérrez


Colaboradores: Miriam Chang, Gustavo Dessal, Manuel Fernández
Blanco, Constanza Meyer, Manuel Montalban, Sonia Arribas y Howard
Rouse.

93 de 147
BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

JACQUES-ALAIN MILLER.

A / Curso La Orientación lacaniana. Buenos


Aires, Paidós.

(1983-83) Respuestas de lo real (inédito)


Clase del 14 de diciembre de 1983
El paciente que mencioné antes, no necesitaba que yo considerara que lo
que había soñado bajo esta forma de matema tenía una virtud esencial
para él. Había decidido por su cuenta mantener este sueño como una
respuesta esencial y, por lo tanto, decisiva para él. En este sentido, la
experiencia misma es el camino hacia una indeterminación según las
respuestas retenidas como significativas. De esta manera podemos
comprender de qué manera el producto propio de la experiencia analítica
son los significantes que se eligen y que, al final, forman un pequeño
botín -un pequeño botín de esos significantes que ha conservado.
Obviamente, surge la pregunta de qué puede hacer con este pequeño
botín.

Clase del 14 de marzo de 1984


¿Cómo llama Lacan al fantasma aquí? Él llama al fantasma lo que en
realidad es la descomposición de la muñeca narcisista. Lo que llamamos
narcisismo es el pegamento que une esta imagen multiforme y
heterogénea, y la palabra fantasma llega a denotar el momento en que,
en los sueños, en las obsesiones y las alucinaciones, este pegamento se
disuelve y este cuerpo se parte en pedazos. El fantasma de castración es
la elección de una parte especial del cuerpo donde se materializa de

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

alguna manera esta deslocalización y desmembramiento: «El fantasma de


la castración se refiere al mismo objeto. Su forma no depende del sexo
del sujeto, y determina, en lugar de sufrir, las fórmulas de la tradición
educativa; representa la defensa que el yo narcisista opone a la
renovación de la ansiedad que tiende a sacudirlo».

Clase del 28 de marzo de 1984


La demostración de Lacan es, en efecto, bajo este encabezado,
enteramente significante. Incluso profesa que Freud sólo se ocupa de la
significación del sueño. Incluso es así como propone re-traducir La
interpretación de los sueños. Lacan se apoya en Freud, para quien, según
él, sólo interesa la estructura del lenguaje de los sueños. Además, no da
otra salida a la experiencia analítica que la de «hacer captar al paciente la
función significante que tiene el falo en su deseo». Y, analizando el sueño
de la bella carnicera, lo hace caer sobre el famoso salmón, el salmón que
es presentado en el restaurante bajo un velo que se arranca, y que es una
representación del significante fálico.

(1986-87) Los signos del goce


La invención de saber (clase del 4 de marzo de 1987)
¿Qué saber está en juego en el final del análisis? Se trata del saber de
cierto número de evanescencias, de mutaciones subjetivas, de palabras
que han actuado y han transformado al sujeto. Esto significa que se sabe
algo sobre algo, pero que, precisamente, ese algo ya no existe. En el
análisis podemos comprobarlo del modo más seguro. Por ejemplo, para
tal sujeto, esto se vuelve manifiesto por el hecho de que ya no sueña de
la misma manera, ya no sueña con las mismas figuras y, además, ya no
sueña en la misma lógica.
Entonces, ¿qué valor tiene en ese momento lo que se ha podido aprender
de los sueños anteriores? Se exige un nuevo saber, que consiste en
recordar y que es la verdad de lo que llamamos anamnesis en la
experiencia analítica. El saber del que se trata es tan solo el recuerdo de
aquello por lo que se ha pasado. O sea que no es un saber estable. No es

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

el saber de una verdad que podría contemplarse, sino el de una verdad


que se transforma. Es el saber de algo que se ha desvanecido.
225-226

La vía del síntoma (clase del 24 de junio de 1987)


Por supuesto, hay sentido en el sueño y es lo suficientemente incoherente
como para que sea razonable recurrir al Otro a fin de que adquiera un
sentido completo, coherente. Les recuerdo que esta práctica data de la
antigüedad, donde los sueños ya estaban animados por un deseo de
cobrar sentido.
El síntoma consiste y se distingue del sueño, cuyo deseo insiste. Además,
no puede decirse que el síntoma esté animado por el deseo de cobrar
sentido, mientras que del sueño es posible afirmar que en sí mismo ya es
una interpretación. El síntoma, en cambio, no es una interpretación, sino
más bien una invención.
443

(1989-90) El banquete de los analistas


Ignorancia, trabajo, pereza, producto (clase del 6 de diciembre
de 1989)
Busquemos la prueba en Freud, precisamente cuando aborda el
inconsciente por el sueño, del cual hace primero una satisfacción.
Necesitará́, sin embargo, más tiempo para reconocer también en el
síntoma -que primero identificó como un saber, como un mensaje
descifrable- una satisfacción, aunque más allá del principio de placer. En
cambio el sueño, vía regia de acceso al inconsciente, rápidamente es
caracterizado como una satisfacción. De aquí la dificultad, el problema
con la pesadilla. Definir el sueño como una realización del deseo significa
que el sueño ya no deja nada por desear. Y no veo por qué […] no podría
decir, en este sentido, que el inconsciente freudiano es beatitud, en tanto
saber que es goce.
80

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

La paradoja de la garantía (clase del 7 de marzo de 1990)


Hay algo que comparten las formaciones del inconsciente y es que,
cuando se producen, ya no se puede decir: Sé quién soy (especialmente
en el sueño uno se pregunta quién es y dónde está). En otras palabras,
resumo la teoría de la identificación como lo que le permite formular al
sujeto: Sé quién soy y dónde estoy.
247

El fin del análisis (clase del 23 de mayo de 1990)


Podría hacerse de la práctica del control, que no está reservada a los
alumnos de Lacan, un argumento que apoye la definición del inconsciente
estructurado como un lenguaje. Y este argumento es el mismo que
invalida la objeción de Paul Valéry, quien consideraba a Freud muy
estúpido por creer alcanzar los sueños mediante lo que se le relataba de
ellos. La experiencia viva del sueño -Valéry se refería a los suyos- tenía, a
su entender, poco que ver con lo que se narraba o se podía narrar sobre
él. Lo que le falta a Valéry no es la exactitud descriptiva sino una
transferencia con Freud. Se trata de aceptar, a partir de este impasse
entre el sueño y su relato, que el inconsciente que refiere Freud está en el
relato de los sueños, en la función de la palabra, y no en su vivencia
perceptiva.
386

(1993-94) Donc. La lógica de la cura


¿Cómo se inician los análisis? (clase del 27 de abril de 1994)
Freud llama transferencia al hecho de que el paciente de ahí en más da
crédito al analista, en particular a lo que dice. Y como en razón de la
represión misma el sujeto no lee de la buena manera y sufre una
resistencia interna al decir, una vez que reconoce la autoridad del analista
este tiene los medios para guiarlo en su lectura. El analizante
condesciende a la interpretación del analista en razón de la transferencia.
De tal suerte que para Freud el surgimiento de la transferencia traduce el
hecho de que, para el sujeto, el analista accede a una posición de

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

dominio –en el nivel de lo inconsciente, ya que eso se localiza mediante


los sueños, por ejemplo-, y que eso condiciona la eficacia de la
interpretación.
291

Significación y satisfacción (clase del 18 de mayo 1994)


Por una parte hay significantes que no sabemos qué quieren decir, incluso
cuando los interpretamos, o sea que hay efectos de sinsentido imposibles
de eliminar. Por otra parte es un hecho que regularmente no se produce
satisfacción, sino insatisfacción. De un lado sinsentido, del otro
insatisfacción. Tal es el lugar que Freud reserva, por ejemplo en su
Traumdeutung, a la pesadilla, que traduce cierto fracaso del principio del
placer. Volverá a este asunto hasta llegar a dar una importancia fabulosa
al hecho de la repetición. Si esta tiene ese lugar en la obra de Freud, y si
Lacan llegó una vez a hacer de ella uno de los cuatro conceptos
fundamentales del psicoanálisis, es porque la repetición traduce
precisamente el tropiezo del principio del placer, y también el tropiezo en
el orden de la satisfacción. Repetición quiere decir que algo no se
consuma, no se extingue en la satisfacción del placer y tampoco en la
satisfacción de la significación. Quiere decir que algo recomienza porque
no se satisface.
351-352

El acto sexual y el acto analítico (clase del 22 de junio 1994)


En efecto, en la Traumdeutung la interpretación está separada de la cura;
se ejerce sobre textos de sueños, muchos de los cuales están extraídos
del material que el sujeto Freud proporciona al intérprete Freud. Por eso
no se topa con algunas dificultades; en particular no hay interrupción del
trabajo, mientras que cuando utiliza esta interpretación en la cura se ve
forzado a constatar que el primer resultado es el alejamiento de la
paciente. Por otra parte, gracias a esta desagradable sorpresa descubre
que la interpretación práctica es asediada por la transferencia, y que esta

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

puede constituirse en la cura de tal modo que ponga fin a la interpretación


y a la cura misma.
440

(1994-95) Silet (inédito)


La mirada lacaniana (clase del 31 de mayo de 1995). En La
ciudad analítica, n. 1. Bs. As. Instituto Clínico de Buenos Aires. Grama.
Tchoang-tseu sueña que es una mariposa, y luego, una vez despierto, se
pregunta si no es la mariposa que sueña que es Tchoang-tseu. Pareciera
ser perfectamente reversible: porque sueño que soy una mariposa, podría
bien ser que la mariposa soñase que es Tchoang-tseu y que yo no sea
más que un sueño de mariposa. Pero lo que indica Lacan es que no hay
simetría entre el sueño de Tchoang-tseu y lo que sería el sueño de la
mariposa. No hay simetría porque, precisamente, en el estado de vigilia,
cuando Tchoang-tseu es Tchoang-tseu, se hace preguntas sobre lo que es
ser Tchoang-tseu, es decir que se ubica respecto de otra cosa, respecto
de otros, respecto del sueño, y se pregunta si él es verdaderamente
Tchoang-tseu. La condición para ser Tchoang-tseu es finalmente
preguntarse si se es Tchoang-tseu. Sería grave si Tchoang-tseu no tuviera
ninguna duda al respecto. Pero cuando sueña, es la mariposa del sueño y
listo. No se hace la pregunta. Es absolutamente la mariposa. Ese es el
comentario de Lacan.
¿Por qué lo introduce? Porque en el sueño soy forzado, se me obliga, soy
dominado de punta a punta. En el sueño, estoy enteramente gobernado
por el Otro. Es el Otro que manda, y yo no sé a dónde me lleva. Ahí, no
tengo margen para hacerme preguntas y perder tiempo como en el estado
de vigilia. El sueño es la mirada del Otro en tanto que me obliga. Por el
contrario, en la vigilia, pienso que soy yo quien se ve y tengo entonces
una ilusión de actividad, de propiedad: son mis representaciones.
20

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

Clase del 12 de julio de 1995. Disponible en: http://www.eol.org.ar/


template.asp?Sec=publicaciones&SubSec=impresas&File=impresas/col/
tematicos/realidades/miller.html
¿Y los sueños entonces? Los sueños -“vía regia del inconsciente”,
afirmaba Freud-, no se trata solamente de que haya que interpretarlos,
sino que si hay que interpretarlos es porque están cifrados. Lo que debe
interrogarnos, entonces, ¿es la significación a interpretar o el porqué del
cifrado? Constatamos a partir del sueño que el primer efecto del
inconsciente es cifrar, es darnos un mensaje cifrado. Por ello Lacan
propone como definición del inconsciente la siguiente: el inconsciente es
cifrado. Nos resulta necesario suponerle una satisfacción a este cifrado
mismo; el goce está en el cifrado mismo.

(1995-96) La fuga del sentido


Inconsciente intérprete (clase del 19 de junio de 1996)
En la vida diurna hay un cúmulo de pensamientos, un fondo de
pensamientos que no llega a su conclusión. Esto quiere decir que
tenemos un entonces que no surge donde debería. Un cierto resto por
pensar perdura. Es la causa eficiente del sueño. La causa eficiente del
sueño, para Freud, es el resto por pensar. Este resto por pensar, que está
allí como un trozo de la conclusión, en la clasificación que Freud usa en
esa época, es lo que para él es del orden del preconsciente.
[…] Ese resto de pensamiento que perturba, que moviliza la energía, y
que impediría dormir produce, por el sesgo del deseo, un sueño que como
tal es un velo, el velo del resto por pensar. Si no hubiera ese velo, el resto
por pensar los despertaría, les impediría dormir. El sueño que ese resto
suscita envuelve a ese resto por el sesgo de un deseo, y al mismo tiempo
los envuelve en los velos del dormir.
419-420

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

(1997-98) El partenaire-síntoma
El concepto de goce (clase del 21 de enero de 1998)
La interpretación de los sueños está hecha para mostrar que hay un
estatuto del pensamiento que es básicamente inconsciente. La
demostración de la Traumdeutung, para hablar con propiedad, es que hay
pensamientos del sueño que son interpretables y, por lo tanto, el primer
estatuto del pensamiento es inconsciente, como dice Lacan: «La
característica del inconsciente es la de revelarse como el lugar de un
pensamiento abundante» al cual la conciencia sin embargo no tiene
acceso.
186

La estructura del más allá (clase del 28 de enero de 1998)


Recuerden cómo Freud justifica esta instancia de la satisfacción
alucinatoria. Trata de dar cuenta de cómo el sueño es posible y a qué
satisface. Cuando emplea el término alucinatorio lo hace evidentemente
en relación con el fenómeno del sueño, al que se aboca el aparato
psíquico, y que habría que suponer que se satisface allí, por fuera de lo
que podría obtener del mundo exterior.
195
¿De qué manera intenta justificar este fenómeno? Se los recuerdo: a
través de una inscripción […] Esta inscripción determina que en la
satisfacción directa interfiera la función de la memoria, bajo la forma [...]
de lo que llama la imagen o la huella mnémica, algo que queda inscripto
de la experiencia directa y que vuelve.
196
Por esta razón podemos decir que el capítulo sobre la otra satisfacción
constituye un cuestionamiento del fundamento mismo de lo que
aprendimos de Lacan, porque el seminario Aun fue hecho para decir, por
el contrario, que el significante se sitúa a nivel del goce, es decir, para
eliminar la dicotomía introducida entre lo libidinal y lo simbólico. Cuando
Lacan vuelve a hacer que se encuentren lo libidinal y lo simbólico, es
decir, cuando piensa el lenguaje a partir del goce, reencuentra los

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

caminos de Freud en su capítulo VII, donde el significante imagen


mnémica está ligado a la experiencia de satisfacción.
202-203

(1998-99) La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica


Lo real en lo simbólico (clase del 13 de enero de 1999)
Por ejemplo, alguien tan sofisticado, preciso, original como Paul Valéry, un
espíritu tan distinguido que cuando se despertaba al alba o en medio de la
noche anotaba para sí mismo -aunque algunos se recogieron y
publicaron- sus pensamientos respecto del sueño, hacía a Freud una
objeción esencial, oponiendo el sueño vivido y el sueño contado.
Sostenía, pues, que no había relación entre ambos, y que él mismo
intentando recobrar el tono propio del sueño vivido, no veía en el sueño
contado más que un subproducto, un disfraz. Este tipo de objeción estuvo
en boga por otra parte cuando se publicó La interpretación de los sueños
y cuando el psicoanálisis comenzó a propagarse.
La objeción a la objeción es que se desconoce allí ́ el privilegio de lo
simbólico, y que en el psicoanálisis solo tratamos con el sueño contado,
hablado, que pasa por el discurso, que se presta a los lapsus, los chistes,
las asonancias y a los más o menos, etc. Este es nuestro sueño, no es un
sueño del simbolismo sino de lo simbólico; la objeción es fuerte y fue
detallada por Lacan. Dejaremos entonces de lado por esta razón el
termino vivido señalando sin embargo que no es indiferente que estemos
pese a todo aquí, de manera torpe, equivoca, equivocada, primitiva,
intentando captar cierto déficit de lo simbólico respecto de lo real.
101-102

(2000-01) El lugar y el lazo


La no relación (clase del 22 de noviembre de 2000)
[…] en el pequeño escrito llamado “La responsabilidad moral por el
contenido de los sueños” […] Freud nos muestra en 1925 que el sujeto se
rebela contra el contenido inmoral de sus sueños y se escabulle al estilo
de No soy yo, es mi inconsciente, es decir, Mi inconsciente y yo somos

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

cosas diferentes. […] Freud nos detalla cuáles son los modos de
exclusión. El sujeto puede excluir de su ser sus sueños, según dice, por la
indulgencia, por la banalización (No es nada, eso no cuenta), por la
angustia (que precipita su despertar cuando su sentido moral es
contrariado por lo que le surge en sueños). La réplica de Freud es tajante,
definitiva: “Desde luego, uno debe considerarse responsable” por sus
sueños. […] Me parece que Freud aquí subraya este “Desde luego”
porque están en juego los fundamentos mismos del psicoanálisis. Mi ser
está tan allí como en mi yo de la vigilia, y más también. Como dice Freud,
“es una parte de mi ser”, ein Stück von meinem Wesen. […] Lo dice al
final del texto: “eso desmentido por mí, no sólo ‘está’՛en mí, sino en
ocasiones también ‘produce efectos’ desde mí”.
39

(2006-07) El ultimísimo Lacan


Inconsciente y sinthome (clase del 14 de marzo de 2007)
Digamos que la sugestión es, en el fondo, lo mínimo de lo que, en el
significante, queda de efecto sobre el otro, sobre un otro. Lo mínimo que
queda, dice Lacan, es el imperativo. En eso todo discurso es hipnótico. La
vía de comunicación que queda abierta de un uno al otro, a otro antes de
que sea elevado como Otro, es la sugestión. La sugestión es el efecto
natural del significante. Lo entiendo de esta manera porque Lacan dice
«hay contaminación del discurso por el sueño» […].
Cuando Lacan propone la ambición de inventar un significante nuevo, hay
que entenderlo en este contexto, en el contexto en que el significante y la
sugestión fueron conectados. Cuando reclama un significante nuevo, se
trata en realidad de un significante que podría tener un uso distinto, un
uso que sería -lo dice al pasar- la sideración. De la sideración como lo
opuesto a la comprensión, e incluso, de tanto en tanto, como forzamiento
de la comprensión, Lacan ya había hablado antaño de su sistema. Pero
aquí, en el seminario L´une-bévue, reclama un significante que sería
nuevo, no simplemente para que haya un significante suplementario, sino
porque en vez de estar contaminado por el sueño, este significante nuevo

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

desencadena un despertar. Falta entonces saber en qué medida ese


despertar es posible. […]
Quizá sea en el nivel del Uno, mediante la identificación al sinthome,
donde el despertar podría, por así decir, cesar de no escribirse.
145

Momento de concluir (clase del 2 de mayo de 2007)


Lacan arroja la sospecha sobre La interpretación de los sueños. […] Sin
embargo, más allá de esta sospecha, admitamos que el sueño, el lapsus,
el chiste, se leen, y que lo que llamamos interpretar consiste en leer de
otro modo.
[…] Saber leer de otro modo, pero a condición de unir también este de
otro modo a la sigla de S(A/), lo que significa que nadie puede dejar que
otro se haga cargo de ese leer de otro modo. […] La interpretación como
leer de otro modo necesita el apoyo de la escritura, es decir, la referencia
a que los sonidos emitidos pueden escribirse de un modo distinto a lo que
se quiso. Por ello Lacan dice […] «Hay seguramente escritura en el
inconsciente».
191

Lo visual (clase del 30 de mayo de 2007)


A través de esta abundancia de toros que proviene de un intento de Lacan
por ser absolutamente inédito, trata de alcanzar lo que llama, desde el
comienzo L’insu que sait, el tejido del inconsciente –cito-: “Un sueño
comporta muchas cosas que tienen que ver con lo que podemos llamar el
tejido del inconsciente”. “El momento de concluir” se termina de hecho
con la necesidad de recomponer el tejido.
257

(2007-08) Todo el mundo es loco


Cada uno es su mundo (clase del 11 de junio de 2008)
¿Freud dijo que nada era más que sueño? Por cierto, entró en el
psicoanálisis por el sueño, por la vía real del sueño. Pero diciendo más

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

bien, por momentos soñamos y por otros no. Lacan descifró la


generalización del sueño, es decir, dijo que siempre se sueña, lo que
quiere decir: el principio del placer no se opone al principio de realidad. El
principio del placer no está solo en el sueño, el principio de realidad es el
despertar. El sueño está tanto de noche como de día. No hay un
binarismo entre sueño y no sueño. Si seguimos la enseñanza de Lacan
vemos que en su última enseñanza formuló: nos despertamos solo para
seguir soñando. Es más bien en el sueño que tenemos oportunidades de
encontrar lo real, se llama pesadilla y precisamente la pesadilla lo
devuelve a uno a la realidad para que pueda olvidar lo real encontrado en
el sueño y continuar soñando, esta vez con los ojos abiertos. La vigilia
solo es la continuación del sueño con otros medios. Este sueño no es solo
el sueño de todo el mundo, sino también el sueño de todo el tiempo. Es el
sujeto sueña, tal como el sujeto es feliz. Lo que se podría decir del
analista – si es que existe uno, como decía Lacan- es que sueña un poco
menos, que no toma toda contingencia en el régimen de la repetición.
340

(2008-09) Sutilezas analíticas


Posición del analista (clase del 26 de noviembre de 2008)
Freud utiliza en la Traumdeutung la expresión ombligo de sueño, que es
el punto donde las interpretaciones convergen, se enmarañan y dan
acceso a un horizonte indefinido. Por lo tanto, el hombre que hizo la
primera recopilación –y que aún hoy sigue siendo el único- de las
interpretaciones de sus sueños, que las multiplicó, sostiene in fine que
todas estas son inconclusas, no por fatiga o pereza, sino por estructura.
Todo sueño conlleva un ombligo, un punto en el horizonte –para decirlo
matemáticamente-, y ninguna interpretación está, hablando con
propiedad, terminada.
49

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

(2010-11) El ser y el Uno (inédito)


¿Qué es lo real? (clase del 2 de marzo de 2011). En Freudiana, n. 61.
Barcelona. ELP- Catalunya. 2011.
Ahora bien, al escrutar más adelante el goce propio de la mujer, si bien
Lacan no desmiente la incidencia de la prohibición, sin embargo aísla una
parte de goce que no responde a ese esquema que se resume por el
proceso de rehusar de entrada para posteriormente alcanzarlo, la
prohibición como etapa para el permiso. Lacan aisló esta parte del goce y
lo planteó como no-simbolizable, como indecible y como teniendo afinidad
con el infinito. Se trata de un goce que no ha sido triturado por la
“máquina no-sí” de la que les hablé antes.
A ese goce se lo encuentra, a veces, en los sueños, al menos en el de
alguien que me lo ha contado ayer: un geiser efervescente, como un
torbellino de vida inagotable y que aparece como aquello a lo que ella
siempre había intentado parecerse. Eso puede venir en un sueño.

De lo ontológico a lo óntico (clase del 9 de marzo de 2011). En


Freudiana, n. 62. Barcelona. ELP-Catalunya. 2011.
Es suficiente referirse a la experiencia del sueño durante la cura analítica,
al modo en que se memoriza en la víspera de la reanudación del análisis,
después que ha habido una interrupción. O bien el hecho de observar, en
el comienzo del análisis, sueños que emergen como signos de que la
cosa comienza a ser conmovida. O aún constatar, en el curso de la cura y
en algunos sujetos para los que el sueño es un índice esencial de su
verdad, que el estilo de los sueños se modifica. […] Se conoce la
ductilidad del sueño con respecto a la situación analítica, a la posición del
analista. Se tienen ejemplos de cómo el sueño deviene el elemento de un
verdadero diálogo, un diálogo que se prueba verdaderamente por sus
rasgos de engaño. […] Se tiene, en el sueño, el sentimiento de palpar la
cosa que habla, esta cosa freudiana que Lacan define como verdad. Es lo
que lleva hacia la fórmula que ha parecido ser el «no va más» o la cumbre
de su enseñanza, la fórmula del «eso habla».

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

Itinerario de Lacan (clase del 6 de abril de 2011). En Freudiana, n.


71. Barcelona. ELP- Catalunya. 2014.
[…] la pulsión no fue nunca inscrita por él (Lacan) en el registro de las
formaciones del inconsciente. Lo hizo más o menos con el síntoma, al que
inscribió en ese momento en las formaciones del inconsciente, pero en lo
referente a la pulsión freudiana hay algo demasiado poderoso para que
pueda ser inscrito en ese registro del que hay que decir que su rasgo más
evidente, si dejamos al margen el síntoma, es su carácter fugaz. Los
sueños se olvidan, se borran, el lapsus es momentáneo, el acto fallido
tropieza, el chiste es una ocurrencia. Puede verse sin dificultad que esas
formaciones ponen de manifiesto una ontología frágil. Es por eso por lo
que el síntoma, incluso si puede ser inscrito en las formaciones del
inconsciente puesto que se descifra como las demás, es decir, “como un
sueño”, parece evidentemente apuntar a una ontología más estable en la
medida en que implica una repetición. Desde que las formaciones del
inconsciente se repiten tienen tendencia a cambiar de registro. Cuando
tenemos un sueño repetitivo suponemos, tenemos ante la vista, la
evidencia de un trauma. Si realizamos una vez un acto fallido no pasa
nada, pero si siempre hacemos el mismo se convierte en un trastorno de
comportamiento, es decir un síntoma.

De la falta en ser al agujero (clase del 11 de mayo de 2011). En


Freudiana, n. 70. Barcelona. ELP-Catalunya. 2014.
Al pasar del reconocimiento a la causa Lacan desplaza el punto de
aplicación de la práctica analítica. Lo desplaza desde el deseo hacia el
goce. Su primera enseñanza se apoya en la falta en ser, en el deseo de
ser y prescribe un cierto régimen de la interpretación, el de la
interpretación del reconocimiento, aquella que reconoce el deseo
sobreentendido y lo muestra. Cada vez que uno se dedica a interpretar un
sueño, practica la interpretación del reconocimiento. Pero hay otro
régimen de la interpretación que se apoya, no en el deseo, sino en la
causa del deseo. Es una interpretación que trata el deseo y la falta en ser
como una defensa contra lo que existe. Al contrario del deseo que es la

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

falta en ser, lo que existe es lo que Freud abordó con las pulsiones y a lo
que Lacan dio el nombre de goce.

La causa lacaniana (clase del 18 de mayo de 2011). En


Freudiana, n. 67. Barcelona. ELP-Catalunya. 2013.
Dicho de otra manera, o retomando el título que creí poder dar al
penúltimo capítulo del Seminario del Sinthome, hay un itinerario que va de
lo inconsciente a lo real. Freud, sin duda, situó lo real en el nivel de lo que
para él era un sueño, es decir, en el nivel de una energética psíquica
hecha de redes por donde circula cierta cantidad de números y en la que
se mantiene un valor constante. Esto muestra, de todas maneras, que
tenía la idea de que a la operación analítica le hacía falta un fundamento
en lo real, fuera del sentido, que él encontró en la neurona. De este real
no se puede decir nada, salvo por diferencia con el sentido, pues ni lo es
ni lo tiene.

El ultrapase (clase del 25 de mayo de 2011). En Freudiana, n. 66.


Barcelona. ELP-Catalunya. 2012.
Lo real del sinthome, que Lacan nos propone que digamos, es la pura
percusión del cuerpo por el significante. Por otro lado, es así que define
las pulsiones en esta ocasión, como “el eco en el cuerpo de que hay un
decir”. El tema de la resonancia siempre le ha sido familiar porque lo
introdujo desde “Función y campo de la palabra y el lenguaje” e incluso
como el título de la tercera parte, página 278 de los Escritos 1: “Las
resonancias de la interpretación…” […]
Reencontrar la percusión inicial implica que se trataría de un uso lógico
que sería capaz de agotar el sentido y, diría, de dejar sin respiración.
Lacan lo evoca a propósito de Joyce cuando dice que deja sin respiración
al sueño de la literatura. Joyce lo hace con su Finnegans Wake, que está
escrito en una lengua personal que juega con todas las asonancias; y en
esta ocasión, precisa Lacan, que Joyce pone al día el sentido del síntoma
literario. Dicho de otro modo la literatura sueña y Joyce, con su novela de
asonancias, muestra de qué está hecha materialmente la literatura. […]

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BIBLIO. / J.-A. Miller - La Orientación lacaniana

Lo que está en el horizonte de lo que resalta Lacan lo sitúo […] en el


espacio del “ultrapase” en el que se trata de poner al día el sentido del
síntoma psicoanalítico, es decir, de poner al día aquello de lo que está
hecho un psicoanálisis. Es eso lo que en el “ultrapase” pasa a primer
plano. ¿De qué está hecho el apego de ustedes al psicoanálisis? ¿De qué
está hecho su apego al goce del psicoanálisis? Allí también hay un sueño,
un sueño que llama a un despertar y un despertar que no se efectúa
sobre el modelo del efecto de verdad. Pero, efectivamente, se trata de
seguir a Lacan en lo que nos indica.
Sobre este punto mostré en Montpellier […] sobre lo que convergía en el
Seminario El Sinthome. Mostré que la práctica, en tanto es lo que nos
permite inventar y teorizar, pasa por una desublimación, una
desublimación que no evita la teoría psicoanalítica, que desoxida la
práctica de su orientación hacia la verdad e incluso de su adoración a la
verdad. Es una práctica que apunta a la presión de lo real del sinthome.

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BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

B / Textos.

(1994) “Despertar” en Matemas I. Bs. As. Manantial.


No hay necesidad de que retome aquí el análisis que Lacan hizo del
sueño “Padre, ¿no ves que me abraso?” […] Allí donde Freud se detiene
para formular que se sueña para poder seguir durmiendo, Lacan
demuestra que el despertar persigue el mismo fin. […] El despertar
también sólo es sueño […] El despertar a la realidad sólo es una fuga del
despertar ante lo real, ese despertar que se anuncia en el sueño cuando
el sujeto se aproxima, como Freud mismo señala, a aquello frente a lo
cual nada quiere saber. Únicamente en sueños existe el Wisstrieb, y el
displacer, la angustia, dado el caso, despierta al sujeto para que satisfaga
el deseo de dormir y lo precipita en la rutina de su fantasma y en el
bienestar que le aseguran los discursos que lo hipnotizan.
120

(1994) “Σ (x)” en Matemas II. Bs. As. Manantial.


Nadie comienza su análisis por la certeza. La certeza, en todo caso,
idealmente, está al fin de análisis, con el relevo del acto analítico. Si la
certeza está al lado del acto, por qué no articular entonces que no está en
absoluto del lado del inconsciente. Las formaciones del inconsciente, el
relato de sueños, el lapsus, el acto fallido, el chiste y su interpretación, a
mi juicio no prueban de ningún modo la existencia del inconsciente. No
excluyen de ningún modo que el inconsciente sea imaginario. De hecho el
inconsciente es imaginario, si con ello se entiende no sólo el registro de la
imagen en cuanto diferente de lo real, sino también el registro del sentido
en cuanto diferente de lo real.
168

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BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

(1988) “Puesta en forma (II)” en 13 clases sobre el Hombre


de los lobos. Bs. As. UNSAM, 2011.
Partiendo del sueño, Freud intenta inferir lo real de una escena primaria.
En Lacan, esto se traduce en la problemática del fantasma y de lo real. El
fantasma ligado a lo real se distingue de la conexión entre el sueño y lo
real de los hechos- que es una problemática que le plantea muchos
inconvenientes a Freud. Nos faltan algunos eslabones para saber por qué
camino se llega a ese concepto de real y entender por qué Freud no lo
alcanzó. En ese sentido se le escapó la función de la mirada en el sueño.
[…] Para nosotros, la escisión del fantasma y lo real – real incluido en el
fantasma, a la vez recubierto y traicionado por este, que, en cierto
sentido, está en su lugar- ocupa el lugar de esta apasionada
reconstrucción de los hechos.
89

(1998) “La lectura del inconsciente” en Bitácora Lacaniana,


n. 1. NEL. Bs. As. Grama, 2012.
[…] la puntuación puede cambiar el valor de lo dicho hasta invertir el
sentido. Es lo que Freud había señalado a propósito de la denegación. Un
sujeto sueña, cuenta su sueño al analista, dice de un personaje. “Este
personaje no es mi madre” Freud dice: “El analista debe interpretar que
esa es su madre”. La puntuación puede hasta invertir la significación
explícita consciente de un enunciado. Todos estos ejemplos son muy
simples, pero muestran que la puntuación es responsable de la aparición
de un sentido distinto.
19

(2004) “Una fantasía” en Lacaniana, n. 2. Bs. As. EOL.


Luego, existe la práctica Lacaniana o más bien, existirá, pues se trata de
inventarla. Por supuesto, no se trata de inventar ex–nihilo. Se trata de
inventarla en la vía que abrió en particular el último Lacan. Y esta práctica
Lacaniana se deja presentir sin duda en lo que nos anima a nosotros
mismos. Entonces, lo primero para que esta cuarta práctica, la práctica

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BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

Lacaniana por venir se sostenga, se distinga de las formas que


estigmaticé, es ver bien el principio de estas tres prácticas, el principio
«eso marcha».
¡Bien! En la práctica Lacaniana hay que dejarse conducir, incluso si nos
disgusta, nos dejamos conducir por las palabras que decimos. La práctica
Lacaniana no puede tener otro principio, si se distingue de las otras, que
“eso fracasa”. La práctica Lacaniana, fracasa. Ustedes reconocen, por
otra parte, en el fracaso, un leitmotiv del último Lacan. Hizo todo para
ponerse en la posición de fallar sus nudos y evidentemente este fracaso
no es un fracaso contingente. Este fracaso es la manifestación de la
relación a un imposible.
7

(2005) Efectos terapéuticos rápidos. Bs. As. ICF-Sección


Clínica de Barcelona. Paidós.
[A propósito de un caso de traumatismo] Es muy hermoso ver cómo
finalmente a través de los sueños, precisamente, el sujeto logra recuperar
el sueño común a los humanos [...] lo que llamamos traumatismo es salir
del sueño común, del sueño de que todo va a terminar bien, o más o
menos, que la vida continúa y finalmente la curación entre comillas es
volverse a dormir, volver a recuperar el sueño común.
83

(2012) “Leer un síntoma” en Lacaniana, n. 12. Bs. As. EOL,


Grama.
Los sueños se borran. Son seres que no consisten, de los que a menudo
sólo tenemos fragmentos en el análisis. El lapsus, el acto fallido, el chiste,
son seres instantáneos, que fulguran, a los que les damos en el
psicoanálisis un sentido de verdad pero que se eclipsan inmediatamente.
[…] el sueño cambia de estatuto cuando se trata de un sueño repetitivo.
Cuando el sueño es repetitivo implicamos un trauma. El acto fallido,
cuando se repite, se vuelve sintomático, puede incluso invadir todo el

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BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

comportamiento. En ese momento le damos el estatuto de síntoma. En


ese sentido el síntoma es lo que nos da el psicoanálisis como lo más real.
14

(2013) “El Otro sin Otro. Una lectura del Seminario 6” en


Freudiana, n. 68. Barcelona. ELP-Catalunya.
Se sabe, en efecto, por el sueño que el sujeto está identificado a varios
elementos, que es disperso y múltiple, y que esta multiplicidad traduce
precisamente la falta del significante que significaría plenamente su ser.
En otras palabras, A quiere decir también que nada garantiza la verdad de
un significante de una cadena significante. En este sentido, no hay la
metáfora.

(2013) “Un sueño de Lacan” en Lacaniana, n. 15. Bs. As.,


EOL, Grama.
«Todo el mundo sueña», dice Lacan. No se tiene necesidad de él para
saberlo, pero él le agrega a esta proposición universal que se quiere
soñar, es decir, no despertar, y que no se sueña solamente cuando se
duerme sino también cuando se está despierto. Ese sueño diurno es lo
que se llama el fantasma, que es -digamos- la forma de soñar despierto.
Que el sueño proteja el dormir -como lo dice Freud- es una verdad parcial,
porque se sueña despierto. Una verdad más completa se anuncia así: el
sueño protege el goce de cada uno, goce al cual no se tiene más que
acceso particular. Ese modo de acceso se llama el síntoma.
10-11

(2015) “La transferencia de Freud a Lacan” en Seminarios


en Caracas y Bogotá. Bs. As. Paidós.
Encontramos que el término de transferencia es empleado por Freud
desde “La interpretación de los sueños”. Übertragung se la nombra desde
La interpretación de los sueños, y, ¿cuál es su uso? Es a propósito de la
psicología de los procesos del sueño. Freud explica cómo el sueño se

113 de 147
BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

apodera de lo que llama los “restos diurnos”, los recuerdos de lo que


ocurrió el día anterior. El sueño se apodera de estos elementos para
montarlos con un valor distinto, con una significación distinta a la del
momento de su primera emergencia. Son, entonces, formas vaciadas de
su sentido; muchas veces son, incluso, insignificantes, y el deseo del
sueño las inviste con un nuevo significado. Allí es donde Freud habla por
primera vez de transferencia de sentido, desplazamiento, utilización por el
deseo de formas muy ajenas a él, pero de las cuales se apodera, que
carga, que infiltra y que dota de una nueva significación.
175-176

(2013) Presentación del Seminario 6 de Jacques Lacan,


realizada en París el 26 de mayo de 2013. Disponible en:
http://www.jornadaseol.com/026/index.php?file=lecturas/textos-de-
orientacion/presentacion-del-seminario-6.html
En el capítulo X Lacan procede a una consulta metódica del fantasma y
del sueño, y encuentra entre fantasma y sueño, páginas 195-196, una
estructura simétrica e inversa. Esta dialéctica del fantasma y del sueño es
tan persistente que, en la página 250, anota que se puede distinguir el
nivel del fantasma y el del sueño: «También cabe decir que hay fantasma
por los dos lados: los fantasmas del sueño y los del sueño diurno». Dicho
de otro modo, la expresión fantasma del sueño se encuentra allí por
segunda vez en el seminario y es lo que les invito a encontrar en la
lectura. Esta dialéctica del sueño y del fantasma hace la especificidad de
los análisis del sueño que encontramos en este seminario que los
desplaza completamente respecto de los que encontramos, por ejemplo,
en el Seminario 5. La originalidad de estas interpretaciones del sueño
está en que implican el fantasma y esta categoría singular del fantasma
que es el fantasma del sueño. Vemos aquí un cierto dinamismo de la
categoría del fantasma: a partir del momento en que hay representación
hay fantasma y, en la misma línea, podríamos decir que el sueño es
fantasma.

114 de 147
BIBLIO. / J.-A. Miller - Textos

Responsable: Patricia Tagle Barton


Colaboradores:
Biblioteca NEL-Caracas: Susana Strozzi (Coordinadora), Paúl Mata,
Frank Loreto Zapata, Giselle Cardozo
Biblioteca NEL-Lima: Mackling Limache Casabona (Coordinador),
Angélica Ballón, Pilar Cerna
Biblioteca NEL-Santiago: Claudio Morgado (Coordinador), Joaquín
Carrasco, Peter Molineux
Biblioteca APEL-Santa Cruz: Teresita Del Valle Díaz (Coordinadora),
Raúl Arancibia, Fabiana Chirino, Evelyn Schetjman

115 de 147
BIBLIO. / Autores de la AMP - E. Laurent

AUTORES DE LA AMP.

A / Eric Laurent.

(1985) “Seminario sobre la interpretación, la mujer y el


cocodrilo” en Analítica, n. 6 y 7. Caracas. Escuela del Campo
Freudiano de Caracas.
El sueño se presta a la interpretación porque es, de por sí, una
interpretación. […] Esto lo sabemos muy bien por la clínica de la psicosis:
cuando un paciente delirante logra soñar los elementos de su delirio, se
produce una sedación muy importante de la angustia psicótica. Soñar es
ya interpretar lo que se impone como puramente externo.
26

(1993) “Un fantasma: Pegan a un niño” en Posiciones


femeninas del ser. Bs. As., Tres Haches. 1999, p. 32.

(1996-97) “El modelo y la excepción” en El Otro que no


existe y sus comités de ética. Bs. As. Paidós, 2005.
Desde “RSI” Lacan retoma la perspectiva sobre el sueño. Se puede
hablar de la función del sueño a partir del momento en que se aísla la
ausencia, la búsqueda imposible, no en la impotencia, sino el agujero
imposible […]
430

116 de 147
BIBLIO. / Autores de la AMP - E. Laurent

(2002) “El buen uso de la supervisión” en Virtualia, n. 5.


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(2002) “Despertar del sueño del padre” en Enlaces, n. 7. Bs.


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(2002) “El caso, de la construcción a la mentira” en


Cuadernos de Psicoanálisis, n. 26. Bilbao, Eolia.
El relato del caso freudiano, al principio, siguió el modelo de la novela
goethiana. […] Estos fijan, sin embargo, un modelo: el sueño y sus
asociaciones, derivado de la forma original puesta a punto por Freud en
su Traumdeutung, para dar cuenta de la experiencia analítica original.
Freud logra dar una forma narrativa a la estructura, liberada de los
constreñimientos del ideal.

(2005) “El origen del Otro y el objeto postraumático” en


Lost in cognition. El lugar de la pérdida en la cognición. Bs. As.
Diva.
En el borde del sistema del lenguaje, algunos fenómenos clínicos señalan
la categoría de lo real, de un real especifico del ser hablante. Estos
fenómenos están a la vez en el borde y en el corazón de este sistema.
Atañen a una topología que no es simplemente de interior y exterior.
101

117 de 147
BIBLIO. / Autores de la AMP - E. Laurent

(2005) “El tratamiento de la angustia postraumática: Sin


estándares pero no sin principios” en Lost in cognition. El
lugar de la pérdida en la cognición. Bs. As. Diva, p. 130.

(2006) “La ascesis freudiana: las cartas a Fliess” en


Virtualia n. 12. Disponible en: http://www.revistavirtualia.com/articulos/
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(2012) “Algunas reflexiones sobre los informes de lo


últimos carteles del pase” en Lacaniana, n. 12. Bs. As., EOL.
Este punto es interrogado por los dos informes: la confusión entre sueño e
interpretación produce un límite al desciframiento de lo que efectivamente
tuvo lugar en el análisis, como incluso la lectura correcta de los restos
después de la experiencia. ¿Qué protegen entonces los testimonios
cuando pueden describir largos análisis sin que aparentemente el analista
solo intervenga como subrayador de sueños?
154

(2013) “Hablar con el propio síntoma, hablar con el propio


cuerpo”. Argumento para el VI ENAPOL. Disponible en:
Disponible en: http://nelbogota.blogspot.com/2013/02/hablar-con-el-
propio-sintoma-hablar-con.html
¿Por qué en el análisis de los sueños nos obligamos a atenernos a lo que
sucedió la víspera? Para explicar el sueño, sin duda hay que referirse a
cosas que se remontan al “tejido mismo del inconsciente”. Situar el
inconsciente como tejido es también introducir lo que deja marca, o sea,
precisamente, la cuestión del trauma.

118 de 147
BIBLIO. / Autores de la AMP - E. Laurent

(2019) “Los sueños no hablan por sí mismos” (extracto de


la conversación con M.-H. Brousse). Disponible en: https://
www.pipol9.eu/2019/03/19/eric-laurent-marie-helene-brousse-los-suenos-
no-hablan-por-si-mismos/?lang=es
Se puede sostener que algo en el sueño va hacia la transferencia. Es el
lado del inconsciente transferencial o del sueño transferencial […] «sabe,
yo nunca sueño, pero es extraño, ¡anoche tuve un sueño!», listos para
empezar. La reconexión transferencial permite que se active un dirigirse a
alguien. Entonces, el sujeto comienza a reconectarse con su inconsciente,
lo que le permite saber, más o menos, dónde se sitúa en su relación entre
deseo y goce.


119 de 147
BIBLIO. / Autores de la AMP - Otros autores

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La bibliografía de “Otros autores de la AMP” ha sido elaborada


conjuntamente por las siguientes escuelas: EOL, NEL y ELP.


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BIBLIO. / El pase - Sueños y pase

El PASE

A / Sueños y pase.

AA VV
“(2010) “Informe conclusivo del cartel II” en Freudiana, n. 60
Barcelona. ELP-Catalunya:

El segundo sueño, como indica el testimonio, “marca el fin de la cura y
consta de dos cuadros. En un primer tiempo del sueño, el fin del análisis
toma la forma del despertar. Este tiempo primero del sueño se aclarará
a partir del segundo, en el que despunta el punto de imposible sobre el
que tropieza el sueño y provoca el despertar del sujeto. En efecto, el
sueño pone en escena un acontecimiento que tiene lugar en la consulta
del analista. El analizante escucha un “barullo en el corredor”, se
informa qué cosa excepcional sucede y averigua que” es un día de
duelo. El analista perdió a alguien cercano. Se va a proceder a la
autopsia del cuerpo […] La caja craneana está abierta. Alguien retira del
interior del cráneo una masa gelatinosa y la deposita sin miramientos
sobre una silla. El analizante se acerca y percibe un bloque de paté de
cabeza… ”.

Este sueño, tal como lo conocemos puso un término al análisis y
precipitó al analizante hacia la conclusión del análisis, implicándolo sin
dilación en la experiencia del pase. Tenemos derecho a suponer que,
por medio de este sueño, el analizante alcanza un límite, el límite del
tratamiento del goce por el sentido.

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(2010) “Lo que no tiene forma” en El Psicoanálisis, n. 12. Barcelona.
ELP:

Digamos de entrada lo que nos parece anudar la experiencia y el
momento del pase con la formación del analista. Es, precisamente, lo
que no tiene forma. […] Ya Freud aisló en el núcleo de las formaciones
del inconsciente el punto al que se dirigían todas las cadenas de
representaciones como ese famoso ‘Unerkannt’, lo no reconocido más
radical, que habita en el corazón del ser del sujeto. El ‘ombligo del
sueño’ fue el primer nombre freudiano de este punto sin forma.
57
(2012) “Informe conclusivo de cartel 2” en Lacaniana, n. 12. Bs. As.,
EOL:

El sueño indica, por lo tanto, que se trató de una operación de
extracción de la que resulta un resto. Ese resto, esa cosa que el sueño
muestra, hace presente lo que queda del goce del síntoma al término de
su tratamiento como semblante. En este sentido, ese resto hace
presente también un límite más allá del cual el goce el se hace opaco.
Este límite, como culminación del trabajo de elucidación, implica
también la reducción del ser hablante al Uno, al Uno de su cuerpo,
como una pura sustancia gozante.
147

Graciela Brodsky
(2006) “Mi sueño con Lacan” en Diario de las Jornadas, n. 13.
Disponible en: http://www.eol.org.ar/template.asp?
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(2012) “Informe conclusivo de cartel 1” en Lacaniana, n. 12. Bs. As.,
EOL:

Entre fuga del sentido y olvido, algunos sueños se ofrecen al pasador
como el omega del recorrido del pasante. Si el trabajo del sueño no
piensa, se extrae el ‘donde estoy’ en la interpretación, es decir, localiza
el lugar del soñador, hasta entonces a cargo del pasante.
136
Todos los pasantes informan un sueño conclusivo. Esta comunicación es
convincente cuando ella pone en evidencia un corte en relación al
antiguo material y que demuestra una modificación en el modo de goce
por deflación, o, en el mejor de los casos, por transformación, es el caso
de los sueños contados por aquellos que hemos nombrado.
137

130 de 147
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Florencia Dassen
(2017) “La reducción de lo real o como cambia el programa de
goce” en Lacaniana, n. 22. Bs. As., EOL:

Esta defensa se desbarata a partir de un sueño que permite un trabajo
entre dos lenguas, de la mano de la homofonía y el equívoco, se rompe
la juntura entre el efecto semántico de la tristeza y el objeto mirada, es
decir el sentido gozado de una mirada triste, soporte del fantasma y del
encierro que la cautivaba.
74

Danièle Lacadeé,
(2015) “Recogerse al final del análisis”, Freudiana, n. 73. Barcelona.
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(2013) “Seis puntos para la hora H” en Lacaniana, n. 15. Bs. As., EOL,
pp. 97-98.

Este conjunto de reflexiones nos lleva a pensar el pase, no solo a partir
del franqueamiento del revés del síntoma y los límites del fantasma
como sueño generalizado. El sinthome es un cercamiento del trauma
inédito. Es lo que se produce cuando uno se acerca a `lo que no cesa
de no escribirse´. Desborda las categorías. Este desborde que hemos
tratado de aislar, teniendo en cuenta, por supuesto, los tres ejes de la
clínica, de lo epistemológico y de la política. Es otra manera de decir
que estamos en la exploración de lo que queda velado en estas tres
dimensiones bajo el velo del fantasma, de los sueños (incluso los
llamados “sueños finales”), de las pesadillas; fronteras que son
permeables.
98

Ram Mandil
(2016) “Una imagen indeleble en la vida” en Lacaniana, n. 20. Bs. As.
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(1999) “Sueños de pase” en La experiencia del Pase. COL-Serie Pase
y Transmisión II. Bs. As. EOL:

El sueño se presta al fantasma y es señal de su pase al inconsciente
[…] Es así como el fantasma atraviesa la escena de sus construcción:
hace posible encontrar el real que determina el sujeto del sueño como
deseante…
33

Esthela Solano-Suárez
(2008) “Entrevista” en Lacaniana, n. 7. Bs. As., EOL:

En el momento del sueño yo me acuerdo -esto es viejísimo, de hace
trece o catorce años- que yo, la soñadora, quedo perpleja y se pregunta:
“¿Cómo una traza sobre el cuerpo si yo nunca me la ví?”, y en el sueño
la soñadora se dice: “Claro, es una traza que esta inscripta pero que no
es visible, pero que sí se puede leer”. Allí el sueño se termina cuando se
sabe que la traza es la traza de la muerte sobre el cuerpo.
68

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Lo que estos sueños tratan de situar, ya sea el encuentro con el objeto o

132 de 147
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la reducción sintomática, reducción de sentido es precisamente un


pensamiento que no se piensa a sí mismo.
67

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(2018) “Vaivén” en El Psicoanálisis, n. 32. Barcelona. ELP, pp. 287-288.
(2018) “Sueños de transferencia” en Lacaniana, n. 24. Bs. As., EOL,
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(2018) “Declinaciones de la femineidad” en Freudiana, n. 82.
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(2019) “Un sueño es un despertar que empieza” en Freudiana, n. 86.
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(2008) “Escritura de un borde” en Lacaniana, n. 8. Bs. As., EOL, pp.
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(2009) “La práctica del pase” en Feminidad y fin de análisis. Bs. As.,
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(2018) “Dejarse escribir” en Bitácora Lacaniana, n. 7. NEL. Bs. As.,
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(2010) “Buen día Escuela Una” en Lacaniana, n. 10. Bs. As., EOL, pp.
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(2011) “Despertar a la inconsistencia del Otro” en Mediodicho, n. 37.
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Mauricio Tarrab
(2008) “Entre relámpago y escritura” en Lacaniana, n. 7. Bs. As., EOL,
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(2017) “Y el soplo se vuelve signo” en Entre relámpago y escritura.
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Patricia Tassara Zárate


(2018) “Primer testimonio” en El Psicoanálisis, n. 32. Barcelona. ELP,
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(2018) “De la mirada mal-dicha al bien-decir-vibrante” en Lacaniana,
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Massimo Termini
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(2000) “La pesadilla” en Freudiana, n. 28. Barcelona. ELP-Catalunya, pp.
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(2014) “Primer testimonio” en Lacaniana, n. 17. Bs. As., EOL, pp.
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(2015) “Segundo testimonio” en Lacaniana, n. 18. Bs. As., EOL, pp.
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(2015) “Prestarse A” en Bitácora Lacaniana, n. 4. NEL. Bs. As., Grama,
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Oscar Ventura
(2017) “Interpretaciones, pasajes y rectificación. El tiempo de
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(2017) “Silencio, memoria, ruido… y olvido” en Lacaniana, n. 23. Bs.
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(2017) “Interpretaciones inolvidables” en Freudiana, n. 79. Barcelona.
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Antoni Vicens
(2008) “Testimonio” en Freudiana, n. 53. Barcelona. ELP-Catalunya, p.
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(2009) “Uso y desuso de la escena primitiva” en Mediodicho, n. 35.
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BIBLIO. / El pase - Testimonios de A. E.

(2013) “Un sueño de des-ser” en Lenta, precipitadamente: una


experiencia psicoanalítica. Bs. As., UNSAM, pp. 55-61.

Marcus André Vieira


(2013) “Primer testimonio” en Lacaniana n. 14. Bs. As., EOL, pp.
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(2015) “El grito, el tambor y el griterío” en Bitácora Lacaniana, n. 4.
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(2018) “Mordidavida” en La escritura del silencio (vos y letra en un
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Rose-Paule Vinciguerra
(2006) “Había… hay” en Lacaniana, n. 4. Bs. As., EOL, pp. 42-46.

Fernando Vitale
(2018) “Cuando nazca, ¡ni se imaginan!” en Bitácora Lacaniana, n. 7.
NEL. Bs. As., Grama, p. 195.
(2018) “De la pesadilla de la historia a los acontecimientos de
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(2018) “Parloteo y nominación” en Lacaniana, n. 26. Bs. As., EOL, pp.
117-120.

La bibliografía de “El pase” ha sido elaborada conjuntamente por las


siguientes escuelas: EOL, NEL y ELP.

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