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El Mundo Chino Jaques Gernet Resumen y Comentario
El Mundo Chino Jaques Gernet Resumen y Comentario
Introducción
Es difícil sintetizar los más de 4.000 años de historia China en poco más de 700
páginas, pero el resultado que consigue Jacques Gernet es más que notable. Estructura
su libro en 11 libros que a su vez divide en capítulos, abarcando desde la dinastía de los
Xia, en la época neolítica, hasta unos años después de la Muerte de Mao Zedong en la
segunda mitad del siglo XX.
Suele estructurar estos libros internos de la siguiente manera: Primero una pequeña
introducción. Posteriormente, la parte más densa y extensa del capítulo, a narrar la
evolución histórica del periodo. Más tarde explica la situación política, económica y
social del mismo, para acabar en la mayoría de los capítulos haciendo referencia a la
situación en la que se encontraban la filosofía y las artes en cada periodo.
El libro por lo general se lee de manera cómoda y es fácil de seguir. Sin embargo, y
sobre todo desde el principio hasta aproximadamente el periodo de las invasiones
jurchen que antecedieron a la conquista de china por parte de los mismos, y la posterior
implantación de la dinastía Yuan, el libro está escrito de manera menos fluida que desde
las invasiones jurchen en adelante. Esto posiblemente sea a causa de la enorme labor de
síntesis que el autor ha de realizar para comprimir los largos siglos de historia hasta el
momento en una extensión relativamente corta de páginas.
Es por ello que hasta las invasiones jurchen es posible encontrar una altísima cantidad
de nombres propios de lugares y personas y de fechas en cada párrafo. Esto pone trabas
a una lectura fluida ya que requiere de un gran esfuerzo por parte del lector a la hora de
intentar memorizar tantos nombres de Emperadores, nobles, generales, ciudades o
regiones y sus respectivas fechas. Sin embargo, como he explicado antes, la prosa se
destraba cuando comienza la historia de la dinastía Yuan, facilitando así la lectura del
libro.
En cuanto a la estructura de este trabajo, resultaría muy difícil resumir lo que ya está tan
bien sintetizado, así que lo que haré será, al igual que el autor, dividir el libro en 11
partes y, de manera concisa, nombrar y comentar los principales hecho que se
desarrollan y discuten cada una de ellas con el fin de hacer hincapié en aquellos hechos
que me han parecido más interesantes y dignos de mención del mundo chino en general.
Las primeras dinastías chinas conocidas datan del periodo neolítico, siendo la primera
de la que se tiene constancia la dinastía Xia. Por aquel entonces las dinastías distaban
mucho de ser aquello que la palabra dinastía evoca a la mayoría de las personas al ser
escuchada. Se trataba de tribus prehistóricas que se establecieron en el este, en la zona
del Shandon y que ya tenían un gran dominio en el ámbito de la orfebrería y el trabajo
con el bronce.
A los Xia del este los sucedieron los Shang, que se situaron más al oeste. Aumentaron la
calidad de sus productos artesanales y surgió el invento del carro. Cabe destacar la
importancia de la práctica de la adivinación en aquella época, de donde podría decirse
que surge la escritura. Era un tipo de adivinación con fuego, donde se arrojaban huesos
que posteriormente marcaban con caracteres que contenían cierto significado,
comentarios de los signos obtenidos durante el ritual. Estos caracteres, que llegaron a
ser unos 5000, son los que dieron lugar a la escritura china actual.
Pero sin duda, la dinastía más destacada de esta época pre-imperial son los Zhou, que a
su vez se dividen en los Zhou Occidentales y posteriormente, los Zhou Orientales.
Fue durante el dominio Zhou cuando por primera vez aparece la figura de los
funcionarios y la distinción entre clase civil y la militar. China experimentó una
evolución interesante de las armas y objetos de guerra, destacando la aparición de la
ballesta. La agricultura también se aprovechó de esta evolución tecnológica con la
aparición de nuevos aperos y técnica de labranza que llevaron a una mejor
productividad del suelo y a un aumento demográfico. Destacan también los avances
siderúrgicos.
Mientras que en la época de los Zhou Occidentales, éstos eran fuertes y dominaban un
estado centralizado, tras las numerosas luchas el estado se fue descomponiendo y ya, en
la época de los Zhou Orientales, éste no era más que una amalgama de diversos reinos
independientes.
La época de los Zhou Orientales se divide normalmente a su vez en una primera época:
la de las Primaveras y Otoños, y una segunda: la de los Reinos Combatientes. Durante
la época de los Zhou Orientales tuvo lugar el mayor florecimiento filosófico de China,
con la aparición de escuelas tan importantes como el Legismo, el Mohísmo o el
Confucianismo (apenas importante en aquella época en comparación con el Mohísmo).
El florecimiento filosófico en un periodo político tan inestable se debe a que a los reyes
les gustaba rodearse de eruditos y maestros en la corte y su opinión era muy valorada.
Con el fin de la época de los reinos combatientes y la ascensión de los Qin al poder,
entramos de lleno en la época Imperial de China, de la que los Qin fueron su primera
dinastía. De esta dinastía son los famosos guerreros de terracota o la primera etapa de
construcción de la Gran Muralla china, como defensa de los invasores del norte.
Algo interesante de este periodo es el uso de la ley (basada en el Legismo), por parte del
Estado para crear un estado centralizado. En el Legismo se busca una ley única,
objetiva, donde los delitos se clasifican en grados según la gravedad y la función del
juez es decidir qué tipo de delito es el delito en cuestión para aplicar las penas
necesarias. El Emperador sería la fuente única de las penas y honores, ya que los
honores también serían premiados. Se buscaba una igualdad total ante la ley,
independientemente de la casta o condición social.
De este periodo destacan las encarnizadas batallas entre los Han y los xiongnu, pueblo
de la estepa del norte. También destaca la gran expansión de los Han a pesar de las
encarnizadas luchas, llegando a alcanzar Manchuria, Corea, zonas tropicales cercanas a
Vietnam, o el Océano Índico. Esto fue causado por el desarrollo económico y al
comercio. Los Han llevaron a cabo la política de ofrecer a sus vecinos suntuosos regalos
y presentes, con el fin de mejorar las relaciones, sobre todo con los xiongnu del norte a
quienes pretendían sinizar y fragmentar, siempre sin llegar a unirlos al Imperio aunque
se crea una gran afinidad entre ellos.
Sin embargo, una serie de malas cosechas propagará la hambruna entre el pueblo y
propiciará la aparición de numerosas sectas guerreras como la de los Turbantes
Amarillos, que se sublevarán contra el Emperador. El Imperio tiene entonces un poder
solo nominal, y el verdadero poder está en manos de los soldados que luchan en las
revueltas.
Al ocaso de los Han sigue la época de los Tres Reinos, posiblemente unos de los más
difíciles de desescribir de la historia china. Con la muerte del Emperador Han, se
instaura un periodo de regencia pero el regente es asesinado. Se toma represalias
entonces contra los eunucos, finalizando en una masacre de los mismos. Este clima de
inseguridad finaliza con una guerra civil y conforme esta avanzaba, los Emperadores
Han tuvieron que huir y refugiarse en Chang’an.
Mientras tanto, los Señores de la Guerra seguían con sus caóticas luchas hasta que se
alcanzó un acuerdo entre los 3 estados rivales: Cao Wei, Shu Han y Wu oriental que
compondrían los famosos Tres Reinos. Sin duda el más destacable de ellos fue el de
Cao Wei, fundado por Cao Cao, quien instauró un régimen legista, totalmente
centralizado.
China quedó dividida en la China del norte, donde el mandato de los Wei era
incontestable, y la del sur, ocupada por Shu y Wu.
Fue entonces cuando la familia Sima se alzó contra los Wei debido a una serie de
tensiones y formó la dinastía Jin, la cual se divide a su vez en la dinastía Jin Occidental
y la Oriental. La Occidental se vio obligada a emigrar a Nankin debido a los
levantamientos de poblaciones nómadas. En Nakín, la dinastía Jin Oriental sobrevivió a
varias sublevaciones, hasta que llegó a su fin y fue reemplazada por una serie de
dinastías de reinados cortos: la Song, la Qi, la Liang y la Chen, para finalmente asistir a
una nueva unificación de China por parte de la dinastía Sui.
Si la situación era caótica en la China del Sur, en la del Norte también fue compleja.
Los tagbach, pueblo de la estepa, vencieron a los Jin occidentales y fundaron la dinastía
Wei del Norte, a la que sucedieron la del Este, Oeste, Qi del Norte y Zhou del Norte.
Durante esta época también se produce el fervor por el budismo en China, el cual había
comenzado a introducirse en el país en los siglos I-II d.C. a través de los oasis de Asia
Central gracias a los contactos e intercambios entre culturas. El hecho de que presentara
similitudes con el Taoísmo ayudó a si asimilación. La iglesia budista consiguió la
independencia del estado y no necesitaba pagar impuestos, además sus bienes eran
protegidos. Se construyeron entonces numerosos templos y gigantescas figuras en
cavidades excavadas de paredes de roca. Era la edad de oro del budismo en China, y
esto favoreció el contacto entre China y la India (de donde era originario).
Tras dedicarse a solucionar problemas internos, los Tang llevan a cabo una política
expansionista extraordinaria. Mediante la realización de un plan muy inteligente de
obras públicas, favorece las comunicaciones a través de canales entre muchas de las
grandes ciudades de China impulsando así el comercio.
Todo este clima favorable dio lugar a la impresionante expansión del Imperio, que llego
a alcanzar Corea, Manchuria, Irán o Vietnam. Si bien, esta gran extensión hace que el
mantenimiento del territorio sea complicado, debido al tiempo que se tarde en ir de un
lugar a otro, y en el gran número de soldados necesarios para mantenerlo.
De hecho, es el enorme coste requerido para mantener tal territorio, lo que acabará en la
disolución del Imperio, ya que por aquel entonces el sistema agrario seguía
degradándose, mientras que la mayoría de inversiones se las llevaba el ejército, cuyo
altos mandos estaban ganando cada vez más y más poder, lo que desemboca en la
rebelión del general An Lushan, que obliga al Emperador a huir de la capital, aunque
años después, con la ayuda de los tibetanos y uigures, los Tang podrán recuperar parte
del territorio, pero la dinastía está ya muy tocada.
El Imperio va poco a poco perdiendo los territorios conquistados, Corea, Vietnam, etc. y
el hambre entre la población empieza a resurgir. Será el turno entonces de los
comisarios imperiales al mando de las regiones militares quienes desprovean del poder a
los Tang dando lugar a una segunda gran fragmentación del país, tras la que rodeó a la
dinastía Jin y que durará más de medio siglo, dando lugar al periodo de las Cinco
Dinastías y Diez Reinos.
Es el Emperador Taizu de Song quien unifica China, pone fin a las Cinco Dinastías y
Diez Reinos y funda la nueva dinastía Song. La dinastía Song tuvo como principales a
las dinastías del norte Liao y Xian, a quien tuvo que reconocer como iguales y cada
terreno que les conquistaba, era perdido de nuevo al poco tiempo. Liao cada vez tenía
más poder y la pérdida de poder de los Song era evidente. Fue entonces cuando los
Jurchen, otro pueblo asiático del norte se rebeló contra los Liao fundando una nueva
dinastía, la Jin. Así, tras formar una alianza con los Song, destruyeron finalmente a los
Liao.
Sin embargo, nada más ver como desaparecían sus peores enemigos, los Song habrían
de enfrentarse a un enemigo aún peor ya que los Jurchen se dieron cuenta de la
debilidad china y atacaron el Imperio, capturando su capital justo después de que el
Emperador y parte de su familia huyesen.
Los Song se establecieron en una nueva capital creando la dinastía de los Song del Sur.
Finalmente, ni los Jurchen ni los Song tendrán nada que hacer ante los invasores
mongoles, que arrollarán los ejércitos de ambos e instaurarán en China la primera
dinastía extranjera, la Yuan.
En cuanto a la economía, destaca la expansión del cultivo del arroz y el aumento de las
transacciones comerciales, pero en lo que más sobresale la dinastía Song es en el
desarrollo de la marina china, que favorece los intercambios comerciales ya que el clima
(monzones) permite realizar largos viajes sin escalas.
Esta implantación de las instituciones chinas no hace que los mongoles dejen de
desconfiar de los chinos y se implanta un régimen de xenofobia en el país. Se prohíben
los matrimonios mixtos, se sitúa sólo a mongoles en los altos cargos de la
administración, se los juzga de manera distinta, etc.
Por otra parte, la obsesión de los mongoles por preservar las instituciones y la forma de
administración china tendrá éxito entre las clases altas ya que deciden no atentar contra
las grandes propiedades privadas. Esto a su vez lleva a numerosos y constantes
alzamientos campesinos.
Poco a poco el poder de la corte se debilita, mientras que las insurrecciones crecen. Las
causas, la habituales: hambre, penurias, inflación, falta de libertades…. A esto se le
suma el odio mongol por lo extranjero y los privilegios que ostentan los ricos. Así,
surgen numerosas organizaciones secretas entre las que destacan la del Loto Blanco, la
Nube Blanca, o los Turbante Rojos.
Al final, el Imperio Yuan cae debido a una serie de causas que hiciera que fuera
debilitándose cada vez más: desorden de la administración, inflación del billete,
intromisión de los monjes tibetanos en cuestiones de estado… A mediados del siglo
XIV, comienzan las primeras sublevaciones en la mayoría de las provincias y
comienzan a aparecer las primeras zonas liberadas. Estas sublevaciones son de origen
popular, y se distinguen tres focos principales pero, curiosamente, aquél que instaurará
el nuevo Imperio Ming pertenecerá a un foco secundario.
Se trata de un joven de familia humilde que se alía con los Turbantes Rojos y poco a
poco va tomando el control del país hasta conquistar la capital e instaurar la nueva
dinastía.
El gran problema inicial al que se enfrentan los Ming, es que China ha quedado
arruinada por culpa de los Yuan. Se lleva a cabo entonces un enorme esfuerzo por
resucitar y promover la agricultura: mejoras de irrigación, aumento de los terrenos de
cultivo, etc. Destaca la plantación de millones de árboles para tener madera en el futuro
para construir una flota de alta mar, y árboles frutales para asegurar la alimentación de
las familias. En cuanto a la distribución de las riquezas, descarta la cierta libertad dada a
las familias campesinas para organizarse entre ellas, lo que propulsará la aparición de
familias que se aprovechan de las demás y adquieren más poder. Mucho de los estratos
más pobres se ven obligados a ejercer pues el bandolerismo o la piratería.
Los eunucos fueron también cruciales en este periodo. Pese a que el primer Emperador
de la dinastía les prohibió aprender a leer y escribir, con el paso de las generaciones esto
cambio y se hicieron más y más fuertes. Los funcionarios llegaron a perder su influencia
en la administración en favor de los eunucos que actuaban como intermediarios entre el
Emperador y el resto del mundo. Crearon su propia burocracia aparte de los
funcionarios, obtuvieron el derecho a cobrar impuestos e incluso se crearon templos en
honor a alguno de ellos.
A pesar de todo esto, China vivió una época de bonanza y se convirtió en la potencia
marítima del mundo gracias a la construcción de una impresionante flota (con la madera
de los árboles que he mencionado antes). Se llevaron a cabo grandes exploraciones por
toda Asia y se fundaron cientos de embajadas en multitud de países. El comercio e
intercambio entre culturas florecía.
Sin embargo poco a poco el Imperio Chino empezó a decaer debido a los ataques
mongoles y al acoso de los piratas y la escasez de la plata.
Los herederos de los antiguos jurchen, los Manchúes había ayudado a China a combatir
a los japoneses en sus intentos de conquistar Corea, pero la situación cambia y se
levantan contra China, sometiéndola en apenas 50 años y fundando la nueva y última
dinastía de la China imperial, la Qing. En los primeros años la actitud mongola hacia la
población china fue de salvajismo extremo, tratándolos como esclavos y masacrándolos
cuando querían. Sin embargo, los mongoles se dieron cuenta que con esta forma de
gobierno no durarían mucho en el poder por lo que dieron un cambio radical hasta tal
punto que durante la dinastía Qing, China conoció el régimen agrario más suave de su
historia.
La dinastía Ming sobrevivió unos años más en el sur bajo el nombre de Ming del Sur, y
allí halló la complicidad del pueblo que estaba en contra de la invasión extranjera pero,
aparte de a los Qing tuvo que hacer frente a numerosos ataques por parte de piratas
japoneses.
La mayor crisis a la que tuvo que enfrentarse el reino manchú durante estos primeros
años fue la rebelión de los Tres Feudatarios, tres generales que habían ayudado a los
manchúes a hacerse con China y que se dieron a sí mismos el título de príncipes, pero
esta rebelión fue rápidamente aplastada.
A los primeros Emperadores mongoles se les conoce como los “déspotas ilustrados”, ya
que se adaptaron muy bien a la cultura china e intentaron satisfacer siempre que
pudieron al pueblo. Su totalitarismo tomó un cariz paternalista. El éxito no se debía solo
a la satisfacción del pueblo con el régimen, sino a que además, se perseguía a los
opositores. Establecieron un Imperio “confuciano”, basado en la obediencia, la
sumisión, el respeto y la ortodoxia moral.
La primera etapa de la dinastía fue una era de prosperidad, con una gran evolución de
las técnicas agrícolas, con cargas muy ligeras a los campesinos. Se produce un rebrote
del comercio y la economía gracias a las exportaciones de té, textiles o porcelanas. Esta
prosperidad dio lugar también a un importante aumento demográfico.
Uno de los grandes problemas de este gobierno es la excesiva centralización por parte
de la corte, que pretende controlar un vastísimo territorio desde Pekín. Así, las noticias
tardan varios días en llegar de un lugar a otro, por lo que una vez que llegan suelen estar
obsoletas. Además los que ostentan el poder son cada vez más corruptos y las
diferencias entre ricos y pobres se agravan.
Debido a una política derrochadora en la corte durante los últimos años de la dinastía y
a un empeoramiento en el nivel de vida del pueblo, se produjeron numerosas
insurrecciones, con la reaparición de antiguas sectas como la del Loto Blanco. Además,
mientras la economía se ahoga, el país crece demográficamente a un ritmo insostenible.
Mientras tanto, la Compañía Inglesa de las Indias Orientales tenía el monopolio del
opio, que era introducido en China en enormes cantidades mediante el contrabando,
haciendo que China vea como gran parte de su riqueza se escapa hacia la India.
Finalmente, se prohíbe la entrada del opio en el país. Se incautan más de 20.000 cajas y
se expulsa a los ingleses del país. Este hecho desembocará en la Primera Guerra del
Opio.
Las tropas inglesas desembarcan en China, conquistando algunas ciudades. Desde Pekín
deciden rendirse. En realidad, las tropas inglesas eran muy escasas pero debido al
tiempo que tarda la información en llegar a la capital, y lo poco fiable de ésta, sumado
al temor de la corte, China acaba cediendo fácilmente. Como pago dona a Inglaterra
Hong Kong, le entrega una indemnización y la convierte en la nación más favorecida en
los intercambios comerciales en China, entre otras compensaciones.
Finalmente los Qing, con el apoyo de algunas potencias occidentales, quienes veían
peligrar sus intereses por la amenaza del Taiping y gracias en parte, a la fragmentación
de la cúpula de éste, consiguen destruir a los rebeldes y recuperar las tierras.
Las consecuencias de la rebelión de los Taiping fueron desastrosas para los Qing, que
estuvieron a punto de desaparecer. Los millones de muertos ayudaron al principio a
aliviar el nivel demográfico, pero no se puedo salir a flote. La dinastía Qing estaba
herida de muerte y, poco después, resurgieron las sublevaciones.
Tras el ataque de Japón a China a finales del siglo XIX, y la firma del tratado de
Shimonoseki, por el cual Japón impone a China unas medidas compensatorias
crudelísimas, China se halla bajo la presión de tener que pagar indemnizaciones a varios
países occidentales aparte de a Japón. A esto se suma la cada vez más preocupante
forma de vida de sus habitantes ya que la plata China no para de devaluarse conforme
pasa al tiempo, y los gastos de reconstrucción del país tras numerosos conflictos.
A partir del tratado de Shimonoseki, China vive una auténtica “invasión” de empresas
occidentales que deciden establecerse en China. A pesar de los puesto de trabajo que
general las nuevas empresas, esto apenas se nota en la zona interior de China. Las
empresas chinas no pueden competir con las nuevas empresas occidentales que pagan
mucho menos impuestos y se hunden. Se llega al punto de que los países occidentales se
dan cuenta de que ya hay poco que puedan sacarle al país y muchos acaban renunciando
a sus tratos de favor comerciales y comienza la retirada de empresas del país.
Mientras tanto, la dinastía Qing, vivía sus últimos días de vida. El intento reformista del
Emperador Guangxu, cayó en el olvido tras la subida al trono de la emperatriz Cixi,
que se centró principalmente en afianzar principalmente la base de su poder.
Finalmente, bajo el mando de Sun Wen, se lleva a cabo un levantamiento popular y se
instaura la República China en 1911. Sun Wen ofrece el poder a Yuan Shikai, uno de
los notables con más poder del momento y así se convierte en el presidente de la
República.
Pese a ser un cargo temporal, Yuan Shikai manda destruir al Kuomintang, el partido que
había ganado las elecciones e instaura una dictadura. Sin embargo, al poco tiempo sus
protegidos comienzan a separarse de él y así entramos de lleno en el periodo de caos y
convulsión gobernado por los “Señores de la Guerra”. Cada señor de la guerra poseía
tierras y ejércitos y durante varias décadas, la historia de China se tradujo a los pactos y
luchas entre estos gobernantes por permanecer en el poder.
Mientras tanto, se fundó en 1921 el Partido Comunista Chino. Sun Wen consiguió
reestructurar el Kuomintang y puso a su cabeza al general Chang Kai Shek, quien, poco
a poco, consiguió empezar a unir el país y estableció una nueva capital en Nankin.
Sin embargo, el inicio de la guerra con Japón, el cual se lanzó a la invasión de China
como parte de sus planes expansionistas en Asia durante la Segunda Guerra Mundial en
1937, puso fin a los intentos de Chang Kai Shek de unificar el país.
El final de la guerra supuso la salida definitiva de Japón del territorio chino. Como
resultado de ello, los comunistas salieron de la II Guerra Mundial con una fuerza más
fuerte, disciplinada y equipada que antes. La salida de los japoneses dejaba paso así a
una guerra civil abierta entre el KMT de Chang Kai Shek y los comunistas de Mao
Zedong.
A mediados de los 50, un soplo de liberalismo recorre a la sociedad China ya que los
campesinos estaban muy descontentos con la situación. Se permite el libre mercado y se
intenta liberalizar el país para ganarse el favor de los intelectuales ya que aún muchos
no habían dado su apoyo al régimen. Tiene lugar entonces el movimiento de las Cien
Flores, cuando la mayoría de los intelectuales critican abiertamente al partido y a su
gestión, lo que lleva a una durísima represión por parte de los comunistas.
Tuvo lugar entonces el Gran Paso adelante, unas medidas para colectivizarlo todo. Se
crean comunas, se llevan a cabo enormes esfuerzos propagandísticos y se industrializa
el campo. Esto dio sus frutos pero solo durante un año, al poco tiempo vuelve a
instalarse un pesimismo general, se suceden las malas cosechas y la URSS retira su
apoyo tecnológico.
Como consecuencia al desastre del Gran Paso Adelante, se destituye a Mao, su principal
impulsor, y se vuelve a una política más conservadora. Mao, sin embargo, sigue
poseyendo un gran poder e influencia por lo que consigue volver al poder a mediados de
los 60, deshacerse de aquellos que lo criticaron y apartaron, y rodearse de un aura
mística que ciega a sus seguidores incondicionales, la mayoría jóvenes. Entramos de
lleno en la Revolución Cultural.
Mao crea los Guardias Rojos, grupos de estudiantes y escolares afines al régimen que
atacan a la mayoría de los disidentes. Sin embargo esto se va de las manos y casi
provoca una guerra civil. Mao entonces intenta frenar a los nuevos e indisciplinados
ultraizquierdistas, hasta que al final lo consigue y vuelve a recuperar su gloria y estatus.
Tras la muerte de Mao, se produce un proceso continuista, aunque cada vez menos
férreo al que sigue una inimaginable explosión económica y unos primeros síntomas de
apertura hacia el capitalismo. Esta es la situación en la que se encuentra China hoy en
día.
Conclusión
Es imposible realizar un resumen de la historia china sin dejarnos nada por el camino.
Sin embargo, en el libro El mundo chino, se hace un recorrido excelente por la historia
del país, y lo que es más importante no sólo la historia sino también la cultura: las artes,
filosofía, todo lo que en conjunto ha llegado a amasar la cultura china que hoy en día
conocemos y que tan distinta nos parece de la idea tradicional que se tiene del país. No
obstante si indagamos un poco tras la fachada, veremos que aún mantiene mucho de los
elementos del pasado que podrían darse por perdidos en un primer momento.
Es asombroso que un país haya pervivido durante tantos y tan largos años. Es cierto que
hubo momentos en los que la unidad y la identidad del país estuvieron en una situación
crítica de peligro, llevando incluso a la “destrucción” del mismo pero China parece
bendecida con la raza y la fuerza del ave fénix que la hace resurgir siempre de sus
cenizas.
Un ejemplo claro lo encontramos en los últimos 100 años, donde pasa de un estado de
crisis y bancarrota a convertirse hoy en día, en una de las principales potencias
económicas del mundo. Durante este siglo pasado ha vivido dictaduras, guerra terrible,
hambrunas, cambios de gobierno y de ideología, alzamientos y una revolución
tecnológica y económica que difícilmente se han visto antes. China siempre se levanta
y, poco a poco, parece que el yugo del comunismo actual se va aflojando. China
resistirá y nos sobrevivirá a todos. Como hace siempre.
Bibliografía