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Iván Morales
Universidad de Buenos Aires/CONICET, Argentina
Abstract Keywords
Este artículo estudia el trabajo de John Alton en Puerta cerrada (Saslavsky, 1939). John Alton
En la última interpretación musical de la película, Alton fotografía a Libertad film noir
Lamarque en plena oscuridad, logrando una impactante escena donde anticipa Luis Saslavsky
el estilo de iluminación que desarrolló en los film noirs realizados en Hollywood melodrama
tiempo después. Partiendo de esta escena, analizaré el diálogo que se produce entre Libertad Lamarque
el peculiar estilo fotográfico de Alton, el uso del melodrama que hace Saslavsky, y la cine clásico argentino
performance de Lamarque. (classic Argentine
cinema)
This article studies the work of John Alton in Puerta cerrada (Saslavsky, 1939). In
the film’s last musical performance, Alton photographs Libertad Lamarque in deep
darkness, achieving a dazzling scene that foreshadows the lighting style he later
developed in Holywood film noirs made. Starting with this scene, the article analy-
ses the dialogue generated by Alton’s peculiar photographic style, Saslavsky’s use of
melodrama and Lamarque’s performance.
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como industria, se apropiaba del sistema de géneros de Hollywood y generaba 2. Antes de llegar a
Buenos Aires, Alton
sus propias estrellas, Saslavsky se nutrió del maternal melodrama hollywood- transitó una cantidad
ense y lo cruzó con la tradición melodramática tanguera local. Siguiendo insólita de ciudades.
la lectura de Linda Williams (1998) sobre la dialéctica entre pathos y acción Sobre los datos
biográficos previos a
propia del género, centraré mi análisis en el modo en que Puerta cerrada inten- su etapa en Argentina
sifica el desborde emocional gracias a la iluminación de Alton en una escena véase el estudio
musical profundamente patética. introductorio de Todd
McCarthy (1995) a la
Christopher Beach (2015), en su trabajo sobre el proceso colaborativo entre reedición del libro de
directores y fotógrafos, señaló que la teoría de autor que predomina en los John Alton Painting
with Light.
estudios sobre cine tiende a dejar de lado la compleja interacción entre artistas
y técnicos. Para Beach, la contribución de los distintos colaboradores es esen- 3. En 1932 se hicieron 2
películas en Buenos
cial para lograr un análisis abarcador del texto fílmico: ‘rather than creating an Aires, en 1939 el
“indecipherable palimpsest,” the reading of elements such as actors’ perfor- número creció a 50.
mances and cinematographers’ visual interventions produces a more richly 4. El hijo de Papá (Alton,
layered understanding of a film’ (2015: 3). Si bien aspectos como la actuación 1934) no se puede ver
o el sonido han recibido más atención crítica, la fotografía cinematográfica no porque, según cuenta
la anécdota, Sandrini
tuvo la misma suerte. En el análisis de Puerta cerrada me interesa descentrar prendió fuego todas
a la figura del director con el fin de jerarquizar al fotógrafo, pero sin dejar de las copias. Alton
lado la dimensión colectiva que implica la creación cinematográfica. Esto me también participó
de Tararira (Fondane,
permitirá no solo analizar la composición lumínica de la escena musical final 1936), quizás la primera
sino también el desarrollo narrativo que desemboca en ese momento crucial y película vanguardista
del cine argentino.
los elementos de la puesta en escena en interacción. Aunque tampoco se
El encuentro de las tres figuras principales de Puerta cerrada no se explica conoce su existencia,
sin la intervención decisiva de Argentina Sono Film (ASF). La empresa Gonzalo Aguilar (2011)
reconstruyó el contexto
fundada por Ángel Mentasti a comienzos de la década del treinta fue la que de producción.
mejor comprendió la dinámica de una industria nacional incipiente incorpo-
rando a los nuevos talentos del mundo del espectáculo. Pero mientras que
Lamarque y Saslavsky fueron contratados para realizar un conjunto de pelícu-
las específicas, la historia de Alton y su crecimiento como fotógrafo estuvieron
íntimamente ligados al desarrollo de la empresa.
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A mediados del mismo año escribe que fue contratado por Argentina Sono
Film como supervisor técnico de toda la producción. Pero el fotógrafo tenía
en claro que no iba a abandonar su verdadera profesión: ‘as I am a born
cameraman, I am not going to trust anyone else with the lighting’ (1936b: 16).
Efectivamente, de allí en adelante, iluminó doce películas para ASF, que se
consolidaría como el estudio más importante del país y Alton, por su parte,
como el fotógrafo más reconocido. Como afirma Nicolas Poppe, este momento
representa un desplazamiento en la manera en que practicaba su oficio: ‘no
longer functioning within the more experimental confines (or, perhaps fringes)
of independent, new, or small studios, but rather within a much more indus-
trial system, Alton was forced to balance artistry and convention’ (2017: 224).
En estas películas, su particular estilo queda contenido en algunas escenas
específicas mientras que la iluminación general se acomoda a las necesidades
de la historia. Superada entonces la primera etapa del cine nacional, carac-
terizada por iniciativas amateurs y experimentales, Alton encontró en ASF un
modelo a escala de lo que había conocido en Hollywood. Es decir, el tipo de
organización industrial para el que se había formado. Tal es así que al final de
su texto realiza una elogiosa descripción de Ángel Mentasti donde lo compara
con un productor norteamericano:
Señor Angel Mentasti, president of the Argentina Sono Film, is the first
high calibered motion picture producer of the Argentine. He looks, and
is, the typical supervisor of Hollywood and would fit the executive staff 5. Cuando Ángel Mentasti
murió, el 2 de octubre
of any American major studio. Up early in the morning, reading stories de 1937, y sus hijos
for his 1936 program, interviewing foreign representatives, supervis- se hicieron cargo de
ing the building of his modern studio, casting the picture, then into la empresa, quedó
en evidencia que la
the projection room, where, with the interruption of a sandwich and a capacidad ejecutiva
glass of certified milk, sits through the afternoon signing mail, holding del pionero era
a production meeting, making preparations for the next day – in other menos virtuosa que lo
narrado por Alton. Si,
words, he is a busy man. por un lado, es cierto
(Alton 1936b: 16)5 que el viejo Mentasti
tenía la producción
planificada hasta 1939
En este sentido, la última entrega de Alton para International Photographer es (incluyendo a Puerta
elocuente. Deja de lado la tercera persona que venía usando en sus notas y se cerrada), por otro
lado, la organización
incluye dentro de lo que considera, finalmente, una industria. jurídica de la empresa
atravesaba serios
About 25 pictures were produced in the Argentine Studios during the problemas. Sobre
la reorganización
year of 1936. To Hollywood this probably looks insignificant but to us de los estudios y la
down here, considering that the first sound stage was built only four construcción de nuevas
galerías a cargo de
years ago with a yearly output of one picture in 1932, it looks different. sus sucesores, puede
We call it an industry. consultarse el artículo
(1937: 29) de Ricardo Manetti
(2000a).
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9. La mayoría de las […] Saslavsky toma todo esto y lo pule de asperezas melodramáticas con
críticas advirtieron
que las situaciones de
una brillante realización’ (Calcagno 1939: 14). El Heraldo del Cinematografista
Puerta cerrada ‘han dice que fue un logro de Saslavsky ‘mantener el melodramático asunto dentro
sido vistas ya muchas de límites sobrios’ y define como ‘esplendido’ el rol de iluminador de Alton
veces en numerosos
films provenientes (Anon. 1939b: 258). Para La Nación la película combina ‘la órbita inalterable
de distintas latitudes’ del melodrama’ con ‘la mesura de los resortes de conmoción y la fina línea
(Petit de Murat 1939: decorativa’ (Anon. 1939c: 14). Crítica observa que Saslavsky le dio ‘a muchas
4). Pero Calcagno
señaló una referencia escenas convencionales ese tinte humano, esa verosimilitud artística que son
en particular: ‘es una el sello mismo del talento directivo’ (Petit de Murat 1939: 4). La excepción fue
Madelon Claudet
criolla, con canciones’
la lúcida crítica que escribió María Luisa Bombal en Sur, donde celebra que
(1939: 14). En su Saslavsky haya entrado en el juego del melodrama, reivindicando la cursil-
análisis de Puerta ería y la inverosimilitud sin miedos ni prejuicios. Bombal pareciera contestar
cerrada, Manetti
(2000b) también a los otros críticos cuando dice que Saslavsky puso ‘habilidad, gusto y medida
recuperó esta película (medida, no afectada ni intempestiva sobriedad) en la realización (dirección,
y sostiene que The Sin fotografía, música y decorados)’ (1939: 79).9
of Madelon Claudet
(Selwyn, 1931) funciona A pesar de su corta carrera, la prensa solía caracterizar a Saslavsky como
como un ‘metarelato’. un esteticista. En este sentido, Ulyses Petit de Murat, en la línea de Bombal,
Creo que, si bien
comparten cuestiones
dijo que en esta ocasión
estructurales, hay
dos diferencias hay en él más calor de vida. Como si tácitamente hubiera querido
fundamentales: en
la versión argentina responder al reproche que, sin negarle cualidades esenciales, ha querido
el flashback no es hacer de él un preciosista, exclusivo cultivador de la belleza de la imagen
evocado por un (para lo cual, dicho sea de paso, no tiene rival entre nosotros), ha querido
personaje masculino
secundario, sino conquistar al público, sin distinción de sectores.
por una mujer (1939: 4)
protagonista; y, sobre
todo, este personaje no
es una heroína sumisa Pero la preocupación por el aspecto pictórico que efectivamente puede encon-
como Madelon. Más trarse en el director también hay que atribuírsela a los directores de fotografía
adelante volveré sobre
esta cuestión y me con los que trabajó.10 Petit de Murat fue quien mejor comprendió la importancia
referiré al diálogo que de Alton cuando lo pone a la par del director: ‘colaboró con la dirección mediante
establece la película una concepción bien definida del rol poético que la luz juega en todo el film’.
de Saslavsky con el
subgénero maternal El 23 de julio de 1939, gracias a un acuerdo entre Donald Gledhill
melodrama. (Secretario Ejecutivo de la Academy of Motion Picture Arts and Sciences),
10. Alton fue el director de Carlos Alberto Pessano (director del Instituto Cinematográfico Argentino) y
fotografía en la ópera Ángel Luis Mentasti (presidente de Argentina Sono Film), se proyectó Puerta
prima de Saslavsky,
Crimen a las 3. En las
cerrada en el Academy Theater de Hollywood. En el número de agosto, la
dos películas siguientes revista American Cinematographer reseñó la proyección enfocándose en lo que
la iluminación estuvo a se dijo sobre la fotografía:
cargo de dos fotógrafos
alemanes que también
dejaron una huella [Donald Gledhill] assured the house that for ‘sheer pictorial beauty’ what
importante en el cine was coming would hold its own with Hollywood product. The event as
argentino: Gerhard
Huttula en La fuga y it was known in a few minutes justified the prophecy. The medium and
Pablo Tabernero (Paul long shots were in a uniformly low key lighting. The shots taken nearer
Weinschenk) en Nace
un amor (1938).
the camera were remarkable for brilliance and impressive quality. They
were of the sort that get under the skin of the admirer of photographic
excellence.
(Anon 1939d: 367)
Pero más allá de los elogios, el cronista anuncia en su nota un dato peculiar.
Antes del estreno porteño de Puerta cerrada, cuando todavía Madreselva estaba
en los cines, Alton había confesado en privado que en su nuevo proyecto
probablemente introdujera ‘algo novedoso en la fotografía’. ¿A qué se refería?
Figure 1: Left: La última canción en Madreselva (Amadori, 1938, Argentina Sono Film); Right: La última
canción en Puerta cerrada (Savlasvsky, 1939, Argentina Sono Films).
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Si bien coincido con el agudo análisis que hace Karush del melodrama popu-
lar argentino y de esta escena en particular, sostengo que Puerta cerrada
habilita otra lectura que no busca contradecir su postura, sino complemen- 11. En La fuga, Saslavsky
había elegido
tarla. Al analizar solamente esta canción y proponerla como excepción trans- personalmente a Tita
gresora, la performance de Lamarque queda aislada del resto de la película y Merello porque le
de sus otras actuaciones musicales. En el fragmento citado, Karush contrasta parecía una gran actriz
(Russo e Insaurralde
esta escena con dos aspectos que serían negativos o regresivos como ‘el tono 2013: 262). En esta
sombrío y melodramático’ que domina la película y el carácter de ‘pasiva oportunidad, Lamarque
víctima melodramática’ que le atribuye a Nina. La tesis de que ‘el verdadero fue una imposición del
estudio. El director no
potencial subversivo del melodrama se descubre cuando el placer y el poder la conocía y tenía una
de la transgresión pesan más que la resolución moral final que respalda la muy mala impresión de
la actriz a causa de lo
ideología dominante’ (Karush 2013: 152), supone que la película de Saslavsky que había visto en las
no se distingue de otros melodramas argentinos más allá de la interpretación películas de Ferreyra.
alegre y sensual de ‘La morocha’ que viene a intensificar la historia antielitista Sin embargo, cuando
comenzó a ensayar se
de la película. Es decir, postula como subversión el único momento no ‘melo- llevó varias sorpresas.
dramático’ lo cual es de por sí paradójico. Es cierto que Puerta cerrada tiene un Primero, por la manera
final donde Lamarque se somete al mandato patriarcal y está muy lejos de la en que Lamarque se
maquilló a sí misma
sensualidad (aunque no de la pasión) del momento en que canta ese tema. para parecer más
Pero no creo que ‘para una audiencia que había disfrutado de la interpretación vieja. Segundo, porque
cuando comenzó a
de Libertad Lamarque de “La morocha”, esta elección patriarcal [sea], como interpretar su papel
mínimo, difícil de aceptar’ (Karush 2013: 153).
de pronto era una
Al contrario, justamente, a ese final se llega a raíz de la escena más somb- anciana de 70, 75
ría y melodramática de la película, pero no contra la voluntad de Nina. Esta años, que caminaba
escena condensa el momento de mayor autonomía y actitud activa en la muy agachada,
mirando el piso,
protagonista. Su última canción, ‘¡Por qué!’, pone en entredicho la abneg- empequeñecida, y
ación y afirma el componente transformador del pathos melodramático. Allí, la yo me quedé mudo
habilidad de Lamarque como intérprete se integra a las poéticas de Saslavsky de asombro. Ahí
descubrí que era
y Alton: Nina Miranda canta, desea, recuerda y demanda aun cuando está una gran actriz, y
al borde del llanto; y todos los elementos de la puesta en escena colaboran que si antes había
hecho películas
con la intensificación de esas acciones y emociones. Si la puerta de la gran que a mi no me
mansión finalmente se abre será gracias a esta última canción. En este sentido, gustaban pero que
‘el verdadero potencial subversivo del melodrama’ no necesita estar motivado al público sí, era
porque el público
por un elemento ajeno al modo melodramático. Puerta cerrada es una película veía que ella era
de una elaboración muy fina en más de un sentido: propone una estructur- una gran actriz.
ación no lineal del relato, pone la cuestión del punto de vista en un lugar (Russo e Insaurralde
2013: 266)
central, y opera ciertas variaciones desestabilizadoras sobre el texto estrella de
Lamarque. Así todo, nunca abandona las convenciones del melodrama, confía
en ellas. Como escribió María Luisa Bombal: ‘Hasta los más mínimos detalles
me parecen un acierto en este film, porque me gusta que se encare con serie-
dad y convencionalismo lo convencional’ (1939: 79).
La imagen que abre la película (Figure 2, left) anticipa visualmente el plano
con el que he estado insistiendo. La composición anuncia la marca estilís-
tica de Alton: en un muro que ocupa toda la pantalla se lee ‘CÁRCEL DE
MUJERES’ gracias a un haz de luz que lo atraviesa. El relato se inicia con el día
en que dejan en libertad a Nina Miranda luego de veinte años de prisión. Pero
la imagen nítida de la gran estrella argentina aparece vedada por dos barreras
(Figure 2, right): una parece inscripta sobre la mirada del espectador por la
cercanía de los objetos a la cámara, la otra sobre Nina que está detrás de los
barrotes de la celda (motivo visual que se repetirá frente a la casa cuyo ingreso
tiene vedado). Finalmente accedemos a su primer plano (Figure 3, left): ¿esa
mujer es Libertad Lamarque? Está caracterizada como una anciana, la antíte-
sis de la estrella cinematográfica: el pelo blanco, las arrugas y una iluminación
que acentúa sus facciones modelando su rostro a tal punto que la clásica y
pequeña nariz de Lamarque sobresale prominentemente.11 Este esquema de
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Figure 2: Left: La luz de Alton en el primer plano de la película anticipa el destino de la protagonista; Right:
La imagen de Libertad Lamarque doblemente obturada.
iluminación se mantiene hasta que autorizan su salida de la cárcel. Ahora sí,
el rostro resplandece: con un juego de luces, Alton imita el efecto del portón
que se abre y deja entrar la luz solar, frontal, que barre progresivamente las
sombras de su cara (Figure 3, right). La fotografía se hace presente de manera
explícita y expresiva para contar el melodrama que vive la protagonista.
La secuencia siguiente es central ya que funciona como clave de lectura
de la película. Si Alton anticipó la caracterización lumínica que llevará al
extremo en la interpretación musical del final; ahora Saslavsky insinúa, medi-
ante la sucesión de planos focalizados en la mirada de Nina, el conflicto al
que se enfrenta la protagonista (reconocerse en una imagen del pasado donde
además de ser madre fue cantante de tango), el cual también decantará en el
clímax musical. Una vez afuera de la cárcel, Nina va en la búsqueda de su hijo
que veinte años después vive con la tía de su padre muerto en una opulenta
casona. Se para frente a las rejas que la separan (de su hijo y del mundo de los
ricos) y mira por la venta, pero en lugar de encontrarlo a él observa un viejo
retrato de su juventud (Figure 5). Este acto de mirar contiene dos cuestiones
estructuradoras. En primer lugar, dispara un flashback que posiciona a Nina
como el personaje que ejercerá el punto de vista de la película. A diferencia de
otros melodramas argentinos donde las cancionistas organizan las películas a
Figure 3: Left: Libertad Lamarque modelada por sombras; Right: El sol despeja su rostro.
Figure 4: Otro ejemplo de la caracterización visual de la protagonista. Left: El plano general muestra un rostro
limpio; Right: El primer plano está afectado por la composición inclinada y en sombras.
través de lo que cantan, Nina, sin abandonar esa función, suma el rol de narra-
dora. Así, la posición de sumisión y las constantes humillaciones que debe sufrir
en la intriga contrastan con un rol activo en el relato (la manera de organizar la
intriga): lo que vamos a presenciar, lo que se nos va a contar, es su historia. En
segundo lugar, si bien la estructura dramática de Puerta cerrada – como gran
parte de las películas del subgénero maternal melodrama (Viviani 1987) – es
deudora de la obra de teatro Madame X (Bisson, 1908) y sus múltiples adapta-
ciones cinematográficas (entre ellas The Sin of Madelon Claudet, a la que ya me
referí), el plano de Nina observando a través de la ventana evoca otro tipo de
heroína menos sumisa y una referencia específica: Stella Dallas (Vidor, 1937).
En la famosa escena final, Stella mira a través de la ventana el casamiento de
su hija que se está llevando a cabo en un hogar al que no puede ingresar. Sin
embargo, entre lágrimas, sonríe. Stella Dallas y la ambigüedad de esta escena
donde la ventana remite a una pantalla cinematográfica, generaron diversas
interpretaciones y un extenso debate en la teoría feminista en torno a la repre-
sentación de la subjetividad de la mujer y a las formas de inscripción e iden-
tificación de la espectadora femenina. Contra las posiciones que plantean que
en este final el personaje de Barbara Stanwyck asume una posición pasiva y de
sometimiento al patriarcado así como invita a la audiencia a identificarse con
ese destino de sumisión; Linda Williams sostiene que una espectadora no tiene
por qué ver y creer lo mismo que la protagonista, ni tampoco existen razones
suficientes para suponer que la protagonista tiene un rol pasivo durante toda la
historia. De hecho, Williams lee instancias de negociación y resistencia incluso
en ese plano final en el que se supone que Stella pierde la condición de madre
y mujer (1984). Stanley Cavell ha ido más allá en su interpretación y observó
que en esta escena, aunque Stanwyck camina hacia la pantalla
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no entran en contradicción con la acción y el pensamiento. En este sentido, 12. Saslavsky había sido
crítico del diario
sugiero que Puerta cerrada, por las características del cine argentino y de la La Nación antes de
tradición melodramática de la cultura local, puede sumarse anacrónicamente – iniciar su carrera como
desde 1939 – pero con sus propias herramientas a la extensa discusión en director. Incluso viajó
a Hollywood en 1933
torno el melodrama que se produjo en la teoría feminista. El melodrama cine- enviado por el diario.
matográfico argentino de los años treinta pareciera precisar menos indaga-
ciones teóricas para hacer notar la relevancia de la dinámica pathos-acción
que le interesa a Williams, sobre todo cuando el pathos se expresa musical-
mente, a diferencia del caso de Hollywood donde se ha borrado esa tradición
o ha quedado invisibilizada por determinadas operaciones críticas (Altman
1989: 331; Williams 1998: 57). Hay cierta irreverencia en esta cinematografía
tan joven, donde la cultura nacional convive con una fuerte cultura cosmo-
polita, para usar lo aprendido en el cine clásico de Hollywood en combinación
con la tradición local. Así, del encuentro entre un fotógrafo austrohúngaro
educado en Hollywood, un director argentino con una amplia formación
cinéfila,12 y una estrella de la canción popular en pleno ascenso, resulta una
escena de una potencia visual y emocional peculiar.
Luego del largo flashback donde se cuenta la juventud y la caída en desgra-
cia de Nina, el relato vuelve a la actualidad. Ella quiere ver a su hijo pero le
niegan la entrada a la casa y regresa al boliche del bajo fondo donde está
viviendo, habitado por criminales de toda calaña (incluido su hermano). Desde
su habitación escucha que el ciego toca ‘Claro de Luna’ en el piano y baja las
escaleras, el el dueño apaga todas las lámparas, el ciego se levanta y Nina
queda sola en el piano. Saslavsky y Alton prepararon la escena para la última
canción. Dado que Alton es un director de fotografía formado en el estilo
clásico de Hollywood, ilumina esta escena según el discurso impartido por
la American Society of Cinematographers. Como explica Keating (2010: 72),
los fotógrafos adherían a un precepto muy arraigado que indicaba iluminar
las escenas según the-right-mood-for-the-story. Con el fin de lograr imágenes
que intensificaran las emociones que demandaba la historia, los fotógrafos
buscaban generar la atmósfera adecuada, que en este caso en particular Alton
consigue a través de las convenciones propias del género policial-criminal y su
iluminación melodramática. En este sentido, contra la tentación de etiquetar
este tipo de iluminación como expresionista, Keating sostiene que el estilo
penumbroso y de sombras densas ya existía en el cine silente de Hollywood
antes de que el expresionismo alemán se difundiera en Estados Unidos. Y
parte de su argumentación la fundamenta con una cita del propio Alton, que
en el capítulo ‘Mystery Lighting’ de su famoso libro Painting with Light rastrea
el uso de estas técnicas en películas norteamericanas de la década de 1910
(Alton [1949] 1995: 54). Alton recomienda además una larga lista de efectos
lumínicos para intensificar la atmósfera en escenas de esta clase, entre los
cuales podría haber incluido perfectamente la imagen del hombre apagando
las pocas lámparas colgantes de la pensión en la que se hospeda Nina (Figure
6, left). La habilidad de Alton para trabajar con pocas fuentes lumínicas alcanza
en esta escena un grado de maestría que años después se volvió una constante
en sus film noirs más extremos. Dicho esto, que su fotografía no sea deudora
directa del expresionismo tampoco significa que no tenga momentos donde
las convenciones y funciones del sistema de iluminación hollywoodense sean
llevados a sus límites. En palabras de Keating, ‘perhaps no other cinematog-
rapher exposes those tensions more clearly than John Alton, the ultimate noir
cinematographer – and, arguably, the ultimate mannerist’ (Keating 2010: 257).
Así como en el plano final de Madreselva extremó la blancura de Lamarque
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Figure 6: Left: Alton recurre al efecto de las lámparas para generar la atmósfera necesaria; Right: Los personajes
quedan sumergidos en la oscuridad.
sino también por la letra del tango que habla de ‘las sombras’, ‘los recuerdos’, 13. En La fuga, cuando
Tita Merello pronuncia
‘los fantasmas’, ‘el pasado’. La voz de Nina Miranda se transforma, se anima. sus últimas palabras,
El cuerpo de su voz rejuvenece para interpelar al destino con cada verso del repite agonizante ‘por
estribillo que repite ‘por qué’.13 Así como en el inicio de la película viajó al qué’ dos veces. Es como
si Saslavsky y Manzi
pasado con la mirada, ahora lo hace con la voz. De esta manera, Puerta cerrada hubiesen convertido en
explicita uno de los grandes tópicos del melodrama. En este género ‘el pasado canción esas líneas de
está siempre vinculado con la culpa, con el pecado, con lo innombrable, con diálogo. Si en aquella
película a Merello le
los bienes perdidos y con los deseos insatisfechos […] enfrentarlo es animarse disparaban mientras
a atravesar el lugar de una vieja herida para procurar suturarla’ (Manetti 2000c: cantaba, ahora viene
Lamarque a pronunciar
255). Cuando llega el verso que dice ‘por qué me condenan a la recordación’ en forma de canción la
su voz alcanza un pico de intensidad y pide ‘el consuelo de la muerte’. Si misma interpelación de
bien Nina efectivamente morirá en la escena siguiente, interponiéndose en la otra gran diva de la
década del treinta.
el camino de la bala dirigida a su hijo, a lo largo de la canción no menciona
a su hijo ni es motivo de sus angustias. Como indica el título del ensayo de 14. Más que hacer
cosas con palabras
Williams (1984) (que en verdad es un parlamento extraído del personaje de las mujeres del
Stanwyck), la heroína del melodrama es ‘algo más que una madre’. En este melodrama, como
sentido, la densidad pasional y el sufrimiento expresado en la canción están observó María
Aimaretti en su trabajo
dirigidos al hombre que deseó y que todavía desea: ‘mis labios llaman torpe- sobre Lamarque y
mente / porque ya saben que nadie los espera’. Es cierto que este tango no Merello, ‘en pos de
su pasión […] hacen
tiene la sensualidad jovial y alegre de ‘La morocha’, ni la iluminación glam- cosas con canciones’
orosa que hace brillar la imagen de Lamarque en su apogeo. Sin embargo, si (2017: 17).
hay algo que distingue a estas dos canciones es que el tango ‘¡Por qué!’ tiene
un destinatario concreto y real (su marido muerto) y lo canta por voluntad
propia. En cambio, aunque arriba del escenario se suspenda ‘el melodrama’,
Nina canta ‘La morocha’ porque su hermano le tendió una trampa para que se
cumplan sus intereses. En este punto no pareciera ser ingenua la elección de
los dos tangos, cuyo contraste es evidente. Durante el flashback, por un lado,
el tango de corte machista de 1910 con letra de Villoldo (donde la morocha es
‘la que conserva el cariño para su dueño’); por otro lado, en la actualidad, el
tango más sentimental, característico de una etapa posterior en la historia del
género, que le permite a Lamarque expresarse sin ambigüedades sobre sus
deseos y sobre la historia que efectivamente vivió este personaje.
El tango ‘¡Por qué!’ tiene el poder performativo de la voz femenina14 que
pide que la puerta cerrada se abra y que su voluntad se cumpla. La película,
en verdad, estuvo marcando la diferencia entre la Nina del presente y la Nina
del pasado desde un principio, a veces de manera obscena. Como vimos, la
primera imagen del flashback consiste en Nina siendo retratada por su marido
pintor. En el pasado, entonces, estaba tironeada por dos hombres que la
volvían objeto para ser visto, deseado y comercializado: el hermano hacía
dinero con su actividad teatral y el marido intentaba hacer dinero vendiendo
el retrato de su esposa. Claro que esto no implica que en el largo flashback
hayamos asistido únicamente a formas de sometimiento del personaje. Nina
oscila entre las contradicciones internas propias del melodrama. En el accionar
de los hombres queda en evidencia que es el único personaje económicamente
activo y ellos meros accesorios. En el mismo sentido, el final de la película,
cuando se abre la puerta y Nina acepta ocultarle a su hijo la identidad tal
como le pide la tía, no puede ser leído solamente como un acto de represión y
obediencia luego de la canción que acabamos de escuchar. Esta tensión entre
aceptación y transgresión de la norma también se expresa en la plasticidad
de la imagen. El haz de luz de Alton puede ser, a la vez, el recordatorio de
la redención en el castigo (Figure 8), como cuando Nina cae en prisión (dos
crucifixiones: el cristo iluminado y las cruces que forman las sombras de los
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Figure 8: La luz redentora ilumina la figura de Cristo pero también dibuja el patrón de los barrotes sobre la pared.
La vuelta
En 1939 Alton partió para siempre de Buenos Aires y la revista American
Cinematographer anunciaba en su tapa del mes de noviembre que el fotógrafo
regresaba a Hollywood. Alton esperaba unirse a MGM, donde se había formado
de joven, pero el responsable del departamento de cámara era John Arnold, un
viejo enemigo que había hecho en los años veinte (McCarthy 1995: xvii). Terminó
firmando un contrato con RKO y transitó la década del cuarenta fotografiando
producciones de bajo presupuesto para Paramount y estudios chicos como
Monogram y Republic. Alton, quien venía de hacer dieciocho películas en una
industria periférica que en 1932 ni siquiera existía como tal, no tuvo inconven-
ientes para filmar películas de este tipo (probablemente con una infraestructura
incluso mayor que la del cine argentino). Así, en estas producciones rápidas y
sin pretensiones, con directores de segunda o tercera línea, continuó desarrol-
lando fotografía se que destacaba sobre la norma. En cada una de las reseñas que
publicó American Cinematographer desde su regreso a Hollywood, se menciona el
trabajo de Alton sobre el resto de los aspectos. Por ejemplo, en la crítica de Forced
Landing (1941), el crítico se pregunta cuándo llegará el momento en que le encar-
guen a Alton una película clase A (Anon. 1941: 390). En 1947, finalmente, hay un
nuevo giro en su carrera. Es contratado por Eagle-Lion, otra productora menor,
pero esta vez de la mano de un gran director como Anthony Mann. Juntos
realizaron T-Men, el primer film noir con el que su estilo empezó a ser reconocido.
Se sabe que en Hollywood Alton prefería trabajar con pocas fuentes de luz
y a baja altura, en lugar de usar posiciones cenitales. Esto le permitía reducir el
nivel de iluminación general, manipular con facilidad la dirección de las fuentes,
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Iván Morales
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Contributor details
Licenciado y Profesor en Artes por la Universidad de Buenos Aires.
Egresado de la carrera de Montaje cinematográfico en la Escuela Nacional
de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). Actualmente
es becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) y doctorando en Historia y Teoría de las Artes por la
Facultad de Filosofía y Letras (UBA) con un proyecto sobre los vínculos entre
el cine clásico argentino y Hollywood.
Contact: Universidad de Buenos Aires / Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Tecnológicas, 25 de mayo 217/221, CP C1002ABD, Buenos Aires,
Argentina.
E-mail: ivanmorales@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-0802-8484
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Act, 1988, to be identified as the author of this work in the format that was
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