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Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales “UES” (1970). Abogado y Notario. Catedrático de Derecho Procesal,
Derecho Civil, Derecho Mercantil y Derecho Notarial. Ex magistrado Suplente de la Corte Suprema de Justicia 1997 –
2006. Desde el año 2000, Jefe de Colaboradores de la Sala de lo Civil.
El primero de julio de 2010 entró en vigencia en nuestro país, el “Código Procesal Civil y
Mercantil”, en adelante “CPCM”, el cual vino a derogar entre otros, el Código de
Procedimientos Civiles de 1882 y la Ley de Casación de 1953.
Por lo que respecta al Art. 519 del CPCM nos señala el ámbito de conocimiento del recurso
de casación –Resoluciones recurribles- diciendo que pertenecen al mismo las materias
civil, mercantil, laboral y de familia. Aquí hay una diferencia con la ley derogada de
Casación, la cual en un principio, se refería en el artículo preliminar, al recurso de casación
en lo civil; pero por reformas posteriores se amplió su conocimiento al área laboral y
mercantil, dejando por fuera la competencia de familia por cuanto la primera, o sea, la
reforma de incluir a otras materias, a más de la civil, fue de 1989; y la materia de familia,
en forma autónoma surgió en octubre de 1994.
El Art. 520 CPCM –Casos especiales de rechazo- señala la influencia que tiene la cosa
juzgada material dentro del recurso de casación, ya que no se admite en cuestiones de
jurisdicción voluntaria, modernamente “Diligencias No Contenciosas”, pues éstas pueden
iniciarse, o sea, plantearse la solicitud, tanto cuantas veces lo desee el interesado y lo
mismo se aplica a los jueces especiales, reafirmándose a los que están tratados en el Libro
III, es decir, los ejecutivos, los posesorios, los de inquilinato y los monitorios, lo que
equivale a expresar que, el recurso se admitirá cuando los mismos –su sentencia- quede
pasada en autoridad de cosa juzgada material, ya que tal “santidad”, modernamente un
poco relativa, cierra la posibilidad de rever el proceso, por lo que el recurso sí se admite
como ultimo remedio.
En efecto, dice la ley que el recurso deberá fundarse en la existencia de una infracción
(término genérico para señalar un error “in iudicando”) aunque también podría ser
sinónimo de Violación de Ley o inobservancia de la misma; o errónea aplicación (que sería
un submotivo de la infracción de ley que deviene generalmente en la interpretación
errónea de la ley).
Pensamos que es un error de la legislación uruguaya y del Código Tipo, el cual sólo se
transcribió, sin pensar en el pasado recurso de casación. Sin embargo, nos daremos
cuenta que este error, fue aclarado y salvado por la redacción del siguiente Art. 522. Cabe
advertir que en el Anteproyecto se hablaba que el recurso procedería por Infracción de
Ley o por Aplicación Errónea en la Ley sea en el fondo o en la forma, lo cual denotaba la
amplitud de la norma la cual así aparecía en los Códigos que sirvieron de fundamento.
En cuanto a lo que acabamos de subrayar, contamos con el respaldo del “Código Procesal
Penal”, el cual, hablando del recurso de casación en esta materia dice literalmente en el
Art. 478, en lo pertinente: “El recurso de casación procederá por inobservancia o errónea
aplicación de precepto de orden legal, exclusivamente en los casos siguientes; …“
Lo mismo podríamos decir del Art. 152 de la “Ley Procesal de Familia”, la cual refiriéndose
al recurso de apelación expresa en lo pertinente: “Cuando el recurso se interpusiere de la
sentencia definitiva deberá fundamentarse en la inobservancia o errónea aplicación de un precepto
legal. Si el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituye
un defecto del procedimiento. El recurso sólo será admisible si el interesado ha reclamado,
oportunamente que se subsane la falta, excepto cuando se trate de vicios de la sentencia.”
Para finalizar el comentario de dicho artículo, en su parte final hemos de manifestar: que
en principio, estos motivos genéricos, se denominan infracción de ley o de doctrina legal,
o violación de la Ley de la antigua ley y el quebrantamiento de las formas esenciales del
proceso; y sostenía que cualquiera de esos motivos genéricos, se aplicarían a las normas
sustantivas y a las adjetivas o como decía la ley, sea en el fondo o en la forma, con lo cual
se vuelve bastante amplio el concepto y las normas podrían ser igualmente atacadas, por
cualquier motivo de esos, ya sea ley de fondo o de forma, como dice la ley, y así lo decía
en el Art. 528 de la edición de 2003, lo que hacía desaparecer el números clausus que
estaban contenidos en el Art. 3, respecto de los errores de fondo y del desarrollo del Art. 4
de la derogada “Ley de Casación”, en cuanto a los errores de forma.
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Hemos de decir finalmente, que este Art. 528 tenía otros incisos que ya no aparecen en el
Art. 521, al cual se le quitó la parte final que se refería a que el ataque podría ser de la
norma en cuanto al fondo y la forma, es decir, tenía un señalamiento más específico de
esos aspectos; por eso es que extraña que en dicho artículo 521, no se hablara de los
errores de forma, porque en la versión del 528, las contenía al hablar de “forma”, pero
esto inicial desapareció con el hoy 523.
El hecho de haber cercenado el artículo, hoy 521, en la forma dicha hace nacer el
siguiente, o sea el artículo 522, que no aparecía en la versión del 2003 por lo ya explicado.
El primer inciso del Art. 522 al decir, “el recurso de casación procede cuando se hubiese
producido alguna infracción de ley o de doctrina legal”, se pone de acuerdo con su acápite
que se lee: “Motivos de Fondo” y que fue un aporte de la comisión redactora y de la
comisión final, para volver en alguna medida a los artículos 2, 3 y 4 de la Ley de Casación,
y evocar los dos motivos genéricos: “Infracción de Ley o de Doctrina Legal” y
“Quebrantamiento de Algunas de las Formas Esenciales del Juicio”. En cuanto al inciso
segundo que dice: “Se entenderá que se ha infringido la ley cuando ésta se hubiere
aplicado indebida o erróneamente, o cuando se ha dejado de aplicar la norma que regula
el supuesto que se controvierte”, este inciso recoge los submotivos del género “infracción
de ley”, y contiene la inaplicación de ley que equivale a la violación de ley del articulado
de la Ley de Casación de 1953. La aplicación errónea que equivale a la interpretación
errónea de antaño; hasta aquí andaríamos bien, porque inclusive se evidencia las dos
formas fundamentales en que se puede conculcar generalmente la ley de fondo o
sustantiva, amén de que sean excluidos algunos otros submotivos, que antes se
encontraban en el Art. 3 de la Ley de Casación, que siempre fueron criticados porque eran
más de forma que de fondo y por ello se excluyeron de esta clasificación y fueron
incluidos en el Art. 523 CPCM el cual trata de los errores de forma, de la ley adjetiva o de
procedimiento, o sea el quebrantamiento de las formas esenciales del proceso.
En lo relativo a la parte del inciso segundo del Art. 522 y que se lee: “… Cuando se hubiera
aplicado indebida o erróneamente”, hemos de decir que en la versión original, el artículo,
como hemos dicho, se refería en el Art. 528-A “existencia de una infracción o errónea
aplicación de la norma de derecho”, y es hasta posteriores ediciones que se lee como en la
actualidad, lo que viene a evidenciar que en algún momento de la historia se agregó la
palabra “indebida”, lo que ha venido a causar un problema, por la forma en que se lee el
artículo; a ello se han dado dos respuestas: a) que la palabra “indebida”, antepuesta a
“erróneamente”, son sinónimos por lo que con tal interpretación no se originaría ningún
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Art. 528. El escrito de la interposición del recurso deberá presentarse ante el tribunal que dictó la resolución que se impugna y
contendrá necesariamente: 1. La identificación de la resolución que se impugna y el motivo o motivos concretos constitutivos del
fundamento del recurso; y, 2. La mención de las normas de derecho que se consideran infringidas, razonándose, en párrafos separados,
la pertinencia y fundamentación de los motivos alegados.
problema, pero según la frase, significaría; b) que una cosa es la aplicación indebida y otra
es la aplicación errónea, por lo cual cada una significaría un submotivo del género
infracción para invocar el recurso de casación.
Ahora bien, ¿qué significaría la aplicación indebida? Sobre este particular, hay dos
respuestas: 1) darle el significado de la aplicación indebida –de norma aplicable- que le
daba el artículo 3 numeral 3º de la Ley de Casación que a la letra dice: Art. 3 El recurso
por infracción de ley o de doctrina legal tendrá lugar por los motivos siguientes: … 3º
“cuando no obstante haber el juzgador seleccionado e interpretado debidamente la
norma aplicable y calificado y apreciado correctamente los hechos; la conclusión
contenida en el fallo no sea la que razonablemente corresponda”. Causal que por ser un
tanto ilógica, habría que descartarla; y, 2) la interpretación que algunos tratadistas
sostienen en el sentido de que al caso concreto, se le aplica una norma que no es la
adecuada, porque el caso no encaja o no engarza dentro del problema que la norma
hipotéticamente prevé, pero esta interpretación en algún momento coincidiría con la
violación o inaplicación de ley, por lo que en una próxima reforma será un punto de
meditación para la Sala de lo Civil o para la Corte en Pleno.
Continuando con el comentario sobre lo más destacado de la nueva normativa, existe una
diferencia con el concepto de doctrina legal; manteniéndose el número de sentencias que
la forman; pero existiendo una diferencia en el sentido de que en la anterior ley, la
doctrina legal podía ser interrumpida, y cesar sus efectos por el aparecimiento de una
sentencia en contrario; en cambio, según la nueva normativa, es necesario que la doctrina
legal establecida, sólo será interrumpida y ya no procederían sus efectos, cuando exista
una nueva doctrina legal, es decir, otras tres sentencias con la igualdad requerida por la
ley.
También y respecto del artículo inicial que hablaba de los motivos de casación, tenía otro
inciso que en alguna medida desarrollaban el inciso inicial.
ASPECTO PROCEDIMENTAL.
En cuanto a este aspecto, podemos concluir que aunque usando a veces una terminología
distinta en el fondo, siempre se mantiene lo que ya había preceptuado la Ley de Casación:
en efecto, el recurso se interpone por escrito, ante el tribunal que pronunció la sentencia
de la cual se recurre; dentro del término que la ley ha fijado en quince días a partir del día
siguiente al de la respectiva notificación, señalando el concepto de la infracción del o los
artículos vulnerados, la forma en que éstos hayan sido conculcados, con una explicación
del caso, señalando el submotivo dentro del cual cabe la infracción. También se mantiene
el “ius constitutionis” en alguna medida a tenor del artículo 524 que dice: “Las normas
sobre el recurso de casación deberán aplicarse en la forma que más favorezca la
uniformidad de la jurisprudencia como medio para asegurar la igualdad ante la ley, así
como la seguridad y la certidumbre jurídica”. También se mantiene el aspecto del “ius
litigatoris” contenido en el Art. 527 que se lee: “Este recurso sólo deberá interponerse por
la parte que recibe agravio por la resolución impugnada”. Se mantiene, el que se enviará
el proceso al tribunal que ha de resolver el asunto sin que el tribunal enviante pueda nada
más que ordenar remitir el proceso y el recurso al tribunal superior, dentro del tercero
día. En cuanto a la introducción del recurso y su admisión hay una diferencia: antes, si se
admitía, se corría traslado por tres días a las partes para que expresaran sus alegatos; hoy
en día, sólo se escucha a la parte recurrida dentro de los ocho días siguientes para que
exprese lo que a derecho le corresponde; esto de no oír en ese traslado a la parte
recurrente, lo es porque ésta, al interponer el recurso, ya ha expuesto lo conveniente;
para reforzar este pensamiento, bástenos recordar que el objetante al expresar sus
alegatos reproducía íntegramente el recurso y sólo le cambiaba fecha al escrito, por lo
cual esta parte se ha suprimido, porque en nada abona a la sustanciación del recurso.
Hay algunos aspectos que ya en la vida práctica lo verifican las partes y el legislador lo que
ha hecho es recoger tales actuaciones, ejemplo de ello, es que el recurrente, como
normalmente usa de varios submotivos, los va explicando separadamente cada uno de
ellos. Asimismo, se acostumbraba que ante la denegatoria –inadmisión- del recurso, se
pedía revocatoria del mismo de acuerdo al Art. 426 del “Código de Procedimientos
Civiles”, lo cual queda plasmado en el Art. 530 último inciso del CPCM. Finalmente hemos
de decir que la Sala de lo Civil, con buen criterio, sigue usando el concepto de
“inadmisibilidad” que se refiere al rechazo del recurso por motivos formales y de fondo, es
decir, por su incumplimiento y el de “improcedencia” cuando el recurso no está previsto
para determinada clase de proceso o por la naturaleza de la resolución de la cual se ha
recurrido, para el caso, se recurre de un simple decreto de sustanciación.
DE LA SENTENCIA.
De los artículos 534 a 539 el legislador se ocupó de la sentencia del recurso de casación.
Hemos de recordar que en un principio, recién presentado el recurso, el tribunal hace un
examen, primero de procedencia y después de admisibilidad. Si se aprueban esos dos
filtros, se llega a conocer del fondo del recurso y su consecuencia es una sentencia que
podría casar (anular la sentencia) o declarar que no ha lugar a casarla, con lo cual la
sentencia de la segunda instancia sería la definitiva y la que quede pasada en autoridad de
cosa juzgada.
En el acápite del Art. 536 se lee: “Iura novit curia” , lo cual significa que “el juez conoce el
derecho” ; no obstante, esto tiene que ver mucho con el Principio de Congruencia, en el
sentido de que en nuestro medio el tribunal casacional está obligado a fallar por los
motivos invocados y en razón de los argumentos jurídicos que hubiera presentado el
recurrente; pero no obstante, dentro de los anteriores, podría resolver con aplicación de
otras normas y fundamentos jurídicos que estime pertinentes, aunque no coincidan con
los del recurrente. Ahora, bien, este aumento de argumentos se refiere, no a los motivos
(causas) por los cuales haya recurrido el impetrante, sino que se refiere a los argumentos
jurídicos que haya usado el recurrente o el a quo o el ad quem, ya que los primeros no
pueden ser ampliados por el tribunal, pero sí puede utilizar mejores argumentos; esto se
nota, por ejemplo, cuando el tribunal de casación esta argumentando, se dice “ítem más”,
“a mayor abundamiento”, “por si lo anterior no fuere suficientemente”, y otros más, que
denotan que el juzgador puede usar otros argumentos o razones para reforzar lo ya dicho.
En lo tocante al Art. 537 –Estimación del Recurso- , implica que la interposición del mismo
ha pasado el filtro de la procedencia y la admisibilidad y además la sentencia ha sido
estimativa, pues la que declara que no ha lugar a casar la sentencia objetada, implica una
desestimación del recurso para efectos de condena de costas. El inciso primero no cambia
respecto de la ley derogada, ya que cuando el recurso se ha interpuesto por error de
fondo o in iudicando, lo que procede es que el tribunal de casación provea la respectiva
sentencia. En cuanto al inciso segundo, prevé que la sentencia es casada por error de
forma o vicio in procedendo, en cuyo caso opera el reenvío, previo o anulación del fallo, lo
cual significa que se ha casado por ese motivo; en tal situación se enviará al tribunal que
cometió el vicio, para que a partir de la reposición del acto nulo se reponga el proceso;
pero si el juicio se refiere a cuestiones de competencia, jurisdicción o vía procesal, sólo
procederá la anulación, desde luego que nada hay que reponer ni subsanar. Por lo que
respecta al último inciso, hemos de agregar que éste tiene su origen en la legislación
uruguaya, pues el Código General del Proceso, en su artículo 277 tiene una redacción
similar.
Por nuestra parte y para atender el artículo que es una novedad lo descomponemos en
cuatro segmentos: 1) Se trata de una errónea decisión en cuanto a prueba; 2) Que esta
decisión sea determinante del fallo; 3) Que el tribunal se pronunciará sobre este aspecto
probatorio; 4) Mandará a reponer, si la prueba no recibida es determinante del fallo. Esto
se complica, pues es un nuevo submotivo que está constituido en una forma mixta, ya que
participa del error de fondo en cuanto es una cuestión probatoria; pero participa del error
in procedendo, ya que opera el recurso si la prueba que se omitió recibir en primera o
segunda instancia habría sido determinante del fallo, según el criterio del tribunal de
casación. Debió a lo confuso del artículo y a la subjetividad a que da margen, el litigante
debe ser cuidados al interponerlo, nótese que según la ley, se refiere al principio a un
doble problema en cuanto a la prueba, pues habla de admisibilidad y de valoración; pero
en el fondo desemboca, sólo en cuanto a la admisibilidad de la prueba, pues si es de
valoración el tribunal casa la sentencia o desestima el recurso, según la solución dada por
los uruguayos, ya que a eso se refiere la ley al final, es decir, lo medular del problema es
que se admitió o denegó la prueba en primera o segunda instancia y a eso se refiere la
resolución final, al reenvío para recibir la prueba denegada.
Por último, daremos una breve mirada al Art. 539 –Condena en Costas-. Este precepto
sostiene que si se desestima el recurso, se condenará en costas al recurrente. O sea este
artículo considera que si en la sentencia definitiva se declara no ha lugar a casar la
sentencia (sentencia desestimatoria), se condenará en costas a quien lo interpuso. En
esta parte se diferencia de la legislación derogada, en la cual también había condena en
caso de rechazo in límine, es decir, cuando se inadmitía y cuando se declaraba
improcedente. No ha dicho el CPCM qué pasa cuando la sentencia se casa. En tal sentido,
somos de opinión que como al casar el tribunal se vuelve de instancia, tendrá lugar la
condenación del perdidoso, todo de acuerdo generalmente a los artículos 271, 272 y 275
de dicho Código. Lo antes dicho sin perjuicio de la opinión del Doctor Roberto Romero
Carrillo de que las costas serán de difícil cobro, porque no se reformó el Art. 40 inc. 9º del
vetusto “Arancel Judicial”, en cuanto al recurso extraordinario de casación.