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ASPECTOS DE LA NORMATIVA DEL RECURSO DE CASACIÓN.

ROMÁN GILBERTO ZÚNIGA VELIS.

Doctor en Jurisprudencia y Ciencias Sociales “UES” (1970). Abogado y Notario. Catedrático de Derecho Procesal,
Derecho Civil, Derecho Mercantil y Derecho Notarial. Ex magistrado Suplente de la Corte Suprema de Justicia 1997 –
2006. Desde el año 2000, Jefe de Colaboradores de la Sala de lo Civil.

El primero de julio de 2010 entró en vigencia en nuestro país, el “Código Procesal Civil y
Mercantil”, en adelante “CPCM”, el cual vino a derogar entre otros, el Código de
Procedimientos Civiles de 1882 y la Ley de Casación de 1953.

Dicho cuerpo legal, en el Libro IV trata de la impugnación de las resoluciones judiciales y


en consecuencia de los recursos, incluye el de casación, a partir del Art. 519 al 539, de los
cuales analizaremos lo más destacado de alguno de ellos.

Aclaramos que el reiterado Código tiene su basamento en la “Ley de Enjuiciamiento Civil


Española del año 2000”; el “Código Tipo para Iberoamérica” y el “Código General del
Proceso de la República Oriental del Uruguay”; y, en materia principalmente de prueba de
testigos, en la legislación del “Estado Libre Asociado de Puerto Rico”.

Por lo que respecta al Art. 519 del CPCM nos señala el ámbito de conocimiento del recurso
de casación –Resoluciones recurribles- diciendo que pertenecen al mismo las materias
civil, mercantil, laboral y de familia. Aquí hay una diferencia con la ley derogada de
Casación, la cual en un principio, se refería en el artículo preliminar, al recurso de casación
en lo civil; pero por reformas posteriores se amplió su conocimiento al área laboral y
mercantil, dejando por fuera la competencia de familia por cuanto la primera, o sea, la
reforma de incluir a otras materias, a más de la civil, fue de 1989; y la materia de familia,
en forma autónoma surgió en octubre de 1994.

El Art. 520 CPCM –Casos especiales de rechazo- señala la influencia que tiene la cosa
juzgada material dentro del recurso de casación, ya que no se admite en cuestiones de
jurisdicción voluntaria, modernamente “Diligencias No Contenciosas”, pues éstas pueden
iniciarse, o sea, plantearse la solicitud, tanto cuantas veces lo desee el interesado y lo
mismo se aplica a los jueces especiales, reafirmándose a los que están tratados en el Libro
III, es decir, los ejecutivos, los posesorios, los de inquilinato y los monitorios, lo que
equivale a expresar que, el recurso se admitirá cuando los mismos –su sentencia- quede
pasada en autoridad de cosa juzgada material, ya que tal “santidad”, modernamente un
poco relativa, cierra la posibilidad de rever el proceso, por lo que el recurso sí se admite
como ultimo remedio.

En cuanto al Art. 521 CPCM –Motivos de Casación-, haremos la aclaración de que en


nuestro país y basados en la Ley de 1953, podemos concluir que allí estaban bien
delimitados los motivos genéricos que habilitaban interponer tal recurso, y así se
mencionaba que esos motivos eran: Infracción de Ley o Doctrina Legal y Quebrantamiento
de las Formas Esenciales del Juicio, por lo que acostumbrados a dicha terminología, nos
parece raro y confuso el contenido del Art. 521 del CPCM, el cual tendrá que ser
reformado en un futuro cercano.

En efecto, dice la ley que el recurso deberá fundarse en la existencia de una infracción
(término genérico para señalar un error “in iudicando”) aunque también podría ser
sinónimo de Violación de Ley o inobservancia de la misma; o errónea aplicación (que sería
un submotivo de la infracción de ley que deviene generalmente en la interpretación
errónea de la ley).

Pensamos que es un error de la legislación uruguaya y del Código Tipo, el cual sólo se
transcribió, sin pensar en el pasado recurso de casación. Sin embargo, nos daremos
cuenta que este error, fue aclarado y salvado por la redacción del siguiente Art. 522. Cabe
advertir que en el Anteproyecto se hablaba que el recurso procedería por Infracción de
Ley o por Aplicación Errónea en la Ley sea en el fondo o en la forma, lo cual denotaba la
amplitud de la norma la cual así aparecía en los Códigos que sirvieron de fundamento.

En cuanto a lo que acabamos de subrayar, contamos con el respaldo del “Código Procesal
Penal”, el cual, hablando del recurso de casación en esta materia dice literalmente en el
Art. 478, en lo pertinente: ​“​El recurso de casación procederá por ​inobservancia o errónea
aplicación de precepto de orden legal, exclusivamente en los casos siguientes; …“

Lo mismo podríamos decir del Art. 152 de la “Ley Procesal de Familia”, la cual refiriéndose
al recurso de apelación expresa en lo pertinente: ​“Cuando el recurso se interpusiere de la
sentencia definitiva deberá fundamentarse en la ​inobservancia o errónea aplicación de un precepto
legal. Si el precepto legal que se invoque como inobservado o erróneamente aplicado constituye
un defecto del procedimiento. El recurso sólo será admisible si el interesado ha reclamado,
oportunamente que se subsane la falta, excepto cuando se trate de vicios de la sentencia.”

Para finalizar el comentario de dicho artículo, en su parte final hemos de manifestar: que
en principio, estos motivos genéricos, se denominan infracción de ley o de doctrina legal,
o violación de la Ley de la antigua ley y el quebrantamiento de las formas esenciales del
proceso; y sostenía que cualquiera de esos motivos genéricos, se aplicarían a las normas
sustantivas y a las adjetivas o como decía la ley, sea en el fondo o en la forma, con lo cual
se vuelve bastante amplio el concepto y las normas podrían ser igualmente atacadas, por
cualquier motivo de esos, ya sea ley de fondo o de forma, como dice la ley, y así lo decía
en el Art. 528 de la edición de 2003, lo que hacía desaparecer el ​números clausus que
estaban contenidos en el Art. 3, respecto de los errores de fondo y del desarrollo del Art. 4
de la derogada “Ley de Casación”, en cuanto a los errores de forma.
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Hemos de decir finalmente, que este Art. 528 tenía otros incisos que ya no aparecen en el
Art. 521, al cual se le quitó la parte final que se refería a que el ataque podría ser de la
norma en cuanto al fondo y la forma, es decir, tenía un señalamiento más específico de
esos aspectos; por eso es que extraña que en dicho artículo 521, no se hablara de los
errores de forma, porque en la versión del 528, las contenía al hablar de “forma”, pero
esto inicial desapareció con el hoy 523.

El hecho de haber cercenado el artículo, hoy 521, en la forma dicha hace nacer el
siguiente, o sea el artículo 522, que no aparecía en la versión del 2003 por lo ya explicado.

El primer inciso del Art. 522 al decir, “el recurso de casación procede cuando se hubiese
producido alguna infracción de ley o de doctrina legal”, se pone de acuerdo con su acápite
que se lee: “Motivos de Fondo” y que fue un aporte de la comisión redactora y de la
comisión final, para volver en alguna medida a los artículos 2, 3 y 4 de la Ley de Casación,
y evocar los dos motivos genéricos: “Infracción de Ley o de Doctrina Legal” y
“Quebrantamiento de Algunas de las Formas Esenciales del Juicio”. En cuanto al inciso
segundo que dice: “Se entenderá que se ha infringido la ley cuando ésta se hubiere
aplicado indebida o erróneamente, o cuando se ha dejado de aplicar la norma que regula
el supuesto que se controvierte”, este inciso recoge los submotivos del género “infracción
de ley”, y contiene la inaplicación de ley que equivale a la violación de ley del articulado
de la Ley de Casación de 1953. La aplicación errónea que equivale a la interpretación
errónea de antaño; hasta aquí andaríamos bien, porque inclusive se evidencia las dos
formas fundamentales en que se puede conculcar generalmente la ley de fondo o
sustantiva, amén de que sean excluidos algunos otros submotivos, que antes se
encontraban en el Art. 3 de la Ley de Casación, que siempre fueron criticados porque eran
más de forma que de fondo y por ello se excluyeron de esta clasificación y fueron
incluidos en el Art. 523 CPCM el cual trata de los errores de forma, de la ley adjetiva o de
procedimiento, o sea el quebrantamiento de las formas esenciales del proceso.

En lo relativo a la parte del inciso segundo del Art. 522 y que se lee: “… Cuando se hubiera
aplicado indebida o erróneamente”, hemos de decir que en la versión original, el artículo,
como hemos dicho, se refería en el Art. 528-A “existencia de una infracción o errónea
aplicación de la norma de derecho”, y es hasta posteriores ediciones que se lee como en la
actualidad, lo que viene a evidenciar que en algún momento de la historia se agregó la
palabra “indebida”, lo que ha venido a causar un problema, por la forma en que se lee el
artículo; a ello se han dado dos respuestas: a) que la palabra “indebida”, antepuesta a
“erróneamente”, son sinónimos por lo que con tal interpretación no se originaría ningún

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Art. 528. El escrito de la interposición del recurso deberá presentarse ante el tribunal que dictó la resolución que se impugna y
contendrá necesariamente: 1. La identificación de la resolución que se impugna y el motivo o motivos concretos constitutivos del
fundamento del recurso; y, 2. La mención de las normas de derecho que se consideran infringidas, razonándose, en párrafos separados,
la pertinencia y fundamentación de los motivos alegados.
problema, pero según la frase, significaría; b) que una cosa es la aplicación indebida y otra
es la aplicación errónea, por lo cual cada una significaría un submotivo del género
infracción para invocar el recurso de casación.

Ahora bien, ¿qué significaría la aplicación indebida? Sobre este particular, hay dos
respuestas: 1) darle el significado de la aplicación indebida –de norma aplicable- que le
daba el artículo 3 numeral 3º de la Ley de Casación que a la letra dice: Art. 3 El recurso
por infracción de ley o de doctrina legal tendrá lugar por los motivos siguientes: … 3º
“cuando no obstante haber el juzgador seleccionado e interpretado debidamente la
norma aplicable y calificado y apreciado correctamente los hechos; la conclusión
contenida en el fallo no sea la que razonablemente corresponda”. Causal que por ser un
tanto ilógica, habría que descartarla; y, 2) la interpretación que algunos tratadistas
sostienen en el sentido de que al caso concreto, se le aplica una norma que no es la
adecuada, porque el caso no encaja o no engarza dentro del problema que la norma
hipotéticamente prevé, pero esta interpretación en algún momento coincidiría con la
violación o inaplicación de ley, por lo que en una próxima reforma será un punto de
meditación para la Sala de lo Civil o para la Corte en Pleno.

Continuando con el comentario sobre lo más destacado de la nueva normativa, existe una
diferencia con el concepto de doctrina legal; manteniéndose el número de sentencias que
la forman; pero existiendo una diferencia en el sentido de que en la anterior ley, la
doctrina legal podía ser interrumpida, y cesar sus efectos por el aparecimiento de una
sentencia en contrario; en cambio, según la nueva normativa, es necesario que la doctrina
legal establecida, sólo será interrumpida y ya no procederían sus efectos, cuando exista
una nueva doctrina legal, es decir, otras tres sentencias con la igualdad requerida por la
ley.

Hemos analizado, como, de la amplitud de los motivos de casación en el primer proyecto,


en que procedería el recurso por cualquier “infracción” o errónea aplicación de la ley en el
fondo o en la forma, prácticamente en el Código aprobado, hay tres submotivos de
infracción de ley en el fondo; pero además en un momento de las revisiones que se le
hicieran al proyecto inicial, los consultores extranjeros recomendaron que en cuanto a los
errores de procedimiento, se señalara específicamente cuáles eran, por medio de un
“númerus clausus” que se concretó en el Art. 523 del Código –que no existía en la versión
original- en donde se aprovechó para que algunos casos que estaban en la antigua Ley de
Casación como errores in judicando, pasaran a tomar su verdadero lugar; además se
incluyen en tal artículo, otros casos que el justiciable usaba como motivos de casación;
pero que no estaban en la ley, para el caso el relativo a la capacidad, actuación procesal y
postulación, o las referentes al de existencia de compromiso arbitral o pendiente
compromiso.
Para determinar esta parte, señalamos que en la primera versión o anteproyecto estaba
concebido otro motivo genérico de casación, denominado “Recurso en Unificación de la
Jurisprudencia”, el cual fue desechado porque se pensó que en la práctica iba a generar
muchos problemas.

También y respecto del artículo inicial que hablaba de los motivos de casación, tenía otro
inciso que en alguna medida desarrollaban el inciso inicial.

ASPECTO PROCEDIMENTAL.

En cuanto a este aspecto, podemos concluir que aunque usando a veces una terminología
distinta en el fondo, siempre se mantiene lo que ya había preceptuado la Ley de Casación:
en efecto, el recurso se interpone por escrito, ante el tribunal que pronunció la sentencia
de la cual se recurre; dentro del término que la ley ha fijado en quince días a partir del día
siguiente al de la respectiva notificación, señalando el concepto de la infracción del o los
artículos vulnerados, la forma en que éstos hayan sido conculcados, con una explicación
del caso, señalando el submotivo dentro del cual cabe la infracción. También se mantiene
el “ius constitutionis” en alguna medida a tenor del artículo 524 que dice: “Las normas
sobre el recurso de casación deberán aplicarse en la forma que más favorezca la
uniformidad de la jurisprudencia como medio para asegurar la igualdad ante la ley, así
como la seguridad y la certidumbre jurídica”. También se mantiene el aspecto del “ius
litigatoris” contenido en el Art. 527 que se lee: “Este recurso sólo deberá interponerse por
la parte que recibe agravio por la resolución impugnada”. Se mantiene, el que se enviará
el proceso al tribunal que ha de resolver el asunto sin que el tribunal enviante pueda nada
más que ordenar remitir el proceso y el recurso al tribunal superior, dentro del tercero
día. En cuanto a la introducción del recurso y su admisión hay una diferencia: antes, si se
admitía, se corría traslado por tres días a las partes para que expresaran sus alegatos; hoy
en día, sólo se escucha a la parte recurrida dentro de los ocho días siguientes para que
exprese lo que a derecho le corresponde; esto de no oír en ese traslado a la parte
recurrente, lo es porque ésta, al interponer el recurso, ya ha expuesto lo conveniente;
para reforzar este pensamiento, bástenos recordar que el objetante al expresar sus
alegatos reproducía íntegramente el recurso y sólo le cambiaba fecha al escrito, por lo
cual esta parte se ha suprimido, porque en nada abona a la sustanciación del recurso.

Hay algunos aspectos que ya en la vida práctica lo verifican las partes y el legislador lo que
ha hecho es recoger tales actuaciones, ejemplo de ello, es que el recurrente, como
normalmente usa de varios submotivos, los va explicando separadamente cada uno de
ellos. Asimismo, se acostumbraba que ante la denegatoria –inadmisión- del recurso, se
pedía revocatoria del mismo de acuerdo al Art. 426 del “Código de Procedimientos
Civiles”, lo cual queda plasmado en el Art. 530 último inciso del CPCM. Finalmente hemos
de decir que la Sala de lo Civil, con buen criterio, sigue usando el concepto de
“​inadmisibilidad” que se refiere al rechazo del recurso por motivos formales y de fondo, es
decir, por su incumplimiento y el de “​improcedencia” cuando el recurso no está previsto
para determinada clase de proceso o por la naturaleza de la resolución de la cual se ha
recurrido, para el caso, se recurre de un simple decreto de sustanciación.

DE LA SENTENCIA.

De los artículos 534 a 539 el legislador se ocupó de la sentencia del recurso de casación.
Hemos de recordar que en un principio, recién presentado el recurso, el tribunal hace un
examen, primero de procedencia y después de admisibilidad. Si se aprueban esos dos
filtros, se llega a conocer del fondo del recurso y su consecuencia es una sentencia que
podría ​casar (anular la sentencia) o declarar que no ha lugar a casarla, con lo cual la
sentencia de la segunda instancia sería la definitiva y la que quede pasada en autoridad de
cosa juzgada.

El artículo 534 –Obligación de Pronunciarse y Orden del Pronunciamiento- que es nuevo


en el contexto, obedece a una necesidad. Como en la legislación derogada no existía, era
frecuente que hubiera en un recurso varios submotivos de casación, vamos a suponer, en
el fondo, y habiéndose hecho el examen del primer submotivo, resultaba que lo
procedente era casar la sentencia y luego se decía: “​la Sala considera innecesario seguir
conociendo de los otros submotivos, pues ya fue casada por el primer submotivo”. Tal
práctica fue mal vista por algunos magistrados, los cuales consideraron y así se hizo, que el
recurso debiera resolverse por todos los motivos aducidos, de manera que este artículo es
consecuencia de esa práctica y diremos que está de acuerdo con el ​Principio de
Congruencia​ y da vigencia a la respuesta al derecho de petición.

Por lo que respecta al Art. 535 –Orden en el Pronunciamiento de la Sentencia- diremos


que es una excepción a la aparente regla absoluta del Art. 534, o sea, como suele suceder,
que la parte recurrente se vale de submotivos de forma y al mismo tiempo de fondo; en
tal caso, la ley ordena que se estudien y resuelvan primero los de forma, porque éstos se
refieren a la configuración de la relación jurídico procesal, para el caso, debió de
demandarse ante el juez competente; la persona que demanda debe ser capaz, el
emplazamiento debe haber sido hecho en forma, de manera que si eso no está correcto,
mal podría verse el fondo del asunto, esto es, los ​errores ​in ​iudicando.​ Ahora bien ¿Qué
pasa si se aducen varios ​errores in procedendo​? En este caso, diremos que hay que
resolverlos todos, por mandato legal, y al hacerlo debe observarse el orden que lleva el
proceso: primero lo relativo a la competencia, luego lo de la postulación, luego el
emplazamiento para contestar la demanda, para finalizar con lo relativo a la cita por
ejemplo, para la audiencia probatoria, todo con el fin de dejar completamente limpio y
despejado el aspecto procedimental. Es de destacar en este apartado, que la ley deja
claro que la palabra ​desestimado,​ se refiere a cuando el recurso ha sido desechado en la
sentencia definitiva y no en forma ​liminar​, v.gr.: como cuando se declara improcedente o
inadmisible, lo cual forma un rechazo ​in límine​, siendo esta última palabra un género que
se subdivide en el tiempo.

En el acápite del Art. 536 se lee: “​Iura novit curia”​ , lo cual significa que “​el juez conoce el
derecho”​ ; no obstante, esto tiene que ver mucho con el ​Principio de Congruencia​, en el
sentido de que en nuestro medio el tribunal casacional está obligado a fallar por los
motivos invocados y en razón de los argumentos jurídicos que hubiera presentado el
recurrente; pero no obstante, dentro de los anteriores, podría resolver con aplicación de
otras normas y fundamentos jurídicos que estime pertinentes, aunque no coincidan con
los del recurrente. Ahora, bien, este aumento de argumentos se refiere, no a los motivos
(causas) por los cuales haya recurrido el impetrante, sino que se refiere a los ​argumentos
jurídicos que haya usado el recurrente o el ​a ​quo o el ​ad ​quem, ya que los primeros no
pueden ser ampliados por el tribunal, pero sí puede utilizar mejores argumentos; esto se
nota, por ejemplo, cuando el tribunal de casación esta argumentando, se dice “​ítem más​”,
“​a mayor abundamiento​”, “​por si lo anterior no fuere suficientemente”, y otros más, que
denotan que el juzgador puede usar otros argumentos o razones para reforzar lo ya dicho.

Ejemplos de tal artículo podrían ser: En un recurso en proceso reivindicatorio, el


recurrente en casación alega vulneración de ley porque la posesión en manos del
demandado no fue probada y por eso la sentencia va camino a ser casada; pero bien
podría agregar la sala que además, el actor no probó la singularidad del bien que trata de
reivindicar. Otro caso: El impetrante ataca la sentencia alegando que en la constitución de
una sociedad anónima comparecieron dos menores de doce años de edad, y que para ello
se perfila la nulidad del instrumento; pero podrá el tribunal agregar que además el
documento es nulo porque la finalidad de la sociedad era “incentivar el consumo de
drogas y el lavado de dinero”; y finalmente, el recurrente alega que el recurso de su
contraparte, que también recurrió, no es viable porque fue extemporáneo.

En lo tocante al Art. 537 –​Estimación del Recurso-​ , implica que la interposición del mismo
ha pasado el filtro de la procedencia y la admisibilidad y además la sentencia ha sido
estimativa, pues la que declara que no ha lugar a casar la sentencia objetada, implica una
desestimación del recurso para efectos de condena de costas. El inciso primero no cambia
respecto de la ley derogada, ya que cuando el recurso se ha interpuesto por error de
fondo o ​in iudicando,​ lo que procede es que el tribunal de casación provea la respectiva
sentencia. En cuanto al inciso segundo, prevé que la sentencia es casada por error de
forma o vicio ​in procedendo,​ en cuyo caso opera el ​reenvío​, previo o anulación del fallo, lo
cual significa que se ha casado por ese motivo; en tal situación se enviará al tribunal que
cometió el vicio, para que a partir de la reposición del acto nulo se reponga el proceso;
pero si el juicio se refiere a cuestiones de ​competencia,​ ​jurisdicción o vía procesal​, sólo
procederá la anulación, desde luego que nada hay que reponer ni subsanar. Por lo que
respecta al último inciso, hemos de agregar que éste tiene su origen en la legislación
uruguaya, pues el Código General del Proceso, en su artículo 277 tiene una redacción
similar.

Por nuestra parte y para atender el artículo que es una novedad lo descomponemos en
cuatro segmentos: 1) Se trata de una errónea decisión en cuanto a prueba; 2) Que esta
decisión sea determinante del fallo; 3) Que el tribunal se pronunciará sobre este aspecto
probatorio; 4) Mandará a reponer, si la prueba no recibida es determinante del fallo. Esto
se complica, pues es un nuevo submotivo que está constituido en una forma mixta, ya que
participa del error de fondo en cuanto es una cuestión probatoria; pero participa del error
in ​procedendo​, ya que opera el recurso si la prueba que se omitió recibir en primera o
segunda instancia habría sido determinante del fallo, según el criterio del tribunal de
casación. Debió a lo confuso del artículo y a la subjetividad a que da margen, el litigante
debe ser cuidados al interponerlo, nótese que según la ley, se refiere al principio a un
doble problema en cuanto a la prueba, pues habla de admisibilidad y de valoración; pero
en el fondo desemboca, sólo en cuanto a la admisibilidad de la prueba, pues si es de
valoración el tribunal ​casa la sentencia o desestima el recurso, según la solución dada por
los uruguayos, ya que a eso se refiere la ley al final, es decir, lo medular del problema es
que se admitió o denegó la prueba en primera o segunda instancia y a eso se refiere la
resolución final, al ​reenvío​ para recibir la prueba denegada.

Finalmente, y porque este recurso es un híbrido, de la legislación del Uruguay, de España y


con aportes de nuestro país, consideramos que en una reforma próxima, el inciso tercero
podría desaparecer, ya que las causales contenidas en el Art. 523, numerales 10 y 11, son
muy similares a nuestro inciso del Art. 537. Veámoslo: Art. 523. -​Motivos de Forma-​ “​El
recurso de casación por quebrantamiento de las formas esenciales del proceso, tendrá
lugar por … 10º Denegación de prueba legalmente admisible.”​ ; 11º ​No haberse practicado
un medio probatorio admitido en la instancia”​ . Además observemos el Art. 528 del
Proyecto inicial en su inciso segundo:

El Art. 538 –Corrección de Motivación Jurídica- tiene un contenido difícil de entender,


ignorándose la procedencia del mismo, ya que no se encuentra precedente, ni en el Cóigo
Tipo, ni en el Código General del Proceso del Uruguay, ni en la Ley de Enjuiciamiento Civil
Española del año 2000, por lo que verteremos nuestras propias ideas en el ejemplo
siguiente: aclarándose eso sí, que ​Calamendrei llama a un artículo similar del Código
Napolitano “Derecho de Rectificación”. Resulta que el abogado Juan Francisco Pérez, en
representación de “X” ha interpuesto recurso de casación basado en tal submotivo. En el
recurso, que ataca la sentencia de segunda instancia, porque ésta ha resuelto en contra
de los intereses de su cliente, ya que no ha declarado la nulidad pedida, no obstante que
el demandado no ha sido emplazado, usando para ello “Y” o “Z” argumento, respecto del
cual, juzgado superficialmente, no es el adecuado y por ello se dice que el vicio lo ha
cometido dicho ​ad quem.​ Llegado el turno de conocer por parte del tribunal de casación,
de mutuo o propio, la Sala considera que la Cámara ha tenido razón en denegar el
petitorio de nulidad; pero no por la causa aducida por ella, sino porque consta en el
proceso que el demandado, pese a no haber sido emplazado, compareció al proceso sin
alegar la nulidad, con lo cual se subsana la causal de invalidez. En tal caso, el recurso se
deniega porque el impugnante no usó un argumento adecuado, en ese caso se ha
demostrado que la sentencia de segunda instancia es correcta y ajustada, pero no por lo
que dijo la Cámara, sino conforme a otros fundamentos y motivos jurídicos de derecho;
sin embargo, no se le da la razón al recurrente y la Sala se limitará a corregir la motivación,
con lo cual da al fallo la adecuada fundamentación jurídica, lo cual es una situación
romántica y platónica para el recurrente (​Calamandrei)​ ya que nada ganó.

Por último, daremos una breve mirada al Art. 539 –Condena en Costas-. Este precepto
sostiene que si se desestima el recurso, se condenará en costas al recurrente. O sea este
artículo considera que si en la sentencia definitiva se declara no ha lugar a casar la
sentencia (sentencia desestimatoria), se condenará en costas a quien lo interpuso. En
esta parte se diferencia de la legislación derogada, en la cual también había condena en
caso de rechazo ​in límine​, es decir, cuando se inadmitía y cuando se declaraba
improcedente. No ha dicho el CPCM qué pasa cuando la sentencia se casa. En tal sentido,
somos de opinión que como al casar el tribunal se vuelve de instancia, tendrá lugar la
condenación del perdidoso, todo de acuerdo generalmente a los artículos 271, 272 y 275
de dicho Código. Lo antes dicho sin perjuicio de la opinión del Doctor Roberto Romero
Carrillo de que las costas serán de difícil cobro, porque no se reformó el Art. 40 inc. 9º del
vetusto “Arancel Judicial”, en cuanto al recurso extraordinario de casación.

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