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Grecco La Autoridad Nuevamente Pensada
Grecco La Autoridad Nuevamente Pensada
Emancipación, educación
y autoridad
Prácticas de formación
y transmisión democrática
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cuando su crisis nos obliga a concebirla de otro modo?, ¿qué puede una au-
toridad? Las preguntas pueden parecer muchas, pero todas ellas rodean un
mismo enigma. Las enunciamos para potenciar un pensamiento nuevo sobre
un problema “viejo”.
Invitando desde su crítica, a un mismo tiempo, a imaginar una autoridad que
aún está por crearse o en proceso de serlo, una autoridad pedagógica que
acepte lo enigmático del enseñar y aprender, de lo que no puede enseñarse
ni aprenderse, del trabajo de transmitir e inscribir, nombrar y reconocer,
construir un común, proteger la vida y autorizar lo nuevo.
Una autoridad que sostenga distancias y diferencias y al mismo tiempo, haga
lugar a la continuidad entre generaciones, produzca las interrupciones nece-
sarias de lo injusto, ofrezca formar parte de una historia porque es de lo que
estamos hechos. La paradoja del sujeto en formación no deja de desafiarnos:
armar un lazo para desanudarlo cada vez.
Aquí, diversos pensamientos filosóficos hablan de la autoridad en sus pro-
pios lenguajes y la vinculan con las “obsesiones” fundamentales de las obras
de quienes las expresan. Arendt y la fundación, Hobbes y el Leviathan, Kojève
y el reconocimiento, Rancière y la igualdad como principio.
En el primer capítulo de esta parte recorreremos el pensamiento de los
tres primeros, lo que nos permitirá comprender sus construcciones diversas,
sus singulares matices y los nombres otorgados por estos autores a un lugar
posible de autoridad, como caminos que cruzan y circundan el tema que nos
ocupa sin agotarlo.
El segundo capítulo de esta parte profundizará en el pensamiento rance-
riano, siempre atento y crítico, desnaturalizando y desplazando el lugar de la
autoridad: el “maestro ignorante” y el “pastor perdido” nombrarán esa crítica
y la preocupación igualitaria por practicar un trabajo político -y también psí-
quico y relacional- que se empeña en sostenerla.
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Capítulo 1
P ENSAMIENTOS “ EN DESACUERDO ”:
LA AUTORIDAD , SUS DIFERENTES
NOMBRES , SUS MÚLTIPLES EFECTOS
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Emancipación… • María Beatriz Greco
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Pensamientos “en desacuerdo”…
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Pensamientos “en desacuerdo”…
dación- parece haberse perdido y olvidado por completo. Esto ocurrió hasta
tal punto que, en el momento en que empezamos a hablar y pensar sobre
autoridad, que después de todo es uno de los conceptos centrales del pen-
samiento político, es como si quedáramos atrapados en un embrollo de
abstracciones, metáforas y figuras de construcción en las que todo se puede
tomar por otra cosa o confundir con ella (1972: 147, 148).
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KOJÈVE Y EL RECONOCIMIENTO
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(…) la propia Autoridad está ya allí (es decir que ella es ya reconocida),
y sólo se trata de cambiar su “soporte” material (humano), haciéndolo
pasar de un individuo (o grupo) a otro, de manera que aquí también es
cuestión de una transmisión de la Autoridad (2005: 58).
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ARTICULACIONES PROVISORIAS:
“DESACUERDOS” QUE HACEN PENSAR
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fica dar unidad y centralidad a las acciones que emanan del representante,
redireccionar el miedo al semejante hacia el centro, sostener con firmeza
espacios ordenados y protegidos. Kojève subraya el sentido relacional, his-
tóricamente situado de una autoridad que se configura porque hay otros
y porque esos otros ofrecen reconocimiento y renuncia, aceptación y trans-
formación de sí en un juego de relaciones de poder. En este caso, el énfasis
en el movimiento, la relación y el reconocimiento hacen de la autoridad
un lugar interesante desde donde re-crear, generar condiciones de encuen-
tro e inscribir en un proyecto a otros que desean formar parte de él.
Sin expectativas de linealidad, los pensamientos recientemente transitados
permiten escuchar de otro modo los relatos de algunas figuras contempo-
ráneas que ejercen modos diferentes de autoridad en las escuelas. Sus rasgos
dan a pensar en ese trabajo político, de lazo, mediación y reconfiguración
de relaciones, que los pensadores tallaron en sus concepciones.
Fernando sale como todos los días de su casa, en el barrio donde pasó
su infancia, su adolescencia; las casas sencillas, algunas muy precarias, aún
se hallan sumidas en el sueño de sus habitantes, llenas de ansias, de temores
y esperanzas. Gente trabajadora, humilde y también de otro tipo, su barrio
no tiene la mejor de las reputaciones y a menudo, los chicos caen en el
consumo de sustancias indebidas, algunos adultos los obligan a vender, a
delinquir. Es todo muy difícil cuando estás creciendo y no hay quien te
sostenga, te ayude a ver la vida, te haga sentir que tu destino no está ya es-
crito, dice Fernando. Por eso él sigue yendo a la escuela, no como alumno
ni como profesor. Él es un “asistente de autoridad docente” porque está
convencido de que la escuela -al menos esa escuela- viene a delimitar un
espacio donde los pibes dicen “hasta acá”, donde es posible “hacerse” a
uno mismo de otro modo y hacerse preguntas allí donde parece no haber-
las. Fernando es exalumno, trabaja asistiendo a preceptores y docentes en
distintos momentos del día escolar, está atento a los inicios de cada clase,
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NOTAS
1. La divisa de la Ilustración mencionada por Kant, retomada en el texto foucaultiano
“¿Qué es la ilustración?” (1996).
2. Citado en Agamben, G. (2003: 139).
3. Diferencia señalada en el trabajo citado de Agamben en su texto sobre el estado de ex-
cepción: El sistema jurídico de Occidente se presenta como una estructura doble, for-
mada por dos elementos heterogéneos y, aun así, coordinados: uno normativo y jurídico
en sentido estricto –que podemos inscribir por comodidad bajo la rúbrica potestas– y
uno anómico y metajurídico –que podemos llamar con el nombre de auctoritas–. El
elemento normativo precisa del anómico para poder aplicarse, pero, por otra parte, la
auctoritas puede afirmarse sólo en una relación de validación o de suspensión de la po-
testas (2003: 154).
4. Este aspecto será particularmente trabajado por Arendt.
5. Aspecto que tomaremos de los postulados hobbesianos.
6. Particularmente trabajado en Kojève.
7. También conceptos que forman parte del universo arendtiano y sus preocupaciones.
8. Dice Arendt que no es al hombre al que hay que salvar sino al espacio entre los hombres
(1988).
9. Benveniste, 1969, vol. 2, p.148, citado en Agamben, G., op. cit.
10. Para Arendt, autoridad supone obediencia sin pérdida de libertad. (1972, pp. 121-
185).
11. Op. cit.
12. Arendt diferencia asimismo poder de violencia, su concepción del poder expresa el ca-
rácter político de toda comunidad humana que se autoinstituye por medio de un actuar
conjuntamente. El poder en Arendt supone una acción colectiva y la violencia es des-
trucción de esta acción. El poder es de la comunidad, no de un individuo. “Esta última
experiencia del poder que surge de la reunión, la mutualidad y las promesas es la que,
según señala Arendt, nos pone en el camino de su esencia auténticamente política, por
oposición a todo ejercicio de dominación y todo estallido de violencia” Tassin (2002: 168).
13. Para Hobbes, “Una persona es aquel cuyas palabras o acciones son consideradas o como
suyas propias, o como representando las palabras o acciones de otro hombre, o de alguna
otra cosa a la cual son atribuidas, ya sea con verdad o por ficción” (2004: 112).
14. Ver Hilb, C. y Sirczuk, M. (2007).
15. Ver op. cit.
16. Kojève analiza en su texto los rasgos de la autoridad divina como lugar de autoridad
ante el cual, por definición, no se puede reaccionar en contra.
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