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DEDICATORIA

AGRADECIMIENTO
PRESENTACIÓN
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
La reforma Judicial
1. Definición de Reforma Judicial
2. Organización del Sistema de Justicia en el Perú
3. Principios de la Función Jurisdiccional
4. Tentativas de Reformas Judiciales en el Perú
5. ¿Hubo alguna vez una Reforma Judicial en el Perú?
6. Necesidad y urgencia de una Reforma Judicial
7. ¿Cómo se podría llevar adelante la Reforma Judicial?
8. Premisas básicas para emprender el proceso de Reforma Judicial

CAPÍTULO II
Ceriajus
1. Misión de la CERIAJUS
2. Conformación de la Comisión de Estudio de la CERIAJUS
3. Funciones de la Comisión de Estudio de la CERIAJUS
4. Productos básicos de la Comisión de Estudio
5. Metodología de trabajo de la Comisión de Estudio de la CERIAJUS
6. Informe de la CERIAJUS
7. Comisión “Acuerdo Nacional por la Justicia”
8. Planteamiento de la CERIAJUS

9. Opinión crítica

RECOMENDACIONES
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN

La crisis crónica en la que se encuentra la administración de justicia en nuestro


así es grave, causando una gran preocupación en toda la opinión pública por
afectar a toda la colectividad, más aún si alguna de sus resoluciones atentan
contra la seguridad jurídica, debido a que cualquier autoridad o persona está
obligada a acatar y cumplir con las decisiones judiciales, sin poder calificar su
contenido o fundamentos o restringir sus efectos, o , llegado el caso, a
interpretar sus alcances, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal. En
toda la historia republicana se ha reconocido la crisis judicial, los especialistas
plantean soluciones para salir de ella, pero en la práctica no se aplican, porque
los obligados a implementarla desean que todo siga igual, para seguir
beneficiándose con esta situación.

Ninguna autoridad, cualquiera que sea su rango o denominación, puede


avocarse al conocimiento de causas pendientes ante el órgano jurisdiccional,
pues la resoluciones que emiten, tiene una gran trascendencia al ser los
encargados de resolver conflictos, otorgar la paz social y brindar seguridad
jurídica, con mayor razón cuando se trata de la libertad persona de un
procesado. Además de ellos, lo resuelto por los jueces es de vital importancia
para la existencia de un país en democracia, porque el bien común debe
primar sobre los intereses particulares.

En todo intento de reforma judicial debe primar el respeto a su independencia


jurisdiccional, a su autonomía administrativa, económica y política, a fin de
evitar cualquier forma de vulnerar los derechos fundamentales vinculados al
procesado. El Poder Judicial, constitucionalmente, es uno de los tres poderes
del Estado, con autonomía frente al Poder Ejecutivo y Legislativo, Sin embargo,
no todo Estado democrático en un estado de derecho, para serlo debe
reconocer que nadie está por encima de la ley, lo que implica imponer
limitaciones al ejercicio del poder, sobre todo en lo relacionado con la libertad
personal
consagrada en la Constitución Política del Perú y Tratados Internacionales,
como un conjunto de reglas que regulan la actividad de sus funcionarios
públicos encargados de administrar justicia

Si examinamos retrospectivamente a todos los gobiernos y respectivos


Congresos de la República que hemos tenido, podemos concluir que de una u
otra forma, han pretendido “reorganizar el Poder Judicial y Ministerio Público”,
es decir, a los integrantes de estas instituciones JAMÁS LOS HAN DEJADO
REFORMARSE, porque se han ejecutado una serie de acciones bajo el
nombre de “reforma judicial”, pero éstas no pueden ser consideradas como
tales en lo que respecta a la administración de justicia, porque ella debe ser
considerada como instrumento para ayudar a los pueblos, lo que no ha
sucedido como lo demuestra la crisis en la que se encuentra.
INTRODUCCIÓN

El problema existente en la administración de justicia en el ámbito penal está


llegando a una situación insostenible. En un Estado de derecho, un factor
fundamental para la convivencia pacífica se encuentra en la confianza
ciudadana en el ejercicio correcto de la función que deben desempeñar los
jueces, la misma que se demuestra con el cumplimiento y estricta aplicación de
la Ley. La percepción ciudadana es la de considerar a los jueces y fiscales en
un nivel de desprestigio y con poca aceptación en la opinión pública, la que
consideramos algo injusta y desproporcionada, porque la mediocridad o
corrupción aislada o excepcional, no puede comprometer a toda una institución.

La reforma judicial es el tema materia de esta modesta monografía, donde nos


lleva a considerar que el Poder Judicial solo podrá constituirse en un verdadero
poder del Estado cuando esté dotado de una genuina independencia
jurisdiccional y económica, porque si la administración de justicia es ineficiente,
es indudable que afecta las inversiones privadas, nacionales y extranjeras; más
aún, cuando existe incertidumbre respecto a cómo son resuelto los conflictos
judiciales, verificamos que la inexistencia de seguridad jurídica en la
administración de justicia, no es un buen indicativo para los inversionistas y
todos los que participan en la vida económica del país, mayor razón para el
ciudadano de a pie que recurre en búsqueda de justicia, sobre todo en el
ámbito penal, al verificar que algunas veces se violan sus derechos
fundamentales. Porque una reforma judicial no significa que para ejecutarla se
tenga cambiar únicamente las leyes o los códigos, sino que se requiere un
cambio estructural en todo el sistema, como lo analizaremos más adelante.

A continuación nos enfocaremos en la organización del Sistema del Poder


Judicial que queremos reformar, los principios a tener en cuenta, asimismo las
tentativas de reforma en nuestro país a lo largo de la historia, la necesidad y
urgencia de esta reforma así como los problemas más resaltantes que
afrontamos en la actualidad. Finalmente, haremos énfasis en el papel que
desempeña la CERIAJUS, su metodología y planteamientos.
REFORMA JUDICIAL

1. DEFINICIÓN DE REFORMACIÓN JUDICIAL

La reforma judicial debe ser vista como el proceso de transformación


organizativa e institucional, que permita identificar metas en beneficio de la
optimización del servicio de impartición de justicia, pero que permita, además,
otorgar confianza en la sociedad en cuanto a la generación de seguridad
jurídica. Es una cadena: servicio, organización, justicia, seguridad jurídica,
inversión. A partir de aquí entonces, el tema de la justicia comienza a verse
como uno de política de Estado para la generación de seguridad jurídica que
de confianza para la inversión.

El proceso de reforma deberá ser entendido precisamente como eso, un


proceso, y como tal, debe contener una serie de elementos y programas que
sean impulsados desde distintos ángulos para que sean ejecutables. Una
reforma en consecuencia es un proceso para lograr un cambio de estado de
situaciones existentes, a uno ideal de acuerdo con la demanda social, previa
visión, y a partir de ahí, otorgar un sostenimiento permanente.

El sostenimiento permanente en consecuencia es el grupo de acciones que


deberán ejecutarse para que el cambio conseguido, pueda ser constante y
vigente en el tiempo y no haya necesidades de experimentar otro proceso de
reforma, con las consecuencias traumáticas que ello implica. En buena cuenta,
conseguida la reforma en los ámbitos correspondientes, será responsabilidad
de sus conductores que en lo sucesivo se ejecute un programa sostenido de
mantenimiento de los cambios y logros obtenidos.

Por consiguiente, la visión de la reforma debe estar compuesta con un orden


determinado, clasificando grandes temas por su importancia y desarrollar
acciones simultáneas con una única estrategia de desarrollo. No es posible
querer hacer toda una reforma integral en un solo acto; ello no solo es ilógico,
sino que genera desorden y desconcierto, y el único resultado posible, es el
fracaso del proceso. Ya ocurrió antes, precisamente con la reforma de 1996, la
que, si bien tuvo ribetes políticos, no obstante, pretendió un cambio traumático
y fracasó en su intento.

Evidentemente un proceso traumático como la reforma del 1996, genera gran


resistencia porque se quiebran muchos moldes clásicos y con ello acciones de
poder mal entendido, la necesidad de cambio de mentalidad, determinación de
una nueva visión de Poder, redefinición de los conceptos de perfiles y vocación
del juez, modernización de acuerdo a las necesidades y sobre todo desarrollo
de cultura organizacional, comprendiendo esta última, otros sub temas que van
desde la desconcentración de la carga procesal y de los órganos
jurisdiccionales, nuevos indicadores de control, desmonopolización de la
justicia por el Poder Judicial, judicialización de los tribunales administrativos
con nueva determinación jurídica del acto administrativo, etc.; son solo algunos
de los temas de fondo que comprende una auténtica reforma, los que
lamentablemente no han podido ser visualizados por ninguno de sus agentes.

2. LA ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA DE JUSTICIA EN EL PERÚ

El sistema de justicia en el Perú, entendido como el conjunto de instituciones


estatales vinculadas a la resolución de los conflictos y a la defensa de la
legalidad, está organizado a partir de lo dispuesto por la Constitución de 1993.

El sistema de justicia en el Perú tiene como órganos básicos: el Poder Judicial,


el Ministerio Público y el Tribunal Constitucional. Adicionalmente, podemos
decir que el Consejo Nacional de la Magistratura y la Academia de la
Magistratura tienen un importante rol en la selección de jueces. La Defensoría
del Pueblo, aunque no constituye órgano jurisdiccional, es autónomo y está
concebido para la defensa de los derechos constitucionales de la persona y la
comunidad.

2.1 El Poder Judicial


Es constitucionalmente, uno de los tres poderes del Estado, con
autonomía frente al Poder Ejecutivo (Gobierno) y al Poder Legislativo
(Parlamento o Congreso) está organizado bajo una estructura piramidal
y jerárquica con una Corte Suprema en la cúspide, la cual ejerce su
competencia sobre todo el territorio nacional.

En lo jurisdiccional, la Corte Suprema está dividida en tres salas


especializadas, una en asuntos civiles, otra en penales y la otra
dedicada a los asuntos de derecho constitucional, contencioso
administrativo, laboral y agrario. Cada sala de la Corte Suprema está
conformada por cinco vocales supremos.

En un segundo nivel, se encuentran las denominadas Cortes Superiores,


organizadas de acuerdo a un criterio territorial, según una división del
país en Distritos Judiciales. Cuentan con salas especializadas (en
materia civil, de familia, penal, laboral, de derecho público). Estas salas
se conforman, por lo general, con tres magistrados denominados
vocales superiores.

En un primer nivel, en cada Distrito Judicial y dependiendo


administrativamente de la Corte Superior se encuentran los Juzgados
Especializados, a cargo de un Juez. Hay jueces civiles, penales,
laborales y de familia. En este primer nivel, se encuentran también los
Juzgados de Paz Letrados, para asuntos de menor cuantía. Hasta aquí,
la justicia es profesional, en tanto está a cargo de abogados que han
sido designados jueces.

Finalmente, encontramos a los denominados Juzgados de Paz que


deben existir, por lo menos uno, en cada centro poblado del país y están
encargados de atender y resolver los litigios cotidianos. Aunque su
función es básicamente conciliadora, en la práctica suelen resolver
incluso más allá de su competencia.

La ejercen ciudadanos respetables que no necesitan ser abogados.


Adicionalmente, la Constitución Política de 1993 ha reconocido a las
comunidades campesinas y nativas (selváticas) la posibilidad de ejercer
funciones jurisdiccionales conforme a su derecho consuetudinario.
Conforme lo establece la Constitución Política de 1993, paralelamente
existe el Fuero Militar, el cual tiene jurisdicción sobre los miembros de
las fuerzas armadas y la policía en los delitos de función. Los civiles no
se encuentran sometidos a los tribunales militares salvo los casos de
delitos de traición a la patria, terrorismo (en los casos que señale la ley)
y respecto de las infracciones a la Ley del Servicio Militar Obligatorio. El
órgano máximo de la justicia militar es el Consejo Supremo de Justicia
Militar, que es la segunda y definitiva instancia dentro de la jurisdicción
militar. La Corte Suprema sólo conoce en casación las sentencias del
Fuero Militar cuando se imponga la pena de muerte.

2.2 El Ministerio Público

Es el órgano autónomo encargado de promover de oficio o a petición de


parte, las acciones para la defensa y protección de la legalidad y de los
intereses públicos. Conduce la investigación del delito, así como es el
titular de la acción penal; al Ministerio Público le corresponde denunciar
ante el Poder Judicial la comisión de delitos y representar a la sociedad
en los procesos judiciales.

El Ministerio Público se organiza de la siguiente manera: el funcionario


de más alta jerarquía es el Fiscal de la Nación, quien es elegido entre los
fiscales supremos que, siguiendo el principio de especialización, pueden
serlo en materia civil, penal o contencioso-administrativa; a continuación
se encuentran los fiscales superiores y luego los fiscales provinciales.

2.3 El Tribunal Constitucional

No forma parte integrante del Poder Judicial; está diseñado como un


órgano constitucional autónomo encargado del control de la
constitucionalidad. Lo integran siete magistrados y sus principales
funciones son: declarar en instancia única la inconstitucionalidad de las
normas con rango de ley; conocer en última instancia los procesos
constitucionales (amparo, habeas corpus, habeas data y acción de
cumplimiento); y resolver los conflictos de competencia o de atribuciones
asignadas por la Constitución y las leyes entre los diversos órganos
constitucionales y poderes del Estado. Sus integrantes son elegidos por
el Poder Legislativo con una votación no menor a los dos tercios del
número legal de congresistas.

Es necesario indicar que el Perú es parte contratante del Convenio


Interamericano de Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa
Rica) y se encuentra sometido a la competencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, cuyas sentencias y opiniones
consultivas son de aplicación directa en el ordenamiento jurídico
peruano.

2.4 El Consejo Nacional de la Magistratura

Es la institución encargada de cumplir tres funciones especialmente


importantes dentro del sistema de justicia en el Perú: la primera, es la
selección y nombramiento de los jueces y fiscales de todo nivel del
Poder Judicial y del Ministerio Público; en segundo lugar, lleva a cabo la
ratificación de los mismos, cada siete años; finalmente, es el encargado
de aplicar la sanción de destitución a jueces y fiscales de todas las
instancias y categorías. Está conformado por siete miembros, dos
elegidos por órganos del sistema judicial (Corte Suprema y Ministerio
Público) y cinco por organizaciones de la sociedad civil (Colegio de
Abogados, Colegios Profesionales y Universidades), buscando así la
independencia en el ejercicio de sus funciones.

2.5 La Academia de la Magistratura

Es el órgano autónomo (pero perteneciente al Poder Judicial)


encargado, constitucionalmente, de la tarea de formación y capacitación
de los jueces y fiscales, para efectos de su selección y promoción.
2.6 El Defensor del Pueblo

Siguiendo la redacción del Ombudsman, es el encargado de la defensa


de los derechos constitucionales y fundamentales de la persona y la
comunidad, así como de supervisar el cumplimiento de los deberes de la
administración pública y la prestación de los servicios públicos a la
ciudadanía. La creación de la Defensoría del Pueblo es una novedad de
la Constitución de 1993. Tiene sólo un año de funcionamiento, no
obstante viene logrando ganar legitimidad ante la opinión pública.

3. LOS PRINCIPIOS APLICABLES A LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL


EN EL PERÚ

Dentro de esta visión general de la justicia en el Perú, resulta pertinente indicar


que la Constitución establece principios y derechos que son de aplicación en la
función jurisdiccional. Entre éstos podemos citar los siguientes:

 La independencia en el ejercicio de sus funciones, por el cual el juez


sólo está sometido a la Constitución y la ley al momento de resolver un
proceso;
 La observancia del debido proceso ( due process of law ), que garantiza
la defensa de los derechos materiales en un proceso, equilibrado, con
normas preestablecidas que permiten el ejercicio del derecho de
defensa en toda su extensión;
 La publicidad de los procesos, salvo las excepciones establecidas para
salvaguardar la intimidad de los participantes, que proscribe la
realización de procesos secretos;
 La pluralidad de instancia, que asegura el derecho a obtener una
revisión de lo resuelto por un juez;
 La aplicación de la ley más favorable al reo, que recoge el principio
universal del indubio pro reo;
 El derecho de defensa, que asegura entre otras cuestiones, el derecho a
ser citado y oído;
 La gratuidad en el acceso a la justicia, que asegura que ninguna
persona se vea privada de su derecho a un proceso justo por causas
económicas;
 La motivación de las resoluciones judiciales, que exige fundamentación
expresa de ellas en los hechos y en el derecho.

4. TENTATIVAS DE REFORMAS JUDICIALES EN EL PERÚ

CESES, CAMBIOS, NO RATIFICACIONES O DESTITUCIONES DE JUECES


Y FISCALES

En toda la época Republicana, de manera recurrente, los otros poderes del


Estado y la sociedad en general (juristas, políticos, educadores, etc.), han
sostenido y sostienen que el Poder Judicial debe ser reformado; pero, cada
gobierno de turno siempre que ha tratado de hacerlo no han tenido planes o
proyectos serios; solamente se han limitado a “reorganizar” o “declarar en
emergencia el Ministerios Público y el Poder Judicial”, con medidas
consistentes en: destituir o cesar magistrados y fiscales, con la única finalidad
de colocar en su reemplazo a magistrados de su entorno, bajo la modalidad de
provisionales y suplentes, lo que ha originado un deterioro mucho mayor en la
administración de justicia.

La reforma judicial es un tema que ha “preocupado” a todos los gobiernos, pero


en la práctica y en la realidad no han figurado como un problema primordial en
su agenda, pese al gran malestar que siempre ha tenido y tiene la población
por el estado en el que se encuentra la administración de justicia, sobre todo en
lo que respecta a la defensa de los derechos fundamentales y la corrupción
que impera, no en forma generalizada, por lo que es conveniente que los
políticos le otorguen la prioridad que merece esta grave y crónica situación en
la que se encuentra el Poder Judicial y se torne la decisión de reformarlo, ya
que ningún gobierno nunca lo han efectuado.

En realidad, conforme lo expondremos más adelante, en nuestro país jamás


hubo una reforma judicial. Lo que siempre se hizo fue:

a) cesar

b) destituir

c) cambio de personas

d) no ratificar a jueces y fiscales

Estos actos fueron considerados en su oportunidad por los gobiernos de turno,


como “reforma, reorganización o ratificaciones judiciales”. Pero, cuando se
dispuso y ejecutó esta medida no hubo planificación, ni proyectos para llevarla
adelante, razón por la cual fracasaron; y más aún porque jamás elaboraron una
estrategia para tratar en lo posible de mejorar la administración de justicia, sólo
se limitaron, después de haber dispuesto las medidas antes mencionadas a
reemplazar a los cesados por magistrados provisionales o suplentes, a fin de
tener un manejo político en el Poder Judicial. Y para reafirmar nuestra posición,
nos limitaremos a indicar cuándo, cómo y quiénes llevaron a cabo estas
supuestas “reformas judiciales” que, repetimos nunca las hubo y se demuestra
con los resultados.

Es el caso, que cuando la clase política ha intervenido en forma directa como lo


ha realizado en todo momento, hacer todo lo que esté a su alcance para
conseguir el objetivo que persigue, como es, el de tener las justificaciones que
buscan para intervenirlo, destituyendo o cesando a magistrados y su lugar sea
ocupado por provisionales, suplentes como ha sucedido en todas las
oportunidades. Sin embargo, nunca ha existido una decisión política de parte
del Poder Ejecutivo, Legislativo, de otorgarle al Poder Judicial los medios
económicos, logísticos y legislativos que se requieren para una reforma judicial,
porque sus objetivos son los de manejarlos políticamente, además, es justo
reconocer que el Poder Judicial, tampoco ha hecho lo necesario para revestir el
estado en el que se encuentra, como lo verificaremos con lo que exponemos:
4.1 PRIMERA REFORMA O DESTITUCIÓN Y DESIGNACIÓN

La Constitución de 1828, determinó la forma como debía proveerse las


plazas de magistrados, es decir, sobre las bases de la representación
departamental. Tomando como sustento lo señalado en dicha Carta
Magna, los poderes Ejecutivo y Legislativo, otorgaron la jubilación y
otros derechos a los magistrados, sin tener en cuenta que deberían ser
elegidos de acuerdo a la presentación de listas dobles de tres elegibles
para la terna y que correspondía hacerlo al Senado cuando se trataba de
vocales de la Corte Suprema; al ser promulgada el 20 de junio de dicho
año, se dispuso en forma expresa que se proceda a nombrar a los
magistrados para cubrir los puestos vacantes, lo que no sucedió.

4.2 SEGUNDA REFORMA O DESTITUCIÓN Y NUEVA


DESIGNACIÓN DE SUPREMOS

Se produjo cuando Andrés Reyes, Presidente del Senado y encargado


del Poder Ejecutivo, expidió el decreto del 20 de agosto de 1831,
declarando que la Corte Suprema de Justicia tenga una nueva
conformación, la misma que se hizo efectiva al disponer nueva
conformación, la misma que se hizo efectiva al disponer que esté
integrada por los doctores: Manuel Lorenzo Vidaurre por Lima, Marino
Alejo Álvarez por Ayacucho, Nicolás Araníbar por Arequipa, Justo
Figueroa por La Libertad, Evaristo Gómez Sánchez por Junín, Santiago
Corbalán por Puno, Diego Calvo por el Cusco y Manuel Pérez de Tudela
como fiscal. Es decir, los departamentos más importantes tuvieron
representantes en dicho poder del Estado, de acuerdo a lo señalado en
la Constitución.

4.3 TERCERA REFORMA O DISOLUCIÓN Y DESTITUCIÓN

Durante del mandato de José Luis Orbegoso, Presidente Provisional, se


produjo la declaración de independencia de los Departamentos del Sur,
teniendo un representante en la Corte Suprema de Justicia. El 2 de
mayo de 1836, el Ejecutivo disolvió la Corte Suprema y creó un Tribunal
Provisorio Supremo de Justicia en el norte Peruano.

4.4 CUARTA REFORMA O DESTITUCIÓN Y DESIGNACIÓN DE


MAGISTRADOS

Con el gobierno de Agustín Gamarra como Presidente provisorio, se


promulgaron las leyes del 12 y 13 de septiembre de 1839, expedidas por
el Congreso de Huancayo; la primera determinó las atribuciones,
restricciones y autorizado para nombrar, suspender, trasladar y remover
al personal de la magistratura cuando lo exigiese la conveniencia
pública, mientras que la segunda otorgó la atribución del Presidente
Provisorio para nombrar los funcionarios cuando considere necesario
para el bienestar del país. Y ante esta facultad que le fue otorgada,
dispuso remover vocales y fiscales.

4.5 QUINTA REFORMA O DESTITUCIÓN Y NUEVA


DESIGNACIÓN

Por medio del decreto de 31 de marzo 1855, refrendado por Ramón


Castilla y Pedro Gálvez, se “organizó” a los tribunales y juzgados de la
República, permitiendo que se lleve a cabo la destitución de cuatro
vocales supremos allegados a Echenique. En la misma fecha se expide
un nuevo decreto por el cual se nombra al personal de todos los
tribunales y juzgados de la República, dando lugar a que se designe
nuevos vocales, fiscales, secretarios, relatores de los tribunales, así
como jueces y agentes fiscales; produciéndose una nueva conformación
de la Corte Suprema de Lima, con magistrados que habían tenido una
actuación descollante en el juicio seguido contra Ramón Castilla en
1851.
4.6 SEXTA REFORMA O CESE DE DESTITUCIÓN

La dictadura de Mariano Ignacio Prado estableció, el 20 de febrero de


1866, la reorganización del Poder Judicial y creó el Ministerio Fiscal
bajo la dirección del Fiscal Supremo, independizándolo del Poder
Judicial, suprimiendo cortes y juzgados. La dictadura exigió a los
magistrados que presten juramentos y la protesta de algunos de ellos
provocó que se declarara la vacancia de sus cargos. Luego el Congreso
Constituyente restituyó en sus puestos a Francisco Javier Mariátegui,
José Luis Gómez Sánchez y Melchor Vidaurre.

4.7 SÉPTIMA REFORMA O DESTITUCIÓN

En 1930, la Junta Militar de Gobierno presidida por Luis Sánchez Cerro,


mediante Decreto Ley N° 6875, de 4 de septiembre del mismo año,
declaró incapacitados a los miembros de la Corte Suprema, vocales y
fiscales y fiscales para continuar o reasumir el ejercicio de sus cargos a
quienes hubieran desempeñado una función ministerial o política o
administrativa durante el régimen dictatorial presidido por Augusto B.
Leguía. Mediante Decreto Ley N°6876, promulgado el 05 de septiembre
del mismo año, se llevó a cabo la destitución de los vocales titulares de
dicha corte; y la Corte Suprema “reorganizada” se encargó de llevar a
cabo la ratificación extraordinaria de todos los magistrados de primera y
segunda instancia; esta depuración estuvo cargada de apasionamiento
político a tal punto que dos de los vocales supremos destituíos, fueron
procesados ante el Tribunal de la Sanción, que fue creado mediante
Decreto Ley N° 7040 para acabar con los delitos de peculado,
aplicándose retroactivamente esta disposición penal.

4.8 OCTAVA REFORMA O REORGANIZACIÓN O


DESTITUCIÓN

En 1968, el general Juan Velasco Alvarado dio un golpe de Estado al


gobierno constitucional presidido por Fernando Belaunde Terry,
presidiendo la Junta Militar del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas
Armadas. El 23 de diciembre de 1969, se declara en estado de
reorganización al Poder Judicial, destituyendo a todos los vocales y
fiscales de la Corte Suprema; además, se creó el Consejo Nacional de
Justicia, al dictarse el Decreto Ley N° 18060, que entre sus
considerando señaló: “ Que es objetivo del Gobierno Revolucionario
moralizar el país en todos los campos de la actividad nacional y
restablecer plenamente el principio de autoridad, el respeto a la Ley y el
imperio de la justicia; y constituye materia de fundamental importancia la
reforma general de la administración de Justicia; que la acumulación de
procesos, el excesivo número de inculpados y acusados detenidos sin
que judicialmente sea definida su situación, demuestra retardo en la
administración de Justicia, lo que debe ser superado dentro de
lineamientos que asegure básicamente su total e indispensable
independencia, garantice asimismo la idoneidad de su personal
componente y excluya la permanencia en el cargo de los magistrados
que no hubieran demostrado tal idoneidad para la función”.

El mismo día se dicta el Decreto Ley N° 18061, donde se nombran a


dieciséis vocales supremos y un Fiscal Supremo.

Así tenemos que, en el gobierno de Juan Velasco Alvarado, se dictaron


decretos leyes que es en su parte considerativa pretendía justificar su
intervención y la destitución de magistrados; para luego crear el
Consejo Nacional de Justicia, como una entidad autónoma encargada de
la elección y nombramiento de magistrados, jueces y fiscales capaces,
probos y no manejados políticamente, que era un anhelo de la
ciudadanía y de todo el foro nacional, por lo que constituye un hito
importante en la historia judicial por la forma como se diseñó la
conformación de dicha entidad, que aparentemente brindaba todas la
garantías necesarias para ello, pero en la práctica fue el gobierno quien
nombró a sus integrantes, razón lo que esta entidad fue un fracaso al no
cumplir con o los objetivos que motivaron su creación.
4.9 NOVENA REFORMA O CESE

Con el general Francisco Morales Bermúdez como nuevo Presidente del


Gobierno Revolucionario, se creó mediante Decreto Ley N°21307, de
fecha 11 de noviembre de 1975, la Comisión de Reforma del Poder
Judicial, que como siempre no llegó cumplir con lo encomendado. Pero,
el 15 de diciembre del mismo año, se dictó el Decreto Ley N° 21354,
disponiendo el cese de vocales supremos mayores de 62 años, y a los
vocales superiores que tuvieran más de 60 años, rigiendo únicamente
esta medida para los magistrados del Poder Judicial, mas no para
fiscales.

Se sostuvo como argumento que entre los “objetivos del Gobierno


Revolucionario de la Fuerza Armada está el de transformar la estructura
del Estado haciéndola más dinámica y eficiente. Por lo que, dentro de
dicha acción de transformación constituye materia de fundamental
importancia la reorganización y renovación del Poder Judicial”.
Asimismo, se sostuvo que las vacantes que se produzcan en la Corte
Suprema de Justicia se deben cubrir provisionalmente con los
magistrados de Segunda instancia más antiguos de la República: y para
ocupar las vacantes que se produzcan en las Cortes Superiores y en
primera instancia. La Corte Suprema fue la encargada de designar
provisionalmente a los vocales superiores y jueces de cualquier distrito
judicial y/o abogados en ejercicio. Como consecuencia de esta medida,
cesaron aproximadamente a 150 magistrados en toda la República.

Mediante Decreto Ley N° 22015, se derogó el Decreto Ley N° 21354,


que había dispuesto el cese de los magistrados por límite de edad,
derogatoria que se verificó a los dos años aproximadamente de su
promulgación. Sosteniendo como único fundamento “razones de orden
presupuestal para evitar las listas pasivas”, lo que evidentemente no era
exacto y demostraba que lo único que se persiguió fue controlar el Poder
Judicial, pues los destituidos permanecieron fuera del órgano
jurisdiccional.
Luego, después de haber cesado por límite de edad, se propuso la
conformación de una comisión para llevar a cabo la reforma judicial,
presidida por el Presidente de la Corte Suprema, pero antes de que éste
se haga cargo fue cesado. Como se desprende del Decreto Ley que la
creó, al parecer las intenciones que se pretendían eran muy importantes
y beneficiosas para el país, en teoría pero, lamentablemente, en la
práctica, no se cumplieron los objetivos que se perseguían, porque las
intenciones políticas eran diferentes.

4.10 DÉCIMA REFORMA O VÍA RATIFICACIÓN POR EL


CONGRESO DE LA REPÚBLICA

En el segundo gobierno del arquitecto Fernando Belaunde, el Congreso


de la República se encargó de ratificar a los vocales supremos, y a su
vez, estos lo hicieron con los vocales superiores y jueces de toda la
República, de acuerdo a lo prescrito en la Constitución de 1979. Lo que
significó la no ratificación de muchos magistrados probos y honestos.
Indubitablemente que también fueron cesados otros que sí merecían se
les aplique esta medida en su contra; pero, de acuerdo a lo acontecido,
se tiene que este acto fue llevado a cabo por el Congreso que tenía una
mayoría gubernamental, y por la forma como procedieron fue una
evidente intervención; porque en algunos casos, no se ratificó a algunos
magistrados por venganza política, como ocurrió con aquellos que había
dictado resoluciones (hábeas corpus) en años anteriores en contra de
funcionarios del régimen vigente. Los cesados no tuvieron oportunidad
de levantar sus cargos.

4.11 DÉCIMA PRIMERA REFORMA O VÍA RATIFICACIÓN POR


EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

En el gobierno de Alan García Pérez, se llevó a cabo la selección de


magistrados, no hubo ratificaciones, por un ente creado con ese fin
llamado Consejo de la Magistratura, que debía elaborar una terna para
luego ser presentada al Presidente de la República, quien debía escoger
y nombrar a uno de ellos, lo que en el fondo significó una evidente
injerencia del Poder Ejecutivo en el Poder Judicial, porque este tipo de
designaciones no siempre se verifica a favor de magistrados de
reconocida capacidad moral e intelectual que garantice la independencia
en el ejercicio de la función jurisdiccional.

4.12 DÉCIMA SEGUNDA REFORMA O DESTITUCIÓN

El 5 de abril de 1992, con el auto golpe perpetrado por Alberto Fujimori


Fujimori, se llevó a cabo la destitución de 134 magistrados en toda la
República e los diversos niveles; pero previamente realizó una continua
campaña de desprestigio contra los miembros del Poder Judicial,
sosteniendo que eran corruptos, ineficientes, incapaces, además de otro
calificativos; estos improperios aceptados pasivamente por sus
integrantes, porque nadie protestó, motivaron que la opinión pública
considera este silencio como que todas las imputaciones eran ciertas,
pero en realidad fueron formuladas con la única finalidad de justificar la
medida que tomó posteriormente.

4.13 DÉCIMA TERCERA REFORMA O TENTATIVA

En el segundo gobierno de Alberto Fujimori Fujimori, el 20 de noviembre


de 1995, al promulgarse la Ley N° 26546, expedida por el Congreso de
la República, se crea la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial,
constituida por miembros del mismo poder, a fin de que se “ inicie un
proceso de Reforma y Reorganización del Poder Judicial”, que en
apariencia tiene su origen en la Ley Orgánica del Poder Judicial, pero al
mismo tiempo se crea un órgano de gobierno y un órgano jurisdiccional,
otorgándole la facultad de conducir la reforma, así como también
concederle atribuciones de elaborar y aprobar el Reglamento de
Organización y Funciones, etc. Estuvo integrada por los presidentes de
las Salas Constitucional, Civil, Penal de la Corte Suprema y un
secretario ejecutivo de la comisión. Esta creación produjo malestar en
los magistrados de carrera y como es lógico, consideraron esta medida
como una clara interferencia a la independencia del Poder Judicial, como
en efecto lo fue.

A raíz de esta medida, se suspendió la vigencia de diversos artículos del Texto


Único de la Ley Orgánica del Poder Judicial, constituyendo un atentado contra
la labor de los magistrados de las diversas instancias judiciales, desde el
momento en que se permitía el nombramiento de “provisionales y suplentes”,
perjudicando a los titulares.

A partir de las facultades otorgadas se dedicaron a expedir un elevado número


de resoluciones administrativas (más de 600), que fueron dictadas por el
Presidente de la Corte Suprema y de la Corte Superior de Lima, presidentes de
salas penales supremas, creando salas y juzgados, para luego ser
desactivadas, etc., lo que demuestra el alto grado de improvisación a la
llegaron al no haber estado sustentado en ningún proyecto, ni plan, lo que
originó que al final no tuvieran éxito, pues la pretendida reducción de la carga
procesal a cero no dio ningún resultado, sino todo lo contrario: el
congestionamiento y retardo en la administración de justicia ha dejado una
secuela muy lamentable con intervención de determinados grupos, se
invirtieron grandes sumas de dinero, provenientes de cooperación internacional
y donaciones. Lo que si es justo reconocer es que hubo mejora en el plano
administrativo.

La vigencia de la citada comisión, que debió concluir su labor en diciembre de


1998, fue prorrogada mediante la Ley 27009, hasta el 31 de diciembre del
2000. Sin embargo, sucedió algo insólito, el Presidente de la Corte Suprema ya
no formaba parte de la misma, situación que fue corregida posteriormente,
precisándose que sus miembros ejercían funciones administrativas y
jurisdicciones al mismo tiempo, lo que originó severas críticas ante esta
duplicidad de actos. Los acontecimientos políticos precipitaron la desactivación
de la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial, y, el 6 de noviembre del 2000, se
nombró un Consejo Transitorio, al que se le facultó la administración y la
recuperación institucional de dicho poder. El 7 de marzo de 2001, asumió sus
funciones el consejo Ejecutivo del Poder Judicial.

Hemos efectuado una mención más amplia de lo acontecido en los gobiernos


antes referidos, con la finalidad de demostrar que no hubo reforma, sino que
sirvió únicamente para controlar el Poder Judicial de acuerdo a sus interese,
valiéndose de magistrados provisionales o suplentes. La s “reformar” de los
diferentes gobiernos tiene una gran similitud con los que pretendió hacer el
gobierno anterior, al presentar cinco proyectos de ley ante el Congreso de la
República:

a) La forma como se pretendió cesar a los magistrados, fiscales y consejeros a


los 65 años.

b) Tener la presencia de una mayoría de suplentes en el nuevo Consejo


Nacional de la Magistratura.

c) La nueva conformación que se pretendía con suplentes en el Consejo


Nacional de la Magistratura, para que sean los encargaos de llevar a cabo una
ratificación extraordinaria de magistrados y fiscales en todos los niveles, en el
año 2004, ero, al parecer, ante la negativa del Congreso no lo pudieron
cristalizar.

d) Igualmente, la ley que crea una Comisión de Reforma del Poder Judicial, en
cuya conformación solo figuran cuatro miembros relacionados con la
administración de justicia.

Propuestas que por cuestiones coyunturales y de carácter político no


prosperaron, por la mínima aceptación en la opinión pública que tenía en
aquella fecha el Ejecutivo, así como el Congreso de la República y el Poder
Judicial; es indudable que de no haberse encontrado en esta situación es casi
seguro que se hubiera llevado adelante la intervención. Los referidos proyectos
estaban “sustentados” en los decretos leyes dictados por los gobiernos que
“intervinieron” el Poder Judicial, aduciendo los mismos motivos que fueron
invocados por funcionarios de los otros poderes del Estado.
5. ¿HUBO ALGUNA VEZ REFORMA JUDICIAL EN NUESTRO PAIS?

La respuesta a esta interrogante es que NUNCA SE HA LLEVADO A CABO


UNA REFORMA JUDICIAL, lo que siempre ha existido es un consenso
nacional acerca de la crítica situación en una convergencia de insatisfacciones
sociales como resultado de resoluciones judiciales dictadas después de mucho
tiempo que el justiciable recurrió en búsqueda de justicia, pero, en la realidad
encuentres, en muchos caso, maltrato del personal y al final tiene la sorpresa
de no encontrar el reconocimiento de sus derechos que son vulnerados, lo que
origina, como hemos manifestado anteriormente, que el poder encargado de
administrar justicia, al igual que los otros poderes del Estado, no gocen de la
aceptación pública, por lo que es necesario y urgente una reforma judicial.

La situación es que siempre han surgido voces desde los poderes Ejecutivos y
Legislativo para “reformarlo” y en muchas ocasiones lo han pretendido llevar
adelante, bajo el pretexto de que el Poder Judicial no se puede auto reformar,
sosteniendo que peste no pertenece exclusivamente a los magistrados sino a
todo el pueblo peruano. La pregunta que nos formulamos es la siguiente:
¿aceptaría los integrantes del Poder Ejecutivo y Legislativo que sea el Poder
Judicial quien los reforme? Indubitablemente, lo primero que dirían que son
poderes independientes autónomos. Pero, el país también espera una pronta y
necesaria reforma de integral de los tres poderes del Estado, máxime si fue la
oferta en las últimas elecciones, sobre todo, en lo que se refiere a la
revocatoria del mandato congresal.

Es de vital importancia, que el gobierno de turno y el Congreso de la República


tengan la decisión política de emprender la reforma y en su momento enfrentar
la contrarreforma, porque si se presente la posibilidad de cambio del sistema
en la administración de justicia, es casi seguro que se han de preservar
avances y retrocesos, sobre todo, si consideramos que algunos funcionarios o
políticos no les conviene el cambio porque se benefician de la situación en la
que se encuentra. Razón por la que a nuestro criterio, se debe empezar fijando
etapas en las que debe cumplir el objetivo final de toda reforma, como la del
Poder Judicial.

La administración de justicia está y estará siempre en la agenda pública, lo que


ha dado lugar a los diversos intensos de “reformas del Poder Judicial”, como
hemos expuesto, porque es evidente la necesidad de realizar una serie de
innovaciones para hacerla más eficiente, eficaz, moderna y práctica, con el
objeto de que las resoluciones que dicte en el órgano jurisdiccional estén
sustentadas en la ética y la convicción a la que lleguen los magistrados
reflejando su independencia e imparcialidad de criterio respecto al problema
que deben solucionar, por lo que es necesaria una correcta elección de cada
uno de ellos, a fin de tener una justa administración de justicia cuando tengan
que resolver un caso concreto otorgando el derecho a quien le corresponda
como base y sustento de una auténtica democracia, pero lamentablemente,
como nunca se planificó, ni hubo proyectos, fracasaron en toda se extensión, y
la ansiada reforma judicial sigue esperando. ¿Hasta cuándo?

Como hemos referido, “las reformas emprendidas”, solo tuvieron el nombre,


porque al parecer se quedaron en simples intenciones, pues los resultados
obtenidos con estas medidas han fracasado o han visto deficientes, debido a
que los encargados de ejecutar las supuestas reformas judiciales no
cumplieron con lo ofrecido, ni mucho menos quienes pretendieron ejecutarlo no
tuvieron planes ni estrategias, además de carencia de personal calificado y
conocedor de la realidad judicial, en algunas oportunidades al parecer solo
tuvieron buenas deseos, porque siempre primó el criterio político, por lo que es
urgente y necesario que en verdad se emprenda una auténtica reforma judicial.

El principal problema que siempre ha tenido el Poder Judicial, es que sus


integrantes en los diversos “intentos de reforma” emprendidas por los otros
poderes del Estado, no han asumido un rol, no solamente de oposición, salvo
algunas excepciones, sino de llevar a a cabo una auto reforma porque
necesariamente, para iniciarla y mejorar la administración de justicia se
requiere de dinero basta con exigir a sus jueces que cumplan estrictamente con
aplicar la ley, exponer claramente ante la opinión pública la situación en la que
ese encuentran , así como la falta de colaboración del Legislativo y Ejecutivo,
en cuanto a leyes y el aporte económico, y que necesita de medidas urgentes
para solucionar los graves problemas que padece.

6. NECESIDAD Y URGENCIA DE UNA REFORMA JUDICIAL

El Poder Judicial desempeña un papel muy importante, frente a los otros


poderes y organismos del Estado, porque sirve como equilibrio en la sociedad
ante los problemas que se presentan y es el llamado a llevar adelante la
vinculación de éstos al ordenamiento jurídico, sometiéndolos a límites para el
ejercicio de sus funciones, por constituir una garantía para la protección de la
libertad de las personas frente a las arbitrariedades de los representantes del
Poder Ejecutivo y Legislativo; razón por la que es necesaria y urgente una
reforma judicial, porque es la única institución con capacidad para defender el
derecho, siempre y cuando sea independiente, imparcial y justo.

La credibilidad en el Poder Judicial se podrá conseguir, justamente cuando los


jueces sean idóneos y actúen de manera independiente e imparcial, aplicando
la norma jurídica en sus debidos alcances, es decir, verificando una correcta
interpretación de la ley, a fin de que el justiciable encuentre el reconocimiento a
su derecho que ha sido vulnerado y demostrando el correcto funcionamiento
del órgano jurisdiccional y para que se pueda recuperar la confianza pública y
ciudadana, al verificar que es ajena a cualquier presión o insinuación mediante
acciones internas o externas y que sólo están sujetas a la ley.

La administración de justicia adolece de falta de credibilidad porque muchas


veces se juzga no de acuerdo a la valoración de las pruebas de lo que se ha
ofrecido y actuado en un proceso pen. Sino muchas veces de acuerdo a lo que
sostiene Alberto Bundes

“No es admisible que una persona sea condenada porque sea enemiga de
alguien poderoso o temamos lo que pueda hacer en el futuro ni siquiera porque
sea “el enemigo del pueblo” nos conmueva el dolor de la víctima. Menos aún,
porque los medios de comunicación lo “condenaron” o porque así lo pide la
“opinión pública”. Para evitar estas desviaciones arbitrarias la primera condición
del ejercicio del poder penal es que a una persona la condenen solamente por
lo que ha hecho. El principio del “hecho” o “principio de exterioridad” que obliga
a los jueces a determinar la existencia de un hecho para fundar una reacción
penal es la base de todo el sistema de garantías porque a partir de allí se
organiza todo el litigio y la producción de La prueba.

El país tiene que llegar al convencimiento de la necesidad de una reforma


judicial, pero que se desarrolla como un Poder del Estado independiente en lo
jurisdiccional, autónomo en lo económico y administrativo, que socialmente
inspire confianza para resolver los conflictos de quienes recurren a él para
actuar como contralor del poder estatal; y como una clara demostración de su
independencia, ésta se debe corroborar en la actuación de los jueces y en las
resoluciones que dicten, legitimando al sistema al otorgar seguridad jurídica al
ciudadano que accede a ella en búsqueda de justicia. Entre los principales
problemas que tiene el Poder Judicial es el reconocer la existencia de algunos
jueces que son causantes de la morosidad, corrupción, incapacidad, etc., en la
administración de justicia.

Las causales que dan lugar al descrédito en el cual se encuentra la


administración de justicia y que le otorga un bajísimo nivel de aceptación en la
opinión pública, entre otras, a criterio nuestro son:

a) Quienes recurren a dicho poder encuentran una ausencia de justicia.

b) Falta de calidad de algunos encargados de administrar justicia

c) Algunos de sus integrantes han demostrado su falta de independencia ante


el poder político, militar y grupos económicos, lo que ha contribuido a que sean
insensibles a los problemas sociales, a la corrupción, a la falta de protección de
los derechos humanos, es decir, carencia de independencia en lo jurisdiccional
lo que origina que cumpla con sus fines.

d) Pero, además, observamos que algunos jueces y abogados carecen de


preparación desde el punto de vista legal, psicológico y moral, que son factores
importantes que deben ser tomados en cuenta en cualquier intento de reforma
del Poder Judicial.
e) La reforma judicial que se intente debe ser una política de Estado y no de
cada gobierno, empezando por una reforma constitucional.

f) La administración de justicia tiene que estar orientada a la protección de los


derechos fundamentales y las libertades públicas por lo que es necesario hacer
frente a las violaciones de estos derechos dictando resoluciones judiciales que
respeten la libertad personal.

g) Sin un sistema de justicia razonable, que no esté comprometido con los


valores democráticos, no puede haber inversión económica ante la falta de
seguridad jurídica que se presenta en algunas resoluciones judiciales.

h) Casos de corrupción.

h) Falta de credibilidad.

j) Congestionamiento procesal.

k) Presión política o de grupo de poder en los fallos judiciales.

l) Se sostiene que la justicia favorece más a los ricos que a los pobres.

Gorki Gonzales Mantilla, al referirse a la reforma judicial, después de haber


precisado que el interés público puede ser entendido como un atributo de la
comunidad política y que éste se expresa como un conjunto de acuerdos para
satisfacer sus necesidades, señala:

“Una reforma del sistema de administración de justicia sólo se justifica en esta


medida. En tal sentido u orientación deberá estar marcada por la necesidad de
desarrollar los mecanismos e instituciones que garanticen, la seguridad jurídica
de la comunidad de manera tal que los fines de la misma, al igual que sus
límites, deberán obedecer a la preservación de los valores institucionales que
se encuentran amenazadas. Así, los instrumentos y procedimientos que
permiten su actuación para ser legítimos deberán marchar al interior de los
preceptos del Estado.

El proceso de reforma judicial supone un asunto de interés público, en la


medida que oriente sus esfuerzos a fortalecer, mejorar o generar mecanismos
institucionales del mismo sistema de justicia, sirvan para salvaguardar valores
consustanciales a la comunidad y al sistema político. Pero cuando el proceso
es instrumentalizado total o parcialmente para satisfacer necesidades
coyunturales del régimen político, el interés público se convierte en una simple
cubierta de decisiones políticas, generadas en un proceso no democrático y
excluyente”.

Se considera como interés público, cuando los ciudadanos actúan sobre la


base de intereses comunes y, previo intercambio de opiniones, se ponen de
acuerdo en función de la sociedad que los agrupa y en base al reconocimiento
jurídico de los derechos fundamentales. Cuando los jueces dictan sus
resoluciones deben considerar el interés público y la seguridad jurídica para
poder gozar de paz social, teniendo en cuenta el desamparo que sufren los
ciudadanos ante la violencia estatal o individual, toda vez que éstos deben ser
considerados no sólo como individuos sino también como seres sociales.

La administración de justicia no marcha al mismo ritmo que los cambios


sociales que se producen en nuestra sociedad y cuando se trata del Poder
Judicial, todos reconocemos la necesidad de reformarlo, pero son los otros
poderes quienes quieren llevarlo a cabo pero sin decidirse, pero tal efecto, se
forman comisiones que son integradas por personas que no conocen la
realidad judicial o porque tienen determinados intereses o son técnicos que
conozcan la problemática de la administración de justicia. Si comparamos el
estado en el que se encuentra el Poder Judicial en la actualidad, con el de años
anteriores, concluimos que todos los diagnósticos que se han verificado y se
siguen realizando presentan las mismas características de siempre, es decir, la
imagen que tenemos en toda la historia es la de una entidad que ha perdido de
vista su finalidad institucional al no cumplir con sus funciones más importantes,
entre ellas la de ser un servicio público verificando una administración de
justicia que brinda seguridad jurídica y tutela los derecho fundamentales que
son violados por algunas autoridades judiciales.

El doctor Javier de Belaunde, reconocido como una gran estudioso de la


realidad judicial, considera que la necesidad de una reforma se sustenta:

a) porque existe y una creciente sensación de inseguridad jurídica, de


desamparo de los ciudadanos frente a la violencia y el abuso

b) porque existe una impunidad estructural frente a quienes violan la ley


c) porque existe un reclamo, cada vez más fuerte, de que se respeten los
derechos fundamentales y las libertades públicas

d) porque la sociedad ha cambiado y cambia a pasos agigantados y la justicia


se ha quedado atada a la estructura de la sociedad colonial

e) porque el Perú está inmerso en un proceso de planificación y construcción o


reconstrucción de la democracia y la eficacia de la justicia se halla ligada a
esos procesos.

Esta grave situación es reconocida por el mismo Poder Judicial, motivo por el
cual cualquier medida que se tome sobre este particular debe contar con la
garantía de que en el futuro no lo intervengan por vías indirectas u ocultas los
políticos, porque su intervención ha sido tan negativa en el curso de la historia
de nuestro país que de ninguna manera debe repetirse, pues los resultados no
han sido nada satisfactorios, por el contrario, corroboran la existencia de una
crisis crónica. El sometimiento del Poder Judicial al poder político es la base de
la grave crisis institucional que él vive el país, razón por la cual no puede ni
debe ser manejado por ninguna cúpula política, social o económica, para lo
cual consideramos la urgencia que tenga su plena autonomía, la misma que
debe reflejarse en:

a) su propia política de conducción institucional

b) su propia dirección administrativa

c) su propia disposición económica

d) Independencia garantizada en lo jurisdiccional

Solo con estas autonomías e independencia jurisdiccional antes referida,


podemos sostener que existirá un verdadero equilibrio con los otros poderes
del Estado, lo que no ha sucedido ni sucede en la actualidad, porque a la clase
política no le conviene que el Poder Judicial las tenga, mientras persista esta
situación en la que se encuentra este poder del Estado, si no se le otorga los
medios de económicos que necesita cualquier reforma que se intente será
inútil. Pero también es necesaria la decisión de este Poder del Estado,
tomando medidas urgente para acelerarla administración de justicia, lo cual no
requiere de dinero para hacerlo.
José I. Cafferata Nores, al ocuparse de la administración de justicia y cómo
debe actuar el juez en los procesos penales en su país, que tiene cierta
similitud con el estado que se encuentra el nuestro, sostiene:

 La justicia como poder del estado

El sistema republicano, en este aspecto, no se agota en el concepto


esencial de independencia del Poder Judicial, concebida como que los
jueces actúen según su opinión, formada motu proprio, y no viciada por
órdenes, presiones, sugerencias de poderes estatales, políticos o
sociales o la opinión pública, y sólo con arreglo a la prueba y a la ley. En
cambio, se integra con el de su equilibrio con los demás poderes del
Estado, que se logra a través de una serie de mecanismos de pesos y
contrapesos, entre los que se encuentra el de participar en la formación
de aquél. Sobre todo porque nuestro poder judicial no es una mera
administración de justicia, como ocurre en otros países, donde la
magistratura constituye un orden autónomo e independiente de cualquier
otro poder, pero no es un poder.

 Condiciones humanas

Fundamental será acertar con las condiciones humanas del futuro juez
en lo penal, que garanticen su independencia de criterio por su apego a
la ley lo que implica aplicar la ley del caso y también no aplicar por
analogía otra ley que no atrape el caso y su aptitud para fallar según la
prueba (y la falta de ella) y su conciencia, bajo cualquier tipo de presión
(incluso violenta) y aún en contra del interés de los poderosos. Ningún
consenso político o social puede suplir la falta de prueba o de ley penal
que expresamente atrape el caso (aun cuando esto lleve a decisiones
discriminatorias que parezcan injustas), Y dictar sentencias contra tales
consensos o desoyendo tales presiones requiere condiciones humanas
muy especiales, o requieren un excepcional valor para enfrentarlas cada
vez más frecuentes amenazas o violencias.

El reconocido procesalista hace referencia a todo lo que sucede en casi todos


los países de Latinoamérica respecto a las presiones que se ejercitan en
contra los jueces, quienes por estas circunstancias no actúan tener en
consideración las pruebas actuadas en el proceso de manera licita y legitima,
estas presiones departes de políticos o de personas con poder económico o
social deben ser rechazadas el no hacerlo conlleva hacerlo al descredito y el
rechazo por parte de la ciudadanía.

Respecto a este tema de la reforma judicial en una entrevista con el Dr. Hugo
Silvina Hurtado, en su condición de presidente del poder judicial planteaba un
cambio estructural pero como el reconoce había transcurrido más de un año
que concedió dicha entrevista y no se veían resultados al no haber tenido el
apoyo del poder legislativo y el ejecutivo, manifestó lo siguiente:

 “Me han preguntado varias veces ¿está usted por la reforma o por el
cambio estructural? Yo pienso más por el cambio estructural que en
reforma suena a fracaso. Además ahora se está usando mucho esa
palabra en los niveles políticos y en todos los niveles del Estado
Los cambios normativos se van a dar en función de aquello que el país
lo requiere como una administración de justicia diferente, distinta”.

El Dr. Francisco Távara Córdoba actual presidente de poder judicial en una


entrevista concedida al diario la República poco después de haber sido elegido
es a conocer su plan de trabajo al mismo tiempo que precisa su criterio sobre
que medias debe de tomarse en fin de mejorar la administración de justicia en
ella manifiesta lo siguiente:

 “Los principales problemas del poder judicial son la morosidad la sobre


recarga procesal y la manifestación de corrupción. Todas las medidas
deben estar dirigidas a combatir este problema. Hay que trabajar en la
modernización informatización nueva gestión judicial y transparencia en
lo jurisdiccional y administrativo. También hay que luchar por la
autonomía e independencia y el presupuesto”.

El punto neurálgico de una reforma judicial radica en que los jueces deben
tomar conciencia de que es jurídicamente independiente y totalmente
dependiente del ordenamiento jurídico y la misión que le corresponde es
administrar justicia como servidor público y si no lo hace la reforma estará
llamada al fracaso o en todo caso usa resultados serán negativos

A) Debemos reconocer que el problema es el factor humano y el juez


debe ser protagonista de cualquier reforma por lo que deben
identificarse con este cambio u creer en el colaborando en el. Caso que
se inicie porque la demanda del. Servicio público de justicia ha
incrementado en todos los ámbitos y requiere de soluciones urgentes.

B) Los últimos movimientos reformadores deben constituir un serio


esfuerzo de parte de los congresistas en la tarea de dotar al poder
judicial de una mejor legislación procesal.

C) Además se requiere aumento de números jueces la racionalización


de su trabajo la simplificación de los procedimientos y dotarlos de
medios materiales indispensables para el desempeño de sus funciones.

D) Se debe partir de la realidad y de no de la teoría para afrontar el


problema de la falta de celeridad en la administración de justicia porque
está José presenta en abstracto sino en forma concreta y solamente
podría desaparecer en gran parte con jueces diligentes.

E) De seguir manteniendo insolutos los problemas y necesidades que


este poder del Estado requiere para desempeñar las funciones
encomendadas.

F) Para disminuir la carga procesal se deben crear juzgados y salas de


emergencia a fin de resolver los casos de juicios penales por delitos de
extorsión secuestró robo agravado tráfico de drogas terrorismo
corrupción libertad sexual para que se respete el plazo razonable de
detención preventiva judicial.

G) Revisar los turnos de los juzgados permanentes cuya presencia viola


la garantía constitucional del juez natural porque después de dictado el
auto operatorio de instrucción todo lo actuado es remitido las mesa de
partes.

H) Dictar medidas urgentes para tratar de solucionar los problemas


reconocidos por el mismo poder judicial.: Al poder judicial le han negado
la ayuda económica que requiere durante toda la historia de la época
republicana y siguen haciéndolo hasta la actualidad al no otorgarle en el
presupuesto general de la República del porcentaje necesario para que
pueda ejecutar sus funciones más importantes y lo suficiente para
modernizarlo e incrementar el número de magistrados .Este incremento
es fundamental porque no puede haber cambio o reforma o
modernización sin soporte económico.

Pero es el caso en la sentencia dictada por el Tribunal Constitucional a raíz de


la demanda interpuesta por el poder judicial hasta la actualidad no se ah fijado
los gastos corrientes del presupuesto pese a que se exhorta al poder legislativo
a fin de que se incremente de acuerdo a las posibilidades económicas del país
y como está situación es difícil podemos deducir que para otorgarle el dinero
necesario para cubrir sus necesidades tiene que pasar mucho tiempo.

Como hemos podido comprobar a lo anteriormente expuesto casi todos los


gobiernos de turno de manifestación su interés al llevar una reforma del poder
judicial pero los resultados han demostrado que siempre han fracasado en el
fondo lo trataron de que no se cumplan los objetivos perseguidos resultados
que no han sido accidentales o de azar sino algo premeditado.

La inoperancia en el poder judicial no generaliza siempre ah sido un obstáculo


para el logro del objetivo social y económico en nuestro país razón por la cual
la administración de justicia no goza de un reconocimiento público por lo que es
necesario que tomen medidas urgentes

Es necesaria y urgente una reforma judicial y del Ministerio público como una
necesidad en un estado democrático que debe ser concebida como un
instrumento para conseguir el desarrollo de los pueblos unidos y modernización
pero para llevarla adelante se debe contar con planes y proyectos previamente
establecidos u una evidente voluntad política a fin d que se le brinde un apoyo
económico.

El estado en el que se encuentra el poder judicial es porque algunas


atribuciones o personas en particular les conviene mantenerlo en esa situación
pese al reconocimiento generalizado de la existencia de un sistema que no
goza de la aprobación ciudadana de quienes sufren sus consecuencias con
cierto grado de impotencia al no ser reconocidos sus derechos.

6.1 LOS PROBLEMAS DE LA JUSTICIA EN EL PERÚ

 Los problemas crónicos de la justicia en el Perú.

El Poder Judicial en el Perú adolece de niveles de aprobación de la


opinión pública extremadamente bajos. Si bien es un fenómeno antiguo,
en los últimos años ha sido considerado como una de las instituciones
menos confiables del país. El Poder Judicial ha sufrido históricamente de
graves problemas que, como consecuencia natural, explican su grave
desprestigio y la poca credibilidad de la población.

Uno de los problemas más graves ha sido su falta de autonomía frente al


poder político. Ello ha originado que históricamente el Poder Judicial no
haya sido un órgano independiente capaz de hacer respetar los
derechos individuales frente a los abusos del Estado, ni tampoco haya
significado un límite frente a los excesos de los gobernantes.

Una de las razones principales, mas no la única, de esta falta de


independencia ha sido la intervención de los poderes políticos en el
nombramiento de los jueces. Así, en la anterior Constitución Política de
1979, el presidente de la República nombraba a los jueces, vocales
superiores y vocales supremos (estos debían ser ratificados por el
Senado) escogiendo entre los candidatos propuestos en una terna
elaborada por el Consejo Nacional de la Magistratura; antes la forma de
designación era, esencialmente, similar. El uso de estas facultades ha
facilitado la dependencia de la magistratura a los dictados del poder.

El problema de la falta de recursos económicos y las inadecuadas


condiciones de trabajo en el Poder Judicial ha sido un factor
determinante de la situación del Poder Judicial. Se trata de un grave
problema que tiene su punto de partida en la falta de atención
presupuesta. La insuficiencia crónica de recursos ha afectado al sistema
de justicia en casi todas sus dimensiones. Así, sueldos bajos, locales
inadecuados, ausencia de las mínimas condiciones de trabajo,
inexistencia de bibliotecas, hasta la falta de disponibilidad en muchos
lugares del país del diario oficial donde se publican las normas legales,
reflejan claramente la ausencia de un compromiso por parte del poder
político por dotar de condiciones materiales mínimas al Poder Judicial. El
problema ha sido demasiado reiterado y evidente para ser casual;
parece claro que a los políticos no les ha interesado tener un Poder
Judicial fuerte.

A ello debemos sumar la obsolescencia de la organización judicial. No


sólo absoluta falta de modernidad, sino irracionalidad organizativa que
llevó, por ejemplo, a que un juez civil en Lima sea responsable de más
de S 000 procesos al mismo tiempo.

Junto con todo lo anterior, encontramos una progresiva disminución de


la capacidad profesional de los jueces, consecuencia lógica de lo poco
atractivo que resultaba ingresar al Poder Judicial para aquellos
abogados mejor preparados a quienes el sector privado les brinda
condiciones de trabajo y oportunidades de superación profesional que en
el Poder Judicial simplemente serían impensables.

De la misma manera, la existencia de leyes procesales obsoletas originó


en lo civil una falta de celeridad total (que en la práctica hace que el
sistema perjudique a quien llega a reclamar la restitución de un derecho
y favorezca a quien lo violó) y en lo penal la existencia de un alarmante
número de presos inculpados mas no sentenciados.

Así, la falta de confianza ciudadana se explica en la percepción de una


justicia lenta e inconfiable. Los fallos no son predecibles, la
jurisprudencia no se conoce y la que se conoce no es orientadora; el
nivel técnico del juez suele ser bajo y generalmente está desubicado
ante las nuevas áreas del Derecho y de la vida social. La desconfianza
del ciudadano toca al sistema judicial, al juez y alcanza así a todo el
sistema legal.

 El Poder Judicial y su incidencia sobre la gobernabilidad en el Perú.

Después de un crónico abandono del tema, la problemática del Poder


Judicial ha salido recientemente del olvido para ponerse sobre el tapete
como un tema de fundamental importancia en el Perú.

Creemos que a ello han contribuido múltiples factores: una violencia que
ha socavado las bases mismas del Estado, de la convivencia civilizada y
que ha tenido en la violencia terrorista y en el narcotráfico amenazas
fundamentales; la convicción de que es imposible un mínimo respeto a
los derechos humanos y a las libertades públicas sin un sistema de
justicia razonable y comprometido con valores democráticos; la
constatación de que no puede funcionar el mercado ni haber inversión
sin un sistema legal y judicial operativo, tanto como la necesidad de
buscar la gobernabilidad del país.

Todo esto ha llevado a un consenso y a un convencimiento compartido


de que sin un Poder Judicial independiente y eficiente, no hay
democracia.

No obstante, ello se da en un contexto más general, pues "el marco


institucional de la sociedad peruana ha demostrado ser incapaz de dar
respuesta a los procesos acelerados de cambio social que tuvieron lugar
durante los últimos cuatro decenios. Durante este período colapsaron las
formas mediante las cuales se ejerce el poder y la autoridad en la
conducción de asuntos económicos y sociales; es decir el Perú ha tenido
que enfrentar diversas crisis de gobernabilidad democrática y de buen
gobierno". Así, surge como eje central alrededor del cual comienzan a
girar grandes temas nacionales, el tema de la gobernabilidad, entendida
como la posibilidad de ejercer de manera eficiente, eficaz y
legítimamente el poder para el logro de objetivos sociales y económicos,
ligada, a su vez, con la idea de legitimidad "en el sentido de que la
ciudadanía reconoce el derecho de gobernantes a ejercer el poder y la
autoridad, y se identifica con las instituciones del Estado siempre que
ellas estén sujetas a ciertos límites establecidos de antemano y respeten
las reglas de juego".

7. ¿COMO SE PODRÍA LLEVAR ADELANTE LA REFORMA JUDICIAL?

Es conveniente que el poder judicial que al parecer si decide dar inicio a las
reformas la siga conduciendo y orientando con la colaboración de los sectores
más representativos de la sociedad porque a todos nos convierte este
problema y no podemos ser ajeno a ellas.

En un estado democrático debe existir un ejercicio efectivo de la libertad y


cuando un individuo cometa un delito y deba hacer frente a la coacción estatal
debe existir un juez que Sea independiente para que pueda garantizar una
turra judicial efectiva y el debido proceso que al fin de mismo justifique su
decisión ante los sujetos procesales o a las partes.

Los magistrados son los que mejor conocen sus problemas y necesidades lo
que no sucede con los grupos determinados asociaciones que muchas veces
han sido designadas para llevar a cabo una reforma. El problema en el cual se
encuentra el poder judicial compete a toda la sociedad para llevar adelante una
auténtica reforma judicial se requiere la intervención de ella a fin de conseguir
que los jueces resuelvan los problemas que le son presentados por los
justiciables expidiendo sentencias que sean claras precisas y ajustadas a
derecho.
De acuerdo a la crisis en la que se encuentra la administración de justicia
acrecentada por sus errores ineficacia y corrupción nos llega a una evidente
coincidencia con el glamour popular a la necesidad y urgencia a cabo de llevar
una reforma judicial.

7.1 ¿Por qué?

La crisis en la que se encuentra la administración de justicia hace


necesaria y urgente la reforma del poder judicial y que este problema no
es un tema aislado sino. Que se encuentra inmerso dentro de un grave
Crisis en el que se encuentran los tres poderes del Estado.

7.2 ¿Para qué?

El país que necesita que cuando los integrantes de nuestra sociedad


recurran al órgano jurisdiccional encuentran indoeidad en los
encargados de administrar justicia para resolver cada caso concreto es
decir que se obtenga Seguridad jurídica.

7.3 ¿Cómo?

En primer lugar tiene que existir una decisión política por parte del
gobierno de turno y del Congreso de la República para que la reforma
pueda ser ejecutada asignándose los medios económicos que se
requieren la implementación de una moderna logística para su
funcionamiento y los instrumentos legales .Cualquier reforma judicial que
se intente sólo posea tener éxito si se otorga los. Medios económicos
que se requiere para su ejecución.

7.4 ¿Quiénes deben proyectarla o planificarla?


Los encargados de llevar adelante estos planes y proyectos deben ser
los miembros del. Poder judicial y del Ministerio público que conocen sus
problemas y necesidades con la colaboración de los otros actores en la
administración judicial.

7.5 ¿Quiénes deben ejecutarla?

Es indudable que deben ejecutarla los interrogantes del. Poder judicial


porque siempre han pretendido hacerlo los otros poderes del Estado ha
fracasado rotundamente.

7.6 ¿Qué otras personas deben colaborar en la ejecución de la


reforma judicial?

Consideramos que para llevar adelante la. Reforme judicial deben


intervenir los técnicos que participaron en la elaboración de las
estrategias porque es la mejor manera de solucionar este problema y
que ellos obtengan e éxito que se busca.

7.7 Una vez iniciada ¿debe continuar?

En efecto una verdadera reforma judicial tiene que ser a corto mediano y
largo plazo basado en planes y estrategias a fin de que se pueda
obtener el objetivo.

7.8 ¿Se tomarán en cuenta las recomendaciones y conclusiones a

las que deben haber llegado las comisiones nombradas


anteriormente?

Lo real y concreto es que el país lleva más de 77 años oficialmente con


el nombramiento de la primera comisión para reformar el. Poder judicial
por lo. Que ya es tiempo que se dejen de lado la formación de estas y
que se utilicen las estadísticas.

7.9 ¿Que se requiere para llevarla a cabo?

Se necesita dicho poder del Estado tome una decisión efectiva de


iniciarla aún por encima de las críticas de funcionarios de los otros
poderes o de determinados grupos porque lo único que pretenden es
tener una intervención directa en ella al fin de conseguir su objetivo.

7.10 ¿Cómo iniciarla?

Consideramos que es de vital importancia deducir la excusa carga


procesal tanto civil como penal no es posible que los procesos se dilaten
indefinidamente como viene sucediendo en la la actualidad subiéndose
a tomar medidas urgentes.

7.11 ¿Qué otras medidas se deben adaptar en cuanto a lo


jurisdiccional?

Es necesario que los vocales de la corte Suprema en las diversas


especialidades sigan llevando a cabo los plenos jurisdiccionales y que
sirvan como vinculantes a las instancias inferiores.

7.12 En cuanto la carrera judicial ¿cómo debe enfocarse esta


problemática?

En la actualidad se encuentra en discusión en el Congreso. De la


República como uní de los problemas que ha de ser objeto de la reforma
en la constitución política del. Estado pero al. Parecer no es lo. Que se
pretende tomar en cuenta la opinión de los. Miembros del poder judicial
ni mucho menos la. De los especialistas.
8. PREMISAS BÁSICAS PARA EMPRENDER UN PROCESO DE
REFORMA JUDICIAL

8.1 Necesidad de cambio de estructuras

El fortalecimiento de las instituciones para garantizar el Estado de


Derecho que haga de un país creíble para compartir la globalización es
el que, entre otros, lleva a la necesidad de reformular estructuras y
cambiarlas.

Así comienza toda una etapa de Reforma del Estado, se busca una
nueva imagen del Perú y se comienzan a dar cambios, por lo menos así
se anuncian, en todo el Sector Público. Los poderes del Estado:
Legislativo, Ejecutivo y Judicial tienen que reforzar sus estructuras y
modernizarse.

Es así que la Función Judicial o como se conoce tradicionalmente el


Poder Judicial es el principal foco de atención para una drástica reforma
por cuanto ella es el centro de control de la legalidad tanto del sector
privado como del público. Puede decirse que ''En el caso del Poder
Judicial, el proceso de Reforma y Modernización se inicia el 20 de
Noviembre de 1995, mediante la Ley de Congreso de la República No.
26546, que crea la Comisión Ejecutiva, la cual asume las funciones de
gobierno y gestión de este Poder del Estado", lo que no quiere decir que
nos estamos contradiciendo respecto a nuestra anterior afirmación,
donde referimos que las reformas judiciales son una constante y que
siempre se han venido dando de acuerdo a los programas de los
gobiernos de turno. Pero es oportuno hacer una asociación con la
necesidad, digamos Latinoamericana, de establecer un punto de partida
de la reforma global y de estructuras.

No pretendemos, con el desarrollo siguiente, tomar una posición


respecto si ha sido acertado o no identificar como los fundamentos
estructurales de la Reforma Judicial en el Perú la Moralización,
Descentralización, Modernización y Capacitación, pero sí abordar cada
uno de ellos de una manera general.

8.2 Moralización

El Poder Judicial es una función del Estado que es autónoma e


independiente y como tal se encuentra facultada por tener su propia
administración a regularse. Así el tan debatido tema respecto a cuál es
la mejor forma de "controlar" a los jueces, se concentra hasta ahora en
la tarea que desarrolla la Oficina de Control de la Magistratura creada
por Decreto Ley N° 21972 de fecha 25 de octubre de 1977 con el
nombre de Oficina de Control Interno del Poder Judicial, para adoptar su
actual denominación en 1992 por la Ley Orgánica del Poder Judicial.

A partir de 1 992, que es el momento que se comienzan a dar cambios,


se toman decisiones tales como, formando parte de la descentralización,
crear las Oficinas Descentralizadas de Control de la Magistratura
ODTCMA ,siendo que existen 25 CODIMAS a nivel nacional, una en
cada Corte Superior de Justicia. La máxima autoridad de cada
CODICMA es el Presidente de cada Corte Superior.

Es incuestionable que se han dado logros en el sistema de control en el


Poder Judicial, más no estos logros no llegan a satisfacer a la
ciudadanía por cuanto siempre se encuentra en tela de juicio el hecho
que el órgano de control no actúa con íntegra imparcialidad, por cuanto
se considera que no se puede ejercer un real control entre colegas o tal
vez entre amigos. Encontramos interesante la siguiente cita en relación a
una justificación del porqué deben ser los jueces los que ejerzan la labor
contralora, "A manera de ejemplo, lo mismo puede darse con la forma y
modalidades para el control de las familias. En un hogar, serán los
miembros de la familia que, según su grado de cultura y educación,
diseñen sus metas y se formará una estructura organizacional,
determinando o delimitando lo que le corresponde al padre y a la madre,
si sólo uno o ambos trabajan entonces ¿ A quién puede interesar más
que dichas metas se cumplan? ¿Quién puede conocer mejor a sus
integrantes? Puede existir por excepción alguna organización familiar
que no cumpla con estos ideales; entonces, el Sistema de Control para
ese hogar, debe estar primera y fundamentalmente en el mismo hogar,
salvo que pueda usarse otros sistemas alternativos, insistimos sólo por
excepción."

En nuestra opinión la autonomía e independencia del Poder Judicial le


faculta a tomar la mejor decisión para lograr su fin , a veces más que
diseño y estructuras el problema radica en el factor humano. Si existe
compromiso con la institución, no importará de que persona se trata, si
amigo o colega, de incurrirse en una falta que lleve al descrédito de la
institución deberá sancionarse, pero como repito eso dependerá de la
férrea formación no sólo profesional sino de los valores éticos y morales
de las personas que tengan a su cargo tal alta tarea como es la del
control de los jueces.

8.3 Descentralización

"La Justicia más cerca del Pueblo" es el lema y sobre éste es que se ha
diseñado un programa para hacer más accesible !ajusticia a los
ciudadanos de todo el Perú .Es una aspiración en marcha que en los
Módulos Básicos de Justicia se creen los ambientes propicios para
lograr un alto grado de satisfacción de necesidades de los justiciables
que requieren un servicio. La justicia es ya entendida como un todo la
idea es concentrar en un solo ambiente físico al Juez, Fiscal, Defensor
de oficio, y policía.

Como los recursos que asigna el Estado al Poder Judicial son escasos,
por lo menos eso se ha verificado a lo largo de la existencia del mismo,
este proyecto de accesibilidad a la justicia ha contado con la aprobación
y apoyo de organismos internacionales de financia-miento como el
Banco Interamericano de Desarrollo, pensándose en la construcción de
83 módulos básicos de justicia a nivel nacional y en zonas urbano-
marginales que cuenten con población densa. Se espera que el efecto
inmediato será descongestionar los órganos jurisdiccionales de los
distritos judiciales y, se proyecta una facilidad de atención a
aproximadamente siete millones de habitantes.

Ya se han inaugurado algunos módulos básicos de justicia en Lima y a


nivel nacional, más encontrándonos en una etapa inicial, es prematuro
hacer una evaluación respecto a los aciertos o desventajas de estos
módulos. Lo que sí resulta incuestionable, es que de manera directa ya
se está asegurando que en un solo cuerpo en una comunidad
determinada, el justiciable encontrará a todos los operadores para la
satisfacción de su necesidad de justicia.

8.4 Modernización

En el contexto descrito hasta ahora es que se ha diseñado un Perfil de


Juez, el que deba responder a un nuevo concepto de servicio de
administración de justicia y que sea el nuevo modelo generacional y el
protagonista de la Reforma Judicial.

En nuestra opinión, para que el Juez sea d protagonista de una Reforma


Judicial, debe identificarse con la misma y creer en ella. Para que el
Juez pueda participar en el diseño, evaluación o reformulación del
diseño, el sistema debe garantizarle el respeto a su independencia, no
sólo en el ejercicio de la función jurisdiccional sino también en su
derecho de libertad de expresión, a fin de que pueda estar en
condiciones de expresar sus ideas respecto al futuro de la institución a la
que pertenece e incluso discrepar justificada y razonablemente con el
diseño que se le presente. Nos encontramos en una etapa de reformas
en la que es comprensible dejar de lado el status quo. El Juez, debe
asumir una posición crítica en esta época de cambio. Una vez que haya
logrado fortalecer su institución podrá nuevamente volver a su papel de
atender exclusivamente la función jurisdiccional. Este el Juez que se
requiere para afrontar la modernización. Pero lo expuesto no es
suficiente porque la modernización va más allá.

Debemos resaltar la automatización. Tal vez ésta no marca el hito


fundamental en un proceso de reforma, porque deben concurrir otros
aspectos y valores, pero sí resulta importante en un proceso de
modernización.

No se pretende reemplazar al Juez por la máquina, lo que se desea es


que la máquina se convierta en una herramienta de trabajo útil al Juez,
que le facilite información que a su vez le permita contar con todos los
elementos necesarios para emitir pronunciamientos. Por ejemplo, se
aspira a contar con un índice temático que esté en red y que permita con
lenguaje sencillo ingresar a todo tipo de información jurídica. El sistema
debería estar tan bien diseñado, que no solamente sea útil al Juez sino
que tanto profesionales como ciudadanos puedan tener acceso y
comprensión de él.

La dotación de computadoras y servicios informáticos al Juez aún es


incipiente. Si bien en la jurisdicción de Lima, a nivel de primera instancia
civil se cuenta con grandes avances informáticos, a nivel penal, de
Justicia de Paz Letrada e incluso de Vocales Superiores, aún faltan
implementar servicios. Nuevamente, nos encontramos frente a un factor
que no permite al avance y es la restricción económica.

Aunque aún criticado por no comprendido el Módulo Corporativo es una


respuesta a la exigencia de la modernización. Este es un cuerpo que
cuente con todos miembros siendo la cabeza el Juez y los brazos y
piernas el personal de apoyo jurisdiccional con la facilitación de aspectos
administrativos por parte del administrador. Se ha separado de la función
del Juez la función administradora sin que ello signifique un desinterés
del Juez por verificar el normal y correcto desenvolvimiento funcional de
su personal y del propio administrador. Es innegable que todo cambio
provoca desacuerdos y se han presentados algunos entre Jueces y
administradores por delimitar competencias, más es comprendido que el
administrador es un apoyo más del Juez y no una instancia paralela y
separada de él.

Lo más cuestionado tal vez es que con la creación del Módulo


Corporativo no se permite el contacto frecuente entre abogados o
ciudadanos con el personal y con el Juez como era antes. Pero cada
etapa tiene su lado positivo y negativo. Antes no había un control directo
del Juez con su personal como lo hay ahora, dependiendo de la
autoridad que cada magistrado tenga, y además hoy el Juez sí recibe a
los abogados y ciudadanos en tanto que el tema a tratar sea justificado.
No pueden pretender los abogados "conversar" con los jueces para
hacerles cambiar de idea respecto a una resolución ya emitida, por
ejemplo, para ello tienen que hacer uso de los medios impugnatorios. El
Juez requiere tiempo para poder resolver y en caso que tuviera que
acceder a conversar por cualquier tema con los justiciables, teniendo en
cuenta la cultura litigiosa, no podría dedicarse realmente a su trabajo.

8.5 Capacitación

La reforma judicial no solamente aspira lograr cambios en las


estructuras, infraestructuras y administraciones, sino que se dirige
también a la constante actualización del juez, con el objeto que se
encuentre preparado para conocer las causas que si bien, en los
actuales momentos, pueden no ser justiciables, ya son retos que deben
asumirse.

Con la creación de la Academia de la Magistratura se ha pretendido


fonnar y perfeccionar a Jueces y Fiscales, más la realidad no ha
permitido una labor a cabalidad. La Academia de la Magistratura ha
tenido que dar prioridad a la capacitación de magistrados titulares. Sin
embargo, es públicamente conocido que el porcentaje de magistrados,
provisionales y suplentes ha excedido el número de titulares siendo que
en su mayoría los magistrados suplentes no han tenido la oportunidad
de contar con una capacitación y actualización constante, peor aún si
tenemos en cuenta los frecuentes cambios y remociones de jueces
suplentes. Por iniciativa de cada Corte, los magistrados, reunidos en
comisiones de trabajo han realizado tareas para promover su propia
capacitación.

Si bien es cierto se persigue una formación previa del candidato a Juez


verificamos con desilusión que la coexistencia de la Academia de la
Magistratura y el Consejo Nacional de la Magistratura ,como órganos
autónomos e independientes con reconocimiento constitucional genera
un conflicto en cuanto a la uniformidad de reglas para la postulación al
cargo de jueces y fiscales. La realidad desde 1997, fecha en que se
convoca a examen para el primer curso de formación a aspirantes a
jueces y fiscales lo ha demostrado. Desde 1997 se viene postergando el
concurso de méritos. Hay un divorcio en cuanto a la interpretación de la
Constitución, en cuanto a saber si formarse en la Academia de la
Magistratura es un requisito o no para postular a un cargo de la
magistratura. Hoy a 2001, se presenta un proyecto por el cual se desea
prescindir de dicha formación.

Es de destacar que a nivel Latinoamericano, la Academia de la


Magistratura o Escuela Judicial, no pertenece al Poder Judicial como
ocurre en el Perú, sino que depende del Consejo Nacional de la
Magistratura o Consejo de la Judicatura, lo que encontramos acertado,
ya que de esta forma, quien tiene de acuerdo a ley la facultad de
seleccionar a los jueces y fiscales, podrá establecer sus propias reglas y
currícula, para determinar cuál es la mejor forma de acreditar la calidad
de los postulantes.

Estos son los cuatro fundamentos de las estructuras que ha abordado la


última Reforma Judicial, y que ha tenido sus aciertos, pero como en
cualquier etapa inicial, merece una evaluación crítica a fin de determinar
el porcentaje de acierto, mejorar lo obtenido, detectar los errores y,
subsanarlos o eliminar aquellos proyectos que no han dado resultados.
En esta tarea de evaluación, consideramos que necesariamente deben
participar los jueces y fiscales en lo que a su competencia se refiere. A
parte de ello, consideramos que para la evaluación a que se hace
mención, debe promoverse la participación de la sociedad civil, a través
de organizaciones representativas de la ciudadanía. Saber realmente
qué es lo que necesita el ciudadano es importante. En la evaluación, no
solamente debe pensarse en mejorar la imagen del Poder Judicial, sino
en asegurar una justicia rápida, sentencias de calidad y además brindar
previsibilidad. Se tendrá que determinar que es en todo caso lo que ha
impedido hasta ahora brindar el servicio en forma eficaz.

Independientemente de que se está evidenciando la intromisión de


factores externos al Poder Judicial que han contribuido en el desprestigio
de éste no puede negarse que el diseño de Reforma Judicial a nivel
Latino-americano es bueno. Puede compararse los diseños de países
hermanos como Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Cuba, Colombia,
Paraguay, Guatemala y Nicaragua, entre otros, y todos tienen un común
denominador. De acuerdo a las asignaciones presupuestales con que
cuenta cada Poder Judicial y el grado de independencia y autonomía es
que cada una puede hablar de un mayor avance en el logro de sus
objetivos.

8.6 Autonomía e Independencia

A primera vista no existe distinción entre independencia y autonomía.


Respecto a la asociación de autonomía con independencia es oportuno
citar que '· Las palabras independencia y autonomía gramaticalmente y
conceptualmente tienen similar significado, sin embargo existe ya en el
artículo 2 de los Principios Generales de la Ley Orgánica del Poder
Judicial una definición judicial de cada uno de ellos de tal manera que no
cabe confusión alguna. Lamentablemente las propias autoridades
legislativas, los políticos, los abogados, y los periodistas generalizan su
discrepancia sobre la falta de "'autonomía e independencia del Poder
Judicial. Ante tal confusión. Es difícil que los ciudadanos puedan
entender la diferencia y los límites de la función jurisdiccional y la función
administrativa del Poder Judicial". Efectivamente autonomía está
referida en el campo político a la conducción, en lo administrativo a la
dirección. En lo económico a la disposición de recursos y en cuanto a lo
disciplinario a dictar sus propias normas de control y sanción.

De otro lado, la independencia está referida en un primer plano a la


independencia entre Poderes del Estado y en segundo plano
independencia entre jueces superiores y de igual jerarquía, esto es a la
independencia vertical y horizontal en el ejercicio de la función
jurisdiccional. En el primer plano el Poder Judicial no deberá tener
ninguna interferencia del Poder Ejecutivo ni del Legislativo excepto
aquella prevista en la Ley y en el segundo plano ningún Juez puede
coaccionar a otro a que se pronuncie en contra de su decisión y para ello
el sistema deberá garantizar que se respete al magistrado en su cargo a
fin que ante cualquier negativa no pueda ser removido del cargo ni
sancionado. Esta independencia corresponde a los propios jueces en el
ejercicio diario ele sus funciones no encontrándose sujetos más que a su
conciencia, a la Constitución y a las leyes.

En cuanto a la autonomía se refiere, ésta no solamente depende ele los


jueces, sino de los recursos económicos que se tengan para conducirse
y dirigirse como Poder del Estado.

8.7 Presupuesto y Gratuidad del Servicio de Administración de


Justicia

El presupuesto es un componente fundamental para establecer la


autonomía real de un Poder del Estado. Evidentemente no podemos
afirmar que como componente fundamental es el único, por cuanto
deben converger también los valores y el factor humano.

Sobre el Poder Judicial y sobre la Reforma Judicial Peruana existen


muchas críticas, tal vez todas válidas, pero hasta el momento no existe
ni una persona con capacidad de decisión tal, que haya abordado el
tema de la asignación presupuestal al Poder Judicial. Y no es ele
sorprenderse que salvo pocas excepciones en Latinoamérica, como
Costa Rica por ejemplo, todos los Poderes Judiciales son los olvidados
al momento de elaborar los presupuestos nacionales.

Inicialmente estuvo prevista una asignación presupuestal al Poder


Judicial del 2% del presupuesto nacional, pero jamás se llegó a cumplir
con este porcentaje. Actualmente, ya no existe porcentaje y, lo que se
hace, es elaborar un presupuesto histórico en base a una comunicación
del monto a asignarse el siguiente ejercicio. Quiere decirse que no se
cuenta con un presupuesto analítico por el que pueda determinarse
realmente cuánto se necesita en cada Corte para poder cumplir con los
objetivos. La asignación de recursos ordinarios por parte del Estado no
resulta suficiente.' El Poder Judicial necesariamente tiene que valerse de
herramientas empresariales y de gestión, para poder establecer un
sistema de recaudación de recursos propios que le permitan sobrevivir, y
que hagan posible un incremento en el ingreso de los magistrados.

La retribución del magistrado es baja y cuando se afirma que los


ingresos de los magistrados ha sido incrementado, no es totalmente,
cierto, ya que, se ve de alguna manera mejorado el ingreso gracias al
bono jurisdiccional, el mismo que es consecuencia de la recaudación de
recursos propios, ya sea por tabla de aranceles judiciales, multas y otros
conceptos. Monto que no es uniforme ni seguro, por cuanto la
recaudación depende de la demanda del servicio de administración de
justicia que pueda haber.

8.8 Compromiso Político

En paralelo tendrá que haber un compromiso político de todos los


actores del sector justicia, por cuanto el éxito de la Reforma Judicial no
depende solamente del Poder Judicial sino también del Ministerio
Público, de la Policía Nacional, del Ministerio de Justicia .Para que esta
tarea sea efectiva se requiere garantizar la autonomía en la función
administrativa, funcional y económica del Poder Judicial, así como
respetar su independencia en la función jurisdiccional. Así tendremos la
seguridad que no habrá impunidad y que realmente estaremos
salvaguardando un Estado de Derecho.

8.9 Reforma Judicial e integración

El Perú al igual que algunos países de Latinoamérica aún no se


encuentra en condiciones de competir en un mundo global izado a pesar
que su inserción es inminente. Por ello valorar la posibilidad de una
integración regional.

Comparativamente con países hermanos de Latinoamérica el desafío de


Reforma Judicial del Perú es positivo y muestra avances significativos.
La existencia de comunes denominadores en las reformas judiciales de
estos países llevan a aspirar la creación de una Escuela Judicial
Latinoamericana que sea un foco de integración que nos permita
establecer tal vez una red informática de intercambio de legislaciones
nacionales . Intercambio de experiencias en relación a los avances y
desaciertos de nuestras reformas y un aula compartida con magistrados
de otras naciones para conocer in situ sus sedes judicial.

CERIAJUS

COMISIÓN ESPECIAL PARA LA REFORMA INTEGRAL DE LA


ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA-CERIAJUS:

En sesión de fecha 6 de octubre de 2004, el Pleno del Congreso de la


República acordó constituir la Comisión de Estudio del Plan de Reforma
Integral de la Administración de Justicia elaborado por la CERIAJUS. Esta
Comisión está constituida como un órgano en el que confluyen las distintas
fuerzas políticas del Parlamento y su encargo fundamental es continuar, desde
el papel que toca desempeñar al Parlamento, el trabajo iniciado por la
CERIAJUS.

Esta comisión estuvo presidida por el presidente de la Corte Suprema e


integrada por representantes del Ministerio Público, el Consejo Nacional de la
Magistratura, la Academia de la Magistratura, el Tribunal Constitucional, el
Ministerio de Justicia, la Defensoría del Pueblo y cinco representantes de la
Sociedad Civil. Se informó que el Plan Integral estaba destinado a identificar
los problemas, adoptando una visión de conjunto de la justicia en el Perú, hacer
conocer sus principales tensiones, establecer las prioridades y las áreas de
atención que deben ser objeto de las reformas que el sistema requiere.

1. MISIÓN DE LA CERIAJUS

De acuerdo a lo expresado en el Acuerdo del Pleno, la Comisión de Estudio, es


posible asumir que la Comisión de Estudio tiene como misión: 

Esta misión involucra un doble esfuerzo: por un lado, coadyuvar al logro de


consensos partidarios que desde el parlamento nacional otorgue legitimidad al
proceso de reforma del sistema de justicia. De otro lado, se buscará generar
los mecanismos más idóneos para consolidar el trabajo de la CERIAJUS, a
través de la formación de una verdadera coalición nacional por el cambio,
dentro del más absoluto respeto por la autonomía e independencia de las
instituciones que conforman el sistema de justicia, a través de un esquema de
legitimación social, en pos de constituir un escenario ciudadano, consciente y
comprometido con la reforma del sistema de justicia, como correlato
indispensable de la misma.
2. CONFORMACIÓN DE LA COMISIÓN DE ESTUDIO Y PLAZO LEGAL
DE DURACIÓN 

En razón de lo expuesto, la Comisión de Estudio tiene un carácter


multipartidario. Su conformación, como expresión de lo dicho, ha quedado
integrada por los señores congresistas: Fausto Alvarado Dodero (Presidente);
Eduardo Salhuana Cavides; José Luis Delgado Núñez del Arco; Johnny
Lescano Ancieta; Rosa Florián Cedrón; Michell Martínez Gonzales; y Jorge
Chávez Sibina. 
La Comisión Especial de Estudio del Plan Nacional de Reforma Integral de la
Administración de Justicia elaborado por la CERIAJUS, cuenta con un plazo de
180 días útiles, contados a partir de su instalación, para concluir con su
encargo.

3. FUNCIONES DE LA COMISIÓN DE ESTUDIO

Esta Comisión tiene como funciones:

a. Estudiar y sistematizar las propuestas contenidas en el Plan Nacional de


Reforma de la Administración de Justicia.
b. Aprobar las líneas metodológicas de la Reforma en materia normativa,
así como coordinar y apoyar la implementación del Plan por cada una de
las instituciones vinculadas a la administración de justicia.
c. Emitir informes y recomendaciones a las Comisiones Ordinarias del
Congreso de la República en materia de reforma de la Administración de
Justicia.
d. Mantener una estrecha coordinación con la Comisión Especial
encargada de impulsar la implementación del Plan Nacional de Reforma
Integral de la Administración de Justicia creada por el Poder Ejecutivo
mediante Decreto Supremo N° 009-2004-JUS y con los demás
organismos que se constituyan al efecto.
e. Revisar la legislación vigente relativa a los aspectos que modifica el Plan
Nacional de Reforma de la Administración de Justicia.
f. Aprobar mecanismos de seguimiento de las propuestas contenidas en el
Plan Nacional de Reforma de la Administración de Justicia.
g. Evaluar y consolidar las propuestas del Plan Nacional de Reforma de la
Administración de Justicia dentro de una visión común del sistema de
justicia y una planificación de cambios concertada.
h. Realizar campañas de difusión así como eventos especializados en las
materias que contiene el Plan Nacional de Reforma de la Administración
de justicia.
i. Las demás que se derive de su naturaleza, destinada al cumplimiento de
sus fines.

4. PRODUCTOS BÁSICOS DE LA COMISIÓN DE ESTUDIO

El trabajo de la Comisión de Estudio del Plan de Reforma Integral de la


Administración de Justicia elaborado por la CERIAJUS, se cristalizará a través
de tres productos básicos:

a. Consenso político. A través de una Declaración del Parlamento que


haga explícito el acuerdo de apoyar la Reforma del Sistema de Justicia
como un asunto de prioridad nacional. Este acuerdo firmado entre los
distintos grupos políticos representados en el Parlamento partirá de la
definición de una agenda legislativa en la que se expongan los temas
prioritarios de la reforma.
b. Formulación y aprobación de las normas legales integradas al PLAN
NACIONAL de la CERIAJUS. Estas propuestas son de tres tipos: i) el
paquete de medidas legislativas urgentes; ii) las propuestas
desarrolladas normativamente, incluyendo las que corresponden a la
reforma de la Constitución; iii) las propuestas y recomendaciones sobre
distintos tópicos, que no cuentan con un desarrollo normativo en el Plan
de la CERIAJUS.
En este preciso aspecto es necesario tener en cuenta que:
 Se buscará logra la aprobación de la totalidad (o la mayoría) de
propuestas que tengan desarrollo normativo.
 En el caso de las propuestas que no hayan arribado a un
desarrollo normativo en el PLAN NACIONAL, se buscará lograr la
formulación de las más importantes en función de los criterios de
prioridad establecidos por la Comisión de Estudio (Se acompaña
anexo con listado de propuestas sin desarrollo normativo).

c. Estrategia de Ejecución de la reforma. Con el propósito de lograr la


“sincronía” necesaria en “tiempos y acciones” de la reforma, y en el
marco del mayor respeto a las autonomías institucionales, se hace
necesaria la creación de estructuras administrativas (diseños orgánicos)
que al interior de cada entidad del sistema de justicia, asuman la
responsabilidad de la ejecución de la propuesta integral de reforma.

5. METODOLOGÍA DE TRABAJO DE LA COMISIÓN DE ESTUDIO

Para arribar a los objetivos señalados, se ha previsto una metodología de


trabajo que responde a un enfoque ejecutivo. La fase legislativa del proceso de
reforma, demanda la necesidad de establecer un equilibrio preciso entre la
deliberación y el establecimiento de acuerdos. Los productos deben ser el
resultado de una dinámica que compense ambos extremos: deliberar para
esclarecer y legitimar los temas no desarrollados en el CERIAJUS y tomar
decisiones para el resto de aspectos involucrados en el PLAN NACIONAL.

Es importante anotar que la metodología propuesta, debe permitir que los


resultados esperados, se produzcan en el marco de un proceso de legitimidad
social y política que contribuya a recuperar la confianza ciudadana en la
reforma del sistema de justicia. Se trata de crear un escenario de “persuasión”
y compromiso respecto del valor e importancia social, política y económica de
la reforma del sistema de justicia. Este trabajo deberá desarrollarse en distintos
niveles:

5.1 Reuniones de portavoces del Parlamento para lograr el


Consenso Político:

La reforma del sistema de justicia como prioridad nacional Sobre la base


de un documento propuesto por la Comisión de Estudio y a pedido de
ésta, los partidos políticos representados en el Congreso establecerán
una ronda de conversaciones con el fin de aprobar una Declaración del
Parlamento que establezca la prioridad de la Reforma del Sistema de
Justicia como cuestión de Estado. El documento a ser suscrito deberá
contener una agenda en la que se establezca una relación de los temas
en función de su prioridad en el tiempo. Se considera que ésta es una de
las primeras tareas que debe ser asumida por la Comisión, pues ello
otorgará un impulso fundamental al trabajo de la misma.

5.2 Para optimizar la estrategia de trabajo y asignación de tareas


de los parlamentarios con el fin de lograr el producto normativo

a. Reunión técnica de inducción entre los miembros de la Comisión de


Estudio
Para crear un lenguaje común entre los parlamentarios de la
Comisión de Estudio, como condición esencial para asumir como
propio el discurso de la reforma y optimizar el proceso de debate y
toma de acuerdos, en particular en los aspectos que aún no cuentan
con desarrollo normativo, se ha pensado en desarrollar un “Taller” de
inducción en el que se obtenga una visión integral y un conocimiento
detallado de los componentes e implicancias del proceso de reforma
judicial, derivado del Plan de la CERIAJUS.
b. Mesas de concertación y debate para los miembros de las
Comisiones ordinarias y bancadas parlamentarias

En coordinación con las Comisiones Dictaminadoras y con el fin de


coadyuvar el trabajo de las mismas, así como para acelerar el tramite
de aprobación de los proyectos de reforma se ha pensado el
desarrollo de Mesas de concertación y debate, con la participación
de expertos en reforma judicial y se comprometa la participación de
los parlamentarios de las Comisiones Ordinarias y los miembros
representantes de las Bancadas Parlamentarias. Se ha pensado en
programar dos Mesas de Debate que deberían estar presididas por
uno de los miembros de la Comisión de Estudio.

c. Reuniones Técnicas con representantes de las entidades de la


sociedad vinculadas al problema del sistema de justicia. Se trata de
crear espacios de opinión articulados por los representantes de las
entidades de la sociedad vinculadas al problema del sistema de
justicia, con el fin de enriquecer el debate y contribuir a afinar las
propuestas legislativas, en especial para el desarrollo de aquellas
que no tienen arribo a nivel de proyectos de ley en el Plan de la
CERIAJUS. Este trabajo deberá programarse en coordinación con
las Comisiones de Constitución y Justicia.

Se ha pensado en definir un cronograma preciso de cuatro o cinco


reuniones a lo largo de todo el proceso, de acuerdo a los tópicos a tratar
por la Comisión, agrupándolos en función de criterios temáticos con dos
o tres panelistas centrales, uno por cada institución. Las instituciones a
ser convocadas son en principio:

 En el ámbito de las entidades del Sistema de Justicia: Aprovechando los


lazos creados a través de la CERIAJUS, se debe buscar profundizar los
vínculos de coordinación y compromiso institucional con la reforma del
sistema de justicia, para consolidar la propuesta legislativa final. Las
entidades convocadas para este objeto deben ser: el Poder Judicial, el
Ministerio Público, el Tribunal Constitucional, el Consejo Nacional de la
Magistratura, la Academia de la Magistratura, el Ministerio de Justicia, la
Defensoría del Pueblo, el Sistema de Defensa Judicial del Estado, el
Sistema de Establecimientos Penales y el Ministerio del Interior.

 En el ámbito de las facultades de derecho y los colegios profesionales:


Se buscará optimizar el compromiso y el papel fundamental que estas
instituciones desempeñan en el desarrollo y formación de los operadores
del sistema legal. En lo que respecta a las Facultades de Derecho Se
podría priorizar a las Universidades Públicas más antiguas del país (la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional
San Antonio Abad del Cuzco, la Universidad Nacional de San Agustín y
la Universidad Nacional de Trujillo), junto a las Universidades privadas
más antiguas ( la PUCP, la Universidad San Martín de Porres, la
Universidad Católica Santa María de Arequipa, la Universidad de Lima).

 En el ámbito de los organismos no gubernamentales: Se buscará


comprometer el esfuerzo y la experiencia de trabajo de los grupos que
han dedicado sus actividades a los problemas vinculados al sistema de
justicia. En todo caso, la participación de estos grupos será valorada en
función de los temas más exhaustivamente desarrollados por cada uno.

 En el ámbito de los medios de comunicación: resulta crucial producir un


movimiento de opinión informada que desde los medios de
comunicación, abra el espacio de deliberación e involucre a la
ciudadanía, en pos de crear sensibilidad y compromiso con las
propuestas de la reforma del sistema de justicia. En este último caso es
preciso desarrollar una estrategia que busque posicionar el problema de
la reforma del sistema de justicia en positivo, de modo que se valore el
trabajo de la CERIAJUS, tanto como el despliegue desarrollado en la
Comisión de Estudio.

5.3 Reuniones de la Comisión de Estudio con técnicos y expertos

Con el fin de enriquecer el contenido de las propuestas legislativas a ser


desarrolladas y perfilar mejor las propuestas ya definidas. Estas
reuniones serán convocadas por la Comisión de Estudio, cada vez que
sea necesario y con los expertos que esta Comisión acuerde invitar.

6. INFORME DE LA CERIAJUS

Ceriajus estuvo conformado por diversos representantes de los sectores estatal


y privado, a fin de llevar adelante, previo los estudios correspondientes de un
plan nacional que contenga propuestas para una reforma integral en la
administración de justicia a fin de que se modelo pensando en la mejor forma
de garantizar la vigencia de los derechos fundamentales y una estructura de
justicia orientada sobre bases del servicio al usuario.

Sostiene que para lograr sus objetivos han partido de estudios e informes
emitidos por las instituciones que están relacionadas con la administración de
justicia en el Perú, a fin de elaborar un diagnóstico institucional, así como una
apertura con la sociedad civil, para definir las líneas y políticas que deben
implementarse con el objeto de lograr las transformaciones que se requieren en
el corto, mediano y largo plazo, según el informe que han emitido y que
aparece en la publicación de un libro por la Comisión Andina de Juristas
titulado: Los problemas de la Justicia en el Perú: hacia un enfoque sistemático.
Diagnóstico interinstitucional.

Dicho informe consta de cinco capítulos que reseñamos a continuación:


a) El primero, denominado “Sobre el carácter sistemático de la justicia en el
Perú”, plantea un análisis transversal de los problemas comunes a las
instituciones del sistema, entre los que se destacan aquellos vinculados
a las debilidades en el plano de la independencia jurisdiccional, así
como en la forma de organización de las instituciones y sus órganos de
gobierno. Asimismo, se detectan los problemas más importantes en
materia de recursos humanos, económicos y tecnológicos; y el tema de
la corrupción, que no sólo debilita las instituciones del sistema, si no que
las deslegitima socialmente al tiempo que socava la gobernabilidad
democrática.
b) El segundo, titulado “Situación institucional y de gobierno de las
entidades conformantes del sistema de justicia”, se pasa revista a todas
y cada una de las instituciones del sistema, en función a los tópicos y se
presentan los planes de modernización que en cada institución se han
venido formulando. Así, por ejemplo, se destacan las urgencias en el
tema de la justicia de paz y las dificultades que exhibe el funcionamiento
del órgano de control de la magistratura, entre los más importantes.
c) El tercero, contiene un exhaustivo análisis de uno de los problemas, tal
vez más graves del sistema: el acceso a la justicia. En el Perú se trata
de un acceso sistemáticamente denegado, que se expresa en las
mayores o menores posibilidades de los ciudadanos-dependiendo de su
posición social, económica, étnica y cultural-para lograr una efectiva y
adecuada protección por parte de los órganos jurisdiccionales. En ese
capítulo se abordan temas como los límites a la cobertura de los
servicios judiciales por razón del territorio, del número de magistrados y
de la carga procesal, entre los más preocupantes.
Asimismo, se realiza en dio capítulo una interesante aproximación a los
problemas de la justicia de paz, de la seguridad ciudadana, de la
defensa de oficio y en general, de aquellos que surgen del ineficaz
sistema de justicia penal penitenciaria. Se trata, en efecto, de ámbitos
problemáticos que tiene un impacto directo en las posibilidades y límites
del acceso a la justicia de amplios sectores de la población peruana que
merecen ser atendidos para lograr mayores niveles de ciudadanía.
d) El cuarto, “Recursos humanos en el sistema de justicia”, plantea la
situación en la que se encuentran tanto el Poder Judicial como el
Ministerio Público y el resto de las instituciones del sistema. El tema es
vital en el contexto de un proceso que aspira a una reforma integral,
pues, las instituciones tienen vida no por su existencia formal, sino por la
capacidad, idoneidad e integridad de las personas que las conforman. A
ello debe contribuir un sistema de carrera de jueces y fiscales, así como
un régimen para la selección y acceso del personal judicial y fiscal de
apoyo.
e) El quinto, se denomina “Corrupción y sistema de justicia”. En este
apartado se desarrolla, en primer término, un análisis de os que fue la
corrupción en el pasado reciente para luego estudiar las iniciativas
implementadas en democracia para hacer frente a la lucha contra la
corrupción. El diagnóstico es realista y pese a que se reconoce también
que está frente a un problema no resuelto.

Las conclusiones y propuestas a las que llegan están basadas en la


información solicitada y remitida por las diversas instituciones relacionadas
con la administración de justicia, así como los datos obtenidos, algunos no
muy confiables por la falta de modernización, pero revisten formaron en el
siglo pasado y al parecer no llegaron a conclusiones. En este caso, se han
hecho llegar propuestas a la clase política que dirige nuestro país, a fin de
que dicten las leyes correspondientes para mejorar la administración de
justicia, para que no eludan el problema que padece y asuman la
responsabilidad que les corresponde, pero pese al tiempo transcurrido
hasta la fecha el Congreso de la República no cumple con aprobar dichos
proyectos, dilatando innecesariamente esta grave problemática de la
administración de justicia.

Ricardo Herrera Vásquez, al referirse a la Ceriajus y al Acuerdo Nacional


por la Justicia, manifestó: “Entonces el mensaje es claro: la nueva reforma
judicial debe ser motivada y dirigida por las entidades del sistema judicial,
debiendo ser convocadas otras entidades públicas y la sociedad civil para
colaborar en la elaboración del plan acción, al que se le daría el nivel de un
“Acuerdo Nacional por la Justicia”. Resuelta evidente la influencia del
Acuerdo Nacional en esta propuesta (…)”.

La ley que dio origen a la Comisión Especial de Reforma Integral de la


Administración de Justicia-Ceriajus, fue promulgada después que la Sala
Plena de la Corte Suprema bajo la presidencia del Dr. Hugo Sivina, había
creado el Foro del Acuerdo Nacional sobre la Justicia, mediante Resolución
Administrativa de la Presidencia del Poder Judicial N°191-2003-P-PJ, con la
finalidad de llevar a cabo un proceso de debate con diversos sectores que
representen a la sociedad civil, para que se discutan las propuestas de la
Comisión de Reestructuración del Poder Judicial en diversos distritos
judiciales, -por primera vez se escuchó al juez, fiscal y al litigante de
provincia- recibiendo las iniciativas y necesidades ciudadanas, porque son
os destinatarios los que sufren las consecuencias de la grave crisis en la
que se encuentra la administración de justicia.

Se convocó a connotados juristas con el objeto de que asuman el papel de


intermediarios entre el Poder Judicial y la sociedad civil, para tratar de
convertir y fusionar las propuestas alcanzadas a fin de estructurar un
sistema de justicia independiente, accesible, eficaz, predecible y moderna,
que beneficie al ciudadano.

Eta decisión tomada por el Poder Judicial, tuvo como objetivo demostrar
que sus integrantes tienen capacidad de reformarse y poder decidir acerca
del contenido, nivel y la oportunidad en la que deben producirse los
cambios; quién mejor que ellos que conocen sus problemas, debilidades,
etc., y saben que cualquier reforma los afecta porque son los actores de la
situación en la que se encuentran en la actualidad; razón por la que
consideramos que son los más indicados para llevarla adelante desde el
mismo Poder Judicial.

Para tal efecto, se dispuso que los integrantes de una comisión Judicial
visiten todos los distritos judiciales -como en efecto lo ejecutaron- para
conocer las necesidades, problemas, urgencias, etc., en cada uno de ellos,
escuchando a los jueces, vocales y fiscales, abogados, litigantes y a la
sociedad civil, llegando a un diagnóstico sobre la realidad judicial, para
luego discutir y fusionar acuerdos a los que llegaron en cada lugar visitado.
Posteriormente, entregaron sus informes y conclusiones a Ceriajus, que las
hizo suyas, además de sus propuestas, presentando los proyectos ante el
Poder Legislativo; pero, solamente se convirtieron en leyes algunas de
ellas, el resto sigue esperando hasta la actualidad, lo que demuestra la
inexistencia de interés de los encargados en legislar para que se acelere o
mejore la administración de justicia.

7. COMISIÓN “ACUERDO NACIONAL POR LA JUSTICIA”

La Comisión de “Acuerdo Nacional por la Justicia” llevó a cabo una serie de


encuentros o Audiencias Regionales en diversos lugares del país, con la
finalidad de escuchar a los representantes de las diversas instituciones y
personas antes referida para debatir los problemas de la administración de
justicia y formular lineamientos de política judicial.

Esta iniciativa es de vital importancia, porque, cuando se ha pretendido


ejecutar una “reforma judicial”, no se ha tomado en consideración, ni
siquiera la opinión de los magistrados de provincia, -lo que no sucedió en
virtud de este acuerdo- porque la actuación de los órganos jurisdiccionales
en la capital es muy diferente al resteo del país, no solamente en lo que se
refiere a las costumbres, sino en cuanto a la capacitación, necesidades,
logística, etc., por lo que es necesario escuchar a todos los que de una u
otra manera son considerados como operadores de justicia, así como
también a quienes recurren a solicitarla.

La Sala Plena de la Corte Suprema se dispuso conformar una Comisión de


Magistrados, a fin de que elaboren propuestas urgentes relacionadas con
una nueva imagen del Poder Judicial, modernización de la justicia, combate
a la corrupción, seguridad ciudadana y vigencia de derechos
fundamentales, riesgo-país y seguridad público; se recibieron propuestas de
la sociedad civil, sugerencias de diversos colegios de abogados del país,
Indecopi, de la Cámara de Comercio de Lima, y de reconocidos catedráticos
universitarios.
También se acordó la descentralización en lo referente a la gestión,
administración y manejo presupuestal; que se lleve a cabo una política de
capacitación para los magistrados de provincias, de moralización y lucha
contra la corrupción existente, mejorando la calidad de la enseñanza
universitaria en las facultades de Derecho, muy venida a menos, -además
cerrar alguna de ellas por la excesiva proliferación- y modernizando la
logística para la presentación de servicio del usuario. También recoger y
procesar las iniciativas ciudadanas conducentes al proceso de cambio en el
Poder Judicial.

Se plante ejecutar un programa con la finalidad de llevar a cabo la descarga


procesal a nivel nacional; para tal efecto se consideró implementar un
inventario, clasificación y depuración de los expedientes en trámite, tratando
de solucionar el problema de la infraestructura, fomentando la
modernización informática del PODER Judicial; asimismo, que se cree,
reubique, suprima salas y usados a nivel nacional; proponer políticas de
Estado relacionadas con el PODER judicial para que los objetivos y visión
del Poder Judicial articuladas en un sentido de mediano y largo plazo; este
grupo impulsor estuvo integrado también por cinco destacados juristas.

Se designó a los doctores Raúl Ferrero Costa, Diego García-Sayán


Larraburre, Marcial Rubio Correro, María del Pilar Tello Leiva y Oscar
Schiappa-Piettra, como un grupo impulsor encargado de formular
lineamientos de política judicial que sirvan para llevar a cabo una integral
reforma del Poder Judicial. En abril de 2004, hcieron entrega de un informe,
cuidas recomendaciones incluían aspectos constitucionales necesarios para
la reforma, las mismas, que, dada su trascendencia, fueron tomadas en
consideración por la Ceriajus.

El Dr. Hugo Sivina Hurtado, basado en la facultad de iniciativa legislativa


que le compete el Poder Judicial ha presentado diversos proyectos que han
sido elaborados por sus miembros para mejorar la administración de
justicia, que guardan relación con el plan de una “reforma integral” de dicho
poder, así como para acelerar la administración de justicia, los mismo que al
final fueron enviados a Ceriajus, a fin de que se elabore una sola propuesta,
como en efecto se hizo, al remitirlo al Poder Legislativo, pero
lamentablemente, -como siempre- los señores congresistas se ocupan de
aprobar leyes sobre temas que no tiene importancia o sobre asuntos de
corte populista, que no benefician al país, pero les rinda créditos
electorales; y, en lo que respecta a estos proyectos, como es público
conocimiento no se e ha dado el interés que la justicia requiere, salvo el
caso de algunos de ellos y otros que son muy importantes para
descongestionar la administración de justicia, siguen esperando, pese a
tener informe favorable de la Comisión de Justicia del Congreso.

Como sabemos para llevar adelante una reforma es de vital importancia


que se reconozca su necesidad y tal como se verifica en las conclusiones
antes referidas los magistrados han expuesto un cambio de actitud y
comportamiento al interior de la magistratura, fin de que en algún momento
se materialice ella, demostrando una capacidad de iniciativa a fin de que la
administración de justicia mejores, respecto a la celeridad en los procesos,
basado en la opinión de juristas, jueces, fiscales, litigantes, abogados en
ejercicio, sobre todo en la provincia más alejadas, a quienes nunca se le ha
tomado en cuenta, pese a que sufren las consecuencias del problema que
aqueja a este poder del Estado.

Para mejorar la administración de justicia en nuestro país existen una serie


de iniciativas o proyectos de leyes como los presentado por Ceriajus o el
Poder Judicial, pero los congresistas se limitan a nombrar comisiones, bajo
el pretexto de revisarlos dilatando su aprobación ad infinitum -como sucede
en la actualidad-, pese a que con un simple análisis no hay nada que
modificar, porque han sido elaborados por especialistas, lo que corrobora
que lo realizado por los técnicos para la mayoría de políticos ¿no tiene
valor; y sin embargo, son los más severos críticos de las situación en la que
se encuentra la adminis6tración de justicia, pero la realidad demuestra que
ellos no hacen lo necesario para dar las herramientas legales para
mejorarla.

En los últimos años certificamos la existencia de una serie de propuestas


para reformar el Poder Judicial e inclusive como disminuir la sobrecarga
procesal que es un problema complejo y grave, que requiere una solución
inmediata porque de continuar esta situación se puede llegar a una
situación insostenible, incrementando por los feriado no laborales, paros,
huelgas y vacaciones judiciales, aumentando el número de expedientes;
también es de vital importancia que por menos, ante la desidia de pate de
los otros poderes del Estado, el Poder Judicial debe mejorar la
productividad, no tanto en cantidad sino en calidad.

Es necesario que se tome conciencia que la administración de justicia no


solamente es competencia exclusiva del PODER Judicial, sino también de
todas las instituciones estatales y privadas, tales como universidades,
colegios de abogados, sociedad civil en general, quienes también deben ser
objeto de cambios a fin de que el sistema de justicia se pueda reformar
como es el anhelo de la ciudadanía desde hace muchos años y pese al
reconocimiento del estado en el que se encuentra la administración de
justicia, reflejada en la desaprobación en la opinión pública, sin llegar a
tomar la decisión de llevarla a cabo.

Ante la crisis en la que se encuentra la administración de justicia se debe


buscar las causas que la origina, por lo que es vital importancia que se
escuche al litigante, por ser el más indicado para exponer las peripecias que
tiene que sufrir para acceder a una tutela judicial, todo lo que sufre a fin de
conseguir que se le otorgue el derecho reclamado y que muchas veces no
logra que se le haga justicia:, de tal manera que a nuestro criterio es uno de
los más indicados para que pueda dar a conocer sus problemas para
buscar alternativas en virtud de la experiencia que ha adquirido en el curso
de un proceso judicial, para tratas de conseguir su objetivo.

Así sostiene como medida para reducir el congestionamiento de procesos


que lo más inmediato es reducir a 11 el número de integrantes de la Corte
Suprema, es decir, pretenden cometer los mismo errores del pasado,
“empezar la reforma” destituyendo o disminuyendo el número de vocales
supremos. Pero, sin embargo, quienes proponen esta medida no han
pensado en la sobre carga procesal que existe en la actualidad en la
máxima instancia; de tal manera que dicha posición no es la más pertinente,
sólo sirve para presentarla como una medida efectista, cuando en realidad,
si se quiere mejorar la administración de justicia, la primer medida que se
debe tomar es reducir la carga procesal existente en la Suprema,
adoptando como medida de emergencia la conformación de salas a fin de
dar solución a este problema que se origina en gran parte por los “errores o
violaciones a los derechos fundamentales” en las instancia inferiores, lo que
motiva que se tenga que recurrir vía casación o queja a la Suprema.

Es indudable que lo que se persigue es que exista una sala única en la


Corte Suprema, como existe en otros países, pero para hacerlo tenemos
que ser realistas, esto, verificar cuál es el estado actual de dicha instancia
tanto en lo que respecta al número de procesos existentes, como en lo que
se refiere al número de sus miembros. Ante esta propuesta, nos
preguntamos: ¿Qué va a suceder con los procesos que se encuentran en la
actualidad en dicha instancia, en búsqueda de justicia que le fue negada en
instancias inferiores?, a lo que los justiciables han tenido que recurrir, en
muchos casos, ante evidentes violaciones constitucionales, penales y
procesales.

De tal manera que, quienes propugnan esta reducción o transformación


radical, lo primero que deben hacer es dar a conocer alternativas para
solucionar los problemas de las causas existentes y luego recién pensar en
la posibilidad de reducir el número de sus integrantes, así como el destino y
quiénes son los que no van a continuar, qué medidas se va a dictar en
contra de los vocales salientes. Pero ante la existencia de dieciocho vocales
supremos, lo primero que se debe indicar es cómo y en qué forma dejan la
magistratura siete de ellos, porque no basta pretender sostener la reducción
del número de vocales, sino que, ¿lo más importante es precisar quiénes
son y sobre todo por qué unos si y otros no? Asimismo, establecer que tipo
de procesos ha de conocer la Suprema, para que sus sentencias sirvan de
jurisprudencia vinculante.

Cabe también hacer la precisión que en las instancias inferiores la


vulneración a los derechos fundamentales garantizados en la Constitución
en las normas penales y procesales son muy numerosos y la única
esperanza que tienen los justiciables es justamente la Corte Suprema,
quienes en última instancia resuelven las quejas ante las evidentes
violaciones en los procesos penales, sobre todo en lo que respecta al
atentado contra la libertad personal, el principio de legalidad y debido
proceso, etc.

8. PLANTEAMIENTO DE LA CERIAJUS

8.1 METODOLOGÍA

Constituida la CERIAJUS, en un primer momento ésta se avocó a la


aprobación de su reglamento de trabajo y al nombramiento por
unanimidad el 2 de diciembre del 2003 de su Secretario Técnico, cargo
que recayó en el Dr. Juan F. Jiménez Mayor. De igual forma, el pleno
aprobó el 9 de diciembre el plan de trabajo que el Secretario Técnico
presentó para organizar la estructura de apoyo y postular acciones
metodológicas para el trabajo futuro. Tras estos pasos iniciales, y para
cumplir con el encargo de elaborar un Plan de Reforma Integral del
sistema de justicia, el pleno de la CERIAJUS acordó dividir la labor en
diez Grupos de Trabajo Temático (GTT) que serían coordinados por un
miembro del Pleno e integrados por todos los comisionados interesados
en estos temas, quienes podían intervenir directamente o representados
por sus alternos designados para ello. Asimismo, la Secretaría Técnica
designó un representante a cada uno de los Grupos de Trabajo a fin de
coordinar y apoyar la labor de los mismos.

Además, con el fin de facilitar la coordinación entre la Secretaría Técnica


y las diferentes instituciones del sistema de justicia, se acordó que éstas
podían acreditar ante aquella un funcionario de enlace. Con el apoyo de
la cooperación internacional se conformó el equipo de la Secretaría
Técnica, el mismo que entró a operar el 5 de enero del 2004, siendo
destacable que el Poder Judicial haya solventado los costos
administrativos y de infraestructura del trabajo de la CERIAJUS, alojando
a la Secretaría Técnica y brindando los recursos logísticos para su labor.

Posteriormente, y con el propósito de contar con un diagnóstico que


condense los diferentes trabajos realizados sobre la materia, se le
encargó a la Secretaría Técnica para que en quince días elabore dicho
documento, el mismo que fue presentado dentro del plazo el 27 de enero
y fue publicado en la página web que la Secretaría Técnica diseñó en el
portal Internet del Poder Judicial y desde el cual se ha venido
informando sobre los avances y resultados del trabajo de la CERIAJUS.

Los tres primeros Grupos de Trabajo, implementados a fines del 2003,


fueron: i) el encargado de proponer las medidas urgentes, ii) el de la
reforma parcial de la Constitución en lo que se refiere a la administración
de justicia, y iii) el referido a las políticas anticorrupción y de promoción
de la transparencia en la administración de justicia. Posteriormente, a
propuesta de la Secretaría Técnica, se constituyeron otros siete grupos
de trabajo a los que se les confió los siguientes temas: iv) reforma de la
justicia penal, v) acceso a la justicia y medios alternativos de solución de
conflictos, vi) recursos humanos, vii) despacho y modernización, viii)
gestión, presupuesto y cooperación internacional, ix) modificación
puntual de códigos y normas conexas, y x) jurisprudencia y
predictibilidad.

Los grupos de trabajo contaron con una pauta general y una ficha para
ordenar su labor diseñada por la Secretaría Técnica, pero a la vez
contaron con la suficiente flexibilidad en función de la materia que
abordaron. Así, el trabajo, que en todo momento fue intenso, consistió
básicamente en revisar el estado de la situación actual, formular y
escuchar las diferentes propuestas planteadas y defendidas por los
integrantes, y luego del debate concluir en propuestas concretas y
consensuadas o, en su defecto, aprobadas por mayoría.

Debe reconocerse especialmente el esfuerzo que han realizado los


miembros de los Grupos de Trabajo para reunirse incluso más de dos
veces a la semana en sesiones bastante prolongadas, y para elaborar
propuestas dirigidas a generar un cambio real, siempre en un espacio de
constante diálogo y debate. También contribuyó a ello, desde el
momento en que fue culminado y presentado, el Diagnóstico elaborado
por la Secretaría Técnica.
Todos los informes finales de los Grupos de Trabajo fueron aprobados
por consenso por el pleno de la CERIAJUS, a excepción de la propuesta
de reforma constitucional, que fue aprobada por mayoría (con el voto
contrario del Poder Judicial, Ministerio Público y Academia de la
Magistratura; el representante del Consejo Nacional de la Magistratura
justificó su inasistencia a dicha sesión), y del informe final de leyes
orgánicas, que no pudo ser aprobado pues las instituciones respectivas
o no alcanzaron propuestas o las que alcanzaron no eran compatibles
con la propuesta de reforma constitucional aprobada. Cabe destacar que
la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, presentó una propuesta
alternativa de reforma constitucional.

Por su parte el Acuerdo Nacional por la Justicia también presentó su


informe final denominado “Políticas de Estado para el Cambio
Estructural en el Poder Judicial”, el mismo que constituye el aporte del
Poder Judicial al Plan de Reforma Integral, y que por lo tanto debe ser
tenido en cuenta en la medida en que no sea contradictorio con las
propuestas aprobadas por el Pleno de la CERIAJUS.

Con el fin de presentar el Plan Nacional de Reforma Integral de la


Administración de Justicia, que abarca todas las áreas desarrolladas por
los Grupos de Trabajo, el Pleno de la CERIAJUS acordó encargar al
Defensor del Pueblo en funciones la elaboración de un documento de
presentación. Por su lado, la Secretaría Técnica tuvo a su cargo la
definición metodológica para la elaboración de los formatos técnicos en
donde se debían presentar en forma consolidada todas las propuestas
de reforma de manera detallada, para lo cual se efectuó un importante
trabajo con funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas a fin de
que se puedan estandarizar formatos idóneos para el plan estratégico de
la CERIAJUS, que sirvan conforme a las directivas sobre la materia para
que el plan pueda articularse a futuro en el Sistema Nacional de
Inversión Pública (SNIP). De igual forma, la Secretaría Técnica señaló la
importancia de que el plan incluya estimados de costos, para lo cual
instaló desde principios del mes de febrero una mesa de trabajo con los
Gerentes Generales y Gerentes de Planeamiento de las entidades del
sistema de justicia, con quienes se ha trabajado desde una perspectiva
técnica y profesional.

8.2 REFORMA CONSTITUCIONAL

Resulta indispensable que el Congreso de la República reforme la


Constitución de 1993 diseñando un nuevo modelo destinado a que la
función de impartir justicia se ejerza de manera autónoma, efectiva y
predecible.

Los principales puntos contenidos en la propuesta aprobada por la


CERIAJUS son los siguientes:

Poder Judicial

• La justicia militar se incorpora dentro del Poder Judicial para que no


siga siendo una instancia judicial paralela exenta de control, evitándose
así los excesos cometidos.

• El presupuesto elaborado por el Poder Judicial no podrá ser observado


por el Ejecutivo, salvo que exceda del 4% del monto total del
Presupuesto General de la República.

• La Corte Suprema estará conformada por una Corte única de once


miembros con competencia nacional que resolverá los recursos de
casación y la responsabilidad de los altos funcionarios.

• Para ser juez de la Corte Suprema se deberá acreditar una trayectoria


democrática, de respeto a los derechos fundamentales y una conducta
profesional acorde con los principios éticos. Los jueces pueden
permanecer en el servicio hasta los setenta años y tienen derecho a
mantener su especialidad jurídica durante el desempeño de su función.

• El Consejo de Gobierno del Poder Judicial será el órgano encargado


del gobierno del Poder Judicial, y estará integrado por magistrados de
todos los niveles y por representantes de las universidades y colegios de
abogados. Los distritos judiciales tendrán su propio Consejo de
Gobierno, según lo dispuesto por la Ley Orgánica.

• Quedan eliminadas las diferencias entre los magistrados,


precisándose que los jueces sólo se distinguen entre sí por la diversidad
de sus funciones.

• La carrera judicial se afianza para garantizar la independencia de la


función jurisdiccional, los derechos de los jueces, el establecimiento de
un sistema de méritos para el ingreso, ascenso y permanencia, la
calidad del servicio de justicia.

Consejo Nacional de la Magistratura

• Se constituye en el órgano autónomo encargado de la selección,


nombramiento, promoción y régimen disciplinario de todos los jueces y
fiscales.

• Asume el control externo y permanente de los jueces y fiscales,


eliminando el sistema de control interno que está en manos del Poder
Judicial y del Ministerio Público.

• Elimina las ratificaciones de jueces y fiscales cada siete años.

Academia de la Magistratura

• Adquiere total autonomía administrativa, económica y académica,


dejando de pertenecer al Poder Judicial.

• Está encargada de la formación y capacitación de los jueces y fiscales


en todos los niveles, así como de la formación de los aspirantes a estos
cargos cuando la ley lo señale.

• El Consejo Directivo es su más alto órgano, y está integrado por


representantes del Poder Judicial, del Ministerio Público, del Consejo
Nacional de la Magistratura, de los Colegios de Abogados y de las
Facultades de Derecho de las universidades.

Ministerio Público

• Sus miembros tienen los mismos derechos y prerrogativas y están


sujetos a las mismas obligaciones que los del Poder Judicial en los
niveles respectivos.

• Se homologa el periodo del cargo de Fiscal de la Nación con el del


Presidente de la Corte Suprema, ambos en dos años.

• Se introduce al Consejo de Gobierno del Ministerio Público como el


órgano encargado del gobierno de la entidad, el cual está integrado por
fiscales de todos los niveles y por representantes de las universidades y
de los colegios de abogados.

Tribunal Constitucional

• Contará con diez magistrados y se podrá designar suplentes.

• Se introduce la posibilidad de que el Tribunal pueda escoger


discrecionalmente los procesos de hábeas corpus, amparo, hábeas data
y de cumplimiento resueltos por el Poder Judicial que considere
necesario revisar. Además podrá resolver en instancia única los
procesos de amparo interpuestos contra resoluciones judiciales dictadas
por la Corte Suprema de la República y contra resoluciones dictadas por
el Consejo Nacional de la Magistratura.

• La sentencia que declara inconstitucional una norma carece de efecto


retroactivo, salvo en materia penal cuando sea más favorable al reo. Si
la norma declarada inconstitucional afecta derechos fundamentales, el
Tribunal Constitucional podrá darle eficacia retroactiva a su sentencia.
• Resolverá y adoptará acuerdos por mayoría simple de votos emitidos,
salvo para dictar sentencia que declare la inconstitucionalidad de una
norma, caso en que se requerirá un mínimo de siete votos del número
legal de sus miembros.

Necesidad de establecer relaciones de coordinación

• Se introduce una norma constitucional según la cual el Poder Judicial,


el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional, el Consejo Nacional de
la Magistratura y la Academia de la Magistratura establecerán relaciones
de coordinación a efectos de asegurar el cumplimiento adecuado y
oportuno de la función de impartir justicia. Comunidades campesinas y
nativas, rondas campesinas y pueblos indígenas

• Se reconoce que las autoridades de las comunidades campesinas y


nativas, rondas campesinas y pueblos indígenas pueden resolver
conflictos dentro de su ámbito territorial. Derecho a un debido proceso

• Se lo reconoce como un derecho fundamental, precisando sus


manifestaciones más relevantes.

Plazo de la reforma constitucional: Años 2004 y 2005 (dos legislaturas).

9. OPINIÓN CRÍTICA

Nosotros consideramos que la reforma judiciales que se han pretendido llevar


acabo, siempre han partido de concepciones erróneas que es necesario
desterrar y tratar de explicar el motivo por el cual los intentos emprendidos por
los otros poderes del Estado no se cristalizaron en nuestro país. Por qué, en
realidad y nuestra historia republicana jamás hubo reforma judicial los fines que
persiguieron los gobernantes de turno al intervenirlo, se concentraban en
manejar la administración de justicia y lamentablemente en las oportunidades
que se produjeron está sus puestas reformas, los representantes judiciales las
aceptaron sin mayor oposición.

Asimismo, A nuestro criterio y por el bienestar del país teniendo en cuenta el


reiterado incumplimiento, en los últimos años de promesas electorales de los
congresistas, respecta la revocatoria del mandato congresal, lo recomendable
es que lleva acabo un referéndum, para modificar la constitución a fin de que
en el futuro podamos tener un congreso de República respetable y respetado, y
con ello no se repita lo que viene sucediendo en la actualidad, porque este
anhelo de la ciudadanía lo dilatan para no perder su cuota de poder.

Es por esta razón, consideramos que se debe tomar una decisión política, bajo
las siguientes premisas:

a) El poder ejecutivo le brinde los medios económicos que requiere el


poder judicial a fin de que sea autónomo en lo político administrativo y
económico, vía presupuesto General de la República.
b) El poder legislativo debe otorgarle las herramientas legales a fin de que
mejore y acelere la administración de justicia, lo que has sucedido hasta
la actualidad.
c) El poder judicial debe iniciarla y continuarla, porque sus integrantes
conocen sus problemas y sus necesidades

Además, es la oportunidad que se debe brindar el poder judicial, cuyos


integrantes son más indicado para realizarla, pero la intervención de la
sociedad civil entendiendo como tal A las universidades colegios profesionales,
asociaciones empresariales y laborales, quienes deben formular sus aportes
relacionados con la administración de justicia; Así como los justiciables quiénes
son los que sufren las consecuencias de las resoluciones judiciales, precisando
que es lo que esperan; Pero, quienes no deben de intervenir son los políticos
en forma directa por qué siempre tratan de imponer sus intereses partidiarios o
particulares, mas no de la mayoría de nuestro país.

Mejor evidencia de lo que afirmamos se trasluce en el fracaso ocurrido en las


épocas anteriores cuando la pretendieron iniciar los otros poderes del Estado;
además es una tarea que nos involucra a todos y puede ser exclusivo para el
poder judicial, debiéndose escuchar la opinión de todos los actores y, Quienes
en última instancia sufren las consecuencias de las sentencias o resoluciones
judiciales, a fin de que las conclusiones a las que lleguen la hagan conocer la
opinión pública, Antes de ejecutarlas.

Cabe resaltar que el país ya no soporta más comisiones, encuestas,


diagnósticos, estadísticas, etc., Porque ante un problema conyunteral el
legislativo, Ejecutivo inclusive el judicial recurren a formar una comisión, es
decir, se sufro de “comisionitis” para que no lleguen a ninguna conclusión como
se siempre. La situación en la que se encuentra la administración de justicia, lo
que se necesita son decisiones fin de que éste se inicia una auténtica reforma
judicial, para tal efecto, deben intervenir persona que conozca la realidad
judicial a fin de que ésta no se sustente únicamente en teorías o doctrinas o lo
acontecidos en otros países.

Es recurrente observar, que en cada gobierno se formen comisiones para


reformar la administración de justicia inclusive la colaboración de diversos
grupos o asociaciones y pese al tiempo transcurrido si abrí ficado cambios
sustanciales excepto lo administrativo, debido a que no ha existido ni existe
decisión política para llevar a cabo una auténtica reforma judicial, pues en la o
jurisdiccional ha sucedido todo lo contrario y prueba de ello es que la opinión
Publica considera que las deficiencias, retardo y corrupción se han
incrementado en la administración de justicia.

En décadas pasadas 100 formado una serie de condiciones desde hace 77


años inclusive en contra dictación es de personas o grupos para llevar acabo
estudios o diagnósticos o estadísticas sobre la administración de justicia, a fin
de ejecutar una reforma judicial, en la que se ha contado con ayuda económica
internacional y nacional, pero, sin embargo, poco a poco o casi nada se conoce
de sus resultados, máxime si en una oportunidad si tuvo como principal
argumento que la carga procesal si va a reducir a cero y lo único que se hizo
fue crear salas y juzgados que luego a los pocos meses fueron desactivados y
los procesos judiciales se incrementaron a tal punto que la situación actual es
insostenible, por lo que es necesario tomar medidas urgentes.
Asimismo, resulta absurdo ilógico que los dos últimos años, se den el lujo de
que la justicia se paralice durante un mes, excepto el último año al haberse
decretado vacaciones a todo el personal jurisdiccional, excepto a los que tienen
que encargarse los casos urgentes. Todo ello se agregan las paralizaciones,
las huelgas y los famosos “feriados no laborables“. Que tanto daño le hacen
administración de justicia y en la economía de un país que tiene un alto índice
de pobreza extrema no se puede concebir que no administre justicia originando
que se incremente la carga procesal existente.

En nuestra opinión el poder judicial tiene un diagnóstico de la situación en la


que se encuentra corroborado con las estadísticas que la hora en todos y cada
uno de los distritos judiciales sobre su carga procesal, sus requerimientos y las
sugerencias para superarlas, más aún, con lo realizado con la comisión creada
por El poder judicial “acuerdo Nacional de justicia“ motivo por el cual
consideramos que a partir de las conclusiones que ya existen, así como
también de las que se supone llegaron las comisiones que se han formado en
las últimas décadas, es que se debe iniciar la reforma judicial con medidas
urgentes a corto plazo y así como las del medio y largo plazo y, con la
colaboración del poder ejecutivo y legislativo y pero sin su intervención directa.

La ayuda económica extranjera debe estar destinadas directamente al poder


judicial y no las instituciones privadas, porque de acuerdo a lo sucedido en la
década pasada no se ha tenido resultados satisfactorios sino todo lo contrario.
Cualquier colaboración o donación para fines de administración justicia debe
ser objeto de control y auditorías correspondientes a fin de que el destino de
esta ayuda sea perjuicio de una correcta administración de justicia. En nuestra
opinión y basándonos en la experiencia de que nos otorga a ver sido juez,
fiscal, vocal superior como suplente, así como docente y abogado en ejercicio
nos permitimos recomendaciones y conclusiones a las que hemos llegado.
RECOMENDACIONES

1. En primer lugar, no hay que creer como ha sucedido en casi todos los
gobiernos que cesando, Decí tullendo o no ratificando a unos jueces y fiscales,
para colaborar a otros en su lugar, se solucionan los problemas porque la
realidad no se demostrado que ha sido todo lo contrario.

2. Es erróneo pensar que dictando leyes penales o procesales o


modificaciones en la ley orgánica del poder judicial y, sin mayor sustento los
procesos judiciales mejorarán como por encanto, este no se ajusta a la realidad
porque la mayoría de los casos en el fondo son los son medidas efectistas ante
una coyuntura política social o económica.

3. Ante el clamoroso retardo en la administración de justicia, el poder


judicial no puede darse el lujo de que durante un mes se paralice la justicia en
nuestro país, tal como se han dispuesto desde el 2005. En nuestra modesta
opinión se debe volver al sistema anterior, esto es que el 50% del personal
salga de vacaciones en febrero y el otro 50 en marzo. Se deben dictar medidas
urgentes o de emergencia a fin de Descongestionar los procesos y retardo de
la administración de justicia.

4. Es inaudito que actualmente es investigue y juzgue a quienes se les


imputa la comisión de un delito con un código de procedimientos penales que
tiene una vigencia de más de 69 años y con diversas modificaciones; Así como
el 22 artículos del código procesal penal de 1991. Y el nuevo código procesal
penal de 2004 sólo están vigentes en el distrito judicial de Huarua, La libertad,
Tacna, Y Moquegua.
5. Es necesario asumir que el sistema acusatorio-garantista, Tal como está
diseñado desde la Constitución de 1979 a 1993 y el reciente código penal
peruano promulgado. Es decir, El fiscal lleve adelante la investigación y el
órgano jurisdiccional sea quien cumple su verdadero Rother ministración de
justicia o sea el de juzgar.
6. Debe existir decisión política para asignarle los medios económicos al
ministerio público y poder judicial, a fin de que se implemente el C.P.P. 2004 ,
El no hacerlo, significa que al parecer no se desea que cada entidad asume el
rol que le corresponde de acuerdo a la Constitución y por qué se le resta las
facultades a la policía de la investigación.

7. A nuestro criterio, se debe disponer entre en vigencia en todo el país de


manera paulatina determinados artículos del código penal peruano de 2004,
para lo cual se requiere inversión de dinero, los abogados, jueces, fiscales, Y
Demás operadores nos vamos preparando, al mismo tiempo que se reduce la
carga procesal y el alto porcentaje de procesados con detención preventiva si
haber sido juzgado dentro de un plazo razonable (más del 70% de cerca de
44,000 internos del país) basándonos en el principio Constitucional de igualdad
ante la ley, poner en vigor la siguiente:
a) La sección III, medidas de coerción personal (Artículos de 253 al 320)
b) De la sección I libro quinto. Los procesos especiales (artículos 446 al
481)
c) Principio de oportunidad, sentencia anticipada, colaboración eficaz,
juzgamiento etc.

8. Los colegios de abogados del país, deben contribuir en proporcionar


abogados gratuitamente, para que colaboren con el propocino de quienes no
tienen posibilidades económicas, a fin de que gestione su libertad cuando
proceda o acelerar los procesos en los casos desidia e indiferencia judicial.

9. La elección, nombramientos de los jueces y fiscales debe seguir a cargo


del Consejo Nacional de la magistratura es con los integrantes señalados en la
constitución que son elegidos en votación secreta por las entidades designadas
y que deben recaer en personas capacitadas intelectualmente y moralmente,
sin estar vinculadas con el gobierno, ni con el congreso de la República o con
los líderes económicos O sindicales o de grupo que pretenden conseguir la
variación de sus integrantes.

10. Los más indicados para llevar acabo la reforma judicial de vencen los
propios miembros de dicho poder porque lo conocen porque conocen sus
problemas quién mejor que ellos para buscar la solución, Debiendo dejar de
lado su debilidad institucional a fin de defender su independencia jurisdiccional,
autonomía económica y administrativa con la colaboración de la sociedad civil
representantes de la facultad de derecho de las universidades, colegios
abogados y magistrados cesantes.

11. Es necesario que tomen medidas efectivas y no efectistas, para


descentralizar, capacitar y modernizar ha dicho poder, a fin de que presten un
mejor servicio al justiciable, evitando la centralización de investigación y
juzgamiento determinados delitos en un distrito judicial. La aplicación de esta
medida viola la garantía constitucional del juez natural salvo el caso de que por
razones de seguridad o políticas se transfiere a otro lado a distrito judicial, de
acuerdo a lo prescrito en los artículos 39, 40, 41 del C.P.P.

12. Uno de los aspectos que se deben tener en cuenta para ejecutar una
reforma judicial, es considerar a la justicia como servicio Prestado por el Estado
a la sociedad. Es conveniente que se ha visto desde la concepción cercana al
ser humano y respete los mecanismos de tutela así como la protección de los
derechos fundamentales, porque la actualidad todos no se encuentran
debidamente garantizados por la debilidad institucional e inestabilidad de los
encargados de su control.

13. Se debe cambiar la infraestructura obsoleta existente porque la


modernidad ha integrado a diversas instituciones estatales, pero no el cambio
de administración de justicia basta que nos acerquemos a las salas y juzgados
penales para ser testigos de expedientes cocidos a mano así como la falta de
medios de comunicación adecuados inclusive la dificultad de acercamiento
entre los operadores del sistema y los sujetos procesales.

14. El poder judicial debe tener personal calificado, por la que sus ingresos
deben ser atractivos, mejorando los sueldos y no reduciéndolos como se ha
dispuesto vulnerándose derechos adquiridos, A fin de que no tengan
dificultades por las que atraviesa actualmente como son: limitadas
posibilidades de ascenso, escasez y hasta la inexistencia de los elementales
medios de trabajo, con gestión de procesos, etc. A todo esto se agrega:
a. Mejor preparación de los Jueces, porque como se desprende de los
resultados de las pruebas a que fueron sometidos los postulantes a jueces y
fiscales por el Consejo Nacional de la magistratura y, demostrando la falta de
idoneidad para cubrir las vacantes en todos los niveles.
b. Se debe contar con personal calificado en lo que se refiere a
conocimientos y moralidad, pues de no hacerlo cualquier medida que se tome
para reorganizarlo o reformarlo será estéril; Es necesario mejorar la calidad de
excelencia competencia y otros activos referidos a la capacidad, eficiencia,
honestidad, de quienes tienen la misión de administrar justicia.
c. Terminar con la inestabilidad en el cargo conveniente del gobierno de
turno que se acentuó con los proyectos de leyes que presentó el poder
ejecutivo del gobierno que feneció, Bajo pretexto de una reforma judicial y la
necesidad de llevar a cabo una nueva ratificación de magistrados en el 2004,
que finalmente no se ejecutó.
d. Las ofensas inferidas por miembros del poder ejecutivo y legislativo que
repercuten en los jueces y fiscales, salvo la inconducta de jueces y fiscalesLo
lleva a que se sientan disminuidos y pierden el orgullo de pertenecer al poder
judicial o al ministerio público por qué cuando se tiene vergüenza o temor de
integrar a un grupo humano como consecuencia del concepto falso o verdadero
de que ellos tienen la opinión pública, nadie o muy pocos y no siempre los
mejores quieren formar parte de dichas instituciones.

15. Para tener una administración de justicia eficaz, y rápida se deben dictar
medidas efectivas para descongestionar la administración de justicia, para tal
efecto, es necesario recurrir a las estadísticas que deben haber elaborado y
entregado Las comisiones que se han nombrado sobre este particular, sobre la
totalidad de expedientes que se encuentran el giro a fin de Racionalizarlos y
redistribuirlos ; Asegurando una adecuada distribución geográfica de las sedes
judiciales en el ámbito nacional, teniendo en cuenta las facilidades de
comunicación entre los pueblos más cercanos así como el número de
habitantes la ciudad.

CONCLUSIONES

1) Lo real y concreto es que nuestro país jamás ha existido una Reforma


del poder judicial , En toda la historia republicana porque lo primero que tratado
y conseguido el gobierno de turno es manejarlo. Sin embargo hasta la
actualidad no se asignan los medios económicos que se requiere,
precisamente para impedir su autonomía administrativa y sin dependencia
jurisdiccional.

2) Los políticos no les conviene el poder judicial tengo autonomía


independencia porque es la única forma como puede manejarlo políticamente.
Prueba de ello es que pretenden variar la conformación de los integrantes del
Consejo Nacional de la magistratura para dirigir Los nombramientos de
acuerdo a sus intereses, a fin de protegerse ejerzan sus cargos cuando dejen
de hacerlo.

3) Las instituciones relacionadas con el derecho y la sociedad civil deben


realizar las acciones necesarias a fin de presionar al congreso de la República,
el poder ejecutivo y el poder judicial, Para que se tome la decisión política de
ejecutar de manera O el ente la recomendaciones concordantes a las que si
llegaron las diversas comisiones sobre la administración de justicia, de
CERIAJUS y el Acuerdo Nacional de justicia.

4) Se debe incrementar el número de magistrados y fiscales superiores de


jueces penales y fiscales provinciales; además:
 Se debe Racionalizar su trabajo
 Simplificar los procedimientos
 Dotarlos de los medios materiales indispensables para el
desempeño de sus funciones.
 Dejar de lado el inadecuado diseño organizacional en los
despachos judiciales que origina la ineficiencia
 Diseñar acceso a información actualizada acerca de la ley la
doctrina y la jurisprudencia
 Precisar planes de modernizacion Como parte de una estrategia.
5) La experiencia demuestra que la violación de las normas que protegen
los derechos humanos origina en que las víctimas recurran a las instancias
supra nacionales para que dejen sin efecto bueno naciones tales como la
legalidad, debido proceso, juez natural, derecho de defensa; como ha sucedido
anteriormente, anulándose los proceso.

6) Las denuncias que conforman determinados grupos, bajo el pretexto de


defender derechos humanos, deben ser analizadas rigurosamente Por los
fiscales y jueces, porque casi todas tienen un mismo esquema y argumento
pero sin mayor sustento. Lo más grave es que recurren a los medios de
comunicación para presionar su denuncia a fin de que se detenga a sus
imputados.

7) Es conveniente que previamente se modifique la Constitución política del


Estado En todo lo pertinente sobre el poder judicial y los derechos
fundamentales de las personas, antes de emprender una auténtica reforma en
la administración de justicia.

8) En el país no se percibe que las instancias judiciales defienden los


derechos fundamentales de los ciudadanos en algunos casos dan sensación
de ser simples instrumentos Del poder político vigente, sobre todo cuando
tienen la condición de provisionales o su Suplentes, lo que atenta contra todo
en orden democrático conforme se muestra y diversas encuestas.

9) Los colegios Delgado deben pronunciarse sobre:


 Acelerar la administración de justicia.
 Racionalizar las facultades de derecho
 Iniciativas legislativas.
 Denunciar actos de corrupción y sancionar a los abogados que sirvan
intermediarios.

10) Para la aplicación de fondos que maneja FEDADOI Hay que tener en
cuenta lo previsto en el artículo 93 del código penal, es decir, la devolución de
los individuos 20 sustraído o apropiado a la persona agraviada y luego
distribuirlo a las entidades relacionadas con la administración de justicia.

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